Cuento. El Método Palmer.
Cuento. El Método Palmer.
Cuento. El Método Palmer.
que si haba logrado salir a tiempo de la clnica se debi al hecho fortuito de recibir una
Not, con todo, que haba algo ensombreciendo aquella conversacin. Su hablar era
rpido, incluso nervioso, algo fuera de lo comn en l, recordado por la tesitura casi
Tena poco tiempo as que me sub en el primer autobs, rumbo a Puebla, y el temblor
nos tom por sorpresa en medio del campo. An alcanc con vida a la otra hermana,
quien adoleca ya todos los signos de una intoxicacin grave en la sangre. Pero, por
tratarse de un caso tan especial, me permit grabar esa ltima conversacin, aunque a
con un montn de delirios de alguien que se sabe cercano a la muerte, sobre todo en
aquellas condiciones.
con una libreta tipo viajero, de pastas gruesas y con un vago olor a suciedad, a bichos
muertos y hechos polvo. Me pidi que los conservase. Te sern ms tiles que a m. Y
ocult en nuestras ltimas conversaciones telefnicas. De eso har cinco o seis aos.
entonces record la cinta y quiz como una manera de descargar la culpa por no haber
acompaado al Dr. Coronado en sus ltimos momentos, decid escucharla con atencin.
Pude transcribir el carrete y editar una transcripcin puntual hecha con audiciones
posteriores. Abundan las frases entrecortadas y las casi dos horas de grabacin son
Tambin intent trabajar con el texto del cuaderno y realizar una copia digitalizada
decente, mas llegado a este punto advertir que cualquier transcripcin hace
desmerecer la belleza del texto, la perfeccin de las letras con que fue escrita.
informacin que pueda ser de utilidad. Estoy seguro de que el Doctor Coronado
perfeccin de la escritura.
Me deshice del cuaderno y hoy yace resguardado en el Archivo Histrico del Estado de
-Mster Palmer. Quiere que le hable sobre Mster Palmer, doctor? Supongo que ya es
tiempo de que usted sepa de dnde nos vino esa educacin que tanto nos alab, mi
que ya no tenemos nada que perder. l es un hombre muy atractivo y tambin muy
discreto.
A mam le gustaba recibirle despus de las ocho de la noche. Deca que sus
ocupaciones eran tantas que slo le permitan algunas distracciones muy selectas,
como visitarnos una vez a la semana. Ella lo deca as, visitarlas, con todas sus letras,
pero sabamos que Mster Palmer slo visitaba a Dafne, doctor. Mam jams permiti
Y para que Dafne pudiese estar tranquila, entre visita y visita aprendamos a bordar con
Sobre todo, caligrafa; mam nos deca que la personalidad se manifiesta directamente
a travs de los nervios de la mano y que los dedos son agujas sensibilsimas que bordan
de vivir como hemos vivido, parecen siglos, pero fue un milagro que hayamos podido
As que ella insista, recordndonos la forma correcta de tomar la pluma, quitar el exceso
de tinta y realizar los trazos, cortos y largos. Slo Mr. Palmer pudo alcanzar tal
perfeccin. Y luego nos daba los tinteros y acomodaba frente a nosotras las hojas, sobre
las que ella escriba un primer rengln que debamos repetir tan exactamente como
fuese posible. Su escritura era hermosa, bien proporcionada, con la soltura elegante
que slo se consigue con la prctica y la buena presentacin adquirida con los ejercicios
hechos a conciencia.
Veamos una o abierta y progresando en forma de gusano, o un pajar inclinado
levemente hacia la derecha. Despus una serie de letras ele, de as, de es, de emes y
enes. En esos momentos, siempre a media tarde, creo que ella era feliz, o por lo menos
Aqu hay un silencio en la grabacin. La Srita. Sanbenito hace una pausa y tose; el Dr. Coronado le
ofrece un vaso con agua. Ella bebe despacio, y agradece aquella atencin.
