Heroesyviajerosdelaantiguagrecia PDF
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VICEGOBERNADOR
Lic. Juan Gabriel Mariotto
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HROES Y VIAJEROS
DE LA ANTIGUA GRECIA
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HROES Y VIAJEROS
DE LA ANTIGUA GRECIA
ANTOLOGA DE RELATOS MITOLGICOS
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NDICE
PAG. 11
PAG. 37
PAG. 57
perseo y la medusa
PAG. 77
teseo y el minotauro
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EL LARGO REGRESO DE
ULISES
HROE DE TROYA
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EL LARGO REGRESO DE
ULISES, HROE DE TROYA
Padre mo dijo Atenea a Zeus Olmpico, padre de todos los dioses , ayudemos
al prudente Ulises a regresar a taca, su reino. Ya todos los hroes de Troya se
hallan en sus hogares. nicamente Ulises permanece cautivo en la gruta de
Calipso, que anhela hacerlo su esposo. No lo olvides, padre!
Hija ma respondi Zeus. Por qu afirmas que he olvidado a Ulises,
valiente entre todos los mortales? Es Poseidn quien le guarda rencor porque
Ulises ceg un da al cclope Polifemo. Pero favorezcamos su regreso.
Atenea empu su brillante lanza de punta de bronce y aprest su vuelo para
descender del Olimpo. Informar entonces a Telmaco, hijo de Ulises, que
su padre vive y ha de volver! afirm la diosa de claras pupilas. El joven
Telmaco es valiente pero ignora si su padre ha muerto con gloria en Troya o
si ha salvado su vida. Sufre por eso la ofensa de los pretendientes de la bella
Penlope, su madre, que quieren apoderarse del reino de taca.
Tras estas palabras parti Atenea como un ave veloz a dar valor a Telmaco.
Hermes, hijo! llam por su parte Zeus. T eres mi mensajero. Ve a decirle a
Calipso nuestra resolucin: que Ulises retorne a su patria!
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nave naufragara y las olas me acercaron a tu pas. Tu hija me trajo hasta ti.
Mucho he sufrido por voluntad de los dioses: os ruego, preparad una nave,
escoged remeros y escoltadme hasta mi patria.
Odme, feacios! exclam Alcnoo. Como a un hermano debe tratarse
al husped. Y t, forastero, dime tu nombre y cul es tu pas para que
nuestras naves te conduzcan all! Cuntanos por dnde anduviste perdido
y a qu regiones llegaste!
El ingenioso Ulises le respondi de esta forma: Soy Ulises y habito en
taca, la isla ms remota hacia occidente que no se eleva mucho sobre el
mar. Habiendo partido de Troya, el viento me llev al pas de los cclopes.
Al llegar all, saltamos a la ribera para entregarnos al sueo y hacer acopio
de alimentos. Con unos pocos compaeros me intern en la isla. Echamos
a andar llevando un odre lleno de vino. A poco, descubrimos una gruta;
entramos y contemplamos con admiracin las ristras de quesos y los
corderos y cabritos en los establos.
El hombre que viva en la gruta era un gigante, un monstruo horrible
que no pareca hombre sino bestia; lo vimos descargan do lea seca y nos
apresuramos a refugiarnos en un rincn oscuro. El monstruo meti en el
lugar a todas sus cabras y cerr la entrada con una enorme piedra. Cuando
encendi el fuego nos vio, se volvi hacia nosotros, agarr de repente a
dos de mis compaeros y los despedaz de un solo golpe. Se prepar con
ellos una cena y comi como un len, no dejando ni los huesos. Nosotros
contemplbamos horrorizados el espectculo y aguardamos a que se
durmiera con el propsito de herirle. Pero la gruesa piedra que haba
colocado nos detuvo: aunque logrsemos matarlo no podramos salir. As
esperamos la aurora.
El cclope despert, encendi el fuego y orde las ovejas. Seguidamente,
ech mano a otros dos compaeros y, como la noche anterior, dispuso con
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una oveja y esperamos agazapados bajo sus lanudos vientres. Con la luz
del da, salieron los machos presurosos a pacer y nosotros prendidos a sus
pechos.
Carnero querido gema Polifemo al palparlos, tu amo ha sido cegado
por un hombre malvado!
