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LA

MECHA
El Taller de Escritura y las Consignas

Mara Graciela Loisi


Pedro G. Palacios
Osvaldo Beker
Mara Graciela Loisi, Pedro G. Palacios,Osvaldo Beker
La Mecha 1ra ed. Zeit Ediciones, Buenos Aires, 2014.

ISBN 978-987-3656-18-7
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Queda hecho el depsito que marca la Ley 11723

Mara Graciela Loisi (2014)


Pedro G. Palacios (2014)
Osvaldo Beker(2014)

Diseo de Tapa Zeit Ediciones

A favor de la escritura
www.zeit-ediciones.com.ar
Mara Graciela Loisi (Ramos Meja, Pcia. de
Buenos Aires, 1961) es correctora especializada en
textos literarios, egresada del Instituto Superior de Letras
Eduardo Mallea. Ha concurrido durante cinco aos al
Taller de Narrativa del Banfield Teatro Ensamble,
coordinado por la escritora Cecilia Vetti. Ha participado
del Taller Literario del Instituto Superior de Letras
Eduardo Mallea, dictado por el profesor Osvaldo Beker.
Es socia de la SADE, delegacin Lomas de Zamora.
Algunos de sus cuentos han sido publicados en las
Antologas I (2009), II (2010), III (2011) y IV (2012) del
Centro Cultural Banfield Teatro Ensamble y, por haber
recibido una mencin, en la Antologa Cuentos,
Narraciones y Poesas del Municipio de Lomas de
Zamora (2011), al cumplirse los ciento cincuenta aos de
ese distrito. Otros, en Letra Colectiva (2013), del Instituto
Superior de Letras Eduardo Mallea, y en Viaj conmigo
(2014), seleccin y publicacin de la Editorial Dunken en
el proyecto Recepcin de Originales Inditos. Recibi,
adems, el primer premio del concurso Cuentos de
enamorados (2011), y una mencin en narrativa del
Concurso de Literatura para Adultos de la SADE (2013),
Seccional Surbonaerense.

5
Pedro G. Palacios (Mercedes, B. A., 1961) es
Analista de Sistemas (UADE), Operador de bolsa y
Experto en Mercado de Capitales (Bolsa de Comercio de
Buenos Aires). Ha tomado clases de narrativa y
cuentstica en los talleres literarios de la Universidad
Nacional de Lomas de Zamora (carrera de periodismo) y
con los profesores Ilda Pavn, Roxana Palacios, Cecilia
Vetti y Osvaldo Beker (con quien contina). Ha publicado
cuentos en seis antologas y diversas revistas literarias
de la zona sur del Gran Buenos Aires. Ha obtenido el
Primer Premio en Narrativa 2011 por su cuento "El
espejo", de la Sociedad Argentina de Autores (Seccional
Surbonaerense) y mencin 2013, en el mismo concurso,
por su cuento "La agenda".

Osvaldo Beker (Buenos Aires, 1974). Profesor y


Licenciado en Letras (UBA). Profesor y Licenciado en
Comunicacin (UBA). Master en Anlisis del Discurso
(UBA). Cursa actualmente el Doctorado en Ciencias
Sociales en la UBA. Profesor de grado e Investigador en
la UBA, la UCES, la UFLO y el Instituto Superior en
Letras Eduardo Mallea. Profesor de Posgrado en la
Maestra DICOM, en FADU, UBA. Profesor Adjunto en el

6
Seminario Optativo "Aproximaciones discursivas a la
Crnica Urbana en su variedad significante: la letra, la
imagen" (FSOC, UBA). Docente Ayudante en la materia
Taller de Expresin I (Taller de Escritura) en la carrera de
Comunicacin, Facultad de Ciencias Sociales, UBA.
Director de Investigacin en Proyectos de
Reconocimiento Institucional, Facultad de Ciencias
Sociales, UBA. Autor de los libros A segundos del 2000
(EMA), Narrar-se: el Taller de Escritura y la Autobiografa
(Proyecto), Escribir la Ciudad: el Taller de Escritura y la
Crnica Urbana (Zeit), La Escritura Breve: el Taller de
Escritura y los Microrrelatos (Zeit), La Escritura en sus
Detalles: Recomendaciones puntuales para la Redaccin
(Zeit), y la novela Tandil (Zeit). Periodista sobre Cine en
el portal Diario de Cultura y en la FM 92.3. Autor de
artculos-ponencias en Jornadas y Congresos nacionales
e internacionales.

7
'Botella al mar', se ha dicho. Pero con un
mensaje equvoco, que puede ser interpretado de
tantas maneras que difcilmente el nufrago sea
localizado.

Ernesto Sbato, Abaddn el exterminador

Lo peor es cuando has terminado un


captulo y la mquina de escribir no aplaude.

Orson Welles
Prlogo

No fue hasta despus de mi tercera novela


cuando adquir conciencia plena de que cada
una de mis novelas creca a partir de una idea
fecunda que era poco ms que una imagen.
Umberto Eco, Confesiones de un joven
novelista

Qu cosa fuera la maza sin cantera, cantaba,


entre otros intrpretes, la sempiterna Mercedes Sosa. La
Mecha quiere adoptar el estatuto de una cantera, desafo
espinoso que nos hemos propuesto emprender hace
unos meses, a sabiendas de que la maza ha de
representar la herramienta subjetiva, intransferible (el
estilo es el hombre), de cualquiera que decida abordar
las numerosas recomendaciones volcadas en estas
pginas. En un Taller Literario y considrense sus
variantes en la nomenclatura: Taller de Escritura, Taller
de Expresin Escrita, Taller de Escritura Creativa, Taller
de Redaccin Literaria, en reiteradas oportunidades se
vuelve una situacin clsica el descenso ingrato del
horror vacui, del terror de la hoja en blanco, de la

11
laguna de Chascoms. Pues bien, este volumen
pretende neutralizar esos instantes dolientes gracias a la
sugerencia de temas y estrategias para la elaboracin de
textos de ndole literaria. Va de suyo indicar que, si bien
aqu se han incluido ilustraciones (las hemos escrito, s,
Graciela, Pedro y yo: no diremos quin escribi qu) que
se corresponden con el formato del Microrrelato, los
resultados plausibles para cada una del medio centenar
de consignas podran adoptar la extensin necesitada a
piacere del emprendedor ocasional. Precisamente, el
trazado de cada una de las recomendaciones-
sugerenciasideas viene ordenada as: el enunciado de
la consigna, un microrrelato que ilustra una posibilidad, y
una serie de comentarios cuyo propsito est guiado por
la intencin de que se verifiquen mltiples soluciones
para cada punto disparador. Con La Mecha, queremos
ordenar, intentar sistematizar, numerosas ideas que
siempre flotan en los Talleres nosotros provocamos el
chispazo: el fuego arder conforme cada escritor desee
avivarlo.
Osvaldo Beker
Primavera de 2014

12
LA MECHA
Consigna 1: Redactar un texto en el que se articule un
Narrador Vocero o Portavoz, es decir, que hable en
nombre de l mismo y de pares. Tomar a modo de
ejemplificacin el cuento La noche de los feos, 1 del
uruguayo Mario Benedetti. Particularmente considerar
los dos primeros prrafos de ese relato.

Nosotras sabemos

Nosotras, las mujeres, sabemos que contamos


con ciertos beneficios, que nos dio la madre naturaleza,
a la hora de manejarnos en la vida. Ahora bien, si
trabajamos de vendedoras y nuestros clientes son
hombres, por el rubro, por ejemplo, todas tenemos
conciencia de que hay que darle rienda suelta a ese
legado. Aun ms si el techo del departamentito, que nos
hizo el viejo en el fondo de su casa, se nos est cayendo
encima y, como si eso fuera poco, tenemos que bancar
al gordito que elegimos porque es un vago del ao cero.
Tambin es cierto que no es necesario que seamos unas
diosas, el push up hizo estragos y hoy en da la taza soft
es maravillosa. Si, en definitiva, no vamos a tener que

1
Benedetti, 2010.

15
sacarnos la ropa para concretar una venta Marita, para
sus clientes: Melinda. Olvidemos las referencias a
Melinda y Melinda, nada que ver, aunque no estoy muy
segura.
Buenas tardes, seor Surez, al fin nos
conocemos despus de tantas conversaciones
telefnicas dijo Marita, extendiendo la mano y
sonriendo, por supuesto, deseando que el Luminous
White hubiera borrado las huellas del pucho que haba
apagado (y guardado) por la mitad cuando le avisaron
que su cliente haba llegado.
Llamame Julio, Melinda, y tratame de vos, por
favor.
Cmo no, Julio. Pas, vamos a estar ms
cmodos en mi oficina contest amablemente, dejando
ver la segunda sonrisa.
Empez a caminar delante del hombre que la
haba recorrido de arriba abajo con la mirada. Baboso,
viejo baboso, pens Marita y se pas la mano por la
cadera rozando apenas la cola como si se acomodara la
pollera. Sabemos que funciona. Gir lentamente para
regalarle la tercera sonrisa, mientras insultaba
mentalmente a esos tacos que la estaban matando.

16
Pasaron, lo invit con un caf y hablaron de
negocios. l, entre nmeros, se embelesaba con la
juventud de ella y ella, entre el clculo de los
porcentajes, segua ofrecindole femineidad y sonrisas.
Despus de casi dos horas de idas y vueltas en las
cantidades de la compra, en los precios, la intervencin
del jefe para llegar a las condiciones deseadas,
atenciones de Julio y devoluciones simuladas de Marita,
cerraron el trato.
Marita lleg a la casa de noche. Not el papelito
sobre la mesa que le haba dejado el gordito: Me fui un
rato al bar con los muchachos. Traigo empanadas. Fue
hasta la habitacin: revole los zapatos (sabemos cunto
odiamos los tacos despus de tenerlos doce horas
puestos), tir sobre la cama el saco, la pollera y las
medibachas, que levantan, ajustan y modelan (entre
nosotras, lo ms antisexy que existe, pero incomparables
aliadas para estilizar). Se desprendi el de las tazas soft
y reemplaz la tanga por un calzn. Todo lo que tena
que caer, cay, como es lgico que ocurra despus de
que subimos y bajamos de peso constantemente y
nunca nos da el tiempo para ir al gimnasio; la juventud
sola no alcanza. Se sumergi en el equipo jogging que

17
usaba los sbados para hacer la limpieza de la casa y se
calz las Adidas, as, sin medias. Fue al bao, se sac
las lentes de contacto y el maquillaje, se lav la cara y se
hizo una colita en el pelo. En la cocina, retir de la
heladera una lata de Heineken, abri la bolsa de manes,
se tir en el silln del living patas para arriba
(literalmente), acerc los puchos y prendi la tele. Pas
canales y se qued viendo Intratables, entre manes,
cerveza y tabaco.
Lleg el Gordo:
Hola, Mari, cmo te fue?
Bien, llegu al objetivo del mes y hasta lo
super.
Brbaro, el tipo hizo la compra! Festejemos.
Traigo las empanadas.
Despus de comer, el gordito le susurr al odo
(nosotras sabemos cmo): Vamos a la cama, nena. Mi
hermana dira: Todos los hombres son iguales. Y
fueron a la cama. Marita se sac la ropa, el gordito la
mir y apag la luz. Yo acotara: No todos comen vidrio.

En espaol el pronombre nosotros no siempre significa lo


mismo. Esto es: hay ocasiones en las que el pronombre

18
incluye al interlocutor, y hay veces que no. Veamos dos
ejemplos claros:
Nosotros, que estamos aqu en la universidad.
Nosotros, los profesores de la universidad.
Imaginemos que las frases son proferidas por un profesor
universitario dirigidas a sus estudiantes. Pues bien, entonces,
en el primer caso, el profesor los incluye en su referencia,
mientras que en el segundo no. Tcnicamente estas formas
reciben el nombre de Nosotros Inclusivo y Nosotros Exclusivo,
respectivamente. En Nosotras sabemos, el Narrador incluye
a eventuales mujeres (el Narrador, se supone, es una mujer).
En ese sentido, es un Nosotros Inclusivo. Pero si suponemos
que su discurso es captado por hombres, entonces, el
nosotros pasa a ser, en ese instante, exclusivo. Quizs
pueda pensarse en la generacin de relatos teniendo en
cuenta esta bivalencia del pronombre personal de primera
persona en plural.

19
Consigna 2: Imaginar una historia en la que el Narrador
emplea el Nosotros Exclusivo, es decir, que habla de s
mismo y de ciertos pares.

Ha sido un gusto

Nosotros, los narcotraficantes, somos as.


Sinceros, familieros, simples. Tan sinceros que todo lo
que te digo en esta entrevista es as, tal cual como te lo
vengo explicando hace como dos horas, no? Somos
tan familieros que nuestras esposas e hijos son lo ms
sagrado que tenemos: si alguien toca a alguno, la paga
muy muy caro. Somos tan simples que no nos
mezclamos con bancos, no usamos cheques, cajas de
ahorro, no, nada. Todo lo hacemos, toda la ponemos,
toda la cobramos, contante y sonante. Somos as,
damos la palabra y listo. No como los polticos, esos
buitres que comen carroa y nunca piensan en nuestra
gente. Eso s: a veces se nos generan contradicciones
porque algunos de nuestros mejores amigos son
legisladores o funcionarios. Pero bueno, yo creo que ya
es suficiente, no? Ahora te dejo, que nos ha llegado la
hora de las visitas. Ha sido un gusto.

21
No siempre el pronombre personal nosotros significa lo
mismo. Como vimos en la Consigna anterior, existen, al
menos, dos grandes sentidos (dicho sea de paso, hay
significantes distintos en diferentes lenguas pero no en el
espaol): que incluya o excluya al interlocutor en una
situacin dada. En Ha sido un gusto, advertimos la
presencia flagrante de la segunda modalidad. Vaya como dato
posible a explotar en alguna ocasin, en la que tambin
podramos contemplar otros tipos de nosotros: a saber: que
adopte un sentido general (aqu sera incluyente de manera
total). Ejemplo: Estamos todos en esta tierra dando vueltas
alrededor del Sol. Otro, a modo de ilustracin, podra ser:
Vamos a tomar este medicamento cada ocho horas, en
donde suponemos que un mdico le habla a su paciente. A
todas luces, ese mdico usa el pronombre personal nosotros
cuando en realidad el sentido se conecta con una segunda
persona: Vas a tomar este medicamento cada ocho horas.
Evidentemente, hasta aqu hemos visto, en consecuencia,
cuatro modalidades distintas del empleo del pronombre
nosotros, que muy bien podran adquirir distinto carcter en
diversos relatos que podamos imaginar.

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Consigna 3: Articular un texto cuya voz adopte las
caractersticas de Narrador Testigo.

Con la leche templada

Haba dejado el auto para lavar e iba caminando


con mi hijo por Lugones, a la casa de mi hermano. A una
cuadra, ms o menos, haba dos patrulleros parados,
con varios policas en la vereda, y mi hijo me dijo que
furamos para ver qu pasaba: No, no, doblemos ac,
dije y su respuesta fue: Por?.
Como un flash, record que haca cuarenta aos,
en el setenta y pico, yo volva del colegio a mi casa, me
haba olvidado las llaves y no haba nadie. Despus de
llamar, fui caminando por esa misma calle hasta el bar
de Pichuco, en Mspero casi Lugones, a buscar a mi
viejo. Cuando llegu al boliche, mi viejo no estaba y
Pichuco me dio una Coca para que lo esperara. Me
acomod en una mesa chiquita y enclenque, cerca del
billar, y en ese momento dos autos pararon en la puerta
haciendo chirriar las ruedas: todos miramos hacia afuera.
Pichuco gir y sali corriendo para el fondo, pero por la
puerta que daba al patio, donde tenan los envases

23
vacos, aparecieron dos canas que nadie saba de dnde
haban salido. Por la puerta principal, entr un tipo petiso
y ancho de unos cuarenta y pico (supongo ahora),
canoso, medio pelado, con una camisa blanca abierta,
una ostentosa cruz de plata colgando sobre el pecho,
anteojos negros, bigote y manos enormes. En la cintura
se le vea la culata de una pistola. Fue caminando hasta
el fondo a buscar a Pichuco y grit: Adnde queras
ir?, adnde queras ir? y le dio una cachetada que an
oigo. Se llevaron a Pichuco y nadie dijo ni hizo
absolutamente nada. Un amigo de mi viejo al que yo no
conoca se acerc y me dijo: Ven, ven que te
acompao hasta tu casa y esperamos a tu viejo all.
Papi, por? escuch y me qued callado un
segundo.
Tens razn, Fede, sigamos por ac.

Existen muchos tipos de Narrador y han sido estudiados por


diversos autores. 2 Uno es el Testigo, que siempre est

2
El estructuralista francs Grard Genette, 1989, 1998, es el
referente primigenio para apelar a cuestiones ligadas a la
Narratologa (en este caso puntual, en lo que atae a aspectos
vinculados a los distintos tipos de Narrador). La neerlandesa Mieke
Bal, 1990, y la argentina Mara Isabel Filinich, 1997, han analizado,
entre otros tericos de la literatura, distintos fenmenos conectados
con esta misma temtica crucial.

24
vinculado a la primera persona del singular. Un Narrador
Testigo clsico es el doctor Watson en las novelas de
Sherlock Holmes y el del cuento de Borges "El encuentro". 3
En ambos casos, y en el texto de ejemplo, el Narrador Testigo
es diferente al Narrador Omnisciente: en el tiempo en el que
se desarrolla la historia, el Narrador no sabe ms que el
lector. A posteriori, puede reinterpretar lo narrado. Al igual que
el Narrador Protagonista, est en primera persona, pero no
participa de la accin, sino de manera marginal y, a diferencia
del Narrador Observador, el Testigo est en primera persona
(pues el Observador est en tercera).
En Con la leche templada, el Narrador Testigo aparece
cuando un Narrador Protagonista enmarcado recuerda un
episodio de su infancia (pues es protagonista en el marco y
testigo en el recuerdo articulado en la analepsis). Lo que nos
plantea una pregunta: Cuando el Narrador Testigo se
desarrolla por un recuerdo, siempre requiere de un marco? 4
Consideramos que la respuesta es afirmativa.

