Fonetica PDF
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Nmero 1 (2010): 13 - 42
Resumen
En este trabajo se analizan los aspectos ortogrficos y fonticos ms
significativos del peridico ministerial y poltico la Aurora de
Chile, dirigido por Camilo Henrquez y redactado por numerosos
colaboradores, que apareci semanalmente en 1812 y 1813. Dicho
peridico posee un indudable valor documental no solo por ser el
primer impreso relevante de Chile, sino por tratarse de un corpus
amplio, compuesto por noticias nacionales e internacionales de
diversa ndole, que refleja perfectamente las preocupaciones
ideolgicas del movimiento independentista.
Palabras clave: espaol americano, Aurora de Chile, ortografa,
fontica.
Abstract
This paper analyses the most significant orthographic and phonetic
aspects of Aurora de Chile, a ministerial and political newspaper
published weekly during 1812-1813, which was directed by Camilo
Henrquez and written by many contributors. This newspaper has an
enormous documentary value, not only because it is the first relevant
newspaper in Chile, but also because it constitutes a large corpus,
which is made up of national and international news of various kinds,
and which clearly reflects the independence movement ideological
concerns.
1. Nota introductoria
1
Los ejemplos que se extraen del peridico sern indicados en este trabajo con la
numeracin entre parntesis de la pgina correspondiente. La mayora de las alusiones
pertenecen al ao de 1812 y son solo algunos casos puntuales, que aparecern debidamente
marcados, los que se han tomado de los nmeros de 1813. Se ha utilizado la abreviatura p
para indicar que se trata del prospecto.
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2. Ortografa
2
El problema bsico que se plantea con esta grafa y con las que veremos a continuacin es,
como seala el Autoridades, la existencia de varias letras para representar sonidos ya indistintos
desde hace varios siglos: porque aun dado el caso de que todos hablen y pronuncien de un
mismo modo y sin la menor diferencia, no es dable que en muchssimas palabras se pronuncien
tan distinta y separadamente las mismas letras de que se componen que se conozca por sola
la pronunciacin quales son y de que modo se deben escribir (...) hasta ahora ninguno, por
ms vivo que tenga el odo, ha podido distinguir por la mera pronunciacin de estas voces
cuenta, qestin, cueva, eloqencia, freqencia, pescuezo, quanto, qual, cuajo, quales son
con C y quales con Q ... (LXVIII).
3
Obsrvese el lenguaje gramaticalmente arcaico utilizado por la Academia en esta cita con
el uso de se liquida, as como tampoco es objetiva la referencia fontica a la pronunciacin
suave de la /k/ en qual.
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4
De todos los ejemplos aportados, solo la forma ebaqu no tiene q en su timo latino.
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Son escasas las formas con c: recelos (1p, 186), recela (132), celosos (4, en 1813).
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Parece un desliz de la Academia la inclusin de este segundo ejemplo con la grafa c,
puesto que zizaa forma que recoge Covarrubias ((1611) 1979) es el nico registro que
aparece en el diccionario acadmico hasta 1869, cuando se incluye ya la forma actual (NTLLE).
Sin embargo, Terreros opta por sealar: Z, antes de e, i. V. en C, con lo que nicamente
aparece el registro cizaa. Corominas (1954) indica que procede del latn tardo zizana,
-rum, y esta, a su vez, del griego , y que en castellano antiguo tena dos zz sonoras
que an hoy se conservan en judeoespaol.
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A pesar de sealar en esta ocasin la igual pronunciacin de ambas grafas, la Academia,
como seala Rosenblat (1971: 78), no parece muy convencida de la equivalencia fnica de ce
y ze en la Ortografa de 1815, donde se explica la articulacin de la z como la aproximacin
de la parte anterior de la lengua a los dientes no tan pegada como para la c, sino de manera
que quede paso para que el aliento o espritu, adelgazado o con fuerza, salga con una especie
de zumbido (58, 59). No es de extraar, por tanto, que hubiese gramticos en el siglo XIX
que se empearan en imponer la distincin, como don Mariano Jos Sicilia, profesor de
Filosofa moral y de derecho que sostuvo tenazmente que se pronunciaban de manera distinta
celoso, de celo (celoso cumplidor de sus deberes) y zeloso, de zelos (un novio zeloso)
(Rosenblat 1971: 78).
