Municipalidad C. Elortondo
Municipalidad C. Elortondo
Municipalidad C. Elortondo
solo toma una parte, a cualquiera se le ocurre que esa finca est afectada, tocada,
comprometida por la Avenida, y la primera de las reglas de interpretacin es que las
palabras de la ley deben ser tomadas en el sentido en que son generalmente usadas.
Si tal es la inteligencia de la ley, se dice, y es esta la cuestin principal, sino nica en
este caso; si el hecho de tomar la Avenida una porcin de una finca, autoriza la
ocupacin del todo, la ley, en esta parte, es contraria a la prescripcin constitucional que
declara inviolable la propiedad.
El seor juez de Seccin, muy oportunamente observa que es esta ya cuestin resuelta
entre nosotros por la autoridad reconocida como nico y ltimo intrprete de la
Constitucin.
Es bien sabido, en efecto, que las leyes que autorizaron el camino de fierro a Crdoba,
autorizaron tambin la expropiacin de una legua a cada lado de la va; y no es menos
sabido cual fue la resolucin en las diversas cuestiones que surgieron, con respecto a su
constitucionalidad.
"Estas leyes, dijo V. E., no pueden ser objetadas, ni discutida su constitucionalidad ante
los Tribunales, por razn de error en la clasificacin de la utilidad pblica en que se
funda el derecho de expropiacin, porque el artculo 17 de la Constitucin, disponiendo
en su inciso 2, que la expropiacin sea autorizada por ley, libra a la discrecin
exclusiva del Congreso, el juicio sobre la utilidad pblica en los casos ocurrentes; y es
notorio adems, que sin la concesin de tierras no hubiera sido realizable la
construccin del Ferro-Carril, obra de una conveniencia evidente para el progreso y an
para afianzar la paz y la tranquilidad de la Repblica". ( Srie 1, t. 4, p. 311; t. 6, p.
67).
Si la ley ha declarado que es de utilidad pblica la apertura de la Avenida de Mayo y ha
juzgado que ella no podra llevarse a efecto sin la expropiacin de las fincas afectadas,
cmo no habra podido realizarse el Ferro-Carril de Crdoba sin las dos leguas laterales,
la ley de la Avenida no puede, pues, ser objetada, ni discutida su constitucionalidad en
uno ni otro caso; y si bien la utilidad no es perceptible en igual grado en ambos, la
medida bastante a autorizar su declaracin, es del resorte exclusivo del poder a cuya
discrecin ha confiado la Constitucin la facultad de hacerla.
Objetase a ese razonamiento, a mi entender, tan sencillo como concluyente, que no es
compatible con la ndole de nuestras instituciones que un derecho consagrado por la
Constitucin pueda considerarse sin garanta en los Tribunales de Justicia; obsrvase,
adems, que no se concilia con los principios de justicia que la expropiacin de una
parte autorice a tomar el resto, que no es necesario para la obra, sin ms objeto que
lucrar con ello; y se pretende, por ltimo, apoyar estas conclusiones en la autoridad de
autores respetables.
No obstante que, como se ha visto, es esta cuestin resuelta por V. E., considero de
inters no dejar sin respuesta aquellas objeciones, y ha de permitirme V. E. me detenga
con este motivo en algunas consideraciones generales en materia tan nueva como de
palpitante actualidad.
La supremaca del Estado sobre la propiedad privada, a que Grocio dio el nombre de
higiene.
Despus de pintar el doctor Rawson, con la viveza caracterstica de su palabra, el cuadro
de desolacin que presentan los palacios de los ricos, invadidos por las emanaciones
mortferas de los hormigueros humanos que viven y mueren a su lado, resume su
pensamiento en esta forma: "Este cuadro, dice en su estudio sobre los conventillos,
parece una fantasa; es, sin embargo, la fiel traduccin de los hechos, como los estudia
la ciencia y los confirma la experiencia. Y si esto es as, la sociedad entera, los ricos y
los poderosos, lo mismo que los pobres y desgraciados, estn solidariamente interesados
en suprimir con todas sus fuerzas esos focos de infeccin, que desde las profundidades
de la miseria envan la muerte para castigar la indiferencia de los que viven en la
opulencia de las capas sociales superiores".
No es, pues, de extraar que una de las primeras preocupaciones de la actualidad sea el
mejoramiento de las condiciones higinicas, especialmente de las grandes ciudades, ni
menos, que estas exigencias, desconocidas antes, hayan hecho sentir su influencia en la
legislacin, dando un alcance ms lato a lo que deba entenderse por utilidad pblica.
Desde luego, ocupa el primer lugar todo cuanto se relaciona con la viabilidad, y
fcilmente abraza otros objetos a cuyo respecto la utilidad pblica es menos perceptible.
Las Cortes de Justicia de los Estados Unidos, por ejemplo, han reconocido en repetidas
ocasiones, como casos de utilidad pblica, una escuela, una plaza, un parque, un
molino, un cementerio y an un teatro.
Era asimismo de esperarse que al ampliar la ley los casos de expropiacin, ampliara a la
vez los medios para la ejecucin de las grandes obras, que deban ser la consecuencia
obligada de aquella mayor facilidad, y as ha sucedido.
Ya el art. 51 de la ley francesa de 3 de mayo de 1841, que es fundamental en la materia,
estatua: que si la ejecucin de los trabajos deba procurar un aumento de valor
inmediato y especial al resto de la propiedad, este aumento sera tomado en
consideracin al estimar el importe de la indemnizacin.
