Hipnosis y Psicoterapia
Hipnosis y Psicoterapia
Hipnosis y Psicoterapia
por esos fenmenos hipnticos que ya en el siglo xviii observaron los mesmeristas. No
obstante, la explicacin y el estudio siste12
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
mtico de esta materia se ha producido fundamentalmente en el siglo xx y Francia,
considerada como la cuna de la hipnosis moderna, ha cedido su hegemona a los pases
anglosajones. Por ello, la mayora de los trabajos serios sobre este tema se publican casi
exclusivamente en lengua inglesa. Este libro viene a cubrir un hueco importante y
contribuye a superar este desfase, ya que permite al lector hispanohablante consultar un
texto actualizado y prctico sobre este tema.
Carlos Ramos es un psiclogo clnico con una dilatada experiencia en la hipnoterapia, y en
el presente trabajo nos presenta algunas de las tcnicas ms efec tivas para trabajar con la
hipnosis en un contexto teraputico. Resulta particularmente interesante el nfasis en el
empleo del ritmo respiratorio para la induccin y profundizacin del trance. Tambin
resaltaramos la induccin mediante imgenes idiorretinales, ya que estas-aportaciones
estn habitualmente poco desarrolladas en otros tratados sobre el tema.
Otro mrito de Carlos Ramos es conseguir el equilibrio que har que tanto el profano como
el iniciado en la materia puedan interesarse en el presen te texto, que cuenta, y nunca mejor
dicho, con una bibliografa muy sugerente.
Por todo ello, creemos que aquellos que se asoman por vez primera al panorama de la
hipnosis descubrirn su enorme atractivo, y los versados en el te ma podrn profundizar en
determinados aspectos que el autor ha sabido analizar y sintetizar con rigor.
ISIDRO PREZ HIDALGO Psiclogo Clnico Presidente Fundador de la Sociedad
Espaola de Hipnosis Clnica y Experimental Codirector del Instituto Erickson de Madrid,
nombrado por la Fundacin Erickson de EE. W. Mster Honoris Causa F.E.3.eE
Prlogo
HE ESCRITO el presente libro con una doble intencin: a) Servir de informacin y ayuda a
la persona que, por cualquier motivo, est pensando en la posibilidad de recurrir a una
terapia mediante hipnosis. b) Orientar al clnico que ya utiliza esta excelente herramienta
teraputica en nuevos enfoques que, con seguridad, brindarn una mayor eficacia a su
diario quehacer. Por esta misma razn, tambin me gustara convencer a los psicoterapeutas
que no emplean la hipnosis de su utilidad, animndoles a aprenderla.
Me siento en deuda con mucha gente. En especial, deseo expresar mi agradecimiento a:
- Mis pacientes, que con su buena disposicin y esfuerzo para superar sus problemas han
comprobado por s mismos la eficacia de la hipnosis, y al mismo tiempo me han servido de
estmulo e inspiracin para superarme como psicoterapeuta.
- A Isidro Prez Hidalgo, presidente de la Sociedad Espaola de Hipnosis Clnica y
Experimental, excelente amigo y psiclogo clnico, por sus enseanzas, y por su
orientacin en la mejora de este libro.
14
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
- Ami secretaria M. Carmen, que tan pacientemente ha corregido las pruebas y ha hecho
posible la materializacin del presente libro.
- A mi mujer; M. Antonia, por su apoyo, comprensin y amor, que son para m fuente de
aliento y alegra de vivir y me posibilitan evolucionar como persona y como terapeuta
CAPTULO 1 Por qu la hipnosis
A todos mi agradecimiento y mis mejores deseos de paz y salud en este milenio que acaba
de comenzar.
hipnosis har bien estando alerta al respecto. Ms an, sucede que algunos pacientes,
aunque no lo manifiestan verbalmente, incluso afirmen comprender la necesidad de contar
con su colaboracin para llevar a buen puerto la terapia, en su fuero interno no renuncian a
la secreta esperanza de que, despus de todo, el trance hipntico resolver por s mismo su
problema, sin especial esfuerzo de su parte.
Es, pues, de la mayor importancia que el psiclogo aclare al paciente desde la primera
sesin lo que puede o no esperar de la hipnosis y la necesidad de
contar con su colaboracin activa. Le explicar que si bien la hipnosis puede facilitar e
incluso acortar la terapia, lo fundamental es que se cree entre ambos, paciente y terapeuta,
la adecuada alianza de trabajo. Le explicar asimismo que es cierto que la hipnosis acta en
parte en un nivel inconsciente, pero que esto no exime de realizar los esfuerzos necesarios
para alcanzar los objetivos realistas que se hayan fijado al comienzo de la terapia.
En efecto, uno de los aspectos clave, sobre todo en una psicoterapia en la que se va a
utilizar la hipnosis como tcnica de eleccin, es establecer unos lmites adecuados y con
unas expectativas realistas. Aconsejamos explorar las fantasas de curacin del paciente
para no dar lugar a ulteriores malentendidos. Hay pacientes, ya tengan una actitud pasiva o
activa, que, precisamente por estar la hipnosis implicada, ponen en juego unas fantasas
omnipotentes de curacin, con objetivos teraputicos completamente fuera de la realidad.
CAPTULO 2 Diversos tipos de hipnosis
2.1. La naturaleza del trance hipntico
N LA PRESENTE obra concebimos la hipnosis como un conjunto de fenmenos basados
en la disociacin y la asociacin menEtal.
La disociacin, o accin de separar mediante la hipnosis procesos mentales que
normalmente transcurren integrados, se basa en el hecho de que duran te el estado de trance
la persona enfoca selectivamente la atencin en las sugestiones del terapeuta. Este carcter
selectivo constituye la esencia de la disociacin.
Sin la disociacin no se entienden fenmenos como la levitacin de la mano, la amnesia o
hipermnesia, o la distorsin espacio-temporal.
Para Yapko (1995), lo caracterstico de los fenmenos hipnticos de disociacin es la
separacin entre la mente consciente, que se ocupa de los pro cesos hipnticos, y la mente
inconsciente, que busca entre tanto los significados simblicos, asociaciones y respuestas
apropiadas. Esto puede interpretarse como la necesidad de captar la atencin consciente -a
fin de que disminuya su accin de control y vigilancia- mediante los procedimientos
24
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 25
hipnticos, y poder ir as liberando los procesos inconscientes.
En rigor, deberamos considerar la hipnosis como un proceso, unas veces alternante y otras
combinado, de disociacin y asociacin. Esto quiere decir que la hipnosis no consiste
nicamente en el proceso de separacin selectiva (disociacin), sino que tambin pueden
relacionarse selectivamente aspectos mentales que normalmente no tiene conexin directa
(asociacin). Tal ocurre, por ejemplo, cuando en el tratamiento hipntico de un hbito
perjudicial como el fumar, se le disocia de la sensacin de placer y se le asocia a una
impresin desagradable. Disociacin y asociacin son los dos aspectos bsicos de la
realidad hipntica. Tal es el caso de las alucinaciones positivas y negativas, o de las
instrucciones que se imparten para el control del dolor, sugiriendo que la zona dolorida
desaparece o bien se separa del cuerpo. Lo mismo sucede con la anestesia de guante,
Lo mismo podemos decir de la dicotoma hemisferio izquierdo (en el que estaran las
funciones verbales, lgicas y analticas) y hemisferio derecho (de naturaleza no verbal,
silencioso, intuitivo y global).
A nuestro juicio, la clave no est en distraer la actividad mental consciente para liberar la
inconsciente, o, expresado de otra forma, distraer y ocu par el hemisferio izquierdo del
cliente mientras utiliza los recursos del derecho (Yapko, op. cit., p. 66), sino en resolver
esta alternancia, en superar la dicotoma consciente-inconsciente, hemisferio izquierdohemisferio derecho, estableciendo mediante el proceso hipntico una comunicacin ms
fluida e integradora.
La pregunta bsica es la siguiente: Cmo saber que el paciente se encuentra en trance
hipntico?
Es natural que cada clnico emplee su propia metodologa para inducir la hipnosis, y que
cada paciente tenga su estilo particular e intransferible de caer en trance.
Los diferentes autores, aun cuando aclaran que la hipnosis no es relajacin ni un
prerrequisito para que necesariamente se produzca, insisten, sin embar go, que entre los
indicadores principales del trance hipntico se encuentra la relajacin: ya se trate de una
distensin tanto generalizada como, precisamente, selectiva -es decir, disociativa-, en una
parte del cuerpo. Cobra especial relieve la relajacin facial y, dentro de ella, la relajacin
ocular seguida por la relajacin de la mandbula.
Debe quedar claro que aunque esto es as en la mayora de los casos, en una importante
minora la induccin del trance viene acompaada pgr fenme nos de catalepsia, con la
conocida flexibilidad crea, sin que estas variaciones parezcan perjudicar la calidad del
trance.
La realidad es que la entrada en el trance hipntico, ms all del grado de relajacin o
catalepsia, y con independencia de si los ojos se cierran o perma necen abiertos, posee una
nota inconfundible y difcil de fingir o imitar que no puede pasar desapercibida para el
clnico experimentado.
Al terapeuta que se est formando en hipnosis, le aconsejamos encarecidamente que
presencie numerosas inducciones de trance llevadas a cabo por ex pertos en la materia, con
diferentes procedimientos, y observe cuidadosamente las reacciones de los sujetos de
experimentacin, con la seguridad de que, ms all de la variedad de reacciones, acabar
captando intuitivamente la nota fundamental de ingreso en el trance.
28
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 29
Este conocimiento le ser de gran utilidad posteriormente en su prctica clnica.
2,2. Sugestin hipntica
Lo primero que es necesario comprender es que elinconsciente recibe las sugestiones de
forma literal.
El problema es que acepta las sugestiones literalmente... sin que en el plano consciente la
persona se decuenta de ello. Existe, por ejemplo, la expresin volverse rojo de ira,
relacionando una determinada coloracin facial con un estado emocional concreto. toque
sucede con frecuencia es que se produce una disociacin en el nivel consciente entre el
efecto, ruborfacial y la causa, un estado de agresividad repriinido, por ejemplo.
El resultado es que la persona desarrolla una eicatofobia -temor al enrojecimiento facial-,
sin tener consciencia de su trasfondo emocional.
unas soluciones que se constituyen en problema, generando un crculo vicioso segn el cual
el intento de solucin -las diversas estrategias que el paciente idea para intentar no
desmayarse en pbli
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
tneamente. La eficacia de los anuncios publicitarios se basa en esta ley: se tiende a captar
la atencin del consumidor, sin que sea plenamente consciente de ello, con la reiteracin de
mensajes subliminales que asocian la compra del producto con un estado de nimo
placentero.
Ley del efecto invertido: Se refiere a la paradoja de que cuanto ms insistentemente nos
esforzamos en obtener determinado resultado, ms difcil ser de alcanzar, incluso puede
obtenerse el resultado opuesto.
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 31
co- constituyen el problema y desembocan en el temor a desmayarse, y este intensifica las
estrategias de evitacin, estableciendo una circularidad obsesiva cuya solucin ms
elegante y eficaz es provocar intencionadamente el sntoma que se pretenda evitar,
rompiendo as el crculo vicioso.
Estas consideraciones nos llevan nuevamente a destacar la importancia de la atencin
pasiva, antes mencionada, para el xito de la sugestin, siendo ne cesario que el estmulo
sugestivo tenga las propiedades ya apuntadas.
La tercera ley que menciona Kroger es la ley del efecto dominante, segn la cual una
emocin intensa tiende a reemplazar a otra emocin de menor intensi dad. De esto se sigue
que asociar una emocin intensa a una sugestin la har tanto ms efectiva. En realidad,
para que una sugestin tenga xito, normalmente debe conectarse con una emocin de
intensidad superior a la que est asociada al problema que-se-pretende tratar. En el caso de
que la simple sugestin directa no pueda desplazar a la emocin asociada a la conducta
problemtica, debe recurrirse a otras estrategias ms indirectas o sofisticadas.
Una posibilidad es recurrir a un efecto fisiolgico intenso, dice Kroger, para reforzar la
eficacia del estmulo sugestivo.
Un aspecto diferente es el de la construccin de las sugestiones.
En principio, los diferentes autores recomiendan que la formulacin del mensaje sugestivo
se haga en trminos positivos, y no negativos. Si, por ejemplo, se trata de inducir un estado
de tranquilidad, el mensaje debera ser: Estoy relajado, en calma, en lugar de: No estoy
tenso, no estoy nervioso.
En consecuencia, la gran mayora de las sugestiones tiene un sentido positivo. La razn
general que
32
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 33
se esgrime en contra de las sugestiones negativas es que el NO, la negacin, no es captada
por el inconsciente, por lo que pueden ser estriles, e incluso tener el efecto contrario.
En un ejercicio muy sencillo para demostrarlo, se le puede sugerir al lector: No piense en
una fuente, no piense en un perro, no piense en un lpiz... para que inevitablemente
aparezcan en su imaginacin una fuente, un perro y un lpiz determinados. Por esto sera
errneo impartir a un paciente la sugestin de: A usted no le gusta fumar... en la
seguridad de que seguir fumando, incluso, con mayor intensidad.
... Sin embargo, esto no quiere decir que haya que desechar las sugestiones negativas en
cualquier caso. Sucede que constituyen unas estrategias ms sutiles y el clnico, cuando las
utilice, debe hacerlo con una sagacidad especial. Bien empleadas, el efecto paradjico de
las sugestiones negativas puede servir para superar resistencias a la induccin hipntica,
bloqueos emocionales o actitudes rgidamente establecidas. Tal como explica Yapko, el
principio que subyace a estas sugestiones negativas es el de vencer al otro con sus propias
armas.