8
A pesar de lo que recomendaba la Academia en su Orthographa (1741?: 147): Quando
los nombres en nmero singular acaban en z y en el plural se terminan en ces, esta slaba se
escribe con c, como felices de feliz, veces de vez y lo mismo sucede en los derivados y as
felicidad de feliz, capacidad de capaz.
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9
La explicacin reside, de nuevo, en el fuerte carcter conservador que poseen los nombres
propios, como comenta Rosenblat (1971: 71,72) en su captulo Yrigoyen o Irigoyen?: Los
nombres propios son ms reacios que las voces corrientes a la acomodacin ortogrfica (en el
siglo XIX todava se escriba Buenos Ayres o Maracaybo). Y los apellidos an mucho ms.
En parte porque ha surgido en los ltimos tiempos el orgullo del apellido, y se hace cuestin
de honor mantenerlo en su supuesta pureza ancestral.
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Sin embargo, aparece tambin la palabra reino con la grafa actual (48), lo que puede
deberse a que la palabra est inserta en una carta de Espoz y Mina, guerrillero espaol quizs
perteneciente a una tradicin escrituraria ms innovadora.
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Los propios acadmicos obviaron esta recomendacin en otras obras, como ponen de
manifiesto las siguientes palabras: Quando la y que se sigue a otra vocal se pronuncia unida
con ella, formando casi diptongo, se escribe con y griega en la mayor parte de las voces, como
ayre, donayre, muy, ley, reyno (Orthographa 1741?: 173).
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Mui es la forma que aparece en Autoridades y Terreros, mientras que el adverbio con
la grafa usada actualmente se empieza a registrar a partir de 1780. Menos sistemtica es la
escritura del vocablo hoy: en Terreros est recogida como oi y en Autoridades con la forma
oy (y precisa sobre la h: Viene del latino hodie, por cuya razn parece se deba escribir con
h, pero el uso comn lo escribe sin ella).
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Esta misma forma se encuentra tambin en el Manifiesto que hace a los pueblos de
Chile Jos Miguel de Carrera (1818: 38).
14
No obstante, la i latina en ningn caso se ha utilizado para representar la conjuncin
copulativa, algo que s se encuentra en el Manifiesto de Carrera (1818: 34), concretamente
en un conector oracional (en mayscula).
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En el Manifiesto de Carrera (1818: 18) aparece la forma segan seguan. Estos casos
podran interpretarse como faltas ortogrficas si quienes las cometieron se hubieran formado
con la ortografa de la Academia, lo que no es nada seguro; de ah que haya que considerarlas
simplemente fluctuaciones grafemticas que perviven hasta que se hace sistemtica la
enseanza de la reglas acadmicas.
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Hasta ahora ninguno, por ms vivo que tenga el odo, ha podido distinguir por la mera
pronunciacin de estas voces (...) agente, consejero, aloxa, ximia, xabn, enxambre, paja,
page, quales son con G y quales con J y quales con X (Autoridades: LXVIII).
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La imposicin de esta x con criterio etimolgico (pronunciada como /h/) coincidi con
la recuperacin de la x en latinismos como examen, extrao (con la pronunciacin /ks/ o /gs/),
por lo que haba una grafa que representaba dos sonidos diferentes. En 1741dato que aporta
Rosenblat (1971: 54) la Academia intent resolver el enredo colocando en los cultismos
con x un acento circunflejo en la vocal siguiente a dicha x, lo que puede justificarse con la
aparicin en la edicin de 1780 de formas como excto, exmen, etc. (NTLLE). Fue en la 8
edicin de la Ortografa (1815) y la 5 del Diccionario (1817) donde la Academia adopt el
criterio actual, es decir, reservar la x para los latinismos en los que se deba pronunciar /ks/
y la j para los casos en los que se pronunciaba /h/. No obstante, en la Aurora chilena todava
aparece de forma muy aislada alguna palabra con acento circunflejo en la vocal siguiente
a la x latina: exneramos (27), exstencia (28) auxliar (47), reflexones (48).
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Rosenblat (1971: 55) en su captulo titulado precisamente Mxico o Mjico? ilustra
este conservadurismo con ejemplos que aparecen en nuestro corpus: Pero los nombres propios
son ms conservadores que las voces corrientes. Y ms que los nombres mismos, la letra de
los nombres. El antiguo apellido Mexa (de Mesas) todava lo usan algunas familias con x.