La ley de 26 de marzo de 1852, dictada bajo el segundo Imperio Francs, autoriz la
expropiacin de la totalidad de las fincas afectadas, cuando las partes restantes no
fuesen de una extensin o de una forma bastante a la construccin de edificios en
condiciones de salubridad.
Bajo el rgimen de esta ley, ha podido la Municipalidad de Paris realizar la
expropiacin llamada por zonas, hoy la ms preconizada, abrir las grandes avenidas de
que se ufana, y costearlas en parte con la venta de los sobrantes a uno y a otro lado.
Este procedimiento fue seguido por Blgica y por Italia, yendo esta ltima an ms all
en la amplitud que acuerda al expropiante.
La ley de 25 de julio de 1865, dictada bajo el reinado de Vctor Manuel II, autoriza, no
ya la expropiacin por zonas, sino la cotizacin, es decir, la imposicin de las cuotas
con que cada propiedad colindante debe concurrir.
"Cuando de la ejecucin de la obra, dice el artculo 41 de aquella ley, se derive una
La tramitacin que para el cumplimiento de la ley aludida, se debe seguir, da una idea
clara de los principios observados por este pas en materia de expropiaciones para usos
pblicos.
La ley autoriza a la junta respectiva, que es la de apertura y composicin de calles, para
que vaya estableciendo al sur de la calle 155, tantos parques nuevos cuantos juzgue
necesarios.
Una vez que haya escogido sitio para cada uno de esos parques, la junta debe ocurrir a
la Corte Suprema para que designe tres avaluadores, que han de ser gentes discretas y
desinteresadas.
A estos avaluadores les toca fijar la indemnizacin que corresponde a los dueos y a los
arrendatarios de la propiedad tomada para el parque.
La junta queda autorizada para determinar dentro de qu rea, las propiedades
colindantes con la tomada para parque van a ser beneficiadas por l, y para sealar la
porcin del costo de dicho parque que, en compensacin del beneficio, les toque dar por
junto a los respectivos dueos. Los avaluadores deben distribuir esa porcin entre esos
dueos.
La autorizacin ms grave, entre las de la ley, es la de hacer demoler los 'tenements
houses' situadas en cualquier sitio, y de la extensin que fueran, en cualquier parte de la
ciudad, abajo de la calle 155, para el objeto de construir en su lugar, un parque.
Las 'tenements houses', que no son simplemente casas de alquiler, sino como
hormigueros humanos en que dentro de espacios reducidsimos se amontonan sobre
todo para dormir, muchedumbres en que la miseria borra toda distincin de sexos,
edades, etc., son ciertamente un peligro para la higiene y la moral de la poblacin.
Por eso, la autorizacin para irlas demoliendo a medida que vaya siendo necesario, no
alarma, y antes sera de desear que su demolicin se pudiera llevar a cabo simultnea y
totalmente".
Hasta aqu "La Amrica", revista mensual que se publica en espaol en la ciudad de
Nueva-York.
Como se ve, la autorizacin no puede ser ms amplia ni ms lata la facilidad para
expropiar.
Tan natural y tan justo encuentra el pueblo de la Unin este sistema, que algunos
estados, entre otros Massachusetts, Kansas, Indiana, Illinois, lo han incorporado a sus
constituciones, para colocarlo fuera del alcance de los movimientos transitorios de la
opinin.
No han faltado, sin embargo, opositores, como sucede siempre que un inters particular
se siente herido.
En aquellos Estados en que la facultad en cuestin no estaba apoyada por una
ciudad de Washington, para cotizar el gasto de ejecutar mejoras locales en las calles
sobre los colindantes, y el impuesto para tales mejoras, no necesita ser general para toda
la ciudad".
Ahora bien: siendo de todo punto iguales en nuestra Constitucin y en la de los Estados
Unidos las clusulas referentes a la facultad de expropiar y a la de imponer, bajo la
seguridad de sentirnos apoyados, as por la legislacin y la prctica de las naciones de
Europa, como por la jurisprudencia uniformemente establecida por las Cortes de Justicia
de los Estados Unidos, podemos sentar con plena confianza, como exactos y conformes
a nuestra Constitucin, los principios siguientes, que dominan toda la materia:
1 En ejercicio del dominio eminente, el Poder Legislativo est investido del poder de
hacer la declaracin de utilidad pblica, as sobre la totalidad, como sobre parte de la
propiedad, cuya apropiacin las conveniencias de la comunidad requieren; y esta
atribucin es poltica y exclusiva; y el uso que de ella haga el poder al que ha sido
conferida, no puede ser objetado ante los Tribunales de Justicia.
2 En ejercicio del poder de establecer impuestos y contribuciones, el Poder Legislativo
tiene la facultad de distribuir o cotizar, "assess", el costo de una mejora local entre
aquellos propietarios que reciban el beneficio inmediato y especial, determinando el
radio dentro del que debe considerarse comprendido el beneficio y la cuota con que
cada uno debe contribuir; el ejercicio de esta atribucin es tambin exclusivo, y no
puede ser discutido ante los Tribunales de Justicia.
