Hipnosis y Psicoterapia

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HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA

CARLOS RAMOS GASCN es psiclogo clnico y lleva trabajando en el campo de la


psicoterapia y de la hipnosis clnica desde 1980. Es vicepresidente por Madrid de la
Sociedad Espaola de Grafologa y miembro de la Sociedad Espaola de Hipnosis Clnica
y Experimental. Asimismo, es director del CEIP (Centro de Investigacin en Psicoterapia) y
un reputado graflogo.
Es autor de los libros Grafologa y fobia social y Grafologa, sexualidad y pareja.
EDAF
MADRID - MXICO - BUENOS AIRES - SAN JUAN
CARLOS RAMOS GASCN
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
PSICOLOGA Y AUTOAYUDA
2002. CARLOS RAMOS GASCN
2002. De sta edicin, Editorial EDAF, S. A.
Editorial Edaf, S.A. Jorge Juan, 30. 28001 Madrid http://www.edaf net
edaf@edaf net
Edaf y Morales, S. A.
Oriente, 180, n.- 279. Colonia Moctezuma, 2da. Sec. 15530 Mxico, D.F.
http://www.edaf-y-morales.com.mx edaf@edaf-y-morales.com.mx
Edaf del Plata
Lavalle, 1646, 7, oficina 21 1048 Buenos Aires, Argentina edafall@interar.com.ar
Edaf Antillas, Inc. Av. J. T. Piero, 1594 Caparra Terrace
San Juan, P. Rico (00921-1413) forza@coqui.net
A la memoria de mi querido to y amigo Manuel Gascn Hernndez, Manu, para quien no
ero lo mismo ... ser cristiano de Cristo que catlico romano...
Febrero 2002
No est permitida la reproduccin total o parcial de este libro, ni su tratamiento
informtico, ni la transmisin de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrnico,
mecnico, por fotocopia, por registro u otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de
los titulares del Copyright.
Depsito legal: M. 3.339-2002 I.S.B.N.:84-414-1050-X
PRINTED IN SPAIN
Imprime: Cofas, S. A.
IMPRESO EN ESPAA
Indice
Pgs.
Presentacin, por Isidro Prez Hidalgo............
11
Prlogo ................................................................ 13
Captulo 1. PORQU LA HIPNOSIS............
15
Qu es y no es la hipnosis? ..........................
17
Captulo 2. DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 23
2.1. La naturaleza del trance hipntico ........ 23
2.2. Sugestin hipntica ................................
28
2.3. En qu momento comienza la hipnosis?
35 2.4. La formacin de imgenes
mentales...... 38 2.5. Las respuestas ideomotoras y su utilidad
para la hipnosis .......................................... 42 2.6. La tcnica de Wolpe y su utilidad para
la hipnosis.................................................... 43 1. Construccin de la Escala de Unidades

Subjetivas de Ansiedad ......................


44 2. Establecimiento de las Jerarquas .... 45
3. Entrenamiento en relajacin o autohipnosis .............................................. 45
4. Combinacin de los puntos anteriores
46 2.7. La importancia del ritmo respiratorio
para la induccin del trance hipntico ..
46
2.8. S y no ...................................................... 52
10
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
Pgs.
Captulo 3. MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA ..........................................
57
Presentacin
3.1. Tcnica de los prpados pesados............
58
3.2. Tcnica de fijacin ocular ......................
62
3.3. Levitacin de la mano ............................
67 3.4. El mtodo
fraccionado ............................
73 3.5. Induccin mediante imgenes idiorretinales 76
3.6. Induccin mediante imgenes mentales 79
3.6.1. Imagen de la escalera mecnica..
81
3.6.2. Tcnica del pizarrn ....................
82
3.6.3. Desdoblamiento ............................ 84
Captulo 4. TCNICAS DE PROFUNDIZACIN .............................................. 87
4.1. Consideraciones generales ....................87
4.2. Tcnica de la cuenta ..............................90
4.3. Tcnica del ascensor ..........................92 4.4. Tcnicas del
sueo .................................. 93 4.5. Tcnicas de visualizacin del estado de
trance ......................................................
95 4.6. Tcnicas basadas en la disociacin ........
95 4.6.1. Disociacin de cuenta con sugestio
nes .................................................. 96
4.6.2. Disociacin respiratoria ..............
96
4.6.3. Disociacin yo - nombre propio 96
4.6.4. Disociacin: saliendo del cuerpo..
99 4.7. Las sugestiones poshipnticas ..............
100 4.8. El despertar del trance hipntico .......... 107 4.9. Cmo medir la profundidad de la
hipnosis 115
Captulo 5. LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA.................................................... 127
Bibliografia ........................................................ 135 ndice de
autores .................................... 139 ndice de materias ............................................ 141
L LIBRO que el lector tiene en sus manos es una E del
cabal al estado actual de la
hipnosis. En la hipnosis ha pasado ya el tiempo Edel oscurantismo y la taumaturgia. Carlos
Ramos ha hecho un esfuerzo de sntesis para exponer con lucidez y precisin los
fundamentos de la hipnosis tal como se entiende hoy en da. En esta introduccin, es
probable que aquel que llega a la hipnosis con pocos conocimientos previos se vea
sorprendido al constatar que los fenmenos hipnticos se han estudiado con una
metodologa estrictamente cientfica y los ltimos aos han sido una demostracin palpable
de que tanto en la investigacin experimental como en la aplicacin clnica la hipnosis tiene
mucho que decir.
Existe una abundante bibliografa en psicologa, psiquiatra y otras especialidades mdicas
que refrendan la importancia de la sugestin y el estado hipnti co en la comprensin de
muy diferentes trastornos. Tart ha llegado a decir que la realidad no es ms que un trance
consensuado; y aunque esta afirmacin nos puede resultar un tanto exagerada, no cabe duda
de que una gran parte de nuestro comportamiento y de nuestra fisiologa estn modulados

por esos fenmenos hipnticos que ya en el siglo xviii observaron los mesmeristas. No
obstante, la explicacin y el estudio siste12
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
mtico de esta materia se ha producido fundamentalmente en el siglo xx y Francia,
considerada como la cuna de la hipnosis moderna, ha cedido su hegemona a los pases
anglosajones. Por ello, la mayora de los trabajos serios sobre este tema se publican casi
exclusivamente en lengua inglesa. Este libro viene a cubrir un hueco importante y
contribuye a superar este desfase, ya que permite al lector hispanohablante consultar un
texto actualizado y prctico sobre este tema.
Carlos Ramos es un psiclogo clnico con una dilatada experiencia en la hipnoterapia, y en
el presente trabajo nos presenta algunas de las tcnicas ms efec tivas para trabajar con la
hipnosis en un contexto teraputico. Resulta particularmente interesante el nfasis en el
empleo del ritmo respiratorio para la induccin y profundizacin del trance. Tambin
resaltaramos la induccin mediante imgenes idiorretinales, ya que estas-aportaciones
estn habitualmente poco desarrolladas en otros tratados sobre el tema.
Otro mrito de Carlos Ramos es conseguir el equilibrio que har que tanto el profano como
el iniciado en la materia puedan interesarse en el presen te texto, que cuenta, y nunca mejor
dicho, con una bibliografa muy sugerente.
Por todo ello, creemos que aquellos que se asoman por vez primera al panorama de la
hipnosis descubrirn su enorme atractivo, y los versados en el te ma podrn profundizar en
determinados aspectos que el autor ha sabido analizar y sintetizar con rigor.
ISIDRO PREZ HIDALGO Psiclogo Clnico Presidente Fundador de la Sociedad
Espaola de Hipnosis Clnica y Experimental Codirector del Instituto Erickson de Madrid,
nombrado por la Fundacin Erickson de EE. W. Mster Honoris Causa F.E.3.eE
Prlogo
HE ESCRITO el presente libro con una doble intencin: a) Servir de informacin y ayuda a
la persona que, por cualquier motivo, est pensando en la posibilidad de recurrir a una
terapia mediante hipnosis. b) Orientar al clnico que ya utiliza esta excelente herramienta
teraputica en nuevos enfoques que, con seguridad, brindarn una mayor eficacia a su
diario quehacer. Por esta misma razn, tambin me gustara convencer a los psicoterapeutas
que no emplean la hipnosis de su utilidad, animndoles a aprenderla.
Me siento en deuda con mucha gente. En especial, deseo expresar mi agradecimiento a:
- Mis pacientes, que con su buena disposicin y esfuerzo para superar sus problemas han
comprobado por s mismos la eficacia de la hipnosis, y al mismo tiempo me han servido de
estmulo e inspiracin para superarme como psicoterapeuta.
- A Isidro Prez Hidalgo, presidente de la Sociedad Espaola de Hipnosis Clnica y
Experimental, excelente amigo y psiclogo clnico, por sus enseanzas, y por su
orientacin en la mejora de este libro.
14
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
- Ami secretaria M. Carmen, que tan pacientemente ha corregido las pruebas y ha hecho
posible la materializacin del presente libro.
- A mi mujer; M. Antonia, por su apoyo, comprensin y amor, que son para m fuente de
aliento y alegra de vivir y me posibilitan evolucionar como persona y como terapeuta
CAPTULO 1 Por qu la hipnosis
A todos mi agradecimiento y mis mejores deseos de paz y salud en este milenio que acaba
de comenzar.

Madrid, 2 de abril de 2001


CARLOS RAMOS GASCN Psiclogo clnico, Colegiado M-10245 - Director del Centro
de Investigacin en Psicoterpia (CEIP).
- Miembro de la Sociedad Espaola de Hipnosis Clnica y Experimental (SEHCE).
- Vicepresidente por Madrid de la Sociedad Espaola de Grafologa.
LA HIPNOSIS es en realidad un conjunto de estados mentales plenamente naturales y
cotidianos. Mediante el trance hipntico intentamos aprovechar deliberadamente nuestras
posibilidades latentes que, de otro modo, permaneceran infrautilizadas.
Actualmente, para explicar la hipnosis existe un fuerte debate sobre la denominada cuestin
de estado. Brevemente, los defensores de la hipnosis como un estado especial, si bien
natural, consideran que el trance hipntico es, bsicamente, un estado alterado de
conciencia, diferente del sueo o del estado de vigilia, aunque en estrecha relacin con
ellos. Por el contrario los representantes de la teora del no estado afirman que la hipnosis
no es un estado alterado y que los fenmenos hipnticos pueden explicarse como procesos
normales de la conciencia. En consecuencia rechazan el concepto de estado hipntico como
tal.
Posteriormente ha surgido una tercera posicin, ms equilibrada y realista, que combina las
dos anteriores, entendiendo que la hipnosis abarca un vasto campo de fenmenos que,
aunque generalmente suponen una alteracin de la conciencia (posicin de estado), tambin
puede comprender otros procesos que
16
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
POR QU LA HIPNOSIS
17
participan de la conciencia normal (posicin de no estado).
Para Bandler y Grinder, todo es hipnosis, posiblemente llevando hasta sus ltimas
consecuencias el concepto de sugestin y fundindolo con el de hipnosis.
Para otros autores, como Weitzenhoffer, la hipnosis consiste en un estado de
hipersugestibilidad en combinacin con la fijacin visual, la relajacin y el cierre de los
ojos.
Como lo expres en cierta ocasin el doctor Milton H. Erickson, recurriendo a una bella y
conocida metfora, el cuento suf de los ciegos y el elefante, en el que cada uno defina al
animal en su totalidad en funcin de la parte concreta que estaba tocando, ya fuese la
trompa, la oreja, una pata, etc., la hipnosis comprende una multitud de aspectos cuya
complejidad hace imposible que pueda ser abarcada por una definicin determinada.
La hipnosis no tiene nada de extrao, y aunque es cierto que se pueden producir diversos
fenmenos que a la persona profana le resultan sorprendentes, tienen una explicacin
plenamente lgica en relacin con los actuales conocimientos sobre el cerebro y el sistema
nervioso.
En el campo de la psicoterapia, la hipnosis tiene una utilidad real y as viene siendo
reconocida tanto por los profesionales clnicos que la utilizan como, sobre todo, por sus
pacientes.
En realidad, la hipnosis es un tipo de relacin que se enmarca en el contexto de la relacin
teraputica. Contribuye a crear una slida alianza de trabajo en tre el paciente y su
terapeuta, factor imprescindible para llegar a buen puerto, y ms an, pone en manos del
paciente, bajo la forma de autohipnosis, un til instrumento para que pueda continuar la
labor teraputica en su vida cotidiana.

La hipnosis clnica, en cualquiera de sus modalidades, engloba un conjunto de herramientas


que se guan por un criterio de eficacia.
Otro aspecto a destacar es su plasticidad: se adapta a cualquier enfoque teraputico, por lo
que es posible utilizarla en combinacin con el psicoanlisis, gestalt, focusing, terapia
cognitiva de Beck, terapia racional-emotiva de Ellis, etc. La experiencia ensea que cuando
se utiliza la hipnosis con otras tcnicas teraputicas, el proceso se hace ms corto y
profundo.
Utilizada de este modo, la hipnosis parece actuar como una lente de aumento que permite
desplegar al enfoque teraputico lo mejor de sus cualidades.
Aspectos como la disociacin, la distorsin espacio-temporal, el observador oculto y otros,
aunque no son exclusivos, s son caractersticos del trance hipntico.
Entre ellos, quisiramos llamar especialmente la atencin sobre los diferentes procesos de
disociacin. De la misma forma que la habilidad manual se basa en los movimientos
diferenciados de los dedos, tanto aislados y selectivos como en combinacin de unos dedos
con otros, los fenmenos de disociacin perceptiva forman el ncleo de la experiencia
hipntica.
Que es y no es la hipnosis?
Es corriente, casi la norma, que cuando un paciente acude por primera vez a la consulta
para someterse a una sesin de hipnosis, lleve consigo toda una serie de ideas
preconcebidas que, si no se discuten y aclaran cuidadosamente, dan lugar a todo tipo de
malentendidos que pueden distorsionar el proceso teraputico.
El primer punto a tener en cuenta es que la hipnosis no es en s misma una terapia, sino una
herra18
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
POR QU LA HIPNOSIS 19
mienta teraputica. Dicho de otra manera, la hipnosis comprende un conjunto de tcnicas
que, en combinacin con otros enfoques teraputicos (psicoanlisis, cognitivo, RET, etc.),
puede potenciarlos y brindar excelentes resultados. La hipnosis suele ayudar a que la
terapia sea de menor duracin y sus resultados ms estables.
Otra creencia errnea es la que afirma que la hipnosis rompe o debilita la voluntad del
sujeto. Con independencia de lo que queramos entender por voluntad, se trata de una
postura decimonnica (y que a pesar de que estamos en los albores del siglo ma, sigue
sosteniendo mucha gente) segn la cual el hipnotizador impone su voluntad o
personalidad al hipnotizado. Nada ms lejos de la realidad. Basta para ello tener en cuenta
las posibilidades que brinda la hipnosis para el control de la conducta y la modificacin de
hbitos perjudiciales como pueden ser el tabaquismo o diversas manifestaciones fbicas
que, precisamente, anulan la voluntad de la persona que las padece. La hipnosis, por el
contrario, contribuye a afianzar la determinacin de la persona en pos de sus objetivos, ya
sea dejar de fumar, superar una fobia o mejorar las condiciones mentales para afrontar un
examen o prueba deportiva.
Otra falsa creencia que suelen traer a la consulta los pacientes en las primeras sesiones es la
de que la hipnosis les har perder el control de sus actos.
A esta perjudicial creencia contribuyen, adems de los mitos asociados con la hipnosis, los
espectculos de teatro y televisin en los que diversos espectadores,
por lo general debidamente preparados, realizan actuaciones ms o menos extravagantes
siguiendo las rdenes del hipnotizador de turno.

La realidad es que la hipnosis clnica, convenientemente empleada por el psiclogo o


mdico compe
tente, no tiene nada que ver con lo anterior. Es completamente imposible hipnotizar a
alguien en contra de su voluntad u obligarle a realizar actos extravagantes, que vayan en
contra de su sentido del ridculo o criterio moral; si los realiza bajo hipnosis, podemos estar
seguros de que los puede igualmente realizar en estado de vigilia.
En una sesin normal de hipnosis, tal como se aplica en el marco de la psicoterapia, no
ocurre nada especial. El psiclogo habla, pregunta, acta, y el pa ciente escucha, responde y
puede preguntar y actuar a su vez. Lo distintivo del proceso hipntico en este caso es que
transcurre de manera fluida y natural, sin ninguna reaccin extraa de una parte o de otra.
El proceso hipntico equivale a la relacin hipntica, una modalidad de relacin en el
contexto de la terapia en la que ambos, paciente y terapeuta, colaboran solidariamente en la
produccin del trance hipntico. Esto quiere decir que la hipnosis es un proceso
completamente natural, nada esttico y s dinmico, orientado al mejoramiento del
paciente y basado en una especial relacin con su terapeuta. Como no importa el estado de
trance en s mismo, sino su alcance teraputico, su eficacia tiene que ver, esencialmente,
con la calidad de la relacin que se establece entre el psicoterapeuta y su paciente.
En relacin con el punto anterior, nos encontramos con otra falsa creencia, segn la cual en
el trance hipntico el paciente pierde la conciencia de lo que est ocurriendo. En este
sentido, hay que decir que es cierto que en el trance hipntico, tanto de mediana intensidad
como en el profundo, pueden darse diversos fenmenos de amnesia total o parcial. Es
asimismo cierto que la hipnosis suele dejar al paciente en un estado de somnolencia (lo que
podramos llamar un estado crepuscular selectivo), que de ninguna manera implica que este
quede a merced de las rdenes
20
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
POR QU LA HIPNOSIS
21
del terapeuta, tal como hemos explicado antes, pero que en ningn caso quiere decir que
se trate de un estado de prdida de la conciencia. Por el contrario, aunque lo normal es que
la persona hipnotizada quede en un cierto estado de somnolencia, sucede que los diversos
estados de disociacin hipntica pueden producir fenmenos de conciencia opuestos, como
estados de hiperlucidez y de agudizacin sensorial, ya sea auditiva, visual o kinestsica. En
relacin con esto tambin pueden producirse diversos fenmenos de distorsin espaciotemporal similares a los que tienen lugar en otras situaciones, como el estado de
duermevela que precede o sigue al sueo natural, viendo una pelcula o leyendo algo muy
absorbente, etc. La gran ventaja de la hipnosis es que puede llegar a producir estos mismos
fenmenos, pero de forma deliberada.
Todo ello quiere decir que el trance hipntico no tiene por qu suponer una prdida o
descontrol de la conciencia, sino al contrario, un mayor dominio de ella.
Otra cuestin importante, y que si no se aclara desde el primer momento puede dar lugar a
todo tipo de malentendidos y entorpecer gravemente la tera pia, es la suposicin bastante
generalizada de que, como se trata de hipnosis, todo suceder de forma automtica e
inconsciente, por lo cual uno no tiene que esforzarse en absoluto por grave que sea el
problema.
Debe quedar claro que la actitud pasiva e improductiva del paciente es uno de los
principales obstculos para la terapia, y, en consecuencia, el profesional que utilice la

hipnosis har bien estando alerta al respecto. Ms an, sucede que algunos pacientes,
aunque no lo manifiestan verbalmente, incluso afirmen comprender la necesidad de contar
con su colaboracin para llevar a buen puerto la terapia, en su fuero interno no renuncian a
la secreta esperanza de que, despus de todo, el trance hipntico resolver por s mismo su
problema, sin especial esfuerzo de su parte.
Es, pues, de la mayor importancia que el psiclogo aclare al paciente desde la primera
sesin lo que puede o no esperar de la hipnosis y la necesidad de
contar con su colaboracin activa. Le explicar que si bien la hipnosis puede facilitar e
incluso acortar la terapia, lo fundamental es que se cree entre ambos, paciente y terapeuta,
la adecuada alianza de trabajo. Le explicar asimismo que es cierto que la hipnosis acta en
parte en un nivel inconsciente, pero que esto no exime de realizar los esfuerzos necesarios
para alcanzar los objetivos realistas que se hayan fijado al comienzo de la terapia.
En efecto, uno de los aspectos clave, sobre todo en una psicoterapia en la que se va a
utilizar la hipnosis como tcnica de eleccin, es establecer unos lmites adecuados y con
unas expectativas realistas. Aconsejamos explorar las fantasas de curacin del paciente
para no dar lugar a ulteriores malentendidos. Hay pacientes, ya tengan una actitud pasiva o
activa, que, precisamente por estar la hipnosis implicada, ponen en juego unas fantasas
omnipotentes de curacin, con objetivos teraputicos completamente fuera de la realidad.
CAPTULO 2 Diversos tipos de hipnosis
2.1. La naturaleza del trance hipntico
N LA PRESENTE obra concebimos la hipnosis como un conjunto de fenmenos basados
en la disociacin y la asociacin menEtal.
La disociacin, o accin de separar mediante la hipnosis procesos mentales que
normalmente transcurren integrados, se basa en el hecho de que duran te el estado de trance
la persona enfoca selectivamente la atencin en las sugestiones del terapeuta. Este carcter
selectivo constituye la esencia de la disociacin.
Sin la disociacin no se entienden fenmenos como la levitacin de la mano, la amnesia o
hipermnesia, o la distorsin espacio-temporal.
Para Yapko (1995), lo caracterstico de los fenmenos hipnticos de disociacin es la
separacin entre la mente consciente, que se ocupa de los pro cesos hipnticos, y la mente
inconsciente, que busca entre tanto los significados simblicos, asociaciones y respuestas
apropiadas. Esto puede interpretarse como la necesidad de captar la atencin consciente -a
fin de que disminuya su accin de control y vigilancia- mediante los procedimientos
24
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 25
hipnticos, y poder ir as liberando los procesos inconscientes.
En rigor, deberamos considerar la hipnosis como un proceso, unas veces alternante y otras
combinado, de disociacin y asociacin. Esto quiere decir que la hipnosis no consiste
nicamente en el proceso de separacin selectiva (disociacin), sino que tambin pueden
relacionarse selectivamente aspectos mentales que normalmente no tiene conexin directa
(asociacin). Tal ocurre, por ejemplo, cuando en el tratamiento hipntico de un hbito
perjudicial como el fumar, se le disocia de la sensacin de placer y se le asocia a una
impresin desagradable. Disociacin y asociacin son los dos aspectos bsicos de la
realidad hipntica. Tal es el caso de las alucinaciones positivas y negativas, o de las
instrucciones que se imparten para el control del dolor, sugiriendo que la zona dolorida
desaparece o bien se separa del cuerpo. Lo mismo sucede con la anestesia de guante,

asocindola selectivamente a la sensacin de fro en la mano derecha y transfirindola a


continuacin a la parte del cuerpo que precise de hipnoanalgesia.
Por otra parte, para adentrarse en el mundo de la hipnosis es importante comprender las
diferencias e interrelaciones que hay entre la actividad mental consciente y la inconsciente.
Ambas son responsables del funcionamiento mental global.
El primer punto, es tener en cuenta que no existe una divisin tajante entre lo consciente y
lo inconsciente. Freud acu el trmino preconsciente para de signar esta zona de transicin
comn que tiene en consecuencia una funcin integradora en el conjunto de la actividad
mental.
La mente consciente se relaciona naturalmente con la atencin. Como sabemos, existen
numerosas
teoras sobre la atencin (Diccionarios Oxford de la Mente, 1995) y no existe una
definicin unvoca. Una vez ms, nos encontramos con la paradoja de algo que todos
sabemos qu es pero que an est por definir. Ms interesante para nuestro propsito es
hacer la distincin entre atencin pasiva y atencin voluntaria.
La atencin pasiva se refiere a la capacidad de la atencin de ser atrada o absorbida de
forma espontnea, incluso a pesar del propio sujeto. Diver sas investigaciones se han
ocupado de determinar las caractersticas que debe tener el estmulo para absorber la
atencin de esta manera. Entre ellas cuentan el tamao, movimiento, color, repeticin,
contraste, novedad, etc.
En la atencin voluntaria por el contrario, el sujeto fija su consciencia deliberadamente
sobre el estmulo, aun cuando este carezca de las anteriores caractersticas atrayentes.
Otra caracterstica fundamental de la mente consciente es su actividad censora o crtica.
Esto significa varias cosas: primeramente, que al actuar conscientemente nos guiamos por
el principio de realidad. En segundo lugar, que nos guiamos por el principio de exclusin:
un objetivo o situacin tienen un significado concreto y unvoco. A no puede ser
simultneamente A y no A. Este filtro crtico tiene adems una funcin moral, indicando
qu es lo aceptable o inaceptable desde el punto de vista personal, social o religioso.
Lo inconsciente, por el contrario, es ajeno a los procesos selectivos de la conciencia. Carece
de actividad crtica y no se rige por un proceso de exclu sin: en la escala de lo inconsciente
cada objeto o situacin tienen una multiplicidad de significados, es decir, cada smbolo se
encuentra sobredeterminado por una serie de significados no excluyentes,
26
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 27
sino simultneamente vlidos. La labor analtica de la actividad mental consciente
representa lo opuesto de la receptividad sobredetermnada (que nada tiene que ver con la
desorganizacin ni la tendencia a la entropa) de la actividad mental inconsciente.
En este sentido, la mente inconsciente posee una fluidez, una amplitud y una complejidad
de dimensiones de la que carece la mente consciente, con una tendencia ms
unidimensional. Expresndolo de otra forma, podramos decir que la mente consciente se
rige por la ley del embudo (anlisis, deduccin), en tanto que la actividad mental
inconsciente tiende a desplegarse en abanico (sntesis, induccin).
Segn estas notas, pensamos que la labor psicolgica que tiene lugar a lo largo del proceso
hipntico no consiste solo en ... evitar la mente consciente y su naturaleza crtica...
(Yapko, 1995, op. cit., p. 64), sino en establecer nuevas vas de comunicacin entre lo
consciente y lo inconsciente a travs de la actividad preconsciente.