En realidad, lo que sucede con las sugestiones negativas, siempre que se empleen con
habilidad, es que colocan al paciente resistente en una situacin de doble vnculo, segn la
cual tanto si responde afirmativamente, colaborando, como negativamente, resistindose, se
produce el efecto hipntico o teraputico deseado. Las sugestiones negativas, empleadas de
esta forma, pueden constituir la tcnica de eleccin en los casos en los que el paciente
presenta resistencias especficas a la induccin hipntica o algn fenmeno particular. De
esta forma se consigue usar la resistencia del paciente en beneficio del proceso hipntico.
Es, por tanto, fundamental que el clnico que emplea la hipnosis utilizando sugestiones
negati
vas tenga una actitud flexible, aceptando la resistencia y sabiendo siempre qu es lo que
hace.
Si, por ejemplo, se encuentra con un paciente que se resiste a la sugestin de ir cerrando los
ojos, se le puede sugerir: No cierre los ojos... y no cerrando los ojos... cuanto menos
parpadee... antes caer en trance hipntico, con la probabilidad de que esta formulacin
resulte mucho ms eficaz que el enfrentarse directamente con la resistencia mediante
sugestiones positivas.
Un aspecto importante de las sugestiones son sus componentes subliminales, de los cuales
el sujeto no es consciente, o al menos solo es parcial y difusamente consciente de ellos.
Determinados gestos e inflexiones de la voz del experimentador al pronunciar ciertas
palabras, smbolos encubiertos en mensajes sugestivos-,etctera, pueden influir en una
mayor eficacia de las sugestiones. Conviene, sin embargo, advertir que, tal como ponen en
evidencia las investigaciones sobre la percepcin subliminal, para que tengan un efecto real
las sugestiones subliminales deben ir acompaadas de la conveniente repeticin del
estmulo. En cualquier caso, debe quedar clara la importancia de las sugestiones
subliminales, con su carcter encubierto, como complemento de la labor sugestiva explcita.
En cuanto a las sugestiones poshipnticas, son aquellas que, como las dems, se imparten
en el contexto del trance hipntico, pero cuyo cumpli miento tiene lugar una vez el sujeto
ha salido de l y se encuentra de nuevo en estado de vigilia. Quiere decirse, pues, que los
efectos de este tipo especial de sugestin tiene lugar posteriormente al trance hipntico, una
vez ha concluido este. Como seala acertadamente Kroger, la diferencia entre una sugestin
poshipntica y un reflejo condicionado se basa en que la primera se establece mediante una
repeticin mucho menor, y con frecuencia se trata de un apren34
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 35
dizaje de una sola vez, en una nica sesin y producto de una asociacin ms duradera,
en tanto que el reflejo condicionado clsico se puede extinguir con ms facilidad.
Generalmente, se considera que la aparicin de respuestas poshipnticas es un indicador de
la hipnosis de grado medio, sobre todo cuando el sujeto no guarda recuerdo de la
instruccin dada bajo hipnosis (amnesia).
Un caso particular es el de las alucinaciones poshipnticas, que pueden ser positivas o
negativas. Un ejemplo de las primeras es sugerirle al sujeto: Cuan do usted despierte, ver
en la pared que tiene en frente un tringulo azul. Un ejemplo de alucinacin negativa
los estmulos objetivos. Dicho de otra forma, deben proceder del interior del propio sujeto,
ms que de una experiencia sensorial inmediata.
Un punto en el que insiste Fezler es que debemos intentar que las imgenes sean lo ms
reales posible. Nosotros pensamos, sin embargo, que en muchos pacientes el esfuerzo por
crear imgenes vvidas y completas puede, paradji
camente, bloquear el proceso hipntico, ya que esta actividad mental en muchos casos
puede despertar el detallismo y la conciencia crtica, justo lo contrario de lo que se
pretende. Lo importante, ms que crear una imagen detallada, es que el paciente se vea
envuelto en un clima sugestivo adecuado. Dicho con otras palabras, el terapeuta debe crear
con sus sugestiones un ambiente afectivo en el que el paciente se sienta cmodo y no le
invite a ejercer su funcin crtica. En este sentido, el terapeuta obrar juiciosamente no
exigiendo a sus pacientes imgenes tcnicamente perfectas. Hay personas de tendencia
marcadamente visual que las pueden crear sin problemas, pero con la mayora de los
sujetos no sucede as, y en estos casos unas imgenes ms genricas y, por as decirlo,
difusas, pueden resultar igualmente eficaces. Lo decisivo es que las imgenes a emplear en
las sugestiones tengan una nota de espontaneidad y capten con naturalidad la atencin del
paciente.
La experiencia indica, sin embargo, que bastantes pacientes no siguen las sugestiones que
les imparte el terapeuta con la correspondiente formacin de image nes. Simplemente, se
limitan a escuchar pasivamente la voz del hipnotizador, y aunque entienden perfectamente
lo que se les va diciendo, informan que en realidad no evocan los contenidos visuales,
auditivos o kinestsicos implcitos en las sugestiones.
Qu hacer en estos casos? Suele tratarse de pacientes con un fuerte bloqueo mental, aun
cuando el problema que traigan a la consulta no sea de particu lar gravedad. La estrategia
teraputica inicial es entrenarlos en la formacin de imgenes tal como hemos venido
explicando.
42
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 43
2.5. Las respuestas ideomotoras y su utilidad para la hipnosis
2.6. La tcnica de Wolpe y su utilidad para la hipnosis
Se refieren las respuestas ideomotoras a la manifestacin motriz -que puede ser de la
totalidad del cuerpo o de una parte en concreto, como la cabeza, una mano o los dedos, etc.de un contenido mental, generalmente inconsciente. Se trata, pues, de un movimiento
corporal que se relaciona con un estado mental de forma automtica e inconsciente.
Un claro ejemplo lo tenemos cuando pensamos en las respuestas s y no; inconsciente
y automticamente movemos la cabeza en uno u otro sentido (ver apartado 2.8).
Durante el trance hipntico, las respuestas ideomotoras se producen inevitablemente como
consecuencia de las sugestiones.
El hipnotizador hbil sabe captar estas seales y utilizarlas sobre la marcha, segn van
apareciendo, para generar sugestiones ms eficaces y adaptadas a la forma concreta de
reaccionar de su paciente. Si, por ejemplo, observa que al ir cerrando los ojos el paciente,
diestro, tiende a mover ligeramente la mano izquierda con pequeas sacudidas, el clnico
puede elegir esta mano, en lugar de la derecha, considerndola ms apropiada para las
sugestiones de levitacin o de anestesia de guante.
Es muy importante captar y aprovechar las seales involuntarias que emite el paciente para
el buen desarrollo de la sesin de hipnosis.
- Ahora piense o diga S y al mismo tiempo mueva la cabeza en sentido negativo; o bien,
piense o diga No, moviendo la cabeza en sentido afirmativo.
En ambos casos, notar claramente la confusin inicial y la resistencia a efectuar estos
movimientos al sentirlos antinaturales.
As pues, podemos concluir que en la afirmacin y negacin se funden los aspectos
verbales y no-verbales de la comunicacin.
Volviendo a las investigaciones de Spitz, para este autor, los movimientos de afirmacin y
negacin, ms all de sus significados concretos, tienen un ori gen claramente biolgico.
Observ la presencia de los movimientos cefalgiros negativos en nios privados
emocionalmente de menos de 12 meses. El nio normal aprende a comprender el
significado de la con
ducta cefalgira negativa realizada por un adulto a partir de los 15 meses,
aproximadamente.
Para Spitz, la raz de la conducta cefalgira na_gativa se halla en la reaccin del recin
nacido, quien al ponrsele el pecho realiza estos mismos movimientos (sin el posterior
significado social de negacin) en su intento de atrapar el pezn con la boca. Una conducta
similar puede observarse en las cras de mamferos. As, por ejemplo, en gatitos recin
nacidos se observa cmo mueven rtmicamente la cabeza en horizontal, describiendo un
arco de 180 grados en lo que se ha llamado automatismo de bsqueda. Ahora bien, cuando
el cachorro o el beb humano encuentra finalmeinte con su boca el pezn, cesa el
automatismo de bsqueda y comienzan los movimientos de succin.
La succin va acompaada por movimientos rtmicos de cabeza hacia delante y hacia atrs
que, segn la tesis de Spitz, seran los precursores de los movimientos de afirmacin.
Estas dos pautas, automatismo de bsqueda y reflejo de succin, se excluyen mutuamente.
Lo que posteriormente ser no a nivel verbal, tiene una in tencionalidad de bsqueda ms
que de rechazo (no en vano afirmaba Freud que en el inconsciente no existe el No), y de
receptividad activa lo que posteriormente, en un nivel verbal, se entender como s,
dentro del segundo ao de vida del nio.
Qu tiene que ver esto con la hipnosis?
William H. O'Hanlon expone, en su excelente libro Races profundas, el proceder de
Erickson para el establecimiento de las pautas hipnticas de tenden cia al s y al no, as
como su utilidad para la induccin hipntica.
En el caso de la llamada tendencia al s, explica O'Hanlon que es una tcnica
corrientemente empleada para establecer un clima de acuerdo, de aceptacin y, sobre todo,
de expectativa de trance. Si lo relacionarnos
54
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 555
con lo anteriormente expuesto al referirnos a las tesis de Spitz, podramos colegir que la
tendencia al s coloca al paciente -desde el punto de vista psicosomtico y sin que sea
consciente de ello-, en un estado de receptividad activa que le deja en la situacin ms
favorable para asumir las siguientes sugestiones. La clave est en hacerle al paciente una
serie de preguntas previas a las que necesaria -e involuntariamenteresponder s. Por
ejemplo: Usted s viene en demanda de ayuda y se encuentra aqu en la consulta,
verdad?. Lleva sentado unos x minutos, no? Oye el rtmico sonido del
metrnomo? Finalmente, se le hace una pregunta ms arriesgada, pero a la que es probable
que el paciente responda de modo afirmativo: Y usted espera entrar en trance ...
verdad?.
En segundo lugar, le sirve al paciente para romper con un patrn de conducta antiguo y
establecer otro nuevo y ms constructivo. Adems, esto tiene un beneficioso efecto de
contagio: si una determinada pauta arraigada en la conducta puede cambiar, tambin lo
pueden hacer otras.
En tercer lugar, el establecimiento de la confusin mediante la tendencia invertida provoca
una disociacin entre el pensamiento y la accin del paciente, de forma tal que el
pensamiento ya no determina la conducta del paciente ni en esta rea a la que se refiere la
induccin hipntica, ni en el rea del problema por el que consulta el paciente.
AMOS A PASAR REVISTA a una serie de mtodos de induccin hipntica, dndoles, en lo
posible, un enfoque nuevo. No pretendemos ser exhaustivos, sino exponer aquellos pro
cedimientos que nuestra experiencia indica que destacan por su sencillez y eficacia. El
lector puede consultar en la abundante bibliografa sobre hipnosis existente respecto de
otros procedimientos tradicionales y sobradamente conocidos, como las denominadas
pruebas de sugestibilidad. Tal sucede con la prueba del pndulo, las manos entrelazadas, la
catalepsia ocular, etc.
Estas pruebas de sugestibilidad se emplean para averiguar si el paciente que acude a la
consulta ser o no un buen sujeto hipntico. En nuestra opinin, estas pruebas tienen su
inters -sobre todo para la formacin del clnico novel en hipnosis-, pero su utilidad es muy
relativa y tienen el doble inconveniente de ser un tanto mecnicas y consumir mucho
tiempo.
