Jaime Ripolles

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La catedral sin rganos. Elementos para la

reconstruccin de una catedral a partir del
arte moderno norteamericano
The cathedral without organs. Elements for

the reconstruction of a cathedral from the
american modern art
JAIME RIPOLLS LLAURAD
Profesor de la Escuela Contempornea de Humanidades de Madrid, ECH

Miembro del Instituto de Humanidades Contemporneas de la Facultad
de Filosofa de la UNED
Recibido: 20 de marzo de 2006

Aprobado: 4 de abril de 2006
jaime_repolles@hotmail.com
RESUMEN:
Este artculo propone recorrer un museo de arte contemporneo, el Dia:Beacon de

Nueva York, como si se tratara de una catedral medieval. Se sealan las similitudes y
diferencias entre diversas propuestas estticas norteamericanas de los aos sesenta y
setenta asociadas a las tendencias minimalistas, post-minimalistas -as cmo del Land Art
y el Pop Art- y los elementos arquitectnicos catedralicios. De este modo se intenta
explicar la transicin del rito religioso tradicional a la fenomenologa del arte moderno.
Este pasaje del culto religioso al objeto de reproduccin tcnica era el fundamento de la
modernidad esttica segn Walter Benjamin, as como el primer presupuesto de los
comportamientos artsticos de posguerra. Slo reconstruyendo la funcin simblica de
cada uno de stos objetos de culto de las iglesias, desde el simbolismo de la planta hasta
la funcin del sacerdote, pasando por las vidrieras o el altar, estaremos en el camino de
comprender el museo moderno como una suerte de catedral sin rganos.
PALABRAS-CLAVE: Dia:Beacon, objetos especficos, Minimalismo, Land Art,
fenomenologa.
Repolls, J. 2006: La catedral sin rganos. Elementos para la reconstruccin de una
catedral a partir del arte moderno americano Arte, Individuo y Sociedad, 18: 185-208
Arte, Individuo y Sociedad
2006, vol. 18 185-208
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ISSN: 1131-5598
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La catedral sin rganos. Elementos para la reconstruccin de una catedral

Jaime Repolls LLaurad
a partir del arte moderno norteamericano
ABSTRACT
This article tries to go round a contemporary art museum: Dia:Beacon of New York,
as if it were a medieval cathedral. Its shows the ressemblances and differences between
several aesthetics proposals of the 60s and 70s associates to the minimalism, post
minimalism, as Land Art, Pop Art, to the arquitectonic elements of a cathedral. We try to
explain the transition from the traditional religious rite tothe phenomenon of modern art.
This passage was the ground of the modern aesthetics for Walter Benjamin, as the first
assumption of the artistics behaviours after war. If we make a reconstruction of the
simbolic function of the objects found in a church we will be in the way of undestand the
modern museum as a cathedral without organs.
KEY WORDS: Dia:Beacon, specific objets, Minimalism, Land Art, phenomenon
Repolls, J. 2006: The cathedral without organs. Elements for the reconstruction of a
cathedral from the american modern art, Individuo y Sociedad, 18: 185-208
SUMARIO
Notas

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La catedral sin rganos. Elementos para la reconstruccin

de una catedral a partir del arte moderno norteamericano
Si leemos el relato de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust

como la reconstruccin infatigable de un paraso perdido, la estructura de
la que es quiz la novela ms importante del Siglo XX se nos aparecer
como la arquitectnica de una antigua catedral gtica 1. Slo entonces
podremos estar en el camino de comprender lo que de santuario echado a
perder tiene todo museo de arte contemporneo. En realidad, el hecho de
que hoy en da no sepamos apenas pasear por las salas de un museo sin
desorientarnos, perdiendo a menudo el viejo hilo de escuelas y estilos para
acabar confundiendo incluso las obras de arte con el mobiliario de la
institucin, es prueba de la escandalosa falta de referentes culturales del
hombre moderno; pero, sobre todo, de su miseria cultual. Por ello, bastara
recordar el conjunto de prcticas de culto ligadas al rito cristiano de la
eucarista para desenvolvernos con soltura entre instalaciones y procesos
plsticos en principio tan laicos como los norteamericanos. El sueo
gtico de Proust, escritor impresionista por excelencia, nos servir de este
modo para lamentar la fugacidad de una experiencia moderna, que ha
perdido la insistencia o la repeticin del rito primitivo principalmente por
la prdida de los hbitos propios del culto, herederos de otras tantas
prcticas medievales en el seno de una sociedad ilustrada.
Ya que en Espaa es imposible encontrar un museo de arte moderno
que rena los fondos necesarios y las condiciones suficientes para
albergar una coleccin de arte contemporneo americano, el no hace
mucho inaugurado Dia:Beacon situado en el estado de Nueva York, puede
ser una excelente gua para desarrollar un modo de acercamiento cultual
a dichas obras 2 Esta antigua fbrica de galletas, adaptada por la Dia Art
Fundation para la conservacin y difusin exclusiva de los movimientos
minimalistas y post-minimalistas, despliega en su extensa y nica sala,
subdividida por paneles mviles, todo lo que se puede saber de la
escultura en el campo expandido 3. Este tipo de escultura de vanguardia
hace tiempo que abandon el pedestal para introducirse en los espacios,
en la medida en que stos eran generados por el propio cuerpo del
espectador, que interacta con los objetos especficos minimalistas tal y
como se proponan las piedras de los antiguos lugares de culto, desde las
acumulaciones monolticas de Stonehenge hasta los altares medievales.
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Si estudiamos detenidamente los elementos de una catedral,

