Hildedrando y Sus Consejos Cuentos Economía e Inflación
Hildedrando y Sus Consejos Cuentos Economía e Inflación
Hildedrando y Sus Consejos Cuentos Economía e Inflación
y sus consejos
cuentos sobre economa e inflacin
segunda edicin
Juan L. Cariaga
Dibujo de Ral Mariaca Guilln, copia por Ana Mara Lema de Cariaga
A mi esposa Ana Mara, a mis hijos Juan Guillermo, Sebastin Luis, Diego
Salvador y Rodrigo, a mi adorada nietita Colette y al inmenso recuerdo de mi
bondadosa y querida madre. A todos ellos el amor le debo en esta vida
Prlogo
El
Prncipe
El autor
lo general, son los ms pobres. Ms vale un sacrificio compartido ahora, para que
la actividad en el reino vuelva a su normalidad y para que a la larga todos se
beneficien trabajando honradamente. Adems dijo Hildebrando , os aconsejo
disminuir el nmero de feriados decretados por orden real, que no hacen otra cosa
que limitar los das laborables y, por tanto, los bienes y servicios que se pueden
producir.
Es tambin importante que hagis todo lo posible por mantener la tasa de
cambio flexible y que el Banco Real incremente sus tasas de inters. Todo esto, con
el fin de disminuir el exceso de liquidez en la economa que origina este
desenfrenado gasto fiscal finaliz Hildebrando.
Y, qu debo hacer con los especuladores del zlar y las otras monedas ?
dijo Alcibiades.
La especulacin en el reino, Majestad, es como la temperatura en el cuerpo
de un enfermo. Es un sntoma de que algo anda mal. Al igual que en el enfermo, en
el reino debe curarse el origen del mal y no el sntoma, que no es ms que una
reaccin natural al problema de fondo.
Qu sabio sois dijo Alcibiades.
Nada de esto Majestad, slo doy rienda suelta a mi sentido comn.
Algo ms que pueda hacer por SM ? pregunt Hildebrando.
Si, hay algo que deseo preguntaros dijo Alcibiades . Como sabis, a
partir de la desenfrenada subida de los precios, los sbditos simplemente se
rehusan a utilizar la moneda local para hacer sus transacciones. Casi todas ellas se
realizan ahora en moneda extranjera y particularmente en zlares. Si bien los
sbditos no reciben sus remuneraciones en esa moneda, al parecer, tan pronto
como se les paga, stos inmediatamente la cambian a zlares, con los cuales
realizan la mayor parte de sus transacciones o vuelven a cambiar los zlares poco a
poco a la moneda local, con la que pagan otros gastos menores. Parecera que nos
hubisemos convertido en un reino de especuladores. Por esta razn y en base al
buen criterio del ministro de la Polica, he dispuesto que se declaren ilegales todas
las transacciones en zlares o cualquier otra moneda, con el fin de que se utilice
solamente la moneda local que, segn las disposiciones dictadas, es la nica que
tiene curso legal, como medio de pago. Qu pensis de la efectividad de estas
medidas?
Majestad, como resultado de esta exacerbada subida de los precios,
vuestros sbditos han perdido toda su confianza en la moneda del reino. De tal
manera que, ya sea con vuestras disposiciones legales o sin ellas, stos igualmente
realizarn la mayor parte de sus transacciones en zlares u otras monedas
extranjeras, debido a que stas mantienen su valor; mientras que la vuestra,
lamentablemente, no lo hace respondi Hildebrando.
Y que debo hacer entonces ? pregunt Alcibiades.
Hasta que la moneda local vuelva a recuperar la confianza de vuestros
sbditos, no quedar otra que tolerar estas operaciones. Debis pensar que nadie
racionalmente actuar en contra de sus propios intereses, al utilizar una moneda
que no mantiene su valor. En el mejor de los casos y acatando vuestras
disposiciones, los sbditos del reino realizaran sus transacciones en moneda local,
sujetas al tipo de cambio del mercado paralelo o mercado negro, donde se cotiza
extraoficialmente el zlar y las otras monedas dijo Hildebrando.
Por otra parte, tambin deseo consultaros lo que un profesor de una
conocida universidad del Coloso del Norte de esos que deambulan por reinos con
problemas econmicos en busca de consultoras me recomend respecto a este
problema. ste me dice que deba permitirse inclusive la apertura de cuentas
bancarias en zlares, a fin de facilitar estas transacciones Qu opinis de esto ?
dijo Alcibiades.
Majestad, esto significara reconocer al zlar como una moneda de curso
legal en el reino, cosa que no me parece del todo mal, pues vuestros sbditos ya lo
hacen todos los das. Esto es particularmente importante, en momentos en que la
subida de los precios o inflacin se convierte en una accin desenfrenada y/o la
preferencia de vuestros sbditos por la moneda extranjera es tal, que puede poner
en riesgo la estabilidad de los bancos En el pasado, en algunos reinos del gran
continente del Sahara se dieron estas situaciones; particularmente en aquellos
donde la hiperinflacin o subida de los precios tena un comportamiento de tipo
hiperblico, que amenazaba con volatilizar los recursos bancarios. En estos reinos
ya nadie quera depositar su dinero en estas instituciones, pues todos mantenan sus
zlares debajo del colchn o, como se dice vulgarmente, en el
colchn bank
dijo Hildebrando.
Sin embargo, el peligro de reconocer al zlar como moneda de curso legal
y permitir que los bancos puedan recibir depsitos en zlares, es que la economa
se zolarice completamente y que las autoridades del Banco Real pierdan el control
de todos los instrumentos monetarios a su cargo continu . En estas
circunstancias, el Banco Real, por ejemplo, ya no podra utilizar dichos
Pasaron ciento ochenta das y las cosas siguieron de mal en peor. Como de
costumbre, las rpidas recomendaciones que haba dejado el profesor Fax no
sirvieron para nada.
Desalentado, Alcibiades mand a llamar a Hildebrando, quien se encontraba
convaleciente de una rara enfermedad en las altas y heladas tierras del sur.
Me mandasteis a llamar ? pregunt Hildebrando.
As es dijo Alcibiades . Como habris visto, en el reino nuevamente
impera la subida de los precios y francamente no se qu hacer. Tal como
recomendasteis, mi gobierno no gasta ms de lo que recibe, pero nadie puede
explicarme por qu los precios de los bienes siguen subiendo ms y ms. Todo esto,
a pesar de que por orden real, en el gobierno de este reino nadie puede gastar ms
de lo que se recibe.
Observad, Majestad dijo Hildebrando . Lo que habis tenido en el
pasado es el fenmeno econmico de la subida de los precios, conocido con el
nombre de inflacin; en este caso, causado por el incremento de los gastos de
vuestro reino. En otras palabras, vuestro reino aumentaba el gasto y como no tena
los recursos para pagarlo, recurra al Banco Real para que ste lo haga en la forma
de un financiamiento al dficit fiscal. Como bien sabis, dicha institucin puede
hacerlo, ya sea al prestarse recursos del pblico, incrementando la deuda interna, o
al prestarse recursos del extranjero, incrementando la deuda externa. Tambin lo
puede hacer al imprimir dinero fresco, que es lo que precisamente vuestro Banco
Real hizo, al dejar varios volmenes de su memoria anual y la informacin
estadstica sin publicar, debido a que utilizaba la imprenta de esa institucin para
tal propsito. Como podis suponer, todas estas formas de financiamiento tiene
efectos sobre la subida de los precios pues, al hacerlo, incrementa la cantidad de
dinero en la economa que presiona sobre stos.
Hoy, la situacin es diferente prosigui . Lo que vuestro reino tiene
ahora es el fenmeno de la inflacin, causado por el incremento de la cantidad de
dinero, que se origina en la subida de los precios internacionales de las materias
primas que vuestro reino exporta al resto del mundo. En otras palabras, a pesar de
que el reino no produce ms bienes y servicios de exportacin, ste recibe ms
ingresos, debido a los mayores precios internacionales. Estos ingresos, que vienen
en la forma de zlares y otras monedas extranjeras, al ser cambiados a la moneda
nacional, incrementan la cantidad de dinero en la economa que, como os expliqu
anteriormente, presiona sobre el nivel de precios.
Y qu puedo hacer para que estos ingresos que vienen del extranjero no
presionen sobre el nivel de precios? Despus de todo no es culpa del reino que los
precios internacionales suban. Por qu tendramos que ser penalizados por esto ?
prosigui Alcibiades.
No se trata de ser penalizados por los altos precios internacionales. De lo
que se trata es de que los precios de las materias primas son objeto de ciclos
econmicos, que se encuentran fuera de control de vuestro reino o de cualquier
otro en la economa global. En otras palabras, lo que sucede es lo siguiente: cuando
la produccin mundial de materias primas aumenta y/o su demanda disminuye, los
precios internacionales tendern a bajar. Por el contrario, cuando la produccin
mundial de materias primas disminuya y/o su demanda aumente, los precios
internacionales tendern a subir. La interaccin entre la produccin y la demanda
de las materias primas en los mercados internacionales, es la que determina estos
ciclos econmicos, a los que responden los precios internacionales.
Pero, esto no es lo que sostiene el ministro del Tesoro. l dice que estos
precios son manipulados por el Coloso del Norte, con el fin de someter a las
economas de los reinos ms dbiles, que se encuentran sujetos a su hegemona
dijo Alcibiades.
Majestad, no os suscribis tan fcilmente a este argumento dijo
Hildebrando. En realidad, no es tan fcil para una persona, un gobierno o una
institucin controlar los precios internacionales de las materias primas. En otras
palabras, es muy poco probable la existencia de monopolios, que significa (pocos o)
un solo vendedor, o de monopsonios, que significa (pocos o) un solo comprador,
especialmente de este tipo de bienes, tambin llamados comodities. Aunque en el
pasado hubo intentos de controlar algunos de estos mercados, en realidad su efecto
fue relativo y sobre todo muy temporal. Este es el caso, por ejemplo, del Consejo
Internacional de las Latas de Estao o de la Organizacin de Productores de
Aceites y de Gases Combustibles que, en el siglo pasado, efectivamente, pudieron
lograr algn control de los mercados pero que, con el descubrimiento de nuevas
tecnologas y sobre todo con la nueva produccin y productividad en los pases
ms avanzados, su poder de manipular los mercados result ser muy efmero y
completamente temporal.
Bueno, sea lo que fuere cmo puedo evitar que los precios internacionales
presionen sobre los precios internos? dijo Alcibiades.
Al igual que en el pasado, lo que tenis ahora, es lo que se llama una
inflacin por demanda. Esto, debido a que el mayor ingreso originado por la subida
economa, con todas las consecuencias que bien conocis continu sin apresurarse
Hildebrando.
No obstante, para mi, el tema ms importante es el de las reservas
internacionales. Dado que mantendris el tipo de cambio fijo y estaris pagando
altos intereses por retirar dinero del pblico, al igual que el sistema bancario por
mantener depsitos en moneda nacional, vuestros sbditos se vern tentados a
cambiar los zlares que tenan acumulados en el extranjero y bajo el colchn, por
dinero en moneda local, bajo la percepcin de que la moneda nacional mantiene su
valor. Esto, sin darse cuenta que la supuesta fortaleza y estabilidad del tipo de
cambio se debe principalmente a los altos precios de las materias primas y debido a
que el Banco real mantiene fijo el tipo de cambio. Si en el mediano plazo se
mantiene esta percepcin, llegar un momento en que vuestros sbditos cambiarn
la mayor parte de los zlares por moneda local; circunstancia que elevar
significativamente el nivel de las reservas internacionales del Banco Real sigui
explicando Hildebrando.
Por lo tanto, no cometis el error de pensar que podis gastar estas reservas
como si fueran ahorros de vuestro gobierno pues, en primer lugar, parte de ellas es
oro no monetario; otra parte, recursos que el Banco Real deber devolver a los
tenedores de ttulos o valores que prestaron recursos a corto plazo para retirar
liquidez de la economa; otra parte, el encaje legal de los bancos comerciales por
los depsito en moneda extranjera, si los hubiera y, la mayor parte de ellas, la que
vuestros sbditos, confiados en la estabilidad econmica, cambiaron para recibir
moneda local y que, en algn momento, ms temprano que tarde, les tendris que
devolver continu explicando.
El peligro aqu es que, luego de descontar los recursos que os seal
anteriormente, encontraris que, de pronto, lo que queda es muy poco para
devolver a los sbditos, si en algn momento stos deciden cambiar nuevamente su
moneda local por zlares o cualquier otra moneda extranjera dijo Hildebrando.
La regla que siempre hay que respetar, es que los reinos deben tener las
suficientes reservas internacionales para poder devolver a los sbditos el monto de
zlares y monedas internacionales que, confiados en la fe del Estado, en este caso
de vuestro reino, libremente cambiaron a moneda local. Esto se llama en economa
la libre convertibilidad, que en la mayor parte de los reinos est garantizada por su
Carta Magna y otras disposiciones de los bancos centrales.
Si los reinos no tienen las suficientes reservas para devolver a los sbditos
los zlares y monedas extranjeras que cambiaron por moneda local, esto puede
vacas flacas
. Es curioso, pero ya la Biblia haca referencia a los ciclos
econmicos, al hablar de los siete aos de vacas flacas y los siete, de las vacas
gordas.
Como resultado de los consejos de Hildebrando, el reino de Alcibiades
empez a reducir significativamente la inflacin causada por la subida de los
precios internacionales. Con la adopcin de una tasa libre de cambio, se logr
entregar a la economa slo los recursos que le corresponda, con lo que adems se
evit que stos presionen sobre los precios internos. Los exportadores recibieron la
parte que en justicia les corresponda y, gracias a la adopcin de una tasa de
cambio real, stos muy rpidamente se volvieron mucho ms competitivos, no slo
en los reinos vecinos, sino tambin en la economa mundial. Al actuar de esta
manera, los sbditos de Alcibiades incrementaron sus inversiones e incursionaron
en muchsimos mercados internacionales; sobre todo, ms all de las fronteras,
donde actuaron ms agresivamente frente a los productores internacionales.
