Lazaro Cardenas y Los Limites de La Autonomia Del Estado

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CARDENAS Y LOS LIMITES DE LA AUTONOMIA DEL ESTADO MEXICANO

A partir de:
Los lmites de la autonoma del Estado - Hamilton, Nora
El partido de Estado y el sistema poltico - Gonzlez Casanova, Pablo

Por: HERNAN GONZALEZ MEDINA Abril 14, 2004.

CONTENIDO Pg.

1.- La autonoma del Estado 1


2.- Creacin y accin de las alianzas progresista y conservadora 4
3.- Las polticas implementadas por el gobierno de Crdenas
a) Respecto a la clase trabajadora 7
b) Respecto al campesinado 7
c) Respecto a la burguesa nacional 8
d) Respecto a la burguesa extranjera 9
4.- La formacin del PRM y sus consecuencias 10

1.- La autonoma estatal.


Bajo el armazn conceptual marxista, el Estado es considerado como una herramienta de dominio de
una clase sobre las dems. Su objeto es sostener en funcionamiento el conjunto de la formacin social que
permite la accin del capital. Pero para realizar esta funcin, que se extiende desde la ideologa, al aparato
legislativo, al judicial y al represivo, se tiene que convertir en una estructura que no est directa y
unvocamente controlada por la clase dominante, sino que adquiere una relativa autonoma que le hace
aparecer no como una herramienta al servicio de una clase, sino como aparente rbitro por encima de las
clases. Tal apariencia se fortalece cuando, en aras de sostener de conjunto la explotacin capitalista, la
accin del Estado llega a tener que afectar los intereses especficos de algn sector no predominante de la
misma burguesa.
Sin embargo tal carcter aclasista no pasa de ser una apariencia, pues encuentra lmites especficos,
que de ser rebasados en sentido de los intereses de las clases trabajadoras significara la destruccin de
ese estado burgus y su reconformacin con otro carcter de clase, y con funciones distintas.
Mas el rebasamiento de tales lmites es difcilmente concebible en la medida de que, si estamos
hablando de un Estado burgus, su papel central est siendo, por encima sus las acciones autnomas a
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favor de otras clases, el de sostener las condiciones de existencia y fortalecimiento precisamente de la
burguesa. De esta forma, se fortalecen tambin la dependencia financiera que el Estado tiene respecto de
la burguesa, y la sujecin a otras presiones econmicas y polticas, y que mantienen activos lmites que
obligan al Estado burgus autnomo a mantenerse en su carcter de clase. As, durante un eventual
periodo de accin de tal Estado autnomo sigue persistiendo su carcter burgus, y por tanto
arrastrando la contradiccin que significa la continuidad en el desarrollo y fortalecimiento de los
capitalistas, que a su vez potencia las posibilidades de que se reconstituyan alianzas conservadoras que
pueden retomar el dominio.
Las acciones de autonoma, es decir, de accin a favor de los intereses de clases distintas a la
dominante, se reflejan por lo general bajo la forma de mejoras relativas a las condiciones de vida o de
trabajo de los sectores mas desfavorecidos de la poblacin. Y dado que, en el caso de Mxico, la
desviacin mas importante en la tendencia a atender las demandas populares se ubica en el periodo de
Crdenas, Hamilton considera que es el punto histrico a enfocarse para poder analizar este fenmeno y
precisar tanto las causas y circunstancias que permitieron tales niveles de autonoma relativa, como los
factores que limitaron sus alcances.
En primer lugar debemos establecer que la accin del Estado, como aparente rbitro por encima de las
clases, se da en funcin de lo que suele llamarse correlacin de fuerzas, es decir, de la fortaleza que en
determinado momento tienen por un lado las alianzas de clase que favorecen las acciones estatales en el
sentido de los intereses de la clase dominante, y por otro lado las alianzas de clase orientadas hacia los
intereses de las clases subordinadas. Acciones de autonoma relativa (en favor de las masas) implicaran
una debilidad relativa de las clases conservadoras y una fortaleza relativa de alianzas entre las clases
dominadas (alianza progresista). Hamilton establece que los principios del anlisis marxista de este
fenmeno poltico dentro del Estado capitalista pueden ubicarse en el libro sobre el rgimen de Luis
Bonaparte.
Debido a que caracteriza a Mxico como un pas capitalista perifrico, doa Nora establece que parte
de las clases intervinientes en este juego de alianzas y correlacin de fuerzas es la clase capitalista
imperialista de la que dependemos, es decir, la norteamericana. As, establece que la debilidad en la
accin dominante de la metrpoli, que se da siempre en alianza con un sector de la clase dominante
