Ricardo Palma Soriano

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7.

RICARDO PALMA SORIANO


(limeo) 1833 - 1919
POCA
: Republicana
CORRIENTE LITERARIA : Romanticismo
GNERO LITERARIO
: Narrativo (tradicional, historia),
teatro, ensayo
CALIFICATIVO
: El Bibliotecario Mendigo

lrico,

Ricardo Palma se distingue como uno de los mejores representantes del


Romanticismo peruano y una de las figuras ms altas de la lengua espaola. Fue
periodista, dramaturgo, lrico, ensayista, Diputado, Senador y Secretario particular del
Presidente Balta; adems Director de la Biblioteca Nacional. En sus tradiciones da a
conocer hechos y ancdotas relacionados con la historia nacional en todas sus pocas.
Naci en Lima en 1833. En su juventud particip de las ideas liberales, al mismo tiempo
que lea a poetas franceses, espaoles y alemanes. Durante esta poca dio comienzo a su
vida literaria escribiendo poesas lricas, periodismo satrico, as como algunas obras de
teatro de tipo costumbrista.
Por razones polticas, en 1860 fue desterrado a Chile. A su regreso tres aos despus,
viaj por Europa. A su vuelta particip Activamente en la defensa del Callao durante el
combate del 2 de Mayo en 1866. Ms tarde le toc vivir la Guerra del Pacfico,
durante la cual los chilenos incendiaron su casa. al terminar la guerra fue nombrado
Director De la Biblioteca Nacional, dedicndose a su reconstruccin. Gracias a su
empeo por recuperar libros y valiosos documentos, se gan el apelativo de:
Bibliotecario Mendigo.
En 1892 viaj a Espaa como representante del Per en la Celebracin del Cuarto
Centenario del Descubrimiento de Amrica. Al regresar a nuestra patria contino
dirigiendo la Biblioteca, pero despus renunciara y le seguira en su cargo Gonzles
Prada. Muri en Lima en 1919.
OBRAS:
Narrativas:
Tradiciones peruanas (1872 - 1918)
Anales de la inquisicin de Lima (1863)
Los Maraones (novela que se perdi cuando los chilenos incendiaron su
biblioteca particular).
Tradiciones en salsa verde (pstumo 1976)

Poticas:

Pasionarias (1870)
Verbos y gerundios (1877)
Cantarcillo y filigranas ( 1892)
Armonas (1865)

Teatrales:
La muerte o libertad
La hermana del verdugo
Rodil
Filolgicas:
Neologismos y Americanismos
La bohemia de mi tiempo
papeletas lexicogrficas
En el libro Tradiciones peruanas, Ricardo Palma recre una serie de leyendas de la
regin Andina. Mitologa, historia, paisaje se funden para recuperar la historia, con
trazos cortos, colorsticos y certeros de gran belleza plstica y literaria. Un ejemplo
puede ser la leyenda que sigue.
Leyenda Un tesoro y una supersticin, en Tradiciones peruanas.
De Ricardo Palma.
Cura de Locumba, a principios del siglo actual, era el venerable doctor Galdo, quien fue
llamado un da para confesar a un moribundo. Era ste un indio cargado de aos, ms
que centenario, y conocido con el nombre de Mariano Choquemamani.
Despus de recibir los ltimos sacramentos, le dijo al cura:
Taita, voy a confiarte un secreto, ya que no tengo hijo a quien transmitirlo. Yo
desciendo de Titu-Atauchi, cacique de Moquegua en los tiempos de Atahualpa. Cuando
los espaoles se apoderaron del Inca, ste envi un emisario a Titu-Atauchi con la orden
de que juntase oro para pagar su rescate. El noble cacique reuni gran cantidad de tejos
de oro, y en los momentos en que se alistaba para conducir este tesoro a Cajamarca
recibi la noticia del suplicio de Atahualpa. Titu-Atauchi escondi el oro en la gruta que
exista en lo alto de Locumba, acostse sobre el codiciado metal y se suicid. Su
sepulcro est cubierto de arena fina hasta cierta altura: encima hay una palizada de
pacays, y sobre stos gran cantidad de esteras de caa, piedras, tierra y cascajo. Entre
las caas se encontrar una canasta de mimbre y el esqueleto de un loro. Este secreto me
fue transmitido por mi padre, quien lo haba recibido de mi abuelo. Yo, taita cura, te lo
confo para que, si llegase a destruirse la iglesia de Locumba, saques el oro y lo gastes
en edificar un nuevo templo.

Corriendo los aos, Galdo comunic el secreto a su sucesor.


El 18 de septiembre de 1833 un terremoto ech por tierra la iglesia de Locumba. El cura
Cueto, que era el nuevo cura, crey llegada la oportunidad de extraer el tesoro; pero
tuvo que luchar con la resistencia de los indios, que vean en tal acto una odiosa
profanacin. No obstante, asocironse algunos vecinos notables y acometieron la
empresa, logrando descubrir los palos de pacays, esteras de caas y el loro.
Al encontrarse con el esqueleto de esta ave los indios se amotinaron, protestando que
asesinaran a los blancos que tuviesen la audacia de continuar profanando la tumba del
cacique. No hubo forma de apaciguarlos, y los vecinos tuvieron que desistir del empeo.
En 1868 era ya una nueva generacin la que haba en Locumba; mas no por eso se haba
extinguido la supersticin entre los indios.
El coronel don Mariano Po Cornejo, que despus de haber sido en Lima ministro de
Guerra y Marina, se acababa de establecer en una de sus haciendas del valle de
Locumba, encabez nueva sociedad para desenterrar el tesoro. Trabajse con tesn,
sacronse piedras, palos, esteras, y por fin lleg a descubrirse la canasta de mimbre. Dos
o tres das ms de trabajo, y todos crean seguro encontrar, junto con el cadver del
cacique, el ambicionado tesoro.
Extrada la canasta, vise que contena el cadver de una vicua.
Los indios lanzaron un espantoso grito, arrojaron hachas, picos y azadones y echaron a
correr aterrorizados.
Exista entre ellos la tradicin de que no quedara piedra sobre piedra en sus hogares si
con mano sacrlega tocaba algn mortal el cadver del cacique.
Los ruegos, las amenazas y las ddivas fueron durante muchos das impotentes para
vencer la resistencia de los indios.
Al cabo ocurrile a uno de los socios emplear un recurso al que con dificultad resisten
los indios: el aguardiente. Slo emborrachndolos pudo conseguirse que tomaran las
herramientas.
Removidos los ltimos obstculos apareci el cadver del cacique de Locumba.
Victoria!, exclamaron los interesados. Quiz no haba ms que profundizar la
excavacin algunas pulgadas ms para verse dueos de los anhelados tejos de oro.
Un mayordomo se lanz sobre el esqueleto y quiso separarlo.
En ese mismo momento un siniestro ruido subterrneo oblig a todos a huir
despavoridos. Se desplomaron las casas de Locumba, se abrieron grietas en la superficie
de la tierra, brotando de ella borbollones de agua ftida; los hombres no podan
sostenerse de pie, los animales corran espantados y se desbarrancaban, y un
derrumbamiento volva a cubrir la tumba del cacique.

Se haba realizado el supersticioso augurio de los indios: al tocar el cadver, sobrevino


la ruina y el espanto.
Fuente: Palma, Ricardo. Tradiciones peruanas

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