Congreso de Historia y Economia Social - Tomo 1 PDF
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y Solidaria en la Historia
de Amrica Latina y el Caribe
Cooperativismo,
desarrollo comunitario
y Estado
tomo i
Valeria Mutuberra Lazarini
y Daniel Plotinsky
(compiladores)
La Economa Social
y Solidaria en la Historia
de Amrica Latina y el Caribe
Cooperativismo, desarrollo
comunitario y Estado
tomo i
Plotinsky, Daniel
Plotinsky, Daniel
La economa social y solidaria en la historia de Amrica Latina y el
La economa social y solidaria en la historia de Amrica Latina y el
Caribe : cooperativismo, desarrollo comunitario y Estado / Daniel Plotinsky ;
Caribe : cooperativismo, desarrollo comunitario y Estado / Daniel Plotinsky
Valeria
y Valeria Mutuberra Lazarini.
Mutuberra Lazarini. - 1a- Ciudad
- 1a ed. ed. . - Autnoma
Ciudad Autnoma
de Buenos de Buenos Aires :
IDELCOOP
Aires : IDELCOOP - Instituto
- Instituto dede la Cooperacin
la Cooperacin - Fundacin
- Fundacin de Educacin,de Educacin,
Investigacin y Asistencia
Investigacin y Asistencia Tcnica,
Tcnica, 2015. 2015.
v. 1, 320
Libro p. ; 23x15
digital, PDFcm.
Archivo Digital:
ISBN 978-987-1687-05-3
descarga
ISBN 978-987-1687-09-1
ISBN 978-987-1687-06-0 (Obra completa)
ISBN 978-987-1687-08-4 (OBRA COMPLETA)
1.1.Cooperativismo.
Cooperativismo. 2. I. Mutuberra
Historia. Lazarini, I.Valeria
3. Latinoamrica. II.Lazarini,
Mutuberra Ttulo
Valeria
CDD 334
CDD 334
Ediciones Idelcoop
INSTITUTO DE LA COOPERACIN
Fundacin de Educacin, Investigacin y Asistencia Tcnica IDELCOOP
Presentacin................................................................................................7
Introduccin.................................................................................................9
La gnesis del presente libro tuvo lugar en Asuncin del Paraguay en ocasin
de la realizacin del Taller Internacional titulado La formacin de los Estados
latinoamericanos y su papel en la historia del continente. Dicho encuentro fue
co-organizado por historiadores y otros intelectuales paraguayos constituidos en
un Comit con tal propsito, la Asociacin de Historiadores Latinoamericanos
y del Caribe (ADHILAC) y nuestro Centro Cultural de la Cooperacin Flo-
real Gorini (CCC). Sesion entre los das 10 y 12 de octubre de 2011, con la
participacin de decenas de historiadores de toda Nuestra Amrica y de una
interesante cantidad de pblico paraguayo. El Centro Cultural de la Cooperacin
estuvo representado por quien esto suscribe, en su carcter de Subdirector, y los
investigadores del Departamento de Historia Alejandro Pisnoy, Roberto Deibe
y Lucas Ricci.
En la Asamblea de la ADHILAC, realizada durante el funcionamiento del
taller, propuse convocar para el ao 2012 un Congreso internacional de ADHI-
LAC en conjunto con las III Jornadas del CCC en Buenos Aires.
El propsito era tomar la resolucin de las Naciones Unidas que haban
decretado al ao 2012 como Ao Internacional de las Cooperativas para con-
vocar a quienes, desde todo el continente, pudieran exponer sobre el coope-
rativismo y la economa social en general. El objetivo era lograr una cantidad
de ponencias que pudieran dar cuenta de la riqueza y potencialidad de dichas
formas organizativas sociales, y que recogieran testimonios sobre la construccin,
desarrollo, resistencias y luchas de las mismas.
El fin ltimo era editar un libro que contuviera algunos de los trabajos
presentados sobre las experiencias desarrolladas en Amrica Latina y el Caribe,
habida cuenta de la inexistencia, hasta el momento, de un trabajo global que
informara sobre el estado de los estudios en perspectiva histrica de las organi-
zaciones de la economa social.
Los trabajos que conforman este libro han sido seleccionados entre el cente-
nar de ponencias presentadas y debatidas en el Congreso Internacional: La Economa
Social y Solidaria en la historia de Amrica Latina y el Caribe. Cooperativismo, desarrollo
comunitario y Estado, organizado por la Asociacin de Historiadores Latinoameri-
canos y del Caribe (ADHILAC) y el Centro Cultural de la Cooperacin Floreal
Gorini (CCC), en el marco de la conmemoracin del Ao Internacional de las
Cooperativas. El mismo se desarroll en el CCC entre el 24 y 26 de setiembre
de 2012.
El proceso de seleccin no fue sencillo ya que, por razones de espacio, no
se incluyen ms de la mitad de los 107 trabajos presentados por historiadores y
dirigentes de toda Nuestra Amrica, sin dejar de reconocer que la totalidad de
las ponencias muestran el grado de desarrollo y la riqueza del campo terico y
de las experiencias de cooperativas y organizaciones de la Economa Social y
Solidaria de la regin.
Finalmente, y tomando como punto de partida la calidad y pertinencia de
las investigaciones, se decidi seleccionar los artculos en funcin de que fueran
una muestra representativa de la compleja realidad de las experiencias de la Eco-
noma Social y Solidaria (ESyS) en nuestra regin, de las diferentes metodologas
de abordaje a esas experiencias, y de las visiones y expectativas tericas respecto
al aporte del sector a la realidad socioeconmica nuestraamericana.
Se intent, adems, que estuviera representado el ms amplio espectro tem-
poral y territorial; en este sentido los 43 trabajos seleccionados cubren ms de un
siglo de evolucin histrica y corresponden a experiencias argentinas (26 artcu-
los), mexicanas (seis artculos), brasileas (cinco artculos), colombianas (dos art-
culos), ecuatorianas, venezolanas, espaolas y cubanas (un artculo de cada pas).
En las pginas del presente libro los lectores encontrarn producciones indi-
viduales y colectivas, orientadas a relatar experiencias y prcticas y/o a promover
reflexiones y debates sobre las diferentes expresiones que se desarrollan en nues-
Historia Economa Social y Solidaria en Amrica Latina y el Caribe | 9
tros pases en el amplio campo de la Economa Social y Solidaria.
Si bien se opt por publicar los artculos por orden alfabtico de autores,
los trabajos pueden agruparse en cuatro grandes reas: experiencias y prcticas,
reflexiones y debates, normativa y polticas pblicas, y educacin.
Los 18 trabajos que se centran en el relato reflexivo de experiencias y prc-
ticas, abarcan a su vez una amplia variedad de temticas y abordajes. Dos de ellos
son anlisis de procesos histricos de larga duracin referidos al devenir del coo-
perativismo colombiano (Luz Patricia Pardo Martnez y Mara Victoria Huertas)
y del cooperativismo catlico en el centro de Mxico (Octavio Montes Vega) a
lo largo del siglo XX.
Los trabajos de Leandro Moglia y Alejandro Pisnoy analizan el papel de la
inmigracin en el desarrollo del cooperativismo agrcola chaqueo y bonaerense
(Argentina) desde fines del siglo XIX, mientras que los presentados por Jos G-
mez Lopez, Celso Torres do Nascimento y Luciane Maria da Silva reflexionan
sobre las caractersticas y perspectivas de desarrollo de cooperativas agrcolas en
tres zonas diferentes del Brasil, y Lourdes Romero Navarrete, Daniel Murillo
Licea y Teresa Rojas Rabiela se concentran en el anlisis de la autogestin del
agua de riego en las comunidades mexicanas.
Cinco trabajos, por su parte, coinciden en el anlisis de experiencias soli-
darias en el mbito financiero: Juan Jos Rojas Herrera analiza la experiencia
de las cooperativas rurales durante la revolucin mexicana, Daniel Plotinsky el
papel del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos en la expansin de las
cajas de crdito argentinas en la dcada del 60 y Mara Cristina Goires y Ga-
briela Ibarzbal la evolucin de una de esas cajas de crdito que naci bajo el
impulso del Instituto. Por otra parte, Alejandra Gulli y ngel Gmez reflexionan
sobre el accionar dirigencial en una filial del Banco Credicoop del conurbano
bonaerense (Argentina), mientras que Cristina Cadena Palacios lo hace sobre las
posibilidades de empoderamiento popular generadas por las finanzas populares
en Ecuador.
Otro grupo de trabajos refieren a experiencias ms recientes en el campo
de la ESyS. Eliana Ortubia Daz y Emanuel Jurado trabajan sobre las estrategias
de comercializacin de empresas recuperadas por los trabajadores en la provincia
argentina de Mendoza; Manuela y Francisco Salau Brasil, sobre la experiencia de
los clubes de trueque en Argentina, Brasil y Chile; y Cecilia Gajardo, Carolina
Martn y Ana Valtriani se ocupan de un programa de diversificacin productiva
en la regin cordillerana de Chubut (Argentina).
Finalmente, el trabajo de Odin vila Rojas analiza las experiencias y prcti-
cas del zapatismo mexicano, mientras que Ulises Camino reconstruye las prcti-
cas cooperativas prehispnicas en la puna argentina.
Los once trabajos que coinciden en aportar a la reflexin y el debate sobre
la situacin y posibilidades de desarrollo de las diversas experiencias de la ESyS
Daniel Plotinsky
Director del Archivo Histrico del Cooperativismo de Crdito y adscripto
a la direccin de Idelcoop Instituto de la Cooperacin
1. Introduccin
Formacin, experiencias, prcticas, representaciones, economa social y soli-
daria; palabras que se imbrican en el recorrido del proceso educativo integral del
Diploma de Extensin Universitaria de Operador Socioeducativo en Economa Social y
Solidaria (DOSESS) y que nos invitan a reflexionar en torno al mismo.
El DOSESS fue diseado por el Programa CREES (Construyendo Redes
Emprendedoras en Economa Social) de la Universidad Nacional de Quilmes
(UNQ) y su objetivo radica, fundamentalmente, en fortalecer la formacin de
dirigentes territoriales en Economa Social y Solidaria (ESS), en vistas a la gene-
racin de prcticas ms autogestivas, sustentables y solidarias.
A partir del 2010 el mismo fue implementado por la Universidad en articu-
lacin interinstitucional con los Ministerios de Desarrollo Social y Educacin de
la Nacin, y fue dirigido a los denominados orientadores de las Cooperativas
del Programa de Ingreso Social con Trabajo: Argentina Trabaja. En esta opor-
tunidad se formaron, durante un ao, alrededor de 800 cooperativistas, a partir
3. Esta figura fue creada desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nacin, con el objetivo de
fortalecer el proceso asociativo de las cooperativas. El orientador es un cooperativista mas y
trabaja junto a sus compaeros, pero adems se le asigna el rol de acompaar a las cooperativas
en su proceso organizativo y autogestivo, haciendo adems de puente entre diversas polticas
pblicas, los cooperativistas y los territorios. Dada la magnitud del desafo planteado, resultaba
fundamental su fortalecimiento, acompaamiento y formacin, necesidad a la que el DOSESS se
propuso responder.
4. Las comisiones relevadas se localizaban en los partidos de San Fernando, San Martn, Glew,
Ciudad Evita (2 comisiones), Jos C. Paz (4 comisiones), Campana, Moreno (2 comisiones), Ramos
Meja, Matanza, Bernal (4 comisiones), Varela, Moreno, San Fernando y Banfield, de la Provincia de
Buenos Aires, Argentina.
5. Se calific en una escala de Muy Satisfactorio, Satisfactorio, Poco Satisfactorio o Nada Satis-
factorio.
6. Se calific en una escala del 1 al 5, en la que 1 corresponda a Ninguno y 5 a Mucho.
7. Educador Popular y Socilogo. Director General del Centro de Estudios y Publicaciones Alforja y
coordinador del Programa Latinoamericano de Apoyo a la Sistematizacin del CEAAL (Consejo de
Educacin de Adultos de Amrica Latina).
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nidades de Aprendizaje, Barcelona Forum 2004, Barcelona, 5-6 Octubre 2001. Mimeo.
1. Introduccin
El cooperativismo de consumo ha sido fomentado, desde los inicios del coo-
perativismo en Colombia, de forma moderada por un sin nmero de rganos del
Estado colombiano buscando obtener de ellas la ventaja cooperativa de disminu-
cin y regulacin de precios.
Sin embargo, las cifras dan cuenta de una merma progresiva de estas organi-
zaciones en nmero y significancia dentro del universo cooperativo. Al respecto
hay poca documentacin y la invisibilidad estadstica y analtica predomina.
En este papel de trabajo se analizar, de forma muy tangencial, el desarrollo
del cooperativismo de consumo en Colombia durante los aos 1980-2010, a
partir de un estudio documental de las polticas pblicas y la relacin de stas
organizaciones con los gremios cooperativos. Esto con el fin de identificar refe-
8. Este artculo es una sntesis actualizada del captulo denominado Las polticas pblicas en el
sector de cooperativas de consumo 1980-2010 contenido en Mora, Christian director- (2011),
Polticas pblicas y cooperativismo en Colombia: 30 aos de encuentros y desencuentros, Editorial
IEMP-Procuradura, Bogot.
9. Coordinador acadmico del Centro de Investigacin y Educacin Cooperativas de la Cooperativa
de Profesores de la Universidad Nacional de Colombia.
