John Berger Poemas de Emigracion

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Poemas de emigracin, John Berger

() La emigracin no slo implica dejar atrs, cruzar ocanos, vivir entre extranjeros, sino tambin
destruir el significado propio del mundo y, en ltimo trmino, abandonarse a la irrealidad del
absurdo. ()

1. El pueblo

te digo que
todas las casas
son agujeros en un culo de piedra

devoramos las tapas de los atades

entre la estrella de la tarde


y la leche en el cubo
no hay nada

vacamos la lechera
dos veces al da

abandonadnos
humeantes
en los prados.

2. La tierra

la cabellera prpura de la tierra


peinada en otoo
y tiempos de hambruna
los huesos metlicos de la tierra
extrados a mano

la iglesia sobre la tierra


los brazos de nuestro reloj crucificados

todo se lo han llevado

3. La partida

el dolor
no puede

durar lo suficiente

las sendas desaparecen


bajo la nieve
el blanco abrazo
de la partida

he intentado escribir la verdad en los trenes

sin un odo
la lengua se asusta
se aferra a una sola palabra

el tren cruza un puente


el hielo negro se acumula
sobre cada letra
SAVA
mi ro

4. La metrpoli

el filo de la luna
ntido
como el nivel
del agua en un canal

y los cerrojos de la razn


al amanecer
cuando el nivel de la oscuridad
desciende
al de la luz

aceptad la oscuridad
el negro intenso
zona ceguera
aceptadla ojos

pero aqu a la oscuridad


se la llevaron en un saco
lastrado con piedras
y la ahogaron

ya no existe la oscuridad

5. La fbrica

aqu
es siempre amanecer
hora de despertar
hora de la profeca revolucionaria
hora de las brasas
tiempo muerto de das de trabajo
sin fin
all construamos la noche
al encender el fuego
recostados en l
estirbamos la oscuridad como una manta

los prados prximos eran


el aliento de los animales dormidos
callados como la tierra
clidos como el fuego

el fro es el dolor de creer


que nunca volver el calor

aqu
la noche es un tiempo olvidado
eterno amanecer
y en el fro sueo
con el pino
quemado
como la lengua de un perro
tras sus dientes

6. El puerto

durante toda la noche


tose el Hudson en su lecho
intento dormir
mi pas
es una piel clavada en una madera

se precipita el viento de mi alma

de horizontes
me fabrico una hamaca

en el sueo
mamo pueblo natal
acaricio las curvas de mi ro

dos caballas negras


dirigen
el alba

arponalas cielo arponalas

7. Ausencia

cuando el sol no era ms alto que la hierba


alhajas adornaban los rboles
y los bancales se volvan rosas
entre las luces fluorescentes de la autopista
cuelgan sus vrgenes las torres de pisos
estn haciendo patatas fritas
una fbrica despide sus manos con guantes de lana
tengo un agujero en un dedo
las vides no estn verdes

aqu no hay vides


lucirn los muertos
las alhajas
aplastadas en los cables de alta tensin
DANGER DE MORT

8. El bosque que conoc

dejadme morir as

las ramas tienen msculos


las colinas se levantan
la nube se vierte
en una taza

en el bosque
han comido los jabales
estn confortablemente calientes
y soolientos

cada claro est grabado


en una pantalla que llevo
enrollada como una tela
en la cabeza

una sbana
extendida sobre
.. los ojos de los muertos
excluye la mirada del mundo
en la tela
desenrollada
sigo su rastro
en el bosque que conoc.

Baudelaire fue uno de los primeros que dieron un nombre y describieron el desarraigo de las nuevas
masas urbanas.

como fantasmas errantes sin techo


obstinadamente se lamentan.

Pginas de la herida, John Berger.

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