Lo mismo podemos decir de la dicotoma hemisferio izquierdo (en el que estaran las
funciones verbales, lgicas y analticas) y hemisferio derecho (de naturaleza no verbal,
silencioso, intuitivo y global).
A nuestro juicio, la clave no est en distraer la actividad mental consciente para liberar la
inconsciente, o, expresado de otra forma, distraer y ocu par el hemisferio izquierdo del
cliente mientras utiliza los recursos del derecho (Yapko, op. cit., p. 66), sino en resolver
esta alternancia, en superar la dicotoma consciente-inconsciente, hemisferio izquierdohemisferio derecho, estableciendo mediante el proceso hipntico una comunicacin ms
fluida e integradora.
La pregunta bsica es la siguiente: Cmo saber que el paciente se encuentra en trance
hipntico?
Es natural que cada clnico emplee su propia metodologa para inducir la hipnosis, y que
cada paciente tenga su estilo particular e intransferible de caer en trance.
Los diferentes autores, aun cuando aclaran que la hipnosis no es relajacin ni un
prerrequisito para que necesariamente se produzca, insisten, sin embar go, que entre los
indicadores principales del trance hipntico se encuentra la relajacin: ya se trate de una
distensin tanto generalizada como, precisamente, selectiva -es decir, disociativa-, en una
parte del cuerpo. Cobra especial relieve la relajacin facial y, dentro de ella, la relajacin
ocular seguida por la relajacin de la mandbula.
Debe quedar claro que aunque esto es as en la mayora de los casos, en una importante
minora la induccin del trance viene acompaada pgr fenme nos de catalepsia, con la
conocida flexibilidad crea, sin que estas variaciones parezcan perjudicar la calidad del
trance.
La realidad es que la entrada en el trance hipntico, ms all del grado de relajacin o
catalepsia, y con independencia de si los ojos se cierran o perma necen abiertos, posee una
nota inconfundible y difcil de fingir o imitar que no puede pasar desapercibida para el
clnico experimentado.
Al terapeuta que se est formando en hipnosis, le aconsejamos encarecidamente que
presencie numerosas inducciones de trance llevadas a cabo por ex pertos en la materia, con
diferentes procedimientos, y observe cuidadosamente las reacciones de los sujetos de
experimentacin, con la seguridad de que, ms all de la variedad de reacciones, acabar
captando intuitivamente la nota fundamental de ingreso en el trance.
28
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 29
Este conocimiento le ser de gran utilidad posteriormente en su prctica clnica.
2,2. Sugestin hipntica
Lo primero que es necesario comprender es que elinconsciente recibe las sugestiones de
forma literal.
El problema es que acepta las sugestiones literalmente... sin que en el plano consciente la
persona se decuenta de ello. Existe, por ejemplo, la expresin volverse rojo de ira,
relacionando una determinada coloracin facial con un estado emocional concreto. toque
sucede con frecuencia es que se produce una disociacin en el nivel consciente entre el
efecto, ruborfacial y la causa, un estado de agresividad repriinido, por ejemplo.
El resultado es que la persona desarrolla una eicatofobia -temor al enrojecimiento facial-,
sin tener consciencia de su trasfondo emocional.

Para Weitzenhoffer (Weitzenhoffer, 1964), el ternino sugestin designa cualquier


comunicacin verbalo no verbal simple o compleja del sugestionador al sugestionado,
dirigida a suscitar alguna experiencia y provocar una conducta en desacuerdo con elmedio
habitual del sugestionado o de la conducta qoc normalmente haba observado. Aclara este
misnoautor que en realidad no es fcil definir la naturaleza de la sugestin, pero que, en
cualquier caso, unade las condiciones esenciales para la eficacia de lasagestin es que el
sujeto no utilice su capacidad crtica.
Estructuras y estilos de sugestin hipntica bsicos
Sugestiones positivas: Puedes hacer X. Sugestiones negativas: No puedes hacer X.
Sugestiones directas: Puedes hacer X. Sugestiones indirectas:
Conoc a alguien que disfrutaba haciendo X. Sugestiones de proceso:
Puedes tener un recuerdo especial. Sugestiones de contenido:
Puedes recordar a tu profesor de tercer grado. Estilos permisivos:
Puedes permitirte a ti mismo hacer. Estilos autoritarios:
Hars X. Sugestiones poshipnticas: Ms tarde cuando ests en la situacin A, puedes
hacer X.
(Yapko: Lo esencial de la hipnosis, op. cit., p. 94.)
Kroger (1974) por su parte, diferencia entre sugestin y persuasin, ya que esta tiene un
componente lgico del que se halla desprovista la sugestin.
Asimismo, Kroger distingue entre sugestiones verbales (incluyendo las preverbales de
sonidos o palabras),. _sugestiones no-verbales (gestos y muecas) y las intraverbales (se
refieren a la modulacin de la voz).
Ms importante para nuestro propsito son las leyes de la sugestin enunciadas por el
propio Kroger. Brevemente, son las siguientes:
Cada autor establece su propia clasificacin de lassugestiones. Yapko, por ejemplo,
presenta el siguiente e interesante cuadro:
- Ley de la concentracin de la atencin: Cuando una persona concentra repetidamente la
atencin en una idea, esta tiende a realizarse esponIj ~
1 I i llil
'ill~llj ~, jlll
hl ~I~ilij' Illllljlll lll
jll II~~'~lI~l , Il~illlljll~llli!iii, , IIIIIIIIIII~iill I~~IIII I il
VIII II Illlu~
30
El ejemplo tpico es el esfuerzo en dormirse. La persona insomne, como premio a sus
esfuerzos, experimenta un desvelo an mayor. Lo mismo ocurre al intentar superar
activamente un temblor de la mano o una impotencia repentina. El empeo de superarlo
voluntariamente se muestra estril o llega a producir un trastorno an mayor.
El reverso teraputico de este fenmeno es la intencin paradjica, formulada por Viktor
Frankl, que consiste en prescribir la conducta sintomtica como solucin.
As, si un paciente acude a consulta por su miedo a desmayarse en pblico, tener una
reaccin de impotencia, o temor a atragantarse al ingerir alimentos slidos, la solucin
consiste en intentar provocar voluntariamente la reaccin involuntaria.
De esta forma el problema se convierte en la solucin. La estrategia de la intencin
paradjica se manifiesta especialmente eficaz precisamente en los problemas en los que
opera la ley del efecto invertido: la ansiedad anticipatoria, en la cual el paciente establece

unas soluciones que se constituyen en problema, generando un crculo vicioso segn el cual
el intento de solucin -las diversas estrategias que el paciente idea para intentar no
desmayarse en pbli
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
tneamente. La eficacia de los anuncios publicitarios se basa en esta ley: se tiende a captar
la atencin del consumidor, sin que sea plenamente consciente de ello, con la reiteracin de
mensajes subliminales que asocian la compra del producto con un estado de nimo
placentero.
Ley del efecto invertido: Se refiere a la paradoja de que cuanto ms insistentemente nos
esforzamos en obtener determinado resultado, ms difcil ser de alcanzar, incluso puede
obtenerse el resultado opuesto.
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 31
co- constituyen el problema y desembocan en el temor a desmayarse, y este intensifica las
estrategias de evitacin, estableciendo una circularidad obsesiva cuya solucin ms
elegante y eficaz es provocar intencionadamente el sntoma que se pretenda evitar,
rompiendo as el crculo vicioso.
Estas consideraciones nos llevan nuevamente a destacar la importancia de la atencin
pasiva, antes mencionada, para el xito de la sugestin, siendo ne cesario que el estmulo
sugestivo tenga las propiedades ya apuntadas.
La tercera ley que menciona Kroger es la ley del efecto dominante, segn la cual una
emocin intensa tiende a reemplazar a otra emocin de menor intensi dad. De esto se sigue
que asociar una emocin intensa a una sugestin la har tanto ms efectiva. En realidad,
para que una sugestin tenga xito, normalmente debe conectarse con una emocin de
intensidad superior a la que est asociada al problema que-se-pretende tratar. En el caso de
que la simple sugestin directa no pueda desplazar a la emocin asociada a la conducta
problemtica, debe recurrirse a otras estrategias ms indirectas o sofisticadas.
Una posibilidad es recurrir a un efecto fisiolgico intenso, dice Kroger, para reforzar la
eficacia del estmulo sugestivo.
Un aspecto diferente es el de la construccin de las sugestiones.
En principio, los diferentes autores recomiendan que la formulacin del mensaje sugestivo
se haga en trminos positivos, y no negativos. Si, por ejemplo, se trata de inducir un estado
de tranquilidad, el mensaje debera ser: Estoy relajado, en calma, en lugar de: No estoy
tenso, no estoy nervioso.
En consecuencia, la gran mayora de las sugestiones tiene un sentido positivo. La razn
general que
32
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 33
se esgrime en contra de las sugestiones negativas es que el NO, la negacin, no es captada
por el inconsciente, por lo que pueden ser estriles, e incluso tener el efecto contrario.
En un ejercicio muy sencillo para demostrarlo, se le puede sugerir al lector: No piense en
una fuente, no piense en un perro, no piense en un lpiz... para que inevitablemente
aparezcan en su imaginacin una fuente, un perro y un lpiz determinados. Por esto sera
errneo impartir a un paciente la sugestin de: A usted no le gusta fumar... en la
seguridad de que seguir fumando, incluso, con mayor intensidad.
... Sin embargo, esto no quiere decir que haya que desechar las sugestiones negativas en
cualquier caso. Sucede que constituyen unas estrategias ms sutiles y el clnico, cuando las
utilice, debe hacerlo con una sagacidad especial. Bien empleadas, el efecto paradjico de

las sugestiones negativas puede servir para superar resistencias a la induccin hipntica,
bloqueos emocionales o actitudes rgidamente establecidas. Tal como explica Yapko, el
principio que subyace a estas sugestiones negativas es el de vencer al otro con sus propias
armas.
En realidad, lo que sucede con las sugestiones negativas, siempre que se empleen con
habilidad, es que colocan al paciente resistente en una situacin de doble vnculo, segn la
cual tanto si responde afirmativamente, colaborando, como negativamente, resistindose, se
produce el efecto hipntico o teraputico deseado. Las sugestiones negativas, empleadas de
esta forma, pueden constituir la tcnica de eleccin en los casos en los que el paciente
presenta resistencias especficas a la induccin hipntica o algn fenmeno particular. De
esta forma se consigue usar la resistencia del paciente en beneficio del proceso hipntico.
Es, por tanto, fundamental que el clnico que emplea la hipnosis utilizando sugestiones
negati
vas tenga una actitud flexible, aceptando la resistencia y sabiendo siempre qu es lo que
hace.
Si, por ejemplo, se encuentra con un paciente que se resiste a la sugestin de ir cerrando los
ojos, se le puede sugerir: No cierre los ojos... y no cerrando los ojos... cuanto menos
parpadee... antes caer en trance hipntico, con la probabilidad de que esta formulacin
resulte mucho ms eficaz que el enfrentarse directamente con la resistencia mediante
sugestiones positivas.
Un aspecto importante de las sugestiones son sus componentes subliminales, de los cuales
el sujeto no es consciente, o al menos solo es parcial y difusamente consciente de ellos.
Determinados gestos e inflexiones de la voz del experimentador al pronunciar ciertas
palabras, smbolos encubiertos en mensajes sugestivos-,etctera, pueden influir en una
mayor eficacia de las sugestiones. Conviene, sin embargo, advertir que, tal como ponen en
evidencia las investigaciones sobre la percepcin subliminal, para que tengan un efecto real
las sugestiones subliminales deben ir acompaadas de la conveniente repeticin del
estmulo. En cualquier caso, debe quedar clara la importancia de las sugestiones
subliminales, con su carcter encubierto, como complemento de la labor sugestiva explcita.
En cuanto a las sugestiones poshipnticas, son aquellas que, como las dems, se imparten
en el contexto del trance hipntico, pero cuyo cumpli miento tiene lugar una vez el sujeto
ha salido de l y se encuentra de nuevo en estado de vigilia. Quiere decirse, pues, que los
efectos de este tipo especial de sugestin tiene lugar posteriormente al trance hipntico, una
vez ha concluido este. Como seala acertadamente Kroger, la diferencia entre una sugestin
poshipntica y un reflejo condicionado se basa en que la primera se establece mediante una
repeticin mucho menor, y con frecuencia se trata de un apren34
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 35
dizaje de una sola vez, en una nica sesin y producto de una asociacin ms duradera,
en tanto que el reflejo condicionado clsico se puede extinguir con ms facilidad.
Generalmente, se considera que la aparicin de respuestas poshipnticas es un indicador de
la hipnosis de grado medio, sobre todo cuando el sujeto no guarda recuerdo de la
instruccin dada bajo hipnosis (amnesia).
Un caso particular es el de las alucinaciones poshipnticas, que pueden ser positivas o
negativas. Un ejemplo de las primeras es sugerirle al sujeto: Cuan do usted despierte, ver
en la pared que tiene en frente un tringulo azul. Un ejemplo de alucinacin negativa

podra ser: Al despertar, usted no escuchar la llamada de mi ayudante y se pondr a


escribir con tranquilidad.
Conviene recalcar que el sujeto en ningn caso seguir sugestiones poshipnticas o de otro
tipo que vayan en contra de su criterio moral. En el caso de los espectculos pblicos
(teatro, televisin... ), la predisposicin de ciertos sujetos a realizar acciones extravagantes
tiene poco o nada que ver con la verdadera sugestin poshipntica, y s ms con
personalidades de tipo histrico necesitadas de llamar la atencin.
El valor teraputico de la sugestin poshipntica es mltiple. Por una parte, sirve para
acondicionar favorablemente al paciente a fin de que en futuras sesiones responda con un
trance hipntico ms rpido y profundo.
Por otra parte, y esto es lo principal, hace posible que el paciente actualice y ponga en
prctica en su vida diaria, en estado normal de vigilia, los progresos que ya ha realizado
durante las sesiones en estado de trance y as vaya ganando confianza.
Este es el verdadero proceso teraputico.
2.3. En qu momento comienza la hipnosis?
Esta cuestin equivale a preguntarse en qu momento el paciente pasa de un estado de mera
sugestibilidad al de trance hipntico propiamente dicho.
Muchos pacientes, antes de la primera induccin, preguntan: Cmo sabr que estoy
hipnotizado? Efectivamente, la creencia generalizada de que bajo hipnosis se ha de
experimentar sensaciones diferentes, cuando no vivencias decididamente extraas, lleva
a algunos pacientes, una vez han regresado al estado de vigilia, a afirmar que de ninguna
manera han cado en estado de trance, a pesar de que este ha podido ser de grado medio,
incluso profundo.
A tales personas debe explicrseles la realidad de su estado de trance, aclarndoles que se
trata de un estado natural en el que no necesariamente se produ cen vivencias anormales y
en el que, por cierto, caen espontneamente en su vida diaria sin ser conscientes de ello en
multitud de ocasiones: al irse a dormir o al despertarse por la maana, al ver una interesante
pelcula en la oscuridad de la sala del cine, etc.
Aunque no existe una frontera exacta entre el estado de vigilia y el trance hipntico, la
realidad es que en la mayora de los sujetos, y a partir de las su gestiones dadas por el
experimentador, se produce un momento de una calidad especial que anuncia el ingreso en
el estado de trance (consultar el apartado 3.1 del prximo captulo).
Conviene comprender que el aumento de la sugestibilidad (llegando a la
hipersugestibilidad), aunque importante, es solo uno de los elementos del trance hipntico.
Desde el punto de vista puramente objetivo, entre los signos ms frecuentes podemos
mencionar:
36
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 37
- Enlentecimiento del ritmo respiratorio y cardiaco. - Relajacin general, y especialmente
de los msculos faciales de los prpados y mandbulas. Alternativamente, puede presentarse
en algunos sujetos la fijeza de la mirada.
- En el grado medio de hipnosis se pueden presentar fenmenos de catalepsia: flexibilidad
crea en los msculos de brazos, piernas y de de dos de las manos, as como la catalepsia
ocular, en la que el sujeto mantiene la mirada fija en un punto a pesar de que se gire la
cabeza.
Subjetivamente, la persona hipnotizada experimentar lo siguiente:

Como consecuencia de la relajacin, se sentir inmerso en un estado de tranquilidad.


En relacin con lo anterior, puede experimentar modificaciones, generalmente agradables,
en la percepcin de su esquema corporal. Puede sentir, por ejemplo, el cuerpo muy pesado,
como si se estuviera hundiendo blandamente en el divn en el que se halla recostado. O, por
el contrario, que una parte de su cuerpo, generalmente las piernas, se hace ms ligera y se
eleva lentamente. Otras personas experimentan una sensacin generalizada de ligereza que
les lleva a sentir que flotan fuera de su cuerpo.
Muchos sujetos informan al salir del trance hipntico que oan con ms claridad los sonidos
circundantes, pero al mismo tiempo, como si tuviesen un origen ms remoto y, en cualquier
caso, sin el carcter perturbador que pueden tener al ser percibidos en estado de vigilia.
Como contraste, sobre este fondo sonoro destaca la voz del hipnotizador, con la que el
sujeto establece una relacin especial.
Los procesos mentales transcurren con una - lentitud mayor que en estado de vigilia. El
sujeto notar que la facultad crtica y el pensamiento analtico se hallan hasta cierto punto
disminuidos. Aunque es menos frecuente, en algunas personas puede ocurrir el fenmeno
contrario, experimentando una claridad y agilidad de pensamiento superior a la que tienen
en estado de vigilia.
Asimismo, son frecuentes los fenmenos de amnesia (el paciente, por ejemplo, no recuerda
parcial o totalmente el contenido de la sesin de hipnosis, una vez ha despertado), o de
hipermnesia (puede recordar un suceso, un sueo, etc., que tena olvidados). Aqu nos
referimos a la aparicin espontnea de estos fenmenos, diferencindolos de la amnesia e
hipermnesia inducidas por sugestin.
Si bien la actitud observadora y vigilante de la conciencia suele hallarse disminuida, a tenor
de lo que venimos exponiendo, esto de ninguna manera quiere decir que se pueda asociar el
estado hipntico con la prdida de la conciencia. Como ya hemos explicado, hipnosis e
inconsciencia no son lo mismo! Lo que s es cierto, es que la disminucin de la conciencia
crtica facilita la aparicin de determinados fenmenos, como los ya reseados de la
distorsin del esquema corporal, amnesia e hiper-mnesia, y en relacin con ellos suelen
aparecer diferentes fenmenos de distorsin temporal. As, en algunos sujetos la conciencia
del tiempo se lentifica y, al despertar del trance, pueden tener la sensacin de que han
estado hipnotizados largo tiempo cuando en realidad solo han transcurrido unos pocos
minutos. En otros, por el contrario, la vivencia es que
38
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 39
han estado bajo trance un lapso de tiempo muy corto, apenas unos pocos minutos, incluso
segundos, cuando en realidad han estado una hora o ms bajo hipnosis (contraccin
temporal). A nuestro juicio, los fenmenos de distorsin temporal y de amnesia, unidos al
desconocimiento que tienen del tema personas que observan a alguien bajo trance, dieron
lugar al mito, completamente infundado, de que la persona hipnotizada se halla
inconsciente.
2.4. La formacin de imgenes mentales
Generalmente, se considera que el paciente, mientras va escuchando las sugestiones sumido
en trance hipntico, desarrolla una pelcula mental congruente con lo que el terapeuta le va
diciendo.
Esto es cierto en bastantes casos, pero en otros muchos un cuidadoso interrogatorio pone de
manifiesto que se limitan a escuchar pasivamente las su gestiones sin que en realidad se

formen las imgenes correspondientes. El terapeuta, por ejemplo, puede sugerirle a un