Nmero de cooperativas
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987
Aos
Fuente: elaboracin propia a partir de Informes DANCOOP al Congreso de la Repblica
Cooperativas de consumo
5000
4000
3000
2000
1000
0
1989 1991 1993 1997
Aos
Fuente: elaboracin propia a partir de: 2000 (Cerda y Pineda, 2005), 1993 (Padilla y Atehorta,
2005, pp.25); 2001 (Estadsticas de Cooperativas por actividad econmica -comercio al por mayor
y al por menor reparacin de vehculos automotores, motocicleta, efectos personales y enseres
domsticos- Confecoop) 2002-2009 (Estadsticas de entidades de economa solidaria por actividad
econmica Supersolidaria). ND: no disponible.
Sobre la integracin
Las cooperativas de consumo no lograron integrarse y generar economas de
escala suficientes para competir en los mercados. Esto vino aparejado de un insu-
ficiente apoyo y compras intercooperativas entre las organizaciones del sector. En
ello contribuye la ausencia de una poltica y personalidad compartida. Tambin
contribuye la falta de unicidad gremial frente a los dems sectores econmicos,
fruto de intereses particulares de directivos y representantes gremiales. En defi-
nitiva, el sector se presenta al pas fragmentado en pedazos de diverso tamao y
condicin (Mendoza, 1977).
Los gremios y en parte el Estado, no han reconocido el rol de las coopera-
tivas de consumo como generadoras de desarrollo. Su papel ha sido asociado a
actividades conexas sin una mayor fuerza productiva y de hecho en un Diagns-
tico concertado realizado al cooperativismo colombiano a finales de la dcada de
los setenta del siglo pasado, se present como debilidad la alta concentracin del
sector cooperativo en reas no productivas como el consumo (DANSOCIAL-
PNUD-OIT, 1982). En este contexto el nico rol que se atribua a las coope-
rativas de consumo era la potencialidad que tenan de luchar contra la inflacin.
Su fomento buscaba instrumentalizar a esta forma organizacional como herra-
mienta de combate contra la inflacin y en la prctica no hubo evidencias del rol
cumplido, por lo que estas organizaciones quedaron en el olvido y enfrentadas
a una voraz competencia con hipermercados dispuestos a competir con precios
bajos para absorber temporalmente los clientes y Cajas de Compensacin co-
financiadas por el Estado, los trabajadores e incluso los propios cooperativistas.
La ausencia de visibilidad sectorial y el consecuente olvido de las estadsticas
gener que este subsector cooperativo fuera unido a otro tipo de organizaciones.
Entrevistas efectuadas
Rymel Serrano Uribe, Clemencia Dupont, Christian Mora, Hernando Zabala, Carlos Uri-
be Garzn, Julio No Cely, Alfonso Camargo, Carlos Acero, Carlos Julio Pineda, Benjamn
Ramrez.
1. Introduccin
El supuesto terico-metodolgico que guiar la presente investigacin parte
de entender el trabajo como una actividad social fundamental, constitutiva. Es a
partir de esta ontologa de ser social que estudiaremos la Economa Popular en
el marco de los programas impulsados por el Estado nacional.
A partir de la nocin estructuradora de trabajo como elemento fundamental
de la realidad social y material, abordaremos, en primer lugar, el anlisis de las
caractersticas que asume la nueva morfologa del trabajo, la configuracin del
mundo del trabajo en la Argentina reciente y la constitucin del sujeto (colecti-
vo) trabajador. Es a partir de esta primera caracterizacin que nos abocaremos, en
segundo lugar, al estudio del impacto de las polticas sociales ligadas a la econo-
ma social en el pueblo trabajador. Concepciones y lgicas, impactos de sentido,
construccin de subjetividad y configuracin de una materialidad sern los ejes
que orientarn esta segunda aproximacin analtica.
Tanto para Marx como para Lukcs la historia humana es la historia de la
transformacin de las condiciones materiales de la vida social mediante el traba-
jo. El desarrollo del ser humano como sujeto histrico no es sino el desarrollo de
su capacidad para actuar sobre la naturaleza, a fin de transformarla en un medio
para s.
10. FCH-UNCPBA
12. El sinnimo de poblacin obrera sobrante (aunque este trmino es ms amplio por incluir a
aquellos imposibilitados para el trabajo) es el Ejrcito Industrial de Reserva que es un concepto de-
sarrollado por Marx en la crtica a la economa poltica que se sustenta en la existencia de una parte
de la poblacin que resulta excedentaria como fuerza de trabajo. Un ejrcito industrial de reserva,
es una fuente de desempleados permanentes necesaria para el funcionamiento del sistema de
produccin capitalista.
13. Cieza, Guillermo: Borradores sobre la lucha popular y la organizacin, Manuel Suarez Editor,
Avellaneda, 2006.
14. De vuelta en pie. 2002 a 2007. Sistematizacin de las prcticas del Banco Popular de la
Buena Fe. Ministerio de Desarrollo Social de la Nacin. Secretara de Polticas Sociales y Desarrollo
Humano. Marzo, 2008.
5. Conclusiones
La premisa que fundamenta esta investigacin, que entiende al trabajo como
constitutivo del ser social, nos conduce hacia un interrogante decisivo: Qu su-
jeto social se construye a partir de la actual configuracin del mundo del trabajo?
15. Dato curioso si tenemos en cuenta que la cantidad mnima de socios de una cooperativa de
trabajo, por ejemplo, segn la ley nacional de cooperativas 20.337 es de 6 integrantes.
16. Ciolli, V. y Rodrguez, M.: Tensiones entre el emprendedorismo y la autogestin: el papel de las
polticas pblicas en este recorrido Revista ORG & DEMO, Vol. 12, No 1, 2011
17. Mszros, Itsvan: Ms all del capital, The Merlin Press, Londres, 1995
Bibliografa
Antunes, Ricardo: Al final quin es la clase trabajadora hoy?, Revista Herramienta n36, Edi-
ciones Herramienta, Bs. As., 2007.
Antunes, Ricardo: Sobre Ms all del capital, de Istvn Mszros., Revista Herramienta n18,
Ediciones Herramienta, Bs. As., 2002.
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mienta, Bs. As., 1998.
Arencibia, Fabiana: Profundizar cual modelo, en Red Eco, 29/01/2011.
18. Mszros, Itsvan: Ms all del capital, The Merlin Press, Londres, 1995
Introduccin
Este trabajo responde a las indagaciones realizadas mediante dos procesos de
investigacin y formacin profesional. Por un lado las diversas experiencias de
Economa Social y Solidaria en las que he tenido la oportunidad de participar
como gestor, investigador o extensionista. Por otro, la formacin en los canales
normales de grado y postgrado en diversas temticas vinculadas a la Econo-
ma Social y Solidaria, Tecnologas Convencionales, Desarrollo Local, Tecnolo-
gas Sociales, etc... guiadas por la conviccin de que es necesario el plantear un
nuevo tipo de desarrollo que sea inclusivo socioeconmicamente, que fomente
la democratizacin poltica y el desarrollo local armnico de nuestros pueblos.
Es en este sentido que proponemos que el incipiente campo de la Economa
Social y Solidaria (ESS); para la gran mayora de personas que la practican pero
no la visualizan como tal; el potencial que conjuntamente con la utilizacin de
Tecnologa Social puede constituirse en la base para la consolidacin de un mo-
delo diferente y posible de sociedad.
19. Ministerio de Desarrollo Social- Gobierno de la Provincia del Neuqun. Red Trasandina de Tec-
nologas Sociales para la Inclusin Social, el Desarrollo Local y la Democratizacin Poltica.
20. Memoria del taller de RIPESS Latinoamrica y Simposio Latinoamericano de Economa Solidaria.
Lima: concertando agendas para promover la economa solidaria. 28-30 Noviembre 2007, Lima
Per. Ediciones la Huella Digital, Lima, 2008.
Es decir que el abanico desde donde miramos es muy amplio por lo que nos
da la posibilidad de contar con un colchn cognitivo importante.
21. Mesa de Economa Social del Neuqun, Documento de Trabajo en referencia al proyecto de Ley
Provincial de Economa Social Solidaria, Agosto 2012
22. Novaes, Henrique (org.) 2011. O retorno do caracol a sua concha. Sao Paulo: Expressao
Popular.
23. Dagnino, Renato (org) 2010. Tecnologa Social. Ferramenta para construir outra sociedade. 2da
ed., Campinas, SP: Komedi.
24. Fraga, Lais. 2011. Autogesto e tecnologia social: utopia e engajamento. Publicado em Gesto
Pblica e Sociedade: fundamentos e polticas pblicas da Economia Solidria. Vol. 1. So Paulo:
Editora Outras Expresses.
Cierre
El presente trabajo pretende lograr que se genere un proceso de discusin y
accin crtica acerca de la relacin entre Economa Social Solidaria y la Tecno-
loga Social, en funcin de la necesidad de la creacin de un puente entre ambas
para que la Economa Social Solidaria pueda constituirse en un proyecto con
amplitud de posibilidades de generar un nuevo modelo de desarrollo alternativo
al existente.
Pensando en que el desafo de incluir a los hoy excluidos del sector formal
en la Economa Social Solidaria y no en el formal. Hay que ampliar de manera
tal el campo para que el mismo pueda por un lado empezar a integrar las diversas
escalas productivas existentes al interior de la Economa Social Solidaria de tal
manera que el sector pueda ir fortalecindose a la vez que integra las cadenas
productivas a su interior.
Este desafo no es fcil porque existen diversas posiciones que en el movi-
miento de la Economa Social Solidaria estn presentes, muchas de ellas pecan
Bibliografa
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Introduccin
A raz de la experiencia laboral llevada a cabo en distintas dependencias p-
blicas del AMBA (rea Metropolitana de Buenos Aires) que dirigen su atencin
a la juventud o adolescencia, he podido observar que la poltica pblica orientada
a este sector de la poblacin no logra dar respuestas satisfactorias en lo concer-
niente a las posibilidades de pensar un proyecto de vida personal a mediano o
largo plazo. Tal vez como consecuencia de ello, muchas veces los jvenes se ven
involucrados en situaciones de violencia, sea como vctimas o victimarios. De
aqu que el presente trabajo intenta tomar algunos de los ejes que propone el
enfoque de Desarrollo Local para comenzar a pensar en las polticas de juventud
que se aplican en el mbito de la ciudad de Buenos Aires.
Lo que interesa es reflexionar sobre la situacin actual de aquellos sectores
que viven en los enclaves ms pobres de la ciudad, que atraviesan desde hace al
menos dos dcadas situaciones de exclusin social sumamente alienantes.
El trabajo propone pensar algunos de los tpicos planteados por el enfoque
de Desarrollo Local como canales novedosos de inclusin social de los jvenes
adolescentes de sectores vulnerados de la ciudad. En particular interesan con-
ceptualizaciones y prcticas tales como el cooperativismo y el asociativismo, la
25. Basado en trabajo presentado en el Seminario Desarrollo Local, Gestin Urbana y Participacin
de la Carrera de Especializacin en Polticas Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.
26. Lic. en Trabajo Social por la Universidad de Buenos Aires, tesista del Posgrado de Especiali-
zacin en Polticas Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Becaria del Departamento de
Cooperativismo del Centro Cultural de la Cooperacin (CCC) Floreal Gorini.
Desarrollo
Jvenes: Historia y Situacin Actual de la Niez
La Convencin Internacional de los Derechos del Nio (CIDN) fue apro-
bada en el ao 1989 e incorporada a la Constitucin Nacional en 1994 con la
reforma respectiva. Esto condujo a que en nuestro pas se empezaran a disear e
implementar polticas pblicas que dieran forma concreta a una poltica de niez
y juventud. Cabe aqu una aclaracin: en este trabajo se adoptarn indistinta-
mente los conceptos niez, juventud y adolescencia justamente por estar todos
enmarcados en lo que constituye la niez, comprendida por aquel sector de la
poblacin que tiene entre 0 y 18 aos de edad, si bien la juventud es entendida
hoy, segn el enfoque terico, desde distintos ngulos que logran extenderla
hasta los 25 aos de vida e incluso ms.
De manera que como poltica pblica la juventud tiene una historia acotada
o reciente, ya que si bien existieron distintas formas de intervencin con respecto
a la niez generalmente se hizo desde lo que hoy podemos denominar sector
privado, o bien desde el Estado de Bienestar aunque a travs de la situacin con-
textual de pleno empleo27. Por lo tanto, llegado el ocaso de este paradigma de
Estado la situacin general de la poblacin se vio alterada, modificada afectando
lgicamente tambin la situacin de la niez.
A esta altura de la historia es posible afirmar que los cambios acaecidos en la
estructura productiva del pas repercutieron de modo diferencial en las ciudades,
sobre todo en la ciudad de Buenos Aires cuya centralidad respecto del pas se
mantiene. Esto es, si bien la calidad del empleo ha variado sustancialmente por lo
menos en las ltimas tres dcadas, las posibilidades de encontrarlo no se reduje-
ron tanto como s sucedi en ciudades ms pequeas o incluso en zonas rurales.
Es que sta -la capacidad de emplearse- fue la condicin que habilit durante
dcadas a ejercer ciertos derechos garantizados en la Constitucin Nacional.
