Del Dialogo de Saberes

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REVISTA SUSTENTABILIDADES

Del dilogo de saberes al dilogo de ignorancias.


Reflexiones para politizar la accin pedaggica y
pedagogizar la accin poltica*
Escrito por Esperanza Cern Villaquirn* | |
La belleza del dilogo de saberes.
Del dilogo de saberes al
dilogo de ignorancias,
mayetica interactiva para
una pedagoga por la
democracia
Resumen: El dilogo de
saberes constituye una accin
pedaggica que busca promover
la construccin social de
conocimiento mediante el
intercambio de significados y
sentires, razn por lo cual, cabe
presumir que se trata de una
metodologa ideal. Sin embargo
en la complejidad humana y
social, nunca es posible saberlo
todo con respecto a algo, por lo
cual se propone introducir el
dialogo de ignorancias. La
ignorancia ha sido
estigmatizada como algo
negativo cuando en realidad se
refiere al reconocimiento de lo
que no sabemos, lo cual
complementa y permite realizar
un verdadero intercambio de
sentidos democrticos. Este es
un camino que permite politizar
la accin pedaggica y
pedagogizar la accin poltica.
Palabras clave: dilogo,
saberes, ignorancias.

De la mayutica, atribuida a Scrates, cuyo origen se asimila a la


palabra "parto" se dice que es el arte de llegar a la verdad por medio
de poner en duda lo sabido, interrogarse hasta desentraar "desde
adentro" los prejuicios y alcanzar la lucidez sobre un tema
especfico. El rol del maestro no es solo hacer las preguntas sino el
de conducir a una verdad que se supone, es conocida por l. En este
sentido, el dialogo socrtico, implica un maestro sabedor y unos
alumnos que precisan llegar al saber (Popper, 1972).
Lo interesante en la mayutica es la produccin en el proceso de
aquello que los griegos llamaban "apora", momento de confusin e
incomodidad. En el presente documento hemos querido relacionar la
apora con el dialogo de ignorancias, es decir con esa confusin e
incomodidad muchas veces oculta, resultado de no poner todos los
desconocimientos sobre la mesa de dilogo; o de dar por sabidos
significados y sentidos que a la postre, resultan imposibilitando la
accin pedaggica democrtica (Gortari de, 1988).
El dialogo de saberes es un cmo hacer surgido de la educacin
para la democracia, que facilit el reconocimiento de que todos los
seres humanos tienen un saber para compartir, por lo cual el camino
pedaggico consiste en tender un escenario propicio para que esos
saberes entren en conversacin en pie de igualdad. En la literatura al
respecto puede leerse que el dialogo de saberes implica una relacin
horizontal, que rompe con la educacin "bancarizada" de la cual nos
hablara Freire (Freyre, 2005). De ella esperamos que las relaciones
de poder entre sabedores y no sabedores se rompan, y surja de all
una prctica democrtica y el reconocimiento de la otredad (Fals
Borda, 1988)
El dialogo de saberes iguala a los sujetos al reconocerles a cada
quien su carcter de interlocutor vlido; el otro u otra es su par en
todo sentido, por tanto, todo cuanto se diga merece el respeto de la

otredad aun cuando no lo comparta; cada quien entiende que sabe


cosas distintas de las que estn mutuamente dispuestos a aprender.
El otro u otra, su diferente, es un interlocutor vlido, y esa validez
se da porque ambos se saben sujetos de derechos. Si de veras
dialogan, habrn aprendido algo nuevo aunque no sea
necesariamente lo mismo.
Es decir, el dialogo de saberes ha facilitado el reconocimiento de
sujetos hbridos, polifnicos, con identidades diversas; ha abierto el
camino para que pudieran expresarse sentidos polticos tan caros a
la democracia como es el reconocimiento de nuestra condicin de
pases pluritnicos y multiculturales.
Desde los saberes formales, el dialogo de saberes ha permitido
entender que el saber acadmico es tan vlido como el saber
emprico o experiencial, con lo cual la tradicional relacin maestro/a
alumno/a debera ser interpelada hacia una bsqueda de
correspondencias en la desigualdad. Es decir el dialogo de saberes
no niega la asimetra de lo sabido, solo niega que se traten en forma
asimtrica los sujetos intervinientes en el mismo. Niega, o trata de
hacerlo, el uso del poder de unos que saben sobre otros que ignoran.
El dilogo de saberes legitima la existencia de todos los argumentos
en tanto derecho a opinin, los cuales -se supone-, al ser expuestos
con claridad, tranquilidad y disposicin de aprender de y con la
otredad, pueden ser modificados para producir un "tercer" saber que
ha conjugado o no-, lo propio con lo de los/as dems.
En esta va, el dilogo de saberes es un marco pedaggico ideal
para construir sentidos con otros y otras que son diferentes, que
poseen un saber, miradas y prcticas distintos. Polticamente se trata
de un instrumento educativo muy sugerente en tanto presupone una
serie de elementos cruciales para construirse en democracia:

