Fomentando El Conocimiento de Las Libertades Laicas

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Memoria

Fomentando el Conocimiento de las

Libertades Laicas

Seminario Internacional

2007

Sistematizacin:
Lic. Sandra Aliaga Bruch
Edicin:
Teresa Lanza
Gloria Tapia
Diagramacin:
Moira Machicado
Impresin:
Imprenta Acertijo Telf. 2-458194
La presente publicacin es posible gracias al apoyo de:
UNIFEM Regin Andina, PNUD Bolivia, Embajada de Espaa en Bolivia y Agencia Espaola de Cooperacin Internacional

ndice
Consideraciones Preliminares
Objetivos

La Laicidad es el Cimiento de un Estado Democrtico

Teresa Lanza, Directora Ejecutiva de Catlicas por el Derecho a Decidir/Bolivia


Una Constitucin Poltica de los Derechos Humanos

Ximena Dvalos Saravia, Defensora del Pueblo de Chuquisaca

Conferencias Magistrales:
Laicidades?

12

Roberto Blancarte Pimentel

Laicidad, un principio constitucional

20

Marco Antonio Huaco Palomino

Igualdad para todos, ms all de la fe

30

Roberto Arriada Lorea

Estado laico favorece a Iglesia Catlica

36

Jos Lus Baptista

Libertad de conciencia: un derecho humano

40

Rosario Baptista

Laicidad y secularizacin en clave intercultural y de gnero

44

Josef Estermann

En defensa de los derechos sexuales y reproductivos

50

Yuri Puello Orozco

Laicidad, ms all de la democracia y la politizacin

54

Gloria Ardaya

Cosmovisin Andina frente a Estados monoculturales

58

Fernando Huanacuni Mamani

Hacer de los Derechos Humanos una Realidad

61

Discurso de Cierre Tania Nava, Captulo Boliviano de Derechos Humanos

Apuntes Biogrficos de las y los Expositores

62

Consideraciones
Preliminares
La Asamblea Constituyente aborda temas vitales como la transformacin de las relaciones

CDD/BOL propone
un Estado laico que
permita construir
una sociedad justa,
progresista y
solidaria, dotada de
instituciones
pblicas imparciales,
garantes de la
dignidad de las
personas y de los
derechos humanos

entre el Estado y la sociedad. En esa reflexin, una diversidad significativa de grupos y


sectores sociales, pueblos indgenas y partidos polticos, se han manifestado a favor de
que Bolivia se constituya en un Estado laico, que garantice la plena libertad religiosa sin
otorgar privilegios a ninguna Iglesia.
Por todo ello, desde 2004, CDD/BOL viene impulsando y fortaleciendo un movimiento
para considerar, debatir y reformar el Artculo 3 de la actual Constitucin Poltica del
Estado: "El Estado reconoce y sostiene la religin catlica, apostlica y romana..."
CDD/BOL propone un Estado laico que permita construir una sociedad justa, progresista
y solidaria, dotada de instituciones pblicas imparciales, garantes de la dignidad de las
personas y de los derechos humanos. Propone un Estado que asegure a hombres y mujeres
la libertad de pensamiento y de expresin, as como la igualdad de todas las personas ante
la ley, sin distincin de clase, edad, sexo, religin, filiacin poltica, origen tnico, opcin
sexual o cultural.
CDD/BOL est comprometida fundamentalmente con la movilizacin social como
instrumento de defensa de un Estado laico, al considerar que slo as podr impulsar el
reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos sexuales y derechos reproductivos,
especialmente los derechos de las mujeres. Esta propuesta fue presentada, discutida y
enriquecida por las redes internacionales, nacionales, departamentales y/o locales a las
que CDD/BOL pertenece. Junto a los movimientos feministas y sociales, Catlicas por

el Derecho a Decidir/Bolivia se fortaleci en la bsqueda de la incorporacin del tema


de Estado laico en la agenda de la Asamblea Constituyente.

Como parte de las jornadas de movilizacin en favor de los derechos humanos en la nueva
Constitucin Poltica del Estado, CDD/BOL invit a Roberto Blancarte Pimentel de Mxico,
Marco Huaco Palomino de Per, Roberto Arriada Lorea de Brasil, Josef Estermann de Suiza
radicado en Bolivia, Yuri Puello Orozco de Colombia y; Jos Lus Baptista, Rosario Baptista,
Gloria Ardaya y Fernando Huanacuni de Bolivia como expositores al Seminario Internacional
"Fomentando el conocimiento de las libertades laicas", cuyos objetivos fueron:

Objetivo General
Promover un espacio de reflexin y argumentacin sobre el rol de las religiones en el
Estado y su influencia en las polticas pblicas.

Objetivos Especficos
Develar la negativa influencia de posiciones fundamentalistas en las polticas del Estado
que limitan el ejercicio de las libertades ciudadanas, especialmente el de las mujeres
en nuestro pas.
Promover la laicidad del Estado boliviano para garantizar la vigencia de los derechos
sexuales y derechos reproductivos.
Contribuir a que los y las asamblestas adquieran mayores conocimientos sobre Estado laico.
Difundir argumentos slidos a travs de la participacin de prestigiosos acadmicos de
Amrica Latina para contribuir al debate sobre la laicidad del Estado.
En cuanto al temario, las primeras dos exposiciones de Roberto Blancarte y Marco Huaco
ahondaron en las definiciones de laicidad y su relacin constitucional con el Estado de
Derecho. Jos Lus Baptista, Roberto Arriada y Rosario Baptista nos permitieron entender
la institucionalizacin y materializacin de este concepto, y los problemas actuales de su
falta de aplicacin o de los problemas que va teniendo el Estado respecto de l. Finalmente,
Josef Estermann, Yuri Puello, Gloria Ardaya y Fernando Huanacuni se refirieron a hechos
concretos desde lo social, a partir de lo cual se analiz los efectos positivos de instituir
un Estado laico y los beneficios que pudiera tener una transformacin de esta naturaleza.

CDD/BOL est
comprometida
fundamentalmente
con la movilizacin
social como
instrumento de
defensa de un Estado
laico, al considerar
que slo as podr
impulsar el
reconocimiento y
ejercicio pleno de los
derechos sexuales y
derechos
reproductivos,
especialmente los
derechos de las
mujeres.

Dos encuentros con la misma temtica y objetivos fueron realizados: uno en la ciudad
de La Paz el 18 de abril de 2007, destinado a estudiantes y organizaciones sociales; y otro

en la ciudad de Sucre el 19 de abril, destinado a Asamblestas. Todo esto fue posible


gracias al apoyo y el auspicio de:

Catlicas por
Derecho a Decidir
(CDD/BOL) es una
organizacin de
mujeres catlicas
que promueve
los derechos de
las mujeres,
especialmente los
que se refieren a la
sexualidad y a la
reproduccin
humana.

Colegio Mexiquense (Mxico)


Universidad San Francisco Xavier
Captulo Boliviano de Derechos Humanos
Instituto Superior Ecumnico Andino de Teologa (ISEAT)
Defensora del Pueblo
Catlicas por el Derecho a Decidir / Bolivia
Carrera de Derecho, Universidad Mayor de San Andrs
Colegio de Abogados de La Paz
Catholics For a Free Choice
CIDES-UMSA
Movimiento de Mujeres Presentes en la Historia
UNIFEM
Embajada de Espaa en Bolivia - Agencia Espaola de Cooperacin Internacional
PNUD

Catlicas por el Derecho a Decidir


Catlicas por Derecho a Decidir (CDD/BOL) es una organizacin de mujeres catlicas
que promueve los derechos de las mujeres, especialmente los que se refieren a la sexualidad
y a la reproduccin humana. Trabaja para posibilitar cambios sostenibles en las polticas
pblicas y programas a fin de garantizar el respeto, reconocimiento y ejercicio de los
derechos sexuales y derechos reproductivos en todos los niveles de la sociedad. Busca
una sociedad con equidad y justicia de gnero, que respete especialmente los derechos
humanos de las mujeres; donde no exista discriminacin basada en gnero, edad, condicin
social o identidad sexual y en la que el ejercicio de la ciudadana est garantizado sin
oposiciones de orden poltico, religioso, homofbico, misgino o fundamentalista.
A nivel internacional, CDD/BOL forma parte de la Red Latinoamericana de Catlicas
por el Derecho a Decidir, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe,
el Consorcio Latinoamericano de Anticoncepcin de Emergencia, la Red Latinoamericana
y Caribea de Jvenes por los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, AWID,
REDWIM y Catholic Voice. Se vincula con el movimiento feminista y de mujeres y
participa en las campaas regionales e internacionales.
A nivel nacional, es miembro activo de la "Articulacin de Mujeres por la Equidad y
la Igualdad" (AMUPEI), red de seguimiento a la Plataforma de Accin de Beijing; el
"Espacio El Cairo va!", red de seguimiento al Programa de Accin de El Cairo, Campaa

28 de Septiembre, la Convencin por los Derechos Sexuales y Reproductivos, el Captulo


Boliviano de Derechos Humanos y la Comunidad de Derechos Humanos.
A travs de sus cuatro reas de trabajo (Polticas Pblicas; Capacitacin y Educacin;
Comunicacin y Medios y el rea de Jvenes interacta con instancias tcnicas de
gnero del Gobierno Prefectural y del Gobierno Municipal de La Paz, "Mesa Nacional
de Vigilancia de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos" y la "Red de
Prevencin de Atencin a la Violencia Intrafamiliar y Violenci Sexual", entre otros
colectivos y movimientos.
Con ellos, impulsa el cumplimiento de los mandatos de las mencionadas campaas y
convenciones a la luz de sus principios y visin.

La Laicidad es el Cimiento
de un Estado Democrtico
Fragmento del discurso inaugural - La Paz

"Cuando se adoptan los principios religiosos como polticas pblicas, stas no slo
afectan a los catlicos y catlicas. Cada ciudadano est sujeto a tales leyes sin importar
su fe o sus valores."
Presidenta de Catholics for a Free Choice

La religin es la ley de la conciencia. Toda ley sobre ella se anula porque imponiendo la necesidad
al deber, quita el mrito a la fe, que es la base de la Religin. Los preceptos
y los dogmas sagrados son tiles, luminosos y de evidencia metafsica; todos debemos
profesarlos, mas este deber es moral, no poltico.
Simn Bolvar
Adquirir nuevos conocimiento, discutir diferentes puntos de vista, analizar diversos elementos de juicio y
sobre todo, con la mente y el corazn abiertos a los cambios que buscamos en el marco de la Asamblea
Constituyenteste es el objetivo que nos ha motivado a realizar el Seminario Internacional Fomentando
el conocimiento de las libertades laicas. Son momentos de hacer historia en Bolivia, enfrentando grandes
desafos y responsabilidades y queremos aportar para que esa historia sea benvola con todas y todos.
Hemos buscado a las personas ms idneas para aprender de ellas, para adquirir herramientas y conocimientos
que nos permitan llevar adelante un debate fundamentado, basado en conocimientos tericos, sociolgicos,
filosficos, antropolgicos y polticos; para contribuir como ciudadanos y ciudadanas comprometidas con
los derechos humanos a que nuestra Asamblea Constituyente escriba la nueva Constitucin Poltica del Estado
con los instrumentos ms adecuados y en un marco democrtico, lejos de posiciones mezquinas, radicales
o fundamentalistas.
Como ciudadana boliviana y como mujer, comparto las palabras de Marta Lamas, una extraordinaria feminista
mexicana, reafirmando que estoy convencida que si la laicidad es el cimiento de un Estado democrtico que
tiene la obligacin de ofrecer igualdad a las personas a partir del principio de soberana popular y de la libre
determinacin de las y los individuos, y que articula la convivencia sobre la base de la tolerancia y del respeto
a la diferencia, entonces, como ciudadana boliviana y como mujer, me felicito por ser parte de esta iniciativa.
Teresa Lanza
Directora Ejecutiva CDD/BOL

Una Constitucin Poltica


de los Derechos Humanos

Fragmento del discurso inaugural - Sucre

Al iniciar el encuentro en Sucre el 19 de abril, Ximena Dvalos, Defensora del Pueblo en Chuquisaca,
manifest:
La sociedad civil y las y los constituyentes deben tomar conciencia de la importancia de constitucionalizar
los derechos humanos. Adems de existir una comisin en la Asamblea Constituyente dedicada a redactar
la parte dogmtica referente a los derechos, deberes y garantas, principios y fundamentos de los derechos
humanos, se debe impregnar a todas las comisiones de esta visin para que nuestra nueva Constitucin -en
toda su sistemtica, en todas sus partes- sea construida para favorecer el ejercicio de los derechos humanos.
Estas jornadas han adquirido tanta fuerza por la importancia de los derechos humanos. Por eso tantas
instituciones han venido de todo el pas para reunirse en Sucre. ste es un momento vital para decirles a
nuestros hermanos constituyentes que habemos muchas personas, muchas instituciones, que esperamos que
esta nueva Carta Magna tenga una mayor igualdad, mayor equidad, mayor inclusin, mayor justicia, que sea
la Constitucin Poltica de los derechos humanos.
En ese sentido, nos toca analizar temas muy sensibles, que tienen mucho que ver con Estados democrticos
que se basan en la independencia de sus instituciones, en la claridad de sus roles. Debemos debatir y analizar
principios tan importantes como el ejercicio de la libertad, el ejercicio de la igualdad, los lmites... Reconocemos
que muchas veces la falta de informacin nos hace prejuiciosos con algunos temas por eso es necesario que
las propuestas y el debate estn dentro del marco de los derechos humanos que son universales.
Este tiempo constituyente -adems de darnos una nueva Constitucin Poltica del Estado como resultado finalha provocado una serie de escenarios en los cuales las y los bolivianos estamos aprendiendo a discutir, a
debatir, a reconocer nuestras diferencias como parte de nuestra riqueza, como un potencial. Este proceso
de informacin y de reflexin en democracia ha permitido que todos nosotros, desde diferentes campos,
expresemos nuestras opiniones. Por eso esperamos una Carta Magna que represente a todas las bolivianas
y bolivianos y considero como Defensora del Pueblo del Departamento de Chuquisaca que el tema que nos
convoca necesita ser objeto de un debate amplio, profundo y respetuoso.
Gracias

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Conferencias
Magistrales

Conferencias Magistrales

Laicidades?
Roberto Blancarte Pimentel

El Estado laico es el
que mejor garantiza
las libertades y
derechos de los
ciudadanos,
comenzando por las
libertades de
religin. La primera
libertad de religin
es la libertad de creer
en lo que uno quiera
o de no creer en
nada, y de practicar
de acuerdo a esas
creencias.

Existen distintos prejuicios sobre el Estado laico o, sencillamente, confusin e ignorancia


sobre lo que significa. Por ello, quisiera comenzar explicando lo que no es para luego
tratar de explicar lo que s es.
El Estado laico no es el Estado confesional; es decir, no obedece a una o varias iglesias,
a una o varias religiones, del cual sus polticas pblicas y su legislacin vienen precisamente
de algn grupo confesional o religioso. El Estado laico no es anticlerical o antirreligioso.
En la tradicin latinoamericana, estamos acostumbrados a verlo como anticlerical, que
est en contra de las iglesias o contra las religiones. La verdad es que tendramos que
admitir que en la historia de Amrica Latina -en trminos generales y en muchas ocasionesel Estado laico fue muy combativo por razones histricas y especficas, particularmente
por la necesidad de luchar contra el poder hegemnico o monoplico de una iglesia que
estaba ligada a l. En la necesidad de separarse, hubo una vertiente anticlerical muy
combativa. En todo caso, yo dira que eso es ms laicismo que laicidad. Para ser
verdaderamente un Estado laico, necesita ser ms laico que laicista; es decir, necesita tener
una perspectiva mucho ms liberal, ms abierta acerca de su papel
.
Las libertades religiosas -y otras libertades que nosotros llamamos libertades en general,
como las de expresin, de comercio, de religin- no existieron en tanto los Estados
confesionales estaban establecidos. El Estado laico es el que mejor garantiza las libertades
y derechos de los ciudadanos, comenzando por las libertades de religin. La primera
libertad de religin es la libertad de creer en lo que uno quiera o de no creer en nada, y
de practicar de acuerdo a esas creencias. En la historia, particularmente del mundo
occidental, no hubo Estados confesionales que hayan permitido estas libertades; es cuando
se establece lo que llamamos Estado laico que se van garantizando y estableciendo.

Un instrumento jurdico-poltico necesario


Este tipo de Estado es una cosa muy sencilla. Es un instrumento poltico-jurdico del cual
nos hemos dotado en las sociedades modernas para manejar mejor la pluralidad, para

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vivir mejor en convivencia pacfica y para que en ese entendimiento y tolerancia, se pueda
respetar los derechos y las libertades de todos los ciudadanos. En Amrica Latina hemos
alcanzado muchas veces la igualdad, decimos que todos somos iguales pero resulta que
luego hay algunos ms iguales que otros. Obviamente esto no garantiza la igualdad, ni
que todos tengamos los mismos derechos y libertades. El Estado laico es un instrumento
jurdico-poltico que fuimos inventando y perfeccionando a lo largo de estos ltimos tres
o cuatro siglos, para responder mejor a las necesidades de una sociedad cada vez ms
plural, ms consciente de la pluralidad, y que requiere mecanismos polticos y jurdicos
que permitan a los ciudadanos vivir en esa convivencia.
Me imagino que muchas veces -sobretodo cuando hay un pblico joven- no se dan cuenta
o no entienden bien qu es esto de la laicidad. Suena a algo muy aburrido, estas nociones
son un poco engorrosas. Yo explico el Estado laico a travs de las libertades cotidianas,
aqullas que gozamos todos los das, libertades que podemos perder si no se establece
este tipo de Estado. Por ejemplo, en muchos pases no existe la libertad de ir al cine a ver
un pelcula porque alguna organizacin religiosa dicta qu es lo que se puede ver y qu
no. As nos quitan la libertad para decidir. El Estado laico establece los mecanismos para
que no haya una organizacin religiosa o filosfica que nos impida decidir por nuestra
cuenta si queremos ir a ver esa pelcula. Permite a los ciudadanos ir a ver una exposicin
de pintura que puede parecer una hereja o algn tipo de blasfemia. Posibilita a cada quien
la libertad para decidir de acuerdo a su conciencia, criterios culturales, trayectoria, tica
y moral. Tiene que ver con que las catlicas, o mujeres de cualquier religin, puedan
decidir tomarse una pastilla anticonceptiva, tan sencillo como el derecho a tomrsela, y
por supuesto el acceso a esa pastilla, a que se la vendan en una farmacia o en un hospital
pblico, independientemente de que haya alguna iglesia o agrupacin religiosa que no
quiera que se venda.

...definimos laicidad
como un rgimen
social de
convivencia, cuyas
instituciones
polticas ya no estn
legitimadas por lo
sagrado o por lo
religioso sino por la
soberana popular.

El Estado laico garantiza que los que no estn de acuerdo con esa posicin, o los que no
creen en esa religin, o los que no creen en nada, tengan el derecho a decidir por su
propia voluntad, de acuerdo a lo que su conciencia les diga. Esto tiene que ver con
decisiones cotidianas, con libertades cotidianas de las cuales gozamos y que a veces damos
por sentadas, pero que necesitamos reafirmar en lo que nosotros llamamos el Estado laico
para que puedan seguir existiendo, para que puedan seguir siendo garantizadas.
Algunos especialistas -obviamente esto no es dogma por lo que pueden estar o no de
acuerdo definimos laicidad como un rgimen social de convivencia, cuyas instituciones
polticas ya no estn legitimadas por lo sagrado o por lo religioso sino por la soberana
popular. Esto significa que en el curso de la historia, sobretodo en el mundo occidental,
nos dimos cuenta que necesitbamos un instrumento que nos permitiera vivir a todos
pacficamente. Hubo una poca en la que todos supuestamente pensbamos igual. Fue

13

Conferencias Magistrales

antes del siglo XVI, cuando en Europa -en trminos de religin por ejemplo- todo el mundo
estaba obligado a creer en lo mismo.

