6.rabossi - Emotivismo Etico PDF
6.rabossi - Emotivismo Etico PDF
6.rabossi - Emotivismo Etico PDF
17, 1971
Agradezco a los Dres. Risieri Frondizi y Fernando Salmern y al Sr. Toms M. Simp-
son los comentarios crticos que me formularan en relacin con distintos aspectosde este
trabajo.
1 Expuesta de modo sistemticoen Ethics alld Language, New Haven, Yale University
Press, 1944 (hay trad. esp. ). En Facts and Values, New Haven, Yale University Press, 1963,
Stevensonha agrupado varios artculos importantes que public antes y despusde Ethics
and Language. '
{36]
EMOTIVISMO TICO 37
I
l. Segn los positivistas lgicos, es posible trazar una lnea que separe neta-
de los metafsicos, los telogos y los msticos quedaron excluidas -por una
u otra razn- expresiones a las que todas las personas -incluidos los posi-
tivistas lgicos- estaran dispuestas a atribuir significado cognoscitivo. Tal
es el caso de los enunciados que se refieren a hechos pasados, de los que expre-
san conexiones causales que valen universalmente, de los que contienen tr-
minos tericos como 'protn', 'neutrino', 'clase socia!', etc. En realidad, la
historia del criterio empirista del significado es un ir y venir en pos de una
formulacin que permita dar cabida a los enunciados "deseables" y que ex-
cluya a las expresiones "indeseables".
2. Qu suerte corren las expresiones con contenido tico cuando se pro-
yecta sobre ellas el esquema clasificatorio y las condiciones generales de sig-
nificatividad propuestos por los positivistas lgicos? En cul (o en cules)
de las clases de expresiones significativas es posible incluir prescripciones
como 'Debes amar al prjimo' y juicios ualoratiuos como 'Es malo aprove-
charse del desvalido'? Estas preguntas -o preguntas similares- parecen haber
provocado una inquietud peculiar en algunos miembros del Crculo de Viena
ante la certidumbre de que las expresiones ticas no se adecuaban a los re-
quisitos de significatividad establecidos. Obsrvese que el planteo de pregun-
tas parecidas respecto de expresiones metafsicas (y similares) mova sin ex-
cepcin a una entusiasta respuesta en favor de su irremediable carencia de
significado cognoscitivo. Obsrvese tambin que las preguntas similares acer-
ca de los enunciados que se refieren a hechos pasados, a hechos futuros o a
entidades tericas planteaban problemas que se consideraban autnticos y
susceptibles de solucin una vez que se hubiera retocado adecuadamente el
criterio propuesto. Pero las preguntas acerca de las expresiones con conte-
nido tico no movan ni a una ni a otra actitud: no parecan merecer una
rpida y entusiasta respuesta descalificatoria ni tampoco crear dificultades
dentro del mbito del conocimiento cientfico como para dar origen a modi-
ficaciones en los cnones de significatividad.
Qu hacer, pues, con las prescripciones y enunciados ticos?
Una posible respuesta es la siguiente. Las expresiones prescriptivas como
'Debes amar al prjimo' no presentan, en principio, mayores dificultades,
dado que su forma gramatical da la pauta de su funcin lingstica. Cuando
decimos, en circunstancias adecuadas, 'Debes amar al prjimo' intentamos
obtener un comportamiento determinado por parte de la persona a la que
dirigimos la expresin imperativa. Y como las frases usadas con funcin im-
perativa no son susceptibles de ser declaradas ni verdaderas ili falsas, es obvio
que las prescripciones quedan fuera de la clase de expresiones que poseen
significado cognoscitivo. Los juicios valorativos presentan, en cambio, mayo-
res dificultades. Tradicionalmente han sido considerados enunciados con
un genuino contenido emprico, pero a poco que se observe su funcionamien-
to efectivo podr advertirse que solamente poseen la forma gramatical carac-
EDUARDO A. RABOOSI
3 R. Carnap,Philosoph-s and Logical Syntax, London, Kegan Paul, 1935, p. 24. Carnap
llama 'reglas' a lo que denominamos'prescripciones'.