paciente que se halla en un trance de grado medio:
Imagine que se encuentra tendido sobre la fina y clida arena de una playa solitaria,
mientras escucha el rumor del mar y contempla el cielo azul.
Es evidente que muchos sujetos, y tambin lectores, irn imaginando con espontaneidad lo
que esta frase sugiere: en mayor o menor grado, sentirn la textura y el calor de la arena,
escucharn el ruido del mar en su continuo vaivn, vern cmo se extiende en su pantalla
mental el claro azul del cielo.
Pero es igualmente cierto que otros muchos sujetos, y lectores, se limitarn a escuchar o
leer pasivamente estas sugestiones, si acaso, siguindolas con
su voz interior, sin acompaarla con ninguna sensacin o imagen particular.
Hasta qu punto son de utilidad las imgenes mentales en el contexto de la hipnosis
clnica? Debemos aclarar, en primer lugar, que son de una utilidad innegable. Las imgenes
mentales, adecuadamente empleadas, pueden provocar fenmenos como la anestesia de
guante -en el que se disminuye en gran medida la sensibilidad de la piel de la mano,
pudindose transferir luego a cualquier otra parte del cuerpo-, profundizacin del trance
hipntico o curacin de problemas funcionales de la piel o trastornos sexuales. Asimismo,
en el tratamiento de las fobias mediante la tcnica de Wolpe (ver el apartado
correspondiente), una correcta construccin de imgenes es de importancia primordial.
Para Fezler, las imgenes mentales producen efectos fisiolgicos reales. As, afirma, si el
lector imagina fro en una zona de su cuerpo, la sangre abandona esa parte. Por el contrario,
si imagina calor, la sangre fluye a la zona en cuestin.
Para ayudar al paciente a utilizar imgenes mentales eficaces, este autor propone:
Emplear en las sugestiones los colores complementarios, principalmente rojo/verde,
azul/naranja, y amarillo/prpura. Al ponerlos juntos en una misma frmula sugestiva, se
hacen ms vibrantes y la imagen visual, ms intensa. As puede sugerirse una bandera roja
ondeando en un verde prado, o un agradable sol anaranjado, al atardecer, sobre el azul del
cielo.
Otro principio es el de contraste con el fin de hacer la imagen ms vvida. El ejemplo tpico
es el de una habitacin oscura, nicamente iluminada por el alegre fuego que brilla en la
chimenea.
40
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 41
Otro principio dice que cuantos ms sentidos intervengan en la construccin de una imagen,
adems de la vista, ms eficaz resultar. El sentido del odo es relativamente fcil de
incorporar a la imagen, por ejemplo, el rumor del mar en la imagen de la playa. Le siguen
el tacto (por ejemplo, la evocacin de una superficie aterciopelada, rugosa, etc.) y el olfato
(el olor de una rosa) como los sentidos ms dbiles y difciles de incorporar a la
construccin sugestiva de imgenes. El lector puede comprobarlo por s mismo evocando
los estmulos correspondientes.
Una ayuda interesante, seala Fezler, es utilizar estmulos reales que sirvan de soporte a ia
construccin de imgenes: una naranja, para evocar el color, sabor y perfume de esta fruta,
o un trozo de tela adecuado para evocar una textura aterciopelada, por poner dos ejemplos.
No obstante, pensamos que los estmulos reales deben ser utilizados como simples puntos
de partida y nicamente en los casos en los que el sujeto se muestra particularmente torpe
para formar las correspondientes imgenes. En general, creemos que para que las imgenes
mentales tengan una eficacia real deben poseer un notable grado de autonoma respecto de

los estmulos objetivos. Dicho de otra forma, deben proceder del interior del propio sujeto,
ms que de una experiencia sensorial inmediata.
Un punto en el que insiste Fezler es que debemos intentar que las imgenes sean lo ms
reales posible. Nosotros pensamos, sin embargo, que en muchos pacientes el esfuerzo por
crear imgenes vvidas y completas puede, paradji
camente, bloquear el proceso hipntico, ya que esta actividad mental en muchos casos
puede despertar el detallismo y la conciencia crtica, justo lo contrario de lo que se
pretende. Lo importante, ms que crear una imagen detallada, es que el paciente se vea
envuelto en un clima sugestivo adecuado. Dicho con otras palabras, el terapeuta debe crear
con sus sugestiones un ambiente afectivo en el que el paciente se sienta cmodo y no le
invite a ejercer su funcin crtica. En este sentido, el terapeuta obrar juiciosamente no
exigiendo a sus pacientes imgenes tcnicamente perfectas. Hay personas de tendencia
marcadamente visual que las pueden crear sin problemas, pero con la mayora de los
sujetos no sucede as, y en estos casos unas imgenes ms genricas y, por as decirlo,
difusas, pueden resultar igualmente eficaces. Lo decisivo es que las imgenes a emplear en
las sugestiones tengan una nota de espontaneidad y capten con naturalidad la atencin del
paciente.
La experiencia indica, sin embargo, que bastantes pacientes no siguen las sugestiones que
les imparte el terapeuta con la correspondiente formacin de image nes. Simplemente, se
limitan a escuchar pasivamente la voz del hipnotizador, y aunque entienden perfectamente
lo que se les va diciendo, informan que en realidad no evocan los contenidos visuales,
auditivos o kinestsicos implcitos en las sugestiones.
Qu hacer en estos casos? Suele tratarse de pacientes con un fuerte bloqueo mental, aun
cuando el problema que traigan a la consulta no sea de particu lar gravedad. La estrategia
teraputica inicial es entrenarlos en la formacin de imgenes tal como hemos venido
explicando.
42
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 43
2.5. Las respuestas ideomotoras y su utilidad para la hipnosis
2.6. La tcnica de Wolpe y su utilidad para la hipnosis
Se refieren las respuestas ideomotoras a la manifestacin motriz -que puede ser de la
totalidad del cuerpo o de una parte en concreto, como la cabeza, una mano o los dedos, etc.de un contenido mental, generalmente inconsciente. Se trata, pues, de un movimiento
corporal que se relaciona con un estado mental de forma automtica e inconsciente.
Un claro ejemplo lo tenemos cuando pensamos en las respuestas s y no; inconsciente
y automticamente movemos la cabeza en uno u otro sentido (ver apartado 2.8).
Durante el trance hipntico, las respuestas ideomotoras se producen inevitablemente como
consecuencia de las sugestiones.
El hipnotizador hbil sabe captar estas seales y utilizarlas sobre la marcha, segn van
apareciendo, para generar sugestiones ms eficaces y adaptadas a la forma concreta de
reaccionar de su paciente. Si, por ejemplo, observa que al ir cerrando los ojos el paciente,
diestro, tiende a mover ligeramente la mano izquierda con pequeas sacudidas, el clnico
puede elegir esta mano, en lugar de la derecha, considerndola ms apropiada para las
sugestiones de levitacin o de anestesia de guante.
Es muy importante captar y aprovechar las seales involuntarias que emite el paciente para
el buen desarrollo de la sesin de hipnosis.

El uso ms frecuente de respuestas ideomotoras se refiere a las respuestas de los dedos.


Esta tcnica, expuesta por autores como Le Cron, y E. Rossi y D. Cheek, puede ser de gran
utilidad en terapia hipntica, tanto para la induccin del trance como para establecer una
respuesta condicionada poshipntica y, principalmente, como medio de interrogar al
inconsciente.
Aunque no se trata de una tcnica hipntica, la exponemos con cierto detalle en este
captulo, ya que consideramos que su utilizacin conjunta con la hip nosis es especialmente
eficaz para: a) el establecimiento y profundizacin del trance hipntico; b) el proceso
teraputico en s mismo, sobre todo en el tratamiento de estados de ansiedad.
Basndose en los trabajos de autores como Watson y Sherrington, as como en sus propias
investigaciones, Wolpe ide su mtodo de la desensibilizacin sistemtica que supuso una
revolucin en el tratamiento de los trastornos de ansiedad.
De acuerdo con la teora de Wolpe, la desensibilizacin sistemtica se basa en la inhibicin
recproca de dos respuestas antagnicas. En el caso concreto del tra tamiento de un
trastorno de ansiedad como es una fobia, se observa que las respuestas de relajacin y de
ansiedad se inhiben recprocamente. De esta forma, si un estmulo ansigeno, por ejemplo,
la fotografa de un perro se le presenta a un paciente que padece intensa fobia a estos
animales, puede provocarle una repuesta de ansiedad de cierto grado de intensidad. Pero si
al paciente le presentamos este mismo estmulo hallndose relajado, ya no se presentar la
respuesta de ansiedad; incluso con el adecuado entrenamiento la fotografa del perro llegar
a provocar una respuesta de relajacin.
En la tcnica de Wolpe, la ansiedad, producida por la activacin del sistema nervioso
simptico (elevacin de la presin sangunea, de la frecuencia car diaca y de la circulacin
de la sangre en los grandes grupos musculares voluntarios, junto con disminucin de
circulacin sangunea en el estmago, dilatacin pupilar y sequedad de boca), puede
inhibirse mediante la respuesta opuesta que, para ser eficaz,
44
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 45
tiene que estar asociada a un aumento de la actividad del sistema nervioso parasimptico, al
tiempo que disminuyen la actividad del simptico. Conviene advertir que la concepcin
de Wolpe de la respuesta de ansiedad, as como la verdadera naturaleza de la
desensibilizacin sistemtica, han sido objeto de controversia por otros autores. Sin
embargo, desde las investigaciones de Paul (1966, 1968 y 1969) y otros autores, la eficacia
clnica de la desensibilizacin sistemtica ha quedado firmemente establecida, con
resultados superiores en muchos aspectos a las psicoterapias tradicionales.
La tcnica de Wolpe, adems de su eficacia, destaca por su sencillez. Brevemente, consiste
en lo siguiente:
1) Construccin de la Escala de Unidades Subjetivas de Ansiedad (SUDS)
Fue ideada por Wolpe para establecer una graduacin subjetiva (desde el punto de vista del
paciente) para establecer la intensidad de la respuesta de ansiedad.
Esta escala pretende establecer la intensidad subjetiva de la respuesta de ansiedad del
paciente ante diferentes estmulos. Se le pregunta por la an siedad ms intensa que pueda
experimentar y se le asigna el punto mximo de la escala 100. A continuacin se le pide al
paciente que describa la experiencia ms tranquila y libre de tensin que haya
experimentado, dndosele el nivel cero de la escala SUDS. Estas experiencias constituyen
los polos de la Escala. Conviene completarla con una experiencia que se halle en el punto
intermedio, dndosele el nivel 50 (grado medio de ansiedad), as como tambin los niveles

25 (ansiedad ligera, pero que ya empieza a constituir un problema) y 75 (ansiedad intensa y


determinante, si bien no alcanza el grado mximo de intensidad).
2) Establecimiento de las Jerarquas
Es frecuente que cada item de la escala SUDS se refiera a un contenido determinado que
provoca una respuesta de ansiedad. As, el nivel 25 puede relacio narse con el miedo a
entablar discusiones, el 50 con al ansiedad a los espacios cerrados y el 75 con el miedo a las
alturas, por poner un ejemplo. Es importante recordar que, segn Wolpe, cuanto ms amplio
es el nmero de situaciones productoras de ansiedad, menos efectiva resulta la tcnica de la
desensibilizacin sistemtica.
Se hace, pues, necesario elaborar jerarquas de ansiedad por cada tem de la Escala SUDS, a
fin de concretar y estructurar al mximo el proceso teraputico.
As, por ejemplo, para el punto 50, miedo a los espacios cerrados, puede elaborarse una
jerarqua externa de 10 puntos de intensidad creciente que va ya desde estar a cierta
distancia del ascensor, aproximndose gradualmente, o instalado en su interior, ascensor
parado, entre dos pisos, etc.
A esta jerarqua externa se le aade otra jerarqua interna relacionada con los estmulos
internos ansigenos, que puede ir de las reacciones neurovegetativas ms leves (presin en
el estmago, sequedad de boca) a las ms graves (sudor, mareos, miedo a desmayarse...).
3) Entrenamiento en relajacin o autohipnosis
Wolpe enseaba a sus pacientes el mtodo de relajacin progresiva de Jacobson, pero
reconci que se poda emplear con el mismo xito cualquier otro siste ma de relajacin,
meditacin o de imaginacin guiada. En nuestro caso, recomendamos encarecidamente el
uso de la hipnosis, ya que la experiencia ensea que puede abreviar significativamente el
proceso teraputico, logrando en una sola sesin un grado de relaja46
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 47
cin que, de otra manera, puede tardarse en alcanzar un cierto nmero de sesiones. Ms
an, el entrenamiento en hipnosis tiene la ventaja de que mediante sugestiones
poshipnticas el paciente puede instalarse en el estado de trance sobre la marcha, en las
circunstancias de su vida cotidiana que lo requieran.
4) Combinacin de los dos puntos anteriores
El objetivo es lograr la adecuada respuesta hipntica de relajacin combinada con la
exposicin imaginativa a cada uno de los puntos de la Escala de An siedad, empezando por
los de menor intensidad, para ir alcanzando los ms altos en un estado de relajacin. De
esta forma se consigue, como su nombre indica, ir desensibilizando sistemticamente al
paciente ante situaciones de ansiedad.
Hay que tener en cuenta que, segn la sensibilidad e idiosincrasia del paciente, la
desensibilizacin sistemtica puede establecerse mejor en algunos ca
sos mediante procedimientos distintos de la simple relajacin entre los que destacan la
exposicin directa, en vivo, regulando cuidadosamente la intensidad de la situacin
productora de ansiedad. Aqu ,tambin podemos mencionar la utilidad de la hipnosis, como
medio de abreviar el proceso teraputico, al permitirnos acondicionar eficazmente al
paciente mediante sugestiones poshipnticas.
2.7. La importancia del ritmo respiratorio para la induccin del trance hipntico
Mencionamos este aspecto, haciendo hincapi en
l, por su importancia prctica, y debido a que no

suele ser suficientemente destacado en muchos de los trabajos dedicados a la hipnosis. Es


frecuente que el experimentador sugiera, por ejemplo: ... ahora, usted va respirando ms
profundamente, y a cada espiracin va cayendo en un sueo ms profundo....
Sin embargo, aqu nos referimos a otra cosa: sencillamente, a la posibilidad de adaptar las
sugestiones a las diferentes fases del ciclo respiratorio del paciente, pero sin hacer mencin
a la actividad respiratoria. Por curioso que pueda parecer, el sujeto no suele ser consciente
de que el ritmo de las sugestiones se adapta como un guante a su ritmo de inspiracin y
espiracin.
En nuestra experiencia hemos utilizado el ritmo respiratorio para inducir, siempre con
xito, un trance hipntico medio o profundo, en casos que mostra ban fuertes resistencias
con otros procedimientos. En consecuencia, aconsejamos se utilice este mtodo en
combinacin con la mayora de los otros procedimientos hipnticos que se exponen en el
presente libro. Como el lector observar, daremos las instrucciones pertinentes en cada
apartado.
Las ventajas de utilizar la respiracin del sujeto como medio de inducir el trance hipntico
son numerosas:
Es el ritmo fisiolgico ms fcilmente observable. La respiracin, al menos en condiciones
normales, tiene un ritmo que le hace fcilmente adaptable al de las palabras, movimientos y
gestos del operador, lo cual no ocurre con el ritmo cardiaco. Siendo un ritmo fisiolgico
que generalmente se halla regulado de forma automtica por el sistema neurovegetativo,
tambin puede serlo voluntariamente por el sistema nervioso central. As pues, ocupa un
punto clave en el aspecto fisiolgico.
En relacin con lo anterior, la respiracin, siendo generalmente inconsciente, tambin se
48
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 49
puede tornar consciente. Por ello, tiene una importancia capital para la toma de conciencia
de los procesos psicolgicos inconscientes y su modificacin.
Cuando en la induccin hipntica las sugestiones se adaptan al ritmo respiratorio
espontneo del paciente, y sin que este sea consciente de ello, las resistencias a la hipnosis
disminuyen en gran parte, hasta el punto de resultar el mtodo de induccin ms seguro
cuando han fracasado los dems.
Una vez producido el trance hipntico, las sugestiones adaptadas al ritmo respiratorio
inconsciente del sujeto son uno de los medios ms seguros de profundizacin del estado de
trance. Asimismo, la adecuada utilizacin del ritmo respiratorio del paciente es el medio
ms natural para impartir las sugestiones que permiten despertar del estado de trance.
Tambin en el entrenamiento de la autohipnosis la sincronizacin de las autosugestiones
con el propio ritmo respiratorio espontneo es uno de los medios ms directos para influir a
nivel inconsciente.
La sincronizacin de las sugestiones con el ritmo respiratorio se realiza de acuerdo con uno
o ms de los siguientes criterios:
torio. As, por ejemplo, en la prueba de levitacin de la mano: ... la mano est cada vez
ms ligera... ligera..., haciendo coincidir la palabra ligera con la inspiracin del sujeto,
por su carcter ascendente. O en la relajacin sugerir la sensacin de peso en los brazos- y
piernas con la espiracin.
Fontico. Se trata de un punto de vista ms sofisticado, pero la experiencia confirma su
eficacia. Puede emplearse de diversas formas pero en lneas generales, consiste en

pronunciar preferentemente palabras que contienen determinados fonemas con la


inspiracin, y otras con diferentes fonemas con la espiracin. Sintaxis: Sincronizando
determinadas partes de la oracin (generalmente el sujeto, los pronombres personales y
algunas preposiciones y conjunciones) con la inspiracin, y otras partes (como el verbo y el
predicado) con la espiracin, que al ser ms prolongada da tiempo a formular sugestiones
ms largas.
En el caso de los verbos hay diferentes posibilidades, por ejemplo, los verbos activos con la
inspiracin (parte activa del ciclo respiratorio) y los verbos en for ma pasiva con la
espiracin (fase pasiva del ciclo respiratorio). Hay otras muchas posibilidades.
- Inflexiones de voz, por ejemplo, empleando un tono algo ms agudo en la inspiracin y
ligeramente ms grave en la espiracin.
- Ritmo de pronunciacin, ms rpido en la inspiracin (al ser normalmente, mas corta) y
ms pausado en la espiracin (al ser ms prolongada).
- Contenido, adaptando determinadas palabras clave a las diferentes fases del ritmo respira
El clinico experimentado puede poner en juego varios de estos criterios en una induccin
hipntica, ya sea alternndolos o combinndolos, segn las fases del pro ceso hipntico. Lo
importante es que tenga una conciencia clara de lo que hace y por qu lo hace. En el caso
concreto de sincronizar el ritmo de las sugestiones con el ritmo respiratorio, es importante
comprender que la inspiracin se relaciona preferentemente, aunque no de forma exclusiva,
con los procesos inconscientes (en ese
' ~IIIIJI~II ,l'i Il
l',
Il
I,
I
l lll
IIl I Il
50
momento, el paciente tiene defensas ms dbiles, por lo que es el adecuado para
sugestiones subliminales, ms cortas e incisivas), en tanto que la espiracin se relaciona
con procesos relativamente ms conscientes (no se olvide que, de todas formas, nos
referimos a los casos en que el sujeto no es consciente de que las sugestiones se hacen
coincidir con su ritmo respiratorio), con un tempo ms largo que le permite ir digiriendo los
mensajes que se les imparten, integrndolos tanto a nivel consciente como inconsciente. En
cualquier caso, la actitud vigilante, crtica, del sujeto se halla algo ms despierta en la fase
de espiracin que en la de inspiracin.
Otro aspecto importante en la respiracin consiste en no imponerle al sujeto ningn ritmo
especial, sino llevarlo poco a poco a una respiracin relajada. En este sentido nuestro
proceder ms habitual es el siguiente:
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 51
cierran lentamente... porque cuanto ms le vayan pesando los prpados ... tanto ms puede
sumergirse en un trance profundo.... (Como el lector habr comprendido, las partes de la
sugestin que no van en negrita corresponden a la espiracin y se pronuncian ms
lentamente.)
Nuestra experiencia indica que este procedimiento es particularmente efectivo con los casos
ms resistentes a la induccin hipntica. Y en cualquiera de los pacien tes, una vez
convenientemente sumidos en sueo hipntico y adaptando al efecto el contenido de las
sugestiones, constituye un excelente medio de profundizacin.

Aconsejamos se emplee este procedimiento hipntico en combinacin con el libre proceso


respiratorio por ser el ms natural.
La respiracin profunda abdominal, que es la ms frecuentemente empleada en las
inducciones hipnticas, puede ser til momentneamente, pero no reco mendamos que se la
utilice durante un periodo de tiempo prolongado, por ejemplo, durante los diez o quince
minutos que puede durar la induccin del trance, ya que puede ocasionar desagradables
fenmenos de hiperventilacin, resultando incluso peligrosos en pacientes con
determinados problemas de salud. Por otra parte, la respiracin abdominal, que en s misma
es excelente, puede tener un carcter forzado si no se practica adecuadamente, y de hecho,
muchos sujetos al dilatar el abdomen con la inspiracin contraen inconscientemente la zona
intercostal, dando lugar a nuevas tensiones.
Es, en consecuencia, mucho mejor respetar el proceso de respiracin que le sea normal al
paciente llevndole con suavidad, mediante sugestiones convenientemente adaptadas a la
respiracin intercostal.
Este tipo de respiracin favorece especialmente la relajacin hipntica, e, indirectamente,
una respiracin abdominal espontnea.
l.- En una primera fase del entrenamiento hipntico, observar el ritmo respiratorio
particular del paciente.
2.-Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como se ha descrito anteriormente.
3.- Llevar la conciencia del paciente a la zona intercostal, tanto a la derecha como a la
izquierda. En concreto, debe hacerse sensible a los movi mientos y sensaciones que puede
experimentar a nivel de las costillas flotantes, observando cmo suben y se contraen
durante la inspiracin, y cmo se sueltan y relajan durante la espiracin. 4.- Cuando la
conexin conciencia-respiracin intercostal est bien establecida, es importante hacer
coincidir el ritmo de la respiracin con el ritmo de las sugestiones de forma tal que durante
la inspiracin y la breve pausa que le acompaa se procesen sugestiones breves, por
ejemplo, de contenido transitional (obsrvese la negrita): Va usted a dormirse mientras sus
ojos se
I III l' l
IIl
l NIIli~IIllll Ilill
l
l l'lll l
IJllip I IIII I IIIIIIIIIIIIIII I~Illli i i II iillll~lllllll
52
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 53
2.8. S y no
Aparte de las aportaciones de Erickson, es este un fenmeno escasamente investigado en
relacin con la hipnosis. Tenemos la certidumbre de que esta laguna se ir llenando en el
futuro.
En su clsica obra No y S, Ren A. Spitz explica que estos movimientos bsicos
constituyen la raz de la comunicacin humana. Se trata del aspecto prever bal de la
comunicacin que posteriormente se funde con la comunicacin verbal.
El lector puede hacer una sencilla prueba:
- Piense o diga S y observar cmo su cabeza tiende a moverse instintivamente de arriba
abajo (movimiento de afirmacin).
- Piense o diga No, y notar cmo la cabeza tiende a moverse de uno a otro lado
(movimiento de negacin).

