Revista PE64 Tierras en La Agenda 2014

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 76

ISSN 1909-0900 Colombia 2014 INDEPAZ

No. 64

Tierras en la

Agenda 2014

Punto de Encuentro
Director
Camilo Gonzlez Posso
Documentos sobre democracia y paz
Instituto de Estudios para
el Desarrollo y la Paz
INDEPAZ
Comit Editorial
Jaime Zuluaga Nieto,
Yamile Salinas Abdala,
Leonardo Gonzlez Perafn,
Tathiana Montaa, Joanna Barney,
Juan Carlos Jimnez, Carlos Espitia,
Diana Paola Valenzuela, Diana Mendoza,
June Mari Mow.
Diseo & Diagramacin
Jairo Arturo Rojas
Impresin
Espacio Creativo Impresores SAS
Cartula
Archivo Indepaz
Fotografas
Archivo Indepaz
Informes
Indepaz Calle 62 No. 3B-70
Tels: 255 2672 / 75 - 249 0428
www.indepaz.org.co
indepaz@indepaz.org.co
camilo@indepaz.org.co
Los textos que se publican son de exclusiva
responsabilidad de sus autores y no
expresan ni comprometen necesariamente
el pensamiento de FOS- Colombia.
Agradecimientos por su colaboracin
para hacer posible esta publicacin a y a
FOS-Colombia - Fondo para la Sociedad
Civil Colombiana por la Paz, los Derechos
Humanos y la Democracia. Iniciada por Asdi,
administrado por Forum Syd

PUNTO DE ENCUENTRO N 64
febrero, 2014

Contenido
Acuerdo Punto 1
La Habana.................................................................... 1
Por la delegacin del Gobierno de Colombia y de la delegacin de Paz de las FARC-EP

La verdad en el abandono forzado


y el despojo de tierras ............................................... 10
Camilo Gonzlez Posso

Protegiendo territorios
tnicos a punta de demandas ................................... 31
Yamile Salinas Abdala

Pliego de la cumbre agraria


tnica campesina y popular ...................................... 35
El fomento del Macrofundio como Modelo Rural ...... 51
Camilo Gonzlez Posso

Acuerdo Punto 1
La Habana
Descripcin del acuerdo
sobre el punto 1
Poltica de Desarrollo
Agrario Integral
de la Agenda del
Acuerdo General

Por la delegacin del Gobierno de Colombia


y de la delegacin de Paz de las FARC-EP

l Gobierno Nacional y las FARC-EP


luego de algunos meses de conversaciones en los que se intercambiaron
visiones y propuestas sobre los sub
puntos del punto 1 de la Agenda del Acuerdo
General y tal como se anunci el pasado 26 de
mayo, hemos llegado a un acuerdo sobre el primer punto de la Agenda contenida en el Acuerdo General para la Terminacin del Conflicto y
la Construccin de una paz Estable y Duradera, que acordamos denominar Hacia un nuevo
campo colombiano: Reforma Rural Integral.

Punto de Encuentro

Acuerdo Punto 1 La Habana

Lo acordado
reconoce
y se centra
en el papel
fundamental
de la
economa
vcampesina,
familiar y
comunitaria
en el
desarrollo
del campo

La Reforma Rural Integral (RRI)


debe ser el inicio de transformaciones
estructurales de la realidad rural y agraria de Colombia con equidad y democracia, contribuyendo as a la no repeticin del conflicto y a la construccin de
una paz estable y duradera.
La RRI est centrada en el bienestar
y buen vivir de la gente del campo, de
las comunidades campesinas, indgenas,
negras, afrodescendientes, palenqueras
y raizales, y de la gente que habita en los
espacios intertnicos e interculturales, y
pretende lograr la integracin de las regiones, la erradicacin de la pobreza, la
promocin de la igualdad, el cierre de
la brecha entre el campo y la ciudad, la
proteccin y disfrute de los derechos de
la ciudadana y la reactivacin del campo, especialmente de la economa campesina, familiar y comunitaria.
Lo acordado reconoce y se centra en
el papel fundamental de la economa
campesina, familiar y comunitaria en el
desarrollo del campo, la promocin de
diferentes formas de asociacin y cooperativismo, la generacin de ingresos
y empleo, la dignificacin y formalizacin del trabajo, la produccin de
alimentos y la preservacin del medio
ambiente. Lo anterior sin perjuicio de la
necesaria articulacin entre esta y otras
formas de produccin agrcola y pecuaria como condicin para garantizar el
desarrollo rural. La RRI se adelantar
en un contexto de globalizacin y de polticas de insercin en ella por parte del
Estado que demandan atencin especial
de la produccin agropecuaria nacional
y especialmente de la produccin campesina, familiar y comunitaria.
Con el propsito de democratizar
el acceso a la tierra en beneficio de los
campesinos sin tierra o con tierra insuficiente, y de las comunidades rurales ms
afectadas por la miseria, el abandono y

Punto de Encuentro

el conflicto, se ha acordado la creacin


de un Fondo de Tierras de distribucin
gratuita. Este proceso apuntar a regularizar los derechos de propiedad y en
consecuencia, desconcentrar y promover
una distribucin equitativa de la tierra.
El Fondo se alimentar principalmente de tierras que han sido indebida
e ilegalmente adquiridas, y para ello
se fortalecer y aplicar la extincin
judicial del dominio y se recuperarn
baldos apropiados y ocupados contraviniendo la legislacin vigente, sin perjuicio de los campesinos que puedan ser
beneficiarios de programas de formalizacin; igualmente de la aplicacin de
otros procesos contemplados en la legislacin como la extincin administrativa
de dominio para tierras inexplotadas
que incumplan la funcin social y ecolgica de la propiedad, de la adquisicin
de tierras o la expropiacin con indemnizacin por motivos de inters social o
de utilidad pblica, de tierras donadas, y
de aquellas con vocacin agropecuaria
que resulten de la actualizacin de las
zonas de reserva forestal. La sustraccin de tierras provenientes de la actualizacin, delimitacin y fortalecimiento
de la reserva forestal, est condicionada
a la formulacin, con la participacin
comunitaria, de planes que garanticen
sostenibilidad social y ambiental.
El acuerdo reconoce que el acceso a
la tierra es una condicin necesaria pero
no suficiente para garantizar el bienestar
de los habitantes del campo y el desarrollo eficiente de la produccin. No se trata
simplemente de brindar acceso a la tierra, sino de asegurar el acceso integral;
es decir que junto con las tierras hay que
proveer los medios y capacidades para
hacer uso de ellas (como capital semilla,
riego donde sea necesario, asistencia tcnica, vivienda y crdito), as como crear
un entorno que contribuya a la produc-

Delegacin del Gobierno de Colombia


Delegacin de Paz - FARC-EP
tividad y el bienestar mediante la provisin de
bienes y servicios pblicos como vas, salud,
educacin, agua potable, y apoyo a diferentes
formas de asociatividad solidaria y cooperativismo y a la comercializacin de productos.
Como complemento al Fondo se ha acordado que se fortalecern otros mecanismos de
acceso a tierras por parte de la poblacin campesina: el subsidio integral para compra y la
creacin de lneas especiales de crdito.
En adicin a la distribucin de tierras, lo
acordado reconoce el papel de la formalizacin de la propiedad rural como mecanismo
de acceso y en esa medida se ha convenido
impulsar un plan masivo de formalizacin de
la pequea y mediana propiedad, que proteja y fortalezca los derechos de los legtimos
poseedores de tierra. Esta formalizacin tiene el propsito de titular progresivamente la
totalidad de los predios que ocupan o poseen
los campesinos en Colombia, con sujecin al
ordenamiento constitucional y legal. Para ello
se adecuar un programa de formalizacin
masiva y se adelantarn las reformas normativas y operativas pertinentes, garantizando la

participacin de las comunidades y sus organizaciones. Adicionalmente se acord que se


garantizar la gratuidad de la formalizacin de
la pequea propiedad rural.
Los beneficiarios de los planes de adjudicacin gratuita, subsidio integral y crdito especial, sern trabajadores con vocacin agraria
sin tierra o con tierra insuficiente (incluidos
los beneficiarios del programa de formalizacin), priorizando a la mujer cabeza de familia
y a la poblacin desplazada.
Para garantizar la efectiva proteccin de
los derechos de propiedad en el campo, se
acord la creacin de una jurisdiccin agraria
que tenga cobertura y capacidades regionales. Adems, se acord fortalecer mecanismos
que garanticen el acceso gil y oportuno a la
justicia, en especial para los ms pequeos
e indefensos, y que de esa manera sean tambin una garanta contra el despojo. En forma
complementaria a los instrumentos judiciales,
se acord ampliar y fortalecer los mecanismos
alternativos de conciliacin y resolucin de
conflictos, incluyendo los tradicionales, propios de las comunidades rurales.

Punto de Encuentro

Acuerdo Punto 1 La Habana


Adicionalmente y como condicin necesaria para facilitar la implementacin de los planes de acceso a tierras y regularizar los derechos de propiedad, as como promover un uso
adecuado de la tierra y la desconcentracin de
la propiedad rural improductiva, se acord que
el Gobierno Nacional pondr en marcha un
plan para formar y actualizar el catastro rural
junto con las entidades territoriales y con la
participacin efectiva de las comunidades.
Como complemento de lo anterior se brindar la asesora para la implementacin de
un adecuado sistema de cobro y recaudo del
predial, adoptando las medidas necesarias
para que las tarifas se fijen en desarrollo del
principio constitucional de progresividad: el
que ms tiene ms paga, fundamentado en la
equidad y la justicia social. La actualizacin
del catastro y un recaudo efectivo del impuesto predial permitirn, adicionalmente, ayudar
a fortalecer las finanzas de los municipios.
Se acord que se crearn incentivos y transferencias a los municipios, para que adopten
exenciones al impuesto predial para los beneficiarios de los programas de acceso y para los
pequeos productores.

Punto de Encuentro

Como medidas adicionales para dar un


buen uso a la tierra, el Gobierno Nacional definir lineamientos generales de uso del suelo
que tengan en cuenta su vocacin, el bien comn y las visiones territoriales construidas en
el marco de las instancias de participacin comunitaria, entre otros criterios. Tambin crear incentivos para promover la reconversin
productiva, y fortalecer la participacin de la
ciudadana a nivel local en la planificacin y
ordenamiento del territorio.
Para prevenir los conflictos por el uso de la
tierra y de manera complementaria a la jurisdiccin agraria y los mecanismos alternativos
de resolucin de conflictos, se acord impulsar instrumentos de dilogo entre gobierno,
comunidades y empresas privadas.
Pensando en las futuras generaciones de
colombianos, y en la necesidad de garantizar
un desarrollo sostenible con especial atencin
a la importancia de proteger y preservar el
agua y el medio ambiente, el acuerdo establece un plan para delimitar la frontera agrcola y
proteger las reas de especial inters ambiental
que incluyen las zonas de reserva forestal, generando alternativas para los pobladores que

Delegacin del Gobierno de Colombia


Delegacin de Paz - FARC-EP
colindan con ellas o las ocupan y garantizando los principios de participacin
de las comunidades rurales y de desarrollo sostenible.
El acuerdo reconoce que las Zonas de
Reserva Campesina son una figura que
tiene el Estado para promover la economa campesina, y contribuir al cierre de
la frontera agrcola y la produccin de
alimentos. Por tal razn, se estableci
que el Gobierno Nacional har efectivo
el apoyo a los planes de desarrollo de
las zonas constituidas y de las que se
constituyan, en respuesta a las iniciativas de las comunidades y de las organizaciones agrarias que stas consideren
representativas, siguiendo lo dispuesto
en las normas vigentes, y promover la
participacin activa de las comunidades
en la ejecucin de estos planes.
La RRI requiere de la implementacin de planes nacionales sectoriales
que, en conjunto, debern lograr una reduccin radical de la pobreza rural, en
especial de la pobreza extrema, y una
disminucin de la desigualdad. Estos
planes estn orientados a proveer bienes
y servicios pblicos en infraestructura,
desarrollo social y estmulos a la economa campesina, familiar y comunitaria.
En infraestructura se ejecutarn planes para: a) reconstruir la red de vas
terciarias, para permitir a los habitantes
rurales un mayor acceso a los mercados
y a los servicios sociales; b) corregir el
dficit en electrificacin y conectividad
en comunicaciones que ampliarn la
cobertura y calidad de los servicios de
energa e internet en las zonas rurales; y
c) ampliar y recuperar la infraestructura
de riego y drenaje de la economa campesina, familiar y comunitaria, con el
fin de incrementar la productividad de
la agricultura familiar y estabilizar sus
ingresos. Todos estos planes contarn
con una activa participacin de las co-

munidades en la priorizacin, ejecucin


y seguimiento de las obras de infraestructura.
Por su parte, los planes para proveer
bienes y servicios sociales buscarn disminuir las brechas entre el campo y la
ciudad, aumentando las capacidades y
generando oportunidades para los habitantes del campo. Las medidas para
erradicar la pobreza y disminuir la desigualdad en el marco de la RRI, deben
crear una tendencia hacia la convergencia en mejores niveles de vida en la ciudad y en el campo.
En salud, se acord un nuevo modelo especial que atienda, con un enfoque
diferencial, zonas rurales dispersas con
pertinencia y nfasis en prevencin, que
acerque el servicio a los hogares o lugares de trabajo de la poblacin rural. Esto
sin perjuicio de las inversiones necesarias para mejorar la infraestructura y dotacin, incluyendo personal calificado,
para mejorar la calidad y cobertura de
la atencin.
En educacin, el plan tiene como
propsito brindar atencin integral a la
primera infancia, garantizar la cobertura, calidad y pertinencia de la educacin
y erradicar el analfabetismo en las reas
rurales. De igual forma, buscar promover la permanencia productiva de los
jvenes en el campo y asegurar que los
nios y jvenes estudien en condiciones
dignas. Se har especial nfasis en promover una educacin tcnica, tecnolgica y superior pertinente y articulada
a las necesidades del sector productivo, adoptando medidas para garantizar
el acceso de ms jvenes del campo.
Como complemento de lo anterior se
acord fortalecer y promover la investigacin, la innovacin y el desarrollo
cientfico y tecnolgico, para el sector
agropecuario en reas como agroecologa, biotecnologa, suelos, etc.

Las Zonas
de Reserva
Campesina
son unas
figuras que
tiene el
Estado para
promover la
economa
campesina,
y contribuir
al cierre de
la frontera
agrcola y la
produccin
de alimentos

Punto de Encuentro

Acuerdo Punto 1 La Habana


El plan de vivienda, agua y saneamiento
bsico mejorar las condiciones de salud y de
habitabilidad en el campo mediante la disminucin del dficit de vivienda rural y la provisin de soluciones tecnolgicas apropiadas
para las necesidades y el contexto rural, en materia de acceso a agua potable y eliminacin de
residuos, con el fin de garantizar condiciones
de vida digna de los habitantes rurales. La pertinencia y sostenibilidad de estas soluciones
estar garantizada por una activa participacin
de las comunidades en el diseo de los proyectos as como en su administracin y operacin.
En cuanto a los estmulos a la economa
campesina, familiar y comunitaria, se acord,
en primer lugar, un plan para fomentar la economa solidaria y cooperativa rural que fortalezca la capacidad de las comunidades rurales
organizadas para comercializar productos, acceder a bienes y servicios y, en general, mejorar
sus condiciones de vida, trabajo y produccin.
En segundo lugar, se acord un plan de
asistencia integral tcnica, tecnolgica y de
impulso a la investigacin, esencial para estimular procesos de innovacin tecnolgica y
mejorar la sostenibilidad de los proyectos productivos de la economa campesina, familiar y
comunitaria. Este plan incluye un sistema de

Punto de Encuentro

seguimiento y evaluacin de calidad con participacin de la comunidad. Adicionalmente


incluye la promocin y proteccin de las semillas nativas y los bancos de semillas para que
las comunidades puedan acceder a material de
siembra ptimo, y la estricta regulacin socioambiental y sanitaria de los transgnicos, propiciando el bien comn. Lo anterior en el marco de la obligacin inquebrantable del Estado
de tomar las medidas y usar las herramientas
necesarias para salvaguardar el patrimonio gentico y la biodiversidad como recursos soberanos de la Nacin.
En tercer lugar, se acord poner en marcha
un plan para apoyar y consolidar la generacin de ingresos de la economa campesina,
familiar y comunitaria, y de los medianos productores con menores ingresos, que ofrecer,
dependiendo de las caractersticas de los potenciales beneficiarios, lneas de crdito blandas, esquemas de garantas, recursos de capital
semilla y seguros de cosecha.
En cuarto lugar, se acord un plan con el
fin de promover condiciones adecuadas para
la comercializacin de los productos provenientes de la produccin de la economa
campesina, familiar y comunitaria y mejorar
su disponibilidad. Esto implicar apoyar la

Delegacin del Gobierno de Colombia


Delegacin de Paz - FARC-EP

Fortalecer el sistema de proteccin y seguridad social de la


poblacin rural y garantizar condiciones laborales dignas y la
proteccin de los derechos de los trabajadores agrarios

asociatividad, la generacin de valor agregado, la informacin de precios, la infraestructura de comercializacin (centros de acopio)
y adoptar mecanismos de compras pblicas de
las entidades y programas institucionales que
contribuyan a absorber la produccin de esta
economa campesina, familiar y comunitaria.
Por ltimo, se convino fortalecer el sistema
de proteccin y seguridad social de la poblacin rural y garantizar condiciones laborales
dignas y la proteccin de los derechos de los
trabajadores agrarios. Esto significa promover
formas asociativas adecuadas para el contexto
rural que faciliten el acceso a la seguridad social por parte de los trabajadores agrarios; fortalecer los mecanismos de vigilancia y control
para promover y garantizar el cumplimiento
de las normas laborales en el rea rural; y capacitar a trabajadores y empresas en derechos
y obligaciones laborales. Adicionalmente se
acord promover y fortalecer la implementacin de soluciones que atiendan las particularidades del trabajo rural con el fin de garantizar
la proteccin y seguridad social de los trabajadores del campo.
Con el objetivo de dinamizar el empleo rural y promover la participacin de las comunidades, la ejecucin de los planes se har con el
concurso de la mano de obra de estas.
La RRI, en materia de alimentacin y nutricin, pretende asegurar para todos los ciudadanos, disponibilidad y acceso suficiente en
oportunidad, cantidad, calidad y precio a los
alimentos necesarios para una buena nutricin.
Como complemento al incremento progresivo
en la produccin de alimentos por parte de la
economa campesina, familiar y comunitaria

y de la creacin de condiciones que permitan


a los trabajadores del campo mejorar sus ingresos, hemos convenido la necesidad de articular la oferta estatal en el territorio a travs
de un sistema de alimentacin y nutricin para
la poblacin rural. Para ello se desarrollarn
planes departamentales y locales de alimentacin y nutricin culturalmente apropiados, con
la participacin activa de las comunidades, la
sociedad, el gobierno nacional y los gobiernos
departamentales y locales.
Adicionalmente se crearn consejos departamentales y locales, as como un consejo
nacional de alimentacin y nutricin para que
defina los lineamientos y coordine la puesta
en marcha de las polticas en los diferentes
niveles. Estos consejos contarn con representacin de comunidades, la sociedad y los
gobiernos.
Teniendo en cuenta la situacin especial de
vulnerabilidad en la que se encuentran los nios y nias, las mujeres gestantes y lactantes,
y los hombres y mujeres de la tercera edad, y
en general la poblacin en condiciones de miseria, se implementarn programas especiales
para la erradicacin del hambre en la poblacin rural.
Se acord la realizacin de campaas orientadas a promover la produccin y el consumo
de alimentos con un alto contenido nutricional, el manejo adecuado de los alimentos y la
adopcin de buenos hbitos alimenticios, que
tenga en cuenta las caractersticas del territorio
y fomente la produccin y el consumo de alimentos nacionales.
La RRI es de aplicacin universal y su ejecucin prioriza los territorios ms afectados

Punto de Encuentro

Acuerdo Punto 1 La Habana

Hay temas
pendientes,
que se
discutirn
ms
adelante
en la Mesa,
siempre
teniendo
en cuenta
el principio
de que
nada est
acordado
hasta que
todo est
acordado

por el conflicto, por los niveles de pobreza, por la presencia de cultivos de


uso ilcito y de otras economas ilegtimas y con menor presencia institucional. Para ello, se acord la puesta
en marcha de programas de desarrollo
con enfoque territorial que permitirn
implementar con mayor celeridad y recursos los planes nacionales, sobre la
base de un plan de accin para la transformacin regional que contar con una
amplia participacin de las comunidades en su formulacin, ejecucin y seguimiento.
Las acciones que se diseen y ejecuten en todos los planes y programas del
acuerdo tendrn en cuenta las necesidades, caractersticas y particularidades de
los territorios y las comunidades rurales
y estarn orientadas, de manera especial, a promover la participacin de las
comunidades y a fortalecer las capacidades organizativas de las comunidades
para garantizar su sostenibilidad.
La RRI acordada debe llevar a una
transformacin estructural del campo
colombiano y a la creacin de condiciones de bienestar para sus habitantes, en
especial para los ms desfavorecidos. El
Gobierno considera que debe contribuir

Punto de Encuentro

a reversar los efectos nocivos del conflicto. Y las FARC- EP consideran que
la Reforma Rural Integral debe contribuir a solucionar las causas histricas
del mismo.
No obstante haber llegado a un
acuerdo sobre el punto 1 de la Agenda,
segn el criterio de cada delegacin hay
temas pendientes, que se discutirn ms
adelante en la Mesa, siempre teniendo
en cuenta el principio de que nada est
acordado hasta que todo est acordado.
El Gobierno Nacional y las FARCEP agradecen especialmente a los pases garantes Cuba y Noruega por su
apoyo decidido a este proceso, que ha
permitido avanzar en la construccin
de este acuerdo en un ambiente de confianza y seriedad. As como a los pases
acompaantes Venezuela y Chile por su
permanente apoyo.
Por ltimo, las delegaciones agradecen a los colombianos por su participacin travs de los diferentes mecanismos de la Mesa. Sus contribuciones han
sido insumo de gran importancia para
el trabajo. Las delegaciones los invitan
a continuar enviando propuestas a la
Mesa de Conversaciones.
Este informe no vara lo acordado.