3
Borges, 2011.
4
Para observar una ejemplificacin de la Narracin Enmarcada,
confrontar, ms adelante, la Consigna nmero 8.

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Consigna 4: Retomar un texto consagrado y efectuar
una operacin de refocalizacin.

De las buenas intenciones

Pararon en aquellos rboles. Seguro que van a


pasar la noche ah porque el caballo tiene el freno
colgando de la montura.
Bueno, repasemos: en dos horas va a
oscurecer y nos conviene llegar cuando la oscuridad no
permita que nos reconozcan, as yo puedo hablar
tranquilo, sin la celada
Te acords qu vas a decir?
S: voy a hablar de La Giralda, los Toros de
Guisando y la sima de Cabra.
Logrars que te desafe?
De eso no hay duda. Lo conozco muy bien.
Bien, bien. Al otro da vas a tener puesta la
celada, as que no vas a tener problemas.
Yo no, pero vos? Tu vecino te puede
reconocer.
As como vos tens el amor y el orgullo para
que te desafe, yo tengo a mi favor la cobarda de mi

27
compadre. l mismo se va a ocupar de estar lo ms lejos
posible de m. Adems la nariz ayuda.
Entonces descansemos un rato.
Ests seguro de lo que vamos a hacer?
Absolutamente, este loco tiene que recapacitar.
Para su bien y el de su familia.
Y si te vence?
Imposible. Voy a vencerlo, como que me llamo
Sansn Carrasco.

La retoma y la refocalizacin son operaciones favoritas de


Borges ("El fin", 5 "Biografa de Tadeo Isidoro Cruz" 6). Cambia
la fuente de la narracin, por lo que vara el ngulo desde
donde el lector la observa. La decisin de retoma y
refocalizacin implica, siempre, dos hechos: un homenaje al
texto original y un metatexto (concepto que tomamos Grard

5
Borges, 2004. Ac se contempla una refocalizacin que consiste
en continuar una historia en tercera persona, focalizada sobre
Recabarren, con un episodio que no existe en la obra original
(Martn Fierro).
6
Borges, 2011. Del mismo modo, el proceso de refocalizacin, aqu,
consiste en contextualizar un episodio del Martn Fierro (cuando
Cruz se pone del lado de Fierro), contando en tercera persona la
vida previa a ese instante de Cruz. A diferencia de "El fin", en
"Biografa", Borges se refiere a un hecho que existe en la obra
original, subrayndolo expresamente: "Bien entendida, esa noche
agota su historia; mejor dicho, un instante de esa noche, un acto de
esa noche, porque los actos son nuestro smbolo".

28
Genette en Figuras III) 7 resultante, ya que no existira sin su
fuente, que apuesta por la intertextualidad.
El presente microrrelato es un dilogo entre Sansn Carrasco
y Tom Cecial y se desarrolla, supuestamente, antes de que
"el caballero del Bosque" (Carrasco) se presente ante Don
Quijote y lo desafe a duelo de caballeros, con la intencin de
vencerlo y enviarlo de regreso a su casa. Sansn Carrasco es
un personaje clave del Quijote, aparece en tres
oportunidades: en la primera le cuenta al hidalgo del libro
escrito sobre sus hazaas, en la segunda como Caballero del
Bosque o de los Espejos y en la tercera como el Caballero
Negro, que logra vencer a Don Quijote y lo enva a su finca.
En este caso, se cambia el modo predominante del Quijote
(en tercera persona, focalizada sobre los protagonistas) por
un dilogo sobre los preparativos de un episodio muy
destacado de la obra.

7
Genette, 1989.

29
Consigna 5: Redactar un texto en el que se configure de
manera evidente un espacio urbano.

Seiko

De alguna manera, Buenos Aires-2014 es, para


ella, como Tokio-1995. Rodea con su Suzuki Fun la
estatua del Mo Cid y toma, todo derecho, la Avenida
Daz Vlez. Escucha cualquier estacin de radio: la ha
encendido por inercia, del mismo modo que se ha puesto
el cinturn de seguridad y que ha soltado varias lgrimas
que entorpecen su rostro maquillado. Ya en Corrientes
(ms o menos cerca de Jean Jaurs) se detiene por el
semforo y avista un negocio, una ferretera que le es
bien familiar. Mira su Seiko plateado: las cuatro menos
cuarto. Ya es tan tarde. Tanto que le da ganas de
volverse a su casa y seguir llorando. Pero no: sigue
adelante, todo derecho por Corrientes, hasta
Pueyrredn, y ah dobla a la derecha. Este recorrido,
automatizado, la tranquiliza un poco. Algo familiar le
queda an en su cabeza confusa. La desespera, claro
est, la cantidad de horas que le llevar el interminable

31
viaje hasta Japn. All, ella no lo sabe an, ser muy
pero muy feliz.

En Seiko contemplamos un relato que tiene un marco


preciso: la ciudad, 8 con la mencin explcita de ciertos
espacios urbanos. Para ello, consideremos la nocin de
informantes espaciales, segn Roland Barthes, 9 por la que
debemos entender que en un relato pueden existir de manera
ostensible la mencin a ciertos lugares geogrficos reales, sin
necesidad de deducirlos. En Seiko se ha tomado esta
nocin al pie de la letra, y se ha mencionado una gran
cantidad de enclaves urbanos (Corrientes, Pueyrredn).

8
Confrntese Beker, Mansilla, 2013, libro que es el fruto de una
investigacin sobre la representacin urbana en la escritura de un
formato preciso como es la Crnica Urbana.
9
Barthes, 2010.

32
Consigna 6: Utilizar distintas formas pronominales en un
mismo texto.

Estamos de acuerdo

Te digo, lo ms claramente que puedo, que no


tens que seguir as, dejate de joder. Te acords cmo
me contestaste ayer?: Yo hago lo que quiero, no tengo
que dar explicaciones, a los gritos, y hace muy poco
tiempo todos sabamos cmo comportarnos en esta
casa. Mil veces te aconsej, mil veces, tenas que dejar
a esa gente, esos muchachos te iban a llevar por
cualquier lado, ahora salgo y los veo: los cinco estaban
tomando cerveza en la esquina y metindole pastillas
adentro, tirados, con actitud amenazadora, daba miedo
pasar por ah. No trabajan, no estudian, no tienen ningn
proyecto, te imagins as? Te ves maana, formando
una pareja, haciendo planes, teniendo un hijo,
mandndolo a la escuela? Estaba tan orgulloso de mi
hijo, siempre bien en el colegio, inteligente, carioso.
Mam y yo hacamos planes para vos, ya te veamos
estudiando, ayudndome en el negocio, con un proyecto,
y ahora?, vos y tu madre van a seguir estancados, no

33
van a avanzar, no van a progresar as, hijo, dejate de
joder. Todo el mundo necesita un proyecto, esforzarse
para lograrlo, crecer, as no, as no. Antes los
muchachos tenan ideales, peleaban por algo, qu le
espera a esta sociedad si nadie se va a calentar por
nada? Un pibe ahora sabe qu comi Riquelme al
medioda y no tiene idea si empezaron las clases o no. Y
estbamos tan bien, Betito. Estbamos tan bien!,
ustedes iban al colegio, jugaban, se portaban brbaro, se
juntaban en las casas de los compaeritos, iban a los
cumpleaos, qu pas?, carajo, qu pas? Mam
siempre estuvo para cuidarte, te damos todos los gustos,
pero parece que vos y ella estn en otra sintona, no ven
lo que sucede. Tenemos que arreglar esto! No van a
ser el ejemplo los vagos de la esquina! Yo me voy a
encargar de esto, tu madre ya sabe lo que hay que
hacer, a partir de maana la vamos a cortar con la play!

La Consigna apunta a ejercitar las maneras en que puede


articularse una narracin. En este caso, se varan los
pronombres, utilizando un soliloquio, para combinar las formas
verbales que concuerden con los pronombres. En el texto se
utilizan primera persona (yo me voy a encargar, tenemos
que arreglar), segunda persona (no tens que seguir as,

34
ustedes iban al colegio), tercera persona (un pibe ahora
sabe, los cinco estaban tomando), tanto del singular como
del plural (aunque tambin se halla alguna forma impersonal:
todo el mundo necesita). Lo que se busca, en este
microrrelato puntual, es demostrar la enorme variante en la
creacin de una voz, esto es, en la construccin de un tipo de
Narrador. Evidentemente, la lengua ostenta una enorme
cantidad de posibilidades (que, aqu, en este relato breve, se
han visto aglutinadas dada la extensin acotada).

35
Consigna 7: Redactar una historia en la que se utilicen,
arbitrariamente, palabras que comiencen con una misma
letra.

Cuestiones con C

Cada cual con su conciencia


No cabecees. S concreta, consegus casi
cachetearme con tus conocidas cualidades.
Convengamos que ser un caradura no te
convierte claramente en un caballero.
Como sea, cachorra. Como buen cachivache,
calcul que con tu capacidad podras comprenderme.
Una cuota de cario calmara mi congoja.
Comprensin? Buscs complicidad! Sos un
calvario. No cuentes conmigo.
Candela, concretamente, a conciencia: podras
cooperar para conciliar el contratiempo, conformar a
cada cretino que cuestiona ciertas costumbres. Las
condiciones convergen en vos.
Claro, puedo convencer corroborando que a
cualquiera se le cruza coimear a un consabido corrupto
para conquistar unos centavos.

37
No, coincido en que el canoso no
comprendera. Cantale las cuarenta al crpula que
copiosamente capt mis capitales.
Caradura! Capitales? Te colgs la careta
conveniente como por casualidad, con toda la
conviccin, cual un convidado.
Soy cardaco, ten compasin. Casualmente vi
al cardilogo.
No vas a conseguir conmoverme. Como es tu
costumbre, cautivs con tu catecismo de candombe,
cabrn.
Chiquita, el contraataque de tu cndida calidez
podra cajonear lo contractual. Convidame con un coac.
No cometas este corriente coqueteo conmigo.
Mejor com, correg tus correndillas y convertite en un
ciudadano correcto.
Antes, concebira que me cremen. Sin cadver,
hecho cenizas.
Cortala, no voy a conversar con el contador que
te cancel el crdito.
Cra cuervos
Carlos condujo con la cabeza alta por la calle
Campichuelo, conservaba la cara de quien tiene el

38
cartn capica, contaba con el convencimiento de que el
cuado, por una cuestin de cortesa, tal vez se
convirtiera en su codeudor.

En el ejemplo se observa que la letra repetida que eligi el


Narrador ha sido la c. En este caso, y por la historia que se
cuenta, el texto resultara simptico, hasta podra clasificarse
de ocurrente. Tal vez ese efecto sera ocasionado por el juego
de los sonidos, ms que por la atencin a la digesis. Sin
embargo, respondiendo a la misma Consigna, se podra haber
logrado un escrito en el que la historia tuviera caractersticas
totalmente distintas. Consideremos, como dato adicional, a la
hora de crear un relato, la posibilidad de que los sonidos con
r daran dramatismo, mientras que los que usan s tendran
un sonido ms suave, si se quiere, musical? Esta propuesta
de escritura hace recordar a ciertas Consignas propulsadas
por el clsico El taller de escritura, de Gloria Pampillo, 10 pues
constituye una invitacin a considerar la lengua en su visin
ldica, creativa.

10
Pampillo, 1982.

39
Consigna 8: Producir un texto en el que el Narrador
anuncie que va a contar algo (Relato Enmarcado).

Historia

La forma en que llegu al papel fue casual. Las


siguientes lneas intentan apenas dar una idea de un
miedo perturbador que an me recorre.
Yo me ocupo de vender libros viejos, revistas
agotadas y, lo que podra denominarse, curiosidades
literarias. No es una profesin muy lucrativa, pero no lo
necesito para vivir. Con que pague sus costos y deje
algo, alcanza. La principal forma de proveerme de
mercadera son los remates: estoy atento a los anuncios
de La Nacin y elijo los particulares, en barrios caros.
Por suerte los libros nunca son muy requeridos y los que
los rematan tampoco los valoran. Generalmente compro
al boleo y despus selecciono, catalogo, publico en
Mercado Libre y los expongo en mi pequea librera en
Avenida de Mayo, a dos cuadras del Tortoni. Me acuerdo
de que en el paquete de libros viejos, que traje de una
casa de San Isidro, haba una joyita de Felix E.
Etchegoyen, llamado Cardos y abrojos, que tena el

41
subttulo de Sonetos polticos, editado por Guillermo
Kraft Ltda. en 1934. Me puse a leerlo y me re con ganas
de la caricatura versificada de las prcticas conservadoras
de la dcada infame, hasta que llegu a la pgina
ochenta y cuatro. Haba un soneto sobre La plataforma
electoral y, doblado en cuatro, estaba el papel amarillo y
manchado. Siempre encuentro pavadas entre las hojas
de los libros que compro, con cuidado lo desplegu. Con
letra prolija deca: El portador de esta nota es el
excomisario Ramn Valdez Cora, hombre de mi absoluta
confianza, que tiene las instrucciones necesarias para
solucionar el problema del Anglo. Le ruego que le facilite
el ingreso al Senado por el tiempo que l considere
conveniente para familiarizarse con los horarios, rutina y
costumbres de De La Torre. Por favor, destruya esta
nota. Record el ao de edicin del libro y el papel
comenz a temblar en mis manos.

Cuando un relato contiene el anuncio de que se va a contar


algo o aclara el origen de lo que va a ser narrado se denomina
Relato Enmarcado. El marco puede estar en el principio, en el
medio o en el final del texto con frases como recuerdo que
hace, voy a contarles, as deca el documento que.

42
Un ejemplo clsico de relato enmarcado es el Decamern 11,
donde hay un marco que prepara las historias que van a ser
contadas y, a la vez, cada novela tiene una introduccin del
Narrador. En Historia hay un marco diegtico que contiene,
a la vez, el marco de la nota encontrada. Esta imagen retrica
se denomina Puesta en abismo 12, y consiste en que una
narracin contenga otra (y otra, y otra), como una coleccin
de mamushkas.

11
Boccaccio, 2010
12
Dllenbach, 1991, es un autor que ha reflexionado sobre esta
estructura de la puesta en abismo como configuradora de
numerosos textos literarios a lo largo de la historia (acaso El
Banquete, de Platn, constituye un ejemplo primigenio en la
construccin de esta modalidad).

43
Consigna 9: Redactar un texto en el que abunden los
Indicios.

Cerraron sus ojos

Son el telfono pasadas las doce la noche.


Reynaldo termin el vaso de vino que estaba tomando y
apag el cigarrillo en el cenicero. Mir el calendario:
treinta de junio. Atendi. Dijo que estara all en quince
minutos. Vesta un pantaln negro, se puso la camisa del
cuello redondo y un saco. La noche estaba fresca. Sali
de la casa. Senta el roco que le pegaba en la cara
enfrindosela, curtiendo al hombre que se supona que
debera estar acostumbrado, pero cuando se trataba de
una nia Desde lejos, divis las luces encendidas
como si esperaran invitados, aunque, al llegar, el silencio
que se oa lo abrum. Golpe la puerta. Abri Francisca,
la mucama:
Buenas noches, suerte que pudo venir, lo
estbamos esperando. Es terrible, pobre mi nia.
Buenas noches, Francisca, dnde est?
En una de las habitaciones de arriba, junto a los
padres. Lo acompao.

45
Voy solo, gracias.
Subi la escalera con el paso lento, cansino. Entr
en la habitacin: las caras, cansadas; los ojos, rojos; las
ojeras, marcadas; las espaldas, corvas: el abatimiento,
las sombras. Los cuadros infantiles, las muecas y los
peluches, los rosados y violetas en las cortinas, en los
almohadones. El blanco, en la ropa de la cama; el
blanco, en el rostro de la nia. Le ungi las manos y la
frente. El leo sagrado. El sacramento del perdn y de la
fuerza, la gracia santificante, el que borra reliquias del
pecado?: Por esta santa uncin y por su bondadosa
misericordia te ayude el Seor .
La rigidez. Cerraron sus ojos que an tena
abiertos.

Los Indicios tienen siempre significados implcitos, pertenecen


al orden de lo metafrico y proponen al lector una actividad de
desciframiento, contienen datos que es necesario interpretar.
Corresponden (junto con los Informantes) a la segunda clase
de unidades que distingue Roland Barthes: las denomina
integrativas o integradoras. 13 En Cerraron sus ojos, los
Indicios estaran dados en la hora a la que se recibe la
llamada, en que acudira en quince minutos (lo que hace
suponer una urgencia), la camisa del cuello redondo, que

13
Barthes, 2010.

46
debera estar acostumbrado, entre otros. Son datos que no
informan, solo aluden a la perspicacia del lector para descifrar
de qu se est hablando. Los Indicios tienen siempre un
carcter prospectivo, catafrico. Son marcas, y esas marcas
van a cobrar sentido ms pleno, se corporizarn, conforme
uno avance o termine el relato. Tienen sentido en tanto se
conectan con una idea posterior, generalmente al avanzar en
la lectura. Es entonces cuando se completan. Los Indicios son
cabos sueltos que hacia el final se atan.

47
Consigna 10: Tomar una informacin de diarios, revistas
o informativos radiales o televisivos que nos motive para
crear una historia. A partir de esa noticia periodstica,
escribir un texto.