Todos quedaron contentos al recibir lo que en justicia les corresponda
recibir. El reino capt mayores ingresos y mayores impuestos. Tambin se
generaron nuevos empleos, mientras que el salario aument significativamente. El
Banco Real increment sus reservas de manera efectiva y, lo ms importante, dej
de pagar onerosos intereses por la deuda interna.
sufra la subida de los precios. Sin perder el tiempo con las recomendaciones del
profesor Fax, su Consejo o su ministro de Planes y Utopas, mand a llamar a
Hildebrando, que vino presuroso a conversar con ste.
Qu os urge, mi seor ? pregunt.
Ha vuelto la inflacin dijo Alcibiades , es como una maldicin que
nunca se acaba. Explicadme qu debo hacer ahora?
Ved, Majestad, lo que sucede es que, desde hace un ao, el mercado de las
materias primas se ha derrumbado y, por tanto, vuestro reino ya no cuenta con los
ingresos suficientes para enfrentar todos sus gastos. A pesar de esto, vuestro
ministro del Tesoro contina gastando como si nada hubiera pasado respondi.
Canalla dijo Alcibiades.
No es as Majestad. Como os digo siempre, l slo cumple con las
instrucciones de vuestro Parlamento dijo Hildebrando . El Parlamento le ha
instruido incrementar varias veces el salario mnimo de los empleados reales,
otorgar bonificaciones anuales, subsidios y, en general, todo tipo de asistencia con
recursos del Tesoro. Es ms, tiene que cumplir con las leyes y vuestros decretos
reales, que lo obligan a financiar una serie de proyectos fantsticos, como la
fbrica de abonos, las sales energticas maravillosas, las plantas separadoras de
escasos y no tiene nada que ver con las posiciones polticas de derecha o de
izquierda. No olvidis tampoco que vuestro reino tiene inmensas necesidades de
inversin en salud y educacin. Por lo tanto, es ah donde debe concentrarse la
inversin del sector pblico; dejando al sector privado y particularmente a la
inversin extranjera, para que sean stos los que asuman todos los riesgos del
mercado; obviamente con buenas reglas del juego y una apropiada regulacin de
parte de vuestro reino. Vuestra misin como gobernante es velar para que los
recursos del reino sean utilizados para mejorar la calidad de vida de vuestros
sbditos, particularmente, aquellos que viven debajo de la lnea de la pobreza o
aquellos que sufren inseguridad alimentaria y que necesitan desesperadamente de
mayor salud y mejor educacin.
Por lo tanto, Majestad continu no es funcin de los estados modernos el
incursionar en reas que no les compete y donde adems no cuentan con
experiencia administrativa ni gerencial. Lo que si les compete es asignar los
escasos recursos de la sociedad, para invertirlos en los sectores que no son
atendidos por el sector privado. Esto es lo que reiteradamente seala la teora
econmica que, de ninguna manera, expresa posiciones polticas, ni mucho menos
la de los mal llamados neoliberales, que son aquellos que creen que el Estado
prcticamente debe desaparecer en sus funciones y que el mercado debe tomar
todas, absolutamente todas, las decisiones en la economa.
Con respecto a la subida de los precios, lamentablemente, no queda otra
cosa que la austeridad. Debis reducir el personal supernumerario de vuestro
gobierno; suprimir los bonos, primas y pagos extraordinarios, que no estn
contemplados en la Ley del Trabajo o aglutinarlos en los salarios mensuales. Esto,
por lo menos parar la sangra de los gastos laborales. Debis tambin disminuir el
nmero de feriados, para que todos los que tengan la suerte de estar empleados,
puedan volcar el mximo de su esfuerzo en favor de la sociedad y de la propia
economa. Examinad la necesidad de contar con autorizaciones, permisos, licencias
y todo tipo de trmite burocrtico, a fin de eliminar aquellos puestos de trabajo que
no sean realmente necesarios para la marcha de vuestro gobierno o el
funcionamiento de la economa del reino hizo hincapi.
Concentrad vuestras tareas exclusivamente en las funciones que establece
la Carta Magna. Evitad irrumpir en las tareas de produccin, distribucin y
comercializacin, que es competencia del sector privado y donde los polticos no
tienen cabida. Otra vez, aseguraos que sean stos los que asuman el riesgo de los
proyectos que financian. Si acaso optis por permitir que este sector atienda los
servicios pblicos, aseguraos tambin de regularlos adecuadamente que, en
trminos econmicos quiere decir, velar por el estricto cumplimiento de las leyes
que gobiernan los servicios pblicos. Vended vuestros aviones, helicpteros, flotas
mercantes y lneas areas, vehculos de autotransporte donde el reino no genera
ingresos. Deshaceos de satlites, cohetera y todo tipo de artefactos y artilugios,
que son muy rpidamente desplazados por la nueva tecnologa y que requiere de
cuantiosas inversiones, que vuestro reino no est en condiciones de costear. Tened
cuidado y tomad discrecin con la inversin en tecnologa de punta. Cada da
aparecen sistemas ms baratos como, por ejemplo, los aviones alimentados por
energa solar, que permitirn hacer las telecomunicaciones infinitamente ms
econmicas, de lo que hoy slo pueden hacer los satlites Y, sobre todo, Majestad,
abandonad vuestras pretensiones de contar con programas atmicos, que son
demasiado bombsticos e inalcanzables para un pequeo reino, sin mayores
recursos, como es el vuestro.
Est bien pero, de ninguna manera, transferir las empresas pblicas al
sector privado, como quieren hacerlo los neoliberales. Las empresas pblicas son
estratgicas y son patrimonio del pueblo dijo enrgicamente Alcibiades, en tono
amenazador.
Me cuesta mucho comprender qu de estratgicas pueden tener vuestras
empresas pblicas. Francamente, no creo que stas produzcan algo que nadie ms
pueda hacerlo y por lo tanto habra que guardarlas y cuidarlas como un secreto de
Estado. Tampoco creo que estas empresas produzcan algo que no se pueda comprar
en otro lugares; pues, si esto puede hacerse, entonces estas empresas dejan de ser
estratgicas. En cuanto a que son el patrimonio del pueblo, por supuesto que lo son.
Sin embargo, habra que evaluar si es mejor para el pueblo tener empresas que
pierden dinero o mejorar las condiciones de vida de ste, particularmente, en los
temas de salud y educacin, que mundialmente son reconocidas como la inversin
de mayor rentabilidad dijo Hildebrando, en tono impaciente.
Por lo tanto, transferid aquellas empresas que operan a prdida y evaluad
todas las que actualmente vuestro reino administra, a fin de analizar si
efectivamente son rentables o constituyen una carga para el erario real. Contratad
empresas internacionales especializadas, para evidenciar si en ellas existen vicios
ocultos, que encubren la verdadera rentabilidad de las mismas o si realmente
funcionan con la efectividad y la eficiencia de sus similares en el sector privado o
en otros reinos del planeta sugiri Hildebrando.
Adems, SM es consciente de que entre los proyectos de inversin que
actualmente se contemplan en el reino, existen algunos que, bajo el consabido
pretexto de crear industrias con valor agregado, se intenta demostrar una
rentabilidad disfrazada, al utilizar, por ejemplo, precios de materias primas
Sin embargo, hay mucho tambin que podis hacer para aliviar el
sufrimiento de aquellos que pierden su trabajo. En primer lugar, podis poner en
prctica un conjunto de redes sociales, que permita disponer de una serie de
empleos temporales o llevar adelante obras de inversin social y de infraestructura,
que puede ser financiada por los organismos internacionales.
Podis tambin aliviar el costo de hacer negocios en el reino, que es uno de
los ms altos no slo en el continente, sino tambin en todo el mundo. ste es el
impedimento ms grande para crear empleos. Los permisos, las licencias y las
autorizaciones en vuestro reino son terriblemente engorrosos y agobiantes,
interminables y desalentadores en su nmero, casi infinitos en su penoso trmite y
gigantescos como fuentes de corrupcin. Todo esto, Majestad, eleva enormemente
el costo de poder trabajar e invertir en el reino, a tal punto que vuestro reino se ha
convertido en el
campen mundial del nmero de trmites requeridos y,
consecuentemente, de la corrupcinle record.
Permitid tambin que la titulacin de la propiedad sea rpidamente
aprobada, utilizando el sistema de las garantas solidarias ofrecidas por otros
ciudadanos, que es exitosamente, utilizado por algunas instituciones financieras
para prestar a la pequea empresa. Eso si, comprobado lo que haya que comprobar,
ex-post y no ex-ante, para evitar las posibilidades de corrupcin con los
funcionarios del reino y acompandolo de un seguro de saneamiento,
posiblemente financiado con los pagos de los mismos asegurados y sobre todo
graves penalidades, para quiene incumplen o cometen fraude. Todo este esfuerzo
estar dirigido, a fin de que los pequeos industriales y los artesanos del reino
puedan hacer uso de la garanta de su vivienda, como colateral para financiar sus
pequeas inversiones.
Haced tambin un esfuerzo por identificar cules son los productos que en
el reino cuentan con ventajas comparativas; es decir, qu bienes y servicios pueden
producirse en vuestro reino y en otros no, o qu bienes y servicios pueden
producirse comparativamente en mejores condiciones. Esto, para aseguraros de que
la produccin bajo este esquema, no sea perjudicada por las excesivas regulaciones
de vuestro reino o el costo de hacer negocios. Revisad tambin los estados de
prdidas y ganancias tpicos de cada sector, a fin de identificar cmo la legislacin
y la regulacin pueden contribuir a que la produccin en estas reas tenga una
mayor productividad y que sea ms competitiva y que, en ltima instancia, pueda
ofrecer mejores oportunidades de empleo.
Es imprescindible tambin que revisis vuestro presupuesto, a fin de
evaluar qu partidas del gasto corriente pueden ser reemplazadas por proyectos de
infraestructura, a fin de que la inversin que haga el reino en esta rea pueda
contemplar la posibilidad de algn crecimiento de la economa. Este no es un tema
menor, Majestad, pues a veces las medidas de austeridad pueden ser tan excesivas,
que terminan por llevar a la economa muy rpidamente hacia la
otra alforja
. En
el pasado, los reinos que se empearon obsesivamente en la austeridad, sin
implantar medidas destinadas a reactivar la economa, terminaron con serios
problemas como el de la deflacin. ste fue el caso del reino de Nipn o algunos
otros del viejo continente, donde la rigidez de la austeridad llev a estos reinos a un
camino del que todava no pueden retornar. Sin embargo, no cometis el error de
utilizar recursos prestados del Banco Real para financiar dichos proyectos, pues su
efecto sobre los precios internos de la economa sera como el de
echar gasolina al
fuego
; sobre todo, si se toma en cuenta efecto multiplicador del incremento del
dinero sobre la economa. Tened en cuenta tambin que el componente importado
de dicho gasto tendr un efecto importante sobre la balanza de pagos y
consecuentemente sobre la cuenta de reservas internacionales concluy
Hildebrando.
Qu es la deflacin ? pregunt Alcibiades.
La deflacin, Majestad, es un fenmeno econmico contrario a la inflacin
respondi Hildebrando . Cuando se produce una importante baja en la demanda
agregada, que es en la suma de todas las compras totales de la economa, causada
por shocks externos o internos de la economa, y adems se aplican fuertes
medidas de austeridad, como las que se implantaron en los reinos a los que me
refera anteriormente, en alguna oportunidad puede presentarse el fenmeno de la
deflacin. Esto quiere decir que los precios bajan, en vez de subir o dejan de
mantener su nivel habitual. Para evitar este fenmeno, es importante que el
Parlamento apruebe un plan de reactivacin de la economa y que las autoridades
monetarias acten rpidamente para reducir las tasas de inters. La baja en las tasas
de inters mantendr activa la compra de bienes de capital y sobre todo contribuir
a incrementar el capital de trabajo que necesita el sector privado; mientras que las
mejoras en infraestructura permitirn generar mayores y mejores fuentes de trabajo,
junto a mejorar la competitividad en la economa. Todo esto tendris que hacerlo
utilizando ingresos genuinos de vuestro presupuesto, posiblemente reemplazando
otras partidas presupuestarias ya comprometidas o mediante el aporte de recursos
frescos que provengan de los organismos financieros internacionales, la inversin
privada o la inversin extranjera advirti.
Hildebrando le record tambin que uno de los grandes economistas del
Siglo XX, John M. Keynes, se desacredit muchsimo, cuando los economistas de
la poca interpretaron sus recomendaciones como si se pudiera hacer todo lo
A pesar de esto, durante los aos de las vacas gordas, no slo los pequeos
reinos como el de Alcibiades, sino tambin algunos otros de mayor tamao, como
el Gran Reino de los Urales o la Gran Nacin del Cruceiro do Sul, hacen caso
omiso de la existencia de dichos ciclos, al mantener sus economas completamente
atadas a las materias primas y a sus pequeas industrias circundantes, sin buscar
una mayor diversificacin en la economa.
En todos ellos, parecera que se sigue el mismo patrn. En primer lugar, el
vergonzoso aumento del gasto corriente, sobre todo en el rubro de sueldos y
salarios. En segundo lugar, la proliferacin de subvenciones, bonos y toda forma de
asistencia existencialista. En tercer lugar, el aumento del gasto militar. En cuarto
lugar, la desaprensiva actitud a mejorar la inversin social, particularmente en
salud y educacin. En quinto lugar, la inversin en grandes y fantasiosos proyectos
de inversin, que generalmente carecen de rentabilidad econmica y que producen
grandes prdidas financieras, en vez de hacerlo en el sector social o en la
exploracin de nuevas reservas de materias primas exportables. Finalmente, el
increble aumento del gasto dispendioso, acompaado de la corrupcin y la mala
administracin.
De la misma manera, al verse munidos con extraordinarios ingresos,
producto del ciclo econmico favorable, en todos ellos, vuelven a aparecer los
sentimientos de tipo nacionalista, que conducen, en algunos casos, a las consabidas
estatizaciones, que atropellan la propiedad de los inversionistas extranjero y/o a los
regmenes de control de tarifas de los servicios pblicos, destinados a sacar de
circulacin al sector privado de estas reas de servicio. Paralelamente a estas
iniciativas, en todos ellos, tambin se pone en marcha los aludidos proyectos
fantsticos, que carecen de mercados internacionales, que no cuentan con
rentabilidad adecuada y que, con el pretexto desarrollar industrias con valor
agregado, promueven todo tipo de inversiones estatales, cargadas de subvenciones,
tanto a las materias primas como a los servicios pblicos, impuestos, seguridad
social y a toda forma de gasto que normalmente es pagados por el sector privado.
