Manual para Hijos Con PADRES DIFICILES
Manual para Hijos Con PADRES DIFICILES
Manual para Hijos Con PADRES DIFICILES
FOTOCOMPOSICIN GRAFITIP
Loreto, 44, int. / Barcelona29
ndice
Prefacio de Franoise Dolto .............................................. 08
Introduccin ...................................................................... 28
Conclusin......................................................................... 135
8
Prefacio
Tal como su titulo lo indica, este libro est dirigido a los nios,
pero lo recomiendo igualmente a adolescentes y adultos. Tambin
los padres que, como yo, quieran estar al da, podrn actualizar sus
conocimientos a medida que avancen en la lectura de este libro,
realmente genial. Quienes lo lean y reflexionen sobre l, extraern
un gran provecho, a la vez que disfrutarn del mismo. Una vez
devorado su contenido, sus lectores habrn recuperado la
capacidad de rerse como nios ante las situaciones tragicmicas
de la vida familiar, magistralmente escenificadas. Y as, quiz,
recobrarn la esperanza en la educacin tal vez insuficiente
de sus ancianos padres, por difcil que parezca.
Como iba diciendo, este libro debe llegar a todas las manos,
debe leerse a todos los fetos mientras estn confortablemente
instalados en el vientre materno, y a todos los nios que van a la
escuela y an no saben leer, puesto que es un libro de historias. Y
respecto a los mayores, a los que saben leer, bastar con dejarlo
estar por la casa. Mucho ms que los llamados libros de educacin
sexual, para tal o cual edad, este libro permitir autnticos
intercambios entre los individuos de distintas edades, sean
educadores diplomados o simplemente integrantes de una misma
familia. Cada uno de nosotros se reconocer en estas pginas,
aunque medie una pequea distancia, que es la que permite la
sonrisa, la compasin o la risa franca.
Los adultos comprendern las razones irrazonables de las
lagunas del conocimiento concernientes a sus padres o abuelos.
Estas lagunas se hallan en el origen de sus dificultades actuales
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frente a sus padres a quienes no han sabido educar y frente a
sus hijos a quienes no saben criar, por esto mismo. Se sentirn
burlados por estos repetidos fracasos, tan deprimentes, que ponen
a dura prueba su buena voluntad. Los nios descubrirn cmo
encarar a sus padres con dulzura, inteligencia y corazn, sin
aferrarse segn sea el tipo de padres que deban tratar a medios
ineficaces, a veces peligrosos para quienes los emplean.
1 Lis
y lit se pronuncian li en francs. (N. del T.).
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hablan de s mismos en tercera persona, como si fueran los
hermanos mayores, y no un hombre y una mujer, que en cuanto
amantes dieron origen a la vida de sus hijos, y que como adultos
asumen su deseo recproco, a riesgo de afligir a sus queridos hijos.
"Ve a decirle a pap", "mam dijo"..., y cuando hablan de ellos es
un "se" hace esto o aquello. Se sienten obligados a recurrir a esta
forma singular impersonal, pero nunca al "nosotros", expresin de
dos personas personalizadas y sexuadas, como si el hecho de ser
padres los hubiera convertido en un agregado amorfo con o sin
cabeza visible, cuya autoridad reposa sobre su masa gemela
asociada a un extrao y desconocido compaero de
irresponsabilidad. Pero s, no es sorprendente que para los nios de
6 a 14 aos los padres ("queridos padres", en las cartas llenas de
faltas de ortografa que escriben a su nica madre, cartas que
terminan con un "te beso") sigan siendo gemelos que, a lo largo de
su primera infancia, han permanecido desconocidos en su
condicin de seres nicos y diferentes. De los 10 a los 14 aos se
habla con los amigos, refirindose a los padres similares, de
"ellos", los que no quieren que este nio, vctima feliz o infeliz,
acte libremente, como sus fuerzas vitales le dictan al odo, sino
sintindose culpable, en cuanto su deber es correr los riesgos que
supone ayudar a sus padres a reconocer que l ya no es ms "su
nio" sino un ciudadano, con las mismas responsabilidades que
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ellos en las legtimas elecciones que debe realizar y en los riesgos
que debe correr.
