Minera, María "Voces en Concierto"

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M a r í a M i n e ra

VOCES EN EL CONCIERTO
ARTE CONTEMPORÁNEO EN MÉXICO
Artistas, críticos, curadores y galeros del escenario mexicano fueron
entrevistados por la crítica de arte María Minera para armar el tapiz que a
continuación presentamos, en donde queda manifiesta una radical falta de
unanimidad que podría interpretarse como un consenso.

¿ De qué hablamos cuando hablamos de arte contemporáneo


mexicano? “De Gabriel Orozco y toda su rebaba, es decir, de todos los
que venimos eventualmente a vivir o a aprovechar el boom del maestro
de las crepas de cuitlacoche”, afirma Artemio, artista mexicano. (Adver-
tencia: si usted no sabe quién es Gabriel Orozco no va a entender nada de lo
que se diga en las páginas subsecuentes. Pero, no se preocupe, de ciertos terrenos a los que el arte rara vez se había acercado,
si le gustan las crepas de cuitlacoche, todavía hay esperanza.) lo que sucede en esa zona está mucho más regulado de lo que
podríamos pensar. En ese gran laboratorio en el que la gente
¿ME REPITE LA PREGUNTA? admira el arranque inexplicable del talento espontáneo, se de-
Es posible que lo único que despierte verdadera unanimidad al be, entre otras cosas, siempre progresar (aunque no se sepa a
interior del llamado arte contemporáneo (que ha sido descrito dónde ni por qué): en este momento, explica el artista Eduardo
por algunos críticos como “una de las últimas zonas de toleran- Abaroa , “se mantiene la experimentación y se mantiene tam-
cia”) sea que no hay unanimidad acerca de nada: nadie sabe bien bién un vínculo con lo que nosotros vemos todos los días, que
a bien lo qué es el arte contemporáneo y pocos, de hecho, quie- no siempre es una galería o un museo o una obra maestra, sino
ren saberlo. Así que vaya deshaciéndose de los diccionarios, los lo que vemos en la tele”. Sería deseable que los jóvenes artistas
doctorados, los manuales y todo lo que usted creía saber acerca conocieran el pasado del arte, insiste Abaroa, quien revela, a tra-
del arte: tratar de definir algo, para el crítico de arte y curador vés de esculturas y video-instalaciones, pero sobre todo, de tex-
Cuauhtémoc Medina, “sería completamente ilusorio y, además, tos diversos, que una de sus preocupaciones principales es re-
altamente utópico, porque no hay una definición que ocurra a gresar la inteligencia al arte (¿no es, finalmente, ése el sentido
nivel de las prácticas día con día”. Lo que hay, en todo caso, es de llamar a este arte “conceptual”?). Sin embargo, tiene poco
una suerte de “concepto móvil, nomádico y problemático” que sentido saber quién fue Mondrian o Botticelli cuando la norma
describe toda una serie de formas “alternativas” que, cabe de- es “hacer todo en tiempo presente”. El pasado ya no está dispo-
cir, se renuevan a sorprendente velocidad. nible, se ha roto con él en un doble movimiento que permite rei-
“Uno podría decir –aventura Medina– que el acto fundador terar sin tener que justificar la reiteración, pero que al mismo
de un artista, hoy, no es la generación de un estilo, es la genera- tiempo abre la posibilidad paradójica de permanencia del arte.
ción de un tipo de práctica, de una zona de práctica.” Para sus
detractores, una zona que se presenta como una suerte de pa- ESTO SÍ ES UNA PIPA
raíso fiscal, en el que nadie rinde cuentas y, al parecer, todo se Convencido de que un buen artista “es el que tiene la capacidad
vale. En realidad, y aun cuando estemos ante la invasión súbita de reinventarse a sí mismo”, Artemio (quien hace tiempo dejó