Pluralidad, qu riqueza!

Tenemos derecho a
pensar distinto, a
votar por un partido
poltico distinto, a
ser indgenas,
mestizos, blancos, de
distinta etnia
estando en un
mismo territorio con
los mismos derechos.
Tenemos derecho a
tener preferencias
sexuales distintas y
ser iguales ante la ley.

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Cuando empez la incidencia religiosa y algunos pudieron escapar por razones polticas
o histricas de ese control, empezaron las guerras. Fue entonces que se evidenci la
necesidad de un instrumento para que dos personas que crean cosas distintas o que
pertenecan a iglesias distintas pudieran convivir en el mismo territorio. En el camino,
surgi algo mucho ms complejo: la historia del reconocimiento de nuestra pluralidad,
del reconocimiento de que todos somos iguales y al mismo tiempo, diferentes; y que aun
as podemos y debemos ser iguales ante la ley. Todos tenemos derecho a ser diferentes
si queremos. Tenemos derecho a pensar distinto, a votar por un partido poltico distinto,
a ser indgenas, mestizos, blancos, de distinta etnia estando en un mismo territorio con
los mismos derechos. Tenemos derecho a tener preferencias sexuales distintas y ser iguales
ante la ley.
Tenemos derecho a tener religiones distintas y ser iguales en la sociedad. La garanta del
reconocimiento de las libertades sirve para poder entender que somos diferentes. El Estado
laico garantiza sobretodo el derecho a la diferencia y a ser tratados sin discriminacin,
como iguales pero con el derecho a pensar y a ser distintos.
Obviamente esto suena muy fcil, pero la historia de nuestra vida poltica ha sido
complicada. No todas las personas estn dispuestas a aceptar esto, a que pensemos distinto,
a que tengamos opciones diferentes. Uno tiende a pensar que la pluralidad puede ser
problemtica. Lo digo por Mxico, aunque s que Amrica Latina en general comparte
muchas cosas. En un programa de televisin en La Paz, el entrevistador muy amablemente
nos pregunt "Con esto de que hay muchas sectas y religiones, no hay cada vez ms
problemas?". Yo me qued pensando y le contest: "En Chiapas, el Estado donde hay ms
protestantes y evanglicos en Mxico, hay una enorme pluralidad y muchas veces en
efecto se pens que el problema era la pluralidad. Pero el problema era que estbamos
acostumbrados -por lo menos en Mxico- a tener una sola religin, a votar por un solo
partido poltico, a que supuestamente todos ramos mestizos, y eso obviamente haca
muy difcil que alguien diga 'oiga yo no soy mestizo, soy indgena y tengo los mismos
derechos que ustedes'." Es decir, que nosotros por la forma en que nos hemos desarrollado
como naciones, tendemos a ver algo general como lo mejor y la pluralidad como un
problema, cuando en realidad no hay nada ms enriquecedor que la pluralidad. Seramos
muy aburridos si todos creyramos en la misma religin, votramos por el mismo partido.
Sera muy fcil, pero en realidad no existe ninguna parte en el mundo donde todos crean
lo mismo.

Ahora, el punto es que la laicidad no es algo que est hecho de un da para otro o que
se haya creado por una persona y hay que respetarla. Es un mecanismo, un instrumento
jurdicopoltico, que nos hemos ido dando para poder vivir en esta convivencia. Esto
quiere decir que de la misma manera que la democracia, la laicidad no es algo acabado,
definitivo, sino algo que tenemos que construir todos los das. No es algo que ya est
dicho, que ya sepamos cmo es y que haya slo una forma de vivir en convivencia pacfica.
Cada uno de nuestros pueblos ha ido perfeccionando ese sistema que al igual que la
democracia, es un horizonte al cual nos dirigimos pero nunca llegamos. Hay que seguir
dirigindolo porque se puede perfeccionar. Todos los das hay nuevos retos para este
instrumento de convivencia pacfica y plural, a los cuales tenemos que responder de
manera muy creativa.
La laicidad muchas veces se confunde con otras cuestiones parecidas pero que no son
exactamente lo mismo. Por ejemplo, la laicidad se parece mucho a la separacin entre
el Estado y la Iglesia, o al respeto a los derechos humanos, o a la tolerancia, pero que no
es eso. Nos dimos cuenta que hay Constituciones que dicen que sus pases son Estados
laicos pero en la prctica no lo son, u otros que ni siquiera conocen esa nocin y que sin
embargo son laicos. Hay pases que en aras de construir un Estado laico han ido sacralizando
al propio Estado y han construido frmulas estatales que en el fondo tampoco han servido
mucho para la libertad. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado cuando hablamos de
laicidad y cuando la construimos, porque no es algo sencillo. Nuestra tendencia natural
como individuos sociales -y aqu viene mi parte ms pesimista- es que tendemos a querer
derechos y libertades para nosotros pero acostumbramos negrselos a otros.

Pensamos que todo el mundo debe defender nuestros derechos pero


a la hora que nos piden defender los derechos de otros, ya no nos
parece tan bien, o no nos persuade tan fcilmente, porque no
estamos convencidos de que todos merecen tener todos los derechos.
Hacia esa meta tambin queremos ir.
Estado e Iglesia por separado
La separacin Estado-Iglesia es muy parecida a la laicidad. Para la mayora de los franceses
-por ejemplo- la laicidad es la separacin de Iglesia-Estado, aunque no sea exactamente
lo mismo.

15

Conferencias Magistrales

En realidad entre
1850 y 1950, casi
todos los pases
latinoamericanos
establecieron esta
separacin. Y sin
embargo,
observamos que a
pesar de esa
separacin hay
todava demasiada
interferencia de lo
religioso y sus
organizaciones en la
cuestin de lo
pblico.

Hay pases que no han desarrollado este instrumento en pro de mayores libertades de los
ciudadanos a pesar de que en sus Constituciones hay una separacin formal de ambas
instituciones.
Muchos pases latinoamericanos establecieron una separacin formal entre Estado-Iglesia.
Algunos como Mxico desde el siglo XIX y otros como Chile y Cuba, en el siglo XX. En
realidad entre 1850 y 1950, casi todos los pases latinoamericanos establecieron esta
separacin. Y sin embargo, observamos que a pesar de esa separacin hay todava demasiada
interferencia de lo religioso y sus organizaciones en la cuestin de lo pblico. Lo que
quiero resaltar es que por eso nuestra definicin de laicidad tiene que ver ms con los
procesos de legitimacin de las autoridades polticas, con los procesos de legitimidad del
poder poltico. Nuestra definicin de rgimen social de convivencia se asienta en instituciones
polticas legitimadas por la soberana popular y no por lo sagrado o por inscripciones
religiosas. En realidad, centra la cuestin en algo ms importante que la separacin EstadoIglesia, que es la legitimidad de las instituciones polticas.
En algn momento de la historia de la civilizacin occidental, se sinti la necesidad de
transformar el tipo de Estado bsicamente confesional donde las autoridades polticas y
el poder poltico venan prcticamente de la autoridad de instituciones religiosas o de lo
sagrado en general. Las monarquas basaban su autoridad en el hecho de ser establecidas
por voluntad divina. Se sacralizaba ese poder poltico. Pero hay un momento, por
muchsimas razones histricas y polticas en que ese poder se transforma y la soberana
del monarca pasa a ser una soberana del pueblo. Esta soberana popular la tenemos en
los congresos, en las asambleas constituyentes, es decir, en el poder que emana del pueblo
y que pasa a travs de esas formas de representacin popular. Vemos la creacin ms
formal y surgimiento del Estado laico en el cambio de regmenes en los que la autoridad
poltica procede del poder religioso y sagrado, a aqullos que sostienen autoridades que
provienen del pueblo.
Lo central del Estado laico es que garantiza esa nueva pluralidad de derechos y libertades.
Se deslinda de toda autoridad proveniente de la institucin religiosa, aceptando como
nica autoridad posible y vlida la que el pueblo elige, sea directamente o a travs de sus
representantes. El acento va en la legitimidad de las instituciones polticas. Por eso los
Estados modernos cuando son fundados y se los va estableciendo, tienen que deslindarse
de las normas doctrinales especficas de cualquier religin para poder garantizar que sus
polticas pblicas respondan a los intereses de todos, al bien comn, al inters pblico.
Las instituciones religiosas buscan obligar a los ciudadanos a que se inscriban a sus normas
doctrinales especficas y el Estado no puede obligarlos a que lo hagan. Por ello, se tiene
que establecer mecanismos adecuados para que las leyes y las polticas pblicas sean

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construidas por lo que representa y supone ese bien comn y el inters de todos, y no por
lo que dice una o varias asociaciones u organizaciones religiosas, iglesias o una determinada
asociacin filosfica.

Conciencia intocable
En resumen, el Estado laico se invent como un mecanismo de convivencia pacfica que
posibilita la libertad de conciencia y sus principios fundamentales residen en la legitimidad
de sus instituciones polticas.
Todo surgi cuando alguien comenz a pensar distinto, polticamente hablando, sin ser
quemado en la hoguera. En ese sentido, la libertad de conciencia comenz a ser protegida
y el Estado admiti la necesidad de que las personas sean libres. Por eso es que la religin
comenz a ser para muchos un asunto privado, una cuestin personal, puesto que se
pensaba que la conciencia era intocable.
Uno no puede entrar al nivel de la conciencia porque esa libertad debe permanecer hasta
el final. La mejor manera que se le ocurri al mundo para que esta libertad sea una cuestin
personal fue creer que lo religioso es un asunto privado, y no entra a la esfera pblica.
Despus nos dimos cuenta que lo religioso tambin tiene un papel social y que no es
solamente una cuestin individual, pero qued la idea de que haba que respetar esa
conciencia, y para ello, el Estado tena que hacer todo lo posible para garantizar que las
personas puedan creer en lo que quisieran y actuar bajo esa creencia.
En funcin de esto, se comienza a gestar el Estado laico con las libertades de creencia,
de culto, de expresin, de comercio, de circulacin... Tom en cuenta muchas libertades
de las cuales no gozbamos, y de las cuales, la primera es la libertad conciencial. Espero
que haya quedado claro que aqu no hay ninguna medida anticlerical o antirreligiosa, se
trata simplemente de un Estado que poco a poco va generando su autonoma para poder
elaborar leyes y polticas orientadas al inters del conjunto de ciudadanos, al bien comn,
con libertades y derechos que no afecten los derechos de terceros.
Otro elemento importante es el de la igualdad y la no discriminacin. La idea de un Estado
laico es que todos sean tratados igual, independientemente de sus creencias; de su origen
social, tnico; de sus preferencias polticas, religiosas y sexuales. El Estado laico posibilita
que las personas piensen distinto, permite que ejerzan su libertad a ser diferentes, sin
afectar los derechos de terceros. Se dice fcil pero no lo es, garantizar la igualdad para
todos es muy difcil en sociedades como las nuestras en las que estamos acostumbrados
a que unos tengamos derechos y privilegios que otros no tienen. La discriminacin

Por ello, se tiene


que establecer
mecanismos
adecuados para que
las leyes y las
polticas pblicas
sean construidas por
lo que representa y
supone ese bien
comn y el inters de
todos, y no por lo que
dice una o varias
asociaciones u
organizaciones
religiosas, iglesias o
una determinada
asociacin filosfica.

17

Conferencias Magistrales

desafortunadamente es moneda corriente en nuestras sociedades, en las que estamos


demasiado acostumbrados a no respetar el derecho a la diferencia. No est imbuido en
nuestras culturas el derecho a ser diferentes.

La discriminacin
desafortunadamente
es moneda corriente
en nuestras
sociedades, en las
que estamos
demasiado
acostumbrados a no
respetar el derecho a
la diferencia. No est
imbuido en nuestras
culturas el derecho
a ser diferentes.

Un primer peligro que enfrenta el Estado laico es la tentacin de las iglesias catlicas o
religiones polticas. Durante muchos aos en los sistemas polticos y sociales latinoamericanos,
las iglesias han estado tentadas -en combinacin con las autoridades polticas- a utilizar
el brazo poltico del Estado para sus propios fines. Es decir, imponer una norma doctrinal
al conjunto de ciudadanos, como el caso del divorcio en Chile. De la tentacin de una
iglesia politizada, que abusa de su relacin con el poder poltico, nace la imposicin de
una norma para todos cuando sta slo debera ser respetada por quienes estn de acuerdo
con ella. Lo mismo puede suceder al revs, es decir, que el Estado religioso tenga la
tentacin de asumir funciones e inmiscuirse en la vida de las iglesias,
lo que no le compete. No busca solamente una esfera de autonomas sino que adems,
busca legitimarse, sacralizarse, a travs de lo religioso.

Dos extremos
Un ejemplo que ocurri en marzo de 2007: el Cdigo Penal fue reformado en Mxico
para penalizar duramente a todos aqullos que abusan a menores de edad. En la bsqueda
de proteger a los menores, se decidi dar penas todava ms severas a quienes estn cerca
de ellos, como los maestros y directores de escuela, y los sacerdotes. A stos, se les
implanta castigos mucho ms duros, el doble de lo que se le dara a cualquier otra persona.
Hasta ah no hay problema porque el Estado puede decidir penalizar y esto incluso es
aplaudido por muchsima gente para evitar los abusos a menores.
Sin embargo, en Mxico se decidi que el Estado puede inhabilitar a los sacerdotes que
incurran en estos delitos. Con ello, se estara metiendo en un terreno que no le corresponde
porque los sacerdotes no son funcionarios pblicos. Por lo tanto, se debe respetar la
autonoma de la esfera de lo religioso para poder preservar la autonoma de lo poltico.
De esta manera, quienes pensamos en que el Estado de Mxico debe ser verdaderamente
laico hicimos una crtica, porque as como que hay que impedir que las iglesias se politicen
y usen el poder del Estado para hacer iglesias polticas, tambin hay que impedir que el
Estado se convierta en un Estado religioso o en un Estado sacralizado.
Hay que tener mucho cuidado con estos dos extremos. Una verdadera concepcin de
laicidad supone que exista respeto a la libertad de conciencia, autonoma de lo poltico
frente a lo religioso e igualdad de trato a todos; para que todos tengamos ms libertades,
respetemos las de los dems y que los dems defiendan nuestras propias libertades.

18

Creo yo que el Estado laico, se llame as o no en las Constituciones, tiende a consolidarse


en el mundo contemporneo y particularmente en Amrica Latina. Despus de la Segunda
Guerra Mundial, es decir de cincuenta aos para ac, nos encontramos con que la sociedad
en Amrica Latina es cada vez ms democrtica. Es decir, que ese principio de la soberana
popular es cada vez ms vlido. Otro hecho importante es que cada vez hay ms conciencia
de la necesidad de respetar los derechos humanos. Esto supone un Estado ms laico,
porque no est condicionado a una norma doctrinal. Muchas veces, las normas doctrinales
por ms buenas intenciones que tengan, limitan los derechos humanos.
Doy un ejemplo de cmo el respeto a los derechos humanos implica un Estado laico: en
Canad, la norma que permite el matrimonio entre homosexuales no fue aprobada por
mayora en el Congreso canadiense, fue aprobada por la Suprema Corte de la Nacin
porque sta entendi que todos los canadienses deben tener los mismos derechos, sean
homosexuales o heterosexuales. Esta norma se aprob con la lgica de respeto a la
diferencia, del derecho a la diferencia, del respeto a los derechos humanos de los
homosexuales. Esto quiere decir que un Estado es laico cuando se respeta, promueve y
establece los derechos que la mayora decide, siempre y cuando stos no vayan en contra
de los de las minoras.
Otra razn por la que creo que se fortalecer cada vez ms la necesidad de un Estado
laico es que algunos pases en Amrica Latina establecimos la libertad de culto y la
posibilidad de pluralidad religiosa desde mediados del siglo XIX. Esta medida hasta 1950
afectaba al uno por ciento de la poblacin o cuando mucho, al dos por ciento que no
eran catlicos. Sin embargo ahora Amrica Latina es realmente plural -el promedio de no
catlicos es de 20 a 25 %- lo cual obliga a cualquier Estado a responder a la necesidad
de que las leyes y polticas pblicas no sean elaboradas en funcin de un grupo, aunque
ste sea mayoritario, sino que respondan a los derechos y libertades de mayoras y minoras.

Sin embargo ahora


Amrica Latina es
realmente plural -el
promedio de no
catlicos es de 20 a
25 %- lo cual obliga
a cualquier Estado a
responder a la
necesidad de que las
leyes y polticas
pblicas no sean
elaboradas en funcin
de un grupo, aunque
ste sea mayoritario,
sino que respondan
a los derechos y
libertades de
mayoras y minoras.

Por la creciente democratizacin de nuestros pases y la mayor conciencia y respeto a los


derechos humanos y a la pluralidad, no nos queda otra ms que establecer el mecanismo
que durante muchos siglos hemos estado construyendo y que llamamos Estado laico. ste
nos permite vivir en convivencia y armona pacfica, respetando los derechos y libertades
de todos. Por supuesto esto puede suceder o no. Yo soy optimista por naturaleza y a lo
mejor no sucede, pero en trminos de tendencias histricas, todo indica que a mediano
plazo, tendr que irse imponiendo en nuestras vidas cotidianas.

19

Conferencias Magistrales

Laicidad, un Principio
Constitucional
Marco Antonio Huaco Palomino

Cuando hablamos
de laicidad, no
estamos hablando de
la relacin entre el
Estado y un
fenmeno religioso
institucional:
iglesia, comunidad
religiosa o confesin;
estamos hablando de
la relacin entre lo
poltico y lo
religioso, entre lo
estatal y lo religioso
como un aspecto
ms amplio que lo
eclesistico.

20

Laicidad no se reduce a la separacin entre Estado e iglesia, aunque sta haya sido una
de las primeras formas que asume para constituirse. Es quizs paradjico para nuestro
tiempo relacionar -a veces de manera mecnica- religiones versus Estado laico. Hay
confesiones religiosas con postulados de moral muy conservadora, que al mismo tiempo
son partidarias de una separacin entre Estado e iglesia. Es decir, no todas las tendencias
religiosas son partidarias del Estado confesional, ni todas tampoco son partidarias del
Estado laico.
Lo que muestra la historia norteamericana es que un sustrato cultural poltico-cristiano es
el que origina la separacin entre el Estado y la iglesia con la finalidad de proteger la
pureza de la iglesia, porque se entiende que la alianza con el poder la corrompe. Por su
lado, la experiencia francesa tiene un nfasis diferente, alrededor de la tradicin iluminista,
donde se plasma una ley de separacin entre iglesia y Estado. Se trata de una experiencia
ms anticlerical y de tono ms antirreligioso. Podemos ver as que de distintas vertientes,
se llega a un mismo tipo de Estado.

Entre lo estatal y lo religioso


El surgimiento de las libertades fundamentales -de expresin, de imprenta, de pensamiento
tiene su origen en la lucha por la libertad religiosa y la libertad de conciencia, que termina
proponiendo garantas institucionales y luego, se valora ya como la idea ms amplia de
laicidad. Cuando hablamos de laicidad, no estamos hablando de la relacin entre el Estado
y un fenmeno religioso institucional: iglesia, comunidad religiosa o confesin; estamos
hablando de la relacin entre lo poltico y lo religioso, entre lo estatal y lo religioso como
un aspecto ms amplio que lo eclesistico. La laicidad actualmente puede ser entendida
en Derecho como un principio jurdico y constitucional. Las Constituciones tienen diversas
normas que nos dan cuenta del ncleo o el bloque de constitucionalidad, las cuales
traducen las opciones fundamentales y ms generales de un determinado orden jurdico.

