SOCARIDES. La Agresión en La Perversión
SOCARIDES. La Agresión en La Perversión
SOCARIDES. La Agresión en La Perversión
Y LA TERAPIA PSICOANAL~TICA
DE LAS PERVERSIONES SEXUALES
Charles W. Socarides
Laberinto de Cristal
Ttulo original:
ndice
Traduccin:
..........................
................................................ 9
.............................. 39
Una teora unitaria de la perversin sexual ................. 57
Clasificacin psicoanaltica de la perversin sexual. ........ 91
Agresin en la perversin. .............................. 133
La depresin en la perversin ...........................177
Definicin de la perversin
.........................
313
.................. 355
El transexualismo: el caso de Victor-Valerie ............. 371
El travestismo: el caso de Alfred ........................ 399
Psicoanlisis de una perversin 'masoquista:
e l c a s o d e l d o c t o r x ....................
:. .........- 431
...................... 457
La paidofilia: el caso de Jenkins ........................ 487
El exhibicionismo. ...................................... 5 11
La coprofilia y la coprofagia ............................ 529
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I
................................... 621
Referencias.. ......................................... 627
ndice d e autores.. .................................... 661
Notas bibliogrficas.
Captulo 5
La agresin en la perversin
Introduccin
En 1956, Bak -terico lder en el rea de la perversin sexualobserv que la comprensin psicoanaltica de la perversin descansaba en ese momento casi por completo sobre el dominio de la
pregenitalidad en el funcionamiento sexual, los traumas de la fase
flica y un naciente inters por las influencias traumticas de la
fase preflica. Esos conceptos, sin embargo, haban sido investigados principalmente con relacin al papel del desarrollo de la
libido y sus vicisitudes. El concepto de la fijacin haba sido
explicado casi por completo en lo tocante al desarrollo libidinal,
sin poner atencin en la agresin. Desde su amplia experiencia
clnica, Bak comenz una integracin de la agresin sexual a la
patologa sexual en trminos de igualdad con la libido. Sugiri que
"podemos asumir en las perversiones un aumento en la agresin,
ya sea constitucionalmente[...] o como consecuencia de las tensiones ambientales tempranas, que en ocasiones aumentan los mpetus de los impulsos agresivos" (Bak, 1956, p. 232). Los factores
ambientales influyen en el curso de la agresin, sugiri este autor,
y anticip (lo que ms tarde sera documentado no slo clnicamente, sino por la observacin de infantes) que esas reacciones
dependern de un "factor temporal"; es decir, el estado del desa-
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TE~RICA
1956.
5. Bak pensaba que un aumento del impulso agresivo es la
consecuencia de la sobreestimulacin en la fase indiferenciada.
Dicha sobreestimulacin causa un dao a la funcin neutra!'-do-
sexual. La literatura psicoanaltica de los primeros tiempos presenta una multitud de descubrimientos clnicos capitales, surgidos
de ese marco terico de referencia. Destacan los trabajos de Starcke
(1920) y Van Ophuijsen (1920). La creencia de Freud de que
existen formas de agresin no erticas fue subrayada en "Los
instintos y sus vicisitudes" (1915), unos aos ms tarde, cuando
pregunt cmo era posible que por tanto tiempo hubisemos
ignorado la existencia de la agresin no ertica.
La primera correccin de Freud, en cuanto a que la destructividad es parte de la sexualidad, aparece en su primera teora del
impulso instintual, antes de 1915. La agresin (el sadismo) deba
ser considerada como parte del yo (instinto de supervivencia) y
yuxtapuesta a los instintos sexuales (libido). La segunda teora del
impulso, formulada en 1920, propona que existe una tendencia
dentro del organismo a regresar a su estado inorgnico original,
una tendencia a la autodestruccin (instinto de muerte). Esa
teora del instinto de muerte "era yuxtapuesta al instinto de vida"
(1920a). Los instintos de vida eran representados por la libido y
contenan los instintos sexual y de supervivencia, anteriormente
separado. El instinto de muerte era entonces representado en el
ello y la psiquis por el impulso agresivo. Freud no tena claro si
debera establecerse una distincin entre el impulso destructivo y
el impulso agresivo, por lo que utiliz los trminos intercambiablemente en algunas ocasiones, y en otras juntos, dando a entender una diferencia entre ellos, aunque nunca estableci la naturaleza de esa diferencia (Parens, 1973). Los impulsos destructivos
eran mitigados a lo largo del desarrollo para proteger al s mismo
y al objeto externo, especialmente aquellos investidos con libido.