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de “usar” su apellido) se las Colaboración entre
arregla para no detenerse Eduardo Abaroa y
Rubén Ortiz-Torres,
más de lo necesario en un
Calimocho styles,
mismo lugar: hoy puede
Toro rojo, 2002.
pintar y mañana, en un Materiales varios.
extraordinario ejercicio de 40 x 85 x 65 cm.
edición, convertir Rambo
en un dramático cortome-
traje de quince minutos. Para él todo está muy cla-
ro: “Los dadaístas están redefiniendo el mundo
del arte, no nos los podemos quitar de encima.
Pero, al menos, ya pasamos de Da Vinci. No lo
olvidamos y no decimos que es una basura, pero
ya se volvió una antigüedad. Un barroco, un fla-
menco, son muy interesantes, muy bonitos, pero
ya son antigüedades; el discurso que existe
ahorita finalmente viene de las vanguardias.” Sin
embargo, explica Enrique Guerrero (dueño de la
Foto cortesía Galería OMR

galería que lleva su nombre y uno de los pione-


ros en el coleccionismo de arte mexicano contem-
poráneo), “si vas al cine, pues no vas a querer ver
siempre la misma película, dos veces sí, pero ya
después no: quieres ver otra película; es un espa-
cio público para ir a ver lo que se está haciendo
en ese momento”. La tuerca siempre puede volver a girar, pero NO PIENSES, MIRA
el paso que lleva irremediablemente de la ruptura con la tradi- Esta repentina entrada en los ámbitos del arte y la moral
ción a la tradición de la ruptura se da sólo una vez. Que cual- de una actitud nueva y turbulenta.
quier cosa pueda ser arte, para algunos teóricos, marca el final – Isaiah Berlin
de la era del arte. Después de eso, algo nuevo tenía que suceder. “No puede haber un momento histórico estúpido”, reconoce el
Pero, ¿sucedió? “Pareciera que las cosas se están moviendo, pero crítico de arte, curador y ex director de los museos de arte con-
no queda claro hacia dónde se están moviendo o si se están temporáneo Carrillo Gil y Rufino Tamayo, Osvaldo Sánchez.
moviendo con algún sentido; lo siento como caótico, como efer- Así que, al parecer, sólo hay de dos sopas: dedicarse a denun-
vescente, pero no sé a dónde se va ir la espuma”, observa Sofía ciar el presente y a promover la nostalgia o entrarle al juego. “La
Táboas, artista que recurre con frecuencia al uso de materiales invitación de muchos artistas a otra forma de dialogar, de inter-
orgánicos que le permiten observar, según “el lugar, el momen- pretar, de meterse con la obra, tiene que ver con hacer un ejer-
to, la época del año”, cómo se transforma su propia obra. cicio con tu propio imaginario, con tu capacidad de ironizar, de
Una vez abolidas las fronteras entre lo que es aceptable y lo leer, de vincular, de relacionar, de identificarte, o de no identi-
que no lo es (antes definidas en tratados, cánones y sistemas; ficarte”, explica la directora de la Sala de Arte Público Siquei-
luego en manifiestos y escuelas), la consigna es ampliar las fron- ros, Itala Schmelz. No podemos seguir exigiéndole al artista un
teras (hacia territorios insospechados, de preferencia). ¿Cuánto oficio, una proeza única: “Que el artista haga algo que tú no pue-
se han apartado los artistas contemporáneos de la estética de la des hacer, y si no, no es artista.” Para qué ser tan quisquillosos,
pureza moderna? Pensemos simplemente en los grandes artis- cuando debería alegrarnos el hecho de que nunca en la historia
tas modernos: desde Cézanne hasta Lucian Freud, pasando por hubo un arte, apunta Cuauhtémoc Medina, “cuyas bases inte-
Malevich, Miró, Ensor, Pollock, todos son pintores-pintores o lectuales estuvieran tan disponibles, tan en la superficie, nunca
escultores-escultores, como Moore o Brancusi. Es verdad que había estado atravesado por discursos tan ordinarios, por expe-
Picasso (al igual que Matisse) realizó algunas expediciones más riencias y referencias tan comunes”. De hecho, como observa
allá del terreno pictórico (collage, escultura, cerámica, arte-obje- Enrique Guerrero, “nadie está inventando el hilo negro: se
to, etc.), sin embargo, era en todo momento una especie de rey hacen reinterpretaciones, cada quien da su opinión acerca del
Midas que todo lo vuelve pintura. Recordemos que Mondrian presente o del pasado; te gusta, muy bien; si no te gusta, tampo-
escribió, en 1937, que “el verdadero arte, como la verdadera vi- co pasa nada; pero existe”.
da, sigue un único camino”. Su camino (y en México tenemos La contemporaneidad es opcional, ya que, a decir de Medi-
nuestra versión siqueiriana: “no hay otra ruta que la nuestra”). na, una de las características de este momento cultural “es que
Ahora, al parecer, existen todos los caminos. dejó detrás la actitud humanista, evangélica, de exigirle a los