Adems de constituirse como rea especfica dentro de la poltica pblica, la
niez ha tenido en los ltimos aos algunos cambios que responden a una modi-
27. Por caso: las intervenciones desde la sociedad civil, se pueden mencionar sociedades filan-
trpicas o la Fundacin Eva Pern (que no era en la formalidad una estructura del Estado); en lo
que refiere a las intervenciones desde el Estado de Bienestar, hago referencia a que se llegaba a
los nios/as y adolescentes a travs de, por ejemplo, la implementacin de polticas de seguridad
social que fueron paulatinamente incorporndose como parte de la situacin de empleo de los
adultos; mucho tiempo la inclusin de los miembros menores de las familias se alcanz mediante
estos mecanismos.
28. Es conocida como Ley de Patronato o ley Agote la N 10.903, del ao 1919, que regulaba la
situacin de nios/as que tenan vulnerados uno o algunos de sus derechos fundamentales, y cuya
crtica principal hacia fines del siglo XX residi en la tutela que ejerca el Estado mediante las dispo-
siciones judiciales; ello se calific en la jerga como judicializacin de la pobreza.
29. Ms adelante se desarrollar este aspecto de la poltica.
33. Souza Santos, Boaventura (Org.): Producir para vivir: los caminos de la produccin no capitalis-
ta. Civilizacin Brasileira; Ro de Janeiro; 2002.
34. Coraggio, Jos Luis y Arancibia, Ins: Recuperando la economa: entre la cuestin social y la
intervencin social. Congreso Nacional de Trabajo Social: De Arax a Mar del Plata; mayo 2004.
35. Coraggio, J.L: Recuperando la economa: entre la cuestin social y la intervencin social; p. 4.
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- SOUZA SANTOS, Boaventura (Org.): Producir para vivir: los caminos de la produccin no
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39. EZLN, Qu tan grande es el mundo?, Comunicado del 17 de febrero de 2010, en; http://www.
cedoz.org/site/content.php?doc=612&cat=74.
40. CECEA, Ana Esther, Derivas del mundo en el que caben todos los mundos, Mxico-Argentina-
46. Una categora poltica que tiene un reducido espectro explicativo para enunciar lo que fue un
cambio de partido profesional electoral en la toma del poder poltico ms que una transicin, puesto
que no hubo una transformacin de sentido en la historicidad nacional de la poltica mexicana en
el 2000, por lo menos no fue as por parte del sistema poltico an prevaleciente en nuestros das.
Revsese la ponencia en versin escrita de FERNNDEZ CHRISTLIEB, Paulina, La transicin extra-
viada, en; Ciclo de mesas redondas: Democracia y Estado en el Mxico actual, Mxico, D. F., 15
a 17 de noviembre de 2006, 8 p. Este texto fue proporcionado por la autora y es parte de una in-
vestigacin ms amplia sobre la crisis de los partidos polticos mexicanos, en la cual se trabaja tam-
bin el zapatismo como posible alternativa frente a tal fenmeno. En los ltimos aos la politloga
interdisciplinaria se ha enfocado ms a estudiar la organizacin y formas polticas de los zapatistas.
47. Cfr. El termino de Gaetano Mosca con la tradicin marxista crtica latinoamericana de los ltimos
decenios.
48. MOSCA, Gaetano, La clase poltica, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2004, p.p. 91-111.
49. GRAMSCI, Antonio, La sociedad civil, en; SACRISTN, Manuel, Antologa Antonio Gramsci.
Seleccin, traduccin y notas, Espaa, Siglo XXI, 1974, p.p.290-291.
50. COMIT CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDGENA-COMANDANCIA GENERAL del EJERCI-
TO ZAPATISTA de LIBERACIN NACIONAL, Segunda Declaracin de la Selva Lacandona, en; Ejer-
cito Zapatista de Liberacin Nacional, Declaraciones de la Esperanza, Mxico, FZLN, 2000, p. 15.
51. Ibid.p.13.
52. Idem.
53. Ibid.p.15.
54. Convencin Nacional Democrtica fue la propuesta principal de la Segunda Declaracin de la
Selva Lacandona, en donde el EZLN convoca a una lucha democrtica bajo los siguientes puntos:
1) Usurpacin de la herencia legal de las luchas mexicanas por pate del priismo; 2) la Carta Magna
es la voluntad popular; 3) que la salida del usurpador del Ejecutivo Federal no basta y es necesaria
una nueva ley para nuestra patria nueva, la que habr de nacer de la lucha de todos los mexicanos
honestos; 4) es necesario utilizar todas las formas de lucha para lograr el trnsito hacia la democra-
cia en Mxico. La CND tuvo como objetivo principal organizar la expresin civil y la defensa de la
voluntad popular. Vase: b. P.p. 17-18.
55. Abreviatura de la Convencin Nacional Democrtica.
56. COMIT CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJER-
CITO ZAPATISTA DE LIBERACIN NACIONAL, Tercera Declaracin de la Selva Lacandona, enero
de 1996, en; Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional, Declaraciones de la Esperanza, Mxico,
62. Vase el debate entre Atilio Born y John Hoolloway sobre la comprensin de sociedad civil en
el universo zapatista y su aplicacin en los ncleos polticos urbanos. Esto puede encontrarse en;
BORON, Atilio, La selva y la polis. Interrogantes en torno a la teora poltica del zapatismo, en; Chia-
pas, No. 12, Mxico, Instituto de Investigaciones Econmicas-UNAM-Era, 2001, p.p. 89-114. Y su
respuesta en: HOLLOWAY, John, Gente comn, es decir, rebelde. Mucho ms que una respuesta
a Atilio Born, en; Chiapas, No. 16, Mxico, Instituto de Investigaciones Econmicas-UNAM-Era,
2004, p.p. 155-162.
Fuentes de informacin
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en; Contra historias, La Otra Mirada de Clo, No. 7, Mxico, marzo-agosto, 2006, p.p. 7-24.
BORON, Atilio, La selva y la polis. Interrogantes en torno a la teora poltica del zapatismo,
en; Chiapas, No. 12, Mxico, Instituto de Investigaciones Econmicas-UNAM-Era, 2001, p.p.
89-114.
CECEA, Ana Esther, Derivas del mundo en el que caben todos los mundos, Mxico-Argentina-
Espaa, CLACSO-Siglo XXI, 2008, 143 p.
COMIT CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDGENA-COMANDANCIA
GENERAL del EJERCITO ZAPATISTA de LIBERACIN NACIONAL, Declaracin
de la Selva Lacandona, en; Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional, Declaraciones de la
Esperanza, Mxico, FZLN, 2000, p.p. 9-11.
COMIT CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDGENA-COMANDANCIA
GENERAL del EJERCITO ZAPATISTA de LIBERACIN NACIONAL, Segunda De-
claracin de la Selva Lacandona, en; Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional, Declaraciones
de la Esperanza, Mxico, FZLN, 2000, p.p. 12-19.
COMIT CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDGENA-COMANDANCIA
GENERAL DEL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACIN NACIONAL, Tercera
Introduccin
Desde principios de siglo se viene gestando un contexto favorable para el
desarrollo social que permite a los sectores de la Economa Social en general, y
al cooperativismo en particular, consolidarse y as abordar, replantear y debatir
cuales son las diferentes problemticas que dificultan o bloquean su evolucin.
Por otro lado, esta consolidacin permiti posicionar al sector en forma favora-
ble, aspecto que propicia la creacin de un marco normativo que acompae su
crecimiento.
El presente trabajo es parte de una investigacin que se est llevando ade-
lante en el Centro Cultural de la Cooperacin Floreal Gorini que pretende
hacer un anlisis del pensamiento de Aaron Gleizer y Floreal Gorini a travs de
sus aportes y contribuciones al movimiento cooperativo y a la sociedad, para
poder evaluar la vigencia de sus planteos y preocupaciones al contrastarlos con
las problemticas actuales del cooperativismo, especficamente las cooperativas
de trabajo.
Para ello realizamos un extenso relevamiento en los distintos mbitos en los
que han dejado sus enseanzas y propuestas, en los debates que han sabido dar y
en las opiniones de quines han tenido el privilegio o la oportunidad de trabajar
AARON GLEIZER
Polemista vehemente, de una slida formacin profesional y principista, ab-
negado como pocos y defensor apasionado de sus profundas convicciones, Aarn
Gleizer dedic su vida a los principios y valores cooperativos.
El Dr. Aarn Gleizer se distingui por su asombrosa memoria, una gran
capacidad de trabajo, su formacin acadmica rigurosa y una cultura general
incomparable. Brind un aporte invalorable a travs de artculos, charlas y opi-
niones slidamente fundadas sobre temas doctrinarios, econmicos, normativos
y tcnicos.
Graduado de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Bue-
nos Aires (FCE - UBA) en las carreras de Contador Pblico Nacional y Licen-
ciado en Economa fue docente invitado de la facultad de Ciencias Econmicas.
Ingres al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) a princi-
pios de la dcada del 60 en pleno esplendor de las Cajas de Crdito Cooperati-
vas. Comenz desempendose en el equipo de auditores externos y posterior-
mente actu como asesor normativo de la Gerencia General y la Presidencia de
sta entidad.
En la Confederacin Cooperativa de la Repblica Argentina (COOPE-
RAR) se desempe en la sindicatura y colabor en el anlisis de los dictmenes
en materia tributaria, en la rama del crdito cooperativo y en el asesoramiento
al Consejo de Administracin de la Central Cooperativa. Fue distinguido en el
ao 2007 con el cargo de Consejero Honorario Vitalicio en reconocimiento por
su trayectoria consecuente.
Otro mbito en el que desempe sus aptitudes profesionales, siempre te-
FLOREAL GORINI
Dueo de una coherente conducta principista, dirigente poltico y coo-
perativo de vasta trayectoria, Floreal Gorini naci el 15 de Octubre de 1922.
Su padre, tuvo una gran influencia en su formacin. Hombre de una conducta
rectsima y convicciones inquebrantables. Defensor acrrimo de la justicia, la
igualdad y la solidaridad.
Egresado del Colegio Industrial de La Plata en 1941 como tcnico qumi-
co. Comenz trabajando como cobrador de boletos de colectivo. Siempre lo
acompa su aficin por la lectura, aprovechando pocas duras de baja actividad
poltica para incorporar la mayor cantidad de conocimientos y saberes.
Aos ms tarde, ingreso como empleado en una fbrica de sombreros donde
llego a la jefatura en poco tiempo. Paralelamente comenz a participar acti-
vamente en la Sociedad de Resistencia de Obreros Sombrereros, dirigida por
anarquistas, socialistas y comunistas. En 1945 tras una extensa huelga en la fbrica
en la que trabajaba y una larga negociacin bajo su liderazgo, logr la reincorpo-
racin de los cesanteados (excepto la suya por ser jefe) y la aceptacin por parte
de la patronal de todos los reclamos de los trabajadores.
Su segunda experiencia fuerte en el mbito laboral fue en el Banco In-
dustrial hasta el 1959, ao de la famosa huelga bancaria organizada contra el
Otros
5% 19%
Principios y valores cooperativos
8% Ecologa
13%
Internacionales
7% Ley de cooperativas
2% Normas contables e impositivas
26% 3% Cajas de crdito y banca solidaria
17% Seguridad social
Regulacin especfica del tipo cooperativo
30
25
20
15
10
5
0
1974 1976 1978 1980 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2010
Aos
Fuente: elaboracin propia en base a matriz de documentos
66. Dilogo con Floreal Gorini / entrevista: Alberto Catena. de. Desde la Gente, ao 2002.
67. Gorini (2004).
68. Gleizer (2004).
Conclusin
Tanto Gorini como Gleizer han sabido desarrollar su pensamiento y trabajo
sobre cooperativas conjugando anlisis tcnico, poltico e histrico lo que pre-
tende abordar la problemtica de forma acabada y comprensiva de los procesos
en los que se encuentran inmersas desde aquellos tiempos a la actualidad el
movimiento cooperativo. Asimismo, no slo sus valiosos aportes se han limitado
al campo de la teora sino que tambin han aplicado su estudio a una militancia
activa que propicie un mejor campo para el desarrollo del movimiento coope-
rativista.
Bibliografa
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Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires,
Las Empresas Recuperadas en la Argentina, edicin de Cooperativa Chilavert, ao 2010.
Introduccin
La necesidad de realizar estudios que permitan comprender la realidad de
las finanzas populares en Ecuador, su evolucin en los ltimos aos y el papel
que tiene sobre el desarrollo local, productivo y econmico del pas, obedece
a varias razones. Por un lado, la fuerte expansin del Sistema Cooperativo de
Ahorro y Crdito a raz de la crisis econmica y financiera de 1999. Por otro
lado, el reconocimiento -por primera vez en la Constitucin de la Repblica del
ao 2008- de que dichas instituciones forman parte de la Economa Popular y
Solidaria dentro del modelo econmico vigente.
Analizar a este sector y su rol en la economa ecuatoriana, comienza por
comprender que sus instituciones nacen a travs de una necesidad individual y
se concretan de forma colectiva, apelando a principios y valores cooperativos
caractersticos, los cuales actan como directrices para orientar la conducta y la
accin de las cooperativas y sus socios. En este sentido, la cooperacin, la ayuda
mutua y la solidaridad juegan un papel central y se manifiestan como elementos
inherentes en la manera en la que los actores buscan enfrentar los problemas,
satisfacer sus necesidades y desarrollar una organizacin. Con la finalidad de
construir una red que vaya ms all de la simple inclusin al sistema econmico
actual, se manifiestan de forma activa como una sola estructura articulada, capaz
de aprovechar las ventajas de la participacin conjunta y cooperacin.
