Historia Corte Casacion Julio 2008
Historia Corte Casacion Julio 2008
Historia Corte Casacion Julio 2008
DE CASACIN DOMINICANA
(1908-2008)
Autor:
Wenceslao Vega B.
Santo Domingo, R. D.
Julio 2008.
PRESENTACIN
Por ser una parte demasiado interesada en la publicacin de
esta obra, no he querido escribir un prlogo, lo cual implicara un
juicio de valor sobre la misma, sino que he preferido hacer una presentacin de su contenido, tratando de formular lo que podramos
considerar como un resumen ejecutivo de ella.
Luego del extraordinario trabajo de investigacin y del xito
alcanzado por la publicacin de la Historia del Poder Judicial Dominicano, fruto del acuerdo entre la Suprema Corte de Justicia y la
Academia Dominicana de la Historia, quien escogi a esos fines a
sus acadmicos Wenceslao Vega B. y Amrico Moreta Castillo para
su elaboracin, la Suprema Corte de Justicia acogi la propuesta de
nuestra insigne academia para producir una obra sobre la historia
de la casacin en nuestro pas.
Es as como el 6 de enero de 2006 nuestro mximo tribunal
judicial y la referida academia suscriben un contrato mediante el
cual el primero contrata los servicios de la segunda, para localizar
y recopilar todos los discursos pronunciados por los Presidentes de
la Suprema Corte de Justicia, que abarquen los perodos del 1908
al 1997, inclusive; analizar, resumir y comentar sus aspectos ms
relevantes; dividir en perodos los discursos, sus autores con los
respectivos presidentes y analizar las jurisprudencias que se citan
en los discursos con sus respectivos comentarios, que establezcan
la evolucin jurisprudencial. Posteriormente, las partes decidieron
que el trabajo abarcara hasta el ao 2008, inclusive.
Para cumplir con lo anterior, la Academia Dominicana de la
Historia designa a uno de sus miembros ms reputados, el Dr.
Wenceslao Vega B., para realizar sus investigaciones y/o trabajos,
y en general dar total supervisin, soporte y seguimiento a las investigaciones hasta la finalizacin de las mismas.
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Toms Meja Soliere, Pedro Troncoso Snchez, Hiplito Herrera Billini, Manuel A. Amiama, Eduardo Read Barreras, Alfredo Conde
Pausas, Manuel Ramn Ruz Tejada, Nstor Contn Aybar, Manuel
Bergs Chupani, Nstor Contn Aybar (segundo perodo), y Jorge
A. Subero Isa.
La Parte II del Captulo VI de la obra est dedicada al estudio de
los discursos pronunciados por el actual Presidente de la Suprema
Corte de Justicia, justificndolo el autor de la obra de la manera
siguiente: Por lo extenso que es el estudio de los discursos de Jorge
Subero Isa los Das del Poder Judicial, y por contener tantas innovaciones y datos sobre el Poder Judicial que se reestructura a partir de
agosto de 1997, le dedicamos un captulo aparte.
En las Conclusiones el Dr. Vega B., nos dice en un prrafo lo
siguiente: Como las instituciones sobre obra de los hombres, son
stos quienes le dan vida, permanencia, sentido, direccin, declinacin y muerte. Por esa casualidad, es que ha sido importante haber
analizado la obra jurdica de quienes han ocupado la presidencia
de nuestra Suprema Corte de Justicia, durante los cien aos entre
1908 y 2008. La personalidad de cada presidente ha dado la tnica
a la obra de ese alto tribunal, ya que su jerarqua sobre los dems
jueces hace que la figura del presidente sea la que marque el camino
de la corte.
El autor concluye diciendo: Si de algo ha de servir el presente
trabajo, es para motivar a todos los que trillan el quehacer judicial,
a buscar una mejor y ms eficiente manera de dar a cada cual lo
suyo.
En su Apndice Documental, se transcribe in-extenso el acta de
instalacin de nuestra Corte de Casacin, en 1908, as como algunos
de los discursos ms importantes y caractersticos de varios presidentes de la Suprema Corte de Justicia, sirviendo de muestra diez
discursos en total.
Dr. Jorge A. Subero Isa
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NDICE
Presentacin.............................................................................................3
Captulo I.
Introduccin e historia.........................................................................15
Captulo II.
El Recurso de Casacin en la vida jurdica Dominicana.................23
Captulo III.
Los perodos de los Presidentes de la Suprema Corte
de Justicia...............................................................................................27
Captulo IV.
Pequeas biografas de los Presidentes de la Suprema
Corte de Justicia de la Repblica Dominicana desde que
se constituy en Corte de Casacin....................................................39
Captulo V.
La Jurisprudencia de la Corte de Casacin Dominicana.................81
Captulo VI.
Los Discursos Anuales de los Presidentes de la Suprema
Corte de Justicia....................................................................................95
Conclusiones.......................................................................................197
Bibliografa.........................................................................................203
Apndice Documental.......................................................................205
Discursos Seleccionados de Presidentes de la Suprema
Corte de Justicia los Das del Poder Judicial...................................207
13
15
DALLOZ, Les Constitutiones de la France. 3. Edicin 1996, Pgs. 35, 53, 106
y 108.
16
inferiores cuando adolecieran de vicios esenciales, con el solo inters de uniformar la jurisprudencia, pero sin que el fallo afectase a
las partes litigantes. Pero el recurso de casacin en su esencia, fue
desconocido en el ordenamiento judicial dominicano durante los
primeros 64 aos de su existencia como Nacin.
Cuando la Asamblea Constituyente de 1908 debata la que sera
la Constitucin de ese ao, la Comisin que prepar el anteproyecto
propuso que a la Suprema Corte de Justicia se le dieran funciones
de Corte de Casacin, y cuando fue promulgada en febrero de ese
ao, apareci en el prrafo 2 del artculo 63, que inclua entre las
funciones de la Suprema Corte de Justicia el de: conocer como Corte
de Casacin de los fallos en ltimo recurso, pronunciados por la Cortes de
Apelacin y Tribunales inferiores, en la forma determinada por la ley.2
En el mes de junio de ese mismo ao de 1908 fue promulgada la
Ley sobre Organizacin Judicial y de Procedimiento de Casacin,
cuyo artculo 12 seal: la Suprema Corte de Justicia ejerce sus funciones de casacin del modo siguiente: confirma o anula los fallos dictados
en ltima instancia por las Cortes de Apelacin o por los tribunales o
juzgados de primera instancia, o por las alcaldas, sin decidir el fondo del
asunto. Mas adelante el artculo 16 de esa ley seal que el recurso
de casacin poda promoverese en cuatro casos: 1.- Incompetencia
por razn de la persona o de la materia; 2.- exceso o extralimitacin
de poderes o facultades de los jueces en sus fallos; 3.- por violacin
a la ley, sin que pudiere la Suprema Corte apreciar los hechos; 4.- en
los casos de rechazos en recursos de revisin civil.3
Tres aos ms tarde, se consider necesario separar el recurso
de casacin de la Ley de Organizacin Judicial y establecerla en
una ley orgnica propia, al tiempo que se quiso mejorar ciertos
aspectos, que la prctica haba reconocido como inconvenientes o
lagunas en la ley de 1908. La propia Suprema Corte de Justicia someti en enero 1911 al Congreso Nacional un anteproyecto con una
2 Coleccin Centenario, Tomo 2, Pg. 221.
3 Coleccin de Leyes, Tomo 19, Pg. 75.
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la sustituye o reemplaza con otra nueva, sino que reenva las partes ante
la jurisdiccin ordinaria y competente, para que sta resuelva respecto del
hecho y del derecho conjuntamente.6 Esta definicin tan precisa, vale
tanto para el ao en que fue expuesta como cien aos despus!
No es necesario destacar la importancia que tiene el recurso de
casacin en el ordenamiento jurdico de una Nacin. Tampoco es
el propsito de este trabajo analizarlo ni hacer juicios crticos de su
evolucin. No obstante, es interesante constatar algo de su historia
en el pas. Por ejemplo, podemos citar el primer recurso de casacin
fallado por la Suprema Corte de Justicia, a partir del establecimiento
de ese recurso bajo la ley No. 4845 del 2 de junio de 1908. Se trata de
la sentencia de fecha 9 de noviembre de ese mismo ao, en un caso
en que un condenado por homicidio voluntario por la propia Suprema Corte en el ao 1906 (antes de que se instaurara la casacin),
pidiendo la revocacin de la misma. La Suprema Corte, actuando
en funciones de casacin, rechaz el recurso aduciendo que las leyes
no tienen carcter retroactivo y que por lo tanto, una sentencia dictada cuando la casacin no estaba establecida, no poda ser objeto
de ese recurso.7 El segundo recurso de casacin es interesante pues
trata de la interpretacin de unos artculos del Cdigo Penal dominicano, cuya diferencia con los del Cdigo Penal francs, indujo a la
Suprema Corte a fallar en el sentido de casar la sentencia recurrida,
solo en inters de la ley. En este fallo, del 10 de marzo de 1909, la
Suprema Corte impone un importante principio de jurisprudencia,
al sealar: Considerando que la jurisprudencia, aplicacin de la ley,
teniendo en cuenta su espritu, y los principios que rigen la materia, puede
y debe subsanar las deficiencias literales de que ella adolezca, porque de lo
contrario quedara desvirtuado completamente su objeto, que es el social
y contrariados del todo los fines de utilidad y equidad que tuvo en mira el
legislador, por defectos puramente textuales.8
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CAPTULO II
EL RECURSO DE CASACIN
EN LA VIDA JURDICA DOMINICANA
Recordemos de nuevo, en qu consiste este recurso de casacin:
Varios autores de dan una definicin diferente. Federico lvarez,
en su obra Finalidad del Recurso de Casacin, lo describe as: La
finalidad del recurso de casacin se limita a una censura de las decisiones
de ltima instancia, por medio de una accin disciplinaria contra la actividad tcnica del juez, a fin de impedir que estos fallos finales adquieran
autoridad de cosa juzgada irrevocablemente, si no contienen la evidencia
de que el juez dict en su fallo la misma solucin consagrada por la regla
legal que le es aplicable, y que lleg a ese resultado realizando todas las
operaciones lgicas y jurdicas que la ley prescribe para que su decisin sea
vlida9. Por su lado, el profesor Froiln Tavares, nos lo describe as:
La casacin es el recurso extraordinario mediante el cual se obtiene de la
Suprema Corte de Justicia la anulacin de sentencias en ltima o en nica
instancia dictadas en violacin de la ley. El papel de la Suprema Corte de
Justicia se contrae a anular la sentencia impugnada; no sustituye con una
sentencia propia la que fue impugnada, sino que se limita, por el contrario,
a enviar a las partes ante otro tribunal del mismo grado que aquel cuya
sentencia fue anulada, a fin de que se discuta nuevamente la causa.10
La vigente Ley de Casacin No. 3726, describe este recurso, en los
artculos. 1 y 2, al sealar: Art. 1.- La Suprema Corte de Justicia, decide,
como Corte de Casacin, si la Ley ha sido bien o mal aplicada en los fallos
en ltima o en nica instancia pronunciados por los tribunales del orden
9 lvarez, Federico C., Finalidad del Recurso de Casacin, Pg. 6.
10 Tavares, Froiln, Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano, Vol III,
Pg. 149.
23
judicial. Admite o desestima los medios en que se basa el recurso, pero sin
conocer en ningn caso el fondo del asunto. Art. 2.- Las decisiones de la
Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casacin, establecen
y mantienen la unidad de la jurisprudencia nacional11.
Los franceses definen as el recurso de casacin: Es el recurso
contra una decisin en ltima instancia elevado ante la Corte de Casacin
fundado sobre la violacin de la Ley, el exceso de poder, la incompetencia,
la inobservancia de las formas, la falta de base legal , la contradiccin de
sentencias o la prdida de fundamento jurdico.12
Ya vimos en la introduccin de este trabajo, cmo se defini por
primera vez en el pas, el recurso de casacin, por la sentencia del
30 de septiembre de 1909. Esa definicin se ha confirmado en sentencias posteriores, durante los muchos aos que ese recurso lleva
como parte de la estructura judicial de la Repblica Dominicana.
Mas recientemente, una sentencia del ao 1999, dio una definicin parecida a la primera, al decidir que: Considerando, que el
recurso de casacin, como va nica y extraordinaria, tiene por objeto
especial declarar si la decisin que se impugna, ha sido dictada en consonancia con la ley; que por consiguiente, la Suprema Corte de Justicia,
en funciones de Corte de Casacin, no conoce del fondo, puesto que esto
equivaldra a un tercer grado de jurisdiccin y slo debe concretarse a
analizar si los medios propuestos son sustentables para juzgar la sentencia
objeto del recurso de casacin; mas aun, esta ltima no la puede sustituir
por otra, si la casa, sino que reenva a las partes ante la jurisdiccin ordinaria y competente, de manera que sta, resuelva respecto de los hechos y
del recurso aplicable. 13
Desde los aos en que se estableci este recurso extraordinario,
se ha mantenido el alcance de la misin de la casacin en el ordenamiento jurdico dominicano. No ha habido alteracin al principio
11 Coleccin de Leyes, ao 1958, Tomo I, Pg. 892.
12 Dalloz.- Lxico de Trminos Jurdicos, 1985 Pg. 340 (traduccin libre del
autor).
13 Boletn Judicial No. 1045, 18 diciembre 1997, Pag. 272.
24
b)
c)
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CAPTULO III
LOS PERODOS DE LOS PRESIDENTES DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
Con la finalidad de facilitar la lectura de este trabajo, hemos
dividido en etapas, los aos que van desde 1908 al presente. Hemos
arbitrariamente dividido esos cien aos en cinco perodos. El primero va desde el 1908 hasta el 1931 y comprende la etapa poltica
convulsiva que llega hasta 1916, e incluye la intervencin militar
norteamericana, y los aos de la presidencia de Horacio Vsquez.
El segundo perodo (1931-1961), ocupa la totalidad de la dictadura
de Rafael Trujillo. El tercer perodo, corto en aos, pero de mucha
actividad poltica y jurdica, va desde 1961 al 1966. El cuarto abarca
los aos entre 1966 a 1997. El quinto y ltimo que empieza en 1997
es el que corre actualmente y que en nuestro trabajo llega hasta el
2008, ao de la terminacin del presente trabajo.
