SCHAEFFER, P. - Qué Es La Música Concreta PDF
SCHAEFFER, P. - Qué Es La Música Concreta PDF
SCHAEFFER, P. - Qué Es La Música Concreta PDF
sica contem
Coleccin "M
Pierre Schaeffer
Qu
es la 1nus1ca
,
concreta?
)
; ,
j/{'
N11
va
Visin
Buenos Aires
"I
1wmejantes observaciones.
"A juzgar por su comportamiento, es imposible afirmar si el
<ompositor ya no sabe de qu modo hacer, o si ya no sabe qu
ll11rer ni por qu hacer. La accin creadora ha perdido su nece11lrlnd. Por consiguiente, se la inventa, se fija una hiptesis. Toda
In nroduccin del perodo de entreguerras es una inmensa aspi
l';1<"in a la msica, una desesperada bsqueda del tiempo perdi
do, a travs de lo 'inautntico'. El msico se preocupa no tanto
por la obra que se dispone a hacer, cuanto por una nueva mane
ra de hacerla, por una nueva tcnica, por un nuevo tipo de
nhjeto; de ahi esta rpida sucesin de formas inslitas -cuando
mos
.
1959 by Nueva Visin S. R. L., Cerrito 1371, Buenos Aires
Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723
11111)fera
i 1 11r debfa
podido detenerme en m 1 se
?Undo diario i, pero pens
comunicar al una s refl x1o
personales, fruto de
prolongadas meditacione
.
1 no evitabanesa otro
s la enorme pr'llda de tiempo
las confus 10nes malent
endidos Inherentes a
Y
.
1 n complejidad del probl
ema mu l tal como se plantea a
1 ros
nuescontemporneos me hub'ersica
. o
a vist
?l
o a hacer penirrncia por considera
; que n0 b f cumplidoigad
sati. sfactoriamente
mi tarea.
A decir verdad si deb exi. .
t.:uyo la palabra cocreta s stir. una escuela "concreta", de
m5s bien de rtulo parcial I fervir de bandera provisoria, o
specto concreto de
concreta se manifies co .
sica
suf'iciente claridad como laparm
podamos insistir en ta
a que
seguia acerca de las etapas
de abstrac
cin que requiere
Si la , .
hubfera aspirado perse1;::ic c.?ncreta,. PO el,, contrario, slo
-<:ontinuando as la evoluci a .c?retizacin de la msica
ca er; f que luthiers y
compositores, fabricantes de caJws,
VIO as, ondas y
toniums rivalizan
en in en
o ubieran exist! do sino trautrumentos nuevos, revisten
fns
convencionales. La msica: .s 0 menos xito esquemas
2 electr mea alem
ana flustra este
aspecto con harta evidenCia
.
En realidad, la m
sica erta recin desc bierta,
desbordada no slo por
se halla
'.
. o tam
hin por el florecimientolad u ac1n de materiales, sm
poderes de creacin materi: formas. LeJ. os de insistir en sus
"creadores" de nuevos . truI (como 10 hacen en general los
mentos) ' ella se aparta -<:orno
rstuviera cansada de talinsexc
si
.
eso de riqu
eza Y reclama, a voz
<'11 cuello, un
poco de orden n enume
racin de los objetos
<lesperdigados casi des ros;m
ne, un urg
ulilizacin; en resumenastre
:nt: orden para su
glas de empl:o, siqm
era sea a ttulo .
ele hiptesis de tra
ba10 por entero proVIso
rias
Por consiguiente asf como l
puestas ya elaborads en la tra ? .uca conc7eta no halla res
herg, del mismo modo no se dici n e Strawmsky o de Schonpodra contar con
1 n mediatamente los
problem s nteados por laella para resolver
msica contem
pornea. Asimismo seria im sJ?be oponer
msicos que nos han prec dioi y los nue los problemas de los
stros; tampoc podra
n firmarse que
no presen
rasgos comunes o que son ocom
lamente semejantes. Creotaque
guardan una relacin de fndple
ole
.
1
Schaeffer public el
resultad de rus
. s en forma de
tl1:1rros, que preceden
enenc1a
al present t
'
J NVla.drlsr, E.)
en esta misma cole
cci
e
"""'1t1
E.)
ex
en
a ed1c1on francesa de su
obra.
Qu
es
la
dimensin
ue difieren por una
Ja de dos geometras
salida de
sin
.igual m d , iertos callejones
nueva
una
.
por
suplementaria. De
eltos
? 1amente resu
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a
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con sol1'dez
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grorn trfa, en tnnto
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.
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no C'onoclclo, aun
de generalizar la
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melo
de
su1wd1nclolas. Es
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de instrumentos en
unas veces
que
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.
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orquesta. Uno i.
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la mus1ca occide
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que expresa 1as
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que
tiva entre la cifra
en
cuanto en la med1'da
larga
sensibilidad humana,
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que
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meloda resulte
Y una msic
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no todaa es
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.
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el
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o acontecim1ento
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sentidos :
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.