Parte de reconocer que existe pluralidad de dimensiones de


la accin e interaccin entre los seres humanos, cuyas
huellas digitales (fsicas, histricas e intelectivas) son
innegablemente nicas en el planeta.
Al reconocerse diferentes, todos y todas, cada uno en su
expresin singular, la nica alternativa humana posible es la
de buscar construir consensos (familiares, grupales, sociales,
comunitarios)
Es transformadora porque encuentra conocimientos diversos
que al conjugarse producen nuevos saberes que conllevarn
a una manera nueva de relacionarse entre s y con otros y
otras.

Rechaza la parlisis que produce el que alguien (personas o


instituciones), traigan y posean una "verdad" que
simplemente hay que aceptar pasivamente. En este sentido,
el dialogo de saberes debera ser movilizador por excelencia
no solo del pensamiento sino de la accin.
Rescata la autonoma, la autoestima y la autogestin en tanto
empodera a las y los sujetos que siempre pueden tener en el
horizonte la posibilidad de aprender cosas nuevas y de
intercambiar sus propios saberes.
El dilogo de saberes fomenta la solidaridad, la generosidad
de intercambiar sentidos en un proceso en el que se saldr
siempre ganancioso, por tanto tomarse la molestia de
disponerse a dialogar en saberes diversos, es entrar a un
juego donde todos ganan, pero donde es preciso reconocer
tambin las limitaciones propias y de la otredad.
El dilogo de saberes en democracia debera ser contagioso,
deberamos querer ejercer nuestra condicin ciudadana bajo
esta metodologa (aunque me gustara ms hablar de
disposicin), y estar dispuestos/as a crecer en saberes con
los interlocutores sociales. El dialogo de saberes entonces
tendra que ser transformador de la prctica individual y
colectiva de quien lo practica como ejercicio poltico
volitivo.
Es una oportunidad de negociacin y concertacin, ms
cuando las diferencias parecen irreconciliables en tanto
podemos entender que nuestros saberes y acciones pueden
afectar a otros seres humanos, a la naturaleza y al planeta; en
ese sentido, el dialogo de saberes brinda una oportunidad de
despersonalizar el saber entre los intervinientes que se deben
a otros. El saber, al final es algo a lo que los humanos hemos
llegado en un largo recorrido de 30 o 40 millones de aos;
de no haber descubierto el uso del fuego, la rueda, las
plantas medicinales, haber desarrollado herramientas, etc.,
no estaramos donde estamos. El dialogo de saberes implica
por tanto una postura tica. Nada de lo que cada quien sabe
le pertenece en forma privativa, ya que todo saber lo ha
"recibido" gracias a una larga acumulacin humana de
experiencias, ensayos, errores, etc. El dialogo de saberes
implica ser solidario y humilde, al tiempo que cada
interviniente entiende que todo conocimiento le hace ms
responsable frente a s mismo por cuenta tanto de lo que
sabe como por lo que ignora. Este dilema presente todos los
das ha tenido momentos memorables y lamentables: "no
pienso (es decir niego mi saber) y arrojo una bomba atmica
contra una poblacin inerme"; "no pienso (es decir, niego mi
saber) y ejecuto una orden militar que puede significar una

