2009 Memoria Congreso Argentina
2009 Memoria Congreso Argentina
2009 Memoria Congreso Argentina
Congreso Internacional de
Investigacin en Psicoanlisis,
Derecho y Ciencias Sociales
https://sites.google.com/a/fundpsicsigmundfreud.org/congreso-2009/
29 y 29 de Agosto de 2009
Sede: Universidad Catlica de Santiago del Estero
1 ed. Bs. As.: Letra Viva, 2009.
666 p. ; 20 x 14 cm.
ISBN 978-950-649-241-0
1. Psiconalisis. I. Ttulo
CDD 150.195
I.S.B.N.: 978-950-649-241-0
Avales Acadmicos
Facultad de Artes. Univ. Nac. de Tucumn
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Carrera de Especializacin en Psicologa Forense. Univ. Nac. de Rosario
Maestra en Psicoanlisis. Univ. del Aconcagua (Mendoza)
Escuela de Especialidades. Col. de Psiclogos de la Pcia. de Bs. As. Dist. X
Fac. de Cs. de la Educacin y Fac. de Cs. Polticas, Sociales y Jurdicas -
Univ. Catlica de Sgo. del Estero
Programa de Estudios de Posgraduacin en Psicologa Clnica -Mencin Psicoanlisis-
Pontificia Universidad Catlica de San Pablo (Brasil)
Auspician
Asoc. Internacional Universitaria de Investigacin en Psicopatologa Fundamental (Brasil)
Fac. de Psicologa. Univ. Nac. de Rosario
Fac. de Ciencias Humanas. Univ. Nac. de San Luis
Fac. de Psicologa. Univ. Nac. de Tucumn
Maestra en Psicoanlisis. Univ. Kennedy (Bs. As.)
Ctro. de Estudios en Psicologa y Legalidad. UN de Rosario
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Revistas: ACTUALIDAD PSICOLGICA; TOPA y AGENDA-LETRA VIVA (Bs. As.)
Gobierno de la Pcia. de Sgo. del Estero: - Declarado de Inters Provincial
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Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumn
NDICE
Filiacin Institucional:
Psicoanalista. Prof. de Psicologa de la Fac. de Artes. Univ. Nac. de Tucumn.
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn. Miembro del Consejo de
Administracin de la Fundacin.
Resumen: El trabajo aborda la problemtica del hombre instituido, condenado desde all al mundo de
la representacin. Prisionero del lenguaje y las imgenes solo se encuentra en tanto se representa. La
escena del mundo se monta por los artificios de la cultura que hacen del mundo un lugar a imagen y
semejanza del hombre y un hombre a imagen y semejanza de lo que la cultura precisa. Concluyendo
con los montajes que las sociedades actuales traman y los efectos subjetivos que producen.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
cree estar viviendo. Desmaterializacin del cuerpo y del mundo que pro-
duce el recurso a la palabra, al signo, a la representacin. Brecha entre
las palabras y las cosas, entre el cuerpo y su imagen, entre el cuerpo y el
nombre, entre el mundo y su escena, entre el significante y el significado.
Enlazados por el artificio de la cultura, se hace necesario que esta ligazn
responda a una legalidad, la misma que liga las palabras con las cosas y los
significantes con los significados; legalidad que de cobertura a la unin.
Cuando usamos la palabra cobertura es para referirnos a la garanta que
supone para esta operacin el estar sujeta a una ley y tambin en tanto
cubierta o velo que recubra el tajo. Legalidad que al mismo tiempo garan-
tiza y vela el lazo entre el hombre y la escena del mundo o la realidad en
la que cree estar inmerso, articulando lo subjetivo con lo cultural.
Este sistema normativo se instala como el tercer elemento indispensa-
ble para el ensamble, para que la vida humana sea posible, pero as tam-
bin ser un lugar de poder a travs del cual los hombres y el mundo se
ponen en fila y responden a los modelos que edifican los demiurgos de
turnos, Sistemas que se constituyen en la pieza central que el poder ne-
cesita detentar para que el lazo se mantenga firme. Pero el equilibrio es
lbil y se encuentra continuamente amenazado por el efecto catablico
que el poder tiene sobre la ley (Para profundizar este punto consultar La ficcin de poder de Gabrie-
la Abad en Culpa Responsabilidad y Castigo III).