PRIMER PERODO
1908-1931
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Este cuarto perodo, dura 31 aos, y abarca los dos etapas de gobierno de Joaqun Balaguer (1966-1978 y 1986-1996), las dos admi-
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En 1994 se produce una modificacin a la Constitucin que introduce un importantsimo cambio en el Poder Judicial. La facultad
que haba tenido tradicionalmente el Senado de elegir a todos los
jueces, le fue retirada y se estableci un nuevo mtodo para la seleccin de los miembros del Poder Judicial.
Un viejo anhelo de la poblacin para despolitizar la justicia, requera que se modificara sustancialmente el sistema existente, puesto
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En esta sentencia, la Suprema Corte, acogiendo el recurso, consider que sujetar a los jueces a perodos de 4 aos era contrario al
principio de inamovilidad consagrado por la Constitucin, y que
adems, la ley de Carrera Judicial era posterior a la designacin de
los jueces de la Suprema Corte, y por lo tanto no poda afectarlos,
bajo el entendido que cuando fueron designados esa ley no exista
todava, por lo que a ellos se les aplicaba el principio de irretroactividad consagrado en la Constitucin. As, la citada sentencia anul
los artculos 17 de la Ley No.169-97, y 3 y 14 de la No. 327-87, pero
dejando vigentes los dems artculos de esas leyes.
En otras muchas ocasiones, la actual Suprema Corte de Justicia,
ha conocido y fallado recursos de inconstitucionalidad contra leyes,
decretos y resoluciones de rganos del Estado dominicano, en un
intento de sujetar esas disposiciones al texto constitucional. De ese
modo se ha establecido un saludable principio, de que el legislador
tiene que someterse a los ordenamientos de la Carta Sustantiva de
la Nacin, que prima sobre toda otra regla jurdica. De igual manera, esta funcin ha logrado fijar un balance igualmente conveniente,
entre los poderes del Estado, en un pas donde hasta entonces las
decisiones del Poder Ejecutivo parecan tener ms fuerza y obligatoriedad que la propia Constitucin.
Los recursos de inconstitucionalidad no han sido todos acogidos,
pues la Suprema Corte ha sido cuidadosa en ponderar cundo y en
qu medida una ley o decreto violan la letra o el espritu de la Constitucin. Citamos algunos casos que han sido fallados declarando
la nulidad de una ley: La sentencia que declar inconstitucional un
artculo de la Ley sobre Drogas en la cual se prohiba la libertad
provisional a los sometidos por violarla. La ley sobre Primarias de
los Partidos Polticos No. 286-04, fue declarada totalmente inconstitucional por una sentencia de marzo 16, 2005. Varios decretos presidenciales han sido anulados por sentencias de la Suprema Corte,
especialmente aquellos que fijaban tasas e impuestos, bajo el argumento de que los impuestos solamente pueden establecerse por ley,
y que esta es una facultad exclusiva del Poder Legislativo. En fin,
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CAPTULO IV
PEQUEAS BIOGRAFAS DE LOS PRESIDENTES DE
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
DOMINICANA DESDE QUE SE CONSTITUY
EN CORTE DE CASACIN
PRIMER PERODO
(1908-1931)
41
43
45
47
SEGUNDO PERODO
(1931-1961)
49
51
53
55
57
59
TERCER PERODO
(1961-1966)
61
63
65
67
69
71
CUARTO PERODO
(1966-1997)
73
75
77
QUINTO PERODO
(1997--2008)
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CAPTULO V
LA JURISPRUDENCIA
DE LA CORTE DE CASACION DOMINICANA
Como creadora y mantenedora de la jurisprudencia nacional, el
papel de la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de
Casacin, ha sido fecundo y de capital importancia. A lo largo de
los cien aos de trabajos nuestro mas alto tribunal ha dictado miles
de sentencias, muchas de las cuales han establecido, modificado
o creado jurisprudencia. Recordemos lo que seala el Art. 2 de la
Ley sobre Procedimiento de Casacin No. 3726: Las decisiones de la
Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casacin, establecen
y mantienen la unidad de la jurisprudencia nacional.
Al adoptar los cdigos franceses en 1845 y al traducirlos y
adecuarlos en 1884, el pas acogi tambin la doctrina y la jurisprudencia de Francia. Recibi en bloque, legislacin, doctrina y jurisprudencia, en donde no haba ninguna de ellas. Un vaco enorme
en el derecho, se llen de un solo golpe al someterlo al francs. El
hecho parecera arriesgado para un pueblo que empezaba su vida
independiente, someterse al derecho de una Nacin lejana, mucho
ms avanzada y desarrollada que la dominicana. Pero pocas otras
alternativas tuvieron los legisladores dominicanos en el primer ao
de la vida de la Nacin. La legislacin haitiana que se sustitua era
inaceptable, no slo por ser la del pas que nos haba subyugado y
contra el cual luchbamos en guerra de independencia, sino adems porque era una legislacin xenfoba y racista, pues exclua de
muchos derechos a los extranjeros y a los de raza blanca, cosa ajena
al pensar del pueblo dominicano, donde la mezcla de razas hara
inoperante una legislacin como la haitiana. Volver al derecho
espaol seria retornar a un pasado colonial indeseado y adems
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trina y la jurisprudencia francesas, tenan ambas vigencia en nuestro ordenamiento jurdico, salvo en los casos en que la ley dominicana difiriera de la francesa, o hubiera sido imposible aplicarlas por
haber diferencias entre la organizacin judicial de Francia y la de
Repblica Dominicana. As vemos el comentario que hace Carlos
Gatn Richiez; La jurisprudencia de la Corte de Casacin francesa y la
doctrina de los comentadores de los cdigos han sido tomados siempre como
gua de interpretacin por los tribunales dominicanos; pero en ciertos casos es forzoso separarse de esa regla, bien porque disposiciones expresas de
las leyes nacionales modifiquen las de los cdigos, o de algunos de ellos, o
bien en razn de diferencias entre la organizacin judicial dominicana y la
organizacin francesa. (Cas. 21 febrero de 1923, Boletn Judicial No.150152, Pg.48). La jurisprudencia dominicana ha establecido que los errores
que desmientan de manera incontrovertible la perfeccin del Cdigo Penal
dominicano como traduccin, localizacin y adecuacin del Cdigo Penal
francs, deben corregirse de acuerdo con el texto original. Corte Apelacin
Santiago, 2 de marzo 1925 Boletn Judicial No. 194, Pg 18-19, Nota: Esta
opinin de la Corte de Santiago est contenida en la sentencia de la Corte
de Casacin de fecha de 22 de septiembre de 1926, Boletn Judicial No.194,
Pg.18-19.20
Fue frecuente, en aos subsiguientes, encontrar sentencias en
cuyos Considerandos leemos. de acuerdo con la doctrina (o la jurisprudencia) del pas de origen de nuestra legislacin Un ejemplo
basta: Considerando que en el pas de donde procede nuestro Cdigo
Civil la jurisprudencia y una parte de la doctrina estiman que el pacto de
cuota litis hecho por un abogado con su cliente no constituye una venta de
derechos litigiosos, sino un mandato remuneradoetc.21 Parecera que
no quisieron nuestros jueces mencionar directamente a Francia,
por no lucir tan serviles a la hora de copiar. Pero la realidad es
que habiendo muy escasa jurisprudencia propia en los primeros
aos, resultaba mucho mas fcil, abrir los Dalloz y los Sirey para
20 Lic. Carlos Gatn Richiez La Jurisprudencia En La Republica Dominicana
1865-1938, Pg. 466.
21 B.J. No.281, diciembre 1933, pag.19.
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buscar jurisprudencia francesa, as como hurgar las obras monumentales de los doctrinarios franceses del Siglo XIX y principios
del XX, como Baudry-La Cantinerie, Glasson & Tissier, Planiol &
Ripert, Garzonnet & Cezar-Bru, Chaveaux & Glandas, Josserand,
Mazeaud & Mazeaud, Gareuad, y otros, para tomar sus opiniones.
Igualmente esos textos fueron los que los futuros abogados dominicanos estudiaban en la Facultad de Derecho. Tanto los abogados
en sus defensas orales y escritas, como los jueces al motivar sus
sentencias, acudan a este fcil pero seguro sistema de solucionar
casos de derecho. Al citar a uno de esos maestros, no dudaban en
que daban la solucin correcta. Los pocos textos dominicanos que
se podan estudiar hasta la segunda mitad del siglo XX eran los de
Pedro Rosell y Leoncio Ramos en materia penal; Hiplito Herrera
Billini en procesal penal, Froiln Tavares hijo en procesal civil y
Antonio Tellado en la comercial, y unos pocos otros mas, pero que
adems, en su mayora seguan bastante fielmente los postulados
franceses. El Boletn Judicial y las complicaciones jurisprudenciales
de Carlos Gatn Richiez, Manuel Ubaldo Gmez y Manuel Antonio
Machado, ayudaron para conocer la jurisprudencia local, que era
escasa y pobre Resultaba pues evidente, la conveniencia de buscar
los textos franceses, para presentar buenos argumentos tanto en
las defensas como en las sentencias. Con razn ha dicho el jurista
Mariano Germn: la jurisprudencia, si bien puede calificarse de creadora, tambin puede tildarse como pobre, confusa y dependiente, en gran
medida, de los criterios franceses.22
A JURISPRUDENCIA PROPIAMENTE DOMINICANA.
No obstante todo lo dicho arriba, resulta claro que se trat de
innovar, y que, aunque escasas, en los primeros aos, se dictaron
sentencias con jurisprudencias que se apartaban de la tradicin
22 Germn, Mariano; La Responsabilidad Civil Dominicana. Antecedentes
y Evolucin. Revista de Ciencias Jurdicas. Ao IV, No. 46, Junio 1988.
Pgs289-310.
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Otro caso es el del inciso 19 del Art. 471 de nuestro Cdigo Penal, que castiga quien dejare pastar sus ganados o bestias en terreno
ajeno, antes de que se cosechen las siembras El texto francs aplicable
dice pasar y no pastar. Aunque la diferencia parece mnima
e intrascendente, nuestra Corte de Casacin en una sentencia del
ao 1931, declar haba una mala traduccin en el texto dominicano.24
Una sentencia de nuestra Corte de Casacin del ao 1926 tambin reconoce una mala traduccin en el Cdigo Penal Dominicano.
Se refiere al caso de una condenacin a detencin bajo los Arts. 7
y 59 del texto dominicano, que la Corte consider como errada,
puesto que la jurisprudencia nacional ha establecido que los errores
que desmienten de manera incontrovertible la perfeccin del Cdigo Penal
Dominicano, como traduccin, localizacin y adecuacin del Cdigo Penal
francs, deben corregirse de acuerdo con el texto original; esto en relacin
a considerar cual es la pena inferior a las aflictivas e infamantes.25
2.- Casos donde la jurisprudencia francesa cambi y el cambio
se produjo tambin en la dominicana. Es en materia de la responsabilidad civil donde este hecho se ha materializado y es referente a
la responsabilidad por el hecho de las cosas inanimadas. Es clebre
el caso de la jurisprudencia de la Corte de Casacin francesa del ao
1930, donde los daos causados por una maquinaria defectuosa,
fueron atribuidos al dueo o manejador de la misma, en ausencia
de toda culpa o falta suya. Se consider en Francia, que quien pone
en movimiento maquinarias que tienen el riesgo de daar a otros
por vicios propios o malos funcionamientos, es el responsable de
los daos causados por ella. Esa decisin, modific la jurisprudencia francesa existente hasta ese ao. Ya no resultaba necesario
que la vctima tuviera que probar la falta o culpa del dueo de la
mquina, sino que le bastaba probar que la mquina estaba bajo
el cuidado o control de alguien para que ste fuera el responsable
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LA JURISPRUDENCIA
CONSTITUCIONAL
Es obvio que en materia constitucional, la jurisprudencia francesa y la dominicana sean totalmente diferentes. El sistema constitucional francs y el dominicano son muy dismiles, en su alcance,
conceptos, formato e historia. Aunque ambas naciones conservan
un fondo comn, surgido de la revolucin francesa de 1879, de
la proclamacin de los derechos del hombre y del ciudadano, y
toda una tradicin republicana y democrtica, sus constituciones
tienen poco en comn. As resulta lgico que la jurisprudencia
constitucional en ambas se difiere, y los dominicanos no podemos
decir, en esta materia como decamos en materia de derecho positivo. De acuerdo con la jurisprudencia del pas de origen de nuestra
legislacin.
Adems, la jurisprudencia dominicana en material constitucional fue muy pobre hasta hace poco. Fueron muy escasos los casos
judiciales donde se alegara la inconstitucionalidad de una ley,
decreto o resolucin administrativa. Entre 1924 y 1930, solamente
se fallaron 16 casos de alegacin de inconstitucionalidad. Hubo
largos perodos donde casi nada se conoca, principalmente por la
situacin poltica del pas, donde imperaba una rgida dictadura
y donde era prcticamente inconcebible que alguien criticara una
ley o disposicin gubernamental. As durante la Era de Trujillo
(1930-1961), hemos encontrado solamente 12 sentencias en materia de constitucionalidad, y era mayormente contra ordenanzas
municipales. Despus de esa poca, la timidez continu siendo
la norma en esta materia de parte de nuestros jueces. Entre 1961
y 1997 (que es el ao en que la Constitucin permite la accin
directa) aparecen 32 casos de recursos de inconstitucionalidad fallados por la Suprema Corte de Justicia. En resumen, y si nuestros
datos no yerran, entre 1910 en que se conocido el primer caso y
1997, la Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin fall
60 recursos de inconstitucionalidad, que viene a resultar a un pro-
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CAPTULO VI
LOS DISCURSOS ANUALES DE LOS PRESIDENTES
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
PREMBULO
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PARTE I
APOLINAR TEJERA
1908-1912
Este jurista fue el primer Presidente de la Suprema Corte de Justicia como Corte de Casacin. Por lo tanto, su labor en la creacin
de la primera jurisprudencia es muy importante. Pero ya haba
presidido la Suprema Corte, en el ao 1904. Tejera pas cuatro aos
como presidente a partir del 1908 y por lo tanto tuvo iguales oportunidades de iniciar cada enero las labores judiciales al trmino de
las vacaciones de Navidad y Ao Nuevo.
En 1908 todava no se haba instituido el Da del Poder Judicial,
que como recordbamos, fue oficialmente consagrado en el ao
1944, pero Tejera inaugur la costumbre de que en la sesin solemne de apertura de los tribunales, el Magistrado Presidente siempre
pronuncia algunas palabras. Costumbre que se mantuvo y aun se
mantiene, aunque con algunas excepciones.
