La Ética Kantiana

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14 LA TICA

KANTIANA
Onora O'Neill

1.

Introduccin

Immanuel Kant (1724-1804) fue uno de los filsofos europeos ms importantes desde la antigedad; muchos diran simplemente que es el ms
importante. Llev una vida extraordinariamente tranquila en la alejada ciudad
prusiana de Knigsberg (hoy Kalingrado en la URSS), y public una serie de
obras importantes en sus ltimos aos. Sus escritos sobre tica se caracterizan
por un incondicional compromiso con la libertad humana, con la dignidad del
hombre y con la concepcin de que la obligacin moral no deriva ni de Dios, ni
de las autoridades y comunidades humanas ni de las preferencias o deseos de
los agentes humanos, sino de la razn.
Sus escritos son difciles y sistemticos; para comprenderlos puede ser de
utilidad distinguir tres cosas. En primer lugar est la tica de Kant, articulada
por sus escritos de las dcadas de 1780 y 1790. En segundo lugar est la
tica de Kant, una presentacin (considerablemente desfavorable) de la tica
de Kant formulada por sus primeros e influyentes crticos y que a menudo
todava se atribuye a Kant. Esta posicin ha tenido una vida propia en los
debates actuales. En tercer lugar est la tica kantiana, un trmino mucho
ms amplio que engloba tanto la tica de Kant como la tica de Kant y que
tambin se utiliza como denominacin (principalmente encomiosa) de una serie
de posiciones ticas contemporneas que reclaman la herencia de la tica de
Kant, pero que se separan de Kant en muchos sentidos.

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254

2.

Cmo debo vivir?

La tica de Kant: el contexto crtico

La tica de Kant est recogida en su Fundamentacin de la metafsica


las costumbres (1785), la Crtica de la razn prctica (1787), La metafsica
la moral (1797) (cuyas dos partes Los elementos metafsicas del derecho y
doctrina de la virtud a menudo se publican por separado) as como en
Religin dentro de los lmites de la mera razn (1793) y un gran nmero

de
de
La

su
de
ensayos sobre temas polticos, histricos y religiosos. Sin embargo, las
posiciones fundamentales que determinan la forma de esta obra se examinan a
fondo en la obra maestra de Kant, La crtica de la razn pura (1781), y una
exposicin de su tica ha de situarse en el contexto ms amplio de la filosofa
crtica que all desarrolla.
Esta filosofa es ante todo crtica en sentido negativo. Kant argumenta en
contra de la mayora de las tesis metafsicas de sus precursores racionalistas, y
en particular contra sus supuestas pruebas de la existencia de Dios. De
acuerdo con su concepcin, nuestra reflexin ha de partir de una ptica
humana, y no podemos pretender el conocimiento de ninguna realidad
trascendente a la cual no tenemos acceso. Las pretensiones de conocimiento
que podemos afirmar deben ser por lo tanto acerca de una realidad que satisfaga la condicin de ser objeto de experiencia para nosotros. De aqu que la
indagacin de la estructura de nuestras capacidades cognitivas proporciona
una gua a los aspectos de esa realidad emprica que podemos conocer sin
referirnos a experiencias particulares. Kant argumenta que podemos conocer a
priori que habitamos en un mundo natural de objetos situados en el espacio y el
tiempo que estn causalmente relacionados.
Kant se caracteriza por su insistencia en que este orden causal y nuestras
pretensiones de conocimiento se limitan al mundo natural, pero que no tenemos razn para pensar que el mundo natural cognoscible es todo cuanto
existe. Por el contrario, tenemos y no podemos prescindir de una concepcin
de nosotros mismos como agentes y seres morales, lo cual slo tiene sentido
sobre la suposicin de que tenemos una voluntad libre. Kant afirma que la libre
voluntad y la causalidad natural son compatibles, siempre que no se considere
la libertad humana la capacidad de obrar de forma autnoma como un
aspecto del mundo natural. La causalidad y la libertad se dan en mbitos
independientes; el conocimiento se limita a la primera y la moralidad a la ltima.
La solucin de Kant del problema de la libertad y el determinismo es el rasgo
ms controvertido y fundamental de su filosofa moral, y el que supone la mayor
diferencia entre su pensamiento y el de casi toda la literatura tica del siglo XX,
incluida la mayor parte de la que se considera tica kantiana.
La cuestin central en torno a la cual dispone Kant su doctrina tica es la
de qu debo hacer?. Kant intenta identificar las mximas, o los princi-