Esta disminucin de la agresin fue lograda mediante la fusin de
la libido con la destructividad. Algunos avances tericos posteriores, especialmente los de Hartmann, Kris y Loewenstein (1946),
postularon que la energa destructiva sufre una neutralizacin y,
por lo tanto, queda disponible para el desarrollo psquico. En
general, podra considerarse que la destructividad contribuye no
slo al desarrollo de la psicopatologa, a la formacin de patrones
de descarga y gratificacin para los impulsos sexuales y de agresin, y a decidir en gran medida el carcter del supery, sino
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Factores de desarrollo
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Las observaciones clnicas de los pacientes sadomasoquistas repetidamente afirman que el yo "no acepta las limitaciones inherentes al poder del s mismo, pero atribuye sus fallas y debilidades a
la malevolencia y corrupcin del objeto no coo~srador"(Kohut,
1971, p. 396). El "objeto arcaico no cooperador", en los casos de
sadismo, es casi siempre la madre malvada o su chivo expiatorio,
disfrazado y sustituido.
La severidad del impulso sdico y10 sadomasoquista depende
directamente de otro importante factor del desarrollo: la calidad
de lo introyectado. Los estudios de observacin de nios (Mahler,
Pine y Bergrnan, 1975) revelan que "durante el periodo de simbiosis normal, el objeto fusionado narcisista era tenido por 'bueno',
es decir, en armona con el s mismo simbitico, por lo que la
identificacin primaria tuvo lugar bajo una valencia positiva de
amor" (p. 117). Entre ms sbita sea la separacin intrapsquica,
o ms dainos e impredecibles sean los padres, "menos lograr
consolidarse la funcin moduladora y equilibrante del yo" (p. 117).
Entre menos confiable sea la actitud emocional del objeto amoroso hacia el mundo externo, "mayor ser la magnitud en que el
objeto siga siendo o se convierta en un cuerpo extrao no asimilado: una introyeccin 'mala7en la economa intrapsquica emocional" (p. 117). Estos nios "desarrollan una mayor facilidad para
identificar a la representacin del s mismo con la introyeccin
'mala', o al menos a confundirlas" (p. 117). Durante la subfase de
acercamiento, la agresin puede "ser desencadenada de tal manera que inunde o barra con el 'objeto bueno', y junto con l a la
buena representacin del s mismo" (p. 117). Una indicacin
temprana de esto puede ser la constituida por rabietas severas, as
como por intentos crecientes de "coercionar a los padres" de
diversas formas. La ambivalencia severa "deforma el desarrollo
normal hacia la constancia en el objeto emocional y el sano narcisimo secundario" (p. 117). Desarrollan demasiado sbita e intensamente la conciencia de su desamparo con
una desaparicin demasiado brusca de su anterior ilusin y omnipotencia, es decir, sin "colchn emocional" y con una tendencia a
escindir el mundo de los objetos en buenos y malos. La "madre de
carne y hueso* y la "madre despus de la separacin" siempre son
decepcionantes y el equilibrio en la autoestima del nio es muy
precario [Mahler et al., 1975, p. 1181.