Argentina de mi corazn

El 2 de julio se ley en los titulares de los diarios


de Buenos Aires: A puro corazn, Con el corazn en la
mano y Ataque al corazn, entre otros del mismo
estilo. La creatividad brill por su ausencia o los
argentinos estuvimos al borde del infarto. Creo que hubo
ms de lo segundo. Salv las papas (o las coronarias)
Pgina 12 que nos dej leer Fideo fino, porque de lo
contrario algn dormido podra haber supuesto que se
trataba de una noticia relacionada con la cardiologa.
Adems, en definitiva, el fideo fino es un juego que a
quin no le trae buenos recuerdos: nos tombamos de
las manos con nuestro compaero, con los brazos
cruzados, mientras cantbamos y nos bambolebamos
de un lado a otro, dando vueltas sin soltarnos. Volvamos:
se pudo ver, sin excepcin, la foto del jugador de la
seleccin argentina de ftbol, Di Mara, que con los

49
dedos de las manos formaba la figura de un corazn en
el festejo del tanto que marc contra Suiza. Dicho sea de
paso, recibi una pelota de la mano de Messi.
Pongamos las cosas en su lugar: fue del pie, a
ultimsima hora: ms bien en los ltimos minutos (a los
doce del segundo tiempo suplementario). Y as:
Argentina 1- Suiza 0, pasamos a los cuartos de final del
Mundial Brasil 2014. Conseguimos informarnos, tambin,
de que el equipo no rinde lo que se esperaba, que fulano
esto y mengano aquello, que siempre llegamos con el
corazn en la boca (para seguir con la misma lnea de
pensamiento), que a un relator se le cayeron las lgrimas
y ms, y la ciudad explot cuando todos gritamos el gol.
Sumemos el agnico triunfo y que vali la pena sufrir.
Solo falt: los argentinos, ms unidos que nunca. Y s, es
cierto, estbamos unidos y yo sigo, unida con mi
bandera en la ventana y el corazn contento, que late y
late sin parar.

En el texto dado como ejemplo se recurre al uso del doble


sentido que pueden poseer algunos titulares y, con cierto
sarcasmo, el Narrador en primera persona juega con eso.
Cabe aclarar que, por supuesto, segn el tenor de la noticia
que se considere para realizar esta Consigna, se podrn

50
obtener distintos tipos de relatos. Lo importante, en este caso,
es seguir la premisa y que el Narrador d rienda suelta a su
imaginacin. Por supuesto, este es otro modo de solucin
metatextual. 14 La funcin referencial es la que predomina en el
texto periodstico, si siguiramos la clsica configuracin del
circuito de la comunicacin diseado por el lingista e
ingeniero ruso Roman Jakobson. 15 En este relato (el que
surge) no se apuesta por lo referencial que constituye al texto
base, pues el derivado apuesta por la funcin potica,
creativa.

14
Para ampliar el concepto metatexto, confrntese la Consigna 4.
15
Jakobson, 1988.

51
Consigna 11: Redactar un texto en el que se incluya la
figura retrica del lenguaje de la Enumeracin (y que sea
catica).

Sptima dimensin

El consultorio del doctor Agero estaba en


penumbras. La pared a su espalda se vea tapizada de
diplomas que no alcanc a leer, pero que me
impactaron. l, sentado en su escritorio, era robusto, de
piel morena y el pelo abundante y blanco, ese blanco
que solo logran los morochos. Su oficina pareca la de
cualquier profesional, excepto por una esfera de cristal
tan difana y brillante que me costaba dejar de mirarla.
El doctor Agero not mi atencin hacia ese objeto y
dijo, sabiendo que me iba a interesar, "por ah pasa una
cuerda".
Una cuerda? pregunt.
S, por supuesto, todo el universo est
compuesto de cuerdas: objetos unidimensionales que
vibran en un espacio de tipo Kaluza-Klein, en las diez
dimensiones conformadas por una temporal, las tres

53
espaciales y siete compactificadas como variedad de
Calabi-Yau.
Disculpe, doctor, yo soy abogado
Ya va a entender, ya va a entender Por
ahora, digamos simplemente que toda la materia est en
constante vibracin, parte en nuestras dimensiones
tradicionales, que podramos medir con la tecnologa
apropiada. Pero esa vibracin, la que vemos, est
determinada por la sptima dimensin compactificada,
que solo podemos inferir analizando la frecuencia en
nuestra limitada dimensionalidad, entiende?
Casi.
Yo tengo la capacidad de encontrar su
frecuencia y as trazar su mapa isofrecuencial con el
universo. La concordancia suya con personas y objetos
de la misma frecuencia, amplitud y fase de onda harn
potenciar todas sus capacidades. Esa es la manera en
que podr ayudarlo.
Cmo?
Logrando su verdadera armona con el
universo, hombre! Usted prest atencin a mi esfera de
cristal, bueno, yo estoy en concordancia con ella. Mi
isofrecuencia pasa por ella, por m, por la butaca 27 de la

54
platea de la Bombonera, por el tobillo izquierdo de Messi,
por el Torino 74 que era de mi padre, por las piernas de
Lela, por el Zippo que encontr en Miami, por o, por la
madera de arriba del marco de Las Meninas, por el piolet
que clavaron en la cabeza de Trotsky, por una puerta de
una casa en Paternal, por la tercera palmera de la plaza
de Mercedes, por la ltima mesa de la izquierda de Van
Gogh, por la letra ee. Entiende?
Todas las ees?
S, todas.
Eh, s, s, claro
Reconociendo las personas y las cosas que lo
potencian, usted lograr explorar sus capacidades, mi
amigo. Necesitar alrededor de seis entrevistas para
captar su frecuencia y trabajar en su mapa
isofrecuencial, no es sencillo trazarlo. Ya nos conocimos.
Para la prxima sesin deber hacerle preguntas muy
personales y, por favor, traiga algn objeto que quiera
mucho, que lo acompae desde hace tiempo. Muchas
veces las personas se acercan a objetos con la misma
oscilacin en la sptima dimensin, de manera
absolutamente intuitiva. Tener uno identificado ayuda.

55
Eh, bueno, yo tengo un pulver que nunca
lo tiro, tal vez
Eso, eso, doctor Hernndez. Lo espero el
martes que viene, a esta hora, con el pulver.
Sus honorarios?
Quinientos. Djelos a mi secretaria al salir, por
favor.
Sal y, mientras caminaba por la avenida Cabildo,
me preguntaba por la frecuencia vibratoria que tendran
los cinco billetes que dej en el consultorio del doctor
Agero.

La enumeracin catica constituye una yuxtaposicin de


elementos pertenecientes a campos semnticos diferentes. Es
la figura retrica borgeana por excelencia. Hallamos un
ejemplo en El idioma analtico de John Wilkins, 16 donde
Borges dice que la enciclopedia china, "El imperio celestial del
conocimiento benevolente", propone dividir a los animales en:
a) pertenecientes al emperador, b) embalsamados, c)
amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros
sueltos, h) incluidos en esta clasificacin, i) que se agitan
como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel
finsimo de pelo de camello, l) etctera, m) que acaban de
romper el jarrn, n) que de lejos parecen moscas". Otros
ejemplos del mismo autor se verifican en El Aleph", Funes el
16
Borges, 2011.

56
memorioso", El Zahir". 17 Puede verse una extensa lista de
enumeraciones literarias en Confesiones de un Joven
Novelista. 18 En el texto de ejemplo, la enumeracin involucra
cosas aisladas de caractersticas, y hasta volmenes,
absolutamente dispares (desde un encendedor hasta el
satlite de Jpiter), pero tambin un concepto: "la letra ee",
contradiccin remarcada en el dilogo de los protagonistas. La
figura apunta a la idea de caos, universalidad, completud.
Tambin sugiere una burla al positivismo, a la pretensin
humana de tabular el universo.

17
Borges, 2011.
18
Eco, 2011.

57
Consigna 12: Escribir un texto en el que el Narrador sea
polticamente incorrecto, que cuestione un tema
agradable para la mayora. Es un claro ejemplo el
captulo Clorofila y bosta de Los cuadernos de don
Rigoberto, del escritor peruano Mario Vargas Llosa. 19

;)

Me abr una cuenta en Facebook: no era para que


me encontraran todos aquellos que alguna vez se haban
cruzado en mi vida. Sin embargo, aparecieron. Yo
tendra que haber supuesto a lo que me expona, pero
no. Y as me contactaron los de la infancia, los de la
adolescencia y los otros con los que nunca habamos
tenido el mnimo feeling. Hasta ah, era llevadero, se
trataba solo de pasar de largo lo que no me interesaba,
es decir: todo. De pronto, empezaron las demostraciones
de afecto tardas. Ey, loco!, cmo vas a quererme tanto
si hace veinte aos que nos perdimos el rastro? Qu me
importa qu penss del gobierno, de los animalitos en
extincin y de las terapias alternativas! Las frases
emotivas (el amor) y altamente comerciales donde
19
Vargas Llosa, 1997.

59
Coelho siempre est presente, las de reflexin (esposa
o amante? No te equivoques, pens bien la
respuesta!!! Y el golpe bajo para que elijas a tu mujer,
seguro que la subi ella) y las religiosas (amn). Linda
la foto de tus hijos, de tus nietos, tus sobrinos y la
reputamadrequetepari! Juegos de ingenio para
inteligentes y acertijos estpidos para los que no tienen
nada que hacer. Y qu hablar de que Juan Prez te
invite a jugar a A jugar a qu? Juego a lo que me
gusta y cuando elijo hacerlo y con quien quiero. Qu les
pasa? Despus se arman los grupos: de la primaria, del
colegio secundario, el primer laburo, el ltimo y lo que se
te ocurra, y chateamos todos refelices contndonos en
un enjambre descomunal cientos de aos (porque a esta
altura ya me parece que nos separan ms de cien) en
media lnea. Qu les cuento? Que me pas la vida por
encima, pero la fui remando? No, ni ah, nadie lo hace:
todo bien, me cas, tengo tres hijos, me separ, conoc a
una mina, stop. Organicemos para encontrarnos, escribe
el ms colgado del grupo El reencuentro. Vamos a
tener que llevar un cartelito con el nombre para
reconocernos, se me ocurre. S, es cierto, nunca falta
uno que diga que como este ao hace treinta de aquel

60
da que nos moj la gara en Parque Lezama Y
entonces pido disculpas, a ustedes, mis queridos friends
de la vida de los que no s nada y tampoco me importa.
A lo largo de estos aos en los que no nos vimos, en los
que cada uno vivi su historia como pudo, yo conoc
gente, no estoy solo, adoro a los que tengo cerca y los
veo y los abrazo y los beso cada vez que puedo.
Lamento si suena antiptico y si les parece grosero, pero
a m no me da, no voy a ir a las reuniones, me las
imagino un embole mgico, no me atrae compartir una
cena con personas que tengo que estar adivinando
quines son, porque no somos los mismos. Chau, loco,
no tenemos trece aos por ms que nos hagamos los
pendejos y volvamos a jugar a la botellita, ni veintids
aunque nos fumemos un porro, nos emborrachemos y
bailemos como desaforados. Im sorry, me quedo con mi
negrita en la cama: miramos una pelcula, hacemos el
amor y hasta tal vez lleve la computadora y nos
quedemos enganchados con

En el relato expuesto como ejemplo se puede observar que el


Narrador, sin miramientos, realiza observaciones y critica el
popular Facebook. Se atreve a menospreciar, en algn punto,
y hasta a mofarse de los usuarios de esa red. Se vale,

61
adems, del uso de trminos en ingls para mostrar cierta
soberbia, que funcionaran como un condimento ms a la hora
de ningunearlos. Se trata, en definitiva, de crear una historia
que se perfile como polticamente incorrecta, esto es, que
aparezcan muchas opiniones que, ms all de ser originales,
resultan un tanto chocantes, inesperadas, antipticas,
inquietantes (si es que pensamos lo que la gran mayora
sostiene en pblico). Un relato como el anterior ostenta un
Narrador que, en algn punto, se hace odiar a partir de los
comentarios proferidos. Es decir, estamos en presencia de un
Narrador que no se cuida, que no tiene pruritos en afirmar
ciertas ideas que quizs puedan resultar virulentas para una
gran mayora.

62
Consigna 13: Escribir un relato en el que en el final se
retome el ttulo (efecto ritornello).

Versin I
Azul, rojo, negro

Azul, el impermeable. Cmo no iba a


reconocerla? Rojo, el semforo. Negro, nuestro
encuentro. Tuvimos sexo. Hacer el amor es otra cosa.
Antes, habamos combinado las palabras para hacernos
dao. Sus inseguridades, las mas. Despus, qued
extenuado sobre la cama. Cuando me di cuenta, ya se
haba puesto la ropa. Desnudo, de soslayo, le bes el
cuello. Sus ojos me hablaron, y se fue. Me vest. Baj.
Llova. Ella, sobre el asfalto. La conoce? Me qued
mirndola, nombr los colores de esa tarde y an sigo
repitiendo el ltimo: azul, rojo, negro

63
Versin II
Azul, azul, rojo, negro

Azul era el color de lo que llevaba puesto. Azul, el


color del impermeable que siempre vesta los das de
lluvia. Cmo no iba a reconocerla si yo la haba
ayudado, minutos antes, a ponrselo? Rojo, el color del
semforo. Negro, el de nuestro encuentro. Habamos
tenido sexo. Hacer el amor es otra cosa. Si haba sido
una entrega brusca, casi con odio, si haba existido un
forcejeo para poseernos, si no haba humedad en su
cuerpo y en el mo lata la bronca, entonces, nos
habamos ultrajado ms que amarnos. Antes, habamos
combinado las palabras precisas para hacernos dao en
esa discusin insostenible que dur como dos horas.
Sus inseguridades, las mas. Su encanto y mi machismo.
Su modo de ser, atractivo a los dems, y ella sin hacer
nada para contener su cualidad de agradable. Mi
prepotencia al creer que yo s tena derecho para seducir
a quienes se me cruzaran. Los celos. Despus, qued
extenuado sobre la cama, con la respiracin agitada y el
cuerpo complacido, a pesar de todo. Cuando me di
cuenta, ya se haba puesto la ropa. Desnudo, desde

64
atrs, le acerqu la manga izquierda del impermeable.
De soslayo, le bes el cuello perdonndola y pidindole
perdn. Gir la cabeza, sus ojos me hablaron, y se fue
mientras yo le rogaba que no lo hiciera. Me vest lo ms
rpido que pude. Baj las escaleras a las corridas y
llegu a la calle. Segua lloviendo. Cuando vi lo que
haba pasado, aspir profundamente y el suspiro se
qued por la mitad, interrumpido, dejndome con la boca
abierta. La conoce?, me pregunt un joven. As,
acostada sobre el pavimento, con los ojos cerrados, tuve
la sensacin de que se ofreca mansamente: con las
piernas separadas, los brazos abiertos, el cabello
revuelto, el semblante calmo, y una ligera sonrisa en la
boca. Me qued mirndola, record y nombr los colores
de esa tarde y an sigo repitiendo el ltimo: azul, azul,
rojo, negro

Se podra observar que, por la historia que se cuenta, el


Narrador se centra en la repeticin del ttulo al final del relato
como una estrategia para dejar en el lector la sensacin de
que el protagonista no alcanza a tomar plena conciencia de lo
ocurrido, repitiendo como un mantra un dato menor ante la

65
muerte de su amante. La primera versin 20 responde a la
redaccin a partir de una idea, redondendola y creando la
historia. En la versin II se vuelve a trabajar el producto para
llegar al resultado deseado. Cmo? En este caso,
reafirmando situaciones, ampliando las escenas, intentando
que el mensaje del relato sea ms claro, que llegue al lector
de un modo ms rico. Se trata de una expansin. Linda
Flower y John R. Hayes 21 presentan el modelo de
composicin por el cual un autor, por medio de diferentes
operaciones intelectuales, escribe un texto. Nos detendremos
solamente en las tres grandes etapas que se llevan adelante
durante la actividad cognitiva de la redaccin: la primera es la
preesscritura, que es la etapa previa a la textualizacin; en la
escritura se redacta el producto (versin I) y en la etapa de
reescritura (versin II) vuelve a trabajarse dicho producto de
modo definitivo. Estos procesos o etapas tienen una
organizacin jerrquica, pero no son lineales, de modo tal que
pueden darse en distintos rdenes y hasta repetirse, lo que se
conoce con el trmino de recursividad. En Azul, azul, rojo,
negro, verificamos el efecto ritornello que provoca en el
lector la sensacin de coherencia, de totalidad, completud, en
el mismo instante en que eso que aparece en el texto lo
catapulta hacia aquel ttulo ledo en un principio.

20
Tambin se ejemplifican distintas versiones de un mismo texto en
las Consignas 16 y 32.
21
Flower y Hayes, 1981.

66
Consigna 14: Redactar una historia cuyo contenido sea
cruento, pero que est construida a partir de un Narrador
naf.

Comportamiento

No entend bien por qu se puso tan nervioso mi


pap cuando me puse a buscar en su celular el nmero
de telfono de to Csar. Nunca, pero nunca ms
agarres mi celular. No se hace eso. Las personas tienen
derecho a la intimidad. Es algo que ya tens que saber
desde chiquita, me dijo, con la cara deformada por el
enojo. Si supiera que decenas de veces lo veo, lo leo, lo
reviso y anoto todas las cosas, los nombres y los
nmeros. Y si supiera que todo despus se lo digo a mi
mam. Evidentemente hay algo raro en el
comportamiento de los dos. Voy a preguntarles a mis
amigas si suelen hacer lo mismo.

Silvina Ocampo es una referente en nuestra literatura por la


estrategia discursiva de crear historias cruentas con un
Narrador ingenuo. El vestido de terciopelo 22 y Paradela 23

22
Ocampo, 2009.

67
son cuentos clsicos de su autora en los que verificamos que
la voz de un nio se alza como percibiente de una situacin
deleznable. Esto es, el Narrador nio 24 no llega a contemplar
la magnitud de los acontecimientos. Este tipo de focalizacin
(cultivado por Liliana Heker 25 o Samanta Schweblin, 26 entre
otros) apunta a una circunscripcin del foco, a una restriccin
de los conocimientos para el Narrador (el lector en este caso
sabe ms que el Narrador) dadas su edad y sus
competencias. Aqu podramos establecer un paralelismo con
lo que sucede en el discurso cinematogrfico: en ciertas
producciones pertenecientes al gnero policial, es sabido que
ciertos personajes de la digesis carecen de saberes que el
espectador s posee (por ejemplo, algn personaje que no
sabe que estn por asesinarlo). En el microrrelato
Comportamiento, precisamente, esa niita desconoce los
alcances de su conducta, pues es inocente, ingenua, nave.
En cambio, los lectores s nos damos cuenta de que flota en el
ambiente una historia conflictiva.