La verdad en el
abandono forzado y el
despojo de tierras
Camilo Gonzlez Posso1

Actualidad del tema

n la coyuntura actual, marcada por


el intento de Acuerdo de Paz entre
el gobierno y las FARC, el tema de
la tierra ha pasado al centro del debate nacional en virtud de su preeminencia en
la agenda acordada y de la tensin desatada a
propsito de las responsabilidades en el desplazamiento forzado, el abandono y el despojo. Y tambin se exacerban las polmicas por
la perspectiva de conformacin de una o varias
comisiones de la verdad en caso de llegarse a un

Panel Dilogo de la memoria: Territorio y despojos- Bogot D.C. 8 de abril de 2013- Convocado por el Centro
Nacional de Memoria Histrica, El Centro de Memoria, Paz y Reconciliacin - Alcalda de Bogot, ACVPR,
MINGA, Fundacin Manuel Cepeda y FOS COLOMBIA.

Punto de Encuentro

10

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

pacto definitivo de paz o dentro de la dinmica


de puesta en marcha de las disposiciones de las
leyes que obligan a la reparacin y a la restitucin de tierras.
En efecto, la reforma constitucional conocida como Marco de Justicia Transicional
para la Paz incluy expresamente una comisin de la verdad en el artculo nuevo transitorio No 66:
Una ley deber crear una Comisin de
la Verdad y definir su objeto, composicin,
atribuciones y funciones. El mandato de
la comisin podr incluir la formulacin
de recomendaciones para la aplicacin de
los instrumentos de justicia transicional,
incluyendo la aplicacin de los criterios
de seleccin.

Con independencia de un eventual proceso


de paz, desde tiempo atrs la Corte Constitucional en el Auto 008 de 2009, recomend el
establecimiento de un mecanismo idneo para
avanzar en la verdad de las causas y consecuencias del desplazamiento asociado al conflicto armado interno y de manera expresa des-

Punto de Encuentro

tac la propuesta de creacin de una Comisin


de la Verdad:
78. Con el fin de avanzar a una proteccin efectiva en la materia, la Comisin de Seguimiento propone la creacin
de una Comisin de la Verdad y la Restitucin de las Tierras como institucin
principal encargada de la implementacin del programa de restitucin de bienes. La comisin propuesta tendra una
doble funcin: de un lado, esclarecer la
verdad de la magnitud, las modalidades
y efectos de los abandonos y despojos de
tierras ocurridos en el marco del conflicto
armado, y, de otro lado, recibir, tramitar y
resolver las reclamaciones de restitucin
de tierras de las vctimas de abandonos o
despojos. De esa manera, ambas funciones se retroalimentaran, pues la funcin
de esclarecimiento contribuira a suministrar las bases probatorias de las reclamaciones de restitucin, a la vez que las
declaraciones de las vctimas solicitantes
contribuiran a complementar los hallazgos del ejercicio de esclarecimiento.

Camilo Gonzlez Posso

Por otro lado, la ley 1592 de 2012 vuelve a


la idea de la verdad reducida al accionar de los
grupos armados ilegales:
Articulo 15. Esclarecimiento de Ia
verdad. Dentro del procedimiento que
establece Ia presente ley los servidores
pblicos dispondrn lo necesario para
que se asegure el esclarecimiento de Ia
verdad sobre el patrn de macro-criminalidad en el accionar de los grupos armadas organizados al margen de Ia ley y
se pueda develar los contextos, las causas y los motives del mismo.

Movimiento social por los


derechos de las vctimas
y la verdad sobre la tierra
El movimiento social por los derechos de
las vctimas de la violencia poltica y social y
del conflicto armado ha llevado a que se reconozca la importancia de la verdad histrica
sobre lo acontecido y en ese marco se ha ubicado de manera sobresaliente el reclamo de la
verdad sobre el abandono forzado de tierra y
de los procesos de despojo.
Ese movimiento social ha incorporado diversas expresiones, organizaciones y fuerzas
logrando instalar en la conciencia colectiva la
legitimidad de los reclamos de garanta efectiva de los derechos de las victimas. Motor de
ese movimiento social han sido:

Las iniciativas de organizaciones defensoras


de derechos humanos.
Las exigencias desde la accin colectiva
de grupos de vctimas o alrededor de casos
significativos.
El movimiento de victimas de crmenes de
Estado.
Las iniciativas desde las iglesias y comunidades religiosas en defensa de la poblacin
sometida al desplazamiento forzado.
Las sentencias de la Corte Constitucional y
autos relacionados
Los informes de la Comisin Nacional de
Seguimiento a la sentencia 075
Las acciones de las organizaciones indgenas y afrodescendientes en defensa del derecho al territorio.
Los aportes de centros de investigacin.
Investigaciones e informes del GMH y del
CNMH.
Iniciativas en las universidades
El periodismo investigativo.
Aportes desde ONGs internacionales, organizaciones de la comunidad internacional e
instancias del sistema de Naciones Unidas
en Colombia.
Ese movimiento ha llevado a decisiones de
poltica pblica, desde el Congreso de la Repblica, los gobiernos, cortes, fiscala y otras
instancias del Estado. En muchas de ellas se
coloca como necesidad alguna iniciativa de
verdad histrica, de esclarecimiento de los hechos, causas, responsables o patrones de realizacin de las dinmicas de la desposesin y
del despojo.

la Comisin de Seguimiento propone la creacin de


una Comisin de la Verdad y la Restitucin de las
Tierras como institucin principal encargada de la
implementacin del programa de restitucin de bienes

Punto de Encuentro

11

12

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

los investigadores
se niegan a
asumir las
cifras entregadas por
Planeacin
Nacional y
el Ministerio de Agricultura

La Verdad de la tierra a
qu se refiere?
La controversia por la Verdad en
este tema de la tierra incluye muchas
dimensiones, desde el objeto mismo de
referencia, el universo que se c onsidera,
la identificacin de hechos, cifras y
geografa, hasta la definicin de responsabilidades y beneficiarios de los
ciclos de violencia, abandono, desposesin y despojo.
Para comenzar este capitulo es necesario reconocer la dimensin del impacto de la violencia y de los conflictos
armados en la tenencia de la tierra y en
la configuracin y reconfiguracin de
territorios.
Para llamar la atencin en este tema
se puede traer a colacin la dificultad
para reconocer las cifras del abandono
forzado de tierras y los permanentes esfuerzos por minimizar las cifras.

Punto de Encuentro

Cuntas hectreas
han sido abandonadas
forzadamente en Colombia?
La cifra ms mencionada esta alre
dedor de 6,5 millones de hectreas.
As se consign en el Plan de Desarrollo y se retoma en documentos tan
importantes como el Informe de Desarrollo Humano 2011.
Incluso los investigadores se niegan a asumir las cifras entregadas
por Planeacin Nacional y el Ministerio de Agricultura, que reconocan
8,3 millones de hectreas en 2010,
basados en el estudio realizado por
el Proyecto de Proteccin de Tierras
y Patrimonio de la Poblacin Desplazada, promovido por Accin Social de
la Presidencia de la Repblica entre
2006 y 2011. Ese estudio les permiti
al DNP y al Ministerio de Agricultura
afirmar que el gobierno ha examina-

Camilo Gonzlez Posso

Clculo del Universo de Tierras Abandonadas


Clculo de predios y reas abandonadas segn RUPD-SIPOD,
RUPTA y Base de Datos de Extraccin
Participacin %

rea (ha)
registrada como
abandonada

136,908

75.91%

2,823,469

10,732

5.95%

248,939

236

0.13%

7,312

Casos de abandono de tierras reportados antes


del 2003

11,832

6.56%

296,871

RUPTA no coincidente con RUPD

20,646

11.45%

883,243

Total parcial de registros con dato de extensin

180,354

50.25%

4,259,835

Estimacin de los registro con informacin


incompleta o extrema

178,583

49.75%

4,088,531

Predios
Abandonados

Fuentes del Clculo


RUPD/Tierras / Lotes abandonados
RUPD Lote con vivienda de ms de una
hectrea
RUPD Otros con descripciones asociadas a
tierras abandonadas

Total universo de predios abandonados

358,937

8,348,366

Fuente de datos: RUPD-SIPOD , RUPTA y CTAIPD Fecha de Corte: 20/12/2010

do los formularios del RUPD, del RUPTA y


previo un proceso de anlisis y filtracin ha
llegado a la conclusin de que en diciembre
de 2010 eran 358.937 predios equivalentes a
8,3 millones de hectreas, faltando por revisar a esa fecha el 80% de los formularios del
periodo 1994 - 1996.

Teniendo en mente la metodologa empleada por los investigadores del PPTPPD, desde
INDEPAZ se hizo la proyeccin a 2012, llegando a una cifra que coincide en nmero de
predios con la mencionada por el Ministro de
Agricultura y que en hectreas llega a 9,6 millones en 380.000 predios, sin tener en cuenta
el subregistro.

A la luz de esos datos que se basan en registros realizados por


entidades estatales, puede afirmarse que el abandono forzado
de tierras registrado entre 1994 y 2102, no es inferior a 500.000
familias, ni a 10 millones de hectreas.

Punto de Encuentro

13

14

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

Clculo del Universo de Tierras Abandonadas


Series de Tiempo RUPD y RUPTA

Cuntas personas, comunidades


y economas locales han sido
destruidas o fracturadas por el
desplazamiento forzado?
Este interrogante obliga a pensar en el impacto de la expulsin de familias de los territorios de la violencia sistemtica, en las comunidades y en la poblacin que se mantiene en las
veredas. Puede decirse que por cada familia
expulsada queda en el territorio al menos una

Punto de Encuentro

familia vctima que ve fracturada su realidad


social y cultural, las redes econmicas, sus ingresos y condiciones de libertad. El impacto
de la violencia del desplazamiento forzado y
del abandono de bienes, en la poblacin del
vecindario local se prolonga por la persistencia de las dinmicas multiformes que tienen
en el hito expulsor solo la manifestacin ms
visible o dramtica. Tambin las familias resistentes en el territorio sufren los impactos y
la reincidencia de procesos victimizantes.

Camilo Gonzlez Posso

Tambin las familias resistentes en


el territorio sufren impactos y la
reincidencia de procesos victimizantes

Algunas modalidades del


ocultamiento del desplazamiento
y abandono forzado de tierras
Los esfuerzos por minimizar las dimensiones del desplazamiento forzado llegan a vericuetos de todo tipo:
Es conocido el debate sobre la temporalidad
acogida en la Ley 1448 para la restitucin
de tierras. All se habla de 1991 como lnea
de base para los reclamos de reparacin.
Desde la aprobacin de esa ley se ha montado un sistema de falsificacin de cifras
al suprimir los registros de abandono de
tierras por desplazamiento forzado causado por grupos paramilitares, remanentes
de los para desmovilizados o por grupos
formados a partir de ncleos remanentes y
exparas reincidentes.
No obstante las sentencias y autos de la
Corte Constitucional, se mantiene la negativa a registrar el desplazamiento forzado
producido por las fumigaciones y acciones
de erradicacin forzada de cultivos declarados ilegales.

La ley 1392 de 2011 tiene tambin su


aporte en esta lista de ocultamiento desconociendo en la definicin de vctimas
el papel de agentes estatales y de actores
legales de c orte poltico o econmico:
Articulo 2. Modifquese el articulo
5 de Ia Ley 975 de 2005, el cual
quedara as: Articulo 5. Definicin
de victima. Para los efectos de la
presente ley se entiende par victima
Ia persona que individual o colectivamente haya sufrido daos directos tales como lesiones transitorias
o permanentes que ocasionen algn
tipo de discapacidad fsica, psquica
y/o sensorial (visual y/o a uditiva), sufrimiento emocional, perdida finan
ciera o menoscabo de sus derechos
fundamentales. Los daos debern

ser consecuencia de acciones que


hayan transgredido Ia legislacin penal, realizadas par miembros de grupos armadas organizados al margen
de la ley.

Punto de Encuentro

15

16

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

Se entiende
por abandono forzado
de tierras
la situacin
temporal o
permanente
a la que se
ve abocada
una persona
a desplazarse, razn por
la cual se ve
impedida
para ejercer
la administracin,
explotacin
y contacto
directo con
los predios

Abandono Forzado Vs Despojo


Otra manifestacin de la lucha por
la verdad frente a las operaciones del
ocultamiento de la realidad del desplazamiento forzado es la pretensin de
algunos sectores de colocar en primer
plano el termino DESPOJO y de argumentar que en l esta el verdadero
problema.
Cuando se discuti el proyecto de
ley sobre restitucin de tierras advertimos en columnas periodsticas, ante el
gobierno y los ponentes, que se estaba
utilizando la expresin despojo de tierras para circunscribir la problemtica
de la restitucin a los litigios legales de
propiedad o posesin y de esa manera
se desconoca el universo de base que
es el del abandono con la consiguiente
desposesin.
En el libro publicado por INDEPAZ,
bajo los auspicios del PTPP de Accin
Social de la Presidencia de la Repblica
se advirti al r especto:
En sntesis y bajo estas apreciaciones, el abandono de tierras y patrimonio por desplazamiento forzado es una
forma particular en la cual la persona o
familia ha sido obligada por una accin
violenta, directa o indirecta, a dejar sus
bienes, perdiendo el dominio, control,
usufructo y acceso para su disfrute.
El abandono se distingue del despojo
cuando se acompaa del traspaso de la
propiedad, posesin tenencia o expectativa de titulacin a un tercero que se
aprovecha del hecho o del contexto del
desplazamiento forzado para reclamar
derechos sobre el predio o los bienes2.
La lnea divisoria entre abandono for-

zado y despojo de la tenencia es difcil


de establecer slo a partir de la subjetividad del victimario o del tercero que
llega a ejercer dominio sobre la tierra
abandonada. El elemento de distincin
para la vctima est dado por la capacidad de ejercer la libre disposicin del
bien o la imposibilidad de hacerlo por
la continuidad de la amenaza a la vida
e integridad o, de otro lado, por la usurpacin de hecho o mediante artificios
legales. El abandono forzado elimina
la libre disposicin y acceso, y despoja del usufructo de manera transitoria
o definitiva. Adems, el abandono forzado es muchas veces la antesala del
despojo por usurpacin o la disputa de
la propiedad o titularidad del derecho
al predio.
Las circunstancias de violencia generalizada y conflicto armado interno
que han determinado el impacto directo del desplazamiento forzado en la
mayora de las zonas rurales del pas,
permiten identificar situaciones de
usurpacin de derechos sobre predios
abandonados slo en una proporcin
incierta, pues la continuidad de riesgos
y amenazas han impedido o desestimulado el usufructo del predio o del activo. Riesgos que tambin pueden traducirse en coaccin contra familiares o
vecinos que no se desplazaron.
Varios autores han analizado la relacin que existe entre abandono y
prdida de la titularidad del derecho
a la tierra destacando como un factor
importante la precaria formalizacin.
Reyes (2009) anota que el despojo
masivo que ocurri en algunas regiones
importantes del pas revela una ruptura

2 Gonzlez Posso Camilo, UAF, tenencia y abandono forzado de tierras, capitulo 7. INDEPAZ - Accin
Social, 2010.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

profunda del rgimen de propiedad territorial,


cuya debilidad estructural es la precariedad de
los ttulos de propiedad de la poblacin campesina y el monopolio de las mejores tierras3.
Sobre la precariedad en la tenencia de la tierra, Machado (2009) seala que menos del
45% de la PSD cuenta con ttulos formales de
propiedad4. El RUPTA, por su parte, indica
que el 45,7% son propietarios, e incluye en la
ruta individual una proporcin de propietarios
que es superior a la que se estima en el conjunto de los desplazados5.
Todas estas consideraciones destacan la
importancia de la informacin consolidada
por el PPTP bajo la categora de abandono
por desplazamiento forzado y la urgencia de
asumir, no slo el componente de abandono
forzado de tierras, sino tambin el de otros
activos muebles e inmuebles que han sido
objeto de sistematizacin por parte de Accin Social de la Presidencia de la Repblica
-PPTP.
En la ley, se aprob finalmente la definicin de abandono y se distingui del despojo (artculo 76 de la Ley 1448/2011), pero se
mantuvo la vinculacin entre restitucin y despojo como lo prioritario como se observa en el
artculo 72 de la misma Ley.
En lo relativo a la distincin entre despojo
y abandono el mencionado artculo reza:
ARTCULO 74. DESPOJO Y ABANDONO FORZADO DE TIERRAS. Se
entiende por despojo la accin por medio
de la cual, aprovechndose de la situacin
de violencia, se priva a rbitrariamente a una
persona de su propiedad, posesin u ocupacin, ya sea de hecho, mediante negocio

jurdico, acto administrativo, sentencia, o


mediante la comisin de delitos asociados
a la situacin de violencia.
Se entiende por abandono forzado de tierras la situacin temporal o permanente a
la que se ve abocada una persona forzada a desplazarse, razn por la cual se ve
impedida para ejercer la administracin,
explotacin y contacto directo con los predios que debi desatender en su desplazamiento durante el periodo establecido en
el artculo 75.
Tomado de http://www.leydevictimas.gov.
co/documents/10179/ 19132/completo.pdf
El artculo 76 mantiene esta definiciones
cuando hace alusin a la creacin de un
Registro de tierras despojadas y abandonas forzosamente como instrumento para
la restitucin de tierras a que se refiere
esta ley.
Pero en el artculo 72 se regula la respuesta
al despojo pero no existe una formulacin expresa similar en lo relativo al abandono:
ARTCULO 72. ACCIONES DE RESTITUCIN DE LOS DESPOJADOS.
El Estado colombiano adoptar las medidas
requeridas para la restitucin jurdica y material de las tierras a los despojados y desplazados. De no ser posible la restitucin,
para determinar y reconocer la compensacin correspondiente.
Las acciones de reparacin de los despojados son: la restitucin jurdica y mate- rial
del inmueble despojado. En subsidio, proceder, en su orden, la restitucin por equivalente o el reconocimiento de una compensacin.

3 Reyes Alejandro, Guerreros y Campesinos - El despojo de la tierra en Colombia, Grupo Editorial Norma, Bogot D.C.
2009, pgina 113.

4 CNRR, IEPRI, Absaln Machado et al, El despojo de tierras y territorios, una aproximacin conceptual, Bogot D.C.
julio de 2009.

5 El documento de la CNRR con base en datos del PPTP indica adems que en 2008, el 32% son calificados como
poseedores, 17% ocupantes, 2,8% tenedores.