Cuando estuvimos lejos de la cueva, nos soltamos del ganado. Llegamos a
la nave y nos aprestamos a huir. El cclope escuch el golpe de los remos
en el mar y, furioso, arranc la cumbre de una montaa y la arroj delante
de nuestra embarcacin, faltando poco para alcanzarnos. Polifemo invoc
a su padre: yeme, Poseidn! T eres mi padre! Concdeme que este
hombre no vuelva nunca a su palacio! Y si est escrito que ha de volver a
ver a los suyos, que sea tarde y con dao y en nave ajena, despus de perder
a todos sus compaeros.
Todas estas cosas estuvo contando Ulises en el palacio del rey Alcnoo.
Forastero, clam el rey , permanece un poco ms entre nosotros y
prepararemos la nave que necesitas! Mientras tanto, cuntanos otras de
tus admirables hazaas.
Desde la isla de los cclopes continu Ulises, seguimos adelante, hasta
que llegamos a la isla donde moraba Circe. Enterada de nuestra llegada, la
diosa vino a nosotros con pan, carne y vino del color del fuego.
Comed y bebed, desdichados exclam Circe al vernos. En cuanto
amanezca, volveris a navegar y yo os dir qu debis hacer para que no
padezcis. Al anochecer, mis compaeros se acostaron junto a las amarras
del buque. Circe me tom de la mano y me separ de mis compaeros:
yeme lo que voy a decirte: llegars con tus compaeros a la isla de las
sirenas que encantan a los hombres cuando van a su encuentro. Aquel
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feacios y piensa cmo pondrs las manos sobre los pretendientes que hace
tres aos acosan tu palacio. Penlope suspira por tu regreso!
Oh, diosa!, respondi Ulises. Tracemos, s, un plan para castigar a esos
hombres! Te asistir replic Atenea. Voy a volverte irreconocible para
que te acerques al palacio: arrugar tu piel, blanquear tu cabeza y te vestir
con horribles andrajos. El cuidador de cerdos, que te ama, te informar de
todo. Mientras, buscar a Telmaco que march a Esparta para saber si
vivas.
Ha vagado largo tiempo, hijo mo. Te ruego que hagas por l lo que
puedas.
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infortunios que Zeus me enviaba. Pero ahora, al fin, nos hemos reunido.
T cuidars mis bienes y yo repondr el ganado que los pretendientes
insaciables han devastado.
Oh, Ulises! Los dioses nos cubrieron de desdichas impidindonos
que disfrutsemos de nuestra juventud. Pero ahora, abraza por fin a tu
Penlope!
Oh, Penlope! dijo Ulises. Todava nos quedan das de dicha hasta
llegar al fin de nuestras vidas.
Atenea, cuando comprendi que Ulises y Penlope se haban recreado lo
suficiente con la conversacin, permiti que el sueo se derramara sobre
ellos.
NOTA:
. Argos en griego significa veloz.
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JASN
Y LOS ARGONAUTAS
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El viaje comenz con presagios favorables, pero a lo largo del camino los
viajeros vivieron muchas peripecias. La primera escala fue en la isla de
Lemnos, donde solo habitaban mujeres pues todos los hombres haban
muerto. Los argonautas fueron bien recibidos; se unieron a las mujeres de
la isla hasta que algunas de ellas concibieron hijos varones y slo entonces
partieron.
Tiempo despus, penetrando en el Ponto, el Argos se detuvo en Cicio.
Los recibi all un joven rey con quien los argonautas establecieron una
hermosa amistad. Un da, la nave volvi a hacerse a la vela con vientos
favorables. Sin embargo, durante la noche, cambiaron repentinamente los
vientos y el Argos regres a Cicio antes del alba sin que sus tripulantes
notaran que estaban desandando su misma ruta. El rey de Cicio y sus
hombres observaron el desembarco: Oh, valientes soldados de Cicio!
clam el rey. Un enemigo invade nuestra patria!. El rey organiz la
defensa y ambos bandos se trabaron en feroz lucha sin reconocerse en la
oscuridad de la noche. Por la maana, al descubrir la verdad, los hombres
de Cicio y los argonautas compartieron un gran dolor: el rey haba muerto.
Todos participaron de los honores de su entierro.
El Argos arrib entonces a las tierras de los bebricios, gobernados por el
rey Amico. Oh, extranjeros!,los salud el rey a su llegada. Todo viajero
que se detiene en esta isla debe medir la fuerza de sus puos conmigo.