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Abad, Gabriela Alejandra
La fascinacin de lo especular
Los espejos multiplican, reproducen, fijan indefinidamente las imge-
nes de la escena mundana, reafirmando identidades. Aqu radica su poder
hipntico sobre los sujetos, porque genera la ficcin de contener todas
las respuestas a los mltiples enigmas que pueda plantearse; con su brillo
parece responder a la imposible construccin de una identidad.
Espejismo de respuestas que lo sumergen al hombre en una realidad
virtual fascinante, sobre su pulida superficie todo es brillo. All las pre-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
El Otro en el espejo
Trampa llena de magia, el espejo es uno de los lugares ms peligrosos
para los sujetos y los pueblos, cuando en este juego de hipnosis queda
disyuto de una legalidad, nica garanta para esta operacin identificatoria.
La escena del mundo no se sostiene solo desde lo imaginario, como
as tampoco la ligazn entre la imagen y el cuerpo es solo un juego de es-
pejo, para que esta operacin tenga eficacia tiene que estar en una conti-
nua referencia al Otro de la Ley. Lacan refirindose a esto en el seminario
X, retoma el momento paradigmtico en el que el nio sostenido por el
adulto frente al espejo gira su mirada jubilosa a la espera que el Otro tes-
tifique la identificacin, pero advierte que Si la relacin que se establece
con la imagen especular es tal que el sujeto esta demasiado atrapado en la
imagen para que ese movimiento sea posible, es que la relacin dual pura lo
desposee de su relacin con el Otro con mayscula (Lacan: 1963:134).
Peligros del espejo, en tanto invitacin al juego metonmico de multi-
plicacin que propone, y de los la psicosis da cuenta acabadamente en los
efecto de des posesin y angustia a los que puede someter.
Los juegos de espejos no son peligrosos por s mismo, lo que los torna
altamente catablicos, es cuando capturan al sujeto en su brillo y al modo
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Abad, Gabriela Alejandra
Referencias Bibliogrficas
Legendre Pierre (2008) Lo que Occidente no ve de Occidente. Bs. As.: Amorrortu.2008
Lacan, Jaques (1962/63) Seminario X La angustia. Argentina. Paids2007
Braunstein, Nstor A. (2006) Freud y Schoenberg. La prohibicin mosaica de la repre-
sentacin y la renuncia pulsional. En PSIKEBA Revista de Psicoanlisis y Estudios Cultura-
les 2006
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Inscripcin de la Ley y Lazo
Social en la Sociedad Actual
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Inscripcin de la ley y lazo social en la sociedad actual es un intento de reflexionar so-
bre cmo la construccin de la subjetividad en su relacin con la ley y las formas particulares del
lazo social se encuentran marcadas por las caractersticas de nuestra poca.
Desde las consideraciones tericas del Psicoanlisis es que se podr interrogar la posicin del su-
jeto en sus intentos por responder a la pregunta por la falta del Otro, y reconocer la incidencia que
en los mismos tiene la instancia del supery. A partir de diversos interrogantes se ir definiendo el
lugar del analista frente a las presentaciones clnicas actuales.
Palabras Clave: Subjetividad Ley Lazo Social Supery Otro Social
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Abad, Luciana Mara
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Abad, Luciana Mara
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Gerez Ambertn, M. (Comp.). (2004). Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jur-
dico y psicoanaltico. Vol. II. Bs As.: Letra Viva.
Gaugain, M. (1987). El acting out, el pasaje al acto y la transferencia analtica. En Juan David
Nasio (Comp.), En los lmites de la transferencia (p. 109-133). Bs. As.: Nueva Visin.
Lacan, J. (2006). La angustia. Seminario X. Bs. As.: Paids. (1963).
Freud, S. (1996). Dinmica de la transferencia. Obras Completas, tomo II. Madrid: Biblio-
teca Nueva. (1912).
Rabinovich, D. (1989). Una Clnica de la pulsin: las impulsiones. Bs. As.: Manantial.