El orden jurdico es algo fundamental para la existencia pacfica de un Estado, de una


nacin.
Podemos citar algunos principios constitucionales: el principio de la dignidad humana,
de igualdad, de libertad, el principio democrtico o el principio de la soberana popular
como fuente de poder. La laicidad viene a ser establecida como un principio constitucional
porque constituye el Estado democrtico, le da razn y forma, en la medida en que la
separacin entre lo religioso y lo poltico es un elemento esencial de surgimiento del
Estado moderno. ste nace precisamente en un proceso de separacin orgnica, poltica
y funcional de la iglesia. Tenemos el papado medieval, con sus normas jurdicas muy bien
establecidas, sus procedimientos judiciales y su influencia sobre la sociedad; que asiste
a la desmembracin del Imperio Medieval, y experimenta una dificultad frente al surgimiento
del pluralismo religioso.
Imperio y papado en su colapso histrico, ven el surgimiento del Estado moderno. Es un
proceso constitutivo, un proceso esencial. Por esto, el principio de laicidad -ya sea
enunciado de manera clara y directa en los textos constitucionales o no- se expresa a lo
largo y ancho del ordenamiento jurdico, desde las normas ms altas de la pirmide que
nos habla del rango valorativo de las formas legales. Desde la Constitucin, la norma
suprema de todo Estado, pasando por leyes, decretos presidenciales, dirigindose a las
leyes ordinarias y as, en un degrad legislativo, el principio de laicidad atraviesa todo el
ordenamiento jurdico aunque no est expresado en la Constitucin. Sin embargo, no deja
de ser importante que se enuncie de manera expresa, que un Estado se posicione como
Estado laico.

El que un Estado sea


laico, no significa
que sea "ateo".
Ateo entre comillas
porque es difcil que
un Estado pueda
tener creencias
personales las
cuales slo ataen a
personas de carne
y hueso.

El que un Estado sea laico, no significa que sea "ateo". Ateo entre comillas porque es difcil
que un Estado pueda tener creencias personales las cuales slo ataen a personas de carne
y hueso. Est muy claro que no es capaz de tener creencias personales y cuando decimos
Estado ateo, quizs estamos haciendo eco de cierto discurso religioso que est dirigido a
deslegitimar el curso del Estado laico, que simplemente no promueve ninguna posicin
religiosa o no religiosa.

Principio Constitucional
El principio de laicidad es un principio constitucional, formador del Derecho de un Estado,
pero adems es un principio formador muy tpico de una rama del Derecho, que pertenece
al conjunto del sistema jurdico, que es el derecho de la religin, o lo que se conoce en
otros pases particularmente europeos y anglosajones como el derecho eclesistico del

21

Conferencias Magistrales

Se ha sealado que la
laicidad consiste en
la autonoma de lo
poltico y lo
religioso, en la
vigencia de las
libertades de
conciencia y de
religin y tambin
en la vigencia del
principio del derecho
de igualdad

Estado. Este sector de las normas jurdicas es el que posee como finalidad normar el hecho
religioso en lo que tiene de relevancia pblica y social. No tiene como finalidad que el
Estado intervenga en los asuntos religiosos, por ejemplo decir cul doctrina es verdadera,
pero s tiene que ver con una regulacin externa de lo religioso como fenmeno social.
Entonces, el principio de laicidad es un principio que tiende a tener influencia en este
aspecto, en este tramo, en este sector del Derecho. Tienen, en tanto principio jurdico,
estos contenidos tericos.
Se ha sealado que la laicidad consiste en la autonoma de lo poltico y lo religioso, en
la vigencia de las libertades de conciencia y de religin y tambin en la vigencia del
principio del derecho de igualdad. Ahora bien, estos tres aspectos tienen formas concretas
de manifestarse en el plano jurdico. Por ejemplo hablando de autonoma entre lo poltico
y lo religioso, tenemos un primer aspecto que es la separacin orgnica y de funciones,
as como la autonoma administrativa es recproca entre agrupaciones religiosas y Estado.
Esto significa que el Estado y las agrupaciones religiosas -no vamos a decir Estado-Iglesia,
porque formas orgnicas religiosas existen muchas y la forma de la iglesia no es la nica,
existen confesiones, comunidades, movimientos religiosos tienen que caracterizarse por
que no exista una yuxtaposicin, una superposicin orgnica, que un rgano eclesistico
no desempee al mismo tiempo funciones estatales y que un rgano estatal no desempee
al mismo tiempo funciones religiosas. Esto podemos verlo por ejemplo, en algunas
experiencias de pases que tienen acuerdos firmados con la Santa Sede, cuando a un
determinado ministro de culto se le reconoce grados militares. Por ejemplo en el Per, a
los capellanes castrenses se les puede reconocer el grado de general de brigada. Tambin
podemos ver el caso de ministros que brindan asistencia religiosa y que son asimilados
al servicio civil del Estado, con lo cual ya participan de un rango de funcionario pblico
y se produce en cierta manera esta yuxtaposicin de funciones.
Hay casos donde tambin se superponen orgnicamente las iglesias y el Estado. Por
ejemplo, cuando en cierto tipo de causas mayormente patrimoniales, se dice que hay una
suerte de sucesin de estancia entre los tribunales cannicos y estatales, como cuando
se dice que es cierto que el tipo de personal pblico que son los ministros religiosos sern
juzgados en primer lugar por sus tribunales cannicos y luego en segunda instancia pasarn
a ser juzgados por los tribunales civiles y estatales. Ah hay una integracin que no est
permitida por el principio de laicidad.

Principio de Legitimidad secular versus legitimidad religiosa


En segundo lugar, tenemos el fundamento secular de la legitimidad y de los fines y valores
ltimos del Estado y del gobierno. Una legitimidad secular y no una legitimidad religiosa.
Estamos hablando del Estado democrtico que no se funda en una cosmovisin religiosa
para construir el edificio social y el edificio jurdico de una sociedad determinada. Ms

22

bien basa la legitimidad, la fuente de autoridad reconocida, justa y legtima, no en doctrinas


religiosas particulares, sino en consensos mnimos comunes compartidos por la sociedad.
Cierto es que estos valores laicos, esta aspiracin secular de la legitimidad de leyes y
valores del Estado, no necesariamente son totalmente indiferentes a los valores religiosos.
Hay valores religiosos que terminan secularizndose y con los cuales el conjunto de la
sociedad participa y terminan siendo finalmente valores laicos. Lo que queremos decir
es que el Estado no puede referirse a un fundamento religioso para poder fundamentar
la legitimad del ejercicio de poder poltico.
Tenemos como un tercer contenido de principio jurdico de laicidad a normas legales y
polticas pblicas del Estado que estn inspiradas y motivadas secularmente. Hemos dicho
tambin que los fundamentos valorativos de un Estado democrtico deben ser laicos. No
estamos hablando de los fundamentos finales o ltimos del Estado, sino de las normas
jurdicas especficas y concretas, de las polticas pblicas que implementan los rganos
del Poder Ejecutivo de los diferentes Estados democrticos donde hay separacin de
poderes. Estas normas y polticas pblicas tambin estn inspiradas en fundamentos
filosficos laicos.
Por ejemplo, en Per en 1979 -inclusive hasta 1993- consta en las actas del debate
constituyente -que redacta la nueva constitucin que reemplaza a la anterior- que se est
definiendo cul es el rgimen econmico del Estado peruano. Se habla de la economa
social de mercado o de la economa de mercado. Representantes de un partido poltico
levantan la mano y comienzan a explicar al parlamento cul es la doctrina social de la
Iglesia Catlica: el principio de subsidiariedad, solidaridad, etc., y que como los Papas
dicen que la sociedad debera ordenarse de esta manera segn la doctrina social de la
Iglesia, el Estado debera formular su rgimen econmico en concordancia con esa doctrina
religiosa. sa es una inspiracin religiosa de la definicin de un Estado que finalmente se
plasma en una norma jurdica de la Constitucin. Esto viola el principio de laicidad.

Hay valores
religiosos que
terminan
secularizndose y con
los cuales el conjunto
de la sociedad
participa y terminan
siendo finalmente
valores laicos.

Podemos tambin ver, cuando se trata de poltica educativa, o de


derechos sexuales y derechos reproductivos, cmo las polticas
pblicas son condicionadas por creencias religiosas y se limita las
libertades de religin, de conciencia, de pensamiento.
Tenemos en cuarto lugar la imparcialidad valorativa ante diferentes cosmovisiones
ideolgicas, filosficas y religiosas. Cuando decimos neutralidad no estamos diciendo que
el Estado laico es un Estado sin valores. No estamos diciendo que es un Estado amoral,

23

Conferencias Magistrales

sin tica. Estamos diciendo que es un Estado imparcial en trminos valorativos, lo que
quiere decir que no hace juicios de valor sobre las creencias religiosas, ni las convicciones
de los individuos, ni su tica, prctica y/o filosofa, como ampliaciones de la libertad de
pensamiento de los ciudadanos.

Cuando decimos
neutralidad no
estamos diciendo que
el Estado laico es un
Estado sin valores.
No estamos diciendo
que es un Estado
amoral, sin tica.
Estamos diciendo
que es un Estado
imparcial en
trminos valorativos...

24

Lo que se quiere decir con neutralidad es que no prefiere ninguna creencia religiosa o
filosfica por encima de otras, que no promueve unas creencias sobre otras, porque esto
viola el principio del derecho de igualdad. Ahora bien, cuando un Estado procede a
financiar econmicamente a una sola confesin religiosa, a un grupo de confesiones
religiosas o a un grupo de expresiones ideolgicas de la sociedad, est expresando ya una
preferencia. Si ese financiamiento a determinada agrupacin religiosa o ideolgica estuviera
desempeando una labor de inters pblico que contribuye al bien comn, pues entonces
un financiamiento indirecto de parte del Estado traducido en designaciones o en beneficios
tributarios, sera comprensible y hasta exigible. Pero, si es que ese apoyo a determinada
organizacin se produce en medio de creencias religiosas o filosficas, entonces el Estado
est perdiendo la imparcialidad valorativa que lo debe caracterizar, est discriminando,
est prefiriendo a unos en desmedro de otros. Pasa lo mismo cuando dice cul es la mejor
religin, o cul es la religin verdadera. ste tambin es un aspecto que vulnera el principio
de laicidad. Tenemos tambin el ltimo elemento que es la inconcurrencia o no participacin
del Estado en manifestaciones de fe, religiosas, o de posicin ideolgica junto con las
ciudadanas y ciudadanos. Esto implica que no debiera existir una confusin de creencias
personales y privadas como tomas de posicin de los representantes del Estado. Por
ejemplo, cuando un funcionario pblico, en tanto es funcionario pblico, asiste a un
servicio religioso, est transmitiendo a la nacin el mensaje de que el Estado est
considerando esa opcin religiosa como la superior, o la mejor, porque no est yendo a
otras. No es el Estado el que tiene fe, o no la tiene, son las personas de carne y hueso.
Entonces cuando una persona participa de eventos religiosos en su calidad de funcionario
pblico, est confundiendo la esfera de lo privado con la esfera de lo pblico. No queremos
decir con esto que los funcionarios pblicos, desde el presidente que es representante del
Estado hasta los funcionarios orgnicos, no puedan tener creencias y prcticas religiosas,
las pueden tener, es parte de su derecho de libertad religiosa. Lo que no pueden hacer
es endosar al Estado una determinada afiliacin o simpata religiosa.

Laicidad...laicismo... aconfesionalidad
Vamos a pasar ahora a algunas expresiones especficas que en la legislacin comparada
tienen que ver con la aplicacin del principio de laicidad. Previamente vamos a hacer
unas aclaraciones o puntualizaciones terminolgicas muy importantes.

El Dr. Blancarte precisaba que el tema del Estado laico se presta tambin a algunos
prejuicios o a gestaciones de miedo contra esta nocin. Se dice que si se consagra un
Estado laico, la sociedad va a tener una suerte de Apocalipsis moral, va a sufrir una, un
desbande de libertinaje, una corrupcin moral generalizada; o los que son partidarios de
este tipo de Estado estamos buscando que la gente sea atea. Particularmente soy abogado
y soy miembro activo de una confesin religiosa protestante, que precisamente tiene como
punto de entendimiento doctrinal, la convivencia social como la mejor forma de garantizar
la igualdad, la libertad y la autonoma entre la poltica y religin. Por tanto, no necesariamente
los partidarios de un Estado laico piensan que lo mejor sea una sociedad atea.
La laicidad se refiere al Estado frente a lo religioso. Sin embargo, la secularizacin se
refiere a la posicin que tiene una sociedad frente a lo religioso. Podemos constatar que
existen sociedades muy seculares que tienen algunos elementos de Estados confesionales
de orden jurdico, y por el contrario, podemos constatar que existen sociedades muy
religiosas, con una religiosidad muy viva, dinmica, vibrante, como la mexicana por
ejemplo, en la que sin embargo, hay un Estado bastante laico con una estricta separacin
entre lo poltico y lo religioso. Entonces, no es que se busque atesar la sociedad, la
sociedad tiene su propia dinmica de existencia. Si la sociedad decide secularizarse como
producto de opciones individuales pues as se da, si decide seguir conservando su
religiosidad especfica -catlica, indgena, protestante, en algunos casos ninguna- se es
un asunto de la sociedad y tiene que ver con la secularizacin. La laicidad del Estado est
referida a la posicin de ste, no a la de la sociedad.
Se ha dicho que laicidad es esa posicin de imparcialidad, de rgimen de libertad, de
convivencia respetuosa hacia opciones religiosas y no religiosas. Por otra parte, laicismo
es una posicin militante antirreligiosa, por la cual se exagera el principio de laicidad y
se lo termina negando. Por ejemplo, cuando se niega la libertad de expresin a los
personajes religiosos en esfera pblica, stos pueden opinar y expresarse libremente
siempre y cuando no busquen imponerse ni condicionar al Estado en su formulacin de
leyes y de polticas pblicas. Sin embargo, los Estados laicistas llegan al extremo de negar
la libertad de expresin a funcionarios religiosos diciendo que son laicos. En Francia por
ejemplo hay un caso interesante: se niega a los alumnos de escuelas pblicas que porten
signos religiosos evidentes u ostensibles, lo que termina negando la expresin religiosa
de estos estudiantes, porque el Estado dice que cuando un estudiante porta un elemento
religioso, est violando la neutralidad de una escuela pblica, lo cual es cuestionable.
Tambin tenemos el trmino de aconfesionalidad. Mucho ojo con esto porque hay
Constituciones que consagran precisamente este trmino y su contenido es distinto a lo
laico. La aconfesionalidad es un trmino que proviene, por implicacin, de la Constitucin

25

Conferencias Magistrales

espaola, cuando dice que ninguna confesin religiosa tendr carcter estatal (Artculo
16.3 Constitucin de Espaa). De ah se deduce que el Estado espaol es aconfesional,
ya que ninguna religin ser estatal, entonces por implicancia, dicen que el Estado tampoco
debe ser confesional. La aconfesionalidad se concibe como un Estado que no tiene religin
oficial pero que no necesariamente niega que los valores, leyes y polticas, estn inspirados
en doctrinas religiosas. No hay una alianza orgnica entre Estado e iglesia, pero el Estado
s se funda en valores religiosos. Esto puede ser la aconfesionalidad, sin embargo la laicidad
va mucho ms all que esto. No slo busca la autonoma entre iglesia y Estado, busca la
autonoma entre el Estado y lo religioso.

La aconfesionalidad
se concibe como
un Estado que no
tiene religin
oficial pero que
no necesariamente
niega que los
valores, leyes y
polticas, estn
inspirados en
doctrinas religiosas.

Existe tambin una diferencia de acepcin entre laicidad y neutralidad. Decamos que
neutralidad se entiende como una variedad de valores, o como una indiferencia u hostilidad
frente a lo religioso, el cual se considera como un elemento de atraso social, de supersticin,
ignorancia, de no permitir el progreso cientfico e ideolgico de la sociedad. Entonces
entendemos neutralidad como ignorar las expresiones religiosas presentes en una sociedad
y su importancia pblica, estamos derivando en un concepto equivocado que no tiene
que ver nada con la laicidad.

Prembulos constitucionales marcan lnea


Ahora bien, estamos hablando de algunas expresiones donde el principio de laicidad se
manifiesta en el constitucionalismo iberoamericano. En primer lugar vamos a considerar
que hay Constituciones en Latinoamrica que comienzan con un prembulo, con una
introduccin. El prembulo es una seccin de la Constitucin donde se enumera los
valores, principios y aquellos leitmotivs inspiracionales con los que se funda una nacin,
un Estado. No es un aspecto meramente lrico. Los jueces pueden basarse en los valores
invocados en el prembulo de la Constitucin para poder decidir casos que tengan que
ver con derechos humanos muy concretos de las y los ciudadanos.
En los prembulos se invoca, por ejemplo, el principio de soberana popular como principio
fundacional de un Estado determinado. Si hablamos del principio del bien popular, nosotros
diramos en Per que es el caso de mi pas: "invocando a Dios todopoderoso y basndonos
en el principio de la soberana popular...". Los defensores de Dios, de las invocaciones
religiosas, dicen que esto es algo meramente literario, retrico, que refleja la tradicin
histrica de una nacin que siempre ha sido creyente. A esto se puede responder que la
nacin actualmente no es 100% creyente, y los derechos humanos no dependen de
mayoras y minoras. Si hubiera un solo ciudadano o ciudadana atea, se justifica que ya
no exista una invocacin de esta naturaleza en el prembulo, sin dejar de mencionar que
algunos creyentes pensamos que utilizar el nombre de Dios en una carta secular es quizs
tomar el nombre de Dios en vano, pero ese es un tema ya teolgico confesional.

26

Se pierde de vista que la soberana popular no es un elemento potico y que tambin est
considerada en los prembulos constitucionales. Cuando se hace invocaciones religiosas
en los prembulos constitucionales, lo que se hace es instituir el acto mismo de origen y
fundacin de una nacin, de un Estado, que se formaliza bajo la Constitucin, en una
legitimidad sagrada, justamente esto vulnera la posicin laica. Hace que el Estado profese
una religin. Cuando dice "invocando a Dios", significa que este Estado es un promotor
de una religiosidad monotesta y con esto estara discriminando a todos los que no profesan
esta confesionalidad monotesta. Ms grave es el caso cuando estos prembulos invocan
al Padre, al Hijo y al Espritu Santo, y no es una broma, hay Constituciones que as lo
hacen.
Estados Unidos de Amrica no tiene una invocacin a Dios en su Constitucin y no se
fue a la ruina social ni moral. La tiene en la Declaracin de Derechos y ste no es un
documento ms que histrico, no es un documento de ndole poltico. La Constitucin
de 1776 s es un documento jurdico, all no hay posicin confesional. Qu interesante
que los legisladores norteamericanos en ese tiempo tan lejano hayan sabido distinguir lo
social y lo civil, de lo estatal! Sostienen: "nosotros somos un pueblo religioso y lo
consagramos en este documento que va a tener repercusiones pblicas (la Declaracin
de Derechos), pero en la Constitucin no, la Constitucin es secular, nosotros somos muy
religiosos pero la Constitucin es secular, no invocamos a Dios". Tampoco Mxico, Chile,
Uruguay, Guatemala, Barbados, Canad, Cuba, Nicaragua, Guyana, Hait y Jamaica tienen
posiciones confesionales en sus Constituciones.
Una siguiente cuestin es la definicin de carcter del Estado en cuanto se refiere al
trmino de laicidad. sta es justamente la parte constitucional en la cual el principio de
laicidad se puede establecer con mucha facilidad, porque al decir que el Estado de una
nacin determinada es democrtico, no hay redundancia en decir laico, representativo,
republicano. No es una redundancia, porque el principio de laicidad es un principio que
est en la gnesis, en el mismo origen del surgimiento del Estado democrtico de derecho.
Por tanto, decir Estado laico es nada ms formalizar algo que de antemano ya est en la
historia y est expresado en diferentes niveles del orden jurdico. No siempre se hace con
coherencia porque hay dos principios que coexisten en los elementos jurdicos: el principio
de confesionalidad por el cual el Estado favorece a una religin y el principio de laicidad
por el cual el Estado busca ser imparcial. Estos principios a veces pugnan en un ordenamiento
jurdico y cuestionan la armona interna del edificio legislativo de una nacin.

