El autor resume que:
1) La ciencia no forma parte de la cultura mexicana y ha tenido poca importancia social a lo largo de la historia de México.
2) La inversión en ciencia y tecnología en México se redujo un 60% entre 1982-1987 y los científicos reciben bajos salarios y premios.
3) La sociedad mexicana valora más a maestros y otros oficios que a los científicos, reflejando la falta de importancia dada a la ciencia.
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El autor resume que:
1) La ciencia no forma parte de la cultura mexicana y ha tenido poca importancia social a lo largo de la historia de México.
2) La inversión en ciencia y tecnología en México se redujo un 60% entre 1982-1987 y los científicos reciben bajos salarios y premios.
3) La sociedad mexicana valora más a maestros y otros oficios que a los científicos, reflejando la falta de importancia dada a la ciencia.
Descripción original:
Los incentivos para ser un científico y contribuir con el desarrollo del conocimiento
El autor resume que:
1) La ciencia no forma parte de la cultura mexicana y ha tenido poca importancia social a lo largo de la historia de México.
2) La inversión en ciencia y tecnología en México se redujo un 60% entre 1982-1987 y los científicos reciben bajos salarios y premios.
3) La sociedad mexicana valora más a maestros y otros oficios que a los científicos, reflejando la falta de importancia dada a la ciencia.
El autor resume que:
1) La ciencia no forma parte de la cultura mexicana y ha tenido poca importancia social a lo largo de la historia de México.
2) La inversión en ciencia y tecnología en México se redujo un 60% entre 1982-1987 y los científicos reciben bajos salarios y premios.
3) La sociedad mexicana valora más a maestros y otros oficios que a los científicos, reflejando la falta de importancia dada a la ciencia.
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La importancia social del
cientfico 1 SEPTIEMBRE, 1989
Ruy Prez Tamayo ( )
Espero que no se me tome a mal que empiece esta participacin sealando que por nada del mundo hubiera yo asistido a una conferencia con el ttulo de sta. Si se toma literalmente, puede decirse otra cosa que el cientfico es muy importante para la sociedad? Adems, tal verdad de Perogrullo sonara doblemente irrelevante en la Facultad de Ingeniera. Cuando recib la generosa invitacin a desarrollar el tema ante ustedes, mi primera reaccin fue no aceptar. Desafortunadamente no pude hacerlo, porque me lleg en forma de un mensaje telefnico recibido en mi laboratorio por mi secretaria cuando yo estaba ausente. Para organizar esta parte de mi presentacin me imagin que los organizadores me haban hecho la pregunta: Cul es la importancia social del cientfico en Mxico? y proced a contestarla con una sola palabra: ninguna. Sin embargo, me di cuenta que se poda alcanzar mayor precisin si la respuesta se ampliaba un poco y se divida en dos partes: el estado actual y sus causas. No creo sorprender a nadie al afirmar que el cientfico no tiene ni ha tenido importancia social alguna en Mxico a travs de toda su historia. Esta afirmacin no es gratuita ni exagerada: se basa en un numeroso grupo de indicadores que estn a la vista de todos, especialmente de los propios cientficos. De ese grupo de indicadores voy a mencionar solamente tres.
a) La ciencia no forma parte de la cultura mexicana. Por ejemplo,
en el libro Cultura mexicana moderna en el siglo XVIII, publicado por Bernab Navarro en 1964, de 221 pginas se dedican tres y media a la ciencia; en el volumen Caractersticas de la cultura nacional, publicado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM en 1969, con la participacin de Leopoldo Zea, Arturo Warman, Gonzalo Aguirre Beltrn, Carlos Monsivis y Antonio Alatorre, en 88 pginas no se menciona la palabra ciencia ni una sola vez; en el folleto La cultura nacional, publicado por la UNAM en 1983, con 13 ponencias en 107 pginas, la palabra ciencia aparece una sola vez; en el volumen Cultura clsica y cultura mexicana, de la misma institucin y del mismo ao, slo una (la ms breve) de las 11 conferencias se refiere a la ciencia mexicana de los siglos XVI-XVIII; en el hermoso libro Cultural nacional, publicado a todo lujo por el PRI en 1981, durante la campaa del entonces candidato Miguel de la Madrid, hay 28 breves ponencias debidas a la pluma de otros tantos insignes mexicanos, repartidas en 168 pginas bellsimamente ilustradas, en las que otra vez no se menciona la palabra ciencia para nada. Pero no conviene multiplicar los ejemplos para documentar algo que todos sabemos: la ciencia no forma parte de la cultura mexicana. A lo ms que se ha llegado en los ltimos cuatro sexenios, sobre todo en los discursos y las acciones oficiales, es a considerar a la ciencia dentro de un contexto netamente utilitarista, como uno de los recursos que debemos emplear para resolver los llamados problemas nacionales. b) En el periodo 1982-1987, la inversin de Mxico en ciencia y tecnologa se redujo 60%. De acuerdo con un documento reciente de la OEA, Mxico gast 1400 millones de dlares en ciencia y tecnologa en 1982, mientras que en 1987 el gasto en ese rubro fue de 500 millones de dlares. Aunque las cifras mencionadas podran discutirse, lo que nadie pone en duda es el orden de
