Cap. 4 Formar y Formarse en La Enseñanza. Gloria Edelstein
Cap. 4 Formar y Formarse en La Enseñanza. Gloria Edelstein
Cap. 4 Formar y Formarse en La Enseñanza. Gloria Edelstein
formarse en la
enseanza
Gloria Edelstein
FORMAR Y FORMARSE EN LA ENSEANZA INTERVENCIN PROFESIONAL E INVESTIGACIN. UNA PROPUESTA DE FORMACIN
Edelstein, Gloria E.
Formar y formarse en ta enseanza.- l a ed.-
Buenos
Aires: Paids, 2011.
240 P.; 22x15 cm. A Pedro Gabriel;
Sergio y Silvina;
ISBN 978-950-12-6161-5 Javier y Eugenia;
Carlos y
I . Formacin Docente. 2.
Beln; Ignacio, Lautaro, Roco, Malena, Josefina y Julia. Mis afectos ms profundos... P edicin,
Pedagoga. l. Ttulo. CDD
371.1
2011 nutriente vital, sentido de mi historia...
Reservados todos los
derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los
titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la
reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
incluidos la reprografa y el tratamiento informtico.
ISBN 978-950-12-6161-5
proyecto de transformacin para el mejoramiento de la relaciones entre estos componentes/variables como los de
realidad de la educacin. Pero para que alcance su valor transmisin, reproduccin, produccin, apropiacin,
en la accin, los sujetos empricos debern estar negociacin, resistencia, entre los principales.
preparados para reconstruirla creativamente, decidir y
actuar, con conocimiento e inters (Camilloni, 1998: 32). La construccin metodolgica. El modus
operandi en la propuesta
Este planteo de las relaciones entre teora-empiria
resulta coincidente con nuestra visin acerca de la relacin
entre teora didctica y prcticas de la enseanza, En primer lugar, cabe sealar que no desconocemos el
plataforma de sustentacin en la configuracin del reto que implica poner en palabras una propuesta de
dispositivo de formacin. Solo desde este posicionamiento formacin de la que uno es parte en su gnesis y
ser posible y cobrar sentido la ampliacin de la agenda desarrollo. Distintos investigadores sealan que los
clsica a la que aludamos. Sealar los lmites de un anlisis profesionales no siempre pueden decir respecto de aquello
de las prcticas en el aula acotado al esquema de variables en lo que muestran una particular pericia en sus prcticas.
como objetivos, contenidos, mtodos-procedimientos, Asumimos, en esta tarea, una necesaria incompletud, en
actividades y evaluacin para incorporar un interjuego tanto dar cuenta de un quehacer que involucra la propia
categoriat de mayor complejidad configurado desde un prctica entremezcla siempre deseos e imposibilidades:
esquema multirreferencial como proponemos cobrar decir acerca de dicha prctica, sin tornearla, si violentarla;
significado en tanto sea utilizado con pertinencia segn las posibilidad a su vez como memoria de experiencia de
realidades especficas y la necesaria apertura y flexibilidad dar lugar a la emergencia de nuevos sentidos sobre ella.
de pensamiento. Cabe en este punto aclarar que, en Un aspecto destacable de la propuesta es el desafo que
oposicin a movimientos pendulares tan frecuentes en el nos planteamos en su elaboracin, en cuanto a procurar
campo pedaggico, la idea no es abandonar el referencial enfatizar la articulacin contenidomtodo o forma-
identificado como clsico, sino redimensionarlo desde un contenido, otorgando una especial importancia a habilitar el
sistema de mayor inclusividad. Esto es as en cuanto despliegue de la experiencia en el plano procesual-prctico
entendemos que en relacin con situaciones de enseanza en consonancia con el enfoque postulado tericamente.
resulta ineludible considerar la problemtica de los Para procurar, de este modo, abrir curso a una va de
objetivos, los contenidos, las actividades, los aspectos comprensin y apropiacin significativa que potencie sus
metodolgicos, la evaluacin. Sin embargo, hacemos posibilidades de transferencia generativa en diversas
explcito que contenido y mtodo constituyen los situaciones. La intencin de dar concrecin al desafo de
componentes nucleares alrededor de los cuales se articulan preservar la dialctica contenido-mtodo, conduce a tomar
los dems elementos, entre los que habra que incluir lo distancia de visiones que entienden esta relacin en
relativo a tiempos, espacios, discursos, estructura de trminos isomrficos. Planteos que, en definitiva, subsumen
participacin, agrupamientos, interacciones, clima, estilos, la cuestin a una visin reducida de las relaciones teora-
entre otros. prctica, otorgando siempre a la prctica un sentido
Por otra parte, en tanto se trata de prcticas situadas aplicativo de las teoras.
histrica y socialmente, sujetos e instituciones en sus Desde ta perspectiva planteada, cobra fuerza la idea de
respectivos contextos se constituiran en ejes de mltiples imaginar la enseanza de la propuesta a la manera de un
conexiones. En esta clave de interpretacin, se requerira
adems integrar conjuntos categoriales resultantes de
entrelazar historias, trayectorias, campo, posiciones,
representaciones, creencias, valores, habitus, estrategias,
identidades, entre otros conceptos. Asimismo, otros que
habiliten el registro de los procesos que transversalizan las
144 145
modus operandi, 1 al decir de Bourdieu (1975, y con
Wacquant, 1995), en este caso, en referencia a la formacin
en el "anlisis didctico" de las prcticas de la enseanza.
Otra idea potente, en esta misma direccin, surge de la
lectura de Santoni Rugiu (1994). En este caso vale la
analoga con las experiencias de formacin en el oficio en
los talleres artesanales del medioevo y en particular la
metfora de meter las manos en la masa para definir la
principal ayuda en el acompaamiento del maestro
artesano a sus discpulos en la produccin de cada obra.
Proximidad en la imagen, y distancia a la vez, como
resguardo terico, cuando al perfilar algunos rasgos
distintivos de tal "maestro" se advierte que
respecto de la reflexin acerca de ellas; principalmente: la Para resolver la secuencia en su presentacin, creemos
clara delimitacin de las situaciones objeto de anlisis y por pertinente comenzar por un ejercicio compartido en el que el
tanto de reflexin, significadas como de alta complejidad y docente formador coordina una situacin de enseanza que se
con determinaciones mltiples; la apelacin a referencias constituye en pretexto de anlisis y luego metaanlisis. No se
diversas, recuperadas tanto de experiencias de la prctica convoca al anlisis de las propias prcticas en el punto de
como de desarrollos tericos formalizados, resultados de partida, sin embargo, todos los ejercicios movilizan la puesta en
investigacin; y, por ltimo, la conformacin de un grupo, tensin de las mismas desde el juego de espejos que provocan.
espacio colectivo que posibilite al decir de Bourdieu, el Cuando ocurre, como al plantear el ejercicio de reconstruccin de
autosocioanlisis, que permita la emergencia de un mbito la memoria, conscientes de su efecto movilizador de modelos
deliberativo, de dilogo intersubjetivo y plural, que albergue internalizados, el nfasis se coloca en las cuestiones de orden
mltiples voces y, a modo de foro, propicie la metodolgico en primera instancia. Con los mismos argumentos,
internalizacin de una manera difererte de ejercer la crtica se pospone la observacin de clases, por entender que en este
entre pares. 3 ejercicio es necesario extremar los recaudos tericos,
Estos ejercicios no se plantean como reconstrucciones metodolgicos y ticos.
lineales que priorizan lneas de continuidad cronolgica,
sino que, como memoria de experiencia, interrogan la a. Microexperiencia
dimensin episdica reconociendo ausencias, vacos,
fisuras, rupturas, a partir de articular descripcin con Plantea al grupo en formacin la participacin en una
interpretacin. microclase que luego ser objeto de anlisis.
Los principales ejercicios elaborados, alrededor de los La propuesta de enseanza pone en juego una situacin
cuales se recrean otros segn las particulares didctica en sus diversos componentes. Sobre esta base, a
circunstancias y los sujetos implicados, sus historias y partir de la deconstruccin y reconstruccin de la
trayectorias formativas, son los siguientes: experiencia se procura objetivar las mltiples definiciones y
decisiones que se asumen en una clase, aun cuando esta
a. Microexperiencia. se desarrolle en un tiempo acotado (60 a 90 minutos segn
los integrantes del grupo). De qu componentes se trata?
b. Reconstruccin de una situacin de prctica de la Nos referimos a un contenido que atraviesa la estructura
enseanza desde la memoria. global de la actividad: "las relaciones aprendizaje-
c. Anlisis de registros observacionales. enseanza"; a diferentes formas de agrupamiento en la
d. Observacin en pequeos grupos de una clase. organizacin del grupo para el desarrollo de las tareas
propuestas, como la lectura de un texto literario, solicitud
de una produccin escrita en relacin con el texto ledo;
usos del tiempo y el espacio; configuracin de la
arquitectura de la clase, la organizacin del escenario; la
ubicacin de alumnos y profesor; integracin de diferentes
formatos: interrogatorio, exposicin, trabajo en grupos
(pequeos y grupo totat/plenarios); el papel asignado al
clima, los componentes valorativos y la dimensin tica; la
149 participacin y las interacciones; el uso de la pizarra y
otros recursos; el planteo de consignas de trabajo, entre
otros.