Como se habr visto al repasar su biografa, Tejera haba sido
sacerdote, y por lo tanto, era un hombre de cultura mas que la promedio del pas en esa poca. Esa cultura se refleja en sus citas, que
abarca a clsicos griegos y cristianos.
1.- Al dejar instalada la Suprema Corte de Justicia en sus funciones de Corte de Casacin, el 4 de julio de 1908, pronunci su
primer discurso como Presidente en ese perodo. Pero no hemos
podido encontrar el mismo. nicamente, en el Boletn Judicial No.
1, pgina 2, vemos que se dice, al narrarse el acta de instalacin de
la Suprema Corte el da 4 de julio de 1908 abierta nuevamente la audiencia, el Presidente, haciendo uso de la palabra, pronunci un discurso
como motivo de la instalacin del Supremo Tribunal de la Repblica y sus
nuevas atribuciones como Corte de Casacin Es una lstima que esas
palabras de Apolinar Tejera, en ese acto tan importante, se hayan
perdido.
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Este jurista tuvo una larga carrera judicial, pero en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia estuvo escasos das. Cuando el
Juez Presidente, Apolinar Tejera renunci el 22 de junio de 1912,
Montolo, que era Juez de esa Corte, ocup su lugar por el perodo
necesario para terminar el cuatrienio a que haba sido electo Tejera.
El 1ro. de julio de ese ao, el Senado escogi a Federico Henrquez y Carvajal para la presidencia de la Suprema Corte de Justicia.
Por lo tanto, Andrs Julio Montolo fue solamente un presidente
provisional de ella, y por menos de dos semanas.
En consecuencia, Montolo no tuvo oportunidad para presidir el
acto de apertura de los tribunales ni pronunciar el discurso alusivo
al mismo. Al dejar esa presidencia provisional de la Suprema Cor-
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iniciado el ao anterior, con el retorno a la soberana y la inauguracin de un gobierno constitucional. Incluso se tena una nueva
Constitucin, en la cual una novedad haba sido el establecimiento
del mecanismo de la declaratoria sobre la inconstitucionalidad de
las leyes por la va directa. Pero nada de estos importantes temas
nos trata este presidente. Lo nico que nos informa es que someti
a las cmaras legislativas un proyecto de ley para aclarar la confusin entre vacaciones judiciales y das de fiestas legales. Concluye
con unas frases de optimismo: Que sea este un ao de paz, pero de paz
fecunda; de libertad, pero de la libertad que engrandezca; de prosperidad,
pero la prosperidad que no consiste solamente en el aumento de la riqueza,
sino tambin en su mejor distribucin; y sobre todo en el aumento de la
cultura; porque si, -no slo de pan vive el hombre- , tampoco los pueblos
viven slo del progreso material.
5.- El 7 de enero del ao 1928, en su pgina 2, el Listn Diario da
esta informacin: Hoy quedan terminadas las vacaciones judiciales y
abiertas en consecuencia los tribunales de justicia. Segn interpretacin de
la Suprema Corte de Justicia, las vacaciones como el cese de ellas se operan
virtualmente en virtud de la ley y por ello no se celebrar acto alguno de
instalaciones de las labores judiciales. Esta lamentable decisin de no
abrir los tribunales con un discurso del presidente de la Suprema
Corte, al romper una tradicin, impide conocer la situacin de la
justicia de ese ao y subsiguientes. La falta de esos discursos, durante tan largo perodo, es una lamentable laguna en este trabajo.
Con su larga permanencia en la presidencia de la Suprema Corte
de Justicia, en periodos polticos tan diferentes y conflictivos, la
experiencia de Rafael Justino Castillo debi haber sido vasta. Pero
de l no se conservan trabajos ni opsculos en materia de derecho,
adems de la lamentable falta de discursos anuales durante gran
parte de su permanencia en el cargo.
Rafael Justino Castillo falleci a los dos aos de dejar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, el 24 de abril de 1933, a la
edad de 72 aos.
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ALCIBADES ROCA
1934-1936
Este jurista ocup varios cargos en la judicatura y en la administracin pblica, antes de ser designado presidente de la Suprema
Corte de Justicia en el ao 1938, en sustitucin de Alcibades Roca.
Fue uno de los muchos intelectuales de mediados del siglo XX que
se enfrentaron al dilema de si colaborar o no con el rgimen de
Trujillo, cediendo a las presiones y quizs a las necesidades econmicas. Entr a ese gobierno en febrero de 1935 como Procurador
General de la Repblica y luego en octubre de ese mismo ao fue
designado Secretario de Estado de Justicia.
Meja Soliere no poda sustraerse a la forma de discursear en la
Era, donde todo, o casi todo, era loas y alabanzas al Benefactor y
a su obra de gobierno. Poco de jurdico, poco de importante para
la administracin de la justicia, aparece en los discursos de Meja,
como sucedi con la de los otros presidentes de la Suprema Corte
de ese perodo, donde todo, y el Poder Judicial bien cierto, estuvo
sometido a la voluntad y al control del Benefactor de la Patria.
Qu de verdad pensaban esos juristas, cmo se sentiran al agotar
sus turnos en los podios, es difcil suponer. Quizs de tanto pro-
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En la forma rutinaria que Trujillo dispona de los cargos, en diciembre de 1946 Juan Toms Meja, present al Senado su renuncia
a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, para ser enseguida
designado por el Poder Ejecutivo al cargo de Procurador General
de la Repblica. Inmediatamente, ante la vacante, el Senado design como presidente de la Suprema Corte al Lic. Pedro Troncoso
Snchez, quien hasta ese momento era juez de ese alto tribunal.
Troncoso tena 42 aos de edad y ya haba ocupado posiciones
importantes en la diplomacia dominicana. Era hijo del jurista y poltico Manuel de Jess Troncoso de la Concha, quien haba ocupado
muchos cargos antes y durante el gobierno de Trujillo, llegando
hasta ser presidente de la Repblica entre 1940 y 1942.
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a su religin. La Suprema Corte rechaz los alegatos bajo el argumento de que la ley era de orden pblico ya que tiende a mantener la
seguridad y el orden del Estado, ninguna persona sujeta al servicio militar
puede, invocando los dogmas de su fe religiosa, sustraerse a las obligaciones impuestas por la ley. En su recuento sobre la actividad judicial
de la Suprema Corte, Herrera Billini nos dice que en el ao 1950 se
fallaron 259 recursos, de los cuales 184 lo fueron en materia penal y
75 en materia civil, incluyendo entre stas ltimas, 26 en conflictos
laborables y 23 en materia de tierras. Nos dice de la prontitud con
que se conocen y fallan los recursos, sealando que:Regularmente
los asuntos conocidos en un mes se fallan en el siguiente, sin mas excepciones que aquellos casos en que la complejidad de las cuestiones en litigio
han exigido una mas prolongada deliberacin.
3.- El discurso del 9 de enero de 1952 conlleva las necesarias
alabanzas a Trujillo y a su rgimen. Hace una especial mencin al
hecho de que en octubre del ao anterior (1951) se haba puesto en
vigor el Cdigo de Trujillo de Trabajo, cuyas cualidades eminentes
le aseguran una posicin destacada en nuestro ordenamiento jurdico.
Para Herrera el ao de 1951 fue extraordinario, pues nunca jams
se fallaron tantos asuntos durante un ao, y menciona que en el 1954
la Suprema Corte dict 357 sentencias en funciones de Corte de
Casacin de las cuales fueron 71. por violacin a la ley, 19 por falta
de base legal, 14 por inadmisibilidad y 246 de rechazo del recurso.
Concluye agradeciendo a Trujillo un reciente aumento en los sueldos de los funcionarios judiciales.
4.- El 9 de enero de 1953 en su discurso Herrera Billini recalca
que ese da Hoy se cumplen veinte aos de las histricas declaraciones
hechas por el generalsimo Trujillo en la cuidad de Santiago de los Caballeros en las cuales puso de relieve la idea fundamental de la independencia de
nuestros tribunales; exalt el concepto de la justicia y reafirm su deseo de
que los jueces actuaran sin mancillar la dignidad de su noble investidura.
Destaca que se haban dictado ya las primeras sentencias en materia
laboral bajo el nuevo Cdigo de Trabajo. Luego hace el consabido
recuento de la jurisprudencia del ao anterior, manifestando que
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8.- El discurso del 9 de enero de 1957, toma de nuevo la trayectoria de los anteriores. Tras las imprescindibles alabanzas a Trujillo,
hace el comentario esquemtico de la jurisprudencia ms importante sentada por la Suprema Corte de Justicia en 1955 y 1956. Son dos
aos, porque, como vimos, el discurso del ao anterior fue de pura
alabanza poltica en presencia de Trujillo. El recuento jurispridencial en ese discurso es largo y abarca los derechos civil, laboral, de
tierras, procesal civil y penal; varias de esas decisiones se refieren a
la interpretacin de la Ley de Procedimiento de Casacin y de los
poderes de la Suprema Corte en materia penal.
9.- En su discurso de enero de 1958 Herrera Billini nos recuerda
que ese ao se cumplieron los 50 aos de la Suprema Corte actuando como Corte de Casacin y nos dice que desde 1908 a 1912 se
dictaron 43 sentencias; de 1912 a 1916 31 sentencias y ah en adelante fueron aumentado hasta un promedio de 152 sentencias por ao
hasta 1940, Contnuando incrementndose hasta 400 sentencias.
Comenta: La enorme inflacin de la actividad judicial de la Suprema
Corte, se explica por el incesante desarrollo industrial, comercial y agrcola
del pas, impulsado por la vigorosa e incansable actividad del Generalsimo
Trujillo. Luego, en la parte ms extensa de su discurso, hace los
comentarios esquemticos sobre las decisiones mas importantes
dictadas por la Suprema Corte de Justicia en el ao anterior, en las
materias civil, penal y laboral, principalmente.
10.- En su comparecencia de enero de 1959, Herrera Billini empieza por reiterar a Trujillo el reconocimiento por todo lo que ha
hecho por la dignidad del Poder Judicial y se refiere a dos hechos
relevantes ocurridos en el ao anterior. El primero fue la creacin
de la Orden del Mrito Judicial y el segundo la condecoracin con
esa orden a la imagen de la Virgen de la Altagracia. Sigue entonces
haciendo un recuento detallado sobre las sentencias ms importantes dictadas en el ao anterior en Materia Civil, Responsabilidad
Civil, Procedimiento Civil, Laboral, Tierras y Penal, que ocupa la
mayora de las pginas de este discurso anual.
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ocho meses. Pero su interinidad es interesante pues abarca el perodo puente entre la dictadura y la democracia. Fue jubilado por la
Ley No. 6013 del Consejo de Estado del 21 de agosto de ese mismo
ao 1962. Su sustituto en la presidencia de la Suprema Corte fue el
Lic. Eduardo Read Barreras Pero en ese nico discurso suyo, Amiama, exhorta a los jueces a dictar sentencias justas aunque no fuesen
apegadas a las leyes brbaras de la recin terminada tirana.
EDUARDO READ BARRERAS
1961, 1962-1963
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vez en mas de tres dcadas, se inician las labores del Poder Judicial en un
ambiente promisor de das mejores para el establecimiento y la vigencia
de las instituciones que garantizan la seguridad, la libertad y la justicia
para el pueblo dominicano. Hace apenas dieciocho das que este pueblo
ha dado el primer paso hacia la integracin de un Estado de Derecho. Las
elecciones generales del 20 de diciembre nos han colocado en el prtico de
la institucionalidad. Recuerda el pasado reciente as: Hemos tenido
una dura experiencia en los ltimos 32 aos. Hemos visto a la poltica
interferir y apoderarse de la accin de los tribunales, cercenando con ello
todas las garantas de las libertades consagradas en nuestras leyes fundamentales.
Read Barreras aboga porque la nueva constituyente consagre
la carrera judicial y el escalafn, de modo que los jueces queden
protegidos de las influencias polticas. Nos dice: Mientras la alternabilidad del poder dentro del ejecutivo y del legislativo constituye una
salvaguarda esencial de los procesos democrticos, dentro del Poder Judicial ese mismo principio es una fuente de inestabilidad, de interrupcin y
de entorpecimiento de la actividad judicial, que por su naturaleza requiere
de cierta Contnuidad, por lo cual un cambio peridico de personal no
beneficia en nada, sino ms bien perjudica, una correcta, libre y eficiente
aplicacin de la justicia.
Este breve pero emotivo discurso de Eduardo Read Barreras nos
recuerda las esperanzas del pueblo dominicano en el afianzamiento
de la democracia tras dcadas de tirana. La frustracin, nos vino
meses despus, cuando esa democracia fue abatida, en septiembre
de 1963. Tambin hubo que esperar varias dcadas para que tuviramos carrera y escalafn judicial.
Con motivo de las elecciones de diciembre 1962 (las primeras
libres en 31 aos!), el 27 de febrero de 1963 tom posesin Juan
Bosch a la presidencia del pas, as como lo hicieron los legisladores
electos junto con l. El nuevo Senado cambi casi todos los jueces de
la Suprema Corte y en la presidencia de la misma coloc a Canoabo
Fernndez Naranjo. Poco despus, Read Barreras fue designado en
agosto 1963 como embajador del pas en la Gran Bretaa.
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Triunvirato, al da de su fallecimiento el 13 de junio de 1964. Debemos destacar que Matos fue designado al alto cargo judicial por
un gobierno de facto, el que sustituy al gobierno constitucional
presidido por Juan Bosch que haba sido derrocado por un golpe
de estado el 25 de septiembre de 1963. Reemplaz en la presidencia
de la Suprema Corte a Caonabo Fernndez Naranjo. Su perodo tan
corto no le permiti ejercer influencia en la Suprema Corte de Justicia, a pesar de haber tenido un largo ejercicio profesional, pues se
haba graduado como abogado en el ao 1920. Durante los 31 aos
de la Era de Trujillo, ejerci la abogaca en forma discreta, pues
se le tena por opositor a Trujillo. Esa oposicin se inici cuando
fue designado por el Senado como miembro de la Junta Central
Electoral el 13 de febrero de 1930, para que junto a otros designados
supervisara las elecciones que deban celebrarse en mayo siguiente
y en las cuales las fuerzas que apoyaban la candidatura de Rafael
Trujillo cometieron fraudes y atropellos de tal magnitud que la
Junta Central Electoral en pleno renunci pocos das antes de las
elecciones, y fue sustituida por una ms dcil a los planes de Trujillo. Matos fue uno de los que renunciaron y por lo tanto a partir de
ah se consider desafecto al rgimen que se iniciaba y que durara
31 aos.