La realidad es que cuando se tiene suficiente experiencia en hipnosis es posible, con un alto
grado de probabilidad, deducir de la conducta del paciente que acude por primera vez a
nuestra consulta -sobre todo fijndonos en sus indicadores no verbales-, si ser o no un
buen sujeto, sin necesidad de aplicarle las
DPDJ UDsad al (* * *) OPUDsad UDO al sopudapd sol anb `soluazuom soun ap o.quap
`niuana o.inp dS .( -..) oapudx-ed la ma `.in[raq ID UOIaVCzila.i ns ap
atgns lu u!sua~ ns ap ajualasuoa n,~nq as anb odarnt) ( ) uananui as outa dIjuas IC
sopraddDd sol n upauaiD ns xupulsu x4 apand l~aogV
( .) oslnd ia `n.inlviadmal ns `ouvm Dl ap ula o uisua~ ap opicam la `olsnui la uoa
olanj -uoa la `opap up-ca ap uglaisod ul illuas apand `nl -M.1sm ap pzippsaaau uiS -ouuui
ns ap uapaao.id anb Rauoiansuas sul sDpol ap aluaiasuoa asaaauq S t-paalnbzt ounm ns ua
ugliualy ns dauod apand anb ages 1(opfns lap axqutou) pa~sn
*saroidadns soffldipd Sol op zapusad op uiousuas Pl iianpoid insuna `aquouinlpauas
`ouis `noodq -el op saaopnziloudiq sol unquUl.iUu ouioa oail
-do oinaau la IU~ijuj op la sa ou ugan.id nlsa op ojafgo la anb `unuioo OPIJuas uoo `Jan
OMI `pransIn UO1jD~1j nl op oaispla olualUlipaooad je asopugl iijaa uainb `uiiaq -uaag al
loddIH `uu-iapoui sisoudiq Pl op sa.ipud sol op oun op uanisod Pl ap iiiand u (L861)
jnoigS 'N 'a .iod o4iaosop ajuauzufiloid sa olualuiipaao.id alsg
-aquauiupidpa , opuj uanq op apuodsa i sojafns sol op ntao~fnul uuif u7 -,o!anarja
zall!auas ns .iod vavisap opuiaudu aisa ua souiuquaso id anb Pl `nai4 -gudiq uiaanpui op
suoiuol solua.iajip sul aajug
:somioap al (opanz sa Ls) ugoaiap oueiu ns o'(oil -saip sa Ls) np.iambzi ouuui ns `olduiafa
iod `odiano ns op ali-ed iainbluna aiiuas uaud pnpiaudua ns aaq -os ojafns lu ug!aualu Pl
SouiuUlull aluamn.raLulid :an.'is ouioo souiopaaoid naiutlo nal4apad ualsanu ug -ao,fuui
oganui zopidua uun uoo ulaaaip spui uaauuw nun op oaad `aquouzluni aanpoad as aisa
`aouual ua auaqua lie aquauluaupluodsa uzquai anb ol saaol.Iadns sopudapd sol uoa aaauq
u ojafns lu uuasua as Is anb op opijuas la ua `algzs.raaa.i sa ouaucqua/ la anb u iapisuoa as
`unuilg op olualuiuuozua la opuain!S -sisoudiq -el u osnd oagn anb uuna -el sa `InoigS
iod opui -ia `uuwlg nquuialUt, `soro sol anaaaa ap p.iaunUl anilna -ad p2gH uumaia as
`ajuaUIluuI `oallstaalonano aolq -Mal anal un uoo aluauiluaaua~ `auajaln u uuzualwoa
sopnd.ipd sol opuuna an.flnl auaiZ -alq!punjuoaui Djou uun aosod anb ,~ osloaid
oluauioLu un ua uzuoiuioo sis -oudiil -el anb 9,Snlauoa `suajjqudiq sauoioanpui op sol
-IUI.zunaasgo op sondsoQ -uiauulaoduii ns olpua iduioa `soun.ij o.ilsauul lap sofngn.il sol
opua~Sal `uPUilg an -uQ `ounaiaauiualaou aopuzi4oudiil un aluaUiaoiaalsod olos X
`LIuana ua upiuai anj ou uziaquaag op uoiuido -el `Ino iLIS uaildxa `snlouulsunaaia
susaanip .iod
sopusad sopudayd soi ap eoiuay iE
-alqupuauz
-ooaa nui sa osad- cl oalsu.'nrpoaisd un anb ol iod `soaiiaisd so ipuno o aliuijl sosua
sol oluoa saluaia -ud solaaio ua vpn(dsuoaosap ajuauclviudoj plsa sis -oudiil Pl anb `a4aud
ualo aod `oanla znpanb agaQ
-solafns sol ap nt.zouui una ul uoo aluauiliapj uzlluai as ualigudiq uiaanpui Pl anb
p.iugo.iduioo oaiutla la `souiufasuoau omoa opuuagp
-pnli4uoad uoa X soapo i uis upuuuiap ns ua opipualn u4uais as ajuoiaud la anb
uiauul.ioduii iouui Pl op sa `suaqulud sL-mo uoa ogoiG -.Iionpoad u un as `sgnd -sap o
salut, `nuiio uajo n uun op `anb op pupian.~as nlinbunal el uoo `lnanluu a1uauiujalduioa
osaao.id un ouioa aauual lop uiaanpui -el opuuquasaad aquoui -usoiainf pauago sisoudiil
ul nzililn anb oaiutla lg "nllnsuoo op onilOUI la uoo OIuapina uiaulaa uis snganad op alias
L-un -e uulaulos al anb ou `nmalgo.id ns daalosad sa adalnb anb ol `uidnaal Pl u apnan
ajualaud un opuuno `anb ujuona ua iauai anb ~LH *SUInaad pnpiligilsans op suganad
69
VOI,LONJIH NOIODI1QNI HU SOQO.L~W
VIdV1Id,LOOISd A SISONdIH
89
il III,I'll'
60
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
61
vez ms (...). Ahora, simplemente, cierre los ojos con lentitud (. ..) va notando que le pesan
cada vez ms ( .. ) y una sensacin de pesadez le recorre todo el cuerpo (...). Ahora, quiero
que vaya abriendo los ojos, lo ms lentamente que pueda (...) notar que llega a un punto en
que siente pereza en seguir abriendo los ojos (...). Ahora puede cerrar de nuevo los
prpados (...). Sintiendo que una pesadez an mayor le recorre todo el cuerpo (...) y as
(nombre del sujeto) va deslizndose en un profundo trance...
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
A continuacin se imparten las sugestiones habituales de profundizacin del trance.
Nuestra experiencia indica que, dominando este procedimiento, la mayora de los sujetos
caen en un trance ligero o mediano, suficiente para el trabajo teraputico, en unos tres
minutos.
Es de la mayor importancia la cadencia con la que se imparte las instrucciones, en funcin
del ritmo respiratorio, como hemos indicado.
Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio tiene mltiples ventajas. En nuestra opinin, la
principal consiste en que -sin que el sujeto sea general mente consciente de ello- se asocia
el ritmo de las sugestiones con un ritmo biolgico fundamental. Ello tiene un profundo
efecto inconsciente.
Las sugestiones estn cuidadosamente estudiadas, tanto desde el punto de vista del
contenido como del fontico para ser formuladas en una u otra fase del ciclo respiratorio.
Concretamente durante la espi
racin, al ser ms lenta, se deben pronunciar con una mayor lentitud, alargando ligeramente
las vocales, en tanto que durante la inspiracin, ms breve, el ritmo debe ser ms rpido y
evitando, en lo posible, las palabras que contengan consonantes nasales.
Nosotros actuamos de esta forma porque la experiencia nos indica que es el proceder ms
eficaz. En cualquier caso, la tcnica propuesta es puramente orientativa y el lector puede
emplear la que considere ms adecuada a su idiosincrasia personal.
Sin embargo, el clnico que utilice la hipnosis en su consulta diaria comprobar una y otra
vez, y con seguridad, que la adaptacin de las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como lo
proponemos en la presente obra, tiene un efecto mucho ms potente y rpido que otros
procedimientos.
Creemos que ha merecido la pena explicar con detalle esta tcnica, ya que sienta las bases
de nuestra exposicin de la mayora de los procedimientos hip nticos que se explicarn en
las siguientes apartados, asociados a la respiracin.
Por ltimo, queremos explicar la razn que aconseja empezar centrando la atencin del
sujeto en su mano no dominante: esta se halla relacionada con el hemisferio cerebral no
dominante y, en consecuencia, ms asociado a los procesos mentales inconscientes. Por otra
parte, es ms fcil atender primero a la mano que a la zona ocular. Sobre todo en la primera
sesin de hipnosis, con un sujeto no entrenado, sugerirle que preste directamente atencin a
los ojos, puede ocasionar cierta aprensin. Por este motivo, preferimos empezar por la
mano para realizar a continuacin la transicin a la zona ocular.
Este procedimiento es ligeramente ms lento que el de Elman y Shrout, pero se gana en
seguridad y en colaboracin con el inconsciente del sujeto.
III''
~Il l li u~,
62
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
63
Pero si resulta que al clnico lo que le interesa es una tcnica lo ms rpida posible, sin
transiciones ni tener que adaptarse al ritmo respiratorio del pacien te, aconsejamos el
mtodo descrito por Shrout, que exponemos a continuacin:
1) Pdale al sujeto que cierre los ojos voluntaria y lentamente.
2) Sugirale la sensacin de relajacin y pesadez de los prpados.
3) Pdale a continuacin que levante los prpados con una lentitud an mayor, lo ms
lentamente posible, hasta alcanzar un punto en que los msculos presentarn resistencia a
seguir subiendo. Entonces d la orden de que cese en su esfuerzo.
4) Pdale a continuacin que relaje totalmente los prpados (cosa que har de buen grado,
como si momentos antes hubiera estado reali zando un gran esfuerzo), sintindolos an ms
pesados y cerrando los ojos.
El clnico puede adoptar cualquier modalidad, siendo la mejor aquella que le resulte ms
cmoda. Lo importante es que tenga claro que para la induccin del estado hipntico lo que
cuenta no es la fijacin de la mirada en s misma, sino utilizarla como medio para producir
el cansancio de los prpados superiores, tal como hemos explicado en el apartado anterior.
Se puede seguir cualquiera de los patrones de induccin clsicos (ms adelante exponemos
un patrn modelo) a partir del cual el experimentador puede in troducir cuantas
modificaciones estime convenientes. Sin embargo, queremos subrayar una vez ms que la
adaptacin de las sugestiones al ritmo respiratorio del sujeto redunda en una mayor eficacia
de la induccin y, probablemente, en el logro de un trance ms profundo.
El experimentador le pedir al sujeto que dirija la mirada a un punto determinado situado
en una posicin ligeramente superior (con el fin de favorecer el cansancio de los prpados
superiores, pero sin que el sujeto tenga que adoptar una posicin forzada), y hablar como
sigue:
Se contina impartiendo sugestiones de que esta relajacin le invade y recorre todo el
cuerpo de arriba abajo, desde los ojos hasta los pies.
3.2. Tcnica de la fijacin ocular
Se trata de una de las tcnicas clsicas de induccin. Presenta algunas variantes, segn la
mirada del sujeto se fije en un objeto o punto determinado, o bien directamente en la propia
mirada del experimentador.
Tambin hay variaciones en cuanto al contenido, segn se impartan sugestiones de sueo o
solamente de relajacin.
Ahora, mientras usted me sigue escuchando, je los ojos en ese punto, centrando su
atencin en las sensaciones que experimenta en su cuerpo, en sus brazos, en sus piernas (...)
usted sigue contemplando tranquilamente ese punto y poco a poco va sintiendo una
sensacin de pesadez en sus ojos... porque al parpadear, cada vez con ms frecuencia usted
va experimentando una creciente sensacin de pesadez en sus ojos y tambin en sus brazos,
en sus piernas y en su cuerpo (...). Y sus ojos se estn poniendo ms pesados todo el tiempo
(...). Y cada vez ms, va sintiendo la necesidad de ir cerrando los ojos suavemente (..). Y
ahora, mientras usted cierra los ojos lentamente, se da cuenta de una sensacin
64
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
65
de pesadez que le recorre todo el cuerpo desde la cabeza a los pies, y tambin un deseo de
dormir, mientras se va sumiendo poco a poco en un trance tranquilo y profundo... (siguen
las sugestiones normales de profundizacin).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Por diversas razones, merece mencin aparte la tcnica de la fijacin de la mirada en los
ojos del hipnotizador. Se trata de un procedimiento que puede ser desaconsejable con
determinados sujetos que tienen la conviccin -y el consiguiente temor- en las propiedades
mgicas de la mirada del hipnotizador. Pero, por la misma razn, puede ser una buena
tcnica de induccin con otros sujetos que carecen de ese temor, y simplemente creen y
esperan que se les hipnotizar as, al tratarse del procedimiento ms conocido entre el
pblico en general.
Ms all de estas consideraciones, la fijacin de la mirada utilizada de esta forma tiene unos
matices certeramente sintetizados por Kroger con las siguientes palabras:
Para una induccin ms eficaz, aconsejamos proceder como sigue:
Quiero que usted dirija su mirada a mis ojos [debe evitarse el trmino entrecejo o similar.
En cuanto al experimentador, ir deslizando rtmicamente su mirada desde el entrecejo a la
punta de la nariz del sujeto, tal como se indicar ms adelante], y mientras escucha lo que
le voy diciendo, siga mirndome (...) y usted puede sentir que mientras sigue mirndome a
los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez ms pesados (...). Mire dentro de mis ojos, y a
medida que me va mirando a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez ms pesados y
poco a poco se van cerrando lentamente (...) y puede sentir cmo sus ojos se sienten cada
vez ms pesados y se van cerrando tranquila y completamente (...) (siguen las sugestiones
de profundizacin).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
El operador se para frente al sujeto y hace que este le mire directamente a los ojos,
mientras que l recorre con la vista desde el puente de la nariz del paciente hasta la punta de
la misma. Esto hace que las pupilas del operador se contraigan y dilaten sucesivamente, y
fija la atencin del sujeto. (La cursiva es nuestra) [W. Kroger: Hipnosis clnica y
experimental, Ed. Glem, p. 110.]
Lo caracterstico de esta tcnica, tal como la exponemos, radica en la utilizacin que el
clnico hace de su mirada, deslizndola lentamente desde el entrece jo a la punta de la nariz
del sujeto durante la fase de espiracin de este (cursiva) en un movimiento descendente, y
de la punta de la nariz al entrecejo durante su inspiracin (negrita) en un movimiento
ascendente ms rpido. Este rtmico fluctuar de la mirada del experimentador tiene un
efecto visual subliminal que puede llegar a ser muy absorbente para
66
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
MTODOS DE INDUCCIN HIPNTICA
67
el sujeto, el cual, generalmente, no tiene clara conciencia de lo que est sucediendo.
Reconocemos que el empleo de la mirada sincronizndola con las sugestiones y el ritmo
respiratorio del sujeto requiere cierta prctica por parte del expe rimentador, pero dada la
eficacia de este proceder, merece la pena tomarse la molestia de entrenarse suficientemente
en este sentido.
Una adecuada utilizacin de la mirada, tal como exponemos, puede permitir en bastantes
casos efectuar una induccin hipntica prcticamente silencio sa. Si el clnico quiere
recurrir a ella, ya sea con fines experimentales, o tratndose de pacientes que por algn
motivo se sienten perturbados al escuchar las sugestiones verbales, puede proceder como
sigue:
El experimentador se situar frente al sujeto, preferiblemente en un plano ligeramente
superior (a fin de favorecer en cierta medida el cansancio de los prpados superiores del
sujeto), y le dir: Dirija su mirada a mis ojos. Dentro de unos momentos empezar a
guardar silencio, y usted me seguir mirando a los ojos hasta que note que se van sintiendo
ms pesados y los ir cerrando gradualmente.