- Ahora piense o diga S y al mismo tiempo mueva la cabeza en sentido negativo; o bien,
piense o diga No, moviendo la cabeza en sentido afirmativo.
En ambos casos, notar claramente la confusin inicial y la resistencia a efectuar estos
movimientos al sentirlos antinaturales.
As pues, podemos concluir que en la afirmacin y negacin se funden los aspectos
verbales y no-verbales de la comunicacin.
Volviendo a las investigaciones de Spitz, para este autor, los movimientos de afirmacin y
negacin, ms all de sus significados concretos, tienen un ori gen claramente biolgico.
Observ la presencia de los movimientos cefalgiros negativos en nios privados
emocionalmente de menos de 12 meses. El nio normal aprende a comprender el
significado de la con
ducta cefalgira negativa realizada por un adulto a partir de los 15 meses,
aproximadamente.
Para Spitz, la raz de la conducta cefalgira na_gativa se halla en la reaccin del recin
nacido, quien al ponrsele el pecho realiza estos mismos movimientos (sin el posterior
significado social de negacin) en su intento de atrapar el pezn con la boca. Una conducta
similar puede observarse en las cras de mamferos. As, por ejemplo, en gatitos recin
nacidos se observa cmo mueven rtmicamente la cabeza en horizontal, describiendo un
arco de 180 grados en lo que se ha llamado automatismo de bsqueda. Ahora bien, cuando
el cachorro o el beb humano encuentra finalmeinte con su boca el pezn, cesa el
automatismo de bsqueda y comienzan los movimientos de succin.
La succin va acompaada por movimientos rtmicos de cabeza hacia delante y hacia atrs
que, segn la tesis de Spitz, seran los precursores de los movimientos de afirmacin.
Estas dos pautas, automatismo de bsqueda y reflejo de succin, se excluyen mutuamente.
Lo que posteriormente ser no a nivel verbal, tiene una in tencionalidad de bsqueda ms
que de rechazo (no en vano afirmaba Freud que en el inconsciente no existe el No), y de
receptividad activa lo que posteriormente, en un nivel verbal, se entender como s,
dentro del segundo ao de vida del nio.
Qu tiene que ver esto con la hipnosis?
William H. O'Hanlon expone, en su excelente libro Races profundas, el proceder de
Erickson para el establecimiento de las pautas hipnticas de tenden cia al s y al no, as
como su utilidad para la induccin hipntica.
En el caso de la llamada tendencia al s, explica O'Hanlon que es una tcnica
corrientemente empleada para establecer un clima de acuerdo, de aceptacin y, sobre todo,
de expectativa de trance. Si lo relacionarnos
54
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 555
con lo anteriormente expuesto al referirnos a las tesis de Spitz, podramos colegir que la
tendencia al s coloca al paciente -desde el punto de vista psicosomtico y sin que sea
consciente de ello-, en un estado de receptividad activa que le deja en la situacin ms
favorable para asumir las siguientes sugestiones. La clave est en hacerle al paciente una
serie de preguntas previas a las que necesaria -e involuntariamenteresponder s. Por
ejemplo: Usted s viene en demanda de ayuda y se encuentra aqu en la consulta,
verdad?. Lleva sentado unos x minutos, no? Oye el rtmico sonido del
metrnomo? Finalmente, se le hace una pregunta ms arriesgada, pero a la que es probable
que el paciente responda de modo afirmativo: Y usted espera entrar en trance ...
verdad?.

La tendencia al no es de una dificultad tcnica solo aparentemente mayor, y puede ser de


especial utilidad para guiar al estado de trance a sujetos resistentes a la induccin normal.
Entre otras cosas se basa, en que el campo de influencia mental del no es ms estrecho y
superficial de lo que comnmente se supone (recordemos que para Freud el no es
exclusivamente una conquista de la conciencia y no existe en el inconsciente). Un sencillo
experimento puede convencernos del carcter limitado y esencialmente paradjico del
no:
Un tercer aspecto, ms sofisticado, es el establecimiento de la llamada por O'Hanlon
(O'Hanlon, op. cit.) tendencia invertida. Consiste en inducir al pa ciente a responder
afirmativamente cuando en realidad tiende a hacerlo negativamente, o viceversa, a
responder negativamente cuando la tendencia espontnea sera la afirmativa.
La importancia de esta tcnica y su utilidad para el proceso teraputico se deben tener
siempre en cuenta. Veamos dos ejemplos, ambos procedentes de Erickson, en los que se
ilustra con elegancia este proceder:
El primero est extrado de El hombre de febrero (Erickson y Rossi):
Erickson: Ahora bien, recuerda aquel s escrito cuando estaba despierta? Sabe a qu se
refera?
Sujeto: No.
Erickson: Le gustara adivinarlo? Sujeto: No.
Erickson: Dijo que no? Sujeto: S.
Erickson: Muy bien. He de decirle lo que te na yo en mente? Sujeto: S
No pienses en la agradable sensacin que te produce pasear por el campo. No imagines el
sendero bordeado de rboles y arbustos, ni tam poco el cielo azul durante el da, la luz
dorada del atardecer, ni el campo iluminado por la luna de noche. No recuerdes el rumor de
la brisa suave, ni sientas cmo te acaricia la frente...
La cuestin es que la mente se centra espontneamente en el contenido literal, sin detenerse
en analizar si se trata de una afirmacin o de una negacin.
El segundo ejemplo de Erickson lo menciona O'Hanlon en su obra ya citada.
Erickson: Y ahora quiero que usted niegue con la cabeza. [Erickson hace el gesto, como
modelo]. Su nombre no es Ruth, no es cierto? [Erickson niega con la cabeza; Ruth
tambin]. Y usted no es una mujer, no es as? [Ruth niega con la cabeza]. Y no est
sentada, no es cierto? [Ruth niega con la cabeza]. Y no est en trance, no es as? [Ruth
niega con la cabeza].
56
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
En el primer ejemplo, Erickson presenta la transformacin de la pauta del no al s, y en el
segundo ejemplo, del s al no. Esto es lo que se conoce la ten dencia invertida: la
transformacin de una pauta, afirmativa o negativa, en su contraria. La pregunta es: Para
qu?
O'Hanlon explica en tres puntos el alcance de la pauta de la tendencia invertida:
CAPTULO 3
Mtodos de induccin hipntica
En primer lugar, contribuye al establecimiento de la confusin. La inversin de la respuesta
habitual de toda la vida genera un desconcierto que aumenta conforme las preguntas se
formulan con una creciente rapidez. Segn Erickson, esta confusin tiene el valor de
distraer la vigilancia consciente del sujeto y sus limitaciones autoimpuestas, dando as
oportunidad a que afloren nuevas experiencias.

En segundo lugar, le sirve al paciente para romper con un patrn de conducta antiguo y
establecer otro nuevo y ms constructivo. Adems, esto tiene un beneficioso efecto de
contagio: si una determinada pauta arraigada en la conducta puede cambiar, tambin lo
pueden hacer otras.
En tercer lugar, el establecimiento de la confusin mediante la tendencia invertida provoca
una disociacin entre el pensamiento y la accin del paciente, de forma tal que el
pensamiento ya no determina la conducta del paciente ni en esta rea a la que se refiere la
induccin hipntica, ni en el rea del problema por el que consulta el paciente.
AMOS A PASAR REVISTA a una serie de mtodos de induccin hipntica, dndoles, en lo
posible, un enfoque nuevo. No pretendemos ser exhaustivos, sino exponer aquellos pro
cedimientos que nuestra experiencia indica que destacan por su sencillez y eficacia. El
lector puede consultar en la abundante bibliografa sobre hipnosis existente respecto de
otros procedimientos tradicionales y sobradamente conocidos, como las denominadas
pruebas de sugestibilidad. Tal sucede con la prueba del pndulo, las manos entrelazadas, la
catalepsia ocular, etc.
Estas pruebas de sugestibilidad se emplean para averiguar si el paciente que acude a la
consulta ser o no un buen sujeto hipntico. En nuestra opinin, estas pruebas tienen su
inters -sobre todo para la formacin del clnico novel en hipnosis-, pero su utilidad es muy
relativa y tienen el doble inconveniente de ser un tanto mecnicas y consumir mucho
tiempo.
La realidad es que cuando se tiene suficiente experiencia en hipnosis es posible, con un alto
grado de probabilidad, deducir de la conducta del paciente que acude por primera vez a
nuestra consulta -sobre todo fijndonos en sus indicadores no verbales-, si ser o no un
buen sujeto, sin necesidad de aplicarle las
DPDJ UDsad al (* * *) OPUDsad UDO al sopudapd sol anb `soluazuom soun ap o.quap
`niuana o.inp dS .( -..) oapudx-ed la ma `.in[raq ID UOIaVCzila.i ns ap
atgns lu u!sua~ ns ap ajualasuoa n,~nq as anb odarnt) ( ) uananui as outa dIjuas IC
sopraddDd sol n upauaiD ns xupulsu x4 apand l~aogV
( .) oslnd ia `n.inlviadmal ns `ouvm Dl ap ula o uisua~ ap opicam la `olsnui la uoa
olanj -uoa la `opap up-ca ap uglaisod ul illuas apand `nl -M.1sm ap pzippsaaau uiS -ouuui
ns ap uapaao.id anb Rauoiansuas sul sDpol ap aluaiasuoa asaaauq S t-paalnbzt ounm ns ua
ugliualy ns dauod apand anb ages 1(opfns lap axqutou) pa~sn
*saroidadns soffldipd Sol op zapusad op uiousuas Pl iianpoid insuna `aquouinlpauas
`ouis `noodq -el op saaopnziloudiq sol unquUl.iUu ouioa oail
-do oinaau la IU~ijuj op la sa ou ugan.id nlsa op ojafgo la anb `unuioo OPIJuas uoo `Jan
OMI `pransIn UO1jD~1j nl op oaispla olualUlipaooad je asopugl iijaa uainb `uiiaq -uaag al
loddIH `uu-iapoui sisoudiq Pl op sa.ipud sol op oun op uanisod Pl ap iiiand u (L861)
jnoigS 'N 'a .iod o4iaosop ajuauzufiloid sa olualuiipaao.id alsg
-aquauiupidpa , opuj uanq op apuodsa i sojafns sol op ntao~fnul uuif u7 -,o!anarja
zall!auas ns .iod vavisap opuiaudu aisa ua souiuquaso id anb Pl `nai4 -gudiq uiaanpui op
suoiuol solua.iajip sul aajug
:somioap al (opanz sa Ls) ugoaiap oueiu ns o'(oil -saip sa Ls) np.iambzi ouuui ns `olduiafa
iod `odiano ns op ali-ed iainbluna aiiuas uaud pnpiaudua ns aaq -os ojafns lu ug!aualu Pl
SouiuUlull aluamn.raLulid :an.'is ouioo souiopaaoid naiutlo nal4apad ualsanu ug -ao,fuui
oganui zopidua uun uoo ulaaaip spui uaauuw nun op oaad `aquouzluni aanpoad as aisa
`aouual ua auaqua lie aquauluaupluodsa uzquai anb ol saaol.Iadns sopudapd sol uoa aaauq
u ojafns lu uuasua as Is anb op opijuas la ua `algzs.raaa.i sa ouaucqua/ la anb u iapisuoa as

`unuilg op olualuiuuozua la opuain!S -sisoudiq -el u osnd oagn anb uuna -el sa `InoigS
iod opui -ia `uuwlg nquuialUt, `soro sol anaaaa ap p.iaunUl anilna -ad p2gH uumaia as
`ajuaUIluuI `oallstaalonano aolq -Mal anal un uoo aluauiluaaua~ `auajaln u uuzualwoa
sopnd.ipd sol opuuna an.flnl auaiZ -alq!punjuoaui Djou uun aosod anb ,~ osloaid
oluauioLu un ua uzuoiuioo sis -oudiil -el anb 9,Snlauoa `suajjqudiq sauoioanpui op sol
-IUI.zunaasgo op sondsoQ -uiauulaoduii ns olpua iduioa `soun.ij o.ilsauul lap sofngn.il sol
opua~Sal `uPUilg an -uQ `ounaiaauiualaou aopuzi4oudiil un aluaUiaoiaalsod olos X
`LIuana ua upiuai anj ou uziaquaag op uoiuido -el `Ino iLIS uaildxa `snlouulsunaaia
susaanip .iod
sopusad sopudayd soi ap eoiuay iE
-alqupuauz
-ooaa nui sa osad- cl oalsu.'nrpoaisd un anb ol iod `soaiiaisd so ipuno o aliuijl sosua
sol oluoa saluaia -ud solaaio ua vpn(dsuoaosap ajuauclviudoj plsa sis -oudiil Pl anb `a4aud
ualo aod `oanla znpanb agaQ
-solafns sol ap nt.zouui una ul uoo aluauiliapj uzlluai as ualigudiq uiaanpui Pl anb
p.iugo.iduioo oaiutla la `souiufasuoau omoa opuuagp
-pnli4uoad uoa X soapo i uis upuuuiap ns ua opipualn u4uais as ajuoiaud la anb
uiauul.ioduii iouui Pl op sa `suaqulud sL-mo uoa ogoiG -.Iionpoad u un as `sgnd -sap o
salut, `nuiio uajo n uun op `anb op pupian.~as nlinbunal el uoo `lnanluu a1uauiujalduioa
osaao.id un ouioa aauual lop uiaanpui -el opuuquasaad aquoui -usoiainf pauago sisoudiil
ul nzililn anb oaiutla lg "nllnsuoo op onilOUI la uoo OIuapina uiaulaa uis snganad op alias
L-un -e uulaulos al anb ou `nmalgo.id ns daalosad sa adalnb anb ol `uidnaal Pl u apnan
ajualaud un opuuno `anb ujuona ua iauai anb ~LH *SUInaad pnpiligilsans op suganad
69
VOI,LONJIH NOIODI1QNI HU SOQO.L~W
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89
il III,I'll'
60
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
61
vez ms (...). Ahora, simplemente, cierre los ojos con lentitud (. ..) va notando que le pesan
cada vez ms ( .. ) y una sensacin de pesadez le recorre todo el cuerpo (...). Ahora, quiero
que vaya abriendo los ojos, lo ms lentamente que pueda (...) notar que llega a un punto en
que siente pereza en seguir abriendo los ojos (...). Ahora puede cerrar de nuevo los
prpados (...). Sintiendo que una pesadez an mayor le recorre todo el cuerpo (...) y as
(nombre del sujeto) va deslizndose en un profundo trance...
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
A continuacin se imparten las sugestiones habituales de profundizacin del trance.
Nuestra experiencia indica que, dominando este procedimiento, la mayora de los sujetos
caen en un trance ligero o mediano, suficiente para el trabajo teraputico, en unos tres
minutos.
Es de la mayor importancia la cadencia con la que se imparte las instrucciones, en funcin
del ritmo respiratorio, como hemos indicado.

Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio tiene mltiples ventajas. En nuestra opinin, la
principal consiste en que -sin que el sujeto sea general mente consciente de ello- se asocia
el ritmo de las sugestiones con un ritmo biolgico fundamental. Ello tiene un profundo
efecto inconsciente.
Las sugestiones estn cuidadosamente estudiadas, tanto desde el punto de vista del
contenido como del fontico para ser formuladas en una u otra fase del ciclo respiratorio.
Concretamente durante la espi
racin, al ser ms lenta, se deben pronunciar con una mayor lentitud, alargando ligeramente
las vocales, en tanto que durante la inspiracin, ms breve, el ritmo debe ser ms rpido y
evitando, en lo posible, las palabras que contengan consonantes nasales.
Nosotros actuamos de esta forma porque la experiencia nos indica que es el proceder ms
eficaz. En cualquier caso, la tcnica propuesta es puramente orientativa y el lector puede
emplear la que considere ms adecuada a su idiosincrasia personal.
Sin embargo, el clnico que utilice la hipnosis en su consulta diaria comprobar una y otra
vez, y con seguridad, que la adaptacin de las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como lo
proponemos en la presente obra, tiene un efecto mucho ms potente y rpido que otros
procedimientos.
Creemos que ha merecido la pena explicar con detalle esta tcnica, ya que sienta las bases
de nuestra exposicin de la mayora de los procedimientos hip nticos que se explicarn en
las siguientes apartados, asociados a la respiracin.
Por ltimo, queremos explicar la razn que aconseja empezar centrando la atencin del
sujeto en su mano no dominante: esta se halla relacionada con el hemisferio cerebral no
dominante y, en consecuencia, ms asociado a los procesos mentales inconscientes. Por otra
parte, es ms fcil atender primero a la mano que a la zona ocular. Sobre todo en la primera
sesin de hipnosis, con un sujeto no entrenado, sugerirle que preste directamente atencin a
los ojos, puede ocasionar cierta aprensin. Por este motivo, preferimos empezar por la
mano para realizar a continuacin la transicin a la zona ocular.
Este procedimiento es ligeramente ms lento que el de Elman y Shrout, pero se gana en
seguridad y en colaboracin con el inconsciente del sujeto.
III''
~Il l li u~,
62
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
63
Pero si resulta que al clnico lo que le interesa es una tcnica lo ms rpida posible, sin
transiciones ni tener que adaptarse al ritmo respiratorio del pacien te, aconsejamos el
mtodo descrito por Shrout, que exponemos a continuacin:
1) Pdale al sujeto que cierre los ojos voluntaria y lentamente.
2) Sugirale la sensacin de relajacin y pesadez de los prpados.
3) Pdale a continuacin que levante los prpados con una lentitud an mayor, lo ms
lentamente posible, hasta alcanzar un punto en que los msculos presentarn resistencia a
seguir subiendo. Entonces d la orden de que cese en su esfuerzo.
4) Pdale a continuacin que relaje totalmente los prpados (cosa que har de buen grado,
como si momentos antes hubiera estado reali zando un gran esfuerzo), sintindolos an ms
pesados y cerrando los ojos.
El clnico puede adoptar cualquier modalidad, siendo la mejor aquella que le resulte ms
cmoda. Lo importante es que tenga claro que para la induccin del estado hipntico lo que

cuenta no es la fijacin de la mirada en s misma, sino utilizarla como medio para producir
el cansancio de los prpados superiores, tal como hemos explicado en el apartado anterior.
Se puede seguir cualquiera de los patrones de induccin clsicos (ms adelante exponemos
un patrn modelo) a partir del cual el experimentador puede in troducir cuantas
modificaciones estime convenientes. Sin embargo, queremos subrayar una vez ms que la
adaptacin de las sugestiones al ritmo respiratorio del sujeto redunda en una mayor eficacia
de la induccin y, probablemente, en el logro de un trance ms profundo.
El experimentador le pedir al sujeto que dirija la mirada a un punto determinado situado
en una posicin ligeramente superior (con el fin de favorecer el cansancio de los prpados
superiores, pero sin que el sujeto tenga que adoptar una posicin forzada), y hablar como
sigue:
Se contina impartiendo sugestiones de que esta relajacin le invade y recorre todo el
cuerpo de arriba abajo, desde los ojos hasta los pies.
3.2. Tcnica de la fijacin ocular
Se trata de una de las tcnicas clsicas de induccin. Presenta algunas variantes, segn la
mirada del sujeto se fije en un objeto o punto determinado, o bien directamente en la propia
mirada del experimentador.
Tambin hay variaciones en cuanto al contenido, segn se impartan sugestiones de sueo o
solamente de relajacin.
Ahora, mientras usted me sigue escuchando, je los ojos en ese punto, centrando su
atencin en las sensaciones que experimenta en su cuerpo, en sus brazos, en sus piernas (...)
usted sigue contemplando tranquilamente ese punto y poco a poco va sintiendo una
sensacin de pesadez en sus ojos... porque al parpadear, cada vez con ms frecuencia usted
va experimentando una creciente sensacin de pesadez en sus ojos y tambin en sus brazos,
en sus piernas y en su cuerpo (...). Y sus ojos se estn poniendo ms pesados todo el tiempo
(...). Y cada vez ms, va sintiendo la necesidad de ir cerrando los ojos suavemente (..). Y
ahora, mientras usted cierra los ojos lentamente, se da cuenta de una sensacin
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HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
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de pesadez que le recorre todo el cuerpo desde la cabeza a los pies, y tambin un deseo de
dormir, mientras se va sumiendo poco a poco en un trance tranquilo y profundo... (siguen
las sugestiones normales de profundizacin).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Por diversas razones, merece mencin aparte la tcnica de la fijacin de la mirada en los
ojos del hipnotizador. Se trata de un procedimiento que puede ser desaconsejable con
determinados sujetos que tienen la conviccin -y el consiguiente temor- en las propiedades
mgicas de la mirada del hipnotizador. Pero, por la misma razn, puede ser una buena
tcnica de induccin con otros sujetos que carecen de ese temor, y simplemente creen y
esperan que se les hipnotizar as, al tratarse del procedimiento ms conocido entre el
pblico en general.
Ms all de estas consideraciones, la fijacin de la mirada utilizada de esta forma tiene unos
matices certeramente sintetizados por Kroger con las siguientes palabras:
Para una induccin ms eficaz, aconsejamos proceder como sigue:
Quiero que usted dirija su mirada a mis ojos [debe evitarse el trmino entrecejo o similar.
En cuanto al experimentador, ir deslizando rtmicamente su mirada desde el entrecejo a la

punta de la nariz del sujeto, tal como se indicar ms adelante], y mientras escucha lo que
le voy diciendo, siga mirndome (...) y usted puede sentir que mientras sigue mirndome a
los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez ms pesados (...). Mire dentro de mis ojos, y a
medida que me va mirando a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez ms pesados y
poco a poco se van cerrando lentamente (...) y puede sentir cmo sus ojos se sienten cada
vez ms pesados y se van cerrando tranquila y completamente (...) (siguen las sugestiones
de profundizacin).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
El operador se para frente al sujeto y hace que este le mire directamente a los ojos,
mientras que l recorre con la vista desde el puente de la nariz del paciente hasta la punta de
la misma. Esto hace que las pupilas del operador se contraigan y dilaten sucesivamente, y
fija la atencin del sujeto. (La cursiva es nuestra) [W. Kroger: Hipnosis clnica y
experimental, Ed. Glem, p. 110.]
Lo caracterstico de esta tcnica, tal como la exponemos, radica en la utilizacin que el
clnico hace de su mirada, deslizndola lentamente desde el entrece jo a la punta de la nariz
del sujeto durante la fase de espiracin de este (cursiva) en un movimiento descendente, y
de la punta de la nariz al entrecejo durante su inspiracin (negrita) en un movimiento
ascendente ms rpido. Este rtmico fluctuar de la mirada del experimentador tiene un
efecto visual subliminal que puede llegar a ser muy absorbente para
66
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
67
el sujeto, el cual, generalmente, no tiene clara conciencia de lo que est sucediendo.
Reconocemos que el empleo de la mirada sincronizndola con las sugestiones y el ritmo
respiratorio del sujeto requiere cierta prctica por parte del expe rimentador, pero dada la
eficacia de este proceder, merece la pena tomarse la molestia de entrenarse suficientemente
en este sentido.
Una adecuada utilizacin de la mirada, tal como exponemos, puede permitir en bastantes
casos efectuar una induccin hipntica prcticamente silencio sa. Si el clnico quiere
recurrir a ella, ya sea con fines experimentales, o tratndose de pacientes que por algn
motivo se sienten perturbados al escuchar las sugestiones verbales, puede proceder como
sigue:
El experimentador se situar frente al sujeto, preferiblemente en un plano ligeramente
superior (a fin de favorecer en cierta medida el cansancio de los prpados superiores del
sujeto), y le dir: Dirija su mirada a mis ojos. Dentro de unos momentos empezar a
guardar silencio, y usted me seguir mirando a los ojos hasta que note que se van sintiendo
ms pesados y los ir cerrando gradualmente.
Llegados a este punto, el experimentador dirigir tranquilamente la mirada al entrecejo del
sujeto hacindola descender hasta la punta de la nariz (o, si lo prefiere, hasta el labio
superior) con la espiracin, y ascender hasta el entrecejo de nuevo sincronizndola con la
inspiracin.
Debe repetirse pacientemente este proceder hasta que el sujeto d seales de entrada en el
trance hipntico y cierre los ojos. A continuacin, el experimentador puede volver a tomar
muy lenta y suavemente la palabra (no se olvide que para entonces el sujeto se habr
acostumbrado al si

