ISSN 0716-9671

TIEMPO Y ESPACIO 30/2013

Universidad del Bo-Bo

ISSN 0719-0867 (en lnea)

Chilln - Chile pp.

EL MESTIZAJE EN AMRICA*
The American mestizaje
Claudio Esteva Fabregat.
Profesor Agregado de Etnologa.
Universidad de Barcelona.

El fenmeno racial americano por excelencia es el mestizaje; por

aadidura, el fenmeno cultural distintivo de los pueblos americanos es
el sincretismo o fusin de sus formas de vida adoptando en Amrica un
patrn original. Estas dos vertientes, la biolgica y la cultural,
constituyen dos expresiones de un mismo proceso: el del encuentro y de
amalgama de etnias y razas diferentes en un mismo continente y el de la
confluencia y simbiosis de las culturas de aqullas en formas e
integraciones regionales.
La mestizacin en Amrica ha tenido por caracterstica
fundamental el intercambio gentico entre los tres grandes troncos
raciales de la humanidad: el mongoloide, el caucasoide y el negroide. Y
han contribuido, adems, a la misma algunas otras poblaciones, tambin
mestizadas, efectuando una vinculacin gnica con las tres formaciones
bsicas de la especie humana. Este intercambio ha sido efectuado por
millones de individuos representativos de las tres razas troncales de
nuestra especie, por lo que la miscegenacin realizada en Amrica
presenta un grado de intensidad jams alcanzado en ninguna otra parte
del mundo.
Se puede afirmar asimismo que el mestizaje en Amrica forma
parte de las tradiciones comunes a los pobladores de la Amrica
prehispnica, pues ya sus poblamientos ms primitivos apuntan a la
presencia de grupos humanos diferenciados (cf. Pericot, 1962,456, y
Comas, 1967), a su vez portadores de culturas probablemente distintas.
En tiempos modernos, o sea, a partir del descubrimiento
colombino, se inicia, a su vez, un nuevo proceso de mestizacin intensiva,
el cual est prcticamente concluido en algunos pases de la Amrica
Publicado originalmente en la obra colectiva Races de Amrica, a cargo de Jos
Manuel Gmez Tabanera, Ediciones Itsmo, Madrid, 1968. El Director de Tiempo y
Espacio agradece al autor el haber autorizado la reedicin de este trabajo.
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contempornea. Sin embargo, cabe decir que son varios todava los pases
que estn efectuando este proceso, lo que constituye un logro vlido an
para la totalidad de aquel continente, siendo eso una evidencia de que
Amrica debe considerarse un gran conjunto humano de carcter
plurirracial donde son ptimas las condiciones para el desarrollo de una
integracin plenamente mestiza.
Conforme a eso, si bien no puede concluirse que se haya logrado
una mestizacin completa del continente americano, y puesto que aqu
no postulamos que las poblaciones americanas contemporneas sean
racialmente homogneas, s podemos considerar, en cambio, que el
mestizaje constituye la tendencia predominante dentro del conjunto de
las relaciones raciales en Iberoamrica, sobre todo en aquellos pases
donde permanece relativamente abierta la movilidad social, tanto en
trminos de razas como de clases. Por lo dems, aunque en todos los
pases americanos existen grupos o minoras blancas que practican la
discriminacin racial en mayor o menor escala (Cf. Comas, 1961) y que
mantienen actitudes y valores que dificultan grandemente la realizacin
intensiva del mestizaje, lo cierto es que en la totalidad del continente
americano aunque en menor grado en Angloamrica se advierte un
aflojamiento de la rigidez estructural relativa a la organizacin
socioeconmica, y como consecuencia de ello es ms frecuente el
intercambio social entre los diversos grupos raciales. Como resultado, se
manifiesta una mayor movilidad de los individuos y de los grupos
indgenas y negros, sobre todo, tradicionalmente situados en los
estratos inferiores de las sociedades americanas. La miscegenacin es, por
otra parte, ms rpida e intensiva actualmente porque en los pases
americanos se estn produciendo, a travs de los procesos de
urbanizacin e industrializacin, grandes movimientos de poblacin
constituidos por migraciones individuales, pero masivas, que son en s
mismas el germen de un incremento de los intercambios raciales.
En cada caso, ayer y hoy, el encuentro y los intercambios
consiguientes entre razas diferentes han supuesto la constitucin de
formas raciales y culturales nuevas. Debido a las diversas tradiciones
adaptativas regionales, histrico-culturales y raciales, estas formas se
manifiestan por medio de matices y modos tambin regionales. Dichas
diferencias regionales constituyen, pues, la expresin de adaptaciones
ecolgicas y, asimismo, son resultados histricos de los grupos tnicos
que las representan, pero en su origen deben, adems atribuirse a los
nmeros relativos de cada grupo racial interviniendo en el intercambio
gnico con otros grupos, as como a las cualidades selectivas de la
estructura sociocultural actuando como dinamizadora especfica de los
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contactos e intercambios entre grupos raciales diferentes. Asimismo, y

como ha hecho explcito Esteve Barba (1965, 6-7), tampoco puede
hablarse de homogeneidad cultural, pues las culturas indgenas en el
momento de la conquista espaola no eran uniformes. Podemos afirmar,
entonces, que los procesos de mestizacin biolgica y de sincretismo
culturales varan en intensidad y frecuencia segn hayan sido
adaptaciones ecolgicas y el nmero demogrfico de los grupos raciales
implicados; y segn haya sido tambin la estructura socio-cultural de las
etnias que han realizado los procesos modificadores a partir del
descubrimiento colombino, tanto en trminos de su relativa capacidad
para adaptarse a relaciones de intercambio racial, como de capacidad
relativa para constituir juntos una sola estructura socio-poltica.
Partiendo, pues, de este descubrimiento, la mestizacin relativa
de Amrica ser el resultado de la frecuencia con que hayan intervenido
las siguientes variables: a) la cantidad de individuos de cada grupo racial
intercambiando unos con otros; b) la actitud de los miembros de cada
uno de estos grupos raciales en relacin con el intercambio sexual con
individuos de otras razas; c) la movilidad relativa de la estructura social
impidiendo o facilitando las relaciones sexuales entre miembros de
grupos raciales diferentes; y d) Los marcadores impuestos por las
adaptaciones ecolgicas, realizadas por los grupos raciales diversos, en
ese caso, trpicos, altiplanos, desiertos, regiones templadas y fras, etc.
Tales adaptaciones ecolgicas han sido ms fciles a unos grupos raciales
que a otros. Eso ltimo ha estado en funcin de las tradiciones ecolgicas
propias, pero tambin del atractivo que ofrecan a unos grupos y a otros
los diversos espacios americanos, o ha dependido de la situacin y
circunstancias que llevaban a la ocupacin y poblamiento de un
determinado territorio. As, por ejemplo, los grupos negroides,
originarios de regiones africanas tropicales, estaban en condiciones de
producir una rpida adaptabilidad, fisiolgica y econmica, a las zonas
tropicales americanas, a su vez de poblacin indgena muy escasa, Este
factor condujo a que dichas zonas fueran ocupadas por grandes nmeros
de individuos de este grupo racial.
A causa de la incidencia dinmica de los factores aludidos, en
esas regiones se ha producido un trihibridismo caracterizado por el
predominio negroide, contrarrestado ste, a menudo, por la tendencia de
los varones eurpidos a efectuar uniones sexuales mltiples. En cambio,
el trihibridismo en gran escala ha sido dbil en las regiones nucleares de
la Amrica prehispnica, predominando el contingente gnico indgena,
pues aqu se hallaban situados los grandes nmeros de poblacin
indgena que permitan a los espaoles en particular utilizarla como
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fuerza de trabajo productivo, por una parte, y como contribuyente

