Biagini Pol SD y Soc Civil
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RESUMEN
Es objetivo del trabajo explorar el posicionamiento poltico ideolgico predominante en
organizaciones de la sociedad civil con trabajo en mujer respecto al alcance y situacin de
los programas de salud sexual y reproductiva y violencia de gnero en la Ciudad de Buenos
Aires. La eleccin de dichos programas obedece a razones de salud colectiva pero tambin
a las caractersticas del encuadre jurdico que las regula correspondientes al paradigma de
proteccin estatal de los derechos fundamentales y gestin de proximidad.
Se describen los resultados producidos en una muestra significativa integrada por directivos
de organizaciones con trabajo en salud sexual y reproductiva (SxyRep), violencia de gnero
y proteccin de personas en situacin de prostitucin, ubicadas en la ciudad de Buenos
Aires y se compara con las opiniones de asociaciones profesionales vinculadas a la saludenfermedad.
Salud SxyRep Violencia de Genero Situacin Sociedad Civil
Health policies and civil society: sexual and reproductive health and gender-based
violence.
ABSTRACT
Objective of this study is to explore the dominant ideological and political position of civil
society organizations working on women with respect to the scope and status of programs
of sexual and reproductive health and gender violence in Buenos Aires. The choice of
these programs is due to reasons of collective health but also to the characteristics of the
legal framework that regulates the paradigm for the protection of fundamental rights and
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1. Introduccin:
El artculo resume alguno de los resultados de la lnea de investigacin Sociedad Civil y
Salud dirigida por la autora desde el Departamento de Ciencias Sociales, UNLU y la
Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Analizaremos la percepcin que predomina respecto
al estado de situacin del sistema pblico de salud con especial referencia las
problemticas generales del sector y los posicionamientos poltico- ideolgicos respecto a
programas especficos de SSXyR y Violencia de Gnero (VG) por parte de directivos de las
organizaciones seleccionadas durante el periodo 2006-2013. Complementariamente, se
compara con los principales resultados de una indagacin similar realizada entre referentes
de asociaciones profesionales de enfermera, medicina, psicologa y trabajo social. Ambos
estudios corresponden a los proyectos Polticas pblicas y reclamos sociales en torno a
problemticas de salud (UBACYT, 2011-14) y Polticas pblicas y programas de salud:
un estado de situacin (DCS-UNLU, 2012-13).
2. Estado de la cuestin
Muchas de las problemticas vinculadas a la SSXyR y a la VG pueden ser enmarcadas en el
campo de los procesos de salud-enfermedad-atencin entendidos como construcciones
sociales puesto que son expresin y manifestacin de determinaciones socioeonmicas,
culturales y polticas a nivel macroy micro social que, en nuestras sociedades, confluyen de
modo especfico sobre las mujeres y los procesos de reproduccin social. En tanto
construccin social intervienen diferentes actores sociales y polticos con diferente grado de
institucionalizacin, poder y autoridad (Biagini-Sanchez, 1995). La medicalizacin y la
apropiacin e intervencin profesional de una serie de problemticas sociales caracterizan
el mundo contemporneo junto con el desarrollo de demandas y reclamos por el derecho a
la salud y a una vida mejor por parte de organizaciones de la sociedad civil de diverso tipo
algunas de las cuales pueden ser consideradas como vanguardias y vigas en el camino de
ampliacin de derechos y cumplimiento de normativas vigentes. (Thompson 1986, Biagini
2009).
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En cambio, la mayora de las organizaciones relevadas en este trabajo, con mayor o menor
presencia confrontativa, han puesto en la agenda pblica temticas no tradicionales y se han
opuesto a polticas sociales y resoluciones legislativas y del Poder Ejecutivo que entendan
contrarios a sus derechos, demandas o necesidades. Estos son especialmente los casos de la
legislacin contra la VG y la de SSxyR, aunque si tomamos la ley contra el sida,
promulgada a principios de la dcada de 1990 como producto de la movilizacin de las
personas afectadas y sus familiares, en los tres casos confluyen procesos de luchas por
derechos identitarios de los grupos gays y lsbicos, por reconocimiento de los derechos de
las mujeres en torno a la igualdad social y jurdica y respecto a decisiones sobre su propio
cuerpo basados, todos ellos, en la amplia plataforma que establecen los derechos humanos.