Xrez se us bastante en el siglo pasado. En cuanto al mantenimiento de esta grafa antigua
en los topnimos, el mismo autor (57) recoge la opinin que al respecto manifest Unamuno
al sostener que no vea por qu Mxico deba tener el privilegio de conservar una grafa (a la
que llam equis intrusa) que en otros muchos vocablos ya se haba eliminado: Ha de ser
Mxico ms que Guadalaxara en esto? Sobre todo, igualdad ante la ley.
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As, al hablar de la b dice: Tiene esta letra en nuestra lengua tan grande hermandad con
la v consonante en el modo de su pronunciacin, que apenas las distingue el odo (525), y al
tratar de la v: Su pronunciacin es casi como la de la b, aunque ms blanda, para distinguirla
de ella (405).
20
El uso de la b y de la v causa mucha confusin, nacida de que los espaoles, como no
hacemos distincin en la pronunciacin de estas dos letras, igualmente nos hemos valido ya
de la b, ya de la v, sin el menor reparo (LXXII).
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De hecho, en la Ortografa de 1820 (51) afirmaba la Academia: El confundir el sonido
de la b y de la v, como sucede comnmente, es ms negligencia o ignorancia de los maestros y
preceptores, y culpa de la mala costumbre adquirida con los vicios y resabios de la educacin
domstica y de las primeras escuelas, que naturaleza de sus voces; las cuales conocen y
distinguen perfectamente los extranjeros que las pronuncian bien, y entre nosotros valencianos,
catalanes y mallorquines, y algunos castellanos cultos que procuran hablar con propiedad su
lengua nativa, corrigiendo los vicios vulgares o de la mala educacin.
22
Formas como nuebo (1), esclabitud (1), soverano (2), serbir (14), save (14), atrebido
(21), vandera (25), arrivaron (33), actibo (36), lebantar (39), todaba (49), jbenes (81),
cavezas (159).
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23
Sin embargo, esta ltima voz se registra ya con b en el pie de imprenta de todos los
nmeros.
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La n nunca puede ponerse delante la m, b, p, antes, en los tales lugares, siempre avemos
de poner m en lugar de n, como en estas ediciones: ombre, emmudecer, emperador. Lo cual
acontece por que donde se forma la n, que es hiriendo el pico de la lengua en la parte delantera
del paladar, hasta donde se forman aquellas tres letras, ai tanta distancia, que fue forado
passarla en m, cuando alguna dellas se sigue, por estar tan cerca dellas en la pronunciacin
(Nebrija (1492) 1980: 132). Sin embargo, Valds ((c.1535) 2003:179), tan innovador en
otros aspectos lingsticos, opta en este caso por admitir las dos grafas: M. Qu parecer es
el vuestro acerca del poner m o n antes de la p y de la b? / V. Por mi fe, en esso tanto nunca
ser muy supersticioso; bien s que el latn quiere la m, y que a la verdad parece que sta bien,
pero como no pronuncio sino n, huelgo ser descuidado en esto, y ass por complir con la una
parte y con la otra, unas vezes escrivo m, y otras n.
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La escritura de la preposicin sin h es frecuente en este perodo, como constata
Autoridades, que remite a la forma con h y seala: Esta voz se halla usada muchas veces
sin la h; pero atendiendo a la etymologa que la da Covarr. de la palabra haz, y traherla con
h Nebrixa, el P. Salas y otros diccionarios, y hallarle del mismo modo en muchos autores
clsicos antiguos, se debe escribir con ella. Esta forma sin h aparece hasta 1791 y alude a la
forma hacia, del mismo modo que Terreros.
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patente cuando en una misma pgina aparecen dos formas distintas, como
ocurre con el extranjerismo sares/hsares (187)26. En otras ocasiones, la
diferenciacin no estaba clara ni siquiera en las obras de referencia, lo que
sucede con hierro-yerro, que Bello propona distinguir segn su significado27,
a diferencia de la Academia y Terreros 28.
Todos estos casos de confusin se explican fcilmente si se tiene en
cuenta que la h ya era desde haca siglos un signo meramente grfico para
quienes no aspiraban, mientras que era letra con referencia fontica para los
aspiradores, aunque a comienzos del siglo XIX la aspiracin haba perdido
mucho terreno y, sobre todo, su antiguo prestigio social. A este respecto, Oroz
(1966: 123) observa la escasa existencia frente a pases como Argentina,
Ecuador o Mxico de huellas de la h aspirada en textos chilenos que reflejan
el habla popular.
3. Fontica
26
La forma hsar aparece registrada en el DRAE por primera vez en 1803.
