GilbertoFreyreManifiestoTrad HernánMorales
GilbertoFreyreManifiestoTrad HernánMorales
GilbertoFreyreManifiestoTrad HernánMorales
Gilberto Freyre
Hace dos o tres aos que se esboza, en esta vieja metrpolis regional que
es Recife, un movimiento de rehabilitacin de valores regionales y tradicionales de
esta parte de Brasil: movimiento del que maestros autnticos como el humanista
Joo Ribeiro y el poeta Manuel Bandeira van tomando conocimiento y al que,
ahora se unen por simpata, cuando no por solidaridad activa y militante, no solo
norte-americanos como Francis Butler Simkins que anuncia deber a un brasileo
de Recife su criterio regional de estudiar la historia del Sur de los Estados Unidos,
- sino tambin franceses como Regis de Beaulieau y alemanes como Ruediger
Bilden, adems de algunos de los ms adelantados arquitectos, urbanistas y
hombres de letras de Rio. Concurren ellos al Congreso de Regionalismo de Recife
con trabajos y tesis acrecentando sus contribuciones y las de hombres del propio
Nordeste o aqu radicados: hombres pblicos o de ciencia, preocupados por
1
La presente versin fue realizada como material de estudio de la Ctedra Literatura y Cultura
Latinoamericanas II de la Facultad de Humanidades de la UNMDP, el 6 de abril de 2017.
1
problemas urbanos y rurales de la regin como Amaury de Medeiros, Gouveia de
Barros y Ulysses Pernambuco; hombres de letras empeados en la defensa de
nuestros valores histricos como Carlos Lyra Filho, Luiz Cedro, Samuel Camplo,
Anbal Fernndez, Joaquim Cardoso, Mrio Melo, Mario Sette, Manuel Caetano de
Alburquerque y su hijo Jos Mara tan experto en el arte de la fotografa como en
el de la tipografa; hombres de saber interesados en dar sentido regional a la
enseanza, a la organizacin universitaria y a la cultura intelectual entre nosotros,
entre los que se cuentan Odilon Nestor y Morais Coutinho, Alfredo Freyre y
Antnio Incio; viejos labradores u hombres de campo volcados inteligentemente
hacia los problemas de defensa y valorizacin del paisaje o de la vida en sus
aspectos rurales o folklricos, como Jlio Bello, Samuel Hardman, Gaspar Peres,
Pedro Paranhos y Leite Oiticica. Hombres, todos estos, con sentido de
regionalidad encima del de pernambucanidad tan intenso o absorbente en un
Mrio Sette el de paraibanidad tan vivo en Jos Amrico de Almeida el de
alagoanidad tan intenso en Otvio Brando de cada uno; y ese sentido por as
decirlo eterno en su forma el modo regional y no solo provincial de ser alguien
de su tierra manifestado en una realidad o expreso en una substancia tal vez
ms lrica que geogrfica y ciertamente ms social de lo que la poltica es.
Realidad que la expresin Nordeste define sin que la investigacin cientfica
haya explorado hasta hoy, sobre el criterio regional de paisaje, a no ser en raras
obras como la de un Von Luetzelburg, admirable ecologista alemn todava ms
visible que el conocido Konrad Guenther, el sabio filopatologista, que hace poco
visit esta parte de Brasil por pedido de uno de nosotros Samuel Hardman
mientras que, por mi invitacin, estuvieron, tomando contacto con tradiciones y
problemas de la regin, mis antiguos colegas en la Universidad de Columbia,
Ruediger Bilden y su seora Francis Butler Simkins, tambin prometiendo ser este
ao mi compaero francs de aventuras intelectuales en Paris, Regis de Beaulieu:
aquel habindome llevado a conocer a su maestro, Charles Maurras, no evit en
ms de una oportunidad sentarse conmigo en una La Rotonde todava candente
por la presencia de Lenin.
2
Seoras.
2
Nestor; por hombres polticamente de izquierda como Alfredo Morais Coutinho y
de la extrema derecha como Carlos Lyra Filho.
3
Se asocia con la defensa del barrio, negativamente refiere a la accin que desprecia todo lo que viene de
afuera.