El efecto de estas acciones es el ahuyentar a la inversin privada y sobre todo la
inversin extranjera, tan importante para el crecimiento de la economa y la
generacin de empleo, as como para la diversificacin de la produccin y el
desarrollo de la exploracin de nuevas materias primas, absolutamente necesarias,
para enfrentar el prximo ciclo econmico.
Al poco tiempo de su partida, Hildebrando envi una conceptuosa misiva a
Alcibiades, en la que le agradeca por su afecto y su hospitalidad. Al concluir la
misiva, Hildebrando hizo una nueva recomendacin y le dijo
Majestad, la
economa no es una ciencia oculta. Recordad que es como la aritmtica; es un
4. El pr oducto y su medicin
Hildebrando.
Y cmo llegamos del ingreso nacional al ingreso personal o de la personas
? pregunt Alcibiades.
La mayor parte del ingreso nacional pasa al ingreso personal o IP, parte de
ste pasa a las empresas privadas como utilidades no distribuidas y parte como
supervit de las empresas pblicas que, como se sabe, son empresas autrquicas
con autonoma financiera. Finalmente, otra parte pasa al ingreso del gobierno, en
forma de supervit de las empresas del gobierno que no tienen autonoma
financiera.
Os haba dicho, Majestad, que la mayor parte del ingreso nacional pasa al
ingreso personal. Tambin pasan al ingreso personal, las transferencias netas del
gobierno y las transferencias netas del resto del mundo, que resultan de la
diferencia entre las transferencias recibidas y las transferencias enviadas por las
personas al gobierno y al resto del mundo. Estos son pagos unilaterales que reciben
y hacen las personas, por las que no se da, ni se acepta nada a cambio. Ejemplo de
estas son las cuotas, multas, pagos de pensiones a benemritos etc. continu.
Si se deducen de estos montos el pago de los impuestos personales y los
impuestos indirectos, lo que se obtiene es el ingreso disponible o ID, que slo
puede destinarse a pagar el consumo de las personas o retenerlo como ahorro
concluy
Por su parte, los ingresos del gobierno estn constituidos por los impuestos
a las personas, a las empresas y a las transferencias. A esto debe sumarse las
transferencias de las personas y del resto del mundo, as como las utilidades de las
empresas del gobierno. Como contraparte, los gastos del gobierno estn
constituidos por los gastos de consumo del gobierno, las transferencias a las
personas y al resto del mundo y las subvenciones. La diferencia entre los ingresos
y los gastos del gobierno, se registra como dficit o supervit y resulta en una
fuente ahorro en la economa concluy.
Corregidme si estoy equivocado es que la economa funciona como una
especie de flujo circular, que gira y gira de manera infinita ? pregunt Alcibiades,
intrigado.
Efectivamente Majestad. El aumento de la produccin genera incrementos
en el ingreso de la personas y del gobierno, que vuelven a gastarse en nuevas
compras de consumo tanto de las personas como del gobierno. Lo propio sucede
con el aumento de las exportaciones. Por eso se dice que el incremento de las
consult Alcibiades
En la cuenta capital respondi Alcibiades , se registran todos los
movimientos de capital a largo plazo, que son prstamos e inversiones con plazos
de amortizacin mayores a un ao, como los movimientos de capital a corto plazo,
que son los prstamos y movimientos de capital que tienen plazos de amortizacin
inferiores a un ao, incluidas las compras netas de moneda extranjera que hace el
pblico del banco central. Al igual que en el caso de la cuenta corriente, todas estas
transacciones, que suponen ingresos y salida de recursos en moneda extranjera, se
registran en la cuenta de reservas internacionales de la balanza de pagos, para
respetar el principio contable de la doble partida. El ingreso de moneda extranjera
en el debe de la cuenta de reservas internacionales y la salida de divisas en el haber
de dicha cuenta.
Decidme, por qu es tan importante la balanza de pagos en la economa
consult Alcibiades.
Es importante, pues os dir qu es lo que pasa con las reservas
internacionales y os indicar qu decisiones deberis tomar para evitar la prdida
de estos recursos. Por ejemplo, adems de las exportaciones, que incrementan las
reservas internacionales, tambin lo harn los pagos por servicios de factores de
produccin recibidos, las transferencia recibidas y, sobre todo, los movimientos de
capital recibidos a corto y a largo plazo. De la misma manera, adems de las
importaciones, que disminuyen las reservas internacionales, tambin lo harn los
pagos por servicios de factores de produccin enviados, las transferencia enviadas
y, sobre todo, los movimiento de capital enviados a corto y a largo plazo. Como se
deca anteriormente, todo esto, se refleja en la cuenta de reservas internacionales,
que muestra el saldo neto resultante de estas transacciones y determinan la poltica
del tipo de cambio que se deber implantar en las transacciones de comercio
exterior. Por supuesto, ya os advert lo importante que son estas polticas en el caso
de los ciclos econmicos de las materias primas sentenci una vez ms
Hildebrando.
Algo ms que pueda hacer por su Majestad ? pregunt Hildebrando.
Nada ms por el momento dijo Alcibiades
Gracias Hildebrando, ha sido un da muy provechoso. El reino y yo
recordaremos siempre tus enseanzas dijo Alcibiades.
No es nada, Majestad, se trata simplemente de explicaciones sencillas,
utilizando el sentido comn. Ser hasta una pronta visita, Dios mediante
respondi Hildebrando.
Una vez ms, parti el viejo astrlogo a tierras desconocidas. Estaba
contento por las sencillas enseanzas que haba dejado a Alcibiades. Cun
importante es para los gobernantes conocer y hacer conocer siempre la verdad.
Sobre todo, sentar las bases del sentido comn que, muy a menudo, no es el ms
comn de los sentidos.
Tambin se puso a pensar en lo difcil que es tratar con los gobernantes.
Lamentablemente, no todos son como Alcibiades. Los hay peores, ms soberbios,
ms arrogantes, ms crueles y ms obstinados. Sin embargo, los que se llevan la
flor, son los que creen que gobiernan por derecho divino. Y los ms detestables, los
que, al ganar el voto popular, creen que el gobierno es de los hombres y no de la
leyes; un sistema perpetuado entre los gobernantes del Medio Oriente y seguido
muy de cerca por los reinos del Sur. Lamentablemente stos, a partir de esta
premisa, controlan como verdaderos maniticos todas las formas humanas de poder
y no paran hasta hacerlo de manera total y definitiva, sin importar qu o quienes se
les ponen al frente de sus nefastos objetivos y de sus insensatas decisiones.
Sin embargo, los ms insoportables son aquellos que creen que su
inteligencia est por encima de la de todos los dems y que, al final de la jornada,
caen como presa fcil de sus propios errores y de los
maravillosos y fantasiosos
consejos de sus cortesanos. Tarde se darn cuenta de sus errores. Se darn cuenta
tambin de que no existe la absoluta superioridad de la inteligencia, como tampoco
existe el absolutismo del poder poltico, que perdure toda una vida. Hasta el
momento de su muerte escucharn las voces de sus malos consejeros, los susurros
de los corruptos y las intrigas de los que viven permanentemente jugando sus
cuotas de poder
Tal vez en la misma categora se encuentran los populistas que, de manera
esquizofrnica, creen or la voz del pueblo, cuando en realidad lo nico que oyen
es la voz de sus asesores sobre cmo mantenerse aferrados al poder.
Lamentablemente, en la misma categora se encuentran todos los
istas
, como los
nacionalistas, los influyentes capitalistas, los socialistas, militaristas, los
anarquistas y todas las dems estirpes de polticos
istas
, cuya raison dtre es
mantenerse en el poder y encaramados a ste
Ni qu decir de los ignorantes, presa fcil de los razonamientos dogmticos
y de todas las maas que utilizan los polticos, por tratar de controlar y ponerlos al
servicio de sus mezquinos y bajos intereses. sta es tal vez es la principal razn por
la que los pases en desarrollo nunca pueden salir del crculo vicioso de la pobreza
y la falta de educacin.
viejo monarca y amigo, para ver cmo se encontraban las cosas en el reino, luego
de sus variadas visitas al reino por problemas de sentido comn.
Lamentablemente, las cosas no andan muy bien dijo Alcibiades, todava
no recuperado de los problemas que aquejaron a su reino en el pasado.
Cul es el problema, Majestad ? pregunt Hildebrando.
El problema es que durante mi larga enfermedad, mi hijo, el prncipe Tulo,
acompaado de sus amigotes, que paradjicamente todos aqu los consideran unos
neoliberales, ha dejado la economa del reino hecha un desastre. Desoyendo
vuestros consejos, Tulo estuvo gastando ms de lo que el reino reciba y, para que
nadie se diera cuenta, financiaba el dficit fiscal vendiendo ttulos de la Caja de
Pensiones, que recibe los ahorros de todos los jubilados del reino. Como resultado
de esto, el sector productivo ya no cuenta con recursos de largo plazo que se
prestaba de estas cajas, para ampliar y desarrollar sus actividades productivas. Sin
embargo, lo ms grave es que Tulo tambin se prest dinero del sistema bancario,
instruyendo el pago de altos intereses, mucho ms altos de los que se paga a sus
propios ahorristas. Como consecuencia de esto, la tasa de inters no ha podido
bajar de sus elevados niveles, situacin que es absolutamente negativa para la
recuperacin de la economa del reino.
Pero, acaso alguien no pudo darse cuenta de esta situacin ? repuso
Hildebrando.
Nadie contest Alcibiades , ni siquiera los llamados
analistas
, que
escriben diariamente en los pasquines que se cuelgan en las esquinas de la Plaza
Principal. Aunque debo admitir, que todos ellos reclaman ardientemente el
agotamiento del modelo econmico, al referirse a las reglas de disciplina financiera
que nos enseasteis a practicar.
No hagis caso a estas necedades dijo Hildebrando . Ya os expliqu que
no se trata de ningn modelo, sino del uso del sentido comn en el manejo de las
finanzas reales. Lo que pasa es que algunos polticos desean fervientemente volver
al esquema del
Estado Paternalista
nuestras obligaciones.
Francamente no lo creo Majestad dijo Hildebrando . En vuestro reino
nadie paga impuestos. Los impuestos de renta personal casi no existen, debido a las
altas exenciones y deducciones que vuestras leyes permiten. Y, por sobre todas las
cosas, todos esperan que sean
otroslos que los paguen, como ser las grandes
empresas, los inversionistas extranjeros y, en general, cualquiera, menos los
habitantes de este reino. Por otra parte, si comparamos el valor de los impuestos
recaudados durante un ao, con respecto al valor de los bienes y servicios que se
producen en ese mismo perodo, encontraremos que este cociente, que permite
comparar la presin tributaria entre los reinos, es significativamente ms bajo de lo
que encontraris en los reinos vecinos y ni qu decir de los lejanos reinos del norte
o del oriente.
Pero algunos de los sbditos se quejan de que pagan tasas ms altas que en
los reinos vecinos dijo Alcibiades.
Otra vez, Majestad, no es as. En vuestro reino casi no existe el impuesto a
la renta personal. Sin embargo, si esto fuera verdad, el problema sera de diseo de
vuestro sistema tributario dijo Hildebrando . Vuestro ministro del Tesoro debe
establecer los montos que se deben recaudar en funcin de las obligaciones del
reino y luego distribuir la carga fiscal de la manera ms equitativa posible.
Aseguraos, en primer lugar, de que no existan excepciones, pues es por esta va por
donde se evaden o se filtran los impuestos y, en segundo lugar, aseguraos tambin
que todos paguen lo que les corresponda pagar, para que los que lo hacen no se
sientan abusados por ser los nicos que pagan, cosa que los complicados miembros
de la hermandad de la economa llaman el principio de
universalidad impositiva
.
Tratad tambin de hacer el sistema lo ms sencillo posible, estableced
pocos impuestos, fciles de cobrar y aseguraos de su buena recaudacin
administrativa. Pues si no contis con una adecuada administracin, es preferible
que optis por cobrar impuestos en estricta relacin a las cosas que se pueden ver.
Por ejemplo, este el caso de los impuestos a los bienes races, cuyo monto y cuya
incidencia podra estar medido por variables de aproximacin, como ser el nmero
de ventanas que tienen las casas de los contribuyentes; para el caso de las tierras,
por el nmero de hectreas cultivadas o las no cultivadas; para las carrozas, por la
cantidad y calidad de las mismas; en fin, efectuad todos los actos de recaudacin,
en funcin a lo que se puede palpar y comprobar. Esto es lo que hicieron en el
pasado algunos reinos del viejo continente, particularmente el reino de los Francos.
No cometis el error de complicar los trmites de pago, haced el sistema lo
ms impersonal posible y, sobre todo, que el control sea ex-post y no ex- ante, para
evitar la corrupcin. Una cosa importante, Majestad, aseguraos que el palo para los
que no pagan los impuestos sea muy duro, pues as nunca tendris que utilizarlo.
Por el contrario, si el palo es muy liviano, todos tomarn el riesgo de no pagar,
dado que las consecuencias nunca les sern demasiado graves. En resumen, el
secreto de la tributacin est en contar con una buena administracin, un buen
equipo de fiscalizadores pero, sobre todo, con penalidades muy duras para quienes
no quieran cumplir con sus obligaciones tributarias.
Y a todos aquellos que os digan que pagan muchos impuestos, mostradles
cmo se compara el coeficiente de presin tributaria de vuestro reino con el de los
reinos vecinos. Ya sabis que si el reino no puede recaudar lo suficiente para cubrir
sus gastos, siempre estaris expuesto a generar un dficit en vuestras finanzas, que
no har otra cosa que ocasionar la subida de los precios. La otra opcin que tenis
es la de quedar a merced de los banqueros privados del norte quienes, como os
expliqu anteriormente, impondrn sus propias condiciones y sanciones. No
olvidis tampoco lo que se atribuye al gran filsofo Seneca:
.
Ms importante an prosigui Hildebrando , si vuestro reino es incapaz
de generar ahorros, debido a que no cobra los suficientes impuestos o el monto de
los gastos siempre excede a los ingresos, os convertiris en un reino con eternas
dificultades financieras, agobiado por las presiones y obligaciones, y presa fcil de
la dependencia. Os ruego tomar muy en cuenta lo que os acabo de decir pues, si
SM escoge esa forma de administrar su gobierno, el reino estar condenado a sufrir
exigencias y demandas internas de vuestros propios sbditos y, lo que es ms grave,
presiones de vuestros acreedores, incluyendo los reinos amigos que os prestan
zlares y monedas extranjeras, pero siempre os impondrn cuanto capricho se les
venga en gana. En otras palabras, Majestad, nunca seris verdaderamente soberano
en vuestro propio reino, pues tendris que estar siempre sujeto a las imposiciones
que establezcan vuestros banqueros o los caprichos de los reinos que os prestan
estos recursos.