As pues, si ledo entre los seis y los catorce aos este libro brinda
su fruto, la sociedad cambiar, como suele hacerlo, bajo la presin
de los jvenes... que hasta ahora no han logrado ms que protestar
intilmente. Esta vez se har eficazmente, con dulzura, pues estos
jvenes sabrn educar a tiempo a sus padres de carne y, por qu no,
por contaminacin, tambin a los dems grandes (de estatura), a
sus sustitutos parentales de corazn y espritu. Si no consiguen
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educarlos, al menos los encontrarn menos extraos, con sus aires
de nios gigantes que hay que arreglar y comprender a tiempo, sin
recriminaciones intiles. Pues fuerza es admitirlo hay entre
las personas aparentemente grandes algunas realmente
ineducables. En cambio, entre los nios, los ineducables eso
sostengo son muy pocos, y habr an menos si este mensaje les
es accesible. Pero para ello hace falta un medio, y habra que
encontrar, para traducir el mensaje en imgenes, a un nio artista
de entre diez y setenta aos de edad.
Introduccin
Esta obra es el fruto de una larga experiencia de nio. Los autores
han tomado conciencia de los problemas de esos seres desvalidos,
tan a menudo incomprendidos, maltratados y descuidados que son
los padres, y han sido sensibles a las angustias que pueden sentir
los padres sin defensas, confrontados con unos hijos
incomprensivos, brutales o simplemente torpes.
Tras un largo perodo en el que toda la atencin, todos los
cuidados se centraban en el nio, en sus problemas, sus
necesidades, su actividad, su desarrollo, su patologa, nos hemos
percatado finalmente de que si la etapa infantil poda resultar
difcil de vivir, el ser padres no lo era menos.
Si logramos desprendernos de los mitos habituales del
pater-familias, de la madre toda devocin o todopoderosa, etc., los
padres se nos aparecen como unos seres frgiles, sensibles,
precipitados brutalmente por el azar de un nacimiento en una
tormenta afectiva para la cual nada los ha preparado, salvo sus
ensueos previos o el modesto trastorno que un feto aplicado
puede organizar en el vientre de su madre para manifestar su
personalidad. En una palabra, se trata de verdaderos prematuros.
En efecto, hay que darse cuenta de que un joven adulto, cndido
y sin experiencia, puede convertirse en padre o en madre en el
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trmino de unas horas e incluso de algunos instantes: es lo que se
conoce por el trauma del nacimiento. La mujer que se convertir en
madre tiene cierta ventaja en este aspecto. Algo sucede en su
cuerpo, y esa aventura fsica sirve de mediadora para la aventura
psquica. Pero el futuro padre no posee prcticamente ningn
punto de referencia: puede encontrarse con que es padre en el
metro, en pleno consejo de administracin, en su cuarto de bao o,
en el mejor de los casos, en la clnica, de improviso, sin que ningn
cambio fsico le manifieste el nuevo estado de cosas.
Inmediatamente despus del nacimiento, la situacin de
desigualdad contina siendo flagrante. El nio recin nacido no
tiene ninguna responsabilidad. Al punto se encarga de l una
multitud de especialistas que tienen por tarea detectar y satisfacer
sus necesidades y deseos. Los padres recin nacidos, en cambio,
cargan con todas las responsabilidades. Se ven sbitamente
inmersos en una avalancha de sentimientos, angustias,
perplejidades, sin mencionar los problemas prcticos y materiales
que no son, ni con mucho, despreciables.
Los nios que quieran ser razonablemente buenos para con sus
padres, que deseen tratarlos convenientemente y darles una
correcta educacin, debern tener siempre presente esa situacin;
les har falta una gran dosis de paciencia, indulgencia, mucho
tacto, y tambin el debido respeto a su debilidad. Pues todo
depende de la manera de coger a los padres durante las primeras
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semanas. Si de entrada se los aterroriza con gritos, se desprecia su
comida y se castigan sus errores menudos con diarreas y
erupciones en cada ocasin, se corre el riesgo de traumatizarlos
por aos. Un nio prevenido estar atento desde el comienzo a los
problemas que agitan el mundo interior de los padres, deber
demostrar un cierto manejo psicolgico, reconocer las distintas
necesidades de un padre y de una madre, evaluar los progresos que
sean capaces de realizar y el ritmo previsible de los mismos, y
encontrar el lenguaje que los padres puedan comprender.