3
peculiaridades y desigualdades de su configuracin fsica y social; y con otra pena
de indio o una y otra charla de tucn, a disfrazar el exotismo norte-europeo del
traje. Con la Repblica sta enquistada las Provincias fueron sustituidas por
Estados grandes y ricos, sin tomar en cuenta las turbulencias balcnicas de
algunos grupos populares y que deban ser todava Territorios y no,
prematuramente, Estados.
4
Durante el Gobierno de Bernardes (1922 1926) se sostuvo que exista una campaa orquestada desde el
Palacio del Catete para impedir que So Paulo prosperara.
4
Intentando rehabilitar valores y tradiciones del Nordeste, repito que no
juzgamos estas tierras, en gran parte ridas y heroicamente pobres, devastadas
por el cangao5, por la malaria y hasta por el hambre, las Tierras Santas o la
Cocagne de Brasil. Intentamos defender esos valores y esas tradiciones, esto s,
del peligro de ser del todo abandonadas, tal el furor nefilo de dirigentes que,
entre nosotros, pasan por adelantados y progresistas por el hecho de imitar
ciega y desbordadamente la novedad extranjera. La novedad extranjera de modo
general. De modo particular, en los Estados o en las Provincias, lo que Rio o So
Paulo consagran como elegante y como moderno: inclusive ese carnavalesco
Papa Noel que, armado con sus botas de andar en trineo y pisando nieve, sobre
las viejas lapinhas6 brasileas, verdes, olorosas, de tiempo de verano, est dando
una nota de ridculo a nuestros natales de familia 7, tambin adornados ahora con
pinos extranjeros mandadas a pedir de Europa o de los Estados Unidos por los
burgueses ms llenos de cofres de dinero.
5
Tambin cangaceiros fue el nombre que se dio a los hombres que vivan en grupos armados fuera de la ley
en el nordeste brasileo desde mediados del siglo XIX hasta la dcada del 1930.
6
Gruta o pesebre.
7
Festividad navidea.
8
Azcar sin refinar.
9
Ingenios azucareros, hacienda colonial.
5
maneras y refinamiento, de modos de vivir y de sentir, vuelta as por la produccin
y exportacin de un mascavo tan internacionalmente famoso como, despus, el
caf de So Paulo es el Nordeste quien tiene el derecho de considerarse una
regin que ya grademente contribuy a dar a la cultura o a la civilizacin brasilea
autentiticidad y originalidad como as tambin dulzura a su tiempo. Con Duarte
Coelho madrugaban en la Nova Lusitania valores europeos, asiticos, africanos
que solo despus se entendieron con otras regiones de la Amrica Portuguesa.
Durante la ocupacin holandesa, otros valores surgieron o fueron aqu recreados
para beneficio de Brasil entero. Apenas en los ltimos decenios es que el
Nordeste viene perdiendo la tradicin del creador o recreador de valores para
volverse una poblacin casi parasitaria o una tierra de reliquias: el paraso
brasileo de anticuarios y de arquelogos. O el refugio de aquellos patriotas medio
necrfilos cuyo patriotismo se dice es capaz evocar, en los das de fiestas
nacionales, glorias remotas y anticipaciones gloriosas, exagerndolas, en los
discursos, adornndolas en los elogios histricos con brillos falsos, revistindolas
en las composiciones genealgicas de azules tambin excesivamente herldicos.
Es que el mucambo se armonizaba con el clima, con las aguas, con los
colores, con la naturaleza, con los coqueiros y las mangueiras, con los verdes y
los azules de la regin como ninguna otra construccin. Lo percibi el orientalista
francs en su rpido pasaje por Pernambuco como el alemn, tambin pintor, Ph.
Von Luetzelburg. Tienen ojos para ver y admirar lo que es caracterstico de la
regin y para saber separarlo de lo simplemente pintoresco o curioso. Como los
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que tienen ojos para ver a su Provincia o a su regin como Lafcadio Hearn vio a
Lusiana y a las Indias Occidentales Francesas.
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Enredadera.
11
Planta herbcea perteneciente a la familia de las poceas..
12
Auxilio gratuito que prestan a los otros los miembros de una determinada comunidad reunindose todos
en provecho o de uno de sus miembros o de todos, como en el caso, por ejemplo de la implementacin de
obras de infraestructura.
7
Lo mismo podra decir alguien de las viejas y estrechas calles del Nordeste.
Bien situadas, son entre nosotros, superiores no solo en pintorescas sino en
higiene y largas. Las calles anchas son necesarias nadie dice que no, desde que
exigidas por el trfico moderno; pero no deben excluirse las estrechas.