Su permanencia en la presidencia de la Suprema Corte coincide
pues, con un perodo turbulento de la historia contempornea dominicana, pues abarca los primeros meses tras la cada del gobierno
constitucional de Juan Bosch, la subida al poder de un gobierno escogido por partidos polticos adversos a ese lder, el levantamiento
de los guerrilleros constitucionalistas en las montaas, y la pronta
y cruenta destruccin de sus intentos por derrocar al Triunvirato y
reponer al gobierno de Bosch.
1.- El nico discurso, pues, de Matos como Presidente de la
Suprema Corte de Justicia, el Da del Poder Judicial, el 7 de enero
de 1964, es corto e intrascendente. Rememora la alta estima y hasta
veneracin que se les tena a los jueces cuando l se gradu de abogado en 1920, y rinde un homenaje a los jueces que desde entonces
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han enaltecido a la Suprema Corte, sin mencionar ninguno. Sealaba sus esfuerzos ahora para despachar en el menor tiempo posible
los recursos que se encontraban pendientes, para ponerse al da en
las tareas inherentes a esa Corte y mencionaba que hara esfuerzos
para que en el futuro los casos que se sometan sean inmediatamente
despachados. De sus frases, son de rememorar estas: Para estar a la
altura de su misin la de impartir justicia- labor que un ilustre pensador
francs ha calificado como cuasi divina en manos humanas, el magistrado
debe estar investido de tres cualidades esenciales; la integridad, la ciencia
y la independencia. Luego nos dice: El respeto que el juez debe a la ley,
le impone la obligacin ineludible de estudiarla, de entenderla, de penetrar
su sentido. Ningn otro ser humano est ms llamado que el juez a no
violar la ley, pues la infraccin a la regla fundamental que le impone el
cabal conocimiento de ella lo sujeta a la censura de la Suprema Corte de
Justicia.
Terminando su discurso, le recuerda a los jueces a fallar pronto
los asuntos a su cargo, pues el desmesurado retardo de las decisiones
judiciales produce justificadas desazones y perjuicios tanto a las partes
contendientes como a sus respectivos abogados, situacin sta a todas
luces injusta.
Al fallecer ocupando su cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia, el Triunvirato decret 3 das de duelo nacional, y en
su lugar design al Lic. Julio A. Cuello. Es el nico caso en que un
presidente de la Suprema Corte de Justicia muere en el ejercicio de
sus funciones, en el perodo que estamos estudiando.
JULIO A. CUELLO
1964-1965
El Triunvirato que gobernaba el pas de manera inconstitucional, design a Julio A. Cuello para presidir la Suprema Corte de
Justicia en julio de 1964 al fallecer el titular, Vetilio A. Matos. Cuello
era un abogado ya mayor de edad cuando ocup la presidencia de
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Su discurso termina con este eplogo, donde vemos a un magistrado con profundas inquietudes sociales: este discurso que inaugura
el acto tradicional que inicia las labores judiciales del ao que comienza,
tena que ser revolucionario. No en el sentido partidista en que es usufructuado ahora el vocablo; sino en el ms noble, austero y puro promover,
mediante nuestra misin reguladora de la convivencia humana, a instaurar nuevas frmulas de amor y compresin para mantener el sosiego, la
paz moral y material que tanto urge a los dominicanos; de auspiciar desde
nuestra posicin seera, la instauracin de medidas legales que permitan
lograr mejores condiciones de vida a las clases menos favorecidas; de tratar
de crear y no de destruir; de unir y no dividir. Propendamos a defender
la dignidad de los derechos ejerciendo la prctica austera de la verdadera
democracia, con responsabilidad, sin vacilaciones ni eufemismos; dispongmonos, en fin, a crear las bases de un mundo mejor. Aprestmonos
para afrontar la tarea de hacer la justicia que la ley nos encarga; pero,
aprestmonos, con ms denuedo y responsabilidad a luchar por cumplir
el mas complejo deber implcito, inmanente, de que la humanidad, sobre
todo esta sufrida humanidad nuestra, logre alcanzar las reformas legales
indispensables, que permitan estructurar las bases de una autntica justicia social, como la reclama con urgencia el mundo atormentado que nos ha
correspondido vivir; para que se establezcan las condiciones dentro de las
cuales, todos, los ricos, los pobres, los poderosos, los dbiles, los humildes y
los desamparados, disfruten por igual la vida, con la dignidad y comodidad
que merecen y que promueven las legislaciones progresistas, inspiradas en
las modernas ideas de libertad y de justicia.
Cuello muri en 1967 a los dos aos de haber cesado en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, a la edad de 69 aos.
ALFREDO CONDE PAUSAS
1965-1966
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8.- El 7 de enero de 1982, Contn pronuncia el discurso que sera el ltimo suyo en este primer perodo como presidente de la
Suprema Corte. Ello as, porque en el mes de mayo de ese ao, las
elecciones cambiaron la composicin partidista en el Senado, y ste,
en agosto, seleccion a Manuel Bergs Chupani, para presidir la
Suprema Corte de Justicia. Como se ver, Contn volver a presidir
la Suprema Corte cuatro aos despus.
Contna Contn con generalidades en las primeras pginas de
su discurso, para luego caer la falta de independencia administrativa y presupuestaria del Poder Judicial. Como esto no se ha logrado,
ahora Contn propone que se establezcan impuestos especiales que
el Poder Judicial cobre directamente, a fin de que la administracin
de la justicia se convierta en autosuficiente, creando una unidad
ejecutora dentro del propio Poder Judicial que maneje el presupuesto del mismo. Luego saluda la designacin de jueces hecha por
el Senado para llenar muchas vacantes y para los tribunales recin
creados. Insiste en la profesionalizacin de los jueces y propone que
las facultades de Derecho intensifiquen sus programas de prctica
profesional.
Vuelve a generalidades al hablar del papel del juez, dndonos
citas bblicas y de juristas y literatos franceses, para luego comentar
que ante la estridente campaa electoral de esos momentos, los
jueces deben mantenerse ecunimes y neutrales, ya que la ley no
les permite servir intereses de partidos.
MANUEL BERGS CHUPANI
1982 - 1986
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anteriores haba sido juez de esa Corte y haba cumplido un prolongado y ascendente ejercicio en la carrera judicial. Los cuatro
aos de este magistrado presidiendo la Suprema correspondieron
al perodo presidencial de Salvador Jorge Blanco. Como a partir del
1983 no haba vicepresidente de la Repblica por fallecer el titular
Manuel Fernndez Mrmol, Bergs Chupani ejerci provisionalmente el Poder Ejecutivo en las ocasiones que el Presidente Jorge
Blanco sala del pas, como lo requiere la Constitucin.
Bergs Chupani como juez de carrera, se preocup en sus cuatro
aos presidiendo la Suprema Corte, en institucionalizar el Poder
Judicial. En sus cuatro discursos del da del Poder Judicial, abogada
por la modificacin constitucional que estableciera la creacin del
Consejo Nacional de la Magistratura, como rgano para elegir a
los jueces, as como el establecimiento de la carrera judicial y la
Escuela de la Magistratura. No tuvo xito y esos logros tuvieron
que esperar 12 aos ms.
1.- En su primer discurso de enero 1983, Bergs Chupani insista
en reclamar a los jueces que fuesen vigorosos, enrgicos, rectos, verticales, estudiosos, pundonorosos, dignos y honorables.41 Reclamaba a los
jueces que sus sentencias deben ser adecuadamente motivadas. Se
quejaba del gran cmulo de expedientes sin fallar en los tribunales,
y citaba como ejemplo la Cmara de Trabajo del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Nacional, donde haba 2,134 casos por resolver,
y la cmara civil y comercial de ese mismo juzgado, con 8,452 casos
sin resolver. En ese discurso, mencion el hecho de que haba vacantes de los diferentes tribunales (incluyendo un Juez de la Suprema
Corte) que el Senado no haba llenado y exhortaba a esa Cmara
Legislativa a que lo hiciera. Pidi al Poder Ejecutivo la ereccin de
un nuevo Palacio de Justicia en Santo Domingo, para albergar a la
Suprema Corte y la Procuradura General de la Repblica.
2.- En su segundo discurso, de enero 1984, Bergs Chupani
abogaba por el imperio de la ley. Destac que la Suprema Corte el
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en el Congreso, que haba perdido en 1982. En las elecciones presidenciales de agosto 1986, ese partido, postul otra vez a Joaqun
Balaguer a la presidencia y a raz de su triunfo, el Senado volvi a
llevar a Contn Aybar a presidir la Suprema Corte de Justicia. Este
magistrado haba sido consultor jurdico del Poder Ejecutivo entre
1970 y 1974, antes de su primer perodo como presidente. Al iniciar
su segundo perodo Contn Aybar tena 77 aos de edad.
Ya se ha visto que Contn Aybar era un hombre culto, atrado
por la literatura clsica y decimonnica, lo que se refleja en sus discursos, cuyas, frecuentes citas son de los clsicos griegos y romanos,
y los europeos de la Ilustracin. Abunda en temas generales, como
veremos, y elude puntos especficos en torno a la problemtica judicial del momento, sin que esto signifique que no aborde los temas
candentes como la corrupcin, el terrorismo y el narcotrfico, lacras
que Contn Aybar reconoce como las plagas de la poca.
1.- El 7 de enero de 1987, el primer ao de su segunda etapa,
Contn Aybar hace una dramtica evocacin a la justicia, a travs
de la mitologa, que citamos: Oh Temis, Diosa de la justicia, en tu
da acudimos a tus altares a depositar nuestros votos y ofrendas, plenos
de sanos propsitos, de hermosas promesas, que luego algunos con gran
facilidad y falta de energa olvidan o solapadamente traicionan. Danos,
pues, a todos la fuerza indoblegable de tu espada, que aporta seguridad y
confianza a tus decisiones, para que no caigamos en debilidades, ni mucho
menos en apostasas, en dobleces o abjuraciones, en defecciones o deserciones. Prstanos el arma acerada y de buen temple, que es tu espada, para
defendernos, con buen xito, de los amagos y coqueteos de la corrupcin
rampante y de las prfidas tentaciones u ofertas del soborno depravado.
Cdenos tu balanza, siempre en fiel, para que nuestras sentencias, nuestras decisiones, nuestros mandatos y ordenanzas tengan el justo equilibrio
que ella en tus manos representa y asegura, y, por ultimo, oh Diosa, hija de
Urano, gran Dios del Cielo, vstago del Caos y del Da, y de Titaia o Gea,
divinidad primordial de la primitiva cosmogona griega, danos la venda
que cubre tus ojos para que al dictar nuestras sentencias no miremos a
quien van dirigidas y no podamos reconocer parientes o aliados amigos o
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superiores y olvidemos favores, complacencias o compensaciones; sumisiones y adulaciones; lisonjas o zalameras, propias slo de botafumerios o
turiferarios
Tras esta llamada a los dioses del parnaso griego, Contn Aybar
dedica la mayor parte de sus discursos a analizar los delitos en su
sentido biolgico y social, que divide en delitos comunes, delitos
polticos y delitos sociales, dndonos una corta historia de ellos a
travs del tiempo. Hace una alusin a nuevos delitos como el narcotrfico y la corrupcin administrativa, citando los acuerdos internacionales y leyes nacionales destinados a reprimir esos delitos a
nivel local e internacional. Al hablar de la corrupcin, seala que no
debe nicamente referirse a la de los jueces, sino tambin a la que
afecta al ministerio pblico, los secretarios, abogados, alguaciles y
notarios. Hace una fuerte crtica a los abogados, al decir: Considero
que son los abogados envilecidos los que deshonran a su alta y sagrada investidura, los motores que impulsan la maquinaria de la corrupcin en los
campos judiciales. Son los grandes ofertantes del soborno, los consejeros de
la trampa y la triquiuela, cuando, por el contrario, estn ellos obligados,
junto con los Notarios, al mantenimiento de los principios de honradez,
discrecin y actividad.
Entre las cosas que considera conveniente para la mejora de la
justicia est su sugerencia de que las entradas fiscales que se perciben a travs de los tribunales, sean manejadas por el Poder Judicial,
para que este sea autosuficiente econmicamente. Analizando este
discurso, percibimos ya que Contn Aybar se percata que la corrupcin generalizada de esa poca viene afectando tambin al Poder
Judicial, y las lamentaciones suyas como el mas alto representante
de ese poder, implican que la conoce y rechaza, pero no tiene los
mecanismos ni el apoyo ni para evitarla ni mucho menos sancionarla.
2.- En el discurso de enero del 1988, Contn celebra que es la
dcima vez que l pronuncia el discurso del Da del Poder Judicial.
Pero en seguida seala que el ao anterior ha sido difcil, arduo,
penoso, complicado y espinoso. Recuerda que fue el ao en que se
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venales, sino que tiene que esperar que venga una querella o acusacin tramitada va el Procurador General de la Repblica.
8.- Para el ao de 1995, Contn empieza diciendo: No hay dudas
de que el ao recin expirado fue prdigo en manifestaciones de avances
en cuanto concierne a la justicia dominicana. Aun la precipitada reforma
constitucional, no obstante sus yerros y contradicciones, nos ha dejado, al
tamizar sus disposiciones, un asiento beneficioso, que bien aprovechada,
producir cambios sustanciales en la administracin de justicia.
Contn se estaba refiriendo a que la Constitucin del ao 1994
haba introducido un muy importante cambio en lo que atae al
Poder Judicial, puesto que quit al Senado su antigua facultad de
designar los jueces y estableci un nuevo mecanismo, parecido al
que Contn vena solicitando desde aos atrs. Fue el establecimiento del Consejo Nacional de la Magistratura, organismo compuesto
por representantes de los tres poderes del Estado, con la nica
misin de escoger a los jueces de la Suprema Corte de Justicia. Ese
cambio tambin dispuso que los dems jueces de todas las cortes y
tribunales del orden judicial, fuesen elegidos por la Suprema Corte
de Justicia. Estableci la nueva Constitucin la Carrera Judicial y,
como avance importantsimo, estableci la accin constitucional
directa.