lencio y escuchar repentinamente la voz del hipnotizador le podra producir un sobresalto) a


fin de impartir las sugestiones de profundizacin.
Conviene advertir que este procedimiento es notablemente ms lento que los anteriores,
pero, en nuestra experiencia, la profundidad del trance es igual o in cluso mayor. Asimismo,
requiere cierto entrenamiento por parte del experimentador, quien debe acostumbrarse a
mirar tranquilamente (hay que evitar clavar la mirada en el sujeto, que podra sentirse
incmodo, con toda razn), espaciando la accin del parpadeo. En muchos casos puede ser
til descender la mirada hasta el labio superior del sujeto, ya que al valernos nicamente de
este medio para producir el trance puede ser necesario tener un recorrido algo ms amplio.
Lo importante es que los movimientos oculares del experimentador sean fluidos y se hallen
sincronizados con el ritmo de la respiracin del sujeto.
Debemos advertir, por ltimo, que las tcnicas de induccin basadas en la mirada del
experimentador pueden ser contraproducentes con determinados pa cientes, sobre todo los
de marcada tendencia paranoide, tpicamente hipersensibles a que me miren, que pueden
negarse a tales procedimientos, porque cuando yo cierre los ojos, usted me seguir
mirando....
3.3. Levitacin de la mano
En principio, esta tcnica de induccin procede de M. H. Erickson, pero, aclara
Weitzenhoffer, una de las mejores descripciones de la tcnica corresponde a Wolberg, quien
la consideraba el mejor mtodo de induccin hipntica, aun reconociendo que es el
procedimiento ms difcil y que exige mayor resistencia y autocontrol del hipnotizador.
68
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
69
Por esta razn, los estudiantes poco experimentados en hipnosis tienden a eludirla, al
considerar que un eventual fracaso en esta prueba les puede dejar en evidencia. Sin
embargo, consideramos que la levitacin de la mano, adems de su probado valor como
tcnica de induccin, tiene una gran importancia formativa, por lo que aconsejamos al
clnico novel que la aprenda cuidadosamente.
El procedimiento clsico es sobradamente conocido y sirve de base a los que vamos a
exponer a continuacin, introduciendo algunas modificaciones que, creemos sinceramente,
dan lugar a una induccin ms eficaz al aprovechar el proceso normal de la respiracin y
captar con mayor facilidad la atencin del paciente.
En nuestra prctica diaria procedemos como sigue:
Primeramente establecemos la dominancia manual, diestra o zurda. Aconsejamos que el
paciente est sentado, con las manos sobre los muslos, aunque puede estar igualmente
tumbado en el divn.
A continuacin focalizamos la atencin del paciente en la mano no dominante: la izquierda,
si es diestro; la derecha, si es zurdo. Nuestra experiencia dice que esta inversin de
dominancia, si bien tiene su inters (parece ser que se alcanza as un trance de mayor
profundidad), tampoco es de importancia decisiva, por lo que el clnico, ya sea en casos de
ambidextrismo o por otro motivo, puede escoger cualquiera de las manos, o dejarle la
eleccin al sujeto. S es importante, en cambio, que las manos estn con las palmas hacia
abajo.
En tercer lugar, le decimos:
Ahora, quiero que usted centre la atencin en su mano izquierda (derecha). Usted sabe que
tiene una mano izquierda (derecha) y eso es im portante (...). Pero es todava ms
importante

que sienta la presencia de su mano izquierda (derecha) (...). Su grado de tensin o


relajacin (...), la postura de cada uno de los dedos (...), su quietud o ligero movimiento
(...), la temperatura de la piel, tanto en la palma como en el dorso de la mano..., el contacto
con la tela del pantaln (falda) (...).
Y puede darse cuenta que no siente la misma temperatura en la palma que en el dorso de la
mano.
Quiero que ahora centre su atencin en todas las sensaciones y movimientos que
experimenta en su mano izquierda (derecha) y en los dedos (...) hasta los ms pequeos
movimientos de los dedos (...), usted va a notar que uno de los dedos empieza a moverse
ms y es interesante ver cul empezar a moverse primero (...) (cuando empieza a moverse
uno de los dedos), y ahora empiezan a moverse los dems dedos ligeramente y se van
levantando levemente y usted, pronto va a notar que su mano se va sintiendo algo ms
ligera, poco a poco (...). Al principio se levantar muy despacio, como si se fuera
despegando del muslo (o del brazo de la butaca) lentamente, luego se elevar cada vez ms
rpido (...) y ya nota que la mano se va sintiendo ms ligera y se va levantando levemente,
ms arriba, y a medida que va subiendo, usted va entrando en un trance cada vez ms
profundo (...) y sube ahora cada vez ms rpida y ligeramente. Y cuando la mano toque su
cara se ir deslizando en un estado de trance cada vez ms intenso (...) la mano se va
elevando cada vez ms, ms ligeramente (...) ya toca su cara y siente los ojos pesados y se
van cerrando suavemente (...). (Siguen las sugestiones de profundizacin del trance
hipntico).
70
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
71
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben impartir durante la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferiblemente pronunciar durante la inspiracin. La primera
parte de las sugestiones debe darse hablando de forma coloquial. Cuando los dedos
empiecen a moverse, se asociarn las sugestiones al ritmo respiratorio.]
La tcnica de la levitacin de la mano puede suponer una verdadera prueba de autocontrol y
resistencia para el clnico que empieza su andadura en el terreno de la hipnosis. Sin
embargo, es cierto que constituye una excelente tcnica cuyo valor real no se reduce
simplemente a la induccin, sino que asimismo sirve, convenientemente utilizada, como
tcnica de profundizacin, y para producir otros fenmenos, como la anestesia de guante.
La levitacin de la mano, tal como la acabamos de exponer, tiene la ventaja de que utiliza el
efecto inconscientemente mecnico de la respiracin, ya que en la fase de inspiracin se
tiende de forma automtica a elevar ligeramente el antebrazo y la mano correspondiente.
Adems, el procedimiento que aconsejamos aprovecha tanto el significado como sus
posibilidades de evocacin fontica -ligero, elevar, levantar, levemente-, para,
formulados selectivamente en la fase de inspiracin, producir el efecto deseado.
Naturalmente, es fundamental asimismo sincronizar al ritmo y contenido de las sugestiones
con la respuesta que vaya dando el sujeto.
Una utilizacin novedosa de esta tcnica (al menos, no conocemos que ningn autor la haya
propuesto) es como un eficaz medio de profundizacin del trance.
Esto puede conseguirse de varias formas. La ms lgica es enfocarla como una
continuacin de la tcnica de induccin que acabamos de exponer. Una vez se ha logrado la
levitacin de la mano y esta ha tocado la cara del sujeto, le diremos:

Mientras su mano permanece en lo alto, usted puede sentir que se va introduciendo en un


estado de trance cada vez ms inten so (...), y usted (nombre del sujeto), a medida que va
escuchando mis palabras, ir sintiendo su mano izquierda (derecha) de nuevo algo ms
pesada, y cuanto ms le pese se ir deslizando en un trance ms profundo ( ... ) y yo contar
de uno a tres, y a cada nmero que yo cuente sentir que su mano va pesando cada vez ms,
y cuando diga tres!, sentir que su mano estar muy pesada, la soltar de repente y dejar
caer sobre la pierna (o sobre el brazo del silln)... uno... dos ...tres! (el sujeto relajar
bruscamente el brazo y la mano caer de la forma indicada). Reljese por completo y
durmase profundamente...
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva, se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben im partir durante la espiracin, y la negrita,
a las palabras que es preferible pronunciar durante la inspiracin.]
Este procedimiento merece una explicacin. Durante la fase de levitacin de la mano, el
sujeto se halla sometido a un sobreesfuerzo evidente, hasta el punto que este mtodo
podramos considerarlo como una tcnica de inoculacin del estrs inducida hipn72
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
73
ticamente. Es, por ejemplo, fcilmente observable que mientras levita la mano, la
respiracin del sujeto se hace ms agitada. Si, adems, palpamos el antebrazo y brazo del
sujeto, comprobaremos con frecuencia que se hallan en un estado de catalepsia al menos
parcial.
Si una vez culminada la levitacin (fase de induccin) abordamos la siguiente fase de
profundizacin hipntica con la dinmica opuesta, la reaccin natu ral del sujeto ser de
una repentina relajacin -tanto del brazo como global- que, convenientemente aprovechada,
constituye un excelente camino para alcanzar rpidamente un grado de hipnosis medio o
incluso profundo.
Segn lo expuesto, el esquema es el siguiente:
La mayora de los autores exponen el procedimiento de la levitacin de la mano y pasan
luego a otros fenmenos hipnticos, dejando, aparentemen te, al sujeto con la mano
indefinidamente en alto, cosa que no suele suceder en la mayora de los casos. Hemos
preferido, pues, exponer el ciclo completo de levitacin (inspiracin) - descenso
(espiracin).
El valor de la tcnica de la levitacin de la mano no se agota en su empleo para la
induccin hipntica. Se trata de un procedimiento cargado de simbolismo que puede ser
utilizado por el clnico hbil en el transcurso de la terapia para tratar toda una variedad de
trastornos: depresin, disfuncin erctil, etc., as como medio para producir otros
fenmenos, como la anestesia de guante.
Levitacin de la mano
Descenso de la mano
(Induccin) (Profundizacin) Ligereza Pesadez Catalepsia Relajacin Inspiracin
Espiracin
Efectivamente, como el lector habr observado, mientras en la levitacin las sugestiones
clave se imparten durante la inspiracin, en el descenso de la mano se formulan durante la
espiracin.
Si bien la tcnica de descenso de la mano es un procedimiento que deberamos haber
expuesto en el captulo prximo, dedicado a los mtodos de profun dizacin del trance,
hemos credo aconsejable hacer una excepcin y exponerla en este apartado, ya que
constituye la continuacin natural y lgica de la tcnica de levitacin.

En el apartado siguiente exponemos otra modalidad de la levitacin de la mano como


variante del mtodo fraccionado.
3.4. El mtodo fraccionado
El mtodo fraccionado, o tcnica de Vogt, est considerado como uno de los ms eficaces
para el tratamiento de sujetos resistentes a otros procedimien tos, o bien para inducir un
estado de trance muy profundo, como seala Weitzenhoffer.
Bsicamente, el mtodo fraccionado consiste en la rpida alternancia de cortos periodos de
trance y vigilia. La prctica demuestra que en cada fase de hipnosis el paciente va cayendo
en un trance cada vez ms profundo, costndole un poco ms, cada vez, despertarse al
cumplir cada ciclo de trance y vigilia. Nuestra experiencia es que despus de tres ciclos, la
mayora de los pacientes se encuentran preparados para una hipnosis media o profunda, an
en los casos que presentaban fuertes resistencias con otros procedimientos.
En su aplicacin clsica, el mtodo fraccionado es el siguiente:
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76
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
77
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
A continuacin, se imparten alternativamente las sugestiones de levitacin y pesadez de la
mano segn hemos explicado en el apartado anterior.
A nuestro juicio, la principal ventaja del mtodo fraccionado con la levitacin de la mano
consiste en favorecer una colaboracin ms activa y personalizada del paciente en el
proceso hipntico.
3.5. Induccin mediante imgenes idiorretinales
Esta tcnica se basa en la persistencia de las imgenes una vez cerrados los ojos.
Puede utilizarse para el efecto cualquier fuente luminosa de mediana intensidad. En nuestra
prctica, le pedimos al paciente que mire fijamente una de las lmparas del despacho o,
mejor an, una linterna-lpiz.
Recomendamos que las sugestiones de induccin sean, aproximadamente, como siguen:
Mire fijamente la lmpara (o cualquier otra fuente luminosa) y procure parpadear lo menos
posible, siempre que no le resulte incmodo (...), permanezca as, mirndola unos segundos
(...), usted notar que el punto luminoso se ir haciendo ms brillante y absorbiendo su
atencin poco a poco, cada vez ms (...) (pasado un tiempo variable de fijacin -entre uno y
dos minu
tos suelen ser suficientes-, se apaga el estmulo luminoso y se le dice al paciente). Ahora
cierre los ojos y contemple la imagen interna de esta luz, que se le aparecer en negativo
(...), fije su mirada interior en esa luz y observe cmo aparece y desaparece, cmo se mueve
y cambia (...), y mientras se va dando cuenta de todos estos cambios, se va deslizando
suavemente en un profundo trance (...) y puede contemplar tambin muchos puntitos
brillantes y de colores, como un cielo estrellado (...), y mientras los contempla con todos
sus cambios, usted se va sumergiendo en un estado de trance cada vez ms profundo y as
se da cuenta de que se va durmiendo cada vez ms, durmase profundamente (...). (Siguen
las sugestiones de profundizacin.)
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adpatndose a la inspiracin.]

Segn nuestro criterio, en este tipo de induccin las sugestiones adaptadas al ritmo
respiratorio solo se deben dar en la segunda parte, cuando aparecen directamente las
sugestiones de sueo, y as lo hemos consignado.
Este procedimiento hipntico se basa en los posefectos figurales, bien estudiados en
psicologa de la percepcin y en cuya explicacin no podemos entrar aqu. Pa ra nuestro
propsito, lo ms importante es subrayar que la tcnica de las imgenes idiorretinales puede
resultar muy absorbente y eficaz con determinados sujetos, principalmente los que tienen
una capacidad natusopusaaa~ui sol un4sazjtunw upas 'Sel -nluauz saua~puit auaaa naed luloq o luiaand
pnplandua -ul uun ouisluilsn asaup aaaand sosua souli2lu uH -opuaialns uun sol as anb
saleluaui saua.Opuzz Snl anaaa op uzisaloui ul as.rnuzol oiansaaau sa naambis iu anb ol
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opuunj -saauduil soaaurYiu sol a4unanp ajuauiufiU ualiu anb znl -el uz! lnnsIA
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oa4sanu ua `upaalnbzl ns n) uloaa.np vus?w VI ua osou?uInl olnu~zlsa la sowvool -oo al
utaanpui op opoluz a4so aualduza ln `oailudiq aauua4 ua aalua opunna i!AlAa i op
paquil anb olaia -uoa osaans un u asazaajaa lu .(upaalnbzl ns u `olduiafa aod) upuului ialap
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uglaulduialuoa alduzls -el.anb ausuad nrap -od as `olsa un2ag -sonlsa.i.Sai sooiiud?y
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aquelaaxa nun aas uaaaaud saluullaa.z -ozpl saua2pu sul `sosna op oaauznu a4ualauns un
ua aup4suoa opipod sou,aq ol ou enbunu `ouisIUIIsV aaip sel aise anb ol a4uaurenisnd
angana -se u un4tuzil as X aopuzl4oudlq la OPUGIDIP nn anb ol .rnz -zluns!n naud
puptanduaul ns uuisagiuuuz anb solafns uoa o4lx uoa opualduie souloil ol uoiqurej
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8L
so
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
81
El terapeuta har bien en indagar la causa de esta incapacidad -muchas veces solo
aparente-, que puede deberse a un trauma, un bloqueo o a la propia constitucin psicolgica
del sujeto. En tales casos, el clnico deber emplear tcnicas de induccin alternativas,
sobre todo en las primera sesiones, a fin de no generar resistencias innecesarias.
En consecuencia, antes de emplear estas tcnicas, nuestro consejo es que el terapeuta
responsable no d por supuesto que el paciente puede crear im genes visuales espontneas
a partir de las sugestiones, sino que explore concienzudamente su capacidad de
visualizacin interna.
Una dificultad aadida radica en que las instrucciones hipnticas clsicas (de las que
autores como Fezler son herederos) suelen ser excesivamente deta llistas, reduciendo el
margen que tiene el paciente para adaptarlas a su propio estilo. Por esta razn, en muchos
casos es ms eficaz emplear imgenes sugestivas menos concretas, ms borrosas, o como
se dira en el mbito del psicoanlisis, ms sobredeterminadas, a fin de que el paciente
pueda encajar su particular estilo imaginativo con la imagen genrica que se le pretende
transmitir a travs de las sugestiones.
Como ya hemos advertido en el apartado de referencia, segn Fezler las imgenes mentales
pueden producir verdaderos efectos fisiolgicos. Tal es el caso de la imagen mental de fro
(color azul), o bien de calor (color rojo), produciendo las correspondientes alteraciones en
la circulacin de la sangre.
Recapitulando con Fezler, los puntos a tener en cuenta para crear imgenes mentales
eficaces, son:
- Utilizacin en las sugestiones de los colores complementarios.
- Tener en cuenta el principio de contraste.
- Cuantos ms sentidos intervengan en la construccin de las imgenes sugestivas, ms
eficaces resultarn.
- Otra posibilidad interesante, siempre segn Fezler (pero que a nosotros nos produce
ciertas reservas), es utilizar estmulos reales que sirvan de punto de arranque para la
produccin de las imgenes mentales.
- Otro punto, segn Fezler, es el de que las imgenes mentales deben ser lo ms realistas
posible.
Para ejemplos concretos, nos remitimos a lo expuesto en el apartado 2.4.
Teniendo en cuenta las notas anteriores, hemos de reconocer que las diferentes tcnicas de
sugestin mediante imgenes mentales se encuentran entre las mejores y ms eficaces para
guiar todo el proceso hipntico, desde su comienzo en la induccin hasta su conclusin el

despertar. De hecho, presentan la diversidad mxima en el campo de la hipnosis: su nmero


es legin. En consecuencia, nos limitaremos a exponer algunas de ellas que se han revelado
particularmente valiosas en nuestra prctica para la induccin hipntica. El lector
interesado en profundizar en el tema puede consultar las obras de autores como Kroger,
Fezler, Gordon, entre otros.
Vamos a presentar las siguientes.
3.6.1. Imagen de la escalera mecnica
Cuando en lugar del ascensor (ver apartado 4.3) se utiliza la imagen de la escalera
mecnica, los trminos empleados en las sugestiones son bsicamente los mismos,
adaptndolos nicamente a la lgica de
82
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
83
los movimientos de la escalera mecnica, algo diferente a la del ascensor.
Cuestin distinta se le plantea al sujeto cuando la secuencia hipntica se basa en el
descenso por una escalera en la que l tiene que ir bajando por su pro pio pie, peldao a
peldao. Se le debe especificar si es una escalera normal, por ejemplo, la de su casa, una
escalera -real o fantaseada- de caracol, o bien una escalera de mano que, por su
inestabilidad y mayor pendiente, puede ser una metfora de doble filo para los pacientes
que sufren cierto grado de vrtigo a las alturas.
El clnico que se interese por estos tipos de induccin puede utilizar una u otra variante,
adaptndola a partir de las instrucciones originales de la tcnica del ascensor.
Lo importante es que sepa lo que hace y por qu lo hace.
meros del uno al diez (...). Vea los nmeros escritos en la pizarra y, cuando haya hecho, me
lo indicar de nuevo con la seal convenida.
Ahora, vaya borrando en su mente todos los nmeros pares y, cuando lo haya hecho,
indquemelo con la seal (...). Ver una mancha o espacio vaco entre cada nmero impar;
lo ve as? (el paciente hace la seal afirmativa). Y ahora se estn borrando de su mente
todos los nmeros pares (seal afirmativa).
Ahora, recuerde que cuando yo le pida que cuente, solo recordar los nmeros impares, y al
recordar solo los impares notar que se va relajando cada vez ms y ms profundamente
(...). Puede empezar a contar en voz alta los impares que usted recuerda, y a medida que lo
hace ir cayendo en un trance cada vez ms profundo.
3.6.2. Tcnica del pizarrn
Se trata de una tcnica expuesta por Kroger, entre otros autores. Segn Kroger, es un
mtodo excelente para la produccin de amnesia. Basndose en este autor, recomendamos
proceder como sigue:
Haga el favor de cerrar los ojos (...). Visualice en su mente una pizarra (...). Puede ser una
pizarra cualquiera, que se le aparezca en este momen to( ...). Tambin puede ser una pizarra
que haya visto antes, en su colegio, en una conferencia, etc. (...). Cuando comience a ver la
pizarra, indquemelo con la seal (una seal previamente convenida: levantar un dedo, por
ejemplo).
Ahora, imagine que usted se dirige a la pizarra y coge una tiza (o rotulador). Escriba los n
[Los puntos suspensivos entre parntesis corresponden a las pausas entre sugestiones. La
primera parte de la induccin debe hacerse de forma colo quial. La cursiva corresponde a
las sugestiones que deben darse durante la espiracin, y la negrita, a la que es preferible dar
durante la inspiracin.]

Hemos introducido ciertas modificaciones en la exposicin original de Kroger que


consideramos mejoran claramente la eficacia de la induccin. Aade este autor que si el
sujeto permanece callado, puede hallarse o no hipnotizado. Si no cuenta, pero dice algunos
nmeros entre los que se hallan pares, se encuentra en un estado de hipnosis ligera. Pero si
no le es posible recordar los nmeros pares y cuenta solo los impares, es probable que se
encuentre en hipnosis profunda y sea capaz de desarrollar amnesia poshipntica.
84
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
855
3.6.3. Desdoblamiento
R. Shone, en su excelente libro Gua prctica de autohipnosis, expone esta tcnica,
relacionndola con los fenmenos hipnticos de disociacin. Nosotros nos basamos en el
trabajo de este autor, pero agregando algunas modificaciones.
Hay que advertir que la percepcin subjetiva de desdoblamiento del propio cuerpo con unos
sujetos se logra ms fcilmente sentados en una butaca y con otros, acostados en el divn.
Por otra parte, la vivencia de desdoblamiento puede presentarse espontneamente durante la
sesin de hipnosis, aun cuando el mtodo de induccin empleado no tenga nada que ver con
este procedimiento.
Una vez colocado el sujeto en la posicin ms conveniente, se le dice:
mientras contempla cmo su cuerpo se encuentra profundamente dormido...
[Los puntos entre parntesis corresponden a las pausas entre sugestiones. La primera parte
de las sugestiones debe darse en tono pausado y coloquial. La cursiva corresponde a las
sugestiones que deben impartirse durante la espiracin y la negrita, a las sugestiones que es
preferible dar durante la inspiracin.]
El efecto disociativo que este mtodo de induccin puede producir en el paciente es muy
intenso, hasta el punto que en bastantes casos las sugestiones de profundizacin pueden
abreviarse al hallarse el sujeto en un trance profundo.
Usted se encuentra cmodamente sentado en la butaca (o tumbado en el divn), y sabe que
su cuerpo, su cabeza, su tronco, los brazos y las piernas (...) se encuentran en una posicin
determinada (...) y puede sentirlos as (...), y usted puede verse sentado en la butaca
(acostado en el divn) (...) y puede verse con claridad y examinar la pocin de su cuerpo
(...).
Y ahora puede imaginar y sentir que se est levantando ligeramente por encima de su
cuerpo (...) y se va elevando suavemente mien tras ve que su cuerpo permanece
tranquilamente sentado (o tumbado) (...) y as va sintiendo una sensacin de ligereza,
flotando, y mientras se siente libre y ligero, puede ver que su cuerpo sentado en la silla (o
tumbado en el sof) va cayendo en un trance hipntico muy profundo (...) y puede examinar
la consulta, los cuadros, los muebles, las lmparas
CAPTULO 4
Tcnicas de profundizacin
4.1. Consideraciones generales
E N EL CAPTULO ANTERIOR Se han explicado di' ferentes procedimientos de
induccin, es de1
cir, de introduccin al estado de trance hipntico. En este captulo
expondremos, entre la multitud de variantes, algunas tcnicas de profundizacin que poseen
una especial significacin prctica, tal como han demostrado en nuestra experiencia clnica.
Como explica Shone, las tcnicas de profundizacin hipntica sirven a tres propsitos:
1. Guan al paciente de forma progresiva y estructurada en etapas a estados hipnticos
cada vez ms profundos, aumentando as las posibilidades de xito.

