Soto - ReflexionesTornoPerspectHolistica Viola Soto
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Soto - ReflexionesTornoPerspectHolistica Viola Soto
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15, 2003
INTRODUCCIN
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vista para Amrica Latina, desde el proyecto OEA Universidad Simn Bolvar, Caracas, en 1982; y ms tarde, en ms de un BOLETN de los Encuentros de la Asociacin Chilena de Curriculum Educacional. Entre ellos, ubico
uno publicado, en Santiago, en 1985, ante perspectivas distintas que proponan la Profesora Marta Soto, Directora, entonces, del Centro de Perfeccionamiento (respecto de un curriculum, con nfasis en el individuo) y el discpulo directo de Carl Rogers, nuestro consocio y acadmico, Eric Troncoso
(el curriculum centrado en la persona).
La relacin entre la concepcin curricular que Julia iba construyendo,
con el enfoque curricular prctico centrado en el deber ser moral, se fortaleci en esta nueva etapa. En la misma direccin, se constituye de modo
ms complejo e integrador, el marco de referencia de la presente investigacin, en que se nos presenta un intento de configuracin "gestltica" de un
curriculum comprehensivo, en que se interconectan el desarrollo humano
intrapersonal, interpersonal y extrapersonal con una comunidad educativa,
en que la escuela est invisionada en una relacin intercomunitaria,
intracomunitaria, transcomunitaria y extra comunitaria; y donde, incluso,
se plantea como "irresoluta" la interrogante acerca de "si la sociedad determina el tipo de escuela que se pretende ofrecer o, en su defecto, es la
escuela la que genera la sociedad a la cual aspiramos" (Romeo y otros, 2002,
p. 17). A mi modo de ver, el planteamiento revela el origen de este curriculum,
fuertemente idealista, impregnado por la cosmovisin que lo define.
Cunta falta hace este tipo de propuesta, en un ambiente en que domina
lo raciotcnico, amarrado a la funcionalidad del cmo hacer!
En el constructo educacional y curricular que orienta la investigacin, se
aprecia una mirada global acerca del curriculum, la que abarca marcadamente- su naturaleza, y subordinadamente, sus funciones. Esto no
es comn en algunos de los enfoque dominantes, como los que se configuran desde el paradigma racio-tcnico o los propios del humanismo acadmico tradicional, en que se omite la naturaleza, y se avanza en propuestas
curriculares centradas en las funciones operatorias del cmo hacer, que
adquieren centralidad en la formacin y en el quehacer tcnico de los profesores, con evidente omisin del fin que subyace a los enfoques y los
principios consecuentes con ese fin, sustancia de la cosmovisin, desde la
cual se explican la seleccin del contenido y los criterios propuestos para la
definicin operatoria de las estrategias de accin, en la enseanza y aprendizaje.
Los fines y principios de la seleccin se dejan tcitos en los currculos a
cargo de expertos externos a la escolarizacin!
El nfasis dominante en el curriculum holstico integrador, desde cuyas
creencias paradigmticas se efecta la investigacin, est en cambio, en la
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naturaleza de la relacin entre la cosmovisin o imagen de hombre y sociedad que constituye el fin deseado, el contenido que se seleccione transversalizado por los valores del deber ser moral que connotan al fin- y la
enseanza y aprendizaje de la persona, en el contexto socio-econmicopoltico-ideolgico de una sociedad con voluntad de cambio, que aspira a la
democracia, acorde con esa bsqueda.
Las preguntas fundamentales del camino curricular que se disea (op.cit.,
p.13) lo revelan:
Para qu (objetivos)?
Qu se pretende en relacin a demandas sociales y demandas personales?
Quines inciden en la seleccin?
Qu contenidos?
A quienes educa la escuela?
Todas son preguntas que preceden al cmo, manifestado en la seleccin
y organizacin de los procedimientos de enseanza, de aprendizaje y de
evaluacin.
Ms an, esta impregnacin curricular dominante, en la naturaleza del
hombre y la sociedad deseados, en que como dicen los autores "educar
significa crear conciencia, favorecer la reflexin del sentido profundo de la
existencia humana" (op.cit. p.19) y en que el aprendizaje "debe ser aprehendido holsticamente, en una interaccin entre adquisicin de conocimientos, desarrollo de pensamiento y compromiso socio afectivo cultural"
(op.cit.p.21) consustancia toda la investigacin.