La tica kantiana

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pios fundamentales de accin, que debemos adoptar. Su respuesta se formula


sin referencia alguna a una concepcin supuestamente objetiva del bien para el
hombre, como las propuestas por las concepciones perfeccionistas asociadas
a Platn, Aristteles y a gran parte de la tica cristiana. Tampoco basa su
posicin en pretensin alguna sobre una concepcin subjetiva del bien, los
deseos, las preferencias o las creencias morales comnmente compartidas que
podamos tener, tal y como hacen los utilitaristas y comunitaristas. Al igual que
en su metafsica, en su tica no introduce pretensin alguna sobre una realidad
moral que vaya ms all de la experiencia ni otorga un peso moral a las
creencias reales. Rechaza tanto el marco realista como el teolgico en que se
haban formulado la teora del derecho natural y la doctrina de la virtud, as
como la apelacin a un consenso contingente de sentimientos o creencias
como el que defienden muchos pensadores del siglo XVIII (y tambin del XX).

3.

La tica de Kant: la ley universal y la concepcin del deber

El propsito central de Kant es concebir los principios de la tica segn


procedimientos racionales. Aunque al comienzo de su Fundamentacin (una
obra breve, muy conocida y difcil) identifica a la buena voluntad como nico
bien incondicional, niega que los principios de la buena voluntad puedan
determinarse por referencia a un bien objetivo o telos al cual tiendan. En vez de
suponer una formulacin determinada del bien, y de utilizarla como base para
determinar lo que debemos hacer, utiliza una formulacin de los principios
ticos para determinar en qu consiste tener una buena voluntad. Slo se
plantea una cuestin ms bien mnima, a saber, qu mximas o principios
fundamentales podra adoptar una pluralidad de agentes sin suponer nada
especfico sobre los deseos de los agentes o sus relaciones sociales? Han de
rechazarse los principios que no puedan servir para una pluralidad de agentes:
la idea es que el principio moral tiene que ser un principio para todos. La
moralidad comienza con el rechazo de los principios no universalizables. Esta
idea se formula como una exigencia, que Kant denomina el imperativo
categrico, o en trminos ms generales la Ley moral. Su versin ms
conocida dice as: obra slo segn la mxima que al mismo tiempo puedas
querer se convierta una ley universal. Esta es la clave de la tica de Kant, y se
utiliza para clasificar las mximas que pueden adoptar los agentes.
Un ejemplo de uso de imperativo categrico sera este: un agente que
adopta la mxima de prometer en falso no podra querer esto como ley
universal. Pues si quisiese (hipotticamente) hacerlo se comprometera con el
resultado predictible de una quiebra tal de la confianza que no po-

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Cmo debo vivir?

dra obrar a partir de su mxima inicial de prometer en falso. Este experimento


intelectual revela que la mxima de prometer en falso no es univer-salizable, y
por lo tanto no puede incluirse entre los principios comunes de ninguna
pluralidad de seres. La mxima de rechazar la promesa en falso es una
exigencia moral; la mxima de prometer en falso est moralmente prohibida. Es
importante sealar que Kant no considera mala la promesa en falso en razn
de sus efectos presuntamente desagradables (como haran los utilitaristas) sino
porque no puede quererse como principio universal.
El rechazo de la mxima de prometer en falso, o de cualquier otra mxima
no universalizable, es compatible con una gran variedad de cursos de accin.
Kant distingue dos tipos de valoracin tica. En primer lugar podemos evaluar
las mximas que adoptan los agentes. Si pudisemos conocerlas podramos
distinguir entre las que rechazan principios no universalizables (y tienen as
principios moralmente valiosos) y las que adoptan principios no universalizables
(y tienen as principios moralmente no valiosos). Kant se refiere a aquellos que
suscriben principios moralmente vlidos como a personas que obran por
deber. Sin embargo Kant tambin afirma que no tenemos un conocimiento
cierto ni de nuestras mximas ni de las de los dems. Normalmente deducimos
las mximas o principios subyacentes de los agentes a partir de su pauta de
accin, pero ninguna pauta sigue una mxima nica. Por ejemplo, la actividad
del tendero verdaderamente honrado puede no diferir de la del tendero honrado
a regaadientes, que comercia equitativamente slo por deseo de una buena
reputacin comercial y que engaara si tuviese una oportunidad segura de
hacerlo. De aqu que, para los fines ordinarios, a menudo no podemos hacer
ms que preocuparnos por la conformidad externa con las mximas del deber,
en vez de por la exigencia de haber realizado un acto a partir de una mxima
semejante. Kant habla de la accin que tendra que hacer alguien que tuviese
una mxima moralmente vlida como una accin de conformidad con el
deber. Esta accin es obligatoria y su omisin est prohibida. Evidentemente,
muchos actos concuerdan con el deber aunque no fueron realizados por
mximas de deber. Sin embargo, incluso esta nocin de deber externo se ha
definido como indispensable en una situacin dada para alguien que tiene el
principio subyacente de actuar por deber. Esto contrasta notablemente con las
formulaciones actuales del deber que lo identifican con pautas de accin externa. As, la pregunta de Kant Qu debo hacer? tiene una doble respuesta.
En el mejor de los casos debo basar mi vida y accin en el rechazo de mximas
no-universalizables, y llevar as una vida moralmente vlida cuyos actos se
realizan por deber; pero incluso si dejo de hacer esto al menos debo
asegurarme de realizar cualesquiera actos que seran indispensables si tuviese
semejante mxima moralmente vlida.
La exposicin ms detallada de Kant acerca del deber introduce (versio-