EMOTIVISMO TICO
4 Ms tarde Carnap distingui entre las afirmaciones acerca de valores absolutos y las
afirmaciones acerca de las consecuenciasde determinados actos. Las primeras -insiste-
carecen de significado cognoscitivomientras las segundasposeen tal significado, como cual-
quier otro enunciado con contenido emprico. Cf. R. Lepley, Veriiiability 01 Value, New
York, Columbia University Press, 1944,pp. 137-138,n. 14. (Citado en R. Frondzi, Qu son
los valores, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1962,p. 54, n. 42). Esta modificacin
parece agregar nuevas dificultades al planteo de Carnap: cmo determinar cundo una
afirmacin como 'Amar al prjimo es bueno', por ejemplo, es acerca de valores absolutos
o acerca de las consecuenciasde ciertos actos -en este caso, de actos caritativos? Analizan-
do el contexto? Explorando la intencin de quien usa la expresin? O es que hay ciertas
expresionesticas que nunca pueden ser acerca de valores absolutos?Carnap ha expuesto
sus puntos de vista definitivos en materia tica en P. A. Schilpp (ed.), The Philosophy of
R. Camap, La Salle Ill., Open Court, 1963,"The Philosopher Replies. VI, 'Value judg-
ments'", pp. 999-1013.
5 A. J. Ayer, Language, T'ruih and Logic, London, Gollanz, 1936 (hay trad. esp.). En
Philosophical Essays, London, Macmillan, 1954,cap. 10, Ayer expone los puntos de vista
ms recientessobre su posicin en materia tica.
EDUARDO A. RABOSSI
G Vase,por ejemplo, la opinin del pensador catlico Martn d'Arcy transcrita por
Stevensonen Ethics and Language,p. 265: "Con la pretensinfalsa de alcanzar la sabidura
ltima (el libro de Ayer) pasa por la guillotina a la religin, a la tica y a la esttica,al
yo, a las personas,al libre albedro, a la personalidad y a todo lo que es digno de valor.
Debemosagradecera Mr, Ayer por habernosmostradocmo pueden los filsofos modernos
jugar y hacer piruetas mientras el mundo arde".
Ei\IOTIVIS.MO TICO 43
10 En los hechos, el impacto del intuicionismo fue tan grande que pareciera haber
eliminado al naturalismo como eventual candidato. Carnap ni siquiera consider la opcin.
Ayer s. Pero rechaz de plano toda solucin naturalista en tanto que pretensin de
EMOTIVISMO .TICO 45
tivo; y pese a ello sostener -al mismo tiempo y sin contradiccin- que las
expresiones ticas poseen caractersticamente significado emotivo.
Por cierto que hablar de 'significado emotivo' supone introducir una
nocin de la que hay que dar cuenta si se quiere otorgar al ernotvismo un
verdadero peso terico. Pero de ello no se sigue que la elaboracin del
problema tenga que suponer necesariamente o llevar a conclusiones gene-
rales anlogas a las que arribaron, en su momento, los positivistas lgicos.
En definitiva, intentar describir las peculiaridades de ciertos sectores de nues-
tro lenguaje -aun empleando la tcnica de compararlas con las peculiari-
dades de otros sectores ms o menos privilegiados- no tienen por qu llevar-
nos necesariamente a postular dualismos irreductibles o, lo que es ms grave,
a establecer cnones estrictos de significatividad.
Es interesante sealar en este punto que de hecho se han dado casos
en los que se han sostenido tesis de tipo emotivista sin relacin alguna con
el positivismo lgico. Veamos dos de ellos.
Quienes primero sostuvieron dentro del mundo anglosajn la tesis de
que 'bueno' no posee significado cognoscitivo fueron C. K. Ogden e 1. A.
