El Culto A Dios
El Culto A Dios
El Culto A Dios
PARTE 1 Y 2
PASTORES EN POTENCIA
IGLESIA DE DIOS DE LA PROFECIA - PER
EL CULTO A DIOS
(Primera parte)
EL VACO DE DIOS:
Dios creo a la humanidad para tener intimidad con l, esta relacin fue daada por el
pecado, hacindose notorio el vaco de Dios en lo ms ntimo del ser humano; las huellas de
Dios estn en todo lo creado por l; y el vaco existente en el hombre solo podr ser ocupado o
llenado por su presencia, su llenura y dominio.
La humanidad sin direccin correcta hacia Dios buscara de alguna manera llenar el vaco
de su ser pero sin xito. Por lo mismo el hombre tiende a ser religioso entregndose a la
idolatra o acudiendo en busca de otras experiencias para tratar de llenar ese vaco y satisfacer
la sed de su ser.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, As clama por ti, oh Dios, el
alma ma. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; Cundo vendr, y me presentar
delante de Dios? Salmos 42:1-2
No se puede ignorar que toda la humanidad necesita a Dios o confiar en algo, alguien. El
Culto a Dios le permitir al ser humano tener la oportunidad de poder establecer una relacin
con su autntico creador; Poder reconocerlo, aceptarlo, adorarlo y servirlo. Todas las religiones
estn fundadas sobre creencias msticas y referencias extra bblicas. Pero la experiencia del
cristiano est fundamentada en la verdad de la Palabra de Dios y el Culto en la revelacin de
Dios en Cristo.
Desde el principio el culto tiene el propsito de proveer al hombre del nexo vital
imprescindible para recuperar su propia identidad sobrenatural. La ruptura traumtica de la
transgresin deja al hombre en una situacin de precariedad tal, que desde entonces busca
desesperadamente, ciego y palpando, la restauracin de la relacin con Dios por la va
religiosa. Gomes Panete Jos Luis
Jess le dijo:
Creme, mujer, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusaln
adoraris al Padre. . . Pero la hora viene. . . cuando los verdaderos adoradores adorarn
al Padre en espritu y en verdad; porque tambin el Padre busca a tales que le adoren.
Dios es espritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espritu y en verdad.
(Juan 4:19-24, Reina-Velera Actualizada)
1. La adoracin en espritu
La adoracin en espritu es la proyeccin de nuestro espritu hacia Dios, y tiene estas
caractersticas implcitas:
a) No es una adoracin relacionada con ningn lugar sagrado, sea Jerusaln, o el monte
Gerizim que era el lugar sagrado de los samaritanos, o cualquier otro lugar en el mundo. Por
tanto, ni siquiera est atada o limitada la adoracin al local de una determinada iglesia.
b) No es una adoracin relacionada con ningn ritual. Las palabras hebrea y griega que
se traducen "adorar" , significan bsicamente "postrarse", a la manera en que suelen adorar los
musulmanes hasta el da de hoy: de rodillas y con la cara hacia el suelo.
Aunque este es el sentido original del verbo "adorar" (en el hebreo, hishtajavt y en
griego: proskynein), la forma de adoracin no se ha mantenido necesariamente como lo indica
la etimologa del verbo "adorar".
Del mismo modo, la "adoracin en espritu" no precisa de ninguna posicin o postura.
En ningn lugar se estipula que, debemos orar con los ojos cerrados y de rodillas. Lo adoracin
no es mejor o ms eficaz si se hace de pe o con los manos en alto. Tampoco es conforme a la
revolucin de Dios si se lleva a cabo de manera quieta y queda o si se adora saltando o
remolineando. Todas las formas de adoracin son vlidas desde el punto de vista visible o
sensorial y desde el punto de vista d las manifestaciones del culto, pero no constituyen por
ello una adoracin espiritual, ya que la adoracin espiritual no est definida por nada fsico.
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Nuestra adoracin es espiritual solamente cuando Dios la acepta como tal, y nuestro
espritu penetra al santuario de su Espritu Santo, en plena comunin.
2. La adoracin en verdad
La adoracin en verdad tampoco es avalada como tal por el ser humano o por ninguna
institucin humana, Quien la avala es Dios mismo, quien acepta o rechaza nuestra adoracin
segn la verdad o autenticidad que la respalda.