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unir directamente
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H 1111m16ncos huscan
particularmente
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i
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ron1.:1 ta
12
se
en
milan una palabra nueva, una figura nueva de una retrica que
13
<'<111lln(lu lcndo
p1<111;ll>le.
funcin
sin poseer genio inventivo propio. Una de dos: o bien tales obras
Ron escuchadas con un "sobrentendido" tonal, fragmentario y casi
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" NllllO
<
1 'or fuerza, en
lo atinente a los
.
d0 decafonistas, mu
Jos comienzos de
y hostiles en
.
la m
verdade
alida
la msica ond smo en
('reta, a menos que los el
.
?
n s de una sene
ya no susciten
111nguna asocia
cin de ideas f
d da en la t
poco, nada se opo
?alidad. Pero, tam
ne a que se
que una musica con
!'Omo desear
creta tonal,
.
an prohibrmelo
mis colaboradores
(pongamos que
no me atrevo a dec
ir discf
os) de tendencia dod
ecafnica. En
cons trucciones en
las que
o ;s nuevo, donde
todo sorprende,
la decisin de no
volver a nmgun
elemento conocido
arbitraria, adems
me parece
de inh u
na. Veo n ello un
i
indicio de sno
mo
o,
Ji s
ms exactamen te
. .
p eJmcio muy moder
tlcliberado props
no, de un
ito de or gina i
que no comparto. Con
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1952.
original de A
(N. del E.)
la
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ie
d'une
ncia precisamente
oncrcta". DIcho prrafo enu
onberg , tentacin
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Marce!, la tentac1
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nada se quiebre
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i se mm t on otra donde todas se
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ala, que
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ev id entemente la divisi .n. ;.
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posib
hace
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y
ariedad
de
quiebra. Aparce la nocin os, ues definir la msica diciendo
juego de sucesiones: Podrirs sil cios de anular tales o cuales
que es un arte de disponeobJ. eto de;hacr surgir otros y coordi
espacios sonoros co el creo ue Schonberg no dej de soar
narlos entre si. y bien,a t l d. Pero era evidente que para
con este absoluto Y e
? ;;n:. r de las posibilidades, an muy
aproximrsele slo po aais
sonora actual. Para hacerse
primitivas, que le ofrec lar fasacamecnica instrumental Y que
dec
entender, tenia que obe:r
Occidente haba establecido.
utilizar la :scala tem \aa i.;erfeccin Y la pobreza de esa
un fa s-.
Conoca meJor que a ie
se ra, en verdad, un fa de
cuartos
escala. Sabia u abiso de
en
n
ici
ic se a la compos
tenido. Pero si no quisodeb al
esario fijar
nec
era
que
de
cho
u octavos de toos, se re d:l dodecafonismo. Posiblemente
hubieran
en primer trmino las
: mentos y los odos se
pensara que, cuando lob\::r
il".
sut
s
m
ala
una esc
afinado ms, otros esta
'
16
18
l!: l paraelismo cqn el escritor tampoco es muy exacto. El ess: sirve de un lenguaje que no siempre constituye su
wop10 fm. Un novelista, un filsofo, un dramaturgo se sirven
.
d 1 legua1e con determinados fines que no coinciden con la
matna Y la forma del lenguaje. Seramos indulgentes con
un
l'Hcntor que careciera de estilo, siempre que lo relatado fuese
.
i;cnsac1onal. Slo es posible establecer una comparacin con el
po_ct. Ahora bien, se ha hecho un consumo tal de poesa y de
11ws c desde hace algunas dcadas, que el agotamiento de ambos
<lomm10s es semejante, al punto de que la poesa est en vspe
ras e expirar, aparentemente, a causa de que los poetas ya no
nos mteresan, salvo si son inventores.
. Parecra que nos alejamos del tema . En realidad, es necesa
'.'' exammar con detenimiento la situacin que se presenta al
.
Joven compositor contemporneo, situacin que por otra parte
.
.l soporta sm
tener precisa conciencia de ello. Hay jvenes
.
( ompos1tores
que son como los matemticos que acaban de ganar
su cargo de adjuntos y que, como ya no pueden reinventar las
oodenadas cresianas o la seccin cnica, se ven en la obli
gacin e escnb:r tda memoria en forma de comunicacin a la
Acadmia de Ciencias. Como, a justo ttulo, muchos de ellos
no alientan tales pretensiones, por qu admirarse del entusias111 que sien:en hacia todo maestro que les ofrezca lo que un
vct dade? fsico o matemtico propone a los jvenes cientficos?
Que schoi:ierg abra camino (un camino metdico, no solamen
.
te; e1empllf1cador como el de Strawinsky), y todos estaremos
r lispuestos a segui:lo, a considerarlo un jefe, por ingratas que
.