Si hubiera un solo
ciudadano o
ciudadana atea, se
justifica que ya no
exista una invocacin
de esta naturaleza en
el prembulo, sin
dejar de mencionar
que algunos
creyentes pensamos
que utilizar el
nombre de Dios en
una carta secular es
quizs tomar el
nombre de Dios en
vano, pero ese es un
tema ya teolgico
confesional.

En cuanto a la libertad de conciencia, ninguna concepcin laica puede dejar de mencionarla


Un pas tampoco puede dejar de emitir normas especiales para regular el fenmeno
religioso en su totalidad. Va en contra de la legitimidad del Estado que existan normas
legales especiales para una iglesia y otras normas jurdicas para el resto de las iglesias, eso

27

Conferencias Magistrales

es discriminatorio. No puede haber una diferencia de trato respecto a las confesiones


religiosas, o a la no confesionalidad, porque eso sera vulnerar el principio de igualdad,
de laicidad.
Finalmente tenemos el tema de laicidad y el principio de cooperacin con las confesiones
que a veces se tergiversa. Este principio obliga al Estado a no ser indiferente frente a las
opciones religiosas existentes en una sociedad. Pero este principio a veces se distorsiona
y se lo quiere conducir a esquemas de financiamientos directos o indirectos de las religiones.
En la gran mayora de pases existe una forma de financiamiento a las religiones. Puede
ser el financiamiento indirecto a travs de la exoneracin de tributos sobre actividades,
bienes y personas de las iglesias, o puede ser el financiamiento directo -que a mi juicio es
mucho ms inconstitucional- por el cual el Estado desembolsa recursos pblicos o financia
actividades religiosas. Esto es evidentemente una vulneracin del principio de laicidad.

La escuela laica y la
educacin religiosa
son tambin
aspectos a considerar
dentro de las
Constituciones
desde una reflexin
jurdica y desde todo
punto de vista
discutible.

La escuela laica y la educacin religiosa son tambin aspectos a considerar dentro de las
Constituciones desde una reflexin jurdica y desde todo punto de vista discutible.
Un modelo recomendado debiera ser que la religin como factor cultural podra ser objeto
de estudio en una escuela pblica en el contexto de historia de la religin, o de un estudio
cientfico, antropolgico o sociolgico, pero no darle el carcter de adoctrinamiento religioso
que actualmente tiene en la mayora de los pases.
Finalmente tenemos el tema de los juramentos religiosos, que tienen que ver con la
supervivencia de un rito de consagracin del poder civil. Mayormente los pases ya permiten
que los funcionarios pblicos asuman sus cargos no por el juramento religioso, sino mediante
simples promesas ticas. stos son algunos aspectos en los cuales el principio de laicidad
se expresa en las Constituciones.
No tiene mayor sentido que una Constitucin nacional sea consecuente en la enunciacin
del principio de laicidad si al mismo tiempo tiene relaciones con una religin en particular,
relaciones de tipo concordatario. Esto vulnera todos los aspectos del principio de laicidad
que hemos enumerado. Si las relaciones entre una iglesia que tiene personalidad de sujeto
de derecho internacional pblico y el Estado existen mediante concordatos o acuerdos,
cuyo contenido va a regular aspectos de poltica religiosa que solamente le corresponden
a ste ltimo, es ya una relativizacin del principio de laicidad. En el continente latinoamericano
existen pases que son concordatarios y pases que no lo son. Nuestro punto de vista es
que desde el momento que se tiene un instrumento concordatario, esto ya relativiza y
disminuye mucho el alcance de principio de laicidad que una Constitucin bien redactada
pueda consagrar.

28

Entrelazando participaciones
Hasta dnde se puede tener acciones positivas sin significar una proteccin de una u
otra religin personal, y cules seran esas acciones para producir la igualdad y libertad
de culto? (Dr. Jaime Hurtado, Presidente de la Comisin Deberes, Derechos y Garantas
de la Asamblea Constituyente)
Una accin positiva del Estado tiene que ser razonable y proporcional al fin que busca.
No por eliminar una discriminacin existente, se puede tomar una decisin exageradamente
promotora que termine siendo favorecedora de una expresin religiosa. Por ejemplo,
estamos hablando de una accin concreta, un pas en el que no existe una ley sobre
asuntos religiosos. A m no me gusta hablar de leyes de libertad religiosa porque la materia
de los Estados que tiene que ver con lo religioso excede mucho la regulacin especfica
del derecho de esa libertad.
Tiene que ver ms con temas de libertad religiosa, por eso prefiero mencionar la ley de
asuntos religiosos. En Per, por ejemplo, no existe una ley de asuntos religiosos. All el
Estado tiene el deber de tomar una accin positiva. La Constitucin en el Artculo 2,
inciso 3 est bien: dice que todos tenemos derecho a la libertad religiosa, pero hay que
recodar que eso tambin lo decan las Constituciones soviticas, que perseguan las
expresiones de religiosidad.
Entonces no basta una declaracin formal cuando se ve que hay minoras que no estn
gozando efectivamente de su libertad religiosa. Una accin positiva del Estado es preocuparse
por discutir y promulgar una ley de asuntos religiosos ah donde no la hay. Tiene que ser
una medida proporcional a los fines que se busca, no exagerada sino razonable, y finalmente
que no viole el principio de laicidad, que es el marco general dentro del cual la accin
positiva sobre asuntos religiosos se tiene que desenvolver.

Una accin positiva


del Estado es
preocuparse por
discutir y promulgar
una ley de asuntos
religiosos ah
donde no la hay.

La reivindicacin de los pueblos indgenas est planteando que se extienda la reflexin


de lo religioso a sus creencias de pueblos originarios. Se est queriendo incluir como
rituales de Estado, por ejemplo, a la milluchada (ceremonia de origen aymara para
alejar a los malos espritus). sta no tiene porque sustituir a la bendicin religiosa, porque
no deja de ser la imposicin de una determinada cultura, un rito que no representa a las
treinta y cuatro etnias que existen en el pas. (Participante)
Es cierto que el Estado laico desde una posicin de imparcialidad no podra reemplazar
una religiosidad cristiana occidental por una nueva religiosidad de tipo originario, porque
se estara incurriendo en una contradiccin. No se trata de reemplazar un ritual por otro,
la solucin es desconfesionalizar los ritos cvicos.

29

Conferencias Magistrales

Igualdad para todos,


ms all de la Fe
Roberto Arriada Lorea

Las personas no eran


todas iguales frente
a la ley, frente a la
Carta Magna, sino
que los catlicos
eran ciudadanos y
los dems eran
sbditos de
segunda clase.

La poltica establecida en Brasil podra haber sido igualitaria, como los principios que
fueron establecidos en Estados Unidos, pero no fue as. En este pas, se instituy una
poltica monrquica, que tiene que ver con la religin, y es a partir de este dispositivo que
se crea la jerarquizacin, de tal manera que los creyentes no eran todos iguales. Las
personas no eran todas iguales frente a la ley, frente a la Carta Magna, sino que los catlicos
eran ciudadanos y los dems eran sbditos de segunda clase.

De qu igualdad hablamos?
Al Estado le interesaba crear clases que pudieran ocupar las posiciones administrativas.
El Imperio estaba empezando una cosa nueva y se quera independizar, por lo tanto tena
que tener varios cuadros polticos. Estos cuadros, jurdicamente hablando, estaban pensando
las cuestiones de ciudadana, de derechos humanos, con mucha desigualdad. Esta misma
disposicin, despus de un tiempo, establece que s se puede tolerar los otros cultos, pero
los tolera desde sus edificios. Sus predios no tenan una apariencia exterior de iglesias,
es decir, afirmaba al mismo tiempo una "tolerancia" entre comillas y a la vez decan que
los otros cultos eran inferiores, no tenan los mismos derechos.
Por ejemplo, en este periodo en Brasil el casamiento vlido era solamente el religioso.
No se hablaba de casamiento civil, slo se podan casar los que profesaban la fe del Estado,
la fe catlica. Esto ocurre en esta poca, pero antes la discusin se centraba en que los
no catlicos no podan formalizar sus uniones. Tanto es as que recin en 1863 se aprob
la ley del Imperio para permitir que los no catlicos puedan casarse religiosamente segn
sus cultos.
Les hablo de lo que pasa hoy da. Muchas personas en Brasil, hasta los juristas, podran
afirmar que en este pas no hay un conflicto religioso, que solamente hay una religin que
es la catlica, justo ahora que ha ido el Papa Benedicto XVI, y que todo parece estar muy
bien. Los jueces estn enfrentados a esta situacin. Por ello, un punto importante es definir

30

sobre qu perspectiva sern tratadas las polticas pblicas. Desde una perspectiva laica?
como nos expuso Marco Huaco, desde una perspectiva religiosa?, desde una jurdica
monrquica?, desde una cultura jurdica igualitaria? Es decir, hay que definir cmo tratar
al otro, las mismas leyes son hechas para el otro o no?
Las Fuerzas Armadas Brasileas tienen asistencia religiosa, as como los hospitales. Entonces
hay un proceso en el que se concursa para entrar a estas funciones, y lo nico que se
necesita para poder ingresar es ser catlico, entonces qu igualdad es sta? Y a los que
en las Fuerzas Armadas profesan cultos afros, qu les sucede? sta es una flagrante
violacin de la libertad e igualdad de todos. Por eso les digo, no basta que todos sean
iguales ante la ley. Es necesario que seamos iguales mediante una formacin jurdica que
sea laica, que valorice la igualdad, y que no diga "eso est bien, pero lo oficial es lo
catlico, yo estoy bien, los catlicos estn asegurados y los dems no importan". A m,
personalmente, esto no me parece lo mejor.
Con el pretexto de proteger algunos animales, se dice que est prohibido su sacrificio en
cultos religiosos. Algunas iglesias preponderantes no hacen sacrificios, a dnde llega esta
distincin? Esta limitacin del ejercicio de la religin recae especialmente sobre los cultos
afros. Tras una demanda, se declar que esa ley era inconstitucional porque violaba la
libertad religiosa. En el Estado Ro Grande do Sul, en pequeas ciudades, se aprob la ley
que dicta que es imprescindible ensear la Biblia en las escuelas pblicas porque tena
valores que se debera inculcar a los hijos, valores fraternos. Por esta razn, todos los
nios estn obligados a leerla. Luego, esta ley se declar inconstitucional, porque violaba
una serie de principios, desde la libertad religiosa hasta la separacin de Iglesia-Estado.
Lo mismo pas con la visita del Papa a Brasil a principios de 2007. El gobierno prefectural
de Sao Paulo gast muchos recursos, mucha plata. Marco Huaco deca que el gobierno
del Estado puede garantizar la libertad religiosa, pero no puede patrocinar un culto o una
religiosidad, esto est especificado en la Constitucin brasilea. Dice que el Estado est
prohibido de subvencionar cultos religiosos. En este caso justifican diciendo "no, pero el
Papa no va a llegar como figura religiosa sino como jefe de Estado". Yo digo que al
desembarcar no va a pasar revista a las tropas, no es una visita oficial. Este acto subvencionado
por gastos estatales es un culto religioso, no ms que eso. Puede ser un lder de Estado,
pero en el momento que est haciendo culto, no hay duda alguna de que sea un lder
religioso.

Es necesario que
seamos iguales
mediante una
formacin jurdica
que sea laica, que
valorice la igualdad,
y que no diga "eso
est bien, pero lo
oficial es lo catlico,
yo estoy bien, los
catlicos estn
asegurados y los
dems no importan".

Hay un slo libro sagrado en la justicia


En algunas partes de Brasil, como en el Estado de Rio Grande do Sul, es legtima la unin
civil entre personas del mismo sexo. Con relacin a los que nos hablaban de cuestiones
religiosas, hay que diferenciar si estamos hablando de matrimonio como un sacramento

31

Conferencias Magistrales

El catlico tambin
puede ser laico, decir
"es mi fe, mi
religin, pero a m
no me gusta
imponerla a todos.
Me gusta que crean
en lo que yo creo,
pero no estoy para
imponerla".

religioso o de matrimonio como un contrato civil. Por eso hay que tomar una decisin
laica, que sea totalmente igualitaria.
El Ministerio de Salud en Brasil garantiz los anticonceptivos de emergencia, y eso est
en la ley. Sin embargo, algunos municipios decidieron su prohibicin. Estos municipios
decidieron violar la Constitucin, violar la igualdad, violar los derechos de las mujeres,
con relacin a sus derechos reproductivos.
En Brasil hay casos de aborto legal. Desde 1940, se habla del embarazo por violencia
sexual o de embarazo riesgoso, aunque algunos hablan en nombre del feto.
Desafortunadamente, algunos juristas dicen que esto se puede alegar a pesar de estar en
contra de la ley. La ley autoriza los abortos, sin tratar el tema de que Dios da la vida. No
se trata de que no se respeta esta fe, esto hay que distinguir; procede en el mbito privado,
dentro de la familia, en su casa, todos estamos en libertad. Lo que no se puede hacer es
que en un mbito poltico del Estado, yo quiera imponer a otro mi conviccin religiosa.
Es decir, yo dentro de mi vida personal puedo creer en muchos libros sagrados o en
ninguno; pero en cuanto a la justicia slo hay un libro sagrado: la Constitucin Poltica
del Estado. Sus funciones tienen que estar muy claras en el mbito jurdico.
La obligacin de leer la Biblia en los colegios pblicos es una violacin constitucional,
lo mismo que la presencia de los crucifijos en el Tribunal. Los juristas no se dan cuenta
que esto est violando las libertades religiosas. Cuando uno va a la Corte, tiene que estar
frente a un smbolo religioso que tal vez no representa su religin, incluso aunque s la
represente, en ese lugar se est confundiendo las cosas entre religin y Estado.
Una encuesta en Brasil muestra que el 65% de los catlicos est a favor de la separacin
entre iglesia y Estado. No hay que confundir las cosas. El debate est un poco distorsionado
cuando se dice que ser catlico es que los nios lean la Biblia en la escuela pblica o se
cuelgue crucifijos en el Tribunal. No es que tenga que ver con ser o no catlico, ser o no
laico. El catlico tambin puede ser laico, decir "es mi fe, mi religin, pero a m no me
gusta imponerla a todos. Me gusta que crean en lo que yo creo, pero no estoy para
imponerla". Lo que vemos es que el Estado est imponiendo smbolos religiosos. Est
mostrando su adhesin a una religin especfica, cuando debera mostrar los valores de
la pluralidad y diversidad de su poblacin.

Religin, poltica y derechos


No s que pasar ac en Bolivia, pero en Brasil se dio una participacin importante de
miembros activos de ciertos cultos en las elecciones, catlicos y especialmente evanglicos.

32

Ahora hay diputados y senadores que son pastores a la vez. En la Ley Electoral de Brasil
est muy claro: no se puede hacer propaganda electoral en el culto. En una oportunidad
en Minas Gerais, dos pastores evanglicos fueron descubiertos haciendo propaganda
secretamente. Los encarcelaron y luego los liberaron. Eso est bien porque la ley es para
todos.
El problema es que en todo Brasil no slo los pastores evanglicos han sido cuestionados
por este tipo de acciones. Algunos padres de la Iglesia Catlica a veces hacen antipropaganda
expresa por algn diputado o senador que tiene un discurso favorable a los derechos
sexuales y reproductivos. La Iglesia insta a no votar por estos candidatos.
La cuestin es que la ley es para todos o para ninguno. La justicia tiene que tener
independencia. En las cortes de justicia en Brasil estn los smbolos de la patria y arriba
de ellos, est el crucifijo. La presencia de este smbolo en la Corte viola las garantas
individuales. Todo lo que estoy diciendo no son casos hipotticos, son casos concretos
de los cuales ya se ha tomado decisiones o muchos estn por decidir. Es una realidad que
est pasando en Brasil actualmente.
Imaginen que fuera por ejemplo musulmn o ateo, y mis hijos estn en una escuela pblica
donde se les obliga a leer la Biblia, o que en la entrada del edificio de la escuela pblica
haya un crucifijo. Eso va en contra de mi fe religiosa o de mi falta de ella. Tal vez en casa
nosotros tenemos otro libro sagrado y no la Biblia. Hay personas que me dicen: "usted
est en contra de la religin". Yo les contesto que no se trata de creer o no creer, se trata
de que ese crucifijo especficamente est fuera de lugar. Tiene su lugar donde se profesa
la religin catlica, puede estar en una Iglesia. Pero cuando pensemos en la Repblica,
pensemos en valores laicos, pensemos en una igualdad.

Entrelazando participaciones
Para empezar, me hubiera gustado mucho que tambin invitaran a algunos catlicos que
puedan tener la palabra aqu. En Bolivia, vivimos un sincretismo desde hace muchsimo
tiempo. El sincretismo es la unin de la religin catlica y de las costumbres ancestrales
de nuestros pueblos aborgenes. Cambiar totalmente la estructura del Estado a laico no
conviene. La religin catlica est unida indisolublemente a la cultura boliviana, querer
cambiar esto es provocar disturbios como los que han habido en Chuquisaca, donde hubo
hasta pelea entre religiones, entre protestantes, evangelistas y catlicos. Entonces secularizar
y laicizar no le conviene al derecho pblico, porque se va a relajar los valores para el
cumplimiento de las leyes. Mi pregunta ahora es Por qu no han hecho participar a la
otra parte? (Participante)

Algunos padres de la
Iglesia Catlica a
veces hacen
antipropaganda
expresa por algn
diputado o senador
que tiene un discurso
favorable a los
derechos sexuales y
reproductivos. La
Iglesia insta a no
votar por estos
candidatos.

33

Conferencias Magistrales

Roberto Blancarte Pimentel:


Lo laico no es contrario a lo religioso, por lo tanto eso de que deberan haber invitado a
los del otro campo, no condice porque precisamente lo que quisimos fue ser incluyentes,
no excluyentes. Al hablar de laicidad, uno no dice "oye t eres catlico, s puedes hablar
de laicidad, oye t eres adventista s puedes o no puedes".
Aqu no importa la creencia religiosa de cada quien, aqu estamos tratando de hablar de
cules son los instrumentos polticos y jurdicos que nos permiten vivir en convivencia,
y ah lo religioso en ltima instancia no es importante.