Despus de esta larga exposicin, en que me he extendido ms de lo que hubiera
deseado, llega la oportunidad de hacer la aplicacin de los principios que ella deja, a mi
juicio, fuera de toda discusin, a la Avenida de Mayo y al caso de la seora de
Elortondo.
1 El Congreso ha declarado de utilidad pblica la apertura de la Avenida; ha declarado
igualmente de utilidad pblica la expropiacin de la totalidad de las fincas que ella
afectare, en cuyo caso se encuentra la propiedad de la seora de Elortondo; bajo el
punto de vista del dominio eminente, la constitucionalidad de esta declaracin no puede
ser objetada, ni admite discusin.
2 Congreso ha declarado igualmente que las fincas afectadas deben concurrir al costo
de la Avenida con el mayor valor que ella misma les da, que esto, y no otra cosa importa
en definitiva la expropiacin de la totalidad; bajo el punto de vista de la facultad de
imponer, esta declaracin no se discute tampoco.
Pero el poder de hacer declaraciones tales, se arguye, es tremendo, y ante l desaparece
la propiedad. Es, por otra parte, atentatorio, se agrega, que se pretenda despojar a los
propietarios de sus fincas para lucrar con la propiedad particular, al objeto de costear
obras de inters comn que la Municipalidad debe ejecutar con sus recursos propios, o
no ejecutarlas si no los tiene.
No es difcil dar contestacin satisfactoria a estas objeciones.
No puede desconocerse, es cierto, en primer lugar, que el poder de apoderarse de la
propiedad ajena para uso pblico, es un poder tremendo, sin lmites tericos ni
levantara en todas de por medio esa entidad imposible de apreciar. Mejor sera eliminar
de una vez la prescripcin constitucional.
Con ms razn se dira que pretenden lucrar con los intereses de la comunidad aquellos
que, ya que no piden se les pague la parte necesaria para la va, entienden que nada ms
se les puede exigir que su abandono gratuito.
Como miembros de la comunidad, reciben el beneficio comn a todos.
Como propietarios, son beneficiados de una manera imponderable con el aumento del
valor de sus fincas. Este beneficio es real, positivo, inmediato; no aleatorio ni fortuito.
Es justo que el que lo recibe solo contribuya como los dems? Es justo se recargue a
la generalidad con impuestos en provecho de unos pocos? Puede sostenerse que exista
la proporcin y equidad que la Constitucin exige en el impuesto, que paguen lo mismo
los vecinos de la Boca y de Almagro, y los propietarios de la Avenida?
Si la Municipalidad, se dice todava, no tiene recursos propios para costear estas
grandes obras, no las emprenda. Importa esto condenar todo progreso. Ni son los
propietarios los que han de decidir si una obra ha de realizarse, o no. Si la autoridad
competente lo decide, la obra se llevar a ejecucin, contribuyendo todos
equitativamente, en proporcin al beneficio que reciben.
Es esta, a mi juicio, la verdadera doctrina; la proporcionalidad; la cotizacin.
Esto es lo que se practica ya entre nosotros con respecto a los empedrados, y no hay
razn por qu no rija la misma regla en la apertura de una calle o de una avenida. El
principio es el mismo: son todas mejoras locales.
Si la expropiacin se hubiera hecho por zonas, abrazando la serie de manzanas hasta
Entre Ros, para dejar dos Avenidas con el ensanche de las calles Victoria y Rivadavia,
la Municipalidad, a ms de la venta de los terrenos restantes en medio, hubiera, estado
en su derecho, competentemente habilitada, para exigir que los propietarios de Victoria
mirando al Norte y los de Rivadavia al Sud, concurrieran a la grande obra por medio de
cuotas radiales. Y si estas, con arreglo a la ley italiana, se limitaban a la mitad del mayor
valor que adquirieran sus fincas, nadie podr decir que no fueran notablemente
beneficiados
Qudales, en todo caso, optar por la expropiacin.
Tan natural y tan justo es lo que dejo expuesto, Exmo. seor, que se impone de por s; y
esto tiene de hermoso la justicia.
La ley de la Avenida, es, sin disputa, deficiente; no prev todos los casos que fcilmente
haban de ocurrir, y puede autorizar grandes injusticias. Es en efecto, notoriamente
injusto que un propietario cuya finca no es afectada, por quedar en la lnea precisa,
reciba todo el beneficio, y en nada contribuya.
No obstante esto, es bien sabido que los propietarios, anticipndose a la ley, han entrado
en arreglos y combinaciones entre s para concurrir a la ejecucin; y es tambin de
notoriedad que la Intendencia, interpretando el espritu de la ley, acepta este concurso
que reemplaza a la expropiacin. Esta no pudo tener otro objeto que la realizacin de la
Avenida, y puesto que esto se consigue, sin el recurso a un medio extremo, debe ser ello
un motivo de satisfaccin para todos.
Deba aqu terminar esta ya demasiado extensa exposicin; la materia es, sin embargo,
tan nueva y de tan grande importancia, que merece no dejar nada sin contestar.
Los que sostienen que la ley es contraria a la Constitucin, han trado en su apoyo el
peso de autoridades respetables.
En una cuestin de esta naturaleza no es de extraar se haya dividido la opinin, y ya se
ha visto que ha sido llevada con repeticin a los Tribunales de los Estados Unidos.
A la autoridad de Sedguick, Field, Fremy, Ligneville y otros que se citan en contra,
podra oponer la de Dennay, Proudhon, Delallaw, aparte de las decisiones de las Cortes
Americanas que antes he recordado.