Segn este concepto, no depende de la pompa, de la perfeccin litrgica ni de la msica
de alta fidelidad, sino del respaldo de nuestra vida vivida de acuerdo con la voluntad y la
Palabra de Dios.
La verdad no es un concepto abstracto; es un concepto concreto y se define segn la ley
y el testimonio de las Sagradas Escrituran. Segn ellos, tiene que ver preponderantemente con
nuestras relaciones entre adoradores y con la sociedad en general, As lo expresa el mismo Dios
por boca del profeta Ams:
Quita de m el bullicio de tus canciones, pues no escuchar las salmodias de tus
instrumentos. Ms bien, corra el derecho como agua, Y la justicia como arroyo permanente.
(Ams 5:23, 24, Reina-Vellera Actualizada)
El concepto de la adoracin en espritu y en verdad nos conduce a enfocar la
interrelacin homiltica en la adoracin en dos direcciones: la interrelacin vertical y la
interrelacin horizontal, que examinaremos a continuacin.
1. La interrelacin vertical
Quien adora, como individuo, como miembro de la iglesia, se rene con otros
adoradores en un acto de culto pblico para elevar todos sus corazones a Dios, tanto en la
alabanza como en la oracin y en el encuentro con la Palabra de Dios (la exposicin del mensaje
bblico).
El acto de adoracin establece una interrelacin vertical entre el hombre y Dios, a la
manera del sacrificio ofrecido por Abel (Gnesis 4:4), el cual es calificado como un acto
efectivo, que logr su objetivo, La interrelacin vertical se representa mediante la siguiente
imagen:
Acerca del tipo de culto cuya interrelacin vertical es nula y contraproducente dice el
Seor en Ams 5:21-23, RVA:
Aborrezco, rechazo vuestras festividades, y no me huelen bien vuestras asambleas
festivas. Aunque me ofrezcis vuestros holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptar, ni
mirar vuestros sacrificios de paz de animales engordados. Quita de m el bullicio de tus
canciones, pues no escuchar las salmodias de tus instrumentos.
2) La interrelacin horizontal
La interrelacin horizontal, es decir, entre los adoradores, se lleva a cabo en el culto
simultneamente con la interrelacin vertical, pero la interrelacin horizontal constituye la
condicin fundamental para la interrelacin vertical, como lo ha dicho nuestro Seor Jess en el
Sermn del Monte:
Por tanto, si has trado tu ofrenda al altar y all te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, deja tu ofrenda all delante del altar, y v6, reconcliate primero con tu
hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda.
(Mateo 5:23, 24, Reina-Valera Actualizada)
La interrelacin horizontal se lleva a cabo en todas direcciones, entre el plpito y la
congregacin y entre todos los ngulos de la congregacin.
La principal interrelacin horizontal ha de producirse entre el plpito (y el predicador o
los funcionarios de la iglesia a cargo de dirigir el culto) y la congregacin, y viceversa. Pero
tambin es importante la interrelacin entre cada adorador en la congregacin. Cuando la
interrelacin horizontal est bloqueada en alguna direccin el acto de culto es afectado,
perdiendo efectividad y pudiendo echarse a perder.
Caractersticas de la adoracin:
La adoracin es un deseo innato en el ser humano (Mt. 2:11)
La adoracin ha de estar centrada slo en Cristo (Mt. 4:10)
La adoracin involucra a la totalidad de la persona (Ro. 12:1, 2)
No hay un lugar especfico de adoracin (Jn.4:19-24)
La adoracin ser el propsito principal de los redimidos en el cielo (Ap. 4)
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Paso No. 1
De acuerdo a Nelson los elementos clave en el culto pueden tambin ser considerados
modos de adoracin y estn relacionados con el encuentro del que adora a Dios con su creador.
Generalmente estos aspectos estn interrelacionados y por ello son poco notorios por
separado. Se debe recalcar que estos elementos son diferentes a los que comnmente se
manejan al planificar un orden de culto porque se refieren ms bien a los sentimientos que
los que adoran experimentan durante el culto.
El primer elemento se refiere a la adoracin y alabanza. La adoracin incluye la
contemplacin y veneracin de Dios en s mismo, por su parte la alabanza se orienta a las
expresiones externas de la adoracin a Dios por parte de los que lo adoran. Por lo tanto, la
primera parte en todo orden de culto debe apelar a la presencia de Dios lo cual se evidencia en
la adoracin y alabanza del creyente. Las formas que para este fin se emplean son variadas,
oracin, msica, lecturas, etc.