23
Ocampo, dem.
24
Vale considerar que en este tipo de solucin narrativa, hallamos, a
la vez, lo que habamos visto en la consigna 3, la presencia de un
Narrador Testigo.
25
Heker, 2013.
26
Schweblin, 2009.

68
Consigna 15: Imaginar un relato en el que se planten
indicios en torno a algn espacio puntual de una ciudad
(nunca habr que decir de qu ciudad se trata).

Sector abierto

Camin sin plan trazado con la firme intencin de,


en algn momento, perderse, de como dira
Benjamin permitir que la citt lo asaltara, de
convertirse por primera vez en su vida en un flneur, en
un errante sin destino prefijado. Lo logr rpidamente en
el momento en que, ante una encrucijada, dobl por otra
calle y ah s que comenz a desconocer los barrios, los
negocios, los nombres de las arterias. Antes de meterse
en un sector abierto, escuch un murmullo de agua y,
luego de dar una decena de pasos, encontr,
esperndolo hace cuatro siglos, la fuente que en su
infancia haba reconocido en un librito con imgenes.
Las tortugas de piedra estiraban sus cuellos para dar
unos sorbos.

En esta Consigna (en su resolucin, ms exactamente) se


dan dos cuestiones interesantes. Por un lado, la recurrencia

69
abundante de indicios que nos llevan a pensar de qu ciudad
se trata y, por otro, la representacin de un espacio de la
ciudad puntual. Con respecto a la primera, la nocin de indicio
la tenemos segn Roland Barthes, 27 es decir, son como
pistas, como cabos sueltos que, en la instancia de la
interpretacin, deben atarse. Y con respecto a lo segundo,
aprciese el modo de configuracin de un lugar de una ciudad
(que jams se nombra, en este caso). 28 En Sector abierto,
observamos que, si prestamos atencin, con cierta mirada
aguda, a los indicios existentes, nos vamos a dar cuenta de
que se trata de un espacio puntual en Roma. Entonces, esta
Consigna apunta, entre otras cosas, a dosificar la informacin
en lo que se corresponde con el otro concepto de Roland
Barthes: el de informantes. Como se podra establecer en
algn tipo de declogo para la redaccin: No hace falta
decirle todo al lector. Este es un modo de poner en prctica la
cuestin, en la actividad cognitiva, de dosificar la informacin
en la escritura.

27
Barthes, 2010.
28
Beker y Mansilla, 2013.

70
Consigna 16: Redactar un texto con muchas palabras
tcnicas, propias de alguna actividad.

Versin I
Teora de la relatividad

Promediaba septiembre y haba buen tiempo. Los


frutales de floracin temprana que haba plantado ya
estaban ayudando. Aviv el fuego del ahumador y lo
cerr. Se calz los guantes, tom la pinza con palanca y
recorri el apiario. Observ atentamente las tablas de
vuelo y fue a la que menos pecoreadoras tena. Si haba
algn problema la pondra en cuarentena. Ahum un
poco la piquera, saba que instintivamente el olor a humo
hara que las abejas llenaran sus vientres de miel para
huir y les hara ms dificultoso picarlo. Retir la tapa, la
entretapa y observ la cera de los cuadros mviles del
medio: era clara, tena cera nueva, celdas bien
operculadas, pero pocas larvas. Mir la fecha pintada en
el alza y entendi que la reina ya tena ms de tres aos.
Tap la colmena y fue a la que ms actividad tena: una
manera simple de seleccin gentica. Escogi un cuadro
con huevos recin puestos, no ms de uno o dos das,

71
agrand las celdas de tres huevos recientes y rompi las
celdas de alrededor, revis minuciosamente que la reina
no estuviese en ese cuadro, lo reemplaz con uno de
cera virgen y llev el que tena huevos a la colmena
dbil. Sac uno de los de la punta, bastante vacos, hizo
lugar en el medio e insert el nuevo. Le cepill nodrizas y
comenz a buscar la reina vieja. Cuando la vio, seguida
de su squito, la tom con cuidado y la aplast contra la
piquera para que el olor de sus feromonas evitara el
enjambre. Las nodrizas alimentaran a las larvas en
celdas ms grandes con jalea, y la colonia estara fuerte
y productiva para octubre. Revis el resto del apiario,
incentiv con jarabe de alta fructuosa y roci a las
colonias con Timol, como tratamiento preventivo para la
varroa. Como tendra que volver para seguir el
tratamiento, puso trampas de polen en tres colmenas,
para consumo personal. Guard las herramientas, anot
la fecha en el registro, subi a la camioneta y encar
para el siguiente apiario. Cuando sali del cuadro, el
encargado lo salud y par para dejarle ropa que haba
llevado para l, hizo un comentario casual: Parece que
vamos a tener buen tiempo, dijo. El paisano, parco, le

72
contest: Parece que s, si Dios quiere. Lo mir
sonriendo y agreg: Dios? Dios no tiene nada que ver.

Comentario: La Consigna es vlida si sirve como disparador.


Si se convierte en un cors rgido, el texto puede
desmerecerse. En este caso, el exceso de tecnolectos 29
puede dificultar la lectura, distrayendo al lector en temas
secundarios. Como ejemplo, en el texto que sigue 30 se
eliminan algunas palabras tcnicas de la apicultura para
facilitar la fluidez en la lectura.

Versin II
Teora de la relatividad

Promediaba septiembre y haba buen tiempo. Los


frutales que haba plantado ya estaban ayudando. Aviv
el fuego del ahumador y lo cerr. Se calz los guantes,
tom las herramientas y recorri las colmenas. Las
observ atentamente y fue a la que tena menos abejas
alrededor. Si haba algn problema, la pondra en
cuarentena. Ahum un poco la piquera, saba que

29
Se entiende por tecnolecto aquella expresin que pertenece a un
campo semntico determinado (un rubro, una actividad, una
disciplina).
30
Tambin se ejemplifican distintas versiones de un texto en las
Consignas 13 y 32.

73
instintivamente el olor a humo hara que las abejas
llenaran sus vientres de miel para huir y les hara ms
dificultoso picarlo. Retir las dos tapas superiores y
observ la cera de los cuadros mviles del medio: era
clara, tena cera nueva, celdas bien tapadas, pero pocas
larvas. Mir la fecha pintada en el alza y entendi que la
reina ya tena ms de tres aos. Tap la colmena y fue a
la que ms actividad tena: una manera simple de
seleccin gentica. Escogi un cuadro con huevos recin
puestos, no ms de uno o dos das, agrand las celdas
de tres huevos recientes y rompi las celdas de
alrededor, revis minuciosamente que la reina no
estuviese en ese cuadro, lo reemplaz con uno de cera
virgen y llev el que tena huevos a la colmena dbil.
Sac uno de los de la punta, bastante vacos, hizo lugar
en el medio e insert el nuevo. Le cepill nodrizas y
comenz a buscar la reina vieja. Cuando la vio, seguida
de su squito, la tom con cuidado y la aplast contra la
piquera para que su olor evitara el enjambre. Las abejas
jvenes alimentaran a las larvas en celdas ms grandes
con jalea real, y la colonia estara fuerte y productiva
para octubre. Revis el resto de las colmenas, les puso
jarabe y roci a las colonias con Timol, como tratamiento

74
preventivo contra los parsitos. Como tendra que volver
para seguir el tratamiento, puso trampas de polen en tres
colmenas, para consumo personal. Guard las
herramientas, anot la fecha en el registro, subi a la
camioneta y encar para el siguiente apiario. Cuando
sali del cuadro, el encargado lo salud y par para
dejarle ropa que haba llevado para l, hizo un
comentario casual: Parece que vamos a tener buen
tiempo, dijo. El paisano, parco, le contest: "Parece que
s, si Dios quiere". Lo mir sonriendo y agreg: Dios?,
Dios no tiene nada que ver.

El uso de tecnolectos brinda al autor una herramienta para


aparentar objetividad en el relato y cierta indiferencia hacia el
lector. Tambin tiene un efecto persuasivo, porque genera en
el lector la sensacin de coherencia y pertinencia. En el caso
del exceso de tecnolectos, puede desorientar, intrigar y
generar una actitud de cierta pereza en el lector, guindose
solo por el contexto, sin averiguar.

75
Consigna 17: Generar un texto cuya primera frase sea
hipercontundente.

Arsenal

Lo obligu a sacar la lengua y se la reban en un


cuchillazo nico y certero. Muchos aos antes, haba
llegado desde una pequea ciudad catamarquea. Arrib
a la gran ciudad muy joven y se emple en una pizzera
famosa donde trabaj como lavacopas. Tambin ofici
de pen de albail, matricero, sereno en un par de
edificios, y hasta gestor judicial. El momento en que se
inici en el narcotrfico fue algo que yo siempre
recordaba antes de dormir. Yo le ense todo, aprendi
de m el arsenal de tareas de este negocio. Lo que
aprendi en algn otro lugar fue el hecho de haberse
convertido en un sopln.

En muchas ocasiones se dice que para distintos tipos de


discursos, como el literario o el periodstico, tanto la cabeza
del texto, es decir, el inicio, como la cola del texto (en muchas
ocasiones se le dice el remate), conviene que sean bien
contundentes, fuertes, que atrapen a quien va a leer. Nos
imaginamos que hay una diferencia entre dos tipos de textos:

77
uno que sea contextualizador descriptivo, 31 y otro que
arranque con una frase, como decimos en esta Consigna,
hipercontundente. Evidentemente, en este segundo caso se
apela ms a lo emocional, al pathos (emocin, en griego).
Se trata de conmover ya desde el arranque del texto. Esto es
lo que se intent hacer en Arsenal. Por lo tanto, es
interesante pensar la generacin de distintos textos cuyo
mismsimo arranque sea una especie de mazazo: un inicio
fuerte, impactante, conmovedor.

31
Como sucede en el cuento tradicional, en el que se traza la
caracterizacin de un espacio en el que, luego, han de situarse los
hechos.

78
Consigna 18: Crear un relato en el que se trace la
descripcin de una pelea.

El Rolo

Se notaba que era un pesado acostumbrado a


pelearse: cuando vio venir la trompada, en lugar de
esquivarla, le puso la frente. Escuch el ruido a hueso
roto de la mano de su adversario, acompaado de una
expresin de dolor indisimulable. Despus, Rolo se
dedic a demolerlo: tom distancia y le cruz la cara con
un cross de derecha que hizo que me estremeciera. El
otro no estaba muy lcido, pero atin a agacharse y
embestirlo. Logr darle con el hombro en la boca del
estmago, empujndolo para atrs, pero Rolo le rode la
cabeza con el brazo derecho y le descarg dos codazos
en la espalda como para quebrarlo al medio y,
enseguida, un rodillazo que dej al pobre tipo tirado en el
piso. Cuando empez a patearlo, quise acercarme para
pararlo, pero gir y me estamp una trompada en el
pecho que me dej sentado en el suelo. Ni me
reconoci, solo vio algo que se mova a su costado y le
tir una trompada. Se olvid del tipo que estaba tirado y

79
empez a girar, en guardia, gritando: Quin viene.
Quin quiere venir. Yo, desde el suelo, le dije que
parara, que ya estaba, que convena que nos furamos.
Nadie se acercaba y, lentamente, baj la guardia pero
segua tenso. Me par y me acerqu, disclpame me
dijo no vi que eras vos, ests bien?, le dije que s,
aunque todava tengo el moretn, y lo abrac para
sacarlo del club. Quin habr sido el pelotudo que dijo
que el turf es el deporte de los prncipes?

La Consigna apunta a crear un relato dinmico, veloz, como


es una pelea. En este caso, se busca ese efecto iniciando el
relato sin ms que un brevsimo marco, terminndolo de la
misma manera y utilizando verbos cuya accin es vertiginosa:
vio venir, le cruz la cara con un cross, agacharse y
embestirlo, descarg, empez a patearlo, me estamp
una trompada. Sorprender al lector con cosas inesperadas
colabora a darle ritmo al relato (cuando vio venir la trompada
[] le puso la frente, gir y me estamp una trompada) para
que la manera de contarlo coincida con el tema contado. Es
decir, coinciden los tiempos de la Historia y el Relato en
cuanto al dinamismo y la accin.

80
Consigna 19: Escribir un microrrelato que contenga un
mensaje cifrado, encriptado.

666, secreto y clave

Las sectas satnicas, como esta, nunca tuvimos


poder real. Seguramente se encontrarn teoras
conspirativas que hablen sobre las persecuciones
sufridas, saludos secretos apretando manos, ritos
esotricos, orgas, asesinatos, miembros del
establishment, tradiciones iniciadas por algn faran
perdido en el tiempo. Siempre nosotros seremos, para el
vulgo, quienes guardaremos secretos cifrados en
mensajes como este, que hablarn de algn raro tesoro
con alguna clave mstica que, por supuesto, requiera el
nmero de toda secta, el que representa a la divinidad
del mal por la eternidad.

Este es un texto que contiene varias claves. La primera es el


ttulo: da la manera de entender el mensaje oculto, leyendo
una de cada seis palabras. Otra clave est en el texto
completo: por un lado, minimiza la importancia del emisor
("Las sectas satnicas, como esta, nunca tuvimos poder
real"), pero contextualiza el tema y, adems, es autorreferente

81
al decir de manera vaga lo que el texto pretende ser
realmente, remarcando el indicio del ttulo ("para el vulgo []
guardaremos secretos cifrados en mensajes como este, que
hablarn de algn raro tesoro con alguna clave mstica que
[] requiera el nmero [] que representa a la divinidad del
mal"). Una tercera es el mensaje oculto, compuesto por una
de cada seis palabras: "nunca encontrarn las manos del
faran nosotros guardaremos este tesoro por toda la
eternidad". Hay una relacin entre el mensaje oculto y el texto
completo: las palabras "manos" y "faran", en un supuesto
mensaje de una secta satnica, remiten directamente a Jos
Lpez Rega y el robo de las manos de Juan Domingo Pern.
Pues bien, el microrrelato 666, secreto y clave representa
tan solamente una ilustracin, una ejemplificacin, una
posibilidad de redaccin de un texto que tiene en su interior un
mensaje subliminal, velado.

82
Consigna 20: Redactar un texto en el que el Narrador d
cuenta de lo que siente al ver un cadver.

Rostro

Te veo y no lo puedo creer. Tan joven, tan lindo


como siempre: qu pas? Me parece que te vas a
despertar y me vas a hablar como todos los das, con
esa voz incomparable. Por qu me tuviste que dejar?
Qu hacen todos estos ac, con esas caras
compungidas, hacindose los respetuosos y los dolidos?
Yo soy la nica persona que te ha conocido y te conoce
como nadie. S, me dejaste con nuestros hijos, sola Y
ahora? Ahora cmo hago para seguir? Te ves tan
paradjicamente rebosante de vida, tan lleno de futuro,
de sueos, proyectos truncos. Tu rostro precioso, tus
labios nicos, ingenuos, como si nada hubiesen sorbido
de mis ricos tecitos.

En esta Consigna lo que importa es la historia, el contenido.


No apunta a la forma, a la estructura, como la mayor parte de
las Consignas dadas en este libro. No. Ac, en todo caso, el
disparador tiene que ver con la idea que se puede generar a
partir de algn estmulo del nivel diegtico. Es decir, esta
Consigna se vincula con los hechos, con los acontecimientos:
se trata aqu, sencillamente, de pensar solo en un Narrador
que est mirando un muerto y reflexiona.

83
Consigna 21: Construir un texto utilizando un registro
de rioba.

El saludo no se le niega a nadie

Buenas
Qu hacs, pibe? Te caste de la cama?
Ver a la del quinto cuando baja y nos saluda
Dale, gil, si la mina ni te da bola.
No importa, yo la relojeo. Ella se hace la que no
me ve, pero se da cuenta. Viste cmo nos dice?
Te toms el 37 lleno hasta las manos, viajs
como ganado, solo para orla cuando nos saluda? A m
no me queda otra, el bronce de los cogotudos me espera
cada maana.
Mir, a m me basta con junarla un poco y
soar. La vieja dice que hay que perseguir los sueos,
que si no, se te escapan y alpiste.
S, sos con los ojos abiertos. La mina es de
otro palo, es de los chetos.
Lo que digas, pero me baja esos faroles y yo
pongo quinta a fondo.

85
Ni quinta ni fondo. Por lo menos, si tanto te
vuela la cabeza, animate a invitarla con una birra,
agarrado.
No, chabn. No da. Si me deja estupefacto,
mudo.
Buenos das, caballeros.
Chau, loco, agarrame, espich.

La nocin de registro se entiende como el uso lingstico


determinado por el contexto de produccin de un discurso. El
registro se considera una variedad lingstica funcional
condicionada por cuatro factores contextuales
fundamentalmente: el medio de comunicacin (oral o escrito),
el tema abordado, los participantes y la intencin
comunicativa. La forma de expresin lingstica que escoge el
Narrador en El saludo no se le niega a nadie responde a
cada uno de estos factores. Cabe destacar que, segn
Michael Halliday 32, la lengua se adecua a la situacin en
funcin de tres categoras o parmetros contextuales: el
campo (marco social y tema tratado), el modo (medio o canal
escogido para la comunicacin) y el tenor (relacin entre los
interlocutores y la funcin perseguida en la comunicacin).
Estamos en presencia de personajes de clase social humilde
que mantienen un corto dilogo.