27
V. pg. 11 (b/v).
28
Desde la edicin de 1780 a 1791, la Academia recoge la entrada yerro con el significado:
Por metal. V. hierro, al igual que Terreros, que, adems de esta entrada, incluye la de
hierro: error, falta, culpa, V. yerro. En nuestro corpus aparece hierros con el significado
de equivocaciones, como puede extraerse por el contexto: Yo pido indulgencias para mis
hierros, que jams sern intencionales (166). De este modo, tampoco parece extrao encontrar
yele (67) en lugar de hiele.
29
No obstante, hay que ser cauteloso e insistir en la posibilidad de que ciertas modificaciones
observadas en algunos trminos se deban a meros errores de imprenta creados, sin duda, por
descuido en la escritura o bien en la composicin grfica, y no a procesos fonticos.
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3.1. Vocalismo
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Como sin duda son los ejemplos siguientes: pantonosos (18), quedradas cuadradas(49),
eleboracin (163), seministrarn (163), espicies (165), enquantra (53), Amrica (57),
imprmase (152), verismil (186).
En otras ocasiones puede apreciarse la eliminacin de letras vocales en palabras como hermo-
cer hermosear (18), siguintes (25), septembre (61), Mediterrano (188), inutilzadas (91).
Adems, aparecen en nuestros textos palabras con reduplicacin de grafas vocales en
trminos como confiiscasin (150), hicieroon (91), fiin (111), baaha (138), o bien con la
introduccin de una vocal diferente quizs por contaminacin con una vocal posterior:
parrioquiales (136), lograisteis (182). El caso de auctual (18) podra deberse a una vocalizacin
del grupo culto act, que Oroz (1966: 141, 142) ejemplifica a travs del paso de acta > uta,
acto> auto. Suplientes (163) tampoco constituira una errata de imprenta, pues es la forma
que aparece en las ediciones acadmicas de 1803 y 1817, del mismo modo que desapiadada
(158): en Autoridades aparece nicamente esta entrada y en ella explica su origen como
compuesto de la preposicin des y la voz apiadado, mientras que Terrerros da cabida a
desapiadado y despiadado, forma esta ltima que dice ser utilizada por Cervantes en la Casa
de los Celos por desapiadado. Estamos, por tanto, ante una forma arcaica que por primera
vez remite a la forma moderna en 1925 y que aparece hasta el da de hoy en el DRAE sin la
marca diacrnica de poco uso que le aadirn en la edicin de 1983.
31
Tanto Terreros como Autoridades remiten a la forma actual privilegio (privilejio en
el caso de Terreros). La Academia mantiene esta forma arcaica, previlegio, hasta su edicin
de 1803.
32
Distinto caso supondra la forma crimines crmenes, hallada repetidas veces en el
Manifiesto de Carrera (1818: 18, 35) un latinismo nada extrao si se tiene en cuenta la
exquisita formacin que tuvo este poltico, y que llega incluso a rastrearse en 1880 en los
escritos del erudito espaol Marcelino Menndez Pelayo (CORDE).
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3.1.2. Antihiatismo
33
En el Manifiesto de Carrera (1818) aparecen tambin las formas sostituir, sostituirse
(25, 27). Terreros y Autoridades incluyen esta entrada, aunque remiten a substituto. La
Academia mantendr esta forma hasta 1817, fecha en la que sustituto aparecer ya como la
forma estndar.
34
Terreros solo registra la forma actual riguroso, mientras que la Academia mantiene hasta
hoy la forma con o sin ni siquiera introducir marca diacrnica.
35
Terreros ni siquiera registra esta forma; por su parte, Autoridades remite a diciembre y
aade: Es formado del Latino December, por lo que pareca deba decirse Deciembre, pero el
uso ms comn est en contrario. La Academia mantiene hasta hoy esta forma con la precisin
de desusada, a pesar de que ya en la edicin de 1791 se calificaba de forma antigua.
36
Terrero introduce sufocar y sofocar en una misma entrada, mientras que para Autoridades
sufocar se trataba de la variante cultista preferida, una forma que hoy todava tiene entrada
en el DRAE sin marcacin temporal.
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todava descuidos propios del habla vulgar, puesto que en la poca, como
seala Frago Gracia: el modismo an no deba de haber traspasado sino
espordicamente los lmites del mbito popular, pues raramente aparece en
textos de autores cultivados o en el lenguaje formal (2007: 159).