magnitud de la retraccin en el gasto pblico en el apoyo a la
ciencia en la ltima dcada. Como dijo un presidente de Mxico: por atender a lo urgente nos hemos olvidado de lo importante. Ms recientemente, el Consejo Consultivo Cientfico le present al Presidente Salinas de Gortari un paquete de ocho medidas urgentes para preservar y reforzar a la comunidad cientfica mexicana, cinco de las cuales no afectaban al presupuesto y las otras tres s, con un mono de 145 mil millones de pesos. Estas tres medidas eran la duplicacin de todas las becas del SNI, la creacin de un programa de estmulos para profesores de tiempo completo semejante al SNI, y la triplicacin del presupuesto destinado a apoyo a proyectos de investigacin. El Presidente Salinas de Gortari aprob las ocho propuestas pero pidi paciencia para las tres que afectaban al presupuesto, en vista de que no contaba con recursos para hacerles justicia. Su argumento fue difcil de discutir, ya que ocurri precisamente en la semana en que se otorg el 25% de aumento salarial a los maestros normalistas del pas, lo que cost 800 mil millones de pesos. Como todos los mexicanos bien nacidos apoyamos el movimiento de los maestros, los miembros del CCC no dijimos nada. Pero en relacin con la importancia social del cientfico, que es lo que nos ocupa hoy, es obvio que la sociedad mexicana (a travs de sus autoridades) decidi en este caso que el maestro normalista es ms importante que el cientfico. c) En el periodo 1976-1988, la remuneracin promedio de los cientficos ha disminuido 50%. Un estudio reciente de la Academia de la Investigacin Cientfica revela que un investigador titular C, gan 640 dlares mensuales, o sea que la UNAM me ha concedido un aumento de 3.5 dlares por ao. El argumento es que si la remuneracin que se percibe por el desempeo de una actividad profesional es un reflejo de la importancia que la sociedad le concede a tal actividad, la del
investigador est muy por debajo de la de los futbolistas, los
diputados y los banqueros, o hasta del chofer de un asesor del presidente del PRI en el DF. Estos tres ejemplos son mucho ms reveladores de la verdadera importancia social del cientfico en nuestro pas que todas las acciones demaggicas y toda la palabrera barata con que desde hace tres sexenios se pretende oficialmente lo contrario. Un ejemplo precioso es la creacin del CONACyT a principios de los 70s, un organismo que empez consumiendo ms del 60% de su presupuesto en administracin y que muy pronto (con un breve periodo en que trat de ayudar de a deveras a los cientficos) se transform primero en un botn poltico, despus en una farsa y finalmente en una tragedia nacional, en parte por la lamentable calidad moral e intelectual de algunos de sus dirigentes y en parte por lo miserable de sus presupuestos. Otro ejemplo es el gran bombo y la efmera publicidad que se hace todos los fines de ao, en ocasin de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes: con todo ese ruido, podra pensarse que con el dinero del premio el cientfico galardonado podra aspirar a tomarse unas vacaciones en Europa o a comprarse un coche nuevo. La realidad es que no le alcanza ni para pasar una semana en Cancn o en Acapulco, o siquiera para cambiarle llantas a su coche viejo. El Premio Nacional de Ciencias es la mxima distincin que Mxico concede a sus mejores cientficos, el honor ms elevado al que pueden aspirar los miembros de nuestra comunidad de sabios; sin embargo, su monto econmico es tan bajo que surgen graves dudas sobre la verdadera importancia social que el pas (a travs de sus gobernantes) le concede a la ciencia. A qu se debe que la investigacin cientfica no tenga la menor importancia social en nuestro pas? Desde luego, descarto dos de las respuestas que se han dado a esta pregunta: la primera,
porque los mexicanos no tenemos la capacidad mental necesaria
