Folklore 17 Catamarca
Folklore 17 Catamarca
Folklore 17 Catamarca
FOLKLRICOS
REDACCIN
Daniel Antoniotti
Jos de Guardia de Pont
Ral Chuliver
Ral Lavalle
n 17 - 2017
Publicacin auspiciada por la Academia del Folklore de Salta
Este nmero tiene escritos sobre Catamarca
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NDICE
Presentacin p. 3
Minucias folklricas p.
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PRESENTACIN
3
CATAMARCA: CAMINO Y LEYENDAS
DEL FOLKLORE
RAL CHULIVER
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Ral Chuliver, autor de este artculo,
en las Ruinas del Shincal
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Tiene dos centros que agrupan a la poblacin en torno a sendas
plazas con sus iglesias. Hoy hay un gran cultivo de nogal, esta es su
principal actividad econmica. A tal punto que en el mes de febrero se
realiza la Fiesta Provincial de la Nuez. En el 2014 se realiz la 30
edicin y estuvieron Horacio Banegas, Los Hermanos Miranda y Los
Changos, entre otros.
En Beln, pueblito tranquilo, apacible, en casi todas las casas
hay un telar donde la mujer, y a veces toda la familia, trabaja en la
confeccin de los inigualables ponchos de vicua, de los puyos (manta
gruesa) de llama, de las mantas de alpaca. En esta zona se encuentran,
segn me decan los lugareos, las mejores teleras. La lana es
previamente hilada en el hueso de hilar.
Hay dos momentos en el proceso del hilado: lana en proceso del
hilo con cadejo en el extremo y, en el otro, con hilo en proceso de
torsin, el movimiento que se imprime al uso para hacerlo girar se
denomina tincar. Pudimos observar una artstica colcha de lana de
oveja, bordada luego en bastidor de madera y terminada en reja. El
muchacho ovillador; a la izquierda, el flequero, para realizar el fleco de
las prendas. Este arte autctono ha caracterizado a las belenistas como
las hadas hilanderas de reconocida fama. As es que Manuel Jos
Castilla escribe, con msica de Eduardo Fal, Tejedora Belenista,
hermosa zamba que tengo el gusto de interpretar.1 Uno de sus versos
dice:
1
Ral Chuliver, adems de estudioso del folklore, es cantor y concertista de guitarra.
[Nota de la Redaccin]
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En su prlogo, Lafone Quevedo usa por primera vez en la Argentina la
palabra folklore. As resalt el carcter folklrico de su obra; escribi un
apndice consagrado al Chiqui: es el padre de los sacrificios, el dios del
infortunio. Tambin expres, entre otros conceptos, su intencin de
rescatar todo cuanto se relacionara con los usos y costumbres del
folklore y tradiciones que van desapareciendo. El libro contiene
captulos que resean la conquista y la evangelizacin de esas comarcas,
descripciones geogrficas y datos concernientes a materiales y
yacimientos arqueolgicos. Por ejemplo, en una de sus Cartas se
refiere a los restos de pircas indgenas en un lugar llamado La Puntilla,
(lugar que visit); se encuentra a unos 10 km de Londres, y a unos 5 km
de Beln.
Lafone Quevedo era un hombre visionario, que supo valerse de
todos los recursos de esta tierra. Para su vocacin cientfica, la gran
riqueza antropolgica fue su filn de oro. Para sus otras vocaciones, ms
pragmticas, la minera y la vinatera fueron sus otros intereses. Escribi
tambin Tesoros de catamarqueismos.
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Juan Alfonso Carrizo public en 1926 el Cancionero Popular de
Catamarca, que contiene 156 romances y canciones (la mayor parte
dcimas) y 1477 coplas, adems de rimas infantiles. Recorra esta
provincia recogiendo los saberes del pueblo, contenidos en relatos y
versos que el espigador anotaba con fruicin inenarrable. Ese era su
trabajo y la importancia de la cultura popular manifestada en cuentos,
adivinanzas, coplas, relaciones, leyendas, casos y otras manifestaciones
de la literatura oral que los viejos cuentan a los chicos y no hay que dejar
que se olviden.