El segundo elemento es la introspeccin y confesin, reconociendo que la adoracin
inicia bsicamente en el corazn antes que en el orden estructurado, por ello es necesario un
tiempo para la reflexin. Lamentablemente no hemos dado a este aspecto la importancia
debida, tenemos cierta aversin al silencio y a estar en quietud, dos cosas que son
fundamentales a la hora de confesar nuestros pecados delante de Dios. Este proceso no tiene,
un orden definido dentro del culto ya que a veces es a travs de los cnticos o del propio
sermn que el verdadero creyente siente el impulso a confesar sus pecados delante de Dios. Sin
embargo no se debe olvidar que este proceso es fundamental dentro del culto de adoracin
El tercer elemento es la celebracin y accin de gracias, este elemento debe saturar el
ambiente en el culto de adoracin, no se refiere entonces a un punto a anotarse en un orden
escrito sino ms bien a una actitud que debe primar en el corazn de la celebracin. Los medios
a travs de los cuales se celebra y agradece a Dios son muchos, la oracin, cnticos de gracias, e
incluso la confesin pblica de nuestra fe son medios a travs de los cuales celebramos a
nuestro Dios.
El cuarto elemento se refiere a la peticin e intercesin, este aspecto es fundamental en
el desenvolvimiento del culto y es el punto ms importante y representativo del papel
sacerdotal del pastor al interceder por su pueblo delante de Dios. El tiempo de oracin pastoral,
debe ser cuidadosamente planificado y desarrollado. La oracin pastoral es una parte
fundamental del servicio y en muchos de los casos mal utilizados. El aspecto subjetivo muchas
veces distorsiona el verdadero sentido de la oracin pastoral, que bajo ningn punto de vista
debe usarse para transmitir mensajes o exhortaciones, es una mediacin entre Dios y su pueblo
y por ello deben involucrarse las necesidades de la congregacin
La proclamacin es otro aspecto fundamental dentro del culto y en la mayora de los
casos se hace a travs del sermn. El Seor se vale de los talentos del pastor para afirmar a su
pueblo y proclamar las verdades de Dios. No se puede contemplar sustituto alguno a esta parte
del culto.
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La adoracin debe orientarse a la relacin de Dios con el ser humano y por ello
debe honrar a Dios, ser Cristocntrica y estar llena del Espritu Santo. El enfoque
entonces est en la palabra de Dios y su predicacin.
Ignorar al espritu es ignorar a Dios. Apagar el fuego del Espritu es rechazar el poder de Dios. El
Espritu de Dios o el Santo Espritu es Dios al alcance, y el Espritu de Dios o el Santo Espritu es siempre
Dios en accin Henry Van Dusen
Paso No. 2
En cuanto a lo que se debera esperar en un culto de adoracin as como lo que se
puede sentir en el acto de adorar. Dentro de este aspecto se mencionan 12 cualidades que los
planeadores de cultos deberan esperar con gran expectativa.
a. La direccin del Espritu Santo. Para que un culto de adoracin sea una experiencia
significativa debe ser dirigida por el Espritu Santo.
b. Orden y decoro. El apstol Pablo insisti en que la adoracin debe ser en orden,
decoro y paz. Actualmente podemos responder a la pregunta de qu es ordenado sometiendo
la experiencia de adoracin a dos pruebas: 1) Da honor y glorifica a Dios? , y 2) edifica a la
iglesia?
c. Edificacin. El apstol Pablo en la primera carta a los corintios en el captulo 14 en los
versculos 5, 12 y 26 exhorta a la iglesia a que todo lo que se haga en el culto debe contribuir
para la edificacin.
d. Testigos. Los servicios de adoracin deben testificar constantemente de la gracia de
Dios, por lo tanto la adoracin debe incluir tanto las emociones como la voluntad para que sea
significativa.
e. Espontaneidad y libertad. Dentro del campo de la adoracin es necesario un balance
entre estos dos elementos.
f. Participacin y compaerismo responsables. Todos son responsables de participar
activamente en el culto de adoracin por amor para edificacin.
g. Reverencia y humildad. Ms que una conducta, esto tiene que ver con una actitud del
corazn sea cual fuere la forma externa en que se manifieste la reverencia.
h. Propsito y unidad. El culto debe girar alrededor de un tema unificador que lo
determina el sermn. Los dems elementos deben ser preparados de acuerdo al tema central.
i. Accin, progreso y movimiento. Es de inters para el ejercicio de la adoracin que
existan estos tres elementos, puesto que se debe llevar a la gente desde donde estn hacia
donde deben estar.
j. Variedad y diferentes rdenes de culto. Todo lo rutinario y repetitivo causa
aburrimiento. La variedad aade inters al culto.