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nes de) determinadas distinciones tradicionales. As, contrapone los deberes


para con uno mismo y para con los dems y en cada uno de estos tipos
distingue entre deberes perfectos e imperfectos. Los deberes perfectos son
completos en el sentido de que valen para todos los agentes en todas sus acciones con otras personas. Adems de abstenerse de prometer en falso, otros
ejemplos de principios de deberes perfectos para con los dems son
abstenerse de la coercin y la violencia; se trata de obligaciones que pueden
satisfacerse respecto a todos los dems (a los cuales pueden corresponder
derechos de libertad negativa). Kant deduce los principios de la obligacin
imperfecta introduciendo un supuesto adicional: supone que no slo tenemos
que tratar con una pluralidad de agentes racionales que comparten un mundo,
sino que estos agentes no son autosuficientes, y por lo tanto son mutuamente
vulnerables. Estos agentes afirma no podran querer racionalmente que se
adoptase de manera universal un principio de negarse a ayudar a los dems o
de descuidar el desarrollo del propio potencial: como saben que no son
autosuficientes, saben que querer un mundo as sera despojarse
(irracionalmente) de medios indispensables al menos para algunos de sus
propios fines. Sin embargo, los principios de no dejar de ayudar a los
necesitados o de desarrollar el potencial propio son principios de obligacin
menos completos (y por lo tanto imperfectos). Pues no podemos ayudar a todos
los dems de todas las maneras necesarias, ni podemos desplegar todos los
talentos posibles en nosotros. Por ello estas obligaciones son no slo
necesariamente selectivas sino tambin indeterminadas. Carecen de derechos
como contrapartida y son la base de deberes imperfectos. Las implicaciones de
esta formulacin de los deberes se desarrollan de forma detallada en La
metafsica de las costumbres, cuya primera parte trata acerca de los principios
de la justicia que son objeto de obligacin perfecta y cuya segunda parte trata
acerca de los principios de la virtud que son objeto de obligacin imperfecta.

4.

La tica de Kant: el respeto a las personas

Kant despliega las lneas bsicas de su pensamiento a lo largo de varios


tramos paralelos (que considera equivalentes). As, formula el imperativo categrico de varias maneras, sorprendentemente diferentes. La formulacin
antes presentada se conoce como la frmula de la ley universal y se considera la ms estricta. La que ha tenido mayor influencia cultural es la llamada
frmula del fin en s mismo, que exige tratar a la humanidad en tu propia
persona o en la persona de cualquier otro nunca simplemente como un medio
sino siempre al mismo tiempo como un fin. Este principio de segundo orden
constituye una vez ms una limitacin a las mximas que

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Cmo debo vivir?