El rey Amico haba vencido de ese modo a cuantos forasteros hubieran
osado acercarse a sus tierras. Esta vez, ninguno de los argonautas pareca
dispuesto a recoger el desafo. Pero Plux dio un paso adelante. Plux,
gemelo de Castor, era de pequea estatura pero fuerte y veloz y en los
primeros cruces demostr su habilidad. Al poco rato, el provocador Amico
cay vencido; Plux evit matarlo pero dej a su adversario atado a un
rbol cerca de una fuente.
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Jasn y Medea vivieron diez aos en Corinto y tuvieron dos hijos. Pero
Cren, el rey del lugar, conoca las hechiceras de Medea y siempre intent
expulsarla de su reino: Jasn, respetado husped de Corinto!, deca el
rey. Todos en este pas conocemos tus hazaas. Deshazte de Medea
porque conseguir llevarte con ella al reino de Hades!. Sin embargo,
Jasn tema a Medea de cuyos grandes poderes tanto se haba beneficiado.
Finalmente, un da, Cren le ofreci a Jasn casarse con su hija, la princesa
Glauca.
Jasn se puso de acuerdo con el rey de Corinto, se atrevi a abandonar
a Medea y acept el compromiso con Glauca. Medea, arrastrada por los
celos, envi a Glauca como regalo de bodas un manto nupcial de irresistible
belleza. Oh, princesa Glauca! salud la sierva de Medea, mi ama te
enva este obsequio de bodas. Cuando Glauca recibi de manos de la
sirvienta de Medea aquel manto, se lo puso de inmediato. En ese preciso
momento, el traje nupcial liber la magia contenida en l y le infundi
a Glauca un violento fuego en las venas convirtindola en una antorcha
llameante. El rey Cren, al verla, lanz un grito desgarrador: Glauca,
hija ma!. La expresin de los ojos de la princesa y su bello rostro no
se distinguan entre las llamas y su sangre caa, como lgrimas de pino,
confundida con el fuego. El rey se abalanz sobre su hija con la intencin
de salvarla pero las llamas los consumieron totalmente a ambos y el palacio
entero ardi.
Tras perpetrar tan horrible asesinato, Medea dese producir a Jasn un
dao an mayor y mat a sus propios hijos. El pueblo de Corinto, en
venganza por la muerte de su rey, apedre a Medea en el templo de la
diosa Hera y la oblig a abandonar la ciudad. La hechicera huy en un
carro de serpientes aladas para evitar la ira de la familia de Cren y del
propio Jasn.
Desde el carro, Medea desafi a Jasn: Oh nios, hijos mos, cmo
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NOTAS:
. Pegaso es hijo de Medusa y Poseidn. Se dice que Poseidn se enamor de Medusa
por su belleza. Atenea la castig convirtindola en Gorgona, sin permitir que
fuera inmortal como sus hermanas. Pegaso, en griego, significa manantial.
. Casiopea
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PERSEO
Y LA MEDUSA
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PERSEO Y LA MEDUSA
por nombre
nombre
crisio, rey de Argos, tuvo una hija a quien puso por
rey decidi
decidi
Dnae. Como no tena ningn hijo varn, el rey
deba
hacer
parapara
conseguirlo.
El El
preguntar alalorculo
orculoqu
qu
deba
hacer
conseguirlo.
orculo le dijo: No tendrs hijos varones pero tendrs en cambio un
nieto que acabar con tu vida. Para evitar este destino, Acrisio decidi
encarcelar a su hija Dnae en una celda subterrnea con puertas de bronce
y custodiada por perros salvajes.
Pero Zeus Olmpico, el padre de todos los dioses, se enamor de Dnae
y se burl de las precauciones de Acrisio logrando entrar en la prisin.
Zeus tom la forma de una lluvia de oro y cubri de este modo a la joven
dejndola encinta. Poco tiempo despus, Dnae dio a luz a Perseo.
Acrisio, al ver nacer a su nieto, temi por su vida: Oh, fieles servidores!
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Al morir su abuelo, Perseo deba tomar posesin del reino de Argos. Sin
embargo, luego de haber enterrado a Acrisio con los honores de un rey,
Perseo habl as a su madre Dnae y a su esposa Andrmeda: Oh, madre
amada! Oh, esposa! He podido atravesar los cielos hasta llegar casi al
reino de los muertos. Me he atrevido a enfrentar a Medusa y a decapitarla.