En obsequio a la brevedad me limitar a transcribir las palabras de Dennay:
"La apertura de una calle, dice este distinguido tratadista (t. 2, p. 679), consiste no
solamente en el objeto material indispensable para la ejecucin, esto es, en el terreno
sobre el que debe ser abierta, sino en el conjunto de los medios pecuniarios, sea para
adquirir este terreno, sea para los otros gastos que la obra exige; queriendo el fin, es
necesario autorizar los medios para llegar a l. Proponer a una comunidad sin recursos,
que haga gastos que no puede soportar, es exigir lo imposible, es impedir de una manera
absoluta una operacin que se reputa, sin embargo, de utilidad general y urgente. La
expropiacin para un objeto determinado, debe recaer no solamente sobre el terreno
necesario para lo principal, sino tambin sobre aquel afectado a los accesorios, sin los
que la obra no podra realizarse. En este caso, el accesorio obligado de la calle, cuya
falta hara la ejecucin imposible, es el terreno colindante".
Esperando que, en consideracin a la importancia de la materia, excusar V. E. haber
ocupado por tanto tiempo su atencin, terminar pidiendo la confirmacin de la
sentencia recurrida. - Eduardo Costa.
Buenos Aires, abril 14 de 1888.
Vistos los presentes autos trados a la decisin de esta Suprema Corte de Justicia por
apelacin de la sentencia Federal de la capital, corriente a foja ochenta y una vuelta, en
que se declara por aplicacin de la ley del Congreso de treinta y uno de octubre de mil
ochocientos ochenta y cuatro, sujeta a expropiacin la totalidad de la finca calle Per
nmeros catorce, diecisis y dieciocho, de propiedad de doa Isabel A. de Elortondo, a
los efectos de la Avenida que se autoriza abrir por los artculos cuarto y quinto de dicha
ley, cuyo tenor literal es como sigue:
"Artculo cuarto. - Autorizase igualmente la apertura de una avenida de treinta metros
de ancho por lo menos, que partiendo de la plaza de Mayo, divida por mitad las
manzanas comprendidas entre las calles Rivadavia y Victoria y termine en la de EntreRos."
"Articulo quinto. - A los efectos del artculo anterior, se declara de utilidad pblica y se
autoriza la expropiacin de las fincas y terrenos que resulten afectados por la apertura
de la expresada Avenida."
Considerando: Primero: Que como lo establece la sentencia apelada y el seor
Procurador General en su dictamen de foja ciento dos, y resulta adems de la discusin
y testo de la ley citada, ella evidentemente comprende en la autorizacin que contienen
los artculos transcritos, el derecho a expropiar no solo el trayecto necesario a la
Avenida a que dichos artculos aluden, sino tambin la totalidad de los inmuebles
situados a uno y otro lado de dicha va, que en cualquiera extensin resulten afectados
por la misma.
Segundo: Que sentado este antecedente, y no habiendo los interesados puesto en duda la
utilidad pblica de la obra en s, en lo que a la Avenida proyectada respecta, ni denegado
la constitucionalidad de la ley sobre tal punto, la sola cuestin que surge a la
consideracin de esta Corte, es la de la regularidad y validez de dicha ley, en lo que
atae a la expropiacin de las fracciones situadas fuera de aquella va y a uno y otro
costado de ella.
Tercero: Que a este respecto es desde luego de observar que la Constitucin sienta como
un principio absoluto, la inviolabilidad de la propiedad privada, declarando
precisamente con referencia a los poderes pblicos, y para mejor ampararla contra toda
posible agresin u ocupacin ilegtima de parte de estos, que nadie podr ser privado de
ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley.
Cuarto: Que no es sino excepcionalmente, y sin entender derogar aquel gran principio,
que la Constitucin acuerda al Estado o a sus representantes legtimos el derecho de
ocupar los bienes privados por va de expropiacin para objetos o propsitos pblicos o
por causa de utilidad pblica.
Quinto: Que siendo tal la regla y no pudiendo el Congreso derogarla, restringirla ni
alterarla en la esencia, con arreglo al artculo veintiocho de la Constitucin, que as lo
estatuye explcitamente, prescribiendo que: "Los principios, garantas y derechos
reconocidos en sus anteriores artculos, no podrn ser alterados por las leyes que
reglamenten su ejercicio", la atribucin deferida a aquel cuerpo por el artculo diez y
siete para calificar la utilidad pblica y definir los casos d expropiacin por razn de
ella, no puede entenderse ilimitada ni con un alcance tal que lo autorice a disponer
arbitrariamente de la propiedad de una persona para darla a otra, ni a incorporarla
tampoco, an abonando el justo valor que pueda tener ella, al dominio pblico, fuera de
los casos y de las formas estrictamente fijadas por la letra de la Constitucin o por los
principios fundamentales sobre que ella reposa.
Sesto: Que la teora fundamental del derecho de expropiacin por utilidad pblica, tal
como ha sido incorporado en la Constitucin y tal como lo admite la legislacin en
general de los pases libres, es otra adems, y no se extiende a nada ms que a autorizar
la ocupacin de aquella parte de la propiedad privada que sea, indispensable a la
ejecucin de la obra o propsito pblico de que se trate, no pudiendo ir nunca ms all,
ni cumplirse en consecuencia, respecto de bienes que no sean necesarios a aquellos
fines.