2.- Al paciente se le brinda la oportunidad de familiarizarse con la esfera subjetiva de los


sentimientos asociados al trance hipntico. De es ta forma, el paciente puede aprender a
captar la nota especial e inconfundible que implica estar hipnotizado, ya sea por
procedimientos hetero o autohipnticos.
H
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
89
3. Un valor aadido de las tcnicas de profundizacin, de acuerdo con el planteamiento de
Shone, radica en que sirven para calibrar el grado de hipnosis que alcanza el paciente.
Dado que nuestra obra est orientada a la psicoterapia, hemos de advertir que un profundo
nivel de hipnosis no se relaciona necesariamente con una ma yor eficacia teraputica. Al
contrario, en muchos casos es suficiente y deseable un grado ligero de trance para alcanzar
los objetivos propuestos.
Es cierto, sin embargo, que en la mayora de los casos la eficacia hipntica se relaciona con
el convencimiento -con el inconfundible sentimiento-, por parte del paciente, de hallarse
instalado en un estado de trance hipntico, aun cuando no sepa concretar cmo ni por qu.
Y este resultado se logra generalmente mediante las tnicas de profundizacin.
Weitzenhoffer, en su obra Tcnicas generales de hipnotismo, sigue el planteamiento de
Erickson al tratar de la hipnosis profunda. Para Erickson, la hip nosis es un proceso
altamente individual, siendo la resultante de la interaccin de las relaciones intrapersonales
o intrapsquicas con las relaciones interpersonales del paciente.
Otro aspecto a tener en cuenta, segn Erickson, para lograr una adecuada profundizacin en
la hipnosis es el temporal, dado que cada persona tiene su ritmo propio de desarrollo del
proceso hipntico que es necesario descubrir y respetar.
Para Erickson, la hipnosis es tanto ms profunda cuanta menos interferencia exista del
plano consciente.
Vamos a continuacin a exponer algunas tcnicas que pueden resultar particularmente
eficaces. Deben quedar claros, sin embargo, dos puntos:
- Se emplearn, precisamente, para la profundizacin del trance, entendiendo que el estado
hipntico se halla plenamente instalado, de
acuerdo con las instrucciones dadas en el captulo anterior.
- El clnico debe considerar las tcnicas de profundizacin que vamos a exponer no de
forma servil, sino como un punto de partida para desarrollar sus propias variantes,
adaptndolas a su estilo particular y a la personalidad del paciente.
Lo importante es tener en cuenta que si la comunicacin -tanto en su aspecto verbal como
en el no verbal- es importante en la fase de induccin, lo es an ms en la fase de
profundizacin de la hipnosis. As, por ejemplo, citando nuevamente a Shone, las
sugestiones que implican un ir hacia abajo tienden, por analoga, a profundizar el estado
hipntico, mientras que las que implican un ir hacia arriba tienden a dispersarlo y a
favorecer la salida del trance (aunque no siempre, dependiendo del contexto hipntico en
que se desarrolle la relacin terapeuta-paciente).
Kroger, por su parte, subraya la necesidad de permitir que el sujeto profundice en la
hipnosis a sus propio ritmo. Puede decrsele: Usted caer a la profundi
dad que necesite, podr llegar al nivel de hipnosis que le sea ms beneficioso y tomndose
el tiempo que le sea preciso. Esta frmula facilita la colaboracin del paciente y su
implicacin en el proceso hipntico.
Tambin es importante, aade este autor, establecer una meta definida para cada una de las
fases de la profundizacin hipntica. Por ejemplo, des

pus de conseguir el estado de trance mediarte la levitacin de la mano, decirle al sujeto: ...
y dentro de unos momentos, cuando yo termine de contar de uno a tres, su brazo se relajar
completamente y caeJO
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
91
r pesadamente sobre su muslo..., y cuando esto suceda, caer en un estado de hipnosis
mucho ms profundo... Como seala Kroger, es importante acompasar las sugestiones con
el ritmo respiratorio del sujeto -cosa que venimos recomendando sistemticamente a lo
largo de la presente obra-, siendo la razn de ello el principio de que cuando un proceso
fisiolgico se halla presente (la respiracin, en nuestro caso), siempre refuerza la sugestin
psicolgica a la que acompaa.
Por otra parte, Kroger, como la mayora de los autores, subraya el valor de los componentes
no verbales de la sugestin -que l denomina intraverba les-, y en particular la entonacin
de determinadas palabras clave. Ms an, es esencial participar plenamente en la relacin
interpersonal hipntica. Por aadidura, lo que distingue a un experto en hipnosis es la
confianza que posee en s mismo, en su intuicin y en su forma de actuar.
Por ltimo, seala Kroger, es importante el uso de sugestiones poshipnticas (usted caer
en un estado de trance an ms profundo en la prxima sesin) como medio de
profundizacin, estableciendo una continuidad de una sesin a otra.
Voy ahora a contar de uno a diez y usted ir sintiendo cmo a cada nmero que yo cuente
se desliza en un sueo ms profundo que al principio y Cada vez ms profundo (...). Uno
(. .. ), dos
(... ), tres
(. .. ), cuatro (. .. ), cinco (... ),
seis (. .. ),
siete (.. . ), ocho (... ), nueve (... ), diez (... ). Durmase ms profundamente
(... ). Cada vez ms profundamente.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Aunque haremos consideraciones sobre las tcnicas del despertar ms adelante, es oportuno
recomendar que en el caso que se haya escogido la cuenta como tc nica de profundizacin,
se utilice para despertar al sujeto una cuenta inversa a la empleada inicialmente, y contando
los nmeros durante la inspiracin, en lugar de la espiracin como hemos recomendado
para profundizar el estado de hipnosis. En nuestra prctica, le solemos decir al paciente:
4.2. Tcnica de la cuenta
Se trata de uno de los procedimientos ms frecuentemente descritos y tiene multitud de
variantes. Destaca, en cualquier caso, por su eficacia y sencillez. Nosotros aconsejamos
proceder como sigue:
Una vez efectuada la induccin hipntica, y hallndose el paciente en un estado de trance
ligero o medio, segn el caso, se le dir, hablando pausadamente:
Y usted sigue sintindose en un estado de bienestar y tranquilidad (...) y seguir sintindose
igualmente bien cuando despierte (...). Porque dentro de unos momentos yo empezar a
contar de tres a cero, y en el momento que yo diga cero, usted estar completamente
despierto (. .. ). Tres (... ). Dos (... ). Uno (... ). Cero! Puede abrir los ojos y encontrarse ya
completamente despierto.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las su92
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
93

gestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiracin del sujeto, y la negrita, a
las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Por diversas razones, en ciertas ocasiones es recomendable que el proceso de despertar sea
ms breve que el de la induccin y profundizacin, y, en consecuencia, tambin lo es su
cuenta.
4.3. Tcnica del ascensor
30.] Ahora, usted observa cmo el ascensor comienza a descender, suave y lentamente, y a
medida que va descendiendo, usted se relaja ms y le invade una creciente sensacin de
sueo (...), y se ir durmiendo cada vez ms profundamente (...), ya estamos en el piso 29...
28... 27... [sigue la cuenta descendente, coincidiendo siempre con la espiracin del sujeto],
2... 1... 0... y se encuentra en un profundo y agradable estado de trance, durmiendo cada vez
ms profundamente...
Seguimos la exposicin de Kroger, agregando algunas modificaciones que, segn nuestra
experiencia demuestra, redundan en una mayor eficacia de la tcnica.
Por el contenido de las sugestiones, se inscribe entre los procedimientos de descensoprofundizacin del estado. Conviene advertir que la tcnica del as censor, por la situacin
que evoca, puede ser ansigena -y en consecuencia, desaconsejable- para los sujetos que
padecen claustrofobia, por lo que conviene asegurarse al respecto antes de utilizarla.
Una variante de la tcnica del ascensor es la de la escalera mecnica. El clnico puede
utilizar la que le parezca mejor.
La tcnica del ascensor es sencilla, y si el paciente tiene buena capacidad de visualizacin y
para evocar las sensaciones propias del descenso, puede resultar muy absorbente. Le
diremos al sujeto:
Ahora, quiero que imagine que se halla en un ascensor, en el piso ms alto de un edificio
muy elevado. Observe en qu piso est y dgamelo. [El paciente, siempre que su estado de
trance le permita hablar con claridad, siquiera brevemente, dir, por ejemplo, piso nmero
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
4.4. Tcnicas del sueo
Recogemos esta tcnica del libro de Weitzenhoffer, quien la expone como una de las
mltiples estrategias empleadas por Erickson para profundizar el trance empleando los
propios recursos del paciente.
Se trata de una tcnica ms sofisticada que las anteriormente descritas, y nosotros, en
principio, recomendamos emplearla con sujetos imaginativos y que recuerdan con facilidad
sus sueos.
En trminos generales, la tcnica consiste en inducir al paciente hipnotizado a experimentar
-es decir, a revivir- un sueo que ha tenido con anterio ridad (tambin puede tratarse de un
sueo obtenido bajo hipnosis), y, una vez logrado, repetir esta experiencia onrica varias
veces, introduciendo siempre modificaciones, de forma tal que cada sueo revivido sea
una variante del sueo original.
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lep lnug lu opulnuiaoj souiaq anb s-enaasaa suuisiui sul uluana ua aguo~ auate -uoa
uoiacziltgn ns -ex-ed 'auoils aouq -elle op anb uoia -diaasap a4ualaixa -el ua i-eaidsui u
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ii4aanp-e 9Ua1AUOD 'alqugou Snui so solnuim V C soun ua
ca2ol os anb uaijqudiil uiauzipunjoad ul `caiu -a1 cjsa uoa sauoia-enaasgo scalsanu uni9S
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pnlt4ual uia-esgaau ul aaa.ion-ej anb ol `opusn-ed spui oila -nui uas `uoia-eaidsa ouioa
uian.zidsui uo ojuuj `oiio~v.ridsa.i omii.c la acb so luuuou ol sisoudnl
-el op IOAtu aise ua anb -ejuana ua osaoual ogaQ - '(lcuosaad aaquiouoid/otdoid aiquiou)
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VIJHHH,LODISd X SISONdIH
86
100 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
101

la habitacin..., la mesa..., las sillas..., los cuadros... y puede observar, Carlos, cmo me voy
dirigiendo a su cuerpo profundamente dormido, y le hablo, y le dir cosas que su cuerpo
comprender, y sentir, Carlos, que las va a realizar en la consulta, y luego, cuando su
cuerpo est despierto, en su vida diaria, sintindose mucho mejor en todos los sentidos...
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Como en las otras tcnicas, se produce simultneamente una disociacin entre el nivel
consciente (nombre propio, conciencia fuera del cuerpo) e inconsciente (vivencia del
cuerpo profundamente dormido).
Tal como el lector habr observado, para que esta tcnica de disociacin profundice el
trance hipntico con la mayor eficacia, es importante hacer coincidir determinadas
sugestiones con la inspiracin (nombre propio, levantarse, estado de lucidez) y otras con la
espiracin (cuerpo, silla, sueo profundo...).
4.7. Las sugestiones poshipnticas
Entendemos por sugestiones poshipnticas aquellas que se imparten dentro del trance
hipntico, para ser realizadas una vez el sujeto ha despertado.
Por muchas razones, las sugestiones poshipnticas constituyen una parte fundamental de
toda terapia en la que se utilice la hipnosis como tcnica de eleccin.
Las sugestiones poshipnticas abren el camino para nuevas experiencias del paciente, tanto
en el contexto teraputico como en su vida diaria, facilitando as la integracin de los
progresos que tengan lugar en estos dos aspectos. Efectivamente, es corriente la
comprobacin de que determinada conducta patolgica -una fobia, por ejemplo-, ha
mejorado claramente en la situacin de terapia, pero el paciente se resiste a transferir, a
trasladar, este progreso teraputico a su vida cotidiana. Es en este punto en que las
sugestiones poshipnticas cobran todo su valor, posibilitndonos salvar esta grieta
teraputica.
Furst, en su trabajo sobre las sugestiones poshipnticas, seala una serie de propiedades
que deben tener y que -en sus lneas generales-, son pareci das a las que ya hemos sealado
para las sugestiones hipnticas en el apartado correspondiente.
La primera de ellas es estar formulada en trminos positivos. En efecto, no es lo mismo
sugerir usted no estar nervioso, que usted estar o permanecer tranquilo.
En segundo lugar, se deben emplear sugestiones poshipnticas orientadas al
comportamiento futuro del paciente, una vez haya salido del trance hipntico.
En tercer lugar, se deben impartir sugestiones poshipnticas orientadas a un nico problema
cada vez. Es importante tenerlo en cuenta, pues la realidad en la prctica clnica es que el
paciente suele acudir a consulta por un conjunto de sntomas; entonces es importante
empezar abordando el problema ms sencillo y accesible que, una vez resuelto, permitir
afrontar el siguiente, y as sucesivamente. Sera un error impartir sugestiones poshipnticas
o de otro tipo intentando superar varios problemas a la vez. Asimismo, es importante que
las sugestiones poshipnticas contribuyan a crear una situacin nueva en el contexto que se
produce el problema. Esto
102 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
103
implica formular las sugestiones poshipnticas en el marco de tiempo y circunstancias en
que se manifiesta el problema, pero aadiendo nuevos elementos que facilitan una
reformulacin ms constructiva del mismo. En el caso de un paciente que desee dejar de

fumar, por ejemplo, se le puede sugerir que cada vez que encienda un cigarrillo (situacin
habitual) experimentar un desagradable sabor (elemento nuevo).
En cuarto lugar, es importante que la formulacin de la sugestin poshipntica implique
un cierto grado de progreso. Esta expresin, con su carga de ambigedad, abre el campo
de posibles respuestas del paciente en funcin de sus expectativas teraputicas, escala de
valores, personalidad, etc. Hay que tener en cuenta que cada paciente responde a las
sugestiones -y ms an a las poshipnticas- en funcin de un complejo conjunto de
variables que, generalmente, es imposible abarcar en todos sus aspectos. Por ello, una cierta
indeterminacin teraputica, dejando abierto el ulterior desarrollo de las sugestiones, puede
ser de gran importancia.
Nosotros pensamos que las sugestiones poshipnticas son determinantes en la psicoterapia
en la que se emplea la hipnosis.
Dicho de otro modo, la importancia de las sugestiones poshipnticas es fundamental.
Hay tres aspectos en los que se muestran especialmente tiles:
a) Posibilitando un mejor y ms profundo rendimiento hipntico en futuras inducciones.
Esto se pone particularmente de relieve en el mtodo de hipnosis fraccionado (ver apartado
3.4), en el que, justo antes del despertar, se le sugiere al paciente que en la rehipnotizacin
que tendr lugar en breves minutos caer ms rpida y profundamente en estado de trance.
Es igualmente importante emplearla de una
sesin a otra, sugiriendo que ... en la prxima sesin, para el da X, usted caer ms
rpidamente en hipnosis y en un trance mucho ms profundo....
b) Una de las aplicaciones ms interesantes es en el entrenamiento de la autohipnosis. Se
proporciona al sujeto una seal que, a partir de ese momento, le permitir entrar en trance
hipntico siempre que lo necesite. Hay que advertir que el proceso de la autohipnosis es
ms difcil que el de la hipnosis inducida por un experto, por lo que en este caso, mediante
una sugestin poshipntica dada, el proceso de la autohipnosis se realiza con una mayor
fluidez. El mtodo clsico es llevar al paciente a un trance profundo y suministrarle
entonces las sugestiones poshipnticas que, en lo sucesivo, le permitirn entrar en
autohipnosis. Como juiciosamente aconseja Weitzenhoffer, la seal poshipntica (palabra,
frase, imagen, gesto...) debe ser sencilla, pero de tal naturaleza que no pueda ser
inconsciente o casualmente utilizada por el sujeto o personas que lo rodean con resultados
imprevisibles. Deben, por tanto, evitarse desencadenantes hipnticos que aparezcan con
frecuencia en la vida normal del paciente.
Por otra parte, las sugestiones poshipnticas actan en un marco bien delimitado. Esto
quiere decir que sern tanto ms eficaces cuanto ms concreto y sencillo sea el contenido
de las sugestiones, as como su cumplimiento temporal. Precisamente, su aspecto temporal
es uno de los puntos ms delicados. Por ejemplo, no debe decrsele al sujeto: Luego,
cuando usted despierte, sentir un picor en su mano derecha, sino: Diez minutos despus
de despertar, pronunciar la palabra X y entonces usted sentir un picor en su mano
derecha. Debe precisarse al mximo la sugestin en sus circunstancias y cumplimiento
temporal.
Otro aspecto relacionado es que las sugestiones poshipnticas no tienen un efecto
permanente, sino
104 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
105
que su eficacia tiende a disminuir con el transcurso del tiempo. Por ello, hay necesidad de
un refuerzo peridico para que la sugestin poshipntica no se vaya diluyendo. Por el

contrario, reiterando la misma sugestin poshipntica dentro del mismo trance hipntico y
de una sesin de hipnosis a otra, su efecto suele verse incrementado. De esta forma, este
tipo de sugestiones contribuyen a la adquisicin de nuevas pautas de conducta, a la eclosin
de cambios emocionales y a su estabilizacin en la vida cotidiana del paciente. Ni que decir
tiene, el contenido de las sugestiones debe estar en armona con la personalidad del
paciente, su escala de valores y expectativas teraputicas, pues de otro modo se pueden
generar resistencias que hagan imposible su cumplimento.
Como regla general, las sugestiones poshipnticas requieren un grado ms profundo de
hipnosis que las sugestiones normales cuyo cumplimiento tiene lu gar en el contexto del
trance hipntico. Como hemos dicho antes, es recomendable repetir su formulacin dentro
de la misma sesin de hipnosis para crear la adecuada dinmica que asegure su ejecucin
despus del trance. Se debe empezar con sugestiones poshipnticas sencillas, que se irn
haciendo progresivamente ms difciles. La alternancia sueo/vigilia, tpica del mtodo
fraccionado, se basa en el efecto de las sugestiones poshipnticas.
Otro aspecto de importancia especial es el de la amnesia. Aunque no es imprescindible, la
realidad es que la mayor parte de los autores estn de acuerdo en que las sugestiones
poshipnticas son ms eficaces si van acompaadas de la correspondiente amnesia de la
sugestin formulada. De hecho, la amnesia constituye un fenmeno posthipntico en s
mismo. Una de las razones obedece a que de esta forma es ms fcil sortear las posibles
resistencias del paciente al cumplimiento de la sugestin poshipntica.
La amnesia puede ser total o parcial, espontnea o provocada. Si el sujeto ha alcanzado un
nivel profundo de hipnosis, es ms probable que se presente al despertar la amnesia
espontnea que si el trance ha sido medio o ligero. Algo anlogo puede decirse de la
amnesia total o parcial. Sin embargo, no se trata de reglas absolutas, y puede ocurrir que
algn sujeto despierte de la hipnosis profunda con una amnesia ligera y parcial, en cambio,
otro que solo ha alcanzado un nivel medio de hipnosis desarrolle un amnesia poshipntica
prcticamente completa.
Aunque buena parte de los sujetos declaran al despertar que lo recuerdan todo, un
interrogatorio hbil -hbil porque se evitarn las preguntas demasiado frontales y directaspone de relieve que generalmente se ha producido una amnesia parcial espontnea. Tanto
en tales casos, como en los que, efectivamente, el sujeto al despertar lo recuerda todo,
puede recurrirse en las siguientes sesiones a la inteligente tctica de Wolberg (citado por
Weitzenhoffer), antes de despertarlo del trance hipntico, pidindole que:
a) Imagine que est durmiendo profundamente en su cama y tiene un sueo.
b) A continuacin, abrir los ojos y despertar rpidamente de ese sueo.
c) Tendr la sensacin de despertar de un sueo muy profundo y recordar con claridad ese
sueo, pero conforme lo vaya haciendo, su re cuerdo de los otros hechos del trance se ir
haciendo cada vez ms borroso, llegando a olvidarlos parcial o total o totalmente.
Wolberg recomienda que se le diga al sujeto, antes de despertar del trance, que olvidar es
un fenmeno normal que se puede producir por el simple cambio de la atencin.
106 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
107
Otro procedimiento, recomendado por Weitzenhoffer, consiste en utilizar el mtodo
fraccionado, hipnotizando y rehipnotizando al sujeto, sugirindole que cada vez que entre
en trance la amnesia se har ms profunda. Este procedimiento tiene la doble ventaja de
que, por lo general, la amnesia y la profundidad de la hipnosis van juntas.