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BORRAMIENTO DE LO SIMBLICO,
INTEMPERIE ANTE LO REAL
Filiacin Institucional:
Estudiantes de Psicologa. Facultad de Psicologa. U.N.T
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: En este trabajo nos proponemos mostrar, desde el psicoanlisis freudo-lacaniano que
la desubjetivacion del sujeto social y cultural; se producira por la declinacin del orden simblico;
este desvanecimiento tiene como consecuencias: la violencia como sntoma social, y fenmenos
como el pasaje al acto.
Las instituciones de la actualidad como la familia, el Estado y dems, son parte de aquel entramado
simblico sostenedor de subjetividades, sostenedor de deseos y representante de la ley.
En la actualidad, la sociedad en su conjunto es sometida a un amo: el capitalismo y el consumis-
mo.
Se nos plantean ideales sociales imposibles de alcanzar, lo cual genera tambin este desvalimien-
to e inermidad de los hombres del hoy, dando como resultado angustia y frustracin, soledad y des-
osiego. La exclusin como las ms aberrantes de las violencias, que genera reclamos y desespe-
racin de estos excluidos. Cuando ya las palabras no son posibles de ser, nos devenimos en actos
desesperados, a veces violentos.
Nos permitimos pensar en un futuro en donde ser necesario recuperar el estatuto simblico de lo
ideales, la referencia simblica fundante, reconstruirnos como sujetos a la ley y de la ley.
Palabras claves: Borramiento simblico- pasaje al acto - acting out - desubjetivacin
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
gula los lazos sociales en tanto que atraviesa al sujeto, inscribe la falta y por
consiguiente hace surgir un sujeto deseante y amarrado a la ley.
Como seres sociales hemos sido incluidos en ste a travs del lengua-
je: en el inicio de nuestras vidas como sujetos habitados por el lenguaje,
porque como bien seala Lacan El hombre nace tan inmerso en un bao
de lenguaje como inmerso en un medio llamado natural (Lacan 1988: 38);
ms luego como sujetos que habitan el mundo del lenguaje, lo hablan, y
lo transmiten a las siguientes generaciones.
Las tradiciones, los mitos, las costumbres nos han sido transmitidos
por las primeras instituciones como la familia, la escuela y as a medida
del paso del tiempo nos hemos ido incluyendo en sistemas ms abarca-
tivos y generales.
Este orden simblico nos seala ideales tanto subjetivos individua-
les como sociales. Freud en Psicologa de las masa y anlisis del yo plantea
que del ideal del yo parte un importante camino para la comprensin de
la vida colectiva. ste ideal tiene adems de su parte individual, su parte
social. Es tambin el ideal comn de una familia, de una clase social, o de
una nacin. Cada individuo forma parte de varios grupos, se halla ligado des-
de varios lados por identificacin y ha construido su ideal del yo segn los mo-
delos ms diversos (1920:2575).
Los ideales fundacionales de una sociedad, aquellos que dan razn de
ser a la vida social, hablan de una inscripcin simblica de la comunidad,
inscripcin llamada por Legendre (1985:130) Referencia Absoluta, Ra-
zn para vivir y deben sostenerse y actualizarse. Ante todo mantenerse
vigentes en el discurso del Otro social y legal.
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Acosta, Mara Virginia - Cardozo, Valeria Carolina
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de conclusin
Sabemos que hemos atravesado y que an atravesamos momentos de
quiebre, fragmentacin, de confrontacin de intereses individuales y co-
lectivos, pero debemos revelar el quiebre, desmitificar el sntoma de la
violencia. Algo nuevo es posible y no todo est perdido.
Debemos recuperar el estatuto simblico de lo ideales que vuelvan
a invitarnos a un proyecto, debe prevalecer el espritu de la ley, la refe-
rencia fundante, construir un marco en donde se vaya logrando la eleva-
cin progresiva de cada uno de nosotros como sujetos a la ley y de la ley,
a decir de Legendre: al evocar lo jurdico, me mantengo a distancia de
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Acosta, Mara Virginia - Cardozo, Valeria Carolina
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Referencias Bibliogrficas
Elmiger, Mara Elena: El sujeto efecto de la ley 2005 en Culpa, Responsabilidad y Castigo
en el discurso jurdico y psicoanaltico. Vol I. Bs. As.: Letra Viva
Freud, Sigmund: Psicologa de las masas y anlisis de yo 1920-1921. Obras completas,
tomo III; Biblioteca nueva. Editorial El Ateneo.