injusticia".
Las dificultades para el dilogo de saberes.
El dilogo de saberes se proyecta entonces como un instrumento
prometedor, que no obstante, planteado como lo hemos hecho aqu,
supone unas condiciones ideales de disposicin, reflexin,
motivaciones psicolgicas, culturales, ambientes y tiempos
propicios, etc. Es decir condiciones que en escenarios cotidianos de
intercambios de lo social, ambiental, econmico, poltico y cultural,
suelen carecer del espacio/tiempo necesarios para desarrollarse en
este camino que nos lleve a la felicidad. La construccin
democrtica no es un dialogo de ngeles dispuestos sino de seres
humanos atravesados por una cultura dominante, por una sociedad
patriarcal, autoritaria, que banaliza lo que es verdaderamente
importante y ensalza lo trivial.
Lo que no hemos dicho por tanto del dilogo de saberes, es que se
trata de un emprendimiento que requiere voluntad poltica, apertura
de mente, que debe ser trabajado y entendido como proceso con
altibajos, y para cuyo ejercicio, los tiempos deben ser entendidos
como diferentes. El tiempo/espacio de comprender otros saberes
esta mediado por la subjetividad, emociones, sentires con respecto
al tema, a los otros y otras, al momento en el cual, el verdadero
dialogo como intercambio de saberes sucede.
Nuestro tiempo espacio de hoy, est compuesto en realidad por
varios niveles simultneos, uno de los cuales nos es impuesto por
los medios de comunicacin. Informacin virtual, subliminal,
invisible de tanto repetirse en pequeas pldoras diarias. Esos
medios detrs de los cuales se mueven potentes intereses, nos
median para pensar quienes son los buenos y los malos, por lo que
nuestras ignorancias suelen crecer, facilitndonos el dialogo sobre lo
que ignoramos y alejndonos de aquellos que nos amplen los
saberes propios. Madres amorosas repelen a sus hijos como si
fueran peste si se enteran que pertenecen a los malos: lase
homosexuales, lesbianas. Las culturas dominantes y los medios nos
dijeron por un tiempo que no debamos saludar de mano ni a
nuestra propia familia o amigos porque podan portar una peligrosa
pandemia que a la postre result ser un invento para vender un
medicamento y un jabn de manos, que por cierto, tampoco curaba
el susodicho virus (Global Rresearch.ca, 2010).
Orientar un ejercicio de dilogo de saberes, facilitarlo, implica que
quien lo hace se sepa inmerso y parte del mismo proceso, si se
coloca como el sabedor predeterminado, no ser un verdadero

facilitador. Personas en la selva del Pacfico nos han contado como


recibieron el saber de especialistas que se tomaron la molestia de ir
hasta all a ensearles cmo funciona el Estado y la
descentralizacin; sin embargo, preguntan: "cmo funcionan estos
temas en municipios donde no hay Bancos y los Alcaldes salen a las
capitales a buscar la plata de funcionamiento del municipio, la que
suele perderse en el camino?, o, para qu es funcional un secretario
de educacin, salud o agricultura que deben copiar modelos de
administracin que no operan en la selva?. El especialista trajo un
saber pero no se tom la molestia de aprender o preguntar cmo
operan los municipios en medio de la selva, por lo que la
oportunidad de pensar el Estado de manera distinta, de proponer un
funcionamiento para un pas diverso, quedaron aplazadas. Se podra
decir que los y las intervinientes de esta experiencia no se atrevieron
a expresar por alguna razn estas preguntas en el momento exacto,
pero, cul es la razn?
El dialogo de ignorancias, espejo necesario.
Los ejercicios a los que solemos llamar dilogos de saberes y que
ciertamente promovemos, abren sin duda el proceso pero no lo
agotan en el propsito educativo, a veces ni siquiera en el tema
mismo; tampoco es la intencin agotarlo, el desafo es facilitarlo de
tal manera que se lo quiera seguir profundizando.
Y es all donde entra nuestra observacin y propuesta de facilitar
tambin el dialogo de ignorancias. Ignorancia es una palabra que se
usa peyorativamente, se adjetiva para degradar a otros como no
sabedores, se trate de todo, o de un tema especfico. En efecto se
puede ser ignorante en lo especfico de algo, pero nadie es ignorante
de todo. En ese sentido, todos somos ignorantes de algo en muchas
cosas.
El de Gortar, define la ignorancia en su Diccionario de la Lgica,
como la "Falta de ciencia, de letras y noticias, ya sea en general o en
particular. DesconocimientoLa ignorancia no afirma nada, a
diferencia del error, que afirma equivocadamente." (Gortari de,
1988). Es decir, ignorar no es estar errado, es solo desconocer algo.
La ignorancia por tanto siempre es relativa y singular, su
reconocimiento es altamente revolucionario en su potencial
creativo. La ignorancia debe ser antes que vituperada, asumida
como parte del proceso de crecimiento potencial del ser humano y
de las sociedades. Al sabernos todos ignorantes de algo, nos
igualamos dignamente y entendemos que todo saber/ignorancia es
producto de unas condiciones histricas que en algn sentido