adoptemos; es una versin muy solemnemente expresada de la exigencia de


respeto a las personas. En vez de exigir que comprobemos que todos puedan
adoptar las mismas mximas, exige de manera menos directa que al actuar
siempre respetemos, es decir, no menoscabemos, la capacidad de actuar de
los dems (y de este modo, de hecho, les permitamos obrar segn las mximas
que adoptaramos nosotros mismos). La frmula del fin en s tambin se utiliza
para distinguir dos tipos de falta moral. Utilizar a otro es tratarle como cosa o
instrumento y no como agente. Segn la formulacin de Kant, el utilizar a otro
no es simplemente cuestin de hacer algo que el otro en realidad no quiere o
consiente, sino de hacer algo a lo cual el otro no puede dar su consentimiento.
Por ejemplo, quien engaa hace imposible que sus vctimas consientan en la
intencin del engaador. Al contrario que la mayora de las dems apelaciones
al consentimiento como criterio de accin legtima (o justa), Kant (de acuerdo
con su posicin filosfica bsica) no apela ni a un consentimiento hipottico de
seres racionales ideales, ni al consentimiento histricamente contingente de
seres reales. Se pregunta qu es preciso para hacer posible que los dems
disientan o den su consentimiento. Esto no significa que pueda anularse a la
fuerza el disenso real en razn de que el consenso al menos ha sido posible
pues el acto mismo de anular el disenso real ser el mismo forzoso, y por lo
tanto har imposible el consentimiento. La tesis de Kant es que los principios
que debemos adoptar para no utilizar a los dems sern los principios mismos
de justicia que se identificaron al considerar qu principios son universalizables
para los seres racionales.
Por consiguiente, Kant interpreta la falta moral de no tratar a los dems
como fines como una base alternativa para una doctrina de las virtudes.
Tratar a los dems como seres especficamente humanos en su finitud por lo
tanto vulnerables y necesitados como fines exige nuestro apoyo a las
(frgiles) capacidades de obrar, de adoptar mximas y de perseguir los fines
particulares de los dems. Por eso exige al menos cierto apoyo a los proyectos
y propsitos de los dems. Kant afirma que esto exigir una beneficencia al
menos limitada. Aunque no establece la obligacin ilimitada de la beneficencia,
como hacen los utilitaristas, argumenta en favor de la obligacin de rechazar la
poltica de denegar la ayuda necesitada. Tambin afirma que la falta
sistemtica en desplegar el propio potencial equivale a la falta de respeto a la
humanidad y sus capacidades de accin racional (en la propia persona). La
falta de consideracin a los dems o a uno mismo como fines se considera una
vez ms como una falta de virtud u obligacin imperfecta. Las obligaciones
imperfectas no pueden prescribir un cumplimiento universal: no podemos ni
ayudar a todas las personas necesitadas, ni desplegar todos los talentos
posibles. Sin embargo, podemos rechazar que la indiferencia de cualquiera de
ambos tipos sea bsica en nuestra vida y podemos hallar que

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el rechazo de la indiferencia por principio exige mucho. Incluso un compromiso


de esta naturaleza, tomado en serio, exigir mucho. Si lo cumplimos, segn la
concepcin de Kant habremos mostrado respeto hacia las personas y en
especial a la dignidad humana.
Las restantes formulaciones del imperativo categrico renen las perspectivas de quien busca obrar segn principios que puedan compartir todos los
dems y de quien busca obrar segn principios que respeten la capacidad de
obrar de los dems. Kant hace uso de la retrica cristiana tradicional y de la
concepcin del contrato social de Rousseau para pergear la imagen de un
Reino de los fines en el que cada persona es a la vez legisladora y est
sujeta a la ley, en el que cada cual es autnomo (lo que quiere decir literalmente: que se legisla a s mismo) con la condicin de que lo legislado
respete el estatus igual de los dems como legisladores. Para Kant, igual
que para Rousseau, ser autnomo no significa voluntariedad o independencia
de los dems y de las convenciones sociales; consiste en tener el tipo de
autocontrol que tiene en cuenta el igual estatus moral de los dems. Ser autnomo en sentido kantiano es obrar moralmente.

5.

La tica de Kant: los problemas de la libertad, la religin y la


historia

Esta estructura bsica de pensamiento se desarrolla en muchas direcciones


diferentes. Kant presenta argumentos que sugieren por qu hemos de
considerar el imperativo categrico como un principio de razn vinculante para
todos nosotros. As, analiza lo que supone pasar de un principio a su aplicacin
concreta a situaciones reales. Tambin examina la relacin entre los principios
morales y nuestros deseos e inclinaciones reales. Desarrolla entonces las
implicaciones polticas del imperativo categrico, que incluyen una constitucin
republicana y el respeto a la libertad, especialmente la libertad religiosa y de
expresin. Tambin esboza un programa todava influyente para conseguir la
paz internacional. Y asimismo analiza de qu forma su sistema de pensamiento
moral est vinculado a nociones religiosas tradicionales. Se han planteado
muchas objeciones de principio y de detalle; algunas de las objeciones menos
fundamentales pueden examinarse en el apartado de la tica de Kant. Sin
embargo, la objecin ms central exige un examen independiente.
Esta objecin es que el marco bsico de Kant es incoherente. Su teora del
conocimiento lleva a una concepcin del ser humano como parte de la
naturaleza, cuyos deseos, inclinaciones y actos son susceptibles de explicacin
causal ordinaria. Pero su nocin de la libertad humana exige la consideracin
de los agentes humanos como seres capaces de autodeterminacin,