83. Economista de la Pontificia Universidad Catlica del Ecuador. Estudiante PhD de la Universidad
Santiago de Compostela
84. El trmino de cooperativas de ahorro y crdito reguladas se refiere a aquellas que se encontra-
ban bajo la supervisin de la SBS, dejando el trmino de no reguladas para las cooperativas bajo
la regulacin de la DINACOOP.
70%
60,4%
60%
56%
50%
42,2%
40%
32,9%
29,9% 29,9%
30% 25,1% 25% 23,7%
20,1% 27,6%
20% 26% 22,4%
19,6%
23,1%
0%
Dic. 04 Dic. 05 Dic. 06 Dic. 07 Dic. 08 Dic. 09 Dic. 10
Aos
Fuente: elaboracin propia en base a estadsticas SBS.
4 3,7 3,7
3,0 3,1
2,9
3
2,4 2,5
2,4
2,1
1,9
2 1,7
1,9
1,4 1,5
1,0 1,1
1 0,8
0,7
0,5 0,5 0,5 0,6
0,3 0,3 0,4 0,4
0
Dic. 02 Dic. 03 Dic. 04 Dic. 05 Dic. 06 Dic. 07 Dic. 08 Dic. 09 Dic. 10
Aos
Fuente: Elaboracin propia en base a estadsticas SBS.
Ubicacin Geogrfica
En junio de 2006, la SBS registra un total de 232 oficinas de las cooperativas
de ahorro y crdito bajo su direccin, entre las cuales se encuentran matrices,
sucursales y agencias ubicadas en 79 ciudades del pas. Como se puede observar
en el grfico 4, la provincia que concentra el mayor nmero de oficinas a nivel
nacional es la de Pichincha, pues aglutina 73 puntos de atencin, que representan
un 31.47% del total de oficinas. Las provincias de Loja y Manab muestran 17
oficinas, seguidas por la provincia del Guayas y Cotopaxi con 16 y 14 oficinas,
respectivamente.
Carchi Tungurahua
Chimborazo
11% 11% Imbabura
Cotopaxi 14% 10% Bolvar
14% 10%
El Oro
Guayas 8% Los Ros 3
16% Azuay
7% Napo 3
6% Pastaza
Zamora 4
Manaba 17% 18% Otros
Caar 2
Esmeraldas 2
17%
75% Sucumbos 2
Loja
Morona 1
Orellana 1
Pichincha
Fuente: Elaboracin propia a partir de informacin de Mara de Lourdes, Isabel Kastner, Red Finan-
ciera Rural.
85. Cabe destacar que la RFR, en septiembre de 2010 contaba con la participacin de 36 institu-
ciones microfinancieras no reguladas, de las cuales 17 son Cooperativas de Ahorro y Crdito que
participan en el SIAG, a travs de procesos de adecuacin normativa para la aplicacin de normas
de prudencia y solvencia financiera, realizacin de auditora externa y calificacin de riesgos.
200.000
150.000
100.000
50.000
0
Dic. 03 Dic. 04 Dic. 05 Dic. 06 Dic. 07 Dic. 08 Dic. 09 Sep. 10
Aos
Fuente: elaboracin propia en base a Estadsticas de Microfinanzas en el Ecuador 2003-2006 y
Boletines Financieros de la RFR.
Ubicacin Geogrfica
Las cooperativas que se encuentran bajo el control de la DINACOOP re-
gistraban en junio de 2006 un nmero de 407 oficinas a nivel nacional. Las
mismas muestran su mayor concentracin en la provincia de Pichincha con 83
puntos de atencin equivalentes al 20,39%, seguida por Guayas con 50 oficinas
correspondientes al 12,29%. El grfico 6 presenta la distribucin de oficinas a
nivel nacional.
Zamora 5
Morona 6 Napo 5 Sucumbios 4 Carchi 2
Paztaza 6 Galpagos 1
El Oro 6
Caar 7 Otros 40
Los Ros 10
Esmeraldas 11
Bolvar 12 Pichincha 83
Cotopaxi 13
Imbabura 16
Loja 18
Azuay 19
Guayas 50
Chimborazo 27
Manab 31 Tunguragua 35
Fuente: Elaboracin propia a partir de informacin de Mara de Lourdes, Isabel Kastner, Red Finan-
ciera Rural.
Poblacin Sector Sector indgena Mujeres Parroquia San Provincia del Sector rural
objetivo artesanal Antonio Carchi
Puntos de 10 3 4 2 4 5
servicio
Z 2 pqN
n=
86. La frmula para el clculo de una muestra de poblaciones finitas o pequea es: Z 2 pq + Ne 2 .
Donde: n= tamao de la muestra; Z= nivel de confianza; N=tamao de la poblacin; p=probabilidad
de xito; q=probabilidad de fracaso; e=margen de error.
Informacin Familiar
La media del nmero de personas que viven en el hogar para el total de
encuestados, con un nivel del 95% de confianza es de 4,6 personas. El nmero
promedio de nios hasta 11 aos en las familias es de 1,9 personas; la media de
los jvenes entre 12 y 18 aos es de 1,5 personas; y los adultos mayores de 18
aos es de 2,7 personas.
La media del nmero de personas que trabajan en el hogar con un nivel de
confianza de 95% es de 2,2 personas. Para el nmero de jvenes entre 12 y 18
aos es de 1,35; mientras que los adultos son de 2,2 personas.
El 47,58% de los encuestados manifest ser la persona que toma las deci-
Impactos de empoderamiento
El 27,91% de los encuestados manifiestan utilizar hbitos contables para el
manejo de sus negocios y el 72,09% no utilizan hbitos contables. Los encues-
tados manejan los recursos del hogar y del negocio de manera conjunta en un
65,74%; de manera separada el 27,28% y el 6,98% no responde a la pregunta.
El 31.57% de los encuestados indic participar en organizaciones sociales,
de los cuales el 58,64% son mujeres y el 41,36% son hombres.
La condicin de los ingresos familiares de los encuestados con relacin al
ltimo ao ha permanecido constante con un 56,53%, aument con el 29,34%;
disminuy con el 12,43%; finalmente, el porcentaje restante no sabe con el
1,52%, aument mucho y disminuy mucho con el 0.09%.
El 57,07% de los encuestados considera que sus ingresos personales per-
manecieron constante en el ltimo ao, el 30,23% piensa que aumentaron; el
11,45% que disminuyeron, el 0,09% piensa que aument mucho y el mismo
porcentaje piensa que disminuy mucho; finalmente, el 1.07% no responde la
pregunta.
6.- Conclusiones
La fuerte expansin del sector microfinanciero en Ecuador est encabezada
por las COAC, que en los aos analizados han experimentado las tasas de cre-
cimiento ms altas dentro del sector si se consideran las principales cuentas de
los balances. Estas instituciones a travs del incremento de puntos de servicios y
el ofrecimiento de servicios tanto financieros como no financieros, atienden a
socios y socias dedicados principalmente a actividades microempresariales, que
viven en su mayora en el sector rural y urbano marginal.
Dentro de los principales retos que enfrenta el sector cooperativista, se en-
cuentran el continuar con la expansin de servicios financieros y no financieros
hacia una poblacin microempresarial que demanda crecientemente una varie-
dad de servicios complementarios (fondos de aseguramientos, microseguros, mi-
cropensiones, etc.); a la par que se mantiene la necesidad de generar una dinmi-
ca de crecimiento sostenible que les permita garantizar que la gama de servicios
que se ofrecen, sean en condiciones justas y eficientes. Para ello, es necesario que
su crecimiento est fundamentado en el seguimiento de normas de prudencia y
solvencia financiera, a la vez que se tenga en cuenta el desempeo social e insti-
tucional de las cooperativas.
La democratizacin del crdito y la profundizacin de servicios financieros
a sectores desatendidos requiere, por un lado, la bsqueda de fuentes de fondeo
ms bajas como el fomento del ahorro y las captaciones de los socios, el acceso
a crditos de instituciones nacionales e internacionales con tasas de inters pre-
Historia Economa Social y Solidaria en Amrica Latina y el Caribe | 125
ferenciales y focalizadas a grupos objetivo, la venta de cartera y los fideicomisos,
entre otros. Por otro lado, se precisa un mayor apalancamiento de patrimonio
que puede provenir de una inyeccin de capital directa.
El impacto de las cooperativas de ahorro y crdito en el pas adems de pro-
veer servicios financieros a los sectores tradicionalmente desatendidos, radica en
la capacidad de ser un punto de encuentro entre socios y socias quienes encuen-
tran adems del acceso a servicios financieros y no financieros, la posibilidad de
formar parte de redes y organizaciones entre pares facilitando el intercambio de
experiencias, conocimientos y saberes que les permita solventar las vicisitudes de
sus actividades microempresariales, el fomento de hbitos contables y el mante-
nimiento tanto de sus ingresos personales como el de sus familias.
UCACNOR, al ser una red que abarca gran parte del norte del pas, tiene
la gran responsabilidad con sus cooperativas socias y los socios y socias de cada
una de ellas - para enfrentar los retos de la situacin coyuntural y estructural que
se presenten, con el objetivo de fortalecer servicios personalizados y de calidad
a su socios, los cuales les permitan alcanzar la tan anhelada Rentabilidad Social
como respuesta a su gran compromiso con el desarrollo del pas.
Finalmente, con la promulgacin de la Ley que regula a las instituciones que
forman parte de la Economa Social y Solidaria del Sistema Financiero Popular
y Solidario, se elimina la dualidad en el marco normativo, pero se abre el debate
sobre los nuevos retos en trminos de operatividad y funcionalidad para llevar
a cabo procesos de supervisin y monitoreo a un gran nmero de instituciones
que ahora forman parte del sistema. Especialmente, estos retos son importantes
cuando estas instituciones atienden a los grupos ms vulnerables de la poblacin
ya que el efecto de un mal manejo puede deteriorar an ms su situacin de
partida.
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Ulises A. Camino87
Introduccin
El principal objetivo de este trabajo es desmitificar los supuestos que asumen
que el hombre tiene caractersticas individualistas innatas. Esto se sustenta en la
economa liberal, para de alguna manera poder naturalizar el mercado capitalista
y as evitar la toma de conciencia que los llevara a los humanos a darse cuenta de
que para el sistema capitalista los hombres no son ms que objetos reemplazables
dentro del aparato productivo. Con esto el sistema capitalista se plantea como el
nico modo de produccin posible. Este trabajo muestra que mucho antes de la
llegada de los europeos a Amrica existi, en el actual territorio de la Argentina,
experiencias de tipo cooperativo. Esta era la base del modo de produccin y
no un subsistema dentro del sistema. Dichas experiencias son la base del actual
modo de produccin cooperativo de los descendientes de los pueblos originarios
en el mundo andino. Es decir que ellos no fueron influenciados por los socialistas
utpicos ni por las experiencias europeas para organizarse sino en sus propias
tradiciones, aunque hoy participen del Sistema Mundial (capitalismo).
Antecedentes
Cuando investigamos en la bibliografa sobre los orgenes de las formas coo-
perativas en el actual territorio de Argentina, nos encontramos solamente con
dos momentos, ambos post- conquista.
Desde una perspectiva histrica88, Alicia Kaplan de Drimer y Bernardo Dri-
mer (1981), afirman que los primeros antecedentes histricos de cooperativis-
89. Kaplan de Drimer Alicia y Bernardo Drimer. Las cooperativas. Fundamentos. Historia. Doctrinas.
Ediciones Intercoop, Buenos Aires. 1981.
90. Idem.
91. Woodburn James. Egalitarian Societies.En: Man, N.S.17: e431-51. 1982
92. Brush, Stephen B.. The Natural and Human environment of the Central Andes. En: Mountain
97. Godelier, Maurice. Antropologa y economa. Editorial Anagrama. Barcelona 1983 p. 333
98. Alberti, Giorgio y Enrique Mayer. Reciprocidad andina: ayer y hoy. En: Reciprocidad e intercam-
bio en los Andes peruanos. Instituto de estudios Peruanos, Lima. 1974
99. Op.cit: 14
100. Op. cit: 21
101. Op. cit: 23
102. Sahlins, Marshal. Hombre pobre, hombre rico, big man, jefe: tipos polticos en Melanesia y Po-
linesia. En: Antropologa poltica. Jos R. Llobera compilador, Editorial Anagrama, Barcelona. 1990
Los modelos de economa andina planteados por varios autores desde las
ciencias antropolgicas son aplicables a casos arqueolgicos. Nos pueden ser ti-
les para modelizar y entender la problemtica que aconteca en la puna hace
2000 aos.
El estudio de cmo estn instituidas las economas empricas debe comenzar
por la manera en que la economa adquiere unidad y estabilidad, es decir, por la
interdependencia y recurrencia de sus partes. Esto se logra mediante una combi-
nacin de muy pocos modelos, que pueden denominarse formas de integracin114.
Entonces, consideramos que para el anlisis del caso propuesto son tiles dos
modelos de interaccin econmica social en los Andes.115 Browman propone un
modelo que llama de Altiplano. En este, la integracin econmica se basa en ex-
tensas redes de intercambio caravanero que conectan diferentes zonas ecolgicas.