significativo a travs del sistema de tributacin. En ese caso, tambin la
aportacin gnica eurpida o espaola a este mestizaje ha sido
considerable, conforme al mismo supuesto que expusimos antes: el de la
tendencia a unirse con varias mujeres por medio de relaciones sexuales
casuales o de mancebas.
La frecuencia e intensidad de las mezclas raciales sera, por ello,
un resultado del nmero de individuos constituyendo la base
demogrfica indgena en el momento de iniciarse sus relaciones con los
europeos, pero tambin sera un efecto de las estructuras socio-culturales,
urbanas o preurbanas, determinado el carcter especfico de dichas
relaciones, en el sentido de la receptividad o capacidad relativa de
interaccin que mantendran entre s los miembros de las culturas
indgenas, eurpidas y africanas. En tales condiciones, el mestizaje sera
una consecuencia del ajuste e intercambios hechos por los iberos
espaoles y portugueses y los negroides en relacin con las
poblaciones indgenas y de todas en conjunto.
El intercambio social y la miscegenacin racial seran, as, un
proceso histrico condicionado por los factores polticos y econmicos,
haciendo relativamente importante la a ocupacin de ciertas regiones, y
por los factores demogrficos y socioculturales estableciendo el carcter y
la intensidad especficas de los sincretismos bioculturales. La continuidad
relativa d esta miscegenacin pudo ser estorbada por factores socioestructurales, pero, como veremos ms adelante, el proceso de
mestizacin en Amrica tiene lugar como un fenmeno continuo cuya
dinmica interna trasciende a los estorbos formales que pudieron haber
sido introducidos a partir de una cierta organizacin social aristocrtica.
Los caracteres de la mestizacin en Amrica estn, pues, constituidos en
funcin de las circunstancias histricas que concurrieron en los
poblamientos indgenas, eurpido y africanos y han dependido,
bsicamente, de la estructura social condicionando las relaciones entre los
grupos raciales. Conviene, por lo tanto, bosquejar sus elementos
fundamentales, aunque slo podamos mostrar sus cualidades ms
destacadas.
Sabemos, por las informaciones de los cronistas, que los
intercambios sexuales entre estas dos poblaciones fueron intensivos no
slo porque hubo atraccin mutua (Cf. Salas, 1960, 29 y ss), s tambin
porque los grupos espaoles que iniciaban la ocupacin del territorio
americano estaban formados, bsicamente, por varones mientras que
eran muy escasas las mujeres que les acompaaban en estas expediciones
(Cf. Konetzke, 1945). Este slo hecho sera suficiente para explicar la
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elevada incidencia de intercambios sexuales habidos entre espaoles e

indias. Sin embargo, se daba otro factor significativo: el de que esta
relacin entre espaoles e indias se produjo a escala de uniones
mltiples. Esta forma de relacin dio lugar a que, en un perodo
relativamente corto, la mezcla racial fuera intensa y los productos
numerosos. La mestizacin en las Antillas constituy entonces un
proceso rpido, tanto porque las mujeres espaolas escaseaban en las
expediciones, como porque los indgenas reconocan instituciones
propias la poliginia y la libertad sexual premarital, especialmente
que favorecan las uniones sexuales mltiples. Este mismo factor se daba
entre las tribus y las sociedades indgenas del continente, y debido a eso
el impulso sexual de los espaoles y, asimismo, su movilidad geogrfica
y su inestabilidad personal y social constituyeron causas dinmicas para
que se produjeran pluralmente en sus relaciones sexuales con las indias.
Una situacin semejante se manifest en Brasil (cf. Azevedo, 1996, 76),
pues aqu la falta de mujeres portuguesas impela a la unin con las
indias y las negras por parte de los varones portugueses. As a mediados
del siglo XVI los portugueses solan vivir amancebados con tres y cuatro
mujeres, de manera que en muy poco tiempo se produjo una mestizacin
considerable. En Baha, por ejemplo, en la segunda mitad del siglo XVIII
los individuos mestizos representaban el 64 por 100 de la poblacin total
(Cf. Azevedo, ibd., 79).
En cierto modo la rpida extincin de las poblaciones indgenas
antillanas debe atribuirse tanto a la mortalidad causada por la lucha
armada, las epidemias y los suicidios, como a las disminuciones
derivadas de la reduccin de mujeres viviendo con los blancos e
incrementando. Por tanto los nmeros mestizos. Segn eso, mientras
disminua, por falta de mujeres, la reproduccin interna del grupo
indgena, aumentaba, por abundancia del uso de stas por los espaoles.
El de la mestiza. La poltica de apropiarse mujeres indias los espaoles en
las Antillas, y en otras partes, hizo que el proceso de miscegenacin se
acelerara, Esta situacin fue suficiente para que durante un cierto nmero
de aos se produjera una especia de monopolio, hasta el punto de que
eran pocas las jvenes indias que no mantenan alguna relacin sexual
con los espaoles (cf. Las Casas, 1965, II, 105 y ss).
Aunque la situacin no era exactamente la misma en tierra firme,
en cuanto la poltica de alianzas con los indgenas requera un mayor
control de la conducta individual de los espaoles puede considerarse,
sin embargo, similar, por lo menos en cuanto al fenmeno de las
llamadas barraganas o uniones no legitimadas. Por ello, el aumento del
grupo mestizo hacase a expensas del grupo indgena. Asimismo, la
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facilidad relativa con que muchos indios pasaban a formar parte de la

organizacin social hispnica con el status mestizo, fue un factor de gran
importancia en la disminucin del nmero indgena y en gran manera
represent un factor, poco estudiado, significativo en lo que se refiere a la
estructura del fenmeno demogrfico considerado racialmente.
Sobre este particular coinciden muchas informaciones, en el
sentido d advertirnos que los pueblos indios disminuan su poblacin y,
en cambio, aumentaba la de los blancos, entendindose por tales incluso
a los mestizos. As nos lo informa B de Oviedo (1930, cap. 10) cuando se
refiere que en San Gil, Colombia, y en el momento de la conquista
espaola, habra unos mil indios, pero que como resultado de su mezcla
con los espaoles, en pocos aos quedaron slo unos doscientos; Al
mismo tiempo, los espaoles, los mestizos, los cuarterones y los cholos
reunan en total ms de diez mil individuos, precisndose que esta ltima
cantidad tena su origen en unos doscientos espaoles (ibdem). Oviedo
hace la observacin de que el descenso del nmero demogrfico indgena
debe atribuirse ms a las clasificaciones raciales derivadas del mestizaje,
que a las consecuencias resultantes de epidemias o de luchas de
exterminio. Concolorcorvo (1946, 205-6) ratifica esa indicacin diciendo
que la disminucin de las poblaciones indgenas debe correlacionarse
grandemente con el intercambio sexual con las indgenas practicado por
los espaoles, mestizos, negros y otras castas, ms que con cualquier otro
factor. Este intensivo contacto sexual con las indgenas lo atribuye
Concolorcorvo (ibdem) a la falta de mujeres que cada uno de los grupos
raciales o castas no indias tena en relacin con sus propios equilibrios
demogrficos. Asimismo las conclusiones de Concolorcorvo apuntan
claramente al hecho de que los indios eran declarados mestizos en cuanto
pasaban al servicio de un espaol y eran vestidos a la usanza espaola.
Abundando en ejemplos, Concolorcorvo (ibdem) destaca que de cada
cien individuos clasificados como mestizos, unos noventa deban
considerarse "indios netos".
Cmara (1964, 64) nos dice que muchos mixtecos y zapotecos, en
Oaxaca, pasaban a ser a mediados del siglo XVIII, mestizos con slo
aprender espaol y adoptar formas culturales no indias, Este fenmeno
de la mestizacin realizada por la va del reconocimiento cultural, ha sido
tambin advertido por Mrner (1964, 150) en la poblacin rural de
Guatemala hacia finales del siglo XVIII, aadindose a eso el hecho
contrario, o sea, el de la indianizacin de los individuos, que no siendo
indios en su origen, se convertan en tales por medio de la residencia con
stos. A la vez, los varones indios se mestizaban con ms frecuencia que
las mujeres, particularmente a causa de su mayor movilidad geogrfica y
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de su relativa tendencia a radicarse junto a los espaoles y a los mestizos

