GrÁfica: Resultados de Las Elecciones A Cortes

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GRÁFICA: RESULTADOS DE LAS ELECCIONES A CORTES EN FEBRERO

DE 1936. (Nº DE DIPUTADOS)

Descripción

Nos encontramos ante una gráfica de barras múltiples de naturaleza


política en la que se muestra el número de diputados de los partidos que
obtienen representación parlamentaria en las elecciones generales de
1936. En el eje vertical se detallan en tramos de 10 en 10 el número de
diputados conseguido por cada fuerza política y sobre un eje horizontal
se disponen tanto número de barras como partidos y bloques ideológicos
alcanzan representación. Esta gráfica está extraída de una fuente
bibliográfica: Historia de la Segunda República Española de Julio Gil
Pecharromán.

En el eje vertical muestra el número de diputados en intervalos de 10 y en


el eje horizontal se presentan las barras, con disposición decreciente de
izquierda a derecha, que señalan los resultados, expresados en escaños
(representantes en el Congreso), que han obtenido cada una de las
fuerzas políticas con representación en la Cámara. Podemos observar
como el partido más votado ha sido el PSOE con 99 representantes, tras
éste, casi empatados la CEDA e Izquierda Republicana con 88 y 87
respectivamente. A mayor distancia y también casi empatados Unión
Republicana y Ezkerra Republicana con 38 y 37 cada uno. Y con un menor
número de representantes, oscilando entre los 10 y 20 representantes
encontramos a comunistas (17), Republicanos de derechas (17),
centristas (16), Bloque Nacional (12) Lliga Catalana (12), Agrarios (11),
Tradicionalistas (10) y PNV (10)

ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN

Para analizar las razones por las que las izquierdas, englobadas en el
Frente Popular, vencen en las elecciones de 1936, debemos observar el
papel protagonista que estas fuerzas asumen en el diseño del régimen
republicano en 1931. Estas fuerzas, reunidas en torno al objetivo de
derrocar la monarquía de Alfonso XIII e instaurar la Republica en el
conocido como Pacto de San Sebastián en Agosto de 1930, son las que
en abril de 1931 lideran el cambio de régimen.

Desde el gobierno provisional, la conjunción Republicano – Socialista


convoca elecciones generales a Cortes Constituyentes que se saldan con
la aplastante victoria de ésta. Estas Cortes tendrán el cometido de
elaborar una constitución en la que se plasman los planteamientos
ideológicos de los partidos que integran la coalición: republica
democrática, reconocimiento de la autonomía para las regiones, laicidad
del Estado, reforma agraria, etc. Las élites económicas, sociales y
religiosas, asustadas por la deriva progresista de la constitución y por el
alcance e las reformas deciden unir fuerzas en torno a la CEDA y acudir
con estas siglas a las elecciones de noviembre de 1933.
El desgaste del gobierno republicano – socialista provocado por un año
(1933) de gobierno marcado por huelgas y conflictividad obrera, la
desunión dentro de la coalición del gobierno y la unión de las derechas
conducen a la victoria de las derechas en estas elecciones, en las que la
CEDA será el partido más votado. Se inicia por tanto, un bienio en el que
las reformas iniciadas en el anterior bienio van ser paralizadas y la
republica sufrirá un proceso de involución. Las fuerzas progresistas se
referirán a este periodo como Bienio Negro.

Durante el Bienio Negro (1933-1935), la paralización de las reformas


conlleva un incremento de la conflictividad liderada por los dos grandes
sindicatos; CNT y UGT y con la participación de las fuerzas políticas de
izquierda. El punto culminante de conflictividad durante este periodo llega
en octubre de 1934 cuando estas organizaciones organizan una
insurrección general en España pero que sólo tendrá especial
repercusión en Asturias y en Cataluña. El episodio se zanja con una dura
represión sobre los sublevados, el encarcelamiento de muchos líderes de
la izquierda del País y la suspensión del Estatut y de la Generalitat y
detención de sus miembros. Tras estos sucesos, la CEDA gana influencia
en el gobierno a costa de los Radicales de Lerroux.

Escándalos de corrupción abren una brecha en el gobierno que trata de


ser aprovechada por Gil Robles para asumir las riendas del gobierno. El
Presidente de la República, Alcalá Zamora, conocedor de los principios
antirrepublicanos del líder de la CEDA, no accede a sus pretensiones y
convoca nuevas elecciones para febrero de 1936.

Dos bloques van a disputarse el triunfo en las mismas: por un lado, una
coalición de partidos (socialistas, republicanos y comunistas)
denominado Frente Popular, que con un programa común busca frenar el
avance de la derecha totalitaria en España y que se presenta desunida en
torno a dos fuerzas: la CEDA y el Bloque Nacional (monárquicos,
tradicionalistas y la Lliga Catalana).

Los resultados otorgan la victoria a las fuerzas del Frente Popular con el
48 % de los votos. Las derechas obtienen el 46 % y los partidos centristas
el 5.4%. La gráfica nos muestra los resultados obtenidos por los distintos
partidos en número de diputados a las Cortes.

De los partidos del Frente Popular, el PSOE con 99 diputados es el que


cuenta con mayor representación, le sigue Izquierda Republicana con 87,
Unión Republicana con 38, Ezkerra Republicana e Izquierda Catalana con
37 y el Partido Comunista con 17. En total el Bloque de izquierdas suma
278 diputados, el 58´78% de la cámara. Estas fuerzas son mayoritarias en
Barcelona, Madrid, Valencia, las zonas industriales del País y, en general,
en las regiones periféricas.

Por su parte los partidos de derechas distribuyen su representación de la


siguiente manera: CEDA 88 diputados, Republicanos de derechas 17,
Bloque Nacional 12 diputados, Nacionalistas Vascos 10 y Tradicionalistas
10. En total 160 representantes, un 33´83 % de la cámara. Territorialmente
las derechas conquistan sus triunfos en la España interior agraria: ambas
Castillas, Navarra, Galicia y parte de Aragón.

La consecuencia inmediata del triunfo del Frente Popular es aplicación


del programa político suscrito por los partidos que lo integran: amnistía a
los presos políticos y reintegración de los represaliados de 1934,
restauración del gobierno de la Generalitat y, en definitiva, el retorno al
programa reformista del primer bienio. Sin embargo, el recrudecimiento
del clima de conflictividad social que en los meses sucesivos vivirá el
País impedirá que el proyecto reformista de la Republica cuaje y facilita la
sublevación de una parte del ejército que desencadena una guerra civil de
funestas consecuencias para España.

CONCLUSIÓN

Los resultados de las elecciones a cortes de 1936 no son sino la muestra


de la polarización en la que se ha asentado la sociedad española, alineada
en torno a estos dos grandes bloques, cada vez más radicalizados y
enfrentados. Clara muestra de ello es la escasa representación que tienen
las fuerzas de centro.

A esta división contribuye el contexto internacional, del cual España es el


reflejo en espejo de los intereses internacionales. Los totalitarismos que
triunfan en la Europa de los años 30 se sirven de España para medir sus
fuerzas y para dirimir en ella la primera batalla de la Segunda Guerra
Mundial.

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