Es otro punto en que vengo insistiendo en mis artculos desde que aqu
llegu; es, como en el caso de los mucambos, tal actitud me tiene puesto no solo
en soberano desprecio de los ingenieros ms simplistas msticos del cimiento
armado y mistagogos de las avenidas largas, gente que hace aos domina esta
como otras ciudades de Brasil y, al contrario de los ingenieros ms esclarecidos,
solo saben derribar iglesias, sobrados de azulejos, arcos como el de la
Concepcin, palmeras antiguas, gameleiras viejas, jardines o jardines coloniales,
con tal de que los viejos burgos de fundacin portuguesa se asemejen a las ms
modernas ciudades norteamericanas o francesas como una mancha de
blagueur. O de literato venido a superior que, harto de viajes por Amrica del
Norte y por Europa, desease, como un nuevo y barato Fradique de suburbio,
divertirse a costa de la ingenuidad de la gente ms simple de su Provincia: de ah
alabarle los atrasos en vez de glorificarle los progresos. Querer museos con
panelas de barro, cuchillos de punta, cachimbo de matutos 13, sandalias de
sertanejos14, miniaturas de almanjarras15, figuras de cermica, bonecas de pano16,
carros de boi17, y adems con reliquias de hroes de guerras y mrtires de
revoluciones gloriosas. Exaltar bumbas-meu-boi18, maracatus19, mamulengos20,
pastoris21 y clubes porpulares de carvanal, en lugar de trabajar por el desarrollo de
Radio Club o concurrir para el brillo de los bailes del Club Internacional.
Levantarse contra el loteamiento de sitios viejos alegando que las ciudades
necesitan de rboles, de jardines, tanto como de casa y calles. Querer grandes
edificios pblicos y plazas decoradas con figuras de hombres de trabajo, mestizos,
hombres de color en pleno movimiento de trabajo, cambiteiros22, negros de
13
Dispositivo para fumar usado en el campo.
14
Sertanejo: relativo al campo.
15
Palos a los que se amarran los animales para hacer girar el molino.
16
Muecas de tela.
17
Carros transportados por bueyes.
18
Es una de las fiestas folklricas ms tradicionales del Brasil que a modo de auto mezcla msica,
danza, teatro, etc. En cada regin adquiere un nombre diferente.
19
Danza folklrica de origen afro-brasilea, en la que un cortejo carnavalesco, representado por personajes
histricos (rey, reina, embajadores, ministros, vasallos, esclavos, cortesanos) bailan al son de la percusin.
20
Tipo de fantoche tpico del nordeste brasileo.
21
Representacin dramtica religiosa desarrollada entre Navidad y Reyes.
22
Empleado que transporta paja en lomos de animales.
9
fornalha23 de ingenio, caberas de trapiches y de almanjarras, negros cargadores
de azcar, carros de buey llenos de cana, jangadeiros 24, vaqueros, mujeres
haciendo rendas25 y no con las imgenes convencionales y color de rosa de
diosas europeas de Fortuna y de Libertad, de dioses romanos de estos y de
aquello, de figuras simblicas de las Cuatro Estaciones. Desear un museo regional
lleno de recuerdos de las producciones y no solo de los trabajos de regin y
adems de antigedades ociosamente burguesas como joyas de baronesas y
bastones decorados del tiempo del Imperio.
Pues hay comidas que no son las mismas compradas en los tabuleiros que
hechas en casa. Arroz dulce, por ejemplo, es casi siempre sabroso hecho por
mano de negra de tabuleiro que en casa. Y tambin es cierto de otros dulces y de
otros quitutes. Del pescado frito, por ejemplo, que solo tiene gracia hecho por
negra de tabuleiro. De la tapioca molhada, que de calle y servida en hoja de
bananeira es que es ms sabrosa. Del zarapatel: otro plato que en mercado o
quitanda es ms sabroso del que en casa finamente burguesa opinin que no
solo es ma, sino de mi amigo y compaero de recorridas en los mercado y en
Dudu, el grande juez y gran periodista Manuel Caetano de Albuquerque y Melo.
27
Primer gnero de msica popular brasilea proveniente de la moda portuguesa. En el siglo XVII ya se
tocaba en las calles de Baha.