Marco Huaco Palomino:


Yo creo que ste no es un debate religioso, teolgico. Estamos hablando que nos ubicamos
en la esfera pblica, en la esfera de lo laico estatal, no en la esfera de lo civil privado
religioso, que es donde s podra ser competente una invitacin en trminos de adherencia
religiosa. Estoy seguro que no me han invitado por ser adventista del 7mo da sino por
ser abogado, porque hay una visin desarrollada respecto al tema laico.
Qu implica formular una inquietud de este tema? Es precisamente ver qu se propone
un Estado confesional y no un Estado laico por razones doctrinales religiosas, antes que
por razones culturales. La pregunta "Por qu no se invita a un catlico?" asume que ste
es un debate religioso cuando no lo es, es un debate de naturaleza neutral que no tiene
una implicancia respecto a cuestiones de fe. Hay que entender que la laicidad es un
mtodo de la liberacin democrtica. Por ejemplo, en relacin al tema del aborto, desde
el punto de vista religioso podemos tener diferentes posiciones; sin embargo, como poltica
pblica laica tenemos una posicin bastante clara, inspirada no con base en cuestiones
religiosas sino a postulados de inters comn.
En Per tambin existe sincretismo. La discusin terica sobre sincretismo que asume que
hay religiones puras y religiones sincrticas tiene una proclividad colonialista, ya que las
religiones interactan entre s y es difcil hablar de religiones qumicamente puras y religiones
mezcladas o sincrticas. Pero viendo lo que el catolicismo practicante entiende sobre
sincretismo o la unin de elementos religiosos no catlicos con catlicos, esto se llama
oficialmente en el Vaticano enculturacin del evangelio, o enculturacin del catolicismo,
no se le llama sincretismo. Ahora bien, si una cultura nacional es sincrtica, esto no quiere
decir que el Estado tenga que ser un Estado sincretista. Qu hay de aquellos ciudadanos
que no son sincretistas, siempre cuestionando el concepto desde la sociologa de la religin
de sincretismo, que es bastante cuestionable?
Respecto a los disturbios sociales por promover la laicidad del Estado, cuando se discuti
la libertad religiosa como un derecho humano en un tiempo en el cual exista intolerancia

34

religiosa de las iglesias dominantes, se deca que al ingresar a la libertad religiosa, la libertad
iba a ser autodestruida, iba a haber un cataclismo social, el fin del mundo, porque se estaba
reconociendo la libertad de religin.
Y es interesante que se recurra siempre a la descomposicin moral de las sociedades cuando
se trata de extender la libertad ms all del mbito religioso, hacia otras minoras que
tambin son discriminadas, por ejemplo las minoras sexuales, o las minoras tnicas.
Entonces, los argumentos en torno a una eventual autodestruccin de la sociedad por
conceder mayores niveles de libertad es una estrategia poltica de estigmatizacin, de miedo,
bastante conocida en la historia. Ahora bien, si hay disturbios en torno a la discusin sobre
relaciones entre Estado-Iglesia o Estado-religin, es precisamente porque existe un Estado
confesional que provoca que los grupos religiosos desaten una competencia poltica por
apoderarse del aparato del Estado e imponer desde su propio campo visual religioso, es
decir los disturbios poltico-religiosos no ocurren por la laicidad del Estado, sino por querer
mantener una posicin excluyente frente a la sociedad que no sostiene una posicin unnime.

Roberto Arriada Lorea :


A m no me toca su creencia o no creencia religiosa, a m me toca su discurso. A ese discurso
lo identifico, lo conozco, como un discurso del opresor sobre el oprimido. Es decir, "para
m est bien, yo estoy por arriba", adems de eso es un discurso de opresor porque amenaza,
"si intentas cambiar, va a pasar disturbios, va a pasar convulsiones sociales" y amenaza. Yo
conozco este discurso en Brasil. Colegas y jueces de Brasil me dicen que estoy hablando
de sacar crucifijos de la Corte, qu coraje, qu valiente, y yo digo por qu valiente?, si me
dices am que yo soy valiente por plantear una cuestin, ests diciendo que para usted
tambin hay una opresin religiosa. Podemos hablar de sacar crucifijos de las Cortes, de
los Tribunales, porque las cortes no son iglesias, ni lugares de culto. Entonces cuando uno
habla de eso y le dicen que es valiente por hacerlo yo digo "ah s, concuerdas entonces
que hay una presin religiosa".
Entonces, el compaero tiene que reflexionar un poco sobre su discurso, y no decir "para
m est bien", como si hablara por todos los bolivianos. No conozco a todos, pero me
parece que la cosa no est bien para otras personas de Bolivia.

35

Conferencias Magistrales

El Estado Laico Favorece a


la Iglesia Catlica
Jos Lus Baptista

El trmino laico fue


utilizado
inicialmente casi
exclusivamente por
la propia Iglesia
Catlica, haciendo
referencia a aquellos
catlicos que no
tenan rdenes
sagradas. Es decir,
define laico como el
catlico que no es
sacerdote, ni
hermano de ninguna
congregacin
religiosa, ni monje.

El momento que se anunci el inicio de sesiones de la Asamblea Constituyente, una


cantidad enorme de temas entraron en polmica. Uno de ellos es el Artculo 3 de la
Constitucin Poltica del Estado que dice que el Estado boliviano reconoce y sostiene a
la Iglesia Catlica Apostlica y Romana aunque declara, reconoce y acepta el libre ejercicio
de todo culto. La polmica se ha desatado en torno al concepto de Estado laico.

Laico y laicizacin, dos miradas diferentes


El trmino laico fue utilizado inicialmente casi exclusivamente por la propia Iglesia Catlica,
haciendo referencia a aquellos catlicos que no tenan rdenes sagradas. Es decir, define
laico como el catlico que no es sacerdote, ni hermano de ninguna congregacin religiosa,
ni monje. Este trmino para la Iglesia Catlica, tomado del griego que significa pueblo,
se emple para significar que aquellos que comulgan doctrinalmente con la Iglesia Catlica
pueden ejercer su apostolado, pueden llegar a la santidad, como laicos. sta es una
acepcin, hay otras.
El trmino laico -a partir de las doctrinas positivistas- aparece como una confrontacin a
la religin, como algo opuesto. En la primera definicin que vimos, laico es religioso en
el sentido en que profesa una religin, en este caso la catlica. En cambio, la otra acepcin
sostiene que de ninguna manera el Estado debe identificarse con una religin. sta lleg
a extremos un poco radicales de rechazo absoluto, de ataque, de persecucin. Por ello,
el trmino "Estado laico" crea una sensacin de miedo o de inseguridad a muchos catlicos.
Consideran que, si bien no habr una persecucin religiosa como en algunos Estados,
temen que gran parte de los derechos que tienen como creyentes irn desapareciendo.
Se teme sobretodo el tema de perder la educacin religiosa en los colegios.
Cmo perciben este tema quienes tienen una confesin religiosa, tanto catlica como
de otras confesiones religiosas cristianas? Podemos afirmar que en el momento actual hay
dos lneas dentro de estas posiciones religiosas. Una que calificaremos de tradicionalista
o conservadora, que dice que no hay que quitar el Artculo 3 de nuestra Constitucin

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Poltica del Estado. Entre los cristianos no catlicos, hay un grupo que si bien no es
partidario de que la religin catlica sea la privilegiada, aceptan esto a tener un Estado
laico. Dentro de este grupo, hay una corriente que sugiere que se ponga en la Constitucin
que el Estado boliviano tiene races cristianas, que tiene una posicin, una moral, una
doctrina de orden y de origen religioso.
La otra corriente es partidaria del Estado laico. Entre catlicos y personas de otras confesiones
cristianas, incluyendo a las jerarquas -en el caso catlico, obispos; en el caso de otras
confesiones cristianas, pastores- hay quienes son partidarios de un Estado laico, marcando
diferencias de conceptualizacin entre laicismo y laicizacin. Al parecer esos trminos
son demasiado semejantes como para pretender separarlos, sin embargo, para poder
entenderse, conviene hacerlo.
La palabra laicismo ha sido identificada como una expresin de ataque, de persecucin
y de rechazo, algo que poda hacer dao a quienes tienen una conviccin religiosa ntima.
Por ello se busc otro trmino que se est imponiendo: laicizacin. ste se debe entender
como un Estado que respeta, permite, acepta, ayuda a las religiones, acatando los derechos
humanos. Laicizacin seala que el Estado no es confesional, que no est identificado con
ninguna religin, ni va a apoyar de manera expresa, definida y clara a ninguna religin.
Un Estado moderno, laico, pero bajo el rubro de laicizacin y no de laicismo, respetar
profundamente a todas las religiones y actuar con ellas de manera participativa por el
servicio comn. Ninguna de estas entidades de orden religioso se ocupan nicamente del
aspecto del apostolado de su propia religin, de catequesis, de formacin; sino que a la
par, desarrollan una gran cantidad de servicios en educacin, en salud, etc.

Laicizacin seala
que el Estado no es
confesional, que no
est identificado con
ninguna religin, ni
va a apoyar de
manera expresa,
definida y clara a
ninguna religin.

Por lo tanto, hoy existen dentro de la Iglesia Catlica y dentro de otras instituciones
religiosas esa posicin dual, polmica. Este prlogo me sirve para explicar que llegar a
un Estado laico bajo la laicizacin, que no sea confesional, para el cual no se mencionara
a ninguna religin en ningn artculo, es lo que ms le conviene a la Iglesia Catlica. La
Iglesia Catlica debera estar agradecida, reconocida y aceptar sin discusin una declaracin
de esta naturaleza en la Constitucin Poltica del Estado. Y no se trata de un artculo
determinado, sino de un artculo que sea anlogo, cuyo contenido sea semejante al del
actual Artculo 7: entre los derechos fundamentales de la persona humana est el de
practicar o no la religin que conciencialmente vea conveniente.

Desde 1967, muchas cosas han cambiado


Por qu? Con qu criterios se sostiene que la separacin absoluta entre iglesia y Estado
sera lo que ms le conviene a la Iglesia Catlica? Hasta el ao 1967 hemos vivido en
Bolivia una situacin de anacronismo. El Estado era el patrn de la Iglesia Catlica, en el
sentido de dueo, en el sentido de seor. Hasta el ao 1967, eran las cmaras, el Congreso,
quienes designaban a los obispos.

37

Conferencias Magistrales

Si hacemos un anlisis de nuestra historia, veremos que desde el principio, los gobiernos
- con acuerdo de la Iglesia Catlica- se apoderaron de manera abusiva del patronato que
ni siquiera tenan los reyes de Espaa. Antes de la creacin de la Repblica, un decreto
del Mariscal Sucre en el ao 1825 seala que el Estado se har cargo del patronato1. Esto
significaba cambiar las congregaciones religiosas y ocuparse de aspectos absolutamente
propios de la Iglesia. De esta manera, el pueblo boliviano tuvo gobernantes no catlicos,
inclusive perseguidores de la posicin catlica, que a pesar de ello fueron recibidos en
la Iglesia en Semana Santa y otras ocasiones especiales. Hubo un sacerdote que al ser
designado obispo, nombr al Presidente de la Repblica su padrino episcopal. Los obispos
tenan que jurarle lealtad al gobierno. En muchas oportunidades, la jerarqua eclesistica
se hizo cmplice de gobiernos dictatoriales, de regmenes que atentaron contra los derechos
humanos.
Aparentemente esto ha desaparecido, porque a partir de 1967 ya no es el Congreso el que
dice que hay que creer en tales o cuales dioses, que indica quines seran o no obispos.
Lo que queda del patronato son algunos artculos, como el 45 de la Constitucin Poltica
del Estado, que dice que los funcionarios civiles, militares y eclesisticos estn obligados
a rendir cuentas de sus ingresos cuando ocupan un cargo. Los obispos son funcionarios
del Estado en condicin eclesistica.

Subsecretara de Culto
El Ministerio de Relaciones Exteriores se ocupa de las relaciones del Estado boliviano con
otros Estados, es as que se relaciona con el Estado Vaticano. Es por esta razn que se ha
creado la Subsecretara de Culto y el Ministerio se llama de Relaciones Exteriores y Culto.
De qu culto? del catlico y aparecen en planillas de pago de salarios del Ministerio de
Relaciones Exteriores, sueldos de los obispos. Por eso son considerados funcionarios del
Estado. Muchas cosas han cambiado, ahora ya no tiene la fuerza que tuvieron en pocas
anteriores, en las que los gobiernos se ocupaban de regular cunto deberan ser los ingresos
de los prrocos, quienes deban pedir permiso a los prefectos de los departamentos si
queran ir de un lugar a otro, inclusive los obispos. Si bien esto ha desaparecido, de alguna
manera contina la situacin de subordinacin.
El artculo 50 de la Constitucin Poltica del Estado dicta cules son los requisitos para
ser diputado o senador. Uno de los requisitos que est en este artculo dice que los
funcionarios eclesisticos deben renunciar previamente a sus cargos si quieren ser diputados
o senadores. Si un sacerdote, un cannigo o un obispo quiere ser candidato a diputado
o senador, por qu la Constitucin Poltica del Estado se va a oponer? Aceptamos el
hecho de que es mejor que un sacerdote u obispo no sea diputado o senador. Sin embargo,
nos parece que si a cierta confesin religiosa le interesa que su pastor no se identifique
con la poltica, tiene todo el derecho de rechazarlo; pero el hecho de que el Estado obligue

38

1 El Patronato era la facultad que posea un rey para proponer - dentro de sus territorios - obispos,
prelados, dignidades

a un sacerdote u obispo a renunciar a su cargo eclesistico para presentarse a candidato


como diputado o senador, es una intromisin en asuntos que no le competen.
Una situacin parecida es la del Artculo 81 que se refiere a requisitos para ser presidente
o vicepresidente, donde el candidato debe renunciar a sus cargos eclesisticos. As vemos
que subsiste de alguna manera esa suerte de dominio del Estado y de subordinacin de
la propia jerarqua eclesistica. Los sacerdotes pueden practicar su apostolado en los
distintos entornos de la poblacin, pero si alguno lo hace con los militares, le dan el grado
de capelln y es parte del ejrcito. En el siglo XIX, se lleg al extremo de nombrarla General
de la Repblica a la Virgen del Carmen, y hasta ahora la hacen desfilar en procesiones
con la bandera boliviana y espada, como si tuviera algo que ver en esos escenarios. Hay
una serie de otras situaciones similares.
La identificacin de la Iglesia Catlica con el Estado ha significado esa suerte de dependencia
que subsiste, porque si bien el ao 1967 ya no figur en la Constitucin explcitamente,
no hemos visto acaso a las autoridades eclesisticas supeditadas a gobiernos totalmente
dictatoriales como el de Garca Meza? Entonces hay muchos otros puntos, entre ellos, el
hecho de que todava, como si fuera poca de patronato, para los cargos civiles hay que
jurar con la seal de la cruz. Eso que lo haga voluntariamente el que es catlico, pero no
puede ser que sea una regla. Nosotros hemos visto en pocas no muy lejanas, a ateos
librepensadores crticos de la Iglesia que a la hora de ocupar un cargo pblico alto son
obligados a hacer la seal de la cruz para posesionarse.
En resumen, debera haber una concientizacin entre los catlicos, para que no se asusten
ante la posibilidad de un Estado laico. Una serie de aspectos relacionados con el temor,
temas como el aborto y otros, son los que estn causando este recelo no slo entre los
catlicos sino en las distintas confesiones cristianas. Otro temor infundado es que la
laicizacin signifique la prohibicin de la enseanza religiosa en los colegios que no son
catlicos, en los colegios del Estado. Temas de esa naturaleza pueden tranquilamente
analizarse y discutirse como parte de posiciones y de criterios, pero de ninguna manera
el miedo a esos dos temas debera dar lugar a que existan actitudes de rechazo a un Estado
laico.
Adems hay un punto econmico. Los sueldos de los obispos viene a ser algo insignificante.
Pero el Estado en el campo de la educacin est aportando con tems en determinados
colegios. Tambin hay una serie de ventajas sobre todo en el orden impositivo que tiene
la Iglesia Catlica, pero no por ser catlica, sino por los servicios de salud y otros que
presta. Entonces el Estado laico puede perfectamente llegar a acuerdos con las distintas
confesiones religiosas respecto al tema de educacin y otros. Otros puntos en un Estado
moderno pueden ser discutibles. Es probable que en cuanto se promulgue una Constitucin
donde el Estado no reconozca a ninguna religin, haya algunos problemas. Por lo tanto,
habra que realizar este tipo de reuniones y de seminarios para poder conscientizar a la
poblacin en general.

Nosotros hemos
visto en pocas no
muy lejanas, a ateos
librepensadores
crticos de la Iglesia
que a la hora de
ocupar un cargo
pblico alto son
obligados a hacer la
seal de la cruz para
posesionarse.

39

Conferencias Magistrales

Libertad de Conciencia:
un Derecho Humano
Rosario Baptista

Una vez que se declara la independencia de la Repblica, simplemente se adoptan, se


heredan todas las prerrogativas que tena la Iglesia en esa poca, y todo el carcter protector
que tena el Estado hacia la Iglesia. Por lo tanto, la actual relacin del Estado boliviano
con la Iglesia Catlica se explica a partir de esta herencia del Estado colonial, de la corona
espaola.
Cuando se define la elaboracin de una nueva Constitucin, Simn Bolvar manda un
texto constitucional omitiendo un artculo referido a la religin que caus molestia a los
bolivianos, quienes consideraron que no era posible excluir este artculo porque la mayora
eran catlicos. Esto tena adems un fundamento poltico: la unidad del territorio boliviano
en el momento de declararse repblica tena una fuerte base en lo religioso.

Simn Bolvar, precursor del Estado laico


Increparon a Bolvar por su omisin y le solicitaron que incluya en su propuesta el artculo,
pero l se opuso, explicando porqu de manera voluntaria y expresa lo haba omitido:

"En una Constitucin Poltica no debe prescribirse una profesin


religiosa, puesto que la religin es la ley de la conciencia. Toda ley
sobre ella, la anula, porque imponiendo la necesidad al deber, quita el
mrito a la fe que es la base de la religin. Me parece, a primera vista,
sacrlego y profano mezclar nuestras ordenanzas con los mandamientos
del Seor. Prescribir pues la religin no toca al legislador".
Este fue el argumento que Simn Bolvar dio para no incorporar en nuestra Constitucin
un artculo referido a la religin catlica. De todas maneras se lo incluy por el fuerte
vnculo que haba en ese momento con la Iglesia. Exista entonces lo que se llamaba

40

patronato, y se consider que era sumamente peligroso quitar ese precepto ante el esfuerzo
que se haba hecho para evangelizar a una poblacin tan masivamente indgena.
Fueron finalmente tres siglos de una intensa campaa religiosa que haba logrado un cierto
margen de unidad nacional, por lo que se incluy un artculo que reconoca a la religin
catlica, apostlica y romana como religin de la Repblica, con exclusin de todo otro
culto pblico. Adems, aseguraba que "el gobierno la defender y la har respetar
reconociendo que no hay poder humano sobre las conciencias". Es de hacer notar la
contradiccin entre el precepto de que no existe poder humano sobre las conciencias con
el reconocimiento de una religin oficial.
As nace la Constitucin teniendo en germen una contradiccin importante que estableca
que no puede existir ningn poder humano sobre la conciencia. Toda la evolucin posterior
de la legislacin nos lleva hasta 1906, primera vez que por una ley y no por mandato
constitucional, se instaura la libertad de cultos. Es una ley que determina la tolerancia con
otros cultos, determinacin que fue cuestionada por la Iglesia de una manera sistemtica.
Cualquier iniciativa del poder civil que surgi para promover una separacin del Estado
y la Iglesia Catlica siempre fue coartada y cuestionada por el poder eclesistico, pese a
la posicin del Vaticano que s reconoce la libertad de conciencia y asume como saludable
su separacin del Estado. Es el propio clero en Bolivia, la propia jerarqua eclesistica,
quien se opone a esa separacin. Al principio el Estado subyugaba a la Iglesia, pero ahora
parece que es al revs.

As nace la
Constitucin
teniendo en germen
una contradiccin
importante que
estableca que no
puede existir ningn
poder humano sobre
la conciencia.

En un rpido recuento de la legislacin actual que tiene estrecha relacin con el tema de
la Iglesia a partir de la Constitucin, anotamos que recin en 1967, por primera vez la
Constitucin reconoce la libertad de cultos. Es un proceso muy breve histricamente, en
el que nuestro Estado adems de reconocer a la Iglesia Catlica como oficial, reconoce
la libertad de culto. Hasta entonces rega la Ley de 1906 que no tena rango constitucional,
la que daba un margen de tolerancia respecto a otros cultos. Ninguna de las reformas
posteriores logr modificar el artculo de 1967. Este artculo dice que el Estado reconoce
y sostiene la religin catlica, apostlica y romana, garantiza el ejercicio pblico de otros
cultos, y seala que las relaciones con la Iglesia Catlica se rigen mediante concordatos
y acuerdos entre el Estado boliviano y la Santa Sede. Esta disposicin, as breve, da lugar
a muchas consecuencias jurdicas que iremos describiendo.