nacional, es otro de los factores que posibilitan a una alianza progresista para impulsar una accin
autnoma del Estado.
Si por un lado el Estado burgus, an en las circunstancias de accin autnoma, ejerce entonces la
funcin de sostener de conjunto la posibilidad de reproduccin del capital (lo que implica sustentar los
mecanismos econmicos y sociales fundamentales que lo permiten), y por otro lado esas mismas
condiciones (dependencia financiera del Estado, lmites de rentabilidad de los negocios, sostenimiento de
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la concurrencia de mercado, dependencia de la relacin econmica con las metrpolis imperialistas, etc.)
significan una barrera de que ser rebasada desarticulara completamente la funcin clasista de ese Estado,
entonces hemos de establecer que los principales lmites de una eventual situacin de accin autnoma
del Estado son de carcter estructural. Es decir, se llega a un punto lmite en el que se presentan
confrontados, en su verdadera naturaleza de disyuntiva absoluta, los intereses de la burguesa y los de los
trabajadores: o se atienden unos o se atienden otros, pues hay un lmite (estructural) de la realidad que no
permite ambos.
Esto no significa que tales lmites no se puedan romper, sino que esa ruptura significara la
aniquilacin de ese como Estado de clase, es decir, la eliminacin de la herramienta central de imposicin
de los intereses de la hasta ese momento clase dominante, y el inicio de un proceso de confrontacin
absoluta de clases cuya definicin por fuerza tendra o un carcter revolucionario o un carcter
contrarrevolucionario. Pero tal posibilidad hipottica no se muestra en absoluto cercana ya que implicara
la renuncia total a sus intereses por parte del sector del aparato estatal que participara de una alianza
progresista que transgrediera los lmites estructurales.
Cuando hablamos de alianzas de clases no nos referimos a procesos estructurales, sino polticos
(superestructurales), por lo que tales alianzas pueden contener elementos diversos en su seno, como por
ejemplo miembros de otra clase social. En el caso de una alianza progresista, Hamilton plantea que esa
diversidad es no slo posible, sino obligada, en la medida de que requiere de la participacin efectiva de
segmentos del aparato estatal dominante para poder actuar.
Evidentemente, todos estos elementos no pueden aparecer bajo las formas esquemticas descritas,
sino se expresan con diversidades y especificidades nicas definidos por los rasgos caractersticos de cada
proceso particular. En el caso de Mxico, el proceso revolucionario desarticul las alianzas de clase
porfiristas pero no destruy a esas clases, con lo que persisti su potencial para nuevas alianzas
conservadoras; tampoco interrumpi esencialmente el control y dependencia econmicos, por parte del
capital extranjero, especialmente norteamericano, ni resolvi el limitado desarrollo de las fuerzas
productivas. La cada del rgimen porfirista tampoco resolvi las demandas de las masas, principalmente
campesinas, que fueron el motor vital de la guerra. El carcter polivalente marcado por los intereses de
las distintas facciones de la dirigencia revolucionaria (Madero - democratista, Zapata - agrarista, Carranza
- burgus oligarca) tambin persisti. El congreso constituyente mismo y el aparato estatal reorganizado
reflej esta composicin polivalente que abra las puertas a la participacin diferenciada en las distintas
alianzas de clase que se estaban reconformando.
Bajo ese cmulo de contradicciones es que se conform en 1917 un marco legislativo que al mismo
tiempo estableci las bases para una amplia intervencin estatal y concentr el poder de forma que poda
ser orientado discrecionalmente por las cpulas e individuos dirigentes, por supuesto en funcin de las
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alianzas de clase que encabezaran. Hacia los aos 20 la alianza dominante (la flota sonorense) logr la
continuidad de los intereses de la oligarqua porfiriana sobreviviente, de los productores medianos
postulantes a ricos, y la reactivacin de la relacin de asociacin dependiente con Estados Unidos.
La represin selectiva y la promesa de solucin institucional de las demandas campesinas, y luego
tambin las obreras, haba logrado una desmovilizacin, si no total, s cualitativa. Sin embargo tal
desmovilizacin por promesa lo nico que poda lograr era algo de tiempo, pues las masas iban a pasar la
factura mas temprano que tarde. Esa es la raz del proceso, tambin en los aos 20, de formacin de
alianzas de clase campesina y trabajadora, que tuvieron apoyo en elementos progresistas integrantes a
distintos niveles del aparato Estatal.