Richards -lingistas y crticos literarios. "Se sostiene -escriben en T'he
Meaning of Meaning- que 'bueno' hace referencia a un concepto nico y
no analizable... (que) es el objeto especfico de la tica. Sugerimos, en
cambio, que el uso tico peculiar de 'b:ueno' es un uso puramente emotivo.
Cuando la palabra se emplea de tal manera no hace referencia a nada, carece
de funcin simblica." II Este prrafo clsico fue escrito cuando apenas
comenzaba a delinearse el grupo del que luego saldra el Crculo de Viena,
y por dems est decir que no hay en The Meaning o{ Meaning mayores
rastros de compromiso filosfico COn alguna forma de empirismo similares
al del positivismo lgico.
Un caso ms interesante an es el del filsofo Anton Marty, colabora-
dor de F. Brentano y continuador de sus ideas. Marty elabor a principios
de siglo una interpretacin emotivsta de 'bueno' y 'malo' y se preocup por
investigar las relaciones existentes entre las expresiones ticas y las rdenes,
las exhortaciones y las recomendaciones. El inters de Marty por este tipo
de problemas se origin autnomamente y las respuestas que ofreci estn
exentas de cualquier sospecha de compromiso con teoras pertenecientes a la
tradicin de la que forma parte el positivismo lgico.12
11 The Meaning 01 Meanng, London, Rourledge and Kegan Paul, 1923, p. 125 (hay
trad. esp.).
12 Vase al respecto el artculo "Marty Antn" en P. Edwards (ed.), The Encyclopedia
01 Philosophy, London, Macmillan, 1967, vol. V, pp. IjO-17!.
Al margen de estos u otros ejemplos especficos, es interesante sealar que si no nos
dejamos encandilar en exceso por la idea -correcta, sin duda- de que el emotivismo
ofrece primordialmente una tesis original acerca del funcionamiento del lenguaje moral,
y prestamos atencin en cambio a la conexin que postula entre la esfera emocional, los
sentimientos, etc., y la vida moral, resulta bastante claro que el emotivismo entronca con
EMOTIVlSMO TICO 47
Es posible, sin duda, ampliar la nmina de ejemplos o caracterizar con
ms detalle los argumentos ofrecidos en (a) y (b), pero a los efectos de
nuestra exposicin consideramos que lo dicho es suficiente para probar la
tesis relativa a la independencia terica del emotivismo tico respecto del
positivismo lgico.
II
toda una tradicin dentro de la filosofa moral, particularmente representada por algunos
filsofos ingleses de los siglos XVII y XVIII.
13 Mind, 46 (1937),pp. 14-31. Incluido en A. J. Ayer, Logical Positiuism, Glencoe,
Ill., Free Prcss, 1959 (hay trad. esp.). Reimpreso en Facts and Vales,
EDUARDO A. RABOSSI
III
1. El resumen que acabamos de formular es obviamente incompleto. Son
muchos los temas tratados por Stevenson que ni siquiera han sido mencio-
nados en nuestra exposicin. Pese a sta y a otras limitaciones, el esquema
ofrecido sirve para dar una idea de los temas centrales analizados por Steven.
son y para dar fundamento a la tercera de las tareas que nos hemos propues-
to desarrollar en este artculo: presentar algunas crticas a las tesis emotvis-
taso Nuevamente debemos advertir al lector acerca del carcer fragmentario
de nuestro tratamiento. Solamente haremos mencin a algunas de las crticas
standard formuladas contra el emotivismo. Entre stas slo nos detendremos
a mencionar las que tienen importancia por haber condicionado, de uno u
otro modo, el desenvolvimiento actual de la teora tica.
Pero parece justo que antes de entrar a juzgar crticamente la obra de
Stevenson hagamos referencia a las facetas positivas que presenta.