Llegados a este punto, el experimentador dirigir tranquilamente la mirada al entrecejo del
sujeto hacindola descender hasta la punta de la nariz (o, si lo prefiere, hasta el labio
superior) con la espiracin, y ascender hasta el entrecejo de nuevo sincronizndola con la
inspiracin.
Debe repetirse pacientemente este proceder hasta que el sujeto d seales de entrada en el
trance hipntico y cierre los ojos. A continuacin, el experimentador puede volver a tomar
muy lenta y suavemente la palabra (no se olvide que para entonces el sujeto se habr
acostumbrado al si
Segn nuestro criterio, en este tipo de induccin las sugestiones adaptadas al ritmo
respiratorio solo se deben dar en la segunda parte, cuando aparecen directamente las
sugestiones de sueo, y as lo hemos consignado.
Este procedimiento hipntico se basa en los posefectos figurales, bien estudiados en
psicologa de la percepcin y en cuya explicacin no podemos entrar aqu. Pa ra nuestro
propsito, lo ms importante es subrayar que la tcnica de las imgenes idiorretinales puede
resultar muy absorbente y eficaz con determinados sujetos, principalmente los que tienen
una capacidad natusopusaaa~ui sol un4sazjtunw upas 'Sel -nluauz saua~puit auaaa naed luloq o luiaand
pnplandua -ul uun ouisluilsn asaup aaaand sosua souli2lu uH -opuaialns uun sol as anb
saleluaui saua.Opuzz Snl anaaa op uzisaloui ul as.rnuzol oiansaaau sa naambis iu anb ol
aod `-aop -uaado lep o.~Jana e opo4 opuaiaaoa- ojafns lap alznd aod elnlosqu pnp!ATsnd
op opu4sa un sa oailoudiq oa -unal la anb auaaplsuoa ap oplpuajualv,u la ua as.ivsvq alans
`a3 euanq op uuall aluaiulnaauail `pnlllan lnL
*aoip sal aisa anb ol aluamva -isvd ivyonosa v uvllzull as anb ouis .iopvzioudlzl la
opual.zlxns on sal anb sauaxroml SDI pvp?lva., ua uva
-,lov ou soIafns soyonzu anb op `uazuila uailapad -el ua opu;ulsuoa aluauiaquanaa.ij
`ollaail lep SUPUAIaap Sou -oiaeliuIil sns joual, apand solnluauz sauapuzi ap oald -uze la
anb op ulaua4u -el opeurull souzaq ulquznL
-sisoudlg aluuipoui sauoiauganl zad sumo suigoi op oluaIUInlual la ua. aolnn una., un
auail salujuauz sau -apwl sul op oalduia la `ou,s1UZlsV -a4uunf ap utsaisaun nl outoa
soueuiouaj sosaanip op uoiaanpoad -el uxnd ouzoa tsu `olunfuoa ns ua `sisoudlq -el op
olloaansap la naud sol -nluauz sauapuii snl op oalduia la ouall anb nlauu,.iod -uii el
optpanpn sou,all u~ aolaaluu olnltdua la ua
saycluaut
saua lgiut ajuutpaui uiaanpul -9-C
-saua.?vuci svl ap vlouaisisiad vl t .wlnoo ai.ialo lap voiu -al uuiuzouop uZ -ouans op
souoi4sans ual.zndiui al as `aulnao nfi4e3 op snaisanuz anp u aauoiuioa ajuatand la
opuunj -saauduil soaaurYiu sol a4unanp ajuauiufiU ualiu anb znl -el uz! lnnsIA
sna~ualuz `and oaauinu upua ua solo sol aaaata `zaip n oun op uquana -el aqunanp `anb
olaf -ns ln aspad ua aquelstsuoa nalua4 t-Isa op uoianalipouz aluusaaalul uun upualuioaaa
`aljud ns aod `aa.2oaM
VDI.LQNdIH NQIOafIGNI da SOQOIRW
-utaoulauz x uta -nzllunsrn `uzanaquaauoa op solnaueuz sapullnauj Snl .zu.zofauz taud,
ouzoa zsu `saaopuginiiad salulualquzn solnuztlsa sol op asaulsin upand olafns la anb -Pi-ed
sotpauz salualaaxa ouzoa sulopuppuauzoaa.i `uueaullQ ua~gn qj ~ napny IugA sep-emell seluulle i iolpt sau -a-emi sul ua sup-est- snatuael sop u4uesaad .`ozian/ -sa uls v,?oA
oltagll osotaaad ns ue `p.zojunl uiloP
"( ugaeaap -el u)
visando ajuaiulDijaurvip ulo?sod vun ua znl ap ajuan/ vl somviuasaid al `uquatlduzi
opaanaaa ose anb uoianl -IUZll ul op uaopnaadns u4anpuoa uun aluauzna,ludiq auui2uuil
u olatanpul sa souzaaanb anb ol Is o iad soni~tsod a~uauzlnaaua~ sopullnsaa uoa `(olduzafa
oa4sanu ua `upaalnbzl ns n) uloaa.np vus?w VI ua osou?uInl olnu~zlsa la sowvool -oo al
utaanpui op opoluz a4so aualduza ln `oailudiq aauua4 ua aalua opunna i!AlAa i op
paquil anb olaia -uoa osaans un u asazaajaa lu .(upaalnbzl ns u `olduiafa aod) upuului ialap
uglaaaalp nun ua zualuz u ulauapual uaula uun uluasaad aquazaud la anb souiunaasgo IS
pus de conseguir el estado de trance mediarte la levitacin de la mano, decirle al sujeto: ...
y dentro de unos momentos, cuando yo termine de contar de uno a tres, su brazo se relajar
completamente y caeJO
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
91
r pesadamente sobre su muslo..., y cuando esto suceda, caer en un estado de hipnosis
mucho ms profundo... Como seala Kroger, es importante acompasar las sugestiones con
el ritmo respiratorio del sujeto -cosa que venimos recomendando sistemticamente a lo
largo de la presente obra-, siendo la razn de ello el principio de que cuando un proceso
fisiolgico se halla presente (la respiracin, en nuestro caso), siempre refuerza la sugestin
psicolgica a la que acompaa.
Por otra parte, Kroger, como la mayora de los autores, subraya el valor de los componentes
no verbales de la sugestin -que l denomina intraverba les-, y en particular la entonacin
de determinadas palabras clave. Ms an, es esencial participar plenamente en la relacin
interpersonal hipntica. Por aadidura, lo que distingue a un experto en hipnosis es la
confianza que posee en s mismo, en su intuicin y en su forma de actuar.
Por ltimo, seala Kroger, es importante el uso de sugestiones poshipnticas (usted caer
en un estado de trance an ms profundo en la prxima sesin) como medio de
profundizacin, estableciendo una continuidad de una sesin a otra.
Voy ahora a contar de uno a diez y usted ir sintiendo cmo a cada nmero que yo cuente
se desliza en un sueo ms profundo que al principio y Cada vez ms profundo (...). Uno
(. .. ), dos
(... ), tres
(. .. ), cuatro (. .. ), cinco (... ),
seis (. .. ),
siete (.. . ), ocho (... ), nueve (... ), diez (... ). Durmase ms profundamente
(... ). Cada vez ms profundamente.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Aunque haremos consideraciones sobre las tcnicas del despertar ms adelante, es oportuno
recomendar que en el caso que se haya escogido la cuenta como tc nica de profundizacin,
se utilice para despertar al sujeto una cuenta inversa a la empleada inicialmente, y contando
los nmeros durante la inspiracin, en lugar de la espiracin como hemos recomendado
para profundizar el estado de hipnosis. En nuestra prctica, le solemos decir al paciente:
4.2. Tcnica de la cuenta
Se trata de uno de los procedimientos ms frecuentemente descritos y tiene multitud de
variantes. Destaca, en cualquier caso, por su eficacia y sencillez. Nosotros aconsejamos
proceder como sigue:
Una vez efectuada la induccin hipntica, y hallndose el paciente en un estado de trance
ligero o medio, segn el caso, se le dir, hablando pausadamente:
Y usted sigue sintindose en un estado de bienestar y tranquilidad (...) y seguir sintindose
igualmente bien cuando despierte (...). Porque dentro de unos momentos yo empezar a
contar de tres a cero, y en el momento que yo diga cero, usted estar completamente
despierto (. .. ). Tres (... ). Dos (... ). Uno (... ). Cero! Puede abrir los ojos y encontrarse ya
completamente despierto.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las su92
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
93
gestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiracin del sujeto, y la negrita, a
las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Por diversas razones, en ciertas ocasiones es recomendable que el proceso de despertar sea
ms breve que el de la induccin y profundizacin, y, en consecuencia, tambin lo es su
cuenta.
4.3. Tcnica del ascensor
30.] Ahora, usted observa cmo el ascensor comienza a descender, suave y lentamente, y a
medida que va descendiendo, usted se relaja ms y le invade una creciente sensacin de
sueo (...), y se ir durmiendo cada vez ms profundamente (...), ya estamos en el piso 29...
28... 27... [sigue la cuenta descendente, coincidiendo siempre con la espiracin del sujeto],
2... 1... 0... y se encuentra en un profundo y agradable estado de trance, durmiendo cada vez
ms profundamente...
Seguimos la exposicin de Kroger, agregando algunas modificaciones que, segn nuestra
experiencia demuestra, redundan en una mayor eficacia de la tcnica.
Por el contenido de las sugestiones, se inscribe entre los procedimientos de descensoprofundizacin del estado. Conviene advertir que la tcnica del as censor, por la situacin
que evoca, puede ser ansigena -y en consecuencia, desaconsejable- para los sujetos que
padecen claustrofobia, por lo que conviene asegurarse al respecto antes de utilizarla.
Una variante de la tcnica del ascensor es la de la escalera mecnica. El clnico puede
utilizar la que le parezca mejor.
La tcnica del ascensor es sencilla, y si el paciente tiene buena capacidad de visualizacin y
para evocar las sensaciones propias del descenso, puede resultar muy absorbente. Le
diremos al sujeto:
Ahora, quiero que imagine que se halla en un ascensor, en el piso ms alto de un edificio
muy elevado. Observe en qu piso est y dgamelo. [El paciente, siempre que su estado de
trance le permita hablar con claridad, siquiera brevemente, dir, por ejemplo, piso nmero
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
4.4. Tcnicas del sueo
Recogemos esta tcnica del libro de Weitzenhoffer, quien la expone como una de las
mltiples estrategias empleadas por Erickson para profundizar el trance empleando los
propios recursos del paciente.
Se trata de una tcnica ms sofisticada que las anteriormente descritas, y nosotros, en
principio, recomendamos emplearla con sujetos imaginativos y que recuerdan con facilidad
sus sueos.
En trminos generales, la tcnica consiste en inducir al paciente hipnotizado a experimentar
-es decir, a revivir- un sueo que ha tenido con anterio ridad (tambin puede tratarse de un
sueo obtenido bajo hipnosis), y, una vez logrado, repetir esta experiencia onrica varias
veces, introduciendo siempre modificaciones, de forma tal que cada sueo revivido sea
una variante del sueo original.
-ad oaiuila lap alaud aod uaaambaa anb S pepifalduioa nlaala ap soluaiuiipaooad ap alaas
uun ap quq as
uiauiaosip ui ua supusuq suaiuay -9-:p
pupa ap uisaaaa
ul o uailpuiolne uanli.zasa el ouioa `s-pfalduioa spit sra -!Iudiil sulauataadxa u a4ualand ln
auln uxed ouluiua la alaqu aparad anb ol `selanzlluaa l-p olopupzipunjoad ouis `aouvil ap
opvisa pap illns uls souoiaan sulsa a-pn~ -aoja u olos ou olafns lr alanpui algisod aaeq as
uiauz -11unsin op uaiuai -elsa opurzili4n -ala `anpun `aaueal lap il lns uis sofo sol alage
`(ojafgo un aafoa ouioo) soll -iauas sopu iuzlleai `aelgrll uand sop-pliligisodUli uan as anb
1-el sa `ugIaufelaa op op-elsa lap -elauaniasuoi ouioa `pupinisnd ul `oipatu o oaall opea.'
op aoueal un ua sop!UIns sojafns soganui ua anb apaans .opiluas a4sa ua lot -un ns opnp
`ulanzipunjoid ap -paiual ouioa ulaauod -xa soiuLiajaad soalosou `sisoudiq -el op
uoiaanpui ap oluaiuiipaaoad ouioa uaiual elsa uuzililn (auilg `oq -uiaIS) saaolnr sollo
ouioa uo"auH o4uul anbunV -sandsap souazuom inzlpvai aqap as arab va.iouoa vailqu
-diq vzauai.iadxa vun osvd v osvd opuvnioaja `apq?sod app -vlap Joivur pa uoa
`aluampvluaw aluazu i ladxa aaspvns -!n as anb ojafns lu jLians ua `niauasa ua `alsisuoj
.ajuaipuadapui -puiaoj ap nlaauodxa opiaajaad souiaq `aauual lap uia -uzipunjoad ul eaud
aojen ns olaaaip ialapaua ns aod `oaad `.ioualur olund la ua selsandxa uoia-pzipunjo id op
suaiuai siel ap alueiaun uun sa `pepileaa uH -aajjoiluaz4iaM aod suisand
-xa uos3lai.IH ap sraiua4 sul ap Sealo op r4ea4 as
aaut-a4 op opu4sa lop uia-eziiunsin 8i ap BaiuagZ '*f?