Y qu debo hacer con la deuda a la Caja de Pensiones que mi hijo Tulo tan
desaprensivamente utiliz y qu debo hacer con la deuda bancaria ? volvi a
preguntar.
Debis hacer todo lo posible por pagarla y cuanto antes mejor, recaudando
mayores ingresos y reduciendo vuestros gastos. En primer lugar, porque sin contar
con los recursos de las cajas, estaris castigando al sector privado del reino, que no
dispone de otros recursos para la inversin a largo plazo. Esto, sobre todo, en un
reino donde la bolsa de valores tiene muchas limitaciones y restricciones para
facilitarles este tipo de recursos y el Sistema Bancario de
descalzarasi tuviera
que transformer sus depsitos a corto plazo, en obligaciones de largo plazo.
Por otra parte, recordad tambin que el dficit financiado con la deuda
interna del Banco Real, resulta ms daino que el financiado simplemente por la
impresin de billetes; pues, en en este ltimo, se debe efectuar adems el pago de
altos intereses. Adicionalmente y tal como ya os coment, este caso tambin se
presta al efecto perverso de los altos intereses por la deuda interna que no slo
incrementa el dficit, sino que tambin impide que la tasa de inters del sistema
bancario baje recomend Hildebrando.
Qu pena que el esfuerzo que hicisteis para que la Banca Global nos
perdone nuestra deuda externa, que os encargu gestionar hace varios aos, haya
sobrepasado su antiguo nivel dijo Alcibiades.
Esto es verdaderamente inexcusable repuso Hildebrando , a pesar de
estos esfuerzos, vuestro reino tiene hoy tanta deuda interna y externa como la que
tena hace diez aos. El problema de la deuda es que esto significa tambin la falta
de pan para el maana. En otras palabras, cada nio que nace en el reino estar
condenado a trabajar ms y a pagar ms impuestos, con los que se tendr que pagar
la deuda contrada por sus propios padres y abuelos, y por todos los sbditos de
vuestro reino.
Otra vez, mil gracias Hildebrando por estos sabios consejos. No quiero
aprovecharme ms de vuestro tiempo en el reino dijo Alcibiades.
Ningn problema, Majestad. Estoy siempre a vuestras rdenes respondi
Hildebrando . Por de pronto volver a mi modesto hostal y a gozar de la
hospitalidad de vuestros sbditos, que me acogen con cario y amistad. Es un
pueblo maravilloso, jams encontr tantos amigos, tan afectuosos y compasivos.
Son todo cario y amistad para los forasteros. Lo que me extraa es que esto no
siempre es as para con ellos mismos. Noto que prima el individualismo y la falta
de solidaridad. Veo mucha envidia, egosmo y desamor. No s tal vez es un
problema de la humanidad.
Al marcharse, Hildebrando se puso a pensar en los reinos y los pueblos que
no tienen la voluntad de pagar impuestos. Pens que, ante todo, esto demuestra una
gran falta de solidaridad de los gobernantes y de los que tienen ms, para con los
que tienen mucho menos. Sobre todo aquellos que, por su condicin econmica, se
vez?
Veris Hildebrando respondi Alcibiades . Con vuestras enseanzas de
palabras, Majestad, vuestro reino podra tener mejores servicios sociales y una
mejor infraestructura, si vuestras empresas generaran verdaderas utilidades en vez
de prdidas. Como os deca anteriormente, stas no se perciben porque no siempre
se traducen en salida de dinero en efectivo. Suelen aparecer en la falta de pago de
impuestos, falta de pagos a la seguridad social, a los fondos de pensiones y otros
vicios contables, que ocultan su verdadera situacin financiera o porque finalmente
terminan por comerse su capital de giro. Sin embargo, de una manera u otra, si
contina este comportamiento en el futuro, tanto la Empresa Minera de Diamantes
como la Empresa de Aceites y Gases Combustibles tambin tendrn prdidas reales,
adems de las prdidas contables.
Pero lo ms grave de todo continu Hildebrando es que en el caso de
algunas de las otras empresas, como la Empresa de Electricidad que exporta a los
reinos vecinos y la Fbrica de Fertilizantes, stas obtienen su rentabilidad en base
al gas combustible que reciben a precios subsidiados; el mismo que, en el mejor de
los casos, representa alrededor del cincuenta por ciento de su valor en el mercado
internacional. Por tanto, parecera que es preferible exportar el gas a precios
internacionales y dejar que las empresas estatales dejen de funcionar. De otra
manera, la operacin de las mismas, destruir la capacidad exportadora de las
materias primas de vuestro reino, que ya cuenta con pocas reservas
operacionalmente probadas.
Entonces qu es lo que debo hacer ? pregunt Alcibiades.
En el caso de estas empresas, eliminar inmediatamente este subsidio y
evaluar si stas son todava rentables. Si no lo son, no quedar otra alternativa que
cerrarlas. No olvidis que la economa es la ciencia que estudia
la mejor
asignacin de los recursos escasos
. En el caso de algunas de las otras empresas, el
reino debera evaluar si conviene venderlas, para que alguien, con verdadero
criterio empresarial, las administre de manera eficiente y evite que el costo de
mantenerlas se convierta en una carga para el reino y para la propia sociedad. Todo
esto, adems, ayudar a dar fin con la corrupcin y la corruptela, que campea en
todas las dependencias administrativas de vuestro gobierno y de las empresas
estatales en particular dijo Hildebrando.
Pero es que no puedo hacerlo ! repuso Alcibiades.
Por qu no, Majestad ? pregunt Hildebrando.
Porque es la nica forma de controlar los precios internos, por ejemplo, en
el caso de los aceites finos y gases combustibles, cuyos precios varan todos los
das con los precios internacionales. Pienso que el no hacerlo, sera atentar contra
los ingresos de los ciudadanos, la gente pobre y dar motivos innecesarios para las
protestas de la oposicin. Adems, la venta de estas empresas sera muy criticada
por el Parlamento pues, como lo ha dicho el honorable don Antonio Confundido,
no se trata de cualquier industria, sino de industrias que tienen carcter estratgico
para la economa del reino.
Disculpad Majestad, pero no creis en estas tonteras repuso Hildebrando
. Como ya os dije una y mil veces, estrategia es un trmino militar, del latn
stratos ejrcito y agein gua, que significa contar con un conjunto de reglas que
garantice una decisin ptima en cada momento. En otras palabras, tener un
conjunto de leyes, decretos, reglamentos, contratos, etc., que garantice el xito de
la gestin en cada momento de su operacin. Esto, por supuesto, no quiere decir
que los reinos deban comprar las empresas del sector productivo y tomar a su cargo
los riesgos de la inversin y operaciones. Sobre todo, cuando se trata de reinos
pequeos y empobrecidos, y cuando existen otras prioridades, donde la
rentabilidad econmica es significativamente ms alta, como en el caso de la salud
y la educacin. Puesto de una manera ms cruda, se podra decir que para
tomar la
leche, no es necesario comprarse la vaca
.
En cuanto al control de precios para favorecer a las clases ms
empobrecidas, como SM sabe, en la economa existen bienes que tienen carcter
transable
entonces las acciones distribuidas a los sbditos del reino tambin aumentarn su
valor de mercado; aspecto que igualmente contribuir a una mejor distribucin de
la riqueza y del ingreso. Asimismo, si las empresas extractivas capitalizadas
descubren nuevos yacimientos o en sus futuras operaciones generen ahorros, las
acciones distribuidas entre los sbditos del reino tambin aumentarn de valor,
circunstancia que, al igual que en el caso anterior, contribuir a lograr dicho
objetivo. Todo esto har que stos resulten un poco ms ricos y que tengan
mayores ingresos de lo que tenan antes de iniciado este proceso.
Al parecer , continu Hildebrando esto nos hace pensar que este
esquema, desde todo punto de vista, es una mejor opcin que la privatizacin o
simple venta de las empresas y, por supuesto, mucho mejor que el actual esquema,
donde las empresas pblicas pierden el dinero del Tesoro que, al final del da, debe
ser aportado por los sbditos del reino, a travs de los impuestos
Por otra parte, en el caso de la privatizacin, el ministro del Tesoro recibe
el dinero de la venta de las empresas, el reino se desprende de las mismas y al final
nunca se sabe qu es lo que ste hizo con los recursos que recibi de la venta. Sin
embargo dijo Hildebrando en tono reflexivo , esto no siempre es una verdad
absoluta pues, tericamente, si el ministro del Tesoro fuese un hombre eficaz y
eficiente, podra invertir los recursos recibidos en salud y educacin y, de esta
manera, lograr una rentabilidad superior a la obtenida por este esquema. Asimismo,
tericamente, si los recursos, producto de la venta de las empresas, fuesen
entregados a los sbditos del reino y stos actuaran con la eficaz racionalidad que
la teora econmica supone, la rentabilidad de stos tambin podra ser superior a la
lograda por dicho esquema. Lo difcil, Majestad, es encontrar un funcionario que
sea tan eficiente y tan eficaz como quisiramos que sea y que los sbditos de SM
acten con la racionalidad que la teora econmica supone.
Asimismo, donde el esquema de la venta del capital accionario
incrementado es probadamente superior al esquema de la venta o privatizacin, se
encuentra en el hecho de que por el mismo monto que aporta el inversionista
privatizador, en este esquema se logran niveles ms altos de produccin, ingreso y
empleo. Esto, debido a que el inversionista est obligado a invertir los recursos que
aporta en la empresa capitalizada. En el caso de la venta de las empresas o
privatizacin, para lograr niveles ms altos de produccin y empleo, el
inversionista privatizador debe, en primer lugar, aportar recursos para comprar la
empresa y luego volver a aportar recursos adicionales, para incrementar la
capacidad productiva de la misma.
Por esta misma razn continu , es que dicho esquema resulta tambin
del agrado del inversionista, pues en la venta de las empresas o privatizacin, ste
debe aportar recursos dos veces. En el caso del esquema que se propone, ambas
cosas ocurren a la vez, pues el socio accionista incrementa la capacidad productiva
de la empresa, con los recursos que originalmente aport para comprar el capital
accionario incrementado de la misma.
Todo esto parece interesante dijo Alcibiades . Pero en realidad funciona?
Me parece que en algn reino vecino se intent hacer esto, pero no funcion.
En efecto, no funcion en el reino que hacis referencia dijo Hildebrando
, porque se destinaron los dividendos a pagar una especie de seguro de vejez que,
hasta ese entonces, no exista. Al hacer esto, ninguno de los sbditos del reino
consider que se haba convertido en accionista de estas empresas y siempre pens
que el Estado haba perdido su patrimonio. Por otra parte, el reino nunca explic
sobre las ventajas del esquema y la oposicin se aprovech de esta circunstancia
para argumentar que las empresas haban sido rematadas. Como consecuencia de lo
anterior, los sbditos de ese reino no alcanzaron a empoderarse de esta iniciativa y,
en su momento, tampoco tampoco quisieron defenderla.
Por otra parte, como en todo, el secreto de este esquema est en los
controles, que nunca se implantaron adecuadamente repuso Hildebrando . La
venta del capital accionario incrementado en el rea de los servicios pblicos
requiere, sobre todo, de un buen sistema regulatorio, que defienda los derechos y
obligaciones otorgados por Ley a los agentes econmicos, que participan en esos
mercados. El sistema regulatorio para ser exitoso requiere funcionar a su vez con
absoluta independencia poltica y econmica del Ejecutivo. En el intento de
implantar este esquema que se hizo en el reino vecino, esto no fue as. El Ejecutivo
nunca se resign a perder estas cuotas de poder.
Asimismo, este esquema requiere tambin de buenos representantes del
reino o de los sbditos en el directorio de dichas empresas. stos deben asegurarse
de que las empresas generen ingresos y no prdidas. Asegurarse tambin que el
socio que aporta capital no desve recursos a otros de sus negocios, por conceptos
tales como: asesoramiento, compra de tecnologa, materias primas o que intenten
excederse en los gastos administrativos.
Si podis cumplir con estos pasos elementales, podris tener un esquema
funcionando exitosamente.
Parece convincente, Hildebrando. habis dado en el clavo ! Dijo muy
alegremente.
monopolios naturales
y, en funcin de aquello,
podran tratar de aprovecharse del pequeo usuario, que no tiene la fuerza ni el
poder de defenderse, si no lo hace con la ayuda de los entes reguladores. Otra vez,
regular quiere decir hacer cumplir los derechos y obligaciones otorgados por la Ley
y sus reglamentos a los agentes que participan en estos mercados.
Est bien dijo Alcibiades . Pero no creis que los dividendos deben ir a
parar a manos de los ancianos, con cuyos ahorros se construyeron estas empresas ?
De esta manera, yo podra adems cazar dos pjaros de un tiro. Es decir,
proporcionar una especie de bono de vejez y por otro lado salvar la Caja de
Pensiones que est en bancarrota.
Ya os dije que no hagis esto, Majestad respondi Hildebrando . Si lo
hacis desvirtuaris esta reforma. En la economa no es bueno mezclar naranjas con
manzanas. Por lo tanto, buscad la forma tributaria de otorgar pensiones de vejez y
solventar la situacin de bancarrota por la que atraviesa vuestra Caja de Pensiones.
Como os dije repetidamente, si optis por la opcin de entregar las acciones de las
empresas capitalizadas a vuestros sbditos, los dividendo tambin deben ir a manos
de stos. Esta es la mejor forma de garantizar la sostenibilidad de la reforma. As,
si algn da el Parlamento decide dar marcha atrs a esta iniciativa, deber
enfrentar a todos vuestros sbditos, que se opondrn al cambio, pues dejarn de
recibir dividendos, como dueos de las acciones de la empresa.
Es que el ministro del Tesoro dice que el pago del bono de vejez adems
ayudar a estimular la demanda agregada y podremos salir de la recesin.