3 . Se recuperan tambin como referentes en este La propuesta aporta ciertas herramientas conceptuales
planteamiento categorfas como comunidad de prcticas. y metodolgicas que hacen posible la concrecin de un
participacin guiada, apropiacin participativa y cognicin primer nivel de anlisis. Al respecto, se puntualiza que la
distribuida que sern expuestas ms adelante, en relacin clase, como estructura global de actividad, se expresa en
con las inscripciones tericas que les dan origen y
mltiples acciones articuladas que pueden ser reconocidas
fundamento. desde observables directos y/o de observables construidos,
a partir de ciertos indicios o seales que permitan
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identificar "pistas" orientativas de los significados y Como primera aproximacin, este ejercicio permite develar
sentidos atribuidos por los sujetos a diferentes acciones y cuestiones relativas a la relacin contenido-mtodo no siempre
visualizadas claramente, objetivadas o colocadas como objeto de
su integracin en actividades. A partir de esta descripcin reflexin. Quizs por ello, el ejercicio resulta paradigmtico en su
analtica se puede avanzar inferencialmente fuerza por el efecto ejemplificador del modus operandi en el
anlisis que se intenta presentar, que hace centro en la
complejidad de las decisiones que juegan cuando un docente
150 construye metodolgicamente
en la identificacin de decisiones que fundamentaran lo 11. Quiz la mayor parte de las investigaciones que aluden a esta caracter[stica sean
actuado, las que pueden discriminarse en micro y macro aquellas de base cognitiva que indagan acerca del comportamiento de "expertos" y
"novatos". Sin embargo. los resultados obtenidos a par de estudios que se enrolan
decisiones. Las primeras, aquellas que se resuelven in situ, en otros programas o tradiciones coinciden en este sentido, sin aludir a estas
en funcin de aspectos imprevisibles de la clase, son el expresiones. Estudios socioantropolgicos, entre otros.
resultado de la multiplicidad y simultaneidad de
dimensiones que operan en ella y que reclaman una
resolucin en la inmediatez. Microdecisiones que, en 151
general, tienen que ver con las particulares resonancias
que en el grupo generan las propuestas de enseanza del
la propuesta de una clase -en una particular configuracin
maestro o profesor, como as tambin con algunas
que articula bsicamente contenido y mtodo, y los
situaciones coyunturales a nivel institucional o del contexto
avatares de la misma en su implementacin. Pero, sobre
y respecto de las cuales muy difcilmente se puedan lograr
todo, esta actividad juega en trminos estratgicos desde
representaciones anticipadas.
las resonancias que provocan las decisiones de otro, sus
Se asumen tambin en una clase macrodecisiones, como intervenciones en los propios modos de significar de los
aquellas que estn vinculadas a las adscripciones tericas participantes, desocultamiento en el que se avanzar
del docente: sus posiciones sobre el campo de
progresivamente con los siguientes ejercicios respecto de las
conocimientos al que remite la materia objeto de
enseanza; los enfoques en debate respecto de la misma y huellas de matrices y modelos internalizados en muchos casos
la historia de construccin de sus principales conceptos; tas acrticamente. En particular, hace visible la actualizacin en
perspectivas respecto del ensear y el aprender; las situaciones de inmediatez, donde no hay lugar para la toma de
concepciones ideolgicas, filosficas, antropolgicas, distancia que requieren los procesos de objetivacin de las
polticas, ticas, estticas, entre otras. Decisiones que, por propias prcticas. Reconocimiento posible, en este caso, a partir
tanto, devienen de supuestos, racionalidades, razones, que de comenzar a ensayar el uso de herramientas metodolgicas
las justifican y fundamentan. Decisiones que en general el para el anlisis e interpretacin.
docente procura sostener y, respecto de las cuales en todo En realidad, se comienza ya a reconocer el valor de
caso, buscar modos particulares de resolucin segn la operar planos de racionalidad desde las instancias de
singularidad de cada situacin o episodio, en cada mbito y preparacin-previsin, cuando la clase es pensada,
contexto de actuacin. imaginada, por el docente. Esto significa atribuir valor al
Cabe sealar que el trabajo reconstructivo de un anlisis didctico no solo en instancias posteriores a la
ejercicio preparado intencionatmente para operar el anlisis accin, sino como una base para la generacin de hiptesis
transparenta el estricto y pormenorizado recaudo terico- anticipatorias desde ta instancia de diseo.
epistemolgico y metodolgico que se reconoce en la clase Se hace posible tambin dar contenido concreto a la idea
planteada como microexperiencia. Ello permite inferir una de complejidad en las prcticas de la enseanza, al hacer
caracterstica central de estas prcticas que indican que, a visible la multiplicidad de acciones, decisiones y
mayor "profesionalidad", " oficio " o "experiencia- definiciones puestas en juego. Complejidad que se nos
trayectoria", se advierte aun en la inmediatez y ante representa en la imagen de una textura de delicada
sucesos o episodios imprevistos, tambin una mayor filigrana cuya trama se invita a decodificar. Esta
coherencia en la relacin entre micro y macro-decisiones. 1 1
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objetivacin, incluso tratndose de una microexperiencia, alternativas a esta clase seleccionando alguno de los
es decir, de una clase acotada en el tiempo, reclama la elementos de su construccin metodolgica, marcando
necesidad de ampliar los registros tensionando los lmites especialmente diferencias en atencin a las
de ciertas simplificaciones habituales. Hacerlo apelando a la particularidades situacionales para las que se proyecte y
mirada, la escucha, la lectura atenta y cuidadosa, disee la clase.
asumiendo la incompletud de la captacin individual y la En tanto la microexperiencia se configura como una
necesariedad de complementarse en y con otros. Este propuesta didctica que pone en juego diferentes
ejercicio pone en juego la relacin descripcin- formatos, 5 estructura de tareas y de relaciones sociales o
interpretacin y la importancia de la validacin, interacciones, surge la inquietud de que se asocie el
triangulando conjeturas e inferencias que se van anlisis didctico solo con clases donde realizan
efectuando. En suma, estimula el despliegue de una actividades diversas por parte de los alumnos. Se elabora
posicin investigativa en el anlisis. en consecuencia otro ejercicio articulado a la
Es desde este abordaje que se advierte en el plano de lo microexperiencia que requiere el anlisis de una clase
concreto la necesidad de ampliar las categoras que la expositiva. 6 La intencin es que el practicante devele
didctica clsica coloc como patrn bsico de anlisis para cmo en tal caso tambin es posible reconocer de
avanzar en una perspectiva que, sin desconocer el valor de mediar una propuesta didctica segmentos, eje
t
taleS categoras las ample de manera tal de hacer factible estructurante articulador, adems de variedad de
el adentrarse en la singular trama de hechos y situaciones, formatos desde la inclusin de narrativas diferentes y los
traspasando atributos formales comunes y recurriendo para ms diversos recursos, articulados en funcin de la
ello a claves de interpretacin que resulten pertinentes en intencionalidad transmisiva de la estructura conceptual
cada caso. La experiencia nos fue sugiriendo la necesidad presentada.
de apelar a conjuntos categoriales en coherencia
epistemolgica y particularmente atentos a lo casustico. b. El ejercicio de reconstruccin de una situacin de
El trabajo reconstructivo de la microexperiencia permite prctica de la enseanza desde la memoria
tambin reconocer en el marco de ta estructura general de
ta actividad, segmentos o momen- En este caso, el ejercicio propone a los participantes
reconstruir desde la memoria una situacin de prctica de
la enseanza en la que hayan participado desde el lugar
152 de alumnos, en cualquier instancia de su recorrido escolar
-ciclo, nivel o modalidad del sistema educativo, o de
instancias de capacitacin. Para orientar su realizacin, se
tos principales, que se constituyen en unidades de sentido invita a la conformacin de pequeos
en la clase. 4 Se supera as la mera sumatoria, pues se
articulan las diferentes acciones desde un eje
estructurante que opera como transversal articulador, en
consonancia con et enfoque por el que se opta al
presentar la materia objeto de estudio desde una
particular relacin forma-contenido. Importa, adems,
mencionar la ampliacin-recreacin de este ejercicio,
cuando con la idea de quebrar una posible cristalizacin 5 . Con "formato" nos referimos a formas metdicas, es
de la propuesta como estructura extrapolable decir, como las diferentes maneras a partir de las cuates se
mecnicamente con independencia de los contenidos, operacionaliza una construccin metodolgica y que tiene
los sujetos y los contextos, se solicita construir expresin en una particular combinacin de tcnicas,
procedimientos y recursos didcticos.