sopunload spui uos aluoiasuoaui lap uoianuaidmi a afezipuaidu ap solaaja sol `leaod -uIDJ
uoisaolsip op aogauj un eUlaoj u4sa op opualanp -oaluI "elual eat-upa u (* * *ulanpuoa
`etse4unj 'ouans) lnquaul uiauanaas ul asina.i anb ajuaiaud lu souiiaa,'~ -ns al opuena saapaga saluaq iosge aluouiaulnallaud uanlonn as uoiaezipunjoad op suaiual sulsa `eiauala
-adxa ealsanu ua anb `oull4ln aod `aipnun souiagaQ
*uo"aiaH ap aapaaoad oalo op u1ua4 as -nueipi4 -oa upin ns ua o ullnsuoa 'el ua ras uX
`aepadsap lu e~ -!doa sel anb -pied sualludlgsod sauolisa'~ns a4uaiaud lr ualauduil al as
`aquamluul q -sauoiaunlis sunanu r supL-Isnfe I seni4analsuoa aaduiais `sa4uuiaun sns
ian -Ip uoa alu9Ulle4uaiu -plausedaa e ola-pAall X -pATIisod uas anb a4uaiaed lap
u4aaauoa elanpuoa uun oouans un ap aufnl ua `aa2oasa ua aisisuoa pvpzpvpouu wip
-opeuluua4apa.igos aalapaua ns vappqurzs upiovaiunmoo ul OP aolun la `aluaiaudu4nad -uaa~ lulaua.iajsuea4 uiaulaa ul e aaoUaa as anb ol ua
aulnailied ua ~fniu `uaiulpuip u,~oloaisd op soluaiuiia -ouoa sopils iaua4 aqap saauliulls
o uaiuai u4so aalliln anb ooiutla la anb u4uana ua joual ajuulaodun sa
'upin ns op sau -oiaeniis suluilsip sul ua algixalj opoul op sol iezili4n e alopupuasua
`alualavd pap soudafu? sos.lnaaj sop ivzll -ylom u uapuai4 ouans lap Saluuiaun Se4ui4sip
sn7 *oa -Iiudiq aauea4 lap en!Iuaaa uiauzililn tun ajuuipaul opunjoad Xnul laAIU un u
eai4noduaal uoiaulaa uun aaaalqu4sa aapod X alua?avd pap ajualosuooul lu avpq -vy uaud
seaiuaq S9.xofam sel ap uin ap e4uaq as
unl~isod UOISaan Bun u aunall uaqap ouans lap Sauoiaipa saaoiaalsod Sul souaul ol aod
`tse aas uaaip -nd ou is 'OAIIanaIsuoa alquprafe aa4ay iua op souoia
-anpoad op asauleal aqap 'os-ea aalnbluna uH -suu inip s-pisr4uuj asauzililn ouisiuilsr
uapand wad `ou inlaou osuuasap la ajuuinp opiualgo ouans un op api-ed lof -axu sa
`oaup4uodsa ialapa-pa pepiailualnu ns aod
96
NOIOVZIQNII302Id RG SVOINO~11
VIdVdHIOOISd i SISONdIH
P6
.aqa,(...) O .( ...) solini .( ...) ox -(-*-) soliva [utiuanaas ul onlis `tnbu ap alliud V] ( ' )
sol.ivj `ajxuuudiuoau eaud opuvlounuo.id
a.cz svl oS [uoiauatdsul ul amp anb odutall la ua luaon 'el opuuaulu] oo0O,K zon DI
.1ol.1 -ajul ns ua auansa.i `egaaaap ou-oui uj anboi o~ opuvna '( "') [ojafns lap
ugtauatdsa -el aanp anb odutat1 la uoa opuatptau!oD `anuns ZOA uoa alual as anb otdoad
a.zquzou lap SOIUDOA sul opuuaulu paulaunuo.zd.zopuluaullaadxa la] soliD,9 `ajuam
-Djual `aluatu.iol.ialul eip as vpjalnbzl ouvui ns opuvool v~Cva opuena anb oaalnb '( "')
aluamvnl1Duially `sanan svyonm aug oj isu X ,(... ) (ugtaualdsul -el uoa uaoi -el) ngaa
xap ouuui uj oeanj X `(oalsatp sa ts `olafns lap ugtauatd -sa ul uoa `uao4 -el) vp.ialnbzl
fouvm ns ajuamvnll -DU.Ial1D opueao~ 9.11 OX opunjodd SOUI <C sutu aouv.i un ua
opua~Cvo nai `jol.ialul ns ua aluauwi -ual OPUDYonosa vicvrn svl (" ') X sella ua asuaid
squi o4uuna '( ...) pvp?mllul ns ap seagej -ed sop sol uos oX sol.wj `IsD '(*
*") OS
(...)OX( ...) O.(...) O a~Co as co aluais as `(-") cO vuansad aluam.(oijalu2
`oms12U 1s
ua vsuald opuena o'.un sa anb. agns 'une su j '("') o'C un aua11 anb ages
`vuosdad vun sa anb aqus sol.iD,g `odmali owslm l,V
(...) solina aluam.jol.ialul a~Co `aaqutou ns ua esuald opuena '( "') sol.lva agl.Iosa
`DIJDD Dun uuiaU opuunq '(...) soldDa aolp `VWDll al uain,2je opuena '(solma sa
a.igmou n,g
:souitaap al `stsoudlq ua ulluil as ojafns la anb op opuan.'asu soutaq sou zan uu fl
:aluatn~ts la sa anb otdoad opolgin un opullo.iausap soutaq uatutli uatla-ead ualsanu ua
`o4uaiuztpaaoad ai -sa opuuztltin 'olduzafa aod `solauj `ultd op aaqulou
o.psanu uoa o aaqutouoad la sopulaosu ajuauzlua -njuu souzauai `uuutptjoa
utaualaadxa ua1sanu ua `anb ua usuq as ugtautaostp ap uatuai aluusaaalut uun
oIdo.id a qv-ou - otG uglaDIaoslQ y9 .p
'uaauuul lui op suptiauduil sauot4sa2ns op odl4 aambluna u UAISUaIxa aJUIl as
UOIauaaptsuoa LISH 'oidolvildsai osaooid lap salvd?ouldd sasvj sop svl ap uglov?aoslp
vun oanf ua auod as anb u `sauozua stmo aajua `optgap `usnua ns op aluatasuoi Les ojafns
la anb uts oal4gudlq olaaja opunjoad un ouall uoiauatdsa -el u suijo X ugtaualdsul ul u ('a4a
`utauuuosu `ouijIa `optuai -uoa ns aod) sauolisa2ns supuutuualap autaosu la `uago eIsa Op
o.'aul ol u opuupuauIOaaa sOUIlUeA OUIOD luZ
Dl.io7wldsaj uiaDzaosiQ .Z.9.p
(aopuzlloudiq lap sauotlsa2ns sul auganasa ap UOIaau :alualasuoauyauIuoa ap uolau
:a1ualasuoa :ugta -uIaos1(j) 'SISOudIil cl ua ugiauztpunjoad o uotaanput ap Sauol1s9Ans
sul uopudull al as `auluoa u opuzuaut -oa uUII zan uun aopuzlloudiq la opuup uXUA al
anb sauoljsoAns sul u ugtauaju icIsa id uts `ujuana ul ua algisod ol opoi asaualuaauoa agaQ
'syalu ulauil OOI ap pnIgual uoa aluaulluluaul aluana anb ojafns lu alatp -ad ua alsisuoa
uojD a7 aod ultaasap uatua1 uun
sauo7 jsa.&ns uoa vjuana ap UOIODIJOSIQ 'I '9 ~,
"Saauaua, solltauas Spuz Sopoiqui sol op soulllu aauodxa u SOLLIUA
`SalUUUOIatpuoa SOISO ap o1Ju9Q 'ugtautaostp -el op uatul-putp ul op so4ualmlaouoa
Sopunaapu ~ utala
L6
NOIOVZIaNIIAOIIJ Ha SVOINOR.L
VIdVHH,LOOISJ A SISONdIH
96
ap saanl s-ei ' ...op!uiiop aluauwpunjoid odiano
ns '("') opol olopulpnaasgp '("') o;aatdsap
aluazuDIaldzuoo aoauvmiad `soimq Ipalsn sua~ op!ur.iop aluaiuvpunJ0.id ("') olrnb -uv.ij
iCnui vlps Ui ua opvjuas asian apand A
-( ...) puiaagti uo xieloU ap uoia -USUas Uun ii~uas apand Isoimq 6A 6oiao1ins -uoa la
aod aluamaiq?l asauzieldsap apand A `odiano ns ap alies 1soi.1Bq ~A ("') Ulla ua opvJuas
aluaiuvllnbu,DjI anfis odiano ns svquanu `vll?s DI ap BIUVAal as `solmq lpalsn A ("')
odiano ns ap OPUBIURAai Un as '() solaug 'pa;sn anb aluauUllopj .illuas K aan apand A
("') op -Ujuas a~uawvllnbuvij aaauvmiad odiano ns sual -uaiui ("') Ulhs DI ap 1C~A9j OS
6S01.123 6p03 -sn acb opuazluis `( "') ozuslul zs ap Raanj apsap pa0A as so;uauUoiu soun
ap oijuap anb asuazd anb o.xatnb A `( "') odiano ns ua vjuais anb sau -oiovsuas SDI svpo~
ap `((aid ap o 'op-equini o) opmuas `uioisod ns ap ') `odiani ns ap aluaio -suoi v.cRDV. as
inaogw anb oaalnb Isoiaaq
:oja[ns lu somaalQ -iniodioo viu -anbsa o odiano lap vlouanla ni X (olduia[a oaisanu uoa
opuaiii2is `solauD) oido.id aiqurou la a.ijua ouis `aoia -a~u-e olund la ua ouioa oidoid
aiquiou la X oX la ail -ua aaalq-e4sa as ou uiauiaosip -el `taiuai uisa uH stpnp -eazaajo
na!2 -glooisd uglaca.2a4ui -e~fna sa4ugiaud sol uoa -ela-ealduia opu-eltna `aomaju-e olund
lep lnug lu opulnuiaoj souiaq anb s-enaasaa suuisiui sul uluana ua aguo~ auate -uoa
uoiacziltgn ns -ex-ed 'auoils aouq -elle op anb uoia -diaasap a4ualaixa -el ua i-eaidsui u
SOUI-eA sou uiaisod -xa taisanu ua `-eiluagi uplaouoa -eun ap uluil as
odiana lap opuamvs : u?jDioosia 'P'g'p
66
NQIDVZIaNri3OHd Ha SHDINDJ.L
'opusud la o ajuasaid la ua nas -e `UOIauziluuos.iadsop Op osaaoid unlc optaj -ns
aaquil ua4seUluuui anb o auilaapioq soluaia
--ed ua -ela-ezillln op -eualsgn as oaiutla la anb sa ofasuoa oalsonN -voiXlooisd
uioni2aiul nuanq vun uauai~ anb saluaiovd ua algvfasuoov sa olos naiua~ -e~sa anb
ii4aanp-e 9Ua1AUOD 'alqugou Snui so solnuim V C soun ua
ca2ol os anb uaijqudiil uiauzipunjoad ul `caiu -a1 cjsa uoa sauoia-enaasgo scalsanu uni9S
'ua
-i oudiil uia-ezipunjoid ul agaaaonty ciud sau -oi1sa2ns sul asaup ap uuil anb cl uoa
pnlt4ual uia-esgaau ul aaa.ion-ej anb ol `opusn-ed spui oila -nui uas `uoia-eaidsa ouioa
uian.zidsui uo ojuuj `oiio~v.ridsa.i omii.c la acb so luuuou ol sisoudnl
-el op IOAtu aise ua anb -ejuana ua osaoual ogaQ - '(lcuosaad aaquiouoid/otdoid aiquiou)
-elnuiaj up-ea tiaunuoid as S-ea4uaiui `a4uaipuodsaa.ioa -eiaoluaidsaa asuj ul u uplia i-ed
uglauanp uun uoa an-ens las aqap oumu npvo ap anboi l,V 'uiauaidsui-uilaaaap~iitauatdsa--epaamb -zi :ua4nd aauitad lu osaaua~-e sa ofasuoa
oalsanu `oiusl.ilxapigwv la ua apaons ouioi `uanla lnnu -uui uiauuuiuiop uun iaaalq-elsa
algisod sa ou is `o2.itquia.uis 'uiatiidsa-ngaaiap/ug!auaidsui -upiambzi :a4aginutgs
uianlaa -el `op.inz afuaUI -violo oiafns un op ajual.as anb ap osta la uH :sauotauatlau suun2f-e `o2acquia uis `aaauq anb Xug -um -isodxo ns ua aaaaa-ed uiapod
anb lap oduiall souaui gums -uoa
nlhauas s~ui sa uarua4 n4sg OP uia-eztltaa Uri
['uiauaidsui -el u asopupidup-e .z-eiaunuoid algi,zajaad sa anb.sniqul-ed s-e1 u `u4!jau tl
lo4a[ns lop uoiDuaid -se nl aquuinp aup uagap gs a4uauialgiaajaad anb sauoii -sains sul u
aaoUga as Un1sino nq 'sauotlsens amua sus -nud Sul u ua iaUaa as sisalug i-ed am-ea
solund sol]
VIJHHH,LODISd X SISONdIH
86
100 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
101
la habitacin..., la mesa..., las sillas..., los cuadros... y puede observar, Carlos, cmo me voy
dirigiendo a su cuerpo profundamente dormido, y le hablo, y le dir cosas que su cuerpo
comprender, y sentir, Carlos, que las va a realizar en la consulta, y luego, cuando su
cuerpo est despierto, en su vida diaria, sintindose mucho mejor en todos los sentidos...