Stimo: Que es de la misma nocin, que tampoco puede verificarse con propsitos
meramente de especulacin o a objeto solo de aumentar las rentas pblicas, o sea en
razn, no de una utilidad pblica general o comunal en el sentido legal y propio de la
palabra, sino de una utilidad pecuniaria y puramente privada del Estado o de sus
corporaciones, ni llevarse a cabo an cuando la obra sea til y conveniente a los
intereses sociales, si puede ejecutarse aquella, o es dado atender a estos, sin recurrir a la
expropiacin o por otros medios que esta.
Octavo: Que estas limitaciones, sino explicitas en la Constitucin, surgen a la par que de
los principios fundamentales que ella consagra, de la naturaleza misma del derecho de
expropiacin, el cual no tiene otra base ni otro fundamento, que las necesidades o
conveniencias sociales, y no puede por lo tanto, extenderse ms all que lo que estos
fines supremos puedan reclamar, ni aplicarse de consiguiente, a bienes que el uso, el
propsito o la obra pblica tenida en vista, no requieran como indispensable, ni a ttulo
simplemente del mayor valor resultante de una mejora pblica cualquiera, en favor de
las propiedades adyacentes, cuya compensacin tiene su forma especial y distinta por la
Constitucin y por la prctica de todos los pases libres, a saber: la cotizacin o
contribucin en dinero, proporcional y equitativa al beneficio recibido.
Noveno: Que tal es tambin la nocin aceptada por el Congreso en la ley general de
expropiacin de trece de setiembre de mil ochocientos sesenta y seis, al prescribir que si
los bienes expropiados para ejecutar obras de utilidad nacional, no reciben este destino,
puedan ser retrados por su anterior propietario en el estado en que los enajen y por el
precio o indemnizacin que recibi, haciendo as de la afectacin o aplicacin a un uso
pblico de los bienes expropiados, la condicin absoluta del derecho de expropiacin.
Dcimo: Que si as no fuese, y debiese entenderse permitido y lcito a los poderes
pblicos, so color de utilidad comn, invadir la propiedad privada ms all de lo
estrictamente necesario al inters general y despojar al ciudadano de lo suyo,
sustituyndose a l en el uso y goce de sus bienes ya para someterlos a una explotacin
ms provechosa a los intereses fiscales, ya simplemente para lucrar, vendindolos a
terceros, con la diferencia entre el precio de compra y el de venta de los mismos,
desaparecera a la vez que todo lmite al derecho, aunque legtimo, exorbitante de
expropiacin, la garanta nica contra el abuso posible de tal derecho.
undcimo: Que con tal sistema, en efecto, para ejecutar obras de utilidad pblica en un
extremo de la Repblica, por ejemplo, sera permitido expropiar bienes en el otro, y
atacar arbitraria e indistintamente en todos los puntos del pas el sagrado de la
propiedad, pues que haciendo basar el derecho de expropiacin no en la afectacin o
aplicacin material de los bienes privados a servicios u obras dadas de utilidad nacional,
sino en la mayor o menor conveniencia pecuniaria de ello o en la designacin
discrecional y arbitraria del Poder Legislativo al respecto, no habra razn para
distinguir entre las propiedades adyacentes o ms o menos prximas a las obras y las
situadas en los puntos ms remotos de las mismas, pudiendo todas ser agredidas por
igual, siempre que as se entendiese convenir a los intereses fiscales o fuese ello de la
voluntad de aquel cuerpo.
Duodcimo: Que tal doctrina importara adems, no solo desnaturalizar el derecho de
expropiacin, haciendo de l, en oposicin a los fines con que la Constitucin lo
consagra, una fuente ordinaria de recursos y un medio financiero inusitado y anormal,
sino tambin cambiar las reglas asignadas por la Constitucin y las leyes para la
formacin del tesoro pblico, confundiendo todas las nociones legales y sustituyendo el
ejercicio de tal derecho al poder ordinario de impuesto y de contribucin.
Dcimo tercero: Que no es tal sin embargo, la nocin de la Constitucin, ni puede
admitirse en el terreno de la razn y de la equidad que lo sea, porque ello constituira en
realidad, un verdadero socialismo de Estado en que este ltimo sera todo y el
ciudadano nada.
Dcimo cuarto: Que haciendo aplicacin prctica de estos principios a la ley de mil
ochocientos ochenta y cuatro, debe reputarse por tanto, que ella, en cuanto autoriza no
solo la expropiacin de los terrenos necesarios a la apertura de la va pblica a que alude
su testo, sino tambin la de las fracciones situadas a uno y otro lado de la misma, que ni
son necesarias ni reclama absolutamente la ejecucin de la obra, no es conforme a las
limitaciones impuestas por la Constitucin al ejercicio del derecho de expropiacin, las
cuales forman o constituyen la manera de ser y la naturaleza propia de aquel derecho.
Dcimo quinto: Que debe decidirse otro tanto, del punto de vista de los propsitos de
dicha ley, que, evidentemente, no tiene en cuanto a la expropiacin de las fracciones
enunciadas, otro fin que el usufructo de las ganancias resultante de su enajenacin,
obligando al propietario a desprenderse de ellas, simplemente para que la Municipalidad
las negocie.
