Posiciones Del Hombre Frente Al Amor

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Como la dimensin amorosa se teje en la trama misma de la neurosis, el problema del amor

siempre se presenta con la modalidad tpica de la histeria u obsesin. La histeria se queda con las
ganas en el amor, sosteniendo siempre que existe una mujer que las tiene todas; y el obsesivo
sufre en secreto haciendo de su vida un viacrucis permanente que hace imposible acceder al
objeto que causa su deseo, en pos de un Otro absolutizado.
Pero por qu el amor es un problema? Amor y castracin van de la mano, el amor implica siempre
un encuentro con la propia falta: me haces falta se dicen los enamorados. Y esto en los hombres
tiene una relevancia sustancial: reconocerse en falta es feminizarse.
1. Corazas para el amor: el clculo, lo efmero, el rechazo, el seguro contra todo riesgo. Si la
posicin frente al amor es siempre femenina, por estructura representa una dificultad mayor para
hombres que para mujeres, aunque estas no se quedan muy atrs, sobre todo en estos tiempos en
donde encontramos una tendencia creciente a la virilizacin en el mundo femenino, tal como lo
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sostiene Lda Guimares.


Un hombre que se asume enamorado corre un alto riesgo: castrarse. Cuando el hombre es tocado
por el amor muchas veces no puede tolerarlo, en este caso se ubica al reparo permaneciendo en
una posicin que lo resguarde. Protegerse contra los riesgos que ocasiona enamorarse es una
respuesta tpica en los hombres y el mejor antdoto es construirse una coraza protectora que
puede adquirir mltiples modalidades de presentacin.
El clculo: es una situacin muy comn y la encontramos en toda la epifana de argumentos que
los hombres construyen para no involucrarse con una mujer que les interesa, es muy probable que
el clculo sobrevenga cuando ya el hombre ha sido tocado por una mujer que le importa, aunque
tambin se puede ubicar en toda la sarta de pensamientos que impiden el acceso a ella, con muy
buenos argumentos y tal vez los mejores, que abonan la idea de mantener distancia. Esto da como
resultado que no pueda llamarla, ni decirle nada o mostrar algn signo de inters. Situacin que
aleja a cualquier mujer que pretenda tener una relacin estable con un hombre, ya que este
accionar abona la idea de no ser deseada.
El obsesivo va en el sentido contrario al objeto que causa su deseo. Bernardino Horne tiene una
formulacin bien precisa, nos dice que La neurosis obsesiva es una burocratizacin de la fobia.
Es una manera clara y certera de presentar a la obsesin hermanada con la fobia, es decir con un
disfraz de enredos labernticos que preservan al sujeto del encuentro con la falta. Pero, cundo se
precisa de una fobia? La fobia se instaura cuando el sujeto se encuentra con una falta que tiene
para l estatuto de abismo, es decir de ilimitado y el peligro es perder el ser bajo el signo del
fantasma de devoracin, como nos ensea Lacan en el Seminario 4. A la hora del amor, el
obsesivo teme ser devorado por un Otro que desea. Por eso es mucho ms fcil, para l,
someterse a cualquier requerimiento que se imponga dentro de los cnones de la demanda y
evitar encontrarse con la mujer de sus deseos, o por qu no de sus sueos.
Otra forma de presentacin de esta caparazn es lo efmero, muy frecuente en las relaciones de
hoy en da, en donde abundan los encuentros ocasionales, el acceso rpido, lo pasajero y lo
fcilmente olvidable. Son estas, todas formas de preservarse o de no involucrarse en una relacin
en donde el deseo est comprometido. Tal vez sea esta la nueva vestidura del anacrnico don
Juan que, como posicin viril o masculina hoy la encontramos tanto en hombres como en
mujeres.
Hablemos del rechazo; en realidad este se presenta bajo una modalidad renegatoria: hacer como
si nada hubiera ocurrido y afirmarse en la conviccin de que la vida puede seguir perfectamente
bien, igual que antes. Lo que est renegado en este caso es el acontecimiento amoroso. Para m
es Alain Badiou quien lo explica de la mejor manera: El amor se inicia siempre con un encuentro.
Y a este encuentro yo le doy estatuto de alguna manera metafsico de acontecimiento, es decir,
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de algo que no ingresa en la ley inmediata de las cosas . El encuentro entre dos diferencias es
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un acontecimiento, algo contingente, sorprende. Las sorpresas del amor . El movimiento


renegatorio es un empeo en no dar lugar, porque como dice Badiou, todo acontecimiento no
ingresa ni encaja en la ley inmediata de las cosas, es decir en nuestro mundo previo. Por eso un
encuentro-acontecimiento divide el tiempo en un antes y un despus. Muchas veces se requiere de
gran coraje para asumir los efectos de ese encuentro que cambia con lo pre-establecido y con el
programa calculado de antemano.
Pero vayamos ahora al seguro contra todo riesgo, trmino que emplea Badiou en su Elogio del
amor. Muchos hombres y tambin mujeres, intentan hacer del amor un lugar de seguridad

absoluta en donde el riesgo sea cero, as intentan construirse un modo seguro de vincularse que
proteja, a los seres atravesados por la sexuacin, de la posibilidad de enamorarse. Nos propone los
siguientes eslganes: Tenga el amor sin el riesgo!, Se puede estar enamorados sin caer en el
amor! Usted puede enamorarse sin sufrir!
cosa que amor.