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demás estar a la altura de acogernos, exigirle a los públicos, al camino claro a seguir y que han estudiado y que no son gente
Estado y a las entidades metafísicas que hagan el favor de reco- improvisada. Tienes que ser cuidadoso, porque el arte contem-
nocer lo importantes que somos, y vengan a nuestro reino”. La poráneo, como todo y como siempre, está lleno de cosas que
puerta está siempre abierta, pero, sobre todo, no trate de pensar sirven y cosas que son basura; pero el tiempo es el que es más
demasiado (¡Nada tan comprometedor como un pensamiento!). severo: el tiempo no deja colarse nada que no vale la pena; es
El arte, según Mariana Pérez-Amor (directora de la prestigiada como decía Goya: el tiempo también pinta, y es cierto: si revi-
Galería de Arte Mexicano), “es como el opio: entre más lo prue- sas el pasado, no hay juez, crítico o curador más severo que el
bas, más te gusta, y menos lo puedes dejar; pero tienes que ir tiempo”. Así que ya se verá y, como dice Artemio, “si cambias o
a museos, tienes que leer, tienes que enterarte; no es porque no cambias el mundo con una instalación es otra cosa, pero el
fulanito me dijo, no: tienes que tratar de ir entendiendo paso simple hecho de que el público se indigne es grandioso, porque
a paso”. entonces quiere decir que todavía hay por dónde en el arte. La
verdad, el arte ya había llegado al punto en que era la compla-
IDEAS BRILLANTES cencia absoluta para las señoras”.
Lo bello tiene espinas, ya lo sabemos. ¿A qué la belleza, entonces?
¿Por qué no mejor lo grande, lo sublime, lo colosal, 2002: ANNO MIRABILIS
lo que mueve a las masas? El crítico musical francés Gérard Condé decía, en 1986, que “la
– Nietzsche evolución de la música es como la evolución de las nubes en un
“La discusión ahora no es una discusión entre qué es bello y qué cielo tranquilo: si te detienes a mirarlas por un largo rato parece
no es bello, sino qué es significativo y qué es posible”, afirma que apenas se mueven, pero si te volteas, no puedes estar seguro
Cuauhtémoc Medina. Y, ¿qué es posible? Todo lo que no es im- de que al volver a mirar podrás encontrar la cabeza del perro
posible. Puede haber incluso una obra, afirma Sofía Táboas, que que pensaste ver. Ya nada está en su lugar”. Esto es igualmente
ni siquiera necesites ver: “Si yo te platico la obra, y la entiendes, cierto para el arte contemporáneo. Si observamos el panorama
no necesitas transitarla, estar ahí, porque es suficiente lo que te artístico detenidamente, nos puede parecer que es poco lo que
voy a contar para que entiendas de qué se trata, cómo es la obra; ocurre. Sin embargo, no hay manera posible de saber qué vamos
pero hay obras en las que, al revés, la foto no es suficiente para a ver en la siguiente Documenta de Kassel (encuentro fundamen-
transmitir lo que tú sientes cuando transitas esa pieza.” O sea tal de las artes visuales que se realiza cada lustro). Es probable
que, llegado el caso, una idea basta. El arte, nos diría Joseph (todo parece apuntar hacia esa dirección) que para entonces ha-
Kosuth, sólo existe conceptualmente: “El artista trabaja con el yamos desarrollado lenguajes artísticos que ahora no nos podemos