(Biagini, 2009)
Estos procesos implicaron una notable dimensin de accin colectiva a travs de la cual se
movilizan y convocan grupos, se establecen exigencias y se disputan recursos materiales y
simblicos. En ese contexto y en el marco de una estructura de oportunidades a nivel
internacional que favoreci la ampliacin de los derechos de las mujeres y de otros
colectivos, junto con un cambio gubernamental que reinstal a la poltica como instituyente
de la dinmica sociopoltica, es que podemos entender las transformaciones legislativas e
institucionales que trajo aparejado la legislacin en materia de VG y de SSxyR y la
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3. Estrategia metodolgica
Se trata de un diseo de tipo descriptivo y exploratorio con tcnicas de produccin de la
informacin de tipo cualitativo (entrevistas semiestructuradas y anlisis de documentos).
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Unidades de anlisis
ONGS (7) entrevistadas: FEIM (Fundacin Estudios Integrales de la Mujer); Red
Nacional de Jvenes y Adolescentes de la Rca. Argentina; Foro por los DD
reproductivos; Asociacin Alicia Moreau de Justo; Casa del Encuentros; AMMARNACION (Asociacin de Mujeres Meretrices de la Argentina); AMMARCAPITAL (actualmente denominada Asociacin de Mujeres Argentinas por los
Derechos Humanos)
Asociaciones Profesionales (7) entrevistadas: AECAF, Asociacin de Enfermera,
Capital Federal; Agrupacin de Enfermera 21 de Noviembre, CABA; APBA,
Asociacin de Psiclogos de Buenos Aires; APCABA, Asociacin de Psiclogos
del Gobierno de CABA, CPTS. CABA, Consejo Profesional en Trabajo Social;
CPTS, Colegio de Asist. Sociales o Trab. Sociales de la Prov. de Bs. As./AMM,
Asociacin de Mdicos Municipales, CABA
Unidades de informacin:
Directivos y referentes de las organizaciones seleccionadas.
4. Resultados
I/ Una mirada sobre la situacin del sistema pblico de salud
A diferencia de organizaciones de la sociedad civil que se erigieron como eficientes
prestadoras de servicios y que, alentadas por las agencias de las Naciones Unidas y por los
organismos internacionales de crdito, se cobijaron en los 90 en formulaciones como las
del Tercer Sector, Capital Social o Sector Independiente, la muestra est conformada por
instituciones que explican su origen en el retroceso del accionar estatal en dcadas
anteriores sin negar por eso la funcin de control social sobre aqul ni la necesidad de
activas polticas de sensibilizacin en la esfera pblica junto con incidencia y presin en los
poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
Tanto las ONGs como las asociaciones profesionales estudiadas conciben a la atencin de
la salud como un derecho inalienable del ciudadano y una obligacin del Estado. Respecto
al cumplimiento de la legislacin en salud es generalizada la opinin acerca de que ha
habido avances pero detectan serias dificultades en la implementacin.
Ms all de la visin que se sostenga en torno a las polticas y al sistema de salud
predominan apreciaciones positivas dado el avance de los derechos sociales y los derechos
de las mujeres. En general, las crticas por parte de las asociaciones profesionales remiten a
la situacin laboral en trminos de condiciones de trabajo, remuneraciones y a la incidencia
de esta problemtica en el funcionamiento del sistema.
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tiene contacto con ella pero es una violencia especfica que tiene que ver con la historia del
patriarcado y que afecta a la mujer en dos sentidos. Revela una discriminacin hacia la mujer en lo
privado y en lo pblico Hay una serie de significados apoyados en mitos que tienen un efecto
sobre la vida privada y pblica de la mujer. F. Alicia Moreau de Justo
Respecto a Salud Sexual y Reproductiva los entrevistados afirman que en CABA hay un
trabajo intensivo en hospitales y en centros de salud pblica con difusin importante de
informacin sobre mtodos anticonceptivos. Tambin en este caso se visualizan cambios
positivos a lo largo de los aos y, entro otros, resaltan que se posibilit que el adolescente
pueda consultar por s mismo, sin la intervencin de adultos. Por lo que se desprende de los
testimonios esa informacin se da especialmente en las instancias asistenciales y, segn los
barrios, tambin en las escuelas, pero se admite que hay dificultades de implementacin de
la ley de educacin sexual integral por la presin eclesial y la discrecionalidad de los
mdicos en la recomendacin de mtodos anticonceptivos y en la rapidez para aplicarlos.
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poblacin, as que bueno es complejo el funcionamiento de los programas. Foro por los
DDReproductivos
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Se sealan oportunidades perdidas por parte del los servicios de ginecologa y obstetricia:
mujeres que estn internadas por complicaciones post abortivas o por partos y egresan sin
una anticoncepcin efectiva o adecuada a sus condiciones,
cosas que estn establecidas en el programa desde hace muchsimos aos, la provisin y el
control, el seguimiento, eso tanto a nivel de mtodos anticonceptivos como deanlisis peridicos
con la prevencin no?, el caso de el cncer de cuello, genito mamario, y de prevencin de VIHSIDA que no hay prevencin aprovechando de cuando las mujeres se acercan a los servicios.