Punto de Encuentro

17

18

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

En el caso de bienes baldos se proceder


con la adjudicacin del derecho de propiedad del baldo a favor de la persona que vena ejerciendo su explotacin econmica si
durante el despojo o abandono se cumplieron las condiciones para la adjudicacin.
La restitucin jurdica del inmueble despojado se realizar con el restablecimiento
de los derechos de propiedad o posesin,
segn el caso. El restablecimiento del derecho de propiedad exigir el registro de la
medida en el folio de matrcula inmobiliaria. En el caso del derecho de posesin, su
restablecimiento podr acompaarse con la
declaracin de pertenencia, en los trminos
sealados en la ley.
En los casos en los cuales la restitucin jurdica y material del inmueble despojado
sea imposible o cuando el despojado no

pueda retornar al mismo, por razones de


riesgo para su vida e integridad personal, se
le ofrecern alternativas de restitucin por
equivalente para acceder a terrenos de similares caractersticas y condiciones en otra
ubicacin, previa consulta con el afectado.
Tomado de http://www.leydevictimas.gov.
co/documents/ 10179/19132 /completo.pdf
Es evidente que desde el Proyecto de proteccin de tierras y bienes de la poblacin desplazada se incidi para superar la reduccin
del problema al despojo minimizando la magnitud del abandono forzado y su consiguiente
desposesin, pero en el texto se mantuvieron
fisuras y, lo que es ms alarmante, en la poltica general esta confusin es utilizada por
quienes por diversas razones quieren reducir
la magnitud del abandono forzado y su desposecin o priorizar el despojo.

La importancia de esta discusin no es asunto menor: o se reconocen


los derechos de familias expulsadas de sus predios en el desplazamiento
forzado y de 500.000 familias vctimas resistentes en las respectivas
veredas, o se reduce el problema al 20% que corresponde al despojo.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

El estado es la mayor victima


del despojo o son los campesinos
y territorios colectivos?
En medio del debate sobre la verdad de la
tierra ha hecho carrera la idea de que el mayor
despojo de las ltimas dcadas se ha hecho en
contra del Estado. Importantes investigaciones
de la superintendencia de Notariado y Registro han demostrado que cerca de 2 millones de

hectreas de baldos, Parques Naturales o Zonas de Reserva Forestal, han sido registradas
de manera fraudulenta por narcoparamilitares
y socios o testaferros especialmente en los departamentos de El Meta, Guaviare, Vichada,
Cqueta y en la regin de Montes de Mara.
El mayor aporte de esa investigacin ha sido
destapar la realidad de estas usurpaciones de
predios y las diversas modalidades del fraude o
rutas del despojo.

La principal vctima de lo que ha sucedido en medio del conflicto


con las tierras es el Estado Jorge Enrique Vlez - Superintendente de
Notariado y Registro.
Cules son los problemas que tienen esas 750 mil hectreas de las que
usted habla?
Hay aclaracin de linderos, suplantaciones, de ventas sin haber
cumplido requisitos. Por ejemplo, en Montes de Mara sin autorizacin
o con falsificacin de la autorizacin de los comits de desplazados.
Con nombres distintos a quien realmente tena que comprar o vender.
En el caso de Urab hay poderes falsos y otros documentos falsos para
poder comprar; en el Meta hay falsas tradiciones que las convirtieron
despus en pleno dominio y despus hicieron una aclaracin de
linderos y despojaron al Estado. Hemos identificado no menos de 50
modos de despojo de tierras.
-------En altillanura tenemos detectadas ms de 200.000 hectreas. Este
es un tema bastante grave porque se trata de baldos del Estado que
con aclaracin de linderos fueron despojados. Es un proceso mucho
ms rpido que el que se hace con restitucin de tierras porque aqu el
perjudicado fue el gobierno colombiano y no una persona individual,
por eso la recuperacin se hace por va administrativa.
Cules han sido las prcticas ms adelantadas en el proceso de
despojo?
La falsificacin de documentos,la aclaracin de linderos y las simulaciones
son los tres elementos constitutivos del despojo en Colombia.

Punto de Encuentro

19

20

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

Ha pesar de esos aportes, detrs de la repetida frase sobre el Estado vctima, no puede
ocultarse que en casi todos esos casos la usurpacin no ha sido en territorios despoblados,
o baldos sin gente, pues all hay pretensiones
anteriores de ocupantes o colonos. As que
colocar al Estado de vctima puede conllevar
a desconocer a las verdaderas vctimas y sus
reclamos de titulacin, restitucin y reparacin integral. No es casual que el titular del
diario El Pas que present las primeras investigaciones de la Superintendencia de Noariado
y Registro, se haya acompaado de la frase:
creamos equivocadamente que los mayores
despojados eran los campesinos pero resulta
que es el Estado.
Por su lado, las comunidades indgenas
han advertido sobre la tendencia de muchas
autoridades y la visin de negociantes de tierras a considerar baldos territorios ancestrales
y hasta resguardos reconocidos. El despojo
en territorios ancestrales que an no tienen

Punto de Encuentro

reconocimiento formal y que figuran como


baldos, mal podra incluirse en esa figura del
Estado victima. En este terreno poco ayuda el
proyecto de Ley de desarrollo rural preparado
por el gobierno que circunscribe la territorialidad indgena a los resguardos reconocidos y
subordina los territorios ancestrales a futuros
estudios o mapas de propiedad.
Por supuesto que estas alertas no desconocen la importancia de la accin del INCODER
y de la Superintendencia por identificar los
mltiples procesos de usurpacin de tierras de
propiedad estatal por parte de diversos actores
legales e ilegales.
Las investigaciones realizadas en la Orinoquia, Catatumbo, Montes de Mara, Uraba,
Choco, muestran que grandes inversionistas
legales tienen una participacin activa en procesos de desposesin y despojo. Y al mismo
tiempo se destacan las investigaciones en el
Parque Tayrona, en Islas del Rosario y en zonas de reserva forestal.

Camilo Gonzlez Posso

Las FARC son grandes responsables


de abandono y despojo de tierras?
El debate sobre este tema estuvo candente en marzo de 2013 y es probable que vuelva a resurgir cuando se llegue a tema de las victimas que est previsto en la agenda de La Habana.

Estamos despojando a las FARC de su tierra mal habida, y le


estamos entregando a los campesinos la tierra que les corresponde y
se merecen. Vamos por 500 mil hectreas que identificamos a travs
de inteligencia y la informacin que recogieron varias entidades,
anunci Santos.
Segn Santos, estas tierras fueron robadas por las FARC al Estado y
a las familias campesinas a las que presionaron para que abandonaran
los territorios.
Uno de los grandes terratenientes de este pas era el Mono Jojoy,
y haba despojado al Estado. Esas 130 mil hectreas las estamos
recuperando para un banco de tierras que estamos construyendo y
creando para entregarle despus a los campesinos de este pas, revel
el presidente de Colombia. http://www.voanoticias.com/content/
colombia-juan-manuel-santos-terrorismo-narcotrafico-farc- rafaelguarin-/ 1607505.html

Las afirmaciones del Presidente fueron rechazadas airadamente por las FARC que en
un comunicado manifestaron la disposicin
de aportar a una comisin de la verdad sobre
el despojo de tierras.
Por lo pronto el Presidente no ha divulgado la documentacin que le sirvi de apoyo
en sus declaraciones pero se supone que estn respaldadas en estudios de la Superintendencia de Notariado y Registro que estn en
mora de publicar.
Por ahora las nicas fuentes de referencia
para establecer la dimensin de la responsabilidad de las FARC en el desplazamiento
forzado y en el abandono y despojo de tierras
son las sentencias de los jueces de tierras y

las encuestas de la Comisin de Seguimiento


a los derechos de la poblacin en situacin de
desplazamiento.
En lo que se refiere a las sentencias de
restitucin de tierras, los datos oficiales resumidos por INDEPAZ (YSA) ilustran la situacin:
Total de solicitudes a febrero de 2013:
33.000.
Total de sentencias: 37 correspondientes a
158 predios y 10.000 hectreas.
Casos con responsabilidad de abandono
forzado imputable a las FARC: 7 %.
Casos con responsabilidad de despojo imputable a las FARC: 0%.

Punto de Encuentro

21

22

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

Responsables en sentencias del desplazamiento


Actor

No

Guerrillas y combates Fuerza Pblica

32%

12

Guerrillas

24%

Paramilitares

41%

15

3%

Guerrillas y Paramilitares
Total sentencias

100%

37

Responsables desplazamiento y abandono


forzado por predios
%

No

Guerrillas y combates Fuerza Pblica

16%

24

Guerrillas

7%

10

Paramilitares

75%

119

Guerrillas y paramilitares

3%

100%

158

Actor

Total predios rurales restituidos

Despojadores por predios


Actor

No.

Paramilitares

62

Terceros

Guerrillas

Guerrillas y combates fuerza pblica

Guerrillas y paramilitares
Total

66

Fuente de las tablas: Yamile Salinas Abdala, INDEPAZ, abril de 2013

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Por diversas razones explicadas por la


Unidad de Tierras y por el Ministro de Agricultura, los casos resueltos por la va judicial
son solo el 0,001% de las solicitudes y ello
no permite conclusiones firmes sobre la relacin o responsabilidad de las guerrillas en
el abandono o despojo de tierras. Y tampoco respalda la afirmacin presidencial que le
otorga a las FARC un papel central en el des-

pojo y crea expectativas de que despojando a


las FARC de las tierras que han robado se va
a llegar lejos en la restitucin de tierras a los
campesinos.
Los datos de la Encuesta Nacional realizada por la Comisin de Seguimiento dan pistas
sobre la responsabilidad de las FARC y los paramilitares en el abandono forzado de tierras.
Dice la Comisin:

Ahora bien, a la pregunta a quin atribuye el primer


desplazamiento?, el 37,0% de los grupos familiares incluidos en el
RUPD respondi que a los grupos paramilitares (AUC), el 29,8%
a las FARC, el 3,0% al ELN, el 1,6% a las bandas delincuenciales
emergentes, el 2,3% a combates entre grupos armados y el 1% a la
Fuerza Pblica. Es necesario recalcar que un porcentaje significativo
de los grupos familiares (22,5%) manifest no saber la respuesta o se
neg a contestar la pregunta (Grfico 7).

http://www.internal-displacement.org/8025708F004CE90B/(httpD
ocuments)/740A794DA6EBAD25C12575A5
00454329/$file/I+Informe+Comisin+de+Seguimiento++I+ENV+(enero+31+-+08).pdf

Es importante resaltar la diferencia significativa existente entre los


resultados de la ENV -2007 y los del Sistema de Informacin sobre la
Poblacin Desplazada -SIPOD con corte a diciembre 31 de 2007.
En efecto, mientras que de acuerdo con la primera los grupos
guerrilleros (FARC y ELN) y los grupos paramilitares son
responsables del 34,8% y el 37,5% de los desplazamientos forzados,
respectivamente, segn la informacin del SIPOD este fenmeno es
atribuible en el 25,0% de los casos a los grupos guerrilleros y slo en
el 11,3% de ellos a los grupos de autodefensa.

...responsabilidad de FARC y paramilitares en el abandono forzado...


Punto de Encuentro

23

24

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

En primer lugar, es necesario indicar que en el Sistema de


Informacin Oficial se ha presentado una reduccin sustancial y
paulatina de los registros que imputan la autora del desplazamiento
forzado a los grupos paramilitares, lo cual puede obedecer
probablemente y entre otros factores, a las dificultades surgidas con
motivo de los procesos de declaracin e inscripcin en el registro,
suscitadas con ocasin del proceso de desmovilizacin de los grupos
paramilitares y el acuerdo de cese de hostilidades contra la poblacin
civil, como ha sido denunciado por varias organizaciones organismos
y entidades, algunas de las Unidades Territoriales (UT) de Accin
Social comenzaron a negar sistemticamente el registro de personas
y hogares que en su declaracin formal sealaban a los grupos
paramilitares como los autores del desplazamiento.

Ha habido
conflictos
armados
y acciones
armadas
para
desplazar y
configurar
poderes

Una eventual comisin de la verdad


sobre los impactos del conflicto armado
en la tenencia de la tierra y en el control del territorio, deber evaluar tanto
las sentencias de los jueces y procesos
de justicia y paz, como los aportes
de estudios y encuestas de reconocida
seriedad. Pero de manera especial las
narrativas de las victimas que se recogen en ejercicios de memoria oral, en
testimonios resumidos en registros ante
personeras o el sistema de informacin
y en estudios de casos emblemticos en
la regiones que han sido sometidas con
mayor rigor al desplazamiento forzado.
En esas historias se podr valorar el
impacto de acciones de las organizaciones armadas disidentes o insurgentes y
el de los grupos paramilitares y de agentes del Estado. En lo que concierne a las
FARC se podr partir de algunas dinmicas promotoras de desplazamiento y
abandono que ya han sido sealadas por
organizaciones de derechos humanos
como CODHES o Pastoral Social y que
incluyen el efecto de las minas antiper-

Punto de Encuentro

sona, la reaccin de familias campesinas


de proteger adolescentes y jvenes del
riesgo del reclutamiento, el abandono
de predios de finqueros, pequeos y medianos que no soportan las cuotas o vacunas, el desplazamiento de ganaderos
y grandes propietarios que temen por el
secuestro o por la repeticin de homicidios cuando no se han sometido al rgimen de colaboracin forzada.
La diferencia entre abandono forzado por el impacto de la guerra y el
conflicto armado y el despojo, no lleva
a disminuir la gravedad del desplazamiento cuando el abandono no est seguido del paso del dominio y usufructo
a un tercero. Pero tiene consecuencias
en el esclarecimiento de la verdad y en
la definicin de las rutas de restitucin.
Si la tesis del gobierno es que las tierras
de los campesinos desplazados estn en
buena parte en manos de comandantes
guerrilleros, de sus testaferros o de colonos reimplantados, con ese enfoque
probablemente se llegara a precarios
resultados.

Camilo Gonzlez Posso

Los determinantes del


desplazamiento forzado de
tierras en los retos de la
verdad histrica
Los ejemplos que he mencionado muestran solo algunas aristas en el camino de la
verdad sobre el abandono forzado de tierras,
la desposesin y el despojo. Su enunciado no
va ms all de una llamada de atencin sobre
complejidades a tener en cuenta e incluso no
tocan el meollo de la cuestin que se refiere
al esclarecimiento de las llamadas causas y
consecuencias.
La hiptesis que subyace en estas reflexiones es que hay que enfocar esas causas no en
una sumatoria de casos o de juicio de responsabilidades sino en una matriz de mltiples determinaciones. Si se quiere hacer un
smil con los modelos matemticos hay que
decir que no se trata de establecer una relacin causal lineal en la cual hay una variable
independiente que es el desplazamiento forzado o el abandono forzado de tierras y una
funcin con responsables que seran variables
ponderadas con coeficientes segn su peso o
grado de incidencia. Tampoco un conjunto de
ecuaciones lineales y si una matriz de varia-

bles autorregresivas e interdependientes que


sintetiza la compleja determinacin.
En este enfoque, que no elude sujetos, circunstancias, practicas, ni intereses en juego,
tiene por s upuesto lugar la idea de que mas
all de la responsabilidad de los grupos armados esta el papel c entral de la violencia en los
modelos de acumulacin, de legalizacin de
la usurpacin y el despojo y de control territorial y de poder poltico.
Un campo de esa matriz esta conformado
por la violencia generalizada y sistemtica
que ha acompaado varios ciclos de conflictos armados desde mediados del siglo xx y que
ha cumplido en Colombia el papel de fuerza
productiva en la reproduccin y mutaciones
del poder, en los modelos de acumulacin y
en particular en la configuracin de la tenencia de la tierra y el control y dominio sobre
territorios. Desde esta perspectiva el desplazamiento forzado y el abandono y despojo de
tierras que le acompaan no se puede reducir a un efecto colateral del conflicto armado
pues ha sido parte de los objetivos esenciales
del ejercicio de la violencia poltica y social.
Simplificando se podra decir que no solo
se desplaza porque hay violencia y conflicto
armado pues en muchos aspectos se muestra

Punto de Encuentro

25

26

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

...mas all
de la responsabilidad
de los grupos armados
esta el papel
central de la
violencia en
los modelos
de acumulacin, de
legalizacin
de la usurpacin y el
despojo y
de control
territorial
y de poder
poltico...

que ha habido conflictos armados y acciones armadas para desplazar y configurar poderes, la tenencia de la tierra
y la apropiacin privada de los dems
recursos naturales.
La dimensin histrica obliga, entre
otros, a hacer el balance de costo - beneficio en el periodo considerado. Y
la variable trazadora puede ser la configuracin de la tenencia de la tierra y
su correlacin con hechos violentos.
Como ha operado la reconfiguracin de
la tenencia en los territorios de la violencia prolongada y quienes al final han
quedado con los beneficios y el control
de los recursos, son interrogantes centrales que ayudan a establecer responsabilidades, lgicas y complicidades.
Los sujetos de la violencia y del
conflicto y los procesos que han desatado en los territorios, incluyen toda
la gama de legalidad e ilegalidad implicada. Con razn se ha hablado de la
mltiple alianza para los negocios con
guerra y entre ellos para la apropiacin
violenta de tierras, recursos y territorios. En esa mltiple alianza se ubican
polticos, parapolticos, empresarios,
paraempresarios, gobernantes, paramilitares, narcoparamilitares, militares
y otros agentes del Estado. Y desde la
contraparte armada insurgente tambin
se articulan alianzas que cubren un amplio espectro de bases sociales y polticas y de negocios con toda suerte de
redes ilegales o maosas funcionales a
las economas de guerra.
Por otro lado, las comunidades,
grupos, clases e instituciones en los

territorios son constitutivos de sujetos


de diversa ndole, comenzando por las
victimas del desplazamiento forzado.
Este enfoque no es extrao a los
estudios y debates que se vienen realizando. La Corte Constitucional ha
identificado estas dimensiones y la interrelacin entre causas y efectos. Los
sujetos a considerar son tanto legales
como ilegales y por lo mismo es una
distorsin de entrada la pretensin de
reducir responsabilidades y sujetos
implicados a los grupos armados ilegales. La Corte, como lo menciona el
estudio de la CNMH, ha indicado que
los intereses econmicos sobre las tierras y territorios son causa y efecto de
la vinculacin entre actores armados
o no armados, legales e ilegales (...), y
que precisamente esta vinculacin (...)
es una de las principales causas dedesplazamiento forzado6. Ciertamente,
como se desprende de los casos analizados por el Tribunal en los autos 004
y 005 de 2009, la ocupacin y apropiacin ilegtima e ilegal de los territorios
tnicos, al igual que la de las tierras de
otros pobladores del campo, estn directamente relacionadas con las diversas estrategias empleadas por parte de
los actores armados interesados, o bien
en la realizacin directa de megaproyectos agrcolas y de explotacin de
recursos naturales, o bien en el apoyo
a ciertas empresas y actores econmicos que desarrollan estos proyectos,
y con los cuales se han asociado para
lucrarse con los beneficios de tales
actividades7.

6 Colombia, Corte Constitucional. Sala Segunda de Revisin, Auto 004 de 2009, magistrado ponente
Manuel Jos Cepeda Espinosa.

7 Corte Constitucional, Sala Segunda de Revisin, Auto 004 de 2009, Manuel Jos Cepeda Espinosa,
seccin 2.3.2.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Hay que sopesar la narrativa que viene


proponiendo los jefes paramilitares desmovilizados cuando se refieren a la alianza de la

cual hacan parte con empresarios, polticos,


militares, gobernantes y narcotraficantes. En
una de sus cartas advierten sobre el tema:

[D]e nada valdr la desmovilizacin y desarme de las estructuras de


autodefensas; de nada valdr la comparecencia de los ex combatientes a
la Justicia; de nada valdr la aplicacin del beneficio punitivo de la pena
alternativa; en fin de nada valdr la verdad y la justicia a medias, si
quienes personifican el fenmeno paramilitar desde los distintos estadios de la
sociedad y el Estado, continen agazapados detrs de los parapetos del poder
poltico y econmico, evadiendo, a cualquier precio, la responsabilidad que
estn llamados a asumir 8.
En esa comunicacin, en la que se hace referencia al compromiso del
nuevo gobierno de abordar el tema de las vctimas y sus tierras, se
convoca a sentar en el banquillo no slo a la punta del icerbeg del
fenmeno paramilitar: las estructuras armadas, sino tambin de quienes
participaron -y participan- de la parapoltica, la paraeconoma y la
parainstitucionalidad, entre ellos: polticos, empresarios, funcionarios de alto
nivel, grandes contratistas, inversionistas extranjeros y miembros de la fuerza
pblica 9. Segn los suscriptores de la carta esta ser la nica manera de
la verdad verdadera sobre el acaparamiento de la tierra, la usurpacin y
concentracin de la propiedad agraria, la violencia y desplazamiento en el
campo, y la consiguiente injusticia social contra el campesino 10.

Comunicacin dirigida a Gustavo Petro y a Ivn Cepeda por seis jefes paramilitares. En: http://www.
lasillavacia.com/sites/default/files/media/docs/16480/CartaExParasAPetroCepedaComentadaJuanita.pdf consulta de 28 de julio de 2010.

dem.

10 dem.