parto y darnos a luz. Ella no sobrevivi, fue su hermana, nuestra ta, quien nos ha
cuidado desde que tenemos memoria. Y de nuestro padre es poco lo que podemos
decir, hasta hace algunas horas no conocamos su rostro y quiz nos est escuchando
en este momento. Pero eso poco importa ya. Antes de que llegue mi hora terminar de
daba un beso en la frente, s que su entusiasmo era sincero cuando no derramaba tinta
y mi hoja luca con los ejercicios solamente, sin ninguna mancha extraa.
ejercicios eran siempre discontinuos; en lugar del gusanillo formado con los trazos
redondos figuraba un capullo alargado y amorfo, y en lugar de las eles, las os o las emes
slo haba un paisaje rarsimo de picos y caadas, rboles a punto de caer destrozados
torpemente y por instinto el mechn que le cubra casi la mitad del rostro usando su
dedo ndice, tratando de acomodar aquel cabello detrs de su oreja izquierda. Eso
enojaba ms a mam, quien le daba una bofetada y le gritaba que aquello no la hacan
los ojos fijos, sin parpadear apenas, como si no entendiese nada de lo que mam le
deca. Es por dems, contigo no se puede! Y ella aplauda y pareca festejar, como
Mam nos dejaba y aunque de cuando en cuando amenazaba con acusarnos con pap,
hora de la cena, y aunque mam nos tena prohibido hablar con l, podamos
escucharlo, arrastrando los pies y tableteando por la segunda planta de la casa, con un
Ayer por la noche pudimos escuchar que trabajaba en el estudio superior, haciendo la
Dafne estuvo sonriente porque ese bastidor slo ella poda usarlo, y nadie ms. Ella
dibuj todos los cuadros que hay en la casa, no le parece increble, doctor Coronado?
Con todo y los dibujos perfectos y bien acabados, la pobrecita no era capaz ni de escribir
correctamente su nombre. Supongo que por eso nacemos as, diferentes a pesar de
salir del mismo vientre y tener un mismo padre y una misma madre. Pero no quiero
andarme por las ramas; aunque necesito contarle esto, su mana por la pintura y mi
gusto por la caligrafa, crame que no lo hago porque sea algo agradable, sino por ser
algo necesario.
Una vez a la semana, mam nos despertaba a las doce de la noche. Es hora, Dafne,
mientras repeta hora, hora, y comenzaba a jalarme, dos, tres o cuantas veces fuesen
necesarias.
En la penumbra sus ojos brillaban, con un brillo muy semejante al de los ojos de los
gatos en las noches de la luna nueva. Pero su color no era verde ni azul, sino un amarillo
que recordaba la miel en penca. Era lo nico que poda ver, sus dos ojos aduendose
levantaban y no poda ver otra cosa que sus ojos brillantes color miel. Mientras yo senta
que vagaba como un nima en el limbo y todo era oscuridad y penumbra, ella
Me arrastraba y mientras subamos las escaleras aguardbamos la otra seal. Era pap
cerrando la puerta del cuarto. Ya no volvera a salir, por lo menos no en aquella noche.
Desde aqu no puede verse, pero si usted sube al segundo piso ver la petaquilla, justo
enfrente de la ventana. Siempre quise ver lo que haba guardado all pero Dafne jams
prohibido, nia mala y volva a jalarme otra vez, llevndome de regreso a la banca. Y
ambas sabamos que mam subira slo para darnos una bofetada a cada una.
Y lo peor de todo no era la bofetada ni sentir las mejillas ardiendo, sino que las lgrimas
amplificaban el olor de la tmpera, del aceite de linaza y del metal incinerado. Yo le dije
a mam que aquello ola a sangre pero no me hizo caso. Dafne daba unas risitas muy
Pero ambas tenan razn, al menos en una cosa: yo no quera saber nada de la pintura
y tampoco quera estar all. Es difcil que usted sepa, doctor, lo que es alabar falsamente
El Dr. Coronado me confes que las hermanas tenan diferentes dones. Jams alab la capacidad
pictrica de Dafne, y aunque El to Jernimo era, con toda seguridad, Hieronymus Bosch, las
paredes lucan retratos, paisajes, bodegones y naturalezas muertas de una mediocridad evidente.