3.2. Consonantismo
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En este sentido, Frago Gracia (2002: 429) aporta los ejemplos de grandes escritores
como Juan del Encina y Juan de Valds, que preferan las formas dino, defeto..., frente a otros
como Torres Naharro que se decantaban por la conservacin del grupo consonntico, lo que
en poesa vena motivado tambin por exigencias de la rima.
38
Sin embargo, los criterios que adopt en este punto la Academia han sido vacilantes a
lo largo de su historia, como seala Rosenblat (1971: 44): A travs de las diez y ocho edi-
ciones de su Diccionario y de las repetidas ediciones de su Ortografa (incorporada luego a la
Gramtica), ha ido acomodndose a las oscilaciones de la lengua culta. Y hoy alternan, en el
Diccionario, setiembre y septiembre, oscuro y obscuro.... Al respecto, este autor recoge una
ancdota curiosa de Unamuno: En uno de sus artculos haba escrito oscuro. El regente de la
imprenta, al enviarle las galeradas, le puso al margen como era tradicin en las buenas im-
prentas espaolas una llamada: Ojo: obscuro. Unamuno contest: Odo: oscuro (45).
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39
A la luz de documentacin de distinta poca, Matus, Dargham y Samaniego (1992: 552)
reflejan perfectamente la evolucin de este fenmeno: Sin embargo, mientras en el siglo XVI
son escasas las formas con grupos cultos, en el siglo XVII se hacen frecuentes y muy abundantes
en el XVIII, por lo que este siglo aparece marcado por la tendencia normalizadora a restituirlos.
La tradicin simplificadora quedara relegada a los niveles socioculturales inferiores, puesto
que ella tiene gran arraigo, en tales estratos hasta hoy (Oroz 1966: 141 ss.).
40
De este modo, seala por ejemplo: En el grupo ortogrfico -cc-, las personas instruidas
pronuncian ks: accin aksjon (122).
41
Al respecto, Oroz explica cmo en la clase media hay una leve relajacin de la n en:
conmigo, mientras que la lengua popular usa comigo; imortal por inmortal (1966: 109).
42
Tambin se halla en el texto chileno occano con doble c (55, 56), forma que fue frecuente
en los siglos XVII y XVIII, como pone de manifiesto el Autoridades: [Ocano] viene del
latino Oceanus, por cuya razn debe escribirse con una sola c, aunque los ms la duplican.
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43
Estas formas proceden de los siguientes vocablos latinos: cmodo < cmmdus, ocupar
< occpare, objeto < objectum, punto < pnctum, extincin < exstincto, suceder < succedere,
costumbre < consutdo. A excepcin de extinccin que solo est registrado en un documento
de B. L. de Argensola, quizs por obedecer a una variacin del timo, todas ellas son formas
que aparecen frecuentemente registradas en el CORDE en documentos antiguos y tambin
en obras del XVIII.
44
Rosenblat (1971: 51) rastrea las normas de escritura de s o x para grafiar el grupo /ks/
y seala: Las dos grafas (x y s) alternaron en los textos acadmicos hasta que el Prontuario
ortogrfico de 1844, y luego la Gramtica de 1864, que incluye por primera vez la Ortografa,
reaccion contra la s.
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45
La forma misto aparece registrada en el DRAE desde 1817 hasta hoy (con la marca de
poco usado). Es a partir de la edicin de 1869 cuando remite a mixto.
46
La misma Academia mezclaba criterios a la hora de seleccionar sus entradas: Al
reimprimir el primer volumen de su Diccionario de Autoridades, en 1770, admiti estrao,
Estremadura, escusado, estrangero, etc., pero tambin explicacin, expresin, expresivas,
etc (Rosenblat 1971: 50).
47
Destreza procede de diestro < dxter (con x lo registra el CORDE en documentos del s.
XVI). Ms controversia plantea el vocablo ansiedad, del que no se puede saber si la grafa x
se toma del latn, pues Corominas (1954) seala que, como es poco frecuente antes de la 2
mitad del s. XIX, es posible que ms que del latn anxitas, venga del francs anxit, y aade:
hoy se lee mucho en el sentido de anhelo, por anglicismo, en la prensa hispanoamericana.
En el DRAE, curiosamente, la forma anxiedad aparece registrada una sola vez en la edicin
de 1933 con el marcador de antigua, y lo cierto es que en el CORDE aparecen registros de
esta forma en documentos de los siglos XV y XVI.
