c6 La Estructura Del Grupo
c6 La Estructura Del Grupo
c6 La Estructura Del Grupo
En Introduccin a la Psicologa de los Grupos de Francisco Gil Rodrguez y Carlos Mara Alcover de la
Hera (Coordinacin y direccin), 1999, Ediciones Pirmide, Madrid
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6.1. Introduccin
Los elementos o aspectos que configuran la estructura del pequeo grupo son
numerosos. Algunos de ellos poseen una larga tradicin y ocupan un lugar mere-
cidamente destacado en las ciencias sociales. Otros han pasado a formar parte de
la investigacin en poca ms reciente. Al ocuparse de los aspectos configurado-
res de la estructura del pequeo grupo, Levine y Moreland (1990) se refieren expl-
citamente a cuatro de ellos: sistema de estatus, roles, normas y cohesin. En su
anlisis posterior, estos mismos autores aaden uno ms, la cultura. Forsyth (1990)
presenta coincidencias, dentro de un marco algo ms amplio. Constituyen ese mar-
co los roles, la autoridad, la atraccin, la comunicacin, las normas y las estruc-
turas de recompensa del grupo.
En El sistema social, Talcott Parsons (1966, pgs. 44 y ss.) parte del acto como
unidad del sistema social y describe el.estatus-rol como una unidad de orden supe-
rior al anterior, indispensable para un anlisis ms macroscpico. Al referirse al
sistema social, Parsons lo hace en trminos de un sistema de procesos de interac-
cin entre actores: la estructura de las relaciones entre actores, en cuanto que
implicados en el proceso interactivo es esencialmente la estructura del sistema
social. Es decir, la idea de estructura o de sistema formado por partes que man-
tienen una relacin dinmica aparece tambin en esta gran figura de la sociologa
contempornea que, adems, adjudica un lugar central a lo que muchos conside-
ran el objeto de la psicologa social: la interaccin.
Dicho aspecto posicional tiene una contrapartida denominada por Parsons pro-
cesual. Es lo que el actor hace en sus relaciones con otros, pero no se trata de
acciones de cualquier tipo, sino de aquellas que poseen significado para el siste-
ma social. En este caso se trata del rol.
Frecuentemente, las personas interactan por cierto tiempo en relacin con las
actividades que les llevan a reunirse. Poco a poco, su conducta y expectativas en
relacin a sus conductas recprocas se van configurando hasta cobrar una organi-
zacin estable, esto es, hasta formar una estructura. Entre las evidencias ms cla-
ras de este fenmeno pueden citarse tres experimentos sobre la fonnacin de gru-
pos y sobre las relaciones entre varios grupos~ cuya interaccin se prolong durante
semanas (Sherif, 1956, caps. 6 y 9), as como varios estudios sobre grupos espon-
tneos Sherif y Sherif, 1964). En esos trabajos la aparicin de organizacin se defi-
ne en funcin de las relaciones de rol y estatus. Es importante destacar que en
esos encuentros no existan prescripciones concretas acerca de la conducta (no
exista un deber ser previo definido socialmente). Se observa adems que lo que
cada miembro aporta a la tarea difiere de una actividad a otra. Por esa razn, el
grado de participacin y relevancia de las personas en el grupo vara y tiende a
depender de factores distintos, como habilidades, temperamento, recursos, etc. Lo
importante es que, conforme va transcurriendo el tiempo, tiene lugar una dife-
renciacin de los roles o papeles de los miembros del grupo, de acuerdo con la
ejecucin de la tarea, las cualidades exhibidas, as como con la evaluacin de
tales papeles, entendiendo por evaluacin diferencias de prestigio, respeto, etc. La
consecuencia de la diferenciacin de estatus en los grupos es la variacin entre los
miembros en lo que respecta a capacidad para iniciar actividades, coordinar la inte-
raccin e imponer conectivos a las desviaciones. No estara de ms advertir que
el estatus en un grupo no tiene por qu equivaler a popularidad y simpata, del
mismo modo que tampoco es equiparable a poder en el sentido ms crudo de la
palabra. Por ejemplo, a pesar de que las pandillas estudiadas por W. F. Whyte
(1943) en La sociedad de las esquinqs apreciaban altamente la rudeza y el valor,
el estatus no dependa sin ms de esas cualidades, sino ms bien de las obliga-
ciones mutuas que iban apareciendo y de la seguridad de que los miembros las
cumpliran.