En su resumen de los factores genticos y dinmicos que
promueven el incremento en la agresin secundaria y primaria,
Greenacre (1968) cita: 1) las alteraciones en los primeros aos de
la vida que impiden la progresin ordenada de la separacin-individuacin; 2) las fallas en el cuidado materno conducentes a una
respuesta afectiva negativo-depresiva. Las subsiguientes reacciol
nes de separacin y afliccin, las rabietas conducentes a la tristeza, la rqsignacin, impotencia y renuncia crean una sobreproduccin de ira y depresin, que luego resulta neutralizada por el
surgimiento de una perversin (vase captulo 5); 3) las alteraciones en la diferenciacin entre s mismo y objeto, con el consiguiente dao y10 atraso en la formacin de relaciones objetales; 4) el
descubrimiento de las diferencias sexuales anatmicas en un medio caracterizado por las anteriores dificultades; 5) severo trauma
infantil en el que la "agresin se solidifica de tal forma que sugiere
un marco fisiolgico con su concomitante alteracin en la calidad
de las percepciones conscientes" (Greenacre, 1968, p. 306). El
enorme componente de agresin primitiva durante los primeros
meses de vida es frecuentemente asociado con historias de abandono; la subyugacin expoliativa posterior produce ira severa. En
esas condiciones, los exabruptos agresivos son utilizados para
descargar o disminuir la ansiedad. Ms an, la agresin intensa
puede ser despertada sin que el nio tenga la capacidad de una
descarga inmediata. Estas dos condiciones - e l uso de la agresin
para disminuir la ansiedad y la incapacidad de una descarga efec-,
tiva- favorecen las tendencias sadomasoquistas (Greenacre,
1968).
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II
Una vida familiar destructiva proporciona pocas oportunidades para la curacin y es especialmente devastadora cuando ocurre en un contexto amplio de comunidad, sociedad o familia, lo
que tiende a estimular y perpetuar el predominio del desarrollo
sadomasoquista. Mientras que la fuerza vital primordialmente
agresiva se halla "prenatalmente al servicio de la diferenciacin
corporal y el crecimiento intensivo[...] postnatalmente existe un
grado severo de interferencia gracias al contacto con la madre (en
los periodos autista y de individuacin temprana)" (Greenacre,
1968, p. 313). Ello conduce a lo que Greenacre ha denominado
hambre defase, mediante el abrazo, el tacto, las actividades orales
y la resultante presin biolgica agresiva.
El ncleo de los casos ms severos, aquellos caracterizados
por la puesta en prctica de las tendencias violentas y criminales
(Nacht, Diatkine y Favreau, 1956; Williams, 1964,1965; De M'Uzan, 1973; Socarides, 1974b), muestra en su reconstruccin histrica y en su estructura dinmica los elementos principales enumerados por Greenacre. El verdadero o completo placer genital no
ocurre, y la genitalidad "es abandonada completamente en favor
de orgas agresivas de carcter narcisista" (Greenacre, 1968, p. 60).
Ocasionalmente se presenta un periodo "de indecisin" en el que
otras perversiones, como la homosexualidad y10 el fetichismo
constituyen un "trabajo de orientacin perversa" hacia la satisfaccin sexual (genital) que luego cede su lugar a la violencia. Tales
individuos severamente enfermos experimentan fuertes impulsos
orales de tipo devorador y muestran un deseo grandioso de controlar y conquistar a otros. De capital importancia resulta la observacin de que cuando se experimentan dolor y pesar, aumenta
la agresin pero contina insatisfecha mediante su relacin con el
objeto materno o su representante.
Aunque existe una presin normal agresiva durante los primeros meses de vida, no puede considerarse como hostil o sdica
hasta que no existe aunque sea un pequeo margen de relacin
objetal. Sin embargo, si ese pequeo margen de relacin objeta1
se ve disminuido o interferido hasta su casi desaparicin aparente,
entonces el masoquismo o sadismo primarios del infante pueden
alcanzar predominio.