Diezmos y Tributos
En primer lugar, una de las consecuencias es la dependencia econmica que la Iglesia
Catlica tiene con el Estado. Hay un argumento fuerte que sostiene la Iglesia para
fundamentar y justificar esta dependencia: ellos aducen que cuando se crea la Repblica,

41

Conferencias Magistrales

En ese entonces el
diezmo que reciba
la Iglesia de los fieles
se convierte en un
impuesto, en un
tributo estatal. Por
eso, la Iglesia
considera que el
Estado tiene una
deuda econmica con
ella al haberle
quitado ese ingreso,
y se ata
econmicamente de
manera voluntaria al
Estado.

se abolieron una serie de diezmos y tributos. En ese entonces el diezmo que reciba la
Iglesia de los fieles se convierte en un impuesto, en un tributo estatal. Por eso, la Iglesia
considera que el Estado tiene una deuda econmica con ella al haberle quitado ese ingreso,
y se ata econmicamente de manera voluntaria al Estado. A partir de esta situacin, el
Estado determina por disposicin constitucional que no slo reconoce a la Iglesia Catlica
como la oficial, sino que la sostiene. Eso dio lugar a una injerencia muy alta por la cual
hasta 1961, el gobierno elevaba ternas para la eleccin de arzobispos y obispos. Inclusive
los decretos conciliares, bulas y prescritos del sumo pontfice tenan que recibir una
aprobacin del Senado. A partir de 1961, se aboli en la Constitucin la mencin del
patronato, sin embargo, aunque se quit la palabra, en los hechos se mantiene a travs
de diferentes disposiciones.
El tema de la dependencia econmica tiene dos consecuencias centrales. Primero, que
los miembros del clero son considerados funcionarios pblicos, forman parte de la planilla
de la funcin pblica y tienen obligaciones como cualquier funcionario que recibe ingresos
del Estado. Segundo, tienen limitaciones que en mi criterio vulneran los derechos humanos.
En el artculo 45 de la Constitucin, se establece que todo funcionario pblico civil,
militar o religioso debe declarar los bienes y rentas que tenga antes de tomar posesin de
un cargo. El hecho de que mencione el carcter de funcionario pblico de acuerdo a la
actividad que desempea es una arbitrariedad. Si una persona est ejerciendo un cargo
pblico no es en funcin de su condicin de militar o eclesistica. Si hay una persona que
pertenece al clero y tiene un cargo pblico, es por ser funcionario pblico que est obligado
a prestar una declaracin de bienes y no en funcin de la obligacin religiosa que cumple.

La esquizofrenia del Estado


En Semana Santa, nuestras autoridades asisten en un sitial de honor a los actos oficiales
de culto, creando ciudadanos de primera y segunda clase, catlicos de primera y segunda
clase. Haba una disposicin antigua que determinaba que el Presidente de la Repblica
ocupe el lugar central en el templo, con sitial y dosel, asistido por un cannigo y el Vicario
de ejrcito cuya falta sera suplida por otro cannigo. O sea, era una disposicin legal de
1909 que determinaba un sitial de honor para el Presidente de la Repblica, con escolta
eclesistica adems. Actualmente esto se mantiene.
Como ancdota, les cuento que en la Semana Santa del 2007, el Ministro de Trabajo fue
consultado por la prensa sobre si se declarara tolerancia el jueves por la tarde para
establecer un horario continuo. El Ministro dijo que no, que el viernes ya era feriado y
que quienes queran asistir a los actos religiosos, lo hagan despus de su trabajo, y que
las oficinas particulares que queran podran ser ms tolerantes con sus funcionarios. Fue

42

curioso porque recibi llamadas del Cardenal Terrazas, Monseor Jurez fue personalmente
al Ministerio de Trabajo y en menos de una hora, esta disposicin cambi y se declar
horario continuo.
Eso nos muestra que la Iglesia -lejos de ser sojuzgada- tiene un poder poltico muy
importante. Cuando el Ministro de Educacin Patzy declar que se iba a establecer la
educacin laica, se arm un lo. Tenemos una serie de muestras y ejemplos del poder
muy firme de la Iglesia en su relacin con el Estado. Si en algn momento, se consider
que la Iglesia estaba subyugada al Estado, creo que el poder que adquiri sta revirti la
situacin. Tenemos el ejemplo de la Ley Marco de Derechos Sexuales y Reproductivos
que el presidente Carlos Mesa no se atrevi a promulgar por presiones de la jerarqua de
la Iglesia Catlica. Esta ley qued en el limbo, puesto que fue aprobada por el Congreso,
remitida al Poder Ejecutivo para su promulgacin y devuelta al Congreso sin ninguna
explicacin legal, lo que hace que su condicin jurdica actual sea totalmente incierta.
No ha sido vetada por el Presidente pero s devuelta, por lo que el Congreso no sabe qu
hacer.
Tenemos un Estado esquizofrnico. Por un lado, reconoce a la Iglesia y por otro, declara
el divorcio como legal, reconoce medidas de salud pblica con relacin al aborto, hace
campaas pblicas sobre mtodos de prevencin de embarazos, de prevencin de
infecciones de transmisin sexual. En este sentido, no es libre de cumplir este tipo de
obligaciones por su relacin con la Iglesia, ya que sta juega un papel importante de
injerencia, de presin y de impedimento para que no cumpla con las mismas.
Es por esto que se considera saludable y prioritario que la reforma de la Constitucin
modifique la situacin. Desde la ptica de los derechos humanos, la idea era promover
que la Constitucin simplemente reconozca -en la parte de derechos y garantas de las
personas- el derecho de profesar cualquier religin, practicar cualquier culto y en general,
reconocer y garantizar la libertad de conciencia. Definir en algn artculo que el Estado
es laico es mantener una relacin, una posicin con respecto a una creencia religiosa. El
Estado no tiene porqu definir una posicin con respecto a ninguna religin. Autodefinirse
en la Constitucin como laico obligara a mantener una relacin con la Iglesia Catlica.
No hacerlo, le dar mayor libertad para actuar conforme a sus obligaciones con relacin
a polticas pblicas con las cuales la Iglesia Catlica no est de acuerdo.

43

Conferencias Magistrales

Laicidad y Secularizacin en
Clave Intercultural y de Gnero
Josef Estermann

El 98% de la poblacin boliviana se declar religiosa o perteneciente a una iglesia o


religin en Bolivia en una encuesta el 2001 despus del censo nacional. Slo 2% se
declar no creyente. Cuando hablamos de laicidad, Estado laico, libertades laicas y de la
nueva Constitucin hay un dato importante a tomar en cuenta: el porcentaje de la poblacin
que se declara catlica ha disminuido considerablemente en los ltimos 30 aos, de un
92 % en los aos setenta a un 77% en esta encuesta del 2001. Es probable que haya
bajado a 75% el 2007. Esto significa que uno de cada cuatro bolivianos no es catlico.
Es necesario reflexionar sobre el concepto de laicidad y secularizacin tomando en cuenta
estos datos y que la figura constitucional hasta 2007 contaba con el Artculo 3, en la que
el Estado boliviano reconoce y sostiene la religin catlica apostlica y romana; y que
slo a partir de 1906, reconoce la libertad de culto, tolerando otros cultos que no son el
catlico.
Tenemos que entender bien lo que es y quiere ser un Estado laico. Quiero hacer un breve
recorrido por el concepto de laicidad y el enfoque intercultural sobre este tema ya que
en el mismo censo del 2001, un 64% de la poblacin boliviana se declar indgena,
ciudadanos pertenecientes a una u otra etnia o pueblo originario de occidente u oriente.
Hay muchos cruces entre identidad religiosa e identidad tnica y no podemos identificar
una denominacin religiosa con una etnia.

Un debate entre dos instituciones


El trmino laico, o laicidad, proviene del griego laiks: "alguien del pueblo", que viene
de la raz las, "pueblo". Aparece como tal por primera vez en un contexto cristiano. El
trasfondo religioso se remonta a la Biblia hebrea que hace una distincin entre la "clase
sacerdotal" (los 'Hijos de Levi' o los levitas) que saben leer e interpretar el Torah, y la gran
masa de las y los "ignorantes" (fieles) que no saben ni leer ni escribir y participan de
manera pasiva en los cultos religiosos.

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El concepto 'laico/laica' rpidamente se convirti -bajo las teologas patrsticas- en una


categora polmica y peyorativa. Se lo contrapona al "clero", trmino que se deriva de
la palabra griega klros: "fortuna", o metafricamente, "herencia". En esta misma terminologa,
ya se vislumbra la lucha posterior por la "secularizacin" de los bienes eclesisticos y por
la implementacin del celibato obligatorio en la Iglesia Catlica. Haba que limitar la
herencia de bienes eclesisticos a la estirpe de los clrigos. Hasta el siglo IV, no se plante
restringir la sexualidad de los clrigos; luego se lo hizo slo para cortar los excesos y
abusos que cometan clrigos con mujeres y concubinas, con numerosos hijos, que en
algunos casos, deriv en malgasto del patrimonio eclesistico. La "fortuna" o el "clero"
se imponen en oposicin a las y los representantes del "pueblo" que no poseen ni bienes
ni conocimiento, que son ignorantes, analfabetos y que adems, son sbditos de los
"afortunados".
En la Iglesia Catlica, el trmino "laico" se usa como contra-concepto a la vida "sagrada"
de los clrigos y de las y los religiosos. Como la formacin y educacin teolgica fue
monopolizada hasta hace poco por la clase sacerdotal, el trmino "laico" se us y an se
usa en el sentido de "noprofesional", "ignorante", "no-entendido"; lo que repercute en
ciertos idiomas inclusive en el mbito no-religioso. Una persona "laica" es una persona

El concepto
'laico/laica'
rpidamente se
convirti -bajo las
teologas
patrsticas- en una
categora polmica
y peyorativa. Se lo
contrapona al
"clero", trmino que
se deriva de la
palabra griega
klros: "fortuna", o
metafricamente,
"herencia".

que no domina el oficio, una amateur en oposicin al profesional. Una teloga o telogo
"laico" viene siendo un profesional de segunda clase, a pesar de haber pasado por una
formacin teolgica de igual o mayor nivel que los telogos "consagrados".
Ahora, para complicar un poco las cosas, en las lenguas anglosajonas y germanos no se
habla de laico, se habla de Estado secular. Para explicar a un britnico o alemn el concepto
de Estado laico, con este trmino, no sabrn de qu se est hablando. Es preciso tener
mucho cuidado al traducir estos trminos a otros contextos. En los idiomas romanos, se
hizo costumbre hablar de laicidad fuera de lo que originalmente era. Antes era un trmino
exclusivamente intraeclesistico que competa a la Iglesia Catlica. Luego sali de ese
mbito y ahora, tiene una acepcin poltica.
Hacia all vamos cuando hablamos de Estado laico, hacia la neutralidad confesional de
las instituciones estatales. Esto quiere decir que el Estado no se declara religioso ni se
adhiere a ningn grupo; sea cristiano, musulmn, protestante, catlico, etc. La neutralidad
no significa que el Estado no tenga nada que ver con la religin. Un Estado no puede
negar la religiosidad de sus ciudadanos pero como tal, tiene que abstenerse de identificarse
con una cierta postura religiosa, porque sino estara yendo en contra de la declaracin de
los derechos humanos que garantiza el derecho a la libertad de culto, tanto a los individuos
como a los grupos.

45

Conferencias Magistrales

Muchos plantean que el Estado laico va a abolir la religin, promover una sociedad
irreligiosa, secular, en la que la religin no jugara ningn papel. Existen estos temores.
Cuando un ministro de educacin en 2007 plante la enseanza de varias creencias en
la materia de Religin, adems de la catlica, en Santa Cruz mucha gente sali a la calle
protestando contra el peligro de un Estado ateo. Ah hay mucha confusin: laicidad no
es secularizacin, laicidad no es laicismo.
El proceso de secularizacin significa un proceso lento en que la sociedad, no el Estado,
se distancia de la vida religiosa. Podemos observar este proceso en muchos pases europeos
en la segunda mitad del Siglo XX. A partir de la Ilustracin europea, el proceso de
"secularizacin" (no tanto de "laicizacin" que se usa normalmente para referirse a la
transicin de la educacin confesional a la educacin pblica estatal o fiscal) adquiere
un carcter polmico, militante e ideolgico, sobre todo en articulacin con las
reivindicaciones de la Revolucin Francesa y su lucha contra todo tipo de poder monrquico,
incluyendo el eclesistico o "sagrado" (clericalismo). Desde un punto de vista teolgico,
la "secularizacin" es un fenmeno que tiene sus races en la misma tradicin semita
bblica y tiene que ver con la "desmitologizacin" del mundo, del cosmos y de todo lo
creado considerado "divino" y "sagrado".
Mxico ha sido uno de los primeros pases en establecer un Estado laico, hace 150 aos.
Sin embargo, Mxico sigue siendo un pas mayoritariamente catlico, por encima del
90%. Es decir, puede haber un Estado laico con una fuerte presencia de la Iglesia Catlica
y de la religin catlica, esto no es contradictorio.
La secularizacin, en el sentido ms poltico e institucional, es el proceso que experimentan
las sociedades cuando la religin y sus instituciones pierden influencia sobre las mismas,
de modo que otras esferas del saber van ocupando su lugar. Con la secularizacin, lo
sagrado cede paso a lo profano, y lo religioso se convierte en secular. La secularizacin
implica una mundanizacin (sin querer dar a esta palabra ningn sentido peyorativo) de
la religin y de la sociedad, y es un tema de inters filosfico, sobre todo a la hora de
plantear las relaciones que debe haber entre religin, poltica y tica. No es un proceso
poltico, es un proceso social. La secularizacin se vuelve ideologa cuando se la declara
como un aspecto trascendental de la sociedad y en cuanto un Estado se declare secular
en el sentido de no religioso. Irreligioso es diferente de arreligioso. Irreligioso significa en
contra de la religin, la arreligiosidad es la neutralidad frente a lo religioso.
La diferencia entre laicidad y laicismo es que la primera existe cuando los Estados se
abstienen de asumir una posicin confesional en sus Constituciones, en sus organizaciones
e instituciones. No declaran ni a favor ni en contra de ningn credo religioso, ni a favor

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ni en contra de creer o no en nada. En el caso boliviano, tuvimos hasta el 2007 una


Constitucin que tiene este carcter confesional, el Artculo 3 se pronuncia a favor de
sostener y reconocer a la Iglesia Catlica.
Otra cosa es reconocer en la herencia histrica una cierta religiosidad en el caso boliviano.
Sera justo y necesario reconocer en los ltimos 500 aos, el impacto de la Iglesia Catlica
al igual que de religiones ancestrales que contribuyeron a lo que es Bolivia hoy en da,
y que siguen contribuyendo. El reconocimiento a la Iglesia Catlica puede ser histricamente
justificable a la vez que debemos reconocer muchas otras creencias religiosas.
Por su parte, el laicismo es un concepto muy polmico y combativo, que busca prcticamente
instalar una sociedad irreligiosa. Es decir, una sociedad en la que la religin no tenga
ninguna cabida. Cmo somos 98% de la poblacin que nos declaramos religiosos, en
poltica esto influye s o s, tengamos un Artculo 3 o no. Influye a travs de los individuos,
de nuestros representantes en el parlamento, de nuestros gobernantes, pero ya no como
una posicin oficial y constitucional; lo va a hacer por otros medios, como la sociedad
civil, las ONGs, otras organizaciones, etc. No se trata de que la religin y sobre todo la
Iglesia Catlica, pierda toda influencia en el quehacer poltico. Siempre la va a tener
porque somos un pueblo evidentemente religioso y consideramos que la religin tiene
algn lugar en nuestras vidas, por lo tanto tambin en el mbito poltico. Vamos a tratar
de que haya una influencia, pero ya no constitucionalmente declarada y en calidad de
Estado confesional, sino como un credo que vamos a sostener.
Toda esta discusin sobre el Estado laico es un debate entre dos instituciones: Estado e
Iglesia Catlica, y tal vez otras Iglesias. Es decir, hablamos de un debate interinstitucional.
Desde un punto de vista intercultural, hay que cuestionarlo porque cuando hablamos de
la relacin entre Estado y religin en general, o entre poltica y religin; es preciso entender
que la idea y concepto de Estado y la idea y concepto de religin que manejamos, tiene
un fuerte tono occidental, herencia de la Ilustracin europea y tal vez ms all de sta.
Es decir, hablando de religin en un contexto pluricultural, en el cual vivimos, tenemos
que deshacernos de esta concepcin monocultural occidental y tratar de reconstruir lo
que significa religin para el 65% de los bolivianos que se declar indgena.

Reconocimiento a la multirreligiosidad
Las instituciones religiosas que estn negociando con el Estado, sobre todo la Iglesia
Catlica, son organizaciones bien establecidas, con su jerarqua, sus instituciones, sus
ministerios, etc. La religin aymara, la quechua, la tupiguaran o las religiones amaznicas;
no tienen institucionalidad, no hay iglesias aymaras o chiquitanas. Tampoco tienen lderes
ni jerarqua. No tienen textos sagrados escritos y por lo tanto, no tienen la misma posibilidad

Creo que para la


concepcin indgena
de la religin, esto
no es muy acertado,
no es correcto. Para
un aymara, quechua
o tupiguaran, de
una u otra manera,
todo es religioso,
inclusive cosechar su
chacra.

47

Conferencias Magistrales

ni en el mismo nivel para entrar en un dilogo de igual a igual con lo que es el Estado.
De hecho, en el debate sobre el Estado laico, muchas veces se olvida de esas religiones.
Muchos dicen "bueno, todos son catlicos o casi todos son catlicos", lo que puede no
ser cierto. Cuando se hace encuestas, es verdad que muchos se declaran cristianos o
pentecostales, adventistas, metodistas, catlicos. Sin embargo existe una fuerte
religiosidad debajo o detrs de lo que se llama religin popular, ya sea catlica o protestante.

Desde el mundo
indgena originario,
creo que no hay
reparos a un Estado
laico, siempre y
cuando se reconozca
la multirreligiosidad
que existe en este
pas. La laicidad del
Estado es un signo
de reconocimiento a
las libertades libertad de
conciencia en todo,
conciencia religiosa
y tica- y
reconocimiento a la
vez, de la
multiplicidad de
expresiones religiosas
sin favorecer a
ninguna de ellas.

Tenemos que reconocer, en primer lugar, la multirreligiosidad. Bolivia es multireligiosa.