Tonteras dijo Hildebrando . Como bien sabis, recesin quiere decir
retroceso
y en este caso, quiere decir que la economa, en vez de crecer, decrece.
La nica forma de salir de la recesin es con la inversin y no con el gasto. La
diferencia est en que la inversin, que se define como la compra de bienes de
capital, permite producir bienes y servicios en el futuro, que es la que generar ms
ingresos y ms empleos. En el caso del gasto, su efecto en la economa es
extremadamente limitado, pues su contribucin a generar bienes y servicios est
circunscrita al corto plazo. En otras palabras, no tiene el efecto multiplicador a
largo plazo que tiene la inversin y adems trae consigo todos los efectos negativos
a los que hice referencia durante mis largas y variadas visitas a vuestro reino.
Por ltimo, debo alertaros, Majestad dijo Hildebrando que en una
economa tan abierta y poco industrializada, como es la de vuestro reino, un
incremento en el gasto tiene un efecto muy grande sobre las importaciones y el
contrabando
La verdad Hildebrando, es que no se para que me embarcasteis en esta
discusin, pues yo pienso estatizar las empresas del reino y, si el esquema no
funciona, simplemente dejar de operarlas y las cerrar sin ninguna contemplacin
dijo Alcibiades.
Doble trabajo, Majestad , respondi Hildebrando , pues habris invertido
mucho trabajo, dinero y esfuerzo en estatizarlas, para luego venderlas a un precio
ms bajo del que seguramente pagasteis. No os aconsejo proceder de esta manera.
Dicho esto, Hildebrando tom su liviano equipaje y parti a las tierras
heladas altas del sur. Sin embargo, cuando haba llegado a la mitad del camino se
qued muy preocupado pensando en que las buenas ideas muchas veces no se
concretan exitosamente en la realidad. Lo que sucede es que ms all de los
controles, de los buenos socios y de la defensa de la competencia, lo que se
requiere es de buenas leyes, la sabidura de saber aplicarlas y, sobre todo, de un
buen gobierno para hacer que las cosas funcionen bien.
Por otra parte, tambin record que las buenas ideas, por lo general, tampoco
funcionan o se llevan a cabo, debido a que nadie las explica adecuadamente al
hombre de la calle y cuando ste no las entiende o no quiere tomarse el tiempo para
entenderlas, entonces las rechaza y las combate sin tregua alguna, repitiendo
estribillos y medias verdades, que son las verdaderas mentiras, que estn en la boca
de los malos polticos.
En otras palabras, parafraseando a Lord Byron, el que no quiere razonar, es
un intolerante; el que no puede razonar, un tonto y el que no se atreve a razonar, es
pens que ya no volvera a visitar las bajas tierras del sur, por lo menos hasta que
el viejo monarca abandone los necios y absurdos consejos de su entorno palaciego
y, particularmente, las dogmticas ideas que lo haban llevado a cometer un
sinnmero de desaciertos.
Por ello, esta vez, opt por visitar el reino de Nicanor que, desde hace varios
aos, tambin estaba pasando por un mal momento, a causa de las psimas
decisiones tomadas a la luz de la ignorancia y de la exagerada falta de sentido
comn.
En efecto, el antecesor de Nicanor, el rey Carlos y su ministro del Tesoro, el
doctor don Sbato d
Equino, haban decidido dar fin a la subida de los precios,
utilizando para ello un viejo esquema de rgimen cambiario anclado en el zlar,
conocido como
la convertibilidad
. Este esquema se alimentaba de un importante
monto de reservas, que haban resultado de la venta de las empresas del reino, bajo
el esquema de la privatizacin. El uso de estas reservas permita al ministro del
Tesoro estabilizar la subida de los precios y, muy particularmente, el tipo de
cambio, en vez de hacerlo a travs de la tradicional observancia de la disciplina
fiscal. Se trataba pues de un esquema muy parecido al sistema
bullonista
de
principios de siglo pasado, en el que las monedas de los reinos se cotizaban en
funcin de la cantidad de oro y divisas que disponan en sus respectivos bancos
reales.
stock
de reservas obtenidas por la venta de las empresas
reales disminuy drsticamente, hasta acabar totalmente con las mismas. Como
resultado de esto y la inevitable consecuencia de las leyes econmicas, el exceso de
moneda real y la desaparicin de los zlares obtenidos por la venta de las empresas
reales, revirtieron la forzada regla de
paridad cambiaria
, ocasionando que el
precio del zlar se vaya por las nubes, hasta situarse en el nivel de mercado, que
efectivamente le corresponda estar.
Sin embargo, en el interim, Carlos se prest cuantiosas cantidades de zlares
y divisas de sus propios sbditos, de los reinos vecinos y de los bancos locales, a
elevadas tasas de inters, con el propsito de mantener la agonizante paridad
cambiaria establecida por su ministro del Tesoro. Como resultado de estas
desacertadas polticas y las equivocadas acciones del ministro d
Equino, el reino se
vio imposibilitado de devolver los recursos prestados, particularmente a los bancos,
los que a su vez no pudieron devolverlos a sus depositantes, situacin que cre una
moratoria externa e interna de facto, de la que el reino todava no ha podido
recuperarse.
Ms importante an, despus de los tantos aos de mantener un tipo de
cambio considerablemente apreciado, el reino de Carlos perdi toda competitividad.
Esta situacin estimul la demanda de importaciones, que no tard en reemplazar
la baja produccin nacional y la prdida de importantes mercados de exportacin,
que terminaron por disminuir an ms el ingreso de zlares y divisas a las bvedas
del Banco Real. Como era de esperarse, el resultado de estas polticas no demor
en hacer sentir sus efectos. La produccin cay significativamente a niveles nunca
vistos; tambin disminuy el ingreso de los sbditos del reino, sin excepcin; se
perdieron millones de fuentes de trabajo y, lo que fue peor, Carlos y su sucesor, el
rey Fernando de la Real, tuvieron que ser testigos del terrible incremento de la
pobreza en este importante reino, que tradicionalmente haba sido conocido por su
gran prosperidad. Como era de suponerse, estas graves circunstancias condujeron a
la rpida abdicacin de Fernando y la subida al trono de Nicanor, un noble
caballero de las pobres y lejanas tierras de ms al sur.
Qu os trae por aqu ? pregunt Nicanor a su visitante.
Vengo a ver qu es lo que sucede en vuestro reino y si en algo puedo ser
til con mis consejos dijo el viejo astrlogo con gran humildad y abnegacin.
Nicanor lo mir con recelo y displicencia y luego le dijo:
No creo que vuestro consejo sea necesario aqu, apreciado Hildebrando
dijo Nicanor con mucha firmeza . Como sabis, nuestro reino es extremadamente
poderoso. Adems, somos gente de mucha experiencia y sabidura en la
administracin de nuestros gobiernos, as estn stos alejados de nuestra gran
capital, como el caso de mi pequeo feudo de ms al sur. Como bien sabis
Hildebrando continu los problemas son los mismos y s exactamente lo que se
tiene que hacer.
Y qu es lo que tenis que hacer Majestad ? pregunt Hildebrando con
cierto atrevimiento.
Bueno dijo Nicanor pensativo y volcando los ojos hacia arriba en un gesto
de superioridad y evasiva , lo primero que debemos hacer es abandonar las
polticas liberales que nos dej el rey Carlos y devolver al reino el papel que debe
jugar en la economa; cual es, estimular el mercado interno, siempre y cuando se
mantenga el tipo de cambio fijo. Esto, con el fin de propiciar el crecimiento y la
estabilidad de la economa.
Y qu haris con los acreedores y las empresas que privatiz el rey Carlos
? pregunt Hildebrando.
En cuanto a los acreedores externos respondi Nicanor creo que les
haremos una propuesta razonable, basada SOLAMENTE en lo que nuestro reino
pueda pagar. Si esto no fuese de su agrado, lamentablemente, se las tendrn que
aguantar En cuanto a las polticas liberales continu cada vez estoy ms
convencido de que el reino debe recuperar su lugar en la economa y sobre todo en
la propiedad de las empresas pblicas. Todo esto con el fin de poder ofrecer
mal uso de los fondos, es lo que finalmente las acarrea a la quiebra, que luego los
reinos y los Estados se ven en la terrible obligacin de enfrentarla, para evitar que
los ahorristas pierdan su dinero. Lamentablemente, el no hacerlo, tiene una
contraparte perversa pues, dado que los bancos siempre tienen operaciones
financieras cruzadas, la quiebra de alguno de ellos siempre termina por contagiar al
resto del sistema, originando un pnico bancario de consecuencias imprevisibles.
Este fue el caso, por ejemplo, delorigen de la recesin de los aos de 1930 que, en
medio de una gran burbuja financiera, se dio comienzo a la gran recesin del gran
Coloso del Norte, con la quiebra de un slo banco.
Y qu se puede hacer para evitar esto ? pregunt Nicanor.
Para esto , dijo Hildebrando es siempre importante efectuar de manera
permanente el conocido
test de solvenciade los bancos. Esto, con el fin de
obligarlos a contar con las adecuadas reservas y los montos de capital, que les
permita desenvolverse dentro de los mrgenes de seguridad y confianza en todas
sus operaciones. Tambin debe evitarse la fusin de bancos, para que que stos no
sean demasiado
grandespara sufrir una bancarrota y que sta ponga en riesgo el
equilibrio macroeconmico del reinoAs, se evitar que los reinos tengan que
acudir a la inmoral e infame salvataje de sus instituciones y estimular a que los
depositantes se encuentren debidamente informados de su situacin financiera, a
fin de asumir las responsables que les corresponda, en los bancos donde mantienen
sus depsitos concluy Hildebrando.
Est bien, me parece acertado lo que recomendis; pero quiero aclararos
que no har pagos a los deudores que no quisieron renegociar la deuda hace diez
aos atrs, cuando el ministro del Tesoro les hizo una oferta. Mucho menos a
aquellos, que califico yo como las
aves de rapia
, que compraron la deuda en los
mercados secundarios, para especular con ella a costa del reino dijo Nicanor.
Con respecto a estos deudores continu os ruego respetar la voluntad de
aquellos que no quisieron modificar los acuerdos firmados con el reino pues, como
es natural, pensaban que podan obtener mejores condiciones en el futuro. Y esto es
normal, lo hara cualquiera ser humano. Asimismo, os ruego respetar el derecho
que tienen stos de vender estas obligaciones en los mercados secundarios, as
como el derecho que tienen todos los agentes financieros de comprarlas en dichos
mercados. Es as, como funcionan los mercados financieros del mundo y no por
ello debis tratarlos como si fueran delincuentes. Estn en su derecho de tomar las
condiciones que los mercados ofrecen y de recurrir a los tribunales de justicia,
cuando consideran que no se cumplen con las condiciones pactadas. Con vuestras
leyes no podis prescribir los derechos que les habis otorgado originalmente,
sobre todo, cuando dichas obligaciones fueron hechas bajo las leyes de otros reinos.
Por otra parte continu el viejo astrlogo , respecto a las empresas
pblicas reales, no creis importante recordar que el dficit cuantioso de las
empresas pblicas y los excesos cometidos por stas, fueron una de la causas ms
importante de por qu el ministro Sbato d
Equino aprovech de venderlas, no slo
con el fin de estabilizar la moneda y la tasa de cambio, sino tambin para ofrecer
mejores servicios pblicos, ms eficientes y ms efectivos? Majestad, no cometis
el error de volver al pasado. Ya habis visto esta pelcula. Vuestro reino ya no
puede administrar empresas pblicas, porque sa nunca fue su funcin. Dejad que
lo haga el sector de la economa que tiene la experiencia y los recursos para hacerlo.
No recordis acaso la permanente escasez de lneas telefnicas, los sucesivos
cortes de energa y los problemas con el suministro de agua cuando, por falta de
recursos de inversin, las empresas del reino no podan cumplir con estos
compromisos? Ahora mismo vuestro gobierno no cuenta con el capital suficiente
para comprar y operar estas empresas. Tampoco lo tienen los organismos
financieros internacionales que, desde hace mucho tiempo, ya no prestan recursos
para este propsito. Si, por otro lado, dejis que el sector privado realice estas
actividades, deberais permitir que las tarifas que se cobren por los servicios
prestados reflejen los costos de inversin y operacin, segn lo establecen vuestras
propias leyes regulatorias. De otra manera, sern los propios consumidores que, en
ltima instancia, pagarn el costo de estas bajas tarifas, al recibir una mala calidad
de servicios y la permanente interrupcin de los mismos, justamente, a causa de los
bajos niveles de inversin concluy Hildebrando.
S, pero todos saben que las empresas privatizadas han hecho millones de
zlares con el sacrificio del pueblo y son las grandes responsables de la importante
salida de divisas que perdi el Banco Real de la Nacin enfatiz Nicanor.
Nada de esto, Majestad contest Hildebrando . Si lo hicieron de esa
manera, fue porque las leyes regulatorias de vuestro reino as lo permitieron. Si
queris que cambien las cosas, tambin debis cambiar vuestras leyes o asegurar el
cumplimiento de las mismas, a travs de la rigurosa observancia de las autoridades
encargadas de la regulacin.
Sin embargo, siempre debis aseguraos de permitir que estas empresas
reciban una retribucin adecuada por su inversin y sus costos de operacin. Al
hacerlo, tambin se dar una seal a la inversin extranjera de que en vuestro reino
se gobierna con ecuanimidad. No olvidis, Majestad, que vuestro reino necesita
urgentemente de capital extranjero, para incrementar la produccin y el empleo y
que no cuenta con el ahorro interno para financiarlo concluy Hildebrando.
nuevos liberales
respondi
Nicanor . Yo insisto que el Estado debe retomar su funcin en la economa. Si no
es a travs de las empresas pblicas, entonces debe hacerlo mediante el
Pasaron los aos y, para desgracia de los sbditos de Nicanor, las cosas no
cambiaron para bien. En el reino sigui campeando la corrupcin, el desastre y la
mala administracin. La pobreza se increment, las barriadas con techos y paredes
de cartn proliferaron por ah y por all y, tal como lo haban hecho en los ltimos
cincuenta aos, los sbditos volvieron a dedicarse a su deporte nacional. No se
trataba en este caso de la pelota de trapo, sino de la tarea nacional de especular.