Estos cambios fueron quizs ms all de las aspiraciones de
Contn, pero indudablemente reforzaron la independencia y autonoma del Poder Judicial, cuyos logros no se materializaron durante
su presidencia, puesto que la Ley de Carrera Judicial se dict en el
1998 y el Consejo Nacional de la Magistratura no se vino a reunir
hasta 1997.
En este discurso de 1995 Contn nos dice sin temor a equivocarse, puede decirse que los males que sufre nuestra justicia son comunes
a los de otros pases latinoamericanos y aun de otras demarcaciones territoriales fuera de Amrica. Los que tuvimos la oportunidad de asistir
a la II Conferencia de Presidentes de Tribunales y Cortes Supremas de
Iberoamrica, Portugal y Espaa, celebrada en Madrid en octubre de 1993,
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PARTE II
JORGE SUBERO ISA
1997-2008
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entre s, ha sido tradicionalmente una quimera en nuestro pas; un deber ser ansiado en el pensamiento de aquellos que por su conducta en la
sociedad no requeran ni necesitaban de que complacientemente un poder
se postrara al otro. En el caso del Poder Judicial, el afn de dependencia
y subordinacin adquirieron niveles desorbitantes, pues lo que en mas de
una ocasin clamaban pblicamente por la independencia de ese poder,
privadamente fueron agentes directos del trfico de influencia y prohijadores de la corrupcin, y en consecuencia sus beneficiarios. Subero Isa
comenta y agradece la colaboracin de los otros dos poderes del
Estado en dar independencia al judicial, Comenta la existencia de
mas de 20,000 abogados y 4,000 notarios, as como 1409 alguaciles,
formados en escuelas de derecho que no soportan una evaluacin cientfica, para recordarnos que el problema de la justicia no radica pura
y simplemente en la judicatura. Entrando en materia, Subero destina
el resto de su discurso a comentar la labor de la Suprema Corte, y la
divide en dos grandes ramas; las tareas administrativas y las tareas
jurisdiccionales. En cuanto a la primera, menciona los logros en la
automatizacin de la justicia, la produccin de sentencias (257 en
materia de casacin desde agosto 5, 1997); el apoyo dado a los dems
tribunales, la adquisicin de bienes as como la firma de convenios
con organismos internacionales. Entre las tareas jurisdiccionales
cita la divisin de la Suprema Corte en cmaras con la designacin
de los magistrados que la componen, resoluciones y sentencias del
Pleno, y las principales sentencias de las tres cmaras, as como muchos autos administrativos. Al final, expone las metas principales
para el ao que se inicia: Puesta en funcionamiento de tribunales
de menores; creacin de sendos departamentos de notarios y de
alguaciles; reubicacin de tribunales, continuar la automatizacin
y modernizacin de la justicia, creacin de la Escuela Nacional de
la Judicatura, entre otros. Subero concluye su discurso diciendo: al
celebrarse el prximo 22 de febrero los noventa aos de la promulgacin
de la Constitucin de 1908, la cual por primera vez confi a la Suprema
Corte de Justicia las funciones de Corte de Casacin , hacemos la formal
promesa de que el proceso de profilaxis de la justicia dominicana no se
detendr y redoblaremos nuestro esfuerzos en aras de dotar al pas de
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Hace, al inicio del mismo, esta reflexin: Que difcil es la tarea del
juez! Juzgar la gente de conformidad con lo que dispone la ley. Sin embargo, la gente juzga al juez con un rasero diferente, la mayora de las veces
bajo el impulso de sus propios intereses y hasta sus propias conveniencias.
Los juzgadores a la vez somos juzgados, casi siempre por el dispositivo de
la sentencia y no por su fundamentacin legal.
Nos dice que en la Segunda Conferencia del Poder Judicial celebrada en el 2001, los jueces adoptaron su misin, visin y valores
institucionales expresados al respecto: Misin: Somos guardianes
de la Constitucin y la Ley. Nuestra misin es administrar justicia para
resolver conflictos y garantizar los derechos de las personas, consolidar
la paz social y el desarrollo de la democracia dentro del marco del Estado
de Derecho. Visin: Lograr una mejor justicia, compromiso de todos,
confiable y coherente, que responda y garantice la seguridad jurdica del
ciudadano y el respeto de los derechos humanos. Nuestra visin se basa en
tres aspectos fundamentales: Independencia Econmica y Poltica, Justicia
Rpida y Eficaz, Fcil Acceso y Gratuidad de la Justicia.
Para Subero Isa, los valores institucionales son: Equidad, imparcialidad, honestidad, transparencia, independencia de criterio y excelencia.
Pasa a definir cada uno de esos conceptos.
Llegando al final de su discurso informa que en noviembre del
ao anterior asisti a la VII Cumbre Iberoamericana de Presidentes
de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia, celebrada
en Cancn, Mxico, donde se aprob la Carta de Derechos de las
Personas ante la Justicia en el mbito Iberoamericano, y se consagraron los conceptos de una justicia moderna y accesible a todas
las personas, una justicia comprensible, una justicia atenta con todas las
personas, una justicia responsable ante el ciudadano, una justicia gil y
tecnolgicamente avanzada y una justicia que protege a los mas dbiles.
Destaca el compromiso del Poder Judicial dominicano para lograr
esas metas.
Nos ofrece datos interesantes y preocupantes sobre la calidad
profesional de aspirantes a juez. Al comentar que la direccin de la
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Subero Isa seala que otro reto para ese ao es la puesta en vigencia del nuevo Cdigo de Nias, Nios y Adolescentes.
Hace notar Subero Isa que el Poder Judicial se ha convertido
en uno de los agentes de recaudacin mas efectivos en cuanto a
las operaciones inmobiliarias, pues a travs del impuesto de trasferencia ese ao entraron al fisco RD$63,872,416,519.00, solamente
a travs del Registro de Ttulos del Distrito Nacional. Ese hecho
contrasta con que al Poder Judicial dominicano se le asigna el 1.1%
del presupuesto nacional cuando en Costa Rica es del 6%, el de
Nicaragua un 4% y el de Guatemala un 2%.
Al final de su discurso dice lo siguiente: la reforma judicial contribuye al fortalecimiento institucional del pas, forjndose un Estado de
derecho que constituye la garanta no solamente de los nacionales sino
tambin de los extranjeros. La mejor garanta que tiene la ciudadana es
la seguridad jurdica que se deriva del Estado de Derecho. Cuando ste
desaparece no solamente desaparece con l la seguridad jurdica sino que
tambin se detiene el desarrollo cuando el pas se encuentra en vas del
mismo o se imposibilita cuando el pas es subdesarrollado. Por esa razn
es obligacin de todos los dominicanos velar por el mantenimiento y el
fortalecimiento del Estado de Derecho.
Se despide dando las gracias a los organismos internacionales
que en el ao cooperaron con la reforma y modernizacin del Poder
Judicial.
8.- Para enero del 2005, el magistrado Subero Isa tiene ya ocho
aos en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia. Confiado
en que ya maneja la organizacin del Poder Judicial, se jacta de los
logros, que han sido muchos, pero tambin reconoce las fallas y lo
que aun falta para la justicia dominicana tenga un nivel aceptable.
A la corrupcin se le agrega la incapacidad de los jueces nuevos,
que son a su vez abogados egresados de facultades de derecho que
dejan mucho que desear. En los exmenes para admisin de jueces
de paz, se vio la baja calidad cultural de los aspirantes, con la consiguiente reprobacin de una gran mayora.
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Luego de la usual exposicin sobre las mas importantes decisiones jurisprudenciales del ao anterior, Subero detalla una serie
de resoluciones dictadas por el Pleno de la Corte sobre diferentes
materias como lo son la aplicacin del Cdigo de Nios, Nias y
Adolescentes, la Oficina Nacional de Defensa Pblica, y el nuevo
y tambin controversial Cdigo Procesal Penal. Nos revela que en
la modernizacin de la Jurisdiccin de Tierras se puso en marcha
el primer registro de ttulos totalmente automatizado, el de San
Cristbal, y que pronto se har lo mismo con otros.
En las pginas finales de ese discurso, Subero Isa nos dice: Tanto la globalizacin como la integracin, los tratados de libre comercio y
las normas comunitarias hacen que nuestros pases se vean precisados a
renunciar, en aras de poderse insertar en un esquema de integracin, a
principios que fueron sostn tradicional de nuestro ordenamiento institucional. Realmente, asistimos a un resquebrajamiento, a una erosin de la
nocin de soberana, por lo menos como la concebamos en el Estado-Nacin a partir del siglo XVII. Cada da transferimos o delegamos nuestras
tradicionales competencias a organismos supranacionales. Cada da ms
somos menos autnomos, quizs empujados por la necesidad de mantener
una poltica macroeconmica. Explicando la nueva situacin, nos dice
que Por otro lado, hay nuevo derecho. La globalizacin no solamente es
un fenmeno de carcter econmico, sino tambin social, que se refleja en
el derecho. Las normas constitucionales, que prcticamente son comunes
a todos los pases, son el mejor ejemplo de lo que afirmamos. Parece que
la tendencia mundial conduce a la homogenizacin del derecho y de las
normas, y tanto es as, que quedan, al decir de algunos analistas, dos
grandes sistemas jurdicos en el mundo, que dominan ms del 90% de la
poblacin mundial. El sistema romano germnico por un lado, y el sistema
del common law por el otro; estos tienen el predominio sobre los dems.
Ante un pesimismo tradicional entre intelectuales dominicanos,
Subero Isa termina su discurso con una frase propia y otra de inspiracin ajena. La propia es: No hay dudas de que existe una generacin
de dominicanos que ha venido despertando del letargo a que generaciones
pasadas se encontraban sometidas; unas por temor y otras por conviccin,
lo que nos hace mantener la fe en el porvenir de la Repblica. La otra es
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Si los logros han sido muchos, debemos reconocer que en algunos aspectos, no hay tanto avance como el esperado. Por ejemplo,
la autonoma presupuestaria implica que el Poder Judicial, a travs
de sus mecanismos internos, puede disponer libremente de las
sumas recibidas consignadas en su presupuesto anual. Pero ese
presupuesto, es el que le concede el Congreso anualmente al votar
la Ley de Gastos Pblicos, con lo que el Poder Judicial se maneja
libremente, pero con los fondos que le asigna el Poder Legislativo.
Anualmente vemos la lucha que lleva a cabo el Presidente de la
Suprema Corte para que se le conceda un presupuesto adecuado a
sus necesidades, y en ocasiones, el que se le asigna es menor, con lo
que los planes de mejora de salarios, implementacin de mejoras,
etc., no puede llevarse a cabo en su totalidad.
En cuanto a la carrera judicial, como ella slo se implement a
partir del mes de agosto del 1998, con la Ley No. 327-98, es desde
entonces que se han venido haciendo esfuerzos en reclutar abogados para los distintos cargos judiciales, ascender a jueces y auxiliares de la justicia. Es un proceso lento y no todo ha correspondido
en cuanto a eficiencia y honestidad, y el Pleno de la Suprema Corte
ha tenido que conocer y fallar muchos casos de corrupcin entre los
nuevos jueces, con frecuentes destituciones al revelarse inconductas notorias. El escalafn ha tenido sus fallas y lentitudes tambin
y por parecidas razones. Los abogados que a centenas producen
las varias facultades de derecho de nuestras universidades, carecen
de verdadera capacidad y al ser evaluados para cargos judiciales,
muchos fallan de manera increble. Ya vimos que en el ao 2004
la direccin de la Carrera Judicial evalu a 453 aspirantes a juez
de paz, y solamente 39 de ellos pasaron la prueba, segn inform
Subero Isa en su discurso de enero de 2005. Nuestras universidades
se preocupan mas en graduar cantidad que calidad, no slo en derecho sin en otras carreras.
11.- El discurso del magistrado Subero Isa el 7 de enero del 2008,
tiene la caracterstica de ser el primero de la segunda dcada de la
Suprema Corte electa en el 2007; de ser el del ao en que se celebra
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el centenario del establecimiento del recurso de casacin en la Repblica Dominicana, bajo la ley del 2 de junio del 1908. Es adems
el undcimo discurso anual de este magistrado, que cumple en
agosto 2008, once aos a la cabeza del Poder Judicial. Este perodo
es slo superado por los presidentes Rafael Justino Castillo con dos
perodos que suman 20 aos, y Nstor Contn Aybar tambin con
dos perodos, con un total de 19 aos. Este discurso es tambin el
ltimo que se recoge en la presente obra, que abarca los cien aos
desde 1908 a 2008.
Se inicia diciendo, entre otras cosas. Realmente, despus de diez
aos el mundo ha cambiado. Todos hemos cambiado. El Poder Judicial ha
cambiado. En lo tocante al Poder Judicial, en realidad, esos cambios
han sido profundos, como se ha visto a lo largo de los 10 discursos
anteriores del Magistrado Subero Isa. El Magistrado se enorgullece
de la posicin que el Poder Judicial dominicano entre los dems
del continente, y nos dice: Por los logros alcanzados desde el ao 1997
hasta la fecha, se nos reconoce entre los pases de mayor independencia
judicial en el hemisferio, llegando a superar, incluso, a pases con niveles
de desarrollo social e institucional que pudieran decirse superan al nuestro. Es as como una encuesta publicada por el Foro Econmico Mundial,
que rene unos mil altos funcionarios de las mas grandes empresas a
nivel mundial para estudiar y entender la globalizacin y factores que la
envuelven, sita a la Repblica Dominicana de un nmero total de diez y
ocho, en el quinto lugar de los pases con mayor independencia del Poder
Judicial en la regin, superada solamente por Uruguay, Chile, Brasil y
Costa Rica.
En esta oportunidad, como es costumbre, el presidente hace un
recuento de las ms importantes jurisprudencias del ao anterior.
Le dedica largos prrafos a comentar el comportamiento del nuevo
sistema procesal penal creado con la promulgacin en el ao 2002
de su cdigo y puesto en ejecucin en el 2004. Entre los puntos ms
importantes que Subero Isa destaca sobre el ao 2007 estn: las estadsticas sobre sentencias indicando que se recibieron 4,454 recursos
de casacin y se dictaron 2,039 sentencias. Se dictaron importantes
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CONCLUSIONES
A cien aos de establecido el recurso de casacin en la Republica
Dominicana, que conclusiones podemos sacar sobre su importancia, su trayectoria, y su influencia en el pas?