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en dos sentidos. Por un lado se pronunciaron con disgusto ante el tratamiento de la ley ya
que entienden que la postura del mdico es ignorada o subvalorada en tanto que las
creencias del mismo no son consideradas. La preocupacin ronda en torno a que, debido al
hecho mencionado de la acogida por parte de muchos jueces a demandas en sentido
contrario, si un medico lleva adelante un aborto en un contexto en el que no se ha legislado
de manera clara este se puede ver expuesto a sanciones legales por mala praxis.
...Ms arriba se dijo que el mdico es el nico habilitado a ejecutar un aborto no punible y por
ende, el principal sujeto pasible de ser imputado de cometer el delito de aborto. Ms all de lo
loable y necesario que resulta la temtica en cuestin analizada desde la ptica de la salud pblica y
de la situacin de las mujeres, no puede soslayarse que la reglamentacin de una norma confusa,
contradictoria y sujeta a fuertes embates ideolgicos, significa tambin una materia de extrema
sensibilidad y vulnerabilidad para el desempeo de los profesionales mdicos (Revista Mundo
Hospitalario Agosto-Septiembre 2012)
Esta es una objecin que se basa en una supuesta desproteccin legal en la que quedara
expuesto el mdico practicante del aborto en tanto podra quedar atrapado en un espacio de
disputa legal. No obstante, el otro tipo de enunciaciones que hace la AMM, a travs de la
Secretaria Gremial Alcira Fiorini, parece desnudar el carcter conservador de la
organizacin quien en declaraciones para la Pagina Web Frentejoven.org argument que
El mdico municipal no es abortista, sino que trabaja por la vida y que los mdicos no
desean cambios y quieren que las cosas queden como estn. Adems expres que se llego
a un consenso en hospitales y maternidades en donde el criterio que prima es el de
mantener la visin acotada en los casos de aborto no punible. Incluso la secretaria general
va ms all y critica a la Corte Suprema al afirmar que hacen una lectura de la constitucin
parcial y que le es funcional a quienes buscan un artilugio para hacerle un aborto a
cualquiera. (Di Natale M., 2014)
Dado que el nuevo protocolo que regula los abortos no punibles y la comentada reaccin de
la iglesia catlica son muy recientes, no hemos detectado an declaraciones de la AMM y
habr que considerar la posibilidad de su aplicacin con la gestin actual en CABA en los
efectores pblico que son de jurisdiccin local.
Teniendo en cuenta la problemtica de la mercantilizacin de la sexualidad, las dos
asociaciones entrevistadas Asociacin de Mujeres Meretrices de la Repblica Argentina
(AMMAR NACION) primera organizacin en constituirse desde esa identidad- y
Asociacin de Mujeres Argentina por los Derechos Humanos (AMMAR CAPITAL) desprendimiento a nivel de CABA de aqulla-, presentan concepciones diferentes sobre el
ejercicio de la prostitucin En tanto la primera considera a dichas prcticas como trabajo
y con derecho a tal la segunda la plantea como una situacin transitoria que expresa y
produce vulneraciones varias (subjetivas y objetivas).
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Sin pretende reflexionar sobre un debate que trasciende la temtica ya que, si bien gira
parcialmente en torno a las lgicas que caracterizan el accionar sindical con las que
predominan en el campo asociativo no gubernamental, subyace la problemtica de la
autonoma y el derecho al propio cuerpo de los sujetos sociales en general y de las mujeres
en particular para no citar cuestiones relacionadas fcticamente como la violencia de
gnero, la trata y la explotacin sexual.
Seguramente las implicancias a nivel personal de estos dos posicionamientos inciden en la
subjetividad as como en la salud de sus protagonistas. AMMAR NACION, reivindicando
el derecho a una legislacin especfica que proteja la tarea que realizan sus asociad@s, hace
varios aos viene reclamando por la promulgacin de una ley de Regulacin del Trabajo
Sexual Autnomo ante el Congreso Nacional ya que estiman que la actual legislacin las
hace muy vulnerables frente al accionar policial y la complicidad de los jueces, subsume y
confunde el ejercicio de su profesin autnoma con la trata y la explotacin sexual.
Estiman que si bien ejercer la prostitucin no es ilegal, hay un vaco legal muy grande.
la solucin de fondo es que se regularice nuestra actividad.