Zurcher (i980), en su estudio sobre los roles sociales los has descrito como
conducta que se espera de los individuos que ocupan categoras sociales panicu-
lares. La definicin es aparentemente clara, pero slo aparentemente, porque tales
categoras pueden incluir posiciones en sistemas sociales formales (por ejemplo,
padre de familia o maestro), otros menos formales (miembro de una audiencia o
cliente de un supermercado), estatus que reflejan los valores culturales de una
sociedad (ciudadano responsable, trabajador duro), y as sucesivamente. Por tan-
to, es evidente que el trmino rol en las ciencias sociales es polivalente. Zurcher
destaca algo ms: las expectativas se refieren a lo que la persona en una posicin
debera hacer. Como veremos ms adelante, esto significa que los roles suelen
estar vinculados a las normas.
Como nos recuerdan Sarbin y Allen (1968), la palabra rol procede del latn
rotula, trmino utilizado para designar una hoja de pergamino enrollado alrededor
de un cilindro de madera en donde estaba escrita la parte del guin que le corres-
ponda al actor y que ste llevaba en la mano durante la representacin teatral.
Una distincin genrica distingue entre roles formales, en general, los que estn
asociados a posiciones claramente definidas en un grupo u organizacin (por ejem-
plo, supervisor, presidente de un comit, mdico de un hospital), y roles informa-
les, como los de novato o veterano en un grupo. La investigacin tiende a cen-
trarse en mayor medida en los roles informales, debido al mayor peso que tiene
en ellos el componente subjetivo.
Ciertos roles poseen un carcter general, mientras que otros son bastante espe-
cficos de cada grupo, reflejando, por tanto, sus peculiaridades, que pueden ser
excepcionales. El rol de lder es aparentemente uno de eso roles universales.
Tambin se repite en la mayora de las culturas el rol de novato, que ejemplifica
el proceso mediante el cual un no miembro se integra al grupo, lo que supone
esencialmente un proceso de aprendizaje de sus normas, y de las exigencias de su
rol, en particular. Como sealan Moreland y Levine (1989), en este caso cumplir
eficazmente las expectativas incrementa la probabilidad de aceptacin. En parti-
cular, se espera del novato que sea ansioso, pasivo, dependiente y conformista.
Tales rasgos facilitan la aceptacin por parte de los veteranos, lo que hace posi-
ble una rpida socializacin. El rol de cabeza de turco es otro rol genrico: des-
de el punto de vista socioanaltico su funcin consiste en convertirse en deposita-
rio de las cualidades negativas que los miembros de un grupo no saben manejar.
Hay cierta evidencia favorable a la idea de que la diferenciacin de roles mejo-
ra el funcionamiento del grupo (Roger y Reid, 1982), entendiendo por tal cosa una
tendencia ms o menos pronunciada a organizar la actividad, de tal manera que
sus distintos aspectos sean realizados por distintas personas. Ahora bien, el pro-
ceso de asignacin de roles, que establece quin debera desempear qu roles,
plantea ciertos problemas, entre los que Moreland y Levine (1982) destacan: a) falta de
conocimientos, capacidad o motivacin para desempear el rol adjudicado; b) falta de
consistencia entre el nuevo rol y el que se desempeaba anteriormente; c) falta de
consenso respecto a cmo debera desempefarse un rol y quin es el miembro ms
apropiado para hacerlo, y ~ dificultades que plantea la transicin de rol (desplazamiento
de un rol a otro).
