Heinich Nathalie - Sociologia Del Arte
Heinich Nathalie - Sociologia Del Arte
Heinich Nathalie - Sociologia Del Arte
Nathalie Heinich
La
s o c io lo g a
DEL ARTE
306.47
HEI
Heinich, Nathalie
Sociologa del arte - 1? ed. Buenos Aires: Nueva
Visin, 2002
128 p.; 19x13 cm. (Claves. Dominios)
Traduccin de Paula Mahler
ISBN 950-602-447-2
I Ttulo -1 . Arte -Sociologa
La sociologie de lart
O ditions La Dcouverte, Paris, 2 0 01
INTRODUCCIN
So
c io l o g a d e l o s s o c i l o g o s d e l
ar t e
a e s p e c ific a c i n de la s o c io lo g a
L a e s p e c ific a c i n d k l a r t e
4
Yann Darr, Histoire sociale du cinma, La Dcouverte, .Repres,
Paris, 2000.
PRIMERA PARTE
HISTORIA DE LA DISCIPLINA
I. DE LA PREHISTORIA
A LA HISTORLV
E l d b il a p o r t e d e l a s o c i o l o g a
L a t r a d i c i n de l a h i s t o r i a c u l t u r a l
15
T r e s g e n e r a c io n e s
a r t e
a t r a d i c i n m a rx is ta
L a e s c u e la de F r a n c fo r t
E l a u ra de W a l t e r B en ja m n
L a s o c io lo g a de P ie r r e F r a n c a s t e l
F r a n c a s t e l , d e l a r t e a l o s o c ia l
25
Un e s t a d i o p s i c o l g i c o
Esta primera generacin, la de la esttica sociolgica, se
prolong Hnrantp rmirhn tiprnpo despus de su surgimiento, a
travs de propuestas esencialmente especulativas: por ejem
plo, la inglesa Janet Wolff (1981. 1983) reflexion sobre la
perspectiva materialista y sobre sus lmites, especialmente lo
que se denomina su rcdnrrionisma, su tendencia a no
en evidencia determinantes materiales o sociales. Pero esta
apertura intelectuaTT^nque^e?uct^a~~e~lirvadora^ no
desemboc en verdaderas investigaciones: entre el arte y lo
social, el distanciamiento que deba permitirle a la sociologa
aprehender el arte tocTava licTconssfia en otra cosa que_
intenciones, seala Antoine Hennion en su balance de la
disciplina (1993, p. 90).
Con el paso del tiempo, las diferencias entre las tres
grandes corrientes de la esttica sociolgica aparecen con
mayor claridad: si bien tienen en comn el hecho de quitarle
autonomLal arte almvs delaiiiyestiga.cioii.de los-vnculgs
entre arte v,sociedad, niaiiejiLTLde,mLifkr.anre la cuestin
normativa del valor que le otorgan a su objeto. Efectivamente,
podemos afirmar esquemticamente que la tradicin marxisartsticas a determinaciones extra estticas: la histo
ria del arte sociologizante alia la heteronoma y la idealizacin
al otorgarle poderes^oHales^^rt eVTaesc uel a de Francfort
tamBIn alala heteronoma y la desidealizacin al apelar.
cpsde una perspectiva poltica guano eala de Franr.astaL.a-ia
autonoma del arte en contra de la alienacin de lo social.
,
Por supuesto que existe una importante renovacin en
relacin con la tradicin esttica y la apertura de un nuevo
campo de la sociologa. Pero, ms all de las diferencias entre
estas corrientes, los puntos dbiles permanecen y denotan ya
sea una falta de autonoma del provecto sociolgico en_rglacin con la historia del arte, de la msica o de la literatura,
ya sea uriTestadio todava poco desarrollado de la propia
sociologa?