para hacer buena investigacin (opinin expresada pblicamente por un ex-Director General de CONACyT, que se crea muy gracioso); la segunda, porque los cientficos de Mxico hemos estado trabajando recluidos en una torre de marfil, interesados en asuntos esotricos o relacionados con la ciencia internacional, pero siempre alejados de los verdaderos problemas nacionales (postura sostenida por polticos de segunda, periodistas, locutores de la televisin y otros expertos semejantes). Para comprender las causas de nuestro subdesarrollo cientfico conviene examinar la historia de Mxico desde sus orgenes, o sea a partir del encuentro de las culturas mesoamericanas con la europea, a fines del siglo 15 y principios del 16, y desde entonces hasta nuestros das. Tal encuentro ocurri entre distintos grupos culturales de Mesoamrica (mexicas, chichimecas, tlaxcaltecas, zapotecas, mayas) y Espaa, en el mismo ao en que la Madre Patria culminaba la reconquista de su territorio y expulsaba de l no slo a los ltimos rabes sino a todos los judos sefaraditas, en un intento de recuperar tambin el control de su economa. En esos aos ya se sentan en Europa los inicios del renacimiento artstico y humanista, de la reforma religiosa y de la revolucin cientfica, que finalmente lograron transformar al mundo de medieval en moderno. Las nuevas corrientes ponan en duda el derecho divino de reyes y papas al poder, la autoridad de las Sagradas Escrituras y la desigualdad esencial y hereditaria de la sociedad, oponindose a la esclavitud y afirmando la libertad como un derecho inalienable de todos los hombres. Ante la oportunidad de escoger entre la modernidad y el medioevo, Espaa se inclin por este ltimo y se convirti en la campeona de la fe catlica romana y de la monarqua hereditaria, combatiendo ferozmente a todas las ideas que pudieran apartarla de su antigua estructura. Fue con ese espritu mesinico medieval
que se realiz la conquista de los pueblos mesoamericanos y se
establecieron las colonias de la Nueva Espaa, que de nueva slo tuvo la geografa. Durante los tres siglos de dominacin espaola, la Madre Patria vigil con celo y atingencia que no llegaran a sus colonias de la Nueva Espaa las ideas herejes, antimonrquicas y liberales que se diseminaron en el resto de Europa, con resultados tan abominables como la diseminacin del protestantismo, el crecimiento de la actitud inquisitiva e irreverente de la ciencia, y la abolicin de la monarqua y de la esclavitud, conquistadas por la revolucin francesa para todos los hombres del mundo en 1789. Con el apoyo de la Santa Inquisicin, Espaa cerr sus fronteras y las de sus colonias a todas esas influencias perniciosas, usando el potro y la hoguera para eliminar a los convertidos y amedrentar a los interesados. Pero todo el que pelea contra el tiempo y el curso de la historia est destinado a perder: a principios del siglo 19 la filtracin de la modernidad a travs de los burdos retenes medievales de la colonia era ya generalizada y en unos cuantos aos gener tal descontento que la Nueva Espaa entr en guerras de independencia casi simultneas a lo largo de todo el continente, de las que fueron surgiendo los pases latinoamericanos. Durante toda la colonia, las humanidades y las artes pudieron desarrollarse con libertad, tal como ocurra en la Madre Patria, siempre y cuando no estuvieran comprometidas ni poltica ni filosficamente con ideas reformistas o antidogmticas. Con la culminacin de la guerra de independencia Mxico naci como pas libre pero no tranquilo: todo el resto del siglo 19 y la primera tercera parte del siglo 20 el pas sufri varias invasiones, dos imperios, levantamientos militares, la prdida de ms de la mitad de su territorio, muchas revoluciones, una dictadura de 30 aos, y una revolucin ms, antes de alcanzar la paz social.
Hasta entonces, cuando se apag el escndalo de las
ametralladoras y se sediment el polvo levantado por los cascos de los caballos, se dio la oportunidad para que se iniciara el desarrollo de la ciencia mexicana. Como todos sabemos, esto apenas ocurri hace menos de 60 aos. En un lapso tan breve era improbable que una estructura tan diferente y (en apariencia) tan opuesta a los valores tradicionales del medioevo (Dios y Rey), que todava estn tan profundamente arraigados en nuestra cultura, pudiera incorporarse a la cultura del pas. Ms bien creo que debemos felicitarnos de que, dadas las difciles circunstancias histricas y sociales mencionadas, Mxico ya cuente en la actualidad con la comunidad cientfica que tiene. Somos muy pocos y todava no se nos concede importancia social alguna. Pero ya estamos aqu, y si persistimos en afirmar nuestra presencia y seguimos el mandato bblico: Creced y multiplicaos, estaremos del lado de la historia. REVISTA NEXOS