Dcimo sexto: Que as resulta con toda evidencia, de los antecedentes con que el
proyecto de esa ley fue originariamente elevado por la Intendencia Municipal al Poder
Ejecutivo de la Nacin; de la exposicin de los motivos con que el mismo fue apoyado
y prestigiado por la Comisin respectiva, al tiempo de su discusin en la Honorable
Cmara que lo impugnaron en su seno; y finalmente, de la resolucin municipal de siete
de octubre de mil ochocientos ochenta y cinco e informe que la precede, en que se alude
a la conveniencia de fijar y se fija en treinta y dos metros, el ancho de la Avenida en
cuestin, entre otras razones, porque as podra expropiarse mayor nmero de fincas y el
resultado de la operacin ser ms ventajoso a los intereses pecuniarios comprometidos
en el caso.
Dcimo sptimo: Que para mayor autoridad de las anteriores correlaciones, conviene
recordar que ellas tienen en su apoyo tanto la doctrina de los expositores, como la
sancin de la jurisprudencia de las Cortes Americanas de Justicia, que basadas en el
derecho federal Americano, que es nuestro propio derecho constitucional, tiene
importancia decisiva entre nosotros.
Dcimo octavo: Que importa mencionar desde luego, por su analoga con el caso actual,
entre otras, la decisin de la Corte Suprema del Estado de Nueva York en el caso de una
ley de dicho Estado, autorizando la apertura de una calle en la ciudad de Albany y
facultando a tal fin, la expropiacin no solo de lo estrictamente necesario a dicha calle,
sino de las porciones restantes de las propiedades que resultasen afectadas por ella, para
ser vendidas o incorporadas en especie, al dominio municipal, segn posteriormente se
resolviese, caso en el cual, aquel Supremo Tribunal, decidiendo "in terminis" la cuestin
pendiente ante esta Corte se expres as:
"Si esta sancin pudiese ser entendida en el sentido solo de habilitar a la Corporacin a
justificar la del todo, an cuando se acuerde debida compensacin por ella, y desde el
momento en que se extienda ms all de la porcin requerida por la necesidad del caso,
cesar de ser justificada ante los principios que rigen el ejercicio del derecho de dominio
eminente". (5 ed., ps. 670 a 691).
Vigsimo primero: Que a esta opinin que es tambin la de Story, "On the
Constitution", 2 n 1956 y de Redfield, "On the Law of Railways", 1, p. 218, nota 4,
puede especialmente aadirse la de Sedgwick "Statutory and Constitutional Law", p.
451, el cual dice:
"La expropiacin de la propiedad privada para objetos privados, es un mero abuso de
los poderes de legislacin. Una resolucin dictada con tales propsitos, no tiene carcter
de una ley y est prohibida por las ideas generales que definen y limitan las funciones
de la legislatura. Un estatuto que autoriza el traspaso de la propiedad de uno a otro, sin
el consentimiento del propietario, es inconstitucional y prohibido, aunque se d una
compensacin. As una Municipalidad no puede, con el objeto de hacer una calle, tomar
el todo de un lote, si solamente es indispensable una parte, y la ley debe ser interpretada
como si requiriese el consentimiento del propietario respecto a la parte actualmente no
necesitada, pues de otro modo, es inconstitucional y prohibida".
Vigsimo segundo: Que por consiguiente, solo por error ha podido invocarse en estos
autos los precedentes americanos como favorables a la idea de un poder absoluto en el
Congreso para disponer de la propiedad privada por va de expropiacin, extendiendo
equivocadamente la doctrina que ellos consagran respecto de la facultad de aquel cuerpo
para hacer pesar en virtud de atribuciones de otro orden el costo de las mejoras pblicas
sobre las propiedades con ellas beneficiadas a la expropiacin misma de estas, que es
denegada explcitamente y sin excepcin en aquella jurisprudencia.
Vigsimo tercero: Que si no son favorables a tal idea los precedentes Americanos, no lo
son tampoco los de otros pases, siendo importante recordar a su respecto que si en
Francia, alguna vez por una grave y fundamental derogacin de las reglas comunes
sobre expropiacin, se ha autorizado esta en mayor extensin de la que aquellas
permiten, no ha sido ello sino excepcionalmente, y toda la legislacin vigente hoy, es
encaminada en un sentido opuesto, no imponiendo a los propietarios el sacrificio del
abandono de su propiedad en mayor extensin que la indispensable a la obra pblica
que la motiva, sino cuando esta no es de posible ejecucin de otro modo que por
trabajos de conjunto que hagan indispensable la expropiacin total (ley de trece de
setiembre de mil ochocientos cincuenta, artculo trece) o cuando por consecuencia de
expropiaciones llevadas a cabo para ensanche, rectificacin o apertura de nuevas calles,
los sobrantes de las propiedades que hayan de ocupar esta, no ofrezcan por su extensin
o forma, la posibilidad de levantar en ellas construcciones higinicas y salubres
(decretos de veinte y seis de marzo de mil ochocientos cincuenta y dos; veinte y siete de
diciembre de mil ochocientos cincuenta y ocho y catorce de junio de mil ochocientos
setenta y seis) casos todos en los cuales, sin duda alguna, media una razn de necesidad
y de conveniencia social que autoriza el procedimiento de la expropiacin a su respecto.
(Dufour, "De l'expropiation", nmeros seis y siete; Block Administracin de la ciudad
de Pars, pgina doscientos cincuenta y siete).