~
ETprimer punto dbil consiste en un fetichismo de la obra,
casi siempre ubicada - y preferentemente en sus formas ms
reconocidas- como punto de partida de las reflexiones, en
tanto que otras dimensiones de la experiencia esttica -e l
proceso creador, el contexto y las modalidades de recepcin26
e n
l a s o c ie d a d
o c ie d a d
o c ie d a d
M e c e n azg o
In s t
it u c io n e s
30
CONTEXTU ALIZACIN
De manera ms general; muchos historiadores del arte se
dedicaron al contexto de produccin o de recepcin de las
obras. Algunos insistieron en la dimensin material, como el
norteamericano Millard Meiss, que propuso ver en la gran
peste del siglo xiv una condicin externa determinante para
la produccin pictrica de la Toscana y seal el incremento
de religiosidad consecutivo de la epidemia y su uso por los
conservadores polticos y religiosos en contra del arte huma
nista (Meiss, 1951). Otros trabajaron simultneamente sobre
la dimensin material y cultural. As, en Francia, Georges Duby explic el surgimiento de nuevas formas artsticas en el
siglo xiv a partir de la interaccin de tres factores que iban
del ms material al ms cultural: los cambios geogrficos en
el reparto de las riquezas, con la aparicin de un nuevo tipo de
clientes; las nuevas creencias y mentalidades, con la difusin
de la cultura corts, y la dinmica propia de las formas
expresivas, que impuso la bsqueda de soluciones propiamen
te plsticas (Duby, 1976).
Cuando leemos estos diferentes trabajos, comprobamos
que, en un cierto grado de detalle de la investigacin, la
perspectiva estrictamente materialista debe ceder el paso a
parmetros menos econmicos -o menos heternomos- y
ms respetuosos de la especificidad de las determinaciones
propias de la creacin -o ms autnomas- . La consideracin
del contexto cultural, ms que del contexto material, fue lo
que nutri los trabajos ms productivos de la historia social
del arte en el camino abierto por la historia cultural de que
hablamos en el primer captulo.
Los historiadores y los historiadores del arte contribuyeron
ampliamente a poner en claro esta cuestin del contexto
cultural. En Gran Bretaa, Raymond Williams (1958) estudi
la genealoga de la aparicin de los trminos culturales, los
cambios en la naturaleza autor-pblico y, tambin, el naci
miento de una autonoma del autor. Peter Burke se dedic,
desde una perspectiva pluridisciplinaria, al funcionamiento
del sistema del arte dentro de la sociedad (Burke, 1972) y
tambin a la cultura popular, cuyas formas de transmisin,
gneros especficos, protagonistas y transformaciones recons
tituy (Burke, 1978). Otro ingls, Timothy Clark, se interes
por la Francia del siglo xix: primero estudi en el perodo 18481851 las relaciones entre los artistas (especialmente Courbet,
31
La pintura era todava algo demasiado importante como para que quedara
abandonada nada ms que a los pintores , resuma Baxandall en su primer
libro Painting and Experience in Fifteenth-Century Italy. En esa poca,
en efecto, una pintura, en su opinin, era el producto de una relacin
social al mismo tiempo que un fsil de la vida econmica".
En un primer captulo estudia la estructura del mercado y muestra el papel
primordial del dinero y de la demanda, con las restricciones inscriptas en
las convenciones y en los contratos; de este modo, explica cmo el cliente,
cada vez ms sensible a las cualidades del artista, poco a poco deja de ser
un demandante de objetos para convertirse en un comprador de talentos".
En un segundo captulo, se dedica a las disposiciones visuales de los
sujetos: cmo se miraba un cuadro o cul era la funcin religiosa de las
imgenes. Se interesaba por la cultura profana: fisiognomona (o significa
cin de los rasgos de la cara), lenguaje de los gestos, escenografa, danza,
dramas sagrados, simbolismo de los colores, tcnicas de medicin y
estudio de las proporciones, aplicaciones de la geometra y de la aritmtica
al comercio.