Gerez Ambertn, Marta: El Super yo y la clnica diferencial: neurosis y psicosis 2007 Las
voces del Super yo. Bs. As.: Letra Viva.
Gerez Ambertn, Marta: Imperativos del super yo. Bs.As. Lugar Editorial.
Lacan, Jaques: Seminarios: X La angustia. 1962-1963.
Lacan, Jaques: Seminario XI Los cuatro conceptos fundamentales en Psicoanlisis. El su-
jeto y el otro: la alienacin.1964
Manonni, Maud: El nio y su enfermedad y los otros 1982. Psicologa infantil. Bs. as.:
Nueva Visin.
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En el principio era el amo: retrica dis-
cursiva - entre mito y estructura
Filiacin Institucional:
Mdico.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Alonso De La Barcena, Luis
abra, des-bocado el centro vaco del huracn: Kaos (bostezo, segn la in-
terpretacin de Kirk) (5) donde pueda reordenarse el poder (de) el tiempo.
Abertura donde se puede depositar el poder despojarlo del mis-
terio, arrancarlo del secreto, lugar del conflicto de la politea donde se
puede imaginar, rehacer(6).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Alonso De La Barcena, Luis
nant que las culturas de la vergenza son esas sociedades donde so-
mos esencialmente lo que los otros ven y piensan de nosotros(12).
Esto se relaciona con esa capacidad que los griegos le atribuan de mane-
ra eminente a los navegantes pero que despus se hizo extensivo al dominio
de diversas tcnicas, es el don de la metis (astucia) que si bien al principio
estaba vinculada a la magia termin derivando en una habilidad para enga-
ar al otro. El mas eminente navegante de la pica griega fue Ulises a quien
Atenea protega dotndolo de metis para resolver problemas. Homero rela-
ta en su encuentro con el cclope cmo la diosa lo vuelve inasible, invisible.
En correspondencia con la indagacin sobre esas culturas de la ver-
genza antes sealadas es interesante tomar un juego de palabras que se
realiza en la Odisea componiendo outis (nadie) con me-tis como dos for-
mas alternativas de la negacin; como una especie de ocultamiento de la
astucia (que es a su vez un ocultamiento), un velo duplicado.
Proceso que en el momento culminante del gesto astuto prestigitador,
hbil tunante es Ulises, ste mismo es el que desaparece en su identidad.
Algo como: Te digo que soy Ulises para que creas que no lo soy, as poder
serlo. A esto lo llev su viaje de navegante a la frontera del mundo.
Pero el viaje no es solo de ida sino tambin de retorno y as como una
identidad astuta se oculta en lo que aparece, una reversin de la diosa
produce un aparecido en su opacidad desfigurada, por momentos de
una desnudez repugnante como el cadver de Hctor que en lugar de ser
arrastrado por caballos, se arrastra l mismo como un mendigo.
Los griegos haban concebido en este proceso de dislocacin de la soberana
que venimos describiendo, una especie de reverberacin en eco, una especie
de evocacin provocativa de lo que llamaron el phthonos (envidia) de los dioses.
Los hombres saban que era peligroso ser feliz, dice Dodds (13) , porque
esto de algn modo le perteneca a los dioses y estos lo tomaran genern-
dole una tych, un tiempo cerrado en su moira donde el castigo (divino) es
el crimen en s de hybris (falta de mensura, desvergenza) que contamina
como una infeccin las generaciones futuras. Tan frgil y expuesta era en
su cultura de vergenza la vida de los hombres para los griegos (14).
El comportamiento desmesurado e irracional era descrito como Ate,
que significa ruina, pero sobrenatural y a veces arbitrariamente determi-
nada. Por eso el nexo causal entre crimen y castigo se rompa. La desme-
sura, potencia mas all de cualquier ser individual, ya era un castigo.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Alonso De La Barcena, Luis
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Ahora que expusimos como una forma general de los discursos po-
demos aproximarnos a sus particularidades.
