Soler Martinez
Soler Martinez
Soler Martinez
C U B A :
y trotskismo
en la Revolucin del 30
A finales de
la segunda dcada
Hispano-Cubano-Americana en 1898, signific la
del siglo, fueron
frustracin del proyecto revolucionario de Jose Mart y la
constituidas agruconfirmacin dramtica de sus advertencias sobre los
paciones socialistas
peligros que entraaba para Cuba y el resto de America
El autor, eminente historiador cubano,
en La Habana y en
Latina la expansin de los Estados Unidos.
visit la Junta Editora de EXGESIS el
A partir de 1902 fue establecido en la isla el modelo 31 de marzo de 2000 y nos ofreci una otras ciudades del
pas. En agosto de
de dominacin neocolonial que mostrara los primeros
amena charla sobre Las relaciones
1922, una parte de
sntomas evidentes de crisis en los momentos de la
histricas entre Puerto Rico y el
los integrantes de
depresin econmica de inicios de la dcada del 20 y en
Oriente cubano. Soler, el historiador,
los aos de auge de una conciencia nacional y muri hace pocos meses en su Santiago la Agrupacin
antimperialista en el pas entre 1923 y 1925; pero la crisis de Cuba. Soler, el amigo, nos ofreci en Socia-lista de La
Habana manifest
del modelo de dominacin neocolonial alcanz su
esa reunin con nosotros, para
su identi-ficacin
plenitud en la primera mitad de la dcada del 30 y fue en
publicacin en EXGESIS, el trabajo
que publicamos en este nmero
con
las
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esos aos que el movimiento popular y revolucionario
cubano lleg a los niveles ms altos desde los inicios de la presentado en la reunin anual de la condiciones de
Latin American Studies Association
ingreso a la InternaRepblica. En ese convulso proceso conocido como la
(LASA)
en
Miami.
Su
investigacin
cional Comunista,
Revolucin del 30, las fuerzas revolucionarias de
sobre
el
trotskismo
en
Cuba
mereci
el
aprobadas en el II
orientacin marxista desempearon un importante papel
Congreso de esa
protagnico.
Las ideas marxistas hicieron su aparicin en Cuba durante la segunda organizacin. As, tuvo lugar una
mitad del siglo XIX, cuando el movimiento obrero cubano daba sus primeros esci-sin en la Agrupa-cin Socialista
pasos. Desde las pginas del El Productor, el dirigente anarquista Enrique de La Habana: una parte de sus
Roig San Martn dio a la publicidad los primeros fragamentos de textos de miembros se mantuvo fiel a los
Carlos Marx.1 En las postrimerias del siglo XIX y en los albores del XX, Diego lineamientos de la II Internacional; la
Vicente Tejera, intelectual y revolucionario cubano muy vinculado a Jos otra, dirigida por Carlos Balio,
constituy al ao siguiente
Mart, socialista no marxista, constituy los primeros
la Agrupacin Comunista
partidos obreros cubanos, el Partido Popular y el Partido
de La Habana.4
Socialista Cubano, ambos de efimera existencia.2
Entre 1923 y 1925
Pocos aos despus, durante la primera dcada del
fueron
organizadas
siglo XX, Carlos Balio, Agustn Martn Veloz
agrupa-ciones comunistas
(Martinillo) y Rafael Gutirrez, constituyeron
en diversos lugares del
respectivamente las primeras organizaciones marxistas
pas y en los das 16 y 17
cubanas: el Club de Propaganda Socialesta, el Club Carlos
de agosto de 1925, se
Marx y la Liga Obrera de Oriente; poco despus, estas
reunieron en un congreso
organizaciones devinieron en el Partido Socialista de
en La Habana para dejar
Manzanillo y el Partido Socialista de Santiago de Cuba. A
constituido el Partido
pesar de los intentos unificadores de integrarlos en un solo
Comunista (PC).