La flor del cardn es una de las leyendas hermosas de estas
tierras. Segn se cuenta, un nativo se enamor de la bella hija de un
cacique, pero el padre se opona a tal pretendiente; con lo cual el joven,
en una noche de luna, rapt a la indiecita, ante la negativa fuerte del jefe
de la tribu. Al conocerse la novedad, fueron perseguidos por las huestes
guerreras corriendo toda la noche hasta aclarar el da. En esa ocasin, al
llegar al lugar de cardones, el camino se estrech y las espinas
lastimaron a los enamorados, cuya sangre qued en los cuerpos
gigantescos de los punzantes vegetales. Por suerte lograron salvar la
situacin, la pareja se alej para siempre. De esta historia se cuenta que
la sangre de la cabalgadura y jinetes se prendi aquel da de las espinas
y, al amanecer, se encontraron las flores blancas que anunciaran por
siempre la proximidad de lluvias y tiempos de cosecha.
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El manto verde se disipa tmidamente a un costado de la ruta, en
un inesperado claro de la sierra de Ambato que expone, a cielo abierto,
los cimientos del Pueblo Perdido de la Quebrada. De la serie de
excavaciones realizadas desde 1990 por cientficos de la Universidad
Nacional de Catamarca, salieron a la luz restos de cuarenta recintos,
diseados alrededor de una plaza. Es uno de los inestimables legados de
la originaria cultura aguada, desarrollada aqu entre los siglos III y V.
Las huellas de la antigua ciudadela permanecen en un sector semirido,
abrigado por arbustos y centenarios cardones de ms de 10 metros de
altura. Unos metros abajo del sitio arqueolgico al que se sube por un
sendero de piedras, el Centro de Interpretacin revela la habilidad de
los artesanos prehispnicos para fabricar objetos de alfarera, hilar, tejer
con lana de vicua y llama, tatuar sus cuerpos y producir metales. El
yacimiento data de unos 1800 aos de antigedad. En la foto se puede
ver el recinto de las habitaciones, sus muros de piedra sin argamasa.
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De la Zamba de Ambato, que tiene msica de Delia Cazenave y
letra de Jorge Vera:
Vea, padrecito desde esta maana qui antrao por primera vez a la
iglesia y quedao prendao de San Pedro y yo estoy seguro que el santito
tambin de m.
El Padre le dice: Eso pasa en todas las almas buenas.
Mire padrecito el caso que yo me lo quiero llevar al santito.
Eso no es posible, seor.
Pero Padre, yo lo compro, yo s que San Pedro quiere venir conmigo.
No es posible, seor.
Padrecito, l me ha dicho, cuando lo miraba, que yo lo llevara.
l, lo que le ha dicho, es que lo llevara en su corazn de creyente.
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interpret que ese era el lugar elegido por el santo para quedarse. Y all
se construy el templo por 1770. La fiesta de San Pedro tiene lugar el 29
de junio.
RAL CHULIVER
Polo Gimnez
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EL PATRIMONIO CULTURAL
FOLKLRICO DE CATAMARCA
1
El autor es Director de la seccin Catamarca del COFFAR, Consejo Federal del
Folklore de Argentina.
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Teatro, lidios de toros, carreras de sortija, competencias de
destreza, comedias, saraos espaoles, zapateados, canto flamenco,
poesas, bailes multitudinarios, canto y danzas. Pero Catamarca a travs
de los siglos sigui avanzando culturalmente, lo que produjo el gran
despegue antes del aos 1930, con la aparicin de jvenes cultores, los
que fueron favorecidos por su mirada aguda y una exquisita sensibilidad.
Manuel Acosta Villafae, junto a su hermano Carlos, ambos de Santa
Mara, y junto a un grupo de cantores y guitarreros, se traslad a Buenos
Aires. Fueron portadores de canciones, comidas tpicas, vestimenta,
costumbres, el sentir catamarqueo.