2.- Creacin y accin de las alianzas progresista y conservadora


a) La alianza progresista
Segn Gonzlez Casanova, para este momento la sociedad mexicana vena con una experiencia
poltica persistente en la memoria, que haba caracterizado las luchas polticas por un cierto aprendizaje
de los grupos de lite para cabalgar sobre la accin de las masas, capitalizando, sin resolver, sus
aspiraciones. En esta formacin poltica, fortalecida en el transcurso del proceso revolucionario mismo, es
que se inscribe el intento de la flota sonorense por apoyarse en su carcter de burguesa postulante y su
apariencia de vocacin socialista, para tratar de aglutinar y controlar sectores de las masas.
La lgica poltica, desde la aplicacin de las disposiciones de las Cortes de Cdiz, la Independencia y
la Reforma, marcaban que quien lograra el control de las masas tena el control militar y con ello el
control poltico. Por ello distintos grupos, notoriamente los jvenes generales revolucionarios que no
estaban slidamente comprometidos ni con la antigua oligarqua ni con las masas, se esforzaron en
congraciarse con sectores de las masas de la nica forma efectiva posible: hacindose eco de sus
demandas. Tal esfuerzo de control vio uno de sus mayores esfuerzos con la fundacin del PNR en 1929,
que adems tena el objetivo de sacar a la lucha interna por el poder fuera del campo de batalla.
Adicionalmente, la intelectualidad progresista influenciada y consolidada por las luchas de las masas en
1910 y por la lucha poltica en el Constituyente de 1917, jugara una constante influencia y un empuje a
la innovacin relativa de los idearios polticos y sociales.
Si bien la decisin respecto a la sucesin presidencial de 1934 estaba en manos de Jefe Mximo, el
creciente entorno de luchas sociales le forzaba a asignar un peso preferente a Crdenas, quien era un
prominente ejemplo de la alianza progresista al provenir del impulso al reparto agrario en Michoacn
(an en contra de la orientacin del gobierno central) y la defensa y apoyo al movimiento obrero que
luchaba ya sea dentro o fuera del control moronista. Crdenas no era el nico gran exponente de los
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elementos integrantes del aparato estatal abiertos a la confluencia con los intereses de las masas. La
existencia de mltiples de estos elementos a todos los niveles del aparato estatal significaban un potencial
de extensin de la alianza progresista hasta los lmites estructurales que el nuevo Estado ofreciera.
El marco de desmovilizacin de las masas y amalgama de intereses en las tribus internas del rgimen,
diluan, durante los aos 20, la diferenciacin entre las alianzas progresistas y las conservadoras. Pero el
cobro de la factura lleg, y su falta de pago reactiv la movilizacin, tanto obrera como campesina, lo que
abri las puertas a que en el control del Estado comenzaran a predominar integrantes de alianzas
progresistas, mediante el ejercicio de presin e influencia en el joven partido gubernamental, que
terminara logrando tanto la nominacin de Crdenas a la candidatura como el replanteamiento de sus
demandas, inicialmente agazapadas dentro del Plan Sexenal.
Tras la llegada de Crdenas al poder se profundiz su tolerancia, apoyo, e incluso promocin de las
luchas obreras por mejoras en las condiciones de trabajo, principalmente salariales. Esto reprodujo el
apoyo obrero, que signific el fortalecimiento de la alianza al lograr convocar a sectores mas amplios de
la clase trabajadora, adems del gran golpe de mano que significaba atraer tambin al grandemente
fortalecido y prestigiado sindicalismo comunista. El mismo proceso de reproduccin ampliada se dio en
el movimiento campesino que ya vena siguiendo al cardenismo, pero se pleg mucho mas slida e
incondicionalmente que el movimiento obrero, tras los repartos efectivos de tierra y la aplicacin de las
polticas de financiacin agrcola.
Este fortalecimiento le permiti superar victoriosamente el intento de Calles por interferir en el nuevo
giro del Estado a la vez que deshacerse de los elementos que le impedan una completa centralizacin
autoritaria de su aparato. Esta alianza potenciada con los obreros y los campesinos abran los mrgenes
para estirar la autonoma Estatal a sus lmites mximos.
Sin embargo la alianza estaba cimentada no slo en la promesa de sostener el giro a favor de las
masas, sino tambin en la exigencia cardenista de subordinacin total e insercin en una estructura de
mando vertical dirigida por el partido de Estado. Este pacto garantizaba la estabilidad para el proceso
productivo y en muchos casos implic limitar los movimientos de huelga. La participacin obrera en la
alianza le implic un altsimo control estatal, corrupcin, y la represin o exclusin de los sectores
combativos. Se impidi que las federaciones de burcratas y maestros confluyeran con la central obrera
principal, se negaron derechos de organizacin y de huelga de los bancarios, y se les someti a las
exigencias de los banqueros. En suma, la alianza progresista se condicion a auto-atarse de manos
mediante la desmovilizacin, con lo que la fuerza fundamental que le permita forzar a la actuacin
autnoma del estado quedaba en manos de los sectores burocrtico estatales, adems de inhabilitarse para
actuar en alianzas de clase hacia la lucha efectiva por transformaciones superiores a las que el Estado
autnomo puede acceder.
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b) La alianza conservadora