empezando por su preformismo arcano en el ttem y el monolito que,
piedra sobre piedra, terminaron edificando la Iglesia, nos daremos cuenta
de cmo el arte norteamericano de posguerra se compone de un conjunto
slo aparentemente inconexo de experiencias plsticas con unidades de
sentido sometidas a reduccin fenomenolgica donde cada palabra del
Conceptual Art, cada cubo del Minimalismo, cada celosa del Op Art,
cada territorio del Land Art, cada material del Arte Povera, cada color del
Expresionismo Abstracto o cada proceso del Post-Minimalismo construye
y deconstruye un elemento orgnico del templo tradicional, salvo que en
el campo expandido. Luego a falta de un rgimen menos pragmtico que
hubiera vinculado a la fuerza el trabajo de tantos y tan variados artistas
americanos -autnticos artesanos medievales dedicados en exclusiva a
oficios tan sencillos como plegar una espiral, desgarrar un fieltro o verter
plomo lquido- se necesitan espectadores muy atentos, dotados de
conocimientos muy bsicos de arquitectura, y capaces de coordinar dichas
cadenas de infinitivos en la experiencia inefable de la reconstruccin de
una catedral moderna: una catedral sin rganos.
Naturalmente, todos y cada uno de los manifiestos de artistas y
movimientos americanos niegan el vnculo con ritual religioso alguno,
cindose a la doctrina fenomenolgica, limitada muchas veces incluso a
la mera experiencia conductista. Para zanjar esta polmica es conveniente
entender el arte ltimo americano como un producto moderno, y
dialctico por moderno, entre el antes de la tradicin religiosa y el ahora
de la experiencia fenomenolgica, en una colisin fulgurante. Por esta
razn, las imgenes de los objetos especficos minimalistas que ilustran
este texto se dispondrn en parejas, al estilo de la vieja iconologa,
acentuando las similitudes y diferencias con las obras de arte del pasado.
Al fin y al cabo, la mirada moderna siempre ha basculado entre el cinismo
de quien dice ver slo aquello que ve, recogido por Frank Stella en su
tautologa what you see is what you see, y la creencia de quien dice ver
mucho ms de lo que ve, recogida en la frase de Paul Klee, el arte hace
visible lo invisible 4. Sin nimo de convertir a nadie a una nueva profesin
de fe esttica, pero tampoco reduciendo la experiencia visual a la mera
constatacin de patrones formales, el visitante de un museo de arte
contemporneo debera oscilar siempre entre el asombro que supone toda
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presentacin anti-ilusionista de la forma y el misterio que encierra toda

ilusin ptica, indiscernible en ltima instancia, de las ilusiones de la
esperanza.
1.- Espiral Jetty de Robert Smithson & Mont Sant Michel, Normanda
Como lo ms fcil es siempre empezar por el principio, el alzado de
una catedral empieza por la seleccin del su lugar de edificacin. El lugar
escogido suele tener connotaciones sagradas, ya sea como recuerdo de
algn acontecimiento trascendente all sucedido, como pueda ser el mtico
entierro del apstol en Santiago de Compostela; ya sea como evocacin
de la propia geografa del lugar, como pueda ser el propio Camino de
Santiago, ancestral ruta de peregrinacin trazada por la Va Lctea. En
este sentido, la localizacin del Dia:Beacon no puede ser ms simblica,
pues la antigua fbrica se estableci en una llanura de la montaosa orilla
del ro Hudson, es decir, en el lmite de la tierra y el cielo, pero tambin
en el lmite entre la tierra y el agua. Esta conexin territorial estrecha entre
mundos separados por milenios, o aos luz, hizo que la Dia: Art Fundation
subvencionara la clebre Espiral Jetty de Robert Smithson en el Lago
Salado, donde el artista americano realiz la que pueda ser la obra maestra
del Land Art: una espiral de tierra que parece perforar el agua para extraer,
como de un yacimiento petrolero, los antepasados indios del lugar,
concentrndose sobre s misma.
El epicentro de la espiral, que deba ser recorrido a pie por el
espectador, pretenda recoger las fuerzas ocultas de la corteza terrestre de
la misma manera que las agujas de las catedrales recogan antao la
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energa celestial a modo de pararrayos. Umberto Eco, en su best-seller El