4 . Cabe sealar que se incorporan como referentes al
integrar estos conceptos a Susan Stodolsky (1991) y Jay 6 . Ejercicio en el que resultan de singular valor las
Lemke (1997), sin que eso signifique acordar con la totalidad diferentes configuraciones didcticas en clases expositivas
de tos planteos realizados sobre el tema poi estos autores. en el aula universitaria construidas por Edith Litwin (1997b).
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22. Se hace referencia en este caso a la expresin acuada en Lyons (1999), en particular desde los aportes
del Lee Shulman (pgs. 44-62).
23. Esta caracterizacin se encuentra claramente expresada en el captulo 11 (pgs. 398-429) de su autora,
en el libro que comparte con Jos Gimeno Sacristn, Comprender y transformar la enseanza (1992).
162
Estas reconstrucciones se entienden como narrativas que dan cuenta de trayectos singulares que, ms all de reconstruir linealmente
las vicisitudes de un recorrido procurando muestras de un avance constatable, se constituyen desde la bsqueda de trazos que incluyen
el recuerdo de lo imprevisible, la perplejidad y los lmites en memoria como saber de la experiencia. Un saber en perspectiva que se
asienta sobre el relato y que enfatiza la presencia insoslayable de la subjetividad, la contingencia de cada trayecto. Movimiento intelectual
en el que el sujeto -en este caso el profesor junto a otros, reencuentra sentidos para su experiencia. El desafo es entonces pensar fuera
de los lmites de concepciones preestablecidas y fortalecer la capacidad de apertura crtica que pueda traspasar las estructuras cosificadas
del saber-informacin. As, se reemplaza la idea de parmetro por la de potencial, reconociendo horizontes que no se circunscriben a la
lgica de las conceptualizaciones ya formalizadas; se confronta el pensamiento con mltiples posibilidades de concrecin sin confinarlo a
estructuras racionales fijas que tienden a reificarse y dar lugar a una forma de razonamiento categorial abierto.
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Metodolgicamente, a las instancias de presentacin y o profundizacin terica sobre los ncleos conceptuales se integran situaciones
de trabajo en taller, pues constituye una alternativa privilegiada 13 que permite revelar elementos constitutivos de las prcticas,
provocndolas, obligndolas a hablar, a decir lo tantas veces dicho en el aula sin palabras. Privilegio por la posibilidad de trabajar sobre
contenidos manifiestos y latentes de la cotidianeidad escolar, lo que solo puede concretarse a partir de procesos de bsqueda e indagacin
de lo que est ms all de la apariencia. Los conocimientos y categoras previas de las que dispone el sujeto incluso nociones intuitivas
que configuran el suelo epistmico sobre el que produce su discurso acerca de las prcticas constituyen el punto de partida para la
construccin de conocimientos en taller. Esta perspectiva exige, desde el inicio, la aceptacin de que no se cuenta con todas las
respuestas; que es necesario potenciar las capacidades de problematizacin, para generar interrogantes, formular hiptesis, realizar
inferencias, construir nuevas categoras.
Ejercicio creativo que se enriquece en la medida en que incorpora el colectivo y, desde l, los mltiples sentidos que es posible
recuperar respecto de los episodios, situaciones y procesos objeto de anlisis. Espacio para pensar y pensarse. Condicin que no surge
rpida y mgicamente sino que demanda un laborioso trabajo, sobre todo por lo difcil de someter a anlisis procesos con
implicancias personales tan fuertes, por el atravesamiento evaluativo que, en el campo de la docencia, representa ta mirada del otro.
Dificultad esta que se acrecienta al pretender objetivar los propios puntos de vista, por la tendencia a calificar-descalificar que impone
una exigencia de producir cierto efecto de completud en los relatos frente a los fallos, fracturas, contradicciones. Se hace necesario, en
consecuencia, construir un clima que posibilite abrir a una actitud de indagacin en profundidad, reconstruyendo y buscando la
comprenSin de situaciones a partir de un trabajo terico, analtico e interpretativo. Desde este enfoque se incorpora el concepto de
reflexin. La recuperacin, en este caso, se hace sobre la base de destacar la necesidad de dimensionar adecuadamente la prctica
crtica frente al acto de reflexin. Para ello se hace imprescindible apoyarse en procesos no exentos de intencionalidad y, superando
posiciones objetivistas que hacen nfasis exclusivamente en la rigurosidad de las descripciones, interesarse particularmente por
encontrar nuevas alternativas de comprensin de las prcticas.
emergencia de mltiples relaciones e interacciones que convocan a pensar en docentes en plural, alumnos en plural, contenidos en plural.
Sobre todo, si se admite que a partir de dismiles y, en ocasiones, confrontadas representaciones e imgenes sociales, los componentes
de esta relacin se entrecruzan en movimientos de lucha, resistencia, oposicin y, a la vez, complementariedad e interaccin productiva.
Esta primera puntualizacin dio lugar a la posibilidad de precisar sin pretensin totalizante rasgos identitarios bsicos de las
prcticas de la ensean-
za, propiedades nucleares definitorias de su peculiaridad en tanto prcticas sociales especficas.
Las experiencias de intervencin desde la propuesta del dispositivo de formacin en el anlisis de prcticas de la enseanza nos
plantearon la necesidad de avanzar en la demarcacin de dimensiones de anlisis y categoras especficas de corte didctico. En tal
sentido, ciertos conceptos y sus posibles articulaciones aparecan como puntos clave de anclaje: aula, clase y estructura de actividad por
una parte; luego, construccin didctica, construccin metodolgica y configuracin didctica. Algunos de ellos, con escaso y disperso
nivel de desarrollo, merecieron indagaciones especficas acerca de su gnesis en la historia; otros, resultado de ta propia elaboracin y la
de otros colegas, nos demandaron un esfuerzo particular en la intencin de procurar con ellos planos de diferenciacin y
complementariedad.
Referirse a las prcticas de la enseanza resulta impensable sin aludir a su contexto de realizacin. Ello significa dirigir nuestra mirada
al aula como espacio fsico de potente valor simblico que liga su gnesis como construccin social a los procesos de escolarizacin de
finales del siglo XIX. Podramos imaginar que la idea de auta alude a una arquitectura particular que trasciende las imgenes con ella
asociadas por los trazos que en su impronta definen dichos procesos de escolarizacin. Concebirla en tal sentido, de modo genrico, como
cruce de coordenadas de tiempo y espacio, hbitat de sujetos en agrupamientos prefigurados, lugar de encuentro signado por la particular
forma que en ella adopte la tridica relacin docente-alumno-conocimiento. Es el mbito principal de realizacin de la escena pedaggica
cotidiana, de concrecin de prcticas de la enseanza como expresin de la puesta en juego de propuestas didcticas diversas. No es
posible, sin embargo, obviar desde marcas en su historia, los dispositivos de vigilancia y disciplinamiento, expresin de formas de gobierno
orientadas a controlar y regular los inter-
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cambios que en ellas se producen. Lugar asociado a imposicin, a correccin de lo desviado, a obediencia, a rutinas y rituales
cristalizados, a tiempos cronometrados, a uniformidad de movimientos, normalizacin de cuerpos y expresiones.
Qu implica esa situacin en la que se produce el revuelo cotidiano del aprender y el ensear? , se preguntan Ins Dussel y Marcelo
Caruso (1999). Sus aproximaciones en tal sentido resultan clarificadoras cuando expresan que el aula puede ser ocupada o habitada;
ocuparla no significa automticamente habitarla. Ocupar, en la visin de los autores, remite a un espacio y una estructura dada:
demarcacin espacial, mobiliario, agrupamientos, ubicaciones, posibilidades de desplazamiento, recursos disponibles. Podramos agregar,
adems, maneras uniformes de entrar y salir, levantarse, sentarse, sacar y guardar tiles; cdigos, gestos y seales en la inmediatez;
costumbres. Representa la obediencia a una lgica ritual que impone un orden excluyente. Una suerte de todo est all y espera. Posicin
de pasividad respecto de lo ya conformado. Habitar el aula, en cambio, significa armar, desarmar y rearmar el espacio en funcin de
opciones, desde criterios construidos sobre la base de ponderar alternativas y asumir decisiones. Habitar el espacio significara para los
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autores asumir una posicin activa; sacudirse toda forma de rutinizacin, pensar que se pueden hacer otras cosas con lo que se tiene a
mano, "convertir el pupitre en un medio de transporte a otros mundos"
El aula25 conlleva, segn Dussel y Caruso, una estructuracin material (organizacin del espacio, eleccin de locales, mobiliario,
instrumental pedaggico) y, a ta vez, una estructura comunicacionat (quin habla, su ubicacin; el flujo y distribucin de las
comunicaciones). Doble dimensin que da cuenta ya de los signos de complejidad que caracterizan las prcticas en este espacio y que
nos alertan sobre posibles indicios incluso en los que parecieran obvias como claves de interrogacin y de interpretacin.