Punto de Encuentro

27

28

La verdad en el abandono forzado y el despojo de tierras

La disputa
por territorios se
explica en
parte por la
lucha por el
control de
recursos

Las dinmicas militares intervienen con relativa autonoma pero en


definitiva subordinadas a las lgicas
de los centros polticos y econmicos. Los intereses globales que estn
en juego en la geopoltica nacional
e internacional del conflicto y en las
pretensiones de negocios legales e
ilegales. La disputa por territorios se

explica en parte por la lucha por el


control de recursos, pero el control
de territorios tiene tambin funciones
en el posicionamiento de los aparatos
armados y en las acciones para su reproduccin y ampliacin. Este control
territorial se acompaa del terror y de
dictaduras locales que producen movimientos poblacionales.

Toda esta digresin, en resumen,


sirve para animar a muchos ejercicios
de memoria y verdad histrica sobre
la configuracin de la tenencia de la
tierra y de territorios en medio de la
violencia y de los conflictos armados
en las ltima cinco dcadas. Cada parte de estas narrativas tiene importancia
en si misma, encierra la diversidad de
miradas sobre los que ha acontecido

y se convierten en materia de estudio


como sntesis de subjetividades. La
perspectiva integradora en un mega relato indica que tendr tantas sntesis
como grupos emprendedores de aportes a la memoria y a la verdad histricas. Y en ese camino de comisiones de
la verdad y de luchas por la hegemona
en este terreno se ira construyendo el
relato dominante.

Punto de Encuentro

29

Protegiendo territorios
tnicos a punta de
demandas
Publicado el Jueves, 10 Abril 2014
http://www.verdadabierta.com/lucha-por-la-tierra/5304protegiendo-territorios-etnicos-a-punta-de-demandas

La Unidad de Restitucin
ha pedido medidas de
proteccin a favor de varias
comunidades indgenas y
afrodescendientes y, casi
siempre los jueces las han
otorgado. Pero la presin
de grandes empresas o de
criminales para despojarlos
es grande

Yamile Salinas Abdala1

Especial para VerdadAbierta.com

Punto de Encuentro

30

Protegiendo territorios tnicos a punta de demandas

El saldo
est particularmente
en rojo, en
materia de
restitucin
y restablecimiento
de derechos
territoriales

asi cuatro aos han transcurrido desde la posesin


de Juan Manuel Santos
ante los cabildos koguis,
arhuacos, kankuamos y wiwas, en el
corazn del mundo, como llaman los
indgenas a la Sierra Nevada de Santa
Marta. Pero, al parecer, las piedras sagradas (tumas) y el bastn de mando
de madera de palma macana que entregaron las autoridades espirituales
no fueron suficientes para conseguir
que el gobierno les garantizara los derechos a los pueblos indgenas y a las
comunidades negras, palenqueras,
raizales y afrodescendientes.
El saldo est particularmente en rojo,
en materia de restitucin y restablecimiento de derechos territoriales.
La Unidad de Restitucin de Tierras,
creada por la Ley de Vctimas ha investigado los casos y ha presentado tres demandas ante los jueces de tierras pidiendo la restitucin de territorios colectivos

Punto de Encuentro

de comunidades indgenas o afrodescendientes. Una de estas demandas buscaba


restablecer los derechos territoriales del
Consejo Comunitario de Bajo Mira y
Frontera en el municipio costero de Tumaco, Nario. Les corresponda a al juez
especializado en restitucin de tierras en
Pasto determinar si Palmas de Tumaco, el grupo empresarial Mayaguez del
Valle del Cauca y narcotraficantes se
apropiaron irregularmente de terrenos
titulados a los afrodescendientes (Lea:
Comunidades afro, tras tierras ancestrales en Nario). El juez sin embargo no
acept la demanda alegando la ausencia de un informe tcnico predial y la
plena identificacin de los linderos del
territorio (Auto del 14 de marzo de 2014
del Juzgado Civil del Circuito Especializado en Restitucin de Tierras de Pasto).
Segn expertos en la materia, al tomar esta decisin, el juzgado, desconoci que los decretos que reglamentan la
reparacin de los grupos tnicos tienen

Yamile Salinas Abdala


el mismo carcter de la Ley 1448 de 2011. En
ellos se consagran particularidades especficas
para esos grupos, como la no exigencia de los
requisitos por los que se rechaz la demanda.
Desde 2009, la Corte Constitucional se refiri a las presiones de actores legales e ilegales
para apropiarse y ocupar territorios colectivos
de indgenas y afrodescendientes. Orden entonces al gobierno adoptar medidas especiales
y rutas institucionales de proteccin. (Autos
004 y 005 de 2009). No obstante, cinco aos
despus, el gobierno no ha cumplido los mandatos judiciales. Continan los desplazamientos masivos de indgenas y de afrodescendientes en varias regiones del pas, segn lo han
advertido el Sistema de Alertas Tempranas de
la Defensora del Pueblo, y las organizaciones
humanitarias.
Ante estas carencias, la Unidad de Restitucin de Tierras ha pedido a la justicia que
dicte medidas de proteccin (cautelares) en
cuatro regiones especficas a donde las comunidades tnicas corren el riesgo de ser despojados. De stas cinco, los jueces han fallado

en cuatro casos favorablemente en Choc,


Vichada, Cauca y Nario.
Uno de los fallos busca proteger los derechos de los pueblos indgenas Embera-Kato
en Bagad, Choc, en el del resguardo Alto
Andagueda, una zona rica en minas de oro
y golpeada por aos por la violencia (Lea:
El oro, la maldicin del territorio Ember en
Choc) All, el gobierno le suspendi las concesiones mineras a Anglo Ashanti que le haba
aprobado en 2012. Das despus de la medida
cautelar, dictada en enero de 2013, bombardeos de la fuerza pblica, en conflicto con las
Farc, causaron la huida de miles de indgenas
de esa comunidad. (Descargue el documento).
Otra de las medidas cautelares dictadas por
los jueces fue para proteger los territorios de
los Saliva, Sikuani y Amora en Puerto Carreo, Vichada. Ordenaron al Incoder abstenerse
de titular tierras a personas que no pertenecieran a la comunidad indgena en los asentamientos de la Comunidad Kanalitojo, Puerto
Colombia en Puerto Gaitn, Vichada. (Descargue el documento).

Punto de Encuentro

31

32

Protegiendo territorios tnicos a punta de demandas

En la mayora de
estos casos
los jueces
han advertido sobre la
coincidencia
en las regiones entre la
expulsin
forzada de
comunidades tnicas y
la existencia
de megaproyectos
econmicos

En ese departamento, han salido a la


luz pblica ya varios casos en los que, en
el pasado, el Incoder adjudic parcelas a
campesinos en territorios ancestralmente ocupados por indgenas y stos, a su
vez, han vendido en forma simultnea y
masiva a terceros, que han resultado ser
grandes empresas nacionales o extranjeras. Los casos de Cargill y Riopaila
han sido denunciados por congresistas
y organizaciones no gubernamentales
por violar la prohibicin legal a comprar
ms de una Unidad Agrcola Familiar de
terrenos que han sido adjudicados por
reforma agraria.
La tercera medida cautelar fue para
proteger los territorios colectivos del
Consejo Comunitario Renacer Negro
en Timbiqu, en la costa caucana sobre
el Pacfico. El juez de tierras suspendi
la ejecucin de los ttulos mineros otorgados all a las empresas Cerromatoso
(productora de nquel en Montelbano,
Crdoba) y Vtorantim Metais Colombia. Tambin dispuso el retiro de la maquinaria de una misteriosa empresa rusa
que explota ilegalmente oro. (Descargue el documento).
La cuarta medida de proteccin fue
para impedir que una comunidad afrodescendiente fuera desalojada de territorios colectivos del Consejo Comunitario de Bajo Mira y Frontera en Tumaco.
El juez de tierras suspendi el fallo de
otro juez que haba dictaminado que la

Punto de Encuentro

empresa Palmas de Tumaco tena derechos sobre esos territorios. (Descargue


el documento).
En la mayora de estos casos los jueces han advertido sobre la coincidencia
en las regiones entre la expulsin forzada de comunidades tnicas y la existencia de megaproyectos econmicos
de monocultivos, explotacin minera,
turstica o portuaria, por un lado; o de
cultivos de coca, cocinas, laboratorios y
rutas del narcotrfico, por otro.
La quinta peticin de medidas cautelares que present la Unidad de Restitucin buscaba que se suspendiera el
proceso de la empresa Palmeiras contra
el Incoder, por haber ordenado (Resolucin Incoder 025 de 2006) que le devolvieran al Consejo Comunitario de Alto
Mira y Fronteras, 800 hectreas sembradas de palma aceitera. No obstante,
el juez de tierras rechaz la peticin.
(Descargue el documento).
Recientemente, el mximo Tribunal
Constitucional, reiter la gravedad de
la crisis humanitaria que afrontan las
comunidades afrocolombianas en Nario. En ese departamento, como en
otros, la violencia y el desplazamiento
se estn agudizando por el aumento de
actividades mineras y de proyectos de
monocultivo de palma aceitera a gran
escala, sin que se adopten mecanismos
efectivos de proteccin de los territorios
colectivos (Auto 073 de 2014)

33

Pliego de la cumbre
agraria tnica
campesina y popular

Tierras, territorios colectivos y


ordenamiento territorial

l pas necesita un proceso de Orde


namiento Territorial donde sean las
comunidades quienes redefinan la
manera como se organiza la produccin, se distribuye el uso del suelo, se gobierna
el subsuelo, y se protegen el aire, el agua, los
ecosistemas estratgicos y los medios de vida
de las comunidades agrarias. Ese ordenamiento
apuntar a armonizar la conservacin del medio
natural con el aprovechamiento para la pervivencia de las comunidades agrarias.

Por lo anterior, Exigimos y


mandatamos:
1. Que sean las comunidades y los pueblos
quienes definan cules deben ser los usos
del territorio y las maneras de habitarlo,
conservarlo y cuidarlo conforme a las cosmovisiones de los pueblos y comunidades
agrarias, de acuerdo a una poltica diferencial propia que incluya a las distinciones
Punto de Encuentro

34

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

Una poltica
de reforma
agraria integral que redistribuya y
democratice
la propiedad
de la tierra

tnicas, regionales y productivas, y


que garantice la seguridad jurdica
para los territorios individuales y
colectivos.
El ordenamiento territorial exigido
tendr como base la definicin y el
respeto de las figuras colectivas de
gobierno propio y defensa del territorio, incluyendo:
Resguardos indgenas y territorios
ancestrales.
Territorios
colectivos
afrocolombianos.
Zonas de Reserva Campesina
Zonas Agroalimentarias
Zonas de biodiversidad
Territorios intertnicos e intercul
turales.
Otras formas de ejercicio de la territorialidad de las comunidades. Estas
tendrn el carcter de inalienables e
imprescriptibles.
Las organizaciones, comunidades,
autoridades y pueblos movilizados o
que por decisin autnoma se incluyan en el proceso, desarrollaremos
una ruta propia de definicin de los
trminos del ordenamiento territorial
para garantizar la permanencia en el
territorio y la convivencia intertnica
e intercultural. Esa ruta propia hace
parte de una iniciativa de paz impulsada por las organizaciones campesinas, indgenas, afro y urbano-populares que participen del proceso.
2. Que el gobierno nacional nos d garantas para la elaboracin de esa ruta
de ordenamiento territorial y que las
figuras mencionadas sean consigna
das en la normativa colombiana y
sean reglamentadas conforme a las
decisiones de las organizaciones,
pueblos y comunidades participantes. Incluyendo el reconocimiento
constitucional de la territorialidad
colectiva campesina.

Punto de Encuentro

3. Una poltica de reforma agraria integral que redistribuya y democratice


la propiedad de la tierra, que desmonte el latifundio como expresin
histrica de la desigualdad y genere
acceso seguro a la tierra para quienes carezcan de ella, as como la
garanta de la autonoma territorial
para campesinos, indgenas y afro.
Esa poltica de reforma agraria deber construirse de la mano con las
organizaciones rurales y urbano-populares.
Esta poltica debe tener un enfoque
territorial y no simplemente de acceso a la tierra, de ah que no se deba
limitar a la dotacin de tierra para
las comunidades rurales, sino que
redistribuya el conjunto de bienes
comunes que se encuentran en los
territorios rurales y en los mrgenes
entre lo rural y lo urbano, asegurando su cobertura, garanta y acceso
para los pueblos indgenas, afro,
campesinos y urbano-populares.
4. La constitucin de un fondo de tierras que se alimente de los predios
despojados, de las propiedades de
los narcotraficantes, de aquellos
que no cumplan con la funcin social de la propiedad, que atenten
contra su vocacin natural y los baldos apropiados ilegalmente por la
agroindustria.
5. Que se reconozcan los derechos
histricos de los pueblos indgenas,
el pueblo raizal y las comunidades
afro a sus territorios, y en especial
la propiedad colectiva inalienable de
los resguardos indgenas, territorios
ancestrales y territorios de las comunidades afro.
6. Que se completen los procesos de
titulacin colectiva para pueblos
indgenas y afros que an estn
pendientes.

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

7. Que se detengan todos los planes y proyectos que amenazan el goce de la tierra para
las comunidades campesinas, indgenas y
afro, entre ellas el derecho de superficie y
los mercados de carbono en favor de empresarios nacionales o extranjeros. Consideramos que esas medidas son otra forma
de despojo contra los pueblos.
8. Que se aplique el derecho de prevalencia
para los territorios de las comunidades indgenas, afro y campesinas, en caso de disputas con transnacionales, terratenientes y
despojadores.
9. Que la consulta previa, y el consentimiento previo libre e informado, se ampli a
las comunidades campesinas, extendiendo
la aplicacin del convenio 169 de la OIT.
Garantizar con carcter vinculante el derecho a la consulta previa y al consentimiento
previo, libre e informado a las comunidades
campesinas, indgenas, afrodescendientes
sobre proyectos y normativas que afecten
su entorno, en lo social, en lo poltico, en lo
ambiental, en lo econmico y lo cultural.
10. Que se declaren nulas las compras masivas de tierras que han hecho las empresas
que han violado la ley 160 de 1994, al adquirir extensiones m
ayores a las UAF autorizadas en dicha norma.
11. Que los baldos se destinen exclusivamente a garantizar el derecho a la tierra de los
campesinos, trabajadores rurales, poblacin afrocolombiana e indgena.

12. Que se proscriban todas las formas de extranjerizacin de la tierra. En ningn caso
personas naturales o jurdicas de origen
extranjero podrn apropiarse, usar, arrendar superficie o generar ninguna forma de
tenencia sobre la tierra.
13. El cumplimiento y fortalecimiento de
la legislacin relativa a la extincin de
dominio de las tierras que no cumplan con
la funcin social y ambiental de la pro
piedad.
14. La restitucin integral de las tierras despojadas a las familias, comunidades y pueblos vctimas del desplazamiento forzado,
teniendo en cuenta enfoques colectivos y
nfasis comunitarios en tales procesos de
reparacin.
15. La devolucin de tierras expropiadas por
endeudamiento campesino.
16. El reconocimiento del enfoque diferenciado y con perspectiva de gnero del acceso,
uso y goce del territorio y la tierra para las
mujeres.
17. La creacin de una nueva institucionalidad pblica para darle cumplimiento al
nuevo ordenamiento territorial, la reforma
agraria, la proteccin ambiental y dems
disposiciones del pliego.
18. El mar es otra expresin territorial, que
necesita la garanta de los derechos de las
comunidades costeras y de pescadores artesanales.

Punto de Encuentro

35

36

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

La economa propia contra el


modelo de despojo
El avance y profundizacin del modelo
neoliberal ha generado graves perjuicios a la
economa nacional, en especial a las formas
de produccin, comercializacin y consumo
propias de las comunidades campesinas, indgenas y afrocolombianas. Lo anterior ha impactado negativamente la soberana alimentaria de los pueblos y de la nacin. El libre
mercado ha generado un modelo de despojo
que afecta el buen vivir de las y los pequeos
productores, favoreciendo los intereses de latifundistas y multinacionales del agro. Como
resultado se han afectado los intereses econmicos de las comunidades rurales, las prcticas culturales y de vida asociadas a estos.

Por lo anterior, Exigimos y


mandatamos:
1. La transformacin del modelo productivo
del pas, apuntando a una poltica econmica planificada y agroecolgica que regule el mercado, basada en el fortalecimiento de la economa campesina, indgena y
afrocolombiana. Ese nuevo modelo debe
impulsar un sistema de economa campesina que desarrolle una poltica pblica para
recuperar el campo colombiano de la quiebra generada por las polticas aperturistas y
de libre comercio.
2. La implementacin de una poltica que
restrinja y regule el uso y precio de los
agroqumicos, as como el inicio de un
proceso de reconversin de la produccin
nacional hacia un modelo agroecolgico,
creando un sistema nacional de asistencia
tcnica basada en el respeto al ambiente y
a los saberes tradicionales de los pueblos
y comunidades.
3. Condonacin de las deudas y retiro de los
embargos a tierras y propiedades del campesinado adquiridas a travs del sistema
financiero. Acceso al crdito agropecuario
Punto de Encuentro

con tasas no determinadas por la lgica de


mercado.
4. Creacin y fortalecimiento de cooperativas de ahorro para el campesinado y comunidades rurales, con financiacin del
Estado y dirigidas por las organizaciones
comunitarias.
5. El desmonte de todos los tratados de libre
comercio, inversiones, propiedad intelectual y servicios firmados por Colombia,
y la detencin de la aprobacin de nuevas normas, tratados y acuerdos internacionales de cooperacin que vulneren la
produccin agropecuaria nacional. Exigimos que se priorice la integracin con los
pueblos de Nuestra Amrica Latina y el
Caribe, en el marco de la proteccin de la
produccin nacional. Entretanto, exigimos
que todo tratado de comercio internacional, inversiones, propiedad intelectual y
servicios sean consultados con el pueblo
colombiano.
6. Un rgimen de subsidios que proteja la produccin nacional, en especial a los sectores
afectados por la apertura, en la cual se establezca por parte del Estado precios de sustentacin rentables y seguros de cosecha.
De igual manera, exigimos la instauracin
de un sistema de compra y distribucin
estatal de alimentos y productos agropecuarios. Establecer subsidios al transporte
de alimentos y productos de comunidades
campesinas, indgenas y afros.
7. Un plan de choque para el estmulo a la
produccin de alimentos bsicos por parte de los pequeos productores, que tendr
como base el apoyo a la economa campesina en los trminos propuestos en el
punto anterior. El fortalecimiento de los
mercados campesinos y locales, buscando
la integracin regional, en el marco de las
prcticas de comercio justo y eliminando
la figura de los intermediarios.
8. Una poltica de apoyo a la transformacin
de alimentos y productos agropecuarios
desde las comunidades rurales, generando

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

procesos de industrializacin acordes con


los intereses de las mismas.
9. La prohibicin de la importacin de los
productos agropecuarios estratgicos para
la economa nacional.
10. La derogacin de las leyes de semillas que
regulan su propiedad intelectual (patentes
y derechos de obtentores vegetales), y que
propician su privatizacin, de manera que
el gobierno deje de perseguir al campesinado por guardar, proteger o intercambiar
semillas. Exigimos que se deroguen las
leyes 1032 de 2006, la 1518 de 2012 y la
resolucin 970 del ICA.
11. La creacin de un sistema nacional, regional y local de promocin y apoyo a la
produccin, seleccin, multiplicacin y
difusin de semillas originarias, que no
tengan registro de propiedad intelectual,
ni normas que controlen la produccin, la
libre circulacin y comercializacin por
las comunidades campesinas, indgenas
y afrocolombianas. As como el apoyo
econmico y tcnico, de forma descentralizada, para el establecimiento de casas
custodias de semillas, manejadas y controladas por las organizaciones y comunidades agrarias.
12. Enfocar la propuesta investigativa y acadmica de las universidades segn el contexto y las necesidades del agro colombiano,
en particular de los pequeos productores,
reconociendo y articulando los saberes y
conocimientos propios ancestrales e histricos de campesinos, indgenas y afrodescendientes.

13. La proteccin de la soberana alimentaria


nacional desde lo local y que sea declarada como utilidad pblica, inters social y
bien comn de la nacin.
14. La reglamentacin del captulo VII de la
ley 70, en lo relacionado con el fomento
al desarrollo de los territorios colectivos y
tradicionales afro. Dicha reglamentacin
se har conforme a la consulta previa y el
consentimiento libre, previo e informado
de los pueblos.
15. Financiacin del sector agrario, en particular del fortalecimiento de la pequea
y mediana produccin ,especialmente de
alimentos, mediante un fondo nacional cuyos recursos provengan, entre otros, de la
eliminacin de las exenciones tributarias
a grandes empresas de capital nacional y
trasnacional, as como de la explotacin
de recursos minero energticos.