Finalmente, el tercer captulo trata sobre el equipamiento intelectual, dicho
de otro modo, sobre la mirada moral y espiritual a travs del anlisis del
vocabulario de un erudito, Cristforo Landino. De este modo demuestra
que la pintura, ms que un objeto de especulaciones puede ser considerada
como un material pertinente para la historia social .
Esta atencin al contexto cultural de las prcticas artsti
cas tambin se encuentra en la historiadora del arte norte
americana Svetlana Alpers. En El arte de describir (193)V
observ de cerca la cultura visual de los contemporneos d
los grandes pintores holandeses y, especialmente, el uso de la '
cartografa. En El taller de Rembrandt {19o8), analiz la ma
nera en que Rembrandt construy de mltiples modos la
Af
ic io n a d o s
<
proeEaslnifaD^
41
IV.
TERCERA GENERACIN:
SOCIOLOGA DE CUESTIONARIOS
c o m o s o c ie d a d
A r tis ta s
i
O
In s t it u c io n e s
**
br as
In s titu c io n e s
e d ia d o r e s
t
P
b l ic o
L a s o c i o l o g a d e l a r t e t i e n e u n a h is t o r i a
Un
pr e c u r s o r
: R o g e r B a s t io e
Ba l
ances
."TnZa
45
'
i
SEGUNDA PARTE
RESULTADOS
V. RECEPCIN
ILos que los miran hacen los cuadros deca el artista Marcel
Duchamp en la poca en la que el antroplogo Marcel Mauss
explicaba que los clientes del brujo volvan eficaces sus pode
res mgicos porque crean en ellos. sta podra ser la palabra
principal de un manifiesto constructivista, cuyo objetivo
fuese demostrar que, como todo fenmem^social, el arte
cmi&liiygjmjdatu natural, sinojj.ii_Lmen>jcmistrukla^
La sociologa del arte, sin embargo, no debera ni siquiera
necesitar estas afirmaciones para interesarse por los pblicos, su morfologa, sus comportamientos, sus motivaciones__
sus emociones: Finalmente apartada de un proyecto explicalivo centrado en las obras, conquist el derecho a observar^
cualquier p u ^ oHileFmm^
sin que seTa llame al
grden ni se le recuerdenTos^vlors estticos, ni sele Egan~
demostraciones sociologistas. EJ1 estudio de la recepcin no_
lleva a una mejor comprensin en ltima instancia (segn la
expresin usada por los pensadores marxistas a propsito de
las determinaciones econmicas), de las obras: solamente
conduce a un conocimiento de la relacin que los actores
mantienen con los fenmenc^iartsticQS-r^y-sii>4 ^es-iiiucho-.
a m o r f o l o g a d e l o s p b li c o s
Prim ario
Primer
Ciclo
Agricultores
Obreros
Artesanos
y comerciantes
Empleados,
puestos medios
Cuadros sup.
Profesionales,
especialistas
en arte
0,2*
0,3
0,4
1,3
20,4
21,3
1,9
2,8
30,7
59,4
4,9
2,8
2,0
19,9
12,3
73,6
64,4
77,6
9,8
43,3
(68,1)
153,7
(163,8)
151,5
Total
2,3
24
70,1
80,1
6,2
Sexo Masculino
Sexo Femenino
1
1,1
2,3
2,3
24,4
23,2
64,5
87,9
65,1
122,8
6,1
6,3
15 a 24 aos
25 a 44 aos
45 a 64 aos
65 aos y ms
7,5
1
0,7
0,4
5,8
1,1
1,5
1,6
60
14,7
15,3
5,3
286
40,6
42,5
24,6
258
70,5
69,8
33,2
21,3
5,7
3,8
1,6
Bachi
lle ra to
Lie ene.
o ttulo
superior
Total
0,5
1
S o c io l o g a d e l g u s t o
L a D is tin c i n
52
P r c t ic a s c u l t u r a l e s
clases medias que el del Grand Palais, que pertenece mayoritariamente a las clases superiores); q bien se trata de una inten
sificacin de la prctica de las mismas categoras sociales, que
se ven ms atradas a los museos por la multiplicacin de las
exposiciones y por el aumento del tiempo que dedican al ocio.