pndulo de Foucault, ya se refiri a esta energa recogida por las antenas
catedralicias, que los nazis se esmeraron en encontrar en la punta de la
Torre Eiffel de Pars o en el campanario ms alto del mundo, el de
Colonia. La energa centrpeta del vrtice catedralicio actuara sobre la
esfera terrestre como la espiral de Smithson, ese terremoto de arte blanco
en pleno territorio hoppie. Sorprende cmo los manuales de Land Art no
recogen la semejanza entre la Espiral Jetty y la estructura helicoidal del
Mont Sant Michel en la costa sudoeste de Normanda. Igualmente situada
entre el mar y la tierra, la mole de esta catedral-ciudad-montaa se
sostiene en un solo punto, no mayor de seis metros cuadrados, a partir del
cual despliega un aparatoso sistema de arcadas y contrafuertes que
descienden hasta la base del monte. La diferencia entre ambas
apropiaciones simblicas del paisaje se basa en las metforas areas de la
Iglesia, con el arcngel San Miguel en lo alto de la punta venciendo a los
demonios al ms puro estilo escatolgico, y las metforas terrestres de la
vanguardia con la espiral centrifugando los fantasmas del Apocalipsis
indio, es decir, exorcizando el origen sobre el plano del suelo al ms puro
estilo del pensamiento salvaje.
2.- Roden Crater de James Turrell & La Pala dOr de San Marcos en
Venecia
Esta lgica del vrtice como punto lgido de concentracin
energtica, o como yacimiento arqueolgico de mitos y sacrificios
fundadores, no tiene que seguir forzosamente una estructura vertical o
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diacrnica; de hecho, la planta de toda catedral reproduce la forma en cruz

del altar, punto donde se entrecruzan sincrnicamente, es decir,
horizontalmente, sacrificios humanos y ofrendas al cielo. Pero un altar
moderno no puede ser slo un pesado bloque de piedra que se eleva sobre
los fieles, sino un sublime receptculo de luz natural. Los observatorios de
James Turrell en el desierto ejemplifican el pasaje de un altar entendido
como epifana divina, generalmente sobre una enorme montaa sagrada,
al mero accidente meteorolgico ocurrido por la cada de un meteorito en
el desierto. La esttica mosaica, descrita en el xodo del pueblo judo por
el desierto ya orden construir altares sin imgenes donde instalar un arca
de piedra; pero para la esttica medieval el propio resplandor de la piedra
contiene una luz divina, eterna y encarnada en las vetas del mrmol, es
decir, contiene la misma lgica de la epifana divina del judasmo
empleada en las abstracciones de luz del arte californiano.
Cuando le fueron revelados los mandamientos a Moiss en el monte
Sina, ste introdujo la primera doctrina iconoclasta, prohibiendo toda
imagen esculpida, todo lo que se parezca a lo que hay en los cielos, all
arriba, o sobre la tierra, aqu abajo, o en las aguas, o debajo de la tierra 5.
La catedral de San Marcos de Venecia nos ha legado un antecedente de
este altar mosaico de luz, se trata de la Pala de Oro, retablo de oro fundido
con incrustaciones de toda suerte de joyas y piedras preciosas que estalla
sobre los fieles como si se tratara de la mismsima zarza ardiente.
Semejante saturacin de luz, concentrada en los ricos materiales del
retablo, desprende el brillo y la consistencia del diamante, de igual modo
que las pantallas de color de Turrell reverberan en el muro de la galera,
convirtiendo la pared en la ms preciosa de las pinturas. En cualquier
caso, la experiencia esttica subvencionada por el Dia, la conversin del
Roden Crater en un observatorio, sirve a Turrell para construir un altar all
donde un meteorito cado gener un enorme crter en el vasto plano de
color rojo del Painted Desert. Como una suerte de ojo lunar a travs del
cual mirar, y alabar, el vasto plano de color azul del firmamento, el crter
se comporta como un altar donde establecer una relacin verdaderamente
espiritual entre el azul del cielo y el rojo de la tierra, el paraso y el
infierno, tan ntima como el impacto de un meteorito en la corteza
terrestre.
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3.- The Equal Area Series de Walter de Maria & Corpus Hipercubicus
de Salvador Dal.
El siguiente paso sera el trazado del crucero. La estructura del crucero
cristiano ha evolucionado con la conversin de la cruz griega de lados
iguales en cruz cristiana de brazos cortos y cuerpo largo. Esta extensin
antropomrfica de la cruz rompera la simetra de la planta bizantina y
generara un efecto de distancia perspectiva que acompa el desarrollo
de sta tcnica en la pintura del Renacimiento. El cuerpo de la cruz no es
sino el despliegue espacial de un cubo de seis caras, cuatro de las cuales
conformaran la vieja cruz griega y las otras dos, sumadas, supondran el
brazo largo. Aunque el minimalismo ha preferido trabajar con el cubo
cerrado, Walter de Mara ha declinado esta extensin del cubo a una
ilusin ptica sobre el suelo; con la particularidad de que su serie de las
reas iguales resuelve los errores de paralaje derivados de este
alejamiento, corregidos en la perspectiva gracias al uso de la teora de las
ilusiones pticas. En efecto, vistas desde ambos lados del pasillo, las
series de cuadrados y crculos que componen el crucero corrigen su
deformacin permaneciendo paralelas tal y como si estuviesen alzadas
sobre la pared. Siendo el cruce de la horizontal y la vertical el primer
signo pregnante de la moderna teora de la Gestalt.
Dal elabor esta misma paradoja ilusionista de la cruz desplegando el
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cubo de su Corpus hipercbicus, a partir de las reflexiones de Juan de