Al Dr. Coronado le maravill la capacidad caligrfica de la otra hermana, y puedo decir como
descargo de pruebas que jams me cont cmo fue que se hizo con el cuaderno de caligrafa.
Dafne se entusiasmaba pintando a oscuras y nada era capaz de distraerla, ni el barullo
de los gatos que correteaban por el patio y el zagun ni los ruidos que llegaban de otros
rincones de la casa.
Mam siempre nos dijo que eran los maderos del bodegn que hace las veces de
stano, tan viejos y secos que basta una gota de agua para estremecer todas las juntas
y cimientos. Dafne dice que es pap, que va y viene una y otra vez dentro del cuarto
Y puedo jurarle aqu, doctor Coronado, que tambin escuch ruidos que se escapaban
por los resquicios y remaches de la petaquilla. Nia mala, nia mala, no, nia, no, no
Por eso ayer decid que no me opondra ms y que hara cuanto mam me dijese, sin
chistar. En la tarde mam volvi a reprocharnos, si Mster Palmer viese sus cuadernos,
de la caja forrada de cuero y lminas de latn. S, obediente, nia buena, nia buena,
Como ya sabamos que sera noche de pintura, mam lo prepar todo. Nos dio un t de
valeriana y manzanilla pero no lo beb; cuando mam nos dej solas, aprovech un
No dorm, aunque me qued con los ojos cerrados. Repas mentalmente los ejercicios
que hicimos a las cinco en punto y el men de la cena que mam nos sirvi a las seis
de la tarde. Justo a las siete de la noche deberamos estar listas para ir a la cama, y
tamborileaba con los dedos de su mano izquierda sobre la sbana. Pero no dije nada y
A las nueve de la noche mam recibi a alguien. Escuch los pasos que iban y venan
por la sala y despus los pasos de mam acercndose a nuestra puerta, pero
acompaada por la visita. O tambin el golpeteo del llavero y la doble vuelta de la llave
al descorrer el cerrojo.
Abri la puerta y le dijo al visitante: espere un momento, ver que todo est listo. Luego
entr y habl en voz baja con Dafne. Prtate bien con Mster Palmer. Ella le pregunt
con sus frases entrecortadas si Mster Palmer iba a revisar los ejercicios y mam le dijo
que s. Nia tonta, a qu otra cosa crees que viene cada semana? le contest, y las
Cunto lleva dormida? Pregunt mam, y Dafne le contest hora media, media, hora
media. Comprend que estaban hablando de m. Mam rode nuestra cama y cruz
nuestra recmara. Abri despus el arcn y sac una sbana limpia, y unas tiras de
algodn. Me at las manos dando un par de vueltas y despus me hizo otro amarre a la
altura de las rodillas, dejando mis tobillos para el final. Sent la brisa de la sbana
cayendo sobre m, una brisa con olor a alcanfor; ella me cubri de pies a cabeza con la
Todo est listo, Mster Palmer, dice mam, antes de cerrar la puerta. Da una doble vuelta
Dafne comienza a rer, contenta. Mster Palmer, Maestro, Maestro, Maestro Palmer.
Ella se deja hacer, contenta, entre las risitas. Nia buena, ser nia buena. Mster Palmer,
Aqu hay un silencio que dura casi tres minutos. Se escuchan algunos sollozos y se percibe que
la grabacin.
Cuando termin pareca no haber disfrutado. Tuve la sensacin de que Mster Palmer
en verdad estaba realizando un rito antiqusimo e intil. Dio cinco golpes en la puerta, y
Ella estuvo sentada all en la sala, todo el tiempo. Lo ha pensado bien, Madame?
Puedo pagarle cinco veces ms si tan slo... Eso fue lo nico que pudo decir Mster
Palmer. Antes de terminar la frase, mam le dijo que no. La otra no vale la pena, sera
ms aburrido que tomar una copita de Pernod con el obispo. Yo era la otra, la sin
nombre. Y mi hermana era Dafne, alguien a quien s se poda nombrar. Nunca antes la
odi tanto.