Pero no he podido evitar dar muerte a mi abuelo! Como un pobre mortal,
no he logrado detener a mi propia mano que ha cumplido con lo que los
dioses haban previsto para m!
Dnae y Andrmeda trataron en vano de consolar el corazn del hroe.
Pero Perseo se senta avergonzado de reclamar la herencia del hombre a
quien l mismo haba asesinado y de ocupar el trono de Argos. Megapantes,
su primo, rey de Tirinto, le propuso entonces un trueque. Perseo acept:
Megapantes rein en Argos y Perseo en Tirinto donde muchos aos
despus fund la gloriosa Mecenas junto a su esposa Andrmeda.
Perseo y Andrmeda permanecieron uno junto a otro y tuvieron seis
hijos: Perses, Alceo, Mstor, Helo, Electrin y Estnelo y una hija,
Gorgfene. Atenea, conmovida por la hermosa historia de amor entre
Perseo y Andrmeda coloc sus imgenes unidas en el cielo. Cerca de
ellas, observando atentamente, se puede descubrir a Casiopea y a Cefeo,
al Pegaso, el caballo alado, y a Cetus, el monstruo marino.
Cuando se descubre en el cielo la imagen de Perseo, se puede ver una
curiosa estrella que brilla y se oscurece alternativamente: es Algol, el
demonio, que representa la terrible cabeza de Medusa.
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TESEO
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espada. Trae a Teseo a este lugar cuando haya crecido en altura y sabidura
y ordnale que las desentierre. Si llega a Atenas vistiendo estas prendas,
sabr que es mi hijo y lo har heredero de mi reino, al que ahora debo
regresar.
Teseo se cri en el palacio de su abuelo materno sin conocer el nombre de
su padre y se dice que, desde muy pequeo, recibi la especial proteccin
de Poseidn, dios del mundo de los mares. Se destac como un nio fuerte
y valiente. Su abuelo, el rey de Trecn, le ense a conocer las estrellas, a
lanzar la jabalina y a empuar la espada. Un da, cuando Teseo tena siete
aos, Hrcules lleg de visita al palacio; para comer ms cmodamente, se
quit la piel del len de Nemea con la que siempre se cubra desde que
haba logrado derrotar a la fiera en una terrible lucha cuerpo a cuerpo y
la dej sobre uno de los bancos del jardn. Algunos invitados que llegaban
tarde a la mesa no osaban entrar creyendo que el animal estaba vivo
pues aquel despojo pareca dotado de movimiento. Algunos nios vieron
la figura de la bestia recostada sobre el banco y huyeron despavoridos
gritando: Un len, un len!. Pero Teseo no tuvo miedo: arrebat un
hacha a un criado y se abalanz sobre la fiera dispuesto a vencerla. Hrcules
detuvo su brazo, pero le agrad la valenta del muchacho y lo anim para
que siguiera sus pasos: Nio Teseo! Tu nombre ser siempre recordado
entre los nombres de los hroes.
Como era tradicin, cuando Teseo cumpli diecisis aos ofreci su
cabellera al dios Apolo, pero solamente lo hizo en parte, pues entreg
nicamente el pelo de la parte delantera de su cabeza. Etra, su madre,
lo llev luego hasta el lugar que Egeo haba elegido como escondite y
mostrndole la inmensa roca le dijo: Teseo, hijo mo! Debajo de esa
roca encontrars las sandalias y la espada de tu padre que no es otro que
Egeo, el rey de Atenas. Recupera esas prendas y presntate con ellas en
Atenas donde Egeo te reconocer como su hijo. Ante el estupor de Etra,
Teseo corri la pesada piedra. Sin esperar un minuto, se calz las sandalias
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En la costa del mar de Salamina, apostado entre las rocas, Teseo encontr
a Escirn. Este malvado obligaba a los viajeros a lavarle los pies en las
aguas del mar. Cuando los desgraciados llegaban al mismo borde del
precipicio, deban agacharse para complacerlo; en ese momento, Escirn
les pegaba un soberano puntapi que los arrojaba a las olas y gritaba:
Vete, viajero, a alimentar a las hambrientas tortugas!. Cerca de la costa,
verdaderamente, habitaba un grupo de tortugas de gran tamao. Teseo
logr hacer un rpido movimiento y fue Escirn el que cay a las aguas. Se
dice que una vez devorado por las tortugas, sus huesos se transformaron
en los arrecifes y escollos que se hallan todava en aquel lugar.