El impacto que produjo Ethics and Language y, muy especialmente, al-
gunos de los artculos que lo precedieron fue producto de la conjuncin de
varios factores. Dos de ellos poseen peculiar importancia. En primer lugar,
en la obra de Stevenson se encuentra el primer intento serio de analizar el
funcionamiento efectivo del lenguaje tico. Esta circunstancia coincide con
la corriente filosfica -desarrollada en la dcada del cuarenta y plenamente
vigente en nuestros das- segn la cual determinar el uso o la funcin de
las expresiones lingsticas en contextos especficos constituye una etapa ne-
cesaria en todo ensayo de anlisis filosfico. La tesis de que tanto el intu-
cionismo como el naturalismo han presupuesto errneamente que el lenguaje
usado con contenido o con fines ticos posee primordialmente una funcin
52 EDUARDO A. RABOSSI
19 Vase G. ]. Wamock, op, cit., p. 25. Vase tambin R. B. Brandt, Ethical Theory,
Englewood Cliffs, N. j., Prentice-Hall, 1959, pp. 218-219 Y 226-229
20 En How To Do Things With Words, Oxford, The Clarendon Press, 1962, Lecture VII
(in fine) - XII.
El\IOTIVISMO TICO 55
acuerdo con reglas gramaticales, etc.), el acto ilocucionario (es decir, lo que
hacemos al decir algo: prometer, aconsejar, advertir, afirmar, aconsejar, etc.),
y el acto perlocucionario (o sea, lo que hacemos porque decimos algo: per-
suadir, ofender, asombrar, entusiasmar, etc.). El acto ilocucionario est de-
terminado por convencin -segn Austin- mientras que el acto perlocu-
cionario es efecto de conexiones causales.
Si munidos de este esquema terico encaramos el planteo de Stevenson
respecto del uso dinmico y el significado emotivo, surgen con evidencia
varias consecuencias importantes: (i) Stevenson sugiere correctamente que
cuando decimos, por ejemplo, 'Amar al prjimo es bueno' no afirmamos
necesariamente el acaecimiento de determinado estado de cosas; pero tam-
poco es necesario --como pretende incorrectamente Stevenson- que al decir
'Amar al prjimo es bueno' influyamos o modifiquemos los sentimientos
o las actitudes de nuestra audiencia: stas son consecuencias perlocucionarias
que pueden darse o no, pero que de ninguna manera afectan lo que hace-
mos al formular el enunciado tico; (ii) al decir, 'Amar al prjimo es bueno'
podemos aconsejar, exhortar, prescribir, elogiar esa forma de comportamiento
etc.; (iii) es necesario, pues, distinguir entre decir el enunciado tico (acto
Iocucionario), lo que hacemos al decirlo (acto ilocucionario) y lo que hace-
mos porque lo decimos (acto perlocucionario). Stevenson ha dirigido su an-
lisis al nivel perlocucionario y ha pasado por alto el nivel ilocucionario y el
locucionario con consecuencias tericas poco felices; por ms iluminadoras
que resulten sus investigaciones acerca del propsito para el que se usan los
enunciados ticos, no alcanzan a echar mayor claridad sobre uno de los pro-
blemas centrales de la tica, esto es, sobre la cuestin relativa al signifi-
cado y a la fuerza de los enunciados ticos.21
5. Pasemos a considerar, por ltimo, una de las crticas que el emotivis-
mo ha inspirado con mayor persistencia; la que se refiere a la irracionalidad
que el ernotivismo parece proyectar sobre el campo de la moral. Esta crtica
se ha manifestado en formas diversas, pero una manera standard de enun-
ciarla puede ser la siguiente. Si es verdad que los juicios ticos carecen
primordialmente de funcin descriptiva y deben ser entendidos como la ex-
presin de las actitudes de quien los enuncia o como meros instrumentos
persuasivos a emplear cuando se trata de modificar las actitudes de los inter-
locutores, se sigue (a) que las discusiones sobre problemas morales son, en el
fondo, meros torneos verbales en los que est en juego la mayor o menor
habilidad de los contendedores para influir en las actitudes del contrario, y
(b) que cualquier cosa que se diga en tales discusiones puede servir de funda-
mento a un juicio tico con tal que posea la calidad instrumental de ayudar
a modificar las actitudes de la persona a la que se dirige la expresin.