En esta obra nos proponemos brindar a los nios que hayan
tomado conciencia de estos problemas, algunos elementos de
informacin y puntos de referencia que puedan servirles
eventualmente en el curso del trabajo educativo laborioso y
prolongado que les aguarda. Pues no olvidamos que si la
educacin de un nio insume un promedio de entre 15 y 18 aos, la
educacin de un padre puede requerir medio siglo y a veces ms.
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Algunas generalidades
A los autores de este libro les ha impresionado la tendencia de
nuestra sociedad a sobrevalorar el papel de los padres en la
concepcin. Ciertamente es muy importante que un nio sea
deseado o no deseado, pero no por ello hay que perder de vista que
el padre no es, despus de todo, ms que un vehculo, papel que en
el mundo viviente desempean el viento, el agua, las mariposas o
los insectos. Lo esencial es que se encuentre un espermatozoide lo
suficientemente emprendedor y un vulo lo bastante maduro y
receptivo para aceptar unirse e intentar juntos la aventura.
Sabemos que la aplastante mayora de las clulas germinales la
rechaza y que slo una nfima minora se arriesga a participar.
Tampoco es raro que a un feto ya constituido lo invada el pnico y
pierda coraje antes de llegar a su madurez. Otros saltan del tren a
ltimo momento y prefieren nacer muertos antes que
comprometerse definitivamente en la carrera. El dao que pueda
ejercer en el espritu de un padre inexperto e ingenuo esta
sobrevaloracin de sus estados de nimo es inconmensurable.
Si el hijo quiere ejercer correctamente su papel de educador,
deber comprender y cuanto antes, mejor que durante toda su
vida fetal los padres viven un perodo de agitacin intensa en el
plano emocional, en el que estn implicados sus deseos y las
diferentes personas que cuentan para ellos de una manera u otra,
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pero en ningn caso el hijo, dado que an no lo conocen. Sin
embargo, de ello depende la idea que se forman de su futuro nio y
el sitio que le preparan. El recin nacido deber demostrar mucha
prudencia y tacto a la hora de tratar de intervenir en esos ensueos
ntimos de los padres, que son tan fundamentales, para ir
modificndolos de a poco.
El trabajo educativo de los primeros meses es capital, pero lo
que le sigue tambin es importante y, segn hemos visto, puede
prolongarse durante varias dcadas.
Poco a poco, con la ayuda de su sensibilidad y del conocimiento
que tiene de s mismo, el nio mueve a sus padres a aceptar en
primer lugar su existencia, luego su personalidad, y, por fin, su
autonoma fsica, intelectual y afectiva. Algunos nios proceden
de un modo menos flexible, mediante tensiones y rupturas : sin
duda, su carcter y las circunstancias no les permiten otra opcin.
Pero este proceso implica mucho sufrimiento para unos y otros.
Esperamos que esta obra contribuya a que tales situaciones se
eviten en lo posible.
el Padre 2 inmaduro
el padre mentiroso
el padre tmido
el padre rico (o pobre)
el padre superdotado
el padre ausente
el padre cansado
el padre celoso
el padre delincuente
el padre embrolln
el padre sdico
el padre decepcionado por la vida
el padre mrtir
De "punk"
De suicida
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Un nio pequeo perciba los intensos sentimientos de muerte
que su madre proyectaba sobre l. Para hacerle tomar conciencia
de ello, el nio la enfrentaba sin cesar con la cuasi-realizacin de
sus deseos latentes. A los ocho meses estuvo a punto de morir de
una toxicosis. Entre los tres y los siete aos se fractur varias
veces, siempre en circunstancias acrobticas creadas con
deliberacin por l mismo: a los seis aos se fractur una pierna,
tras escalar una pared de cinco metros, al dejarse caer del otro lado
sobre un patio de cemento; varias veces se cay de la bicicleta, una
de ellas al descender montado en ella por la escalera (fractura de
clavcula). Estuvo a punto de ahogarse en la piscina por saltar de
un trampoln de cuatro metros sin saber nadar. La situacin se
resolvi en una verdadera tempestad general: la madre,
exasperada, lo llev al psiclogo; luego se convirti en la amante
de ste y dej a su marido. El nio pudo, por fin, profundizar las
relaciones con su padre, completamente excluido hasta entonces y,
segn las ltimas noticias, recomenzar una vida normal y ocuparse
de s mismo.
