La Patologización y Medicalización de La Infancia
La Patologización y Medicalización de La Infancia
La Patologización y Medicalización de La Infancia
infancia
sujetos como tales, en este caso los nios.Desde una perspectiva crtica,
estas visiones "que escinden" tienden a abordar,diagnosticar y patologizar a
la infancia entendiendo que los obstculos que se presentanen los procesos
de enseanza y de aprendizaje o los llamados "problemas de conducta"que
expresan los nios en las escuelas, parecen ser suficientes para establecer
undiagnstico; cuando en realidad son el inicio de las consultas diagnsticas
o deorientacin con criterio clnico que ameritan ser consideradas para
explicar algunossntomas.Tomemos como ejemplo lo que sucede con los
nios inquietos a los que les cuestaprestar atencin en clase.Mientras
mltiples estudios acerca de los usos y consumos culturales de las nias y
losnios en la actualidad muestran que, la atencin de los chicos es
diferente, (bsicamentemltiple: pueden escuchar msica mientras
conversan y responden en el chat, lo cualimplica que cuentan con la
posibilidad de estar de manera simultnea en variasactividades distintas de
la imagen clsica de la escuela, donde un grupo de alumnosatiende al
maestro ubicado al frente del aula), se incrementa de manera
altamentesignificativa la cantidad de nios que llegan a las escuelas
diagnosticados como ADD/Hy por ese motivo, medicados con estimulantes y
otros tipo de psicodrogas, ( Lasestadsticas oscilan entre el 5 y el 8 % de la
poblacin escolar ( Benasayag, 2007).Sin dudas, hay una distancia que hace
falta trabajar en muchos sentidos. No es casualque la escuela haya pasado
a ocupar un lugar central en relacin con esta problemtica.No nos
olvidemos que se trata de una institucin propia del S XIX que, como
tal,requiere, a travs de sus tradicionales propuestas escolares, de toda una
serie decondiciones actitudinales y procedimentales que, como
adelantbamos, son los quejustamente parecen escasear en su poblacin
de alumnos, nios y jvenes del SXXI (prestar atencin durante cierto
perodo de tiempo, leer de un texto, escribir con letraprolija, etc.).Con este
planteo no se pretende ni siquiera insinuar que haya que renunciar a que
unchico escuche a su maestro, en clara referencia a la necesidad de
reconocer las reglas yriquezas propias de cada institucin pero, tampoco
parece saludable y/o educativosolucionar rpida y linealmente el problema
patologizando a los nios como si algunasexpresiones de su conducta
refirieran en forma unvoca a una enfermedad que puedesuperarse con
medicacin, sin analizar que puede ser un indicador de otrasproblemticas.
3. A propsito, Bernard Golse (2003) adverta que lo que se define como
patolgico en unnio en una determinada poca, puede ser considerado
como "normal" en otra. Estoocurre principalmente porque la interpretacin
de una sociedad sobre el funcionamientode nios y adolescentes se funda
sobre criterios educativos variables y sobrerepresentaciones que dependen
de ese momento histrico. Es decir, cada sociedad en undeterminado
tiempo, espera funcionamientos diferentes de los sujetos nios
yadolescentes como si se establecieran contratos diferentes y exigencias
distintas parapertenecer a ella, tolerando de forma variable las llamadas
"desviaciones".Observemos a un grupo en situacin de evaluacin escolar
(adolescentes de 15 aos)La profesora da consignas. Juan est disperso
asiente con la cabeza y juega con lalapicera y sus manos., mientras
conversa con Julio, Alicia parece ms atenta. LlegaMarta, otra compaera,
todos hacen comentarios, alguno se levanta cierra unaventana, comentan
del partido de ftbol del da anterior; cambian de asientos, se ren.Todos
estn con lapiceras en mano y escriben. Algunos se envan mensajes a
travs delos celulares, se ren Mientras transcurre la clase, se consultan
las tareas requieren ser pensadas yreformuladas frente y junto con estas
transformaciones.Resulta necesario entonces, generar de manera
impostergable entre los especialistas enpsicologa y educacin discusiones
acerca de la infancia, sus contextos y lapatologizacinque est
padeciendo,Reflexionar entorno a preguntas relativas al tipo de relacin que
existe entre la nuevasubjetividad que hoy se est conformando en nuestros
alumnos-pacientes- en elcontexto de esta sociedad meditica y consumista
en la que se encuentran inmersos y secran- con las regulaciones
disciplinarias que hoy se fomenta en las escuelas.De la misma manera,
resulta importante someter a consideracin los efectos quealgunos
discursos y prcticas de la psicologa y / o de la psicopedagoga puedan
estarcontribuyendo a producir en el mbito escolar.El incremento de
diagnsticos relacionados con trastornos y dficits (de supuesta
baseorgnica) por ejemplo, circula de manera tan generalizada por las
escuelas que se havuelto natural escuchar a los docentes referirse a sus
alumnos llamndolos no por sunombre de pila sino por la sigla que los
identifica como portador de una determinadadificultad, utilizando para esto
un tipo de vocabulario, plagado de trminos tcnicospropios ms bien de
una institucin mdico psiquitrica que del mbito escolar.
5. " Que en 5to ao hay un chico que padece panickattack, que la alumnita
nueva ingresacon un diagnstico de T.G.D., que en 3ro hay dos A.D.D y tres
dislexicos.que en 1ro deESB hay dos casos de anorexia. que un T.E.A. por
all, un O.D.D. por ac".Cuerpos y mentes en pleno desarrollo aparecen as
abreviados y encerrados con siglasen ingls. La pregunta que se impone a
continuacin es si Cuentan luego los docentescon elementos suficientes
como para descifrar lo que se dice de esos cuerpos, de esasmentes, de esos
sujetos sujetados a algunas letras que buscan definirlo?Qu supone este
tipo de lenguaje y qu impone en los sujetos en pleno desarrollo?(una
marca extranjera, importada, con costos aduaneros...?).Qu nos est
pasando que no podemos acercarnos a estos sujetos desde otro lugar queno
sea el del etiquetamiento?Por su parte, muchas de las acciones que se
realizan desde el mbito de la Psicologa yPsicopedagoga - a travs de
profesionales particulares, instituciones pblicas de salud eincluso desde los
mismos equipos tcnicos de orientacin escolar en torno de
estassituaciones, parecen reducirse a la descripcin y establecimiento de
estos nuevosdiagnsticos que, con frecuencia, no constituyen ms que un
conjunto de formulacionesdescriptivas que se transforman en peligrosos
enunciados identificatorios en la medidaque, de manera sutil pero no por
eso menos eficaz, contribuyen a producir una suerte deetiquetamiento" de
los alumn@s que l@s padeceran.La patologizacin de la infancia y posterior
medicalizacin de la misma, irrumpenentonces en el discurso escolar como
solucin posible para terminar con la desatencin,la hiperactividad, la
dificultad para aceptar lmites que manifiestan hoy no pocosalumnos en las
aulas.Ahora bien, y retomando el mismo ejemplo con el que en prrafos
anterioresconvocbamos a la discusin : Es posible considerar al ADD/H
como un "diagnstico -comodn", que parece desconocer la incidencia de las
condiciones contemporneas en laconfiguracin de la subjetividad ?;No se
estn convirtiendo en patolgicos algunos aspectos de la conducta infantil
sinponderar que se definen en un contexto social sumamente inestable ,
con parmetrospoco claros para sentir confianza en l@sotr@s? .Por qu
suponer a tantos nios con dificultades para prestar atencin en clase desde
uninicio "patolgicos", en lugar de pensarlos como sujetos con distintas
Patologizacin de la infancia
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