Herrera sobre la estructura cuadrangular tpica de El Escorial. El resultado
es una encarnacin abstracta de la medida del hombre gracias al
despliegue y alzado del cubo en suspensin, semejante a lo que el clebre
canon de Vitrubio pintado por Leonardo consigui gracias al crculo
neoplatnico. El crucero de una catedral no es sino la declinacin del
cuerpo de Cristo, extendido en el suelo y con los brazos en cruz, cuyo
centro es la eucarista. Ese corazn que Rudolf Arnheim nos record en El
poder del centro, reciba toda la potencia del encuadre, establecindose
una relacin entre la perfeccin csmica de la que todo objeto o criatura
participa en alguna medida y la lucha entre la atraccin hacia abajo y el
impulso hacia lo alto que caracteriza el drama de nuestra existencia.
Esquema antropomrfico de la angustia existencial cristiana que, como
sabemos, no slo es devota de las formas de la cruz por su memoria del
martirio sino que ha empleado esas mismas formas para colonizar el
mundo durante el periodo cruzado. Semejante colonialismo est
intrnsecamente ligado al urbanismo de las ciudades, que reproduce por
doquier el cruciformismo, mxima expresin de la perspectiva, a la que
Piero de la Francesca dedic su ciclo de la Vera Cruz, en la iglesia de San
Francisco de Arezzo 6.
4.- Monocromos blancos de Robert Ryman & Jerusaln Celestial de

Francisco Zurbarn
El alzado de los muros es uno de los procesos ms desatendidos
simblicamente por el arquitecto quien, preocupado de ordinario por los
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ejes ms estructurales del edificio, suele desestimar el espesor del muro

por la abstraccin del dibujo. Slo un pintor poda valorar en su justa
medida la potencia espaciadora del color y las texturas microscpicas del
muro, por muy liso y blanco que ste sea, como generadores inslitos de
lugares de visibilidad. Porque las murallas de una catedral no son slo los
lmites espaciales de la misma, sino los guardianes de su contenido, y
como tales, sus ms claros ejemplos de virtud. Slo la blancura dogmtica
de los museos de arte moderno puede rivalizar con la potencia
purificadora y edificadora del blanco catedralicio. Tal es el sentido de los
monocromos de Robert Ryman que ha dedicado toda su investigacin
plstica a la cuestin de la claridad del soporte. Bajo una doctrina
suprematista, los "blancos sobre blanco" que Ryman ha trabajado sin
descanso, agotando todos los matices posibles de un Pantone incoloro.
Zanjando el primer captulo de la abstraccin pictrica de Malevitch,
Ryman honra aquella Jerusaln Celestial aparecida al final del
Apocalipsis, ese grado cero de la representacin que Juan de Patmos
describi sobre los inmaculados muros de la ciudad de Dios: La Ciudad
Santa era un cubo perfecto e inmaculado, donde nunca se haca la noche
ni entraba jams cosa sucia o mentirosa 7.
5.- Las tumbas de Michael Heizer & Cpula del Panten romano
Si los muros muestran el mensaje ms superficial de la iglesia, la luz
y la pureza de su expresin, las criptas albergan su contrario dialctico, el
contenido profundo de su comunidad. El Dia:Beacon, como todo museo
de arte moderno que se precie, est lleno de tumbas. Si las cpulas de las
iglesias, alzadas como metforas del cielo, fueron construidas slo para
poder caer mejor, esta cada en la noche existencialista cambi las puertas
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del paraso por las fosas del infierno. La cada desde las cpulas
celestiales a las criptas del suelo, autntico cementerio moderno, es el
paso del luminoso techo de teselas doradas o vidriadas, a las piscinas de
metal oscuro de Michael Heizer. La obra de Heizer, que se ha
especializado en el foso para probar la vista en los lmites de lo visible,
cambia las luces del Ms All por la oscuridad del Ms Ac. Ya MerleauPonty en La fenomenologa de la percepcin describi la noche del
mundo como la abolicin de los objetos claros y articulados, all donde
nuestro ser perceptivo, amputado de su mundo, dibuja una espacialidad
sin cosas 8. Porque la noche no es un objeto delante de m, sino que me
envuelve como una fosa de Heizer, penetra todos mis sentidos, sofoca mis
recuerdos, borra casi mi identidad personal. Porque la noche no tiene
perfiles, me toca ella misma y su unidad es la unidad mstica del man.
Los gritos o una luz lejana no la pueblan ms que vagamente, se anima
toda entera, es una pura profundidad sin planos, sin superficies, sin
distancia de ella a m, una tumba que atrapa la luz como cada uno de los
casetones decorativos graduaban la cpula del Panten Romano. Heizer
nos ofrece, por tanto, una fosa de luz para contemplar el mundo al claro
de la noche.
6.- Los pasillos de Bruce Nauman & Atrios medievales