No hay duda de que esta lnea de ataque al emotivismo pone en evidencia
un problema legtimo. Esto no ser puesto en tela de juicio en lo que sigue.
Pero ocurre que la formulacin incondicionada de la objecin puede ofrecer
dificultades tericas tan poco deseables como las que quiere evitar. y con
el objeto de evitar estas consecuencias, intentaremos sealar brevemente a
continuacin en qu sentido creemos que la crtica es vlida y cules son
algunas de las dificultades que subyacen su formulacin.
Una pregunta general que debemos estar en condiciones de responder
adecuadamente, si vamos a acusar al emotivismo de proyectar el irracionalis-
mo en el campo de la moral, es la siguiente: cul es el criterio, o criterios,
que tenemos en cuenta para determinar si una teora tica se hace cargo de
los factores racionales que sin duda existen en el campo moral?
Es interesante sealar que una eventual respuesta que haga referencia
al carcter descriptivo de las expresiones ticas (por ejemplo, 'Solamente
podemos dar cuenta de los factores racionales que existen en el campo de la
moral si admitimos que las expresiones ticas poseen carcter descriptivo')
sera inaceptable en principio por la sencilla razn de que no est probado
que necesariamente el irracionalismo moral sea una consecuencia de postular
el carcter no descriptivo de tales expresiones.
Esta observacin es bastante obvia y mueve a pensar que la respuesta
debe buscarse en otra direccin.
Quiz, una respuesta ms aceptable que la anterior podra ser la si-
guiente. Una teora tica da cuenta del elemento racional que existe en el
campo de la moral si admite la posibilidad de que se produzcan autnticas
discusiones acerca de problemas morales.
Este parece ser un buen criterio que parecera explicar por qu se dice
que el emotvismo tico trae como consecuencia indeseables hlitos de irra-
cionalidad.
Pero es importante formular en este punto dos observaciones de inters.
En primer lugar (como ya haban hecho antes los intuicionistas), esta
respuesta que slo pretende valer contra el emotivismo -y que ste esgrime
contra el subjetivismo-- tambin condena al intuicionismo. A diferencia de los
emotivistas, los intuicionistas atribuyen a los enunciados ticos un carcter
descriptivo, y esto parece equivaler a autorizarlos a concluir que si A afirma
'P' ('P' ='X es bueno', por ejemplo) y luego B afirma 'no p', se da entre ellos
una autntica discrepancia respecto de la verdad de 'P' o de 'no p', Pero corno
en definitiva la diferencia de opinin entre A y B es consecuencia de in-
EMOTIV;rSMO TICO 57
tur cienes distintas o de la imposibilidad, por parte de cualquiera de ellos,
de intuir adecuadamente lo que el otro intuye, resultara que su discusin
sera tan poco autntica como la que describiran los emotivistas. En otras
palabras, en el caso de intuicionismo faltara una condicin necesaria para
juzgar que una discusin acerca de un problema moral es una discusin real:
la existencia de criterios objetivos -o si se quiere, intersubjetivos- que
permitan discernir el porqu de la diferencia de los juicios que emiten A
y R, Y que permitan determinar cul de ellos es el correcto.
En segundo lugar, no est de ms sealar que Stevenson presta una
inusitada atencin al estudio de los mecanismos implcitos en las divergen-
cias morales (ver arriba seccin 11, 2). Podra afirmarse que es el primer
filsofo moral que ofrece un estudio detallado de la cuestin. Y al llevarlo
a cabo, es perfectamente consciente de la objecin que estamos analizando.