Vigsimo cuarto: Que en todo caso, no son los antecedentes y prcticas de gobiernos
regidos por instituciones monrquicas, que non las nuestras, y en las cuales no existe el
"Que tal es la doctrina consagrada por la ms alta Corte Judicial de Estados Unidos, an
en relacin al poder de impuesto, que es en s y por su naturaleza, ilimitado y mucho
ms amplio y discrecional que el de expropiacin, habiendo dicho tribunal declarado
reiteradamente, que el ejercicio de tal poder por la Legislatura en los casos de naturaleza
judicial, est sujeto, como el de todos los otros poderes legislativos, al control y revisin
de las Cortes de Justicia, y anulado en consecuencia, como repugnantes a la
Constitucin repetidos impuestos creados a objetos reputados no ser estrictamente de
inters general, aunque por ellos resultase colateralmente beneficiado el pblico (20,
Wallace's Reporte, 655; 106, United States, 485; 113, United States, 1); y finalmente:
Que en el presente caso, segn antes se ha establecido, no se ha puesto en cuestin ni
denegado la utilidad pblica de la obra a que la precitada ley de mil ochocientos ochenta
y cuatro se refiere, y no se trata por consiguiente, en rigor, de una revisin de la
declaracin del Congreso a tal respecto, sino propiamente de la extensin que debe ser
expropiada para tal obra, o sea si debe tomarse a los particulares el trayecto solo
ocupado por aquella va pblica, o tambin las fracciones situadas a derecha e izquierda
de la misma, cualquiera que sea su extensin y aunque la lnea de la calle no toque las
propiedades a que pertenezcan, sino en su lnea exterior o en sus revoques.
Vigsimo sexto: Que no puede deducirse un argumento serio contra estas conclusiones
de la decisin anterior de este Tribunal en los casos del Procurador Fiscal de la seccin
de Santa Fe contra los seores Seoras y Rosas y contra don Francisco Ferr, invocados
por el procurador Municipal en estos autos. Primero: porque en el caso de esos fallos,
dictados con motivo de las expropiaciones que fue necesario realizar para hacer efectiva
la entrega de una legua de tierras al costado de la va del ferro-carril Central Argentino,
estipulada en el contrato de construccin de dicha va, mediaba una circunstancia que no
media en el presente y que hace desaparecer toda paridad entre ellos, a saber: que la
concesin de aquellas tierras fue hecha tenindose en mira y fijndose como condicin
de ello, su poblacin y colonizacin para proporcionar trfico Y vida a la va
proyectada, objetos en s de verdadero e indisputable inters pblico, que justificaban
legalmente la autorizacin conferida al Gobierno para expropiarlas; y segundo: porque
cualquiera que sea la generalidad de los conceptos empleados por el Tribunal en esos
fallos, ellos no pueden entenderse sino con relacin a las circunstancias del caso que los
motiv, siendo, como es, una mxima de derecho, que las expresiones generales
empleadas en las decisiones judiciales deben tomarse siempre en conexin con el caso
en el cual se usan, y que en cuanto vayan ms all, pueden ser respetadas pero de
ninguna manera obligan el juicio del Tribunal para los casos subsiguientes.
Vigsimo stimo: Finalmente, que de todas y cada una de las precedentes
consideraciones, resulta que la ley de treinta y uno de octubre de mil ochocientos
ochenta y cuatro, en cuanto declara sujetos a enajenacin forzosa otros terrenos, en su
totalidad o en parte, que los que haya de ocupar la va pblica a que se refieren los
artculos cuarto y quinto de dicha ley, es contraria a la Constitucin, y no puede por lo
tanto, ser acatada ni aplicada en el presente caso.
Por estos fundamentos, la Suprema Corte considera que debe revocar y revoca la
sentencia apelada a foja ochenta y una vuelta, y declara que no es procedente la
expropiacin de la finca de la demandada Isabel A. de Elortondo, sino en la parte
necesaria y que haya materialmente de ocupar la avenida a que estos autos se refieren.
"La necesidad de apropiarse la propiedad para el uso del pblico o del Gobierno, no es
una cuestin judicial. El poder reside en la legislatura. Puede ser ejercido por medio de
un estatuto que de una vez designe las propiedades a ser apropiadas y el objeto de la
apropiacin, o puede ser delegado a oficiales pblicos, o como se ha hecho repetidas
veces, a corporaciones privadas, establecidas para llevar a cabo empresas en que el
pblico est interesado. No hay restriccin a este poder, excepto aquella que requiere la
compensacin que debe darse.
"Y all donde el poder es cometido a oficiales pblicos, es objeto de discrecin
legislativa determinar qu reglas prudenciales deben ser establecidas para asegurar un
discreto y juicioso ejercicio de la autoridad. La provisin constitucional asegurando el
juicio por jurado en ciertos casos, y aquella que declara que ningn ciudadano ser
privado de su propiedad sin el debido proceso de ley, no tienen aplicacin al caso. El
juicio por jurado solo puede ser reclamado como un derecho constitucional, all donde
la cuestin es de carcter judicial".