Como las instituciones sobre obra de los hombres, son stos
quienes le dan vida, permanencia, sentido, direccin, declinacin
y muerte. Por esa realidad, es que ha sido importante haber analizado la obra jurdica de quienes han ocupado la presidencia de
nuestra Suprema Corte de Justicia, durante los cien aos entre 1908
y 2008. La personalidad de cada presidente ha dado la tnica a la
obra de ese alto tribunal, ya que su jerarqua sobre los dems jueces
hace que la figura del presidente sea la que marque el camino de la
corte.
Como vimos, la situacin histrica, la realidad poltica de cada
poca en esos cien aos, ha tambin marcado, y muy profundamente, la obra de nuestros jueces de casacin. Magistrados cultos
y de gran preparacin jurdica, han presidido la Suprema Corte en
pocas revueltas, como los primeros 20 aos del siglo XX. Otros han
tenido que someter sus impulsos a la luz de vivir bajo una tirana
aplastante. Unos mas, en una precariedad presupuestaria que les
impeda cualquier avance o mejora en el sistema judicial, por mas
que entendan esa necesidad.
Cual hubiera sido la influencia de Hiplito Herrera Billini si su
presidencia de la Suprema Corte hubiera ocurrido en un perodo
de democracia? La capacidad y honestidad de Troncoso Snchez
en un pas abierto a las nuevas ideas en materia jurdica? Henrquez y Carvajal, si hubiera tenido paz y tranquilidad durante
su presidencia, no hubiramos tenido una jurisprudencia y una
organizacin judicial ms rica y productiva que la que nos dio por
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Cortes de Trabajo
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Tribunal Contencioso-Tributario-Administrativo
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Tribunales Colegiados
19
11
27
10
20
Juzgados de Trabajo
15
Juzgado de Instruccin
36
31
Juzgados de Paz
164
42
Total
451
1909
2007
600,000.
9, 000,000
12. 5
188
94
451
106
535
2,039
Nmero de tribunales
Nmero de jueces
Sentencias de casacin
% del Presupuesto nacional
6. 20%
1.73%
46
46 Gaceta Oficial No. 2006 del 14 julio 1909 y Suprema Corte de Justicia, Resultados de 10 aos de Gestin Judicial. 2007.
199
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201
BIBLIOGRAFA
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9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
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APENDICE DOCUMENTAL
Transcribimos in-extenso el acta de instalacin de la corte de
casacin, en 1908, as como algunos de los discursos ms importantes y caractersticos de varios de los presidentes de la Suprema
Corte de Justicia, desde que a ella se le dieron funciones de corte de
casacin en el ao 1908. Fueron tomados de los boletines judiciales
correspondientes o de los folletos donde aparecen algunos de los
ms recientes.
Acta de la instalacin de la Suprema Corte de Justicia el 4 de
julio 1908. (Boletn Judicial No. 1, ao 1, Pags. 2 y 3).
En la ciudad de Santo Domingo, a los cuatro das del
mes de julio del mil novecientos ocho, siendo las cuatro de
la tarde, reunidos en el Palacio de Justicia los Licenciados
seores Apolinar Tejera, Martn Rodrguez Mueses,
Andrs Julio Montolo, Manuel A. Machado, Manuel
de J. Troncoso de la Concha, Joaqun E. Salazar, Alberto
Arredondo Miura, normados por el Senado Magistrados
de la Suprema Corte , bajo la presidencia del primero, y el
Lic. Rafael J. Castillo, Procurador General de la Repblica,
nombramiento ste emanado del Poder Ejecutivo, y asistido
del infrascrito Secretario ad-hoc, procediese a la instalacin
de este Supremo Tribunal, conforme a lo prescrito por la
Ley, en la forma siguiente: Declarado abierto el acto por el
Magistrado Presidente, y se verificaron los nombramientos
de los Magistrados respectivos, y llenado este requisito, el
Presidente prest el juramento constitucional ante la Suprema Corte, y los dems a su vez ante este Magistrado.
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En este grave instante, que seala otra etapa para los tribunales
de la Nacin, yo formulo ferviente voto desde lo ntimo de mi ser:
la constitucionalidad de la ley por los encargados de dictarla, y su a
honrada exejesis por los encargados de aplicarla. Este es mi anhelo
vivsimo; mi aspiracin ardentsima; mi hermossimo ideal. Que
sea propicio a mis vehementes y generosos deseos. Que jams se
perturbe el bello y amable consorcio que ha de existir constantemente entre nuestros derechos y deberes.
Que haya siempre buena administracin de justicia. Slo as la
Repblica de nuestro patritico culto encumbrar a la consecucin
de nobles y brillantes destinos, porque los Estados no son grandes
por la pujanza de sus ejrcitos, o lo que es igual, por el derecho de
la fuerza, sino por la fuerza del derecho.
Santo Domingo, enero 2 del 1911.
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con vuestro ilustre nombre, que simboliza una nueva poca que
tiene su propia fisonoma y que se confunde con la Patria Nueva,
constituyendo el suceso histrico mas sobresaliente de nuestra vida
Repblicana.
Despus de haber expuesto en forma esquemtica la evolucin
de nuestro Derecho Constitucional en la Era de Trujillo, voy a referirme ahora al fondo liberal y democrtico de nuestra legislacin
civil.
El Cdigo Civil francs tuvo una influencia decisiva en el extranjero. Se hizo sentir en todo el mundo. Las naciones extranjeras
fueron influidas en condiciones muy diferentes. Para muchas fue la
consecuencia de la conquista, pues dondequiera Napolen extenda
su dominacin por las armas, la confirmaba con la implantacin de
su cdigo.
En otros pases, como el nuestro, la penetracin del Cdigo Civil
napolenico se produjo por va pacifica, debido a su autoridad
moral, a la excelencia de la obra.
El Cdigo Civil ha sufrido la injuria del tiempo. Las leyes envejecen como todas las cosas y corresponde a los poderes pblicos
adaptarlas a las nuevas situaciones.
Durante los ltimos veinticinco aos, bajo el impulso vigoroso
de vuestra excelencia, un movimiento legislativo verdaderamente
democrtico, inspirado en las ideas modernas de igualdad y solidaridad, sin precedentes en la evolucin de nuestras instituciones
jurdicas, ha modificado profundamente el espritu de nuestro
derecho civil, adaptando el viejo cdigo a las exigencias de la vida
moderna y poniendo a la altura de las condiciones mas representativas del momento histrico en que vivimos.
Nuestro progreso jurdico corresponde desde su origen a un
pensamiento nico; slo la voluntad del grande hombre que sis
hizo posible una legislacin liberal y democrtica que ha puesto
muy en alto el contenido espiritual de la vida y nos sita en una
posicin destacada en el movimiento jurdico contemporneo.
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los presidentes anteriores un laborioso acopio de datos y una profunda concentracin de espritu. No era posible as hacer un trabajo
que fuera digno de la ilustracin jurdica de este selecto auditorio.
En el ao que acaba de pasar la Suprema Corte de Justicia
decidi cerca de 400 recursos de casacin. La mayor parte de los
recursos fueron, como en otros aos, de carcter penal y sin memoriales de abogados. Siguieron el numero los casos laborales, la
mayor parte originados en esta capital que, como se sabe, encierra
mas de la dcima parte de la poblacin de la Repblica. Los casos
civiles clsicos ocuparon el tercer lugar pero siendo, como era de
esperarse, los mas delicados y laboriosos. Los recursos de carcter
contencioso-administrativo ocuparon el cuarto lugar.
No es por supuesto a la propia Suprema Corte de Justicia a quien
corresponde valorar el mrito de su labor. Pero s puedo, como partcipe y testigo de esa obra, afirmar con absoluto convencimiento,
que cada caso fue estudiado y debatido con plena independencia
de criterio por cada uno de los jueces que en ninguno de los casos
se tom en cuenta, para llegar a las decisiones, la personalidad de
las partes en causas ni de los abogados, sino el sentido de la ley y de
la justicia y, en homenaje a la decencia tanto de los litigantes como
de los abogados que patrocinaron sus causas, puedo asegurar que
en ninguna de las controversias, nadie, ni directa ni indirectamente,
se acerc a los jueces con el propsito de influir en las decisiones.
Puedo asegurar tambin, y ello constituye nuestra mayor satisfaccin como jueces, que con rarsimas excepciones, los litigantes
que perdieron, sus causas recibieron los fallos con resignacin y
ecuanimidad, demostrando con tal reaccin anmica, que la Corte
haba procedido en sus casos conforme al Derecho, que, aunque no
siempre justo, debe ser aplicado por los jueces tal como se aplica
para que reine en la convivencia social, un orden equilibrado que,
aunque no sea el orden jurdico ideal, se aproxime lo mas posible
a ese orden.
Nuestra misin es impartir la justicia, e impartirla conforme al
Derecho, cuyo vehculo primordial en los tiempos modernos 1a ley
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los jueces del pas un difcil problema. Como conciliar en todos los
casos la legalidad con la justicia?
Si el nfasis se pone sobre la legalidad formal, con menosprecio
de la racionalidad y justicia, el pueblo abominara de sus jueces y
estar justificado en esa abominacin. Si se hace hincapi solamente
en la justicia esencial con descuido de la legalidad, se fomentar
la inseguridad jurdica y numerosos negocios del comercio social
quedarn amenazados de perplejidad, azar o estacionamiento.
Ante este dilema, slo un consejo se me ocurre: Hagamos la mayor
justicia posible dentro de la ley s i el caso es civil o comercial, no
olvidemos los amplios poderes que tienen los jueces para impedir
el enriquecimiento injusto y para solucionar en equidad las controversias sobre casos no previstos. Si el asunto es penal, no olvidemos
que nuestro cdigo punitivo contiene un texto, acaso el mas sabio
y humano de ese Cdigo que permita atenuar todas las penas sin
necesidad de motivacin expresa, lo que puede servir en casos extremos para paliar el excesivo rigor de ciertas penas, aun sin apelar
en sus consciencias a consideraciones subjetivas.
En fin, es muy posible que en el fatigante catlogo de nuestras
leyes de los ltimos 30 aos, hayan muchas que sean incompatibles
con el espritu y con los propsitos de nuestra Constitucin poltica,
y an con su mismo texto.
No se olvide, que, en tales casos, los jueces pueden prescindir
de la aplicacin de esas leyes, an de oficio. Quiero citar a ustedes,
a ttulo de ejemplo, tres casos caractersticos, ya corregidos por
rectificaciones recientes: El de la ley que castigaba toda afirmacin
contraria a: la verdad histrica; el de la ley que proclamaba la
imprescriptibilidad de la accin administrativa para el cobro del
impuesto sobre beneficios; y el de la ley que condicionaba al pago
de las multas los recursos de oposicin y apelacin. Esas leyes eran
simplemente brbaras e incompatibles con la Constitucin.
La primera atentaba contra la libertad de conciencia y la libre
expresin del pensamiento, un retroceso a los tiempos del dog-
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de la no reduccin de sus sueldos o salarios durante su ejercicio, frmula conveniente para evitar que un da el mandatario de
turno, queriendo la sumisin de este poder, pretenda constreir a
sus representantes a cumplir su voluntad, bajo la amenaza de una
reduccin de sus salarios o emolumentos.
Debe consagrarse al mismo tiempo el derecho (como una obligacin del Estado, no como un favor) al retiro y a la jubilacin al
llegar al lmite determinado de edad, dejando desde luego a leyes
posteriores el sealar el modus operandi. Debemos evitar que un
magistrado tenga a final de sus das, que mendigar una jubilacin.
Si la justicia es realmente un poder del Estado, debe poder rodear
a sus representantes de dignidad, de decoro, de todo cuanto tienda
a garantizarles cierta tranquilidad de espritu, libres de las incertidumbres del maana.
Y esta previsin debe incluir a los miembros del ministerio
pblico, y a los empleados subalternos todos, como medidas de
estabilidad y de seguridad que por su evidencia, no es preciso
desenvolver.
Podra objetarse que algunos de los puntos que estoy sealando,
pueden ser objeto de leyes adjetivas; pero la Constitucin debe consagrar como una norma obligatoria su necesidad, aunque las leyes
prevean ulteriormente los detalles.
El traslado de los jueces, es otro tema que merece nuestra
atencin. Es cierto que el Art. 67, inciso 5, de la Constitucin de
la Repblica, autoriza a la Suprema Corte de Justicia a trasladar
provisional o definitivamente a determinados jueces, a otra jurisdiccin, cuando lo juzgue til.
Eso no basta. La experiencia revela que en ocasiones surgen
problemas difciles de resolver, con notable perjuicio para un servicio tan esencial como lo es el de la administracin de la Justicia.
Supongamos que se conceda licencia por enfermedad a un Juez de
Primera Instancia. Va a sustituirlo temporalmente, segn la Ley,
el Juez de Paz, pero este puede estar tambin impedido, y a veces
251
ocurre que no hay Suplentes, y si los hay, no renen las condiciones necesarias que quiere la Constitucin para ser Juez de Primera
Instancia. Sencillamente no pueden actuar. Queda el Tribunal de
Primera Instancia acfalo. Ya ha ocurrido en varias ocasiones. Por
otra parte, los traslados originan trastornos y no menos injusticias.
El Juez que por inadaptacin al medio en donde acta, o por cualquiera circunstancias, origina la necesidad de su traslado, le crea un
problema al otro juez que va o ocupar su cargo, que ninguna culpa
tiene en la ocurrencia. La actual Suprema Corte de Justicia pondera
siempre con mucho cuidado los traslados de los Jueces; contempla
a un pobre juez, de escaso sueldo, cargado de familia, sorprendido
por una orden de traslado que el no ha provocado ni ha merecido,
y que le produce perjuicios econmicos incalculables. Todo esto
podra evitarse creando lo que podramos llamar jueces sin sede,
residentes en la cuidad capital, permanentemente al servicio del
Suprema Corte de Justicia en labores tcnico-jurdicas auxiliares, y
con vocacin para ir a suplir la falta de un juez que haya necesidad
de trasladar o sustituir temporalmente.