permiten sostener o amenazar la vida en democracia, o la vida de


otras especies o la vida del planeta.
Hay un valor intrnseco en la ignorancia: hay una promesa de saber;
hay otras ignorancias que ignoramos en nosotros mismos y en la
otredad. Si el propsito es construir en democracia, es preciso
reconocerlas, desvelarlas, exponerlas y por supuesto dialogarlas. Si
todo lo supiramos todo el tiempo, estaramos hablando no de
humanidad sino de esa idea de lo divino que muchas religiones
ofrecen como fe, como incondicionalidad de compromiso con esa
"verdad eterna e inmutable", lo que nos estara conduciendo a los
fundamentalismos, que no se pueden discutir, no son objeto de
dialogo.
El riesgo de no abrirnos al mismo tiempo que al dialogo de saberes,
al dialogo de ignorancias, estriba en dejar espacios para que las
ideas de verdades ya dadas despoliticen a la sociedad, e infantilicen
las conciencias de las personas que tendern a dar por sentado que
hay quien si sabe qu hacer con nuestras vidas, nuestros gobiernos,
nuestras economas, nuestro planeta. De esta forma ser fcil
sentarse a esperar el milagro del todopoderoso (llmese lder,
proyecto poltico, formula econmica o ambiental, etc.).
La ignorancia por supuesto, pero tambin el saber algo, y entindase
que el saber como la ignorancia pueden ser simples presupuestos (la
raza aria es superior, la acumulacin es lo que importa, si aumenta
el consumo la economa mejora, el mercado lo regula todo, etc.);
pueden ser y son usados contra s mismo/a, contra la sociedad y el
planeta. Es decir que tanto el saber como la ignorancia son relativos.
Las ignorancias y los saberes no son neutrales ni siempre explcitos,
somos tan responsables por lo que sabemos como por lo que
ignoramos.
La palabra "saber" implica que se ha aprendido algo que no se saba,
por tanto el aprender implica reconocer que se parti de un punto de
ignorancia o un no saber especfico. Hemos observado en los
ejercicios de dialogo de saberes que realizamos que se dan muchas
cosas por sentadas; muchos son los implcitos que se retoman para
abordar un tema, por ejemplo: el gnero, la personalidad
democrtica, la democracia misma, la equidad en la vida personal,
etc.
Se asume que se "sabe" de qu hablamos; se asume que quienes son
lderes democrticos/as, no barreran el piso con sus hijos o parejas.
Se presume que no discriminaran a los homosexuales; no negaran
fastidiosamente la existencia de ciertos saberes tradicionales o