E l d e s a r r o llo de la s exposiciones
Per
c e pc i n e s t t ic a
La G l
o r ia d e
V an G ogh
58
A d m ir
a c i n a r t s t ic a
60
VI. MEDIACIN
L as pe r s o n a s
en France (1967). Procedi a travs de entrevistas yobservav.observ la construccin de valores rtslJcos desde el mbito financiero de los pintores hasta las
reputaciones postumas, a travs de la accin de estas diferen
tes categoras de profesionales, con intereses a veces comple
mentarios y a veces divergentes. Una perspectiva de este tipo
permitelucidar simultneamente qu es comn entre el arte
yotros campos -intereses financieros, profesional ismo, clcu
los- v qu es especfico de aqul: especialmente el papel .que
juegaparalaposteridad, que es una dimensin fundamental
del xito artstico y, tambin, la importancia acordada a la
pocin de rareza (ya sea material, con las obras nicas, ya sea
estilstica, con la originalidad), que es un factor constante de
enriquecimiento de las obras (Moulin, 1995).
Veinticinco aos ms tarde, el mismo enfoque le permiti
estudiar, conLArtiste, linstitution et le March ( 1992), las es
pecificidades ya 'o'^d'lit'hoHrn,sinodel alftecontempo^
Tneo. e espisciala accin pnmorSial de las instituciones,
con el desdoblamiento de la produccin entr un arte orientadoTacia emercado! yjin arte-orientadoliacia..elmuseo.
Eir sociologa del mercado del arte tambin pudo concen
trarse en ciertas categoras de actores, como los expertos
(Moulin y Quemin, 1993) o los tasadores (Quemin, 1997).
Otros trabajos parten de puntos de vista anlogos. Liah
Greenfeld, por ejemplo, relacion estilos, tipos de xitos y
categoras de pblicos en Israel y mostr cmo dos tipos de ca
rrera se abren segn que se trate de arte abstracto o figurativo,
con categoras distintas degatekeepersicrticos, conservadores,
galeristas) y cmo, con el nacimiento del conceptualismo en los
aos sesenta crecieron la contextualizacin de la relacin con el
arte y la imposicin de un nico criterio de innovacin (Green
feld, 1989). En los Estados Unidos, Stuart Plattner (1996),
trabaj sobre la ciudad de Saint Louis y concentr su anlisis en
el mercado local. De este modo pudo describir la economa de las
relaciones entre artistas, vendedores y coleccionistas.
Cuando nos enfrentamos a los actores ms implicados en la
circulacin de los valores monetarios relacionados con el
arte, como los galeristas, nos acercamos a la_economa del ar
te, disciplina que tambin se desarroll -especialmente en
relacin con las industrias culturales- y a la que no nos
dedicaremos aqu.2 Tambin se puede adoptar un punto de
2
Franoise Benamou, LEconomie de la culture, La Dcouverte, Re
pres, Pars, 2001.
62
y e l d in e r o
L a s in s t it u c io n e s
65
T e o r a s d e l a me d ia c i n
69
S o c io l o g a d e l a me d ia c i n
S o c io l o g a d e l r e c o n o c im ie n t o
Il
n a j e r a r q u a e s pe c f ic a
L a fr a g ilid a d de la s in s titu c io n e s
76
VII. PRODUCCIN
o r f o l o g a s o c ia l
El
c r it e r io d e v i s i b i l i d a d
So
c io l o g a d e l a d o min a c i n
c a mp o
h a b it u s
S o c io l o g a in t e r a c c io n is t a
fnnrhirn deducir las razones que pupden tener los actores para
sostener este tipo de representaciones, cualquiera sea su grado
de pertinencia en relacin con los objetos en cuestin, y tanto
ms cuanto esa pertinencia es dbil?