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k. Calor. Para que la reunin sea significativa la adoracin debe tener un sentimiento de
calor. No debe buscar la satisfaccin egosta. Al trmino del culto se debera salir con
sentimiento de edificacin proveniente de dar la gloria solamente a Dios.
l. Llamamiento a una vida ms elevada de tica, moral y vida santa. Sin esta cualidad la
prctica de la adoracin sera un fracaso. Debe haber coherencia en lo que decimos y lo que
hacemos, por ejemplo no debemos conformarnos a cantar sobre el amor, debemos amar.
RECOMENDACIONES
1. La msica es un elemento preponderante en el desarrollo de la vida de adoracin
pblica del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento y de la iglesia en el Nuevo Testamento. De
tal forma que no se puede ignorar ni despreciar el poder de la msica en nuestra vida de
adoracin, tanto privada como pblica, en la iglesia actual.
2. La adoracin es la actividad ms importante de la vida pre-cristiana y cristiana. La que
da sentido y propsito a las dems. Una iglesia sin una vida profunda y significativa de
adoracin se convertir en un simple grupo con prcticas religiosas.
3. La verdadera adoracin libera al creyente del problema del subjetivismo, puesto que
muchas veces se mal entiende la adoracin al pensar que sta debe traer consigo satisfaccin
personal para el adorador. El objetivo real de la adoracin es Dios por lo tanto cualquier tipo de
experiencia que haga sentir bien al adorador en la adoracin es tan solo un resultado de la
bsqueda de Dios como objetivo fundamental.
4. El conocimiento de la cultura, por parte de la iglesia, as como una adaptacin
correcta a la misma permitir mejores prcticas de adoracin.
5. Siendo la comunicacin de ideas por medio del lenguaje, es uno de los aspectos ms
claros de influencia de la cultura sobre la adoracin. Se debe realizar un estudio de la mejor
utilizacin del lenguaje para que este sea un vehculo eficaz en la transmisin del mensaje del
evangelio.
6. Es necesario planificar el culto puesto que la planificacin involucra ms que un orden
anticipado, reconociendo al mismo tiempo que los programas no son una garanta en s de que
se d la adoracin, es decir el encuentro del que adora y Dios, pero que ste, si est bien
elaborado ser un facilitador para tener una experiencia de adoracin equilibrada.
7. No se deben planificar los cultos con doble objetivo, es decir para convertidos y no
convertidos, porque pierden efectividad, ya que o atienden a un sector efectivamente y a otro
no, o a los dos parcialmente. Una ventaja de resaltar en esta recomendacin es que se
convierte en una constante forma de evangelizar a travs de nuestros cultos aparte de los otros
mtodos que la iglesia tenga.
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EL CULTO A DIOS
(Parte dos)
en medio de su pueblo congregado, por lo cual no debe haber ni ocurrir ninguna cosa indecente
que pueda ofender a su Majestad.
Veamos a continuacin algunos detalles relacionados con el culto y que son enfocados
simultneamente por la Homiltica y la Teologa Prctica:
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En el da del Juicio los hombres darn cuenta de toda palabra ociosa que hablen.
(Mateo 22:36, RVA)
Evidentemente, un creyente ocioso tendr palabras ociosas, pero quien se prepara con
reverencia para su participacin en el culto y para su interrelacin con Dios y con los dems
adoradores tendr un desenvolvimiento adecuado y ser Justificado.
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encargados de recoger la ofrenda, el que dirige la alabanza, el que dirige el culto y de manera
especial el predicador.
1) El desempeo de la congregacin
En primer lugar hemos de enfocar la participacin de la congregacin en nuestros
templos evanglicos los miembros de la congregacin tienen la oportunidad de participar muy
activamente y un entrenamiento Homiltico para ellos es de trascendental importancia.