'_csulten las xpenencias en que nos introduzca. Dicho de otro
modo, la msica se presenta a los ms decididos investiaadores
actuals ms como una bsqueda cientfica que como n arte
1:xprs1vo. En tales condiciones, cmo admirarse de que tantos,
1 on mgenuo celo, se esfuercen por alinear series y realicen
< ! culos proporci?nales entre rito e intervalo? y una vez que
:< sto se ha cumplido y que (a decir verdad, en rara ocasin) el
resultado ha sido confiado a una orquesta, cmo admirarse de
1Tl Lo
19
icin,
que esos mismos defiendan con ahnco semejante compos
n valor
i n a udible en el papel y a la que atribuyen en seguida _u
1md d on
sentimental -exceso de emotividad que en tal oport
siquiera
sm
icos-,
romnt
s
mayore
servan de sus hermanos
do como in
advertir que dicho resultado no puede ser aprecia
tencin, sino solamente como experimento?
para
Hay en todo esto una situacin sumamente eran Y
estuve
cia
existen
cuya
tiempo,
mismo
al
trgica
y
djica cmica
undo cn
lejos de sospechar antes de trabar conocimiento pro
narlos sm
deenga
modo
qu
De
os.
individu
tales
de
algunos
ueva
una
lioso:
tan
ro
conside
ahora
"..
daar en ellos lo que an
propsito de
etapa de la investigacin musical? No me guia el
encontr
atacar el dodecafonismo en general. Al respecto, se .
concisa
en el artculo de Cahiers du Sud ya citado una critica
a con el
querell
buscar
a
tiendo
menos
An
.
sionada
desapa
y
parece -en
dodecafonismo, en razn de que ese fenmeno me
concreto, Y
otro sentido- una preparacin para el movimiento
por
almente
rac:u
ms
dos
plantea
as
problem
de que numerosos
dode<:af?
este ltimo ya existan implicitamente en la musica
del le1:1?11Je
nica. En especial, se trata del abandono obligatorio
se trata tambien de
corriente y de la sensibilidad subyacente;
sonor que los dode
un comportamiento distinto ante el objeto
ar abiertamente. De
provoc
osado
cafonistas ni siquiera haban
cambio, t l como 10
esto volveremos a hablar ms adelante. En
.
opondre con fir
me
Marce!,
dr
Luc-An
e
hace excelentement
tz,
Leibo
de
s
menore
s
meza a "la pretensin de los alumno
.
an la mapncidad
quienes desde lo alto de su abecedario vitupe:
rg .
de Ravel, Strawinslcy, Bartk, de Falla, y el mismo Schonb
10s de
e
En cambio, para Schonberg los principios slo so
Justifican en
transformacin y de bsqueda, y nicamente se
esta regla?'
este sentido. 'Cul ser el resultado si me propongo
r 1arn
transfo
se
tarde
ms
Slo
ncia.
experie
la
?
y a ello segua
los discpu
estos interrogantes en imperativos categricos; pues
los
que
los exigen milagros a horas fijas . . ." As, pues, deploro
los
como
tarse
presen
de
lugar
en
itz,
trabajos de Ren Leibow
de frmas
de un matemtico moderno que slo se preocupa
-en la medida
en la medida en que stas satisfacen a los fsicos
fenmeno, ya
en que ayudan ya a interpretar determinado
de u mu i
provocarlo-, se revelen, por el contrario orno l ?s
.
sm inquie
l
musica
s
anlisi
al
clogo conformista que se limita
porm:
qu
n
co
tarse por el resultado, que aplica principios -iY .
a soli
de
n
?
cuesti
la
e
instant
un
por
ni
nores!- sin plantearse
o. Mientras
dez de su fundamento terico o de su valor prctic
fnica es una
Ren Leibowitz sostenga que la msica dodeca
_
20
o prefigura el
.
porvenir.
Si l movimiento dodecafnico hubiera permanecido
en estado
< ' X r>n men_tal , o si fuera factible que volvies
e a serlo, todo sera
d h :; mto. S en la sica de doce sonidos an se
tratara de cons
t n r r r partituras . para ver", en el sentido de las "exper
iencias
para ver" de los fsicos, y si un oyente humild
e -mas no alta11cro- aprobara estas construcciones, la
msica dodecafnica
podra evolucionar y cumplir en cierta medida
su objetivo Ade
s, sera imprescindible que los compositores dejaran de exi
g11 que sus proyectos posean valor esttico y que la serie
est
dotada de :azn, Y se dispusieran, en cambio,
a dar la espalda
a s us propias premisas y a elegir
aquellos de sus proyectos que
-a pesar de las infracciones al sistem
a y, por sobre todo, causa
<I? . ellas- despertasen alguna resonancia inscripta en laa sensi111 lrdad musical instintiva.
Si el primer choque entre msica concreta y msica
dodeca
fn ica ha sido violento, se debe precisamente
a esta manera de
proceder. Por de pronto, dos escuelas se oponen
en msica con
rreta: una, la de un empirismo constructivo, est
esencialmente
lr.g_a a al odo instintivo; la otra, que toma su mtodo
de la
musica serial, consiste en aplicar a la materia concre
ta esquemas
preconcbidos arbitariamente, y en esperarlo todo
del proceso
automtico que conduce entonces del esquem
a al resultado.
i.Dbo agregar que esta segunda manera de obrar,
pese a escan
rlaltzarme, me parece ms justificada en msica
concreta que
rn msica para piano o para orques
ta? En efecto, como an
.
nada nos sirve de gua ni nos ata al pasado, y como
millares de
.