Especular con los alimentos, las mercancas, las viviendas y, por sobre todas las
cosas, con el zlar, la moneda del Coloso del Norte, cambiando mensualmente su
salario en moneda local por zlares, para luego venderlos poco a poco y as
subsistir en un reino en permanente crisis
Al no poder arreglar las cosas, se dio inicio a los controles. Control de
cambio, control de precios, control de operaciones bancarias y controles de todo
tipo y sabor.
Cuando esto no fue suficiente, se procedi al embargo de la informacin, de
las estadsticas y al ataque desmedido a los medios de comunicacin. Lo ms grave
de todo ello, se procedi a elaborar
creativasmetodologas para elaborar nuevos
ndicadores econmicos, destinados a mostrar que, en la economa, todo andaba
bien. Se cre un ro revuelto en beneficio de los especuladores y para aquellos que
siempre tienen acceso y amigos en la banca, que se beneficiaron con las tasas
convencionales y las divisas baratas
lcibiades
El Grande
convoc nuevamente a su Consejo. Esta vez, para tratar
de entender por qu los sbditos del reino se encontraban tan descontentos y por
qu, desde hace algn tiempo, no cesaban de hacer manifestaciones pblicas en
contra de su gobierno.
Me extraa que esto suceda dijo Alcibiades a su Consejo , pues lo nico
que he hecho en mi gobierno es implantar drsticas polticas para evitar la subida
de los precios, administrar con prudencia los recursos del reino y evitar que las
labores de mi gobierno interfieran con la actividad mercantil y fabril de los
industriales y los mercantilistas. Bueno, por lo menos eso es lo que yo creo dijo
con tono reflexivo.
Qu opinis seores miembros del Consejo ? pregunt Alcibiades, en
busca de una respuesta.
Hay que darles palo, Majestad dijo el ministro del Buen Gobierno . Os
aconsejo que saquemos a la milicia bien armada y bien pertrechada, para acabar
con estas turbas que no hacen otra cosa que dar odos a los grupos sediciosos, que
quieren acabar con el gobierno de SM. Estoy seguro de que el da que pongamos
tras las rejas a tres o cuatro de estos agitadores, habremos acabado con la
subversin y todo volver a la normalidad.
El ministro Santos Periln tiene toda la razn dijo el ministro del Tesoro ,
hay que reprimir esta agitacin. De continuar con esta intranquilidad, nos
quedaremos sin los recursos que nuestros vecinos del norte traen para explotar los
aceites y los gases combustibles que vendemos al reino del Cruzeiro do Sul y
posiblemente sin los dineros de nuestros apreciados banqueros del norte, sin los
cuales la economa del reino simplemente no puede subsistir. Adems, es
importante seguir el consejo del representante del Fondo Internacional del Oro, el
Sr. Kraus, que dice que
regla de oro
que debemos preservar, si es que SM
verdaderamente desea continuar gozando de la generosa ayuda del Fondo
Internacional del Oro, que nos apoya desde que en el reino aprendimos a controlar
la subida de los precios.
Pero Majestad dijo el ministro de Animales, Alimentos y Plantas Exticas
, con estas polticas nos estamos empobreciendo cada da ms. Pues, por un lado,
el ministro del Tesoro no hace nada por recaudar tributos de quienes no les da la
gana de pagar y, por otro, al cortar el gasto pblico tan drsticamente, nos hace
imposible proporcionar la semilla y los insumos que antes solamos ofrecer a todos
los campesinos del reino. Sin embargo, lo ms grave de esto, es que tampoco
podemos pagar por la investigacin o la extensin agrcola, ni la transferencia de
tecnologa de punta que, como sabe SM, es absolutamente esencial para el
desarrollo de la agricultura tradicional y comercial del reino. Como resultado de
esta situacin, el sector agrcola todos los das se empobrece ms y se empobrecen
el campesino y el agricultor, que constituye la mayor parte de la poblacin.
El ministro de Animales, Alimentos y Plantas Exticas tiene la razn dijo
el ministro de Minas y Canteras ; lo mismo sucede con las minas. Como el
ministro del Tesoro no recauda tributos de los que no quieren pagar, ya no
podemos hacer ms exploracin de minerales; hemos tenido que despedir a todos
nuestros gelogos y cerrar nuestras reales oficinas de investigacin minera, pues ya
no tenemos recursos para pagar por estos trabajos. Todo esto, debido a que, por
recomendacin del Sr. Kraus del Fondo Internacional del Oro, el ministro del
Tesoro ha decidido que estos gastos son superfluos e innecesarios. Adems, como
estas actividades no tienen prioridad para recibir recursos externos, se ha instruido
al oficial mayor de la Tesorera a no dar curso a ms solicitudes de crdito externo
con destino a los sectores productivos, a pesar de las condiciones ventajosas y
concesionales de estos crditos, argumentando que no se cuenta con la cuota de
contraparte que le toca pagar al reino, para lograr el desembolso de estos dineros de
sus fuentes de financiamiento. Como resultado de esta situacin y, al igual que en
el caso de la agricultura, el empobrecimiento de los pequeos mineros del reino es
cada da peor. No se qu hacer ante esta tan difcil situacin en el sector, que
repercute en todos los sectores
deporte y, si las cosas siguen mal, siempre podremos llamar al Profesor Fax.
Aprobado dijo el Consejo Viva el Gobierno de Su Majestad!
Pasaron trescientos sesenta das y las cosas fueron de mal en peor. Las
manifestaciones de protesta aumentaron, as como aumentaron los palos que daba
el gobierno de SM. La oposicin y los sbditos se cansaron de cargar con culpas
ajenas. Aumentaron las huelgas en proporcin directa a las pocas ganas de trabajar.
Les siguieron los feriados, los horarios continuos y los torneos de pelota de trapo.
Para colmo, el incentivo al deporte no funcion, porque el equipo del reino era tan
malo, como malo fue el efecto que tuvo su actuacin sobre la baja autoestima de la
poblacin.
Por razones obvias, el Decreto Real de Reactivacin Econmica no funcion.
Tampoco funcionaron los nuevos financiamientos de la deuda, pues todos se
quedaron muy contentos con slo pagar en el largo plazo, situacin que, en general,
se traduce en el hecho de no pagar. Con la amnista tributaria se premi a los
sinvergenzas, mientras que aquellos que pagaron sus obligaciones puntualmente,
quedaron como tontos y engaados, y con las ganas de no haber pagado sus
tributos, si hubieran sabido que les seran perdonados.
Cuando las cosas se pusieron realmente mal, los ministros llamaron al
profesor Fax. La respuesta de ste, por supuesto, no se hizo esperar. El profesor
Fax lleg muy rpidamente, dict dos apotesicas conferencias, cobr jugosos
honorarios, acorde con sus antecedentes y se fue ms rpido de lo que vino, sin
dejar ninguna solucin.
Angustiado por la desastrosa situacin, Alcibiades mand a llamar a
Hildebrando, el viejo astrlogo que todava viva en las altas tierras del sur y que,
en el pasado, lo haba ayudado a solucionar el problema de la subida de los precios.
Por supuesto, una poca de la que nadie se quera acordar.
Qu es lo que habis odo de los astros ? consult Alcibiades.
Nada que no haya odo con mis propios odos o visto con mis propios ojos
respondi Hildebrando.
A qu os refers ? pregunt Alcibiades.
Muy sencillo dijo Hildebrando
, en vuestro reino todas las seales
parecen estar equivocadas. Se premia al que no paga sus deudas, al que no
contribuye con sus impuestos, al que hace contrabando y lavado de dinero, y al que
incumple con la ley. Se incentiva tambin el mal trabajo, se premia el ocio en vez
del esfuerzo y se cierran los ojos a la realidad.
Es que no puedo pedirles ms impuestos a los nicos que contribuyen al
erario del reino o dan ms trabajo a mis desocupados y hambrientos sbditos dijo
Alcibiades.
Todo lo contrario, Majestad respondi Hildebrando . En mis muchos
viajes por el mundo vi, por ejemplo, cmo en los reinos ms ricos y organizados,
los que ganan ms, son siempre los que contribuyen ms. No slo en trminos
porcentuales, sino tambin en trminos de la tasa marginal de los impuestos. Y, por
favor, no os compris tan fcilmente la idea de que los impuestos no pagados por
los ricos son los que generan empleo a los dems. Ved, por ejemplo, lo que sucedi
en el gran Coloso del Norte, cuando el gran dux Ronaldo redujo los impuestos. El
empleo no se increment durante este perodo, ni tampoco lo hizo en los aos
posteriores. Lo que pasa, Majestad, es que los ricos tienen la opcin de recibir
mejores retornos en los mercados financieros, que los que podran obtener al
invertir en los sectores de la produccin, industria o el comercio, que es donde se
puede ofrecer empleo. Por otro lado, tambin tomad en cuenta que las clases
acomodadas siempre tienen fcil acceso al crdito y al financiamiento de la banca.
Esto es particularmente cierto durante los perodos de recesin, cuando las tasas de
inters son bajas. Entonces, estos grupos aprovechan el uso de estos recursos
baratos para obtener ganancias financieras y sobre todo especulativas. Como veis,
esto no significa necesariamente que quien trabaja ms merece tambin ganar ms.
Tampoco hagis caso a las recomendaciones del seor Kraus del Fondo
Internacional del Oro. Si cortis el gasto hasta la mdula, sobre todo en el apoyo
que debis ofrecer al sector productivo, como lo sugieren vuestros ministros de
Animales, Alimentos y Plantas Extica, y de Minas y Canteras, lo nico que
lograris es que vuestro reino ingrese en una terrible recesin de la que no pudris
salir por muchos aos. Con esto no estoy sugiriendo que se incremente el gasto a
costa de los recursos del Banco Real. Nada de esto. Lo que debis hacer es cortar el
inservible gasto corriente
hasta la mdula
, el gasto militar y la enorme cantidad
de gastos dispendiosos que vuestro reino hace todos los aos, para darle ms bien
el apoyo que necesita el sector productivo. Buscad tambin recursos de la
cooperacin internacional o prestaos los ahorros que vuestros sbditos, hasta que
podis contar con los ingresos tributarios que os sean necesarios. La austeridad por
la austeridad de nada sirve. Es la respuesta teutnica a todos los problemas
econmicos, que enarbola el Fondo Internacional del Oro y que en realidad no
busca una solucin a los problemas del crecimiento y desarrollo econmico. Si no
me creis, mirad lo que ha sucedido con la Confederacin del Viejo Continente y
deseo de trabajar debe ser como un virus benigno y altamente contagioso, que
obligue a todos los ciudadanos a valorar la virtud colectiva del esfuerzo humano en
el trabajo y que quien no sienta estos sntomas, se vea en la imperiosa necesidad de
quererse contagiar. Pero, ms all de esto, es importante que vuestro reino tambin
de verdaderas muestras de que sabe valorar el trabajo y que reconoce su
importancia social. Es necesario, por tanto, que SM reconsidere el nmero de
feriados otorgados por Ley, la exagerada reduccin de las horas de trabajo de cada
da, la inexplicable expansin del nmero de das de vacacin anual y, sobre todo,
vuestro programa de temprana jubilacin, que tiene un elevado costo fiscal y que,
al final del da, slo se podr pagar con nuevos y mayores impuestos, que sern
aportados principalmente por las nuevas generaciones de contribuyentes, que en
vuestro reino no son precisamente los ms ricos ni los ms numerosos.
Pero ms all de la necesidad de contar con los valores ticos del trabajo
continu el viejo astrlogo , en vuestro reino las leyes, los procedimientos, las
Cortes y los jueces estn hechos para dar seales negativas al comportamiento de
los sbditos. Parecera que en el reino no hay justicia; que la justicia es slo para
los corruptos y los poderosos; que sirve slo para premiar la argucia y la
triquiuela, lo incorrecto sobre lo correcto, la viveza sobre el sacrificio honrado y
quienes la administran no hacen otra cosa que dar muestras cada da de su
ignorancia y arbitrariedad. Decidme, Majestad, dnde quedarn entonces los
valores ticos del reino, cuando no existe justicia ni equidad y la balanza de la Ley
no se encuentra en el justo medio?
Est bien, Hildebrando, os prometo que trabajar en pos de la justicia dijo
Alcibiades agobiado . Pero enseadme qu debo hacer para reducir la pobreza
tan agobiante de este reino?
Precisamente, Majestad, lo primero que debis hacer es restablecer el
imperio de la Ley, que es la forma ms efectiva que tienen los reinos para hacer
crecer la economa y generar empleo. Lamentablemente, algunos gobernantes y
polticos creen que la democracia culmina, cuando los sbditos eligen a sus
representantes. Nada de esto. La democracia culmina solamente cuando se
establece el imperio de la Ley. Para desgracia de los mandantes, que somos la
mayora de nosotros, existen muchos malos gobernantes y polticos que creen que,
una vez elegidos mediante el voto popular, lo que debe prevalecer es el imperio de
los hombres y no el imperio de la Ley. Lamentablemente, ste es el origen de todos
los abusos y atropellos, que se ven todos los das en decenas de gobiernos y a
travs de la historia. La falta del imperio de la Ley, es la accin poltica que ms
aterra, aleja y acobarda a la inversin privada, cuya funcin es la de incrementar y
mejorar la produccin, el ingreso y el empleo en las naciones dijo Hildebrando
totalmente convencido.
Sin embargo, lo ms grave de esto es que, haciendo uso de este imperfecto
silogismo, estos malos gobernantes y polticos aprueban sus propias constituciones
y sus leyes, a la medida de sus propias pretensiones; generalmente, sin respetar los
derechos de los hombres y de la minora, circunstancia que les da el control de los
poderes del Estado, de los tribunales electorales, la justicia ordinaria, los rganos
reguladores y toda cuanta institucin se puede interponer a sus deseos de
consolidar un gobierno de tipo autoritario. Es as que nacen los atropellos a la
libertad de expresin, a los derechos humanos, a la libertad de prensa y a la falta de
respeto a la Ley y a la propiedad privada, cuya primera vctima inexorablemente es
siempre la inversin. Esto, a pesar de que, ante los ojos del mundo, aparentan
mostrarse como gobiernos democrticos slidos y bien afirmados, por el solo
hecho de haber ganado el voto popular; logrado, quien sabe, bajo qu
circunstancias
Me preguntasteis, Majestad, cmo se puede reducir la pobreza? Creo que
ya os di la respuesta, es con el imperio de la Ley. Es decir, con la puesta en
prctica de un conjunto de normas e instituciones, que garanticen que los agentes
econmicos puedan desarrollar sus actividades dentro del marco de la justicia y la
equidad. En otras palabras, un conjunto de leyes y regulaciones aprobadas por el
Parlamento, la tutela de tribunales constitucionales, consejos de la judicatura que
velen por la imparcialidad de las cortes, jueces y cortes independientes, ministerios
pblicos expeditos, procedimientos y aplicacin adecuada de la Ley, estabilidad
laboral, seguridad social, un sistema tributario equitativo y un esquema de
regulacin de servicios pblicos, que garantice una adecuada proteccin a los
derechos de propiedad y la seguridad jurdica del inversionista, sobre todo, cuando
se presenten conflictos entre las empresas y los usuarios o las empresas y el Estado
o entre esta ltima y las primeras, sobre todo, en los servicios, que son esenciales
para la vida y la salud, que son utilizados por la mayora de la poblacin continu.