(cf. Gillin, 1961, 76-77). Gillin (ibidem) hace notar que en una comunidad
del altiplano peruano, cercana a Cajamarca, la clasificacin de indio se
confiere a todos aquellos que hablan quechua, a pesar del hecho de que
sus ascendientes eran criollos que haban combatido en el bando realista
en las guerras de la independencia hispanoamericana.
De este modo, pues, los mestizos o los indios, e incluso los
negroides, no siempre han sido clasificados as por su color o por su
genealoga. Abundan los casos en que se les reconoca un status
hispnico con slo vivir a la espaola o con ser econmicamente fuertes.
Los indios pasaban a ser mestizos, y stos blancos, cuando adoptaban la
forma cultural hispnica. De la Fuente (Cf. 1948, 392 y ss), al tratar de los
fenmenos de aculturacin ocurridos entre los zapotecos de Oaxaca en
trminos de su relacin con los espaoles, ha enfatizado el hecho de que
los factores culturales, y en particular el linguistico, constituyen la fuente
de los criterios de diferenciacin racial empleados en aquella regin,
considerndose ms importantes que los biolgicos. La caracterizacin
racial est, pues, influida por identificaciones de prestigio que refieren a
la forma de vida adoptada por el individuo y, asimismo, a la localidad,
tnicamente definida, donde reside, Eso indica la existencia de una cierta
fluidez en el sistema de clasificacin racial producido por las sociedades
iberoamericanas, En realidad, supone la organizacin de un sistema
donde la movilidad racial est condicionada culturalmente. Conforme a
eso, muchos mestizos seran indios espaoles, segn fuera su status
cultural. Eso es lo que hecho decir a Pierson (1942), con referencia al
Brasil, que la divisin de clases era ms difcil de pasar que la divisin
racial. Como resultado, los grupos raciales dependern ms de su rol
social y de su status cultural que de su color y genealoga. Desde esta
perspectiva, los mestizos de cualquier poca han sido blancos, en la
medida que el sistema social les ha permitido ascender de status. En los
primeros tiempos, y como seala Rosenblat (1954, II, 133), bastaba con
que hubiera reconocimiento de un hijo tenido por un hombre espaol en
una mujer no espaola, o que este reconocimiento adoptara la forma de
"mestizos legitimados" (Cf. Mrner, 1967, 41; y Salas, 1960, 25).
Otros factores intervienen peculiarmente, en el desenvolvimiento
de la mestizacin. Estos refieren a la forma de la organizacin social y
poltica de las sociedades americanas y a la estructura relativa de las
relaciones tnicas. Dichas estructuras varan regionalmente, pero estn
referidas a situaciones histricas que, en su comienzo, corresponden a
sistemas de organizacin diferentes en Iberoamrica y en Angloamrica.
En la primera regin lingstica destaca un carcter fundamental en su
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organizacin: el de constituir, desde el principio, una sola sociedad con

los indgenas. Esta sociedad tendra, esencialmente, una estratificacin
aristocrtica, al mismo tiempo que sus supuestos ideolgicos estaran
enraizados, como ha puesto de manifiesto Hernndez (1963, I, 566 y ss),
en valores seoriales de signo medieval. Este sello de la ideologa
hispnica vigente en la poca del poblamiento americano acta como
concepto director en la fundacin de aquellas sociedades. En el seno de
stas hallaremos integrados a los diferentes grupos raciales; esto es, a los
indgenas, a los negroides, a los mestizos y a los espaoles, aunque, en
cada caso, se mantendran diferenciados entre s por medio de un sistema
de rol-status que hace socialmente inferiores a unos y superiores a otros.
Este sistema se dara tambin en Brasil.
La organizacin social y poltica de las sociedades europeas en lo
que es hoy Angloamrica seguira un patrn diferente, pues se
constituiran como sociedades separadas, desde el comienzo, de las
indgenas, El punto de partida para esta separacin es, ms que una
actitud aristocrtica, una actitud que pretende la continuidad de la
propia cultura de origen, algo que seria posible como consecuencia del
hecho de que los europeos eran social y sexualmente autosuficientes. El
efecto histrico de este desenvolvimiento ser considerable en cuanto al
proceso de mestizacin, por una parte, y por lo que se requiere a la
formacin de las estructuras socioculturales y tnicas en Angloamrica,
por otra, en contradiccin con Iberoamrica. Este proceso, aunque
tambin se dara ms tarde en algunas partes del sur de Sudamrica,
distinguira a los pases iberoamericanos de los angloamericanos.
Como ha sealado Rosenblat (1954, II, 11), en los Estados Unidos
hubo un patrn de poblamiento europeo basado en el traslado de
familias enteras, a diferencia de Iberoamrica, donde el modelo
corresponde a una actividad de poblamiento en el que predomina la
presencia casi exclusiva de varones. Eso determin, seala dicho autor,
que el espaol se sumergiera dentro de las poblaciones indgenas,
excepto los caos de Uruguay y Argentina, pases stos que ofrecen
grandes semejanzas, en trminos de proceso histrico, con lo que
ocurriera en Norteamrica. En Uruguay y Argentina, por otra parte, este
proceso histrico, relativamente paralelo al de Norteamrica, no adquiere
este carcter hasta constituidos los primeros poblamientos, en cierto
modo provisionales, pues sabemos que el mestizaje fue muy intenso en la
primera poca, lo cual indica que existira una cierta frecuencia de
intercambio social. Posteriormente, en cambio, la perspectiva de la pobre
utilizacin econmica del indio y la falta de ajuste de ste a las
organizaciones de la sociedad hispnica, conducira a la realizacin de
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sociedades separadas, autosuficientes y enfrentadas por la disputa del

espacio.
De todas maneras, entonces, el desenvolvimiento de estos
diferentes procesos histricos del mestizaje tiene su explicacin, adems,
en otros factores. Uno de los principales se refiere a que mientras en
Norteamrica la sociedad europea habr constituido una organizacin
tnica nica o separada en consecuencia de la india, en ese caso formada
slo por europeos o descendientes de stos, en Iberoamrica la
organizacin ser diferente: por una parte, ser aristocrtica y a ella se
integrarn diferentes grupos raciales, entonces discernibles, como
blancos, mestizos, indios, negros y mulatos, por otra, existirn sociedades
indgenas relativamente separadas, pues que, en cada caso, siempre
mantendrn alguna clase de integracin poltica, econmica, religiosa o
judicial con la forma estructural de la nueva sociedad espaola.
Hay que sealar, a este respecto, que la estructura democrtica
que define el desenvolvimiento anglosajn en Norteamrica refiere,
esencialmente, al hecho de la igualdad comunitaria que preside las
primeras relaciones sociales entre los miembros de las poblaciones
eurpidas que se instalaban all. Eso no obsta, sin embargo, para que la
diferenciacin progresiva pronto introdujera una estructura social y
estratificada, aunque se mantuvo el principio del status adquirido, ms
que el del adscrito, de manera que la estructura social fue ms bien mvil
o abierta a la capilaridad social. En realidad, esto fue posible porque los
anglosajones que poblaban Norteamrica constituyeron desde un
principio un grupo social de iguales. En cambio, las sociedades
hispanoamericana y lusobrasilea, y las indgenas de alta cultura
aportaron a las nuevas estructuras sus conceptos de estratificacin social
rgida, los que slo pudieron entrar en crisis durante las primeras pocas
en que la iniciativa individual deba sustituir a los controles tradicionales
de las respectivas sociedades de origen. Empeoro a medida que se
estabilizan la Conquista y la Colonizacin, las organizaciones
socioeconmicas y polticas resultantes tendan a reproducir el patrn
aristocrtico dominante en la Pennsula Ibrica. De este modo, la
construccin de la sociedad iberoamericana tuvo un carcter
eminentemente jerarquizado y aristocrtico que se manifest en forma de
estratificaciones sociales con predominio de las posiciones adscritas,
tanto ms rgidas cuanto ms amplios eran los nmeros de individuos
que formaban en los diferentes grupos raciales.
Las relaciones sociales han estado dominadas en Iberoamrica
por estos principios jerrquicos, sin embargo de lo cual estos mismos
principios, y la escasez de mujeres del mismo grupo racial obligando a
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depender sexualmente de las indgenas, habrn originado tendencias