En la medida de que las acciones efectivas en favor de las demandas de las masas no fueron
predominantes sino hasta inicios de los aos treinta, los factores aglutinantes de una alianza conservadora
eran dbiles y se mantenan slo como potencialidad, que eventualmente llegaba a actuar mediante sus
elementos insertos en el aparato estatal. El favorecimiento a los productores que provean para la
exportacin se sostuvo tanto en los veinte como en los treinta, mientras que los pequeos productores
para el mercado nacional no comenzaron a encontrar ataques sustancialmente constantes y de lleno, sino
hasta la llegada de Crdenas al poder.
El motor principal para la formacin de la alianza conservadora, para la integracin de los elementos
que yacan slo como potenciales y dispersos, fue precisamente el fortalecimiento y accin de la alianza
progresista. Los objetivos de la alianza de obreros y campesinos movilizados chocaban de frente con los
intereses del capital, resultando en la generacin casi inmediata de una oposicin poltica y econmica
contra el gobierno y una polarizacin de clase que incentivara a su cohesin. Casi desde sus inicios, el
gobierno cardenista comenz a afrontar presiones para la interrupcin de las reformas.
La reforma agraria, cuyo eje central era la reestructuracin del sector para poner fin a las antiguas
relaciones feudales de produccin que mantenan al campesinado hacendario atado como pen acasillado,
signific el descontento no slo de los antiguos latifundistas, sino de muchos sectores productores que se
vieron afectados por el regreso de mano de obra campesina hacia el cultivo comunal. El movimiento
campesino que continuaba luchando insurreccionalmente por la tierra tuvo su derrota final con el
aplastamiento en Veracruz, originando que se dividiera y un gran sector pasara a fincar sus esperanzas en
las promesas institucionales, representadas por el postulante Crdenas, quien ya haba mostrado en
Michoacn alguna disposicin a una atencin efectiva de las demandas campesinas.
Si bien inicialmente los intereses imperialistas se vean a salvo, el inicio en la aplicacin del Art. 27
fortaleci las ligas del capital extranjero con sus potenciales aliados locales, hacia la perspectiva de
intervencin para replegar la accin de la alianza progresista. Esto era facilitado por la permanencia en el
aparato estatal de elementos proclives a la conformacin de una alianza conservadora beligerante.
Las presiones de esta alianza conservadora, apoyadas en las limitaciones estructurales de la autonoma
estatal, y en la desmovilizacin y sometimiento de obreros y campesinos, se reflejaran al final en la
victoria de Avila Camacho con la cual esta alianza se convertira en dominante.