El origen del pensamiento, nacido en Grecia a partir de una serie de
paseos por el gora, buscaba una verdad supraterrenal mediante una
dialctica peripattica. La escolstica, en cambio, torn aquel paseo
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charlatn por el silencio bien demorado de una reflexin horizontal sobre

este valle de lgrimas, es decir, un paseo por el atrio. Tal es la mera
experiencia conductista de Bruce Nauman. A medio camino entre la
dialctica urdida en el pasear y la conciencia experimental del atravesar,
los pasillos (corridors) de Nauman reproducen esencialmente la lgica del
Dia:Beacon pues el prefijo dia quiere decir a travs, como difano
significaba a travs del templo. Los atrios son los lugares del devenir, del
llegar a ser, lo mismo que los primeros laboratorios experimentales se
constituyeron como laberintos y pasillos al final de los cuales las cobayas
aprendan algo. El pasaje a travs es tambin el comienzo del arte y la
filosofa moderna elaborados por Walter Benjamin en su proyecto de los
Passagenwerke de Pars, como capital cultural del siglo XIX, que fueron
capaces de convertir el cajero de la tienda en el mito de Danae, las bocas
de metro en las fauces del infierno, el vagabundo de la esquina en el
antiguo mendigo Digenes, el desfile militar bajo el Arco del Triunfo en
los antiguos ritos de paso 9. En efecto, al final de cada pasillo de Nauman
espera un circuito cerrado de televisin que recoge las observaciones
cientficas de este comportamiento pasajero, cuna de la fenomenologa, si
se quiere, de la fenaumanologa de la experiencia esttica bajo tutela
norteamericana.
7.- Los mdulos de Donald Judd & Canon antropomtrico de la

columna griega
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Luego estn las columnas, ejes antropomtricos de la catedral, que

tienen su propia evolucin desde la columna grecolatina, basada en la
medida del hombre en pie, hasta la columna medieval, de altura
arborescente e inalcanzable. Es el paso de una arquitectura armoniosa con
el hombre a una medida sublimada por Dios y la naturaleza. Como si los
tambores estriados de las viejas columnas jnicas, dricas y corintias,
unidades de medida parejos al canon antropomtrico, se elevasen hasta el
infinito. La propuesta de Donald Judd no es exactamente esta elevacin
filiforme de la columna, pero s su fragmentacin sucesiva, reproducida
industrialmente. La medicin industrial nos ha legado, pues, un sentido de
la proporcin en serie donde los mdulos metlicos de Judd hacen que la
altura se convierta en anchura. El minimalismo ha convertido la medida
del hombre en seis pies, una medida que nos mira, una medida que para
Robert Morris es la estatura puesta en pie, frente a nosotros y, por lo tanto,
nuestro negativo. Este carcter esencial de las estatuas, este estado de
tenerse en pie que se dice primero de los hombres vivos para
diferenciarlos de todo el resto de animales o cosas de la creacin, es una
medida que se mueve o que se planta delante de nosotros. 10
8.- Los rdenes industriales de Bernd y Hilla Becher & rdenes de