Adems de la disminucin de catlicos en Bolivia, aunque siguen siendo por harto una
mayora, hay un surgimiento de las religiones ancestrales. Esto tiene que ver con la historia.
Estas religiones fueron clandestinas mucho tiempo, por el peligro de la persecucin. Ahora,
con la visibilizacin de los pueblos originales reivindicando sus derechos y su reconocimiento,
la religiosidad ancestral -que es sincrtica- est reivindicando su dignidad y su reconocimiento
tambin. De una u otra manera, tenemos que tomar esto en cuenta con relacin al Estado
laico. Que no sea solamente la divisin de Estado e Iglesia Catlica. Multirreligiosidad
significa que hay diversas religiones institucionalizadas como la catlica, metodista,
luterana, pentecosts; pero que a la vez hay religiosidades no institucionalizadas. Muchos
prefieren hablar de espiritualidades. Podemos decir que hay una multiespiritualidad en
Bolivia, pero "espiritualidades" puede caer fcilmente en un discurso postmoderno o new
age. Entonces, para evitar esto, yo prefiero hablar de religiosidades y religiones.
Qu es religin para la gran mayora de los bolivianos que se declaran indgenas o
pertenecientes a los pueblos originarios? La Ilustracin europea y la secularizacin hicieron
una divisin tajante entre lo sagrado y lo profano, lo divino y lo humano. Creo que para
la concepcin indgena de la religin, esto no es muy acertado, no es correcto. Para un
aymara, quechua o tupiguaran, de una u otra manera, todo es religioso, inclusive cosechar
su chacra. Religioso en el sentido amplio que incluye el ritual, el trabajo y muchos otros
aspectos. Entonces, tenemos que dejar esta concepcin occidental de la religin como
institucin, como dogma, por una doctrina con ministerios, jerarqua. Religin es -podemos
decir- un sentimiento comn, un reracionamiento con la naturaleza, con el cosmos, con
los dems. Esto no compete al Estado definirlo, pero al momento de hablar de su relacin
con la religin, tenemos que tomarlo en cuenta para no caer en el discurso donde se habla
solamente de su relacin con la Iglesia Catlica.
Desde el mundo indgena originario, creo que no hay reparos a un Estado laico, siempre
y cuando se reconozca la multirreligiosidad que existe en este pas. La laicidad del Estado
es un signo de reconocimiento a las libertades -libertad de conciencia en todo, conciencia
religiosa y tica- y reconocimiento a la vez, de la multiplicidad de expresiones religiosas
sin favorecer a ninguna de ellas. El Estado no elige un credo, por lo tanto, no es la instancia
que se pronuncia sobre la verdad religiosa. No puede decir que la religin catlica es la

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ms verdadera porque eso es discriminar a las religiones no catlicas. El Estado no tiene


que tomar una posicin confesional porque no es una instancia tica ni religiosa. Es una
representacin del pueblo y como tal, tiene que tener una neutralidad confesional. Esto
no significa perder los valores, el Estado se pronuncia sobre stos, por ejemplo: libertad,
derechos, solidaridad, soberana, etc. Tiene valores, pero se abstiene de una confesionalidad.
La laicidad puede ser entendida en la igualdad de gnero, porque si laico significa pueblo,
todos y todas somos el pueblo, con igual derecho a pronunciarnos, a celebrar nuestra
religiosidad, etc. Estado laico s, con reconocimiento expreso a la multirreligiosidad de
este pas, su pluriculturalidad, plurilingisticidad, y tambin su plurinacionalidad. Promover
el dilogo interreligioso dentro de esta multirreligiosidad le compete al Estado.

Uno es el dilogo ecumnico entre las iglesias cristianas, adems


debera existir un dilogo con las religiones ancestrales. ste es un
deber histrico, despus de 500 aos, reconocer no solamente la
riqueza cultural de este pueblo, sino su riqueza religiosa. Entrar
en un dilogo de igual a igual. Este proceso se puede hacer a travs
de varios canales, no necesariamente tiene que estar as en la
Constitucin. Lo que debe plantearse es el reconocimiento a la
multirreligiosidad.

49

Conferencias Magistrales

En Defensa de los Derechos


Sexuales y Reproductivos
Yuri Puello Orozco

Cuando hablamos de
derechos sexuales,
ellos representan el
ejercicio de la
sexualidad de todas
las personas. Esta
vivencia expresa
cmo identifica cada
persona su identidad
sexual a partir de
modelos masculinos
o femeninos y
socialmente
establecidos.

Partir de una perspectiva de derechos humanos para entrar a la discusin sobre derechos
sexuales, derechos reproductivos y Estado laico, plantea como eje central garantizar la
dignidad humana y nos obliga a utilizar y potencializar los instrumentos legales y polticos
internacionales existentes. Los derechos sexuales y reproductivos implican tener en cuenta
a hombres y mujeres en diferentes etapas de su vida sexual y reproductiva: infancia,
adolescencia, adultez y tercera edad. Por otro lado, involucra tambin luchar y garantizar
informaciones, servicios y acceso a estos derechos.

Produciendo y reproduciendo desigualdades de gnero


Cuando hablamos de derechos reproductivos, nos referimos a la autonoma de las personas
para ejercer su capacidad reproductiva. Se relaciona especficamente con la decisin sobre
si se quiere o no tener hijos o hijas, la cantidad de hijos o hijas que se quiere tener, el
momento en que se quiere tenerlos y la forma en que esa reproduccin se tiene que dar.
Cuando hablamos de derechos sexuales, ellos representan el ejercicio de la sexualidad
de todas las personas. Esta vivencia expresa cmo identifica cada persona su identidad
sexual a partir de modelos masculinos o femeninos y socialmente establecidos. Cmo vive
su sexualidad y quin es el objeto o sujeto de su deseo sexual que puede ser alguien del
sexo opuesto o de su mismo sexo.
Esta discusin o propuesta para hablar y discutir los derechos sexuales deja abierta varias
posibilidades. Una de las nuevas posibilidades es la creacin de la categora de "sexualidades"
en vez de sexualidad en singular. Esto nos ayuda a entender las diferentes formas a travs
de las cuales los seres corporificados, o sea nosotros como seres humanos, interactuamos
de modo fsico no siempre genital, como medio de comunicacin y de expresin del
deseo de nuestros cuerpos, sin privilegiar la heterosexualidad. Esta manera de entender
la sexualidad se contrapone al modelo nico propuesto por la Iglesia Catlica que se
refiere solamente a las relaciones heterosexuales como norma dentro del matrimonio,
teniendo como fin la procreacin. Esta conexin del acto sexual y la procreacin desvirta

50

u oscurece la potencialidad que el placer tiene en nuestras vidas como tambin diluye
la importancia de cada acto como campos separados de realizacin humana.
Mary Hunt, teloga catlica, contribuye de manera valiosa a esta discusin a travs de
su libro "Sexo bueno, sexo justo". Sostiene que el sexo debe ser seguro, saludable,
agradable, constructor de comunidad y conducente a la justicia, libre de abusos, de
enfermedades y sin cohesin. A la luz de esta posicin, las relaciones sexuales deben ser
vividas en reciprocidad, entre personas que tengan igualdad de condiciones para decidir
sobre lo que quieren y no quieren hacer. Las prcticas sexuales no establecidas a partir
de relaciones igualitarias, deben ser sancionadas. Por ejemplo, no es lcito causar daos
morales, psicolgicos o fsicos a ninguna persona bajo pretexto de disfrutar del propio
placer sexual.
Los derechos sexuales y derechos reproductivos son derechos humanos fundamentales
amparados en leyes internacionales reconocidas como presupuestos e instrumentos
reguladores de nuestras sociedades democrticas. Estos presupuestos estn legitimados
en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos (1948) y fueron reafirmados en
nuevas formulaciones por el Plan de Accin de la Conferencia Internacional sobre Poblacin
y Desarrollo realizada en El Cairo en 1994, por la Convencin de Eliminacin de Todas
las Formas de Discriminacin a las Mujeres y por la Cuarta Conferencia Mundial de la
Mujer realizada en Beijing en 1995.
A pesar de estos amparos legales, histricamente las leyes con relacin a la sexualidad y
a la reproduccin humana han producido y reproducido desigualdades de gnero e
impuesto concepciones morales y conservadoras, especialmente religiosas, que establecen
el control de la capacidad reproductiva y de la sexualidad femenina. Qu ha sobrado
para las mujeres? Slo los deberes. Podemos decir que las mujeres son las que ms tienen
esos derechos sin ser respetados, siendo sus cuerpos el lugar privilegiado de expresin
de esa desigualdad en el mbito de los derechos humanos.

En este sentido las


discusiones en torno
a los derechos
sexuales y derechos
reproductivos
contribuyeron
significativamente
a explicitar y
renombrar dominios
restringidos a
pensarlos
nicamente en
relacin a la
naturaleza, al
pecado, a la
voluntad divina, al
poder de los
mdicos o al poder
de los hombres.

En este sentido las discusiones en torno a los derechos sexuales y derechos reproductivos
contribuyeron significativamente a explicitar y renombrar dominios restringidos a pensarlos
nicamente en relacin a la naturaleza, al pecado, a la voluntad divina, al poder de los
mdicos o al poder de los hombres. Estas discusiones favorecen los procesos dirigidos a
alterar leyes, representaciones simblico-religiosas, prcticas y relaciones de poderes en
todos estos actos. Con frecuencia en nuestros pases encontramos an leyes que necesitan
ser mejor especificadas, en atencin a que cuando los derechos no estn claramente
formulados, las decisiones pueden quedar en mano de personas que no siempre estn
preparadas para interpretarlas de una manera justa. A menudo, ocurren arbitrariedades y
abusos a la autonoma de las personas, especialmente a la de mujeres.

51

Conferencias Magistrales

Los funcionarios
gubernamentales, y
casi todos los
miembros de las
instituciones del
Estado, son hombres
educados en las
tradiciones religiosas
patriarcales, por lo
que estn ms
propensos a aceptar
las propuestas de los
fundamentalistas
pensando que son
representativas de su
tradicin religiosa y
cultural.

Por ejemplo, los fundamentalismos religiosos. Los esfuerzos de stos para controlar la vida
reproductiva de las mujeres tienen su origen en las estructuras de dominacin que
encontramos en la mayora de las religiones monotestas del mundo. Esto devela un
problema muy grande para las mujeres, porque los fundamentalistas desarrollan acciones
polticas para obstaculizar el acceso a los servicios de salud reproductiva. Los funcionarios
gubernamentales, y casi todos los miembros de las instituciones del Estado, son hombres
educados en las tradiciones religiosas patriarcales, por lo que estn ms propensos a
aceptar las propuestas de los fundamentalistas pensando que son representativas de su
tradicin religiosa y cultural. Frecuentemente, los responsables de la elaboracin de
polticas pblicas se manifiestan dispuestos a aceptar la agenda fundamentalista en contra
de las mujeres porque les parece familiar y porque contribuye a mantener sus privilegios
masculinos.
En ese sentido, las discusiones en torno a derechos sexuales y derechos reproductivos
revelaron varios conflictos de las religiones, especialmente los de la Iglesia Catlica.
Hablamos de esta iglesia por el fuerte impacto que tiene en nuestra cultura. Institucionalmente
entra en conflicto cuando se discute valores de la sociedad y de un Estado moderno, en
especial cuando se trata de asuntos relacionados a la sexualidad, dimensin relacionada
con libertades individuales y autonomas de las personas. Esto puede ser evidenciado
particularmente en intervenciones que van contra la elaboracin de polticas pblicas o
proyectos de ley que favorecen los derechos sexuales y derechos reproductivos. En la
mayora de los pases, vemos cmo las religiones se rearticulan en el Congreso Nacional
cada vez que entran en pauta proyectos de ley sobre matrimonio civil entre personas del
mismo sexo, legalizacin del aborto o el debate de la liberacin de clulas tronco. Sobre
estos temas, la Iglesia -en sus documentos- dice que tiene que defender la vida porque
est siendo amenazada. Estas reivindicaciones plantean a las religiones patriarcales el
desafo de enfrentar, cada vez ms, el distanciamiento de sus fieles con relacin a las
normas propuestas.

Deuda histrica
Una prctica individual slo se convierte en un derecho cuando el Estado hace que el
respeto a esas prcticas sea obligatorio. Todas las veces que una persona homosexual es
discriminada o cuando se ejerce control sobre prcticas sexuales de las mujeres a la luz
de principios religiosos de base moral, se est vulnerando este derecho. Por eso la afirmacin
y defensa de un Estado laico de derecho, que es uno de los fundamentos bsicos de
sociedades democrticas y resultado de la lucha poltica por su construccin.
Tenemos que tener en cuenta que la Iglesia Catlica tuvo una fuerte influencia en la
formacin de nuestras sociedades organizadas de manera jerrquica, autoritaria e intolerante

52

con todo lo relacionado a la diversidad y la pluralidad. Uno de los pilares fundamentales


del proceso de colonizacin de nuestro continente fue la represin de las otras divinidades
y la conversin impuesta al cristianismo. Por lo tanto, la lucha propuesta por el Estado
laico es una deuda histrica de defensa y consolidacin de los derechos que tenemos y
de los que estn por venir.
La neutralidad del Estado en relacin a las religiones es saludable y esencial para la
convivencia y fortalecimiento de la democracia. La democracia es un referencial importante
de las sociedades modernas porque posibilita las condiciones para que las religiones
puedan actuar en ellas en un clima de respeto y tolerancia. La preocupacin del Estado
debe estar en el campo de las cuestiones pblicas, por encima de intereses religiosos, de
acuerdo con los intereses de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Un Estado laico -libre de religin- es condicin necesaria para la afirmacin personal y
pblica de personas y grupos con o sin religin. No hiere en nada a quienes tienen algn
tipo de adhesin religiosa. La promocin de la tolerancia, el respeto a la pluralidad religiosa,
la separacin de Iglesia-Estado, la libertad de conciencia y la misma libertad religiosa
indican la neutralidad del Estado en esta dimensin. Entonces, el Estado neutro reconoce
las religiones pero no pauta sus decisiones oficiales para ninguna de ellas. No es posible
respetar y promover el respeto a las creencias religiosas si se toma partido por cualquier
moralidad religiosa en particular.
El desafo del Estado laico se presenta cuando las instituciones polticas que lo componen
consideran cada una de las religiones como un factor de legitimacin e integracin social.
Esto nos demuestra que la amenaza no viene de las religiones, sino del propio Estado que
busca legitimidad en esas religiones. La legitimidad de la intervencin de cualquier
institucin en la esfera pblica es garantizada cuando existe respeto a los principios
constitucionales. Entonces, en el caso de una propuesta del Estado laico es legtimo que
la Iglesia Catlica, como cualquier otra institucin, participe de las discusiones pblicas,
siempre y cuando se gue por principios constitucionales, que son las normas y las guas
de todos nuestros pases.
Las mujeres denunciaron y conquistaron sus derechos a partir del sufrimiento, a partir de
la violacin y negacin de sus cuerpos. Es en nombre de esta situacin de injusticia sentida
en sus cuerpos y en sus palabras que la vida de las mujeres se hace presente, se hace
lucha, se hace conquista y se hace derecho. Por todo esto, es imperativo defender la
laicidad del Estado, porque es una forma de liberalizar la interferencia religiosa para que
la ciudadana de todas las personas, mujeres y hombres, se pueda ejercer. Un Estado laico,
autnomo frente a las religiones, es condicin necesaria para la libertad y la diversidad
religiosa, y tambin condicin necesaria para la afirmacin personal y pblica de las
personas.

Uno de los pilares


fundamentales del
proceso de
colonizacin de
nuestro continente
fue la represin de
las otras divinidades
y la conversin
impuesta al
cristianismo. Por lo
tanto, la lucha
propuesta por el
Estado laico es una
deuda histrica de
defensa y
consolidacin de los
derechos que
tenemos y de los que
estn por venir.

53

Conferencias Magistrales

Laicidad, Ms All de la
Democracia y la Politizacin
Gloria Ardaya

Les hablo a las y los


jvenes de la
democracia, porque
muchos y muchas de
ustedes no saben lo
que es vivir en
dictadura y andar
con el testamento
bajo el brazo.
Actualmente
gozamos de
libertades, sabiendo
que no existe en el
mundo un modelo
nico de democracia,
ste es un proceso en
permanente
construccin.

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El 2007 tiene para las bolivianas y bolivianos una doble significacin. Por un lado,
cumplimos veinticinco aos de vigencia de la democracia representativa en Bolivia de
manera ininterrumpida, el periodo ms largo de democracia que hemos tenido en toda
nuestra historia. El Presidente Evo Morales es fruto de esa democracia que muchas veces
queremos olvidar. Por otro lado, este ao vamos a tener una nueva Constitucin Poltica
del Estado. Son dos hechos muy relevantes.

Democracia, proceso en permanente construccin


No soy teloga. Soy sociloga, abogada, feminista, demcrata; por lo tanto voy a abocarme
a esos temas. Les hablo a las y los jvenes de la democracia, porque muchos y muchas
de ustedes no saben lo que es vivir en dictadura y andar con el testamento bajo el brazo.
Actualmente gozamos de libertades, sabiendo que no existe en el mundo un modelo nico
de democracia, ste es un proceso en permanente construccin.
La democracia boliviana del siglo XIX no es igual a la del siglo XX y tampoco a la del siglo
XXI. No hay un ideal democrtico. Lo que hemos tenido hasta ahora han sido periodos
de democracia complejos y paradjicos. En estos veinticinco aos hemos tenido varios
modelos de democracia, por suerte siempre avanzando. En este periodo, especialmente
las mujeres, hemos logrado muchos avances. As como el concepto de democracia es
muy complejo, la democracia no est consolidada, no es un acto sino un proceso.
Si hiciera una encuesta, no nos pondramos de acuerdo en una definicin de este concepto.
Es muy difcil consensuar, porque adems, sobre todo en nuestro pas, hay una permanente
tensin entre lo que se llama democracia representativa y democracia participativa. Para
m son la misma cosa, con grados diferentes de realizacin. Por ejemplo, la Ley de
Participacin Popular fue un acto de democracia participativa absoluta. Es difcil vivir en
democracia porque siempre tenemos que estar construyndola, no debe limitarse solamente
a la eleccin de los representantes y gobernantes, sino que debe profundizarse

permanentemente e ir ms all, dentro de la norma y dentro de una vigencia universal


de la ley, donde todos la cumplamos.
Una condicin esencial para considerar un gobierno democrtico es que emerja de
elecciones libres y competitivas, no amaadas como en el pasado nuestro. Para que exista
democracia, tenemos que tener certezas en las reglas de juego. Uno tiene que saber que
si hace algo, le pasar tambin algo, que la ley se va a cumplir. Lamentablemente, la
democracia contempornea difcilmente es ejercida directamente por el pueblo, tenemos
delegados porque no podemos reunirnos los nueve millones de hablantes a tomar desiciones.
Pero esta democracia proviene del pueblo, elegimos y tenemos que acatar esa eleccin.
La democracia es un sistema de derechos. Sin embargo, no genera automticamente las
condiciones requeridas para el ejercicio efectivo de esos derechos. Tanto ciudadanos
como Estado debemos definir qu derechos, qu obligaciones y qu garantas tiene cada
uno, la democracia es una forma de vida poltica que otorga libertad al mayor nmero
de personas, que protege y reconoce la mayor diversidad entre sus ciudadanos. Las
dimensiones de la democracia son el respeto a los derechos fundamentales, al ejercicio
de la ciudadana y a la representatividad de las y los dirigentes.
Hablo del respeto a la diversidad porque como todos y todas sabemos, la sociedad boliviana
es muy compleja. Ren Zavaleta -pensador boliviano- hablaba de una sociedad abigarrada,
la superposicin de varias visiones, varias sociedades, varias formas de ver el mundo. Por
lo tanto, es obvio que nuestra democracia tiene que ser lo ms pluralista posible. Tenemos
que respetar y ser tolerantes con los diferentes; los collas con los cambas, los hombres
con las mujeres, los k'aras con los indgenas, los viejos con los jvenes, las personas con
opciones sexuales distintas con los heterosexuales, los que tienen capacidades diferentes
con los que son "normales", y viceversa.