28
Baile popular de origen espaol, de movimiento vivo y apasionado, en comps de tres por cuatro o seis
por ocho.
29
Oix de la regin yoruba.
30
romance de tradicin oral que alude el viaje del navo Santo Antnio que transport a Jorge de
Alburquerque Coelho en 1565.
31
Comida que se sirve como acompaamiento.
32
Escoba pequea y redonda para limpiar el interior de los sanitarios.
33
Tejido de paja.
34
Quitute que se vende en los puestos como los tabuleiros de las bahianas en los que venden sus acarajs.
11
Las negras de tabuleiro y de quitanda como que guardan masnicamente
secretos que no transmiten a las sinhs blancas del mismo modo que, entre las
casas ilustres, unas familias vienen escondiendo de las otras recetas de viejas
tortas y dulces que se conservan hace aos, especialidad o secreto o singularidad
de familia. De ah el hecho de que se sucedan generaciones de quituteiras casi
como generaciones de artista de Edad Media: doas de secretos que no
transmiten a los extraos.
Hechos estos reparos, estoy enteramente dentro de uno de los asuntos que
me pareci deber ser comentado por alguien en este Congreso: los valores
culinarios del Nordeste. La significacin social y cultural de esos valores. La
importancia de ellos: de los manjares, los populares. La necesidad de ser todos
defendidos por la gente del Nordeste contra la creciente des-caracterizacin de la
cocina regional.
Solo en la falta de voz que dijera autorizadamente del asunto, del punto de
vista y al mismo tiempo regionalista y tcnico, es que me animo a hacerlo. Osada
que los competentes han de disculpar al intruso.
La verdad es que no solo de espritu vive el hombre: vive tambin del pan
inclusivo del po-de-l, del po-doce, de la torta que es todava pan. No solo con
los problemas de bellas artes, de urbanismo, de arquitectura, de higiene, de
ingeniera, de administracin debe preocuparse el regionalista: tambin con los
problemas de culinaria, de alimentacin, de nutricin.
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carne, caractersticamente comida como churrasco casi crudo y a cuchillo de
punta. Ms podras ser descripto, desde el punto de vista culinario, como serto:
reas caracterizadas por una cocina todava agreste; por el uso, tambin, del
quibebe, franciscanamente simple, y de rapadura; y, en las florestas del centro del
Pas, por la utilizacin de caza y de pescado de ro todo asctica y rsticamente
preparado.
Tambin algunos sobrados de Recife, para los cuales, en los fines de siglo
XVIII se fueron transfiriendo de las casas-grandes del interior y de los sobrados
decadentes de Olinda, los refinamientos culinarios de la civilizacin regional,
quedaron famosos por la abundancia y por el primor de sus mesas. Entre esos
sobrados o esas casas de sitios, la de Bento Jos de la Costa y despus la de la
familia Siqueira, en Ponte dUchoa; la del viejo Maciel Monteiro; los sobrados de la
Madalena y, en el centro de la ciudad, los de Casi del Colegio, los de la Rua da
Praia, los de Patio do Carmo, los del Aterro de Boa Vista.
38
Tratamiento muy usado en la poca de la esclavitud dado a las muchachas, nias y seoras.
39
Comportarse de manera seductora.
16
India con galletas con las que se saboreaban en la casa de la familia Lopes
Gama. Y todo eso, en porcelana de la mejor, de la ms fina, de la ms bella.
Como con cubierto de plata, mezclado con cuchara de la mejor plata portuguesa.
Me enorgullesco de poseer hoy, entre otras reliquias pernambucanas menos de
guerra que de paz, un plato de Oriente, hace casi doscientos aos en Brasil, que
fue del viejo Morais, del Diccionario: presente de mi amigo Eduardo de Morais
Gomes Ferreira, descendiente de aquel ilustre hombre del Sur que el casamiento
con una joven pernambucana transform en seor de ingenio del Nordeste. Por
otra parte, en su sobrado del Patio de So Pedro, en Olinda, Eduardo y Alfredo de
Morais guardan otra reliquia preciosa; vasto plato del Oriente donde se serva
arroz dulce tradicional, hoy raro como postre en las casa o como golosina en los
tabuleiros de calle.
40
Ayuno.