En los ocho captulos, se observa una permanente preocupacin por
detectar o fundamentar, desde el curriculum, los asuntos que se abordan,
para explicar las reflexiones de los estudiantes acerca de la democracia.
Toda la obra contiene permanente referencia al pensamiento de diversos
expertos, en apoyo a la posicin curricular que se construye a travs de
todo el libro, desde el captulo Por empezar... hasta el de las Reflexiones
Finales. A va de ejemplo de lo que sostengo, en el captulo V, se seala:
"Una multiplicidad de lecturas acerca de la cosmovisin sostenida", en que
se procura expresar la cosmovisin sostenida, desde el discurso de los estudiantes. Se incorporan aportes a la concepcin curricular que se va construyendo a travs del estudio, vinculados con las categorizaciones de necesidades humanas de A. Maslow y con la adaptacin de las categoras de M. MaxNeef sobre las necesidades humanas fundamentales, organizndose -de este
modo- algunos de los hallazgos encontrados en la investigacin.
Por lo tanto, el marco de referencia filosfico-antroplgico, psicolgico,
y socio-cultural desde el cual trabajan los investigadores, est presente en
toda la obra. Incluso, desde mi perspectiva, subvalorando las funciones
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operatorias del curriculum, en las que -segn esta posicin- pueden emplearse herramientas diversas, sin menoscabo de que pertenezcan a otros
enfoques, ya que al ser incorporados, desde la esencia humanista de esta
propuesta, por profesores mediadores o facilitadores, servirn -pertinentemente- a sus fines y consecuentes principios de seleccin cultural y teoras
de aprendizajes.
Los autores preconizan ofrecer oportunidades de cambio al interior de
las unidades educativas, seleccionando herramientas curriculares diferentes para el desarrollo de las personas y estilos de participacin. Obsrvese,
por ejemplo, el empleo del anlisis FODA, propio del paradigma raciotcnico,
el que ha sido utilizado dentro de los trminos de este trabajo.
Consecuentemente, lo que subyace en la investigacin es:
Qu contenidos y qu acciones permitirn alcanzar el desarrollo integral de la persona, en la escuela y la comunidad educativa, para que se
exprese en la prctica de una "democracia responsable", sustentada en "la
libertad, la participacin y la solidaridad", como categoras expresivas de la
naturaleza de esa concepcin de democracia?
Se implica que esa educacin asume en la interconexin de la educacin escolar formal, con la comunitaria y el mundo, el desarrollo integral de
la persona en su intra e intercomunicacin con otros, con la cultura y los
procesos de socializacin e individualizacin, para incorporarse a la construccin de consenso y pluralismo.
El eje transversal de las funciones operatorias de esta cosmovisin, propia de la naturaleza de este curriculum, estara constituido por los valores de
una convivencia, regida por "la verdad, la justicia y la paz", todos consignados en las polticas educacionales chilenas, dentro de los lmites de la democracia que se connota.
Tanto en los captulos IV, Discursos de adolescentes y sus cosmovisin
valrica, y V, Una multiplicidad de lecturas acerca de la cosmovisin sostenida, como en los captulos VI, Hacia la participacin curricular y VII, Una
respuesta curricular desde lo cotidiano, se observa -claramente- una vez
ms, la marcada orientacin y preocupacin del estudio por lo referente a la
naturaleza del curriculum.
Uno de los grandes desafos que plantea este currculo es el de dar contenido, o transformar en contenido pedaggico y educativo, a las dimensiones valricas de transversalidad que informan la propuesta curricular expresada en las polticas pblicas; sobre todo, si se toma en cuenta el fuerte
nfasis en los saberes disciplinarios marcado por el curriculum fragmentado
que existe en el pas.
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Pese al tipo de investigacin emprica, social comprensiva, que los autores adoptan, levantan una suerte de operacionalizacin del trmino democracia, en funcin del concepto democracia responsable y los tres contructos
con que la denotan para efectos del anlisis realizado, en una secuencia
temporal de tres etapas: libertad, participacin y solidaridad. Esto se explica -seguramente- por los mltiples referentes tericos a que se puede remitir la democracia.