acadmicos, etc.
Entonces ilustramos o conversamos sobre los grandes temas, damos
los implcitos por saberes obvios, con lo cual esos saberes se
convierten fcilmente en ignorancias: vamos a hacer dialogo de
saberes pero no preguntamos que sabe la gente de la
descentralizacin, o el funcionamiento del Estado en su regin; no
preguntamos sobre nuestras ignorancias; de esa forma muchos
lderes terminan sustentado sobre las diferencias culturales, que es
aceptable o "normal" que el Estado funcione bajo condiciones
irregulares e incluso ilegtimas en la selva. El resultado es que ni
el/la "especialista" ni los/as "alumnos/as", construyeron un nuevo
saber, es decir la negacin de las ignorancias, no permiti el dialogo
de saberes.
Un ejemplo pattico suele suceder todos los das con el personal de
salud formal que llega lleno de saber, y el resultado es que la gente
local solo se enferma mas, ya no solo por las condiciones propias
sino por la iatrogenia que llevamos los "cientficos".
Tanto los saberes como las ignorancias circulan a travs de cdigos
consientes e inconscientes, de lenguajes no siempre verbales, de
gestos, de narraciones de tradicin oral, de sentencias ("peor es
nada", "no se da lo que no se tiene", por ejemplo), fbulas, mitos,
escritos, imgenes, smbolos, etc. Al tiempo quienes intercambian
saberes/ignorancias pueden hacerlo si el ambiente es favorable, todo
ejercicio pedaggico, se supone, es un espacio favorable e
invitacional; pero no siempre sucede as.
Las personas estn adems atravesadas por experiencias
contradictorias, incertidumbres, sentimientos, conflictos personales,
dudas. Favorecer el dialogo de saberes debe hacernos tomar en
cuenta las ignorancias; si desconocemos lo que pasa por la vida de
las personas cuando las tenemos al frente; o cuando pretendemos
disociarnos de nuestras propios sentires, solo estaremos
incrementando el nivel de ruido.
Es decir que cuando nos aproximamos a cualquier ejercicio
pedaggico, llevamos varias ignorancias: cmo se vive el tema en
ese lugar y en estas personas?; cul ha sido su experiencia,
saberes/ignorancias al respecto? Desconocemos los diversos
lenguajes que circulan, ms en escenarios donde confluyen jvenes,
viejos, mujeres, personas con opciones sexuales diversas,
discapacitados, etnias, todo en un mismo espacio/tiempo.
Desconocemos las emociones no solo por cuenta de sus vidas
personales sino frente a los temas en su regin. En algunas

experiencias se ha hecho evidente, por ejemplo, que la emocin que


ponemos en defensa de la Constitucin del ao 91[1] quienes
vivimos el proceso constituyente, no cruza a quienes tienen menos
de 30 aos, y que nacieron bajo ciertos derechos antes inexistentes.
Ciertas ignorancias pero tambin ciertos saberes pueden producir
miedo a lo desconocido, movilizando barreras y acciones
antidemocrticas. Hemos escuchado a lderes que estn por una
democracia radical, hablar de su rechazo a los homosexuales como
fenmeno "antinatural", y palidecer frente a la libre opcin de la
maternidad. He aqu la importancia en un proceso pedaggico,
poner sobre la mesa los saberes y las ignorancias.
La deliberacin, ejercicio pblico del dialogo de saberes, puede
interpretarse por su origen del latn como el acto de poner todos los
argumentos en la balanza para sopesarlos. Un desafo tendiente a
pedagogizar la accin poltica y politizar la accin pedaggica,
buscar contribuir a dotar a las y los lderes de herramientas para la
deliberacin pblica, por lo que en la sistematizacin y evaluacin
de los procesos pedaggicos, deberamos ponderar si el ejercicio
permite que tanto los saberes como las ignorancias sean tenidas en
cuenta en sus propsitos de incidencia (Villacaas Berlanga, 1999).
La mayutica interactiva de saberes e ignorancias.
Proponemos una mayutica para el dilogo de saberes/ignorancias;
una mayutica que no pretenda que todo saber esta dentro y es cosa
de hurgar hasta parir la verdad, y mucho menos hablamos de la
supuesta vacuidad del recin nacido a quien debe "llenrsele" poco a
poco de "saber".
Una mayutica no entendida como el dialogo movido por un
sabedor frente a unos ignorantes, sino que reconozca
interactivamente que todos los actores involucrados (especialistas,
alumnos/as, tutores, coordinadores, concertantes, lderes) saben e
ignoran diversas cosas sobre un solo tema y sobre lo que es
construir democracia, liderazgos democrticos en el marco de un
Estado social democrtico de derechos, en medio de conflictos
mayores o menores.
Proponemos reinventar una mayutica que deje aflorar la apora;
que la incomodidad de enfrentarse a lo desconocido no sea un
problema sino una oportunidad (Hawley, 2000). En tal sentido,
desde el proceso de concertacin y planificacin de la accin
pedaggica, se debe explicitar el porqu de los temas escogidos en
tanto saberes e ignorancias; as como su pertinencia hacia construir