Es cierto que, como consecuencia de su planteo general, eleva las actitudes
de los contendientes a un primer plano terico y que con ello parece eli-
minar del campo de la moral todo viso de racionalidad. Pero Stevenson no
concede abiertamente que tal sea el caso, o al menos, que tal consecuencia
resulte necesariamente de su manera de atacar el problema. "Decir que los
juicios ticos no son ni verdaderos ni falsos -observa- no implica soste-
ner ... que se formulen caprichosamente, ignorando los dictados del propio
yo o de la naturaleza y las consecuencias de aquello acerca de 10 que se
juzga." Y agrega, "la concepcin emotivista podr implicar otras cosas, pero
lo que no implica es que las distintas valoraciones deban ser impensadas".
En otras palabras, si 'irracional' significa 'mero arbitrio', 'ausencia de ra-
zones', 'desprecio por los hechos', etc., Stevenson piensa que no es justo acu-
sar al emotivismo de propiciar un enfoque irracionalista de la vida moral.2!l
22 Por qu decimos que colocar a las actitudes en un primer plano terico parece
eliminar del campo de la moral todo viso de racionalidad?
En realidad, la nocin misma de actitud y, en particular, el contenido que le otorga
Stevenson, constituyen otro de los problemas cruciales a que debe enfrentarse el emoti-
vismo.
Por una parte, Stevenson caracteriza significado emotivo basndose en la nocin de
emocin o rango de emociones (ver n, 3 y 3 [a]). Por otra parte, afirma: ..... ser con-
veniente remplazar 'emocin' por 'sentimiento o actitud'... El trmino 'sentimiento' debe
entenderse como haciendo referencia a un estado afectivo que revela su carcter a la
introspeccin inmediata ... Una actitud, sin embargo, es algo mucho ms complicado ...
Es, en s misma, una complicada conjuncin de propiedades disposicionales del tipo est-
mulo y respuesta, que tienen que ver con el oponerse o el favorecer aquello que se deno-
mina el objeto de la actitud. Llegar a ofrecer una definicin precisa de actitud es una
tarea demasiado difcil como para intentarla aqu; en consecuencia, este trmino -crucial
como es en nuestra obra- debe ser entendido en su uso corriente ... " (Ethics and
Language, p. 60).
Podra admitirse -con reservas-e la sugerencia de Stevenson respecto a cmo analizar
el concepto de actitud y, adems, su decisin de no dedicar ms tiempo a intentar elucidar
dicha nocin remitindose, vagamente, a "su uso corriente". Pero ocurre que Stevenson
juega con una tesis adicional: la de que nuestras actitudes no son funcin de nuestras
creencias -<l que no tienen que ver con ellas de un modo esencial. Esta tesis se refleja
EDUARDO A. RABOSSI
!l.1j Cabe observar que Stevensonintenta defendersede este tipo de objecin relativi-
zando al mximo el problema " ... cualquier decisin -dice- acerca de los mtodospor
usar es en s misma una cuestin emotiva de carcter tico, si no puede referrsela a la
validez... Valorar o recomendar un mtodo en tica (cuando la validez no tiene rele-
vancia en el caso)es moralizar acercadel modo de proceder de los moralistas. Los juicios
ticos pueden formularse acerca de innumerables acciones, y el procedimiento para dar
fundamento a un juicio, al ser en s mismo una accin, es a su vez objeto de un juicio"
(op. cit., p. 158). Stevensonobserva que no hay en esto ningn Crculo vicioso. Y quiz
tenga razn. Pero por cierto que su argumento (a) no invalida las conclusiones crticas
a que hemos arribado y (b) confunde las cuestionesacerca de la fundamentacin de los
juicios ticos (que no tienen por qu ser cuestiones morales) con el objeto y funcin de
los juicios ticos propiamente dichos.
EMOTIVlSl\fO TICO 61
EDUARDO A. RABOSSI
BUENOS AIRES