Lugar privilegiado de la actividad docente, el aula (configuracin de la modernidad) como materialidad y a la vez comunicacin
supone el interjuego de mltiples elementos: los sujetos principales en este escenario, docentes y alumnos; una arquitectura peculiar
como diseo de la espacialidad; aparatos didcticos; mesas/pupitres y bancos escolares; pizarrones, cuadernos,
25. Trmino que, segn Dussel y Caruso (1999: 26), desde su lectura genealgica comienza a usarse asociado a clase en las universidades medievales y se vincula ya a fines del siglo XIX a ta
escolaridad etemental, a partir de la victoria de los mtodos pedaggicos que proponfan una organizacin de la enseanza por grupos escolares diferenciados entre sf ya sea por edades como por
logros de aprendizaje. El aula como construccin histrica es producto de un desarrollo en et que tuvieron tugar otras alternativas y posibilidades que vale la pena explorar en vistas a comprender
las razones que hicieron prevalecer ciertas opciones excluyendo otras. Incursin que, para tos autores, podra habilitar pensar en otras prcticas.
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armarios, esterillas. Pero, adems de esta materialidad, implica tambin una singular estructura de comunicacin que expresa jerarquas y
relaciones de autoridad que, si bien se manifiestan en el aula, estn reguladas ms all de las relaciones entre docentes y alumnos
concretos. Se trata de regulaciones que funcionan como marcas de la relacin saber-poder, estructuras de gobierno que dan lugar a
intervenciones estructuradas y estructurantes en la administracin de los complejos intercambios entre desiguales.
El reconocimiento de estas propiedades resulta fundamental para atender a la enseanza en su cotidianeidad, a la comunicacin
jerarquizada y ritualizada que tiene lugar en ella. Suele constituir un escenario donde la trama entreteje cuestiones relativas at gobierno,
la disciplina y la transmisin y conduce, en ocasiones, a la prdida del eje estructurante de la experiencia ulica: su propuesta didctica.
Hacer nfasis en lo que ella es y representa implicara ensayar diferentes caminos para entrelazar materialidad y comunicacint de modo
de habilitar configuraciones espaciales diversas direccionadas a facilitar la expansin de los intercambios entre sujetos y, as, autorizar
otras prcticas, validar otras experiencias. Hacerlo significa revisar el carcter mtico, en tanto permanencia y continuidad de formas,
representaciones que por estos rasgos se naturalizan, deshistorizando las significaciones que se le atribuyen que inhiben la apertura a
otras versiones. Las aulas suelen presentarse, aun de manera fragmentada, como testimonio de lo que acontece, de lo que aconteci;
reconocer en ellas huellas y marcas de propuestas diferentes puede devenir en interesante trabajo de desciframiento a los fines
didcticos.
Gabriela Augustowsky (2005: 18), refirindose al aula como contexto de despliegue de la enseanza, dice:
Las prcticas de enseanza, objeto de reflexin terica de la didctica, se ejercen en mbitos concretos, en espacios fsicos que no son
solo el teln de fondo, el escenario de la actividad educativa, sino que tambin forman parte de esta. Un nio que asiste a la escuela
primaria pasa un promedio de tres horas diarias entre las cuatro paredes de su aula. Es all donde escribe, escucha, reflexiona,
interacta con sus compaeros... aprende, o no.
Y agrega:
En la actualidad es posible observar una amplia diversidad de instalaciones arquitectnicas escolares, que presentan una considerable
variacin Sin embargo, el entorno arquitectnico constituye un marco fijo y suele mantenerse inmutable a lo largo del ao escolar. La
disposicin arquitect-
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nica representa el comienzo del ambiente de aprendizaje y forma el marco dentro del cual el docente establece el entorno dispuesto
(Augustowsky, 2005: 28).
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No podemos desconocer cuestin que tambin seala la autora que la problemtica del espacio en prcticas de enseanza a
distancia requeriran un tratamiento diferente. Quizs lo mismo podra plantearse respecto de disciplinas especficas, particularmente de
las ciencias experimentales, del campo del movimiento (en sentido clsico, educacin fsica), de las artes o la tecnologa que
histricamente demandaron diseos espaciales diversificados. De todos modos, ms all de la flexibilizacin y apertura de fronteras del
aula como materialidad, en ei caso de algunas de estas disciplinas especficas es preciso sealar que con frecuencia las prcticas
concretas continan atravesadas por representaciones cristalizadas por la fuerza del arbitrario cultural interiorizado. Ello acenta el,
matiz ligado a la idea de orden, disciplina y control en las propuestas didcticas,
Quizs la sota mencin de la expresin aula remite a una imagen potente, una arquitectura peculiar: cuatro paredes blancas
preferentemente, bancospupitres y pizarrn al frente, bsicamente. Es claro que ta fuerza de dicha imagen no puede hacer perder de
vista que tal territorio constituye el espacio de trabajo de alumnos, maestros y profesores en los que cotidianamente los ms diversos
guiones y escenas se ponen en juego. Podramos decir que hay una relacin a seguir profundizando entre aula y clase que por momentos
se traduce en una sinonimia que no es tal. Los ms diversos juegos de relaciones se pueden imaginar al respecto: aulas sin clases, clases
sin aulas; aulas diferentes, clases semejantes; clases diferentes en aulas semejantes; aulas diferentes, clases diferentes. Quiz se podra
plantear que configuraciones espaciales diversas marcaran temporalidades tambin diversas, cobijaran propuestas prximas o
distantes segn las adscripciones tericas de los sujetos, las racionalidades en las que inscriban sus fundamentos, y no en funcin de los
escenarios de su desarrollo. Entendemos, en consecuencia, que no cabe hoy pensar las prcticas de la enseanza sin considerar los
mltiples atravesamientos de los diversos sentidos atribuibles al aula como su espacio de realizacin.
El trmino clase, como actividad que en los procesos de escolarizacin se desarrolla al interior del aula en el sentido amplio con que
la hemos caracterizado, convoca hoy casi automticamente la imagen triangular como representacin de la relacin ternaria que se
entiende la caracteriza. Docentealumno-conocimiento dan cuenta as de componentes que se entrecruzan, se entrelazan, se desplazan
como terceros mediadores en un continuo devenir,
168
como acto en curso, proceso en marcha, no totalizado ni cristalizado desde una dialctica de lucha y complementariedad. Imagen que
coloca en cada vrtice un referente en trminos singulares cuando en realidad, segn sealramos, desde ta compleja trama de
relaciones que los atraviesa, precisara adscribir a la idea de pluralidad.
Magda Becker Surez (1985), recuperada por Susana Barco, 14 seala que referirse a la clase desde el punto de vista didctico reduce el objeto a
situaciones de educacin formal. Segn la autora, desde los aos setenta se busca analizar y describir la clase como fenmeno que presenta ciertas
peculiaridades independientemente de la diversidad de contextos en que se da y de los contenidos que constituyen el ncleo de su desarrollo. En tal
sentido, advierte que estudios desarrollados por especialistas de diferentes reas como socilogos, psiclogos sociales, lingistas, antroplogos, entre
otros, permitiran avanzar
en el conocimiento de lo que acontece en la sala de clases visto como un espacio donde se desenvuelve un proceso de interaccin
altamente complejo.
Estudios cuyas contribuciones articuladas desde la didctica permitiran buscar lo que no fue buscado, es decir, la descripcin del fenmeno respecto del
cual por largo tiempo se han concretado prescripciones en sentido recetarista o, como contrapartida, denuncias, pero acerca del cual poco se ha avanzado
en el desarrollo de descripciones exhaustivas que posibiliten adentrarse y revelar los intrincados procesos y la trama de relaciones que en l acontecen.
Descripciones que permitan, segn el criterio de la autora, identificar cmo realmente se da la interaccin simblica profesor-alumno en la sala de clase,
revelar la incidencia de la opcin educacional de la escuela como marco institucional, de su historia; advertir ciertos condicionantes y efectos de la
localizacin y arquitectura de la clase; inferir a partir de las actuaciones de profesores y alumnos los conceptos y percepciones que cada uno de estos
polos del proceso de interaccin tiene sobre la naturaleza del poder y del saber; identificar formas del control que el profesor ejerce sobre el conocimiento
y sobre el alumno y, a partir del mismo, la posible incidencia del control social en la sala de clase; aprender la construccin que de la clase hace el
14 . En 1988, en los inicios del proceso de recuperacin democrtica en las universidades argentinas, y en la intencin de retomar el
movimiento crftico en torno a ta didctica, Susana Barco de Surghi coloca como material de consulta en el marco de un seminario en Crdoba
este trabajo Magda Becker Surez (mimeo) junto a otros de la misma autora que recupera de una antologa que con el ttulo Lecturas en torno
al debate de la didctica y la formacin de profesores se organiza en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Aragn (ENEP Aragn) de la
Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM).