Siguiendo esta misma temtica, el modelo de sedentarismo dinmico desarrollado
por Daniel Olivera116 evala la mejor forma de explotar un ambiente con varia-
ciones climticas. Este implica la existencia de campamentos base ubicados en
sectores aptos para la produccin agrcola- pastoril. Pero, durante ciertas pocas
117. Idem
Registro arqueolgico
La reconstruccin de las caractersticas del proceso productivo a partir de estrate-
gias productivas se lleva a cabo mediante el anlisis de los restos materiales dejados
por dichas actividades. Para realizar esto se debe partir de cmo se administraban
los recursos naturales en las sociedades pasadas.
Aqu se proponen distintas cualidades que se repiten en el registro arqueol-
gico del perodo Formativo en la Puna Argentina.
Arqueofauna
Las arqueofaunas son los restos seos de animales aprovechados por las po-
blaciones humanas tanto como alimento, como para la confeccin de instrumen-
tos y o de compaa o trabajo. Nos permiten inferir patrones dietarios, ambiente
y comportamentales de las poblaciones.
La no diferenciacin de los restos seos de las faunas consumidas en las dis-
tintas unidades de excavacin nos habla de un acceso igualitario a los alimentos
por parte de las distintas unidades domsticas.
Arquitectura
Consideramos arquitectura arqueolgica a los restos de estructuras habita-
cionales y de construcciones asociadas a la produccin (camino, canales de riego,
canchones de cultivo, etc.).
La similitud entre las estructuras residenciales representara un alto grado de
igualdad entre las unidades domsticas.
La igual tcnica constructiva de los recintos podra implicar cooperacin
entre las unidades domsticas para la construccin.
La semejanza entre los corrales y su ubicacin espacial estara mostrndonos
un acceso igualitario a los recursos por parte de las unidades domsticas.
Arte Rupestre
Es un tipo particular de vestigio arqueolgico, expresin grfica que mate-
rializa una imagen mental mediante el uso de diversas materias primas y tcnicas
de manufactura118.
Cermica
Llamamos cermica a todas las tierras cocidas a una temperatura mayor a 550
C. Por lo general en el registro arqueolgico aparece fragmentada.
La presencia de restos de vasijas de gran grosor implicara el almacenamiento
de productos alimenticios, lo que nos habla de un modo de produccin agropastoril.
La similitud de los hallazgos en las distintas unidades residenciales nos indi-
cara un acceso no diferenciado a los recursos por parte de las unidades domsticas.
La igualdad de tcnicas en la confeccin de las vasijas implicara un acceso
irrestricto a los medios de produccin por parte de las unidades domsticas.
La semejanza de decoraciones con las cermicas halladas en otros yacimien-
tos nos hablara de relaciones de reciprocidad a larga distancia.
Lticos
Consideramos artefactos lticos a las herramientas y a los desechos, resultan-
tes de su manufactura, confeccionadas en rocas. La relacin primitiva hombre
herramienta es una condicin de la modalidad domstica de produccin. De
una manera caracterstica, el instrumento es una extensin artificial de la perso-
na, que no est diseada especial y simplemente para el uso individual, sino como
un instrumento que aumenta la capacidad mecnica del cuerpo....119
La gran cantidad de materia prima que proviene de larga distancia y su tra-
tamiento implicara la participacin en una amplia red de reciprocidad con otros
grupos.
La diversidad de materias primas locales utilizadas mostrara un igual acceso
a los medios de produccin.
La relativa homogeneidad artefactual entre estructuras residenciales, implica
acceso igualitario a los medios de produccin de parte de las unidades domsticas.
Anlisis etnogrfico
Durante las campaas de investigacin convivimos con la familia Arjona-
Martnez (pobladores de la quebrada). Aqu describimos algunas de las activida-
des realizadas por esta familia mientras convivimos:
120. Cat M. Paz. y Frete, Sebastin L. Sealando en la altura : rito y economa entre los pastores
puneos (San Antonio de los Cobres, Salta, Argentina). Trabajo presentado en: III Taller Internacional
de Zooarqueologa de Camlidos Sudamericanos. Tilcara, Jujuy 21 al 25 de agosto de 2003.
121. Idem.
122. Idem.
123. Idem.
124. Idem.
Bibliografa
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1982. The Natural and Human environment of the Central Andes. En: Mountain Research
Colectivo LaYunta130
Introduccin
Este trabajo constituye un primer ejercicio de reflexin sobre nuestra propia
prctica educativa, la cual venimos desarrollando desde el ao 2002 como Co-
lectivo LaYunta.
Nuestro recorrido y trabajo con otros despert la necesidad e importancia
de sistematizar las experiencias de formacin que venimos realizando dentro
del campo de la economa social y solidaria (en adelante, ESyS). As es como
decidimos parar la pelota y escribir sobre nuestra propia experiencia como
educadores/as, con el objetivo y la esperanza de poder aportar debates, miradas,
herramientas en este camino de construccin de otra economa y otro mundo
posible.
En este sentido, decidimos comenzar por sistematizar nuestra pedagoga, a
partir de realizar un trabajo de revisin, anlisis y reflexin de las diferentes
propuestas educativas que desarrollamos en estos aos en distintos mbitos de
intervencin, desde y para el fortalecimiento de la ESyS.
130. El Colectivo La Yunta, equipo de economa social y solidaria se conforma en el ao 2002, con
el fin de reflexionar e intervenir en problemticas sociales vinculadas al trabajo y a nuevas formas
emergentes de organizacin econmica y productiva. Actualmente est integrado por graduados
de distintas carreras de la Facultad de Ciencias Sociales y de Econmicas de la UBA (Sociologa,
Relaciones del Trabajo, Ciencias Polticas, Administracin y Economa), conformndose as un equi-
po interdisciplinario. Como fruto de 8 aos de recorrido, en el 2010 el colectivo se conform como
cooperativa de trabajo. Actualmente integran el Colectivo La Yunta: Humberto Rodrguez, Luciana
Garca Guerreiro, Lucila Toscano, Natalia Prez, Paola Rubinsztain, Sergio lvarez, Valeria Gonzlez
Caristia y M. Virginia Guerriere. www.colectivolayunta.wordpress.com
131. Esta consigna surge a partir de encuentros y Foros Sociales Mundiales y latinoamericanos,
que permitieron la visibilidad y el reconocimiento mutuo entre diferentes experiencias de resistencia
social que se venan generando.
132. Parte de esta sistematizacin se basa en nuestra experiencia como educadores en ESyS en
el marco del Programa de Capacitacin y Fortalecimiento a Organizaciones Sociales y Comunitarias
(PCOC) de la Secretara de Extensin Universitaria de la Facultad de Sociales- UBA desde el 2002
a la fecha.
Bibliografa
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munidades de Aprendizaje, Barcelona, Forum 2004.
134. El pago de las externalidades supone incorporar al costo de los productos el costo ambiental
de la produccin, tanto por los insumos que implican, no solo los que incorporan sino los necesarios
para su produccin, como los subproductos de la produccin los desechos, la contaminacin de
agua y aire, entre otros.
135. Al suprimir el adjetivo gran y mencionar la escala como sinnimo de mucho o grande se natu-
raliza y supone que la nica escala deseable es la grande, de esta manera se descarta la posibilidad
de la pequea escala, o se la estigmatiza como negativa.
136. Mientras un minifundio manejado bajo la forma de sistema productivo (con diversidad de
especies animales y vegetales) alcanza para el sustento de una familia, el ingreso resultante de la
venta de un solo producto, cultivado de manera intensiva en la misma superficie, no genera el dinero
suficiente para su sustento.
137. Davies (2005) publica antes de la pandemia un libro denominado el monstruo toca a nuestra
puerta, en la que menciona las varias seales de alerta desestimadas sobre los riesgos de la pro-
duccin a gran escala en tanto la excesiva concentracin de animales es caldo de cultivo para la
rpida mutacin de los virus.
138. Los llamados piqueteros en Argentina se denominan a s mismos trabajadores sin empleo,
pues se niegan a perder la condicin de trabajadores y por tanto su identidad (Bordegaray, 2007)
139. La XII Reunin de la Society for de advance of Socio Economics se dedic al anlisis de la
obra de Polanyi, muchas de las ponencias se preguntaban sobre la posibilidad de un nuevo ciclo
regulatorio, o interventor.
140. Los Toffler redefinen a los nuevos sujetos como prosumidores (Toffler, 1979).
141. Hopkins las define como comunidades de transicin donde: These changes can lead to the
rebirth of local communities that will grow more of their own food, generate their own power, and
build their own houses using local materials; they can also encourage the development of local cu-
rrencies, keeping money in local area (Hopkins, 2008, pg. 13).
142. Inclusive la produccin de energa, si se recurre a tecnologas alternativas, funciona mejor a es-
cala humana o a nivel local, de manera que en el futuro volveremos a como comenzamos, cuando
la electricidad y la telefona eran administradas por cooperativas locales.
143. Solamente en Masachussetts se tienen registradas 160 granjas orgnicas, 140 aun por certi-
ficar y 143 mercados de productores. Desde hace mas de 20 aos los agricultores en resistencia
de Ithaca adoptaron la moneda horas (time dolars) como mecanismo para lograr que el dinero
circulara localmente, en la actualidad existen cerca de 50 monedas locales en Nueva Inglaterra.
Lietaer (2005) sostiene la existencia de 4 mil monedas locales en el mundo Hopkins (2008) registra
35 comunidades de transicin, formales y registradas, en el Reino Unido, autosuficientes en servi-
cios y alimentacin.
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Introduo
Este trabalho visa analisar aspectos individuais que influenciam os grupos
dentro dos Empreendimentos de Economia Solidria. Far-se-, luz as teorias
do campo grupal, buscando relacionar os movimentos psquicos individuais e
coletivos expressos em relaes de solidariedade.
Para o trabalho, sero analisadas como as dinmicas estabelecidas nos grupos
fortalecem ou debilitam a lgica solidria, e como a capacidade de lidar com
situaes ambivalentes, de repar-las e de crescer como coletivo permitem o
fortalecimento dos mesmos.
Por este fim, identifica-se que a cultura do grupo, por meio da relao entre
a mentalidade grupal e os desejos dos sujeitos que a compe, contribui para o
amadurecimento intrapsquico de cada indivduo e o fortalecimento de traos
constitutivos e essenciais de solidariedade, mutualismo, cooperao e autoges-
to comunitria, caros aos empreendimentos de economia solidria que buscam
prticas mais sustentveis na construo de outra forma de produzir, distribuir e
comercializar bens e servios.
O principal interesse do presente trabalho aproximar estudos sobre o gru-
pal e os fenmenos estabelecidos nos grupos de Economia Solidria, gerando
aprendizagens que possam fortalecer a mediao ou a facilitao destes grupos
possuidores de ideologias e prticas to especficas.
H mais de um sculo, os grupos constituem um campo de problemticas
Consideraes finais
Compreender o indivduo dentro da lgica solidria, significa tambm ins-
crev-lo dentro de mltiplas possibilidades. O indivduo solidrio precisa ter
conscincia e escolher dentro do seu contexto, a melhor forma de emancipar-se
dentro da coletividade. preciso pensar formas de facilitar novos processos de
subjetivao, que apoiem a criatividade e a inovao neste campo laboral e de
ideologia de vida.
Neste sentido, a interveno do coordenador aqui entendido como indi-
vduo dentro ou fora dos empreendimentos solidrios engendra sensivelmente
suporte para a produo grupal e implica o acompanhamento do vir-a-ser dos
grupos atravessando os mltiplos momentos que muitas vezes so polares: estabi-
lidade-instabilidade, rigidez-flexibilidade, autonomia-dependncia, vida-morte
inerentes ao processo de desenvolvimento dos coletivos de Economia Solidria.
Bibliografia
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Dan Deligdisch149
Introduccin
Habremos de ser aquello que hagamos con lo que hicieron de nosotros
Jean Paul Sastre
149. Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires y Centro Cultural de la Coopera-
cin Floreal Gorini.
150. En primer lugar es necesario sealar que hablo de recuperado, o de mercado recuperado
ante todo porque es as como lo llaman los propios sujetos que ocupan el inmueble; con lo cual,
retomo sus propias categoras nativas para referirme al mismo fenmeno social y reivindico su
significado poltico crtico. A qu se refieren con recuperado? se refieren a que este lugar fue
originalmente ocupado, tomado para recuperarlo de la lgica del capital que subordina todo a su
propia reproduccin ilimitada, absorbiendo cualquier relacin social entre sujetos, reducindola a la
mediacin monetaria. No obstante, en otro momento desarrollar las implicancias que tuvo, y que
tiene, el uso de tal vocabulario en m acceso y comprensin de la realidad.
154. En ese entonces era el punto de referencia cognitiva del que parta porque vena de la experien-
cia de investigar unidades productivas autogestionadas, mayoritariamente, de carcter cooperativo.
159. Para una descripcin detallada del barrio de Mataderos y su cultura ver Sirvent, Mara Teresa:
Cultura popular y participacin social. Una investigacin en el barrio de Mataderos
160. Referencia: Encuesta Anual de Hogares 2006 y 2009, Informe Estadstico Mortalidad Infantil
163. Cuando an funcionaba el antiguo mercado municipal del barrio haba una panadera; luego de
la recuperacin dorman ah los militantes de la Federacin Juvenil Comunista (los cumpas la Fede)
cuando haca guardia en un momento de conflicto interno y le decan la piojera; cuando yo llegu al
mercado ya no estaba la Fede.
164. Es una banda de sikurys que tocan folklore andino, promueven diversas iniciativas culturales y
educativas y tienen un perfil de fuerte compromiso poltico y social en favor de las reivindicaciones
de los pueblos originarios.
