Microhistoria e Historia Regional
Microhistoria e Historia Regional
Microhistoria e Historia Regional
ISSN: 1607-050X
desacato@ciesas.edu.mx
Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropologa Social
Mxico
Arias, Patricia
Luis Gonzlez. Microhistoria e historia regional
Desacatos, nm. 21, mayo-agosto, 2006, pp. 177-186
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social
Distrito Federal, Mxico
Luis Gonzlez.
Microhistoria e historia regional
Patricia Arias
Desacatos
Desacatos
Fernn Gonzlez
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Don Luis con su familia, San Juan de Gracia, Michoacn.
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Fernn Gonzlez
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Despus tuvo que dedicar mucho ms tiempo a explicar cmo lo haba hecho.
MICROHISTORIA
Para don Luis la microhistoria, historia pueblerina, historia parroquial, historia matria, de la patria chica, municipal, concreta, de campanario, como sola llamarlas
de manera intercambiable, deba ser, ante todo, el relato
verdadero, concreto y cualitativo del pretrito de la vida
diaria, del hombre comn, de la familia y el terruo.
Con los aos, el trmino con el que ms se acomod fue
el de matria. Le pareca que, por contraposicin a patria,
la matria designaba el mundo pequeo, dbil, femenino, sentimental de la madre [] es decir, la familia, el terruo. La microhistoria, entonces, es la narrativa que
reconstruye la dimensin temporal de la matria. La microhistoria elaborada y ms tarde reflexionada por
don Luis hace hincapi y se distingue de la macrohistoria en el tratamiento de cuatro elementos: espacio, tiempo, sociedad y vicisitudes.
En la microhistoria, deca, lo importante es el espacio,
al que entendi siempre como el terruo, lo que se ve desde un campanario, no ms de mil kilmetros cuadrados,
la regin nativa del ser. La microhistoria, sentenciaba, no
poda prescindir del anlisis del ambiente fsico, del medio natural donde se desenvolva el grupo de estudio
porque la microhistoria se desprende del tiempo lentsimo de la geografa. De acuerdo con Jos Miranda y sus
maestros franceses, pensaba que los pueblerinos se integraban profundamente con la tierra y de dicha integracin derivan su personalidad y su funcin. En ese sentido, la microhistoria era casi siempre geohistoria, porque
no puede evitar ser, deca, un poco geografa y un poco
biologa en tanto le da cabida a hechos del mundo histrico natural.
Por eso haba que estar atentos a las transformaciones impuestas por los lugareos al paisaje. Es decir, haba que conocer y entender el espacio que construan,
transitaban, eludan, significaban las sociedades, porque
esa relacin naturaleza-sociedad impactaba la organizacin y dinmicas sociales. Don Luis estaba convencido
de que existan ciclos de la naturaleza cuyos ritmos, cambiantes pero tambin repetitivos afectaban de manera importante la vida de los hombres.
Pero su visin de espacio era tambin dinmica: los
lmites espaciales, en tanto construccin social, eran poco precisos y, sobre todo, modificables, porque dependan, a fin de cuentas, de los trnsitos que construan los
hombres. As las cosas, para don Luis la pintura de paisaje, aunque no estuviera de moda, era indispensable.
l la practicaba y pula desde que haba ledo a Azorn,
uno de sus autores favoritos.
En ese sentido, la microhistoria, deca, suele ser de
espacio corto y tiempo largo y ritmo muy lento. Los
tiempos de la microhistoria se ubicaban entre el largusimo y pachorrudo de la geografa y el nada violento de
la costumbre. De ese modo, el tiempo microhistrico
parta de los tiempos ms remotos hasta pararse en el
presente. La microhistoria estaba enraizada en la vida
de tiempo lentsimo que la nutre y sobre la que reposan
estructuras sociales, econmicas y culturales y acontecimientos de toda ndole. Para don Luis, la costumbre, lo
que se repite una y otra vez hasta ser comportamiento
tpico y predecible, forma parte de lo singular de una
sociedad en el mbito que sea.
La sociedad microhistrica, el objeto de estudio diramos, es el pueblo entendido como conjunto de familias
ligadas al suelo, un puado de hombres que se conocen entre s, cuyas relaciones son concretas y nicas,
donde imperan las relaciones personales inmediatas. El
actor colectivo es entonces el crculo familiar, la gran familia. Como en el caso de la naturaleza, don Luis sola
pensar tambin en ciclos y generaciones, es decir, en la
manera como los hombres de cada momento histrico
confrontan, resuelven los desafos a los que se ven enfrentados de manera inacabable. En eso, don Luis siempre fue y lo reconoca profundamente ortegiano.