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3.- Las polticas implementadas por el gobierno de Crdenas:

a) Respecto a la clase trabajadora..


Ya desde la candidatura de Crdenas y luego tras su llegada al poder, el ambiente de descontento
obrero y campesino se dejaba sentir. La huella del crack de 1929 y el surgimiento de corrientes que
estaban por la intervencin para asumir responsabilidad estatal hacia el empleo y el bienestar,
significaban un referente para el movimiento obrero, que le llevaba a ampliar una visin de legitimidad a
sus demandas, y seran parte de los objetivos a plantear dentro de la alianza progresista.
El gobierno cardenista adopt abiertamente una posicin de defensa de las demandas de mejora, sobre
todo salarial, de los obreros. La participacin extranjera haba generado un sector obrero especializado y
relativamente bien pagado (ferrocarriles, petrleo, minera, energa) que se convertira en vanguardia y
referente en los objetivos de mejora social que el movimiento se planteara. Fueron estos sectores quienes
actuaran mas entusiastamente respecto de la poltica cardenista de administracin obrera para las
empresas que la burguesa reclamaba insostenibles si se atendan las demandas de los trabajadores.
La poltica de administracin obrera en realidad atraera principalmente a las industrias mas
ineficientes e improductivas, que ya desde antes estaban al borde de la quiebra. Sin embargo el
experimento ferrocarrilero mostr la potencialidad del control obrero al lograr el funcionamiento
eficientizado de la empresa. Pero al estar inmerso ese funcionamiento interno social dentro de un sistema
de mercado en conjunto, las necesidades generales del capitalismo obligaran al Estado a impedir los
incrementos de precio que sostuvieran a esa industria. El experimento petrolero tras la nacionalizacin
sera mas parcial, pues se restringa a la participacin obrera en la administracin, por intermedio de los
corruptos y corporativizados dirigentes sindicales, que terminaron al servicio del estado convertido en el
nuevo patrn.
De conjunto, el gobierno de Crdenas cre condiciones que legitimaron y en gran medida
respondieron a demandas obreras. Sin embargo, las contradicciones estructurales que ya hemos
mencionado implica la autonoma del Estado, mas el sometimiento y desmovilizacin de las masas,
dejaban puestos los cimientos para que mucho de estas conquistas pudiera ser revertido por una alianza
conservadora.