32
Halliday, 1976.

86
Consigna 22: Escribir un texto en el que el tiempo del
relato sea igual al tiempo de la historia.

Manzanas

Abro el compartimento de las frutas. Hay


manzanas: rojas, pequeas. Solo una llama mi atencin.
La tomo, la observo. Entre mis manos, recibiendo calor,
comienza a empaarse su suave textura. Es bella,
fresca, intensa. Lgicamente imperfecta y, a la vez,
armoniosa y tentadora. Me gusta verla. Me detengo en
cada detalle de su rojo que se mezcla con amarillos
verdosos, en las marcas de su crecimiento, en las
huellas de la maduracin. La etiqueta azul me
sobresalta, no debieran rotularse las frutas apetecibles.
Aparecen unas sutiles gotas de transpiracin, apenas
pueden percibirse. La toco, la exploro. La sensacin me
resulta agradable. Es un blsamo. La apoyo sobre la
mesa. All, quieta, provoca mis ansias de querer
devorarla. Paso mi mano sobre ella y se me humedece.
Detengo las yemas de mis dedos en sus formas. La
presiento deliciosa. Le quito el cabo y la estampilla,

87
sobran. Su vestido puede esperar, todava no es tiempo.
Lo perder paso a paso, poco a poco. Se me hace agua
la boca, muerdo con fuerza mis labios. Sufro la antesala
del encuentro. Una manzana. Aguarda, sabe que no
podr resistirme. La palpo casi en una caricia. La agarro.
La acerco a m y cierro los ojos antes de morderla,
puedo agudizar los otros sentidos al anular el de la vista.
Mis dientes se clavan profundamente, destrozan en un
instante la ropa que la cubre y su sabor inconfundible me
llena. Dulce, muy dulce. Huele a jardines, a primaveras.
Sin prisa saboreo ese primer bocado. Abro los ojos.
Ahora prefiero mirarla mientras la recorro. Avanzo.
Desnuda me invita a seguir comindola. Me refresca. No
pido permiso, se deja hacer. Disfruto, no quiero que se
termine. De todos modos, s que el final se acerca.
Inevitablemente, se acaba la manzana.

Como se puede observar en Manzanas, el Narrador intenta


que el tiempo del relato (aquel que el lector utiliza para leer el
texto) sea el mismo que el tiempo en el que trascurre la
historia. Planteemos un ejercicio: durante la lectura, probemos
medir el tiempo que nos llevara realizar las acciones que se
describen. Si pudiramos hacerlas aproximadamente en el
mismo tiempo, el objetivo de esta Consigna estara cumplido.
De igual modo, el uso del presente simula un Narrador que va

88
contando los hechos a medida que suceden. Se intenta ubicar
al lector en el espacio mismo de la accin, convocarlo como
espectador, colocarlo en la piel del protagonista. Como dato
enriquecedor, agregaremos que Grard Genette 33 habla de la
Duracin o Velocidad del Tiempo. Pueden darse tres
variantes: en la primera (dada en esta Consigna), el tiempo
del relato y el de la historia son casi iguales (se denomina
escena y, generalmente, se logra con el uso de dilogos, pero
no necesariamente es as. La accin es narrada de forma
dramtica y de forma demorada porque se despliega en su
mnimo detalle tal como si sucediera ante nuestros ojos). En la
segunda, el tiempo del relato es mayor al tiempo de la historia
(pausa descriptiva) y, por ltimo, el tiempo de la historia es
mayor que el tiempo del relato (resumen). Sugerimos leer
como ejemplo de estas tres variantes, respectivamente: La
cena 34 (escena), de la brasilea Clarice Lispector; Silla 35
(pausa descriptiva), del escritor portugus Jos Saramago y
Los novios 36 (resumen), del autor argentino Haroldo Conti.
Manzanas encierra, adems, una propuesta de doble
lectura que dejamos en manos de los lectores.

33
Genette, 1989.
34
Lispector, 1973.
35
Saramago, 2010.
36
Conti, 1994.

89
Consigna 23: Elaborar un relato en el que su Narrador
est atravesado de una profunda ideologa etnocntrica.

Ingratitud

Es que no quieren progresar?, no les gusta


estar mejor? La civilizacin, la modernidad, el futuro, la
fe son valores que enriquecen al ser humano. El verbo
divino, la escritura y las artes sern las herramientas con
que labraremos juntos esta tierra virgen, cambiando
salvajismo y hereja por una nueva era de hermandad y
buenaventura. Y qu nos devuelven?: agresiones,
holgazanera, latrocinio, rencor. No cierren sus
corazones a la dicha, a la salud, la esperanza y el
progreso. Y el progreso somos nosotros.

El relato busca cumplir la Consigna simulando el discurso de


un colonizador. No hay en el emisor ninguna consideracin
para la cultura colonizada, pues impone su concepto de
civilizacin como el nico posible. Un ejemplo de este
discurso son las palabras del colonizador Stanley sobre los
nativos del Congo, en la novela El sueo del celta: 37 Todo

37
Vargas Llosa, 2011. El autor pone argumentos brutales en boca
de los representantes de compaas caucheras para justificar
explotacin, asesinatos, robos y torturas.

91
esto es por su bien []. Si supieran lo que hacemos por ellos,
nos besaran los pies. Pero su estado mental est ms cerca
del cocodrilo y el hipoptamo que de usted o de m. Por eso
nosotros decidimos por ellos lo que les conviene y les
hacemos firmar esos contratos.
Podemos ver la utilidad de la diferenciacin entre autor y
Narrador. Autor como sujeto extratextual, el de carne y hueso,
el concreto, el emprico, el tangible: todos nosotros que
escribimos. En cambio, el Narrador es un constructo, una
construccin, es una figura intratextual. En esta Consigna, en
la que se pide elaborar un relato en el que su Narrador est
atravesado de una profunda ideologa etnocntrica, se est
apelando a un concepto clave de la antropologa, justamente
el etnocentrismo, es decir, el fenmeno por el que se percibe
la realidad a partir del propio horizonte de expectativas, desde
la propia dimensin ideolgica. Entonces, esto es un desafo,
pues se trata de que como autores creemos un Narrador, de
algn modo, bien diferente a nosotros. Al tener que pensar
otras realidades, estamos jugando con el punto de vista, por lo
que nos estamos despojando de nuestra visin, de nuestra
mirada, nuestra perspectiva, para construir un sujeto
intratextual: un Narrador que posea adems de otras
dimensiones, de otros horizontes de expectativas, ese
profundo grado etnocntrico que tiene que ver con no poder
contemplar al otro y aceptar las diferencias que emanan
naturalmente del hecho de que ese otro pertenece a otra
realidad sociocultural.

92
Consigna 24: Imaginar una historia a partir de la lectura
de algn texto literario favorito.

El brillito

Cicatrices. Le prest el libro porque deseo


compartir con ella lo que se siente al leer pginas tras
pginas de, decididamente, mi novela favorita, novela
que ha desplazado del podio a muchas otras que he
abordado en el pasado (ya sea porque son inferiores, ya
sea porque el efecto del tiempo magnifica las
impresiones a como le d la gana). Para qu se lo
prest?, pienso ahora. Si es una insolente que no tiene
la capacidad de captar la calidad. Seguro que har una
lectura frugal, nave, desfachatada. Si a m me dan
libros, cosa difcil, quedan arrumbados entre mis
papeles, o trato de ser condescendiente con el brillito de
los ojos del prestador: es el ltimo de los libros que le
doy.

En esta Consigna lo que se pretende es, en cierto punto,


llevar adelante una suerte de homenaje a alguna lectura que
haya marcado un hito en la vida de cada uno. Recordemos

93
algn texto literario favorito que siempre recomendamos, al
que en muchas ocasiones volvemos. Se trata de regresar una
vez ms a ese texto que en algn momento de nuestra vida
hemos ledo, y que nos ha cautivado de modo tal que aquella
lectura se convierta ahora en el disparador de una produccin
propia. El resultado puede ser muy diverso: uno puede glosar
una historia, puede refocalizarla o, sencillamente, apenas
mencionarla. En el caso presente est nombrado el ttulo de la
novela en el mismo principio. Sin embargo, por no estar las
cursivas en el nombre Cicatrices, 38 quizs no sera algo ciento
por ciento explcito. De todos modos, este microrrelato es un
caso en donde se verifica lo que decamos al final: apenas
mencionar el libro y, a partir de all, generar otra historia que
no tenga nada que ver, necesariamente, con la digesis de
ese texto favorito mismo.

38
Saer, 2003. Para quien ha escrito este breve relato, la novela
constituye una lectura privilegiada. Por ende, aqu coinciden las
figuras de Autor y Narrador!

94
Consigna 25: Producir un escrito en el que se haga
alusin al mundo oriental.

Polisndeton

Que las mujeres caminan unos pasitos detrs de


sus maridos, en seal de respeto por una jerarqua
sexista secular, me haban dicho. Sin embargo, los
habitantes de Tokio (desconozco el gentilicio) son ms
occidentales que los neoyorquinos en muchos aspectos:
la ciudad, a todas luces, es mucho ms linda, y grande, e
imponente, que la Gran Manzana. Y s, caminan ellas
ligeramente retrasadas, y esos centmetros rezagadas
estn diciendo que sostienen centenares de dcadas de
tradicin, de conservadurismo y de inferioridad, en
relacin a sus compaeros-jefes, que les infunden
respeto, las eclipsan, las desprecian, las deslegitiman,
las denigran, las protegen y las resguardan, las
previenen y las opacan y las aman y las odian.

En Polisndeton podemos advertir un microrrelato que, como


dice la Consigna, responde al hecho de generar alguna
historia o alguna serie de comentarios, de reflexiones, que

95
tengan como objeto el entrecomillado el mundo oriental. Se
trata de imaginar, por un instante, algn fragmento de realidad
de una dimensin espacial muy otra, como puede ser Japn.
Entonces, se apunta a ese concepto clave, tambin como en
dos Consignas atrs, que es el etnocentrismo, es decir, una
categora propia de la antropologa. Habr que ver a Clifford
Geertz 39, que es uno de los antroplogos que trabaja este
concepto. El desafo de esta escritura es tratar de neutralizar
el etnocentrismo de manera de llegar a percibir sin prejuicios
una realidad otra. Justamente, Polisndeton amaga hasta un
ochenta por ciento con estar atravesado de un profundo
etnocentrismo. Sin embargo, en el mismsimo final se revela
como bastante democrtico, cuando dice que los
compaeros-jefes por un lado eclipsan, pero por otro lado
protegen; por un lado opacan, pero por otro lado resguardan;
por un lado odian, pero por otro lado aman a sus mujeres en
Tokio, Japn.

39
Geertz, 1998.

96
Consigna 26: Elaborar un escrito en el que se construya
una historia teida de algn elemento perverso.

Una cena

Ana vio que la cortina del comedor se estaba


desprendiendo y supo que Sebastin se levantara a
arreglarla antes que su esposo, Carlos. Lo vio de
espaldas, estirado. Fibroso, atltico, sensual, de cintura
estrecha y nalgas firmes, sosteniendo el cao de la
cortina. Movi bruscamente la cabeza.
Voy a preparar caf dijo. Sus pezones,
sensibles e indiscretos, comenzaban a notarse bajo la
camisa. Ya en la cocina, apoy la frente contra la
alacena. Cmo evitar el deseo? No se senta culpable,
sino vctima. Se preguntaba hasta dnde llegara. Al
principio le haban hecho notar algunas alarmas:
siempre le encontrs defectos a las parejas de Seba, le
haba dicho una amiga. Luego se sorprendi admirando
la belleza de Sebastin sin disimulo. Lo neg. Por ltimo,
en una larga ducha, se permiti las fantasas. Admiti lo
que pareca imposible y comenz una espiral que cada
vez le era ms difcil disimular. Pero deba conformarse

97
con verlo y compartir cenas con la acompaante de
turno. En la ducha sus propias manos se convertiran en
las de l. En la oscuridad, Carlos seria l y, cada noche,
se dormira pensando en Sebastin como un blsamo.
Y, Ana, el caf?
Ay, Seba, me asustaste. Ven, ayudame a
calentar los pocillos.
Qu te parece Cecilia?
Linda.
Decime algo ms, che, porque hoy vine para
pedirte que seas mi madrina. Nos vamos a casar.
Qu!
S, Ana. Ya era hora, no? Ey, no llores. No
llores, Ana, por favor. Qu te pasa?
Nada, nada. Es la emocin. Qu orgullo, ser la
madrina de mi hermanito.

El texto busca cumplir la Consigna sobre la acepcin vulgar


de perversin (no la psicoanaltica, sino una de naturaleza
ms bien cotidiana). Busca girar todo el significado del relato
en las dos ltimas palabras. As, el deseo contenido es
reinterpretado como perverso, amenazante de una relacin
incestuosa. Una pregunta puede surgir del texto: Por qu el
hermano se lo pide a solas? Advierte el deseo? Suceder?

98
Una cena responde de manera preclara a recomendaciones
proporcionadas por numerosos cuentistas que tambin han
sabido reflexionar sobre la escritura, entre ellos Edgar Allan
Poe 40 y Horacio Quiroga 41. En ambos casos, podemos
observar una recomendacin de estos dos escritores,
maestros del cuento corto, que tiene que ver con incluir un
final sorpresivo: una legtima conclusin articulada en
brevsimas lneas solo al final. Esto produce, en principio, dos
efectos: por un lado, se genera un efecto impactante en el
lector y, por otro lado, el segundo efecto genera una
motivacin en la lectura de volver al texto desde el comienzo o
desde algn lugar. Por qu? Porque se tiene la curiosidad,
gracias a ese impacto final, de relevar los indicios, al decir de
Roland Barthes. 42

40
Poe, 1978.
41
Quiroga, 1993.
42
Barthes, 2010.

99
Consigna 27: Redactar un relato que contenga voces
(Narradores) Mltiples: utilizar la tcnica de generar
distintas focalizaciones (al modo del clsico En el
bosque, 43 del japons Ryunosuke Akutagawa).

Desalmado o desencantado?

No, no fue un robo. En la cartera tiene el


documento: Mara Emilia Alonso, del setenta y uno:
cuarenta y tres aos. No sabemos si el que figura ser
su domicilio actual. La billetera tiene bastante dinero y
tarjetas de crdito. Veamos su telfono: la ltima llamada
que recibi es de un tal Rodrigo. Alguien tiene idea de
quin podra ser? Tambin, minutos antes, hubo una
conversacin de texto con el mismo contacto. No hay
registros anteriores. Si pudiramos leer lo que
escribieron
Hola, preciosa, cmo ests?
Hola, bien. Vos?
Todo bien. Ocupada?, qu hacas?
Intentaba escribir un artculo para la columna
del domingo, pero nada.
43
Akutagawa, 2012.

101
Yo podra darte alguna idea o aunque sea
inspirarte.
No creo. No es el tipo de ideas que necesito.
Si fuera al revs, vos me inspiraras. Acept mi
halago, por lo menos.
Lo acepto. Gracias.
No te molesto ms. Te mando un beso
inspirador. Jajaja
Otro beso.
Teniendo en cuenta el intercambio de mensajes y
que despus hablaron y posiblemente se vieron, yo creo
que este tipo tuvo algo que ver. Hay cada bestia! Qu
necesidad, de lastimarla tanto? Esperemos el informe del
forense, segn lo que encuentren: indicios de con qu lo
hicieron, fluidos: eso me interesa.
..
Habl con mi esposa cerca de las cuatro de la
tarde. Me dijo que tal vez ira a hacer unas compras.
Siempre est en casa cuando regreso. Volv a llamarla
cuando sal del gimnasio y ya no me contestaba. S,
seran las nueve de la noche, supongo. Cmo pudieron
hacerle esto! Qu dice? S, claro que discutamos, me
sacaba, tena cada salida... Sin embargo, qu mujer

102
encantadora! Pero qu dice? No, no soy un hombre
agresivo. Me lastim, nunca se lastim la mano?
Rodrigo? No, no conozco a ningn Rodrigo.
Mensajes? De qu habla? No, por supuesto que no
saba nada. Qu est insinuando? Usted est loco?
Cmo se atreve a pensar que mi mujer? Ahora
entiendo: usted cree que yo Pero no se da cuenta de
que la amo, de que la amaba, no s ni lo que estoy
diciendo. Tenga un poco de piedad, por favor!

No s, a los seores no los vea juntos. Muy raras
veces l llegaba antes de que yo me fuese. Algunos
das, me parece que ella iba a buscarlo al trabajo, deca
que a l le gustaba. S, creo que se llevaban bien. No, la
seora no haca comentarios. S que la llamaba, me
daba cuenta de que era l porque ella dejaba caer el
tubo del telfono cuando cortaba, y murmuraba algo. S,
s, tambin hablaba con otra gente. No, no s con
quines. La seora no me dejaba contestar. Deca que
ella se ocupaba. S, a veces, se encerraba en su cuarto
para hablar ms tranquila, en el piso de arriba, pero si yo
pasaba la oa rerse. Era muy alegre, la seora. S, sala
mucho. Siempre estaba muy bien arreglada y

103
perfumada. Tiene muchos perfumes, y lindos No,
jams o nombrar a ese Rodrigo. Visitas? No, no.
Pobrecita! Algn desgraciado pensara que llevaba
plata y la seora se resisti! Qu hijos de su madre! Se
habr ido cerca de las cinco de la tarde, estaba apurada,
miraba el reloj, como si se le hiciera tarde. No, nunca me
deca a dnde iba. De haber sabido, pobrecita, lo que le
esperaba
..
Rodrigo Salazar. S, nos conocimos en un
consultorio, el del doctor Fernndez. Coincidamos en las
visitas y charlbamos. Al principio, de cosas
intrascendentes, despus fuimos tomando confianza, vio
cmo es. Hablbamos de la vida. Nos dimos los nmeros
de telfono. S, tombamos un caf en el bar de la
esquina. Claro que me resultaba una mujer atractiva, a
quin no. De ah a que tuviramos alguna historia, a
que yo sintiera celos del marido No, ella no iba a
dejarlo nunca. El tipo era medio perseguido, tena
contactos en la poltica, en todos lados, l es un abogado
importante, yo un pobre laburante. Ah, los mensajes?:
un juego, nada ms que eso. Solo un desalmado podra
haberle hecho esto a mi querida Mei.