~~Dicho de otro n7odK7erp^TdeT~socioIoga debe limitarse
a demostrar la relatividad de los valores o tambin reside en
I comprender cmo y por qu los actores los consideran valores
absolutos? Para cualquier socilogo aqu hay una decisin
fundamental que vuelve insoslayable el trabajo sobre el arte.
Si bien es indispensable el establecimiento de los hechos para
un censo de las representaciones (operacin particularmente
necesaria y rica en un campo muy teido por los valores, como
el del arte), eso no significa que el socilogo deba elegir entre
dos opciones: o detenerse en este primer estadio, de acuerdo
con el proyecto positivista, de manera de decir la verdad que
las representaciones disimulan, de acuerdo con el proyecto
crtico, o bien convertir a este primer estadio en un simple
momento del proyecto -de inspiracin antropolgica- que
consiste en extraer las lgicas que pertenecen a la formacin
y a la estabilizacin de las representaciones.
Beck er
Bo ur
d ie u
S o c io l o g a d e l a id e n t id a d
El M
o za r t
n t N o r b e r t E lia s
85
La
pal abr a
a r t is t a "
89
VIII. LA CUESTIN
DE LAS OBRAS
L a c o n min a c i n a h a b l a r d e l a s o b r a s
O br a, o bj et o , per so na
Una tela de Van Gogh usada por uno de sus vecinos para tapar un agujero
en un gallinero, era -o sigue siendo- una obra?
Obra es, en un primer sentido, un objeto artstico creado por un autor.
Para que sea percibida como una obra y no como un objeto (una cosa),
tiene que cumplir con tres condiciones: primera, que no tenga otra
funcin que la esttica (funcin utilitaria, funcin cultural de devo
cin, funcin mnemnica, funcin documental, funcin ertica, etc.);
segunda, que a travs de la firma o de la atribucin, se la vincule al nombre
propio de un artista o a su equivalente si su autor es desconocido
( maestro d e ... ); tercera, que sea singular, es decir, no sustituible, a
causa de su originalidad y su unicidad (Heinich, 1993 b).
En un segundo sentido, obra designa el conjunto de las creaciones que
se atribuyen a un autor: conjunto abierto cuando est vivo, cerrado
cuando est muerto. En este ltimo caso, la delimitacin de su obra
puede, sin embargo, modificarse considerablemente, como en el caso de
Rembrandt, blanco de una reciente operacin de reatribucin que consisti
en imputar ciertas telas propias a su taller (sus asistentes). Esta
operacin se bas en una concepcin anacrnica del trabajo artstico,
ampliamente colectivo en la poca de Rembrandt y que recin se
individualiz en el siglo xix. La obra" y su autor son, suceda lo que
suceda, entidades inseparables que se definen mutuamente, como lo de
mostr Michel Foucault (1969). El inters de que ha sido objeto la vidade
Van Gogh es prcticamente equivalente al que se le prest al alcan-ce
de su obra.
Esta inseparabilidad de la nocin obra-autor recibe variaciones
considerables entre el polo del objeto (obra) y el polo de la persona
(autor). Efectivamente, se supone que la apreciacin culta tomar como
meta la obra de arte (es el polo de la admiracin, centrado en la obra),
mientras que la apreciacin popular se dirige ms bien al autor, a travs
de la biografa y de los relatos de sus eventuales sufrimientos (el polo
personalista). Cuando valoran la singularidad, el primer enfoque produce
una esttica de la obra de arte (formalismo) y el segundo una psicologa
de la creacin (biografismo); cuando valoran la universalidad, el primero
produce una mstica de la obra de arte y el segundo una tica del
sufrimiento (hagiografa). Cuanto ms arriba estemos en la jerarqua de
los valores intelectuales, ms se privilegia la esttica frente a la biografa
y el distanciamiento del anlisis que afecta a los objetos ms que a la
implicacin emocional del admirador en empatia con un creador.