Minera, energa y ruralidad


La mala gestin y el saqueo de los recursos naturales minero-energticos afecta
gravemente a la madre tierra y las comunidades rurales, genera impactos ambientales
que ponen en riesgo la vida de los pueblos
y la biodiversidad, persigue y criminaliza a
los pequeos mineros, y solo beneficia las
empresas transnacionales que se enriquecen gracias al modelo econmico impulsado
por el gobierno colombiano. En ese marco,
reivindicamos la necesidad de construir un
nuevo modelo minero-energtico basado en
la soberana nacional, el aprovechamiento

Sistema nacional, regional y local de promocin


y apoyo a la produccin, seleccin, multiplicacin
y difusin de semillas originarias, que no tengan
registro de propiedad intelectual

Punto de Encuentro

37

38

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

planificado, el desarrollo tecnolgico propio,


la proteccin ambiental y la redistribucin de
los rendimientos generados por las actividades mineras y energticas.

Por lo anterior,
Exigimos y mandatamos:
1. Que se inicie un proceso democrtico de
discusin de una nueva poltica nacional minero-energtica, con participacin efectiva
de las comunidades campesinas, indgenas,
afro y los pequeos mineros tradicionales y
de sobrevivencia, a travs de un ejercicio de
legislacin popular e incluyente.
2. Exigimos la reformulacin del modelo de
redistribucin de las rentas petroleras y
minero-energticas, con el fin de fomentar,
promover e invertir en el desarrollo rural, y
obtener mayores recursos para la inversin
social y la garanta de los derechos de las
comunidades.
3. Detener la concesin de ttulos mineros y
la adjudicacin de bloques petroleros, hasta tanto se defina concertadamente con las
comunidades rurales y los trabajadores del
sector la poltica minero-energtica del pas.
4. Una moratoria minera que congele la adjudicacin de ttulos mineros en todo el pas.
La moratoria se aplicar hasta que se den
condiciones reales para una explotacin
minera razonable para el pas y las comunidades.
5. La reversin de los bloques petroleros y las
concesiones otorgadas a las multinacionales
en casos de grave deterioro ambiental, detrimento de los recursos de la nacin y violacin de los derechos de los trabajadores.
6. La reversin de todos los ttulos mineros
que se han aprobado en territorios ancestrales, indgenas y afros sin haber efectuado la consulta previa, libre e informada.
7. Que no se aprueben nuevos ttulos mineros
en territorios ancestrales, en territorios indgenas y afros, sin pasar por el requisito
de la consulta y el consentimiento previo,
Punto de Encuentro

libre e informado. En caso aprobatorio de


las comunidades, que se garantice el derecho prevalente de las comunidades tnicas
a ser beneficiaras de las concesiones y se
brinden garantas para la minera artesanal.
8. Que en ningn caso se aprueben proyectos
minero-energticos, (ttulos, concesiones y
similares) sin el requisito de la licencia social, es decir, sin la autorizacin derivada
de la realizacin de consultas campesinas
y populares en los territorios que puedan
verse afectados. Tales consultas se realizarn durante la fase de solicitud del proyecto, del ttulo o la concesin.
9. Que deje de considerarse la minera como
actividad de utilidad pblica y de inters
social de la nacin.
10. Que en el desarrollo de la poltica minera
se garantice el estricto respeto por el agua,
los pramos, bosques, reas protegidas,
zonas de biodiversidad y agroalimentarias, zonas de reserva campesinas, territorios ancestrales y resguardos indgenas,
territorios colectivos de comunidades negras, fuentes de agua y todos los ecosistemas estratgicos para la vida y la biodiversidad. Por lo anterior, que no se apruebe
ningn ttulo minero en dichos territorios.
11. Suspender la implementacin de megaproyectos hidroelctricos que afecten los
territorios y comunidades campesinas, indgenas y afro, y promover la implementacin de alternativas de abastecimiento
energtico a partir de tecnologas apropiadas y limpias.
12. Revocar las licencias ambientales de megaproyectos hidroelctricos, hasta tanto
no se tenga una comisin nacional de represas que garantice el cumplimiento de
las demandas de los afectados por las hidroelctricas.
13. La reestructuracin de la frmula que define los precios de combustibles, para garantizar un costo de vida ms equitativo
para el conjunto de la poblacin, procurando la regulacin ambiental de la extrac-

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

cin, procesamiento y comercializacin


de hidrocarburos.
14. Reconocer y reparar a las vctimas y afectados por los proyectos minero-energticos e hidroelctricos. 15. Suspender los
proyectos de fracking apelando al principio de precaucin.

Cultivos de coca, marihuana y


amapola
Ante el fracaso y la arbitrariedad de la poltica antidrogas del Estado Colombiano, consideramos crucial redefinir los lineamientos
que han configurado el tratamiento a los cultivos de coca, marihuana y amapola.

Por lo anterior,
Exigimos y mandatamos:
1. El cumplimiento de los compromisos adquiridos con los procesos organizativos de
los cultivadores de coca, marihuana y amapola en movilizaciones pasadas.
2. Un programa de sustitucin de cultivos
social, gradual, concertada, estructural y
ambiental de hoja de coca, marihuana y
amapola que supere la puesta en marcha
de programas de erradicacin violenta y
aspersin con glifosato que atentan contra
la vida digna de las comunidades Indgenas, Afro descendientes y Campesinos.
Rechazamos la sustitucin basada en la
imposicin de cultivos agroindustriales
como la palma de aceite, el caucho y otros
similares. Sern las comunidades quienes
impulsen las propuestas de sustitucin, no
el gobierno nacional.

3. Un programa de sustitucin social, gradual, concertada, estructural y ambiental


que permita generar una fuente alternativa
de ingresos para los cultivadores de coca,
marihuana y amapola. Dicho programa
deber hacerse con nfasis en el ordenamiento y la planeacin territorial, acordando procedimientos, tiempos y mecanismos
con las comunidades agrarias y sus organizaciones representativas, basado en el reconocimiento, la formulacin y ejecucin
de Planes de desarrollo sostenibles, integrales y de vida.
4. La liberacin de las y los presos judicializados por actividades ligadas al cultivo y
recoleccin de marihuana, coca y amapola.
5. No aplicacin de la extincin de dominio
en los predios de los pequeos cultivadores
de marihuana, coca y amapola.
6. Una poltica de sustitucin basada en la
promocin de cultivos productivos propios de la economa campesina que sean
comerciables y con seguros de cosecha a
corto, mediano y largo plazo. Tal poltica
se sustentar en dos ejes orientadores: el
primero se refiere al diseo e implementacin de Sistemas Productivos Sostenibles
y el segundo a la estabilizacin y garanta
de la integralidad de derechos.
7. Programas de sustitucin basados en la
estabilizacin de los Sistemas Productivos Sostenibles y atendiendo a 6 lneas de
accin: acceso a tierra, sistemas productivos sostenibles, mejora de infraestructura,
transformacin y agregacin de valor en el
predio, acceso a asistencia tcnica y tecnologa, y acceso a mercados.

Reparar a las vctimas y afectados por los


proyectos minero-energticos e hidroelctricos

Punto de Encuentro

39

40

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

8. Respetar y fortalecer los usos tradicionales,


medicinales, alimenticios e industriales de
la hoja de coca, amapola y marihuana, en
el marco de los sistemas productivos de las
comunidades agrarias.
9. Apoyo por parte del Estado a la produccin
e industrializacin de alimentos, medicinas
y otros productos derivados en los cultivos
de coca, amapola y marihuana.
10.
Garantizar el despliegue comunicativo
nacional a travs de todos los medios disponibles para difundir, educar y capacitar
a las comunidades sobre el uso sagrado
y ancestral relacionado con el cultivo de
coca, amapola y marihuana.
11. No otorgar patentes para las plantas de
coca, marihuana y amapola y los productos de uso lcitos.
12. El tratamiento del consumidor como un
asunto de salud pblica, incluyendo su
atencin en el sistema de salud.

Derechos polticos, garantas,


vctimas y justicia
Debido a la falta de reconocimiento poltico de los derechos de los campesinos, la
insuficiente garanta de los derechos de afrocolombianos e indgenas, el alto nmero de

Punto de Encuentro

violaciones a los derechos humanos, la falta


de garantas para las organizaciones sociales
y populares, la constante estigmatizacin,
persecucin y criminalizacin de quienes se
movilizan para buscar una sociedad ms justa y en paz, persistimos en reivindicar el respeto a nuestros derechos y en demandar las
garantas mnimas para vivir en una sociedad
democrtica.

Por lo anterior,
Exigimos y mandatamos:
1. La verdad, justicia y reparacin integral
por las violaciones a derechos humanos
perpetradas contra las comunidades agrarias y populares, y la no repeticin de estas
prcticas.
2. El desmonte total de las estructuras paramilitares y la judicializacin penal de sus
actores, con una veedura internacional
que garantice la transparencia de dicho
proceso. Realizar investigaciones eficaces que revelen los vnculos entre diversos
sectores econmicos, polticos, y militares
con los paramilitares.
3. La conformacin de una comisin de la
verdad y una poltica de recuperacin de la
memoria histrica de las violaciones a los

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

derechos humanos en bsqueda de la verdad, la justicia y la reparacin, que difunda


de manera masiva sus resultados. Dicha
poltica debe garantizar el acompaamiento psicosocial y pedaggico a las vctimas,
as como el reconocimiento tanto a las comunidades vulneradas como a las asociaciones de vctimas, de manera concertada.
4. Garantas para la permanencia en los territorios, en especial para las comunidades
campesinas, indgenas y afro.
5. Garantas para una verdadera y genuina
poltica de restitucin de tierras despojadas
as como el reconocimiento de los territorios sagrados para los pueblos indgenas.
6. Justicia, verdad, reparacin integral y no
repeticin por las personas detenidas, heridas y asesinadas por el Estado en el marco
de las movilizaciones sociales.
7. Investigacin, judicializacin y castigo de
los autores, as como el reconocimiento de
la responsabilidad del Estado en la movilizacin social de las dcadas de los 90s,
2.000 y 2010, particularmente de los 19 homicidios y cerca del millar de heridos ocurridos en el marco de las movilizaciones del
paro de Catatumbo, paro nacional agrario y
la minga indgena del 2013. Reivindicando
as su memoria y garantizando los derechos
de verdad, justicia, y reparacin que le asisten a los familiares de las vctimas.
8. Garantas para el derecho a la protesta social y la movilizacin, as como la libertad
inmediata de las personas detenidas en las
protestas y los presos polticos. Que la protesta social no tenga un tratamiento militar
ni intimidatorio.
9. Celeridad y efectividad en las investigaciones y procesos judiciales que recaen
sobre responsables de graves violaciones a
los Derechos Humanos y amplia difusin
de sus resultados.
10. El traslado de todas las investigaciones
sobre ejecuciones extrajudiciales que son
conocidas por la justicia penal militar a la
unidad de DDHH y DIH de la Fiscala.

11. Solucin estructural a la crisis carcelaria y


la declaratoria de la emergencia social en
esta materia. Reformulacin de la poltica
criminal actualmente basada en la privacin de la libertad, la criminalizacin de la
pobreza, la protesta social y otras garantas
y libertades ciudadanas, hacia una poltica
que priorice la inclusin social, el respeto
de garantas y la prevencin del delito.
12. Tomar medidas efectivas contra la mal
llamada limpieza social ejecutada, principalmente en contra de los jvenes, por
funcionarios del Estado y las estructuras
paramilitares, e imponer ejemplares sanciones a los responsables. 13. Garantas
jurdicas y administrativas para el ejercicio de la oposicin.
13. Derogacin de la ley de seguridad ciudadana, y libertad inmediata de las personas
procesadas y condenadas bajo su vigencia.
14. Desmonte del ESMAD y prohibicin del
uso de las mal llamadas armas de letalidad reducida.
15. Reforma al rgimen de servicio militar,
que incluya el fin del servicio militar obligatorio, la prohibicin del reclutamiento forzado y la garanta en la aplicacin
de las sentencias frente a la objecin de
conciencia. Se deben llevar a cabo Investigaciones disciplinarias y penales por
parte de autoridades civiles para miembros de la fuerza pblica que realicen
prcticas de reclutamiento forzado, tanto
en el campo como en la ciudad. Adems
exigimos acceso universal de la libreta
militar para jvenes y personas que no
tengan resuelta su situacin militar, y se
elimine su carcter de requisito para trmites con el Estado.
16. Igualdad de derechos polticos, sociales y
econmicos entre hombres y mujeres, desde una perspectiva de gnero y de libertades sexuales y reproductivas, asegurando
una equitativa participacin poltica en las
instancias de decisin en los asuntos que
afectan sus vidas.

Punto de Encuentro

41

42

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

Garantas
reales para
que los
cuerpos de
las mujeres
y nias
no sigan
siendo ni
instrumento,
ni botn de
guerra

17. Garantas reales para que los cuerpos de las mujeres y nias no sigan
siendo ni instrumento, ni botn de
guerra.
18. Cese de la violencia contra la mujer.
Tipificacin del feminicidio como
un delito especfico y diferenciado
en el cdigo penal. Aplicacin efectiva de la ley 1257 de 2008.
19. Reconocimiento con carcter vinculante de los derechos plasmados
en el proyecto de la Declaracin sobre los derechos de las campesinas
y los campesinos que hace trmite
en la ONU. Exigimos que el Estado colombiano adopte de manera
plena y perentoria la Declaracin
Universal sobre los Derechos de
los Pueblos Indgenas. Exigimos la
incorporacin de estas directrices
y derechos a la legislacin interna, desarrollando polticas pblicas que garanticen su promocin
y exigibilidad. Mientras se surte el
trmite para el cumplimiento de la
exigencia anterior, requerimos el
desarrollo de una poltica transitoria en favor de campesinos, indgenas y afro.
20. Participacin amplia, efectiva y con
carcter decisorio en las instancias
de planeacin y definicin de la poltica de produccin agropecuaria y
desarrollo rural, para las organizaciones y comunidades campesinas,
a travs de mecanismos definidos
de manera autnoma. Exigimos la
democratizacin real de la Federacin Nacional de Cafeteros y otras
federaciones similares. Exigimos
la participacin efectiva y con carcter decisorio en los consejos y
juntas directivas de las entidades
del Estado que tienen que ver con la
atencin a la poblacin rural.

Punto de Encuentro

21. Garantas para la construccin de


planes de vida donde se determine lo que sucede en los territorios,
reconociendo la posibilidad de desarrollar modelos autnomos en
cuanto al desarrollo de la tierra, la
educacin, la salud, y la economa
propias.
22. Cumplimiento perentorio de los autos 004 y 005 de la sentencia T-025
de 2004, relativos a la situacin de
peligro de desaparicin de los pueblos indgenas y afro.
23. Respeto al DIH, incluyendo la prohibicin de puestos de polica y
militares en los cascos urbanos y
poblados; as mismo el respeto al
principio de distincin del Derecho
internacional Humanitario, que no
se involucre la poblacin civil en
los conflictos armados. Lo anterior
incluye el cese de la persecucin a
la poblacin civil mediante montajes judiciales.
24. Reconocimiento y no estigmatizacin y persecucin a las y los Defensores de Derechos Humanos,
lderes y lideresas sociales y populares.
25. Desmonte, supresin y ordenamiento jurdico de la figura del fuero penal militar. Que deje de aplicarse
la figura del blanco legtimo, las
ejecuciones extra judiciales (falsos
positivos), y otras arbitrariedades
similares.
26. Democratizacin de los medios de
comunicacin existentes, as como
el fortalecimiento de los medios alternativos, comunitarios, regionales,
y locales. Y la creacin de nuevos
medios de comunicacin con alta difusin y participacin de los sectores
populares. 28. Democratizacin del
espectro electromagntico.

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

Derechos sociales
Para los pueblos afro e indgenas y para las
comunidades campesinas, la educacin, salud, el trabajo, vivienda digna y la recreacin
sern concebidas como derechos, no como
servicios, y se desarrollarn de acuerdo a las
necesidades, realidades y cosmovisiones de
las comunidades, con enfoque diferencial.

Por lo tanto,
Exigimos y mandatamos:
1. El aumento de las partidas presupuestales
para inversin social en infraestructura y
dotacin para educacin, vivienda, salud,
vas, produccin, redes elctricas, saneamiento bsico, agua y alcantarillado en las
zonas rurales.
2. Una poltica educativa que propenda por
un proyecto de educacin pblica propia
campesina que le permita a los estudiantes
campesinos tener una formacin acorde a
sus realidades y sus necesidades. Lo anterior implica la construccin de un currculo
y una pedagoga diferenciada acorde con
las territorialidades, y con la participacin
decisoria de las comunidades campesinas y

sus organizaciones. Tambin exigimos mayor formacin docente y fortalecimiento


de la planta docente en el sector rural.
3. Cumplimiento y garanta de los programas
de educacin propia para pueblos afro, comunidades negras e indgenas.
4. Un plan progresivo para el acceso, cobertura integral de poblacin rural al sistema
de educacin bsica, media, superior y tcnica que atienda y preserve la identidad de
las comunidades agrarias y la sostenibilidad de sus modos de vida.
5. El nombramiento inmediato de la planta
docente calificada para la educacin que
requieren las comunidades agrarias, dotada
de los derechos y condiciones laborales.
6. Derogar el acto legislativo 01 del 2001,
el cual modifica los artculos 347, 356 y
357 de la Constitucin Poltica Nacional
relacionados con la educacin; la ley 715
del 2001 y la ley 1294 del 2010, los cuales sustentan la privatizacin de la salud y
educacin, entendindolas como servicios
y no como derechos.
7. Derogar la ley 30 de 1992 de educacin superior, y la concertacin con la sociedad de
una nueva ley de educacin pblica, gratuita y de calidad, que reconozca la edu-

Punto de Encuentro

43

44

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

cacin como derecho fundamental, bien


comn y con enfoque diferencial.
8. Condonacin y congelamiento de las deudas
del Icetex apuntando al subsidio a la oferta.
9. Que la salud deje de concebirse como
negocio o mercanca para que se garantice como derecho humano y fundamental.
Exigimos la derogatoria de todas las normas que mercantilizan la salud y niegan
la garanta de este derecho, entre ellos los
artculos 48 y 49 de la constitucin, la ley
100 de 1993 y el proyecto de ley estatutaria
sobre la salud y la seguridad social.
10. Implementacin de planes de medicina preventiva, tanto en zonas rurales como urbanas, de acuerdo a las prcticas culturales de
cada comunidad o regin. Reconocimiento
y plenas garantas al ejercicio, prestacin y
promocin de la medicina ancestral como
parte de un nuevo sistema de salud.
11. El fin de la poltica del subsidio a la demanda y que se instauren polticas de subsidio
a la oferta en salud y educacin. Una nueva
poltica presupuestal que fortalezca las instituciones educativas de todos los niveles y
que saque de la crisis a la red hospitalaria
que ha sido sistemticamente debilitada
por los gobiernos nacionales desde 1993.
12. La concertacin con la sociedad de una
nueva poltica y legislacin en salud que
garantice el derecho fundamental de forma integral y que contenga elementos diferenciales para el campo.
13. El derecho fundamental al Trabajo digno,
por medio de contratacin directa, garantas laborales, proteccin de la libre asociacin, derecho a la huelga y reparacin a
las personas perseguidas por defender sus
derechos sindicales.

14. La definicin de un sistema de seguridad


social para campesinos, indgenas y afrodescendientes, con el cual se otorgue salud, pensin y aseguramiento en riesgos
profesionales.
15. Que se detenga la privatizacin y se reviertan el manejo a los municipios de los
servicios de saneamiento bsico, agua y
alcantarillado teniendo un criterio social.
Que los acueductos comunitarios sean
manejados por las comunidades con criterio social y no empresarial. El agua ser
concebida como un derecho y bien comn.
Derogatoria de la ley 142 que posibilita la
privatizacin del uso del agua.
16. La condonacin de las deudas de los usuarios de servicios pblicos y que se levanten los embargos que se han efectuado por
este motivo.
17. Que se garantice un mnimo vital gratuito
para las comunidades rurales, urbanas y
se implementen veeduras comunales a la
prestacin de servicios pblicos.
18. Garanta del derecho a la energa elctrica
rural y agua potable para los lugares que
an no cuenten con ellos.
19. Programas masivos de vivienda rural digna solucionando el dficit cualitativo y
cuantitativo.
20. Respeto por la propiedad comunitaria
para administracin de espacios de recreacin y de servicios pblicos, estas deben
ser iniciativas comunitarias, con el fin de
mantener su funcin social.
21. Toda infraestructura debe ser construida
en pro del bienestar de las comunidades
en consenso y no contra ellas, ni contra la
madre tierra, ni para el ejercicio militar.