104
A partir de un asesinato, el investigador, el esposo, la
mucama y el amigo de la vctima intervienen en este relato y
dejan or sus distintas voces refirindose al mismo hecho.
Podemos observar que cada uno de los personajes da su
versin de la realidad vivida y lo que suponen que ha
sucedido. Aun as, el lector llegar al final del relato sin tener
claro cul de las versiones es la verdadera, quin es honesto
y, en definitiva, si alguno es el culpable, y hasta parecera que
podra ser cualquiera de ellos o ninguno. Se produce, ipso
facto, 44 un entrecruzamiento de puntos de vista (dnde se
sita el Narrador respecto de lo narrado, dnde se ubica,
desde dnde mira u observa) y el resultado es una narracin
articulada bajo lo que se conoce como visin intersubjetiva o
perspectivismo.

44
Genette (1989, 1998) llama frecuencia narrativa (vense los
comentarios de la Consigna 30) a la relacin que se observa entre el
relato y la digesis, es decir, entre la cantidad de veces que un
hecho aparece en un relato y las veces que sucede en la historia.
Distingue tres tipos de relatos: singulativo, reiterativo e iterativo. En
Desalmado o desencantado? estamos en presencia de un relato
reiterativo, que consiste en narrar varias veces un mismo
acontecimiento que en la historia ha sucedido solo una vez. Se narra
varias veces, pero desde puntos de vista diferentes, desde la mirada
de uno u otro personaje.

105
Consigna 28: Redactar un texto que comience con un
prrafo perteneciente a algn texto literario consagrado.

Mi tnel

... en todo caso haba un solo tnel, oscuro y


solitario: el mo, el tnel en que haba transcurrido mi
infancia, mi juventud, toda mi vida. Mi infancia: un ir y
venir de hospitales a clnicas, de clnicas a farmacias, de
farmacias a terapeutas de rehabilitacin, cuando solo el
blanco era el color que usaban, y aun as todo era
oscuro. Mi juventud, lamentando la infancia, con la
belleza, los descubrimientos, el amor, y yo sin poder ver
esos colores. Toda mi vida, soportando a este hombre
solitario en el que me fui convirtiendo. En este maldito
tnel, donde siempre estuve y sigo estando, porque
nunca me atrev a nada. Mientras tanto, aqu, sobre la
mesa, esta caja de barbitricos que me aguarda para
que encuentre la claridad en la muerte.

Para escribir este relato se han tomado unas lneas de El


tnel, 45 novela corta del argentino Ernesto Sbato. A partir de

45 Sbato, 1994.

107
la frase, se ha creado la composicin que se presenta. Las
opciones son muchas. En este caso, estamos en presencia de
una intertextualidad 46, que no necesariamente tendra que
estar marcada, como en este caso, por las comillas. Es vlido
el recurso a la hora de componer y es un disparador que suele
permitir al escritor crear historias totalmente dismiles al texto
base.
En principio, Mi tnel constituye, al decir de Grard Genette
en Palimpsestos, un fenmeno metatextual. 47 Un metatexto es
un texto que nace, que se genera, que se forma, a partir de
uno previo. Tiene coexistencia a partir de uno anterior. Es
decir, si no existe un texto base, por ende, no hay posibilidad
de que exista un texto que se derive de all. 48 En segundo
lugar, esta Consigna puede ser muy til para generar
legtimos homenajes a textos y/o a autores que nos hayan
marcado en la vida. 49 Entonces, se trata de retomar una lnea,
una frase, dos frases, e incluirlas en nuestra nueva
composicin. Por ltimo, resultara muy interesante, muy
original, creemos, ver que nuestra produccin a partir de un
texto base plantee en su historia una trama muy otra a la
planteada en el texto fuente.

46 La intertextualidad es una relacin de copresencia entre dos o


ms textos [], la presencia efectiva de un texto en otro. En este
caso aparece en su forma denominada cita: con comillas (Genette,
1989a).
47 La metatextualidad es uno de los cinco tipos de relaciones
transtextuales. Los otros cuatro son: architextualidad,
hipertextualidad, intertextualidad y paratextualidad.
48 Vase la Consigna 4 en este libro.
49 De esto ya se ha hablado en la Consigna 24.

108
Consigna 29: Articular un relato en donde abunden
localismos.

El aparecido

Ust no me va a creer, pero yo lo he visto al jinete


sin cabeza. Una tardecita iba pal ro por la veintisis y,
cerca de la cruz de palo, escuch un galope corto.
Cuando gir la cabeza, pa ver quin era, no vi a naides,
pero al fondo, pal lao de donde estaba la pulpera de
Villar, un rejucilo me encegueci. Salt del ruano, me
puse atrs y, por las dudas, tanti el seiluces. No pas
nada. Enseguida me sub de vuelta y apur el tranco,
cuando son otra vez el galope no me anim a mover la
mollera. Lo oa acercarse, pero me qued duro, mirando
pa adelante, como soldao en defile. Cuando escuch el
resuello del caballo cerr los ojos y me rec tres
avemara. Me pas por al lao, ol la jediondez del
cadver. Abr los ojos y lo vi de espalda, ancho, con su
uniforme azul, empuando una tacuara. Sofren al ruano
y dej que se alejara, hasta que se perdi pal lao del
rancho de la viuda de Olivera. Ah noms, gir y enfil de
vuelta pa las casas.

109
El texto trata de cumplir en abundancia la Consigna, y mezcla
localismos con expresiones que no solo denotan una
ubicacin en un mbito rural (en este caso pal ro por la
veintisis, pulpera de Villar, la cruz de Palo Mercedes,
Buenos Aires) sino tambin una pertenencia cultural. La jerga
utilizada por el Narrador est necesariamente condicionada
por el lugar, su educacin, su grupo de pertenencia, su
Weltanschauung 50. Este tipo de Consignas pretende que el
autor del relato indague, previamente a la redaccin, sobre los
giros, los modismos, las expresiones propias de un espacio
local particular que, va de suyo, no es el propio.

50
Dilthey, 1981. Weltanschauung: cosmovisin o "visin del mundo".
Es una imagen o figura general de la existencia, realidad o "mundo"
que una persona, sociedad o cultura se forman en una poca
determinada, y suele estar compuesta por determinadas
percepciones, conceptuaciones y valoraciones sobre dicho entorno.
Es, en definitiva, el aire que se respira en el decurso de una
historia.

110
Consigna 30: Escribir un microrrelato que incluya una
prolepsis.

Puente Saavedra

Sos una estpida, siempre me quers cagar la


vida, le espet. Le cort el celu, lleg a ver en la parte
superior de la pantallita Lunes 4 de agosto de 2014,
17:52, puso el pie en el estribo y se subi al 59. Pag
con la SUBE y se sent detrs del chofer. Entre todos los
chirimbolos del tablero, ley un cartel que deca: De mis
viejos, lo ms grande que tengo.
Lunes 4 de agosto de 2038: qu suerte que, entre
las tantas frases de sobrecito de azcar, repar en
aquella. Se me ha quedado grabada a fuego. Mil gracias
a ese colectivero equis. Mir si no me hubiera sentado
ah.
Lunes 4 de agosto de 2014, 18:21, ley en el
cartel vial cerca de Puente Saavedra. Hola, ma. Te
quera pedir perdn, dijo y se embarc en la satisfaccin
que dan el reconocimiento, la introspeccin, el respeto y
la armona, sin saber que la misma sensacin la

111
experimentara veinticuatro aos ms tarde, una glida
maana invernal.

A partir de la dicotoma historia narracin, Grard Genette 51


distingue tres dimensiones temporales el orden, la duracin
y la frecuencia que, por diferentes motivos, tienden a
matizar la disposicin de los hechos de la historia. Vamos a
ocuparnos en el caso de esta Consigna solamente de la
categora del Orden. Observar el orden del relato es
confrontar la disposicin de los acontecimientos en la
narracin con el orden en el que se suceden esos mismos
acontecimientos en la historia. El orden puede ser lineal o
presentar anacronas (distorsiones temporales significativas
por su alcance) que se producen cuando se interrumpe el
tiempo base por la narracin de hechos anteriores o
posteriores. Esas dos distorsiones son la analepsis (ver
Consigna 50) y la prolepsis, presente en Puente Saavedra.
La prolepsis es una alteracin a partir de la cual el relato
avanza en el tiempo para contar sucesos posteriores al tiempo
base. Es, por lo tanto, un movimiento prospectivo. En Puente
Saavedra puede observarse, en el segundo prrafo, la
anticipacin de un acontecimiento que ocupa una posicin
posterior del tiempo de la historia. El Narrador hace uso de las
fechas para marcar ese salto en el tiempo, aunque podran
utilizarse otras variantes.

51
Genette, 1989, 1998.

112
Consigna 31: Redactar un texto que se inspire en la
siguiente frase borgeana: "Yo quera saber qu sinti en
aquel instante de vrtigo en que el pasado y el presente
se confundieron". 52

Ventana

El viejo mir por la ventana y se vio jugando con


sus amiguitos, tirando bolas de nieve. Qu divertido! l
le tir a Sebastin. Sebastin lo corri y, como no lo
alcanzaba, le arroj una a Silvia, que se agach, y la
bola estall contra la ventana. El viejo tir la cabeza para
atrs, asustado por el ruido, y vio sus manos flacas, con
manchas y arrugas.

El desafo en esta Consigna es producir una operacin a la


que podramos denominar "fundicin o hibridez temporal". En
este caso, se produce una ensoacin del personaje que
contagia al lector esa confusin del pasado y el presente de
la frase de "El cautivo", de Borges. La estrategia para lograrlo
es sorprender al lector iniciando una especie de analepsis sin
ningn marco y volver al tiempo base de la misma manera,
con un hecho (la bola de nieve contra la ventana) que coexiste

52
Borges, 2011.

113
en los dos tiempos fusionados. Sin dudas, en este tipo de
Consigna la solucin apunta a generar dos dimensiones de
tiempo diferentes que, precisamente, estn conectadas por un
hecho en particular. Es decir, ese hecho acta como una
bisagra, como un nexo, entre ambos niveles temporales.

114
Consigna 32: Crear una historia en la que se hable del
continente pero no del contenido.

Versin I

El mensaje

Recibiste el mensaje?
No me habls. Vino el capo a preguntar y, por lo
que le, me hice el gil y le dije que no haba llegado.
Bien, bien. Damel.
Ayudame a buscarlo porque, cuando vino el
capo, lo tir para que no lo viera y ahora no lo encuentro.
Pero vos ests loco?
Bueno, qu quers? Dale, ayudame.
Este?
No, lo escrib en un papel ms grande.
Ac est!
No, no, el papel es blanco, no amarillo. Como
este, ves?
S, s. A ver el tacho
Che, no desparrames todo, que yo despus
tengo que ordenar. Ac est! Ac est! Guard eso.

115
A ver, dejame leer pods creerlo?
No. La verdad, son unos hijos de puta.

Versin II

El mensaje

Recibi el mensaje y lo copi minuciosamente


textual. Vino el capo a preguntarle si lo haba recibido y
lo arroj a un rincn: No, seor, no lo recib an. El
capo gir con un gesto de fastidio y l sigui tieso en su
silla, mirando fijamente la pantalla. A los pocos minutos
escuch que alguien entraba y pens que la tensin le
iba a quebrar los huesos. La voz de su amigo lo calm.
Mir para todos lados y comenzaron a buscar el
mensaje. No apareca: tena miedo de repetirlo de
memoria y equivocarse. Al fin lo encontraron. Al fin.

En este caso, la Consigna es relatada de dos maneras, 53 pero


no es exactamente la misma historia. En ambas se crea
tensin sobre un mensaje que el lector nunca sabr qu dice,
aunque las frases finales de una y otra (La verdad, son unos

53
Tambin se ejemplifican distintas versiones de un texto en las
Consignas 13 y 16.

116
hijos de puta. y Al fin lo encontraron. Al fin.) pueden hacer
inferir al lector que en el primer texto es una noticia no
deseada y en el segundo, una noticia buena. Sin embargo, no
hay mayores elementos en los relatos para saberlo: en todo
momento se refieren al papel que contiene el mensaje, nunca
al mensaje propiamente dicho. Un texto cinematogrfico que
nos ha hecho pensar en la generacin de esta Consigna (que
ha actuado para nosotros, precisamente, como una mecha)
es Belle de jour. 54 En la historia, en una escena, la mujer,
personaje principal de la trama, y un hombre oriental observan
atnitos una cajita cuyo contenido jams se revela al
espectador.

54
Belle de jour, pelcula del espaol Luis Buuel, del ao 1967,
protagonizada por la actriz francesa Catherine Deneuve.

117
Consigna 33: Componer un microrrelato atravesado por
un profundo sentimiento hiperblico.

Esfericidad

Logr zafar la marca del zaguero y se enfrent,


cara a cara, contra el arquero rival. Quebr la cintura, lo
gambete, ante su salida al encuentro, y, con una
potencia fenomenal, pate. La pelota ingres, bastante
violentamente, cerca del primer palo, y fue a parar a la
red. La traspas: qued un agujero. Sigui volando, tom
altura, cobr mpetu, y plane en contrapicada por sobre
las gradas, los cientos de espectadores, el estadio, el
complejo, el barrio y la ciudad. Sorte el ro Uruguay y se
intern en territorio brasileo. Surc el Atlntico y Europa
y Asia y la estratsfera. Su esfericidad irrumpi entre las
lunas de Jpiter y fue entonces que se percat de que le
haban sealado posicin adelantada con el caprichoso
bandern.

La hiprbole es una figura retrica del lenguaje que consiste


en algn tipo de exageracin o maximizacin o magnificacin.

119
Esto lo podemos consultar en Retrica general, 55 que es el
libro del Grupo . La hiprbole tiene su contrapartida, que es
la ltote. En la hiprbole, entonces, se apuesta por la
desmesura, por lo descabellado. Muy bien se podra
caracterizar a la literatura de Gabriel Garca Mrquez como
atravesada de manera constante por el desborde. En este
texto, cuyo ttulo es Esfericidad, se evidencia, entonces, eso
imposible e inverosmil que se da en la historia en cuanto al
recorrido de la pelota. Es decir, este tipo de Consignas sirven
para pensar ficciones que se alejan de lo realista y que
apuestan, acaso simblicamente, en comportamientos, en
deseos. La hiprbole, en muchas ocasiones, opera dentro de
una trama como si se tratara de la generacin de un deseo,
de una meta inalcanzable.

55
Grupo , 1987.

120
Consigna 34: Escribir un texto cuya historia d cuenta
de alguien que ha perdido su empleo.

Mam y mi camisa con florcitas azules 56

Estbamos con Juli haciendo la tarea cuando


omos que se abra la puerta. Era raro que mam
volviera tan temprano del trabajo. Hola, chicas, salud, y
no nos animamos a preguntarle nada. Entonces agarr
el telfono y se puso a hablar con la ta Amelia. Le deca
que ahora qu iba a hacer, que el seor Roberto era un
desgraciado, que se lo haba advertido, que ella no saba
cmo nos bamos a arreglar, que no poda esperar nada
de Carlos, mi pap, y hasta me parece que lloraba. Y
segua que no, que no poda hablar, que qu iba a
decirle, que bueno, que gracias, s, s. Nosotras
terminamos y nos hicimos la leche. Mam se encerr en
su cuarto. Julieta acomod los tiles, y apareci con mi
camisa nueva entre las manos, la que me regal la ta
Ame, que no es una camisa cualquiera, es igual a las

56
Observar los textos de la Consignas 14 y 37 en los que se
encontrar, al igual que aqu, la voz de un nio.

121
que usa ella y es la primera vez que yo tengo una. Y es
blanca, y tiene unas florcitas azules relindas. Y Juli me
deca que tenamos que compartirla, y se rea. Y yo me
enoj porque era ma y no quera prestrsela. Y nos
peleamos y tirbamos de la camisa, cada una para
quedrsela. Y chillbamos y nos dbamos patadas y nos
quejbamos. Y vino mam. Y se enoj ms todava que
yo, y nos sac la camisa y grit que nosotras no
entendamos nada, que todo por una camisa de
mierda No era una camisa de mierda, era preciosa. Y
pregunt qu haba pasado, y le dijimos y nos
defendimos y ella, que si ese era el problema iba a hacer
que se acabara y agarr la tijera e hizo jirones mi
camisa, la que me haba regalado la ta Ame, la blanca
con florcitas azules, la primera que yo haba tenido, y la
tir a la basura y dijo ya est, se acab. Todava sigo
llorando. Ojal que mam nunca ms venga temprano
del trabajo y si no quiere venir, que no venga y listo.

Para componer este relato se ha recurrido a la voz de una


nia. A partir de su visin, se cuentan los acontecimientos que
rodean a un estado anmico de desasosiego de la madre, que
ha perdido el empleo. La inocencia de la pequea solo le
permite ver, con frustracin, cmo se suceden las situaciones

122
en un ambiente tenso, aunque no logra descubrir, en realidad,
qu est pasando. El lector deber ser quien interprete, con
los elementos dados, el verdadero sentimiento que provoca
esa prdida. Un ejemplo destacado de la voz de un nio y su
relacin con el proceder de la madre, podemos encontrarlo en
Conejo, 57 del escritor argentino Abelardo Castillo. La
Consigna, del mismo modo, podra haberse desarrollado con
un Narrador que tambin est articulado en primera persona,
como el testigo, pero que, a diferencia de l, su presencia sea
clave en la historia pues su participacin sera central, y no
meramente satelital.