capiteles medievales
Toda columna reproduce un orden distinto de capitel. El capitel era el
elemento simblico de la columna, es decir, su lgica de fusin con la
naturaleza, ya sea sta animal, vegetal o mineral. Hoy en da esta lgica
es necesariamente industrial y los rdenes de los capiteles aluden al
diseo funcional, es decir, al diseo fabril. La singular obra del
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matrimonio Becher ha recogido todos los gneros y especies posibles de

fbricas, transformando la ortopedia medieval de las grecas en la simetra
vocacional de la arquitectura industrial. Respecto de las hojas de acanto o
las grgolas, la frialdad mecnica de las mquinas hace de las fotografas
de los Becher una sorprendente teratologa de turbinas, andamios,
contendores y chimeneas: la gramtica del capitel moderno bajo la ptica
de la Edad Media fantstica de Jrgis Baltrusaitis 11. Ya lo deca Adolf
Loos, si lo ornamental es constitutivo de delito, los detalles ms
accesorios de estas fotografas aparentemente aspticas se revelan al puro
formalismo como testimonios del ms surtido catlogo de monstruos y
tiranas del Capitalismo.
9.- Las Torsiones Elpticas de Richard Serra & Escalinata de la cpula

del Vaticano
Lo mismo sucede con las clebres Torsiones Elpticas de Richard
Serra que, aparentemente libres del espacio arquitectnico, bien pueden
leerse como las paredes interiores de la rampa que asciende a la cpula de
San Pedro en el Vaticano, gracias a una autonoma escultrica basada en
una peculiar bsqueda de equilibrio esttico. Haciendo otro salto ms de
lo eclesistico a lo industrial, Serra nos sumerge en los efmeros astilleros
industriales donde se producen barcos, o en la osamenta milenaria de las
viejas canteras que suministraban las catedrales, tal y como el inslito
viaje de Jons acceda al interior de la ballena. No es casualidad que
Herman Melville haya anticipado la potica de Serra en su Moby Dick,
enteramente escrita con la lnea de lo Sublime: Qu me ocurrira a m al
escribir sobre ste leviatn? Inconscientemente, mi caligrafa se expande
en maysculas de letreros, Denme una pluma de cndor! Sostengan mis
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brazos sobre ese leviatn, esos pensamientos me agotan, me consumen

con la extensin de su envergadura, como si quisieran incluir todo el
mbito de las ciencias y todas las generaciones presentes pasadas y futuras
de ballenas, hombres, mastodontes, con todos los mudables panoramas de
los imperios terrestres y del universo entero, sin excluir los suburbios.
Tal es la virtud magnificadora de un tema inmenso y libre! 12.
10.- Los hilos de Fred Sandback & La puerta del infierno de Rodin
La cartografa de la modernidad es la medicin del afuera de nuestro
cuerpo. El afuera es el lmite, casi imperceptible, en el que dejamos de ser
nosotros para ponernos en el lugar del otro. Rosalind Krauss ha
demostrado en sus Pasajes de la escultura moderna 13 que el
salvoconducto del arte moderno consiste sencillamente en cruzar las
Puertas del Infierno de Rodin hacia el campo expandido del minimalismo:
all donde una obra no se define por lo que es sino por lo que la rodea. Tal
es la propuesta de Fred Sandback, cuyos hilos de colores acotan puertas y
espacios en el interior del museo, sin cerrar ningn espacio. Un fino hilo
de color distingue, como una puerta abstracta que slo puede recorrerse
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con el conveniente rito de paso, la diferencia entre el adentro y el afuera,