En nuestra experiencia, un aspecto importante en la produccin de la amnesia poshipntica


se relaciona con los procedimientos que se empleen para despertar al paciente. Sobre este
tema trataremos en el siguiente apartado de este captulo
Yapko, en unas inteligentes consideraciones sobre el tema, advierte que es desaconsejable
intentar la produccin de la amnesia con sugestiones directas del tipo Usted va a olvidar
todo lo sucedido durante la sesin. Resultan muchos ms eficaces los enfoques indirectos
y permisivos que pueden adoptar diversas formas: sugestiones indirectas, cambios de
atencin y tcnicas de confusin.
La cuestin bsica es: cmo saber si se ha producido o no la amnesia? Por la misma razn
que apuntbamos antes, suelen ser contraproducentes las preguntas directas del tipo
Recuerda usted esto o aquello?, ya que una consideracin demasiado frontal puede
echar a perder el efecto de la amnesia poshipntica. Weitzenhoffer aconseja, en trminos
generales, no llamar la atencin del sujeto sobre la posible existencia de amnesia -ni sobre
su grado y extensin-, sino proceder como sigue: una vez despierto el sujeto, distraer su
atencin durante 5 10 minutos hablando con l de temas completamente ajenos al
contenido de las sugestiones dadas bajo hipnosis; esto facilita la consolidacin de la
amnesia. En nuestra experiencia clnica, es importante formularle al paciente, llegados a
este punto, preguntas muy generales, del tipo: Qu tal se ha encontrado durante la sesin
de hipnosis? Qu cosas le han llama
do la atencin?, etc. Poco despus pueden precisarse ms las preguntas, siempre que se
mantenga un margen de indeterminacin y no se descienda a detalles muy particulares. En
ciertos casos, podemos decir: Es posible que usted recuerde algo de lo sucedido bajo
hipnosis en esta sesin, como si hubiera tenido por la noche un sueo que al despertar
recuerda ms o menos borrosamente... Qu nos puede decir al respecto?.
Como hemos sealado anteriormente, es frecuente que los sujetos al despertar declaren que
recuerdan todo lo sucedido bajo hipnosis, pero si se les interroga con habilidad puede
comprobarse que en la mayora de los casos existe al menos cierto grado de amnesia
parcial, siempre y cuando el trance haya sido de un nivel, cuanto menos, medio. Adems, la
amnesia puede en algunos casos ser inconsciente, en el sentido de que el sujeto no
registre que se ha producido el fenmeno. Con otras personas, puede suceder que el
comprobar sus lagunas de memoria les resulte una vivencia angustiante, y para controlarla
fabulen sobre ellas, afirmando convencidos que durante el trance hipntico se produjeron
unos hechos que en realidad no tuvieron lugar.
4.8. El despertar del trance hipntico
Se trata de un aspecto que tiene su importancia, si bien es habitual tratarlo con cierta
ligereza en la mayora de los libros sobre hipnosis.
En el despertar sugerido se culmina el proceso hipntico, y de su correcta realizacin
depende en buena parte que el paciente pueda aprovechar su valor teraputico.
Primeramente hemos empleado la expresin despertar sugerido para diferenciarlo del
despertar espontneo del sujeto. En efecto, puede suceder que estando el paciente sumido
en trance hipntico desde hace unos
108 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
109
minutos, de repente -sin previo aviso y sin haberle sugerido nada que lo justifique- abra los
ojos y se ponga a mirar alrededor con toda normalidad, incluso entable una conversacin
con el hipnotizador. Este fenmeno, de aparicin casi siempre brusca, puede deberse a un
estmulo fuerte (generalmente un ruido inesperado proveniente de la calle o de una obra

cercana), pero la mayora de las veces se debe a una resistencia que se ha activado en el
sujeto novel, con motivo de alguna palabra que para l tiene un significado especial, etc.
Puede ser importante analizar su significado inconsciente interrogando al paciente bajo
hipnosis, una vez se ha reanudado el trance, o bien al finalizar la sesin, una vez despierto.
En cierta ocasin se nos present el fenmeno con una seora que despert bruscamente
cuando, al formularle sugestiones, pronunciamos la palabra casa; se trataba, en efecto, de
unos problemas domsticos que an no haba referido y, obviamente, no le apeteca
recordar en aquel momento.
La regla de oro, cuando el paciente despierta espontneamente, es reaccionar con
naturalidad. Cualquier gesto de sorpresa o contrariedad por parte del experimentador puede
romper la alianza hipntica, aspecto clave para una terapia eficaz. Por el contrario, lo
correcto es hacerle sentir al paciente -sobre todo con la comunicacin no verbal- que se
trata de un fenmeno normal y sin mayor importancia, y reanudar las sugestiones de
sueos, pesadez de los prpados, etc. La experiencia ensea que la mayora -de los sujetos
reaccionan muy bien, alcanzando una profundidad hipntica mayor.
En algunos de los casos en los que el paciente quiere hablar al despertar espontneamente,
su resistencia puede deberse a que tiene alguna duda sobre la hipnosis y necesita aclararla.
Se trata, por supuesto, de personas que nunca antes fueron hipnotizadas y les asaltan las
lgicas reservas.
Conviene despejar al momento y con naturalidad estas dudas, y acto seguido reemprender
la induccin hipntica. En nuestra prctica clnica encontramos que el despertar espontneo
es muy raro con paciente debidamente entrenados en hipnosis.
En lo que sigue nos referiremos al despertar sugerido, o, como se entiende clsicamente, a
deshipnotizar al sujeto. Existen multitud de procedimientos que, ms all de los gustos de
cada experimentador, dependen de variables como el tipo de induccin empleado, la
duracin y profundidad del trance y si el clnico est explcitamente interesado en la
produccin de amnesia poshipntica.
Por regla general, si el paciente ha estado en un trance ligero, el despertar ser rpido y
sencillo. Pero si ha alcanzado un trance profundo (sobre todo en las primeras sesiones, con
un sujeto con poca experiencia en hipnosis), lo aconsejable es irlo despertando de forma
lenta y gradual.
Una vez concluida la sesin de hipnosis, es de la mayor importancia asegurarse de que el
paciente se encuentra bien y completamente despierto, no dejn dole marchar de la consulta
si se observa alguna anomala. Para prevenirlo, se deben entrelazar sugestiones de despertar
y bienestar general, por ejemplo:
...Usted ir despertando (...), y cuando despierte completamente notar un bienestar general,
sintindose despejado y con la sensacin de haber descansado profundamente...
Tal como han sealado diversos autores, el sujeto tiende a hallarse bajo la influencia del
trance hipntico cierto tiempo despus, aun cuando parezca com pletamente despierto. Por
ello, el terapeuta que utilice la hipnosis deber tener especial cuidado con lo que le dice al
paciente en tono coloquial, ya que este
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
an se halla en un acentuado estado de permeabilidad y determinadas palabras pueden tener
un insospechado valor sugestivo. Por otra parte, suele ser aconsejable deshipnotizar al
sujeto siguiendo el proceso inverso al utilizado para la induccin. Si, por ejemplo, hemos
utilizado como mtodo de hipnosis la cuenta de uno a cinco apoyndonos en la respiracin

del sujeto contando cada nmero junto a sugestiones de sueo durante la espiracin, lo
despertaremos contando en orden inverso, contando cada nmero, junto a sugestiones de
despertar durante la inspiracin. Una posibilidad es proceder como sigue:
Dentro de unos momentos usted va a comenzar a despertar (...), y cuando despierte, usted
se encontrar completamente bien, con una sensacin de bienestar general (...). Y yo, dentro
de un momento, comenzar a contar de cinco a cero, y cuando yo diga cero, usted estar ya
completamente despierto (...). Cinco (...) Cuatro (...) Ues (...) Dos (...) Uno! (...) Cero!
(...). Ya est usted completamente despierto.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
En el apartado anterior ya hemos mencionado la relacin de la amnesia poshipntica con el
proceso del despertar. En este punto, quisiramos hacer algu nas observaciones. La
principal es que, segn nuestra experiencia, para la produccin de la amnesia poshipntica
es preferible que las respectivas duraciones de la induccin y del despertar se hallen en
relacin inversa. No pretendemos establecer con esta
afirmacin una regla general, pero s reflejar una tendencia que venimos observando en
nuestras sesiones de terapia bajo hipnosis.
As pues, para contribuir a la produccin de la amnesia poshipntica, aconsejamos lo
siguiente:
Si la induccin ha sido rpida y el sujeto ha cado fcilmente en una hipnosis de grado
medio o profundo, el proceso de despertar ser gradual y lento.
Por el contrario, si el sujeto ha llegado lentamente a un nivel medio o profundo de hipnosis,
con frecuencia es aconsejable un despertar rpido. Quede claro que hemos dicho rpido
(por ejemplo, ... contar de tres a cero y despertar...), nunca brusco. Se debe evitar, por
cierto, los procedimientos repentinos que pueden ocasionarle al paciente perturbaciones de
consecuencias desagradables.
Aparte de la cuenta existen otros muchos procedimientos para deshipnotizar al sujeto. En
los casos en que ya se tiene experiencia en hipnosis, una seal convenida (determinada
palabra, chasquear los dedos, tocarle un hombro o una mano -siempre los mismos-, o la
simple sugestin de despertar) puede ser suficiente.
Un problema que trataremos en ltimo lugar es el del paciente que se resiste a despertar. El
experimentador imparte las sugestiones habituales para deshipno tizarlo y el paciente
contina dormido. Una primera posibilidad es que el sueo hipntico se haya convertido en
sueo natural. Pero tambin es posible -y ms frecuente en estos casos- que, de la misma
forma que pueden presentarse resistencias en algunos sujetos para ingresar en el trance
hipntico, se presenten en estos u otros casos al despertar de la hipnosis.
112 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
113
Como bien seala Weitzenhoffer, pueden presentarse resistencias ms sutiles, como en los
casos en los que el sujeto est aparentemente despierto, pero cierta calidad estuporosa en su
conducta, determinadas actitudes automticas y la reiteracin -en el terico estado de
vigilia- de determinadas pautas de conducta hipnticas nos revelan que en realidad contina
bajo hipnosis. En otros casos, seala Weitzenhoffer, el sujeto ha despertado, al menos
aparentemente, pero vuelve a caer espontneamente en trance, lo que constituye otra forma
de resistencia a la deshipnotizacin.

Las causas por las que un paciente puede presentar resistencias a la deshipnotizacin son
variadas. Adems de la ya apuntada del sueo natural, puede suceder que el
experimentador, sin darse cuenta, haya formulado sugestiones contradictorias que hayan
producido en el paciente un estado confesional sin control teraputico y, en consecuencia,
no sepa a qu atenerse. Tambin puede ocurrir que el contenido de las sugestiones
poshipnticas entre en conflicto con su personalidad y est dando al terapeuta una
oportunidad para cambiar su formulacin. Es posible, adems, que las sugestiones
poshipnticas se hayan formulado de forma ambigua y el paciente necesite alguna
aclaracin.
Sin embargo, nosotros creemos que en bastantes ocasiones la resistencia a despertar se debe
a que el paciente ha sufrido una experiencia disociativa espont nea y, por su novedad, no
se siente capaz de salir del trace en tanto el terapeuta no le suministra las adecuadas
instrucciones para salir del proceso de disociacin.
En cierta ocasin en que un joven de unos 25 aos se negaba a salir del trance y al que
habamos instruido en la comunicacin mediante respuestas ideo motoras (en este caso,
consistan en responder S levantando el dedo ndice izquierdo, y No, el ndice
derecho, en un sujeto diestro), el dilogo hipntico fue como sigue:
- Necesita en este momento salir del trance hipntico?
- No.
- Puedo preguntarle por qu r,,~cesita continuar dentro del trance hipntico?
S.
Se siente usted fuera de su cuerpo?
S.
El sentirse fuera del cuerpo, es causa de que no salga del trance?
S
Es una sensacin agradable? S.
Desea usted permanecer en esa sensacin agradable?
No
Quiere salir de esa sensacin agradable?
S.
Desea volver a su cuerpo?
S.
Sabe volver a su cuerpo? No.
Quiere que le ensee como puede volver a su cuerpo?
S (el paciente mueve el dedo ndice izquierdo con nfasis).
Usted puede sentirse ligeramente fuera de su cuerpo, verdad?
S.
Y le gustara irse poco a poco sintiendo ligeramente ms denso, pesado, hasta ir alcanzando
su cuerpo (...). S? (...).
S.
Y a medida que se va sintiendo en su cuerpo, usted necesita descansar unos momentos,
verdad?
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
- S (mueve el dedo correspondiente con mucha insistencia).
- Y usted descansa muy profundamente (...). Despus de este esfuerzo descansa
completamente (...). Necesitar despertar dentro de unos momentos?

- No.
- Necesitar despertar cuando se relaje profundamente (...) y est completamente dentro de
su cuerpo?
- S.
- Ya puede estar descansando profundamente dentro de su cuerpo, verdad?
- S.
- Despus de haber descansado, usted puede sentir el deseo de ir despejndose (...)
despertndose (...).
- S (...).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
A partir de este punto procedimos a suministrar las sugestiones habituales para despertar
del trance. Hemos expuesto el proceso de despertar en un caso particularmente laborioso.
Basndose en nuestras observaciones sobre el comportamiento de sujetos a los que se les
haba sugerido la disociacin corporal hipntica (ver apartados 4.6.2 y 4.6.4), dedujimos
que en este caso se haba producido de forma espontnea, y esto era lo que bloqueaba el
proceso de deshipnotizacin. Obrando en consecuencia y pacientemente, la salida del
trance no ofreci mayores problemas.
Hay que decir que, en la mayora de los casos de resistencia al despertar -que, insistimos, se
presen
tan en pocas ocasiones, y raramente en sujetos entrenados- el sujeto presenta resistencias
mucho menores, bastando la suave reiteracin, empleando algunas variantes, de las
sugestiones encaminadas al despertar. Si adems se siguen nuestras instrucciones
sincronizando estas sugestiones con el proceso respiratorio en la forma indicada, las
dificultades que se le pueden presentar al terapeuta son mnimas. Es ms, aun cuando no
hubiera sugestiones especficas, lo habitual es que el sujeto acabe despertndose por s
mismo en el lapso de unos minutos.
Lo importante es, una vez ms, que el clnico que utiliza la hipnosis reaccione a estos
imprevistos con naturalidad, transmitindole siempre al sujeto su capacidad para controlar
con fluidez la situacin.
4.9. Cmo medirla profundidad de la hipnosis
A lo largo del presente libro hemos empleado los trminos de hipnosis ligera, media o
profunda. Cmo saber si el sujeto se halla en uno u otro nivel de trance hipntico?
Se han elaborado al efecto diferentes escalas, tanto para la prediccin de la susceptibilidad
hipntica, como para ayudar al clnico a determinar la profundidad del trance logrado por el
sujeto. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que se trata de instrumentos que estn al
servicio del terapeuta o investigador que utiliza la hipnosis, siendo aberrante la situacin
contraria del profesional que se supedita servilmente a estos.
Evidentemente, las escalas hipnticas tiene su valor, pero la realidad es que, ms all de
estas, los diversos grados de la hipnosis, ya se trate de trance ligero, medio o profundo, con
todas las variantes y fenmenos que se puedan presentar, tienen unas notas inconfundibles
que difcilmente pueden escapar al
116 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
117
clnico experimentado y que no dependen de la aplicacin mecnica de unas escalas.

No obstante, por su inters, vamos a pasar revista a las escalas ms conocidas de


profundidad hipntica. Posiblemente la ms conocida, al combinar su valor prctico con su
sencillez de aplicacin, sea la de Davis-Husband, que se divide en cinco niveles (Insensible,
Hipnoidad, Trance leve, Trance medio Trance profundo), abarcando un total de 30 grados.
Y
Profundidad Grado Sugestiones de prueba y respuesta
Insensible 0 Hipnoidal 1
2 Relajamiento
Profundidad
3 Temblor de los prpados de la Grado Sntomas
4 Cierre de los ojos hipnosis
5 Relajamiento fsico total Insensible
0
El sujeto no reacciona de ningn
modo
Trance leve 6 Catalepsia ocular
Hipnoidal
1
Relajamiento fsico
7 Catalepsia de las extremidades
2
Modorra aparente
10 Catalepsias rgidas
3
Temblor de los prpados
11 Anestesia de guante
4
Cierre de los ojos
Trance medio 13 Amnesia parcial
5
Relajamiento mental, letargo
parcial de la mente
15 Anestesia poshipntica
6
Pesadez de las extremidades
17 Cambios de la personalidad
Trance leve 7
Catalepsia ocular
18 Sugestiones poshipnticas simples
8
Catalepsia parcial de las
extremidades
20 Alucinaciones sensoriomotoras; amnesia total
9
Inhibicin de los
grupos de msculos menores
Trance profundo 21 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el
10
Respiracin ms lenta y profunda, pulso lento
trance
11
Laxitud acusada (resistencia a moverse, ha
(Sonambulismo) 23 Sugestiones poshipnticas caprichosas.
blar, pensar o actuar)
25 Sonambulismo completo
12
Contracciones espasmdicas de la boca
o
26 Alucinaciones visuales poshipnticas positivas
mandbula
durante la induccin
27 Alucinaciones auditivas poshipnticas positivas
13
Rapport entre
sujeto y operador
28 Amnesia poshipnticas sistematizadas
14
Observacin de
sugestiones poshipnticas
29 Alucinaciones auditivas negativas
simples
30 Alucinaciones visuales negativas, hiperestesia
15
Espasmo ocular
en la vigilia
A. M. Weitzenhoffer, Tcnicas generales de hipnotismo,
16
Cambios
de personalidad
Ed. Paids, Buenos Aires, 1964.
17
Sensacin de pesadez en el
cuerpo
Entre los defectos de estas y otras escalas, Weitzenhoffer cuenta el que tienden a
sobrevalorar la profundidad del trance, en que la capacidad discrimi natoria de cada grado

deja que desear y, sobre todo, en que las sugestiones a las que se refieren las escalas no
estn debidamente estandarizadas.
La escala de LeCron Bourdeaux tiene su inters, debido, bsicamente, a que, constando de
50 grados, presenta una exposicin ms detallada que la ante rior del trance hipntico.
Como podemos ver a continuacin, se halla subdividida en seis niveles:
118 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
Profundidad
de la Grado Sntomas hipnosis
Profundidad
de la Grado Sntomas hipnosis
18
Parcial sentimiento de desinters
Trance medio 19
Reconocimiento del trance (descripcin dificultosa, pero percepcin
clara)
20 Inhibiciones musculares completas (alucinaciones sensoriomotoras)
21
Amnesia parcial
22
Anestesia del guante
23
Ilusiones tctiles
24
Ilusiones gustativas
25
Ilusiones olfatorias
26
Hipersensibilidad a las condiciones atmosfricas 27 Catalepsia completa de las
extremidades o cuerpo
Trance profundo 28 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el o sonmbulo trance
29
Mirada fija cuando los ojos estn abiertos; dilatacin pupilar
30 Sonambulismo 31 Amnesia completa 32 Amnesias poshipnticas sistematizadas
33
Anestesia completa
34
Anestesia poshipntica
35
Observacin de sugestiones poshipnticas raras 36 Prdida del control del
movimiento del globo del ojo. Prdida de control ocular.
37
Sensacin de liviandad, de independencia como de estar flotando, sentirse lleno de
aire, etc. 38 Rigidez y lentitud en los movimientos musculares y en las reacciones
39
Aumento y disminucin cclica en el sonido de la voz del operador (como el de una
radioemisora) 40
Control de las funciones orgnicas del cuerpo (latidos, presin,
digestin, etc.)
41
Retorno de recuerdos perdidos (hipermnesia)
42
Regresin a edades anteriores
43
Alucinaciones visuales poshipnticas positivas
44
Alucinaciones visuales poshipnticas negativas
45
Alucinaciones auditivas poshipnticas positivas
46
Alucinaciones auditivas poshipnticas negativas 47Estimulacin de los sueos (en
trance o poshipntica en el sueo natural)
48 Hiperestesias
49
Experimentacin de sensacin de color 50 Condicin de estupor en la que se
inhibe toda actividad espontnea. Puede desarrollarse el sonambulismo mediante
sugestiones adecuadas
A. M. Weitzenhoffer, Tcnicas generales de hipnotismo, Ed. Paids, Buenos Aires, 1964.

La Escala de Susceptibilidad Hipntica de Stanford, ideada principalmente por Hilgard, es


la ltima que expondremos. La utilidad de los procesos hipnti cos para los pacientes,
seala este autor, depende de su habilidad para responder a la hipnosis, y esta habilidad
puede ser probada mediante procesos estndar. As pues, con el fin de medir la
susceptibilidad hipntica del paciente y seleccionar los procedimientos ms adecuados para
la terapia, se construy esta escala.
Denominada tambin Escala de la Clnica Hipntica Stanford (SHCS), consta de cinco
tems o renglones:
1 Mover las manos (rengln motor sencillo para introducir al paciente a respuestas a
sugestiones). 2 Soar: Tener un sueo dentro de la hipnosis (puede ser til para interpretar
la actitud del paciente hacia la hipnosis).
3 Regresin de edad (generalmente usada en terapia).
120
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
121
4 Sugestin poshipntica (relacionada generalmente con la capacidad para continuar la
experiencia hipntica).
5 Amnesia poshipntica (con diversa utilidad, y entre ellas, el control del dolor).
Se hipnotiza al sujeto y se le va sugiriendo cada apartado en el orden indicado.
A continuacin exponemos el cuaderno de puntuaciones de la (SHCS).
CUADERNO DE PUNTUACIN ESCALA DE LA CLNICA HIPNTICA STANFORD
(SHCS)
Nombre del sujeto Fecha Puntuacin total
Hipnotizador
Resumen de puntos Detalles en pginas siguientes Puntuacin
1. Juntarlas manos
(o 1.a, bajar la mano como alternativa)
2. Soar
3. Regresin en la edad
4. Sugestin poshipntica (aclaracin
de la garganta o toser)
Nm. de apartados recordados
5. Amnesia
Nm. de apartado recuperados despus
del restablecimiento de la memoria
Puntuacin total
APARTADO PUNTUACIN
1. JUNTARLAS MANOS
(01.a, bajar la mano)
Describa el movimiento:
(Al terminar la sesin, sondee en busca del tipo
de experiencia si el movimiento es muy rpido.)
Puntuacin (+) si el movimiento es lento y si las
manos no estn ms de quince centmetros
aparte al terminar los diez segundos. (1)
2. SOAR
Registre el sueo, o informe de pensamientos,

fantasas, etc.:
Puntuacin (+) si el sujeto tiene una experiencia
comparable a un sueo, ms que experiencias
vagas y fugaces, sentimientos o pensamientos.
El sueo debe mostrar imaginera, alguna realidad,
y no mostrar haber estado bajo control voluntario. (2)
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
Circunstancias especiales (medicinado?, con dolor?, problemas de movimiento?
122 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
123
APARTADO PUNTUACIN
3. REGRESIN EN LA EDAD (A LA ESCUELA
PRIMARIA)
Ao escogido
Dnde est usted?
Qu est haciendo?
Quin es su maestro?
Cuntos aos tiene?
Cmo est vestido?
Con quin est?
a) Puntuacin (rating):
No Regular Bueno
b) Puntuacin subjetiva por el sujeto (QUE SE
DETERMINAR AL FIN DE LA SESIN)
(Lea y pida al sujeto que elija la frase que
mejor describe su experiencia:)
1) No regres en absoluto
2) Pens sobre cuando tuve esta edad, pero
no tuve experiencias visuales.
3) Aun cuando no regres, pude verme como
nio que volva a vivir una experiencia
pasada.
4) Saba que en realidad estaba en mi edad
actual, pero sent en parte como si volviera
a vivir una experiencia.
5) En realidad sent como si hubiera vuelto a
la edad sugerida y vuelvo a vivir una expe
riencia pasada
Puntuacin (+) si la calificacin del hipnotizador
es buena, o si la calificacin subjetiva es 4 5
(3)
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
APARTADO PUNTUACIN
4. POSHIPNTICA toser o aclararse
la garganta).
Anote la naturaleza y el grado de la respuesta.
or response

a) Calificacin del hipnotizador


Ausente Presente Excepcionalmente
claro
b) Calificacin subjetiva por el sujeto (QUE SE
DETERMINAR AL TRMINO DE LA SESIN
SI EL SUJETO RESPONDI)
Tosi (o se aclar la garganta) durante la sesin
1) Recuerda por qu? Y?
2) Supo por qu en ese momento?
3) Si record que le dije que hiciera esto, por
qu no obedeci a la sugestin?
4) Podra decir su fue voluntario o involuntario?
Puntuacin (+) si la calificacin del hipnotizador
es presente o excepcionalmente clara, a
menos que el sujeto declare que la respuesta fue
voluntaria.
(4)
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
124 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
125
APARTADO PUNTUACIN
5. AMNESIA POSHIPNTICA
a) Por favor, dgame en sus propias palabras
todo lo que ocurri desde el momento en que
cerr los ojos. (Apunte segn el orden de su
mencin; grabe tambin descripciones de sen
saciones de induccin, etc. Si el sujeto se blo
quea, pregntele: Algo ms?, hasta que el
sujeto vuelva encontrar un nuevo obstculo).
Algo ms?
b) Escuche atentamente mis palabras, AHORA
YA LO PUEDE RECORDAR TODO. Hay algo
ms ahora? (Escriba en el orden de mencin.)
Recuerde al sujeto lo omitido. Antelo tambin y
agregue cualquier observacin sobre la naturaleza
de la experiencia amnsica.
Puntuacin (+) si el sujeto no recuerda ms de dos (5)
renglones antes del establecimiento de la memoria.