profundas a la miscegenacin. Dinmicamente, adems, dichas
tendencias han coincidido con el relajamiento de las restricciones
sexuales todo lo cual produjo actitudes favorables al compromiso sexual
subrepticio entre los varones espaoles, negroides y mestizos con las
indgenas. Konetzke (segn Mrner, 1961, 30) afirma que la barragana
mantiene una cierta correlacin con una estructura social basada en el
rgimen de castas, en ese caso con una sociedad iberoamericana recin
consolidada, mientras que las uniones de los primeros aos entre indias y
espaoles tendran otro carcter, o sea, resultaran de factores de
prestigio en los que la india preferira, por razones de prestigio y de
atraccin, la unin con un espaol que con un indio o con un mestizo. As
la barragana vendra a convertirse en una institucin social
correspondiente a la segunda fase de las relaciones sexuales entre indios
y espaoles, mientras que la unin libre o casual correspondera a la
primera (cf. Mrner, 1961, 29). La fase inicial constituira una especie de
ciclo abierto y democrtico; la segunda sera propiamente aristocrtica
(ibdem, 30). Asimismo, y como dice Mrner (ibdem, 31), el proceso de
mestizacin en el Caribe y en la costa brasilea sera parecido al proceso
que ocurre en el sur de los Estados Unidos, donde el rgimen de
plantacin origin relaciones de dominacin en las que el amor dispona
a voluntad del cuerpo y de los servicios sexuales de la mujer.
Este carcter distintivo de las respectivas estructuras
sociopolticas habr supuesto, en el futuro del mestizaje americano, unos
resultados especficos diferentes y explicar las peculiaridades que
presenta el proceso de miscegenacin en Iberoamrica y en
Angloamrica. En tal sentido, en las regiones continentales donde los
eurpidos se establecieron como sociedades separadas de las indgenas,
se produjo un mestizaje de frontera cuya estabilidad fue precaria.
Asimismo, los intereses respectivos de estas sociedades, poltica y
tnicamente diferenciadas, pronto colisionaron, sobre todo en la medida
en que la expansin europea implicaba la ocupacin de territorios
indgenas. Esta ocupacin determin la hostilidad de los indgenas hacia
los europeos si bien dicha hostilidad no fue suficientemente eficaz como
mtodo de resistencia, pues los grupos indgenas que practicaban la
agricultura y vivan en poblados permanentes tendan a establecer
alguna especie de status de convivencia con los europeos antes que
abandonar sus propiedades tradicionales. Sin embargo en los caos de los
indgenas y cazadores nmadas, su resistencia a la ocupacin europea de
su territorio tendi a ser ms activa, a causa: 1) de su mayor movilidad
geogrfica y a causa tambin de que operaban sobre territorios que, por
ser ms extensos, obligaban tambin a distender el esfuerzo agresivo del
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europeo y debilitaban, por tanto, su capacidad de someter a los

indgenas; 2) a que los europeos se hallaban en constante estado de
inseguridad y con ello favorecan el xito de la resistencia indgena y
facilitbanla; 3) los indgenas no eran vistos por los europeos como
factores de estabilidad socioeconmica, con lo cual disminua su inters
prctico por la convivencia con aquellos.
Dichas causas contribuyeron grandemente al desarrollo de
guerras de exterminio. Estas tuvieron un carcter ofensivo por parte de
los europeos y defensivo por parte de los indgenas, aunque una vez
abierto el ciclo hostil las prcticas de guerra tendieron a ser mutuamente
predatorias, Como rasgo peculiar, tales guerras de exterminio mutuo se
dieron, bsicamente, en aquellas regiones donde los indgenas vivan en
rgimen nomdico, pero en aquellas otras, sobre todo en las dominadas
por espaoles y portugueses, conde los indios vivan sedentariamente y
practicaban la agricultura se tendi a convertirlos en fuerza de trabajo al
servicio de aqullos. Eso ltimo era posible merced a la formacin de una
sociedad nica, pues en los casos en que indios y espaoles se
desenvolvan bajo la forma de sociedades separadas, las relaciones se
basaban en el tributo. El factor utilidad econmica relativa del indgena
jug, pues, un papel considerable en la estabilidad relativa del proceso de
mestizacin.
De la situacin que acabamos de comentar podemos excluir a los
regmenes misioneros donde la poblacin indgena tendi a
desenvolverse en condiciones representativas de una cierta autonoma,
como por ejemplo, en Paraguay y en Michoacn (Mxico). De acuerdo
con eso, los espaoles constituyeron sociedades basadas en una fuerte
estratificacin social en las que el indgena y el africano fueron integrados
como fuerza de trabajo. Esa estabilidad relativa de la fuerza de trabajo
permiti una interaccin permanente entre las diferentes poblaciones
raciales y condujo a la realizacin estable del mestizaje durante un largo
perodo de tiempo. Pourchet (1963, 112) caracteriza esa situacin en el
Brasil cuando seala que la escasez de negros en Cear y, por el
contrario, la abundancia de stos en otras partes, sera debida al grado de
aprovechamiento econmico de los indgenas, de manera que all donde
ste era numricamente abundante y aprovechable en las explotaciones
europeas, no se produca el predominio de los negroides. Las
proporciones de mulatos seran tambin un efecto de la falta de mujeres
blancas (ibidem) y del rgimen de plantacin que favoreca la relacin
dominante y sexualmente irrestricta del europeo con las negras.
El fenmeno de trihibridismo se manifest rpidamente en las
Antillas, y constituy enseguida una oportunidad para que
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especialmente los espaoles y los africanos intercambiaran entre s y con

las indias. Los negros, que se hallaban al principio en una proporcin
sexuada grandemente desequilibrada respecto a los nmeros de mujeres
de su estirpe que participaban en el poblamiento americano, produjeron
intercambios gnicos considerables con las indias, Esta desproporcin
entre varones y hembras fue, sin embargo, menor que la que exista entre
los espaoles, pues mientras entre stos lleg a ser de una mujer por cada
diez hombres, en el caso de los negros fue, como ha observado Acosta
Saignes (1956, 560), de una mujer por cada tres varones. En este caso, y
debido tambin a los mayores controles ejercidos por los espaoles sobre
la conducta en general de los negros, esos intercambios con las indias
fueron menos frecuentes que los realizados por los primeros. De todas
maneras, el trihibridismo en las Antillas absorbi prontamente a los
indgenas.
El flujo de negros a las Antillas, primero, y al continente,
despus, se hizo en funcin de su mejor adaptabilidad a los tipos de
explotacin econmica que se proponan los espaoles en minera y en
sistemas agrcolas de plantacin, pero en cada caso el pluralismo sexual,
sobre todo por parte de los espaoles, constituira un factor altamente
dinmico en el proceso de miscegenacin. Esta intervencin del grupo
negro en el proceso de mestizacin se produjo masivamente, sobre todo,
en las regiones donde sustituan a los indios en las explotaciones
agrcolas y en la minera. Acosta Saignes (ibdem) ilustra esta situacin
para Cocorote, localidad minera de Venezuela, donde en el siglo XVII
resulta claro el intercambio sexual entre los grupos raciales, pero
especialmente entre negros e indgenas. Asimismo, y como afirma
Jimnez Moreno (1961, 83), en Mxico hubo mestizaje trihibrido all
donde se hicieron explotaciones mineras. En ese caso, la considerable
frecuencia de uniones accidentales entre espaoles con indias y negras, y
de negros con indias, produjeron mestizases que modificaron la
estructura racial de Amrica. En cuanto a los tipos derivado la mezcla, en
las Antillas y en la costa caribe se manifest, pues, un proceso de
sustitucin de las etnias indias por las negroides y, por lo mismo, se
alter muy pronto tambin el carcter que adoptaran las sntesis
culturales posteriores.
Debe aadirse que el proceso de miscegenacin entre espaoles e
indias fue ms rpido que entre espaoles y negras, sobre todo en los
comienzos del proceso histrico de formacin de las sociedades
iberoamericanas, En las regiones del continente donde haba
civilizaciones urbanas, como en Mesoamrica y en los Andes, la
miscegenacin fue bsicamente hispano-india. En cambio, la
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Claudio Esteva Fabregat