La nocin de obra oscila, por consiguiente, entre los dos polos opuestos
de los objetos y de las personas. Por eso la sociologa del arte, antes de
hablar de las obras debera interesarse por dilucidar en qu condiciones
stas se perciben y se procesan como tales y por qu autores (Heinich,
1997 b).
92
Ev a l
uar
l a c u e s t i n d e l
r e l a t iv is m o
Las f r o n t er as o el ar t e
In
t e r pr e t ar
l a
c u e s t i n
de
l a
e s p e c if ic id a d
Obser
var
po r u n a s o c io l o g a p r a g m t ic a
a g m t ic a d e u n a in s t a l a c i n
101
Conclusin
UN DESAFO
PARA LA SOCIOLOGA
Dar l
e a u t o n o m a a l a d is c ip l in a
E sc a pa r
d e l s o c io l o g is m o
Sa l
ir d e l a c r t ic a
La
a m b iv a l e n c ia d e l a g e n e r a l iz a c i n
D e l o n o r m a t iv o a l o d e s c r ip t i v o
Sociologa crtica o sociologa de la crtica? sta es una
eleccin fundamental para la sociologa, entre una orienta
cin normativa -la que sigui mayormente la sociologa del
arte desde sus orgenes-y una orientacin analtico-descriptiva. En el primer caso, se trata de oponerse a los juicios de
valor ordinarios, por ejemplo, sobre la construccin de la
importancia en el arte a travs del ascenso de la singulari
dad y el ascenso en objetividad se logra mostrar que uno se
apoya de hecho en caractersticas comunes y el otro en una
subjetividad. En el segundo caso, se trata de que el investiga
dor suspenda todos los juicios de valor, de acuerdo con el
precepto weberiano de neutralidad axiolgica, de manera
de tomar a los valores como objeto de la investigacin. Ahora
bien, esta decisin es, por supuesto, especialmente crucial
cuando el objeto del socilogo tambin est cargado de valo
rizaciones como en el caso del arte, en el que esto sucede por
definicin.
107
A r t e y p o l t i c a
H a c ia u n a c u a r t a g e n e r a c i n ?
Ar
t e y s in g u l a r i d a d
112
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NDICE
I n t r o d u c c i n ..........................................................................................5
Sociologa de los socilogos del a r t e ...........................................6
La especificacin de la socio lo ga ................................................ 7
La especificacin del a r t e ................................................................8
P r ime r a
H is t o r ia
pa r t e
d e l a d is c ip l in a
I. D e l a pr e h is t o r ia a l a h i s t o r i a ...............................................12
El dbil aporte de la sociologa.................................................. 12
La tradicin de la historia cu ltu ral..........................................13
La perspectiva segn Erwin Panofsky ............................. 15
Tres g e n era cio n es.............................................................................16
II. P r ime r a g e n e r a c i n : e s t t ic a s o c i o l g i c a ...................... 18
La tradicin m a r x is ta ..................................................................... 19
El Dios oculto de Luden Goldmann .................................. 20
La escuela de F ra n cfo rt.................................................................22
El aura de Walter Benjamn ................................................. 23
La sociologa de Pierre F ra n ca ste l...........................................23
Francastel, del arte a lo social............................................. 24
U n estadio p sico l gico ....................................................................26
III. S e g u n d a g e n e r a c i n : h is t o r ia s o c i a l ............................... 28
M e c e n a z g o ............................................................................................ 28
In stitu ciones........................................................................................ 29
C o n tex tu a liza ci n .............................................................................31
La cultura visual de Michael Baxandall....................... 33
A ficio n a d o s........................................................................................... 34
Los redescubimientos de Francis Haskell ...................... 35
La esttica segn Philippe Junod ....................................... 37
125