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profesor de un lado y los alumnos de otro; captar la que el profesor elabora acerca del alumno y este del profesor; develar en esa construccin social que
los actores generan unos de otros, la presencia de la estereotipia, el efecto de halo, las profecas
169
que se autocumplen; revelar el uso que el profesor hace de la privacidad y de la autonoma de la que goza en la sala de clase y la forma
como enfrenta la urgencia de las decisiones que en ellas deben ser tomadas en un aqu y ahora.
Elementos que, en la visin de Becker Surez, condicionan significativamente la enseanza y el aprendizaje de los contenidos, y que no
siempre son objeto de atencin por los especialistas en las diferentes reas o disciplinas. 15Para Marta Souto (1993; en AA.VV., 1996: 117)
la clase escotar remite al
acto pedaggico en el mbito ms habitual de concrecin. Escenario donde se
producen las prcticas de enseanza; queda delimitada por el aula en lo espacial y por el ao lectivo en lo temporal. Ambiente donde los
sucesos o eventos transcurren, en el que los procesos y relaciones se organizan y manifiestan en torno al saber, que le otorga valor y
especificidad como sostn de lo pedaggico. En ella, se dan peculiares configuraciones de tareas y relaciones propias de la dinmica
institucional. Tambin, ncleos de significacin especficos en tanto lugar de encuentro y contraposicin entre deseos individuales y
formaciones grupales e institucionales; entrelazamiento de motivaciones, valores, representaciones, conocimientos, creencias, mitos,
smbolos, concepciones, historias. Las clases se configuran entonces como espacios tcticos de vnculo con el conocimiento en funcin
de metas y sobre la base de dispositivos tcnicos; tambin, como espacio intersubjetivo y vincular, red de identificaciones
y transferencia.
Una clase, seala la autora, "podra ser analizada desde los procesos y procedimientos que se utilizan para ensear", y ello quizs
sera suficiente en direccin a producir propuestas de mejora. Sin embargo, y en cierta proximidad con Magda Becker, et anlisis tendra
que abarcar diversas dimensiones, cuyas lneas y ngulos a profundizar se van definiendo en el contacto mismo
con cada situacin.
Estructura mnima de ta enseanza, la clase requiere ser pensada como campo problemtico en la diversidad de sus componentes y dimensio
como construccin dialctica permanente, proceso en curso, un devenir no totalizado ni cristalizado. Desde un encuadre situacional, la clase enfatiza
15 . Cabe sealar que la autora postula como tesis de este trabajo que el objeto de la didctica residira
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transversal que contiene y actualiza la historia. Esto significa, e la perspectiva de Souto, reconocer su temporalidad y necesaria
contextualizacin histricosocial. Como acto social, requiere ser analizada desde la tensin entre las tendencias a reproducir y a
transformar y, por ende, desde su dimensin poltica, desenmascarando su supuesta neutralidad.
En la necesidad de abordar tal multidimensionalidad, entendemos que desde la perspectiva didctica se torna una cuestin central
focalizar en las formas particulares de manifestacin que adopta en cada caso la tarea
de compartir y construir conocimientos, en las opciones que en tal sentido realizan maestros y profesores de manera situada. Por ello, aun
coincidiendo en que se requiere una ampliacin categorial desde el propio campo de la didctica, esta tarea remite inexorablemente a la
problematizacin de las dos categoras sustanciales, contenido y mtodo, y su resolucin casustica en diferentes situaciones de
enseanza. Esta posicin no desconoce la necesidad de abordar tambin casusticamente los obstculos que atraviesan las prcticas de la
enseanza como prcticas situadas. Obstculos que surgen y se expresan en su realizacin como consecuencia de los mltiples
atravesamientos que como prctica social e histrica operan sobre su ncleo estructurante. Trabajo de elucidacin que entendemos
imprescindible para interpretar, desde las ms diversas manifestaciones, tanto resoluciones exitosas como las dificultades que se
plantean.
La complejidad de la vida en las aulas (en situaciones de clase) ha orientado, durante las ltimas dcadas, los esfuerzos tericos de
investigadores a conceptualizar las tambin complejas interacciones que se producen en ellas como entornos sociales en constante
movimiento en procura de un conocimiento contingente y contextualizado de la estructura de actividad en la enseanza.
Participar de una clase, como proceso social en el marco de una comunidad pequea como el aula, tiene lugar a partir de la s
comunicacin sobre la base de compartir significados, principalmente a travs del lenguaje, utilizando recursos semnticos especializados.
Como acontecimiento comunicativo, moviliza patrones de interaccin social que se constituyen en soporte de las relaciones y expectativas
mutuas entre participantes; marco de referencia bsico sobre el que, a su vez, operan patrones semnticos relativos al contenido, al habla,
al dilogo en torno a relaciones conceptuales que, ms all de su diversidad, se expresan siempre de manera compleja.
Reglas, estrategias y mecanismos de control social dan cuenta de las vicisitudes de la comunicacin en el aula atravesada por mltiples
tensiones desde el poder, intereses y valores en juego. En esta clave de anlisis, una clase, en tanto actividad social, tiene una estructura
en la que eventos especficos se
171
suceden en un orden ms o menos definido. Requiere de la atencin mutua de los sujetos que en ella intervienen (maestros/profesores
y alumnos) para su inicio y de la cooperacin en la produccin de la secuencia de eventos para su desarrollo. Para que la clase eche a
andar, en la expresin de Jay Lemke (1997), 16 se requiere del esfuerzo conjunto de los participantes. Sin embargo, no existe un criterio
absoluto para definir efectivamente cundo comienza una clase; solo el anlisis retrospectivo, desde el reconocimiento de tos sentidos
que enlazan la serie de eventos, puede aproximar una comprensin. El carcter contingente de toda actividad social hace posible
algunas inferencias a partir del reconocimiento del tipo de organizacin, de configuracin de que se trata y los significados compartidos
por los participantes respecto de la secuencia de sucesos.La estructura episdica de la clase, en este sentido, es poco precisa y
complicada y responde a reglas escritas y no escritas que no son sencillas de descifrar. Implica acciones identificables, no obstante las
cuales revela un grado importante de abstraccin. Ello se debe a que, si bien una secuencia de acciones es resultado de una
determinada estructura de actividad, tal estructura tiene lugar desde diversas secuencias de acciones disponibles. La idea de estructura
da un marco a las acciones, a sus relaciones y a ta vez impone ciertas restricciones. Un componente de rutina o ritual las caracteriza y
determina repeticiones ms all de las pequeas variaciones. Las estructuras de actividad ms amplias pueden analizarse desde
estructuras ms simples y acotadas, en cuyo caso es necesaria la atencin especfica a la escala o el nivel de que se trata. Por ello es
importante reconocer, segn seala Lemke, que las estructuras de actividad no son frmulas rgidas; solo aquellas ritualizadas o
automticas se ejecutan en forma mecnica. Es justamente debido al hecho de que tienen un amplio margen para la variabilidad (y
creatividad) dinmica cuando se realiza alguna ejecucin particular.
16
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El contenido y la forma particular de dilogo son dos cuestiones que aparecen totalmente entrelazadas y que es importante indagar al
analizar la estructura de actividad en una clase. Inferir el patrn de significados se hace
172
necesario para entender las relaciones que guarda una accin dentro de una estructura de actividad. Lemke lo designa patrn temtico, y
se refiere a las relaciones semnticas dentro de un rea de conocimiento particular. Y es su relacin en el dilogo con otro patrn de
carcter organizacional que en el marco de la estructura de actividad hace posible la interrelacin entre las personas involucradas, su
actuar estratgico desde un juego de expectativas recprocas en torno a los sucesos que se constituye en herramienta clave para el
anlisis no solo del lenguaje sino de la enseanza en la clase. 29
Las relaciones entre patrones son de orden semntico y posibilitan develar en la estructura de actividad la forma en que el contenido se
ensea y aprende. Ello deriva de que, en su presentacin en la clase, el contenido depende tanto de las estrategias de interaccin como de
las orientadas al desarrollo temtico: dos aspectos del dilogo totalmente interdependientes que tienen su expresin en los sistemas de
discurso en el aula. En el dilogo del aula, para Lemke, siempre se entreteje ms de un patrn semntico. De ah las zonas de conflicto en
la enseanza cuando diferentes significados refieren a la armazn temtica. El conflicto tambin puede afectar al plano interaccional, por lo
que malentendidos y confusin derivados de los patrones de discusin y debate en el aula pueden constituir claves de la falta de
comprensin y, por lo tanto, herramientas frtiles en el anlisis.