"El ejercicio del derecho de dominio eminente descansa en el mismo terreno que el
poder de imponer. Ambos son emanaciones del poder de hacer la ley. Son los atributos
de la soberana poltica, para cuyo ejercicio la legislatura no est en la necesidad de
dirigirse a las Cortes. Al establecer un impuesto, o al apropiarse la propiedad de un
ciudadano o de una clase de ciudadanos para objetos pblicos, con una provisin
adecuada para compensacin, el acto legislativo es el debido proceso de ley, etc. La
apropiacin de la propiedad es un acto de administracin pblica, y la forma y manera
de ejecutarse es tal cual la legislatura en su discrecin lo prescribe."
La ley ha juzgado en el caso presente necesaria la apropiacin de la totalidad de las
fincas afectadas por la Avenida; ese juicio no puede ser revisado por los Tribunales, ni el
criterio de estos puede sobreponerse al criterio del Congreso, y esto basta para dar por
resuelta la cuestin de constitucionalidad.
Pero quiero suponer que est en las facultades de la Corte revisar la calificacin de la
ley, y veamos a la luz de la razn y del buen sentido, puesto que no hay leyes que
definan lo que debe entenderse por utilidad pblica, si esta ha sido o no consultada en
esa calificacin.
Desde luego no puede desconocerse que hay utilidad y provecho evidente en apropiarse
las fincas que van a quedar con frente a la Avenida, por el mayor valor que van a
adquirir los fondos de las casas actuales transformados en frentes sobre la ms central y
la ms hermosa de las calles.
Tampoco puede negarse que esa utilidad es de carcter pblico, porque es la
Municipalidad y no un simple particular quien va a aprovechar de ella.
Pero esto es una especulacin, se dice, en que se buscan ganancias con la propiedad
privada, y la utilidad pblica a que se refiere la Constitucin, no puede convertirse en un
negocio ni en propsito de renta, sin desnaturalizarla.
La objecin tendra fuerza y sera muy atendible, si la disposicin de la ley tuviera
efectivamente por objeto especular con el mayor valor que la tierra va a adquirir con la
Habra podido expropiar todas las manzanas por cuyo centro ha de cruzar la Avenida,
como se ha hecho en Francia donde la expropiacin por zonas y por barrios enteros se
ha practicado sin resistencia y con excelente resultado; pero ha procedido con prudencia
y moderacin limitando el ejercicio del derecho de expropiacin a lo estrictamente
necesario.
Se dice que la expropiacin por zonas solo se ha admitido como legtima para trabajos
de conjunto, sin definir con precisin lo que por tales trabajos debe entenderse; pero si
disecar un pantano y sanear un barrio insalubre, son trabajos de conjunto, no lo es
menos la Avenida decretada, que abriendo una ancha va en la parte ms antigua y
densamente poblada de la ciudad, responde a propsitos de higiene, de viabilidad y de
embellecimiento y requiere trabajos mltiples y complicados.
Otra consideracin de conveniencia y utilidad pblica concurre a justificar la
expropiacin total de las fincas afectadas por la Avenida, y es la de poder entregar
nuevamente al dominio privado los sobrantes sujetos a restricciones y condiciones a que
no se hallan actualmente sometidos.
Cuando se emprenden obras de esta clase, destinadas entre otros objetos al
embellecimiento de una gran ciudad y a la comodidad de sus habitantes, no se puede
librar a la voluntad de los dueos de las propiedades adyacentes que edifiquen como
quieran, y a este propsito responde el artculo sexto de la ordenanza reglamentaria,
imponiendo la obligacin de presentar a la aprobacin de la oficina de Obras Pblicas,
los planos respectivos, a fin de que las fachadas se ajusten en lo posible a un mismo
plano arquitectnico.
"Si el inters pblico, dice Kent, puede en alguna manera ser promovido por la toma de
la propiedad privada, debe quedar a la sabidura de la Legislatura determinar si el
beneficio para el pblico ha de ser de suficiente importancia para autorizar el ejercicio
del derecho de dominio eminente". Y el mismo Cooley, que solo admite con reserva esta
regla, no puede menos de reconocer "que el trmino uso publico como es empleado en
la ley de dominio eminente, tiene un significado muy controlado por la necesidad, y en
alguna manera diferente del que lleva generalmente"; y cita en su apoyo una decisin de
la Corte de Michigan en que se establece esta doctrina: "Si se examina a fondo la
materia, se encontrar que la consideracin ms importante en el caso del dominio
eminente, es la necesidad de realizar algn bien pblico que de otra manera es
impracticable; y se encontrar tambin que la ley, no tanto mira a los medios, como a la
necesidad". ("Constitutional limitations", pgina seiscientos sesenta y cinco).
En el caso presente, la sabidura del Congreso Argentino ha juzgado que el beneficio
que la Avenida de Mayo ha de reportar al pblico, es de suficiente importancia para
autorizar la expropiacin de las fincas afectadas por ella; y la necesidad de esa
expropiacin se halla justificada como el nico medio de hacerla practicable, no solo
bajo el punto de vista de su costo y de los recursos municipales, sino bajo el punto de
vista de la justicia y de la equidad, que no permite que unos propietarios sean
enriquecidos con el sacrificio de los dems.
Juzgarn de distinta manera los jueces? Si as fuera, Buenos Aires, por el egosmo de
unos pocos, quedara condenada con su medio milln de habitantes a ahogarse entre las
calles estrechas que deline el fundador hace ms de tres siglos.
Por estas consideraciones, se confirma la sentencia apelada de foja ochenta y una vuelta.
- Salustiano J. Zavala.