De nio terrible
De cro-de-mierda
3 En francs, las palabras "suegro" y "padrastro" se traducen por "beaupre", o sea "padre bello". Lo
Los padres pobres quieren ser amados por las privaciones que
sufren o que se imponen. Desean que sus hijos puedan medir el
amor que tienen por ellos, por el sacrificio de dinero a su favor. Del
mismo modo, los padres pobres expresan el inmenso valor que
atribuyen a sus hijos mostrndoles que todo el oro del mundo sera
insuficiente para mantener un objeto tan precioso. Para que pueda
interpretar lo que expresan con esto, mantienen al nio al corriente
de las variaciones de los precios sobre todo de las alzas y de
las fluctuaciones de la moneda nacional. Lamentablemente, este
modo de expresin parental suscita a veces en el nio un doloroso
sentimiento de culpa: el nio tiene la impresin de ser un artculo
de lujo que sus padres adquirieron, porque el propio nio los forz
a ello, sin estar en condiciones de hacerlo.
En estos casos es muy difcil para el nio y casi imposible
para los padres separar la realidad exterior de la interior.
Esta historia es, pese a todo, reconfortante. Sin embargo, hay otras
que no lo son. Nos han presentado el caso de un nio pequeo que,
por su parte, tena grandes dificultades con sus padres pobres: en
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sus manos, todo se transformaba en privaciones. Colmaban a su
hijo de sacrificios tan dolorosos como intiles y de privaciones en
cualquier dominio en el que aventurara un deseo. Desbordado por
la tensin y desconcertado por la aparente incoherencia del
comportamiento de sus padres, el nio decidi reservarse para el
futuro y se disfraz de dbil mental. Cebados por la idea del
sacrificio, los padres se precipitaron al psicoterapeuta. ste
consigui establecer con bastante facilidad una relacin con el
nio, cuyo disfraz era relativamente reciente. Imprudentemente,
tranquiliz a los padres y, un tanto impresionado por las
dificultades que declaraban tener para pagar la terapia del nio,
fij una suma relativamente mdica por la consulta y las futuras
sesiones. El da de la cita siguiente recibi una llamada telefnica
que lo dej perplejo: el padre del nieo le avisaba que no asistiran
a la cita y que no podan encarar la terapia de momento, porque les
resultaba imposible destinar la suma necesaria; tenan un modesto
chalet en la Costa Azul, cuya terraza deba refaccionarse por
entero, precisamente cuando lo mismo haba de hacerse con el
techo y las dos torres de la casa de campo de Normanda. Sus
caballos tambin les resultaban terriblemente caros y desde haca
algunos meses no haban ganado ninguna carrera. El terapeuta no
pudo ms que doblegarse ante este cuadro angustiante. Pese a
todos sus esfuerzos, le result imposible volver a ver al nio ni una
sola vez. Es de temer que estos padres, si dejan pasar la
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oportunidad y no resuelven su problema antes de que su hijo no les
devuelva su independencia, sigan siendo toda la vida unos padres
pobres y frustrados.
Segn una vieja leyenda, Dios cre a los padres para servir al nio
con devocin y fidelidad. En tanto que las ideas concernientes a la
funcin de los padres no han variado en lo esencial, las teoras
sobre el origen de los padres s han evolucionado mucho.