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Cmo debo vivir?

y en especial de determinacin de acuerdo con los principios del deber. Al


parecer Kant se ve llevado a una concepcin dual del ser humano: somos a la
vez seres fenomnicos (naturales, determinados causalmente) y seres noumnicos (es decir, no naturales y autodeterminados). Muchos de los crticos de
Kant han afirmado que este doble aspecto del ser humano es en ltima
instancia incoherente.
En la Crtica de la razn prctica Kant aborda la dificultad afirmando que
siempre que aceptemos determinados postulados podemos dar sentido a la
idea de seres que forman parte tanto del orden natural como del orden moral.
La idea es que si postulamos un Dios benvolo, la virtud moral a que pueden
aspirar los agentes libres puede ser compatible con y, en efecto,
proporcionada a la felicidad a que aspiran los seres naturales. Kant
denomina bien supremo a esta perfecta coordinacin de virtud moral y felicidad.
El procurar el bien supremo supone mucho tiempo: por ello hemos de postular
tanto un alma inmortal como la providencia de Dios. Esta imagen ha sido
satirizada una y otra vez. Heine describi a Kant como un osado revolucionario
que mat al desmo: a continuacin admiti tmidamente que, despus de todo,
la razn prctica poda probar la existencia de Dios. Menos amablemente,
Nietzsche le iguala a un zorro que se escapa para luego volver a caer en la
jaula del tesmo.
En los ltimos escritos Kant desech tanto la idea de una coordinacin
garantizada de virtud y recompensa de la felicidad (pens que esto poda
socavar la verdadera virtud) y la exigencia de postular la inmortalidad, entendida como una vida eterna (vase El fin de todas las cosas). Ofrece diversas
versiones histricas de la idea de que podemos entender nuestro estatus de
seres libres que forman parte de la naturaleza slo si adoptamos determinados
postulados. Por ejemplo sugiere que al menos debemos esperar la posibilidad
de progreso moral en la historia humana y ello para una coordinacin
intramundana de los fines morales y naturales de la humanidad. Las diversas
formulaciones histricas que ofrece de los postulados de la razn prctica son
aspectos y precursores de una nocin intramundana del destino humano que
asociamos a la tradicin revolucionaria, y en especial a Marx. Sin embargo Kant
no renunci a una interpretacin religiosa de las nociones de los orgenes y
destino humanos. En su obra tarda La religin dentro de los lmites de la mera
razn describe las escrituras cristianas como una narrativa temporal que puede
entenderse como smbolo de la moralidad. La interpretacin de esta obra,
que trajo a Kant problemas con los censores prusianos, plantea muchos
problemas. Sin embargo, al menos est claro que no reintroduce nociones
teolgicas que sirvan de fundamento de la moralidad, sino que ms bien utiliza
su teora moral como ptica para leer las escrituras.
Si bien Kant no volvi a su original rechazo del fundamento teolgico,

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sigue siendo problemtica una comprensin de la vinculacin que establece


entre naturaleza y moralidad. Una forma de comprenderla puede ser basndose en la idea, que utiliza en la Fundamentacin, de que naturaleza y libertad
no pertenecen a dos mundos o realidades metafsicas independientes, sino que
ms bien constituyen dos puntos de vista. Hemos de concebirnos a nosotros
mismos tanto como parte del mundo natural y como agentes libres. No
podemos prescindir sin incoherencia de ninguno de estos puntos de vista,
aunque tampoco podemos integrarlos, y no podemos hacer ms que
comprender que son compatibles. De acuerdo con esta interpretacin, no
podemos tener idea de la mecnica de la libertad humana, pero podemos
entender que sin la libertad en la actividad del conocimiento, que subyace a
nuestra misma pretensin de conocimiento, nos sera desconocido un mundo
ordenado causalmente. De aqu que nos sea imposible desterrar la idea de
libertad. Para fines prcticos esto puede bastar: para stos no tenemos que
probar la libertad humana.
Sin embargo, tenemos que intentar conceptualizar el vnculo entre el orden
natural y la libertad humana, y tambin hemos de comprometernos a una
versin de los postulados o esperanzas que vinculan a ambos. Al menos
un compromiso a obrar moralmente en el mundo depende de suponer (postular,
esperar) que el orden natural no sea totalmente incompatible con las intencione?
morales.