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El interior provincial tambin cuenta con autores destacados:
Ramn Antonio Gringo Sierralta, Lito Reinoso, Don Corazn Seco, en
Tinogasta. El Rubio Herrera, de Beln, El Indio Uribio, en Andalgal;
que nos legaron temas como, La Belicha, Llevame pAndalgal, La
Tinogastea, Recuerdo de mis valles, y tantos clsicos de nuestro
cancionero.
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Dentro del rico patrimonio contamos con los dioses
catamarqueos, la cultura popular, la ciencia del folklore, las comidas y
bebidas tradicionales.
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PASEOS CATAMARQUEOS
RAL LAVALLE
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En la foto de arriba puedes ver, amigo lector, esa cortada bajo el
cielo azul. Camin hasta el fondo de la misma y me encontr con un
suerte de bien blanqueado (en realidad, de celeste) conventillo.
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Pero en cualquier lugar siempre vamos a encontrar a Grecia y a
Roma eternas, incluso en esta tierra de folklore y tradiciones muy
distintas. La huella del mundo clsico ya se sabe que la vemos en la
arquitectura y en todas las artes y ciencias, pero me permito llamar la
atencin sobre pequeeces, como cierto establecimiento de hospedaje
llamado Urbanus / Suites. Si bien la segunda palabra es francesa,
tambin romana, porque se relaciona con el verbo sequor, seguir. Pero
ms seguido, valga la redundancia, vemos farmacias latinas, porque
una cadena catamarquea se llama Minerva, cuyo logo muestro.
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Me demoro todava un poco ms en ir al folklore, porque mi
visin literaria gusta de detenerse en balcones y en imaginar que bellas
amadas se encuentran en ellos. Entonces, he aqu un balcn
catamarqueo, aunque sin seorita en l.
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Pero ahora una pasadita por la historia, pues mi visita fue durante
el mes de julio, justo el ao del Bicentenario. La ciudad adhiri, entre
otras cosas, con una pared de la Casa de Tucumn, como se ve en la foto
que obtuve, gracias a la Red, de un diario local.
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La legislatura catamarquea tiene, en un parque a su entrada, una
peculiar estatua de Felipe Varela, hecha con deshechos metlicos. No
entrar en temas histricos y polticos, pero s puedo recordar la
importancia que ha tenido este personaje en el folklore. El carcter
ecuestre y brioso de la obra imprime vivacidad, lo cual cuadra muy bien
con aquello de: porque Felipe Varela / matando llega y se va. Sobre el
matando, el profesor ngel Carrizo me explica que hay otra
interpretacin: vale decir, a toda velocidad, no necesariamente con
intencin de asesinar. En fin, Varela y Taboada protagonizaron la batalla
de Pozo de Vargas, pero Polo Gimnez ensalz de modo magistral, en
Paisaje de Catamarca, un lugar muy bello. Mi foto no le hace justicia,
pero recomendamos la visita:
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Intento deca escribir sobre cosas folklricas y sobre paisajes.
Pero me arrepiento, porque tal tarea es titnica. Hay cerros y valles
maravillosos que nos hacen revivir las bellas canciones de nuestro
acervo. En ellas se habla de majaditas de ovejas y de cabras, que no son
tan fciles de ver cerca de la capital. No obstante tuve suerte y apareci
un rebao de negros cabritos en las sierras que rodean la gruta de la
Virgen del Valle. Pero all haba otro animalito, el que ves en la foto de
abajo, querido amigo.
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Sin duda debo sacarme el sombrero ante Juan Alfonso Carrizo,
uno de los padres de nuestro folklore. Tambin ante Luis Franco, una
suerte de Hesodo argentino, quien no solo una en sus letras el mundo
clsico y el suelo nativo, sino tambin en su modus vivendi, pues l
mismo cultivaba la justsima tierra.