Para don Luis, la sociedad microhistrica poda estar
alejada, como muchas lo haban estado hasta fechas recientes, pero nunca aislada. En ese sentido, la historia
local sobrepasa lo estrictamente lugareo en tanto que toma muy en cuenta los contactos y relaciones que han
existido entre un pueblo y otro. En las comunidades
siempre ha habido, deca, contactos de mercado, con-
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tactos por peregrinaciones, por leva, por emigracin definitiva o simplemente estacional. En ese sentido y a
diferencia de lo que en algn momento postul la antropologa social, para don Luis la comunidad fue siempre
un mbito abierto y expuesto a influencias. Esa manera
de concebir la sociedad permite que la microhistoria de
un pueblo pueda seguir los desplazamientos y nuevos
asentamientos de los vecinos en la dispora nacional o
en Estados Unidos; de un barrio o colonia de inmigrantes en la gran ciudad, as como de una ciudad menuda
donde los vecinos se reconocen entre s, de un gremio,
una institucin, un monasterio, una hacienda.
A don Luis no le gustaba traspasar el lmite microhistrico. De cualquier modo, tena la certeza de que otro
modo de salirse del terruo es comparndolo con la tierra en que est inscrito porque la historia local es una
historia diferencial. Trata de medir la distancia entre la
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sido necesario y tuvo que basarse poco en archivos y entrevistas y ms en materiales bibliogrficos de toda
ndole. Segn sus clculos, para confeccionar la microhistoria de Zamora haba ledo unos trescientos volmenes. Y se nota.
Por prisa o falta de imaginacin, deca, las microhistorias de Zamora y Sahuayo comparten una estructura similar: ocho captulos y una extensa relacin de fuentes.
En ambos casos, los primeros captulos estn dedicados a
dar a conocer el paisaje y su gente mediante la descripcin minuciosa de la geografa, los registros arqueolgicos y los rastros histricos de los pobladores desde la
poca de la conquista hasta el siglo XIX. Despus, l mismo lo explica, aparecen los captulos dedicados a la economa, la organizacin social, la poltica, la cultura y las
relaciones exteriores; finalmente, estn los captulos dedicados a dar a conocer a los habitantes y sus vicisitudes
en los tiempos actuales.
Don Luis tena la gracia insuperable de poder captar y
extraer de fuentes, textos y manuscritos lo que vala la pena, lo que haba significado algo para la vida, los quehaceres y pasiones de la gente de las comunidades de estudio. Saba hacer magistralmente lo que siempre pens
que deba hacer la microhistoria: encontrar lo especfico
de cada sociedad y comprender las acciones de la gente
en su contexto y en su tiempo.
Pero, junto a las demandas de trabajo en torno a microhistorias que lo perseguan, don Luis labraba y seguira labrando casi hasta el final de sus das otro tipo de
historias: la historia regional.
HISTORIA REGIONAL
Con todo, aos ms tarde en 1985 seal que durante mucho tiempo no haba tenido clara la diferencia
entre terruo y regin. Finalmente, poda decir que el terruo era la comunidad donde predominaban los lazos
de sangre y el conocimiento mutuo entre las personas,
en tanto la regin era la comunidad mediana donde
son particularmente importantes los lazos econmicos.
La microhistoria entonces se encargaba de las primeras; la historia regional de las segundas.
Como cualquier lector advierte, a raz de esa obra magna y seminal que fue La vida social, don Luis adquiri
conocimientos verdaderamente exhaustivos acerca de la
historia de cada uno de los estados y rincones de la Repblica. Para elaborar la seccin que se llama El hombre y la tierra no cabe duda de que don Luis conoci
prcticamente todos los textos de geografa, historia, estadsticas, crnicas de viajeros que se haban escrito en y
acerca de las entidades de la repblica. Se puede decir
incluso que el propio texto de La vida social es un ejercicio muy complejo y completo de historia regional.
Don Luis recre, con descripciones, anlisis y sntesis
ejemplares, el haber territorial de Mxico a mediados
del siglo XIX. Para ello agrup entidades de acuerdo con
su ubicacin geogrfica, analiz las caractersticas de sus
medios naturales, ponder el impacto y las peculiaridades de la conquista y la colonia en la distribucin diferencial del poblamiento. A partir de esa suma de instantneas que daban cuenta de la irreconciliable variedad
de la geografa mexicana, dio cuenta pormenorizada de
la diversidad sociotnica del poblamiento, busc entender las peculiaridades del subsuelo indgena, las diferentes
maneras de habitar y vivir de los distintos grupos tnicos en su relacin entre ellos mismos y con el resto de la
nacin. Quiz nunca antes quiz tampoco despus
se ha llevado a cabo un ejercicio de esa naturaleza: descubrir, valorar, pero sobre todo, trabajar efectivamente con
la nocin de diversidad socioespacial y cultural. l hizo
verdad aquello de pensar y entender la patria como Multimxico.
A partir de los trabajos revisados, los conocimientos
adquiridos y las reflexiones acuadas para la Historia moderna de Mxico, don Luis gener a lo menos un texto
breve pero inmejorable de historia regional, entendida
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Michoacn.
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casi hasta el presente. Pero fueron, hasta donde deja traslucir su bibliografa, los nicos ejemplos en que quiso incursionar y proponer caractersticas y singularidades de la
gente ms all del terruo. Como todo, lo hizo muy bien.
EN SNTESIS
Bibliografa
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