Que la salud deje de concebirse como negocio o mercanca


para que se garantice como derecho humano y fundamental

Punto de Encuentro

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

Un mnimo vital gratuito para las comunidades rurales y


urbanas con una buena infraestructura en servicios pblicos

Relacin campo-ciudad
La configuracin actual de la relacin ciudad-campo exige una respuesta inmediata y
contundente por parte del movimiento social.
La tradicional distincin entre la ciudad y el
campo ha generado grandes problemticas sociales y econmicas donde se puede evidenciar la relacin de subordinacin del campo
a la ciudad. En ese orden, es urgente eliminar
las falsas barreras prescindibles entre ciudad
y campo, para avanzar en el afianzamiento de
la alianza popular a travs de nuevos modelos
alternativos de construccin territorial.

Por lo anterior,
Exigimos y mandatamos:
1. La proteccin de todas las fuentes de agua
del pas, en especial de aquellas que abastecen del lquido a las grandes ciudades.
Exigimos el manejo pblico y comunitario
del agua y el desmonte de los megaproyectos que amenazan las fuentes hdricas,
su pureza y distribucin. Exigimos que el
estado garantice la financiacin y administracin de los acueductos comunitarios.
2. La cobertura universal de los servicios pblicos domiciliarios a los habitantes del
territorio colombiano y la condonacin de
las deudas contradas por los ciudadanos y
ciudadanas en esta materia.
3. Una nueva tabla de tarifas de servicios pblicos, que correspondan a los costos reales, con subsidios ampliados de parte del
Estado y sin los costos de especulacin de
la intermediacin financiera.
4. Frenar la privatizacin de las empresas
prestadoras de servicios pblicos y que s-

tas sean de carcter estatal o pblico con


veedura de las comunidades.
5. En las ciudades, en especial en las grandes
capitales, se deben realizar pactos con las
reas rurales y municipios que las abastecen de alimentos. Tales pactos o alianzas
deben priorizar la articulacin de las zonas
agroalimentarias, las de reserva campesina, los territorios afrocolombianos, los resguardos indgenas y territorios ancestrales,
como despensas alimentarias y apoyo a
las economas campesinas, en el marco de
acuerdos regionales de soberana alimentaria y, si se requiere, mediante asociacin
de municipios (como est previsto en la
Constitucin Nacional). Tales pactos deben estar guiados por principios de solidaridad y economa propia; en ese sentido, es
necesario el reconocimiento de las plazas
de mercado populares por parte del Estado.
6. Inversin en vas de comunicacin secundaria y terciaria para el pleno ejercicio del
abastecimiento campo-ciudad.
7. Redefinicin de criterios para las tarifas
de impuesto predial, tarifas ms altas para
grandes propietarios y ms bajas para pequeos propietarios.
8. Participacin efectiva, pluralista y democrtica de los sectores sociales y populares
impulsados desde sus dinmicas organizativas en el mbito local, regional y nacional para televisin, radio y prensa; a travs
de la asignacin de un canal de televisin
nacional; la liberacin del uso del espectro
electromagntico para las comunidades
agrarias, campesinas, tnicas y populares;
el reconocimiento de las emisoras legtimas (emisoras que no cuentan con la documentacin estatal para su funcionamiento)

Punto de Encuentro

45

46

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

su no persecucin y cierre; la publicacin,


difusin y circulacin de sus producciones
escritas.
9. La creacin de un sistema nacional de produccin audiovisual (cine, documental, argumental, corto, etc.) su realizacin, distribucin, difusin y circulacin que refleje
un contenido social, formativo, recreativo,
sin nimo de lucro que plasme las dinmicas, lgicas y lenguajes populares.
10. El Impulso, difusin y no persecucin del
arte grfico como el grafiti, el mural, el
diseo, entre otras.
11. La logstica y parte operativa de los espacios de articulacin de los medios alternativos, comunitarios y populares en el
trabajo local, regional, nacional e internacional.
12. Demandamos garantas de regreso a los
campos de las personas que viven en las
ciudades a causa de los desplazamientos,
ya sea por motivos de la violencia o de la
construccin de megaproyectos. De igual
forma, exigimos que se brinden todas las
garantas para aquellas personas que decidan no retornar al campo. Exigimos al
Estado el reconocimiento de las problemticas urbanas que surge de modelos de
despojo del sector rural.

Punto de Encuentro

13. Exigimos una reforma urbana integral que


incluya:
Hbitat y vivienda digna garantizada por el
Estado, que contenga el mnimo vital de servicios pblicos con tarifas al alcance del consumidor, en armona con el medio ambiente.
El desmonte de la especulacin financiera y
uso de suelo controlado por el mercado.
La legalizacin de asentamientos informales
que detenga el despojo arbitrario por parte
del Estado.
La creacin de la ley orgnica de plan de
ordenamiento territorial urbano, que cuente
con la participacin de las comunidades y
sectores populares, teniendo como base las
diversas construcciones territoriales y planes
de vida.
Participacin comunitaria en la toma de
decisiones y en la generacin de polticas
urbanas, planificacin de presupuestos y
direccin del recurso pblico, para la construccin de planes de desarrollo y gobierno.
Para ello, demandamos las consultas previas
y vinculantes de las comunidades.
Transformacin del modelo de movilidad urbana que frene la privatizacin del transporte
pblico, con reduccin de tarifas del servicio, incluyendo la implementacin de planes
para la movilidad alternativa.

Pliego de la cumbre agraria tnica campesina y popular

Paz, justicia social y solucin


poltica
Las anteriores reivindicaciones y propuestas de pas se constituyen como parte de
la agenda de paz que impulsamos desde los
movimientos agrarios, sociales y populares.
Nuestra agenda de paz busca la justicia social
y la vida digna en los territorios.

Por lo tanto,
Exigimos y mandatamos:
1. La solucin poltica al conflicto social y
armado. El avance de los dilogos que se
realizan en La Habana entre el gobierno y
las FARC-EP. El cese al fuego bilateral y la
instalacin de las mesas de dilogos entre
el gobierno nacional, el ELN y el EPL.
2. Las comunidades rurales, quienes conocemos la crudeza y el horror del conflicto
social y armado en sus peores manifestaciones, exigimos la participacin en los
procesos de negociacin, y exigimos que
no se levanten de las mesas de negociacin.
La implementacin de una poltica integral
para la paz elaborada por los movimientos
sociales y populares y financiada por el gobierno nacional.

3. Garantas para un gran dilogo nacional,


que se exprese en la apertura de dilogos
regionales en aquellos territorios donde la
guerra se vive con mayor rigor.
4. La desmilitarizacin de los territorios indgenas, campesinos, afrodescendientes,
urbanos, universitarios y el respeto de la
autonoma en los territorios que se encuentran en medio del conflicto social y armado.
5. La eliminacin de la doctrina de seguridad
nacional. Por lo tanto la reduccin del pie
de fuerza, depuracin de las fuerzas militares, retiro inmediato de las bases militares
extranjeras en el pas, fin a los tratados de
carcter militar con la OTAN, y desmontar
el plan de inteligencia y contrainteligencia.
6. La reestructuracin del presupuesto nacional y limitacin del gasto de guerra. El
gasto en defensa no puede ser mayor al de
inversin social.
7. Garantas para que las organizaciones, procesos y movimientos puedan desarrollar su
actividad organizativa y poltica para la
construccin del movimiento social por la
paz.
8. Las garantas para avanzar en un proceso
constituyente por la democracia, la justicia
social y la paz.

Punto de Encuentro

47

48

El fomento del
Macrofundio como
Modelo Rural
Camilo Gonzlez Posso1

n este texto se abordan dos cuestiones:


1. Cul es la realidad de los microfundistas y pequeos finqueros?
2. es pertinente defender la propiedad colectiva en las polticas de desarrollo
rural?
La presentacin del proyecto de Ley de
Tierras en el segundo semestre de 2012 ofrecer respuestas ms claras a estos interrogantes pues por lo pronto en la ley del Plan Nacional de Desarrollo, Prosperidad para Todos,
slo se han incluido artculos para facilitar
macroproyectos.

1
Punto de Encuentro

Presidente de INDEPAZ

Camilo Gonzlez Posso

El modelo del Macrofundio


La ley del plan de desarrollo modifica sustancialmente las restricciones
que se establecieron desde 1961 a la
concentracin de la tierra y al mercado
de predios originados en titulacin de
baldos. Para este propsito reforma la
ley 160 de 1994, para permitir Proyectos Especiales Agropecuarios (PEA) en
grandes extensiones sin tener en cuenta
el nmero de Unidades Agrcolas Familiares que se concentren por compra
o aporte en condicin de arriendo, Lessing o concesin.
La orientacin de todos los artculos
de reforma a la ley 160 que se introducen con la Ley del Plan es hacia la
explotacin agropecuaria o forestal a
gran escala dentro de la idea ya promovida por la anterior administracin
de que esa es la ruta mayor para la
conquista de la altillanura y para los
macroproyectos forestales o de agro
combustibles. Adems, desde esa perspectiva se subordina el subsidio a los
proyectos de pequea y mediana escala
a la asociacin o alianza con grandes
proyectos siguiendo la tesis de que de
otra forma son ineficientes o de menor
productividad.
En los artculos de la ley del
plan que abordan los Proyectos
Especiales Agropecuarios y los subsidios, se recurre a la eliminacin de
restricciones de la Unidad Agrcola Fa-

49

miliar que estableca la ley 160, tanto


por concentracin como por tiempos
de espera, para que el propietario de un
predio que anteriormente hubiera sido
baldo pudiera venderlo2. La idea es
desamarrar el mercado de tierras para
permitir macroproyectos.

La tenencia de la tierra
Las cifras de tenencia de la tierra
segn nmero de Unidades Agrcolas
Familiares en los p redios muestran el
panorama actual de la distribucin de
la tierra y de la mayora de la poblacin
rural.
A diciembre de 2009 el registro catastral de predios rurales sum
2.873.666 predios pertenecientes a 4
millones de propietarios. De ese total
2.311.000 predios corresponden a 3
millones de microfundistas con menos
de 0,5 UAF cada uno, lo que significa
que el 80,5% de los propietarios tiene
apenas el 10,5% de las hectreas. La
suma de microfundistas y pequeos representa 3,8 millones de propietarios,
el 94% de los predios rurales y solo el
29% del total de hectreas.
En el otro extremo de la escala de
tenencia segn rangos en UAF, 25.760
predios de gran propiedad, que pertenecen al 1,1% de los propietarios
con ms de 10 UAF por predio, con
54,07% de hectreas. En solo 10 aos
la brecha de desigualdad en la tenen-

2 La Unidad Agrcola Familiar est definida como la empresa bsica de produccin agrcola, pecuaria,

acucola o forestal, cuya extensin, conforme a las condiciones agroecolgicas de la zona y con tecnologa adecuada, permite a la familia remunerar su trabajo y disponer de un excedente capitalizable
que coadyuve a la formacin de su patrimonio. La Unidad Agrcola Familiar (UAF) no requerir normalmente para ser explotada sino del trabajo del propietario y su familia, sin perjuicio del empleo de
mano de obra extraa, si la naturaleza de la produccin as lo requiere (artculo 38 de la Ley 160 de
1994). El excedente de capital es igual al valor agregado y se estima en mnimo 2 salarios mnimos
mensuales legales vigentes, SMMLV. La remuneracin familiar minima es igual al costo de la canasta
bsica familiar.

La suma de
microfundistas y pequeos representa 3,8
millones de
propietarios,
el 94% de
los predios
rurales y
solo el 29%
del total de
hectreas

Punto de Encuentro

50

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Tabla 1.
Porcentaje de Hectreas en tipos de tenencia con rango segn UAF
Tenencia
(Rango UAF)

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Microfundio

13,5%

13,6%

12,9%

13,5%

13,3%

10,1%

9,3%

10,6%

Pequea
propiedad

18,4%

18,4%

18,4%

18,9%

18,3%

18,7%

19,1%

Mediana
propiedad

28,9%

28,7%

27,0%

27,6%

26,7%

18,8%

Gran propiedad

39,2%

39,4%

41,6%

39,9%

41,6%

52,4%

2007

2008

2009

9,6%

10,0%

10,5%

19,4%

18,6%

18,8%

19,1%

19,2%

19,2%

18,1%

18,1%

18,2%

52,4%

50,8%

53,8%

53,0%

52,2%

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con datos del PPTP, 1999 a 2009. Se incluye Antioquia desde 2004 con los
datos de tenencia segn UAF elaborados por el PPTP para 2006. Microfundio menos de 0,5 UAF.
Pequea mas de 0,5 hasta 2 UAF. Mediana ms de 2 hasta 10UAF. Grande ms de 10 UAF.

cia se ha cuadruplicado: en 1999 la brecha


de porcentaje de rea entre microfundio ms
pequea propiedad con la grande era 7,3% y

en 2009 lleg a 32,6%. Tambin es notable la


cada del porcentaje de la mediana propiedad.
(Tabla 1)3.

3 Las cifras de tenencia de este artculo son tomadas del libro Unidades Agrcolas Familiares, tenencia y abandono de
tierras en Colombia, publicado por el Proyecto de Proteccin de Tierras y Patrimonio de Accin Social de la Presidencia
de la Repblica. Editado por Camilo Gonzlez Posso, Bogot D.C. diciembre de 2010.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

En la tabla 2 se traduce el significado del


microfundio y la pequea propiedad en ingresos de las familias tenedoras de los predios.
Como puede observarse el microfundio
significa que atendiendo solo a ingresos de
origen agropecuario las familias cuentan con
remuneraciones familiares mensuales de me-

nos de un salario mnimo en promedio y de


un dlar diario Per cpita para su sustento. El
promedio de los pequeos tenedores de predios tiene ingresos de consumo inferiores al
valor de la canasta bsica familiar promedio
del pas y apenas una canasta bsica familiar
de lo sectores de bajos ingresos.

Tabla 2.
Rangos de tenencia en UAF y la remuneracin al trabajo
Rango Tenencia

UAF

Smlv 2011
Ingreso por remuneracin familiar
(igual a excedente de capital)
Ley 160/94 Res 202/2009

Promedio
Has/predio

Microfundio
(2.311.000 predios)

Menos de 0,5 UAF

Menos de $535.600/mes
(- de $60 mil pc mes)

3 has/predio
2,2 has/propietario

Pequea
(391.910 predios)

Ms 0,5 a 2 UAF

Entre $535 mil/mes y $2.122.400/mes


(media de$200.000 PC mes)

31,8has/predio
20,8has/propietario

Media
(144.093 predios)

Ms de 2 y menos
de 1O UAF

Entre $4.144.800 y $21.224.000 mes

78,5has/predio
47,6has/ propietario

Grande
(25.760 pd)

Ms de 10 UAF

Mas de $21.224.000/mes

1403 has/ predio

UNA UAF

2 smlv excedente capital,


2 smlv remuneracin familiar

$1.061.200 +
1.061.200

Canasta bsica familiar

$ 2.569.428 promedio nacional


$ 1.033.428 Ingresos bajos

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con datos del PPTD - Accin Social y DANE. La equivalencia entre
UAF y SMLV esta en la Ley 160 de 1994 y en la Resolucin 202 de diciembre de 2009-INCODER.

Si en lugar de ver la tenencia de la tierra


en rangos segn nmero de UAF en los predios, se considera la distribucin que hace el
registro catastral (IGAC 2009], el panorama
del microfundio y pequea propiedad indica
que sin responder a su problemtica no se
puede hablar de poltica rural ni de tierras:

El 60% de los propietarios de menor escala


tienen 2,1% del total del rea. Los macrofundios con ms de 500 has, pertenecientes al
0,4% de los propietarios concentran el 48%
de las hectreas registradas como propiedad
individual o no colectiva.

Remuneraciones familiares de menos de un dolr diario


Punto de Encuentro

51

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Grfico 1.
Porcentaje de rea (ha) y de propietarios segn escala catastral
IGAC - 2009
45.00
40.00
35.00
30.00

52

25.00
20.00
15.00
10.00
5.00
-

<1
% Propietarios

>1a3

>3a5

> 5 a 10

36,92 22,35

9,69

10,37

4,82

2,88

7,02

0,53

1,51

2,95

2,40

2,02

9,18

% rea

1,60

> 100
a 200

> 200
a 500

> 500
a 1000

> 1000
a 2000

> 2000
++

3,11

1,57

0,83

0,29

0,09

0,06

8,74

8,17

8,49

6,29

4,23

43,90

> 10 a 15 > 15 a 20 > 20 a 50 > 50 a 100

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con datos del PPTD - Accin Social y DANE. La equivalencia entre UAF y SMLV esta
en la Ley 160 de 1994 y en la Resolucin 202 de diciembre de 2009-INCODER.

En el Plan Nacional de Desarrollo, se adoptan medidas orientadas prioritariamente al


1% de los propietarios rurales. Es de esperar
que con el nuevo planteamiento de Desarrollo
Rural con Equidad y con la anunciada Ley de
Tierras se introduzcan instrumentos dirigidos
a los productores de pequea y mediana escala
que son los que suministran el 70% de los bienes de la canasta nutricional en el pas.

La evasion del Macrofundio:


fraude al predial
Las polticas de desarrollo rural adoptadas desde los aos 70s han favorecido al macrofundio con diversos argumentos. Primero
se asumi que la ganadera latifundista era
la mejor forma de ampliacin de la frontera
agrcola y luego se prefirieron los monocultivos a gran escala. Contra toda la evidencia de
la economa de finca cafetera y su produccin

Punto de Encuentro

diversificada o de la mayor productividad de


la granja de pequea y mediana escala, se
protegi el latifundio y los macroproyectos
agroindustriales. Esa es la historia de los ltimos 50 aos que ha transcurrido de contrarreforma en contrarreforma. En los ltimos
15 aos, en medio de violencias generalizadas y de redistribucin de la tierra a partir del
desplazamiento forzado, se ha producido el
abandono por violencia de ms de 350.000
predios y 8,5 millones de hectreas.
El teln de fondo de ese modelo violento ha sido el fraude sistemtico contra las
finanzas pblicas manejando desde municipios y entidades del poder central el pago de
impuestos y en particular del predial. As se
ha llegado a una situacin en la cual los ms
grandes casi no pagan impuesto predial y los
ms pobres tienen avalo catastral por hectrea que es hasta el 800% del que registran los
macrofundios.

Camilo Gonzlez Posso

Grfico 2.
Avalo por hectrea segn escala UAF - Promedios Nacionales
2004-2009
MICROFUNDIO < 0,5 UAF

PEQUEA PROPIEDAD 0,5 a 2 UAF

MEDIANA PROPIEDAD 2 A10 UAF

GRAN PROPIEDAD > 10 UAF

$2.500.000

%2.000.000

$1.500.000

$1.000.000

$500.000

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con datos del PPTD - Compendio estadstico Dinmica de la
tenencia de la tierra segn rangos definidos por Unidades Agrcolas Familiares, 1999 - 2010.

Tabla 3.
Avalo promedio de la UAF en cada rango de tenencia 2004-2009
(en pesos corrientes)
Rango UAF

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Microfundio

43.490.931

46.433.874

53.438.969

57.847.860

63.396.477

74.178.087

Pequea propiedad

20.913.736

22.347.743

25.848.830

27.347.538

29.729.927

36.888.507

Mediana propiedad

14.698.975

15.400.271

18.071.887

19.508.075

21.357.695

26.787.701

6.796.321

7.366.858

8.633.371

8.963.916

9.785.934

14.465.847

15.849.747

17.083.817

20.007.213

21.098.346

23.064.170

29.054.306

Gran propiedad
Total

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con datos del PPTP, Compendio estadstico dinmica de la
tenencia de la tierra segn rangos definidos por Unidades Agrcolas Familiares, 1999-2010.

Punto de Encuentro

53

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

El teln de
fondo de
ese modelo
violento
ha sido
el fraude
sistemtico
contra las
finanzas
pblicas

Otra forma de fraude es la que se


produce con el manejo del tamao de
la UAF. Por influencia de polticos y
parapolticos logran definir el rea de
una UAF muy por encima de lo que
corresponde a su potencialidad productiva y de esta manera se titulan
predios de gran tamao. Un indicio de
irregularidad es la existencia de municipios con UAF que superan no solo
el 400% del promedio nacional, sino
que sobresalen en sus departamentos y
con respecto a los municipios vecinos4.
La inequidad de los avalos por Unidad Agrcola Familiar entre el microfundio y la gran propiedad ha sido producto
de influencias polticas de los latifundistas y grandes empresarios rurales.