significado, no con las formas y los colores. Todo puede ser siquiera imaginar. O tal vez, por el contrario, nos encontremos
utilizado por el artista para realizar su obra, pero la manera de con un regreso importante al clasicismo. ¿Cómo saberlo?
presentación no tiene, en sí misma, mayor valor que el de ser Hace treinta años nadie podía prever que la pintura llegaría
vehículo de la idea que generó la obra.” Bienvenidos a la consa- a compartir las salas de los museos con toda clase de propuestas
gración de la ocurrencia. Algunos artistas, como Artemio, iden- plásticas (aunque, diría Arthur Danto, a nadie sorprende que,
tifican el problema con gran claridad: “Creo que a toda esta después de haber recorrido tan largo camino, la pintura haya
serie de artistas mexicanos que estamos muy de moda, algunos sido atacada). Mucho menos, que seríamos testigos de lo que
más que otros, lo que nos falta es rigor, y es un rigor académi- algunos llaman un boom del arte contemporáneo mexicano a ni-
co, pero quién dice que a los anteriores no les faltaba rigor. Lo vel internacional, que se expresa, de entrada, en cifras notables,
que pasa es que ahora la actitud es mucho más cínica, [...] a lo que proporciona el crítico de arte Olivier Debroise: “A lo largo
mejor los otros escondían su falta de rigor en esta idea del artis- del 2002, pero sobre todo en los últimos meses, los artistas mexi-
ta bohemio que se baña a jicarazos y se sublima con acrílico, y canos se desparramaron repentinamente por cuatro continentes,
esta generación nuestra prefiere hojear el Vogue y Flash Art como y su presencia irradió en una quincena de manifestaciones, in-
si fueran lo mismo.” Ya veía el gran Eric Bentley que el nuestro cluyendo algunas muestras individuales aisladas.” México es de
es un tiempo de substitutos: en lugar de lenguaje, tenemos pronto “lo de hoy”, y decir eso en el reino de las bienales y las fe-
jerga; en lugar de principios, slogans, y en lugar de ideas genui- rias, es decirlo todo. “Es justamente –observa Artemio– como
nas, ideas brillantes. Claro que un conjunto de ideas brillantes cuando nace un nuevo bebé y llegan todas las tías, entonces tie-
puede llegar a constituir una teoría que justifique cualquier nes un par de meses en que la mamá está, además de amaman-
cosa. Y siempre “hay gente dispuesta –reconoce Abaroa– a tando y durmiendo poco, atendiendo a todos los que quieren ver
absorber una tontería, a promocionarla, a decir que es arte: eso al nuevo bebé; eso es la ciudad de México, eso es México: el nuevo
pasa en Europa, pasa en Estados Unidos y pasa aquí”. bebé dentro del circuito del arte internacional.” Un bebé que, en
Hay de todo, asegura Pérez-Amor, sí existe el “a mí se me realidad, es un señor de más de cuarenta años: “Los artistas no
ocurrió porque soy genial y soy joven y me voy a quitar el calce- hemos dejado de trabajar en todo este tiempo –explica Mónica
tín y lo voy a colgar en la pared, y ya eso pasa por extraordina- Mayer, veterana artista visual, performancera, fundadora, al lado
rio; pero también hay jóvenes muy talentosos, que sí tienen un de Maris Bustamante, del grupo de arte feminista ‘Polvo de