6.

La tica de Kant

Muchas otras crticas de la tica de Kant resurgen tan a menudo que han
cobrado vida independiente como elementos de la tica de Kant. Algunos
afirman que estas crticas no son de aplicacin a la tica de Kant, y otros que
son razones decisivas para rechazar la posicin de Kant.
1) Formalismo. La acusacin ms comn contra la tica de Kant consiste
en decir que el imperativo categrico est vaco, es trivial o puramente formal y
no identifica principios de deber. Esta acusacin la han formulado Hegel, J.S.
Mili y muchos otros autores contemporneos. Segn la concepcin de Kant, la
exigencia de mximas universalizables equivale a la exigencia de que nuestros
principios fundamentales puedan ser adoptados por todos. Esta condicin
puede parecer carente de lugar: acaso no puede prescribirse por un principio
universal cualquier descripcin de acto bien formada? Son universalizables
principios como el de roba cuando puedas o mata cuando puedas hacerlo
sin riesgo? Esta reduccin al absurdo de la universalizabilidad se consigue
sustituyendo el imperativo categrico de Kant por un principio diferente. La
frmula de la ley universal exige no slo que formulemos un principio universal
que incorpore una descripcin

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Cmo debo vivir?

del acto vlida para un acto determinado. Exige que la mxima, o principio
fundamental, de un agente sea tal que ste pueda quererla como ley universal. La prueba exige comprometerse con las consecuencias normales y
predictibles de principios a los que se compromete el agente as como a los
estndares normales de la racionalidad instrumental. Cuando las mximas no
son universalizables ello es normalmente porque el compromiso con las
consecuencias de su adopcin universal sera incompatible con el compromiso
con los medios para obrar segn ellas (por ejemplo, no podemos comprometernos tanto a los resultados de la promesa en falso universal y a
mantener los medios para prometer, por lo tanto para prometer en falso). La
concepcin kantiana de la universalizabilidad difiere de principios afines (el
prescriptivismo universal, la Regla de Oro) en dos aspectos importantes. En
primer lugar, no alude a lo que se desea o prefiere, y ni siquiera a lo que se
desea o prefiere que se haga de manera universal. En segundo lugar es un
procedimiento slo para escoger las mximas que deben rechazarse para que
los principios fundamentales de una vida o sociedad sean universalizables.
Identifica los principios no universalizables para descubrir las limitaciones
colaterales a los principios ms especficos que puedan adoptar los agentes.
Estas limitaciones colaterales nos permiten identificar principios de obligacin
ms especficos pero todava indeterminados (para una diferente concepcin de
la universalizabilidad vase el artculo 40, El prescriptivismo universal).
2) Rigorismo. Esta es la crtica de que la tica de Kant, lejos de estar
vaca y ser formalista, conduce a normas rgidamente insensibles, y por ello
no se pueden tener en cuenta las diferencias entre los casos. Sin embargo,
los principios universales no tienen que exigir un trato uniforme; en reali
dad imponen un trato diferenciado. Principios como la imposicin debe
ser proporcional a la capacidad de pagar o el castigo debe ser proporcio
nado al delito tienen un alcance universal pero exigen un trato diferen
ciado. Incluso principios que no impongan especficamente un trato dife
renciado sern indeterminados, por lo que dejan lugar a una aplicacin
diferenciada.
3) Abstraccin. Quienes aceptan que los argumentos de Kant identifi
can algunos principios del deber, pero no imponen una uniformidad rgida,
a menudo presentan una versin adicional de la acusacin de formalismo.
Dicen que Kant identifica los principios ticos, pero que estos principios
son demasiado abstractos para orientar la accin, y por ello que su teora
no sirve como gua de la accin. Los principios del deber de Kant son cier
tamente abstractos, y Kant no proporciona un conjunto de instrucciones
detallado para seguirlo. No ofrece un algoritmo moral del tipo de los que
podra proporcionar el utilitarismo si tuvisemos una informacin sufi
ciente sobre todas las opciones. Kant subraya que la aplicacin de princi-