b) Respecto al campesinado.
El proyecto agrario cardenista, de modernizacin y colectivizacin de la produccin, implic por
primera vez una amplia respuesta efectiva a la demanda no slo de tierra, sino tambin de las condiciones
necesarias para ponerla a producir. El reparto en La Laguna, Nueva Italia, Yucatn y Morelos, no slo
signific un vuelco en el tipo de tierras que los gobiernos anteriores repartieron, las mas malas y
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dificultosas de trabajar, sino que adems de ser de excelente calidad se entregaron acompaadas de los
apoyos necesarios para intentar convertirlas en centros productivos colectivos, modernizados y de alta
eficiencia. La creacin de organismos colaterales dedicados la facilitacin y el fomento a la produccin
agrcola, se acompa de organismos para promover la educacin rural y la seguridad social.
El reparto del ejido individual encontr gran apoyo y aprecio entre el campesinado, pero rpidamente
se apag la llama debido a que las restricciones presupuestales derivadas primero de los vaivenes del
mercado internacional y luego de la respuesta imperialista ante la expropiacin petrolera, obligaron a
restringir el financiamiento para su cultivo.
Estas grandes conquistas, an presentes en la realidad y en la memoria popular, fueron sin embargo
parte de las contradicciones que ya mencionamos de la alianza progresista, y que significaron atar de
manos al movimiento, lo que llevara a que despus de Crdenas el reparto agrario pudiera ser slo
simblico, mientras se mantena al campesinado contenido por la corporativizacin o por la represin.

c) Respecto a la burguesa nacional.


Como ya se plante, an tomando el Estado sus mrgenes mximos de autonoma, su esencia de clase
se sostuvo. Durante el gobierno de Crdenas se sostuvo el apoyo estatal al proceso de acumulacin de
capital, con lo que se fortaleca a la clase dominante. Adicionalmente, hubo polticas explcitamente
destinadas a favorecer a la clase propietaria, como los productores azucareros o la industria turstica, al
tiempo que se establecieron medidas fiscales que favorecieron a la industria.
El crecimiento de la intervencin estatal en la economa trajo un incremento de la actividad de
conjunto, que directa e indirectamente favoreci al capital privado. As, si la poltica de favorecimiento a
las demandas obreras poda ser tolerada por el capital, fue porque la accin gubernamental tambin
significaba la generacin de las condiciones materiales, de organizacin, y de estabilidad obrera que
permitan la acumulacin capitalista. Hacia 1936, la actividad industrial estaba en aumento y la capacidad
instalada se aprovechaba plenamente.
Por el lado negativo, la propuesta gubernamental de un impuesto a la ganancia excedente, en principio
no muy draconiano, gener una oposicin violenta del sector privado. Por el contrario, una medida que
pretenda el control corporativo del sector privado, la obligacin de afiliarse a las cmaras industriales, de
comercio, bancaria, etc, no gener tanto rechazo.
El gobierno cardenista cre adems mltiples organismos orientados a promover a la pequea
empresa minera, transportista y manufacturera. Entre 1935 y 1940 la produccin manufacturera casi se
duplic, principalmente producto de las empresas orientadas al mercado nacional.
El gobierno cardenista termin la tarea de conformar la estructura financiera bsica de la economa
nacional, incrementando el capital del Banco de Mxico y el de Comercio, y promoviendo la formacin
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de bancos regionales. La banca as conformada se convirti en un negocio con altas utilidades. La
conformacin y el objetivo de estabilidad de este sistema financiero oblig a mostrar anticipada y
acrecentadamente el verdadero carcter de clase del Estado, ya que requiri voltear completamente la
espalda a un sector de la alianza progresista, los trabajadores bancarios, a quienes se les negaron
completamente sus derechos.
En general, en el periodo cardenista el Estado cumpli su papel de garantizar la continuidad de la
acumulacin privada que al final favorecera a un pequeo y relativamente poderoso segmento de la clase
dominante.

d) Respecto a la burguesa extranjera.