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
Como en las otras tcnicas, se produce simultneamente una disociacin entre el nivel
consciente (nombre propio, conciencia fuera del cuerpo) e inconsciente (vivencia del
cuerpo profundamente dormido).
Tal como el lector habr observado, para que esta tcnica de disociacin profundice el
trance hipntico con la mayor eficacia, es importante hacer coincidir determinadas
sugestiones con la inspiracin (nombre propio, levantarse, estado de lucidez) y otras con la
espiracin (cuerpo, silla, sueo profundo...).
4.7. Las sugestiones poshipnticas
Entendemos por sugestiones poshipnticas aquellas que se imparten dentro del trance
hipntico, para ser realizadas una vez el sujeto ha despertado.
Por muchas razones, las sugestiones poshipnticas constituyen una parte fundamental de
toda terapia en la que se utilice la hipnosis como tcnica de eleccin.
Las sugestiones poshipnticas abren el camino para nuevas experiencias del paciente, tanto
en el contexto teraputico como en su vida diaria, facilitando as la integracin de los
progresos que tengan lugar en estos dos aspectos. Efectivamente, es corriente la
comprobacin de que determinada conducta patolgica -una fobia, por ejemplo-, ha
mejorado claramente en la situacin de terapia, pero el paciente se resiste a transferir, a
trasladar, este progreso teraputico a su vida cotidiana. Es en este punto en que las
sugestiones poshipnticas cobran todo su valor, posibilitndonos salvar esta grieta
teraputica.
Furst, en su trabajo sobre las sugestiones poshipnticas, seala una serie de propiedades
que deben tener y que -en sus lneas generales-, son pareci das a las que ya hemos sealado
para las sugestiones hipnticas en el apartado correspondiente.
La primera de ellas es estar formulada en trminos positivos. En efecto, no es lo mismo
sugerir usted no estar nervioso, que usted estar o permanecer tranquilo.
En segundo lugar, se deben emplear sugestiones poshipnticas orientadas al
comportamiento futuro del paciente, una vez haya salido del trance hipntico.
En tercer lugar, se deben impartir sugestiones poshipnticas orientadas a un nico problema
cada vez. Es importante tenerlo en cuenta, pues la realidad en la prctica clnica es que el
paciente suele acudir a consulta por un conjunto de sntomas; entonces es importante
empezar abordando el problema ms sencillo y accesible que, una vez resuelto, permitir
afrontar el siguiente, y as sucesivamente. Sera un error impartir sugestiones poshipnticas
o de otro tipo intentando superar varios problemas a la vez. Asimismo, es importante que
las sugestiones poshipnticas contribuyan a crear una situacin nueva en el contexto que se
produce el problema. Esto
102 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
103
implica formular las sugestiones poshipnticas en el marco de tiempo y circunstancias en
que se manifiesta el problema, pero aadiendo nuevos elementos que facilitan una
reformulacin ms constructiva del mismo. En el caso de un paciente que desee dejar de
fumar, por ejemplo, se le puede sugerir que cada vez que encienda un cigarrillo (situacin
habitual) experimentar un desagradable sabor (elemento nuevo).
En cuarto lugar, es importante que la formulacin de la sugestin poshipntica implique
un cierto grado de progreso. Esta expresin, con su carga de ambigedad, abre el campo
de posibles respuestas del paciente en funcin de sus expectativas teraputicas, escala de
valores, personalidad, etc. Hay que tener en cuenta que cada paciente responde a las
sugestiones -y ms an a las poshipnticas- en funcin de un complejo conjunto de
variables que, generalmente, es imposible abarcar en todos sus aspectos. Por ello, una cierta
indeterminacin teraputica, dejando abierto el ulterior desarrollo de las sugestiones, puede
ser de gran importancia.
Nosotros pensamos que las sugestiones poshipnticas son determinantes en la psicoterapia
en la que se emplea la hipnosis.
Dicho de otro modo, la importancia de las sugestiones poshipnticas es fundamental.
Hay tres aspectos en los que se muestran especialmente tiles:
a) Posibilitando un mejor y ms profundo rendimiento hipntico en futuras inducciones.
Esto se pone particularmente de relieve en el mtodo de hipnosis fraccionado (ver apartado
3.4), en el que, justo antes del despertar, se le sugiere al paciente que en la rehipnotizacin
que tendr lugar en breves minutos caer ms rpida y profundamente en estado de trance.
Es igualmente importante emplearla de una
sesin a otra, sugiriendo que ... en la prxima sesin, para el da X, usted caer ms
rpidamente en hipnosis y en un trance mucho ms profundo....
b) Una de las aplicaciones ms interesantes es en el entrenamiento de la autohipnosis. Se
proporciona al sujeto una seal que, a partir de ese momento, le permitir entrar en trance
hipntico siempre que lo necesite. Hay que advertir que el proceso de la autohipnosis es
ms difcil que el de la hipnosis inducida por un experto, por lo que en este caso, mediante
una sugestin poshipntica dada, el proceso de la autohipnosis se realiza con una mayor
fluidez. El mtodo clsico es llevar al paciente a un trance profundo y suministrarle
entonces las sugestiones poshipnticas que, en lo sucesivo, le permitirn entrar en
autohipnosis. Como juiciosamente aconseja Weitzenhoffer, la seal poshipntica (palabra,
frase, imagen, gesto...) debe ser sencilla, pero de tal naturaleza que no pueda ser
inconsciente o casualmente utilizada por el sujeto o personas que lo rodean con resultados
imprevisibles. Deben, por tanto, evitarse desencadenantes hipnticos que aparezcan con
frecuencia en la vida normal del paciente.
Por otra parte, las sugestiones poshipnticas actan en un marco bien delimitado. Esto
quiere decir que sern tanto ms eficaces cuanto ms concreto y sencillo sea el contenido
de las sugestiones, as como su cumplimiento temporal. Precisamente, su aspecto temporal
es uno de los puntos ms delicados. Por ejemplo, no debe decrsele al sujeto: Luego,
cuando usted despierte, sentir un picor en su mano derecha, sino: Diez minutos despus
de despertar, pronunciar la palabra X y entonces usted sentir un picor en su mano
derecha. Debe precisarse al mximo la sugestin en sus circunstancias y cumplimiento
temporal.
Otro aspecto relacionado es que las sugestiones poshipnticas no tienen un efecto
permanente, sino
104 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
105
que su eficacia tiende a disminuir con el transcurso del tiempo. Por ello, hay necesidad de
un refuerzo peridico para que la sugestin poshipntica no se vaya diluyendo. Por el
contrario, reiterando la misma sugestin poshipntica dentro del mismo trance hipntico y
de una sesin de hipnosis a otra, su efecto suele verse incrementado. De esta forma, este
tipo de sugestiones contribuyen a la adquisicin de nuevas pautas de conducta, a la eclosin
de cambios emocionales y a su estabilizacin en la vida cotidiana del paciente. Ni que decir
tiene, el contenido de las sugestiones debe estar en armona con la personalidad del
paciente, su escala de valores y expectativas teraputicas, pues de otro modo se pueden
generar resistencias que hagan imposible su cumplimento.
Como regla general, las sugestiones poshipnticas requieren un grado ms profundo de
hipnosis que las sugestiones normales cuyo cumplimiento tiene lu gar en el contexto del
trance hipntico. Como hemos dicho antes, es recomendable repetir su formulacin dentro
de la misma sesin de hipnosis para crear la adecuada dinmica que asegure su ejecucin
despus del trance. Se debe empezar con sugestiones poshipnticas sencillas, que se irn
haciendo progresivamente ms difciles. La alternancia sueo/vigilia, tpica del mtodo
fraccionado, se basa en el efecto de las sugestiones poshipnticas.
Otro aspecto de importancia especial es el de la amnesia. Aunque no es imprescindible, la
realidad es que la mayor parte de los autores estn de acuerdo en que las sugestiones
poshipnticas son ms eficaces si van acompaadas de la correspondiente amnesia de la
sugestin formulada. De hecho, la amnesia constituye un fenmeno posthipntico en s
mismo. Una de las razones obedece a que de esta forma es ms fcil sortear las posibles
resistencias del paciente al cumplimiento de la sugestin poshipntica.
La amnesia puede ser total o parcial, espontnea o provocada. Si el sujeto ha alcanzado un
nivel profundo de hipnosis, es ms probable que se presente al despertar la amnesia
espontnea que si el trance ha sido medio o ligero. Algo anlogo puede decirse de la
amnesia total o parcial. Sin embargo, no se trata de reglas absolutas, y puede ocurrir que
algn sujeto despierte de la hipnosis profunda con una amnesia ligera y parcial, en cambio,
otro que solo ha alcanzado un nivel medio de hipnosis desarrolle un amnesia poshipntica
prcticamente completa.
Aunque buena parte de los sujetos declaran al despertar que lo recuerdan todo, un
interrogatorio hbil -hbil porque se evitarn las preguntas demasiado frontales y directaspone de relieve que generalmente se ha producido una amnesia parcial espontnea. Tanto
en tales casos, como en los que, efectivamente, el sujeto al despertar lo recuerda todo,
puede recurrirse en las siguientes sesiones a la inteligente tctica de Wolberg (citado por
Weitzenhoffer), antes de despertarlo del trance hipntico, pidindole que:
a) Imagine que est durmiendo profundamente en su cama y tiene un sueo.
b) A continuacin, abrir los ojos y despertar rpidamente de ese sueo.
c) Tendr la sensacin de despertar de un sueo muy profundo y recordar con claridad ese
sueo, pero conforme lo vaya haciendo, su re cuerdo de los otros hechos del trance se ir
haciendo cada vez ms borroso, llegando a olvidarlos parcial o total o totalmente.
Wolberg recomienda que se le diga al sujeto, antes de despertar del trance, que olvidar es
un fenmeno normal que se puede producir por el simple cambio de la atencin.
106 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
107
Otro procedimiento, recomendado por Weitzenhoffer, consiste en utilizar el mtodo
fraccionado, hipnotizando y rehipnotizando al sujeto, sugirindole que cada vez que entre
en trance la amnesia se har ms profunda. Este procedimiento tiene la doble ventaja de
que, por lo general, la amnesia y la profundidad de la hipnosis van juntas.
cercana), pero la mayora de las veces se debe a una resistencia que se ha activado en el
sujeto novel, con motivo de alguna palabra que para l tiene un significado especial, etc.
Puede ser importante analizar su significado inconsciente interrogando al paciente bajo
hipnosis, una vez se ha reanudado el trance, o bien al finalizar la sesin, una vez despierto.
En cierta ocasin se nos present el fenmeno con una seora que despert bruscamente
cuando, al formularle sugestiones, pronunciamos la palabra casa; se trataba, en efecto, de
unos problemas domsticos que an no haba referido y, obviamente, no le apeteca
recordar en aquel momento.
La regla de oro, cuando el paciente despierta espontneamente, es reaccionar con
naturalidad. Cualquier gesto de sorpresa o contrariedad por parte del experimentador puede
romper la alianza hipntica, aspecto clave para una terapia eficaz. Por el contrario, lo
correcto es hacerle sentir al paciente -sobre todo con la comunicacin no verbal- que se
trata de un fenmeno normal y sin mayor importancia, y reanudar las sugestiones de
sueos, pesadez de los prpados, etc. La experiencia ensea que la mayora -de los sujetos
reaccionan muy bien, alcanzando una profundidad hipntica mayor.
En algunos de los casos en los que el paciente quiere hablar al despertar espontneamente,
su resistencia puede deberse a que tiene alguna duda sobre la hipnosis y necesita aclararla.
Se trata, por supuesto, de personas que nunca antes fueron hipnotizadas y les asaltan las
lgicas reservas.
Conviene despejar al momento y con naturalidad estas dudas, y acto seguido reemprender
la induccin hipntica. En nuestra prctica clnica encontramos que el despertar espontneo
es muy raro con paciente debidamente entrenados en hipnosis.
En lo que sigue nos referiremos al despertar sugerido, o, como se entiende clsicamente, a
deshipnotizar al sujeto. Existen multitud de procedimientos que, ms all de los gustos de
cada experimentador, dependen de variables como el tipo de induccin empleado, la
duracin y profundidad del trance y si el clnico est explcitamente interesado en la
produccin de amnesia poshipntica.
Por regla general, si el paciente ha estado en un trance ligero, el despertar ser rpido y
sencillo. Pero si ha alcanzado un trance profundo (sobre todo en las primeras sesiones, con
un sujeto con poca experiencia en hipnosis), lo aconsejable es irlo despertando de forma
lenta y gradual.
Una vez concluida la sesin de hipnosis, es de la mayor importancia asegurarse de que el
paciente se encuentra bien y completamente despierto, no dejn dole marchar de la consulta
si se observa alguna anomala. Para prevenirlo, se deben entrelazar sugestiones de despertar
y bienestar general, por ejemplo:
...Usted ir despertando (...), y cuando despierte completamente notar un bienestar general,
sintindose despejado y con la sensacin de haber descansado profundamente...
Tal como han sealado diversos autores, el sujeto tiende a hallarse bajo la influencia del
trance hipntico cierto tiempo despus, aun cuando parezca com pletamente despierto. Por
ello, el terapeuta que utilice la hipnosis deber tener especial cuidado con lo que le dice al
paciente en tono coloquial, ya que este
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
an se halla en un acentuado estado de permeabilidad y determinadas palabras pueden tener
un insospechado valor sugestivo. Por otra parte, suele ser aconsejable deshipnotizar al
sujeto siguiendo el proceso inverso al utilizado para la induccin. Si, por ejemplo, hemos
utilizado como mtodo de hipnosis la cuenta de uno a cinco apoyndonos en la respiracin
del sujeto contando cada nmero junto a sugestiones de sueo durante la espiracin, lo
despertaremos contando en orden inverso, contando cada nmero, junto a sugestiones de
despertar durante la inspiracin. Una posibilidad es proceder como sigue:
Dentro de unos momentos usted va a comenzar a despertar (...), y cuando despierte, usted
se encontrar completamente bien, con una sensacin de bienestar general (...). Y yo, dentro
de un momento, comenzar a contar de cinco a cero, y cuando yo diga cero, usted estar ya
completamente despierto (...). Cinco (...) Cuatro (...) Ues (...) Dos (...) Uno! (...) Cero!