57
Castillo, 2000.

123
Consigna 35: Redactar un texto que se inicie con la
frase siguiente: Qu suerte que te fuiste.

Palabritas

Qu suerte que te fuiste. Ahora ya no me voy a


hacer ms mala sangre (che, pero si el prximo que
venga es igual o peor?). Ahora se renuevan mis
esperanzas como si se tratara del amanecer de un
nuevo da (che, pero y si se me vuelven a romper las
ilusiones como una taza de t arrojada contra el piso?).
Ahora podr hacer frente a mis deseados proyectos sin
el halo desconcertante que me generaba tu constante
presencia (che, pero y si el que aparezca luego
despierta ms recelo, menos certidumbre, ms vaivenes
emocionales?). Caramba por no decir la puta
madre, al final se me vienen esas palabritas, una vez
ms, a la cabeza, s, en italiano: La vita cos.

Se suele decir de manera frecuente que en un texto escrito


sobresalen (y se recuerdan, o se memorizan) el arranque y el
remate. En este caso, la Consigna pretende disparar la idea
del comienzo. Sin embargo, tambin podra sugerirse con qu
frase (que puede sonar bien contundente) finalizar un escrito.

125
En el caso precedente, el sintagma gener Palabritas, una
historia articulada en primera persona y que est ligada a una
serie de reflexiones en torno a una situacin sentimental. De
todos modos, los resultados podran ser muy diversos,
ciertamente.
Esta es una Consigna clsica, es decir, se pretende generar
el chispazo en la mecha con la sugerencia de una frase que
motive el resto del relato. Esto es: la frase se convierte en un
legtimo disparador para la posibilidad de alguna historia. Hay,
por cierto, cierta similitud con lo que sugiere la Consigna 17:
de todas maneras, aqu, la frase inicial no necesariamente
debe ser hipercontundente.

126
Consigna 36: Redactar un texto en el que se utilice un
lenguaje procaz.

Encuentro higinico

Te vi entre los invitados. Me faltaron segundos


para empujarte contra la pared y, con desesperacin,
empezar a tironearte la ropa. Mis manos, mi boca, mi
lengua y mi miembro te recorran con una excitacin
ultrajante. Te arranqu lo que puede y, mientras tanto,
me fui metiendo con mi cabeza entre tus pechos. Los
mord. Mord tu ombligo exacto y lam tu pelvis hasta
encontrarme con el sabor de la calentura en tu vagina,
que flua abundante, salado, oloroso como el de las
hembras en celo. Gozabas y yo gozaba penetrndote
con toda la rigidez que buscaba por dnde, y
encontraba. Encontraba. Y te dije que me encantaba
chuparte, que quera cogerte por todos lados, que te
dieras vuelta, que me agarraras, que vos te lo metieras.
Y vos gozabas, y yo gozaba. Te acercaste. Hola,
Ernesto. Te presento a Mauro, mi marido, me dijiste
mientras le dabas un chupn en la boca. Hija de puta, te
vest de golpe.

127
El texto que surge de esta Consigna intenta tener un lenguaje
desvergonzado, atrevido. En este caso, en el microrrelato
Encuentro higinico, se articula un campo semntico ligado
explcitamente a la sexualidad. Mario Vargas Llosa hace
algo similar en Elogio de la madrastra 58. En conclusin, podra
aseverarse que responder una Consigna semejante apunta
por poner en prctica cierta desenvoltura, cierto estilo carente
de tapujos.

58
Vargas Llosa, 1988.

128
Consigna 37: Escribir un relato en el que se configure
un homicidio y en el que haya nios involucrados en su
historia.

Ratas

Cuidaste a tu hermanito? le pregunt la


mujer mientras descargaba las bolsas del supermercado.
S, mami asinti el pequeo de pecas infinitas
y ojos celestsimos.
Se port bien? inquiri la madre, con
disimulada indiferencia.
Como siempre asegur el hijito mayor, con
seguridad.
Bueno, beb, ahora voy a salir otra vez. Si se
despierta y se pone a llorar, dale algn juguetito, hacele
moneras, algo. No, mejor, dale el bibern, que tiene que
alimentarse.
S, mami dijo el nio, y busc el veneno para
ratas que estaba en la alacena de la limpieza en la
cocina. Era un producto infalible contra cualquier tipo de
roedor.

129
En el microrrelato Ratas se puede evidenciar una estrategia
clsica inaugurada, quizs, en nuestra literatura, por Silvina
Ocampo 59 en, por ejemplo, de manera paradigmtica, un
cuento que se llama El vestido de terciopelo. Esta es una
lnea, luego seguida, cultivada en la contemporaneidad, por
otras dos escritoras que son Samanta Schweblin y Liliana
Heker. As, en la literatura de las tres, encontramos distintas
historias en donde hay nios sobre los que se ejecuta la
focalizacin, con la consiguiente restriccin cognitiva
correspondiente. Hay otro autor y un texto que siempre se
suele citar, que es el del tucumano Juan Jos Hernndez: As
es mam. 60 Tenemos una plyade de autores que aplican
esta tcnica que consiste, entonces, en lo que podramos
denominar la restriccin del foco. Esto es: ya que se trata de
una focalizacin en nios, ellos van a desconocer hechos que
a una mirada adulta son, a todas luces, crueles. Es decir, los
personajes de la digesis, que son nios, no llegan a darse
cuenta del todo de la magnitud, de la gravedad de los
conflictos que estn sucediendo a su alrededor. De Samanta
Schweblin, podemos ejemplificarlo con un cuento llamado
Pap Noel duerme en casa; 61 de Liliana Heker, con su
clsico La fiesta ajena. 62

59
Ocampo, 1999. Algunas de las ideas vertidas en estos
comentarios coinciden con los de la Consigna 14, solo que aqu lo
que se sugiere apunta a un hecho decididamente srdido, macabro,
siniestro? Por otro lado, a diferencia de lo que suceda en
Comportamiento (el texto resultante de aquella Consigna 14), aqu,
en Ratas, el Narrador est articulado de manera heterodigetica.
60
Hernndez, 1996.
61
Schweblin, 2009.
62
Heker, 2013.

130
Consigna 38: Formular alguna historia que, en su
digesis, aborde aquello que un individuo opina sobre su
sesin de psicoanlisis.

Experiencia

La verdad verdadera es que ltimamente me


viene desorientando bastante el licenciadito. Que qu
pienso de las temticas que elido, que gambeteo; que si
falto a la sesin se puede deber a que estamos
culminando el proceso psicoanaltico (ms all de que yo
le transfiera sus honorarios correspondientes
religiosamente); que por qu soy tan delirante y evasiva
y descoordinada en mi discurso oral semana tras
semana; que por qu no instituyo una visin panormica
de mi experiencia como paciente en estos tres aos y
medio; que cundo voy a intentar investir significado a
mis enunciados monotemticos. Ya est, maana se lo
digo, maana voy a confesarme y rebelarle que quiero
tener sexo con l.

En Experiencia, sencillamente, se da un resultado de la


Consigna en la que un sujeto, un individuo, se refiere a una

131
sesin de psicoanlisis. A lo que se apunta en este tipo de
Consignas es que no se recomienda nada con respecto a la
forma, a la estructura, sino que la idea disparadora, la mecha,
se da sobre la digesis, sobre la historia. En el microrrelato
escrito a partir de la propuesta, se da un resultado puntual, el
de cierto conflicto en esa relacin de transferencia entre el
paciente y el analista.

132
Consigna 39: Escribir un relato en el que un sujeto se
refiere al momento de su confesin religiosa.

Sin pecado concebida

Llegu temprano a la parroquia. Desde aquella


noche, no poda dejar de pensar en que deba ir cuanto
antes. Entr, me persign, bes los pies desnudos del
Cristo crucificado y me dirig resuelta hacia el
confesionario. Un chispazo en mi memoria: Ave Mara
pursima: Sin pecado concebida, eran otros tiempos.
Tiempos en los que manifestaba, con timidez y
vergenza, inocentes travesuras. Pero lo de ahora era
distinto, esto s era grave. Me acerqu y vi que an no
haba llegado el sacerdote. Me animara? Tena que
vencer la incomodidad que me ocasionaba, tena que
hacerlo. No sentir culpa y la atrocidad cometida me
condenaban. El gran detalle era ese: que lo volvera a
hacer, una vez, dos, todas las que fuese necesario. No,
era consciente de que no haba sido necesario. Se
supone que se confiesan los pecados y que se es
absuelto en virtud, precisamente, del arrepentimiento.
Podra confesarlo y decir, adems, que senta una

133
morbosa satisfaccin? No bastara con dos
Padrenuestros y un, esto tambin lo tena claro. Dios,
Dios mo!

En este caso podra haberse redactado un texto del encuentro


del protagonista, o de un personaje, con el sacerdote en el
sacramento de la confesin, lo que generara un relato en el
que abundaran los dilogos. Sin embargo, el Narrador eligi
escribir el momento previo, la preparacin. Puede observarse
un estado de reflexin, motivado, en cierto modo, por distintos
recuerdos y por un sentimiento de culpa. Podra hablarse de
que hay una confesin escrita en las palabras de este
Narrador? Qu sucede en el final?, aparece ese
arrepentimiento que parecera estar ausente durante la
narracin? Muchas son las alternativas para resolver esta
Consigna (que, al igual que la Consigna 38, busca desarrollar
una historia antes que sugerir alguna estrategia del orden
estructural).

134
Consigna 40: Imaginar una historia en la que el Narrador
sea Protagonista.

Subcampeonato

Un trozo de vidrio, de la vidriera sobre la que ca,


atravesaba mi brazo izquierdo. No sufra dolor, padezco
de insensibilidad congnita al dolor con anhidrosis, pero
saba que me iba a desangrar si no haca algo. Me par
y no me saqu el vidrio para evitar que la hemorragia
fuese imparable. Le dije al mozo del bar que llamase
urgente a emergencias y busqu una silla para sentarme
por si me desvaneca. Me di cuenta de que sera grave,
porque no poda mover los dedos de la mano izquierda.
Despus de sentarme, saqu el mantel de la mesa y lo
enrosqu un poco arriba de la herida y lo apret todo lo
que pude, sin hacer torniquete: no quera perder el
brazo. Calcul que habran pasado tres minutos, me
quedaran otros siete u ocho de consciencia. La sangre
me haba empapado todo el lado izquierdo y se
desparramaba, viscosa y lenta, por el piso. Acomod la
mesa de donde haba sacado el mantel bien cerca para
no caerme cuando me debilitara y le grit a uno que
estaba mirando que me ayudara. El tipo estaba
shockeado: gritos y caras de horror me rodeaban, hasta

135
que un muchacho de veintipico se acerc: Te puedo
pedir un favor?, le dije, y el muchacho asinti con la
cabeza: Quedate hasta que venga Emergencias, tengo
el telfono de mi casa en el portadocumentos, deciles
que soy insensible al dolor, que no pierdan tiempo en
analgsicos ni anestesias, mi grupo es A positivo,
entendiste?, y me desvanec mientras el desconocido
repeta lo que yo le haba dicho. Cundo fue esto?
Hace poco. El da que festejbamos el subcampeonato.

El Narrador Protagonista es un tipo de constructo en el que el


enunciador (as se lo dice en los estudios de la lengua), el
Narrador (as se lo denomina en los estudios de la literatura),
y para esto hay que confrontar el texto de Mara Isabel
Filinich 63, adopta una voz que podemos advertir fcilmente,
porque en principio el texto est en primera persona. Por otro
lado, a diferencia del Narrador Testigo, visto en la Consigna 3,
el personaje que habla es central, es clave, es insoslayable en
la digesis. No es un mero espectador satlite de una historia
que sucede ante l, ante sus ojos. Un buen ejemplo de esto
se da en Hombre de la esquina rosada, 64 clsico de Borges.
Vamos a ver en este relato que al principio estamos ante un
Narrador que parece testigo, pero que al final es protagonista,
porque se torna, mutatis mutandi, central en la historia
planteada.

63
Filinich, 1997.
64
Borges, 2011.

136
Consigna 41: Crear un texto en el que se genere una
historia donde se practique algn tipo de discriminacin.

Purple Disco

Christian estaba feliz porque Charlie, el del


gimnasio, era el nuevo patova de Purple Disco. Se
haba puesto todos los ahorros encima. Esta vez
entrara. Su pelo negro y corto estaba encrespado con
gel. Sus ojos escrutaban todo tras los anteojos negros,
montados en su ata ancha. Vos no entrs, le dijo
Charlie, sin mirarlo, y el muchacho, callado, dio media
vuelta y se fue.

Esta es una de las Consignas (como las 25, 38 o 39) en que


se pretende apuntar al contenido antes que a la forma, es
decir, a la historia antes que a lo estructural. El relato cuenta
un hecho de discriminacin, pero agrega los elementos que le
dan todo el carcter perverso que tiene: discriminador y
discriminado pertenecen al mismo mbito y se conocen
(Charlie, el del gimnasio) y, probablemente, en el gimnasio
la discriminacin no se manifieste. El otro elemento es la
resignacin del discriminado, lo que sugiere que, en algn
rincn, el discriminado conoce y acepta los trminos de su
propia discriminacin (autoestigmatizacin?). Esta historia,
breve, est articulada de manera sencilla aunque su contenido
se corresponde a un fenmeno social bien delicado, sensible.

137
Consigna 42: Crear una historia que contemple la
combinacin de los tres tipos de relatos: singulativo,
iterativo y reiterativo, segn la teora genettiana.

Amasijo

Usted, el de traje, qu pas?


Mire, oficial, tuve que ir a la estacin de Lans,
porque se me rompi el auto. Sub al andn y toda la
gente estaba agolpada en la punta. Cuando el tren
estaba entrando en la estacin me empujaron, me
golpearon, me pisotearon y ese seor manote mi
maletn. Gracias a Dios que el guarda lo detuvo.
Usted le quiso robar el maletn al seor?
De ninguna manera, oficial, vi que el seor se
estaba cayendo, empujado por la gente, y quise
ayudarlo.
Usted es el guarda?
S.
Qu pas?
El tren de las siete cuarenta pas. Con los
quilombos de siempre.

139
Grard Genette 65 divide el estudio del relato en tres
dimensiones: el tiempo narrativo, el modo narrativo y la voz
narrativa. Dentro del tiempo narrativo, distingue tres
modalidades, segn la frecuencia con que se relatan los
acontecimientos: singulativa, cuando se cuenta una vez un
acontecimiento que sucedi una sola vez; reiterativa, que
consiste en contar ms de una vez un acontecimiento que
solo sucedi una vez; iterativa, que apuesta por mencionar
una sola vez acontecimientos que son habituales.
El texto de ejemplo, Amasijo, es reiterativo, porque tres
voces se refieren al mismo momento. El primero y el segundo
lo cuentan de modo singulativo. Para el guarda, por su
habitualidad, el relato es iterativo (cuenta una sola vez algo
que sucede frecuentemente).

65
Genette, 1989, 1998.

140
Consigna 43: Escribir un microrrelato en el que se
configure un efecto humorstico.

Malaria

Aqu, directamente desde un remate de


aduanas, traigo del importador al consumidor final este
indispensable elemento que ustedes pueden ver, a solo
cincuenta pesos. La eliminacin de la intermediacin
parasitaria ha podido poner en sus manos esta tijerita
multiuso, indispensable para el bolsillo del caballero y la
cartera de la dama a casi su costo. La aleacin con que
est hecha proviene de la mayor exportadora de hierro
del mundo, la brasilea Vale, que envi a China ms de
treinta millones de toneladas el ltimo ao, molibdeno de
Anhui, en el distrito de Jinzhai, segunda reserva mundial
de ese metal y cromo, extrado de frica, como
consecuencia del acuerdo multilateral logrado en la
cumbre China-frica de 2006. La produccin, basada en
fuertes inversiones en tecnologa, combinada con mano
de obra con salarios de subsistencia, permite que esta
maravilla, como vern, corte cuero, corte lata, corte
papel, corte plstico, no se desafile ya voy, seor y

141
llegue a ustedes casi al precio FOB del puerto de
Hamburgo, tradicional punto de ingreso a la comunidad.
Este elemento que la globalizacin cotiza a siete euros
en Pars, ustedes lo puedan obtener a seis dlares con
cuatro centavos si consideramos la cotizacin oficial o la
msera suma de tres dlares con noventa, si
consideramos el mercado informal de divisas, lo que les
permitir arbitrar el mercado de las tijeritas, ya que es un
nicho no regulado por la NYSE y est fuera de la
jurisdiccin del juez Griesa ya voy, seora que
podra impedir
Y, qu te parece el pibe?
Y vende. Pero tendra que olvidarse de su
licenciatura en economa para laburar en el bondi.

Hay infinitas formas de hacer humor. En Malaria se lo busca


desde el absurdo: imaginar a un vendedor ambulante
hablando de acuerdos internacionales, explotaciones
minerales, precio FOB, hasta llegar a proponer arbitrar el
mercado de tijeritas es, a todas luces, improbable. El final
tiene la doble funcin de remate (como en un chiste) y de
otorgarle sentido al ttulo.

142
Consigna 44: Escribir un relato en primera persona en el
que el Narrador sea flagrantemente distinto al autor.

Volar en mil pedazos

A las cinco en punto de la tarde saldrn los nios


del jardn, estarn los padres esperndolos en los
alrededores, y algunos en los autos estacionados junto a
la acera. Unos pocos tomarn el micro. Por el portn
grande se asomarn, uno tras otro, los alumnos de la
primaria. El turno tarde es el ms concurrido de esta
escuela. Los vecinos aprovecharn, como siempre, para
salir de compras, por lo que las veredas se vern
colmadas de gente, hay un supermercado en la esquina.
Yo calculo que entre todos sumarn, por lo menos,
quinientas personas. Me dieron las instrucciones para
fabricar el triperxido de triacetona, no fue difcil obtener
la madre de Satn. El cinturn deba ser el adecuado
para contener la cantidad necesaria, y lo consegu. El
resto es mi cuerpo. Es un acto de fe. Las rdenes ya
estn dadas y voy a cumplirlas. Estoy listo. Me siento
orgulloso, un hroe. Son las cinco menos diez minutos
de la tarde, comienza la cuenta regresiva.