La tica kantiana

263

pios a casos supone juicio y deliberacin. Tambin afirma que los principios son
y deben ser abstractos: son limitaciones colaterales (no algoritmos) y slo
pueden guiar (no tomar) las decisiones. La vida moral es cuestin de encontrar
formas de actuar que satisfagan todas las obligaciones y no violen las
prohibiciones morales. No existe un procedimiento automtico para identificar
estas acciones, o todas estas acciones. Sin embargo, para la prctica moral
empezamos por asegurarnos de que los actos especficos que tenemos
pensados no son incompatibles con los actos de conformidad con las mximas
del deber.
4) Fundamentos de obligacin contradictorios. Esta crtica seala que
la tica de Kant identifica un conjunto de principios que pueden entrar en
conflicto. Las exigencias de fidelidad y de ayuda, por ejemplo, pueden cho
car. Esta crtica vale tanto para la tica de Kant como para cualquier tica
de principios. Dado que la teora no contempla las negociaciones entre
diferentes obligaciones, carece de un procedimiento de rutina para resolver
los conflictos. Por otra parte, como la teora no es ms que un conjunto de
limitaciones colaterales a la accin, la exigencia central consiste en hallar
una accin que satisfaga todas las limitaciones. Slo cuando no puede ha
llarse semejante accin se plantea el problema de los fundamentos mltiples
de la obligacin. Kant no dice nada muy esclarecedor sobre estos casos; la
acusacin planteada por los defensores de la tica de la virtud (por ejemplo,
Bernard Williams, Martha Nussbaum) de que no dice lo suficiente sobre
los casos en que inevitablemente ha de violarse o abandonarse un compro
miso moral, es pertinente.
5) Lugar de las inclinaciones. En la literatura secundaria se ha presen
tado un grupo de crticas serias de la psicologa moral de Kant. En particu
lar se dice que Kant exige que actuemos motivados por el deber y no por
inclinacin, lo que le lleva a afirmar que la accin que gozamos no puede
ser moralmente valiosa. Esta severa interpretacin, quizs sugerida por vez
primera por Schiller, supone numerosas cuestiones difciles. Por obrar
motivado por el deber, Kant quiere decir slo que obremos de acuerdo
con la mxima del deber y que experimentemos la sensacin de respeto
por la ley. Este respeto es una respuesta y no la fuente del valor moral. Es
compatible con que la accin concuerde con nuestras inclinaciones natura
les y sea objeto de disfrute. De acuerdo con una interpretacin, el conflicto
aparente entre deber e inclinacin slo es de orden epistemolgico; no po
demos saber con seguridad que obramos slo por deber si falta la inclina
cin. Segn otras interpretaciones, la cuestin es ms profunda, y conduce
a la ms grave acusacin de que Kant no puede explicar la mala accin.
6) Falta de explicacin de la mala accin. Esta acusacin es que Kant
slo contempla la accin libre que es totalmente autnoma es decir, que
se hace de acuerdo con un principio que satisface la limitacin de que todos

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Cmo debo vivir?

los dems puedan hacer igualmente y la accin que refleja slo deseos
naturales e inclinaciones. De ah que no puede explicar la accin libre e imputable pero mala. Est claro que Kant piensa que puede ofrecer una explicacin de la mala accin, pues con frecuencia ofrece ejemplos de malas acciones imputables. Probablemente esta acusacin refleja una falta de
separacin entre la tesis de que los agentes libres deben ser capaces de actuar
de manera autnoma (en el sentido rousseauniano o kantiano que vincula la
autonoma con la moralidad) con la tesis de que los agentes libres siempre
obran de manera autnoma. La imputabilidad exige la capacidad de obrar
autnomamente, pero esta capacidad puede no ejercitarse siempre. Los malos
actos realmente no son autnomos, pero son elegidos en vez de determinados
de forma mecnica por nuestros deseos o inclinaciones.

7.

La tica kantiana

La tica de Kant y la imagen de su tica que a menudo sustituyen a aqulla


en los debates modernos no agotan la tica kantiana. Actualmente este trmino
se utiliza a menudo para designar a toda una serie de posiciones o
compromisos ticos cuasi-kantianos. En ocasiones, el uso es muy amplio.
Algunos autores hablarn de tica kantiana cuando tengan en mente teoras de
los derechos, o ms en general un pensamiento moral basado en la accin
ms que en el resultado, o bien cualquier posicin que considere lo correcto
como algo previo a lo bueno. En estos casos los puntos de parecido con la
tica de Kant son bastante generales (por ejemplo, el inters por principios
universales y por el respeto a las personas, o ms especficamente por los
derechos humanos). En otros casos puede identificarse un parecido ms
estructural por ejemplo, un compromiso con un nico principio moral supremo
no utilitario, o bien con la concepcin de que la tica se basa en la razn. La
comprensin especfica de la tica kantiana vara mucho de uno a otro contexto.
El programa tico reciente ms definidamente kantiano ha sido el de John
Rawls, quien ha denominado a una etapa del desarrollo de su teora
constructivismo kantiano. Muchos de los rasgos de la obra de Rawls son
claramente kantianos, sobre todo su concepcin de principios ticos determinados por limitaciones a los principios elegidos por agentes racionales. Sin
embargo, el constructivismo de Rawls supone una nocin bastante diferente de
la racionalidad con respecto a la de Kant. Rawls identifica los principios que
elegiran seres instrumentalmente racionales a los cuales atribuye ciertos fines
escasamente especificados y no los principios que podran elegirse siempre
independientemente de los fines particulares. Esto determina importantes
diferencias entre la obra de Rawls, incluso en sus mo-