miscegenacin en las regiones tropicales y en las costas, sobre todo en las

del Atlntico y en las Antillas, aqulla se produjo, progresivamente en
mayores cantidades, entre iberos y negroides tanto porque en estas
regiones las densidades demogrficas indgenas eran inferiores alas que
se registraban en las reas de alta cultura, como porque el carcter de las
explotaciones econmicas europeas haca ms frecuente el intercambio de
la poblacin negra con la blanca.
Por otra parte, las disposiciones protectoras de la Corona
espaola, tendentes a separar a los pobladores indgenas del resto de las
poblaciones espaola, mestiza y negroide, contribuyeron al aumento de
los intercambios gnicos entre africanos y eurpidos aunque no
interrumpieron totalmente los que se realizaban con los indios. En ese
ltimo caso, empero, la estructura social quedaba ms abierta a las
relaciones entre blancos y negros que ea las relaciones de stos con los
indios. Este sera un factor muy activo, por tanto, en cuanto al incremento
relativo del proceso de miscegenacin que ocurra entre eurpidosy
africanos. Los canales de fluidez relativa que permitan el intercambio
sociocultural y sexual entre los tres troncos raciales se mantenan
estrechos para la relacin con el indgena y se abran grandemente, por el
contrario, para la relacin entre eurpidos y africanos, as como con los
productos ya mestizados. Por aadidura, y como ha sealado Mrner
(1961, 39), las leyes que procuraban la defensa del indio se convenan, a
su vez, en un obstculo prctico para el desenvolvimiento de la
mestizacin. Un cierto efecto de esta proteccin a los indios en gran parte
tratando de asegurar y reforzar su tributacin consisti, por una parte, en
estabilizarlos desde el punto de vista demogrfico, y por otra, consisti
en hacer que se produjera un aumento de dicha poblacin. Eso explicara
el incremento de las cifras de poblacin indgena en ciertos perodos
posteriores del rgimen espaol en Amrica.
Lo cierto es que el comercio de esclavos negros aument
grandemente a causa de la orientacin econmica dada por los eurpidos
al continente americano, lo cual produjo como consecuencia un aumento
progresivo del nmero de africanos. Durante algn tiempo,
aproximadamente unos ciento cincuenta aos, podemos advertir un flujo
continuo de africanos, pero con la Independencia poltica de los pases
americanos este flujo se detuvo, mientras se incrementaba, en cambio, la
inmigracin europea. As, al mismo tiempo que se estabilizaba la
poblacin negra, aumentaba la poblacin blanca. El resultado de esta
situacin consisti en la tendencia a igualarse los nmeros de las
diferentes poblaciones raciales. Sin embargo, estos nmeros se han ido

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Claudio Esteva Fabregat

inclinando, progresivamente, a favor de los mestizos, sobre todo en las

regiones donde contina siendo muy grande la poblacin indgena.
Conforme a la perspectiva histrica sealada, la distribucin y
peso estadsticos de las poblaciones raciales en Amrica depender de los
factores adscritos a la importancia numrica de los indgenas y de los
dems grupos en cada una de las regiones insulares y continentales, pero
tambin de un poblamiento fundado encausas geopolticas y econmicas;
todo lo cual significa que el desarrollo del mestizaje habr seguido ciertas
vicisitudes en lo fundamental asociadas con factores derivados e
implcitos en los anteriores. Dichos factores seran los siguientes: a)en el
momento del descubrimiento colombino los ndices de poblacin
indgena ms elevados los encontramos en Mesoamrica y en
Andinoamrica, de modo que los mestizajes fundamentales aqu se
daran entre espaoles e indios; b) los ndices ms bajos de poblacin
indgena se presentan en Norteamrica, en el este y sur de Sudamrica
ay, relativamente, en las Antillas, por lo que en estas regiones el mestizaje
con los grupos indgenas pronto quedara absorbido por los mestizajes de
los eurpidos con los africanos, al mismo tiempo que un considerable
sector de estos y de aquellos se mantendran como poblaciones
racialmente separadas constituyndose en grupos sexualmente
autosuficientes.
Esto significa que en las regiones donde la poblacin indgena
prehispnica era escasa, se dieron tres clases de desarrollo racial masivo.
1) Constituido mayoritariamente por eurpidos, como seran los casos de
Norteamrica y el Centro-Sur y Este de Sudamrica, 2) constituido
mayoritariamente por negroides, siendo este el caso en Jamaica,
Bahamas, Hait, Antillas Menores y Brasil en el momento de la
Independencia; y 3) constituido por las mezclas derivadas de la
miscegenacin entre blancos y negros, como en las Antillas Mayores,
Venezuela y Brasil. Al mismo tiempo, existiran minoras indgenas,
numricamente cada vez menos significativas, muchas de las cuales
estaran grandemente aculturadas y biolgicamente mestizadas, aunque
permaneceran tnicamente separadas de los contextos polticos
hispnicos y nacionales en los que se hallan insertos.
De este modo, la velocidad relativa del proceso de mestizacin en
Amrica habr dependido de dichas proporciones numricas en el
momento de los primeros contactos entre las diversas poblaciones
raciales, pero tambin estar condicionada por los valores que regan las
actitudes relativas de cada etnia en cuanto al mantenimiento de
relaciones sexuales ente s; y, asimismo, depender de las oportunidades
ofrecidas por la estructura socio-poltica y econmica en cuanto a facilitar
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Claudio Esteva Fabregat

o estorbar la mezcla racial. Segn eso, tambin constituira un factor

importante el relativo al grado de reproduccin demogrfica interna de
cada grupo racial, vista dicha reproduccin en trminos del aislamiento
territorial o social, dependiendo de cada circunstancia especfica, y de la
frecuencia con que aumentan o disminuan sus proporciones
demogrficas comparadas con las de otros grupos. Esos factores seran,
en definitiva, causas dinmicas en lo que se refiere al desenvolvimiento
general del mestizaje y a las variantes regionales que ste presenta.
De acuerdo con la incidencia relativa de tales factores, resulta
claro que el mestizaje presenta lo que hemos denominado (Cf. Esteva,
1964, 286) modos o predominio gnicos, segn sean los aportes
efectuados en el mismo por los diferentes grupos raciales en cada regin.
El modo indio predomina en los altiplanos andinos, en el sur de Mxico,
Guatemala, Honduras, Nicaragua; el modo negroide predomina en las
Antillas, excepto en las hispnicas, y en ciertas regiones de Panam,
Colombia Brasil; el modo anglogermano predomina en Norteamrica; el
modo Ibrico en las Antillas hispnicas, Costa Rica, las Poblaciones
urbanas del Atlntico y el Pacfico, y en Uruguay y Argentina; mientras
que el modo mestizo en cuanto mezcla de indio y espaol o europeo,
predomina en Mxico, El Salvador, Colombia y Paraguay.
Los modos relativos a las proporciones gnicas de cada grupo
raciales el seno de las poblaciones americanas encuentran
correspondencias especficas en forma, asimismo, de patrones culturales
que dependen del peso cultural que han ejercido los modelos de vida de
las etnias y razas participando en el proceso histrico de cada pas.
Empero, as como el mestizaje cultural se manifiesta por medio de
patrones de conducta tambin regionales, expresados en trminos de
contenidos de conducta que refieren a la combinacin de las tradiciones
indgenas con las eurpidas y las africanas, puede afirmarse, sin
embargo, que la macroestructura de su organizacin econmica,
poltica, social y religiosa es, esencialmente, de matiz europeo 3, siendo
que la vertebracin de dicha estructura es hispanolusa en Iberoamrica y
anglogermnica en Norteamrica, con las excepciones del modelo francs
y del holands en sus respectivas posesiones americanas. En otro sentido,
empero, la forma cultural, incluidos muchos aspectos de la vida material
como cultgenos, culinaria, msica, folklore, etc., as como en lo relativo a
la conducta individual, a la lingstica, a las tradiciones y a la estructura
psicolgica, presenta, sobre todo en Iberoamrica, un sincretismo
esencialmente mestizo.
En el caso del modo mestizo, se manifiesta incidencia o
concurrencia de una gran base de poblacin indgena en el momento de
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Claudio Esteva Fabregat