:-;omdos concretos estn desprovistos de alusion
es a los sonidos
u uales, los objetos fab icados "en serie" no corren
el riesgo, en
:
ningn caso, de ser caricaturas de una msica antigua
, 0 msica
rontra natua Slo hay que someter el resulta
do de estos esque
:
mas al anliSls
y, sobre todo, a la prueba del odo. Puesto -que
.va no nos exponemos ni siquier
a al malentendido del concierto
.\' romo esos tipos de estudios sern obligat
oriamente escucha
<los a trvs de un parlante, ello impedir que se produz
ca ese
c; '.rcter ilusorio de obra que cobra toda ejecucin
en el concierto.
Drrho lo qe antecede, falta agregar que los camino
s abiertos
11or los hbitos ya consolidados de los dodeca
fonistas son espe
c .r ?sos en grado extremo. Los doce sonidos los obnubi
lan; lo
. .
mismo, la precisi
n del teclado. Para pasar de doce a varios mi
ll;1res, Y del teclado temperado a los "fongenos" i -que
no lo
1
1m11 <I 'I todo, todava-, sera menester que olvidaran aquel rigor
r11 1110 o u e ya no tiene vigencia, y que adoptaran otro mtodo cuyo
<1111'\ctcr aproxi mativo a menudo los escandaliza. Es el mismo
111('10<10 que el de Jos matemticos y de los fsicos, a quienes tal
ya
22
esesperados
'.
r:1cla:
!'r
que
.
nia enal, formal, semntico o psicolgico. El arte -cuando es
.v.
I<
23
1 1 1 . El ohjcto musical
La nocin de objeto musical est lejos de ser clsica en mecientemente tuve la oportunidad de comprobar que el
111 t a .
i:-
musiclogos
percepcin
ficiario.
El compositor, al aplicar esquemas a priori, restringe a tal
punto sus elecciones que en realidad se limita a obrar slo como
un artesano al servicio de una especie de automatismo esttico;
el oyente. al no referir sus impresiones sino a falsas relacione!"
recibidas del pasado, o a relaciones no perceptibles directamente
por la sensibilidad musical sno por la inteligencia analftica, deja
de ser un oyente: es el comentador de un texto escrito o de
un proyecto presentado. Ya no existe lenguaje musical. Tampoco
se establece una relacin musical entre el compositor y el oyente
por medio de la interpretacin de lo que estoy obligado a deno
minar "objeto musical". .
24
25
l l{ 1 1 1 J1c
1 111
s 1 1 puesto,
Gestalt
r1H"l I decretar que slo hay sonidos o ruidos -es decir: msica
l rn H '<'S,
1.
1 1 r:1 111tico.
po podra coincidir con otra. Hasta tal punto esto es cierto, que
(Entonces,
cmo
no decir "objeto
sonoro"?)
Por
1mn
doble limitacin:
los
sonidos
tacin de la musicalidad.
quetipos que hasta el presente han pasado por los nicos "musi-
ver
26
Vase
nota
1, p. 9.
(vale decir,
a la habilidad
el in
suprarracionales
c!ija
!'11
28
--{!Omo la
por s solo una tcnica, y puede dar lugar a objetos sonoros muy
cI i versos.
y demos
Vase ms adelante, p.
81. (N.
del
E.)
29
Figura 1
Ritmo interno
!<=>.
----
Dinmica
:733
Figura 2
s relaciones
intrnsecas,
como los
volmenes de
una arqui
tectura?
y (I
al mismo
l l l H ' es
una "meloda
crescendo, diminuendo
dinmica".
Existen
mientras
evoluciona
'
fon6geno
ha desempeado en las
llii
1 11 1
Sealaremos
Klangfarbenmelodie
en el
d11 1 1 1 que sigue las normas corrientes. Esto es cierto, mas con
30
\ 1 1 1 1 1 que expliquemos
en
seguida
de
qu
modo
-una
vez
31
Pierre
Mientras que el
fugato
84 BB
claro
resultante
apareca irreprochablemente
perceptible
al
a la irracionalidad
Ms
lento
sombro
8,a. bassa
76
;
-
del contrapunto en el
:lpead/
los
oyentes
no
(fig.
5).
Comprobamos as hasta
a priori,
que una
golpeado
Muy
vivo
: 144
seco
Figura 5
uyuden a demostrar que el odo humano halla en tales transpo
r-;lciones totales cierta proporcionalidad del tiempo favorable a
l
Pierre Henry, pianista y virtuoso de la batera, discpulo de Messiaen,
fue el primer colaborador de P; Schaeffer. Es a1;1tor de Concerto des Am
bigits, Sries: Pripties, Clll?t! e: Ponct11ations. (. de la T.)
,
2
La expresin "piano prepare
md1ca una preparac1on de las cuerdas
antes del ataque, considerando el 1;>iano paralelall?ente C?mo instrumento
de percusin y como fuente de somdo concreto. El americano John Cage
emplea de modo sistemtico igual procedimiento (el "prepared piano" ) .
A pesar de las diferencias entre ambos, s e trata siempre d e alterar el
timbre del instrumento para lograr la polifona tmbrica. P. Schae,ffer
afirma que ignoraba los trabajos de J. Cage en la poca de sus expe
rimentos. (N. de la T.)