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Y qu puedo decir sobre Adn Quiroga, sanjuanino que vivi
mucho tiempo en Catamarca? Este Leonardo de nuestras tierras se
desempe en muy diversas actividades, aunque aqu destaco ms las de
escritor, arquelogo y estudioso del folklore.
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Llegado al final, debo admitir que es cierto lo que se dice acerca
de la necesidad de recorrer en auto nuestra Argentina, pues las distancias
son ocenicas y no hay transporte comunitario para todo rincn. No
obstante, para quien no conduce fuera de los mbitos conocidos (tal, mi
caso), en Catamarca y cercanas hay muchos paseos que se pueden hacer
con colectivos de lnea y con bastante de caminata junto a los cerros.
Quiera Dios que estas lneas muevan a alguien a visitar esta tierra de
folklore y gran cultura.
RAL LAVALLE
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DOS HIMNOS CATAMARQUEOS
DE POLO GIMNEZ
RAL LAVALLE
Paisaje de Catamarca
con mil distintos tonos de verde:
un pueblito aqu, otro ms all
y un camino largo que baja y se pierde.
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Huelgan las palabras, si deseo referirme a la segunda estrofa, un
cuadro perfecto de un rancho provinciano; solo que estas higueras no son
como la del Evangelio. Ms an, acepto la invitacin del poeta y me
siento sobre un tronco. Y otra vez mi mate cocido, unos pancitos con un
riqusimo dulce casero de higo, quesillo y el perrito se levanta y viene
a saludarme. Y, ms tarde las cabritas saltarinas (lascivas, podra haber
dicho un poeta latino) me aceptan gustosas un manojo de yuyos que les
ofrezco feliz.
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Veo la cuja, el brasero, el telar,
la paila icobre, el huso de hilar,
y en la batea, con puyos tapado,
est leudando el amasijo para hacer el pan.
Me veo chango en el patio jugar
y al caschi moto mirarme y torear;
oigo a mi mama, fregando la olla
para hacer el guaschalocro, cantar y cantar.
el aljibe de mi casa
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Y suspendo lo que hago y voy a la planta baja, al fondo del largo
pasillo (vivo en un edificio de departamentos que casi naci con el siglo)
y me pongo a dar vueltas alrededor del viejsimo aljibe del viejo jardn.
Y me viene el deseo de escribir:
Si de mritos se trata,
muy poco es lo que yo puedo,
pero el cario remedie
lo que no pueden mis versos:
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catamarqueo ser,
al menos en el deseo;
que tus bellezas inspiren
a poetas verdaderos;
yo pasar como el ro,
sus cantos sern eternos.
Y pido perdn por una ltima cosa: hay varias versiones muy
buenas de estos dos himnos catamarqueos pero, de todas ellas, elijo
la de Toms Campos. Sirvan estas lneas tambin para recordarlo.
RAL LAVALLE
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MINUCIAS FOLKLRICAS
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Adems sigui mi amigo en San Fernando, la ciudad capital,
hay un restaurante Richmond, en la calle Repblica al 500, muy
frecuentado por sus parroquianos.
A la mesa de un boliche
se sentaron dos changuitos
y recordaron al Chango
de todos ms conocido.
Es el que hizo las Noches,
recordaba Don Carrizo.
Y apuraban entre copas
aires y versos sentidos.
EUFRASIO LPEZ
Ftbol catamarqueo
No s tanto de balompi pero creo que Catamarca no es una
provincia con equipos destacados en ese rubro. Tal vez, algn futbolista
(pienso en Cata Daz). Pero el otro da el popular cmico Rolo Villar, a
propsito de un csped muy deteriorado, dijo: A la cancha del club Los
Bagres la llaman Paisaje de Catamarca, porque tiene mil distintos tonos
de verde. Siempre es bueno recordar a Polo Gimnez y su tema, una
suerte de himno catamarqueo. Pero otra relacin, pues en nuestra
provincia hay fuerte presencia quechua y la palabra cancha justamente
viene de all.
R.L.
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