La conviccin de la presencia de Dios en el templo no tiene por qu dejarnos inmviles y
acallar nuestra respiracin, a la Casa de Jehovah acude gente alegre y liberada, el pueblo
creyente se regocija en su Dios de modo que una instruccin homiltica sera muy bienvenida y
efectiva.
Es muy ilustrativa al respecto la ancdota acerca de la visita de cierto predicador
argentino a una iglesia de Lima, despus de haber subido al plpito no dirigi a la congregacin
dicindoles:
Buenos das! Cmo estn?
Y los hermanos respondieron:
Amn!
Volvi a preguntarles:
Cmo estn?
Y volvieron a responder con ms fuerza:
i Amn!
De inmediato levant los brazos; y poniendo las manos sobre su cabeza la movi de un
lado a otro. Luego se acerc ms a la gente y les dijo:
Respndanme solemnemente en coro: "buenos das!" Esta es la respuesta recproca y
correcta a un saludo.
Cuando ellos hicieron esto les dijo:
Por qu todos estn "amn" y no "bien"? Pueden decirme ahora cmo estn?
Todos respondieron:
Buenos das! Estamos bien!
Y l, dando un fuerte respiro dio inicio a la predicacin.
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Dicho predicador habla dado una, buena leccin de Homiltica a esa gente que de otro
modo hubiera continuado "amn" hasta el da de hoy l logr establecer desde el comienzo el
importante factor de la interrelacin mediante el recurso del dilogo, Pero aun sin tener que
recurrir al dilogo hay muchas maneras de incentivar la interrelacin de la congregacin con el
plpito, de lo contrario, el culto se reducira a un monlogo.
El aspecto central de la Homiltica es capacitar al predicador a "trazar bien la palabra de
verdad", pero tambin ha de capacitar a todos los que participan en el culto a captar
correctamente la palabra predicada. Casualmente, el nfasis principal del presente curso est
puesto en la capacitacin de todos los miembros de la congregacin, antes que en la
capacitacin exclusiva del predicador, La adecuada capacitacin homiltica har que la Palabra
predicada no les entre por una oreja y les salga por la otra, sino que les quede y que tenga en
ellos el efecto requerido.
Tras la capacitacin adecuada la gente adquirir una positiva evaluacin crtica del
sermn, de su estructura homiltica, de sus ilustraciones, de su apego al texto de las Escrituras
y de su valor teolgico.
Es muy importante que los expositores de las escrituras acostumbren a todos los
creyentes que participan en el culto a tomar notas escritas del sermn, quizs ellos no estn
todava capacitados para captar todos los aspectos tcnicos de un sermn, pero si dicho
sermn tiene una estructura clara y comunicativa, seguramente que cualquiera que est atento
la podr captar. Tambin podrn tomar nota de las ilustraciones que de algn modo apelan al
creyente u otras cosas que le llamen la atencin.
El propsito de las notas es ayudar a retener mejor lo que se emana en la iglesia.
Cuando los expositores logren que la mayora de la gente, sino todos, tomen notas, habrn
logrado captar la atencin y la receptividad de los participantes en el culto, Slo esto es de por
s un grande logro.
El reto de los dirigentes de la iglesia en cuanto a la instruccin de la congregacin es
muy grande. Se debera a menudo organizar seminarios de Homiltica diseados especialmente
para todos los miembros de la iglesia. All se les podra instruir de una manera ms ilustrada
acerca de cmo tomar notas mientras el predicador expone las Escrituras.
Gutirrez haba dormido durante todo el sermn, y al ser despertado de sorpresa, empez a
orar:
Padre nuestro, te damos gracias por estos alimentos que has puesto delante de
nosotros. .!
Aparte del factor previsin, tenemos a continuacin unas pocas sugerencias que deben
ser tomadas en cuenta por los encargados de la direccin del culto:
Quien ora en pblico no debiera ser alguien que balbucea en voz baja, orando como
para escucharse a s mismo, tampoco debe tener una voz tan tierna que solamente la escuche
su mujer que est a su lado ello introduce murmullos y mucha incomodidad entre la gente que
no entiende o no escucha lo que dice, y que no sabe cundo decir "amn!"