Algunos pretenden que los padres descienden del mono. Por
cierto que la semejanza es llamativa. Sin embargo, hay tambin un
cierto parentesco con el nio. De modo que numerosos
investigadores sostienen, con el apoyo de excelentes argumentos,
que los padres descienden de los nios. Sobre la base de
argumentos tan slidos como sos, otros afirman que es el nio
quien desciende de los padres. Estas dos tesis contradictorias en
apariencia se podrn tal vez conciliar un da con la ayuda de una
mejor comprensin de las propiedades del espacio/tiempo. Sea
como fuere, la controversia es actual, y no es posible pronunciarse
de manera definitiva en el presente estado de cosas.
Pero volvamos a la funcin de los padres.
Poco a poco hemos debido rendirnos ante la evidencia de que la
devocin, la docilidad, la fidelidad y el amor de los padres no
podan ser meras funciones, ya que se trataba de cosas que no
podan exigirse. Por supuesto, el nio tiene derecho a esperar que
si trata a sus padres con amor y consideracin, se lo retribuyan.
Pero por funcin entendemos algo ms simple y ms concreto.
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Para comenzar, la funcin del padre consiste en lograr que el
espermatozoide sea despachado en el momento oportuno y al lugar
preciso; la funcin de la madre consiste en concertar una entrevista
entre el espermatozoide y el vulo voluntario, cuidando de que
ste se desarrolle en condiciones cmodas.
La siguiente funcin consiste en asegurar al feto alojamiento,
abrigo, calefaccin y transporte. El contrato debe extenderse a
todo el perodo necesario para la maduracin del feto. De acuerdo
con la norma, este perodo dura, por lo general, nueve meses. Sin
embargo, puede acordarse una derogacin, si las circunstancias as
lo requieren. Hasta el nacimiento, esta funcin es asumida en lo
esencial por la madre, pero la calidad de los servicios depende en
mucho de la cooperacin ms o menos competente y asidua del
padre.
Despus del nacimiento es indispensable que alguien contine
cubriendo esas funciones durante cierto tiempo, pero no
necesariamente los padres. stos disponen del derecho de la
huelga, y hay un cierto nmero de rechazos y abandonos del
puesto, voluntarios o involuntarios.
Se puede estimar entonces que las funciones propiamente
dichas de los padres llegan a su fin en el momento del nacimiento.
Pese a esto, hemos comprobado que si los padres pueden continuar
asumiendo voluntariamente sus funciones ms all de este plazo,
todo el mundo se siente mejor. Pensamos que la prolongacin del
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funcionamiento parental depende esencialmente de una sabia
utilizacin de los padres por parte del nio, desde el comienzo
mismo. El rodaje de los padres es muy delicado : hay que cuidar de
que no les falte nada, tratarlos con miramientos, no forzarlos ms
all de sus posibilidades de rendimiento y emprender de inmediato
una verificacin cuando algo no marcha adecuadamente. Unos
padres bien conservados funcionan sin sobresaltos y resultan muy
duraderos. Claro est que no se debe deducir de ello que sean
eternos. Pero cuando dejen de funcionar, no ser por desgaste sino
por extincin.
Los padres tienen tambin otra funcin, ms compleja, que
llamaremos funcin de filtro absorbente-diluyente.
Esta funcin consiste en filtrar la patologa familiar, cuyos
efectos se transmiten de generacin en generacin, y de absorberla
y disolverla en lo posible.
Hay filtros de mayor o menor calidad. Los buenos filtros
aseguran al nio una base de partida relativamente despejada. Los
malos no retienen casi nada y dejan pasar grandes cantidades de
patologa: el nio parte con un hndicap serio y debe sopesar
atentamente sus posibilidades antes de comprometerse a nacer.
Naturalmente, no hay que esperar que una sucesin de buenos
filtros pueda librar a una familia de toda especie de patologa. A
cada vida individual pasa una cantidad suficiente como para
reconstituir un cierto stock. Un filtrado eficaz permite que cada
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generacin encare la vida con buenas posibilidades de xito,
mientras que los filtros defectuosos, si se repiten, pueden
contaminar el linaje hasta el punto de ahogarlo por completo.