es decir, la sensibilidad. Los umbrales de ese infierno corporal, que para
Sartre eran precisamente los otros, ya los midi Kafka en su parbola de
El Proceso, Ante la ley, donde cada uno tiene ante s una puerta que jams
lograr traspasar 14.
11.- Los Paneles grises de Grhard Richter & las ventanas de Wall
Stret de Paul Strand
Si una puerta se alza frente a mi impidindome pasar, entonces ya no
es una puerta sino un muro. Del mismo modo, si una ventana es tan opaca
que ya casi no se puede ver a travs, entonces ya no es una ventana sino
un espejo. El pintor Grhard Richter se ha especializado en el cuadro gris
hasta el punto de construir espejos opacos para reflejar el mundo en
grisalla. La pintura moderna ha sufrido dicha transformacin de la
ventana albertiana en un oscuro cuadro negro, donde ya slo se puede
reflejar el pintor. Ovidio nos cuenta en Las metamorfosis, la experiencia
de Narciso y la prdida de Eco. Eco era un cuerpo, una imagen y no una
voz, que no haca otro uso de su boca que el poder para repetir, de entre
muchas, las ltimas palabras 15. El eco de este cuadro no puede ser sino
una sombra, como son las figuras que pasean junto a los escaparates en las
fotografas de Alfred Stiegliz. Es el pasaje de las ventanas del alma
ilustrada a las mnadas de Leibniz, celdas oscuras que iluminan pero que
no pueden ser iluminadas.
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12.- Los neones de Dan Flavin & las vidrieras de la Saint Chapelle
Si la mnada expresa el mundo, con el secreto de una luz interior,
alimentada por la oscuridad del ego, entonces la monadologa de Leibniz
es un mirar a tientas como el del psicoanlisis. Si la luz interior de la
mnada ilumina pero no puede ser iluminada, la luz enfermiza de los
neones de Dan Flavin ilumina simblicamente los interiores, dotndoles
de significado, pero no puede ser nunca mirada. Al contrario que las
antiguas vidrieras, cuyos cristales coloreados dotaban de cuerpo y sentido
al rayo de luz, el minimalismo convierte ese pigmento traslcido en un
opaco material incandescente. Nuevo pasaje de la epifana de la luz al
resplandor material del objeto. La transparencia del cristal y la
incorporacin atmosfrica eran ya las claves de la Saint Chapelle de Pars,
el milagro de la transubstanciacin de la luz en espacio, que Flavin
neutraliza en su fetichismo industrial. Proust, ya dedic extensos prrafos
a los cristales del tiempo, resaltando que las vidrieras nunca tornasolaban
tanto como en los das de poco sol, de modo que si afuera haca mal
tiempo, de seguro que en la iglesia le haca hermoso 16.
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13.- Las Celdas de Louise Bourgeois & un relicario medieval

Ms recndita an que el interior de la mnada es la reliquia. Toda
capilla catlica accede al culto del relicario que, si seguimos a Benjamin,
es como una alegora moderna 17. El pasaje del relicario medieval a las
celdas de la memoria psquica del psicoanlisis slo podemos hacerlo con
Louise Bourgeoise, cuyas reconstrucciones de los episodios traumticos
de la infancia hacen de sus instalaciones la mejor pervivencia de la
encarnacin de la memoria trgica de los mrtires. Si repasamos el
santoral descubriremos historias tan horrendas como las evocadas por las
araas tejedoras de Bourgeois, relatos que, como cuadros clnicos,
deshacen el ovillo de lana del sujeto: esa construccin y deconstruccin
del padre con que identifica su obra 18.
14.- Los mobiliarios de Imi Knoebel como sacrista.

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La vicara y la sacrista son los nicos lugares habitados de la catedral,

all donde los sacerdotes reposan el oficio y se acumulan los restos del
rito. Imi Knoebel ha recogido los restos de la forma, las sobras del proceso
plstico para habitar este espacio privado del sacerdote, que no es sino el
desorden de todo atelier dartiste. Es el pasaje del modernismo funcional
de la Bauhaus, al contenedor de restos del posmodernismo. Restos que
constituyen, precisamente, el fundamento del Art Dec, constituido en su
origen de vaciados, retales, sobras, ngulos y dems usos del work in
progress reciclados en una forma definitiva. Adentrndonos en la sacrista
accedemos a la vida privada de la forma, al nico lugar donde reposa el
proceso artstico.
15.- Las retculas de Sol LeWitt & el pavimento de San Marcos de

Venecia
Donde no existe comparacin posible entre procesos plsticos
modernos y tradicionales sin sentir cierta vergenza es en el pavimentado
o reticulado del suelo, all donde las tramas de Sol Le Witt rayan
geomtricamente el plano de las paredes y los techos ms blancos de los
museos. El mapa geopoltico moderno es una deconstruccin de las
infinitas aristas del cubo en la pared, as como antao los artesanos
pavimentaban con pedazos de mrmol y teselas la cosmologa helnica o
tomista, justo a los pies del creyente. Mientras que la cartografa moderna
del espacio est basada en la conquista del infinito y, por tanto, en el cierre
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de los lmites del cubo, el inalcanzable cosmos antiguo se abra cada vez
ms dando paso del espacio liso al estriado que Deleuze explica en su Mil
mesetas 19. Paradjicamente, la astronoma parece proliferar en mundos
que abren otros mundos, por una geometra fractal no exenta de orden.
16.- Los coches prensados de John Chamberlain & el cementerio