De la misma forma en que los industriales nacionales toleraban en beneficio propio las polticas
laborales cardenistas, el capital extranjero no fue sustancialmente tocado sino hasta que la polarizacin
obrera con el sector petrolero oblig a la expropiacin, afectando en principio principalmente los
intereses ingleses, pero potencialmente poniendo en perspectivas dudosas los de otras naciones
imperialistas, especialmente el vecino del norte.
Crdenas no tena una visin de soberana nacional que le llevara a delimitarse de la influencia del
capital externo, sino que pensaba que lo importante era la naturaleza que adquiriera. Consideraba que la
tarea era deslindar el tipo correcto de capital extranjero que el pas necesitaba para su desarrollo. Ya
desde 1935 hubo intentos por normar la accin del capital extranjero mediante la suspensin de algunas
exenciones fiscales a los productores petroleros, y en 1936 se haba promulgado (mas como Espada de
Damocles que como prolegmeno de accin) la Ley de Expropiacin. Adems se haba establecido el
control tarifario a las compaas elctricas extranjeras.
La nacionalizacin petrolera signific un fortalecimiento del Estado en cuanto a su capacidad para
orientar y financiar el desarrollo nacional; signific adems un cambio (que Hamilton considera
estructural) en las relaciones de Mxico con las naciones imperialistas, especialmente con Estados
Unidos, al anular uno de los mecanismos de dependencia econmica del exterior, que se apoyaba en el
control extranjero del sector exportador y de la creacin de infraestructura. Significara tambin un
precedente para normar a sectores del capital extranjero en rubros como ferrocarriles y luego electricidad.
Sin embargo tambin hubo continuidad en la determinacin que establecan las relaciones econmicas
con otros pases capitalistas dominantes, especialmente Estados Unidos. Los lazos de dominacin
continuaron siendo importantes en el sector exportador, de servicios, y en relacin a la dependencia de los
mercados y exportaciones de E.U. Tanto las limitaciones estructurales como las alianzas informales (la
existencia de agentes operadores objetivos) prosiguieron durante todo el gobierno de Crdenas.
Pero cuando estas restricciones estructurales no bastaron para impedir la nacionalizacin petrolera, la
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respuesta del capital imperialista se unific y agudiz, reflejndose como presiones al retroceso a las
medidas nacionalistas, so pena del boicot o de acciones de desestabilizacin de la economa nacional.
Estado Unidos amenaz primero con retirar a su embajador, y dej de comprar plata mexicana por el
equivalente al 50% de nuestras exportaciones del metal. Boicote luego la exportacin de petrleo
prohibiendo las compras gubernamentales, al tiempo que ejerci presiones financieras mediante el retiro
de depsitos en los bancos mexicanos. Esta lnea dura significaba tambin un autobloqueo econmico
norteamericano, por lo que luego se restauraran los compromisos de compra de plata, pero se les
condicion a renovacin mensual, convirtindolos en un arma de presin que permitira restaurar ciertas
concesiones al capital minero.
As, la continuidad en la relacin de dominacin econmica permiti su desarrollo natural, es decir, su
ampliacin. Grandes compaas extranjeras abrieron plantas en Mxico, como Chrysler y General
Motors, mientras la dependencia de capital y tecnologa se concentraron hacia Estados Unidos, la
infraestructura que se construa se orientaba al intercambio con los gringos, y se increment la
importacin de los materiales y elementos relacionados a esa infraestructura.

4.- La formacin del PRM y sus consecuencias.