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Distinto es el caso de diminucin (10, 59), forma frecuente en la poca. De hecho,
Autoridades en la entrada disminucin remite a diminucin, y en la forma verbal disminuir
(lat. diminure) seala: Algunos dicen desminuir y otros diminuir.
49
De otra parte, la forma estatstica estadstica (151) puede deberse, como seala
Corominas (1954), a la adaptacin del francs statistique, pues la forma actual entra en el DRAE
en la edicin de 1822. Fueron muchos los vocablos tcnicos que en esa poca penetraron en
la lengua procedentes del ingls y el francs, sobre todo, de ah que aparezcan en estas fechas
formas todava no adaptadas a la fontica hispnica, como la anterior o commodoro (del ingls
commodore, que a su vez viene del francs commandeur comandante), que aparece en el
Manifiesto de Carrera (12, 32). Por otra parte, es destacable tambin la aparicin en nuestro
texto de produsga (20), forma verbal de reminiscencia tradicional que registra el CORDE en un
escritor del XVII. Matus, Dargham y Samaniego (1992: 553) explican que hubo conjugaciones
de verbos que tardaron ms en fijarse, y sealan precisamente la forma reprodusgo, que hallan
en el criollo Vicente Martnez Yupangui, en un documento de 1726.
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3.2.4. Yesmo
50
Oroz (1966: 158) seala que hay tendencia a disimilacin de -al > -ar, cuando precede
otra l: delantar (centro y sur). Por ello, podra parecer que la forma elementar (82, 2 veces,
191) y su plural elementares (80), que aparece en la Aurora, se deben a un fenmeno de
neutralizacin de lquidas. Sin embargo, esta forma, procedente de una r latina (lmentrus),
fue considerada de uso normal hasta el siglo XX y an hoy se puede encontrar en el DRAE
con la marcacin adjetivo desusado.
51
Oroz (1966: 172, 173) observa que en todo el sur hasta Talca prevalecen, en general,
las formas con al- (alverbio), mientras que de Talca al norte, las con ar- (arvertir). Esta
diferenciacin diatpica es paralela a la que pginas antes haba resaltado al hablar de la
neutralizacin de las lquidas: Se puede decir que la igualacin de l y r finales de slaba bajo
el sonido predominante de la primera: colpio, caltn, etc., es caracterstica del sur, centro
meridional y centro; en cambio, la uniformacin bajo la forma fontica de la r alcanza desde
Puerto Montt hasta Antofagasta: durce, barde, etc (170).
52
El trueque ocasional de lquidas puede observarse tambin en el peridico chileno en la
forma celebro (162), vocablo que Oroz (1966: 156, 157) incluye entre los casos de disimilacin
consonntica de aparicin frecuente en la lengua popular de todo el pas, si bien se trata de
un puro arcasmo lexicalizado que llega hasta hoy (en el DRAE aparece como desusado),
y que fue de uso extendido en la poca, como muestra el Autoridades: [celebro] viene del
latino cerebrum, por cuya razn se dice tambin cerebro, aunque se usa menos.
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3.2.5. Seseo
(62). Diversos son los tratamientos que recibe este grupo cuando va seguido
de c; se observa el mantenimiento de la x en la mayora de los casos, en las
palabras exesos (147, 154), exitar excitar, exitarn, exitndolos (147, 46,
136), exelente, exelencia, exelentsimo, Exelentsima (67, 54, 190, 45)53.
Ms rara es la simplificacin del grupo /ks/ a travs de la eliminacin de la
grafa x en los casos eceptuado y eceptuadas (48, 181).
Otro grupo grafmico que suele aparecer simplificado debido al
fenmeno seseoso es -sc- seguido de e, i, con una solucin que manifiesta,
en la mayora de las ocasiones, la desaparicin de la letra s, como se puede
ver en los siguientes casos: diciplina, diciplinan, diciplinada (71, 107,
166), dicernimiento (120), efervecencia, eferbecencia (101), facinar (150),
dicpulos (10, en 1813), en los numerales trecientos, trecientas (32, 122) y
docientos, docientas (32, 49), en las formas del verbo ascender: aciende,
acienden, acendan, acendido (54, 127, 106, 67), y en las de su antnimo
descender: deciende, decendamos, decendemos decendi, decendencia,
decendientes (143, 122, 77, 123, 144, 166). Mucho menos frecuente es la
desaparicin de la c como ocurre con esena escena (84) o impresindibles
(162), lo que quizs pueda deberse al prurito lingista de los impresores.