Aunque cualquier antroplogo sabe muy bien que no son los mapas
celestes sino los muertos aquellos que fundan una comunidad religiosa.
Por eso, el cementerio, en principio exterior a la arquitectura de la
catedral, es la verdadera galaxia subterrnea a la que se torna la mirada
moderna. Desde que el hombre dej de mirar el cielo, el recuerdo de los
antepasados permanece constante ante tanto estercolero de novedades.
Los coches prensados de John Chamberlain, de formas totmicas,
sustituyen a las tumbas en piedra de los hombres clebres, para
recordarnos el amasijo de metal en que terminar nuestra vida, ese
accidente minsculo en la galaxia de los productos caducos. Chamberlain
nos ofrece el pasaje de aquella poblacin de muertos que arrastraba el
primitivo all donde fuere, en un desmemoriado vertedero de la industria
moderna. En palabras de James Dean, vive deprisa, muere joven y deja un
bonito cadver.
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17.- Las serigrafas de Andy Warhol & los candelabros de siete brazos
Pero lo que no puede morir de ninguna manera en la cultura es el
icono. El pasaje del icono religioso de la Madonna a la foto de las estrellas
de Hollywood estrelladas, ha sido la patente del xito de Andy Warhol. El
gur del Pop Art desarroll toda su esttica de la adulacin a partir de los
ntidos perfiles del icono bizantino, pero la reciente teora del arte
norteamericana, profundamente judaizada, ha rechazado la figuracin y el
populismo warholita para admitir slo en el Dia:Beacon sus pinturas ms
abstractas. Un centenar de pinturas monocromas sobre los brillos y
sombras de un estudio fotogrfico se convierte de pronto en el espectculo
de la luz en movimiento; una suerte de candelabro de siete brazos, o de
arquitectura de velas que recuerda a las procesiones de antorchas de las
iglesias, antesala del proyecto moderno de luz, el cine.
Podra seguirse hasta el infinito esta larga lista de afinidades electivas
entre los infinitivos minimalistas y los ritos medievales; de esta forma no
costara nada comprender que las fechas de On Kawara transmiten
religiosamente las horas del misal; que las postales de Hanne Dardoven
son como las secuencias del Va Crucis; incluso las performances de
Joseph Beuys haran las delicias de las distintas ocupaciones del
sacerdote, ese chamn moderno, siempre ocupado en exorcizar los
rituales del pasado. Sacerdote y cuerpo sacerdotal que estara vestido y
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engalanado con las banderas abstractas de Blinky Palermo. Pero todo esto
que salta a la vista con slo juntar dos fotografas, no lo hemos podido
realmente leer en la vida cotidiana porque quiz nos faltan metforas
visuales, cuando no un buen Libro Santo, que sin contar con Marcel
Proust, tampoco est escrito en el inefable lenguaje de las retculas de
Agnes Martin, sino en las bellas ilustraciones de Fra Angelico sobre la
Sagrada Biblia.
18.- Las fechas de On Kawara & las horas del misal
19.- Las postales de Hanne Dardoven & el Va Crucis

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20.- El chamanismo de Joseph Beuys & el sacerdote
21.- Las banderas abstractas de Blinky Palermo & las togas

sacerdotales
22.- La retcula de Agnes Martin & las ilustraciones de la Biblia

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Notas
1 Cfr. M. Proust, En busca del tiempo perdido, ed. Alianza, Madrid,
1998.
2 Cfr. Dia: Beacon
3 Cfr. R. Krauss, Pasajes de la escultura moderna, ed. Akal, Madrid,
2002.
4 Cfr. G. Didi-Huberman, Lo que vemos, lo que nos mira, ed.
Manantial, Buenos Aires, 1997.
5 Cfr. xodo, XX, 3-6, Biblia cultural, ed. Sm, Madrid, 1998.
6 Cfr. K. Clarck, Piero della Francesca, ed. Alianza Forma, Madrid,
1995.
7 Cfr. Apocalipsis, Cap. 21, vs. 10-14, Biblia cultural.
8 Cfr. M. Merleau-Ponty, Fenomenologa de la percepcin, ed.
Pennsula, Barcelona, 2000.
9 Cfr. W. Benjamin, Paris Capitale du XIX sicle, ed. Cerf. Paris,
2000.
10 Cfr. E. Canetti, Masa y poder, ed. Muchnik, Barcelona, 1994.
11 Cfr. J. Baltrusaitis, Le Moyen ge fantastique, ed. Flammarion,
Paris, 1993.
12 Cfr. H. Melville, Moby Dick, ed. Debate, Barcelona, 2001.
13 Cfr. R. Krauss, op. cit.
14 Cfr. F. Kafka, El proceso, ed. Ctedra, Madrid, 1994.
15 Cfr. Ovidio, Las metamorfosis, ed. Ctedra, Madrid, 1997.
16 Cfr. M. Proust, En busca del tiempo perdido, op. cit.
17 Cfr. W. Benjamin, Origine du drame Baroque Allemand, ed.
Flammarion, Paris, 1985.
18 Cfr. L. Bourgeois, Deconstruccin del padre, ed. Sntesis, Madrid,
2002.
19 Cfr. G. Deleuze, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, ed.
Pre-textos, Valencia, 1997.

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