17
Casi no se ve cuento o novela en que aparezcan dulces y tortas
tradicionales como en romances de Alencar. Los romancistas, cuentistas y
escritores actuales tienen miedo de parecer regionales, olvidados de que regional
es el romance de Hardy, regional es la poesa de Mistral, regional es el mejor
ensayo espaol: el de Gavinet, el de Unamuno, el de Azorn.
Raras son hoy, las casas del Nordeste donde todava se encuentran mesa y
sobremesa ortodoxamente regionales: horno y fogn donde se cocinen los
quitutes tradicionales a la buena moda antigua. El dulce de lata domina. La
conserva impera. El pastel afrancesado reina. Raro un Pedro Faranhos Ferreira,
fiel; en su vieja casa de ingenio infelizmente remodelada sin ningn sentido
regional a los pitus del Rio Una. Raro un Geroncio Dias de Arruda Falco que
dirija l propio desde su silla de balanceo de patriarca antiguo el preparado de
quitutes ms finos para la mesa inmensa de la casa-grande casi un convento
que hered del Caipo Manuel Tom de Jesus, recordando a la cocinera un
condimento y no ser olvidado en el pescado, insistiendo por un molho ms espeso
en el cocido o por un arroz ms suelto para acompaar la gallina, recordando a las
seoras de la casa, las lecciones de ortodoxia culinaria guardadas en los viejos
libros de receta de la familia. Rara una Doa Magina Pontual que se esmere ella
misma en la fabricacin de manteca para la mesa de su casa-grande: para la del
Bosque. Rara una Doa Rosalina de Melo que haga ella misma los alfenins de los
que no se olvidan nunca los nios que ya pasaron algn fin de ao en el Ingenio
de So Severino dos Ramos. Y el profesor Joaquim Amazonas me recuerda el
famoso mingau-pitinga del Ingenio Trapiche: delicioso mingau del cual parece
haberse perdido la receta.
Cuando los domingos salgo de maana por Recife por el viejo Recife pero
fiel a su pasado y en So Jos, en Torre, en Casa Amarela, en el Poo siento
venir todava de dentro de mucha casa el aroma de mungunz y de iglesias el
aroma de incienso, voy a almorzar tranquilo el cocido o el pescado de coco con
piro. Lleno de confianza en el futuro de Brasil despus de haber odo el Himno
Nacional ejecutado ruidosamente por banda de msica o el Porque me ufano de
mi pas, evocado por orador convencionalmente patritico.
2do. Que los colegios de nias establezcan cursos de cocina en que sean
cultivadas las mismas tradiciones.
Por otra parte, lo ideal sera que Recife tuviera su restaurante regional,
donde se cultivase la dulcera y la culinaria antiguas, en el medio de un resto de
mata tambin antigua y regional como la de los Dos-Hermanos, donde la persona
de la tierra o de afuera se regalase comiendo tranquilamente su paca asada o su
fritada de guaiamum con piro y molho de pimienta a la sombra de paus de arco,
de visgueiros, de mangueiras; donde los nios se deleitasen con castaa
confitada, garapa de tamarindo, bolo de goma, jugando, al mismo tiempo, de
empinar un balde, gamelo, bizarrona o tapioca, de jugar carrapeta o castaa, de
19
apostar carrera en quenga de coco, en un parque atestado de oleoso capim de la
tierra; donde los nios y personas grandes tuvieran al alcance de los ojos y de los
odos, tan naturalmente cuanto posible como se hace hoy en los jardines
zoolgicos de Alemania los insectos, los animales, las aves, las borboletas de
regin, animales que tantos de nosotros solo conocemos de nombre o de las
ilustraciones de libros: en general libros extranjeros.
Maestras de la higiene tropical son tambin las mujeres del pueblo que
andan por las calles y estradas al sol del medio da protegas contra ese sol
excesivo por chales, mantillas, paos da Costa atados elegante y litrgicamente
sobre la cabeza y los hombros de diez o veinte formas diversas que merecen un
estudio, tanto es lo que pueden revelar sobre las culturas orientales y africanas
que se transfirieron para Brasil con esos chales, mantillas y paos, y los diferentes
20
modos, maometanos o no, que las mujeres usan. Maestras de arte de decoracin
son las negras de tabuleiro que envuelven sus dulces con papel recortado: otro
asunto popular, plebeyo, rastrero que merece un buen estudio regional. Maestras
del arte de promover lo que el sabio Branne llam el bienestar humano son las
muchas cocineras buenas, pretas 41, pardas, morenas, blancas, que todava
existen por este Nordeste; que no se dejan corromper por la cocina francesa ni por
la industria norte-americana de las conservas. Maestros de msica son algunos
cantores de modinha y de los tocadores de guitarra de este viejo trecho de Brasil.