Una pregunta que se han formulado los investigadores del rea del grupo
pequeo es cmo surgen y se desarrollan los roles. Como es sabido, en esa gne-
sis, la aparicin de los roles de tarea precede a la de los socioemocionales (Bu-
ke, 1967 y 1968). Bormann y Bormann (1988) proponen una secuencia compues-
ta por varias etapas. En el inicio del proceso: a) surgen ciertas necesidades (la ms
frecuente es la de liderazgo o direccin), lo que conduce a b) expectativas en rela-
cin con la posible aparicin de ese tipo de conducta, de modo que c) si alguien
exhibe la conducta en cuestin es recompensado por los miembros del grupo, con
lo que, d) aumenta la probabilidad de que esa pauta de conducta (liderazgo en este
caso) se reitere. Bormann y Bormann destacan que las expectativas de conducta
no son personales, sino abstractas, es decir, se refieren a las exigencias relativas
a una posicin o estatus, cualquiera que sea el ocupante. Levine y Moreland (1998)
presentan distintas objeciones a este planteamiento. Se preguntan qu necesidades
poseen diferentes tipos de grupos y cmo surge en el grupo la conciencia respec-
to a tales necesidades. Ante la posibilidad de que nadie en el grupo exhiba el tipo
de conducta requerido sugieren que quiz ciertos roles podran ser importados de
otros grupos que cumplen una funcin modlica.
Ahora bien, el desempeo de roles presenta dificultades que han sido amplia-
mente estudiadas por la Psicologa Social. Las expectativas que genera el rol sir-
ven de gua cognitiva de la conducta y se supone que basta con conocer y acep-
tar esas guas para que el rol sea correctamente desempeado. Sin embargo, ese
proceso de adaptacin no es simple ni automtico. Una de las razones es lo que
se ha dado en llamar tensin de rol. Hackman y Secord (1966) la describen en
trminos de incomodidad o inquietud experimentada por los individuos cuando
tratan de cumplir con las expectativas de rol.
Segunda fase: conflicto. Emergen nuevos roles cuya funcin es bregar con la
tensin existente. Entre ellos se encuentran el ejecutor (expresa el descontento), el
tipo simptico (muestra afecto y comprensin hacia todas las partes), el bromista
(expresa humor y gasta bromas en las reuniones de grupo) y el chivo expiatorio,
que puede convertirse en blanco de los ataques del ejecutor.
En el origen del grupo, los miembros son similares, pero conforme el tiempo
avanza se produce la diferenciacin de rol. Segn Bales, en las situaciones de
emergencia o cuando el grupo afronta problemas dUTciles, esa diferenciacin tie-
ne carcter apremiante y se produce aceleradamente. Forsyth (1990) se ha basa-
do en un suceso real para ilustrar esa diferenciacin acelerada: un grupo de jve-
nes queda aislado en plena cordillera de los Andes tras partirse en dos el avin
en que viajaban y perecer la tripulacin y una parte del pasaje. La batalla por la
supervivencia, que da lugar a una inmediata diferenciacin de roles, queda grfi-
camente reflejada en la pelcula Alive!, de Frank Marshall. En el filme, el capitn
del equipo de rugby asume funciones de vital importancia: organizar pelotones,
grupos de trabajo y racionar los alimentos. Sus funciones se corresponden con las
de un especialista en la tarea en una situacin de crisis. Tales funciones tienen
la finalidad de motivar al grupo para trabajar, asignar funciones (repartir posicio-
nes y roles) y proporcionar consejo y gua. En su anlisis del juego de roles que
se produce en el filme, Forsyth destaca cmo en el dcimo da la moral empieza
a flaquear y el especialista en la tarea fracasa en su intento de dar nimos a los
supervivientes. La nica superviviente mujer asumir el papel de lder socioemo-
cional: se muestra positiva y amigable, intenta reducir conflictos y mantiene alta
la moral. Es un caso extremo relacionado con un fenmeno que haba sido iden-
tificado repetidas veces en el laboratorio. El especialista de tarea da rdenes, cri
tica, restringe las opciones de conducta ajenas e incita a la accin. lbdas esas con-
ductas son funcionales pero es inevitable que sus destinatarios reaccionen con ten-
sin. Es ah donde se pone de manifiesto la importancia de las funciones de man-
tenimiento.