Semejante efecto que afecta la intercomunicacin sera que ore en pblico alguien que
tiene una voz aguardientosa la persona escogida no debiera tener tos ni garraspera, la oracin
es un momento solemne cuando una persona se eleva junto con toda la congregacin a la
presencia de Dios.
Quien ora en pblico debe organizar previamente sus pensamientos y la estructura de
su oracin, sobre todo aquella que incluye las peticiones que l elevar a Dios a nombre de
toda la congregacin.
Es contraproducente a Dios y a la gente que dicha persone haga intercesin de manera
casi impersonal "por la hermana que est sentada all atrs", de la cual no ha tomado nota ni
siquiera de su nombre.
Un modelo de oracin bien estructurada tenemos en el Padrenuestro en Mateo 6:9-13.
Quien ora debera observar las partes de dicha oracin: la manera de empezar, la manera de
terminar, y todo lo que viene de por medio.
Quien ora debe saber que el largo exagerado de la oracin no refleja necesariamente
exceso de piedad, sino complejo de superioridad, y la veces tambin complejo de inferioridad,
en Mateo 6:7 dice: "Y al orar, no usis vanas repeticiones, como los gentiles que piensan que
sern odos por su palabrera."
Quien ora debo reconocer que Dios es un buen entendedor y que sabe de qu cosas
tenemos necesidad antes que nosotros le pidamos (Mateo 6:8), de manera especial debe
aprender a decir estrictamente lo necesario, como dice el refrn: "A buen entendedor, pocas
palabras."
Finalmente, quien ora debe ser consiente que su oracin es una especie de ofrenda de
incienso que suba al cielo como un grato olor a Jehovah (Apocalipsis 5:8).
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Leer bien equivale a interpretar bien. Quien no lee bien, no entiende bien lo que lee, y
menos comunica sentido a los que le escuchan.
A continuacin daremos algunas instrucciones acerca de la lectura correcta. Hay que
entrenarse en la lectura correcta aun para la lectura silenciosa y en privado
I) Pronunciacin y acentuacin correcta de las palabras.De manera espacial este particular revela el grado de cultura de quien lee y su roce
social. Los creyentes deben entrenarse en este aspecto de la lectura. No debe ser motivo de
vergenza el consultar con otras personas cuando tenemos un caso de duda.
II) Entonacin y lectura de los signos de puntuacin.La lectura correcta debe tomar en cuenta las maysculas que indican el comienzo de
una nueva oracin, y debe tener presente las indicaciones de los signos de puntuacin, de la
manera siguiente:
Ante la presencia de una coma (,) se debe elevar ligeramente la entonacin de la voz y
se debe producir una pequea pausa.
Ante la presencia de un punto (.) ya sea dentro del prrafo o al final del prrafo, se baja
la entonacin de la voz y se produce una pausa mayor.
Ante la presencia de dos puntos <:> que introducen una cita textual se produce una
pausa similar a la que sigue a un punto, pero se mantiene la entonacin de la voz creando
cierto suspenso para introducir la cita que sigue
Los signos de admiracin (!) encierran una exclamacin o una expresin de asombro, y
la manera de leer dicha expresin es levantando el volumen de la voz por encima del volumen
normal del resto de la lectura.
Hay otros muchos signos de puntuacin, como las comillas dobles (" "), que encierran
citas, y las comillas simples (") que encierran citas que aparecen dentro de otras citas. Otro
signo importante es el parlamento (--), que es una raya larga con la cual se introduce un
segmento de dilogo y que usamos anteriormente al presentar el dilogo del predicador
argentino con una congregacin en Lima. Hay otros varios signos de puntuacin, cuyo propsito
es ayudarnos en la interpretacin correcta del texto.
La Biblia Reina-Valera Actualizada (RVA) sirve como una excelente gua para la lectura
correcta, ya que ha adoptado un sistema de puntuacin coherente que es aplicado a lo largo de
todo su texto. Una manera de practicar la lectura correcta es observar la manera cmo se usan
todos los signos de puntuacin en la RVA.
Hacer caso omiso de estos signos hace que lo que se lee pierda su sentido y se estropee
la comunicacin.
4) El desempeo de los qu reciben la ofrenda
Los que recogen la ofrenda deben ser indicados con anticipacin, y se debe tener las
canastillas o depsitos para la ofrenda listos en su lugar.