165. Ah nos reunamos, estudiantes y graduados universitarios, todos los sbados a las 11hs para
planificar las actividades del Centro de Promocin de Derechos Humanos y Formacin para el Tra-
bajo Cooperativo, SEUBE, FFyL, UBA.
166. Lder guerrillero de las FARC cado en combate.
A modo de conclusin
A partir de una investigacin etnogrfica en un espacio urbano intentamos
no solo dar cuenta de la enorme heterogeneidad social que concentra la miseria
urbana en las ciudades latinoamericanas modernas. Sino que adems he intenta-
do sealar la especificidad que aporta la migracin a los procesos de movilizacin
social metropolitanos. En particular en el presente trabajo me concentre en cru-
zar la variable de clase con la variable migratoria (particularmente la peruana),
no obstante no desconozco la existencia de mltiples variables que configuran la
presencia de polifonas en los grupos subalternos.
La participacin en el MTL por parte de algunos inmigrantes peruanos ac-
tu como un mecanismo de integracin social, no solo para los residentes de la
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Deligdisch, Dan; DAmato, Lucrecia; Orlando, Marysol:Un proyecto de desarrollo alternativo
Introduccin
Las experiencias educativas de la Economa Social y Solidaria (en adelante:
ESS) plantean una serie de desafos, fundamentalmente en cuanto a la com-
prensin de lo econmico como dimensin social. Las teoras econmicas
dominantes definen a este campo a partir de su identificacin plena con las
formas capitalistas de produccin, distribucin, consumo y acumulacin, im-
posibilitando la tematizacin de prcticas alternativas de hacer economa. Estas
dificultades se trasladan generalmente a las instituciones educativas, que suelen
reproducir los discursos dominantes sobre lo econmico en sus contenidos cu-
rriculares. En tal sentido, construir conocimientos en torno a un campo amplio
y diverso de experiencias econmicas no capitalistas y desde el contexto de una
universidad pblica supone superar una serie de reduccionismos conceptuales en
torno al papel del mercado, el capital y la subjetividad humana -entre otros-, y
generalmente argumentando a contrapelo de discursos acadmicos fuertemente
arraigados en las instituciones educativas. A partir de una experiencia de ctedra
y de extensin de casi 10 aos con la ESS en la carrera de Relaciones del Trabajo
en la Universidad de Buenos Aires, vinculada a reflexionar en torno a la recon-
figuracin de las relaciones del trabajo en las formas autogestivas, trataremos de
abordar algunos de estos dilemas y desafos, entendidos como intentos de disputa
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Introduccin
La Ctedra de Sociologa Rural y Extensin Forestal de la Facultad de In-
geniera Forestal de la Universidad Nacional de la Patagonia, sede Esquel y el
Centro de Investigacin y Extensin Forestal Andino Patagnico (CIEFAP), ini-
ciaron en el 2004 un proceso de intervencin en acuerdo con las autoridades del
Parque Nacional los Alerces (PNLA) en la provincia del Chubut. En este caso
la intervencin vinculada con un proceso de investigacin y extensin, con un
enfoque de gnero con pobladoras de la seccional del Maitenal, fue planificada
en base a un componente de capacitacin en diferentes producciones de inters
para la comunidad.
Dado un infructuoso resultado en la bsqueda de financiamiento de proyec-
tos en diferentes fuentes de financiacin, se decidi acompaar a este grupo de
unidades domsticas desarrollando una estrategia autofinanciada de elaboracin
de dulces y comercializacin en ferias o en sus propias casas.
Continuando la bsqueda de financiamiento, en 2010 se present un proyec-
to a la Secretara de Trabajo de la provincia del Chubut, denominado Programa
de Diversificacin Productiva, cogestionado por la Municipalidad de Trevelin;
ampliando el rea de intervencin a otras dos comunidades de su jurisdiccin:
Aldea Escolar y Los Cipreses; estn ubicados en zonas rurales que se encuentran
174. UNPSJB. Docentes Ctedra de Sociologa Rural y Extensin Forestal Facultad de Ingeniera
Forestal. Sede Esquel. Chubut.
Ana Valtriani. CIEFAP Centro de Investigacin y Extensin Forestal Andino Patagnico.
Desarrollo de la Experiencia
b- Referencias metodolgicas
Esta investigacin se llev a cabo con un enfoque de investigacin-accin-
participativa, considerando las etapas de preinvestigacin y aprestamiento del gru-
po; una segunda etapa de diagnstico; una tercera de programacin con talleres
participativos y una cuarta de construccin del programa de accin (Gallar, 2011).
Su desarrollo fue un proceso dinmico y complejo, una constante espiralada
entre la prctica, la reflexin y la teora, desenvolvindose ms que en etapas
secuenciales, en momentos.
Anlisis y Valoracin
Conclusiones
Las tres comunidades que conformaron la base de este estudio presentan
caractersticas con ciertas regularidades en cuanto a su origen, su historia, sus
caractersticas socio-culturales y productivas. Los parajes de Aldea Escolar y Los
Cipreses tienen un proceso de mayor urbanizacin que El Maitenal, pero conti-
nan teniendo caractersticas socio-culturales de neto corte rural.
Las poblaciones en su interior son heterogneas, y se distinguen dos corrien-
tes migratorias que colaboraron en el establecimiento de las actuales poblaciones;
por un lado, las familias descendientes de Mapuche y, por otro, los que provienen
de sectores rurales criollos de Chile desde hace ms de un siglo.
Las estrategias de la economa social desarrolladas por las unidades econmi-
cas se basan en la produccin predial, para el desarrollo de actividades fundamen-
talmente basadas en la agricultura y la ganadera para autoconsumo. El rol pro-
ductor de las mujeres resulta de vital importancia, ya que son ellas las encargadas
de llevarlas adelante, siendo el hombre el que realiza actividades extraprediales,
generalmente de corta duracin tipo changas o con un trabajo estable; aunque
en su valoracin prima el rol reproductor y no el productor.
En la historia productiva de las tres localidades las mujeres tienen una fuerte
coincidencia sobre su origen rural y sobre la diversificacin que exista en sus
predios. En la actualidad perciben con preocupacin el futuro de sus chacras,
el avance de la urbanizacin y del progreso que se instal en sus casas, pero no
visualizan al sector primario como proveedor de ingresos para su economa do-
mstica; desde lo que se promueve de las polticas pblicas, si bien la presencia
institucional se ha incrementado exponencialmente en los ltimos 20 aos.
El programa de diversificacin productiva implementado entre el 2011-
2013, tuvo como objetivo capacitar a mujeres de tres comunidades rurales, per-
tenecientes al sector de la agricultura familiar, en diferentes elaboraciones de
productos recuperando su saber ancestral y sus experiencias. La propuesta insti-
tucional que ha surgido a partir de este proceso de la economa social es con-
formar una red de mercados y ferias artesanales, basados en el comercio justo, la
produccin y venta de productos naturales, el consumo responsable, el compre
local, como estrategias de consolidacin de este entramado social que est en
Bibliografa
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Sevilla Guzmn, E.2006.De la Sociologa Rural a la Agroecologa. Barcelona. Icaria Editorial.
Antecedentes
Doctrinariamente, el primer antecedente del concepto de acto cooperati-
vo es de Salinas Puente (Mxico-1954), seguido de Daly Guevara (Venezue-
la-1964), Cracogna (Argentina-1986), Torres y Torres (Per-1990), Pastorino y
Corbella (Argentina-1993), as como los Congresos Continentales de Derecho
Cooperativo realizados de 1969 a 1992 en Venezuela, Puerto Rico, Argentina,
Brasil, y el proyecto de Ley Marco para las Cooperativas de Amrica Latina, ini-
ciado en 1987 y replanteado en 2009.
Legislativamente, el acto cooperativo es contemplado en 14 leyes de coope-
rativas de Amrica Latina: Brasil 1971, Argentina 1973, Honduras 1987, Colom-
bia 1988, Mxico, 1994, Paraguay, 1994, Puerto Rico, 1994, Costa Rica, 1994,
Panam, 1997, Venezuela, 2001, Nicaragua, 2004, Uruguay, 2008, Per, reforma
parcial de 2010, y en la Ley de Cooperativas de Bolivia, 2013.Y el acto solidario
en Ley Orgnica de la Economa Popular y Solidaria de Ecuador (2011).
175. Profesor de la Universidad de los Andes de Mrida, Venezuela; Director Cientfico de la Asocia-
cin Iberoamericana de Derecho Cooperativo y de la Economa Social y Solidaria, Rosario, Argentina
Sentido amplio
En su concepcin amplia (por cierto, no compartida por la mayora de la
doctrina) el acto cooperativo comprendera no solo las relaciones entre las coo-
perativas y sus miembros o entre las cooperativas entre s, sino que tambin in-
cluira los actos realizados entre las cooperativas y terceros no miembros, respecto
de la cooperativa, siempre que se realicen en cumplimiento de los objetivos que
la misma se ha propuesto.
Para Valder (2007) no sera exagerado afirmar que todos los negocios jurdi-
cos realizados en el mbito de las cooperativas que envuelvan sus prcticas ins-
titucionales, deben ser erigidos a la categora de actos cooperativos. Ello incluye
las operaciones accesorias o complementarias realizadas por ellas, ya que sin esas
operaciones, muy probablemente los actos cooperativos seran seriamente obsta-
culizados en su ejercicio; todo lo que llevara a hacer inviable el emprendimiento
operativo de la empresa.
La cooperativa
El primer sujeto del acto es la cooperativa actuando como organizadora,
suministradora o receptora de servicios, bienes, productos y, o recursos financie-
ros aportados por los miembros. As, en la cooperativa de ahorro y crdito los
miembros acumulan sus ahorros en un fondo comn para otorgarse crditos a s
mismos; es decir, se auto conceden prstamos con sus propios ahorros en forma
El miembro
En segundo lugar se encuentra el miembro como beneficiario directo de los
bienes o servicios, adquiridos u organizados en comn con los dems miembros
de la cooperativa y que, recibe dicho bien o servicio. Incluye, tambin, al miem-
bro de una cooperativa que percibe el servicio de otra cooperativa con base a un
acuerdo inter-cooperativo.
El miembro acta y se relaciona con su cooperativa, no como cliente, ni
como tercero, sino como propietario de la misma porque la cooperativa es el
medio por el cual los miembros, reunidos en comunidad de acciones e intereses,
buscan satisfacer sus necesidades. Necesidades que pueden ser de dinero, en las
cooperativas de ahorro y crdito; de productos a ser adquiridos o enajenados en
comn, segn sea una cooperativa de consumo o aprovisionamiento o de co-
mercializacin de productos elaborados por los miembros, o la fuente de trabajo
que el miembro requiere y que la cooperativa le brinda.
1. El acuerdo constitutivo
Se considera como acuerdo cooperativo el acto de dar nacimiento a una
cooperativa lo que -para algunos- sera el primer acto cooperativo. Sin embargo,
aqu no se puede hablar de una relacin jurdica entre miembros y organiza-
cin porque esta no existe todava. Lo que hay en ese momento son relaciones
jurdicas entre personas (podramos decir, pre-miembros) lo que constituye un
contrato plurilateral de organizacin mediante el cual se crea la cooperativa. En
este sentido, para Lopes-Becho (2002) son actos cooperativos los actos jurdicos
que crean, mantienen o extinguen relaciones cooperativas, excepto la constitu-
cin de la propia entidad.
Elimina la intermediacin
El concepto de acto cooperativo aparta o desecha la existencia de mercado,
ya que la cooperativa es el brazo extendido de los propios miembros, siendo
a la vez propietarios del emprendimiento comn; lo mismo, desecha el carcter
232 | Historia Economa Social y Solidaria en Amrica Latina y el Caribe
lucrativo una vez que la realizacin de los actos cooperativos no prev interme-
diacin entre la idea de la cooperacin y la ejecucin de las operaciones, puesto
que sus agentes son los mismos: beneficiarios y propietarios (Prius, 2001).
Incluso, para Valder (1997) dado que no persiguen fines de lucro, las coope-
rativas no facturan (en el sentido mercantil de relacin de mercaderas que cons-
tituyen el objeto de una remesa, venta u otra operacin comercial Cabanellas).
Esto es, ni siquiera obtienen provecho propio por el resultado econmico positi-
vo de las actividades que promueven, dado que su objetivo es la persecucin de
ventajas de provecho comn.
Respecto de la tributacin
Afirma Pastorino (1976) que si las cooperativas no practican entre s ni con
sus miembros actos de comercio, ni hacen operaciones de mercado, ni inter-
median entre la oferta y la demanda no podrn ser alcanzadas por las leyes de
impuestos a las ventas y al valor agregado, porque estos impuestos exigen esen-
cialmente un proceso de cambio para aplicar el tributo como lo hay en el acto
de comercio. Cuando se opera en un crculo cerrado una vez que la riqueza ha
entrado en l, el desplazamiento que ella tenga internamente nada debe tributar
porque, en rigor de verdad, no hay ningn desplazamiento econmico sino una
mera distribucin fsica o, en general, la prestacin de un servicio. De manera tal
que el acto cooperativo no crea base imponible, razn por lo cual las cooperati-
vas no son sujetos de impuesto.
En el caso de las cooperativas, seala Zabala (2012) se trata de sujetos que
no tienen obligacin de tributar; esto es, personas no obligadas al gravamen por
efecto de que la fuente (hecho generador) del mismo no cobija la operacin
econmica del contribuyente, por cuanto como cualquier entidad sin fines de
lucro, no es generadora de renta.