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La investigacin psicoanaltica sobre un amplio nmero de perversos sexuales a lo largo de un periodo de treinta aos me ha
conducido a ciertas conclusiones en cuanto a la funcin de los
actos e impulsos sdicos1masoquistas.En resumen, la funcin del
sadismo sexual es forzar y extraer el amor; atacar el cuerpo amenazador de la madre en lugar de ser daado por l; descargar los
impulsos agresivos que producen la aniquilacin del s mismo;
lograr una libertad temporal del miedo a la refusin con la madre
(Socarides, 1973); restaurar la representacin del s mismo; disminuir la ansiedad de castracin; sobreponerse a la ansiedad de
desintegracin corporal mediante el hecho de causar dolor y destruccin en lugar d e sufrirlos pasivamente. En contraste, la funcin del masoquismo sexual es lograr la "victoria" sobre la madre
odiadora aunque aparentemente amante, por medio de la surnisin pasiva; tranquilizarse con respecto a la absorcin y destruccin provocando respuestas amorosas del objeto; identificarse
vicariamente con la cruel madre agresiva; controlar la agresin
mediante la identificacin proyectiva (inyectar la agresin propia
en el otro y as descargarse de ella), y tambin disminuir el miedo
a la castracin. El masoquista extrae amor de las mujeres e individuos "crueles", y soporta las temidas crueldades (ser encerrado,
golpeado, inmovilizado, "sofocado" dolorosamente, y dems)
para lograr sobreponerse a la ansiedad de desintegracin del cuerpo,
mientras simultneamente restaura la representacin del s mismo y la cercana (Socarides, 1978b).
En los casos severos de sadomasoquismo, el sujeto goza vicariamente el rebajamiento total de la personalidad de la vctima
por medio d e la identificacin. "Abolir toda la voluntad en nuestro propio yo es renunciar a la posesin de un falo, anal y narcisista, y es por lo tanto renunciar al poder de cualquier tipo" (De
M'Uzan, 1973, p. 460). Tales rebajamientos sirven, sin embargo,
como disfraz para la afirmacin de sentimientos de omnipotencia
y megalomana. La conducta aparentemente extraa de un masoquista de 40 aos resulta comprensible. En ausencia de su compaera, cuyo abandono siente tan cruel como el que su madre le
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diante el distanciamiento entre sujeto y objeto. (Las muchas facetas del uso perverso del telfono son tratadas exhaustivamente en
el captulo 13.)
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todos los nios varones deben superar mediante una contraidentificacin con el padre. Ms an, las golpizas sdicas se basaban
en la estructura de personalidad de sus padres, y golpear tena
para l un significado complejo. No slo era sdico, sino masoquista, en cuanto que se vea a s mismo como el nio golpeado.
La fantasa no se proyectaba sobre un nio debido a su identificacin femenina, segn report mi paciente. De nuevo, aqu el
factor preedpico fue esencial en cuanto a que la separacin primaria de la madre "todava no se lograba" (p. 229).
Las contribuciones de Nied erland (1958a,b)
Niederland descubri significados inconscientes de varios aspectos de la perversin de golpes (1958a) y los describi en su artculo
titulado "Experiencias tempranas auditivas, fantasas de golpes y
la escena primaria". El paciente de Niederland era un varn de 30
aos, masoquista y homosexual abierto que induca a hombres
mayores de complexin atltica a "insultarlo y amenazarlo verbalmente, hacerlo arrodillarse ante ellos, lamer sus genitales y
finalmente sodomizarlo" (p. 472). El paciente fue educado en una
familia llena de mujeres: madre y cuatro hijas mayores que l. Se
senta una nia durante la mayor parte de su infancia. En una de
las sesiones report una experiencia particularmente satisfactoria
de relacin sexual con un hombre mayor, con estas palabras: "Me
gust la manera como lo hizo. Fue una buena golpiza." Las asociaciones de los trminos "buena golpiza" condujo a una experiencia
cuando l tena cuatro aos de edad, en que su padre lo golpe en
la recmara paterna con un cinturn, luego de cerrar con
llave la puerta. La madre del paciente permaneci afuera,
junto a la puerta, y gritaba y suplicaba que se le permitiera entrar,
a lo que se neg el encolerizado padre. El paciente trataba de
"recrear la pasin de mi padre durante esa golpiza. Eso es lo que
quiero, un tipo de hombre fuerte que me sujete, me apriete.[...]
Fue verdaderamente sobrecogedor, mi padre sujetndome fuerte
con sus brazos y yo acurrucndome" (p. 472).