Los que recogen la ofrenda no estn all para clavarles la mirada a algunos hermanos y
dejar de mirar a otros. Tampoco es piedad recoger la ofrenda con los ojos cerrados en actitud
de oracin. Quien recoge la ofrenda debo estar presente en el acto, es decir, debe participar
despierto.
Quien recoge la ofrenda no tiene que abundar en sonrisas ni tampoco poner la cara
adusta, pensando que por ello Ios hermanos van a poner ms.
Tampoco deben acostumbrar mal a los hermanos, atendiendo en el acto a sus deseos de
"recibir su vuelto" o de "cambiar dlares". Ello retrata o interrumpe el acto y rebaja su
dignidad.
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La mirada del predicador.Particularmente es importante la mirada, aunque hay predicadores que parece
que tienen la mirada desfocada. Los maestros de Homiltica nos ensea que no debemos
mirar ni al cielo si al suelo, sino a la gente, a sus ojos. En los primeros tiempos esto es algo
difcil y se requiere de esfuerzo combinado con la conviccin de que lo que dice es muy
importante para ir adquiriendo soltura y proyectar en la gente inters y concentracin.
Aunque esto no es cosa fcil, el lograrlo es muy importante, salvo que el que sube al
plpito no tenga transparencia.
Otros predicadores, parece que estaran leyendo el sermn en la mano. Su mirada
est centrada sobre ella de tal manera que no atinan a mirar a la gente. No debemos estar
mirando a nuestra mano, aunque all tengamos escrito el bosquejo de nuestro sermn.
La postura y ademanes del predicador.La postura y ademanes del predicador tienen estrecha vinculacin con el mensaje a
decir verdad, una postura que expresa dignidad y seguridad puedo constituir un poderoso
accesorio psicolgico por tanto, el enfocar ciertos defectos, con miras a corregirlos, es de
mucho valor en la fase de formacin homiltica de los predicadores.
Ciertos ademanes involuntarios de los predicadores son horribles, como los
siguientes:
I) Hay quienes se restriegan la nariz con el dedo mientras predican, o intentan sacar
de all algn bichito Esto es muy contraproducente! Pudiera ser que peto sea una
especie de tik nervioso, pero tambin podrir ser asunto de aseo. Parte de la
preparacin previa del predicador en limpiarse bien las fosas nasales.
II) Hay los que parecen amenazar a los oyentes con los puos, dando
expresin errada a sus fuertes convicciones.
III) Hay los que intentan encabar las ideas con el dedo, tratando de sacarlas de
dentro del cuello de la camisa.
IV) Hay los que estremecen al auditorio con ensordecedores gritos y tosen
ruidosamente al final de cada prrafo.
V) Otros marean a los oyentes balanceando el cuerpo en forma de pndulo, de un
lado a otra.
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VI) Hay los que se abalanzan sobre el auditorio inclinando el cuerpo hacia
adelante, por encima del plpito. Esto es an ms contraproducente si el predicador es
panzn.
VII) Otros buscan id eas rascndose la oreja.
VIII) Otros Se quedan a p o y a n d o la cabeza sobre el brazo.
IX) Hay los que meten la mano en el bolsillo y tratan de calmar los nervios
haciendo sonar las llaves o el diezmo.
XI) Tambin hay los se apoyan con los puos sobre las mismas Escrituras! Y hay
los que rompen la Biblia a puetazos para aumentar el nfasis.
XII) Finalmente, hay los que miran benvolamente a la congregacin quedando
inmviles despus de colocar las manos sobre las caderas, al estilo jarrn.
d) La mmica del predicador.Tambin es importante que la mmica sea concorde con el sentido que se
comunica. Por ejemplo, se cuenta de cierto predicador que estaba predicando acerca
de la torre de Babel. El termin expresando casi con emocin y risa:
Y la torre de Babel se derrumb!
Pero ms grave es que acompaa estas palabras levantando los brozas lo ms alto
posible, cuando lo adecuado con relacin al tema hubiera sido bajar los brazos
bruscamente haciendo con las manos un ademn que indique que algo se derrumba.
e) Maneras de expresarse en pblico.Aparte de las posturas extravagantes de algunos predicadores debemos tambin
considerar la manera como hablan. Se cree tradicionalmente que Moiss era tartamudo,
porque l mismo reconoce ser "torpe de lengua" (xodo 4:10, RVR; 1960). Quizs la
referencia indica simplemente que l no posea el don de la oratoria. Con todo, es muy
interesante que Dios no hiciera el milagro de agilizar su lengua. Lo que hizo fue enviar
con l a su hermano Aarn, dicindolo: "El hablar por ti al pueblo y ser para ti como
boca" xodo 4:10).