Esta funcin se cumple principalmente antes del nacimiento,
incluso antes de la concepcin. Despus del nacimiento, se podra
hablar ms bien de reparaciones que de filtros, y pueden ser
efectuadas por personas distintas de los padres.
Este hecho fue percibido de modo sutil por una mujer que, tras
una juventud ms que tormentosa, logr al fin, despus de los
treinta, estabilizarse y reemplazar una larga sucesin de relaciones
interesantes por un casamiento por amor. Estando encinta, fue a
ver al analista que antes haba frecuentado, para retomar, juntos,
un cierto nmero de problemas e intentar elaborarlos antes del
nacimiento del nio. Ella estimaba, y con razn, que era tan
importante (si no ms) como preparar la cuna y el cochecito.
Conclusin
Concluimos este trabajo sin haber agotado, ni remotamente, el
tema. En lo que respecta a la educacin de los padres, la teora est
en sus primeros balbuceos y la prctica clnica busca todava el
ngulo desde el cual observar los fenmenos e instrumentos
correspondientes. Por otro lado, la casi totalidad de las
observaciones hechas por los embriones y los lactantes escapan a
la comprensin de los que no entienden ms que el lenguaje verbal.
Sin embargo, este aporte es insustituible, dado que concierne a una
fase fundamental del desarrollo parental.
Todo lo que podamos hacer aqu ser, entonces, entregaros
algunas reflexiones generales y enunciar sin mucho orden un
cierto nmero de cuestiones que nos hemos planteado.
Cada nio tiene una manera particular de tratar a los padres; sin
embargo, podemos intentar describir algunos estilos extremos, que
en la prctica suelen presentarse de manera mitigada. Podemos as
hablar de un estilo musculoso, practicado por los nios que llevan
a sus padres a ritmo de tambor, sin dejarles tiempo para respirar, ni
el placer de acunar ilusiones. Este estilo de educacin exige por
parte del nio mucha autoridad, un juicio rpido y seguro, una
evaluacin precisa de las capacidades y de la resistencia de los
padres. Tenemos tambin la escuela impresionista, que procede
por retoques y matices, prepara mucho cada fase y deja siempre
que los padres saquen las conclusiones por s mismos. El estilo
flemtico une una cierta brusquedad musculada con la paciencia y
el liberalismo impresionista.
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Nuestro breve estudio deja muchas cuestiones sin responder; otras
no han podido siquiera ser formuladas. Citemos algunas, a ttulo de
inventario:
Qu criterios permitiran definir con mayor precisin qu son
un nio, un padre, una persona mayor, un adulto, un viejo, un
joven.
Estudiar los diferentes hbridos que encontramos en la
naturaleza, y que son, por ejemplo, nios y padres al mismo
tiempo, adultos y jvenes, viejos y nios, padres y personas
mayores, etc.
Parece un hecho que la diferencia entre padres y madres no
se reduce a una diferencia morfolgica. Precisar estas diferencias.
l o los dioses, fueron inventados por los nios o por los
padres?
Por qu los padres mueren, aun cuando segn toda
evidencia no tienen ganas de hacerlo ?
Estudiar los diferentes mitos relativos a los padres, as como
las relaciones familiares extraordinariamente complejas que
encontramos en ellos y que podran eventualmente aclarar ciertas
actitudes parentales poco comprensibles a primera vista.
Por qu los padres tienen tanta importancia para el nio,
aun cuando desfallezcan, estn deteriorados o fuera de uso o sean,
incluso, nocivos?
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Un captulo interesante podra estar dedicado a los juegos de
los padres. En efecto, los padres juegan mucho, y en general, con
mucha seriedad. Hay que ver con qu aire grave juegan al bridge o
al ajedrez, se cuadran en un silln directorial con una secretaria
que apunta todas sus palabras, o se aferran al volante de su coche.
Cuando juegan a la petanca, cuando hacen las veces de abogados
en el palacio de justicia, cuando clavan un clavo en la pared o
cubren las pginas con pequeas cifras, no es bueno molestarlos,
ni siquiera por las cosas ms importantes. Se vuelven sordos y
ciegos a todo y para todos, y algunos hasta llegan a golpear a sus
nios antes de interrumpir el juego.