A lo largo del historial clnico de este caso existen componentes edpicos: elementos de escena primaria, la "pasin" del padre,
los gritos de la madre y el paciente tomando el lugar de la madre
nizados de la experiencia .original.Ms an, eran emitidos a solicitud del paciente, y podan ser controlados e influidos por l. El
paciente "estructur su situacin" y transform el
ruido amenazador desorganizado en sonidos organizados, significantes y a su antojo.[...] Transform la situacin temida y pasivamente soportada en una "activamente deseada", terminando la
experiencia (de ser posible) en un acto de gratificacin instintual,
es decir, sexo anal disfrutado pasivamente (regreso de lo reprimido): experiencia a la que l llamaba "buena golpiza" [p. 4751.
Este paciente en realidad no era golpeado, pero s humillado,
rebajado y vejado en una escena esencialmente violenta: ser golpeado por el falo paterno (voz). Revel: "La nica vez que mi
padre se acerc a m fue en esa ocasin para golpearme." Tambin
equiparaba el cinturn del padre con el falo paterno, "porque el
cinturn se hallaba muy cerca de los genitales".
Niederland hizo notar que Freud, en un trabajo posterior
(1925b), estableci un nexo entre las fantasas de golpes y la
percepcin de sonido. Freud estableci: "El nio al que se golpea
(o acaricia) puede ser en el fondo nada menos que el cltoris
mismo, por lo que en su nivel ms bajo puede contener una
confesin d e masturbacin..." (Freud, 19256, p. 193). As, vemos
en las mujeres que puede existir una transformacin de las sensaciones clitoridianas en percepciones auditivas. Debera tambin
sealarse que existe un relacin anatmica cercana entre las esfera acstica y el aparato vestibular. Este ltimo puede ser estimulado por vaivn, rotacin u otra excitacin rtmica. Ms an, las
sensaciones de equilibrio juegan un papel esencial como fuente de
excitacin sexual (Fenichel, 1945). Knapp sugiri (1953) que existen profundas interacciones reflejas entre elsentido acstico y su
vecino anatmico, el vestbulo.
Puede decirse que la situacin de ser golpeado "tambin
representa un grupo de contacto indirecto, intermitente, rtmico,
auditivo y afectivo" -una experiencia "sobrecogedora y apasionada", de acuerdo con el paciente de Niederland. Niederland establece que la mano es considerada y utilizada como herramienta de
la agresin, tambin es uno de los primeros rganos del cuerpo
empleado al servicio de las relaciones objetales y de la comproba-
Presentaba infinidad de cicatricesy rastros de prcticas masoquistas. 2) El pecho derecho haba prticamente desaparecido, al
haber sido quemado con un hierro ardiente, y posteriormente
arrancado. 3) El ombligo haba sido transformado en una especie de
crter luego de que se virtiera en l plomo derretido. 4) Tiras
de piel haban sido arrancadas de la espalda del paciente "para
colocar ganchos mediante los cuales pudiera ser suspendido y
penetrado por un hombre" (p. 456). 5) El meique de su pie
derecho se hallaba ausente; se lo haba amputado l mismo con
una sierra. 6) "Se haban introducido agujas en todo su cuerpo,
inclusive en el trax" (p. 456). 7) "Su recto haba sido dilatado
para parecerse a una vagina. Se haban tomado fotos de esa
operacin." 8) Los genitales no se escaparon a las prcticas descritas. "Se inyectaron agujas de gramfono en sus testculos, y el
pene era totalmente azul, quiz como resultado de la inyeccin de
tinta en un vaso sanguneo. El meato urinario haba sido cortado
con una navaja de rasurar para hacer el orificio ms grande"
(p. 456). 9) "Haba sido capaz de soportar perfectamente la ingestin diaria de orina y excremento durante varios aos" (p. 456).
Diversos otros horrores figuraban en su cuerpo.
El paciente se haba casado con una prima a los 25 aos. La
prima no jugaba el papel de la mujer autoritaria y cruel (como en
el caso de mi paciente, el doctor x), pues ella misma era una
masoquista; fue precisamente su perversin comn la que los
.uni. Se maltrataban uno al otro "por afecto mutuo". Esposo y
mismo patolgicamente escindido, cuyo ncleo consista de deseos malignos de omnipotencia, de ser superior, intocable y capaz
de ejercer un sentido primordial de poder en cuanto a destruirse
a s mismo en un ltimo acto de desafo a las imagos paternas y a
su entorno.