La tica kantiana

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mentos ms kantianos, y la tica de Kant. Otros que utilizan la denominacin kantiano


en tica tienen una relacin con Kant an ms libre por ejemplo, muchos de ellos no
ofrecen concepcin alguna de las virtudes, o incluso niegan que sea posible semejante
concepcin; muchos consideran que lo fundamental son los derechos ms que las
obligaciones; casi todos se basan en un teora de la accin basada en la preferencia y en
una concepcin instrumental de la racionalidad, todo lo cual es incompatible con la tica
de Kant.

8.

El legado kantiano
La tica de Kant sigue siendo el intento paradigmtico y ms influyente por afirmar

principios morales universales sin referencia a las preferencias o a un marco teolgico. La


esperanza de identificar principios universales, tan patente en las concepciones de la
justicia y en el movimiento de derechos humanos, se ve constantemente desafiada por la
insistencia comunita-rista e historicista en que no podemos apelar a algo que vaya ms
all del discurso y de las tradiciones de sociedades particulares, y por la insistencia de los
utilitaristas en que los principios derivan de preferencias. Para quienes no consideran
convincente ninguno de estos caminos, el eslogan neo-kantiano de vuelta a Kant sigue
siendo un desafo que deben analizar o refutar.

Bibliografa

Obras de Kant
Groundwork of the Metaphysic of Moris; trad. H. J. Patn, como The Moral Law (Londres:
Hutchinson, 1953). Trad. esp.: Fundamentacin de la metafsica de las costumbres,
ed. de M. G.a Morente, Madrid, Espasa-Calpe, 1971.

Critique of Practical Reason; trad. L. W. Beck (Indianapolis: Bobbs-Merrill, 1977). Trad.


esp.: Crtica de la Razn Prctica, trad. de M. G.a Morente, Madrid, Espasa-Calpe,
1975.

Religin Within the Limits of Reason Alone; trad. T. M. Greene y H. H. Hudson (Nueva
York: Harper and Row, 1960). Trad. esp.: La Religin dentro de los lmites de la mera
razn, Madrid, Alianza Editorial, 1969.
The Metaphysic of Moris. Trad. esp.: La metafsica de las costumbres, Madrid, Tec-nos,
1989.

Filosofa de la Historia, Mxico, FCE, 1978.

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Cmo debo vivir?

Otras referencias

Nussbaum, M.: The Fragility of Goodness: Luck and Ethics in Greek Tragedy and
Philosophy (Cambridge: Cambridge University Press, 1986). Rawls, J.: A Theory
ofjustice (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1971).
Trad. esp.: Teora de la Justicia, Mxico, FCE, 1978. : Kantian constructivism and
moral theory, Journal of Philosophy, LXXVII
(1980), 515-72. Williams, B.: Ethics and the Limits of Philosophy (Londres:
Fontana, 1985).

Otras lecturas

Obras sobre la tica kantiana

Beck, L. W.: A Commentary on Kant's Critique of Practical Reason (Chicago: University of


Chicago Press, 1960).
H. Patn: The Categorical Imperative (Londres: Hutchinson & Co., 1947).
O'Neill, O.: Construaions of Reason: Explorations of Kant's Practical Philosophy
(Cambridge: Cambridge University Press, 1989).

Discusin de la tica kantiana


Maclntyre, A.: After Virtue (Londres: Duckworth, 1981). Trad. esp.: Tras la virtud,
Barcelona, Crtica, 1987.

Etica kantiana reciente


Nozick, R.: Anarchy, State and Utopia (Oxford: Blackwell, 1974). Trad. esp.: Anarqua,
Estado y utopa, Mxico, FCE, 1988.
Gewirth, A.: Human Rights: Essays on Justifications and Applications (Chicago: University
of Chicago Press, 1982).

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