Poco antes de llegar a Atenas, Teseo se cruz con Procusto, padre de
Sinis, el doblador de pinos, que arda en deseos de vengar a su hijo.
Cuando descubri que Teseo se aproximaba a su morada, Procusto sali a
su encuentro: Detente, forastero!,le dijo. No rechaces la hospitalidad
de este humilde anciano. Descansa esta noche en mi casa!. Procusto
utilizaba un extrao mtodo para asesinar a los viajeros: cuando alguien
aceptaba su hospitalidad, el bandido le ofreca un lecho; si la talla del
husped era mayor que el lecho, el malvado cortaba todo lo que sobraba;
si la talla era ms pequea, estiraba sus miembros mediante pesas y poleas
para acomodar al viajero a las medidas de la cama. Se dice que nunca
coincidi el lecho con la estatura del viajero. Procusto intent atrapar a
Teseo pero el hroe lo venci.
Entre tanto, las hazaas de Teseo haban llegado a odos de los atenienses
que crean que el joven era un sucesor de Hrcules en el mundo de los
hroes. Nadie pensaba, sin embargo, que Teseo fuese el hijo del rey y el
heredero del trono. Un da, cuando vieron entrar por la puerta de la ciudad
a un muchacho que vesta larga tnica blanca y portaba una hermosa
cabellera rizada, algunos atenienses se burlaron de l: Vaya, vaya, mirad
al forastero! se gritaban unos a otros. Observad sus largos rizos!
comentaban entre risas burlonas. Teseo no respondi pero vio cerca de
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all un carro muy pesado tirado a duras penas por dos bueyes. Lleg hasta
l, desat a los animales y tomando el carro con ambas manos lo lanz
con fuerza: A ver, valientes atenienses! Mostradme cmo detenis al
carro!. Nadie pudo detenerlo y el carro lleg a gran distancia de all.
Todos enmudecieron y Teseo sigui su camino hacia el palacio.
Durante los aos transcurridos desde el nacimiento de Teseo, el rey Egeo
haba vuelto a contraer matrimonio. Su nueva esposa era Medea, la terrible
maga que antes haba sido esposa de Jasn. Medea haba convencido al
rey de que se casase con ella prometiendo darle un heredero a pesar de
que ya era casi un anciano. Egeo pens que las hechiceras de la maga
ayudaran a cumplir su deseo y acept la boda depositando en Medea toda
su confianza.
Teseo desconoca el nuevo matrimonio de su padre y, al enterarse, decidi
esperar un poco antes de darse a conocer. Pero Medea adivin que
aquel joven poda ser un peligro para su ambicin de que un hijo suyo
fuese el heredero del trono de Atenas. As que traz un plan. El joven
haba acudido al palacio de incgnito. Medea, entonces, susurr al odo
del rey Egeo: Quin es ese extranjero de quien los atenienses relatan
tantas aventuras? Oh, rey, temo que llegue enviado por alguno de tus
enemigos para quitarte el trono!. De este modo, Medea fue derramando
desconfianza hacia Teseo en el corazn de su padre que an no lo haba
reconocido. El rey, incitado por su esposa, estaba dispuesto deshacerse del
muchacho: Joven forastero!, dijo a Teseo. Han llegado hasta m las
noticias de tus hazaas. Podrs favorecer con tu fuerza a los atenienses
derrotando al toro salvaje que expulsa fuego por las narices y ha causado
muchas muertes en estas tierras?. Teseo acept el desafo. El feroz animal
haba sido dominado por el mismo Hrcules aos antes. Teseo le sali
al encuentro en la llanura de Maratn, lo captur vivo y se pase con
l arrastrndolo por los cuernos ante la mirada atnita del pueblo de
Atenas.
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Hroes y Viajeros
En la antologa Hroes y viajeros de la Antigua Grecia vuelven
a contarse cuatro historias que han sido escuchadas en rondas
alrededor del fuego, anotadas alguna vez, reescritas, editadas
en todos los idiomas del mundo, ilustradas y representadas en
estatuas y pinturas durante miles de aos. De ese modo, pese
al largo tiempo transcurrido, Ulises, Jasn, Perseo y Teseo han
conseguido llegar hasta la actualidad.
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