Estoy de acuerdo con Greenacre (1968) cuando sugiere que
el masoquista desea completarse a s mismo exigiendo a los dems
que lo torturen. De hecho, el paciente se identificaba completamente con su atormentador quien, en opinin de la doctora Greenacre, puede no ser ms que la parte original del yo y del "noyo", la
parte sobre la cual se proyecta una poderosa tendencia destructiva, por medio de la escisin. Esta teora proporciona una explicacin plausible para la conducta autodestructiva del paciente de de
M'Uzan. Tambin complementa las hiptesis de Freud (1924~)de
"que otra porcin (del instinto destructivo) no comparte esa transposicin externa: permanece dentro del organismo y con la ayuda
de la excitacin sexual acompaante[ ...] se anuda libidinalmente
ah..." (pp. 163-164).
En esos pacientes se ha presentado una falla en cuanto a la
integracin de tensiones y conflictos del nivel psquico. Existe una
tendencia hacia la descarga total de la excitacin. El mismo proceso puede ser sealado en ciertas enfermedades psicosomticas
donde ocurre una real destruccin de tejido.
De M7Uzanseala que el masoquista:
amenaza su identidad en forma regresiva y moviliza sus tendencias
destructivas, encaminadas hacia la realizacin de un nuevo esfuerzo para establecer las fronteras del yo, para proporcionar la econmicamente necesaria experiencia orgsmica. Podemos ver as que
el factor de la cantidad excesiva es el agente, al mismo tiempo, de
la demanda de satisfaccin orgsmica y de la retencin de tendencias destructivas [p. 4651.
El esfuerzo para redescubrir las fronteras del yo (en aqullos con
un yo corporal deficiente) falla, al menos en parte, debido al
carcter arcaico de la destructividad (en el sentido funcional antes
descrito). De M'Uzan especula que en esos pacientes la separacin entre el yo y el no yo comienza en forma primitiva, brutal y
depredadora, que tiene ms de "desgarramiento" que de una
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elevados ideales, aparentaba una personalidad desafiante, presuma de grandiosidad y precocidad para "compensar una sensacin
de dficit interno" (p. 681). La perversin de nalgadas le proporcionaba una sensacin de fuerza y potencia en su vida sexual. Le
provocaba sentimientos de separatidad g una dolorosa sensacin
de "autonoma" cuando su autoestima se vea disminuida. Como
en otros casos de esta perversin, el significado inconsciente de su
fantasa perversa era la penetracin anal por el padre poderoso.
La dominadora que le aplicaba el castigo era un sustituto del
padre (mecanismo de Hanns Sachs). A diferencia del doctor x, el
paciente de Kligerman slo fantaseaba con sus golpizas, sin participar realmente en un acto perverso evidente. Necesitaba la fantasa para participar en un encuentro sexual con una mujer, aunque luego utiliz la fantasa para aliviar la tensin narcisista en
general, aparentemente sin excitacin sexual. Kligerman explic
en parte esa perversin como sigue: su paciente "no logr una
adecuada internalizacin de una autoridad externa consistente,
que pudiera luego conformar una funcin autodisciplinaria y proporcionarle una sensacin o conviccin" de poseer un s mismo
coherente (p. 681). Su grandiosidad infantil era reforzada en la
perversin. Kligerman aplic el modelo sistemtico conceptual de
la psicologa del s mismo de Kohut para explicar el nexo entre el
masoquismo del paciente (sus fantasas de ser golpeado) y su
narcisismo: "Mediante su fantasa de fusin con un s mismo-objeto omnipotente, o nada ms recordando la existencia del s
mismo corporal en forma dolorosa", contrarrestaba una "sensacin de muerte" (p. 681). Kligerman seal, acertadamente, que
esas fantasas masoquistas pueden estar entretejidas con "una
estructura bien organizada, originaria de los niveles superiores del
desarrollo psquico" (p. 681). Como en el caso del doctor X,
aunque existan factores edpicos, no son dominantes. Son slo
aadidos secundarios al ncleo preedpico bsico de la perversin. Utilizando mi terminologa, el paciente de Kligerman
sera clasificado como perverso narcisista masoquista preedpico tipo 11.