nuevos sentidos democrticos y fortalecer las ciudadanas plurales y


diversas. Estas deben ser compartidas con las y los alumnos y
mantenidas visibles en carteleras u otros medios, de modo que
siempre se pueda volver a ellas, bien para afirmarlas, negarlas o
complementarlas; y finalmente, al construir la agenda pblica o
terminar el proceso pedaggico, resignificarlas contrastadas con los
intereses, aspiraciones y necesidades individuales, intimas y
pblicas de todos los actores intervinientes en el mismo.
A continuacin ofrecemos algunas pistas para la implementacin
prctica del dialogo de saberes/ignorancias:
El pacto inicial: Dado el peso pedaggico que atribuimos al dilogo
de saberes/ignorancias, este debe ser pactado desde el comienzo.
Explicitado, debatido, comprendido en sus posibilidades y lmites.
De esta forma, cada tema podr ser asumido por todos los
intervinientes. El hecho de llevar especialistas estudiosos de un
tema especfico estimula el dialogo de saberes/ignorancias; personas
que deben estar dispuestas a entender que al frente tiene una
treintena de lderes que se han forjado en caminos generalmente
speros, que su contacto con las realidades locales les han permitido
adquirir saberes e ignorancias que el seguramente no posee ni
siente. Explicitar que llevaremos tanto saberes como ignorancias
temticas, experienciales, sentipensantes, emocionales, que
portamos algunos mapas conceptuales rgidos con los cuales hemos
salido a vivir nuestras vidas, permitir abrirnos al aprendizaje y
construccin colectiva y verdadera de sentidos nuevos. Cuando
hablamos de sentidos estamos refirindonos a los significados
trascendentes que nos permiten transformar nuestras propias vidas y
quiz contribuir a realizar cambios en la vida social.
La presentacin de las/os actores: El ejercicio de presentacin
individual puede orientarse desde la explicitacin de lo que cada
actor asistente a la escuela sabe e ignora. Las dinmicas y juegos
que se usen pueden facilitar este reconocimiento. Un ejemplo: elegir
un animal de su preferencia y presentarse como soy el delfn de
nombre y apellidos tales, de mi s que como el delfn gusto de hacer
tales cosas pero ignoro qu hara si". Suministrar la informacin
bsica requerida, decir qu se sabe y qu se ignora de ser lder o del
tema elegido en el proceso pedaggico. Tomar nota de estas
intervenciones y devolverlas a cada persona al finalizar un ciclo o la
cohorte para que cada quien haga una disertacin a posteriori a
manera de auto-cierre curricular (sabe lo mismo?, ignoraba que..?,
etc.)
Saberes e ignorancias del territorio: El territorio es el escenario