la conquista espaola, junto con una fuerte tendencia hispnica hacia el

poblamiento intensivo, de manera que, como resultado de estas
condiciones demogrficas y de una prolongada y estable interaccin
socioeconmica, el modo mestizo se ha constituido en la frmula racial y
cultural de las regiones que haban desarrollado las formas urbanas ms
intensivas.
La importancia de este factor es considerable en lo que se refiere
a la explicacin de la estabilidad especfica de los intercambios gnicos
habidos entre poblaciones indgenas y espaolas, en el sentido de que
mientras las altas culturas americanas prehispnicas se adaptaban
fcilmente al patrn cultural hispnico, las sociedades cazadoras y
recolectoras, de ms bajo nivel cultural, no ofrecan esta base de
coincidencia adaptativa y, por tanto, tendan a producir relaciones de
convivencia social y econmica muy precarias, Como esta, por otra parte,
que los grupos cazadores y recolectores mantienen una pobre base
demogrfica, el mestizaje con ellos no pudo llegar a resultados idnticos
a los que obtuviera en el seno de las sociedades urbanas, como fueron las
de Mesoamrica y de la regin andina. Esta sera la causa principal de la
estabilidad del mestizaje hispano-indio en dichas regiones. Por ello, los
resultados del mestizaje pueden ser explicados grandemente en funcin
de la estructura sociocultural que haca posibles la acomodacin mutua
por tiempo prolongado.
La necesidad de dominar los centros del poder poltico y
econmico, desde donde se ejercan las dominaciones inca y mexica sobre
grandes territorios, constituy un factor determinante para la instalacin
de los espaoles en estas regiones, y por lo mismo, represent un factor
decisivo en el proceso inicial del mestizaje, as como en los resultados
posteriores del mismo. Por ello, tambin, los espaoles encontrn
poblaciones culturalmente avanzadas con las cuales practicaron
intercambios gnicos estables. Con la estabilizacin de los poblamientos
hispnicos, las relaciones que desarrollaron el mestizaje estuvieron
determinadas por el carcter de la organizacin social, especialmente en
el sentido de si sta incluir o no en su estructura a todos los grupos
raciales, o si stos, en particular los indgenas, constituirn entidades
poltica y tnicamente separadas.
No hay duda, entonces, de que el mestizaje ha podido producirse
en forma de procesos continuados en todas aquellas regiones donde se
produjeron organizaciones polticas, sociales y econmicas nicas, donde
indios, africanos y espaoles tendan a formar una sola sociedad, esto es,
un proceso interdependiente, De este modo, lo que al comienzo de la
conquista espaola se muestra como un mestizaje derivado de uniones
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Claudio Esteva Fabregat

casuales o accidentales, en el transcurso del tiempo se convirti en un

proceso estable de intercambios que se basaban, adems, en el
concubinato y en relaciones sexuales mltiples, como las que sealan las
fuentes al describir el gran nmero de hijos tenidos por los soldados
espaoles en indias que les eran ofrecidas por los cacique s de las
poblaciones indgenas o en indias con las que se amancebaban por un
tiempo ms o menos prolongado. Eso est muy claro cuando repasamos
las informaciones que nos da Bernal Daz del Castillo respecto a sus
compaeros de conquista y a su conducta sexual relativa (Cf. Bernal
Daz, 1955, 105 y sigs.). De haber sido las relaciones entre espaoles e
indias de carcter mongamo, el nmero de mestizos habra sido menor
del que se produjo en la realidad.
***
En la historia de Amrica, uno de los efectos del proceso
intensivo de miscegenacin all ocurrido ha consistido en el aumento
progresivo de los nmeros de mestizos en las diversas regiones donde se
ha realizado el intercambio racial, pero sobre todo es particularmente
significativo el hecho de que este aumento ha favorecido el equilibrio
social y la emergencia de un grupo racial intermedio, y por lo mismo, ha
provisto al rgimen de castas de una clase social que, progresivamente,
ha ocupado el punto medio de las sociedades hispanoamericanas de
fuerte base demogrfica indgena. Por aadidura, los valores de situacin
mestizos aproximaban a stos, indistintamente, a cualquiera de los
grupos raciales que con ellos convivan. En este sentido actuaban, y
actan, como grupos intermedios, tanto en lo biolgico como en lo social
(cf. Esteva, 1961, 59).
Las estructuras sociales que, por medio del sistema de rolstatus,
separaban a unos individuos de otros segn su raza, han mantenido al
mestizo situado, durante mucho tiempo, en una posicin intermedia, lo
cual le ha permitido actuar como individuo interesado en una relacin a
la vez vinculada con cualquiera de los troncos raciales. En ese caso, a
medida que ha ido aumentando el nmero de mestizos, se ha debilitado
tambin el sistema de castas. Eso ha sido tambin puesto de manifest
para el Per por Escobar (1964, 199-200) cuando afirma que los mestizos,
en cuanto estrato social, han sido siempre proclives a romper la
estructura de castas, esencialmente a partir de su movilidad, geogrfica y
social, y de su tendencia a vivir y a consumar sus actividades econmicas
en los centros urbanos. Rosenblat (1954, II, 12) ha observado claramente
la dinmica de este proceso al sealar que mientras el rgimen de castas
es un efecto de la mestizacin, sta, a su ve, es tambin una causa para la
desaparicin de dicho rgimen. Como tal, la emergencia de un sistema
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Claudio Esteva Fabregat