Pluralismo e inclusin
Una democracia no puede ser representativa si no es pluralista e inclusiva. No porque t
tengas mayora te vas a olvidar de las minoras. Mayora no quiere decir hegemona, y
nosotros tenemos que trabajar en democracia para todos los bolivianos y bolivianas. Es
as que yo quisiera rescatar tres de las muchsimas caractersticas que tiene la democracia.
Una es el pluralismo, es decir, reconocer esa diversidad que tenemos. La segunda es el
disenso, yo no tengo porqu pensar y sentir igual que usted; soy igual a usted pero diferente.
Y la ms importante y requerida en este momento en el pas: el consenso, "est bien, usted
piensa as y yo as, nos acercaremos y veremos la mejor solucin para el pas".
En Bolivia, seguimos viviendo una crisis que nos tiene que llevar a redefinir las relaciones
entre Estado y sociedad. Se han roto muchos pactos de convivencia, la del Estado laico

55

Conferencias Magistrales

por ejemplo, el pacto territorial, muchos pactos que estaban en esa comunidad poltica
que habamos conformado antes. Ahora tenemos que redefinir esas relaciones y recomponer
la comunidad poltica, y nuestro sentido de pertenencia con relacin a la nacin. Yo ante
todo soy boliviana, pero adems soy camba, mujer, docente universitaria. Tengo muchas
identidades, y la comunidad poltica tiene que rescatar e incluir a todas stas para que yo
me sienta perteneciente a esta nacin. Las encuestas dicen que los bolivianos nos sentimos
en primer lugar bolivianos y esto es muy bueno porque nos da la idea de que algo queda
de ligazn a la nacin. Pero esta comunidad poltica todava no est recompuesta, porque
en el ltimo tiempo slo pensamos en nuestros intereses personales y no en el bien comn.
Estamos en un permanente forcejeo.
Vivimos un momento de mucha informalidad econmica, poltica y social. Cuando
podemos, estafamos; cuando podemos, no pagamos impuestos. El Estado perdi su rol
de cohesin social. Hay una indiferencia que no es de ahora, que arrastramos desde hace
mucho tiempo: hay cocaleros que invaden el edificio de la prefectura, ciudadanos en
Santa Cruz que golpean a los representantes de la Asamblea, y yo no creo que unos sean
mejores o que otros sean peores; no creo en la supremaca cultural ni de los aymaras, de
los quechuas o de los guaranis, los considero iguales. ste es el principal atributo de la
democracia.
Estamos viviendo un proceso de mucho antagonismo -"ests conmigo o ests contra m"porque no hay comunidad poltica, no existe el bien comn, no tenemos conciencia del
espacio publico, nos apropiamos de ste, lo destruimos, y por supuesto desconfiamos
unos de otros. Ahora como nunca en el pas tenemos que desterrar las clasificaciones
binarias porque creo que nada es blanco ni negro, todo es gris.
De todos estos elementos de la crisis, quisiera rescatar uno: el destierro de la poltica. La
poltica es una construccin deliberada de futuro, esto que estamos haciendo en este
debate: qu queremos con un Estado laico? Esto es poltica. El dogma y la descalificacin
en torno a este tema han predominado en el ltimo tiempo, sin debate, sin haber trabajado
en propuestas. Tambin perdimos lo que era comn, es difcil consensuar lo que es comn
porque lo que predomina en Bolivia es el cooperativismo, los intereses de grupo y no la
ciudadana en general. Si a los choferes se les antoja, no salen; y es un servicio pblico,
si falt la luz algn da en Patacamaya, no les importa a los de la compaa elctrica.
Entonces, yo creo que tenemos que disear este inters general, este bien comn, basados
en valores pblicos y democrticos. Como deca Josef Estermann, la religin no es una
cosa privada, tambin es pblica, porque a partir de ella, el Estado tiene que elaborar
polticas publicas.

56

Para democratizar ms la sociedad


Veamos los siguientes datos. Segn el censo de 1992, en Bolivia los catlicos eran el
87.7% de la poblacin. En 2001, eran el 77.8% y los de otra religin, el 19%. El '92 eran
11% los ciudadanos adheridos a otras religiones. Los que no tienen ninguna religin eran
el 2.2%. Entonces, si la mayora de este pas es religiosa hay que pensar en el tema dentro
de la agenda de la poltica pblica, que es difcil de definir. Para un vendedor ambulante,
la calle es su propiedad; para nosotros que la caminamos es un espacio pblico. Es
importantsimo reposicionar la poltica con lo que estamos haciendo: debatir propuestas,
no intercambiar insultos. Creo que es de fundamental importancia hacer este debate
poltico porque en nuestro pas no tenemos institucionalidad y la poltica nos va a ayudar
a integrarnos, a deliberar y a construir esta comunidad poltica.
Se trata es hacer un Estado intercultural, no multicultural. Estas diferenciaciones son muy
importantes. Multi es: "t eres aymara y yo soy guaran, tu all y yo ac". Inter es: "t eres
aymara, qu bien, ensame sobre tu cultura, y yo te enseo sobre la ma, y juntos
convivimos en esas diferencias y juntos nos enriquecemos". Todo esto a partir del ejercicio
de la tolerancia y de lo diferente.
La poltica surge del reconocimiento de que somos diversos. Si no lo furamos, y si no
reconociramos esta diversidad, estaramos en estado de guerra y ms bien, estamos
aprendiendo a convivir. Hacer poltica desde esa base, desde ese reconocimiento de la
diversidad, es aceptar y conservar la unidad de Bolivia. Es aceptar que somos diferentes
y que debemos conciliar esos intereses diferentes. Hacer poltica es ejercer un gobierno
pacfico a travs de actos de conciliacin. Tenemos que rescatar la poltica para reconstruir
el Estado que queremos.

La poltica surge del


reconocimiento de
que somos diversos.
Si no lo furamos, y
si no reconociramos
esta diversidad,
estaramos en estado
de guerra y ms
bien, estamos
aprendiendo a
convivir. Hacer
poltica desde esa
base, desde ese
reconocimiento de
la diversidad, es
aceptar y conservar
la unidad de Bolivia.

En la actualidad tenemos un Estado pequeo, o como dira el Informe de Desarrollo


Humano, un Estado con huecos, con muchas perforaciones. Tenemos que reconstituirlo
y reconformar la nacin, una tarea muy complicada porque todava no acabamos de
reconformar la comunidad poltica y todava no sabemos dnde vamos. Creo que todos
sabemos que la eleccin presidencial de diciembre del 2005 en Bolivia y la subida del
gobierno de Evo Morales, cambi la historia, puso aguas divisorias, pero no sabemos a
dnde vamos. Para esta reconformacin de la comunidad poltica, tenemos que saber qu
tipo de Estado queremos. Creo que ac todos queremos que sea un Estado laico. Pero ste
no es un fin es un medio para democratizar ms la sociedad.

57

Conferencias Magistrales

Cosmovisin Andina Frente


a Estados Monoculturales
Fernando Huanacuni Mamani

...aunque podamos
tener una legislacin
que nos permita el
respeto a las
creencias, esto que es
muy propio e ntimo
de cada uno, la
consecuencia, ms
all de lo jurdico,
seguir siendo de
intolerancia

El momento histrico que estamos viviendo es un espacio que nos permite debatir. Hacerlo
con el corazn abierto es importante; si slo vamos a debatir en funcin de la razn, nos
vamos a encontrar limitados. Hasta ahora los grandes debates han sido intelectuales,
racionales, disgregando la vida misma del ser. Cuando emerge un pensamiento, cuando
se visibiliza una forma de vida desde los pueblos originarios, no slo se habla con la razn,
sino tambin con el corazn. En ese sentido, quienes tal vez no han seguido el proceso
histrico que hoy estamos viviendo, no han visto lo que nuestros ancestros, nuestras
abuelas y abuelos, han ido caminando y diseando hasta este tiempo.

Monoculturales, homogeneizadores, depredadores, intolerantes


Hoy, como generacin nos toca asumir una responsabilidad seria sobre varios aspectos
que traemos a este tiempo. Tenemos que comprender el momento que estamos viviendo.
Los pueblos originarios -sin haber sustentado el poder- fueron quienes generaron este
espacio de debate que se da a nivel continental, no solamente a nivel nacional. Para los
que se aferraron al poder, los pueblos originarios podran seguir relegados. ste es un
punto de partida para la reflexin.
Ahora, no se trata nicamente de proyectar las leyes ya que en su parte enunciativa
encontramos algunas que tienen una perfeccin interesante en su secuencia jurdica. Lo
que tenemos que revisar es lo que gener el Estado monocultural: una forma de pensar
y de concebir el mundo; una estructura social, poltica y econmica. Las repblicas y
Estados del continente americano tienen un pensamiento homogeneizador, universal; es
decir una sola verdad. Por lo tanto, aunque podamos tener una legislacin que nos permita
el respeto a las creencias, esto que es muy propio e ntimo de cada uno, la consecuencia,
ms all de lo jurdico, seguir siendo de intolerancia. Si queremos de verdad encontrarnos
desde lo ms profundo de la vida, tenemos que revisar los principios que generaron los
Estados monoculturales, homogeneizadores, depredadores, intolerantes.

58

Es as que nosotros decimos que para poder reestructurar una nueva sociedad con equilibrio
y con armona, hay que revisar los principios ms sagrados, revisar la forma de vida, la
cosmovisin. Por eso los pueblos andinos, amaznicos y chaqueos de estas tierras,
insistimos en que para analizar cualquier estructura social, econmica, jurdica, poltica
y social; se debe partir por revisar los principios ms grandes. En este sentido, lo que hoy
se denomina cosmovisin andina, no slo se limita a una regin. El comn denominador
tiene un solo sentido: somos hijos de la Madre Tierra. No somos reyes de la creacin.
Todo tiene vida y por lo tanto, hay una relacin de igualdad, equilibrio y de armona.
Equilibrio en el sentido de relacionamiento con toda forma de existencia, con la montaa,
con el rbol, los insectos y animales; y armona porque comprendemos que la Madre
Tierra tiene sus ciclos y nosotros tenemos que vivir segn stos.
Estos principios hoy estn en debate para poder solucionar la situacin por la que
seguramente, en otras circunstancias, nuestros abuelos se conmovieron. A veces, cuando
dialogamos sobre lo que es la fe, la creencia, la cosmovisin o cualquier cuestionamiento
con respecto al Estado, o al statu quo, se estremece el corazn de los que se dejaron estar
en los diferentes tiempos histricos cerca del poder. Esto me hace preguntar cmo se
sintieron nuestros abuelos en 1492 cuando los espaoles no cuestionaron ni les preguntaron
cul era la forma de eleccin y qu era el respeto. Ni siquiera accionaron la posibilidad
de escuchar a nuestros sabios abuelos y abuelas.
Me pregunto cmo se habrn sentido nuestros antepasados cuando en esta regin empez
una etapa muy dura que se prolonga hasta ahora. Sus nietos, sus hijos, todava siguen
invitando a conversar, a releer y a proyectar un Estado ms all de lo monocultural,
dirigindose hacia lo pluricultural. Esto que no solamente se revele en trminos jurdicos,
porque el accionar, la conducta y el respeto son una consecuencia de cmo concibe uno
el mundo. Por lo tanto, no se puede ensear el respeto en trminos enunciativos ni
regularlo. ste debe ser la consecuencia de una actitud relacionada a la manera en que
se concibe el mundo, por esto insistimos en la cosmovisin andina. Si no vemos los
principios de la estructura de la vida, seguiremos en la parte enunciativa-legal y el accionar
de las personas seguir siendo la intolerancia.

Esto me hace
preguntar cmo se
sintieron nuestros
abuelos en 1492
cuando los espaoles
no cuestionaron ni
les preguntaron cul
era la forma de
eleccin y qu era el
respeto. Ni siquiera
accionaron la
posibilidad de
escuchar a nuestros
sabios abuelos y
abuelas.

Voy a compartirles brevemente, con el respeto de las abuelas y los abuelos, lo que hemos
llamado la espiritualidad desde la cosmovisin andina aymara. Dentro de lo que es la
ubicuidad, el tener la orientacin en el espacio en la Madre Tierra, la orientacin en
funcin a la Lnea del Ecuador; los pueblos del norte tienen un referente csmico que es
la Estrella Polar Norte, y el referente en el hemisferio sur es la constelacin de la Cruz del
Sur. Este referente csmico nos da el parmetro de la conformacin de nuestra estructura
social-poltica y de vida, adems de la concepcin del encuentro entre todos nosotros.

59

Conferencias Magistrales

Estamos ya muy cerca de vivir la fiesta de la constelacin de la Cruz del Sur, la fiesta que
nos va a reconectar a nuestras fuerzas csmicas, a la energa csmica, porque nuestra
espiritualidad es csmica-telrica. Estamos abrindonos a la reflexin a travs de la
observacin del cielo abierto hacia el horizonte y ste brilla con mayor intensidad. En
mayo, se pone de pie la constelacin de la Cruz del Sur, se reconstituye, se reafirma la
fuerza csmica y despus en agosto, comienzan las fuerzas telricas. Esta relacin de
equilibrio entre las dos fuerzas para nosotros es muy importante.
Somos originarios y herederos de la cultura milenaria Tiwanaku. A pesar de la segmentacin
y de no darle la continuidad que ha tenido el proceso de la civilizacin andina, chaquea
y amaznica, se ve que hay algo muy grande detrs. Recin se empieza a escribir las ms
grandes pginas de la historia, recin habrn algunos aspectos que refutarn la historia
lineal ascendente de occidente, mostrando que hubo grandes civilizaciones, y que hubo
seres que alcanzaron el equilibrio, armona y una concepcin que hoy puede ser y va a
ser respuesta, no solamente para este lugar, sino para la humanidad.
Al planteamiento de universo de occidente que implica una sola verdad, oponer el
multiverso: muchas verdades, muchas culturas, muchas identidades. A pesar de eso,
podemos conseguir la unin en la multidiversidad, y la whipala2 sigue expresando el
espritu que va forjando este presente intenso.

2 La Wiphala es el smbolo de identificacin nacional y cultural de los andes; es una bandera aymara cuadrada de
siete colores, con 49 cuadros unidos, que representan a la diversidad geogrfica de los Andes.

60

Hacer de los Derechos


Humanos una Realidad
Cierre

Al cerrar el encuentro, Tania Nava del Captulo Boliviano de Derechos Humanos, manifest:
Fue muy importante compartir un tema central del debate del proceso constituyente con expositores nacionales
e internacionales y todas aquellas personas que participaron en este seminario. Hemos escuchado diferentes
opiniones y eso es parte de la democracia, del ejercicio de la libertad de expresin y, sobre todo, de un
ejercicio que tiene que practicarse con informacin. se fue la intencin y el aporte de las instituciones
organizadoras: abordar este tema con criterios ms claros, ms definidos, ms concretos, con conceptos que
muchas veces son manejados de manera equivocada o con desconocimiento. En ese sentido, esperamos que
las ponencias que presentamos contribuyan a ello.
Para cerrar, quiz recalcar un elemento destacado por la mayora de los expositores y es que el Estado laico
no promueve en ningn sentido el atesmo ni es contrario a ninguna religin. Ms bien, es una garanta de
la libertad religiosa y un reconocimiento a la diferencia que se funda en el principio de la no discriminacin.
Es un deber de todos los ciudadanos y ciudadanas, ser parte de este proceso de discusin con opiniones,
aportes, crticas, acompaamientos, seguimiento desde donde estamos pero tambin naturalmente, es un
derecho de todos y cada uno de nosotros, el ser parte de este proceso y acompaar esta iniciativa de las
diferentes instituciones de derechos humanos. Este seminario independientemente de las posiciones, argumentos
y propuestas presentadas, ha tratado ante todo de visualizar los derechos humanos como eje central en la
agenda de la Asamblea Constituyente, como un elemento articulador precisamente de la diversidad de
opiniones que existen con relacin a la cantidad de temas que se ha tratado dentro de la elaboracin del
texto constitucional.
Ojal hayamos logrado incidir no solamente en la Comisin de Deberes, Derechos y Garantas de la Asamblea
Constituyente, sino en todos los y las asamblestas para hacer del tema de los derechos humanos un tema
central para la Constitucin de un nuevo Estado. Con ello, buscamos aportar a la construccin de un Estado
ms justo, ms equitativo, ms inclusivo, que permita ante todo mejorar la proteccin legal que quedar
plasmada en la Carta Magna, y que permita adems, hacer de los derechos humanos una realidad cada da
ms concreta, ms tangible, ms objetiva para todos y todas los bolivianos.

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Apuntes Biogrficos de
las y los Expositores
Roberto Blancarte Pimentel
Profesor-Investigador y Director del Centro de
Estudios Sociolgicos de El Colegio de Mxico
Investigador Asociado del Grupo de Sociologa
de Religiones y de Laicidad (GSRL) de la
Escuela Prctica de Altos Estudios (EPHE) de La
Sorbona (Pars)
Fundador y asesor del Programa Interdisciplinario
de Estudios sobre Religin (PIER) de El Colegio
Mexiquense.
Autor de varios libros, entre los cules destacan:
- Historia de la Iglesia Catlica en Mxico
- Cultura e identidad nacional y el pensamiento
social de los catlicos mexicanos (Fondo de
Cultura Econmica)
- Laicidad y valores en un Estado democrtico
(Coordinador, El Colegio de Mxico/Segob)
- Afganistn: La revolucin islmica frente al
mundo occidental (El Colegio de Mxico,
2001)
- El sucesor de Juan Pablo II; escenarios y
candidatos del prximo cnclave (Grijalbo,
2002)
- Entre la fe y el poder, religin y poltica en
Mxico (Grijalbo, 2004).

62

Miembro del:
- Sistema Nacional de Investigadores (nivel II)
y de la Asamblea Consultiva del Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminacin
(CONAPRED)
- Consejo de la Comisin Nacional de Biotica.

Marco Antonio Huaco Palomino


Ttulo de abogado por la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos.
Candidato a Magster en Ciencias de la Religin
por la misma universidad.
Autor de:
- Derecho de la Religin. El derecho y principio
de libertad religiosa en el ordenamiento
jurdico peruano" (Lima 2005, 398 p.)
- Diversos ensayos y artculos sobre libertad
religiosa y relaciones iglesia-Estado.
Miembro del:
- Seminario Interdisciplinario de Estudios de la
Religin de la Pontificia Universidad Catlica
del Per,
- Consejo Latinoamericano para la Promocin
de las Libertades de Conciencia, Creencia y
Religin y de Libertades Laicas-Per, Red
Iberoamericana.

Roberto Arriada Lorea


Juez de la Corte de Familia en Porto Alegre
Licenciado en Antropologa
Investigador sobre temticas de la salud en la
Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Brasil

Jos Lus Baptista


Boliviano, abogado.
Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de
Bolivia
Catedrtico de Criminologa, Derecho Penal y
Derecho Procesal de la Universidad de San
Simn de Cochabamba, de la Universidad
Catlica de La Paz y de la Universidad del Valle
en Sucre.

Rosario Baptista
Boliviana, abogada, especialista en derechos
humanos.
Particip en:
- Propuestas legislativas de derechos humanos
y constitucionales Ratificacin y aplicacin
de convenios internacionales sobre derechos
humanos Actualmente, Coordinadora Nacional
de Trabajo Forzoso de la OIT

Docente - Universidad Catlica Boliviana "San


Pablo".
Autor de varios libros, entre ellos:
- Filosofa Andina: Sabidura indgena para un
nuevo mundo
- Teologa andina: Tejido diverso de la fe
indgena (coordinador).

Yuri Puello Orozco


Teloga y filsofa colombiana.
Doctora en Ciencias de la Religin.
Actualmente integra el equipo de Catlicas pelo
Direito de Decidir / Brasil

Gloria Ardaya
Sociloga y abogada boliviana.
Militante feminista y demcrata.
CIDES-UMSA Bolivia.

Fernando Huanacuni Mamani


Investigador aymara, de la comunidad Sariri.
Realiz investigaciones sobre los ayllus, la
siembra y la cosecha, y estudios sobre la sagrada
hoja de coca, y la cosmovisin andina.

Josef Estermann
Telogo y filsofo suizo-holands.
Profesor de filosofa - Seminario Arquidiocesano
del Cusco.
Promotor del Colegio Estatal Tcnico Mixto "Lus
Vallejos Santoni" - villa marginal
"Independencia", Cusco.
Investigador y docente en el Instituto Superior
Ecumnico Andino de Teologa (ISEAT), Bolivia.

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