Sal 22
Sal 22
Sal 22
Aquel da en la montaa...
Era un da de calor. T has subido derecho hacia la cima. Me
ha bastado una ojeada. No haba una brizna de hierba all
arriba. Lo nico que podas conseguir era exponerte al sol
aplastante.
Mi decisin fue rpida. No subira. Habra esperado
cmodamente vuestro retorno. El pastor se dara cuenta de
que no haba nada bueno en aquella colina rida y vendra
rpido hacia el valle.
Por eso me acurruqu a la sombra de una palmera a dos
pasos del lago Tiberades, mirando a los pescadores que
preparaban sus redes.
Al poco tiempo el viento me ha trado el eco de tus palabras.
Solamente entiendo una que se repeta como un estribillo
festivo:
Felices... felices... felices...
Me he levantado y he comenzado a subir por las pendientes
del monte, mientras t repetas otro estribillo:
Pero yo os digo...
Esta vez me he abierto paso y he conquistado las primeras
posiciones para no perder ni una slaba de tu discurso.
Cuando bajbamos las sombras se alargaban sobre las aguas
tumultuosas del lago. Pero yo no contemplaba el paisaje.
Algo haba ocurrido dentro de m. No era el de antes. Mi vida
asuma una dimensin nueva, con horizontes de una
amplitud jams sospechada. El paisaje ms atrayente estaba
dentro de m, despus de aquellos estribillos: Felices... Pero
yo os digo....
Sobre aquella montaa pelada me habas hecho descubrir el
mejor alimento. Sobre aquella montaa desnuda t,
inigualable pastor, has saciado la sed y el hambre ms
2. El Seor es mi pastor
El salmo 22, uno de los ms bellos de todo el salterio
comienza con una afirmacin atrevida: "El Seor es mi
pastor, nada me falta". Este creyente que se sabe guiado y
acompaado por la mano firme y protectora del pastor,
proclama con tranquila audacia su ausencia de ambiciones.
Tiene todo lo que necesita: conduccin, seguridad, alimento,
defensa, escolta, techo donde habitar... Difcilmente anidarn
en su corazn la agresividad, la envidia, la rivalidad, todas
esas actitudes que amenazan siempre el convivir con los
otros fraternalmente.
CUADERNOS DE ORACIN 110
3.
PRIMERA LECTURA: CON ISRAEL
4. /SAL/022/ALABANZAS
El salmo 22 es la perla de los salmos. Su poesa y su piedad
se dan la mano; su suavidad y su espiritualidad son
insuperables" (Spurgeon). Innumerables son los elogios que
este pequeo salmo ha recibido en sus tres mil aos de
historia. Se puede afirmar, como dice su ttulo, que el salmo
proviene del mismo David, uno de los ms grandes genios de
la poesa universal.
W. Beecher nos dir: " Bendito el da en que naci este
salmo! pues l ha calmado ms dolor que toda la filosofa del
mundo". Y H. Bergson igualmente: "Los centenares de libros
que yo he ledo no me han procurado tanta luz ni tanto
consuelo como el verso de este salmo 22: "El Seor es mi
pastor, nada me falta... aunque camine por caadas oscuras
nada temo porque t vas conmigo". De la misma forma J.
Green nos dir: "Estas frases sencillas, estas frases de nio
se quedaron sin dificultad en mi memoria. Yo vea el pastor,
el valle de la sombra de la muerte, yo vea la mesa
5. ALEGRE Y DESPREOCUPADO
He observado rebaos de ovejas en verdes laderas. Retozan
a placer, pacen a su gusto, descansan a la sombra. Nada de
prisas, de agitacin o de preocupaciones. Ni siquiera miran al
pastor; saben que est all, y eso les basta. Libres para
disfrutar prados y fuentes. Felicidad abierta bajo el cielo.
Alegres y despreocupadas. Las ovejas no calculan. Cunto
tiempo queda? Adnde iremos maana? Bastarn las
lluvias de ahora para los pastos del ao que viene? Las
ovejas no se preocupan, porque hay alguien que lo hace por
ellas. Las ovejas viven de da en da, de hora en hora. Y en
eso est la felicidad.
El Seor es mi pastor. Slo con que yo llegue a creer eso,
cambiar mi vida. Se ir la ansiedad, se disolvern mis
complejos y volver la paz a mis atribulados nervios. Vivir de
da en da, de 'hora en hora, porque l est ah. El Seor de
los pjaros del cielo y de los lirios del campo. El Pastor de
6.
Este salmo es el canto de los nuevos bautizados que van por
vez primera, despus de su bautismo y confirmacin, a la
celebracin eucarstica. No se puede hacer una homila sobre
el Pastor sin hablar de la Eucarista a la que el Pastor nos
conduce para reunirnos en un solo Pueblo y darnos su
alimento.
El salmo 22 ha sido muy frecuentemente comentado por los
Padres.
Para San Cirilo de Jerusaln es una profeca de la iniciacin
cristiana: "El bienaventurado David te da a conocer la gracia
del sacramento (de la Eucarista), cuando dice: "Has
preparado una mesa delante de mis ojos, frente a los que me
persiguen. Qu otra cosa puede significar con esta expresin
sino la Mesa del sacramento y del Espritu que Dios nos ha
preparado? Has ungido mi cabeza con leo. S. El ha ungido
tu cabeza sobre la frente con el sello de Dios que has recibido
para que quedes grabado con el sello, con la consagracin a
Dios. Y ves tambin que se habla del cliz; es aqul sobre el
que Cristo dijo, despus de dar gracias: Este es el cliz de mi
sangre" (Catequesis Mistaggicas IV. PG 33, 1.101. 1.104).