que se ha dado en llamar de castas tendra su principal debilidad en la

fuerza relativa que pudieran adquirir los grupos mestizos en el curso de
la historia americana. As, en la medida en que los grupos blancos
peninsulares y criollos se convertan en oligarquas de poder y
acumulaban intereses exclusivos, en esta medida tambin los mestizos
debilitaban esta estructura jerrquica a travs del peso sociocultural cada
vez mayor que ejercan su nmero y sus intereses actuando sobre la vida
de los pases americanos.
En gran manera, pues, los vnculos establecidos por los mestizos
con blancos, indios y negros, y con las diversas mezclas resultantes,
sirvieron para producir una cierta capilaridad social, por una parte, y en
la medida en que las oligarquas blancas se alejaban del contacto directo
con los grupos indios y negros, el mestizo se converta, por otra parte, en
grupo intermediario. Aplicndonos a esta cuestin, hemos postulado (cf.
Esteva, 1965, 457) que el mestizo representa, en gran manera la
continuidad de la cultura espaola vista a niveles de popularizacin,
especialmente en la medida en que la ha recibido como herencia de los
antiguos colonos y conquistadores que se la transmitan en forma de
procesos de socializacin y por medio de identificaciones de prestigio.
Por ello, mientras la sociedad colonial se estratificaba y cerraba, por
tanto, los canales de la movilidad social, los mestizos, en cambio, tendan
a romper la estratificacin convirtiendo el sistema de castas en un sistema
de clases. Hacan, en ese caso, que el factor racial fuera progresivamente
secundario en comparacin con el factor econmico. Hasta lograr que
predominara este ltimo factor, muchos individuos miembros de grupos
mestizos se habrn sentido como productos ilegtimos, en tanto eran
resultados de uniones casuales que no obtenan reconocimiento social. La
situacin correspondiente est expresada por Escobar (1964, 201-2)
cuando dice que los mestizos peruanos se han caracterizado por su
tendencia a la movilidad espacial, tanto por su deseo de mejorar
econmicamente, como por su propensin a escapar del estigma de
ilegitimidad o inferioridad que ha pesado sobre ellos en sus
poblaciones de origen. Un sentimiento tal de ilegitimidad tendra su
fuente en el carcter mismo de los valores morales basados en posiciones
de inferioridad social recayendo sobre los individuos nacidos de uniones
no institucionalizadas (cf. Mrner, 1967, 55).
Sin embargo de eso, lo cierto es que la emergencia de mestizos, el
aumento de su nmero, su acceso progresivo a las funciones econmicas
de prestigio, as como el desenvolvimiento de una ideologa nacional,
esto es, de una conciencia poltica actuando sobre la direccin de la vida
de algunos pases hispanoamericanos actuales, ha conducido al mestizo,
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Claudio Esteva Fabregat

primero a desenvolver ciertas clases de sentimientos y actitudes

antihispnicas y, segundo, le ha llevado a buscar en indios y negros los
grupos donde apoyarse en sus aspiraciones en relacin con el p poder
poltico. En este sentido, las sociedades americanas estn abandonando
progresivamente las clasificaciones de status segn el color, y en ese caso
quienes se han beneficiado mayormente de tales tendencias han sido los
indgenas los negroides, pero tambin los mestizos. Paulatinamente, las
relaciones interpersonales en las sociedades urbanas de Iberoamrica, al
hacer predominante el rol econmico individual sobre cualquier otro, y al
destruir sucesivamente los valores adscritos al status de color, han
producido una estratificacin social provista de una mayor movilidad
individual, todo lo cual significa que su estructura y forma de vida tiene
el atractivo de una realizacin individual mayor que en el pasado.
***
De acuerdo con las tendencias que hemos considerado como
maestras en el poblamiento y estructuracin biocultural de Amrica, y en
funcin de las constantes histricas as obtenidas, podemos formular un
cuadro de poblaciones raciales y, asimismo, su distribucin regional o
nacional especfica, en los pases contemporneos.
El fenmeno demogrfico, expresado en cifras que exponen el
tamao general y, a la vez, regional de cada grupo racial en Amrica,
constituye, asimismo, el resultado de estimaciones que hemos
confeccionado recurriendo a ciertos factores estadsticos y aplicndolos a
determinados valores conocidos, de carcter gentico, como son los
relativos al sistema sanguneo ABO. Seguimos este procedimiento y lo
aplicamos a las poblaciones actuales porque, en nuestra opinin, resulta
ser el de mayor objetividad, una vez conocidos los valores especficos que
definen a un grupo racial, en contradistincin con los que ofrecen otros.
Las frecuencias que hemos usado tienen en cuenta los valores obtenidos
por la gentica de las poblaciones en grupos americanos caracterizados, a
su vez, racialmente. Se reconoce, pues, aqu una cierta relacin entre la
frecuencia de los valores estadsticos referidos a los sistemas ABO y su
incidencia relativa en determinadas poblaciones identificable
racialmente.
En funcin, pues, de la frecuencia con que se presentan dichos
valores gnicos en poblaciones americanas, sabemos que entre los
indgenas de los pases iberoamericanos predomina la incidencia del
grupo sanguneo O (cf. Esteva, 1964, 309 y ss). Por aadidura, las pruebas
de este antgeno muestran que, en cambio, es muy elevado el ndice de
frecuencia del grupo A en las poblaciones portuguesa y espaola,
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Claudio Esteva Fabregat

mientras que en las poblaciones negroides la incidencia del grupo B es

mayor que en las dems agrupaciones raciales consideradas (cf. Esteva,
Ibidem). Segn eso, los fenotipos A y B aumentan en los mestizos, todo lo
cual indica que la distribucin regional de los grupos sanguneos en
Amrica ofrece una buena pista en cuanto a determinar los caracteres
raciales que, en general, distinguen a unas poblaciones de otras. De ese
modo puede establecerse tambin el grado de concentracin que tiene la
presencia de cada grupo racial en los pases americanos.
Hemos operado as teniendo encuentra los progresos realizados
por la Serologa en lo que se refiere a la observacin que ciertos grupos
sanguneos se presentan mayormente en determinadas poblaciones, al
mismo tiempo que se advierte la relacin relativa que tienen dichas
frecuencias en trminos de conjuntos raciales. Al respecto, Krogman
(1966, 64-65) seala que en la especie humana encontramos un 10 por100
de caracteres definidamente reconocibles como contribuyendo a la
diferenciacin racial, mientras el 90 por 100 de los genes totales
discernibles son comunes a la dotacin gentica del hombre, cualquiera
que sea su raza. Segn eso, de un total de 44.000 pares de genes
constituyendo la dotacin gentica del ser humano, un 10 por 100 de ellos
participa de combinaciones que se distinguen por constituir un valor
racial. Asimismo, la mitad de stos forma parte de combinaciones
hereditarias que establecen diferencias de forma y funcin.
De este modo, y por aadidura, aunque estas clasificaciones
raciales requieren conceptos de carcter morfolgico, como son el color
de la piel y de los ojos, la textura del cabello, la anchura relativa de la
nariz, la forma de los labios y ciertos otros rasgos faciales, especialmente,
una vez determinado dichos caracteres, la investigacin gentica muestra
que, asimismo, es posible diagnosticar su incidencia relativa en grandes
poblaciones acudiendo al conocimiento de las frecuencias con que se
manifiestan en las poblaciones humanas determinadas por grupos
sanguneos. Conviene reconocer, adems, que la clasificacin racial
individualmente considerada, esto es, conforme a las tcnicas que son
especficas ala Antropologa Fsica, contribuye a proporcionar los
caracteres cualitativos que es necesario tener en cuenta, si se quiere
determinar en qu consisten las diferencias morfolgicas que designan a
una raza en comparacin de otra u otras.
De acuerdo con las expectativas mencionadas, y conociendo las
frecuencias estadsticas de estos valores en ciertas poblaciones actuales
americanas, hemos elaborado una estimacin demogrfica mediante la
cual obtenemos un cuadro de distribuciones raciales en Amrica,
regionalmente y por pases. En cada caso, estas distribuciones
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representan la expresin final o contempornea de las tendencias