Mster Palmer se despidi y mam cerr la puerta. Volvi sobre sus pasos y comenz a
ansiosa. Mam le dio una bofetada. Estpida, malditas estpidas!, grit antes de salir
del cuarto. Dafne estuvo gimiendo hasta quedarse dormida, sera media hora despus.
El reloj de la alameda son diez veces y yo quera morirme, por la tristeza y el asco,
pero sobre todo por el cansancio. Estoy segura de que mam no se dio cuenta que
Dafne despert media hora antes de las doce. A pesar de dormir un poco, segua con
el ansia encima. Comenz a contar hacia atrs, veintisiete, veintisis, veinticinco. Dafne
siempre supo la hora y minutos antes de la medianoche era imposible callarla. Contaba
minuto tras minuto, hasta que la puerta del cuarto de pap se abra y escuchbamos
No, nia mala, no, cerrar, no, cerrar, cerrar dijo mientras me arrastraba, y entonces se
vio a s misma reflejada en el cristal baado en mercurio. Sus ojos semejaban pedazos
No, no, juntas no, t, no yo, t, bonita, yo, demonio, nosotras, demonio!
Lo ltimo que recuerdo, doctor, es que la puerta se abri y vi los ojos de pap, iguales
a los de Dafne y a los de mam. Sus manos tenan la forma de unas garras de len o
de guila con uas afiladas y manchadas de ocre y tambin tenan un brillo rojizo que
resaltaba en medio de la oscuridad. Con una mano detuvo la puerta y con la otra
sujetaba a mam del cuello. Quise correr y ayudarla, pero Dafne me arrastr y me
aquella sustancia viscosa de olor metlico era mi sangre. Nuestra sangre. Como pude,
me levant del suelo y mir dentro de la petaquilla y all estaba mam, con el cuello roto
aceite de linaza.
T, no dormida, t mala. Nia mala, t, no dormida nia mala. Pap sabe. Mam no
sabe. Mam mala. T mala. Malas. Nosotras, malas, demonios. Aquellas fueron sus
ltimas palabras.
A los costados de la ventana mam siempre tena candelabros con cinco velas y una
vuelta vi la cara de pap. Era la cara que Dafne dibujaba siempre en todos sus cuadros,
ojos amarillos, vidriosos e inyectados de sangre, una boca que tena ms bien la forma
Mster Palmer regres un poco despus, al entrar nos encontr al pie de la escalera y
despus de revisarme rpidamente me dijo que tena quebrada la columna. Haba hecho
algunas horas, antes de que mi cuerpo colapsase. Por eso le ped que hiciese todo lo
posible y tratase de localizarle, doctor. Regres a la casa porque vio el resplandor del
candelabro. Me coment asombrado que aquella era la primera vez que vea luz en la
petaquilla y promtame que nos enterrar como es debido. Que no dejar que nuestros
En este punto el Doctor Coronado cort la grabacin, quiz por prudencia o tica profesional.
encontrado, y que en el lugar donde estuvo la petaquilla slo qued una mancha en el piso y no
haba seales de arrastre. Debi ser levantada en peso. El cuarto de la segunda planta simplemente
no exista: la puerta que se menciona daba directamente al balcn y haba sido tapiada por fuera,
La identidad de Mster Palmer contina siendo un misterio. Puede ser cualquier varn de la localidad,
lo suficientemente arrojado para gustar de mujeres con deformaciones como aquella, por dems
extremas.
***
Despus del corte en la grabacin, el Doctor registr algunos datos forenses, ms con la intencin
de formalizar un expediente que la de brindar datos mdicos y anatmicos que sirviesen para futuras
investigaciones.
Jueves, diecinueve de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco. Siendo las nueve
gemela de la Srita. Dafne Sanbenito Guilln, con quien comparta un rin y parte del
lumbares, al ser arrojada desde un segundo piso. Este cuadro clnico se agrav por el
La Seorita Dafne Sanbenito Guilln falleci por auto laceracin y desangramiento por
Queda este reporte y doy fe, para todos los fines legales y mdicos a que haya lugar.
Francisco Arriaga.
Mxico, Frontera Norte.
19 de julio de 2016-18 de mayo de 2017.