(...). Ya est usted completamente despierto.
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
En el apartado anterior ya hemos mencionado la relacin de la amnesia poshipntica con el
proceso del despertar. En este punto, quisiramos hacer algu nas observaciones. La
principal es que, segn nuestra experiencia, para la produccin de la amnesia poshipntica
es preferible que las respectivas duraciones de la induccin y del despertar se hallen en
relacin inversa. No pretendemos establecer con esta
afirmacin una regla general, pero s reflejar una tendencia que venimos observando en
nuestras sesiones de terapia bajo hipnosis.
As pues, para contribuir a la produccin de la amnesia poshipntica, aconsejamos lo
siguiente:
Si la induccin ha sido rpida y el sujeto ha cado fcilmente en una hipnosis de grado
medio o profundo, el proceso de despertar ser gradual y lento.
Por el contrario, si el sujeto ha llegado lentamente a un nivel medio o profundo de hipnosis,
con frecuencia es aconsejable un despertar rpido. Quede claro que hemos dicho rpido
(por ejemplo, ... contar de tres a cero y despertar...), nunca brusco. Se debe evitar, por
cierto, los procedimientos repentinos que pueden ocasionarle al paciente perturbaciones de
consecuencias desagradables.
Aparte de la cuenta existen otros muchos procedimientos para deshipnotizar al sujeto. En
los casos en que ya se tiene experiencia en hipnosis, una seal convenida (determinada
palabra, chasquear los dedos, tocarle un hombro o una mano -siempre los mismos-, o la
simple sugestin de despertar) puede ser suficiente.
Un problema que trataremos en ltimo lugar es el del paciente que se resiste a despertar. El
experimentador imparte las sugestiones habituales para deshipno tizarlo y el paciente
contina dormido. Una primera posibilidad es que el sueo hipntico se haya convertido en
sueo natural. Pero tambin es posible -y ms frecuente en estos casos- que, de la misma
forma que pueden presentarse resistencias en algunos sujetos para ingresar en el trance
hipntico, se presenten en estos u otros casos al despertar de la hipnosis.
112 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
113
Como bien seala Weitzenhoffer, pueden presentarse resistencias ms sutiles, como en los
casos en los que el sujeto est aparentemente despierto, pero cierta calidad estuporosa en su
conducta, determinadas actitudes automticas y la reiteracin -en el terico estado de
vigilia- de determinadas pautas de conducta hipnticas nos revelan que en realidad contina
bajo hipnosis. En otros casos, seala Weitzenhoffer, el sujeto ha despertado, al menos
aparentemente, pero vuelve a caer espontneamente en trance, lo que constituye otra forma
de resistencia a la deshipnotizacin.
Las causas por las que un paciente puede presentar resistencias a la deshipnotizacin son
variadas. Adems de la ya apuntada del sueo natural, puede suceder que el
experimentador, sin darse cuenta, haya formulado sugestiones contradictorias que hayan
producido en el paciente un estado confesional sin control teraputico y, en consecuencia,
no sepa a qu atenerse. Tambin puede ocurrir que el contenido de las sugestiones
poshipnticas entre en conflicto con su personalidad y est dando al terapeuta una
oportunidad para cambiar su formulacin. Es posible, adems, que las sugestiones
poshipnticas se hayan formulado de forma ambigua y el paciente necesite alguna
aclaracin.
Sin embargo, nosotros creemos que en bastantes ocasiones la resistencia a despertar se debe
a que el paciente ha sufrido una experiencia disociativa espont nea y, por su novedad, no
se siente capaz de salir del trace en tanto el terapeuta no le suministra las adecuadas
instrucciones para salir del proceso de disociacin.
En cierta ocasin en que un joven de unos 25 aos se negaba a salir del trance y al que
habamos instruido en la comunicacin mediante respuestas ideo motoras (en este caso,
consistan en responder S levantando el dedo ndice izquierdo, y No, el ndice
derecho, en un sujeto diestro), el dilogo hipntico fue como sigue:
- Necesita en este momento salir del trance hipntico?
- No.
- Puedo preguntarle por qu r,,~cesita continuar dentro del trance hipntico?
S.
Se siente usted fuera de su cuerpo?
S.
El sentirse fuera del cuerpo, es causa de que no salga del trance?
S
Es una sensacin agradable? S.
Desea usted permanecer en esa sensacin agradable?
No
Quiere salir de esa sensacin agradable?
S.
Desea volver a su cuerpo?
S.
Sabe volver a su cuerpo? No.
Quiere que le ensee como puede volver a su cuerpo?
S (el paciente mueve el dedo ndice izquierdo con nfasis).
Usted puede sentirse ligeramente fuera de su cuerpo, verdad?
S.
Y le gustara irse poco a poco sintiendo ligeramente ms denso, pesado, hasta ir alcanzando
su cuerpo (...). S? (...).
S.
Y a medida que se va sintiendo en su cuerpo, usted necesita descansar unos momentos,
verdad?
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
- S (mueve el dedo correspondiente con mucha insistencia).
- Y usted descansa muy profundamente (...). Despus de este esfuerzo descansa
completamente (...). Necesitar despertar dentro de unos momentos?
- No.
- Necesitar despertar cuando se relaje profundamente (...) y est completamente dentro de
su cuerpo?
- S.
- Ya puede estar descansando profundamente dentro de su cuerpo, verdad?
- S.
- Despus de haber descansado, usted puede sentir el deseo de ir despejndose (...)
despertndose (...).
- S (...).
[Los puntos entre parntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere
a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piracin del sujeto, y la
negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptndose a la inspiracin.]
A partir de este punto procedimos a suministrar las sugestiones habituales para despertar
del trance. Hemos expuesto el proceso de despertar en un caso particularmente laborioso.
Basndose en nuestras observaciones sobre el comportamiento de sujetos a los que se les
haba sugerido la disociacin corporal hipntica (ver apartados 4.6.2 y 4.6.4), dedujimos
que en este caso se haba producido de forma espontnea, y esto era lo que bloqueaba el
proceso de deshipnotizacin. Obrando en consecuencia y pacientemente, la salida del
trance no ofreci mayores problemas.
Hay que decir que, en la mayora de los casos de resistencia al despertar -que, insistimos, se
presen
tan en pocas ocasiones, y raramente en sujetos entrenados- el sujeto presenta resistencias
mucho menores, bastando la suave reiteracin, empleando algunas variantes, de las
sugestiones encaminadas al despertar. Si adems se siguen nuestras instrucciones
sincronizando estas sugestiones con el proceso respiratorio en la forma indicada, las
dificultades que se le pueden presentar al terapeuta son mnimas. Es ms, aun cuando no
hubiera sugestiones especficas, lo habitual es que el sujeto acabe despertndose por s
mismo en el lapso de unos minutos.
Lo importante es, una vez ms, que el clnico que utiliza la hipnosis reaccione a estos
imprevistos con naturalidad, transmitindole siempre al sujeto su capacidad para controlar
con fluidez la situacin.
4.9. Cmo medirla profundidad de la hipnosis
A lo largo del presente libro hemos empleado los trminos de hipnosis ligera, media o
profunda. Cmo saber si el sujeto se halla en uno u otro nivel de trance hipntico?
Se han elaborado al efecto diferentes escalas, tanto para la prediccin de la susceptibilidad
hipntica, como para ayudar al clnico a determinar la profundidad del trance logrado por el
sujeto. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que se trata de instrumentos que estn al
servicio del terapeuta o investigador que utiliza la hipnosis, siendo aberrante la situacin
contraria del profesional que se supedita servilmente a estos.
Evidentemente, las escalas hipnticas tiene su valor, pero la realidad es que, ms all de
estas, los diversos grados de la hipnosis, ya se trate de trance ligero, medio o profundo, con
todas las variantes y fenmenos que se puedan presentar, tienen unas notas inconfundibles
que difcilmente pueden escapar al
116 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
117
clnico experimentado y que no dependen de la aplicacin mecnica de unas escalas.
deja que desear y, sobre todo, en que las sugestiones a las que se refieren las escalas no
estn debidamente estandarizadas.
La escala de LeCron Bourdeaux tiene su inters, debido, bsicamente, a que, constando de
50 grados, presenta una exposicin ms detallada que la ante rior del trance hipntico.
Como podemos ver a continuacin, se halla subdividida en seis niveles:
118 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
Profundidad
de la Grado Sntomas hipnosis
Profundidad
de la Grado Sntomas hipnosis
18
Parcial sentimiento de desinters
Trance medio 19
Reconocimiento del trance (descripcin dificultosa, pero percepcin
clara)
20 Inhibiciones musculares completas (alucinaciones sensoriomotoras)
21
Amnesia parcial
22
Anestesia del guante
23
Ilusiones tctiles
24
Ilusiones gustativas
25
Ilusiones olfatorias
26
Hipersensibilidad a las condiciones atmosfricas 27 Catalepsia completa de las
extremidades o cuerpo
Trance profundo 28 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el o sonmbulo trance
29
Mirada fija cuando los ojos estn abiertos; dilatacin pupilar
30 Sonambulismo 31 Amnesia completa 32 Amnesias poshipnticas sistematizadas
33
Anestesia completa
34
Anestesia poshipntica
35
Observacin de sugestiones poshipnticas raras 36 Prdida del control del
movimiento del globo del ojo. Prdida de control ocular.
37
Sensacin de liviandad, de independencia como de estar flotando, sentirse lleno de
aire, etc. 38 Rigidez y lentitud en los movimientos musculares y en las reacciones
39
Aumento y disminucin cclica en el sonido de la voz del operador (como el de una
radioemisora) 40
Control de las funciones orgnicas del cuerpo (latidos, presin,
digestin, etc.)
41
Retorno de recuerdos perdidos (hipermnesia)
42
Regresin a edades anteriores
43
Alucinaciones visuales poshipnticas positivas
44
Alucinaciones visuales poshipnticas negativas
45
Alucinaciones auditivas poshipnticas positivas
46
Alucinaciones auditivas poshipnticas negativas 47Estimulacin de los sueos (en
trance o poshipntica en el sueo natural)
48 Hiperestesias
49
Experimentacin de sensacin de color 50 Condicin de estupor en la que se
inhibe toda actividad espontnea. Puede desarrollarse el sonambulismo mediante
sugestiones adecuadas
A. M. Weitzenhoffer, Tcnicas generales de hipnotismo, Ed. Paids, Buenos Aires, 1964.
fantasas, etc.:
Puntuacin (+) si el sujeto tiene una experiencia
comparable a un sueo, ms que experiencias
vagas y fugaces, sentimientos o pensamientos.
El sueo debe mostrar imaginera, alguna realidad,
y no mostrar haber estado bajo control voluntario. (2)
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
Circunstancias especiales (medicinado?, con dolor?, problemas de movimiento?
122 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
TCNICAS DE PROFUNDIZACIN
123
APARTADO PUNTUACIN
3. REGRESIN EN LA EDAD (A LA ESCUELA
PRIMARIA)
Ao escogido
Dnde est usted?
Qu est haciendo?
Quin es su maestro?
Cuntos aos tiene?
Cmo est vestido?
Con quin est?
a) Puntuacin (rating):
No Regular Bueno
b) Puntuacin subjetiva por el sujeto (QUE SE
DETERMINAR AL FIN DE LA SESIN)
(Lea y pida al sujeto que elija la frase que
mejor describe su experiencia:)
1) No regres en absoluto
2) Pens sobre cuando tuve esta edad, pero
no tuve experiencias visuales.
3) Aun cuando no regres, pude verme como
nio que volva a vivir una experiencia
pasada.
4) Saba que en realidad estaba en mi edad
actual, pero sent en parte como si volviera
a vivir una experiencia.
5) En realidad sent como si hubiera vuelto a
la edad sugerida y vuelvo a vivir una expe
riencia pasada
Puntuacin (+) si la calificacin del hipnotizador
es buena, o si la calificacin subjetiva es 4 5
(3)
E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paids, Mxico, 1975.
APARTADO PUNTUACIN
4. POSHIPNTICA toser o aclararse
la garganta).
Anote la naturaleza y el grado de la respuesta.
or response
Con independencia de la lnea teraputica a la que se adscriba el clnico, hay una serie de
trastornos en cuyo tratamiento la hipnosis puede ser de especial utilidad. Tal ocurre con los
trastornos de ansiedad, como el estrs, trastorno de estrs postraumtico, crisis de pnico y
las fobias. Como hace notar Yapko, los pacientes se refieren a sus sntomas como algo
que les sucede de forma involuntaria y, por lo tanto, fuera de su control. La hipnosis hace
posible el progresivo control de sus manifestaciones y el descubrimiento de sus causas
(insight).