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gallina negra’– pero de repente llegan los
noventa y con ellos una generación hacien-
do un trabajo muy parecido, igualito casi, al
que se estaba haciendo antes, pero sin con-
tenido, sin contexto.” ¿Por qué, entonces, no
estuvimos antes bajo los reflectores del mun-
do del arte? Quizá, como señala Debroise,
se trate de un “fenómeno independiente de
las solas prácticas locales, pero que se inser-
ta en una serie de modificaciones radicales

Foto cortesía Galería Enrique Guerrero


de los mecanismos de absorción, adaptación
y difusión del arte en un época de globaliza-
ción. Una reorganización de los mercados del
arte que implica que, para poder sobrevivir,
los centros aún ahora monopólicos se ven
obligados a renovar y a ensanchar su capaci-
dad de absorber ‘culturas periféricas’”. In-
quietante. “Estamos de moda ahorita, como
lo estuvieron los rusos de la posPerestroika,
como lo estuvieron los chinos posTiananmen”, comenta Osvaldo broise, no es otra cosa que una “variante de Teresa Margolles,
Sánchez. Y mañana será Brasil o Venezuela o cualquier otro la batalla decimonónica entre ‘modernos’ y Dermis, 1996.
lugar. Pero mientras dure la bonanza, ¿qué cara ponemos? ‘antiguos’, transformada, en el caso mexica- Huellas dejadas
no, en una guerra campal por situarse de un en el lienzo
por un cadáver.
EL CONCIERTO DE LAS NACIONES lado u otro de una línea geográfica”. Y eso,
Todas las obras de arte pertenecen a un suelo y a un momento, cabe decir, no habla del todo a nuestro fa-
pero todas ellas tienden a trascender a ese suelo vor: algunas de las cartas que se juegan, observa Osvaldo Sán-
y a ese momento: son de aquí y son de allá. chez, “tienen que ver con entusiasmos relacionados a la necesi-
– Octavio Paz dad de consumo simbólico de las instituciones mainstream. Pero
La mayoría de los artistas mexicanos, escribía hace tiempo si México está de moda ahora, deberíamos aprovechar este
Medina, se encuentran en la “batalla de la periferia tercermun- momento, no para ponernos una estrellita en una inauguración,
dista por el derecho a la contemporaneidad”. Si esto quiere como lo está haciendo la actual administración cultural, sino
decir algo, sería que la contemporaneidad no está aquí (en la para consolidar nuestras estructuras culturales”.
periferia), sino en ese allá (el centro) definido por los grandes Décadas atrás, el poeta Jorge Cuesta tuvo una visión muy
foros del arte mundial. Habrá para quien esto represente un lúcida de la época que vendría cuando dijo: “Hemos tenido una
sometimiento frente a la impersonalidad del mercado interna- atención especial en recuperar nuestras raíces, en dirigir nues-
cional y sus modas. Como observa Lorena Wolffer (artista del tros esfuerzos hacia las raíces. Yo quiero las ramas.” La inclinación
performance que lleva diez años “buscando transformar el cuer- nacionalista cambió, lo sabemos. Esa vuelta del ánimo encon-
po en un sitio desde el cual abordar fenómenos sociales y polí- tró no sólo a los poetas, sino también a una nueva generación
ticos”): “Hay una especie de tremenda dislocación entre el arte de artistas plásticos, que no quisieron ir a las raíces y se fueron
que se produce y el lugar de donde proviene. [...] En México el a las ramas. ¿Será que nuestros contemporáneos pasaron ya de
arte que se ve, el arte que se está apoyando, es un arte que está las ramas y andan en las nubes?
al servicio del mundo del arte.” Y en ese mundo se habla en in-
glés y el paso del tiempo se mide en bienales. Pero así es: en al- CADA COSA ES LO QUE ES, Y NO OTRA COSA
gunas épocas la balanza se inclina hacia alguna de las categorías ¿Podemos, y queremos, tener otro tipo de arte? En el presente, se
y produce un arte profundamente atento a los valores naciona- nos dice, el arte responde directamente a la imagen de un mundo
les o, por el contrario, lo lleva a trascender los particularismos inaprehensible en su capacidad de variación. El arte contempo-
locales y lo ubica en ese ambiguo terreno de lo universal. ráneo, advierte Abaroa, “es la respuesta a un entorno”. (El gran
El arte contemporáneo se encuentra transitando por uno de anhelo de Warhol: un arte que sólo alcanza su cumbre cuando
esos periodos en los que, más que por identidades regionales, logra abolirse a sí mismo y puede pasar por un objeto más en
se define por su “universalidad”. Y esto tiene que ver, sin duda, la alacena.) “La capacidad que tenemos actualmente de docu-
con asuntos extrínsecos al arte. Mucho más que el arte, ha cam- mentar, de hacernos de imágenes y materiales, de fotocopiar, de
biado el mundo. En esta aldea global en la que vivimos, el arte filmar, de registrar, de recortar, de imprimir: ésas son nuestras
tiene poco de local y mucho de internet. Al final, nos dice De- herramientas de comunicación y es lo que está en juego en el

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cómo te atreves a inventar cuando el mundo es tan cabrón y lo