En este momento, se analiza la segunda etapa de la investigacin, centrada -como ya se ha establecido- en la participacin, entendindose por tal
una accin humana enmarcada en procesos de comunicacin interactivos
que se orienta a la toma de decisiones dentro de un contexto organizado,
sobre la base de propsitos socialmente compartidos. Se acota, tambin, que
si se afianzara la participacin en la sociedad democrtica, se legitimaran
relaciones diversas, la persona podra asumir distintos roles y niveles de
interaccin (op. cit. supra, p. 15), provocndose, siguiendo el pensamiento
de Chantal Mouffe (2001), el respetar los derechos democrticos, puesto que
estos an siendo del individuo, solo pueden ser ejercidos colectivamente, suponiendo, entonces, tambin, derechos equivalentes para todos. En conclusin, se concibe una participacin con respeto a los derechos humanos y
con compromiso con los deberes, en un proceso dinmico de perfectibilidad de conocimiento y de prcticas democrticas.
Por otra parte, se seala de acuerdo al pensamiento de Santos Guerra
(2001) que la democracia apunta a pluralismo: diversidad; libertad: autonoma; justicia: equidad; respeto: convivencia sustentada en la aceptacin
de la diversidad; tolerancia: reconocimiento de la diversidad sin anulamiento;
valenta cvica: dar a conocer las propias ideas, aun en el contexto de las
discrepancias; solidaridad: apoyo sin discriminacin de subcultura alguna,
respetando los fines que sostienen la necesidad de ayuda; racionalidad
comunicativa: procedimiento en pos del inters comn. (op. cit. p. 20),
En la investigacin se destaca la bsqueda de consenso y el pluralismo.
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Desde esta perspectiva de democracia, en el Captulo II Una introduccin: La Educacin de la democracia y la democracia de la educacin, los
autores hacen una crtica de la escuela, donde -segn ellos- no se cumplen
los rasgos declarados en el discurso que la define:
El discurso pblico sobre la educacin, sustentado en la equidad.
El discurso pblico sobre educacin, sustentado en la participacin.
El discurso pblico sobre educacin, sustentado en la universalizacin
de postulados, donde se hace referencia especfica a la no neutralidad de
una escuela adscrita a ideologas dominantes en los grupos de poder...; sin
atencin al pluralismo y a la diversidad.
El discurso pblico sobre educacin, sustentado en la capacidad de
reflexin, ya que se reproducen ideas de macro-culturas.
El discurso pblico sobre educacin, sustentado en el desarrollo valrico
de la libertad, la solidaridad y la paz, que -a juicio de los autores- no puede
practicarse en la uniformidad, sin respeto a las diferenciaciones.
El discurso pblico sobre educacin, sustentado en el fomento a la
autonoma, que no se puede desarrollar si la tendencia es a la reproduccin.
Todo esto, se seala, atenta contra la prctica de la libertad responsable
y las significaciones que se van incorporando en una red de interacciones
multiculturales.
Desde esta crtica, se avanza a enfatizar la naturaleza del curriculum
propugnado, como de vuelta a reasumir su condicin de medio de transmisin y de generatividad de una cultura para la participacin responsable,
enfatizndose que hay que hacer de la democracia una educacin moral,
con incorporacin de una capacidad transformadora de los valores sociales
y de los culturales.
El concepto de participacin en que se funda el estudio remite a dos
dimensiones: interaccin y acatamiento, que se relevan desde el ttulo, y a
las que se agregan en el transcurso de la investigacin marginacin y anulacin, para constituirse -entre otros aspectos- en un modelo de anlisis
FODA.
Se insiste en que el desarrollo de una participacin responsable es la
categora fundamental de anlisis de la investigacin, entendida como: una
accin humana enmarcada en procesos de comunicacin interactivos, que
se orienta a la toma de decisiones dentro de un contexto organizado, sobre
la base de propsitos socialmente compartidos (op. cit. supra, p. 24). La participacin responsable se vincula, adems, con el tpico de la ciudadana
que es una cualidad de la democracia (op. cit. supra, p. 23).
Se plantean reflexiones de especialistas sobre la socializacin cultural,
para la democracia, desde la participacin como atributo de la vida social,
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El campo objetual de estudio se aborda desde la ptica de una investigacin social comprensiva, apuesta metodolgica que resulta pertinente para
la naturaleza del objeto, como tambin para la pregunta que gua la investigacin.
Desde los marcos de referencia reseados, que se van configurando a
travs de la investigacin, se asume la metodologa etnogrfica, cualitativa,
en que se enmarca el trabajo de acuerdo a un paradigma comprensivointerpretativo. Por lo tanto, se busca detectar categoras para configurar la
cosmovisin de los adolescentes escolares, a partir de sus discursos orales,
sobre la base de grupos de discusin formado por alumnos y alumnas de
alrededor de 18 aos de 3 medio, humanstico-cientfico, de colegios particulares pagados y de colegios municipalizados.