En tal sentido, para la jurisprudencia brasilea (STJ, 17/08/2006, en Duarte,
2009) el acto cooperado es el practicado entre las cooperativas y sus miembros,
entre estos y aquellas y por las cooperativas entre s, cuando se asocian para la
consecucin de objetivos sociales. El resultado positivo recurrente de esos actos
pertenece proporcionalmente a cada uno de los cooperados. Mantenindose el
fin social, no existe facturacin o recibo que resulte de los actos cooperativos
que beneficien a la sociedad, no existiendo de este modo, base impuesta para el
impuesto.
Por tanto, tratndose del acto cooperado, hay exencin de la incidencia de
los impuestos, por lo que se trata apenas del ejercicio por la cooperativa de
su objetivo y, en ese aspecto, no hay por qu hablar de obtencin de lucro, la
conclusin es que las cooperativas y los actos cooperativos, no estn sujetos a la
cuestin fiscal.
Igualmente, una reforma de 2010 de la ley de cooperativas del Per, declara
inafectas a las cooperativas del Impuesto General a las Ventas, por las operaciones
Conclusiones
El acto cooperativo es el realizado por el miembro con su cooperativa para
obtener el servicio cuya prestacin organiza la misma, y por lo cual se consti-
tuy. Tambin lo son, los actos realizados por los miembros de las cooperativas
que tengan acuerdos intercooperativos de uso recproco de servicios, as como
las relaciones socio-econmicas que efectan las cooperativas entre si y, o con el
organismo de integracin. Los actos cooperativos son regulados por la legislacin
cooperativa y el estatuto de cada cooperativa, y no comportan operaciones de
cambio que generen renta, razn por la cual los hace no sujetos de tributacin.
Pas/ley Contenido
Argentina, 1973. Son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y sus miembros y
Art. 4 por aqullas entre s en el cumplimiento del objeto social y la consecucin de
los fines institucionales. Tambin lo son, respecto de las cooperativas, los actos
jurdicos que con idntica finalidad realicen con otras personas.
Honduras, 1987. Son actos cooperativos aquellos en que intervengan por s, una o ms
Art. 4 cooperativas, toda vez que no signifiquen actos de comercio o civiles,
expresamente definidos en cdigos especiales. Los actos cooperativos se regirn
por las disposiciones de esta Ley.
Colombia, 1988. Son actos cooperativos los realizados entre s por las cooperativas o entre stas y
Art.7 sus miembros, en desarrollo de su objeto social.
Paraguay, 1994. El acto cooperativo es la actividad solidaria, de ayuda mutua y sin fines de
Art. 8 lucro de personas que se asocian para satisfacer necesidades comunes o
fomentar el desarrollo. El primer acto cooperativo es la Asamblea Fundacional y
la aprobacin del Estatuto. Son tambin actos cooperativos los realizados por:
a) Las cooperativas con sus miembros; b) Las cooperativas entre s; y, c) Las
cooperativas con terceros en cumplimiento de su objeto social. En este caso se
reputa acto mixto, y slo ser acto cooperativo respecto de la cooperativa. Los
actos cooperativos quedan sometidos a esta ley y subsidiariamente al Derecho
Comn. Las relaciones entre las cooperativas y sus empleados y obreros se rigen
por la Legislacin Laboral. En las cooperativas de trabajo los miembros no tienen
relacin de dependencia laboral.
Costa Rica, 1994. Las actividades de intermediacin financiera cooperativa son actos cooperativos,
Art.2 por lo cual quedan sometidos al derecho cooperativo; sin embargo,
supletoriamente se regirn por el derecho mercantil, en cuanto sea compatible
con su naturaleza especial.
Panam, 1997. Son actos cooperativos los realizados entre cooperativas y sus miembros o entre
Art.3 estos y las entidades previstas en esta Ley, o entre los miembros y terceros, en
cumplimiento de su objetivo social, y quedan sometidos al derecho cooperativo.
Venezuela, 2001. Son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y sus miembros o
Art.7 por las cooperativas entre s, o con otros entes en cumplimiento de su objeto
social y quedan sometidos al derecho cooperativo y en general al ordenamiento
jurdico vigente.
Nicaragua, 2004. Son actos cooperativos, los que realizan entre s los miembros y las cooperativas,
Art. 7 en cumplimiento de sus objetivos, las relaciones de las cooperativas con terceras
personas no sujetas a esta Ley, no son actos cooperativos y se regirn por la
legislacin correspondiente.
Uruguay, 2008. Son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y sus miembros,
Art. 9 por stas y los miembros de sus cooperativas socias, o por las cooperativas
entre s cuando estuviesen asociadas bajo cualquier forma o vinculadas por
pertenencia a otra de grado superior, en cumplimiento de su objeto social. Los
mismos constituyen negocios jurdicos especficos, cuya funcin econmica es la
ayuda mutua, quedan sometidos al derecho cooperativo y para su interpretacin
se entendern integrados por las estipulaciones del estatuto social. Tendrn por
objeto la creacin, modificacin o extincin de obligaciones, negocios dispositivos
en sentido amplio o en sentido estricto.
Ley Marco, 2009. Son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y los miembros o
Art. 7 por las cooperativas entre s en cumplimiento de su objetivo social y quedan
sometidos al derecho cooperativo.
Peru 2010. Son actos cooperativos los que se realizan internamente entre las cooperativas y
sus miembros en cumplimiento de su objeto social, los cuales son actos propios
de un mandato con representacin, estos no tienen fines de lucro.
Ecuador, 2011. Las operaciones que los organismos de la Economa Popular y Solidaria efecten
Art. 4 con sus miembros, para efectos tributarios, no constituyen actos mercantiles
de transferencias de bienes o prestacin de servicios. Son actos econmicos
solidarios de aportacin, distribucin o particin; en cambio, los que efectan con
terceros no miembros de dichas organizaciones, constituyen actos civiles o de
comercio, sujetos al rgimen tributario.
177. Fragmento del discurso del Presidente del Banco Credicoop en la ONU, 2011. Revista Accin
N 1086, segunda quincena de noviembre de 2011.
178. Listado en el sitio del Archivo Histrico del Cooperativismo de Crdito www.archicoop.com.ar .
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don Francisco Uriburu en la sesin del cuerpo respectivo del 2 de setiembre de 1905. (Tomo I, Pg.
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189. Continuacin discurso Sr. Fchal de Pehuaj.
Conclusin
Decamos al comienzo de este trabajo que la capacidad para pensar y actuar en
conjunto es lo que ha distinguido a comunidades pequeas que han logrado da a
da ofrecer una mejor calidad de vida a sus habitantes. Ese espritu est presente en
194. Palabras del Representante del IMFC Sr. Hctor Navarro, La Opinin de Trenque Lauquen, 6
de marzo de 1982.
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21/07/65; 03/08/65; 12/08/65; 20/08/65; 22/08/65; 25/08/65; 27/08/65; 03/09/65;
06/09/65; 13/09/65; 20/09/65; 21/09/65; 30/11/65; 24/05/66; 12/11/66; 15/04/67;
21/07/67; 27/07/67; 19/09/67; 26/08/67; 24/08/68; 28/09/68; 26/11/68; 18/12/67;
26/11/68; 17/12/68; 15/04/69; 14/11/79; 24/11/79; 03/03/82; 06/03/82; 12/04/82;
21/05/82; 17/07/82; 11/08/82; 13/08/82; 29/09/82; 09/12/82; 10/12/82; 13/12/82.
17/12/82.
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Semanario Tribuna ex Tribuna Radical: 02/11/68; 09/04/69; 16/04/69; 14/05/69;
06/09/69; 24/10/70; 18/11/70; 22/05/71; 19/09/74.
Sitio en Internet del Archivo Histrico del Cooperativismo: Listado de Cooperativas
de Crdito, Documentos, Archivo Oral y Biblioteca.
Revistas
Revista Accin, 16 al 28 de febrero de 1981, pgina 13. Rezznico: Se mantiene intacta
honrosa tradicin.
Revista Accin, 1 al 15 de abril de 1981, pgina 9. El lenguaje irrebatible de los hechos
traduce el definitivo compromiso del IMFC con los ms altos intereses del pueblo argentino.
Revista Accin, 16 al 31 de octubre de 1976, pginas 6 y 7. El IMFC decide otorgar su
primera distincin al mrito cooperativo al Dr. Carlos H Perette.
XX aniversario del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Revista del Instituto
de la Cooperacin (IDELCOOP). Tomo 1- Ao 6 - Rosario, Argentina, marzo de 1979.
Pginas 121 a 143.
I. Introduccin
El medio rural de Brasil y especialmente de algunos estados como Paran,
ha experimentado importantes cambios en su base social, productiva, tcnica
y cultural. Estas transformaciones se insertan dentro de una serie de procesos
que estn ocurriendo en la economa mundial como consecuencia de la propia
dinmica seguida por el sistema capitalista, lo que ha provocado la aparicin de
nuevas formas de produccin ms acordes con la demanda del mercado princi-
palmente de exportacin, la modernizacin del aparato productivo en algunos
sectores altamente competitivos, el incremento de las inversiones en nuevas tec-
nologas, y la expansin de nuevos mtodos de comercializacin. Estas mudan-
zas de gran trascendencia econmica y social, tambin estn propiciando una
reestructuracin del sistema territorial y de los agentes sociales y econmicos
que en l intervienen como son las cooperativas agrarias. Se trata de mudanzas
que afectan tanto a su estructura como la forma de gestin, y a los histricos
objetivos del movimiento cooperativo. As, frente a la tradicional organizacin
reivindicativa, solidaria y comprometida con las clases menos favorecidas del
195. Esta comunicacin se ha realizado dentro de la ayuda para estancias en centros de investi-
gacin radicados fuera de la Comunitat Valenciana de la Direcci General de Poltica Cientfica de
la Conselleria d`Educaci de la Generalitat Valenciana segn RESOLUCIN de 31 de marzo de
2011, del director general de Poltica Cientfica para estudiar el movimiento cooperativo del estado
de Paran (Brasil).
196. Dpto. Geografa Humana - Universidad de Alicante (Espaa)
197. Un euro en diciembre de 2011 equivala 2,4175 reais brasileos (Fuente: Forexpros).
V. Conclusin
El cooperativismo agrario en Brasil histricamente ha contribuido a orga-
nizar y desarrollar numerosos territorios, incrementando de manera general el
bienestar de sus poblaciones. Sin embargo, como ocurre en otros pases, el mo-
vimiento cooperativo de manera general y particularmente el agrario, se debate
en el actual proceso de internacionalizacin del capital (globalizacin) entre dos
modelos cuya orientacin, base ideolgica y actuacin en el medio rural res-
ponde a intereses muy distintos. El primero de ellos propicia la introduccin de
mtodos de gestin identificados con la estricta lgica empresarial, y que tiende
a privilegiar al gran agroproductor comprometido con una agricultura intensi-
va y productora de mercancas destinadas principalmente al abastecimiento del
mercado externo. Se trata de una agricultura que fomenta el desarrollo de tc-
nicas agresivas para el medio ambiente y socava la independencia alimentaria del
pas, al sustentarse en la importacin de factores productivos. El otro modelo, ms
reivindicativo y comprometido socialmente, apuesta por una cooperativa agraria
que sirva como instrumento colectivo de defensa reivindicacin de los intereses
de las clases sociales del campo menos favorecidas. En este caso el desarrollo de la
produccin debe servir para aumentar el bienestar social de las familias y no estar
al servicio del incremento patrimonial de una parte de ellas. El compromiso con
una agricultura familiar, el fortalecimiento de la produccin de alimentos para el
abastecimiento del mercado interno y la apuesta por un desarrollo rural sosteni-
ble en lo econmico, social y medioambiental son retos que estn presentes en la
expansin y fortalecimiento de este modelo de cooperativa, frente a un escenario
de cambio en la organizacin y estructura del mundo rural.
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Fuente: IBGE
Cuadro III. Brasil. Clasificacin de las cooperativas agrarias por ventas. Ao 2003
1. Introduccin
Nuestro inters se centra en el estudio de experiencias de trabajo asociativo
autogestionado emergentes en Mxico as como su discusin crtica y contraste
con las que han venido emergiendo en Amrica Latina entendiendo por tal de
manera general a los grupos de trabajadoras y trabajadores que autogestionan ac-
tividades de produccin de bienes y/o servicios y cuya finalidad es la satisfaccin
de sus necesidades y no la acumulacin de capital.
El anlisis de estas experiencias tiene como objetivo general, la valoracin
de sus alcances para generar trabajo, ingresos y ciudadana en contextos de crisis
econmicas recurrentes, prdida de empleo estable, precarizacin de las condi-
ciones de trabajo y deterioro de los derechos sociales y polticos conquistados
en dcadas atrs por diversos colectivos sociales. Cules son sus posibilidades de
sostenibilidad en estos contextos histrico-estructurales que se generalizan en nuestra regin
y en el mundo? Qu relaciones tienen con otras experiencias de la economa popular, con
otros actores y con el mercado y el Estado? De qu manera contribuyen con distintos pro-
cesos de democratizacin de nuestras sociedades, es decir, cmo van reconstruyendo tejidos
sociales, polticos, econmicos y culturales empobrecidos profundamente desiguales, social y
ambientalmente insostenibles en los que y en los que crecientemente se instalan distintos
tipos de violencias,? Qu tipo de alternativas representan y qu tipo de actores y sujetos
colectivos emergen de ellas?