En cualquier caso, la vacilacin es siempre manifiesta, como se observa con
dobletes del tipo suseptible (2) / suceptible (55, 65).
4. A modo de conclusin
53
La forma exelente, muy frecuente en la Aurora (67, 68, 70, 136, 153, 183), aparece
tambin en el Manifiesto de Carrera (4) junto a formas como exitaba, exitaron (9, 16).
54
El historiador Medina Zavala (1958: 304, 305) explica los inicios de la imprenta chilena
de la mano de Jos Camilo Gallardo, que estableci su pequeo taller en la Universidad de
San Felipe (en torno a 1800). Y aade: es indudable que Gallardo trabaj en la imprenta de la
Aurora al lado de los tipgrafos americanos que tenan a su cargo la impresin del peridico,
dato que justifica con el anuncio extrado de la Aurora de Chile, del nmero 4, fechado en 28
de enero de 1813 (16), que dice as: Se vende con equidad un coche forrado en terciopelo
de seda, charolado y colgado a la moda, con ladillos de cristal y tambin de madera. Quien
quisiere comprarlo y las guarniciones para el tiro, ocurra a Dn. Josef Camilo Gallardo en la
Oficina de la Imprenta.
Ortografa y fontica en la Aurora de Chile / Sonia Almau Almau 39
Mxico o Per, que contaban con una gran tradicin editorial. Y de todos es
sabido que la existencia de la tipografa es uno de los mayores potenciadores
de la normalizacin ortogrfica, de ah que no sea de extraar el hecho de
que la letra de molde del peridico chileno presente todava un gran apego
a los tradicionales usos grficos de la escritura manual, como se ha visto a
la luz de formas con doble r detrs de n en honrrar, la aparicin de formas
como gerra guerra o urguan urgan, o el mantenimiento de la n delante
de las bilabiales oclusivas en casos como conbatida, por poner solo algunos
ejemplos.
Pero, adems de la carencia de una tradicin impresa consolidada en
Chile, es necesario considerar otros aspectos ya de carcter ms general
para la poca. As, cuando se analiza la ortografa del peridico chileno,
o de cualquier otro impreso hispanoamericano o peninsular, se observa la
aparicin de vacilaciones ortogrficas del tipo xefe/gefe, haver/haber que
ponen de manifiesto la inexistencia de unas reglas claramente fijadas, y no
es algo sorprendente si se tiene en cuenta que no haba unidad ortogrfica
ni siquiera en la metrpoli, pues las pautas ortogrficas que fijaba la Real
Academia Espaola tardaron en imponerse en Espaa, incluso entre los
mismos acadmicos, que a cada paso se contradecan en su obra, lo que
se pone de manifiesto en los desajustes existentes entre las explicaciones
fonticas que aportan y las reglas que formulan, como en el caso de b/v, por
no hablar de las veces en las que se enuncian normas que no se adoptan de
forma regular en los textos acadmicos, como ocurre con la q latinizante, que
fue eliminada en 1775 y que, no obstante, seguir apareciendo en entradas
del diccionario como qual, qualidad, adequado hasta la edicin de 1803.
Quizs sea una generalizacin demasiado simplista caracterizar la Aurora
chilena como un texto cuidado formalmente, si se tiene en cuenta que se
trata de un corpus muy amplio, en el que hay noticias, anuncios, proclamas,
manifiestos, etc., aunque lo cierto es que la tnica general es la existencia de
mayor uniformidad ortogrfica cuando se presentan informaciones relativas
al gobierno. Adems, se trata de un peridico en el que se introducen a cada
paso noticias procedentes de otros pases hispanohablantes copiadas en
parte o ntegramente de otros peridicos, as como de fragmentos traducidos
de otras lenguas. Se plantean, de este modo, problemas relacionados con la
heterogeneidad de los materiales, as como dificultades aadidas provenientes
del proceso de traduccin y de las posibles interferencias del castellano con
la lengua origen, cuyas huellas, no obstante, son ms significativas en los
planos de la gramtica y del lxico, donde aparecen calcos evidentes del
francs y del ingls, sobre todo.
No obstante, el anlisis ortogrfico y fontico de las pginas del corpus
periodstico chileno revela la buena formacin escolar de los redactores
40 BOLETN DE FILOLOGA TOMO XLV, Nmero 1, 2010
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