Con el lema Somos dueas de nuestro cuerpo para trabajar Georgina Orellano,
integrante de esta asociacin que desde su inicio, por mediados de la dcada de 1990, se
ubica como organizacin perteneciente a la Central Argentina de Trabajadores (CTA)
argumenta:
Nosotras somos mayores de edad y hemos optado por ejercer la prostitucin. Nadie nos oblig a
nada. Distinto es el caso de quien cae en una red de trata donde esa persona no tiene voluntad.
Nosotras hemos elegido estar en una esquina o en otro lugar
Y seala una contradiccin en algunos aspectos irrefutable: aquellas que quieren abolir la
prohibicin del aborto a partir del derecho de que las mujeres somos dueas de nuestro
cuerpo y poder decidir cundo tener familia o no,// Y se pregunta por qu nosotras no
podemos ser dueas de nuestro cuerpo para poder trabajar; ser dueas de nuestra decisin si
consideramos que somos trabajadoras sexuales. (Tiempo Argentino, 2013)
Por el contrario, en AMMAR Capital argumentan que No hay libre eleccin al
prostituirse; la prostitucin debiera dejar de ser naturalizada como una opcin aceptable
para las mujeres y advierten desde un enfoque de gnero y de derechos expresamente que:
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Y sostiene que el Estado debiera dar respuesta a cualquier persona, no slo a quienes
ejercen la prostitucin, a travs de polticas integrales en educacin, formacin laboral con
salida concreta y viviendas dignas aclarando que tambin el Estado tendra que
reconocer y respetar los derechos de todas las personas que estn en prostitucin
Consideran que no es posible separar la trata de la explotacin sexual ya que el 90% de las
mujeres desaparecidas son para este fin Eso no quiere decir que estemos en contra de
las mujeres que estn en prostitucin, todo lo contrario, estamos en la defensa de los
derechos.
Por el contrario, Georgina Orellano, secretaria adjunta de AMMAR-NACION respecto a la
propuesta de marco normativo regulatorio de la actividad explica que esta ley permitira
sacar a la luz a las trabajadoras sexuales, sacarlas de la clandestinidad, y que se apunte a los
tratantes y proxenetas, y as se rescaten a las verdaderas vctima de tata, que no somos nosotras.
De esta manera se separa el trabajo sexual de la trata, que tanto tiende a mezclarse. Boleltn
AMMAR, agosto de 2012
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5. Discusin
Si bien no pretendemos haber conformado una muestra representativa del universo de
anlisis se han consultado a las ONGS en CABA ms representativas de las dos temticas
exploradas y se relevaron las organizaciones profesionales ms importantes.
Se observa en los testimonios relevados una visualizacin unnime respecto a los
problemas del sector pblico vinculado a falencias en la implementacin de los programas,
problemticas con el personal de salud (por maltrato o insuficiente competencia), con
mayor perspectiva crtica hacia el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en tanto que
enfermera y personal mdico se lamenta por las condiciones de trabajo, las remuneraciones
y la infraestructura sanitaria existente.
De modo ms o menos amplio segn los casos, el modelo de polticas de salud al que se
aspira se liga mas con las caractersticas de un Estado de Bienestar, en sus variantes
keynesiana peronista y desarrollista, con cobertura universal y gratuidad no teniendo debida
cuenta las limitaciones existentes por las transformaciones operadas en la Argentina a partir
de la Ley 18.610/70 que generaliza la afiliacin obligatoria de todos los trabajadores
formales a la obra social de su ramo, las polticas neoliberales que se instalaron desde la
ltima dictadura militar; proceso que se agudizar en la dcada del 90 con el ajuste
estructural, la reforma del Estado, las polticas focalizadas y la privatizacin de servicios.
Se trata de medidas que apuntaron a modificar y no slo en el sistema de salud- las
reglas, sino tambin el juego y los resultados a favor del sector privado de la salud y al
desfinanciamiento y deterioro del pblico.
Con mayor nfasis entre las ON]G, las opiniones vertidas remiten y confirman los
reconocidos rasgos que presenta nuestro sistema de atencin mdica pero ahora en un
contexto sociopoltico de cambios importantes en otras reas y esferas ministeriales que se
aspira a poder lograr en el campo de la salud.