Con respecto a la economa, Majestad, el secreto del xito est siempre en
producir y vender algo que pueda ser comprado por muchsimas personas. Por lo
tanto, es siempre importante colaborar con el sector privado en la identificacin de
los grandes mercados, en los que podris vender vuestros productos que cuenten
con ventajas comparativas y otros que tambin podris producir bajo el esquema de
las ventajas competitivas. En otras palabras, es necesario que busquis al mundo
como mercado y no slo el pequeo mercado de vuestro reino dijo Hildebrando.
Sin embargo, junto a este esfuerzo no debis olvidar que la inversin que el
reino debe hacer es principalmente en las reas de salud y educacin. Esta
inversin social
Ni buena ni
mala, sino todo lo contrario
.
La globalizacin, Majestad, es nada ms que la posibilidad de comprar o
vender ms rpidamente en cualquier parte del mundo, gracias al avance de las
comunicaciones y la apertura de los mercados. Sin embargo, para esto, deberis
contar necesariamente con ventajas comparativas y ventajas competitivas, a las que
me refer anteriormente dijo Hildebrando . Todo esto para que cada vez el reino
pueda vender en mejores condiciones. Sin embargo, es importante reconocer
tambin que, para ser competitivos, es necesario que el sector privado del reino
compre y renueve la tecnologa de punta que se va desarrollando en el resto del
mundo. Esto, para asegurar que las mercancas que se produzcan y se vendan en
los mercados del extranjero, tengan la calidad y la aceptacin que el mundo
moderno demanda. ste es el secreto para que la economa crezca. El crecimiento
debe hacerse a partir de la inversin en tecnologa y NO, como os haban
aconsejado vuestros asesores, al incrementa el gasto corriente, sobre todo para
financiar proyectos fantsticos. Esto no es hacer un buen gobierno dijo
Hildebrando.
Qu queris decir con esto ? pregunt Alcibiades sorprendido.
Tener un buen gobierno significa contar con buenas leyes, decretos y
reglamentos, que tengan un carcter neutro en las actividades de los sbditos de
SM. Es decir, leyes que no entorpezcan ni disminuyan el estmulo a la produccin
o las actividades econmicas en general. Y, sobre todo, que no tengan efectos
negativos sobre la competitividad. Por ejemplo, tributos que graven excesivamente
las actividades econmicas o que impongan cargas laborales imposibles de soportar.
Tener buen gobierno significa tambin tener buenas polticas y aplicarlas
monopolios naturales
, para as lograr
que los insumos industriales que producen los servicios pblicos en general,
garanticen la competitividad de los productos finales elaborados en el reino.
No estaris sugiriendo que otorgue subvenciones ? pregunt Alcibiades ,
pues ya anteriormente me mostrasteis que
hubiese sido as, el reino una vez ms sera premiado con la felicidad, Alcibiades
con la grandeza y los astrlogos del reino, con un ejemplo de sabidura y modestia,
que no siempre es aceptado en la vieja profesin de mirar a los astros
haba optado ms bien por reunir a los miembros ms cercanos de su corte, entre
ellos, algunos ministros que gozaban de toda su confianza y en quienes haba
depositado las responsabilidades ms importantes del reino. En la ltima reunin
semanal que tuvo con sus cortesanos Alcibiades dijo:
Deseara que el da de hoy nos ocupemos de resolver el problema de la
recesin.
Pido la palabra dijo el ministro del Tesoro . Como es de conocimiento de
SM, todos nosotros sabemos que el problema de la recesin se origina en el dficit
fiscal que dej vuestro hijo Tulo y sus amigotes, los mal llamados
nuevos
liberales
culpa a otros de la actual situacin financiera del reino. Creo que con la mayor
entereza, deberamos tratar de mirar hacia el futuro, en vez de pensar en los errores
del pasado. Qu pensis de todo esto don Cndido de Gonzlez? continu
Alcibiades, dirigiendo su mirada al reposado asesor.
Como sucede habitualmente, lo que SM sugiere es siempre lo ms acertado.
Yo tambin estoy de acuerdo en que no podemos pasarnos la vida echndole la
culpa de la psima situacin financiera del reino a vuestro hijo Tulo. Sin embargo,
es necesario que tambin propongamos soluciones pues, de otra manera, los
auditores del Fondo Internacional del Oro bloquearn los crditos del Banco
Global y de nuestros banqueros del norte, sin los cuales el reino no puede cerrar la
cuenta corriente de su balanza de pagos y ni siquiera la mitad del abultado dficit
fiscal. Como saben todos, las finanzas del reino son absolutamente dependientes de
las donaciones y de la caridad internacional y esto hace que las decisiones que
tome el gobierno de SM no sean verdaderamente soberanas, ya que siempre estarn
restringidas a los caprichos y voluntades de nuestros grandes acreedores.
Pido la palabra dijo nuevamente el ministro del Tesoro . Sobre este tema
en particular, mi joven viceministro de Tributacin dice que el problema del dficit
fiscal es algo que debe preocupar a SM. Dice que si se quiere resolver este tema,
as como el problema de la recesin, es muy simple. Lo que hay que hacer es
cobrar ms impuestos.
Magnfico ! dijo Alcibiades , qu joven tan inteligente y talentoso.
Para esto prosigui el ministro del Tesoro , el joven viceministro de
Tributacin recomienda la creacin de nuevos impuestos, con los que adems se
harn ms equitativas las recaudaciones del reino. Por lo tanto, para lograr este
propsito, recomienda la creacin de nuevos impuestos a los espectculos de teatro,
a los peridicos de informacin nacional e internacional y al envo de cartas a los
reinos del norte. A esta lista de impuestos, personalmente, me habra gustado
aadir la creacin de un impuesto al uso de los instrumentos cibernticos que, al
igual que en los casos anteriores, si bien no recauda montos significativos,
permitir que todas las personas contribuyan a mejorar los ingresos del Tesoro. Por
lo menos, as lo entiende nuestro joven viceministro de Tributacin.
Brillante ! dijo Alcibiades , no hay como la gente joven y talentosa.
Brillante ! secundaron a viva voz los cortesanos, complacientes.
Bueno, y qu haremos en concreto respecto a la recesin ? consult
Alcibiades.
. Pero, la verdad es
que el reino tambin requiere de un golpe inicial para hacer reaccionar la economa
rpidamente dijo nuevamente Alcibiades.
La respuesta est en vuestra propuesta de otorgar mil ochocientos zlares a
cada uno de los ancianos del reino, Majestad dijo nuevamente el ministro .
Cuando arrojis todo ese dinero a la economa, ya veris cmo se reactiva el
aparato productivo. Todo esto es consistente con vuestro pensamiento poltico y
econmico, que siempre nos ha hecho conocer que la nica salida al problema de la
recesin es el estmulo a la demanda agregada.
Pido la palabra dijo el ministro del Tesoro . Y de dnde sacaremos el
dinero para efectuar estos pagos a los ancianos? pues, como todos sabis, debido a
la falta de controles adecuados y la ineficiencia de las empresas que vendieron
capital accionario, no se generan los suficientes dividendos para poder realizar
estos pagos a los ancianos, como haba dispuesto SM.
intereses?
Es verdad dijo el ministro del Tesoro pero, al hacerlo, los bancos
descalzan su cartera y ponen en riesgo los recursos de sus depositantes, pues no es
lo mismo prestar a treinta das cuando se captan ahorros a treinta das, que prestar a
diez aos cuando se captan recursos slo a treinta das. En la metodologa de las
finanzas bancarias, el plazo tambin se transforma en la tasa de inters.
Al diablo con los bancos y los banqueros dijo enrgicamente don Cndido
de Gonzlez . No hay estirpe ms baja y ms corrupta que la de los agiotistas del
dinero. Sugiero que SM aplique todo el peso de la ley, para dar fin con los abusos
de la banca.
Bravo ! dijeron a viva voz los cortesanos.
En ese momento hizo su ingreso a la sala otro cortesano, que haca poco tiempo
haba dejado su cargo pblico, por aclamacin popular. Al verlo, el rostro de
Alcibiades se ilumin, dibujndose en l una amplia sonrisa.
Dnde estuvisteis amigo Santos Piriln ! dijo Alcibiades.
Estuve en el Parlamento, Majestad, amarrando algunos entuertos polticos
con los miembros de la oposicin contest el cortesano.
Y qu os trae por aqu ? volvi a preguntar Alcibiades.
Veris, Majestad dijo el cortesano . Vengo a deciros que creo que ste no
es el mejor momento para tomar decisiones econmicas y sociales; pues, si se las
toma, stas debern ser aplicadas luego de poner en prctica las decisiones
polticas.
De qu se trata ? dijo Alcibiades.
Se trata de consolidar polticamente el Parlamento a favor de SM
respondi el cortesano . Creo que estamos muy cerca de lograr un acuerdo
poltico con algunos miembros de la oposicin, que le permitir a SM tener una
cmoda mayora en el Parlamento. Sin embargo, para esto sugiero que SM
suspenda inmediatamente todos los nombramientos que estn en curso de
aprobarse, a fin de dar cabida a las naturales ambiciones de los miembros de la
oposicin, que requieren de cargos gubernamentales, a cambio del acuerdo poltico
que estoy muy cercano a concretar.
Pero esto paralizar al gobierno dijo otro de los cortesanos, que todava
flexibilizar
ranking
, en la
incansable lucha por la verdad y la justicia. Hildebrando no comprenda como
haba cambiado el monarca
A su retorno a las tierras altas del sur, Hildebrando qued triste y
meditabundo durante mucho tiempo. Pens que el ltimo viaje al reino de
Alcibiades sera sin retorno. Tal vez no sera el ltimo que haga, pero, con
seguridad, una de las ltimas veces que vea a su amigo el viejo monarca. No quiso
imaginar qu es lo que sucedera con el reino. Tampoco quiso hacer cbalas sobre
el futuro de su reinado o el de sus cortesanos. Slo estaba seguro de que algn da
Alcibiades le dara la razn, a pesar de su orgullo y de su gran obstinacin. Por
ltimo, tampoco quiso pensar en las penosas consecuencias de no haber escuchado
sus consejos.
del gobierno de Alcibiades. Muy pronto, el pueblo - que no es una recua de bueyes
- reaccion violentamente en contra el gobierno, y como siempre sucede, sum las
buenas y las malas acciones de Alcibiades, para calificarlas corruptas y, sobre todo,
de nuevo liberales
asaron muchos aos desde el incidente que Hildebrando tuvo con Alcibiades. A
nuevos liberales
o ms bien
los libertarios
, que creen en estas necedades. Yo espero que sta no
sea la fuente de inspiracin de vuestros ministros, ni de cualquier otra persona en el
reino.
Sin embargo, siempre debis recordar que el mejor regulador y defensor de
la competencia de todos los tiempos y en todas las circunstancias es el comercio
exterior
dijo enfticamente Hildebrando . Es por esta razn y no otra que,
cuando os recomend liberalizar las importaciones, que anteriormente estaban
sujetas a elevados aranceles, cuotas y otras restricciones, lo hice para aseguraros
que exista competencia en los mercados internos y que, de esta manera, se evite
que los productores dentro del reino se sientan tentados a fijar precios, establecer
acuerdos anticompetitivos o excluyentes y abusar de su poder de dominio de
mercado, confiados en que las importaciones jams podran competir con los
bienes producidos localmente.
Entonces qu papel juega en este tema la globalizacin o ms
concretamente los acuerdos multilaterales de comercio exterior ? pregunt
Alcibiades.
Un papel muy importante, debido a que la globalizacin y muy
particularmente los acuerdos de comercio exterior, buscan asegurar que no existan
pregunt Alcibiades.
Regular dijo Hildebrando es el proceso de aprobar normas y aplicarlas,
con el fin de asegurar que los mercados imperfectos en el rea de los servicios
pblicos funcionen como si hubiera competencia. Es decir, un proceso mediante el
cual se simula la competencia, para utilizarla como modelo en los mercados donde
no la existe y evitar as los abusos que las empresas con poder de dominio de
mercado puedan ejercer sobre los sbditos ms indefensos y desprotegidos de la
sociedad.
Y decidme, Hildebrando, por qu buscamos la competencia ? pregunt
Alcibiades.
La buscamos, Majestad, porque con ella ganan todos los agentes
econmicos repuso Hildebrando . Gana el consumidor o el usuario, porque
consigue el mejor precio posible y la mejor calidad de producto. No debemos
olvidar que la calidad tambin es una forma de expresar el precio prosigui . Y
gana el productor, porque tambin consigue el mejor precio de venta posible en el
mercadoy se obliga a producir en las mejores condiciones de eficiencia. Finalmente,
gana el reino, porque puede ofrecer a sus sbditos el ms alto nivel de bienestar
econmico.
Y cmo se logra esto ? pregunt Alcibiades.
Se logra, en primer lugar, aprobando y aplicando las leyes regulatorias y
sus reglamentos repuso Hildebrando . Esto es importante, sobre todo, si algn
da SM contempla la posibilidad de que las empresas de servicio pblico (energa,
telecomunicaciones, transporte y agua) puedan ser atendidas por el sector privado.
Asimismo, es siempre mejor para la sociedad el contar con dichas
, porque de esta manera se puede asegurar un trato ecunime, a todos los agentes
del mercado. Sin embargo, no basta con la aprobacin y aplicacin de las leyes
regulatorias; tambin se requiere del trabajo eficiente de los reguladores, quienes
deben hacer cumplir estas disposiciones legales, sin ningn poder discrecional de
su parte. Es decir, que no puede cambiarlas, sino simplemente hacerlas cumplir.