Las prescripciones a las que se refieren las normas no suelen sealar un com-
portamiento especfico, sino a un rango o gama de conductas, tal como destaca
Jackson. Dentro de ciertos limites, existe una esencia normativa y una cierta liber-
tad para traducir esa esencia a distintas manifestaciones admisibles. Pero no siem-
pre ocurre eso: ciertas organizaciones, como, por ejemplo, el Ejrcito y la Iglesia
tienen especificaciones muy claras y limitadas sobre la conducta a seguir en cier-
tos mbitos. Un mbito de rgidas regulaciones en el caso del primero es el trato
con los superiores y en el de la segunda, la moral sexual.
En el contexto de los grupos, las normas cumplen distintas funciones, entre las
que cabe destacar compartir recompensas y costes inherentes a la pertenencia.
impedir conflictos entre los miembros, regular os contactos con el entorno
expresar valores centrales del grupo.
El proceso en virtud del cual surgen las normas en los grupos dista mucho de
estar bien caracterizado. Feldman (1984) seala que las pautas de conducta de un
grupo cristalizan con rapidez en normas. Estas varan en su origen, pudiendo ser
importadas, establecidas por el lder o desencadenadas en respuesta a situacio-
nes crticas. Por su parte, Opp (1982) propone tres tipos de nonnas, correspon-
dientes a otros tantos procesos: a) nonnas institucionales, ordenadas por el lider
del grupo o por una autoridad externa; b) normas voluntarias, negociadas por los
miembros del grupo en respuesta a un conflicto, y c) normas evolutivas, que son
conductas individualmente satisfactorias, que se aprenden y posteriormente se
expanden en el grupo. Distinta es la versin de Bettenhausen y Murnighan (1983).
quienes al explicar el proceso de introduccin y adopcin de normas por un gru-
po adoptan una perspectiva cognitiva. Su hiptesis es que, al acceder a un grupo.
las personas llevan consigo guiones relativos a las formas apropiadas de hacer fren-
te a distintas situaciones. Estos guiones se ponen en funcionamiento cuando sur-
ge una situacin similar a otras ya conocidas y generarn normas en la medida
que los miembros de un grupo las compartan y codifiquen la situacin de modo
semejante.
El modo en que se organizan los grupos, esto es, su estructura, tiene conse-
cuecias en distintos planos. Por razones obvias, ha habido tradicionalmente un pro-
nunciado inters por conocer cmo repercuten las normas en el rendimiento o pro-
ductividad de las personas cuando trabajan en grupo.
El enfoque de Goodman y colaboradores (Goodman, Ravlin y Schminke, 1987)
se refiere precisamente a la relacin entre normas y eficacia del grupo, aunque, de
hecho, su perspectiva es aplicable a otros campos, no solamente a la eficacia. La
razn es que consideran que la utilizacin del concepto de norma ha sido dema-
siado genrico en muchos otros mbitos grupales. El punto de partida de Good-
man y colaboradores es una consideracin acerca del papel de la norma en la pro-
ductividad en los enfoques habituales. La mayora de ellos asume que la norma
regula la conducta productiva de los miembros en aspectos tales como resultados,
esfuerzo, procedimientos para realizar la tarea y, desde luego, mantenimiento del
grupo o interaccin de los miembros. Aunque destacan la inexistencia de una teo-
ra propiamente dicha para vincular normas y eficacia, se hacen eco de varios prin-
cipios cuya validez general cuestionan ms tarde.
