Esposito - Foucault Bíos
Esposito - Foucault Bíos
Esposito - Foucault Bíos
5 Ibd., p. 22.
9 M. Foucault. COMPLETAR
15 dem.
En vez de superpuestos o yuxtapuestos de una manera
extrnseca que somete uno al dominio del otro, en el paradigma
inmunitario, bos y nmos, vita y poder resultan los constituyentes
de un nico, inescindible, conjunto asume sentido sobre todo a
partir de su encuentro. La inmunidad no es slo la relacin que
conecta la vida con el poder, sino el poder de conservacin de la
vida. Al contrario de lo presupuesto en el concepto de biopoltica
entendido como el resultado de un encuentro en un cierto
momento se determina entre los dos componentes desde este
punto de vista no existe un poder externo a la vida, as como la
vida no se da fuera de los encuentros con el poder. Observada
desde tal perspectiva, la poltica no es otra cosa que la
posibilidad, o el instrumento, para conservar con vida la vida. 16
17 Ibd., p. 42.
del carcter afirmativo o negativo de la biopoltica foucaulteana,
creemos que en trminos espositeanos se podra decir que el aspecto
afirmativo de la misma, slo es tal en apariencia, pues, como
insistimos, tal productividad est entrelazada trgicamente con la
muerte.
Una aclaracin ms respectos de estas tramas. Cuando Esposito
habla de biopoltica afirmativa, como lo har en el mismo Bos,
solo que ms adelante, no debemos entender, segn nuestras
investigaciones, que l se sita en la lnea de los biopolticos
afirmativos, esa lnea que tiene, quizs, como su mayor exponente a
Negri y que hace de la vida el lugar de combate contra todo biopoder
y, por tanto, la concibe como aquello que nunca quedar capturada
plenamente por l. El carcter afirmativo que busca Esposito, por el
contrario, lo asienta en un trayecto ms complejo que tendra como
su precursor a Nietzsche. Sobre todo al Nietzsche recibido por
Bataille, pero, quiz an ms, al Nietzsche de Deleuze. Ese que
piensa la voluntad de poder en trminos, precisamente, afirmativos
en la medida en que ella no se separa de sus fuerzas, 18 sino que stas
la movilizan, activan, desde su interior, y no desde su exterior
movimiento que se expresa con la idea de reaccin. 19 Se trata, en
definitiva, de una vida que no se expande, hegelianamente, a travs
de la negatividad, sino a travs de la fuerza vital que internamente la
forma. La biopoltica afirmativa espositeana busca que la forma de la
vida coincida, inmanentemente, con la de la poltica. De este modo,
segn el italiano, la vida no sera potenciada o captura por un poder
que, de cualquier manera, le sera externo y que, no importa si con
buenas o malas intenciones, terminara por imponerle las normas de
su actividad, sino que, por el contrario, la poltica recibira de la vida
misma su modus operandi.20
Volviendo a lo anterior, la inmunidad sera esta matriz que, ya
existente en el esquema poltico renacentista y soberano, pervivira
en la biopoltica. Por esto decimos que en Esposito, la biopoltica se ve
incluida dentro del trayecto, antes que soberano, inmunitario. La
biopoltica, tal y cmo la elabora Foucault, e incluso la soberana, no
seran sino un pliegue ms de la lgica inmunitaria.
19 EL punto tanto tanto del tercer captulo de bos se platena esta lectura
nieztschea,a
20 CITAR BIOS.
http://www.rebeldemule.org/foro/biblioteca/tema10329.html
PARA EL FINAL
Da la impresin de que para Esposito, la biopoltica es, en definitiva,
una decisin y, dado que toda decisin, por ms meditada que sea, es
prctica, la biopoltica, sobre todo la que l caracteriza en trminos
de afirmacin, sern todas aquellas acciones que, de algn modo,
hagan perdurar la vida a travs de su expansin. Esposito no elimina
el riesgo de la biopoltica negativa, sacrificial, inmunitaria, o como se
la quiera llamar; sino que la combate. Las biopolticas afirmativas no
son un destino, una potencia de la vida que habra que esperar su
actualizacin. Consiste en las acciones por las que cada uno de
nosotros intenta, dentro de la finitud que lo constituye, potenciar la
vida. Por esto quiz, tanto en Bos como en Tercera persona,
Esposito insista en que una biopoltica afirmativa sucede cuando la
vida es sujeto, y no objeto de poltica, cuando cada una de sus
singularidades da la norma a la poltica y no la recibe de sta en la
forma de, p. ej., un imperativo categrico. Al leer que cada
singularidad ha de devenir sujeto poltico, nos imaginamos que las
personas, individual o colectivamente tal distincin se ha diluido,
accionan no tanto en favor de sus intereses, es decir, de una parte,
de un individuo, sino en favor de la vida que no es precisamente de
alguien en particular, sino de todos, algo verdaderamente comn.
Podra marcarse, en este punto, una diferencia con respecto al
sentido que la biopoltica adquiere en Giorgo Agamben. Para ste, al
menos en la saga de Homo sacer, la biopoltica tiene, desde la cesura
aristotlica entre bos y zo, un destino, y es estrictamente negativo.
Del homo sacer en la antigedad a los campos de concentracin del
siglo XX y los diferentes centros de detencin contemporneos,
siempre ha sido la misma lgica la que rega la poltica y expona la
vida de los hombres al contacto de la muerte. Lo que se necesitara
sera, entonces, una suspensin mesanica del orden biopoltico 21.
En Esposito, por el contrario, dado que l lee la biopoltica como
continuacin del rgimen soberano pero tambin, dado el carcter
inmanente de las normas, como la tensin entre afirmacin y