La hipnosis brinda excelentes medios para el control del estrs y, asimismo, para el
tratamiento de las secuelas de experiencias traumticas; en este sentido son de particular
inters los procedimientos ideodi
Otro cambio de aplicacin de la hipnosis lo constituye el tratamiento de las diversas
disfunciones sexuales. Como sealan diversos autores (Hawkins, Hammond y otros), la
hipnosis aplicada al tratamiento de este tipo de trastorno (disfuncin erctil, eyaculacin
precoz, frigidez, anorgasmia...) presenta una serie de ventajas, entre las que se encuentran el
rpido diagnstico de los conflictos subyacentes, la independencia y autocontrol que
proporciona al paciente el aprendizaje de la autohipnosis y el incremento de la expectativa
de crecimiento personal. Son numerosas las tcnicas hipnticas que pueden ser utilizadas
en sexoterapia, pudindoselas emplear en combinacin con diversos enfoques como la
terapia conductual de Masters y Johnson, la orientacin psicodinmica de Kaplan, etctera.
Apuntemos, sin embargo, que en nuestra
132 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA
133
experiencia son de especial eficacia las tcnicas hipnticas de disociacin (ver apartado
4.6) que posibiliten una ms fcil focalizacin y una mayor sensibilizacin corporal.
Entre las mltiples aplicaciones de la hipnosis, y sin nimo de ser exhaustivos, citaremos
por ltimo su importancia en el control del dolor.
Podemos afirmar que, de hecho, la historia de la hipnosis, desde la ms remota Antigedad,
corre de la mano del empleo las diferentes tcnicas de analge sia o anestesia. Desde la
poca moderna, con las experiencias de Franz Anton Mesmer, a caballo entre los siglos
xviii y xix, las experiencias del cirujano James Esdaile a mediados del siglo = hasta
nuestros das, numerosos autores se han ocupado, de forma ms o menos sistematizada, de
las aplicaciones de la hipnosis a la clnica del dolor: M. H. Erickson, Hilgard e Hilgard,
Orne, Hammond y Barber, entre otros. En los aos ochenta cobr auge la teora del
observador oculto, formulada a partir de las investigaciones de Hilgard, como conciencia
paralela y disociacin del sujeto respecto de la experiencia inmediata (la experiencia del
dolor, en el caso que nos ocupa). Ciertamente, la experiencia del dolor, en cualquiera de sus
formas, es tan condicionante y universal que se puede afirmar que cualquier ser vivo hace
lo que sea para eludirla, y cuando esto no es posible, para suprimir, o al menos reducir, sus
consecuencias. Recientemente, el descubrimiento de las endorfinas ha aadido una nueva y
esperanzadora dimensin al tema. En cualquier caso, las tcnicas hipnticas se han venido
utilizando en combinacin con los frmacos analgsicos o en sustitucin de estos cuando
existe una intolerancia por parte del paciente, o cuando cualquier otra razn mdica
aconseja su supresin.
En tales situaciones, la hipnosis se revela como un eficaz aliado en el tratamiento del dolor.
Las tcnicas hipnticas de analgesia y transferencia de esta de una zona a otra, disminucin,
sustitucin o desplazamiento sensoriales y disociacin, se cuentan entre las ms utilizadas
para el control del dolor. Naturalmente, es en estos casos en los que resulta de especial
utilidad el entrenamiento del paciente en autohipnosis, ya que, una vez ms, fomenta su
sentido de la independencia y del control del dolor. Los enfermos de cncer, quienes
padecen dolor de cabeza, sufren dolores dentales y/o miedo a sentarse en el silln del
dentista, o dolores por quemaduras, los pacientes que por cualquier causa padecen dolores,
tanto agudos como crnicos... pueden encontrar un considerable consuelo en los medios
que les brinda la hipnosis.
Bibliografa
Amantea, C.: El Lourdes de Arizona, Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile, 1990.
Argast T. Ph., Landis R. Ph. D., Ruelas G. Ph. D.: Now You Wanted a Trance Demostrated
Today, Ed. Eph, California, 2000.
Barber, J.: Tratamiento del dolor mediante hipnosis y sugestin, Descle de Brouwer,
Bilbao, 2000. Beck, A. y otros: Terapia Cognitiva de la depresin, Descle de Brouwer,
Bilbao, 1984.
Beck, A. T. y Freeman, A.: Terapia cognitiva de los trastornos de personalidad, Ed. Paids,
Barcelona, 1995. Brown, P : The Hypnotic Brain, Yale University Press, Yale, 1991.
Caballo, VE. (Comp): Manual de tcnicas de terapia y modificacin de conducta. Siglo
XXI de Espaa Editores. Madrid, 1995.
Capafons, A., y Amig, S.: Hipnosis, Promolibro, Valencia, 1993.
Chertok, L.: La hipnosis Atika, Madrid, 1964. Edgette, J. H. & Edgette, J. S.: The
Handbook of Hypnotic Phenomena in Psychotherapy, Ed. Brunner/Mazel Publishers,
Nueva York, 1995.
Ellis, A, y Grieger, T.: Manual de Terapia RacionalEmotiva, Descle de Brouwer, Bilbao,
1990. Erickson, M. E., y Rossi, E. L.: El hombre de febrero, Amorrortu Eds. Buenos Aires,
1992.
136 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
BIBLIOGRAFA
137
Estabrooks, G. H.: Problemas actuales de la hipnosis, F.C.E., Mxico D. F.
Fezler, W: Imgenes creativas, Ed. Martnez Roca, 1989. Fisch, R.: Cambio, Ed. Herder,
Barcelona, 1982. Freud, S.: Obras completas, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 1968.
Fromm, E. & Kahn: Self-Hypnosis, The Chicago Paradigm, Guilford Press, New York,
1990.
Furst, A.: Post-Hypnotic Instructions, Ed. Melvin Powers Wilshire Book Company, United
States of America. 1969.
Gauld, A.: A History of Hypnotism, Cambridge University Press, Cambridge, 1992.
Gonzlez, L.: Persuasin subliminal y sus tcnicas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1988.
Gordon, D.: Therapeutic Metaphors, Meta Publications-Cupertino, CA, 1978.
Gregory, R. L.: Diccionario Oxford de la mente, Alianza Editorial Diccionarios, Madrid,
1995. Grinder, J. Y Bandler, R.: De sapos a prncipes, Cuatro Vientos Editorial, Santiago de
Chile, 1982. - Trance-Frmate, Ed. Gaia, Madrid, 1993.
Haley, J.: Terapia no convencional, Amorrortu, Buenos Aires, 1984.
- Terapia de ordalia, Amorrortu, Buenos Aires, 1984. - Terapia para resolver problemas,
Amorrortu, Buenos Aires, 1985.
Haley, J., Ed.: Advanced Techniques of Hypnosis and Therapy, Selected Papers of Milton
H. Erickson, Allyn and Bacon, Boston, 1967.
Hawkins, P J.: Introduccin a la hipnosis clnica, Ed. Promolibro, Valencia, 1998.
Zeig, J. K. & Munion, W M.: Milton H. Erickson, Sage Publications, Londres, 1999.
Indice de autores
Amantea, C.: 135 Amig, S.: 135 Argast, T.: 135 Bandler, R. y J.: 16, 136 Barber, J.: 135
Beck, A. T.: 17, 130, 131, 134 Bernheim, H.: 58 Bourdeaux, J.: 117
Brown, P.: 135 Caballo, V. E.: 135 Capafons, A.: 135 Cheek, D.: 42, 135 Davis, L. W.: 116
Ellis, A.: 17, 130, 135 Elman, D.: 59,61 Erickson, M. H.: 16, 52, 55, 56, 67, 88, 93, 94, 95,
128, 132, 136
Estabrooks, G. H.: 136 Fezler, W.: 39, 40, 89, 81 Fisch, R.: 136 Frankl, V.: 30 Freeman, A.:
136
Freud, S.: 24, 54, 129, 136 From, M. E.: 136
Furst, A.: 101, 136 Gauld, A.: 136 Gonzlez, L.: 136 Gordon, D.: 81, 136 Gregory, R. L.:
136
Grieger, T.: 136 Grinder, J.: 16, 136 Hammond. W. A.: 131,132 Hawkins, P. J.: 131, 136
Hilgard, E. R.: 119, 121, 122,
123, 124, 132, 136, 137 Hilgard, J. R.: 119, 121, 122, 123, 124, 132, 136, 137 Horowitz, M.
J.: 137 Husband, R. W.: 116 Johnson, V. E.: 131
Kahn, J.: 136 Kaplan, H. S.: 131 Kline, M. V.: 95 Kroger, W. S.: 29, 31, 33, 64, 79, 81, 83,
89, 90, 137 Labrador, F. J.: 137
Landis, R.: 135
Le Cron, L.: 42, 96, 117, 137 Lynn, S. J.: 138
Masters, W. H.: 131 Mc Gill, 0.: 137 Mesmer, F. A.: 132 Milechnin, A.: 137 Mumford, J.:
78, 137 Munion, W. M.: 139 O'Hanlon, W. H.: 53, 55, 95, 56,137
Orne, M. T.: 132 Pedersen, D. C.: 137
140 HIPNOSIS Y
PSICOTERAPIA
Prez Alvarez, M.: 137
Spiegel, H.: 138
Indice de materias
Prez Hidalgo, L: 137Spitz, R. A.: 52, 53, 138
Ramos Gascn, C.: 137, 138 Stembo, L.: 95
Rhue, J. W.: 138
Stockei, E.: 138
Rossi, E.: 42, 55, 138 Vogt, O.: 73
Ruelas, G.: 138
Watson, J. B.: 43
Ryan, M. O.: 138
Weitzenhoffer, A. M.: 16, 28, 67,
Seligman, M. E.: 138 73, 75, 88, 93, 95, 103, 105,
Sherrington, Ch. S.: 43
106, 112, 116, 117, 119, 138
Shone, R.: 84, 87, 88, 89, 99, 138 Wolberg, L. R.: 67, 105, 129
Shrout, R. N.: 58, 59, 61, 138
Wolinsky, S.: 138
Solovey, G.: 38
Wolpe, J.: 43, 44, 45, 130, 138
Sonneis, R.: 138
Yapko, M. D.: 23, 26, 28, 29,
Spanos, N. P.: 138
32, 106, 138 Afirmacin-Negacin: 31, 32, 33, 28, 29, 52,
89, 90, 108
Spiegel, D.: 138
Zeig, J.K.: 139
42, 52-56, 101 Confusin de ideas: 56,
112,
Agorafobia: 131 Consciente: 26, 88, 100
Alianza hipntica: 108, 128
Alucinaciones hipnticas: 24, 30
Alucinaciones poshipnticas: 34, 116, 119 Ambidextrismo: 98
Amnesia: 19, 34, 37, 38, 82, 105, 106, 107, 110, 111, 116, 118, 120, 124
Analgesia: 116, 133 Analogas: 89, Anestesia de guante: 24, 39, 42, 70, 73, 116, 118
Anorgasmia: 131
Ansiedad: 43, 44, 45, 46, 130 Asociacin mental: 24 Atencin pasiva: 25, 41 Atencin
voluntaria: 25 Autohipnosis: 16, 45, 48, 103, 129, 131, 133,
Cncer: 133
Catalepsia: 27, 36, 72, 116, 117 Cierre ocular: 16, 33, 116, 117 Claustrofobia: 92
Comunicacin simblica: 94 Comunicacin verbal-no verbal:
75
Control del dolor: 24, 132, 133 Control del estrs: 130 Creencias errneas sobre la
hipnosis: 17-21 Cuestin de estado: 15
Definiciones de hipnosis: 15, 16, 17
Depresin: 131 Desdoblamiento: 84-85 Desensibilizacin sistemtica:
39, 43-46, 130, 131 Deshipnotizar: 105, 106, 107115
Despertar aparente: 112 Despertar de la hipnosis: 105, 106,107-115
Despertar espontneo: Despertar lento: 111 Despertar rpido: 111 Despertar, resistencia:
107-108
111-115 Despertar sugerido: 107, 109 Disfuncin erctil: 131 Disfunciones sexuales: 131
Disociacin: 17, 20, 24, 56, 95100, 112, 113, 114
142
HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA
NDICE DE MATERIAS
143
Distorsin espacio temporal: 17, 20, 23, 37, 38, 94 Doble vnculo: 32
Dolor dental: 133 Dominancia manual: 98
Endorfinas: 132 Enfoque naturalista: 36 Escala de Davis-Husband: 116 Escala de Le CronBourdeaux: 117-119
Escalas de profundidad hipntica: 105-125
Escala de susceptibilidad hipntica de Stanford (Hilgard): 119-124
Escritura automtica: 95 Esquema corporal: 36, 99, 100 Estado de vigilia: 35 Expectativas
realistas: 21 Experiencias traumticas: 130 Eyaculacin precoz: 131
Fantasas de curacin: 21 Fijacin visual: 15, 58, 62, 67 Fobias: 39, 43, 130
Fobia social: 131 Frigidez: 131
Grados de hipnosis: 35-38, 48, 51, 115-125
Hablar al inconsciente: 94 Hemisferio izquierdo-Hemisferio derecho: 26, 61
Hipersugestibilidad: 16, 35 Hiperventilacin: 51 Hipnoanlisis: 129 Hipnoanalgesia: 24,
132, 133 Hipnosis: 15-21, 23-42, 43, 45, 46, 47, 48, 49, 51, 58, 59, 79, 84, 88, 96, 127-133
Hipnosis clnica: 16-21, 39
Hipnosis teatral: 18
Imgenes idiorretinales: 76-79 Imgenes mentales: 38-41, 7985
Imaginacin guiada: 45 Inconsciente: 61, 94, 96, 100, 129 Indicadores no verbales: 48, 57
Induccin hipntica: 48, 51, 57, 66-67, 90, 95
Induccin hipntica silenciosa: 66-67
Inoculacin del estrs: 71-72 Intencin paradjica (Frankl): 30
Leyes de la sugestin (Kroger): 29-31
Meditacin: 45
Mente consciente-Mente inconsciente: 23-26, 42, 4748,49-50
Mtodo fraccionado: 73-76, 102, 104,105