La estructura de la clase es bsicamente episdica. En ella por lo general se distinguen episodios claramente definidos y las transiciones
se indican a travs de pausas o seales que se expresan como una suerte de metadiscurso. El pasaje se expresa por cambios en el tipo de
actividad o en el tema, aunque en episodios ms prolongados se reconocen subdivisiones por cambios de tema aun en el marco de la
misma actividad. En sus investigaciones, Lemke incursiona desde mltiples casos en la naturaleza de la estructura de una clase y el
anlisis en episodios, destacando la importancia de su examen como sustrato para el reconocimiento de las normas bsicas de lo que
sucede en el aula. En este sentido, alude a actividades preciase, inicio, actividades preliminares, clase principal, disolucin, actividad
posclase entre las principales. Patrones temticos y de dilogo conforman referencias clave en el seguimiento secuencial de episodios y en
el anlisis de la estructura de actividad. Anlisis
29. Advertimos en este enfoque acerca de la actividad en el aula una clara aproximacin al planteo de Doyle (1979), quien, desde el modelo ecolgico de anlisis del aula, alude a la misma como
espacio social cuya existencia est conformada por dos subsistemas interdependientes con relativa autonoma: la "estructura de tareas acadmicas" y la "estructura social de participacin". Ambas
recorridas por el carcter intencional y evaluador que tienen los acontecimientos que en ella suceden. Procesos de transaccin que condicionan movimientos y configuran la forma desde la que se
experimenta e' conocimiento en el aula, que regidos por normas y reglas de juego, reclaman procesos de negociacin en la regulacin de los intercambios.
173
que necesariamente debe integrar, dada su perspectiva sociosemitica, el reconocimiento de estrategias y tcticas de control que usan
profesores y alumnos as como las transgresiones a las reglas "oficiales", explcitas o implcitas. Las expresiones de tolerancia o la sancin
desde diferentes formas de amonestacin dan cuenta de ta dinmica social de la clase. En este marco, el autor seala que tas reglas, si
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bien son transgredidas con frecuencia, no pueden ser impugnadas. Sencillamente, son impuestas en forma selectiva en su uso, dando
cuenta cmo desde el poder y los valores inscriben en funciones sociales ms amplias.
Del conjunto de planteos realizados por Lemke, quien se dedica especficamente a investigar en el campo de la enseanza de las
ciencias, nos interesa particularmente destacar, dado nuestro inters en la didctica general, su sealamiento acerca de que, aun cuando
queden pendientes numerosas preguntas sobre las diferencias que se expresan en manifestaciones de la estructura de actividad en el
aula en asignaturas diversas, es posible reconocer similitudes fundamentales en las estrategias bsicas de comunicacin que orientan el
dilogo en la clase. Admite, sin embargo, que es muy probable que las diferencias cobren mayor significacin cuando las actividades se
concretan en mbitos-espacios diferentes, como en el caso del laboratorio para las ciencias. Ello ocurrira tambin en las artes, las
disciplinas tcnicas, la educacin fsica, donde Io diverso deviene fundamentalmente del uso del lenguaje al remitir a patrones temticos
que requieren otras formas de expresin, otras normas y recursos estilsticos. En la misma direccin, reafirma que todas las asignaturas
ensean un lenguaje especializado, con patrones temticos especficos, estructuras retricas y estilos o gneros especficos, as como sus
propias normas que se constituyen en plataforma terico-metodolgica para indagar respecto de las formas que adoptan en tas aulas las
propuestas de enseanza, en particular, cuando la intencin se orienta a aproximar el habla pertinente a cada disciplina.
En este punto queda clara la inscripcin de Lemke en la perspectiva de la semitica social, al entender que los significados son
elaborados o construidos socialmente en el marco de comunidades de prcticas. Las comunidades despliegan diferentes maneras de
elaborar significados y la posibilidad de crear sentidos est en estricta relacin con ello. As, cada accin se hace significativa al insertarse
en un contexto ms amplio; el significado de la accin o evento contiene, en consecuencia, las relaciones entre estas y sus contextos.
El registro de cualquier accin social (transcripcin de una grabacin, filme, descripcin escrita de eventos, entre otros) constituye un
"texto semitico". Los eventos reales: ejecuciones semiticas, y cualquier artefacto que resulte de ellos: produccin semitica. Para el
autor, en el caso de que el
174
sistema de recursos del lenguaje juegue un papel importante, simplemente "la expresin texto refiere a la representacin particular y
concreta de algunas prcticas semiticas, o a algn registro o producto de la ejecucin". Dichos textos constituyen los datos bsicos de la
semitica social y, por ende, son la materia prima si se pretende su estudio sistemtico.
En el anlisis de cualquier texto-accin, es de valor reconocer dos perspectivas claramente diferenciables. La perspectiva dinmica es la
de quien es partcipe y espectador de los sucesos tal cual ocurren, lo que se significa a partir de la comprensin particular de lo que es
cada momento en la secuencia de acciones de la que forma parte. Comprensin que, en tanto remite a un momento especfico, puede
cambiar reclamando una revisin de los sentidos asignados a lo hasta all ocurrido, incluso en relacin con las expectativas respecto de
aquello an por ocurrir. La otra perspectiva es la sinptica, que alude al punto de vista de quien est fuera del tiempo, ms all de la
secuencia de acciones, quien bsicamente tiene la posibilidad del "texto completo de las acciones en sus manos". Perspectiva que se
corresponde con la del analista o investigador, muy til, pero que requiere ser complementada con la perspectiva dinmica y para ello
convocar a los participantes. Solo as ser posible reconocer cmo fueron desplegndose estratgica o tcticamente los eventos.
Lo valioso de esta prctica de conexin de textos de una comunidad es que habilita a elaborar significados sobre la base de la relacin
entre textos. Esto significa desprenderse de la idea de formas puras o ideales para descubrir, en cambio, vetas en el camino de
interpretacin. Por ello, el anlisis semitico es una alternativa en la labor de otorgar sentido a textos y eventos incluyendo las
ambigedades y los mltiples significados que podamos reconocer. Tarea posible desde el despliegue de diversos recursos semiticos, lo
que para el autor tiene connotaciones no solo semnticas, sino tambin axiolgicas. Su perspectiva en esta direccin despega de cualquier
versin instrumental que pueda pretenderse atribuirle, cuando vincula semitica social con la problemtica del cambio social y la
responsabilidad poltica.
Atender segn los casos, en su particular forma de manifestacin, estas tres dimensiones de anlisis (aula, clase y estructura de
actividad) implica reconocer que en ellas lo social, institucional, grupal, interpersonal e individual se entrecruzan en niveles explcitos e
implcitos y en los registros imaginario, simblico y real. Se conforma as un entramado que se expresa siempre ms all de toda
recurrencia e incluso repeticin que sea posible identificar de manera singular, por lo que su comprensin solo ser posible en el marco
de dicha trama.
De esta manera, ser posible avanzar sobre los signos de complejidad en la enseanza, en el encastramiento de acciones y decisiones
en sistemas
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175
amplios que requieren un cuidadoso entrelazamiento de las partes en el todo, incluyendo lo diverso, contradictorio, paradojal, conflictivo.
Asimismo, ser necesaria la consideracin de fenmenos aleatorios, impredecibles que no pueden ser reducidos, sino que requieren
incursiones dialgicas que respeten su carcter heterogneo y analicen sus posibles planos de articulacin.
En el sentido que lo estamos planteando, result clarificador, en direccin a afinar el marco conceptual, establecer el alcance asignado
a categoras especficamente didcticas que entendamos operaran como bisagra entre las categoras tericas ms generales y las
analticas a construir desde las referencias empricas y situacionales. Nos referimos en orden de inclusividad decreciente a construccin
didctica, construccin metodolgica y configuracin didctica.
En la escolarizacin existe, segn Popkewitz (1998), una prolongada historia con una clase de conocimiento-receta que valora el
"hacer" por sobre la teora. Tal conocimiento, de carcter prctico, parece definir lo necesario para propsitos pragmticos. Se refiere a
las tecnologas de gestin del aula y al conocimiento experimental cotidiano. Como aparato conceptual, constituye un conocimiento
instrumental y procedimental acerca de cmo organizan los docentes el aula. As,
las referencias a que las tareas deben exponerse con claridad y precisin, a las reglas escritas sobre los "deberes" y exmenes no
dejan espacio para la
ambigedad, la incertidumbre y la impredecibilidad. Lo claro, lo definitivo, lo predecible, exigan que los docentes aprendieran los
"trucos del oficio" para introducir orden y estabilidad en el aula (Popkewitz, 1998: 100).
La gestin del aula se concibe como un procedimiento instrumental y neutral. En relacin con ello, tas recetas establecen ciertos
lmites respecto de lo que se considera aceptable, normal y razonable; "aquello que realmente funciona". Conjunto de normas asociado a
la sabidura de la prctica.