La formacin del PRM es un resultado directo de la polarizacin y aglutinamiento de los sectores
conservadores. La continuidad en el carcter burgus del Estado, por encima del episodio de accin
autnoma, permiti el surgimiento y fortalecimiento de la alianza conservadora y su triunfo respecto de
la desmovilizacin de las masas, logrado gracias al previo y al nuevo sometimiento implementado por
Crdenas.
Como respuesta al apoyo del gobierno a las demandas obreras y al conflicto petrolero, los propietarios
iniciaron su accin de presin reduciendo los niveles de inversin, retirando depsitos bancarios, y
exportando al exterior su capital.
Los efectos de las represalias imperialistas tras la nacionalizacin petrolera significaron la
recomposicin del flanco internacional de la alianza conservadora. La amenaza de cerrar el mercado
estadounidense a la plata mexicana expresa el grado de continuidad de dependencia estructural del capital
externo, pues de haberse expropiado las compaas mineras simplemente habran quedado inutilizadas.
La combinacin de las presiones internacionales simples con las logradas en alianza con sus socios
menores nacionales, potenciaron las opciones para limitar la accin estatal y lograr un cambio en la
poltica interna que iniciara un proceso de desmovilizacin de las masas por de reformas y cambios
estructurales.
La expropiacin petrolera se hizo parcialmente a cambio de la reforma agraria, pues, para lograr el
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apoyo de los gobernadores, Crdenas tuvo que concederles la jurisdiccin en algunos aspectos de la
misma. Se vio tambin obligado a pacificar las inquietudes de los terratenientes abriendo huecos legales
para evitar la expropiacin (el Departamento de Quejas).
La presin por reducir la movilizacin obrera y la atencin a sus demandas, haba originado que ya en
1937 Crdenas protestara por la multiplicidad de huelgas, y en 1938 directamente fueran canceladas o
pospuestas bajo presin del gobierno o de la CTM controlada por el gobierno. En general, la poltica
gubernamental pas del apoyo al conflicto de clases a llamar a la conciliacin y a la unidad nacional,
que para los trabajadores significaba obligarse a posponer indefinidamente sus demandas y el
sometimiento de sus organizaciones a los lderes controlados por el Estado.
La iniciativa de transformacin del partido del Estado significaba, ya desde 1937, un proyecto por
limitar las luchas y la fuerza estructural de las masas mediante la ampliacin de su corporativizacin y la
mayor verticalizacin de su control.
La transformacin del PNR en PRM fue una respuesta de contencin del movimiento agrario y
obrero, impulsada por los agentes que dentro del aparato estatal representaban a la cada vez mas
cohesionada alianza conservadora. La agudizacin tanto de las dificultades econmicas como de la
euforia desatada entre las masas tras la nacionalizacin petrolera, agudizaron esta necesidad. No es
casual que la fundacin formal del PRM se realizara apenas el mes siguiente a la expropiacin petrolera.
La proclamada intencin de que, con el PRM, el partido de Estado se convirtiera en un partido de
trabajadores que tambin incorporara a los campesinos, signific la accin mas determinante que
terminaba de maniatar la movilizacin obrera y campesina, a la vez que construa un aparato burocrtico
que ejerciera un control directo por el Estado, para los fines del Estado. Esta cancelacin de las luchas
significara la escisin o la negativa de integracin de los sectores independientes o radicalizados, por lo
que el proyecto de desmovilizacin e hipercorporativizacin por va del PRM obligadamente significaba
tambin una agudizacin de la represin social.
Aparentemente de forma contradictoria, la culminacin de los objetivos del PRM se dio cuando todos
sus postulados de fundacin fueron aniquilados tras la definicin de Avila Camacho como candidato,
impulsado por una CTM que poda actuar ya abiertamente en contra de la voluntad de los trabajadores.
Avila Camacho culmin el proyecto que realmente significaba el PRM, al incrementar el control sobre los
trabajadores y borrar el proyecto socialista, dotndose de un plan para la abierta promocin del desarrollo
del capitalismo, a costa de la explotacin de las masas.
Con la formacin del PRM y la victoria de Avila Camacho, la alianza conservadora se convirti en
dominante para no dejar ya mas ese papel. Para Hamilton, ese triunfo no slo marc la derrota de la
alianza progresista, sino su virtual eliminacin como fuerza efectiva y la cancelacin de sus
posibilidades de resurgimiento.
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El gobierno de Crdenas fue lo mas lejos que pudo en una reforma radical de la sociedad mexicana,
sin romper de raz las limitaciones del orden capitalista. En ese esfuerzo se dieron importantes logros, que
sin embargo se realizaron a costa de la desmovilizacin obrera y campesina, de su sometimiento al
dominio corporativo por parte del estado burgus, y de la unificacin de una alianza conservadora con
todas las ventajas de haber sido estructuralmente favorecida por las mismas medidas de intervencin
Estatal. El fracaso ltimo del proyecto cardenista, una ilusin si no se confrontaba de raz el carcter de
clase del estado, y el triunfo de la alianza conservadora, es lo que qued simbolizado con el surgimiento
del PRM, y su consecuente puesta en manos de la dirigencia netamente burguesa de Avila Camacho.

FIN

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