natural, geogrfico, habitacional, cultural, social, ambiental,


poltico, econmico donde todas las relaciones humanas y con el
planeta se suceden. El territorio es el espacio de disputas por
excelencia, llmese la comuna, la calle, el colegio, el trabajo, el
parque, etc. Para los habitantes de la selva o de zonas rurales, el
territorio implica unas ciertas relaciones que van ms all de los
mbitos municipales, de los lmites geogrficos a los cuales suele
circunscribirse su accionar social y poltico. Por otro lado, los
desafos ambientales imponen a los liderazgos una visin del
territorio que vaya ms all de tales lmites. Es el caso de una
represa en construccin, la explotacin de una nueva mina, un
megaproyecto turstico, etc.; imponen una visin ms amplia que se
conmueva con los impactos directos e indirectos sobre la
disponibilidad de agua, de los residuos txicos, de las afectaciones
en la vida cotidiana (produccin, acceso, salud, etc.). En suma, la
apropiacin de la integralidad y complejidad del territorio, desigual
segn cada quien la viva, es una obligacin para quienes lideran
procesos pedaggicos, independientemente del contenido. Un buen
ejercicio para promover este desarrollo, puede ser el de realizar el
taller vivo[2] a travs de recorridos por el territorio con propsitos
de diagnstico (socioeconmico, poltico, territorial, ambiental,
etc.). Se puede trabajar por grupos de inters y realizar un ejercicio
de cartografa - poligrafa social entendida como aprendizaje por
representacin y cooperacin (Restrepo, Velasco, & Alvarez, 2004).
Cartografa/Poligrafa que sea luego representada, desarrollada y
complementada por otro tipo de lecturas de las y los otros actores
intervinientes,
sean
estos
especialistas,
concertantes,
coordinadores/as, tutores/as, alumnos/as, invitados especiales, etc.
Estos mapas pintados, escritos, imaginados, cantados, versificados,
etc., son insumos para la realizacin posterior de la deliberacin
ciudadana. Como se ha dicho, el tema puede ser cualquiera, siempre
que las posibilidades reales de los intervinientes permitan realizar el
ejercicio de los recorridos: salud, educacin, agua potable, vivienda,
mega proyecto, vas, ordenamiento, proyectos productivos, etc.
Saberes e ignorancias en el qu hacer: Una de los mayores
desafos de los procesos pedaggicos consiste en el desarrollo del
binomio aprender a aprender - aprender a ensear. Dicho desafo
pasa por la recreacin de herramientas para el quehacer cotidiano,
sea la investigacin-accin, la organizacin de grupos de trabajo, la
conduccin de reuniones, el desarrollo de estrategias de
movilizacin, etc. Los liderazgos estn cambiando en sus
posibilidades de tiempos/espacios de dedicacin a los procesos
sociales, en especial en las zonas urbanas. No es solo un problema
de identidades lo que explica que prcticamente solo el movimiento
indgena mantenga niveles ms coherentes de actuacin. Estas

poblaciones aun manejan unos tiempos y espacios que les permiten


la conversacin y movilizacin. No as con los lideres urbanos que
se debaten ms que nunca entre la supervivencia y sus otras
mltiples identidades, si no podemos leer los cambios que se estn
produciendo en la vida de las personas y en los liderazgos, seremos
incapaces de promover /proponer dilogos de saberes que les
permitan sentir que su paso por el proceso pedaggico tuvo un
sentido aplicable en su vida personal y social.
Saberes e ignorancias del sujeto lder y/o lideresa: Los procesos
pedaggicos suelen estar habitados hoy por los ms heterogneos
actores: mujeres y hombres desde muy jvenes a adultos mayores;
desempleados, trabajadores temporales, personas ocupadas en los
ms diversos oficios, personas en situacin de discapacidad,
desplazamiento, madres solteras, personas de grupos tnicos,
campesinos, ediles, estudiantes de bachillerato, universidad y
postgrados, docentes, comerciantes, comunicadores de ambos
gneros, personas con opciones sexuales diversas, etc. Es decir
tenemos al frente la posibilidad de leer una realidad compleja,
diversa y pluricultural en lo que puede constituir un laboratorio de la
diversidad en interaccin.
Se trata de sujetos que a su vez reflejan identidades diversas y
muchas veces hbridas, por ejemplo: los y las docentes que acuden a
los procesos pedaggicos en los cuales intervenimos, no se
presentan como sindicalistas del sector sino como lderes de
procesos barriales o ambientales. Hay mujeres jvenes, que al
tiempos que son madres solteras, son negras, campesinas,
desplazadas y comerciantes; jvenes estudiantes y subempleados
que trabajan en un movimiento ambiental y luchan por un subsidio
de vivienda y por su identidad no heterosexual; un adulto mayor,
campesino tabacalero que promueve una escuelita rural y hace parte
de una emisora comunitaria. Estas identidades en un solo sujeto
que es adems lder social educndose en democracia con otros y
otras, amplan seguramente su visin del mundo pero tambin le
impone una cierta fragmentacin entre diversas iniciativas que sin
duda son un desafo para la construccin de una ciudadana plena,
en movilizacin y deliberacin pblica.
Hablamos de identidades complejas que movilizan a los sujetos de
maneras igualmente entreveradas, identidades que muchas veces
son devenires que en un momento dado enarbolan una camiseta o la
otra. Es decir, estamos frente a liderazgos situacionales que en
cada uno de estos espacios/tiempos invierten energa y abren
sinergias que le dan sentido a algunas de sus identidades (negra,
desplazado, cabeza de familia, deportista, estudiante, miembro de