Otro problema que debe preverse constitucionalmente es el de
hacer factible siempre el recurso de casacin, es decir que el legislador no puede dictar leyes suprimiendo este recurso excepcional, en
relacin con los fallos en ltima o nica instancia pronunciados por
los tribunales de todo orden. La Constitucin se limita, siguiendo
una frmula tambin tradicional, a consagrar entre atribuciones de
la Suprema Corte de Justicia, el conocer de los recursos de casacin
en conformidad con la ley. Si es de conformidad a la ley, es obvio
que la ley puede suprimirlo, como ocurre en algunas materias en
que se expresa: la sentencia que se dicte no ser susceptible de ningn recurso. Si las decisiones de la Suprema Corte de Justicia en
funciones de corte de casacin establecen y mantienen la unidad
de la jurisprudencia nacional, y tienen por principal finalidad hacer que la ley sea bien aplicada, ejerciendo al respecto un supremo
poder de control, es absolutamente claro que el recurso de casacin
no debe prohibirse nunca. Es el caso entre otros, de la calificacin
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dignidad humana queden sepultadas en una tumba sin gloria, tambin es cierto, que toda esta pugna de ideas que ahora contempla
alarmada la humanidad, aun cuando culminase (Dios no lo quiera),
en gran catstrofe, en una cruenta e imprevisible hecatombe universal que ponga a bambolear por sus cimientos los valores esenciales
a que me he referido, puede dar base para recordar que siempre,
despus de grandes cataclismos y grandes hechos universales, han
surgido en la humanidad nuevas ideas y nuevas iniciativas, generalmente mas tiles y fecundas, demostrando una vez mas, como
se ha dicho no pocas veces, que es posible siempre que despus de
cada calvario surja una nueva maana de resurreccin.
Y as surgir de nuevo el templo de la justicia y del derecho. Surgir mas bien en todo su esplendor y en forma triunfadora, el ideal
de justicia, como una nueva estrella rutilante, destinada a iluminar
el nuevo ciclo, limpio y puro bajo el cual se disponga a marchar el
hombre, con nuevas y mas slidas ideas de confraternidad, en la
gran empresa de reconquistar los valores y las estructuras morales
y jurdicas que se crean irremisiblemente perdidas.
Termino, seores, este discurso, invocando como siempre para
todos los servidores de la justicia, y para todos los dominicanos, y
para m, el favor y la proteccin de Dios Omnipotente, y que la frase de Juan Pablo Duarte se grabe de modo permanente en nuestros
corazones: Sed justos, lo primero, si queris ser felices, pues ese es
el primer deber del hombre.
Manuel Ramn Ruiz Tejada, Presidente de la Suprema Corte de
Justicia.
Santo Domingo, D. N. 7 de enero de 1969.
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255
256
Por supuesto que esto no significa que los jueces no puedan dar
soluciones de justicia sustantiva a los asuntos que se le sometan,
mediante el ejercicio honesto de sus facultades de interpretacin de
los textos oscuros o ambiguos de la ley.
Es ms, el propio imperio de la ley en el artculo 4 del Cdigo
Civil, obliga a1 juez a decidir el caso y a hacerlo de conformidad
con los principios generales del derecho, la razn y la equidad,
cuando hay silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley, pues en
definitiva, lo que se desea es que haya una buena administracin
de justicia, impartida con seriedad y honestidad, sin demagogia y
sin arbitrariedades.
Aspiramos a que el pueblo dominicano tenga confianza plena en
las personas a quienes se les ha encomendado la elevada misin de
impartir justicia. Que las partes litigantes y los abogados tengan la
ntima conviccin de que en la solucin de los casos no han mediado intereses espurios.
El antiguo Magistrado Primer Presidente de la Corte de Casacin
de Francia, Maurice Aydalot, en su libro EI Hombre y su Oficio, ha
dicho que los esfuerzos del magistrado deben tender hacia el ideal
de transparencia de la justicia.
Se ha afirmado que constituye impericia, ignorar o no entender
lo que todos saben, o no ver lo que todos ven.
De manera que los jueces debemos tener mucho cuidado para
evitar que nuestra conducta se ponga en tela de dudas por no ver lo
que todos ven o ignorar, o no entender, lo que todos saben.
Los latinos en un viejo aforismo decan: in dubio judex non dolo
sed per imperitiam male judicasse praesumitur, lo que significa
que: En la duda, se presume que el juez juzg mal por ignorancia,
no por dolo.
Siguiendo una norma tradicional, me voy a permitir hacer un
breve comentario de las principa1es sentencias que fueron dictadas
durante el ao 1983, y que en cierto modo trazan las orientaciones
de este alto tribunal.
257
PROCEDIMIENTO CIVIL
Hemos decidido que es obligaci6n del litigante que alega la
irregularidad de un acto procesal, aportar al debate el original o la
copia que se le notificara del acto argido como irregular, a fin de
que la corte sea puesta en condiciones de comprobar la veracidad
de la irregularidad alegada y si la misma caus agravio a quien la
invoca. (Cas. 16 marzo 1983, B. J. 868 P. 693).
Tambin decidimos que cuando el intimado, como ocurri en
la especie, es admitido en cualquier medida de instruccin en su
inters, y no haya procedido a realizarla, conserva, a pesar de su
actitud, el derecho de pedir la perencin, si se han cumplido los
requisitos del artculo 497 del Cdigo de Procedimiento Civil, aunque a el le corresponda ejecutar las medidas de instruccin. (Cas. 16
marzo 1983, B. J. 868 Pg. 688).
Haciendo aplicacin del artculo 150 del Cdigo de Procedimiento Civil, modificado por la ley 845 de 1978, hemos mantenido el criterio de que si el demandado no comparece, no obstante
haber sido citado por acto notificado a su persona misma, o a la
de su representante legal, o si el abogado ya constituido por dicho
demandado no asiste a la audiencia a presentar conclusiones, la
sentencia en defecto que intervenga contra dicho demandado, se
reputar contradictoria, sin que tengan que proclamarlo los jueces,
y esa sentencia no ser susceptible de oposicin. (Cas II marzo 1983,
B. J. 868 P.622).
Con motivo de una accin principal de nulidad de una decisin
de la Comisin de Apelacin del control de Alquileres de Casas
y Desahucios, tuvimos la oportunidad de proclamar que las decisiones del Control de Alquileres de Casas y de la Comisin de
Apelaciones de dicho control, son rganos jurisdiccionales de
carcter administrativo, cuyas decisiones tienen carcter de definitivas, sometidas a todas las reglas de forma y de fondo que rigen las
sentencias emanadas de los tribunales ordinarios. En la especie , la
casacin se pronuncio sin envi pues no quedaba nada por juzgar.
(Cas. 15 junio1983).
258
En relacin con los artculos 15 de la Ley de Organizacin Judicial y 1030 del Cdigo de Procedimiento Civil, decidimos que la ley
no ha pronunciado la nulidad del acto notificado en da de fiesta
legal, sino que ha limitado la sancin, por aplicacin del artculo
1030 del Cdigo de Procedimiento Civil, a imponer una multa al
alguacil que haya actuado indebidamente. (Cas. 31 agosto 1983).
Tambin decidimos que cuando un extranjero transente persigue el levantamiento o la nulidad de un embargo trabado en su
contra, no tiene que prestar fianza judicatum solvi, puesto que su
actuacin implica el ejercicio del derecho de defensa como demandado. (Cas. 31 agosto 1983).
Decidimos que no precede la reapertura de debates para depositar documentos nuevos si se comprueba que los impetrantes
de la reapertura posean los referidos documentos desde varios
meses antes de la fecha de la audiencia por lo que no se trataba de
documentos nuevos que pudiesen justificar dicha reapertura. (Cas.
23 febrero 1983, B. J. 861; P. 525).
DERECHO COMERCIAL
Por otra parte, tambin decidimos que las compaas de comercio constituidas con arreglo a una ley extrajera, como ocurri en la
especie, se presume que tienen su domicilio en el pas de su constitucin; y que si alegan tener domicilio en la Repblica Dominicana,
deben aportar la prueba de que han sido autorizadas por el poder
Ejecutivo a establecer su domicilio en nuestro pas, de conformidad
con las disposiciones del artculo 13 del Cdigo Civil. (Cas. 16 marzo 1983, B. J. 866, P. 698).
DERECHO CIVIL
Con motivo de un recurso de casacin, contra una sentencia que
admiti un divorcio por incompatibilidad de caracteres, tuvimos
la oportunidad de decidir que si bien es cierto que las actas en que
recogen los decires de las partes y las dec1araciones de los testigos
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Deseo aprovechar esta oportunidad para dar testimonio fehaciente de que esa excelente labor realizada, se debe a la eficiencia,
capacidad y laboriosidad de mis compaeros y de los dems funcionarios y empleados que integran este alto tribunal.
REFORMAS DE LA LEY DE CASACIN
No hay dudas de que en el estado actual de nuestro derecho,
muchos asuntos llegan a la Suprema Corte de Justicia como Corte
de Casacin, sin que revistan gravedad alguna y sin que tengan la
importancia que ameriten ese recurso extraordinario.
Por ejemplo, las sentencias que dictan los juzgados de paz en
materia de simple polica cuando imponen multas o restituciones
que no excedieren de dos pesos, no son susceptibles de apelacin,
pero podrn ser objeto de casacin.
Tenemos la idea de preparar un proyecto de reforma de la
Ley de Procedimiento de Casacin, a fin de prohibir ese recurso
extraordinario en aquellos asuntos que por su escasa importancia
no lo ameriten; tambin conviene darle mayor alcance a las disposiciones del artculo 37 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin,
de modo que se haga obligatorio para todas las partes, incluso para
el inculpado, la presentacin de un memorial suscrito por abogado
que contenga los motivos en que fundamente su recurso.
Adems, prohibiramos el recurso de casacin cuando el prevenido haya admitido su culpabilidad en los accidentes de trnsito y
las reparaciones civiles no excedan de cierto lmite.
Por supuesto que estas son simples ideas que se lanzan a fin de
ir preparando la opinin pblica para los futuros cambios en dicha
ley, cuya ltima reforma de cierta importancia se opero en 1953.
Hay que sealar sin embargo, que la ley 845 de 1978 modific
el artculo 12 de la referida ley sobre Procedimiento de Casacin
para permitir que la suspensin de una sentencia impugnada en
casacin pudiera ser ordenada tambin mediante la prestacin de
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9.- Discurso del 7 de enero 1991 del Magistrado Nstor Contn Aybar
Seores:
Designios del Destino han permitido que este ao como en otros
anteriores, pronunciemos el discurso de orden, en esta audiencia
solemne del 7 de enero, Da del Poder Judicial.
Aspiraciones abiertas u ocultas, internas o externas, circunstancias anormales, han determinado nuestra presencia en la presidencia
de este acto conmemorativo. Reconocemos y lo proclamamos, sin
jactancia ni exageracin alguna, que somos, nadie osara dudarlo,
la voz patente de la honestidad insobornable, la expresin legtima
de la laboriosidad eficiente y sensata, sin aspavientos intiles, ni resonancias vocingleras. No buscamos la fama, que ha sido definida,
annimamente, como el prembulo para la inmortalidad; pero si la
satisfaccin del deber cumplido. Porque practicamos la norma de
Lacordaire de que hombre justo y honrado es aquel que mide sus
derechos con la regla de sus deberes.
Nuestras iniciativas, en favor de la justicia dominicana, se repiten a diario, como un eco resonante en el interior de una caverna o
el retumbo de un trueno en la lnea lejana del horizonte, formada
por el concurso del cielo y del mar.
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No han faltado los insultos, las injurias, las diatribas los injustos
reproches, hasta el punto de decir, que hemos contribuido al estancamiento de la justicia dominicana, cuando slo somos parte de un
tribunal colegiado, pero, recordad que Anatole France, el escritor
francs llamado, en realidad, Anatole Thibault, gran ironista, de
la tendencia filosfica de Renn, escribi que para quien piensa y
acta es mala seal no ser nunca vilipendiado, insultado, amenazado. No sabemos si nuestras palabras son de salutacin a un nuevo
ao judicial, lleno de sanos propsitos y proyectos beneficiosos, o
si lo son, por el contrario, de despedida en sus funciones de quien,
con el permiso y la benevolencia de todos los presentes os dirige
la palabra, con afecto y distincin, pero, cualesquiera que sean las
circunstancias nuestra voz va llena de optimismo, de fe y de esperanza de que la justicia dominicana, lenta pero provechosamente,
va a alcanzar los niveles que la siten en su verdadero sitial de
poder del Estado, autnomo, libre y respetado.
Pero apartemos ya de nuestra mente cuestiones impropias y
emprendamos el desarrollo escueto del tema elegido para este discurso que es Lo humano en los representantes de los Poderes del
Estado, muy especialmente, en lo que corresponde al Judicial.
De acuerdo con la letra de nuestra Constitucin, la soberana
nacional corresponde al pueblo, de quien emanan todos los poderes
del Estado, los cuales se ejercen por representacin. Estos poderes,
lo sabemos todos, aunque a veces lo olvidemos, son el legislativo,
el ejecutivo y el judicial. Agreguemos que nuestra propia Carta
Sustantiva, dispone que los mismos sean independientes, en el
ejercicio de sus respectivas funciones y que sus encargados son
responsables y que no pueden delegar sus atribuciones, las cuales
sern, nicamente las determinadas por ella y por las leyes. Pero,
lo que no se hace constar en nuestra Ley de Leyes, y no puede ella
expresarlo, es que los representantes de los Poderes del Estado, son
humanos, llenos de debilidades y flaquezas, como corresponde a
su propia condicin, que esta relacionada con el sentido moral, la
razn, la verdad, la rectitud, las creencias y otros elementos esen-
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altsima misin de votar la ley, esto es, de trazar la norma que debe
ser puesta en ejecucin por el Ejecutivo, o sea, la Administracin
Publica, muy distinta y separada de la Administracin de Justicia,
encargada de aplicar e interpretar la ley. Debe observarse aqu
que, entre nosotros, por mandato constitucional, tienen derecho
a iniciativa en la formacin de las leyes: A) Los senadores y los
diputados, B) El Presidente de la Repblica; C) La Suprema Corte
de Justicia en asuntos judiciales y D) La Junta Central Electoral en
asuntos electorales. Los casos a que hacen referencia las letras C)
y D) son muy escasos y es muy difcil determinar, para poner en
ejecucin ese derecho, que se entiende por asuntos judiciales y
asuntos electorales.