Para terminar, Hogg resume en los siguientes puntos las diferencias entre el
modelo de identidad social y el de cohesin. El proceso de formacin de grupos
no puede encadenarse a la cohesin, una explicacin ms potente es la basada en
la identificacin social. Existen dos formas diferentes de atraccin social: simpa-
ta interpersonal o atraccin interpersonal y cohesin de grupo. La cohesin de
grupo es una propiedad que surge de la pertenencia y de la identificacin social,
es decir es el resultado, no la causa, de la identWcacin con el endogrupo. El
modelo de cohesin dice que un agregado de individuos (pequefio nmero ms
interaccin) se convierte en grupo si expresa conductas de grupo. En la teora de
la identidad social, un agregado pasa a ser un grupo en la medida que acte a par-
tir de una categora social compartida.
Su crtica de visiones como la de Lott y Lott (1965), que toma como base el
atractivo, se basa en un argumento distinto a los mencionados hasta ahora: la deci-
sin crucial en este mbito no es sobre participafl sino sobre producir. Goodman
y colaboradores comienzan revisando la perspectiva clsica en torno a las rela-
ciones entre cohesin y productividad, tal como aparece en Seashore (1954). Las
premisas de esta perspectiva son:
Lecturas recomendadas
La primera edicin de este libro data de t953, pese a lo cual contina siendo una
referencia obligada, y ello por vanas razones. En sus pginas se dan cita los investigadores y
tericos ms prominentes del rea. Una buena parte de los trabajos incluidos pasan por ser
clsicos de la materia. En nuestra opinin todos esos trabajos marcaron el rumbo de las
investigaciones sobre el grupo pequeo durante la totalidad de la dcada de los sesenta y
despus. El apartado sexto est dedicado ntegramente a las propiedades estructurales de los
grupos, pero, adems, el lector podr encontrar en otros captulos excelentes desarrollos
acerca de aspectos de importancia crucial, como normas, cohesin, comunicacin y liderazgo.
Recomendamos la introduccin a cada uno de los apartados, en todos los casos a cargo de
Cartwright y Zander.
Esta ambiciosa obra reuni por primera vez a medidados de los setenta importantes
trabajos de Psicologa Social, muchos de los cuales no existan traducidos al castellano. En
particular, el captulo VIII trata precisamente de normas y roles sociales, a cuya centralidad
en la estructura del pequeo grupo hemos hecho referencia en las pginas precedentes.
Algunos de los trabajos que integran el captulo IX, que lleva por ttulo Estructura y dinmica
de los grupos, han sido citados por nosotros.
El trabajo de Blanco y Fernndez Ros es una muy buena plataforma para comprender la
gnesis del concepto de estructura de grupo y la forma en que sta se relaciona con los
conceptos de estatus y rol. Una de sus ventajas es que se trata de un trabajo que, pese a su
brevedad, aborda con claridad una temtica que es muy compleja.
Este reciente trabajo se ocupa de la estructura del grupo y sus elementos, y su lectura puede
servir para enriquecer lo expuesto con anterioridad, ya que dedica un considerable espacio a
liderazgo y normas. Ya hemos puesto de relieve que la norma es uno de los componentes
centrales de la estructura, y en cuanto al liderazgo es a menudo enfocado como el rol ms
importante del grupo. As pues, el lector tendr ocasin de ampliar lo que en el texto tal vez
adolece de un cierto laconismo.
La recomendacin es a la vez genrica y especfica: por una parte, el texto puede utilizarse
como libro de consulta para conocer los diversos enfoques tericos que constituyen la base de
esta disciplina; por otra, en lo que afecta directamente a lo tratado en el captulo, es
aconsejable centrarse en el apartado dedicado al anlisis del proceso de interacin en Bales,
as como en el modelo de redes grupales de comunicacin perteneciente al efoque de
Bavelas.