Maestros de danza son algunos de los babalorixs 42 y algunas de las ialorixs43
de los xangs. Maestros de medicina son algunos de los curanderos de la regin,
doctores en hierbas y plantas regionales. Maestros de higiene regional del traje
son los sertanejos y los matutos que andan con camisas leves por fuera de los
pantalones tambin leves, sombreros de paja, alpargatas. Maestras de adorno
personal de acuerdo con el clima y el paisaje de la regin son las morenas, las
mulatas y las caboclas, cuyo cabello brilla a la luz de la luna amasados por el ms
puro leo de coco, perfumado por los ms aromticos jazmines. Maestras son,
todava, algunas de ellas, por las lecciones que dan a las blancas esclavas de
los figurines franceses viestindose segn sabias tradiciones rabes: turbante,
cabeza picada de riendas, pao largo y de colores vistosos que las protege sabia
y graciosamente del sol. Maestros del arte nutico son los jangadeiros de las
playas del Nordeste. Maestros de educacin fsica son algunos sobrevivientes de
capoeiras entre simples trabajadores, negros y pardos, de ingenios y trapiches,
cuyas formas de tiesos hombres de trabajo estn por pedir pintores que pinten
tambin mulatas y caboclas semidesnudas y no solo blancas finas; nuestras
seoras morenas y no solo rubias.
41
Pretas en lugar del despectivo negras.
42
Pai-do-santo (Padre Oficiante de la macumba y el candomble) en el xang pernambucano.
43
Me-de santo (Madre oficiante de la macumba y el candomble).
21
Es un contacto que no debe ser perdido en ninguna actividad de cultura
regional. Y de esas actividades no debe ser excluida nunca el arte del quitute, del
bolo que, en el Nordeste, es un equilibrio de tradiciones africanas e indgenas con
europeas; de sobrevivencias portuguesas con las artes de las negras de tabuleiro
y de las pretas y pardas del fogareiro. Por consiguiente, brasilersima.
Augusto dos Anjos se apeg tanto, en sus das de nio de ingenio, a un pie
de tamarindo grande del quintal de la casa de sus padres, que de l guard el
recuerdo que se guarda de una persona particularmente amiga. El viejo rbol fue
22
para l un confidente bueno de los primeros amores o de los primeros sueos de
infancia. Qu nio del Nordeste no tuvo a su mangueira o a su cajueiro de
estimacin, parecido al pie del tamarindo de los versos de Augusto? O un
visgueiro o coqueiro de los que estn siempre asomando de los cuadros de Telles
Jnior como si fueran ms que rboles o ms que paisaje? Un rbol ms amigo
que los otros. Un rbol casi persona de la casa. Casi persona de familia. Casi
hermano de los nios o de esos nios eternos que son los poetas, los pintores, los
compositores que saben or no solamente estrellas sino tambin rboles, como
supieron Jos de Alencar y Augusto dos Anjos.
Y es raro el nio de esta parte de Brasil que, sin haber sido rico, no lleg a
ser dueo de un carnerito manso que fuera su primer caballo. Que fuera para l no
solo lo que es para los nios de hoy el velocpedo o la bicicleta sino ms bien otra
cosa: casi persona, casi gente, casi malungo. Una casi persona digna de aparecer
en romances, en poemas, en cuentos, en teatro, en que se dramatizase la vida de
la regin, en que se evocase las aventuras de la infancia regional.
44
Designa a los animales en general.
45
Nio negro. Se emple en forma despectiva como sinnimo de nio abandonado, travieso, endiablado,
satnico.
24
Qu es de los poetas del Nordeste que no cantan figuras del vigor al
mismo tiempo regional y humano de la de Joo Ramos, como mi amigo Vachel
Lindsay, cant a la figura del General Booth: el general Booth, del Ejrcito de
Salvacin, entrando en el Cielo? Qu es de los romancistas que no descubren
tales figuras de Don Quijotes regionales? De los bigrafos que no las revelan?
De los ensayistas que no las interpretan?
25