34
hasta
35
callejn sin salida al que aludimos, sino que adems ahora surge
una plyade de inventores que resulta necesaria en razn de
\ 'z
;
.1gudo
:A
z
,;
g r:nc
1:;ura 7
que son tan numerosos los mbitos explorables. Con tal de que
posea cierto talento y, sobre todo, perseverancia, cada uno de los
:1pirantes a las bsquedas concretas puede estar seguro de que
l ' n este campo har, al menos, obra de innovador. Nadie sabe
nn con exactitud qu es una nota compleja y qu es posible
realizar con ella; y los recursos de la transposicin total, limi1 :idos o no, an no han sido explorados. Estamos, por lo tanto,
IPjos de prescribirla con todo rigor. Ms bien aconsejamos em, 1(1,ica. Autor de una Jntrod11cci11 a la msica contempornea. Compuso
Crrcles des mtamorphoses, que Hans Rosbaud ejecut en el Festival de
1\ ix-cn-Provence en 1953. (N. de la T.)
<
36
\..
37
---- ------
1 V.
38
39
n:usicales
aficionado slo sabe hacer una cosa y que sabe hacerla de una
so a manera, Valry observa que "esta csa se hace como por s
misma y, en consecuencia, su accin no es verdaderamente
las bohtas que tanto hemos manipulado. As, tal como escrib en
el pr grama del rimer concierto de msica concreta, acaso ser
.
el ob1eto quien tiene algo que decirnos? Si admitimos a Valry
ese al o sera esencialmente humano, pues "nuestros propsito
40
distingamos dos
lenguajes
o,
con mayor
sonido y de un sentido
41
42
43
44
47
V.
49
48
50
M'
51
Cmo inventara
Sl'rvt1.
.Y qu1za
alguna respuesta. Por qu la msica? Por1
l ' i miento del mundo y del hombre. Temo que en este punto,
r1
52
r: < ' i l . Orientado de otro modo, semejante problema hubie1a i nr l1 1 1 < 1 0 al rechazo o a la indiferencia. Si yo hubiera pregunt aclo
si
En efecto:
antiguamente
haba tenido
trabajos
que
m?-11s
unnime
acuerdo
con
los
reaccionarios internacionales,
siquiera
si la
razn
de ser
de
esta
msica
no
reside
54
de
acuerdo
merced
cierto
nmero
de
de lo
limitaciones :
espiritual
pero lo
caves
utilidad-
en
debilida
imaginaramos genial,
por una parte, y mstico, por otra. Nos cuesta concebir que los
dos elementos forman uno solo, que Bach expresa directamente
en el objeto musical su misticismo en unin con su tcnica.
Cuando Bach maneja con habilidad de juglar las voces de la
fuga, cuando construye en un universo riguroso -en el que
velan cual arcngeles los cuatro puntos cardinales de la domi
nante- las estructuras y las formas, cuando calcula sus atrac
ciones y repulsiones, me gusta pensar que Bach, arquitecto y
acerdote al mismo tiempo, medita a cuatro voces, revela
ln
de encarnacin.
NI
56
57
58
59
60
62
Alusin a la pieza de Erik Satie que lleva ese nombre. (N. del
E. )
en mayor grado
variables
64
planos
dimensiones
de la
tesitura,
la
dinmica
y el
espectro.
determinado.
Tericamente,
tambin
est re
por
nota,
con
las tijeras y la
y por mezclas
armnicas y
msica
concreta,
la
cola
la
tijera
no
reprcsc nlnn
65
ms que una
66
67
Serie
e:::... .
30
lf
Grupo
7'7
i
i
!
j
lS
,, ,
Figura 8
16
dO
..
;;:::t:
p ?.,s-e:;
?
,
, -J=:
::=
,o- o
1
1
'
/J
r,=
im-:
so
Grupo
Grupo 3
mticas por accin sobre uno de los parmetros (fig. 9). Se trata,
pues, de un estudio ms bien que de una obra. Sin embargo, este
estudio es bastante seductor en cuanto al lenguaje rtmico y a
E
11
l ..
!..::::l-::::2
zo
/J
a
14
B
=-
IJ
Z4
69
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1
1
1
1
,
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11 - 11 - /-'
- ' ...:1 - :
'
/
'
mitad, M
'
'
4N, 2N,
. El
sonidos representados con la notacin tl, t2, etc. Cuando la velocidad del
desarrollo sea 2N, el sonido 1 tendr la duracin 2tl, el sonido 2, 2t2,
etc. De esta manera, existe una suerte de "tesitura" de los tiempos.
El estudio est en consecuencia compuesto por series de sonidos que toman
duraciones calculadas para formar "series paralel as" ; por ejemplo, cuando
el sonido t3 ( 4N) toma el valor de duracin 32t, resulta un silencio qne
fig-ura en punteaclo. Los sonirlos fornran cercados si pa san en cn1 ido
directo, atravesados por una diagonal si pasan en sentido inverso. El cstn<lio
compor\'1 la superposicin concertante de dos polifonas.