partido marxista de carcter nacional bajo los lineamientos
El recin nacido
de la II Internacional, esto no se logr.3
Partido Comunista, en el
cual desempearon un
Inicios del movimiento comunista
Rafael
SolerMartnez
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posible en nuestras
actividades.9
Sobre el mismo
asunto, en un documento
del secretario general del
PC cubano se expresa:
...vino de Argentina
una comunicacin firmada
por Codovilla, que era
responsable, informando
sobre el compaero Mella,
como no tena importancia, le dije al compaero
Rafael Sainz (Sotomayor)
miembro del Comit
Central, que firmara la
contestacin, y as lo hizo y
se envi.10
Las intrigas de
Martnez en la Internacional
Sindical Roja no se
limitaron a Mella; dos aos
despus, en 1930, Rubn
J.A. Mella Martnez Villena, en carta
desde la Unin Sovitica a
su esposa apuntaba:
Ha habido sus porqueras --en el
Congreso (Congreso de ISR, Mosc)respecto a Cuba y a m; pero slo de
parte de Martnez y de algn otro
burcrata; en general las hubo
cuanto a la Amrica Latina de parte
de Martnez; ste se me ha revelado
como un tipo mezquino, nocivo,
desleal, contrarrevolucionario.11
Adems, desde hace mucho
tiempo ha quedado totalmente demostrado que los responsables del asesinato de Julio Antonio Mella fueron
Jos Magriat y el pistolero Lpez
Valia, que actuaban al servicio del
dictador Machado; todo lo dems son
suposiciones hasta ahora no demostradas. Un excelente y documentado
anlisis sobre este asunto puede
encontrarse en el libro de Arnoldo
Martnez Verdugo, Historia del
Comunismo en Mxico, y en el
artculo de Olga Cabrera, Un crimen
poltico que cobra actualidad,
publicado en Nueva Antropologa,
no. 27, julio de 1988, Mxico.
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proletario, entonces el
poder obrero deba ser
sovitico; por eso, se
propusieron como una de
sus tareas ms importantes
la creacin de soviets
obreros y campesinos,
aunque nunca llegaron a
organizar ninguno ni
participaron en la
direccin de los que se
crearon.80
El secretario general
del PBL al valorar al
Gobierno de los Cien
Das seal:
...el
Gobierno de Grau San
Martn constituy un
Gobierno revolucionario. Fue una etapa ...
ascedente de la revolucin cubana. Su cada
coincide con el declive de
la revolucin.81
Tal afirmacin puede
llevarnos a pensar que lograron
entender el papel progresivo del
Gobierno de los Cien Das, la
existencia de un ala revolucionaria,
de izquier-da en su seno y que la
apoyaron. Sin embargo, aunque
evaluaron correc-tamente el carcter
revo-lucionario de ese gobierno y
algunos segmentos del PBL en el
interior del pas establecieron vnculos
con su ala izquierda y la respaldaron,
la poltica del Comit Central y del
PBL en su conjunto fue bien distinta.
Percibieron la existencia de pugnas
intestinas en el Gobierno, pero slo
entre sus elementos civiles y militares,
y censuraron a aquellos que en el
Partido se acercaron y apoyaron a las
fuerzas de Guiteras.82
Algunos, como el historiador
norteamericano Robert Alexander,
han afirmado errneamente que la
FOH --bajo el control de los
trotskistas-- apoy al Gobierno de los
Cien Das83, pero en realidad ocurri
todo lo contrario; desde las pginas
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America, 219.
(84) Cultura Proletaria, junio 1934, 6-7.
(85) Loc. cit., (50).
(86) Ibid., 284.
(87) ... cannot set ourselves the conquest of
power as an immediate task if the majority of the
rural and urban petty bourgeoisie does not follow
us. Writings of Leon Trotsky: Supplement (19291933), 333.
(88) Central Commite. Bolshevik-Leninist
Party: Resolution on the Present Political Situation
and Our Task Within It, 1-6.
(89) Ibid.
(90) ... creation of soviets or organs very
similar to soviets. Loc.cit. (56).
(91) Soviets are the organs of the conquest of
power only in the final analysis. In general, soviets
in revolutionary conditions constitute the basic form
of fighting organization of the proletariat and the
layers that are joining it. To reject the creation of
soviets is possible only int he event that insuperable
external conditions prevent it. Ibid.
(92) Loc. cit. (57).
(93) Ibid.
(94) Bolshevik-Leninist Party (Cuban Section
of the International Communist League, B.L.) to the
International Secretariat, (La Habana), March 20,
1935, 11-14.
(95) Ibid.
(96) Cfr.: Comunismo No. 28, septiembre
1933, Madrid, 99-100 y Claridad Proletaria No. 4,
Oct. 1933, Nueva York, 10.
(97) Loc. cit. (1).
(98) Marcos Garca Villarreal: Cuba, punto
explosivo en Amrica, en Comunismo No. 38,
septiembre 1934, Madrid, 76.
(99) Ibid., 78.
(100) Ibid., 79.
(101) Ibid., 36.
(102) Ibid., 39.
(103) Ibid.
(104) Ibid., 40.
(105) Cfr.: Loc. cit. (33), 173-184.
(106) Comit Central del Partido Bolchevique
Leninista: Las luchas en los sindicatos y el por que
de la Alianza Obrera, (La Habana, abril de 1934),
ALM.
(107) Ibid.
(108) Ibid.
(109) Loc. cit. (57).
(110) Por ejemplo, puede consultarse como
una muestra el Manifiesto de la Federacin Obrera
de la Habana, 30 de septiembre, 1933. ANC.
(111) Lionel Soto: La Revolucin del 33, III,
378.
(112) Antologa. La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1973, 491, 193.