Las funcionas son mltiples y honrosas. No me Parece que son la voluntad de Dios
que sea un tartamudo el que suba al plpito a predicar, aunque en ciertas ocasiones ste sea
usado por Dios de manera muy eficiente. Es verdad que algunos pueden sobreponerse a
esta limitacin como resultado de su Profunda conviccin de su llamado a predicar, pero la
mayora no lo lograrn y tendrn que ceder el plpito a otros.
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Dios quiere usar los talentos y dones que previamente nos ha dado, como indicacin
de que nos llama a una determinada funcin en el seno de su iglesia. Quien tiene el don
y vocacin de la predicacin debe entrenarse para expresarse bien. Las clases de
Homiltica que se dan en los institutos y seminarios bblicos tienen como objeto hacerle
al estudiante consciente de sus defectos, a fin de que pueda superarlos.
Con todo, no sern superados estos defectos si no se superan al mismo tiempo los
complejos de inferioridad y de superioridad.
El complejo de inferioridad hace creer al predicador que es menos de lo que
realmente es.
El complejo de superioridad le hace creer que es ms de lo que realmente es.
Despus que un joven se ha graduado en el instituto o seminario es casi
imposible que otros le llamen la atencin de sus defectos, debido a dos razones: En
primer lugar, nadie se atrevera a hacerlo. En segundo lugar, l no hara caso a nadie.
Si los defectos no se corrigen en las Clases de Homiltica es muy probable que no
se corrijan jams en la vida y el ministerio. He all la importancia de un entrenamiento
Homiltico riguroso y sin misericordia, mientras uno es alumno! La dignidad de Dios est
de por medio.
Los defectos homilticos de los predicadores son muchos:
I) Hay los predicadores que torturan a la congregacin con largos y aburridos
sermones. Pero los sermones exageradamente largos estn generalmente plagados de
errores homilticos, de arrogancia y hasta de prepotencia.
Tales predicadores ofrecen varias veces llegar por fin al trmino de su aburrida
homila, pues da lo mismo, pero no cumplen. Ellos siguen hablando sin fin. Las estadsticas
revelan contundentemente que los predicadores que anuncian el final de su sermn,
son en realidad unos mentirosos. No les crea ni se alegre de sus promesas.
II) Otros predicadores le hablan a la gente por encima de sus cabezas usando los
trminos teolgicos que han aprendido en el seminario. No quieren darse cuenta que
una cosa es el seminario y otra cosa en la iglesia. Los que tienen este defecto
generalmente tienen un complejo de inferioridad.
La interrelacin efectiva slo se logra cuando el predicador deje de hablar a la gente
por encima de sus cabezas.
III) Otro error es hablar a la gente por debajo de sus cabezas, lo cual estropea
igualmente la interrelacin homiltica.
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I) Apelacin al Intelecto.El intelecto es el principal santuario del ser, y Dios lo quiere ocupar y llenar
con su Espritu Santo. La apelacin al intelecto se logra solamente cuando el
predicador se ha nutrido l mismo con la Palabra de Dios y por medio de la predicacin
ha logrado nutrir con ella a todos en la congregacin. Un sermn flojo de contenido
bblico dejar a los oyentes desilusionados y desanimados.
II) Apelacin a los sentimientos.E l b u e n p r e d i c a d o r l o g r a r d e s p e r t a r e n s u s o y e n t e s s e n t i mientos
de amor a Dios, amor a sus hermanos y familiares, iden tificacin con la obra
misionera y con la empresa de difusin de la Palabra de Dios. Al mismo tiempo inculcar ira
santa contra el pecado y todo lo que estropea la interrelacin con Dios y con su pueblo.
III) Apelacin a la voluntad.Un sermn habr alcanzado su objetivo solamente cuando los miembros
de la congregacin llegan a decir por s solos: "Heme aqu, Seor. Qu quieres que
haga?" De lo contrario les sucede a muchos predicadores, que "apuntan a nada y
logran dar en el blanco."
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