Una de las principales tecnologas en ta administracin de la enseanza, desde esta ptica, remite al plan de leccin. Este conlleva un
claro nfasis en la secuencia y el horario; ms atenta a la gestin del tiempo que a la produccin de conocimiento; normas
universalmente aplicables que se traducen en una normalizacin de las capacidades docentes.
176 El conocimiento-receta defini los lmites de lo que se consider como aceptable para ser un docente y alcanzar xito como tal. En realidad,
esta postura perfila la idea de un docente prctico que est abocado, al decir de Popkewitz, a "reducir la escala" del currculum. Aprender haciendo y
reduccin de escala del currculum inciden en una particular constitucin de subjetividad, construccin de identidad docente. En estos trminos, la
organizacin del conocimiento escolar parece componerse de un conjunto de normas prcticas. La preocupacin por el conocimiento bien ordenado y por
fragmentos especficos resalta un mundo de fronteras directas y de objetivos explcitos. El currculum, junto a dispositivos a t asociados (libros de texto,
exmenes), transmite una sensacin de orden, de jerarqua y distribucin secuencial a la organizacin y valoracin del tiempo pasado en la escuela;
"proporciona una sensacin de regulacin y continuidad interna en el mundo de la escolarizacin"
En este marco, entendemos fundamental reconocer el valor de una construccin didctica que se plantea superar la idea de la enseanza como una
mera reduccin de escala del currculo, para concebirla, en cambio, como proceso complejo de gestacin de propuestas de intervencin. Para dichas
propuestas, creemos fundamental elaborar, en perspectiva relacional, definiciones, decisionesy principios orientativos respecto de tas categoras de la
agenda clsica y las atinentes a un sistema categorial ampliado, segn fuera explicitado, sobre ta base ineludible de poner en juego la relacin dialctica
contenido-mtodo.
La construccin metodolgica17 da cuenta precisamente de la articulacin forma-contenido en la construccin didctica. En clave de
anlisis con debates y producciones de diferentes comunidades acadmicas en el contexto internacional, una cuestin que entendemos
central en relacin con la posibilidad de concretar efectivamente un giro conceptual en la temtica es la necesaria articulacin forma-
17
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contenido como constituyente nuclear de toda propuesta de enseanza.En este marco, la construccin metodolgica da cuenta por parte
del profesor de un acto singularmente creativo a partir del cual concreta la articulacin entre las lgicas del contenido (lo epistemolgico
objetivo), lo relativo a la produccin ya existente respecto del contenido (su historia de desarrollo y principales debates); las lgicas de los
sujetos (Io epistemolgico subjetivo), que remiten a las posibilidades cognitivas, motoras, afectivas, sociales de apropiacin de los
contenidos; y, por ltimo, aquellas que aluden a los mbitos y contextos en las que las dos lgicas mencionadas se entrecruzan.
177
Construccin casustica, singular, por tanto relativa, que se genera por parte de maestros y profesores a diferentes escalas
(programa, unidad y clase) por la articulacin de macro y micro decisiones respecto de las propuestas de intervencin a los fines de la
enseanza. Elementos de sumo valor en la labor inferencial en los procesos de anlisis de prcticas de la enseanza.
En las producciones que refieren a los procesos de enseanza, la separa-
cin con que se percibe mtodo de contenido, crea la ilusin de la existencia a priori de una metodologa basada en principios didcticos
generales que posibilitan y resuelven el problema de la transmisin al margen de sujetos, textos y contextos. Se prioriza el aspecto
tcnico-instrumental, caracterizado como elemento inmediato de resolucin, entendido como fin en s mismo y sin posibilidad de
convertirlo en objeto de reflexin. Esta visin del problema, de presencia an relevante, pareciera dificultar la apertura a una matriz
alternativa en los estudios sobre la enseanza. En las tres ltimas dcadas, diversas investigaciones han vinculado el deterioro cuatitativo
en las prcticas de la enseanza, principalmente con dos razones:
la prdida de conocimientos sustantivos de grupos disciplinarios o su eventual transformacin errnea por efecto de "malas" transposiciones
sistemtica exclusin de conjuntos de saberes entre los que es ms evidente la ausencia de consideraciones acerca de la lgica de construccin de
conocimientos especficos.
Es claro que estas observaciones, que llevaron a plantear la necesidad de profundizacin de los contenidos disciplinarios y a hacerlo
en el mximo nivel posible acorde a los desarrollos especficos de cada campo, no han significado en s mismas el principal viraje en las
nuevas propuestas.
Lo que resulta en este sentido realmente diferente es hacerse cargo de la diversidad de enfoques y la inclusin de los modos de
construccin de conocimientos propios del campo o rea de que se trate, es decir, la historia de desarrollo, ta gnesis de conceptos
nucleares, los debates actuales, los contextos de descubrimiento, justificacin y validacin de tos mismos. Esto es fundamental para
poder avanzar despus en "construcciones metodolgicas" pertinentes en trminos didcticos a la vez que para contrarrestar el
efecto de expresiones didactizadas31 en las propuestas de enseanza.
31. Utilizamos la expresin "didactizadas" para referir a resoluciones de corte instrumental en ta enseanza, que acotan y banalizan el sentido de las propuestas didcticas, en particular cuando
estas remiten al trabajo en el aula.
Un planteo de este tipo rebasa la concepcin curricular que solo considera la estructura conceptual por transmitir, para atender a
procesos cognitivos y metacognitivos que posibilitan no solo una efectiva apropiacin de las ideas consolidadas, sino el propio
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cuestionamiento de tas mismas. Para ello, ser imprescindible disear actividades de distinto tipo con el objeto de generar la construccin
de conocimientos por parte del alumno. Doble exigencia para quien ensea, pues conlleva siempre como requerimiento bsico prestar una
rigurosa atencin a los procesos de transmisin a la vez que a los de apropiacin. Implica reconstruir los contenidos desde una nueva
mirada, la mirada del otro marcada por la intencionalidad del ensear. Significa, sobre todo, proponer desde la enseanza una relacin
diferente con et conocimiento. Relacin que puede reafirmar, incluyendo en las propuestas formativas procesos que impliquen para los
profesores en formacin, desafos del mismo tipo de aquellos que luego plantear a sus alumnos (Edelstein y Litwin, 1991).
Esta perspectiva otorga a quien ensea una dimensin diferente. Deja de ser actor que se mueve en escenarios prefigurados, para
constituirse en sujeto creador; sujeto que imagina, produce diseos alternativos que, en lo esencial, den lugar a la reconstruccin del
objeto de enseanza por parte del sujeto que aprende. Diseos que le otorguen al alumno la posibilidad de recrear, de resignificar lo que le
es transmitido; que lo coloque no en situacin de posesin-reproduccin, sino de sujeto en bsqueda de posibles recorridos, nuevos atajos
ms all de cualquier camino preestablecido.
Configuraciones didcticas, categora elaborada por Edith Litwin (1993), surge, segn lo expresa la propia autora, como constructo
alternativo en el anlisis de las prcticas de la enseanza en la universidad orientada a la identificacin de clases cuyas estructuras
didcticas favorecieran la construccin del conocimiento por parte de los alumnos.
En el texto que remite a la produccin resultante de sus investigaciones en el tema, que tiene origen en su tesis doctoral, 18 la autora
precisa:Configuracin didctica es la manera particular que despliega el docente para favorecer los procesos de construccin de
conocimiento. Esto implica una construccin elaborada en la que se pueden reconocer los modos como el docente aborda mltiples
temas de su campo disciplinar y que se expresa en el tratamiento de los contenidos, su particular recorte, los supuestos que maneja
respecto del aprendizaje, la utilizacin de prcticas metacognitivas, los vnculos que establece en la clase con las prcticas
179
profesionales involucradas en el campo de la disciplina de que se trata, el estilo de negociacin de significados que genera, las
relaciones entre la prctica y la teora que incluyen lo metdico y la particular relacin entre el saber y el ignorar (Litwin, 1997b: 97).
En su perspectiva, "la clara intencin de ensear, de favorecer la comprenSin de los alumnos y de generar procesos de construccin
de conocimiento" distinguen las configuraciones orientadas a la "buena enseanza" de aquellas que define como "no didcticas", en
cuanto implican solo ta exposicin de ideas o temas sin atender a los procesos de aprender del alumno.
Las configuraciones didcticas daran cuenta de los abordajes particulares de la enseanza en diferentes campos disciplinarios y seran,
adems, indicativas de las peculiares formas de prctica que un docente genera en referencia a los mismos, segn los contextos
institucionales en los que desarrolla su labor profesional.
En la perspectiva de la autora, la configuracin didctica se expresa como propuesta de un docente y no constituye un modelo a ser trasladado d
esquemtico para la enseanza de diferentes contenidos. Sin embargo, su anlisis permite reconocer dimensiones que remiten a buenas configuraciones
enseanza y, al mismo tiempo, ofrece la oportunidad de identificar persistencias y recurrencias de algunas de ellas en cada campo disciplinar. Esto es
por cuanto, en las configuraciones didcticas, el docente despliega y organiza la enseanza de los contenidos en un especial entramado de d
dimensiones.