Se constituyen 18 equipos de diferentes niveles socioeconmicos, bajo,
medio bajo, alto y medio alto, en que participan 150 adolescentes, moderados por profesionales previamente capacitados. Se explica como se contempl la consistencia de las interpretaciones de los discursos, la confirmabilidad,
la credibilidad y la transferencia.
Se interpretan los discursos recogidos para develar la percepcin que los
jvenes tienen de la participacin como sujetos sociales, a travs del anlisis
de sentido que otorgan a su contexto: mbitos de familia, pares y escuela.
Se sostiene que los discursos de los adolescentes estn enmarcados por
el hbitus, siguiendo la definicin de Pierre Bourdieu (1977), y apreciada al
interior de los grupos de diferentes estratos econmicos y situacin histrica
y social especfica.
Desde los discursos se levantan 4 categoras: interaccin, acatamiento,
marginacin y anulamiento -como ya se adelant. Se penetra la interaccin
como espacio de libertad donde se manifiesta una participacin dinmica
reflexiva entre las acciones que se desenvuelven en l. Se penetra el acatamiento espacio delibertad- donde se manifiesta obediencia o aceptacin
acrtica de normas. Se aborda la marginacin -espacio de libertad que los
actores potenciales no utilizan- desvinculndose de la interaccin; y el
anulamiento espacio de no libertad y no participacin. Al examinar los
testimonios pertinentes se detecta que domina el acatamiento y la marginacin;
luego, el anulamiento y, por ltimo, la interaccin.
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permisividad. A esto se une inseguridad, desconfianza, decepcin y desengao relacionados con la calidad de vida y con las igualdades sociales que
no han sido satisfecha por los avances cientficos y tecnolgicos, cuyos
logros conllevan -frecuentemente- aspectos negativos, por su mal uso como
arma de poder, de dominio, sobre otros.
En sntesis: todo lo anterior no asegura que los avances hayan convertido
a los jvenes en sujetos, en ms hombres /.../ ni que la razn produzca ms
racionalidad. Impacta, en el discurso de los jvenes, que demuestren desorientacin. Escepticismo, desencanto y prdida de sentido /.../. Las instituciones, especialmente la escuela, han quedado sin soporte /.../. y los jvenes
han perdido a los adultos como referentes.
Los adultos tienen que tomar conciencia de la sociedad en crisis en que
vive la juventud, como as -tambin- la influencia de los medios de comunicacin y de todos los organismos de la sociedad. Para los jvenes, todo es
relativo y la bsqueda de satisfaccin es inmediata.
Los autores hacen examen de la vida cotidiana de los jvenes a travs de
las declaraciones recogidas. Los sectores medios y altos conforman una matriz
de significaciones que se concentra en expectativas futuras, en exposiciones
relevantes. En los sectores bajos, la matriz se articula en torno a expectativas
inciertas; todos tienen resistencia frente al autoritarismo. La escuela, para
ellos, tiene un valor pragmtico y no relevante. El curriculum requiere, entonces, de transformacin.
Todo el conjunto de elementos encontrados mueve a los autores a plantearse, desde una lgica abductiva, algunas hiptesis, dirigidas a la configuracin de las acciones para el desarrollo de la democracia en la escuela:
proyectos educativos consensuados, tanto a nivel de seleccin como de
organizacin, en que se compartan significados y proyecciones de cambio,
que impliquen interacciones en las decisiones; concordancia entre el proyecto curricular y la gestin, con participacin comunitaria; y perfeccionamiento docente, en torno a un diagnstico de las condiciones que debe
asumir un profesor como agente de participacin.
ALGUNAS REFLEXIONES PERSONALES
Un intento como el del curriculum a que adhiere este trabajo, para aproximarse a la prctica de los ejes trasversales, en la temtica del ejercicio de la
democracia participativa, es de indudable valor, por cuanto instala -al interior de la comunidad cientfica- la reflexin y la construccin de propuestas
de accin que permiten ir diversificando miradas, apuestas y propuestas
sobre el tema. Esta investigacin abre muchas posibilidades al respecto
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REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Bernstein, B. 1998
Bordieu, P. 1977
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Romeo, J. 2001
Touraine, A. 1997
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