Aunque la simple separacin de la Justicia de la Administracin
Pblica, de la cual es jefe el Presidente de la Repblica, o sea el representante nico del Poder Ejecutivo, entre nosotros, de innegable
fuerza a la Justicia y es de una importancia extraordinaria para la
libre administracin de la misma. No obstante, falta aun que se considere, lo que esta ya ha consagrado constitucionalmente al judicial,
como un verdadero Poder de la Nacin Dominicana. La renuncia al
ejercicio, por s mismo de la justicia hecha por el Poder Publico, al
crear y admitir un Poder Judicial separado, es ya un extraordinario
paso de progreso y desarrollo, que merece el reconocimiento de
todos los ciudadanos, en una Nacin democrtica.
Segn Rudolf Von Ihering, el notable historiador alemn del derecho, de su obra EI fin en el Derecho, el fin prctico de la justicia
es establecer la igualdad la justicia, que l llama material, establece
la igualdad interna, esto es, la justa proporcin entre los mritos
y el salario, entre la pena y la falta. En cambio, la que bautiza dicho autor como justicia formal de la igualdad externa, es decir,
asegura la uniforme aplicacin en todos los casos, de la norma una
vez establecida. Al juez se le encarga realizar lo que se llama la
administracin de justicia. Cuando su decisin esta conforme con
la ley, esto es, con la norma que ha dictado el legislador, se dice que
es justa.
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El que sean los mismos usuarios de la capacitacin, sus destinatarios, quienes tomen las decisiones en cuanto a los temas a tratar,
las formas de tratarlos y las personas que los tratarn, ha demostrado tener un profundo poder de consolidacin y de aglutinamiento
de los magistrados y funcionarios alrededor de una institucin que
consideran suya, tanto en la teora como en la prctica.
Este apoderamiento de la escuela por parte de los miembros del
Poder Judicial ya ha dado grandes frutos. En apenas un ao, la escuela ha logrado consolidarse a tal punto, que en una reciente visita
de una delegacin de la misma a un congreso de escuelas judiciales
efectuado en Argentina, magistrados extranjeros participantes
en dicho congreso expresaron su asombro y beneplcito ante los
logros obtenidos por la escuela en tan poco tiempo y llegaron a
hablar, incluso, de que en la escuela judicial dominicana se estaban
sentando las bases de un autntico modelo para la capacitacin
judicial en Latinoamrica.
Sin embargo, los logros del pasado ao de trabajo no deben
convertirse en anteojeras que impidan mirar el largo camino que
an queda por recorrer, camino lleno de desafos y dificultades,
pero que al final contiene la recompensa de la labor cumplida, de la
satisfaccin que da la concrecin de los sueos.
Como parte del camino a recorrer, vislumbramos la puesta en
funcionamiento del programa de formacin para postulantes. Este
programa estar dirigido a profesionales del Derecho que estn
interesados en desarrollar la carrera judicial. Los participantes en
este programa sern seleccionados mediante exigentes pruebas
acadmicas y psicolgicas de manera que el Poder Judicial pueda
estar seguro que a sus filas ingresarn, no slo los mejores profesionales, sino tambin las personas con mayor vocacin de servicio y
espritu de sacrificio.
Ya la Suprema Corte de Justicia, a travs de la Escuela Nacional
de la Judicatura, ha realizado conversaciones preliminares con entidades de cooperacin de pases hermanos, quienes han mostrado
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judicial, o contra la cual se realice un acto por uno de los poderes pblicos, basado en una disposicin legal, pretendidamente
inconstitucional, o que justifique un inters legtimo, directo y
actual, jurdicamente protegido, o que acte como denunciante de
la inconstitucionalidad de la ley, decreto, resolucin o acto, para lo
cual se requerir que la denuncia sea grave y seria, dijimos que
la facultad ejercida por quienes as son autorizados al amparo del
referido texto constitucional, no los obliga a notificar su instancia
a las personas o instituciones que pudieran eventualmente resultar afectadas, ya que cuando esta Corte se aboca a ese anlisis en
virtud de los poderes que le son atribuidos por la Constitucin de
la Repblica, lo hace sin contradiccin y, por tanto, sin debate, a la
vista slo de la instancia que la apodera y del dictamen u opinin,
si se produjera, del Procurador General de la Repblica, a quien se
le comunica el expediente, lo que no es bice para que aquellos que
lo consideren til en inters propio o general, hayan por escrito elevado a la Suprema Corte de Justicia sus observaciones a favor o en
contra del pedimento, mxime cuando dicha accin no implica un
juicio contra el Estado u otra persona sino contra una disposicin
legal argida de inconstitucional.
De igual manera, en cuanto al alegato de que para conocer de la
accin en inconstitucionalidad debe citarse al Estado dominicano,
sentamos el principio de que la ley, decreto, resolucin o acto emanados de los poderes pblicos, como normas sociales obligatorias,
no se anulan o derogan mediante un procedimiento judicial que
conlleve la citacin del rgano emisor de la ley, decreto, resolucin
o acto de que se trate, pues dichos instrumentos legales se dejan sin
efecto o validez, mediante las formas instituidas por la Constitucin
o la ley; que una de esas formas de anulacin se alcanza mediante
decisin de la Suprema Corte de Justicia, apoderada directamente
con esa finalidad por el Poder Ejecutivo, por uno de los presidentes
de las Cmaras del Congreso Nacional o por parte interesada, en
caso de inconstitucionalidad.
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1,622
Hay que destacar que de esa cantidad 565 recursos corresponden al Departamento Judicial de Santo Domingo, lo que representa
el 34.8% del total.
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4,016
1,604
2,412
1,460
1,360
- Notarios juramentados
58
10,406
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B. Labor Administrativa:
1. Puesta en funcionamiento de Tribunales:
Durante el ao 1998 la Suprema Corte de Justicia puso en funcionamiento 14 tribunales creados por diferentes leyes y que no
estaban funcionando.
En el ao 1999 se pusieron en funcionamiento 16 tribunales.
2. Auditoras realizadas:
El Departamento de Auditora ha ido fortalecindose; muestra
de esto es que ha sido reubicado en un local ms amplio y confortable; adems se ha integrado a nuestra red informtica interna y los
auditores han recibido diferentes cursos.
Igualmente, el Departamento de Inspectora Judicial ha aumentado considerablemente su labor durante el ao 1999.
300
1,706
Total:
235 participantes
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3,305.
Este nmero de expedientes refleja que la jurisdiccin correspondiente al conocimiento de los asuntos relativos a los nios, nias y
adolescentes tiene una importancia capital para la poblacin de la
sociedad que requiere de un tratamiento especializado.
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6. Correspondencias:
Los trmites administrativos de la Suprema Corte de Justicia, as
como el incremento de los mismos, se ponen de manifiesto cuando
sealamos que durante el ao 1999 tramitamos a travs de ese departamento la cantidad de 29,767 correspondencias.
7. Reforzamiento Biblioteca:
Nuestra biblioteca central cuenta con un buen catlogo de obras
de diversas materias que sirven de consulta a todos los interesados.
Ha sido computarizado todo el material bibliogrfico.
Adems contamos con el servicio de internet, permitiendo al
usuario navegar gratis, e imprimir un mximo de 20 pginas.
Es una realidad que nuestra biblioteca se ha convertido en una
casa de consultas para todos; y esto se muestra en que desde el 9
de junio de 1998 hasta el 15 de diciembre de 1999 hemos recibido
2,700 usuarios.
8. Divisin Oficiales de la Justicia:
Esta divisin durante el ao 1999 ha continuado con los trabajos
del Registro Nacional de Auxiliares de la Justicia, revisando los
expedientes y publicaciones en gacetas Oficiales y capturando la informacin de 22,179 abogados. De esa cantidad, existen en nuestros
archivos 16,993 expedientes, cuya informacin ha sido debidamente
digitada en nuestro sistema.
Con relacin a los notarios, hemos capturado y digitado los
datos correspondientes a 8,718 notarios, contenidos en decretos
expedidos por el Poder Ejecutivo; reposando en nuestros archivos
7,375 expedientes cuya informacin ha sido procesada. Y respecto
a los alguaciles hemos capturado 1,419 alguaciles, de los cuales 887
expedientes se encuentran debidamente actualizados.
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realizada en la historia del Poder Judicial. Para la ltima semana de este mismo mes de enero presentaremos Expojuris
2000, versin que de manera fundamental estar dedicada a
la Escuela Nacional de la Judicatura.
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3.
4.
5.
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6.
7.
8.
Proceso de preparacin de cara al ao 2000. Paradjicamente el atraso tecnolgico del que adoleca nuestra institucin
y el hecho de que el problema del ao 2000 estaba latente
en los inicios de nuestro proceso de automatizacin, fueron
factores que contribuyeron a que los equipos y sistemas desarrollados y/o adquiridos estuvieran listos para el cambio
de siglo.
9.
Ampliacin de la base de datos de Jurisprudencia. Utilizando la versin diseada para el uso de nuestros magistrados
del CD Data Suprema 1.0, hemos logrado tener disponible
actualmente unas 16,000 jurisprudencias que se remontan
desde el ao 1865 hasta nuestros das, as como una gran
cantidad de boletines judiciales, cdigos y leyes dominicanas.
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10.
Documentacin tcnica de los sistemas. Hemos completado la documentacin relativa a los diferentes sistemas
desarrollados por el Centro de Informtica. Esto permite
dar soporte y mantenimiento a cada sistema desarrollado,
independientemente de la persona que se involucr directamente con el desarrollo del sistema en cuestin, de tal
manera que cualquiera de los tcnicos del rea de anlisis
y programacin pueda brindar soporte a dicho sistema sin
ninguna dificultad.
11.
12.
13.
308
Jurisdiccin de Tierras. La misin tcnica del BID vino el pasado mes de noviembre de 1999 con el propsito de revisar
y evaluar lo que nosotros habamos logrado desarrollar y
avanzar en trminos de informtica en dicha jurisdiccin;
llenndonos de mucha satisfaccin recibir de ellos la aprobacin y certificacin de todo lo que hasta ese momento
habamos logrado realizar, y ms an nos estimularon a que
continuemos con el mismo proceso, en aras de lograr una
jurisdiccin de tierras cada vez ms eficiente y moderna.
Sealaremos los logros en cada una de las instituciones que
conforman dicha jurisdiccin:
14.1. Tribunal Superior de Tierras. En este tribunal hacemos mencin de los sistemas ms importantes:
Se ha remodelado el rea fsica y las dependencias del abogado del Estado. Tambin se ha puesto en funcionamiento
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el sistema de Ventanilla Expresa en ese Registro de Ttulos, con el inters de ofrecer una respuesta oportuna a las
urgencias del sector de los constructores y promotores de
viviendas, evitando recargos por mora y otros perjuicios, lo
que constituy un importante logro que elev los niveles de
eficiencia de ese departamento.
Durante el ao 1999 sobresale la cifra rcord de 16,215 certificaciones relativas al status de propiedades inmobiliarias
y 664 oficios remitidos al Tribunal Superior de Tierras solicitando duplicados de dueos y acreedores por prdida.
Igualmente, se revisaron 32,686 expedientes y se entregaron
a propietarios y acreedores un total de 36,775 constancias
anotadas y certificados de ttulos.
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En el Departamento de Inspeccin, luego de un perodo crtico, que culmin con la suspensin definitiva de inspecciones pagadas por los interesados, sin una tarifa oficial, sino
fruto de la ocasin, con aparatos privados y vehculos propiedad de los inspectores o de los solicitantes de las mismas,
y una exhaustiva investigacin del uso de los fondos para
determinar la transparencia de ese uso, las inspecciones se
reanudaron en el mes de agosto, tras la compra de un moderno equipo de mensura marca TOPCON (estacin total)
y sus accesorios. La Suprema Corte de Justicia suministra
vehculos y viticos para la ejecucin de las inspecciones
que llegan al pblico de manera gratuita.
311
15.
16.
Estadsticas judiciales. Control de labores realizadas e implementacin del nmero nico. Durante todo el ao 1999
logramos implementar y dar seguimiento en los diferentes
tribunales del pas a los formularios de control de labores
realizadas y el uso del nmero nico de expedientes. Este
proceso ha contribuido de manera significativa a contar
con criterios ms objetivos de la labor realizada por cada
tribunal y de su organizacin interna.
17.
Instalacin de nuestra red judicial a nivel nacional. Contempla conectar los tribunales de las principales ciudades
del pas con la finalidad de mantener una comunicacin en
lnea con cada uno de ellos, permitindonos trabajar con
voz, data y video, de tal manera que las necesidades de envo y recepcin de informacin sern manejadas de forma
electrnica.
2.
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3.
Rplica de los diferentes sistemas implementados en los tribunales del Distrito Nacional en los tribunales del interior.
4.
En lo referente a la jurisdiccin de tierras tenemos, el sistema integrado de informacin, el cual nos permite manejar
todas las informaciones de los expedientes desde que entran
al Tribunal Superior de Tierras, incluyendo si tiene que ir
al Registro de Ttulos o a la Direccin General de Mensuras
Catastrales.
Con la inyeccin de recursos suficientes agilizaramos los procesos de captura, digitacin y digitalizacin de los documentos de
manera vertiginosa, lo cual nos permitir automatizar totalmente
el archivo del Distrito Nacional y del interior, mejorar la eficiencia
del servicio al pblico, digitalizar todos los certificados de ttulos
del Distrito Nacional, obtener informacin para ser consultada por
Internet (consulta interactiva), manejo digital de los certificados,
nuestra red geodsica, por medio de la cual controlaremos cada
porcin de terreno del territorio nacional, implementar en el interior del pas los sistemas desarrollados para esta jurisdiccin en el
Distrito Nacional, con lo cual tendremos un manejo uniforme de las
informaciones de esta jurisdiccin.
En relacin con el prstamo concertado entre el Banco Interamericano de Desarrollo y el gobierno dominicano y del cual es beneficiaria la jurisdiccin de tierras y cuya unidad ejecutora corresponde
a la Suprema Corte de Justicia, es preciso sealar lo siguiente: Que
en la actualidad se estn analizando las distintas propuestas presentadas por las firmas interesadas en la administracin del programa
y que conducir a la seleccin de la unidad ejecutora. Con esta seleccin se dar el paso definitivo para que a mediados del presente
ao se inicie el proceso de desembolso de dicho prstamo.
El proceso de transformacin y modernizacin del Poder Judicial
no tiene la prisa del mdico; por el contrario, hacemos nuestro el
Festina lente de Augusto: Aprate, pero al paso. No podemos
cometer el error de Rex, personaje alegrico reseado por Lon F.
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