71
Resulta difcil unir los dos cabos: enfrentar, por una parte, una
tcnica y hbitos tan exigentes en lo que concierne a una deter
minada "msica de la altura" -en principio occidental- y, por
otra, otras msicas, a la vez ms complejas y menos eruditas,
m{1sica blanca : esto por una parte. Por otra, las impresiones estticas y
psquicas producidas por la msica concreta sugieren inevitablemente
el pensamiento del papel que desempea la msica en otras civilizaciones.
En fin, la experiencia concreta eJl msica permite abordar los problemas
de las msicas exticas o primitivas con un espritu completamente dis
tinto del que anima al musiclogo occidental. Estos aspectos, lamentable
mente, no han sido tratados aqu por falta de tiempo y, sobre todo, por
incompetencia del autor. No dudo de que un estudio de tal naturaleza
atraer algn da a un especialista en msicas exticas, quien habr
hallado en una experiencia concreta personal de la msica un mtodo
capaz de renovar su comprensin de otras msicas, gracias a la visin
retrnsoectiva ane le oermite abrcarl:1s rn relacin con la msica occidental.
ti.
Ver ms adelante, p. 92. ( N. del E.)
72
Diario de la msica
concreta
:i
"?
cursor.
Implcitamente, cada vez que me dispona a hablar o a escribir
sobre el tema, efectuaba una eleccin. Como ingeniero, me hu
biera ocupado en especial de los aparatos, y por cierto que hubie
ra tenido que ocuparme por largo tiempo. En calidad de msico,
me hubiera aferrado a mis obras sonoras y no verbales: me hu
biera interesado ms en mis propias obras, aunque fueran ensa
yos. En cambio, el autor a quien estn Uds. siguiendo, hace
poco caso a sus creaciones, pese a que le sirvieron y quiz
puedan ser igualmente tiles a otros para sugerirles ideas. La
razn es obvia.
Por una curiosa paradoja, hasta el presente la msica con
creta ha vivido de malentendidos providenciales. Su aporte era
74
75
sin
jazz
76
77
l.
6.
t(ansformaciones
o modulaciones.
8.
82
ru:i
17.
(ver pr.
VI).
u:s
las preparaciones,
el
la mezcla.
II.
dos puros,
denominados por
los
fsicos
sonidos
sinusoidales
Presin
21.
del
montaje
consisten
en
Presin
atmosfrica
--f.--'.,.....__-+-_...,.t--'""""-+'!-T-
l"igura 10.
el resultado.
23.
24.
cin esttica toda proyeccin que hace oir tal o cual monofona
como emitida por una fuente perfectamente localizada. En con
secuencia, dicha espacializacin habr sido prevista en el mo
mento de la mezcla, efectuada en cintas magnticas sincrnicas,
pero distintas, y proyectadas respectivamente por fuentes sonoras
distintas, reales o virtuales.
25.
84
extin
Hneas
un
plano dinmico
140 db.
presin sonora
cuerpo
ruido
blanco
Tiempo
frecuencia
Evolucin de las tesituras
Figura
Altura (octava)
11
86
12
H7
III.
88
que, sin embargo, estn dados en una sola vez, al igual que
los fenmenos secundarios (ataques, toque, vibrato, etc . . . ) im
plcitos ya en el instrumento dado, ya en el ejecutante de que
se trata.
Si con independencia de la evolucin meldica consideramos
con mayor atencin la nota -es decir, una sola nota de esta
meloda- advertimos que el fenmeno no es tan simple. Si es
cierto que para los fsicos todo sonido -Y en particular el soni
do musical- es susceptible de ser analizado y descompuesto en
sonidos puros componentes, semejante anlisis significa un nue
vo esfuerzo de abstraccin, pero esta vez escapa directamente al
sentido del odo y ya no depende de la msica sino de la acstica.
Si se desea penetrar ms a fondo en el fenmeno musical
utilizando los datos de la acstica slo como una base cientfica,
y de ninguna manera como un criterio esttico (posicin que
reviste singular importancia), es imprescindible enriquecer la
nocin de parmetros de evolucin musical meldica mediante
parmetros de caracterizacin de la nota musical; y estas nuevas
nociones, aunque tengan una justificacin cientfica rigurosa,
deben ser accesibles a la experiencia directa del odo musical.
Es necesario entonces recurrir esencialmente a la nocin de
duraci6n, y distinguir una duracin externa o global -que ca
racteriza a la nota, en el sentido clsico, como su extensin
temporal en relacin con otras notas de la meloda-, y su dura
cin interna, en la que el desarrollo del tiempo es encarado
como el nico punto de referencia posible de la evolucin de la
nota en el interior de s misma.
Probablemente provoque asombro el hecho de que una acti
tud tan importante no haya sido ya considerada por los msicos
y que su necesidad se haya hecho sentir, sobre todo, con la
aparicin de la msica concreta. Adems, es imposible explicar
de otro modo la incomodidad de los msicos -concretos o no
ante las primeras experiencias de la msica concreta, a no ser
por la falta de hbito y de experiencia esttica en la materia.