Pero bien sabemos que el amor riesgo cero es otra

La clnica nos puede graficar algo de lo planteado hasta aqu. Veamos un caso: Se trata de una
relacin que funcion durante aos sin ningn compromiso de ambos, se llamaban
semanalmente o quincenalmente generalmente muy tarde, es decir no dando lugar a ningn
programa sino como si fuera algo espontneo, se da cuando se da. El problema se suscit cuando
ella empieza a darse cuenta que l le importaba, y all las cosas cambiaron radicalmente para
ambos. Cuando ella se dio cuenta que comenz a involucrarse mucho, le dijo que se iba a alejar y
el hombre la dej ir. l no pudo-quiso asumir compromiso alguno, con su deseo. Este caso de la
clnica es bastante comn y podemos seguramente al leerlo encontrar distintas resonancias en
situaciones similares. Por ejemplo es muy frecuente en hombres casados que se vinculan con otra
mujer aclarando, de antemano, que no van a llegar muy lejos en un compromiso, cuando en
realidad despus se verifica que esta relacin lleg muy lejos en el tiempo, calidad o en la
frecuencia de encuentros. Cmo se puede decir a priori cmo uno se va a manejar con un amor?
Cmo calcular anticipadamente los efectos que va a tener el Otro sobre uno?
2. Qu es una mujer para un hombre? Lacan nos propone dos premisas como respuesta a
esta pregunta. En el Seminario RSI dice: Qu es una mujer (para quien est estorbado por el
falo)?: Es un sntoma5 Formulacin muy interesante porque sabemos que el sntoma es una
formacin del inconsciente, y si una mujer entra a formar parte del inconsciente del hombre,
quiere decir que l se ha sentido tocado por ella. Y es as como se manifiesta en sus retoos: una
mujer es sueo, es sntoma, es acto fallido, es lapsus. El deseo del hombre por esta mujer es ms
que claro. Pero, hay que poder admitirlo.
Luego en el Seminario El sinthome, nos dice que la mujer es para el hombre su sinthome6. Ac
ya hemos avanzado en la formulacin y la ubica como el nudo que anuda a un hombre. Qu lugar!
Aunque es importante precisar que el sinthome, cuarto nudo que hace que lo real, simblico e
imaginario se mantengan juntos, puede adquirir distintos valores. Por ejemplo en el caso Schreber,
el amor a su mujer cumple una funcin de estabilizacin subjetiva. Pero tambin el sinthome es el
broche que se construye como resultado de un anlisis, es decir: el goce como broche que anuda
al sujeto cuando pudo salirse de la lgica que sustenta la neurosis. En este ltimo caso es el lugar
ms preciado que podra tener Una mujer para un hombre.
3. Con-sentir al amor, Con-sentir, escrito as, nos lleva a un doble movimiento: por un lado el del
consentimiento, en este caso al amor, y por el otro lado a la decisin de sentir con eso.
Antes hablamos de coraza, ahora la propuesta es el coraje como actitud necesaria en un hombre
cuando una mujer se vuelve inolvidable. No todos los hombres pueden ni quieren con-sentir, ya
que esto implica un profundo compromiso tico. Ya sabemos que el deseo no es cmodo, siempre
se requiere pagar por l, cuesta.
Cuando un hombre se dispone al amor, los efectos de alegra y entusiasmo se manifiestan
rpidamente, pero cuando puede con-sentir al amor y deponer sus defensas, los beneficios son
mayores no solo para l sino para quien elije caminar a su lado. Estos que ahora son Dos,
diferentes pueden construir juntos un nuevo andar que no es la sumatoria de uno ms otro, sino
algo nuevo que surge y se arma entre uno y otro. Uno no es siempre el mismo con cada pareja que
tenga, uno es cada vez algo distinto y algo parecido, abrirse a un nuevo amor es construir un
nuevo espacio comn.
Para que esto sea posible el hombre debe declinar algo de su inters flico, es decir: feminizarse.
Feminizarse en el amor no implica ser afeminado. Feminizarse es una posicin que al hombre lo
enriquece y le suma virilidad. Es la decisin de con-sentir al encuentro con el otro y hacer de ese
encuentro una experiencia indita, nica. La caracterstica principal del amor que toca una verdad
es la novedad.
Cuando Una mujer cree en su hombre y sabe de su dificultad, puede ayudarlo, si l lo permite, a
salirse de su rigidez y de su armadura defensiva. Ella debe creer en l y l con-sentir a ella y a lo
femenino que le despierta; l debe dejarse llevar por su amor. Poder consentir al acontecimiento
amoroso, como encuentro siempre contingente, requiere de una posicin decidida frente al amor
que deje atrs el modo neurtico de existir.
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1. Lda Guimares, El estatuto de la feminidad en nuestros das, en Revista Logos N7, NELMiami, Buenos Aires, Grama Ediciones, 2012.
2. Alain Badiou, Nicols Truong, Elogio del amor, Buenos Aires, Paids, junio de 2012; Pgina 34.
3. Ibdem.
4. Ibdem; pgina 16.
5. Jacques Lacan, Seminario RSI, Clase del 21 de enero de 1975. Indito.
6. Jacques Lacan, Seminario El Sinthome, Buenos Aires, Paids, 2006; pgina 99.

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