Desde los datos recogidos en la investigacin, Litwin observa que con los avances en el anlisis tambin fue posible reconocer
configuraciones deficientes. Estas dan origen a patrones de mal entendimiento y se constituyen en obstculo para una comprensin
genuina. Estos casos pueden originarse desde la propuesta didctica misma, cuando se opera una reduccin en et objeto de estudio,
simplificndolo; en otras circunstancias, por la imposibilidad de reconstruir el discurso frente a sealamientos o conclusiones errneas por
parte de los alumnos.
18
FORMAR Y FORMARSE EN LA ENSEANZA INTERVENCIN PROFESIONAL INVESTIGACIN. UNA PROPUESTA DE FORMACIN
Las configuraciones didcticas, que la autora presenta como resultado de la investigacin, fueron construidas a partir de "la
identificacin de dimen siones de anlisis, que fueron persistentes a lo largo de una clase y que por su persistencia tieron la clase
permitiendo su identificacin". Se convierten en persistentes cuando aparecen reiteradamente en diferentes unidades con sentido
didctico.
Cabe sealar que, al referirse a los procesos de validacincon los profesores que constituyeron la muestra, Litwin seala que los
docentes recono-
180
cieron la configuracin y dieron ejemplos de situaciones didcticas anlogas. De todas maneras, es claro que su utilizacin no tiene
carcter excluyente en el marco de sus propuestas, lo que le lleva a plantear la diferenciacin entre configuracin y estilo al reconocer las
diferencias con otras prcticas del mismo docente.
No podemos dejar de mencionar, con la intencin de avanzar en la dilucidacin de relaciones entre estas categoras que, en perspectiva
de Litwin, la idea de estilo permitira comprender la persistencia de ciertas configuraciones en las prcticas de enseanza de un profesor.
En la misma clave de lectura, el estilo, caracterizado como estilo de intervencin, se constituye, desde nuestra ptica, en elemento
integrador de las variables que interjuegan en la construccin metodolgica.
Las tres categoras mencionadas construccin didctica, construccin metodolgica y configuracin didctica solo son factibles de
discriminar, en sentido estricto, a los fines analticos. En esta clave de lectura, resultan indicativas de definiciones y decisiones de orden
didctico a escalas diferentes. As, la construccin didctica da cuenta de una elaboracin asociada a la recontextualizacin, que realizan
maestros y profesores, de los diseos curriculares que operan como regulaciones ms generales de sus prcticas. Construccin que se
expresa en las macrodecisiones (epistemolgicas, pedaggicas, psicosociales, histrico-culturales, tico-polticas, entre las principales)
que en cada caso se adopten, respecto de la enseanza de una disciplina o rea de conocimientos. La construccin metodolgica avanza
sobre un nivel mayor de concrecin cuando la recontextualizacin remite a contextos y sujetos concretos desafiando resoluciones
creativas de la relacin dialctica forma-contenido para la enseanza en mbitos singulares. Las configuraciones didcticas, ms all de
que se manifiesten como opciones recurrentes, segn lo expresa Litwin a partir de datos que surgen de su investigacin, devienen en
construcciones casusticas para cada clase que se producen en consonancia con definiciones y decisiones a nivel de las construcciones
didctica y metodolgica. Estas tres categoras, en el plano de lo concreto, se expresan como parte del complejo entramado que se
produce en la generacin de propuestas de enseanza. Sin embargo, la identificacin de planos de diferenciacin, sutiles en ciertos casos
y solo accesibles a un registro especializado, permiten inferir la consistencia y a la vez flexibilidad entre lo que definimos como macro y
micro-decisiones en trminos didcticos.
En algn sentido, y con los recaudos necesarios, estas categoras se vinculan en trminos de escala con los conceptos nucleares en el
anlisis didctico: aula, clase y estructura de actividad. As, si bien podra pensarse la construccin didctica en conexin con las
representaciones aula-escolarizacin,
construccin metodolgica y configuracin didctica en nexos de mayor fuerza y por tanto con menor nivel de distancia (material y
simblica) remiten a las ms diversas articulaciones segn los enfoques asumidos entre las tres dimensiones.
entre otros. Incursionar en estos desarrollos nos permite una significativa ampliacin de perspectivas en orden a fundamentar la propuesta de anlisis en
el marco del dispositivo.
Una acotada mencin de autores y principales categoras conduce a destacar: a Seth Chaiklin y Jean Lave (1996) en sus desarrollos
acerca de la prctica cotidiana situada; la actividad situada como participacin en ambientes culturalmente determinados. A su vez, Yrj
Engestrm (1996, cit. en Chaiklin y Lave, 2001), quien enfatiza el valor de avanzar ms all de lo que se conoce en la situacin inmediata
y, hacerlo metacognitivamente, reflexionando acerca de los propios procesos cognitivos.
Destacada por estos autores, resulta valiosa la idea de eventos interactivos interrelacionados dentro de una corriente de actividad y, en
atencin a ello, la necesidad de ampliar los horizontes de anlisis convencional de la actividad situada, especialmente en trminos
histricos, punto de mira desde el que se indagan las conexiones entre prcticas locales. En este marco, precisar la porcin de ambiente
que opera como contexto y, por ende, constituye et "horizonte de observabilidad" de quien ejecuta la tarea.
La comprensin acerca de que un sistema de actividad integra al sujeto, el objeto y los instrumentos en un todo unificado
incorpora siempre dos aspectos de la conducta humana: et productivo, orientado a los objetos; y el comunicativo, orientado a las
personas. De este modo, produccin y comunicacin son en ella inseparables. Adems, otro rasgo clave es que en los "sistemas de
actividad" se producen discontinuidades; hay acumulacin y crecimiento pero tambin perturbaciones, crisis; es decir, su formacin no
est caracterizada solo por la persistencia, sino por una faceta creativa y productora de nove-
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dades. Cuando las actividades se institucionalizan y alcanzan la condicin de prcticas culturales, suelen tener una vida ms prolongada;
parecen reproducir una y otra vez acciones y resultados similares, de una manera visiblemente montona y repetitiva, que confiere una
cualidad en apariencia abrumadora a las restricciones culturales operantes. Sin embargo, un anlisis detenido de los sistemas de actividad
pone de manifiesto que en ellos ocurren constantemente transiciones y reorganizaciones. Visto de esta manera, un sistema de actividad
no constituye una unidad homognea, sino que se compone por una multitud de elementos, voces y puntos de vista a menudo dispares,
entre otras cuestiones por cuanto contiene sedimentos de modos histricos pasados o anticipatorios de futuros posibles.
Cuando se considera el contexto no como variable externa que influye en las acciones humanas, sino como inseparable de ellas, surgen
nuevas categoras que se constituyen en unidades de anlisis. Entre otras, la idea de accin humana como accin mediada, el concepto
mismo de mediacin, participacin guiada y apropiacin participativa, comunidad de aprendices, comunidad de prcticas destacados por
Brbara Rogoff (1990/1997, cit. en Baquero y Limn Luque, 2001: 167 y en Wertsch y lvarez, 1997: 167) y, estrechamente vinculado, el
de "aprendizaje por expansin" de Engestrm (1987/1988). Categoras en afinidad con el concepto de "cognicin distribuida" , cuyos
orgenes se reconocen en psiclogos y filsofos de fines del siglo pasado, entre otros Dewey, recuperada ms recientemente por Cole y
Engestrm (1988, cit. en Salomon, 1993) y que retomamos desde Gavriel Salomon (1993).
Estudios de caso con orientacin antropolgica complementados con estudios de intervencin didctica plantean justamente
posibilidades de diseo del aula como contexto de aprendizaje. En los mismos se indaga la conformacin de una "comunidad de
aprendices", que emprenden una "apropiacin guiada" de los significados y lo hacen a travs de negociaciones en el marco de "una red
distribuida de conocimiento especializado", de prcticas genuinamente conversacionales. Trabajos que inscriben en esta lnea elaboran
modelos de aprendizaje por medio de la enseanza recproca en los
que la inteligencia necesaria para realizar una actividad est distribuida en el grupo de pares ("apropiacin mutua") o en un sistema de
alumno y tutor. En relacin a ello, y por las proximidades con actividades y acciones involucradas en los procesos que estudiamos, nos
interesa particularmente el papel que se reconoce a la participacin guiada en el aprendizaje de modalidades de notacin y sistemas de
registro; convenciones de construccin, interpretacin y empleo que se adquieren en actividades de ndole cultural. As, en el aula como
comunidad de discurso, los participantes son iniciados en los rituales inherentes a la naturaleza distribuida del conocimiento.
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