Si por ejemplo pensamos en notas musicales que se asemejan
a las del piano, del violn o de la voz humana, pero en las que
la proporcin entre sonido musical y ruido se invierte poco a
poco, concebimos con facilidad que el solfeo clsico pierda sus de
rechos y
de 11111
89
90
W:I ,.
s que permiten la repreEstudio separado de los tres plano
sentacin de la nota compleja
IV.
V.
2.
3.
Plano dinmico
se
luego
ece,
apar
nota
La
0 en cinta magntica en sin fin.
r
un modo general, podemos disce
gue; el nivel vuelve a o, y de
:
iales
nir en su forma tres partes esenc
, a menudo m_uy brusco e
nota
la
de
enzo
a) e l ataque, comi
,
rasgueadas, percusin, silabas)
la lutherie tradicional (cuerdas
l
nive
el cual sta mantiene un
b) el cuerpo de la nota, en
tl 111, :"::
sistemticamt.e1'aba!t:
<:;onfundimos. aqu men
u
,
c
5
.
d
mu
tcmca de los mstru tos e
se cuenta como instrumento muy importante.
de los cara:
los caracteres del ataque
en los sonidos conocidos
teres del timbre.
el modo
ncia prctica, sealaremos
En razn de su importa
ente
icam
mt
siste
que
el
(fig. 13 f ) , en
de ataque por inversi6n
como m do de
nota
la
de
n
nci
exti
. cin de
se utilizan las formas de
extm
muy progresivas pues la
ataque; tales formas son
lento, Y esto
pre un fenmeno muy
un sonido natural es siem
ar. Por una
icul
rtida su carcter part
_
confiere a la msica inve
de varir
pue
que
n,
nci
exti
de
cidad
simple regulacin de la velo
biacam
s,
ndo
segundo y algunos segu
entre algunas dcimas de
1
naturales
---....
L (Nive ) .--- --..pu n tcod
pc rc/tido
.._ e lico
artificiales
almcnad
.
d .1rccto
. 'do
1nvert1
pulsado
el ataque por
?ruscamente;
instantneamente, el
2.
olpea
el ataque por
sonido alcanzar
su
nivel
mximo'
.
_flcmos .de
cah
F
Figura
tiempo
13
la ley
cter de la nota, sin cambiar
remos por completo el car
pto
qu
a
hast
stra
mue
plo
o ejem
general del ataque. Este nic
reta en la obtencin
conc
ica
tcn
la
ta
apor
llega la riqueza que
do-instrumentos.
de nuevas notas o de pseu
notas
utilizar choques, es decir
reta
conc
En fin la msica
ex
nto
amie
rtigu
amo
un ataque, cuyo
tericame te reducidas a
resonancia.
por
icial
artif
o
l
tura
cluye toda prolongacin -na
leyes
bin en este mbito, las
b) Cuerpo de la nota. Tam
s d
ento
rum
st
los
ionamient? de
fsicas que reglan el func
combi
de
ero
num
un
a
o
ucid
han cond
msica tradicionales slo
mente,
: la ms simple es, evidente
naciones en extremos limitado
que
tal),
zo
hori
a
(form
ro
1:1
nivel sono
la perfecta constancia del
Es, por eJemplo, el
.
nido
defi
i
po
tiem
un
.
en apariencia durarfa
.
mstrumento
laboratorio. En cualqmer
caso de un oscilador de
es imposible
te (violn, voz humna)
.
manejado por un ejecutan
el a ento
la,
emb
t
o
finida. La man
10
a un
cantant H
tas
ersalmente po violinis
que es practicado univ
l sonoi o.
mve
su
de
s
ione
les fluctuac
para disimular las inevitab
nfa en mslt:11
ada
ciud
de
cho
dere
do
De esta manera ha adquiri
nseco <lo 1 1 1
nte como un carcter intr
y es percibido or el oye
C11:Y
1):\
92
PP
mf
ff
fff
'
"
7
'fJV V 7('
L (Nivel)
..
'
reverberacin
tiempo
Figura 14
tiempo
Denominaremos:
de
94
Figura 15
----' nempo
tiempo de reverberacin
algunas
verberacin y cuya duracin es muy variable, desde
reverberacin
trmino
El
s.
segundo
varios
a
segundo
de
dcimas
sonoras,
proviene de comprobar que la mayora de las fuentes
sala de
una
en
irradian
propio,
to
uamien
amortig
su
fuera de
tiempo, intro
audicin que conserva el sonido durante un cierto
ofdo del oyente.
duciendo un prolongamiento sistemtico para el
n del instru
En otros trminos, se sustituye el modo de extinci
de la sala;
propio
sonido
del
n
extinci
de
mento por el modo
de reverberacin.
este ltimo recibe, por lo comn, el nombre
reberveracin
En esta importante clase de extinciones por
raciones conti
o por prolongamiento distinguimos las reverbe
s, que tienen
nuas, las ms simples, y las reverberaciones vibrada
que el cuerno
pulsin
de
o
vibrato
de
rsticas
caracte
las mismas
de la nota misma (fig. 15).
metodolgica que
En la lutherie tradicional, la separacin
VI.