En 2009 una UAF en predios microfunditas tenia un avalo de 74 millones


de pesos mientras que en la gran propiedad era de 14,4 millones de pesos.
Las cifras muestran que en los ltimos
aos se han ajustado los avalos pero
es evidente que no han crecido a precios constantes.
La comparacin de los avalos por
hectrea en los rangos catastrales del
IGAC muestran la distancia entre 14
millones de pesos/ha cuando el predio
es menor a una hectrea o 4 millones
entre una y tres hectreas, mientras en
los macrofundios de ms de 2000 has
el avalo por ha es de 178 mil pesos y
los que estn entre 500 y 2000 has tienen avalos menores a 500 mil pesos.

Grfico 3.
Avalo por hectrea en los rangos catastrales - 2009.
Millones de pesos corrientes
16.000.000
14.000.000

Pesos Corrientes

54

12.000.000
10.000.000
8.000.000
6.000.000
4.000.000
2.000.000
-

Avaluo por Hectara

<1

>1a3

>3a5

> 5 a 10

14,

4,1

3,0

2,3

> 10 a 15 > 15 a 20 > 20 a 50 > 50 a 100

1,8

1,5

1,2

985

> 100
a 200

> 200
a 500

> 500
a 1000

> 1000
a 2000

> 2000
++

886

874

557

481

178

Fuente: Elaborado por INDEPAZ con base en datos catastrales IGAC, 2009.

Ver tabla con los municipios de mayor rea por UAF, tenencia y abandono de tierras en Colombia,
PPTD - Accin Social, pgina INDEPAZ Ediciones, 2010.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Por esta va de inequidad se siguen


evadiendo impuestos y tambin se logran subsidios perversos en energa
elctrica rural que son menores por
KW para los latifundistas que para los
micro
productores. No debe olvidarse
que la UAF ha sido incorporada en la
estratificacin rural y en otras materias.5

El debate del modelo


de desarrollo rural
La orientacin del Plan de D
esarrollo
hacia la modificacin de la UAF para
favorecer macroproyectos, o formalizar realidades de concentracin de la
tenencia de la tierra, est ocultando la
urgencia de polticas frente a la realidad
del microfundio y el papel clave que tiene la pequea y mediana produccin en
la oferta de bienes agropecuarios.
Las medidas adoptadas en los artculos 60, 61 y siguientes del Plan Nacional de Desarrollo 2010 - 2014, eliminan
la limitacin de la UAF para Proyectos
Especiales Agropecuarios y forestales

que incluyan terrenos baldos o de origen en titulacin de baldos. Los proyectos con ms de 10 UAF solo requieren
aprobacin de un comit gubernamental
y los de menos de 10 UAF solo deben
informar sobre su constitucin.
Es evidente la relacin de esta reforma con los macroproyectos en curso en
la altillanura y otras zonas de la Orinoqua y tambin en el Choco biogeografico. En Vichada la UAF oscila entre 890

y 1400 has y con esta medida se pueden


legalizar propiedades o alianzas de gran
escala. Lo mismo ocurre en Guaviare,
Meta, Casanare o Arauca en donde las
grandes inversiones nacionales y extranjeras han chocado con las restricciones de las normas sobre UAF6.
El debate de la Ley de Tierras, anunciado para la legislatura del segundo
semestre de 2012, puede ser la ocasin
para ahondar en estas consideraciones
sobre la relacin entre equidad y desarrollo rural. La aplicacin del modelo
basado en el macrofundio, en medio de
la violencia generalizada y el despojo
de tierras, ya ha mostrado sus resultados en la crisis agraria de las ltimas
dcada. Es un modelo de dbil competitividad internacional, sostenido sobre
todo con exenciones y subsidios estatales, con mercado interno cautivo, trabajo precario y de altos precios.
El interrogante que queda por resolver es si los enunciados del Ministro
de Agricultura sobre el Desarrollo Rural con Equidad permitirn replantear
ese modelo basado en la concentracin
del uso de la tierra y de la apropiacin
minoritaria de los recursos pblicos.
La pregunta es si en la Ley de Tierras
se le dar el mayor nfasis al fomento
de la pequea y mediana produccin
que a pesar del impacto destructivo de
las polticas proclives al macrofundio
y a pesar del desplazamiento forzado,
continan significando el 75% del rea
sembrada en cultivos legales y por lo
menos el 65% del valor de la produccin agrcola7.

5 La

UAF se ha utilizado para reglamentar la


prestacin de asistencia tcnica agropecuaria
(Ley 607 de 2000), la adecuacin de tierras
(Decreto 1300 de 2003), en programas de
vivienda de inters social (Ley 3 de 1991) y
como base de estratificacin rural (Ley 505
de 1999) que sirve para tarifas de servicios
pblicos y para el predial.

6 Salinas Abdala Yamile, Extranjerizacin de la


tierra en Colombia, en www.indepaz.org.co

7 Segn Jaime Forero y Hctor Mondragn, en


2002 los campesinos mantenian el 67.3% del

Se sigue
con avalos
tramposos
y diversas
formas de
elusin de
impuestos

Punto de Encuentro

55

56

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Los derechos de la propiedad


colectiva de la tierra
Durante la administracin de Uribe Velez
se mont el sofisma de que los indgenas de
Colombia son grandes latifundistas. El mismo Presidente de la Repblica y alfiles suyos como el exgobernador Juan Jos Chaux
Mosquera, o sus amigos en el Magdalena,
Crdoba, Vichada o Cesar, sustentaron su
intransigencia ante los reclamos de ampliacin de territorios de resguardos con esas
tesis sobre el supuesto acaparamiento de
tierras por parte de los grupos tnicos. Los
resguardos tienen ms del 27% del territorio del pas, para una poblacin que no llega
al 3,4% del total, repitieron los ministros
y tcnicos del gobierno Uribe, para sustentar la negativa a los reclamos de las marchas
que llegaron hasta Bogot. Chaux M
osquera,

que tenia lnea directa con la Casa de Nario, tradujo la orientacin de esa poltica en
una frase: Ni un metro de tierra plana para
los indios, ni un metro ms para resguardos
que en realidad son improductivos y se oponen al desarrollo.
A pesar de la argumentacin presentada
por la ONIC, el CRIC o AICO, los embustes
sobre el latifundismo indgena quedaron en el
aire y sirvieron para que durante los ltimos
8 aos se haya presentado la ms baja ampliacin de territorios o titulacin de tierras
de resguardos en los ltimos 30 aos. Y al
mismo tiempo se ha llegado a una situacin
extrema de presin sobre los territorios tnicos que se ven amenazados por la expansin
incontrolada de los ttulos mineros, la exploracin hidrocarburifera o los reclamos por
exclusin de tierras protegidas para priorizar
el avance de macroproyectos.

rea sembrada del pas en cultivos legales y el 62.9% del valor de la produccin. El 43% del rea sembrada corresponde a explotaciones de menos de 20 has con el 9% de la tierra en propiedad. En ASAPAZ, Boletn de C
oyuntura
No. 21, abril 2011.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

El microfundio indgena
El estudio publicado en enero de 2011
por el Proyecto de Proteccin de Tierras y
Patrimonio de la Poblacin Desplazada bajo
el ttulo Unidades Agrcolas Familiares, tenencia y abandono de tierras en Colombia8
ofrece instrumentos valiosos para remirar la
concentracin de la tierra en Colombia con
unidades de medida mucho ms adecuadas
que las escalas tradicionalmente basadas en
la informacin catastral segn tamao en
hectreas de los predios. Utilizando esa metodologa se llega a la conclusin de que la
mayora de las familias indgenas de Colombia son microfundistas o tienen menos de una
Unidad Agrcola Familiar. Como afirma Diana Alexandra Mendoza -una de las autoras
del libro mencionado: Las aproximaciones
sobre tenencia de tierras colectivas en medidas UAF, permite entonces afirmar que al

menos 1.103.066 indgenas, es decir alrededor del 89,6% de la poblacin total, est en
condiciones deplorables en cuanto al acceso
y aprovechamiento de la tierra (sin tierra o
con menos de una UAF familiar).9
En las discusiones sobre la Ley de Tierras
o en las definiciones sobre restitucin de predios abandonados por desplazamiento forzado es importante volver sobre estas cifras y
la sustentacin metodolgica que se esboza
en el estudio publicado por Accin Social de
la Presidencia de la Repblica y editado por
INDEPAZ. Como se advierte en la presentacin del trabajo, los anlisis de los autores no
constituyen posicin oficial as hayan tomado como referencia la investigacin realizada
por los especialistas vinculados al PPTD.
Estas cifras sobre el predominio del microfundio entre territorios tnicos requieren
tener en mente algunas definiciones y anlisis
de los diversos t erritorios.

8 Libro editado por INDEPAZ. Investigacin del equipo

9 Proyecto de Proteccin de Tierras y Patrimonio de la

del Proyecto de Proteccin de Tierras y Patrimonio


de la Poblacin Desplazada. Anlisis de Salomn Kalmanovitz, Diana Alexandra Mendoza Duque y Camilo
Gonzlez Posso, diciembre de 2010.

Poblacin Desplazada, Unidades Agrcolas Familiares,


tenencia y abandono forzado de tierras en Colombia,
INDEPAZ Ediciones, Bogot, D.C. Diciembre 2010, captulo 5.

Punto de Encuentro

57

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Grfico 4.
Aproximacin a la situacin de tenencia de la tierra de indgenas
en zonas rurales segn medias de uaf por familia - 2010
800.000
700.000

No. de Personas/Familias

58

600.000
500.000
400.000
300.000
100.000
100.000
0

Sin Tierra*

Con menos de una UAF

Entre una y dos UAF

Entre 2 y 4 UAF

Ms de 4 UAF

Personas

297.342

805.724

41.225

86.778

61.755

Familias

114.789

159.866

8.180

7.711

16.747

(Promedio de 5,04 personas)**

Fuente: Clculo de Indepaz a partir de la UAF mixta promedio por departamento


*Cifra estimada a partir de datos DANE, censo 2005, para poblacin indgena rural por fuera de resguardos
** Dato aproximado a partir de PPTP y proyecciones DANE

La ventaja de utilizar la Unidad Agrcola


Familiar como medida para hacer escalas de
tenencia o para comparar predios entre regiones diferentes o apartadas, est en que as se
incluyen variables que sustentan una determinada productividad. Esa unidad de medida se
ha traducido en ingresos monetarios y de esa
manera en equivalentes comparables. Una
Unidad Agrcola Familiar se define como la
cantidad de tierra que dedicada a la agricultura, la ganadera o actividades mixtas, permite
un ingreso bruto promedio equivalente a 4 salarios mnimos legales vigentes, despus de
descontar costos de insumos de produccin,
pago de obligaciones crediticias y mano de
obra no familiar ocasionalmente utilizada.
Esa es la definicin que se sustenta en la Ley

10

160 de 1994 y en las resoluciones vigentes


del INCODER. En otros trminos la UAF es
equivalente a 2 salarios mnimos legales vigentes de excendente de capital que le queda a la familia para seguir invirtiendo, ms
el equivalente a 2 salarios mnimos legales
mensuales de remuneracin al trabajo familiar. (Algunos estudios sustentan que debe ser
3 smlv o el equivalente a la canasta bsica
familiar definida por el DANE).10
Durante cinco dcadas se ha contado en
Colombia con la Unidad Agrcola Familiar
como un instrumento de poltica de tierras y
se han elaborado guas para que los municipios, con la direccin del IGAC y del INCO
DER, definan las zonas homogneas y con
criterios tcnicos establezcan el tamao de la

La Unidad Agricola Familiar, UAF, se establecio en la Ley 135/1961 y en la Ley 160/1994. Actualmente la reglamenta
la Resolucin 202 de diciembre de 2009 - INCODER.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

UAF segn las modalidades de uso del suelo y variables de productividad y competitividad territorial. En algunos municipios esas
medidas han sido alteradas por terratenientes
y acaparadores de predios - especialmente en
la Orinoqua y Amazona - pero en general se
ha configurado una medida que permite comparaciones ms calificadas que aquellas que
utilizan solo escalas catastrales de predios en
hectreas. Con esas escalas catastrales se asumen comparables 5 hectreas en el Valle del
Cauca o en el altiplano cundiboyacense, con 5
hectreas en el Meta, Arauca o Choco. Lo que
resulta inadecuado por la diferencia en calidad
del suelo, infraestructura regional, distancia
a centros urbanos, costos de intermediacin,
competitividad territorial, entre otros.

Se puede utilizar la UAF definida en zonas de propiedad privada individual para estudiar la tenencia en resguardos y territorios
de comunidades negras que sonde propiedad
colectiva? Es lo que se hace en el estudio editado por INDEPAZ y en el texto de Diana A
Mendoza como un ejercicio comparativo que
hace la salvedad sobre los inconvenientes de
no contar con una UAF tnica.
La hiptesis que permite hacer este uso
es que una familia indgena necesita por lo
menos la misma tierra que una familia campesina para obtener un ingreso equivalente al
que define a la Unidad Agrcola Familiar. Si,
como han reclamado las comunidades indgenas, la UAF tnica requiere ms tierra que
las dems, con esa medida se tendra un pa-

... una familia indgena necesita por lo menos la misma


tierra que una familia campesina para obtener un ingreso
equivalente al que define a la Unidad Agrcola Familiar...

norama an ms precario que el encontrado


con la metodologa escogida para este estudio. As que a falta de la UAF tnica el uso de
medida similar a la de las zonas vecinas a los
resguardos ofrece una referencia til aunque
subvalora el dficit de territorio y significa un
desfase con la realidad sobre todo en la Amazona, la Orinoquia, Choco biogeogrfico o la
Sierra Nevada.
El estudio de Accin Social - PPTD, sobre
tenencia de la tierra, acoge la clasificacin
de microfundio, pequea propiedad, mediana
y gran propiedad que propuso Absaln Machado en 1986. Siguiendo esa clasificacin
se puede afirmar que el 89% de la poblacin
indgena de Colombia est por debajo de la lnea de pobreza, con ingresos disponibles para
consumo inferiores a 2 salario mnimo legal

mensual, que equivale a menos de $200.000


mensuales por integrante de la familia.
El 70% de la poblacin indigena que est en
microfundio solo llega a 1,6 dlares diarios
paer cpita. (Es una equivalencia aceptable
en las zonas ms integradas a los mercados
urbanos y locales, pero que es difcil de establecer sin valorar la produccin de autoconsumo incluidas la caza y la pesca en zonas de
selva o serrana).
En estos clculos se incluyen 297.342 indgenas que estn por fuera de resguardos y
no tienen tierra (Tabla 1) . As que si se consideran solo las familias al interior de resguardos, el resultado es 84,7% de la poblacin en
predios con menos de una UAF; 63.2% de
los predios en microfundio y pequea y mediana propiedad; en mediana escala se ubi

Punto de Encuentro

59

60

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

de reserva ambiental y donde habitan etnias


dedicadas a sus actividades tradicionales de
caza y pesca. Esos son los latifundistas de los
discursos del ex presidente antes nombrado.

ca el 35,5% de los predios. Los nicos resguardos que clasifican como gran propiedad
son 10 que tienen una extensin de ms de
4 millones de hectreas considerados zonas

Tabla 4.
Tenencia de la tierra en territorios indgenas - Colombia 2010
Personas

Familias (promedio de 5,04 personas)**

Sin tierra*

297.342

114.789

Con menos de una UAF

805.724

159.866

Entre una y dos UAF

41.225

8.180

Entre 2 y 4 UAF

86.778

7.711

Ms de 4 UAF

61.755

16.747

Sin tierra y con menos de una UAF

1.103.066
Fuente: Clculos INDEPAZ, 2011, con base en IGAC y DANE 2010.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Tenencia de la tierra en
resguardos indgenas por
departamentos
La hiptesis de clasificacin de los resguardos segn Unidades Agrcolas Familiares permite mostrar que en la mayora de los
departamentos p redomina el microfundio y
la pequea escala en la tenencia de la tierra
indgena.
En todas las cifras anteriores se ha asumido
que la totalidad del los territorios de los resguardos son de uso agropecuario o que estn

en condiciones de ser explotados para producir bienes. Este es un supuesto exagerado (hiptesis nula) que no tiene en cuenta la cultura
y tradiciones productivas, ni descuenta en los
resguardos las reas protegidas o no aptas para
la actividad productiva y tampoco descuenta
los lugares sagrados o en donde est prohibida
la actividad econmica. Si se introduce, como
corresponde, esta restriccin, el cuadro de tenencia efectiva de tierra por parte de las comunidades indgenas varia considerablemente
y no se puede hablar de ninguna forma equivalente a la mediana o gran propiedad.

...en la mayora de los departamentos predomina el microfundio


y la pequea escala en la tenencia de la tierra indgena...

Tabla 5.
Hipotesis de tenencia utilizando unidad agricola familiar de
economa privada individual
Escala de tenencia

No. departamentos

No. resguardos

Algunas
caractersticas

Microfundio
Menos de media Unidad
Agricola Familiar por familia

9: Sucre, Huila, Caldas, Tolima,


La Guajira, Arauca, Vichada, Meta

200

Parques naturales
(Caldas, Vichada, MetaEMA), desiertos de La
Guajira, Orinoqua.

Pequea escala
Entre O,5 Y 2 UAF

7: Nario, Cauca, Cesar, Risaralda,


Casanare, Putumayo, Caquet

272

Montaa de alta
pendiente, Amazona,
Orinoqua

Mediana escala
Ms de 2 y hasta 10 UAF

8: Choc, Magdalena, Antioquia,


Vaups, Guaviare, Guana, Norte de
Santander, Valle

262

Sierra Nevada,
Orinoqua,
Catatumbo,
Choco
biogeogrfico

Gran escala
Ms de 10UAF

1: Amazonas

10

Amazona

Fuente: INDEPAZ con base en estudio del PPTD, 2010

Punto de Encuentro

61

62

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

En los departamentos de la Amazona y


Orinoqua, donde se hace una equivalencia
hipottica con mediana y gran propiedad la
realidad est conformada por numerosas etnias integradas por pocas familias cuyos ingresos promedio mensuales para consumo
son inferiores a un salario mnimo mensual:
De las 31,2 millones de hectreas tituladas a los resguardos indgenas, dice
la ONIC, 24,7 millones (79%) quedan en
la Amazona y la Orinoqua, territorios
que no tienen vocacin para la produccin agropecuaria y en el que habitan 71
mil indgenas, 5% del total de Colombia.
1,41 millones de indgenas colombianos
apenas poseen 3.12 millones de hectreas de tierra utilizables, sea menos de
tres hectreas por persona; los indgenas
son el 14.2% de la poblacin rural del
pas, pero slo poseen el 6.8 % de las tierras con vocacin agropecuaria.11
Si se consideran como mediana escala en
Unidades Agrcolas Familiares, a los indgenas de la Sierra Nevada se les calculara un
ingreso para consumo mensual superior a los

11 En CECOIN, Resguardos contra la muerte, 2006, se


encuentra un amplio desarrollo de este enfoque.

Punto de Encuentro

6 millones de pesos por familia, despus de


gastos en insumos o crditos para invertir. Y
a los indgenas del Amazonas o Vaups, si en
realidad correspondiera clasificarlos como
grandes propietarios con ms de 10 Unidades Agrcolas Familiares, se estara afirmando que sus ingresos promedio mensuales por
familia son superiores a 12 millones de pesos. El solo enunciado de esta equivalencia
monetaria ilustra lo absurdo de la tesis sobre
el carcter latifundista o incluso de medianos
propietarios en las escalas UAF utilizadas
para propiedad privada.12
Slo a manera de ilustracin calculamos
una UAF tnica asumiendo 1. Para Amazonas, Vaups y Guana la UAF que est hoy
vigente para Vichada; 2. La UAF vigente
para Caquet se iguala a la UAF tnica de
Casanare, Sierra Nevada, Choco, Cubar y

12 La mediana propiedad (entre 2 y 10 UAF), est defi-

nida como aquella que genera excedentes de capital


entre 4 y 20 salarios mnimos legales vigentes. El
punto medio es de 12 SMLV que en 2011 significa
ms de 6 millones de pesos de ingresos despus de
pago de dos salarios, SMLV, de remuneracin familiar y todos los dems costos. La gran propiedad
(ms de 10UAF) genera ms de 20 salarios mnimos
legales vigentes, lo que en 2011 significa ms de
10 millones de pesos de utilidades mensuales por
predio familiar o particular.