El posicionamiento de las organizaciones de mujeres entrevistadas (mayoritariamente
integradas por mujeres que, a su vez, resulta ser la poblacin objeto de sus intervenciones)
parte de un lenguaje de salud y derechos en funcin de los cuales priorizan determinadas
cuestiones y elaboran estrategias de demanda, lucha y movilizacin abierta o a travs de
otro tipo de polticas de incidencia (asistencia tcnica, lobby, etc.). Se trata de la sociedad
civil en movimiento que particip por dcadas bregando por el derecho a la patria potestad,
el divorcio vincular y el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y que
sensibiliz sobre la problemtica primero de la violencia hacia las mujeres y despus
precis el problema en trminos de la violencia de gnero y apoyaron fuertemente el
reclamo por el matrimonio igualitario y la reivindicacin de identidades no heteronmicas.
Esas demandas tuvieron respuesta legislativa, se crearon programas, se ejecutan
presupuestos y se institucionalizaron una serie de dispositivos, con funcionamiento
variable. Y ahora van por ms, en procura de ampliacin de derechos: Campaa Nacional
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por legalizacin del aborto seguro y gratuito, liderazgo o apoyo activo contra la trata de
personas, etc., etc.). A diferencia de los profesionales, no pelean por su propio campo ni
levantan intereses corporativos aunque priman objetivos particulares que, en ciertas
situaciones, se oponen a la mejor satisfaccin de las demandas que les preocupan.
Las miradas crticas registradas respecto al funcionamiento del sistema se revierten cuando
se inquiere por la legislacin y las polticas existentes en el caso de la SSxyR y la VG, las
que son apreciadas positivamente y en ese sentido hay un claro reconocimiento por los
avances.
No obstante entre la ley, lo programado y la realidad pareciera haber una notable
distancia atribuida en parte a la complejidad de las temticas, a las fallas de interconexin
en el propio sector, a la descoordinacin entre servicios y a las limitaciones que implica no
poder contar con polticas pblicas con programas intersectoriales que mejoren las
condiciones de vida de la poblacin.
La excepcin a esta visin positiva de avances radica en las polticas relativas a salud
mental en CABA Los trabajadores sociales y los psiclogos en una mirada hacia el
supuesto equipo de trabajo advierten la descoordinacin existente con los profesionales
mdicos, el telfono descompuesto y la desvalorizacin que sufren en lo institucional y
en lo profesional. En el resto de los entrevistados no se registran testimonios que apunten a
incriminar o al menos sospechar sobre el papel que juegan las propias prcticas de atencin
y las modalidades de trato que muchas veces dificultan la accesibilidad no slo al sistema
sino al uso de la palabra por parte de los pacientes lo que, incluso, puede explicar las
agresiones que relatan haber visto. Tampoco surge de los testimonios una mirada
autocrtica por parte de las ONGs.
Si bien los entrevistados de ambas muestras concuerdan en la caracterizacin negativa de la
situacin actual del sistema pblico de salud, son las asociaciones profesionales
seleccionadas - cuyo territorio de trabajo es precisamente el hospital pblico- quienes
remarcan la no correspondencia entre necesidades y demandas de la poblacin con lo que
es la actual oferta de servicios.
En general, por parte stas no se verifican esfuerzos u orientaciones tendientes a establecer
complementariedades u otro tipo de alianzas con organizaciones de la sociedad civil o
movimientos sociales que se han movilizado por el derecho a la salud.
6. Conclusiones
El posicionamiento de las organizaciones de mujeres entrevistadas (mayoritariamente
integradas por mujeres que, a su vez, resulta ser la poblacin objeto de sus intervenciones)
parte de un lenguaje de salud y derechos en funcin de los cuales priorizan determinadas
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percepcin de injusticia y que facilite su posterior apropiacin y resolucin por parte del
sistema poltico. Estamos en tiempos optimistas de la polis y de la res-publica en
Argentina y en Amrica Latina; son tiempos de desafos para la instalacin de agendas y
nuevas articulaciones sociales y polticas ya que son tiempos donde la poltica pareciera
que est colaborando como instituyente de lo social.
En sntesis, se registran avances importantes en las legislaciones y programas sobre
violencia de gnero y salud sexual y reproductiva especialmente en el sentido de haberse
superado algunos prejuicios en el sistema educativo y de salud admitindose que se
experimenta un momento de transicin. El hecho de que cada provincia decide su adhesin
a la ley es considerado una limitacin y constituye parte de este proceso
Dada la complejidad de las problemticas, una implementacin apropiada de la legislacin
de la implementacin adecuada de los programas analizados exige decisiones polticas en
concordancia con la fundamentacin de las mismas y una adecuacin presupuestaria. A su
vez, implica un involucramiento activo y responsable de distintos sectores gubernamentales
y una reformulacin de las interrelaciones entre los distintos niveles jurisdiccionales y
poderes del Estado tanto como de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y entre las
instituciones y agentes vinculados a cada una de las temticas que abordan.
Referencias bibliogrficas
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