Plano arm6nico
96
'
<loa
PP
mf
JJ
80
61>
piano
"
20
o
Figura 16
mento de mus1ca se presenta bajo la forma de cierto nmero
de armnicos -rara vez ms de una veintena- cuyas ampli
tudes decrecen generalmente a medida que el nmero de orden
del armnico aumenta; entre tales armnicos no hay nada: el
instrumento de msica slo produce una serie "discreta" de
frecuencias simultneas. Se ha convenido en llamar altura de la
nota dada por el instrumento tanto a la de la fundamental que
mencionamos anteriormente, como a la del ms importante de
los armnicos; la indecisin que reina al respecto refleja la arbi
trariedad de tal nocin.
La msica concreta, fuera de las limitaciones impuestas por
los instrumentos tradicionales, considera que, en razn de su
situacin en una estructura, todo sonido natural o artificial
puede adquirir un carcter musical. Se ver pues impulsada a
buscar una representacin del timbre instantneo de estos soni
dos sin recurrir a la nocin de armnico, harto arbitraria. Con
mayor exactitud, nos veremos movidos a acudir ya sea a nuevas
Pobre
Espeso
/\!tura
n(1mc
/;
VII.
Rico
"'
a.
un
L nivel
L nivel
L nivel
Altura
,. .
Figura 17
17 a ) ;
L (Nivel)
L (Nivel)
claro
brillante
a.
Figura 18
98
tesitura
a- un espectro
sensiblemente
plano dinmico
L. nivel
cuerpo
extincin
Cuadros instantneos
tiempo
,
alturas
Ruido Desorden transitorio
Sonido musical
Orden permanente
h
Figura 20
2.
mayor
100
:(
,,,''
alturas
1 1.
,...
plano meldico
t3).
Figura 21
101
[X.
VIII.
A.
as del sonido
Plano dinmico o de las form
1)
Si conservamos la palabra "parmetro" para las variaciones en
duracin, intensidad y altura, propias de la nota clsica, pode
mos definir como criterios de determinacin de los sonidos los
tipos de grafismos hallados en el anlisis de las proyec1-.-0nes del
sonido complejo en los tres planos de referencia. De esta manera
podemos, finalmente, lograr un mtodo de clasificacin de los
sonidos complejos en familias.
Una curiosidad accesoria nos lleva tambin a preguntarnos:
mediante la combinacin numrica de estos diferentes criterios,
percutido,
elico,
segn su rigidez.
2)
sacin,
3)
102
montaJe.
mantenimiento artificial por
aspecto del cuer
Criterios que caracterizan el
po de la nota:
,
estable (intensidad constante)
cclico,
naturaleza que el
mantenimiento de igual
do,
ataque: frota
n del ataque : pulmantenimiento por repetici
odo
en base al
Criterios de mantenimiento
nota.
la
de
po
cuer
del
to
de mantenimien
.
miento : choque,
ninguna clase de manteni
arti
o
ral
natu
cia,
nan
reso
mantenimiento por
ficial,
Criterios d e ataque:
teado,
El ataque puede ser pun
o o decrescendo),
variado continuo (crescend
etc.)
o,
enad
(alm
uo
ntin
disco
4)
nota:
Criterios de extincin de la
.
ado) ,
ninguna reverberacin (amortigu
rado ) ,
reverberacin normal (reverbe
a s u vez puede
reverberacin artificial, que
1 0:
,-...
..
;.;:
..
id ,/ H f1
..-4
...e:
z _
" ..
o
'"d
11
..
..
c.
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o:
...
..,
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--=
2)
3)
'1
<O
"'
"'
..,
.!::::
nidos
ce
u
!l
"
Q.
...g
celica ( vibrato ) ,
continua (ascendente o descendente),
discontinua ( centebleante) ,
CI
, e
e
1u
i.J
Q.
ce
"" "
..s _
1)
brillante,
claro,
oscuro.
:?
Ui
i::
QJ
....,
i::
"'
C>
1z
i.J
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z
i.J
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4(
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Jl:. :!
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CG ..
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::s -o
...., :;
:;: ..E
11
::r:
"'
..
.
,:.
l OS
se
XII.
3 X 6 X5 X5 X4 X2 X3 X5
54.000,
Condiciones de compatibilidad
561.539 ) .
sea
XI.
('11111
106
l 07
as[, el
vibrato
indice
Tcnica de la clasificacin
I.
E l movimiento concreto
II.
El mtodo experimental
7
17
24
39
49
58
73
El objeto musical
III.
IV.
V.
Estado de la cuestin
VI.
VII.
de un vocabulario
Primeras veinticinco palabras
Las tres dimensio
Repaso de nociones acsticas.
nes del sonido puro
V.
Plano dinmico
Plano armnico
meldico
Plano de las tesituras o plano
oga sonora
terol
carac
VIII . Aparicin de criterios de
sonora
oga
terol
IX. Principales criterios de carac
VI.
VII.
de sonidos
Nmero terico de familias
lidad
XI. Condiciones de compatibi
rios de clasificacin en m
XII. Aplicacin de los crite
X.
sica concreta
XIII .
Tcnica de la clasificacin
79
81
85
88
91
91
96
99
102
103
105
106
107
10
) 09
108
l. 6 p 1 . ,