Sin embargo, como los reguladores son y sern siempre muy poderosos, har falta
tambin que alguien se encargue de fiscalizarlos, asegurndose de que stos
cumplan sus funciones con eficiencia y eficacia. Por ltimo dijo Hildebrando ,
cuando en las postas reales no se permite dar paso a las carretas que no sean parte
del sindicato de carreteros. Esto, con el propsito de cobrar precios monoplicos en
el transporte. Como podis observar, todos estos actos atentan contra la sana
competencia que debe existir en todos los mercado del reino.
Ms importante an continu , esta ley tambin debe tener como uno de
sus propsitos, el evitar el uso del poder de dominio de mercado, que los
empresarios del reino pueden intentar utilizar para fijar precios predatorios o
disminuir los niveles de calidad del producto que venden o fabrican. ste es el caso,
por ejemplo, de los propietarios de una o pocas empresas que controlan un
porcentaje muy significativo de un determinado mercado relevante y que utilizan
este poder justamente para este propsito.
Por ltimo, esta norma tambin debe prohibir las concentraciones
econmicas en un determinado mercado, con el fin de evitar que stas sean
utilizadas por los empresarios para ejercer, justamente, ese poder de dominio de
mercado. En otras palabras, cuando los propietarios de una o pocas empresas
logran una significativa concentracin econmica en un determinado mercado, es
casi seguro que no podrn resistir la tentacin de abusar de este poder, con el fin de
fijar precios o disminuir los niveles de calidad. Cuando se presenta esta situacin
en alguno de los reinos ms desarrollados del norte, los propietarios de estas
industrias estn obligados a dividir y vender sus empresas. Esto, con el propsito
de desincentivar este poder que les da el dominio de mercado. Por esta razn, las
concentraciones econmicas en vuestro reino deben ser, cuanto menos,
debidamente evaluadas y autorizadas por el gobierno de SM, a fin de proteger los
intereses de la sociedad.
Sin embargo continu , es importante recordar tambin que el defender
la competencia no es una labor de regulacin. Si se quiere, es ms bien una labor
fiscalizadora
monopolios naturales
.
Con las explicaciones que acabis de darme quedo muy satisfecho. Sin
embargo, decidme entonces por qu cuando intento aplicar la regulacin o la
defensa de la competencia la oposicin siempre me acusa de tratar de implantar un
modelo de polticas
neoliberales
?
El decir esto es pura demagogia, Majestad repuso Hildebrando . En
primer lugar, porque no se trata de un modelo. Como veis, aqu no se hace otra
cosa que aplicar el sentido comn que, como ya os dije, no es el ms comn de los
sentidos. En segundo lugar, tampoco se trata de un modelo de polticas neoliberales
o libertarias pues, como lo habis escuchado, lo ltimo que se quiere en el reino es
dejar el mercado al libre albedro. De lo que se trata es de tener una sociedad,
donde se respeten las leyes econmicas, pero tambin donde el reino juegue un
papel importante en la aprobacin y puesta en prctica de normas y reglamentos,
destinados a corregir las imperfecciones del mercado. Es por esta razn que vuestro
ministro del Tesoro debe dejar de decir tantos disparates, pues vuestros sbditos y
la opinin pblica verdaderamente creern que vuestro gobierno acepta los
postulados del libertarismo econmico, cosa que no es correcta, ni condice con la
realidad.
segunda generacin
y, por lo general, se aplican luego de la
puesta en prctica de las dolorosas medidas destinadas a detener la inflacin. Como
comprenderis, el implantarlas no es una accin del mercado, sino una decisin del
gobernante, que busca contrarrestar las malas decisiones del pasado y mejorar las
condiciones de vida de todos sus sbditos en el futuro. No me preguntis ms, pues
debo partir urgentemente a las tierras del mar, donde me necesitan dijo
Hildebrando . Lo nico que os recomiendo es que, por sobre todas las cosas, al
implantar estas reformas nunca dudis de los maravillosos resultados de los
programas de salud y educacin, que mejorarn notablemente la calidad de vida de
vuestros sbditos y contribuirn a que las clases sociales desaparezcan. Ojal que
los maestros, profesores y barchilones encargados de poner en prctica estas
reformas comprendan el gran avance que con ellas se logra.
Una vez ms, mil gracias Hildebrando por estos consejos dijo Alcibiades
. Si no hubiera sido por esta importante conversacin, tal vez habra credo que
todo lo debe resolver el mercado, como dice el ministro del Tesoro.
Afortunadamente, ahora entiendo que, a pesar de la libertad econmica, todava
hay un importante papel para el reino, sobre todo en la supervisin y la regulacin
de la economa.
As es Majestad dijo Hildebrando . Es importante alejarse de estas
verdades a medias. No por nada Scrates combati a los sofistas, que siempre
trataban de convencer al pueblo con su retrica y sus medias verdades. Alejaos
tambin de las frases y estribillos que repiten los polticos continu Hildebrando .
Hoy en da, por ejemplo, est muy de moda hablar de
lcibiades no pudo resistir la presin de sus sbditos que, movidos por los
partidos de oposicin, lograron que ste proponga una consulta popular destinada a
estatizar la produccin de aceites y gases combustibles del reino. A estas presiones,
tambin se sumaron los miembros del Consejo, argumentando que estas acciones
incrementaran la popularidad del gobernante, la misma que haba quedado muy
disminuida ltimamente. Antes de seguir adelante con la implementacin de la
consulta ya aprobada, Alcibiades pens que sera bueno conocer la opinin de
Hildebrando, dado que los resultados de dicha consulta significaran, entre otras
cosas, la creacin de una nueva empresa pblica, cuya funcin sera la de
administrar la empresa recientemente estatizada, aspecto que fue siempre
observado por Hildebrando. Al llegar a las puertas del Palacio Real, Hildebrando
encontr una manifestacin de apoyo a la consulta popular, que coreaba a gritos lo
siguiente:
El pueblo unido, siempre est jodidoEl pueblo unido, siempre est jodido El
pueblo unido, siempre est jodido
En esa oportunidad, Alcibiades reuni a sus ms allegados colaboradores,
para evaluar los alcances y los resultados alcanzados. All estaban el ministro de
Planes y Utopas, con su parsimonia y su frondosa cabellera, el ministro del Tesoro,
muy preocupado, el ministro de Aceites y Gases Combustibles, conocido por su
inteligencia y su mal humor, el Alto Comisionado para la Consulta Popular, muy
optimista, y el secretario privado de SM, muy callado. Una vez reunidos en el saln
famoso blindaje de la economa, anticipado por el ministro del Tesoro. Las reservas
del Banco Real continuaron en su estrepitosa cada, mientras que el precio del zlar
en el mercado negro se trep a las nubes. Y, lo ms grave de todo, los sbditos
volvieron a perder la confianza en la moneda local, que daada disminua su
valor. Alcibiades, en su desesperacin, mand a llamar a Hildebrando, que esta vez
se encontraba visitando las clidas tierras del sur, por razones de salud.
Qu puedo hacer por vuestra Majestad ? consult
Estoy desesperado , dijo Alcibiades cada vez los zlares y las monedas
del Banco Real disminuyen ms y ms. No se qu hacer. Ayer, ped a mis
colaboradores que os expliquen las medidas que se tomaron en el reino, sin ningn
xito lamentablemente Cmo nos podris ayudar?
Majestad, en primer lugar, explicadle a vuestro ministro de Planes y
Utopas que los economistas no son
adivinosy que por lo tanto no tienen
ninguna bola de cristal. Explicadle tambin a vuestro ministro del Tesoro que
ningn reino est blindado para afrontar la crisis o cualquier otra adversidad, a no
ser de que se efecten importantes reformas de carcter anticclico en la economa.
Esto con el propsito de contrarrestar la cada de los precios internacionales, que
todava puede durar muchos aos Cuntos? Nadie lo sabe, pero hay que estar
preparado para tener que soportarla por muchsimo tiempo.
Por otra parte, verdaderamente es una pena que no hubieses utilizado los
ingresos adicionales que os proporcionaron los altos precios de las materias primas
para diversificar vuestra economa y sobre todo vuestras exportaciones. De haberlo
hecho, hoy no estarais lamentando la prdida de reservas del Banco Real.
Asimismo, lo propio habra sucedido, si hubieses utilizado estos ingresos para
aumentar la produccin de aceites y gases combustibles, mediante la inversin de
recursos, destinados a certificar sus reservas probadas y su posterior explotacin.
Ni qu decir de la inversin de recursos para la exploracin de minerales o la
mencionada certificacin para el caso de las sales maravillosas. En una palabra,
Majestad, os quedaste muy cmodo con la bonanza de los comodities en los
mercados internacionales continu.
Sin embargo, nada de esto hubiese sido necesario, si dejabais esta inversin
en manos del sector privado; obviamente, bien regulada y fiscalizada por
instrumentos que os otorgan la Carta Magna del reino o la norma establecida para
tal efecto, en vez de haber optado por las engaosas nacionalizaciones, que ahora
no os permiten realizar las cuantiosas y necesarias inversiones en el sector social
sentenci Hildebrando.
asever.
En cuanto a las exportaciones, dejad de hacer juegos con los exportadores.
Es por ah donde debe crecer la economa. Ved, por ejemplo, lo que ha sucedido
con el gran Coloso de Oriente, que se ha enriquecido gracias a las exportaciones.
Hacedles la vida ms tranquila. No les gravis impuestos, disminuid los trmites y
facilitadles en todo lo posible. Ellos ya tiene un trabajo muy difcil y complicado;
cual es, el de abrir mercados externos, donde hay muchas batallas que ganar. Ellos
mereces toda vuestra colaboracin. Recordad siempre que el nico impuesto que
no se puede gravar es el impuesto a las exportaciones acot Hildebrando.
Si os ayuda en algo, permitid a vuestros sbditos depositar sus zlares en
los bancos, en vez de dejarlos bajo el colchn. Por lo menos as se logra que estos
recursos vuelvan al flujo financiero, para alimentar las necesidades de crdito en la
economa. Estos recursos no sirven de nada si se quedan fuera del circuito de la
economa dijo nuevamente.
Explorad la exportacin de servicios. La naturaleza os ha provisto de un
jardn maravilloso, que seguramente todos querrn conocer. Promoved el turismo
para escalar las maravillosas montaas de vuestras cordilleras, las visitas a vuestros
inmensos parque nacionales, que cuentan con la mayor variedad de flora y fauna en
el mundo, vuestros inmensos salares de increble belleza y vuestros lagos de agua
dulce, provistos de maravillosa pesca, variedad de flora y fauna lacustre. Y, como
si fuera poco, invitad al mundo entero a visitar vuestras hermosas ruinas y
milenarias civilizaciones, vuestras bellas y antiguas ciudades, llenas de tradicin
histrica, de msica y folklore. Otorgad concesiones, para que los operadores de
turismo os construyan hoteles y caminos que os lleven a estos maravillosos lugares.
Con slo el turismo podris recuperar lo que los mercados internacionales de
materias primas os privaron durante estos aos dijo Hildebrando.
Por ltimo, haced un esfuerzo por recuperar la inversin privada. Os
tomar mucho tiempo, pero no veo cmo podis privar al reino de los recursos para
el sector productivo, mientras persista la necesidad de efectuar la inversin social,
que os demandar de cuantiosos recursos. La tarea en un reino pobre como el
vuestro es una tarea inmensa, que seguramente tomar excesivo tiempo y mucho
esfuerzo. pero ya veris a la larga sus beneficios. La inversin privada extranjera
tambin ayudar a aumentar vuestras reservas de zlares y otras monedas en el
Banco Real concluy Hildebrando.
Lamentablemente, Hildebrando, los dados estn echados, ya no se puede
hacer nada dijo Alcibiades.
Ep logo
sindical conforman una extraa simbiosis destinada, en el primer caso, a lograr una
serie de negocios a costa de las empresas y, en el segundo, a obtener una serie de
prebendas para el personal sindicalizado. Como nadie se da cuenta de que el mejor
negocio es siempre robarle al Estado, todos se hacen de la vista gorda de esta
situacin, a cambio de los supuestos beneficios que se reciben dentro de este
concepto amaado del Estado paternalista.
Debo aadir tambin que siempre me produce una enorme frustracin la
actitud que toman algunos polticos al ofrecer empleos y mayores ingresos
prometiendo
estimular la demanda agregada de la economa
. Como se dijo
anteriormente, decir esto, es no entender adecuadamente cmo funciona la
economa, ni cmo es posible lograr el crecimiento; postulando prescripciones,
claramente en contradiccin de las bases terica de la ciencia econmica.
Lamentablemente, acciones como stas no han hecho otra cosa que llevar a los
pases al caos y la hiperinflacin.
Por otro lado, veo tambin con inmensa tristeza cmo los polticos, algunos
de ellos profesionales de la economa, parece que slo hubiesen ledo la primera
parte de los textos de macroeconoma, olvidndose de los captulos relativos al
crecimiento. Hacer esto, es desde ya otro gravsimo error, pues la visin que se
impone a las poltica econmicas es demasiado corto-placista y a veces en directa
contradiccin a las verdaderas necesidades de crecimiento de la economa.
Resulta tambin incoherente ver cmo se elaboran propuestas o programas
de crecimiento, sin tomar en cuenta la competitividad de la economa y los
llamados costos de transaccin. Parecera que quienes hacen estos programas
todava tienen en mente la equivocada conviccin de que para que la economa
crezca es suficiente con aumentar la produccin, olvidndose de la imprescindible
necesidad de vender lo que se produce.
Sin embargo, lo que ms preocupa en esta tragicomedia populista, es que
bajo el pretexto de que el modelo neoliberal nunca funciona, se descartan muy
rpidamente las sanas prcticas de administracin financiera, los postulados de la
teora econmica y todas aquellas reformas de segunda generacin, que evitara
que los gobiernos incurran o ahonden sus problemas fiscales.
Lamentablemente, gran parte de esta responsabilidad recae tambin en
algunos gobiernos conservadores, que no administran prudentemente sus recursos
financieros, aunque dan la impresin de que s lo hacen. En realidad se trata de
gobiernos que no ponen en prctica adecuadas polticas tributarias, con el fin de
recaudar mayores ingresos, o no administran eficientemente sus polticas de gastos.