143
Nunca deberamos confundir al Narrador con el Autor. El autor
crea un Narrador, y es a este ltimo a quien descubriremos en
la lectura. Es cierto que, muchas veces, los autores se valen
de sus personajes para exponer ideas, reflexiones,
comentarios que les son propios. Ahora bien, si la propuesta
es que el Narrador sea ostensiblemente distinto al autor, no
hay lugar para dejarnos llevar por nuestras creencias o
nuestras sensibilidades. El autor de Volar en mil pedazos
deja de lado sus concepciones y arremete desde alguien (un
narrador que es un terrorista) totalmente distinto a l.

144
Consigna 45: Desarrollar un microrrelato en el que se
use el tiempo futuro de manera preponderante.

Maana

Ac ests, Matas. Perfecto, hermoso, inteligente.


Preparado para todo. Maana vas a bajar las escalinatas
de la facultad de ingeniera y tu novia va a hacer como
que te sorprende, esperndote con la barra de amigos,
armados con harina y huevos. Y vas a simular
desagrado por el enchastre, pero la sonrisa ancha ir
desmintiendo todas las quejas pudorosas. Vas a poder
sumarte a la fbrica del abuelo y vas a ser la tercera
generacin de industriales. Seguro que tu formacin va a
hacer que la fbrica crezca como nunca y
Y, gordo?, le cambiaste el paal a Matas?
Estoy en eso, estoy en eso.

El texto juega con la ambigedad de la palabra maana, que


significa el da siguiente a hoy y, tambin, futuro. La
situacin descrita por el Narrador es precisa porque busca
que el lector suponga la primera acepcin pero, en realidad,
se trata de una enorme proyeccin. Este tipo de relato no
debe confundirse con la prolepsis. En Maana no se sabe si

145
lo anticipado suceder o no, mientras que una prolepsis es un
salto prospectivo que da cuenta de acciones que
efectivamente suceden. 66
Lase el magistral cuento del sueco Stig Dagerman, Matar a
un nio, 67 para ratificar la hechura de este tipo narrativo, id
est, de un texto que ostenta, fundamentalmente, el empleo del
tiempo futuro, ya sea en las formas verbales, ya sea en la
inclusin de ciertos adverbios.

66
Ver Consigna 30, en la que se hallar ms informacin y, adems,
se brinda la correspondiente ejemplificacin en el microrrelato
Puente Saavedra.
67
Dagerman, 2010.

146
Consigna 46: Generar un relato en el que vaya
apareciendo un mismo trmino una y otra vez a lo largo
del texto, es decir, que ese vocablo sea nombrado de
manera constante.

Chiquita

Tu rostro no me engaa, chiquita. Vos te penss


que yo soy ingenuo pero, en realidad, sabs qu?, soy
ms vivo de lo que te cres. Cuando me ves tan sumiso,
tan en actitud pasiva, es que en realidad estoy
mascullando todo lo que decs y hacs, y a la vez estoy
elaborando mis siguientes palabras y pasos. Tu rostro
denota seguridad, solidez, contundencia, firmeza, pero
sabs qu?, sos una gelatina, una hojita que tiembla
pavorosa ante la ms ligera de las brisas primaverales.
Tu rostro, rostro fraudulento, rostro farsante, rostro a m
me vas a hacer caso, idiota, rostro torvo, rostro violento,
no me intimida ni un pice, no me inmuta ni me inquieta,
no me genera, sabs qu?, absolutamente nada, ni me
tuerce las ideas ni me genera espanto. Tu rostro es
nada, no es nada, no significa nada. Solo es eso para
m: una cara de energmena.

147
En este monlogo interior (acaso un pasaje que podra
identificarse con la tcnica del fluir de la conciencia), la
expresin tu rostro es, evidentemente, retomada en
reiteradas oportunidades y, por ello, genera un efecto de
nfasis, de letana, de espontaneidad, de subrayado (en algn
punto, parece un discurso que se corresponde a una
composicin potica): esto es una redaccin perteneciente a
un registro oral. Hay como una insistencia obsesiva que
remarca, en esta digesis, cierto enojo por parte de ese
Narrador homodiegtico, segn la categora genettiana. 68 A su
vez, en Chiquita, se advierte una resolucin enunciativa que
se traduce en el empleo (tambin) constante de numerosas
marcas ligadas a la forma de la segunda persona (vos) del
nmero singular (cosa que podemos encontrar en el magistral
cortazariano El ro 69, a modo de ejemplificacin).

68
Genette, 1989, 1998.
69
Cortzar, 2011.

148
Consigna 47: Producir un texto en el que se sepa,
desde el principio, el desenlace, pero que genere la
intriga de cmo sucedi el hecho narrado.

Injusto?

Increble: veinte aos de laburo y termino echado,


con un guardia de seguridad que me acompaa hasta la
puerta. Qu puedo decir?: que la tentacin me
venci?, que vi la oportunidad?, que nunca supuse
que me descubriran? No, esas son excusas. La verdad
jams la aceptaran porque los involucra: no se puede
tener a esclavos, que suponen no serlo, administrando
fortunas ajenas por migajas, tratados como pares por
sus dueos, hasta que llega fin de mes.

En la historia planteada por este microrrelato, el Narrador es


echado del trabajo y esa informacin se deriva de las primeras
ocho palabras. La explicacin del porqu implica valores
sociales, fantasas y prejuicios difciles de exponer en nueve
lneas, que tratan de sugerir el problema de los trabajadores,
su prdida de conciencia de clase, el consumismo y hasta el
sentido de la plusvala. En cuanto a la tcnica, podemos

149
volver a mencionar a Quiroga 70, quien entre todos sus
consejos nos dice, por ejemplo, que veamos el cuento como
una estructura de concentrado inters, que debe agarrar al
lector desde el comienzo. Esto se intenta hacer en las
primeras lneas de Injusto?. Por otro lado, aquellos relatos
cuyo arranque anticipa el desenlace son conocidos como
textos generados por la tcnica denominada in extrema res o
in extremis res (narraciones que, en su mismo arranque, ya
informan la manera en que culmina la historia a contar). 71

70
Quiroga, 1993.
71
Una buena ejemplificacin, clsica, es Crnica de una muerte
anunciada, de Gabriel Garca Mrquez, novela en cuya primera
frase revela la manera en que la digesis concluye. Para esta
clasificacin general, adems de la narracin in extrema res, habr
que referirse a las otras dos posibles operaciones estructurales: el
relato in medias res que arranca con una digesis ya avanzada y
que, por tanto, ha de experimentar ciertos evidentes saltos
temporales y el relato ab ovo, que es el clsico, que es el que se
inicia con la contextualizacin histrico-espacial en la que han de
suceder ciertos hechos. Seguimos en esta tipologa global aplicable
a todo el discurso literario, lo que ya Horacio estableca en su Ars
Poetica, 2008.

150
Consigna 48: Imaginar un relato en el que abunden las
frases en forma negativa.

Claro que no

No es difcil no caer en la vaga negacin de que


nada es negativo, Marcos. No, no, no. No puedo menos
que decirte que lo nuestro nunca tuvo un instante que no
fuese opaco. Desde los desencuentros hasta tus
inefables estados de depresin, aun cuando ni siquiera
hablabas. No voy a hacerme la distrada, porque aunque
jams so un maana con vos y no me cre la pelcula
del romance que no existi, en cierto modo, no pude
dejar de suponer que, por ah, no todo estaba perdido.
Peor: podrido, no, Marcos? No voy a seguir
intentndolo. Tampoco voy a darte un discurso con lo
que me pasa o con lo que no me pasa que no es
menos importante. Y tampoco voy a escribirte esto,
Marcos.

En Claro que no estamos en presencia de un microrrelato


en el que, evidentemente, abundan las negaciones, no solo
aquellas dadas por el uso del adverbio de negacin, sino por

151
las expresiones que tienen connotacin negativa: difcil,
nunca, opaco, desencuentro, entre otras. Podramos habernos
planteado, por el contrario, escribir un texto en el que abunden
las afirmaciones e, inexorablemente, en ese caso, hubiesen
aparecido trminos positivos. Vale la pena sealar que estas
estructuras en negacin (tanto para el psicoanlisis
freudiano 72 como para el abec de los estudios de la lengua,
recordemos que toda expresin negativa implica un discurso
anterior afirmativo) son una de las herramientas fetiche chez
Borges 73: Nadie lo vio desembarcar en la unnime noche,
nadie vio la canoa de bamb (Las ruinas circulares),
Toda esa noche no dorm (El inmortal), La candente
maana de febrero en que Beatriz Viterbo muri, despus de
una imperiosa agona que no se rebaj un solo instante ni al
sentimentalismo ni al miedo, not que (El Aleph).

72
Freud, 2013.
73
Borges, 2011.

152
Consigna 49: Desarrollar una historia en la que haya un
final abierto.

Mala suerte

Un muchacho, de aproximadamente veintids


aos, viene caminando por Cochabamba con los
hombros levantados, las manos en los bolsillos y la
cabeza gacha. Viste una campera de jogging gris claro
con capucha, jean gastado de botamangas desflecadas
y zapatillas coloridas con suela gruesa. Llega a la
esquina de Belgrano, mira hacia los lados y comprueba
que nadie viene (circunstancia lgica a las tres y media
de la maana de un martes). De golpe, sale corriendo
hacia una casa y salta. Queda colgado del borde de la
pared que da a un patio, la trepa con rapidez y se lanza
hacia el interior. Suena un tiro, las luces empiezan a
encenderse.

En Mala suerte, se verifica, tal como lo postula la Consigna,


la existencia de una historia con final abierto, porque el lector
no puede darse cuenta de quin es el ejecutor de ese tiro y de
quin es la vctima, en todo caso, que lo recibe. Si bien al
principio apareca un Narrador ms o menos omnisciente,

153
cuando dice comprueba que nadie viene, luego ese Narrador
se vuelve dosificador, es decir, retacea informacin. Es uno de
esos textos en los que, evidentemente, a la hora de la lectura,
uno puede formular distintas conjeturas. Si uno habla sobre
finales cerrados versus finales abiertos, nos damos cuenta
rpidamente de que los finales cerrados, entonces, estn
presentes en aquellas historias, en aquellos textos, en
aquellas digesis, en donde el Narrador es altruista con el
narratario o el lector. Es decir, brinda los datos como si se
tratara de un cuento tradicional con su correspondiente
conclusin. En cambio, cuando se consigna la redaccin de
un texto con final abierto, estamos ante la presencia de un
Narrador que, como decamos antes, retacea, dosifica,
esquiva la informacin, los datos al lector. As, es un tipo de
relato en que el Narrador no se vincula de manera solidaria
con aquel. En consecuencia, el lector tiene que llevar adelante
una actividad cognitiva que es la de hipotetizar qu pudo
haber sucedido. De todos modos, el lector puede volver al
texto y rastrear ciertas marcas, que son los indicios, que en
todo caso le podran llegar a sugerir qu sucedi, ms all de
la parquedad, del silenciamiento del Narrador.
Esto es: la lectura constituye una actividad cognitiva en la que
los lectores llevan adelante muchas operaciones. Es decir, en
muchos textos, promediando su desarrollo, naturalmente
surge la pregunta de qu va a pasar, qu puede pasar en el
decurso diegtico. Consciente o inconscientemente, el lector
responde, quiz, formulando distintas alternativas. En este
caso, la necesidad de conjeturar opera en el mismsimo final.

154
Consigna 50: Redactar un texto en el que se verifique
una analepsis.

La noche

Termina el precalentamiento. Se pone la bata y


sigue saltando para no enfriarse. Se para frente a la
puerta del vestuario, lo rodean, lo alientan. Abren y el
equipo grita. Se meten en un pasillo en penumbras, el
primer paso lo da en Margarita: fue la sorpresa de
entender que los otros no pegaban como l. Segundo:
tomarse en serio. Victor Ortiz. Victor Cayo. Amir Khan.
Jess Soto Karass. Josesito Lopez. Adrien Broner. La
primera vez con l. Llega al final del pasillo oscuro, lo
enfoca un reflector y estalla el MGM. Chi-no! Chi-no!
Chi-no!

Grard Genette 74 analiza el orden de los acontecimientos de


un relato y, en funcin de su concordancia con la historia,
distingue el Relato Lineal, que se da cuando el orden de los
sucesos relatados coincide con la historia, y el Relato
Fragmentado, cuando ello no sucede. La noche es un relato
fragmentado, ya que, promediando la mitad, el Narrador

74
Genette, 1989, 1998.

155
efecta un racconto de la carrera boxstica del Chino
Maidana. Se produce una alteracin en el orden del relato que
consiste en un retroceso en el tiempo, enunciando los
antecedentes para llegar a esa noche. Este tipo de alteracin
del orden se denomina analepsis, concepto exactamente
opuesto a prolepsis, categora ya vista en la Consigna 30
(confrntese este par conceptual con la dada que se emplea
en el momento de hacer referencia a textos pertenecientes al
discurso audiovisual: flashback/flashforward).

156
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160
ndice
Consigna 1: Narrador Vocero
Nosotras sabemos.. 15
Consigna 2: Nosotros exclusivo
Ha sido un gusto 21
Consigna 3: Narrador Testigo
Con la leche templada . 23
Consigna 4: Metatexto: Refocalizacin
De las buenas intenciones . 27
Consigna 5: Informantes espaciales: Configuracin de un
espacio urbano
Seiko ... 31
Consigna 6: Creacin de una voz: Variacin de las Formas
pronominales
Estamos de acuerdo 33
Consigna 7: Juego de sonidos: Repeticin de palabras con la
misma letra inicial
Cuestiones con C . 37
Consigna 8: Relato Enmarcado
Historia . 41
Consigna 9: Unidades integradoras: Uso de indicios
Cerraron sus ojos . 45
Consigna 10: Metatexto: Texto desde una noticia periodstica
Argentina de mi corazn . 49
Consigna 11: Figura retrica: La enumeracin catica
Sptima dimensin . 53
Consigna 12: Narrador polticamente incorrecto
;) 59
Consigna 13: Escritura y reescritura: Finalizar la narracin
con el ttulo
Azul, rojo, negro Versin I
Azul, rojo, negro Versin II 63
Consigna 14: Focalizacin: Narrador Ingenuo
Comportamiento . 67
Consigna 15: Unidades Integradoras: Describir un espacio
urbano usando indicios
Sector abierto 69
Consigna 16: Uso y abuso de recursos: Tecnolectos
Teora de la relatividad Versin I 71
Teora de la relatividad Versin II... 73
Consigna 17: Disparadores: Inicio shockeante
Arsenal 77
Consigna 18: Historia y Relato: Descripcin de una pelea
El Rolo . 79
Consigna 19: Puzzle de un mensaje: Mensaje cifrado
666, secreto y clave 81
Consigna 20: Nivel diegtico: Las impresiones que despierta
ver un cadver
Rostro .. 83
Consigna 21: Factores contextuales: Narrador con registro
vulgar
El saludo no se le niega a nadie 85
Consigna 22: Duracin del tiempo: Tiempo del relato igual al
tiempo de la historia
Manzanas 87
Consigna 23: Nivel diegtico: Un discurso con ideologa
etnocntrica
Ingratitud 91
Consigna 24: Metatexto: Narracin basada en una obra
preexistente
El brillito . 93
Consigna 25: Nivel diegtico: Texto inspirado en el mundo
oriental
Polisndeton... 95
Consigna 26: El final en el cuento: Historia con rasgos
perversos
Una cena. 97
Consigna 27: Uso de Narradores Mltiples
Desalmado o desencantado? 101
Consigna 28: Intertextualidad: Iniciar el relato con un fragmento
conocido
Mi tnel 107
Consigna 29: Contextualizacin y discurso: Uso de localismos
El aparecido. 109
Consigna 30: Alteracin del orden del relato: Prolepsis
Puente Saavedra 111
Consigna 31: Estrategia narrativa: Fusin temporal
Ventana 113
Consigna 32: Nivel diegtico: Hablar sobre un continente pero
no del contenido
El mensaje Versin I. 115
El mensaje Versin II 116
Consigna 33: Figura retrica: Hiprbole
Esfericidad.. 119
Consigna 34: Nivel diegtico: Personaje que pierde el empleo
Mam y mi camisa de florcitas azules 121
Consigna 35: Disparadores: Iniciar el relato con una frase fija
Palabritas 125
Consigna 36: Factores contextuales: Uso de lenguaje procaz
Encuentro higinico. 127
Consigna 37: Nivel diegtico: Un homicidio, con nios
involucrados
Ratas.. 129
Consigna 38: Nivel diegtico: Un individuo discurre sobre su
sesin de psicoanlisis
Experiencia.. 131
Consigna 39: Nivel diegtico: El momento de una confesin
religiosa
Sin pecado concebida 133
Consigna 40: Narrador Protagonista
Subcampeonato 135
Consigna 41: Nivel diegtico: Descripcin de un hecho
discriminatorio
Purple Disco 137
Consigna 42: Tiempo Narrativo: Relatos Singulativo, Iterativo y
Reiterativo
Amasijo 139
Consigna 43: Relato humorstico
Malaria. 141
Consigna 44: Relacin Autor/Narrador: Narrador flagrantemente
distinto al autor
Volar en mil pedazos 143
Consigna 45: Un relato articulado, preponderantemente, en
tiempo futuro
Maana. 145
Consigna 46: Juego de vocablos: Repeticin de un mismo
trmino a lo largo del texto
Chiquita.. 147
Consigna 47: Anticipo!: Iniciar un texto con el desenlace
Injusto? 149
Consigna 48: Recurso: Texto plagado de negaciones
Claro que no . 151
Consigna 49: Recurso: Historia con final abierto
Mala suerte 153
Consigna 50: Alteracin del orden del relato: Analepsis
La noche. 155
Bibliografa 157
Este libro se termin de imprimir
en Noviembre de 2014

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