Comentarios finales
En el sadomasoquismo sexual, el alivio de la tensin orgsmica
ocurre por medio de aplicar y10 experimentar una estimulacin
dolorosa, con un compaero del mismo sexo o del opuesto, de
carcter corporal o moral (humillacin, desamparo), fantasiosamente o en la realidad. Si recibe castigo o estmulos doloro~os,el
sujeto se identifica vicariamente con el compaero sdico, por lo
que los papeles son intercambiables; ambos pueden producirle
satisfaccin. En numerosas perversiones, el componente agresivo
no es expresamente manifestado, bajo la forma de actividad libidinal exitosa, neutralizadora de temores y agresin. Las perversiones sdicas "puras" (Glover, 1964) son relativamente raras en
comparacin con otras perversiones, pues la "culpa generada por
las intensas reacciones agresivas o sdicas es [generalmente] controlada en parte mediante la represin y, en parte, mediante el
desplazamiento hacia un componente no sdico" (Glover, 1964,
p. 155).
Glover tambin seal que:
la intensa ansiedad y culpa infantiles predisponen a la formacin de
perversiones.[ ...] La exageracin de los componentes infantiles
de la sexualidad, caracterstica de las regresiones y la desviacin
sexual, ayudan a "contener" los impulsos agresivos y a la reduccin
o suspensin del impulso heterosexual normal [p. 1531.
zada. De esta manera, la erotizacin de la agresin y de la ansiedad permite al perverso mantener la cohesin estructural y la
estabilidad de un s mismo y unas relaciones objetales amenazados
o en desintegracin (Stolorow y Lachmann, 1980). De este modo,
la supervivencia del yo queda asegurada.
Mediante el mecanismo del compromiso represivo (o de
Hanns Sachs) se efectan numerosas transformaciones psquicas
importantes. Por ejemplo, un homosexual con deseos infantiles
libidinales intensos hacia la madie, as como hostilidad salvaje,
puede intentar reprimirlos. Ello se logra mediante la exactuacin
perversa. La represin slo consigue un alivio parcial, por lo que
en ocasiones debe recurrir a la expresin sadomasoquista de los
impulsos inconscientes. La agresin sdica puede, en ocasiones,
escapar a la represin y su disfraz. Creo que en esos casos tratamos con una falla parcial del mecanismo de Sachs. Surgen as
ciertas cantidades de agresin secundaria hacia la conciencia, que
se expresan directamente en la perversin misma.
Son especialmente significativos aquellos individuos que participan en perversiones sadomasoquistas y muestran caractersticas fronterizas. Se clasifican como perversos narcisistas preedpicos t i p o 11, e n e l extremo ms patolgico del narcisismo
(Kernberg, 1980a, 1984a, b, 1986). Se caracterizan por una impulsividad generalizada, falta de tolerancia a la ansiedad, disposicin
a reacciones agresivas explosivas y crnicas, y tendencia a severas
reacciones paranoides (Kernberg, 1980a, 1984b). Algunos de ellos
participan en fantasas de crueldad "alegre". Se automutilan, y la
combinacin de paranoia y explosividad los conduce a severos
ataques a s mismos o a otros para lograr la descarga orgsmica.
Ya que su agresin no se integra a una estructura del supery, son
capaces de participar en actos sadomasoquistas con parejas voluntarias, hasta el punto de hacer dao a otros o a s mismos. Durante
la terapia psicoanaltica, una incursin continua e inclemente de
la realidad en sus estructuras narcisistas grandiosas puede producir la desintegracin alarmante del sentido del s mismo, amenazas de fragmentacin, experiencias regresivas, transferencias paranoides de tipo psictico y una intensificacin de las actividades
perversas.