algn partido, viviendista, etc.). La pregunta es: Cmo una


pedagoga de la poltica y un ejercicio poltico pedaggico, pueden
desplegar un dialogo de saberes ignorancias que sin dejar de
afirmarse en sus diversidades, les permita a estos lderes y lideresas
fortalecer puntos de encuentro hacia la construccin de las agendas
ciudadanas comunes?
Estos lderes y lideresas no son motivados a leerse a s mismos
durante el proceso pedaggico, a lo cual habr que dar espacio; es
difcil construir agendas ciudadanas conjuntas como fruto del
proceso pedaggico, si quienes van a impulsarlas desconocen sus
mutuas condiciones de liderazgo, as como sus mltiples
identidades. La sugerencia es hacer una sesin de reconocimiento de
quienes somos, nuestro rol social, familiar, personal. Qu hacemos,
cmo lo hacemos, desarrollar un ejercicio de historia de vida
orientado a tal conocimiento y/ o ejercicio de liderazgo ligado a la o
las organizaciones en las cuales se haya participado.
Encontrar liderazgos envolventes y emblemticos que en una ciudad
determinada, representen el sentir de una mayora, y/o que jalonen
por s mismos procesos diversos, parece ser cada vez ms difcil. Es
decir, estas diversidades reclamadas por los sujetos y reivindicadas
por la bandera "pluritnico y multicultural", tienen el pendiente de
volver a encontrar puntos de encuentro, algo como lo propuesto
desde una surte de agenda donde podamos construir un futuro
comn compartido. En medio de tanta "oferta/demanda" de
activismo, dos cosas parecen ser comunes y no discutidas al menos
como ideales: la salud del ambiente y "otro mundo es posible".
Saberes e ignorancias como investigacin para la accin: la
investigacin accin interpela la realidad para transformarla, por lo
que dialogar sobre los saberes e ignorancias debe ser un paso
obligado de la IAP; convertir al dialogo como investigacin en s
misma, es devolverle a la conversacin, a la palabra, el valor
exploratorio de la otredad, ponindola en un contexto histrico y
prospectivo al mismo tiempo. Incentivar el dialogo de saberesignorancias en tal sentido, debe ser parte de la estrategia
pedaggica.
A manera de eplogo:
Quisiramos terminar esta primera reflexin con las palabras de
Sergio Boisier para invitar a la construccin de la "sinergia
cognitiva" que desde las procesos pedaggicos nos permitan
desarrollar la capacidad colectiva de alcanzar en forma democrtica
propsitos comunes, ante todo para que se convierta en prctica

social y poltica de las y los actores que por ellos transiten (Boisier,
2003).
El desafo es poder contribuir a pedagogizar la accin poltica de los
sujetos intervinientes, pero tambin contribuir interactivamente con
ellos y ellas, a politizar la accin pedaggica de los contenidos
pactados.

Bibliografa

Boisier, S. (2003). Y si el desarrollo fuera una emergencia


sistmica? Reforma y Democracia (27), 24.
Fals Borda, O. (1988). Participacin popular, retos del
futuro. (O. Fals Borda, Ed.) Boogot: Procesos Editoriales,
ICFES.
Freyre, P. (2005). Pedagoga del oprimido (2 ed.). (J.
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GlobalRresearch.ca. (11 de January de 2010).
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* Reflexiones sobre la experiencia pedaggica desarrollada por la


autora en la Estrategia de Educacin de la Corporacin Viva la
Ciudadana, Colombia, entre otras.
[1] 2 Entre el ao 90 y 91 se vivi el proceso en torno de la

Asamblea Nacional Constituyente, que logr movilizar como nunca


antes al conjunto de la poblacin colombiana.
[2] Taller vivo, ejercicio que venimos realizando en las Escuelas de
Liderazgo Democrtico de la Corporacin Viva la Ciudadana,
consistente simplemente en "traer la vida cotidiana" de las personas
intervinientes en el proceso pedaggico, cualquiera que sea el tema
que se trate.
* Universidad de Cundinamarca, Bogot, Colombia. Email:
esperania@gmail.com

2012 Revista Sustentabilidades | Hurfanos 1721. Santiago - Chile.


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