Camilo Gonzlez Posso

Catatumbo. 3. En los dems departamentos


o zonas se asume una UAF tnica igual a la
UAF vigente para los no tnicos (Antioqua
y Valle en los municipios indgenas y no el
promedio departamental). El resultado de la
aplicacin de estos supuestos se muestra en la
Tabla 3 y se acerca ms a la realidad de ingresos y de productividad territorial en las zonas
donde se encuentran los resguardos. Con este
cuadro tambin se ilustra el predominio del
microfundio y la pequea propiedad en territorios tnicos. En resumen del panorama por
departamentos ledo en escalas de Unidades
Agrcilas Familiares se tiene lo siguiente:

Amazona: Predomina la pequea propiedad


con menos de una Unidad Agrcola Familiar (entre o,9 y 1,8 UAF)
Orinoqua: Predomina el microfundio con
menos de 0,5 UAF (entre 0,3 y 0,6UAF)
Choco biopacfico: microfundio y pequea propiedad
Sierra Nevada: predomina la pequea propiedad con menos de una UAF promedio.
La Guajira: Predomina el microfundio con
menos de 0,5 UAF promedio
Cauca y Nario - zona andina: predomina la pequea propiedad con menos de 1
UAF promedio.

1386

HUILA

16

CALDAS

Promed io de
UAF por
familia

Equivale nte
en No de UAF

SUCRE

Familias en
resguardos
(promedi
o 5,04
personas)**

Poblacin
indgena
en resguardos
(2009 DNP)

rea
resguardos
equivale nte
en No. UAFS

AREA de
resguardos
(Hectreas)

SANTANDER

Departamento

Promedio de
UAF mixta
ajustada
a Prop.
colectiva

Predios
(resguardos)*

Tabla 6.
Hipotesis con UAF ajustada a propiedad colectiva en resguardos indgenas

993

197

51,1

27,1

17334

3439

18,10

0,008

8141

39,4

206,6

6491

1288

137,73

0,160

30543

16,2

1887,1

48189

9561

1258,07

0,197

TOLIMA

73

23925

17,7

1349,1

22506

4465

899,40

0,302

LA GUAJIRA

22

1255569

77,5

16200,9

227861

45211

10800,59

0,358

ARAUCA

27

133570

409,1

326,5

4177

829

217,68

0,394

CORDOBA

129108

27,4

4719,3

49569

9835

3146,23

0,480

VICHADA

32

3448115

1218,8

2829,2

28978

5750

2829,22

0,492

META

19

350557

299,4

1170,9

10559

2095

780,63

0,559

NARIO

63

375885

27,0

13925,6

120335

23876

9283,75

0,583

CESAR

11

178880

35,4

5058,8

41547

8243

3372,55

0,614

Punto de Encuentro

63

Equivale nte
en No de UAF

16,0

33066,5

227185

45076

22044,33

0,734

RISARALDA

28311

11,0

2573,7

9720

1929

1715,82

1,335

CASANARE

10

148476

218,5

2029,9

6523

1294

679,62

0,525

PUTUMAYO

58

486475

218,5

8071,7

24982

4957

2226,75

0,449

CAQUETA

44

678649

218,5

3106,4

7359

1460

3106,39

2,127

116

1260983

218,5

24416,3

52062

10330

5771,92

0,559

170955

218,5

2374,4

4542

901

782,51

0,868

VALLE DEL
CAUCA

24

39639

16

5083,5

8765

1739

1,421

ANTIOQUIA

45

332425

51

12288,4

18592

3689

1,742

MAGDALENA

288657

218,5

6348,8

7752

1538

1321,27

0,859

VAUPES** *

4160715

1218,8

17482,0

18438

3658

3413,92

0,933

NORTE DE
SANTANDER

166117

218,5

7010,6

4738

940

760,37

0,809

GUAINIA***

26

7083742

1218,8

29763,6

16404

3255

5812,30

1,786

GUAVIARE

24

2215073

1218,8

18212,3

9750

1935

1817,50

0,940

AMAZONAS

24

8314478

1218,8

59673,3

26321

5222

6822,14

1,306

170955

218,5

2374,4

4542

901

782,51

0,868

CHOCO
BOYACA-CUBARA

BOYACA-CUBARA

Promed io de
UAF por
familia

530245

CAUCA

Familias en
resguardos
(promedi
o 5,04
personas)**

Promedio de
UAF mixta
ajustada
a Prop.
colectiva

81

Departamento

rea
resguardos
equivale nte
en No. UAFS

AREA de
resguardos
(Hectreas)

Poblacin
indgena
en resguardos
(2009 DNP)

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Predios
(resguardos)*

64

Fuente: INDEPAZ con base en datos de IGAC y DANE 2010 y estudio del PPTD 2010

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Amazonia y Orinoqua llena


de latifundios indgenas?
Ignorancia, estupidez
o algo ms?
Una rpida mirada al mapa de resguardos
indgenas del pas p ermite afirmar que ms
del 80% del territorio colectivo indgena est
en los departamentos de Amazonas, Vaups,
Guana y Vichada. En cada uno de los tres
primeros de esta lista el rea de resguardos
es ms del 90% del total de rea del departamento y en Vichada el 25%.

La realidad de los territorios de resguardos


parte de reconocer que 23 millones de hectreas estn en los departamentos mencionados. Son 90.141 personas en 85 resguardos
que pertenecen a 49 etnias (Tabla 4). Esto
significa que en esa extensin de resguardos
(80%), habita el 8,7% del total de la poblacin indgena que est registrada en resguardos. Durante siglos estas etnias han estado
sometidas a la disputa por sus territorios y
han luchado por sobrevivir con su cultura y
su forma de integracin con los ecosistemas
y su biodiversidad.

Punto de Encuentro

65

66

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Tabla 7.
Etnias indgenas en algunos departamentos de la Amazona
Amazonas

Andoke, Barasana, Bora, Cocama, Inga, Karijona, Kawiyar, Kubeo, Letuama, Makuna, Matap, Miraa,
Nonuya, Ocaina, Tanimuka, Tariano, Tikuna, Uitoto, Yagua, Yauna, Yukuna, Yuri

Guaina

Kurripako, Piapoco, Puinave, Sicuani, Yeral

Guaviare

Desano, Guayabero, Karijona, Kubeo, Kurripako, Nukak, Piaroa, Piratapuyo, Puinave, Sikuani, Tucano,
Wanano

Vaups

Bara, Barasana, Carapana, Desano, Kawiyar, Kubeo, Kurripako, Makuna, Nukak, Piratapuyo, Pisamira,
Siriano, Taiwano, Tariano, Tatuyo, Tucano, Tuyuka, Wanano, Yurut

Vichada

Kurripako, Piapoco, Piaroa, Puinave, Sliba, Sikuane

las polticas de reconocimiento de derechos de los pueblos indgenas


han chocado desde el siglo XV con las fuerzas de colonizacin

Tabla 8.
Cifras sobre rea de resguardos y territorios indgenas
Hectreas

Familias

No.
Resguardos

Derechos de pueblos indgenas - incluye resguardos de origen


colonial

31.840.619

744

Resguardos indgenas registrados

28.811.366

634

ETNIAS

92

reas protegidas de PNN superpuestas con resguardos - sin


incluir traslape con reservas forestales L 2a

3.588.816

reas en territorio indgena no superpuesta con zonas protegidas

7.302.109

Reservas forestales y Parques NN superpuestas con resguardos

24.538.510

Reservas forestales superpuestas con resguardos L2/59

20.949.694

Resguardos en Amazona oriental (Amazonas, Vaups, Guana)

19.558.935

84.391

53

33

Resguardos en Vichada

3.448.115

5.750

32

Resguardos en La Guajira - incluido desierto

1.255.569

45.211

22

Territorio de propiedad colectiva en las otras zonas

7.578.000

68.262

527

52

reas protegidas superpuestas con otras zonas (sin Amazona


oriental, Vichada, Meta y La Guajira)

4.630.149

304

Resguardos en la Sierra Nevada

Fuentes: INDEPAZ con base en cifras del IGAC, DANE y PPTD 2010

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

Muchos de estos pueblos tuvieron que vivir la servidumbre impuesta por los caucheros y han soportado a los buscadores de oro
o los colonizadores ganaderos en las riveras
del Caquet, el Putumayo y dems afluentes
del Amazonas.
En las ltimas dcadas del siglo XX se
volvi a reconocer sus derechos con la conformacin de resguardos que surgieron superpuestos a la poltica de proteccin de la
Amazona. Los gobiernos de Belisario Be-

tancourt y Virgilio Barco tuvieron especial


inicitica al acreditar estos territorios como
resguardos, reservas y parques nacionales
naturales con la idea visionaria de hacer
difcil su conversin en zonas ganaderas o
de explotacin depredadora de los bosques.
El mensaje de profundo contenido ambientalista fue encargar a los habitantes originales
de la Amazonia el cuidado de estos ecosistemas con los cuales han compartido siglos de
existencia.

Pero las polticas de reconocimiento de derechos de los pueblos indgenas han chocado
desde el siglo XV con las fuerzas de la colonizacin que en estos tiempos se ha denomi-

nado progreso. Casi todo el departamento de


Caquet, como los departamentos del Meta,
Casanare y Guaviare han sido pioneros en la
colonizacin de ganadera extensiva, de ex

Punto de Encuentro

67

68

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

plotacin de pieles o tigrera y en los ltimos


20 aos de los grandes cultivos de coca. En la
colonizacin en medio de la guerra o los conflictos armados la peor parte la han llevado los
grupos indgenas de la Amazona y la Orinoqua que han sido continuamente desplazados,
sedentarizados a la fuerza, convertidos en jornaleros de ocasin y desplazados o refugiados
en lo profundo de su propio territorio.13
Parece que en estas primeras dcadas del
siglo XXI la civilizacin quiere culminar
la tarea en el Guaviare y Vichada y comenzar la colonizacin de la parte ms preservada de Vaups y Guaina con una avanzada de
minera e hidrocarburos. Y la conquista de la
penltima frontera choca con los derechos
consagrados en las leyes de resguardos y zonas protegidas que fueron reafirmadas en la
Constitucin Poltica de 1991.
El mapa de expulsin acumulada de indgenas vctimas de desplazamiento forzado
muestra la correlacin con la disputa de territorios por parte de actores armados y negociantes desarmados.
El desplazamiento indgena se ha concentrado en Vichada, Vaups y Guaviare; le

siguen Putumayo, municipios del litoral pacfico, sabanas del Sin y Sierra Nevada de
Santa Marta. No han sido las nicas regiones
pero s las que han sufrido el mayor impacto de grupos armados que hacen la primera
fase de ocupacin de territorios. Una vez se
cumple esta fase de violencia y expulsin comienza la otra de ocupantes de buena fe,
trabajo de notarios e intermediarios, que son
apenas el preludio de la consolidacin y de la
llegada del progreso.
As que el asunto de fondo no es la discusin sobre si los indgenas son los verdaderos latifundistas como han afirmado algunos
idelogos de la colonizacin armada hacia el
oriente, el pacfico o las sabanas del Caribe.
Esas afirmaciones extremas en realidad son
la versin primitiva de una fuerza econmica
ms poderosa que necesita subvertir los derechos de los pueblos indgenas para entregar,
con todas las de la ley, nuevos territorios a
macroproyectos agroindustriales, forestales,
mineros o energticos.14

14 En
13 SINCHI,

Guaviare, Poblacin y territorio, TM


Ediciones, 1999.

Punto de Encuentro

el texto Indgenas: terratenientes o microfundistas? Publicado en 2008 se incluyen cifras sobre


tenencia en la zona andina y en particular en el departamento del Cauca. Ver tambin Camilo Gonzlez
Posso ,A quin creerle? El Espectador, 26 de octubre de 2008.

Camilo Gonzlez Posso

Una vez se cumple esta fase de violencia y expulsin comienza la


otra de ocupantes de buena fe, trabajo de notarios e intermediarios

Microfundio indgena en la
zona andina. Cauca un ejemplo
estudiado
En la Tabla 5 se incluyen algunas cifras sobre tenencia de la tierra de propiedad colectiva
que permiten mostrar el panorama en zonas
distintas a la Amazona y la Orinoqua a las
cuales le corresponde el 20% del territorio de
resguardos y son el 81,3% de la poblacin indgena de Colombia donde habitan 53 etnias
en 549 resguardos. Las etnias ms numerosas
son los Wayuu, Nasas, Emberas y los Misak Guambianos.
Los Wayuu han habitado en la pennsula
de La Guajira que es una zona desrtica en su
mayor parte y han sido progresivamente desplazados de las tierras ms frtiles situadas
en las vegas del rio Rancheria. Son un pueblo
con territorios en Colombia y Venezuela. En
La Guajira se acercan a 45 mil familias en 22
resguardos que viven del comercio, el pastoreo y la pesca.
En escala de Unidades Agricolas Familiares a cada familia nuclear le corresponde
un microfundio de 0,4 UAF (27,7 hectreas
promedio familia) es decir con capacidad de
generar en actividades agropecuarias valor
agregado inferior a un salario mnimo mensual a cada familia15. Es sabido que los Wayuu se organizan a partir de los clanes y las
familias son extensas, matrilienales y polig-

micas. Aunque el pastoreo es apenas un componente del total de los ingresos, su significacin est asociada a la cultura, a las dotes y
al estatus dentro del clan o entre ellos. El carcter necesariamente extensivo del pastoreo
y de la vida frecuentemente itinerante de los
Wayuu le da mayor significacin al territorio.
La situacin de los Misak - Misak, que en
su mayora habitan en Santiago de Guambia,
municipio de Silvia Cauca, es ilustrativa de
la situacin de microfundio extremo en resguardos indgenas. Con una poblacin de 25
mil personas tienen en 5 resguardos menos
de 20 mil hectreas en zona de montaa con
altas pendientes, paramos y tierras de mala
calidad. A cada familia de este pueblo de tradicin agrcola para subsistir le corresponde
en realidad menos de un tercio de hectrea.
A los Nasa que habitan en su mayora en
el departamento del Cauca tampoco les cabe
el mote de latifundistas. En promedio tienen
menos de 4 hectreas por familia en una zona
donde los estudios realizados indican que la
Unidad Agrcola familiar de los colonos campesinos es de 20 hectreas.
La Tabla 6, que resume las diferencias entre el CRIC y el gobierno de Uribe, ilustra
el panorama de los territorios indgenas en el
Cauca. No solo los Nasa y Guambianos estn
en el microfundio, sino tambin los Yanaconas y Kokonucos, para mencionar solo los
ms numerosos en la zona andina.

15 Con los datos del PPTD - Accin Social de la Presidencia de la Repblica, el promedio sera de 0,7 UAF por familia

que equivale a un promedio de 54 hectreas. La diferencia con las cifras de la tabla 3 estn en el censo de poblacin
y nmero de familias que esta subvalorado en los datos de Accin Social.

Punto de Encuentro

69

70

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Tabla 9.
Comparacin de los datos sobre la tierra indgena en el
departamento del Cauca - CRIC vrs Uribe Vlez
Departamento del Cauca

Datos CRIC con base en


censo y catastro 2003.
Estudio de enero 2008
HECTREAS

Superficie total

3.080.800

Predios registrados en catastro

1.868.525

Baldos

1.170.275

Datos del Presidente


(22 octubre 2008)
HECTREAS
2.930.800

Resguardos legalizados o en proceso

544.901

721.763

Superficie de resguardo econmicamente activa (cultivos,


pastos, bosque plantado)

191.237

253.308

Superficie no explotable (pramos, bosque nativo,


cinagas y cuerpos de agua, eriales)

353.664

468.455

51.119 (censo 2003)

56.230 (proyeccin 2008)

Familias en la poblacin indgena que viven en resguardo


Tierras por fuera de resguardo en usufructo de otras
familias de origen indgena
Promedio de parcela por familia indgena

107.822

3,7 has/familia

4,5 has/familia

218.106

196.805 (estimacin
segn datos del
Presidente)

Ofertas voluntarias de predios al INCORA/INCODER a


diciembre 2003 (590 predios)

65.884

65.884

Baldos pendientes de adjudicar segn INCODER 2007

439.000

439.000

Faltante de tierra a indgenas segn estudio del INCORA 2004 (aplicacin del decreto 982/99)

Acuerdos de diciembre 2005 - faltante que ya est


ofertado en 106 predios

7.161

Decisin de la Comisin Interamericana de DH por


masacre del Nilo - faltante de compromiso del Estado

5.802

Reubicaciones por emergencias 2008, pendiente

15.000

Fuente: Plan de Vida Regional de los Pueblos Indgenas del Cauca, CRIC 2008,
prensa Presidencia de la Repblica, alocucin del Presidente, octubre 22 de 2008.

Punto de Encuentro

Camilo Gonzlez Posso

El inters general de los Derechos


de los Pueblos Indgenas
En todas estas discusiones, que con frecuencia tienen como trasfondo la violencia, se
llega en algn momento a las preguntas sobre
la relacin entre el inters general de la nacin
y los derechos de los pueblos indgenas. Por
ejemplo, se ha establecido en la ley que los derechos a la exploracin y explotacin minera
son de inters general de la nacin y que por lo
tanto priman sobre los derechos individuales
o colectivos. Pero tambin se ha establecido
que los derechos a la existencia o la pervivencia de los pueblos indgenas y dems minoras
tnicas priman sobre los derechos y polticas

generales. (Sentencias de la Corte Interamericana y de la Corte Constitucional)


En lo relativo a la tierra, la refutacin de los
sofismas sobre el latifundismo de los resguardos, lleva a profundizar el principio de que el
territorio vital de los pueblos indgenas no es
solo un derecho inalienable sino superior al
inters de otras personas, grupos sociales o de
un proyecto de inversin. Este principio no
solo es uno de los fundamentos del d erecho
al consentimiento previo, libre e informado, o a la consulta para ese c onsentimiento,
sino que demanda a la sociedad y al Estado
el r econocimiento del derecho a la vida y a la
existencia como pueblos como un asunto de
inters general.

...se ha establecido en la ley que los derechos a la exploracin y


explotacin minera son de inters general de la nacin y que por
lo tanto priman sobre los derechos individuales o colectivos...

ANEXO:

Agenda de propuestas consideradas en la Minga o en la


mesa de tierras y territorio - lista parcial

En cuanto a tierras:
Constitucin y ampliacin de resguardos en cerca de 1,7 millones de hectreas
(listado detallado en CECOIN, Tierras contra la muerte, 2006).
Reestructuracin de resguardos (especialmente unificacin para zenes, uwas,
nasas, arhuacos, kogis, kankuamos, entre otros).
Amojonamiento y alinderacin de resguardos (especialmente los que fueron objeto de reduccin sobre planos cartogrficos por parte del Incoder e IGAC en el
anterior gobierno).
Censo patrimonial (sitios sagrados y de origen protegidos por el Derecho Internacional)
Saneamiento de resguardos.
Creacin de reas de amortiguacin para resguardos, especialmente en zonas de
frontera agrcola y de empresas agroindustriales.

Punto de Encuentro

71

72

El fomento del Macrofundio como Modelo Rural

Creacin de reservas campesinas en zonas de colonizacin adyacentes a resguardos indgenas.


Declaracin de Entidades Territoriales Indgenas - ETIS (depende de la Ley de
Ordenamiento Territorial).
Trasferencias de la nacin a municipios con alto porcentaje catastral en resguardos (esto est en la Ley pero no se cumple).
Pleno reconocimiento de los resguardos de origen colonial.
Desmilitarizacin y consulta previa a la autoridad indgena para cualquier operacin militar.
Adopcin de polticas diferenciadas para la poblacin indgena en situacin de
desplazamiento forzado.
Adopcin de polticas y normas sobre los derechos de las comunidades indgenas
afectadas por macroproyectos y por desplazamiento forzado para su implementacin.
En cuanto a sistemas productivos y medio ambiente:
Impulso a sistemas de produccin sostenible.
Mercados y tiendas verdes regionales y nacionales.
Subsidio a micro sistemas de transporte (terrestre y fluvial) en manos deresguardos asociados.
Apertura de rutas areas a nuevas empresas y control del monopolio y la corrupcin en Satena que cubre casi todas las rutas de Amazonia, Orinoquia y Pacfico.
Estudios de viabilidad para la compensacin por conservacin de bosques (por
emisiones de gases invernadero).
Compensacin por servicios ambientales de resguardos (produccin de agua,
biodiversidad).
Proyectos comunitarios de ecoturismo, eco investigacin y culturales.
Fortalecimiento de gobernabilidad ambiental de autoridades tradicionales.
Prohibicin de gran minera en territorios tnicos y derecho a veto de inversiones
que vayan en contra de planes de vida y pervivencia de los pueblos.

Punto de Encuentro

Esta publicacin se imprimi


con el apoyo de:

FOS COLOMBIA

Fondo para la Sociedad Civil Colombiana por la Paz,


los Derechos Humanos y la Democracia
Iniciado por Asdi, administrado por Forum Syd

Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz


Bogot, febrero de 2014
Informes: Indepaz Calle 62 No. 3B-70
Tels: 255 2672 / 75 - 249 0428

www.indepaz.org.co

También podría gustarte