histricas que hemos observado en el curso de nuestro trabajo.
Partiendo de los valores y frecuencias expuestas, ofrecemos aqu
unos cuadros estadsticos ponderados que reflejan, por una parte, las
cifras relativas proporcionadas por diferentes cientficos antroplogos
y hematlogos acerca de ciertas manifestaciones gnicas en
determinadas poblaciones. Por otra parte, ponen en relacin dichos
valores con las poblaciones dadas por los censos nacionales de los pases
americanos.
Por lo que se refiere a la poblacin de los Estados Unidos de
Norteamrica, no dispusimos de datos serolgicos y antropomrficos
suficientes, de manera que no fue posible aplicarlos a las estimaciones
raciales conforme al mismo mtodo empleado, en cambio, para los pases
iberoamericanos. Este mismo problema se presenta con respecto al
Canad, debido a lo cual hemos optado por estimar las poblaciones
raciales de estos pases tomando en consideracin los censos, combinados
con ciertos caracteres la composicin tnica, presentada en stos.
Hemos ponderado el censo de Canad para 1961, y en funcin de
ste, y de datos que tienden a clasificar tnicamente, sobre todo a las
poblaciones europea, india y asitica, hemos aplicado los porcentajes
restantes a las poblaciones mestiza y negroide.
En cuanto a los Estados Unidos, nos servimos de los datos
relativos a las inmigraciones que han tenido lugar en aquel pas durante
el perodo 1820-1960. Estas migraciones estn clasificadas por pases y
regiones de origen, lo que permite hacer ponderaciones aproximadas
acerca de su composicin racial. As por ejemplo, el total de eurpidos
entrados en los Estados Unidos durante dicho perodo (cf. Berthoff, 1966,
499-500), fue de 38.130.030; el de individuos procedentes de pases
americanos situados al sur de los Estados Unidos fue de 2.397.818, y el de
personas asiticas alcanz un total de 847.542. Nuestras estimaciones se
basan, por lo mismo, en clculos de proporcionalidad aplicados al censo
de 1960, suponiendo una cierta continuidad, y a partir de diversas
consideraciones crticas hechas por un antroplogo fsico (Krogman), un
socilogo (Schmid y Nobbe) y un historiador (Berthoff). Las aportaciones
de stos nos han servido para hacer ajustes que se reflejan en los
resultados demogrficos correspondientes.
Hemos tenido en cuenta, para los Estados Unidos, ciertos
factores: a) Las polticas migratorias de dicho pas en el curso del perodo
1820-1960, basadas en cupos de inmigracin generalmente equivalentes a
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los nmeros de las poblaciones tnicas ya residenciadas en aquella

nacin, excepto los negros; b) hemos considerado que las tasas de
inmigracin, por regiones geogrficas y por nacionalidades, pueden
reducirse a conjuntos raciales, a partir de la procedencia de los grupos
tnicos de origen, en ese caso, poblaciones representativas de la
distribucin racial interna de los Estados unidos; c) recogemos la
afirmacin de Krogman (1966,65) de que unos veintiocho millones de
blancos de los Estados Unidos tienen uno o ms genes negroides; d)
partimos del hecho de que el censo de poblacin de los Estados Unidos
clasifica como poblacin blanca a personas procedentes de Iberoamrica
(cf. Schmid y Nobbe, 1965. 921), las cuales consideramos mestizas en una
gran proporcin, sobre todo teniendo en cuenta su elevada participacin
demogrfica en algunos Estados de aquella nacin, especialmente los del
Sudoeste (Arizona, California, Colorado, Nuevo Mxico y Texas), y e) los
grupos negroides clasificados como negros, representando, segn
Schmid y Nobbe (ibid, 909), el 94.3 por 100 de una poblacin de
20.009,280 individuos considerados como no-blancos, y de los que se
excluye a los iberoamericanos, vienen a significar el 10.5 por 100 del total
de la poblacin censada en los Estados Unidos. Sobre este porcentaje
hemos aadido los 28 millones de negros aparentemente blancos
indicados por Krogman.
Los pases iberoamericanos, incluidas las Antillas no hispnicas,
estn considerados en los mismos trminos e que fueron presentados en
1964 por nosotros (cf. Bibliografa), aunque pensamos corregir en un
futuro prximo ciertas estimaciones globales, en atencin a que
disponemos de algunas modificaciones en determinadas frecuencias de
base. Sin embargo, eso deber ser objeto de un trabajo posterior. En todo
caso, las cifras que ofrecemos aqu tienen un valor aproximativo que
consideramos suficiente en cuanto a expresar las tendencias ms
significativas del fenmeno racial en su distribucin geogrfica.
Por aadidura, aunque a los efectos puramente biolgicos, seran
miembros de las poblaciones mestizas aquellas personas de progenitores
ms o menos puros; sin embargo, hemos clasificado como mestizos a los
descendientes del intercambio gnico entre eurpidos y personas
indgenas.
***
Como hemos fundamentado ya en otro lugar (1964, 281-96), la
distribucin regional del mestizaje ofrece la oportunidad de considerar,
no slo el grado relativo en que se manifestaron los intercambios gnicos
entre las diversas estirpes raciales, sino tambin, y para nosotros
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grandemente significativo, el grado relativo en que se produjeron formas

de vida diferentes a las que definan en origen a las poblaciones
progenitoras.
En trminos de esta perspectiva, resaltan ciertos fenmenos, y
quiz sea el ms importante aquel que hace referencia al hecho de que los
pases que constituan la Amrica nuclear prehispnica, eso es. Los que
tenan una mayor poblacin y un ms avanzado desarrollo cultural, son
los que ahora tienen una ms intensa frmula mestiza. Son los que, en
definitiva, marcan ms acentuadamente el desenvolvimiento de modelos
culturales tambin ms originales. Empero, cabe hacer otra afirmacin:
los pases donde la cultura indgena no haba producido grandes
concentraciones demogrficas presentan un carcter cada vez ms
eurpido, y tambin mezclas importantes y originales con los africanos,
como en Brasil y algunas islas antillanas. En este ltimo lugar, incluso, los
africanos han reconstituido algunas de sus formas culturales de origen,
mientras, al mismo tiempo, adoptan las estructuras socioeconmicas y
tecnolgicas que son propias a la civilizacin occidental.
El desenvolvimiento biocultural de los pueblos americanos
actuales apunta hacia una mayor frecuencia de mestizase. Gran parte de
esta tendencia tiene sus causas en la emergencia del mestizo y de su
ideologa, manifestndose en la poltica de ciertos pases
hispanoamericanos (cf. Esteva, 1961). Como precipitado biolgico, el
mestizaje se est manifestando con mayor rapidez all donde la
estructura social es ms abierta. Este hecho es ciertamente muy
significativo porque marca el comienzo de un proceso intensivo de
igualacin racial, esto es, de mestizacin del continente americano. Sin
embargo, las tasa de este proceso de igualacin sern diferentes a causa
de que las tradiciones regionales especficas imponen condicionamientos
al intercambio racial, todo ello en funcin de que retienen valores y
actitudes hacia el mismo que dificultan o facilitan, segn los caos, la
realizacin abierta de las mezclas gnicas a escala masiva.
Por aadidura, aunque el mestizaje representa un fenmeno
universal entre los pueblos americanos, sus combinaciones raciales
varan y definen a cada pas biculturalmente de un modo distintivo. As,
pues, el peso de las poblaciones indias en las regiones de Mesoamrica y
los Andes, no slo afecta a las frecuencias gnicas de su composicin
racial, s que tambin a sus combinaciones culturales. En cada caso, la
inmigracin, a veces masiva, de poblaciones eurpidas en algunos pases
americanos est modificando la perspectiva de los modos biolgicos
representativos de las proporciones raciales especficas en ciertas
naciones, aumentando por lo mismo los ndices caucasoides. Este es un
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fenmeno que deber influir sobremanera, tanto sobre la tipologa

demogrfica racialmente considerada, como sobre el patrn cultural o
forma de vida. Conforme a eso, la mestizacin est cobrando un carcter
cada vez ms caucasoide en ciertos pases. En otros, sin embargo, por
ejemplo, en los andinos, el mestizaje propende a ser equilibrado a la
larga, aunque al principio puede dominar el modo indio.
Sea cual fuese la tendencia racial que predomine en Amrica, lo
cierto es que el mestizaje vuelve a encontrar, actualmente, una coyuntura
histrica que favorece su realizacin a ritmos de velocidad mayores
cuanto ms abierta encontramos la estructura social y cuanto ms fcil es,
por tanto, la capilaridad social. En este momento, una y otra, a travs de
los procesos de urbanizacin e industrializacin, ofrecen la particularidad
de grandes movimientos migratorios, de traslados de poblaciones de un
lugar a otro de los pases americanos, y todo ello supone una
dinamicidad mayor que la exista en el pasado, con lo cual el proceso de
mestizacin entra en una fase de nueva intensidad.

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