(Al trmino de la sesin inquiera sobre los apar


tados 3 y 4.)
PUNTUACIN TOTAL
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
Hasta qu punto son de utilidad las escalas de profundidad o susceptibilidad hipntica?
Nuestro criterio es que tienen su inters. Especialmente en tareas de investigacin es
imprescindible el uso de una u otra escala.
En cuanto a su uso en un contexto teraputico, su valor es relativo. Si el clnico considera
que le ayuda a establecer la profundidad del trance o a escoger el procedimiento hipntico
ms adecuado, puede utilizar libremente la escala que mejor se adapte a sus objetivos y
disponibilidad de tiempo.
La realidad es que, como ya apuntbamos al principio de este apartado, lo insustituible es la
sensibilidad y experiencia del terapeuta, que le ir indicando con certeza a qu nivel se
encuentra el paciente y cul es la mejor estrategia hipntica a utilizar en cada momento.
CAPTULO J5
La hipnosis en psicoterapia
COMO YA HEMOS SUBRAYADO al principio de esta obra al tratar de la naturaleza de la
hipnosis, esta no es en s misma una terapia. En consecuencia, se debera desterrar el
trmino -que an hoy da sigue utilizando en algunos sectores- de hipnoterapia. Sera ms
exacto hablar de terapia mediante hipnosis, queriendo significar con esta denominacin que
se trata de un terapia en cuyo marco se utiliza la hipnosis.
La realidad, en efecto, es que la hipnosis constituye, bien empleada, una excelente
herramienta teraputica. Esta afirmacin implica, en la prctica, lo siguiente:
- Es excelente, por su carcter prctico: tiende a abreviar la terapia, brinda al terapeuta
medios muy concretos de actuacin, contribuye al establecimiento de una buena alianza
teraputica y se adapta tanto a la lnea de terapia (psicoanlisis, terapia cognitivoconductual, sistmica, etc.) como a la personalidad del terapeuta, del paciente y de los
problemas a tratar.
- La hipnosis como herramienta teraputica es asimismo excelente porque hace compatible
el
128 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA
129
necesario rigor en su aplicacin con la libertad teraputica, lo que posibilita al clnico, sin
prdida de su eficacia, a tomar o dejar la hipnosis como medio de terapia, utilizando otras
tcnicas -en combinacin o por separado-, segn lo aconseje cada circunstancia o fase de la
terapia. Es ms, puede afirmarse que el clnico que utilizase nica y exclusivamente la
hipnosis, sera un mal terapeuta. Hay que decir que los mejores terapeutas de una escuela o
tendencia a quienes ms se parecen es a los mejores terapeutas de otras escuelas, teniendo
las siguientes notas en comn: son a la vez rigurosos y flexibles en sus planteamientos (lo
cual quiere decir que no se limitan a una sola, sino que dominan, sin caer en el sincretismo,
una amplia gama de herramientas teraputicas), y son naturales y clidos en el trato con sus
pacientes.
El propio Milton H. Erickson, considerado, con justicia, uno de los mejores terapeutas que
han existido, no siempre utilizaba la hipnosis, sino que se adaptaba a las caractersticas de
cada caso, trabajando de una forma que podramos considerar artesanal. Su creatividad era
tal que, en realidad, diseaba una terapia especfica para cada paciente. Y de esta forma

usaba libremente la hipnosis, tomndola o dejndola segn lo aconsejara la situacin


teraputica.
Posiblemente, uno de los escasos riesgos que la hipnosis tiene para el terapeuta es que este
se quede hipnotizado por esta tcnica, emplendola rgida mente, con exclusin de todas las
dems. El buen terapeuta domina una variedad de tcnicas y se siente igual de cmodo
tanto si est utilizando la hipnosis como si est trabajando con el paciente en situacin
normal de vigilia.
Dicho esto, es necesario poner de relieve, como venimos hacindolo a lo largo de la
presente obra, el enorme valor teraputico de la hipnosis por otras dos razones que se
suman a las anteriormente expuestas:
- La hipnosis no es una herramienta nica, sino que implica un amplio conjunto de tcnicas.
- La hipnosis, y es su principal virtud, se amolda a cualquier tipo de terapia, ya se trate de
psicoanlisis, conductismo, terapia cognitivoconductual, gestltica, etc., aumentando su
eficacia y reduciendo el tiempo de terapia.
La relacin hipntica en la situacin de terapia, llamada por Freud el grupo de dos,
presenta una dimensin de transferencia que siempre es necesario tener en cuenta.
Precisamente, el valor de entrenar al paciente en autohipnosis radica en que le posibilita
irse independizando de la dinmica transferencial, convirtindose progresivamente en
terapeuta de s mismo y ganando en autoestima al comprobar que es capaz de ir
controlando y resolviendo sus problemas sin ayuda exterior.
El campo de aplicacin de la hipnosis es, efectivamente, amplio:
- El hipnoanlisis es la aplicacin de la hipnosis al psicoanlisis.
En este campo, la referencia principal es la obra de Wolberg. Abrevia y profundiza el
proceso analtico y simplifica los problemas que puede plantear la re lacin de
transferencia. Puede afirmarse que la hipnosis es, en combinacin con el anlisis de los
sueos y el manejo de la transferencia, el mejor y ms directo camino de acceso al
inconsciente. Dentro del marco psicoanaltico, la hipnosis se ha adaptado a cualquier
130
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA
enfoque, enriquecindolo, ya sea psicoanlisis freudiano ortodoxo, jungiano o adleriano.
- Terapia de inhibicin recproca (Wolpe) (ver apartado 2.6).
- Terapia cognitivo-conductual (Beck) y Racional-Emotiva (Ellis).
En estos dos enfoques teraputicos uno de los puntos clave es la deteccin, control y
modificacin de los pensamientos automticos subyacentes a los trastornos emocionales.
Dada la naturaliza subliminal de los pensamientos automticos, la hipnosis constituye una
poderosa herramienta para entrenar al paciente en el proceso -no siempre fcil- de captar y
guiar los pensamientos automticos por caminos ms constructivos.
nmicos desarrollados por autores como Le Cron, Rossi & Cheek y Hawkins. El
tratamiento de las fobias (claustrofobia, agorafobia, fobia social, etc.), aplicando la hipnosis
en combinacin con la tcnica de Wolpe, con la intencin paradjica de Frankl o los
enfoques de la terapia estratgica, se revela particularmente eficaz.
- La hipnosis es tambin recomendable en el tratamiento de los casos de depresin no
psictica.
En combinacin con el enfoque cognitivo-conductual de Beck, antes mencionado,
contribuye eficazmente a reducir la ansiedad, detectar y corregir los patrones cognitivos
depresivos, permitindole desarrollar habilidades congnitivas ms constructivas y flexibles.

Con independencia de la lnea teraputica a la que se adscriba el clnico, hay una serie de
trastornos en cuyo tratamiento la hipnosis puede ser de especial utilidad. Tal ocurre con los
trastornos de ansiedad, como el estrs, trastorno de estrs postraumtico, crisis de pnico y
las fobias. Como hace notar Yapko, los pacientes se refieren a sus sntomas como algo
que les sucede de forma involuntaria y, por lo tanto, fuera de su control. La hipnosis hace
posible el progresivo control de sus manifestaciones y el descubrimiento de sus causas
(insight).
La hipnosis brinda excelentes medios para el control del estrs y, asimismo, para el
tratamiento de las secuelas de experiencias traumticas; en este sentido son de particular
inters los procedimientos ideodi
Otro cambio de aplicacin de la hipnosis lo constituye el tratamiento de las diversas
disfunciones sexuales. Como sealan diversos autores (Hawkins, Hammond y otros), la
hipnosis aplicada al tratamiento de este tipo de trastorno (disfuncin erctil, eyaculacin
precoz, frigidez, anorgasmia...) presenta una serie de ventajas, entre las que se encuentran el
rpido diagnstico de los conflictos subyacentes, la independencia y autocontrol que
proporciona al paciente el aprendizaje de la autohipnosis y el incremento de la expectativa
de crecimiento personal. Son numerosas las tcnicas hipnticas que pueden ser utilizadas
en sexoterapia, pudindoselas emplear en combinacin con diversos enfoques como la
terapia conductual de Masters y Johnson, la orientacin psicodinmica de Kaplan, etctera.
Apuntemos, sin embargo, que en nuestra
132 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA
133
experiencia son de especial eficacia las tcnicas hipnticas de disociacin (ver apartado
4.6) que posibiliten una ms fcil focalizacin y una mayor sensibilizacin corporal.
Entre las mltiples aplicaciones de la hipnosis, y sin nimo de ser exhaustivos, citaremos
por ltimo su importancia en el control del dolor.
Podemos afirmar que, de hecho, la historia de la hipnosis, desde la ms remota Antigedad,
corre de la mano del empleo las diferentes tcnicas de analge sia o anestesia. Desde la
poca moderna, con las experiencias de Franz Anton Mesmer, a caballo entre los siglos
xviii y xix, las experiencias del cirujano James Esdaile a mediados del siglo = hasta
nuestros das, numerosos autores se han ocupado, de forma ms o menos sistematizada, de
las aplicaciones de la hipnosis a la clnica del dolor: M. H. Erickson, Hilgard e Hilgard,
Orne, Hammond y Barber, entre otros. En los aos ochenta cobr auge la teora del
observador oculto, formulada a partir de las investigaciones de Hilgard, como conciencia
paralela y disociacin del sujeto respecto de la experiencia inmediata (la experiencia del
dolor, en el caso que nos ocupa). Ciertamente, la experiencia del dolor, en cualquiera de sus
formas, es tan condicionante y universal que se puede afirmar que cualquier ser vivo hace
lo que sea para eludirla, y cuando esto no es posible, para suprimir, o al menos reducir, sus
consecuencias. Recientemente, el descubrimiento de las endorfinas ha aadido una nueva y
esperanzadora dimensin al tema. En cualquier caso, las tcnicas hipnticas se han venido
utilizando en combinacin con los frmacos analgsicos o en sustitucin de estos cuando
existe una intolerancia por parte del paciente, o cuando cualquier otra razn mdica
aconseja su supresin.
En tales situaciones, la hipnosis se revela como un eficaz aliado en el tratamiento del dolor.
Las tcnicas hipnticas de analgesia y transferencia de esta de una zona a otra, disminucin,
sustitucin o desplazamiento sensoriales y disociacin, se cuentan entre las ms utilizadas
para el control del dolor. Naturalmente, es en estos casos en los que resulta de especial

utilidad el entrenamiento del paciente en autohipnosis, ya que, una vez ms, fomenta su
sentido de la independencia y del control del dolor. Los enfermos de cncer, quienes
padecen dolor de cabeza, sufren dolores dentales y/o miedo a sentarse en el silln del
dentista, o dolores por quemaduras, los pacientes que por cualquier causa padecen dolores,
tanto agudos como crnicos... pueden encontrar un considerable consuelo en los medios
que les brinda la hipnosis.
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Beck, A. T.: 17, 130, 131, 134 Bernheim, H.: 58 Bourdeaux, J.: 117
Brown, P.: 135 Caballo, V. E.: 135 Capafons, A.: 135 Cheek, D.: 42, 135 Davis, L. W.: 116
Ellis, A.: 17, 130, 135 Elman, D.: 59,61 Erickson, M. H.: 16, 52, 55, 56, 67, 88, 93, 94, 95,
128, 132, 136
Estabrooks, G. H.: 136 Fezler, W.: 39, 40, 89, 81 Fisch, R.: 136 Frankl, V.: 30 Freeman, A.:
136
Freud, S.: 24, 54, 129, 136 From, M. E.: 136
Furst, A.: 101, 136 Gauld, A.: 136 Gonzlez, L.: 136 Gordon, D.: 81, 136 Gregory, R. L.:
136
Grieger, T.: 136 Grinder, J.: 16, 136 Hammond. W. A.: 131,132 Hawkins, P. J.: 131, 136
Hilgard, E. R.: 119, 121, 122,
123, 124, 132, 136, 137 Hilgard, J. R.: 119, 121, 122, 123, 124, 132, 136, 137 Horowitz, M.
J.: 137 Husband, R. W.: 116 Johnson, V. E.: 131
Kahn, J.: 136 Kaplan, H. S.: 131 Kline, M. V.: 95 Kroger, W. S.: 29, 31, 33, 64, 79, 81, 83,
89, 90, 137 Labrador, F. J.: 137
Landis, R.: 135
Le Cron, L.: 42, 96, 117, 137 Lynn, S. J.: 138
Masters, W. H.: 131 Mc Gill, 0.: 137 Mesmer, F. A.: 132 Milechnin, A.: 137 Mumford, J.:
78, 137 Munion, W. M.: 139 O'Hanlon, W. H.: 53, 55, 95, 56,137
Orne, M. T.: 132 Pedersen, D. C.: 137
140 HIPNOSIS Y
PSICOTERAPIA
Prez Alvarez, M.: 137
Spiegel, H.: 138
Indice de materias
Prez Hidalgo, L: 137Spitz, R. A.: 52, 53, 138
Ramos Gascn, C.: 137, 138 Stembo, L.: 95
Rhue, J. W.: 138
Stockei, E.: 138
Rossi, E.: 42, 55, 138 Vogt, O.: 73
Ruelas, G.: 138
Watson, J. B.: 43
Ryan, M. O.: 138
Weitzenhoffer, A. M.: 16, 28, 67,
Seligman, M. E.: 138 73, 75, 88, 93, 95, 103, 105,
Sherrington, Ch. S.: 43
106, 112, 116, 117, 119, 138
Shone, R.: 84, 87, 88, 89, 99, 138 Wolberg, L. R.: 67, 105, 129
Shrout, R. N.: 58, 59, 61, 138
Wolinsky, S.: 138
Solovey, G.: 38
Wolpe, J.: 43, 44, 45, 130, 138
Sonneis, R.: 138
Yapko, M. D.: 23, 26, 28, 29,
Spanos, N. P.: 138
32, 106, 138 Afirmacin-Negacin: 31, 32, 33, 28, 29, 52,
89, 90, 108
Spiegel, D.: 138
Zeig, J.K.: 139
42, 52-56, 101 Confusin de ideas: 56,
112,
Agorafobia: 131 Consciente: 26, 88, 100
Alianza hipntica: 108, 128
Alucinaciones hipnticas: 24, 30
Alucinaciones poshipnticas: 34, 116, 119 Ambidextrismo: 98
Amnesia: 19, 34, 37, 38, 82, 105, 106, 107, 110, 111, 116, 118, 120, 124

Analgesia: 116, 133 Analogas: 89, Anestesia de guante: 24, 39, 42, 70, 73, 116, 118
Anorgasmia: 131
Ansiedad: 43, 44, 45, 46, 130 Asociacin mental: 24 Atencin pasiva: 25, 41 Atencin
voluntaria: 25 Autohipnosis: 16, 45, 48, 103, 129, 131, 133,
Cncer: 133
Catalepsia: 27, 36, 72, 116, 117 Cierre ocular: 16, 33, 116, 117 Claustrofobia: 92
Comunicacin simblica: 94 Comunicacin verbal-no verbal:
75
Control del dolor: 24, 132, 133 Control del estrs: 130 Creencias errneas sobre la
hipnosis: 17-21 Cuestin de estado: 15
Definiciones de hipnosis: 15, 16, 17
Depresin: 131 Desdoblamiento: 84-85 Desensibilizacin sistemtica:
39, 43-46, 130, 131 Deshipnotizar: 105, 106, 107115
Despertar aparente: 112 Despertar de la hipnosis: 105, 106,107-115
Despertar espontneo: Despertar lento: 111 Despertar rpido: 111 Despertar, resistencia:
107-108
111-115 Despertar sugerido: 107, 109 Disfuncin erctil: 131 Disfunciones sexuales: 131
Disociacin: 17, 20, 24, 56, 95100, 112, 113, 114
142
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
NDICE DE MATERIAS
143
Distorsin espacio temporal: 17, 20, 23, 37, 38, 94 Doble vnculo: 32
Dolor dental: 133 Dominancia manual: 98
Endorfinas: 132 Enfoque naturalista: 36 Escala de Davis-Husband: 116 Escala de Le CronBourdeaux: 117-119
Escalas de profundidad hipntica: 105-125
Escala de susceptibilidad hipntica de Stanford (Hilgard): 119-124
Escritura automtica: 95 Esquema corporal: 36, 99, 100 Estado de vigilia: 35 Expectativas
realistas: 21 Experiencias traumticas: 130 Eyaculacin precoz: 131
Fantasas de curacin: 21 Fijacin visual: 15, 58, 62, 67 Fobias: 39, 43, 130
Fobia social: 131 Frigidez: 131
Grados de hipnosis: 35-38, 48, 51, 115-125
Hablar al inconsciente: 94 Hemisferio izquierdo-Hemisferio derecho: 26, 61
Hipersugestibilidad: 16, 35 Hiperventilacin: 51 Hipnoanlisis: 129 Hipnoanalgesia: 24,
132, 133 Hipnosis: 15-21, 23-42, 43, 45, 46, 47, 48, 49, 51, 58, 59, 79, 84, 88, 96, 127-133
Hipnosis clnica: 16-21, 39
Hipnosis teatral: 18
Imgenes idiorretinales: 76-79 Imgenes mentales: 38-41, 7985
Imaginacin guiada: 45 Inconsciente: 61, 94, 96, 100, 129 Indicadores no verbales: 48, 57
Induccin hipntica: 48, 51, 57, 66-67, 90, 95
Induccin hipntica silenciosa: 66-67
Inoculacin del estrs: 71-72 Intencin paradjica (Frankl): 30
Leyes de la sugestin (Kroger): 29-31
Meditacin: 45
Mente consciente-Mente inconsciente: 23-26, 42, 4748,49-50
Mtodo fraccionado: 73-76, 102, 104,105

Negacin: 32, 52-56, 101


Observador oculto: 17,132
Pacientes paranoides: 67 Palabras clave: 90, 111 Pensamientos automticos: 130
Profundizacin del trance: 70,
71, 72, 73, 74, 75, 87-125 Pruebas de sugestibilidad: 57 Psicoanlisis: 17, 80, 127, 129
Psicodiagnstico: 58 Psicosis: 58 Psicoterapia: 16, 17, 18, 19, 20, 21, 34, 39, 88, 100, 101,
102, 104, 127-133
Receptividad activa: 53, 54
Recursos internos: 94 Regresin: 78, 95, 119, 120, 122 Relacin de transferencia: 94, 101
Relacin hipntica: 19, 108, 129 Relacin teraputica: 16, 19, 20, 21, 101, 108 Relajacin:
15, 27, 36, 45, 50, 51 Resistencia a despertar: 111115
Resistencia a la hipnosis: 48, 51 Respiracin intercostal: 50, 51 Respuestas ideomotoras:
42, 112114
Ritmo respiratorio: 46-51, 59-60, 61, 62, 63-64, 65-67, 68, 6970, 71-73, 75-76, 77, 83, 84
85, 90, 91-93, 96, 97-98, 99100,110,113-115, 117
Sexoterapia:131-132
S y no: 32, 42, 52-56, 101, 112114
Smbolo: 25, 33 Sonambulismo: 116, 118 Subliminal: 33, 50 Sueo: 93-94
Sugestin: 28-34, 47, 48, 50, 60, 66, 80, 90, 96, 100, 116, 117, 118, 119, 120, 121
Sugestiones poshipnticas: 33, 34, 90, 100-107, 110, 111, 116, 117, 118, 119, 120, 123,124
Tcnica del ascensor: 81, 92-93 Tcnica del cierre ocular y persistencia de las imgenes
(Kroger): 79
Tcnica del descenso de la mano: 72
Tcnicas del despertar: 91, 107115
Tcnica del pizarrn: 82 Tcnica del sueo: 93-94 Tcnica de la cuenta: 90 Tcnica de la
escalera mecni ca: 81-82, 92
Tcnica de la fijacin de la mirada en los ojos del hipnotizador: 62-67
Tcnica de la levitacin de la mano: 67-73, 89
Tcnica de la visualizacin del estado de trance: 95
Tcnica de los prpados pesados: 58-62
Tcnicas basadas en la disociacin: 95-100
Tendencia al no: 54 Tendencia al s: 53-54 Tendencia invertida: 53, 5456
Terapia cognitiva (Beck): 17, 18, 127, 129, 130, 131 Terapia de inhibicin recproca
(Wolpe): 39, 43-46, 130, 131
Terapia Racional-Emotiva (Ellis): 17, 18, 130
Teora del no estado: 15
Trance hipntico: 15-21, 22, 23, 24, 27, 35, 42, 43, 46, 48, 66, 67, 79, 87, 100, 109, 114,
116, 117
Tcnica de la fijacin ocular: 62-67
Voz del hipnotizador: 36, 41, 48-49,90
Yoga: 78
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DAVID RYBACK.
Yo no he sido. FRANCISCO GAVILN.
CEIP (Centro de Investigacin en Piscoterapia) Telfono 91 402 59 17
cramos@mundivia.es www.ceipsicoterapia.com

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El libro que usted tiene en sus manos es una aproximacin rigurosa y asequible sobre el
estado actual de la hipnosis. El autor ha hecho un 1sfuerzo de sntesis para exponer con
lucidez y precisin los fundamentos y la utilizacin de la hipnosis desde una perspectiva
clara y moderna.
La hipnosis ha sido estudiada en los ltimos aos con una metodologa estrictamente
cientfica, demostrando que tanto en la investigacin experimental como en la aplicacin
clnica, la hipnosis tiene mucho que aportar. Sin embargo, pocos trabajos serios se han
ocupado de la hipnosis y de su divulgacin desde esta perspectiva cientfica.
Carlos Ramos, psiclogo clnico, nos presenta algunas de las tcnicas ms efectivas para
trabajar con la hipnosis en un contexto teraputico. Resulta especialmente interesante el
empleo del ritmo respiratorio para la induccin y profundizacin del trance, as como las
tcnicas de las imgenes idiorretinales o la induccin hipntica silenciosa. Estas tcnicas
son desconocidas o estn poco desarrolladas en otros tratados sobre el tema.
La presente obra pone a disposicin de los lectores -tanto del profano como del iniciado en
la materia- un texto actualizado y sobre todo prctico, brindndole la oportunidad de
acercarse al apasionante mundo de la hipnosis y profundizar en distintos aspectos de esta
disciplina con el mximo rigor, seriedad y seguridad.
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