198. Investigadores titulares, rea Sociedad Cultura y Salud, El Colegio de la Frontera Sur (ECO-
SUR), Unidad Chetumal. Miembros del Sistema Nacional de Investigadores, S.N.I. Nivel 1 del CO-
NACYT. Av. Centenario km 5.5, CP 77014, Chetumal, Quintana Roo. AP 424. Tel. (983) 835 0440
ext 4790 - Fax (983) 835 0454. Correos electrnicos: jhorbath@ecosur.mx y magracia@ecosur.mx
199. Proyecto Respuestas y experiencias de innovacin social ante la crisis estructural del empleo
asalariado financiado por la convocatoria Ciencia Bsica de Conacyt.
200. Ripess conformada en 2004 en Canad, busca globalizar la solidaridad y participa del Foro
Social Mundial. En Amrica Latina se conform la Ripess LAC representada en Mxico por Comer-
cio Justo y Espacio Ecosol.
Noroeste Baja California 1,807 2,013 11.4 17 47 176.5 1,790 1,966 9.8
Baja California Sur 412 706 71.4 4 0 -100.0 408 706 73.0
Sinaloa 289 402 39.1 101 257 154.5 188 145 -22.9
Sonora 1,745 1,932 10.7 320 929 190.3 1,425 1,003 -29.6
Norte Chihuahua 688 1,270 84.6 197 153 -22.3 491 1,117 127.5
Noreste Nuevo Len 3,485 2,420 -30.6 20 22 10.0 3,465 2,398 -30.8
Tamaulipas 1,713 1,945 13.5 113 235 108.0 1,600 1,710 6.9
Centro-Norte Aguascalientes 671 544 -18.9 21 154 633.3 650 390 -40.0
San Luis Potos 749 920 22.8 12 0 -100.0 737 920 24.8
Zacatecas 385 569 47.8 127 277 118.1 258 292 13.2
Centro-Este Distrito Federal s.i. 230,936 s.i. s.i. 1,553 s.i. s.i. 229,383 s.i.
Este Tabasco 703 749 6.5 125 67 -46.4 578 682 18.0
Veracruz 2,422 3,445 42.2 847 1,053 24.3 1,575 2,392 51.9
Pennsula de Campeche 315 771 144.8 37 214 478.4 278 557 100.4
Yucatn
Quintana Roo 731 1,953 167.2 84 94 11.9 647 1,859 187.3
Yucatn 783 1,358 73.4 133 287 115.8 650 1,071 64.8
Fuente: elaboracin propia a partir de INEGI, Anuarios Estatales de 2006 y 2010. Tesorera General
de los Estados y Registro Pblico de la Propiedad y del Comercio.
Noroeste Baja California 233 240 3.00 16,733 17,111 2.26 72 71 -0.72
Sinaloa 1,186 1,309 10.37 144,185 152,779 5.96 122 117 -4.00
Norte Chihuahua 907 987 8.82 108,723 107,187 -1.41 120 109 -9.40
Durango 994 1,124 13.08 126,612 149,890 18.39 127 133 4.69
Noreste Nuevo Len 592 607 2.53 39,403 37,289 -5.37 67 61 -7.70
San Luis Potos 1,185 1,421 19.92 151,041 153,092 1.36 127 108 -15.48
Zacatecas 751 767 2.13 112,047 106,661 -4.81 149 139 -6.79
Michoacn 1,680 1,910 13.69 217,813 214,832 -1.37 130 112 -13.25
Nayarit 364 404 10.99 74,632 68,724 -7.92 205 170 -17.03
Centro-Este Distrito Federal 22 37 68.18 29,962 29,007 -3.19 1,362 784 -42.44
Hidalgo 1,013 1,189 17.37 164,133 173,511 5.71 162 146 -9.93
Mxico 1,037 1,233 18.90 300,525 323,941 7.79 290 263 -9.34
Morelos 204 234 14.71 56,344 64,157 13.87 276 274 -0.73
Puebla 1,043 1,194 14.48 206,252 216,675 5.05 198 181 -8.23
Tlaxcala 242 246 1.65 44,062 44,216 0.35 182 180 -1.28
Sur Chiapas 1,968 2,823 43.45 291,945 351,933 20.55 148 125 -15.96
Guerrero 1,039 1,259 21.17 244,633 335,112 36.99 235 266 13.05
Oaxaca 818 1,632 99.51 477,785 566,401 18.55 584 347 -40.58
Yucatn 726 722 -0.55 126,015 128,865 2.26 174 178 2.83
Fuente: INEGI, Anuarios Estatales de 2006 y 2010. Direccin General de Estadsticas Econmicas.
Censo Ejidal 2001 y 2007.
207. De manera agregada el Inegi proporciona una cifra un poco mayor, de 31514, pero con la
desagregacin es posible depurar un poco ms la informacin.
Centro- Distrito 1,492 2,803 87.87 4,029 287 2 1 101 2,803 0 921
Este Federal
Fuente: Charry, 2003 sobre la base de Censo 2000 de UAMI-Indesol y Registro Federal de las
Organizaciones de la Sociedad Civil.
Haciendas del
Mundo Maya
QUINTANA ROO
CAMPECHE
Mar Caribe
TABASCO
Chetumal
BELIZE
CHIAPAS GUATEMALA
35,000.0
30,000.0
25,000.0
Produccin (kg)
20,000.0
15,000.0
10,000.0
5,000.0
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Aos
Fuente: Datos no publicados de la Subdelegacin de Pesca Quintana Roo.
Al ser una zona con la mayor cantidad de selva y bosques del pas, tambin
tienen gran importancia las actividades derivadas de su aprovechamiento como la
apicultura, la produccin maderera y la histrica explotacin del chicle. En esta
direccin hemos encontrado experiencias ms consolidas de productores de miel
orgnica en el sur de Quintana Roo, cerca de Bacalar (Cooperativa Kabi Habin)
que surgieron hace casi ya 20 aos y han enfrentado y superado momentos su-
mamente difciles derivados de los destrozos de los huracanes que azotan a la re-
gin. Como otros productores de la zona el grueso de la produccin se efecta a
partir del comercio justo y se exporta a Europa. La mayora de los socios apicul-
tores tambin se dedican a la agricultura, (algunos de ellos para el autoconsumo)
y otros tienen ganado y por lo general la organizacin del trabajo es por grupo
domstico y durante la cosecha los socios recurren a conocidos o familiares (no
socios). Un tema preocupante para los apicultores del sureste mexicano es el de
los transgnicos, por lo cual la introduccin de siembra transgnica (que este ao
se ha parado en la pennsula pero no en el Estado de Chiapas) representa una
gran amenaza por su afectacin hacia la salud pblica y el impacto econmico
que tendra al perderse la calidad orgnica de la miel. De all que este tema es de
importancia central y los grupos, redes y organizaciones han promovido diversas
reuniones entre ellos, con funcionarios pblicos y con el sector acadmico.
En torno a la produccin del chicle, a principios de los aos 90 surgi una
experiencia que actualmente se denomina Consorcio Chiclero e involucra 2 mil
productores que pertenecen a 46 cooperativas en los estados de Campeche y
Yucatn
Quintana
Puebla Veracruz Campeche Roo
Tabasco
Guerrero
Oaxaca Chiapas
208. Los elementos aqu aportados se derivan de una entrevista realizada al Dr. Juan Jos Rojas.
209. Las organizaciones que dieron origen a esta red fueron el Fondo Solidario del Frente Democr-
tico Campesino de Chihuahua S.C.C. de R.L. (FEDECOOP), Sistemas de Proyectos Organizados
en Comunidad S.C.L. (POC), Federacin Estatal de Sociedades de Solidaridad Social (CFESSS),
Desarrollo Sustentable para la Mujer y la Niez A.C. (DESMUNI) y Unin de Esfuerzos para el Cam-
po, A. C. (UDEC); ubicadas en Chihuahua, Tabasco, Sonora, Chiapas y Quertaro respectivamente.
210. Entre los promotores de la iniciativa de creacin del Espacio EcoSol, se encuentran redes
regionales y nacionales de actores de la economa solidaria como Agromercados, ALCONA , Centro
de Desarrollo Agropecuario (CEDESA), Centro de Estudios Ecumnicos (CEE), Centro Nacional de
Ayuda a las Misiones Indgenas (CENAMI), Coalicin Rural, Fundacin Ahora, PDP/Tianguis Tlaloc /
Vida Digna (ver Vietmeier, 2005; Santana, 2005).
211. Los integrantes del CMEES siguen desarrollando proyectos inspirados en el cooperativismo,
como Centro de Desarrollo Comunitario Centotl, A.C., Coalicin Rural, Fundacin Padre Adolfo
Kolping, A.C., JADE Grupo Mexicano, A.C., Participacin Organizada para el Desarrollo Regional,
A.C., Productora y Comercializadora Toxtli, S.C., Unin de Esfuerzos por el Campo, A.C. (UDEC).
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212. Distintas organizaciones han colaborado como participantes en los Encuentros Nacionales de
Escuelas Campesinas entre 2003 y 2012, como el Centro de Educacin Campesina de la Unin
de Comunidades Indgenas de la Regin del Istmo (UCIRI), el Centro de Estudios Superiores Ind-
genas Kgoyom (CESIK) de la Organizacin Independiente Totonaca (OIT), el centro de formacin
Kaltaixpetaniloyan de la Sociedad Cooperativa Tosepan Titataniske (Cuetzaln, Puebla), el Centro
de Estudios Superiores para el Desarrollo Rural (CESDER), Escuela de Campo en Agrosistemas Ci-
trcolas (Martnez de la Torre, Veracruz), Escuela de Agricultura Ecolgica (Man, Yucatn), Educacin
Comunitaria Indgena para el Desarrollo Autnomo (Ocosingo, Chiapas), la Universidad Campesina
del Sur (Morelos).
Introduo
No contexto atual, de crescentes exigncias e desafios complexos, como a
expanso do ensino, a incompletude do conhecimento e a inovao tecnolgica,
as universidades tm se defrontado com grandes obstculos na redefinio da
sua misso enquanto instituio. A ideia de uma universidade que esteja aberta
s transformaes de seu tempo para que possa redefinir os seus rumos e os seus
processos de produo, de organizao e de socializao do conhecimento, no
uma ideia nova. O que parece crescer em sentido e importncia nas ltimas
dcadas tem sido a forma como a universidade se coloca na relao com a socie-
dade para percorrer esses novos caminhos e para encontrar as alternativas que lhe
permitam enfrentar as novas contradies e tenses postas pela sociedade atual.
A problematizao das atividades de extenso universitria tem sido uma das
questes que cada vez mais tem se destacado na universidade, principalmente
se considerarmos os crescentes debates sobre os rumos da universidade para o
sculo que se inicia.
Nesse sentido, a aproximao da universidade com a sociedade tem gerado
a criao de programas e projetos educativos, prprios das competncias acad-
micas, que buscam o dilogo e revigoram as suas estruturas e estratgias. Notada-
mente, com aquelas comunidades afastadas dos centros de produo de conhe-
cimento. Porm, o desenvolvimento de projetos voltados para a sociedade est
213. Psicloga. Doutora em Educao pela UFRGS, Mestre em Cincias Sociais Aplicadas pela
Unisinos e Especialista em Projetos Sociais e Culturais pela UFRGS. Professora y Coordinadora In-
cubadora de Economia Solidria da Universidade Feevale/Novo Hamburgo/RS, Brasil. naracabral@
feevale.br ou naragrivot@hotmail.com
Consideraes Finais
A universidade tem tido um papel estratgico na reflexo sobre as experi-
ncias associativas que vem sendo construdas, acumuladas e reapropriadas pelos
trabalhadores ao longo do movimento contraditrio da histria. A articulao
da extenso universitria com o tema da economia solidria e com as questes
terico-prticas e metodolgicas enfrentadas no cotidiano de trabalho com os
empreendimentos tm levado a uma profunda reflexo do papel da universidade
e do seu compromisso social, principalmente por elas trazerem para o debate as
implicaes da racionalidade do saber e da pluralidade dos contextos nos quais
os saberes se inserem.
Com este desafio, na lgica da sociologia das ausncias e da sociologia das emer-
gncias, a extenso universitria tem ganho potncia ao ser compreendida como
encontro de saberes. Ou seja, como procedimento terico-metodolgico e de in-
terveno da universidade na sociedade, que reflete a luta contra a profunda
preocupao contra o desperdcio das experincias sociais. Principalmente, ao
se relacionar com experincias que esto em curso, algumas desvalorizadas e
desacreditadas por serem invisibilizadas e inferiorizadas pela lgica dominante,
colocadas margem e na periferia da sociedade, onde no so vistas nem consi-
deradas relevantes por serem produzidas como no existentes.
A extenso ento compreendida como um caminho terico-prtico que
busca a promoo do dilogo entre o saber cientfico ou humanstico que a uni-
versidade produz e a diversidade de saberes que nasce na sociedade, distancian-
do-se, portanto, da ideia da prestao de servios e da aplicao tcnica a setores
estratgicos da sociedade. Portanto, sob o ponto de vista da lgica emancipatria,
a opo pelo encontro de saberes tem evidenciado uma forma educativa de
resistncia ao saber predominante na relao com a sociedade, levando a proble-
matizao das relaes de reconhecimento (legitimao) e de poder (tenses e
contradies) inerentes ao campo do saber.