tienes que corregir, lo tienes que analizar y lo tienes que comen-
tar. O sea, todo este arte de comentario, conceptual y poscon-
ceptual, es el arte que se dedica a comentar algo que lo rebasa.”
La pregunta tal vez sería: ¿qué necesitamos que sea el arte? La
realidad, según Wolffer, “siempre se va a chingar al arte”; poco
caso tiene, entonces, mantener la confusión. Para qué insistir en
que “el arte debe ser como la vida, cuando es al revés: el arte
solamente es lo que no es la vida”, elabora Lezama. A estas al-
turas, sin embargo, parece menos urgente determinar si el arte
debe nacer del arte y no, digamos, de la naturaleza, que asegu-
rarnos de que retenga su capacidad para actuar sobre la concien-
cia colectiva (para “extender el flujo de sentido en el mundo”,
diría el novelista Don DeLillo). Para Enrique Guerrero es muy
claro que el arte “algo te tiene que dar, algo te tiene que apor-
tar; si no te aporta nada, no debes de verlo, no debes de tener-
lo, así es. Hay gente a la que le da estatus, hay gente a la que le
da placer, hay gente a la que le da horror, hay gente a la que
le da sueño, hay gente a la que no la deja dormir: produce mu-
chas cosas y yo creo que el arte no ha cambiado mucho en ese
sentido; única y sencillamente se utilizan medios que antes no
Foto: Martín Vargas

se utilizaban porque no existían”.

CONSEJO A LOS PROMOTORES DE LA NOSTALGIA


No quisiera ser confinada en el papel de alguien que deplora lo actual,
incluso si, en efecto, lo deploro.
Lorena Wolffer arte contemporáneo”, comenta Itala Schmelz. Preferiría mantenerme al ataque.
Mientras Estas herramientas, en efecto, pueden decir mu- – Susan Sontag
dormiámos, cho sobre cómo hacer las cosas, pero casi nada Ni hablar: no todo lo actual nos es, necesariamente, contempo-
el caso Juárez , sobre qué cosas hay que hacer. Por lo pronto, ráneo. Ni lo que percibimos como contemporáneo debe ser, por
Performance, hemos pasado de la estética de la representa- fuerza, actual. Y lo actual es (por ahora) incierto. De cualquier
2002.
ción a la estética de la presentación. Y eso, nos modo, asegura Táboas, “el arte no busca ser popular y que todo
dice Medina, representa “un cambio de un lu- el mundo entienda y que todas las clases sociales vengan y
gar común cultural”. La anécdota, narrada por Plinio el Viejo, lo compartan. A mí en realidad me da igual: yo no busco hacer
de la contienda entre los pintores griegos Zeuxis y Parrhasios, algo para que las masas lo disfruten; eso es mentira; el arte no es
quienes competían para ver quién realizaba la pintura más sus- para toda la gente: es para los que de alguna manera pueden
ceptible de pasar por un objeto real, es quizá el más antiguo ejem- preocuparse por eso, porque no tienen otras preocupaciones más
plo del arte que no quiere ser arte, sino mundo. Eso era lógico, importantes”. No cabe duda de que las cosas no son como an-
continúa Medina, “dentro de la estética de la mimesis y de la re- tes; de que los artistas de hoy no entienden la oposición como
presentación, en donde el valor más alto de la representación se entendía ayer, tampoco; es cierto que asistimos al estadio más
ocurría en esta confusión, en donde la ilusión era absoluta. Con alto del culto a lo nuevo y que hay un desprecio bastante gene-
el cambio hacia las estéticas del siglo XX, ese topos perdura, pe- ralizado hacia el rigor, también. Pero, ¿eso es necesariamente
ro modificado y desplazado, y ahora es la confusión entre arte y terrible? La respuesta afirmativa llama, desde luego, a mante-
objeto despreciable, objeto ordinario”. ¡Un curador, por favor, nerse al ataque. Y el ataque no ha de hacerse desde la nostalgia,
este niño tiene cara de caja de zapatos vacía! Para el pintor Da- sino desde la lucidez. Después de todo, nos guste o no, tenemos
niel Lezama (uno de los pocos que todavía creen en el poder que arte para rato, arte actual.
reside en las cosas pequeñas, en las alusiones, en las metáforas
y, sobre todo, en las imágenes: en esa “sensación epifánica y ¿Y GABRIEL OROZCO?
reconciliadora que producen las grandes obras de arte”), el Pues mire, es el único artista mexicano que ha roto todas las
problema se origina en la historia reciente: “Después de las marcas que se pueden romper en el mundo del arte, muchas de
grandes masacres del siglo XX, hubo una sensación de culpa, hu- las cuales, para colmar la envidia de sus colegas, ha roto dos
bo la sensación de que el hombre no tenía derecho a inventar veces. Así que ante la pregunta por Gabriel Orozco sólo puede
cosas. Entonces, lo que hay ahora es una culpa ante la invención: decirse: “Muy bien, gracias”. ~

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