Posiciones Del Hombre Frente Al Amor
Posiciones Del Hombre Frente Al Amor
Posiciones Del Hombre Frente Al Amor
siempre se presenta con la modalidad tpica de la histeria u obsesin. La histeria se queda con las
ganas en el amor, sosteniendo siempre que existe una mujer que las tiene todas; y el obsesivo
sufre en secreto haciendo de su vida un viacrucis permanente que hace imposible acceder al
objeto que causa su deseo, en pos de un Otro absolutizado.
Pero por qu el amor es un problema? Amor y castracin van de la mano, el amor implica siempre
un encuentro con la propia falta: me haces falta se dicen los enamorados. Y esto en los hombres
tiene una relevancia sustancial: reconocerse en falta es feminizarse.
1. Corazas para el amor: el clculo, lo efmero, el rechazo, el seguro contra todo riesgo. Si la
posicin frente al amor es siempre femenina, por estructura representa una dificultad mayor para
hombres que para mujeres, aunque estas no se quedan muy atrs, sobre todo en estos tiempos en
donde encontramos una tendencia creciente a la virilizacin en el mundo femenino, tal como lo
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de algo que no ingresa en la ley inmediata de las cosas . El encuentro entre dos diferencias es
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absoluta en donde el riesgo sea cero, as intentan construirse un modo seguro de vincularse que
proteja, a los seres atravesados por la sexuacin, de la posibilidad de enamorarse. Nos propone los
siguientes eslganes: Tenga el amor sin el riesgo!, Se puede estar enamorados sin caer en el
amor! Usted puede enamorarse sin sufrir!
cosa que amor.
La clnica nos puede graficar algo de lo planteado hasta aqu. Veamos un caso: Se trata de una
relacin que funcion durante aos sin ningn compromiso de ambos, se llamaban
semanalmente o quincenalmente generalmente muy tarde, es decir no dando lugar a ningn
programa sino como si fuera algo espontneo, se da cuando se da. El problema se suscit cuando
ella empieza a darse cuenta que l le importaba, y all las cosas cambiaron radicalmente para
ambos. Cuando ella se dio cuenta que comenz a involucrarse mucho, le dijo que se iba a alejar y
el hombre la dej ir. l no pudo-quiso asumir compromiso alguno, con su deseo. Este caso de la
clnica es bastante comn y podemos seguramente al leerlo encontrar distintas resonancias en
situaciones similares. Por ejemplo es muy frecuente en hombres casados que se vinculan con otra
mujer aclarando, de antemano, que no van a llegar muy lejos en un compromiso, cuando en
realidad despus se verifica que esta relacin lleg muy lejos en el tiempo, calidad o en la
frecuencia de encuentros. Cmo se puede decir a priori cmo uno se va a manejar con un amor?
Cmo calcular anticipadamente los efectos que va a tener el Otro sobre uno?
2. Qu es una mujer para un hombre? Lacan nos propone dos premisas como respuesta a
esta pregunta. En el Seminario RSI dice: Qu es una mujer (para quien est estorbado por el
falo)?: Es un sntoma5 Formulacin muy interesante porque sabemos que el sntoma es una
formacin del inconsciente, y si una mujer entra a formar parte del inconsciente del hombre,
quiere decir que l se ha sentido tocado por ella. Y es as como se manifiesta en sus retoos: una
mujer es sueo, es sntoma, es acto fallido, es lapsus. El deseo del hombre por esta mujer es ms
que claro. Pero, hay que poder admitirlo.
Luego en el Seminario El sinthome, nos dice que la mujer es para el hombre su sinthome6. Ac
ya hemos avanzado en la formulacin y la ubica como el nudo que anuda a un hombre. Qu lugar!
Aunque es importante precisar que el sinthome, cuarto nudo que hace que lo real, simblico e
imaginario se mantengan juntos, puede adquirir distintos valores. Por ejemplo en el caso Schreber,
el amor a su mujer cumple una funcin de estabilizacin subjetiva. Pero tambin el sinthome es el
broche que se construye como resultado de un anlisis, es decir: el goce como broche que anuda
al sujeto cuando pudo salirse de la lgica que sustenta la neurosis. En este ltimo caso es el lugar
ms preciado que podra tener Una mujer para un hombre.
3. Con-sentir al amor, Con-sentir, escrito as, nos lleva a un doble movimiento: por un lado el del
consentimiento, en este caso al amor, y por el otro lado a la decisin de sentir con eso.
Antes hablamos de coraza, ahora la propuesta es el coraje como actitud necesaria en un hombre
cuando una mujer se vuelve inolvidable. No todos los hombres pueden ni quieren con-sentir, ya
que esto implica un profundo compromiso tico. Ya sabemos que el deseo no es cmodo, siempre
se requiere pagar por l, cuesta.
Cuando un hombre se dispone al amor, los efectos de alegra y entusiasmo se manifiestan
rpidamente, pero cuando puede con-sentir al amor y deponer sus defensas, los beneficios son
mayores no solo para l sino para quien elije caminar a su lado. Estos que ahora son Dos,
diferentes pueden construir juntos un nuevo andar que no es la sumatoria de uno ms otro, sino
algo nuevo que surge y se arma entre uno y otro. Uno no es siempre el mismo con cada pareja que
tenga, uno es cada vez algo distinto y algo parecido, abrirse a un nuevo amor es construir un
nuevo espacio comn.
Para que esto sea posible el hombre debe declinar algo de su inters flico, es decir: feminizarse.
Feminizarse en el amor no implica ser afeminado. Feminizarse es una posicin que al hombre lo
enriquece y le suma virilidad. Es la decisin de con-sentir al encuentro con el otro y hacer de ese
encuentro una experiencia indita, nica. La caracterstica principal del amor que toca una verdad
es la novedad.
Cuando Una mujer cree en su hombre y sabe de su dificultad, puede ayudarlo, si l lo permite, a
salirse de su rigidez y de su armadura defensiva. Ella debe creer en l y l con-sentir a ella y a lo
femenino que le despierta; l debe dejarse llevar por su amor. Poder consentir al acontecimiento
amoroso, como encuentro siempre contingente, requiere de una posicin decidida frente al amor
que deje atrs el modo neurtico de existir.
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1. Lda Guimares, El estatuto de la feminidad en nuestros das, en Revista Logos N7, NELMiami, Buenos Aires, Grama Ediciones, 2012.
2. Alain Badiou, Nicols Truong, Elogio del amor, Buenos Aires, Paids, junio de 2012; Pgina 34.
3. Ibdem.
4. Ibdem; pgina 16.
5. Jacques Lacan, Seminario RSI, Clase del 21 de enero de 1975. Indito.
6. Jacques Lacan, Seminario El Sinthome, Buenos Aires, Paids, 2006; pgina 99.