Recordemos cuando hablbamos en la seccin 2) del juego de trans-
laciones y sustituciones entre el anax y el basileus. Hay un lugar de sobe-
rana que comienza a reservarse, delegando otros.
El amo corre peligro de muerte, dice Lacan, aunque su sustraccin sea de al-
gn modo tambin una muerte, que se la evaluara como renuncia al goce. El que
ocupa ese lugar y trabaja (circula, enlaza) para l es el esclavo. Se compone con el
amo (S1- S1). Quiere hacer que eso ande pero algo imposible ya sucedi, aparece
el saber (S1S1) S1) S1) S2) como medio sustituto de goce (18). El lazo se disconti-
nu, salt y el amo recupera una brizna de goce en el (co) mando del esclavo.
Estos son los impases de los discursos que tienen como plataforma de
giro al amo. Podramos decir, con la salvedad que lo multidimencional de
la estructura exige, que hay una suerte de bifidez desde esa posicin.
El discurso capitalista, lo habamos anticipado de algn modo, es una
especie de torcin del discurso del amo que invierte los trminos y los lu-
gares saltando la promocin de la imposibilidad no hay nada imposible
para el capital, lo que hizo fue mas bien cerrar el circuito de la impotencia.
El dibujo de la torsin se parece al nudo de trbol, sin hiancia en su ince-
sante continuidad (una expresin topolgica de Freud que podra convenirle
seria proyectado hacia afuera). Se vuelve el punto de partida y retorno (re)
volucionario despus de haber recorrido todos los lugares. Las dimensiones
vectoriales de lazo y corte estn aplanadas, son un puro exterior. Es un dis-
curso de Verwerfung, de rechazo. De qu? De la castracin dir Lacan (19).
Ya no hay medio-decir de la verdad, su-posicines el puro desenga-
o, la pura certeza que fabrica maquinal y denodadamente desechos.
Efecto de topologa: si seguimos el discurso capitalista desde S2 tene-
mos el discurso universitario, donde el saber en lugar de amo hace traba-
jar el resto inapropiable para totalizarse en saber absoluto.
Construido de otro modo, el universitario es el giro reverso desde la po-
sicin del amo, y a diferencia de los otros es como si dejara inoperativo (pero
imperante) el amo en una extrema desnudez (20). En lugar de restos produ-
ce enseantes homogeneizantes, en ese sentido es un giro revoluciona-
rio en-torno que vuelve al mismo lugar (21) y que progresivamente va conso-
lidando la desnudez que opaca al amo en un retraimiento exteriorizado (22).
Claro que hay otro destino discursivo desde ese punto de giro del
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Alonso De La Barcena, Luis
Notas
(1) Seguiremos particularmente J. P. Vernant. Los orgenes del pensamiento griego. Bs. As.
2008 Paids y Atravesar fronteras Bs. As. 2008 FCE. .
(2) Cf. Infra seccin 4.
(3) J. P. Vernant. Los orgenes de pensamiento griego. Pg. 57.
(4) Ibid Pg. 29
(5) G. S. Kirk y J. E. Raven. Los filsofos presocrticos. Pg. 47. Madrid 1981 Gredos.
(6) J. P. Vernant. Atravesar fronteras. Pg. 145. Bs. As. 2008 FCE.
(7) J. P. Vernant. Los orgenes de pensamiento griego. Pg. 119.
(8) Ibid Pg. 127
(9) J. P. Vernant. Atravesar fronteras. Pg. 117. Bs. As. 2008 FCE
(10) Ibid Pg. 107
(11) E. R. Dodds. Los griegos y lo irracional. Pg. 43. Madrid 1980. Alianza
(12) J. P. Vernant. Atravesar fronteras. Pg. 88. Bs. As. 2008 FCE.
(13) E. R. Dodds. Los griegos y lo irracional. Pg. 42. Madrid 1980. Alianza
(14) Ibid Pg. 40
(15) Eric Porge. Jacques Lacan un psicoanalista. Pg. 319. Madrid 2000. Ed. Sntesis.
(16) Cf con la seccin 2 ad finen: Prometeo-Epimeteo.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
(17) J. Lacan. De un Otro al otro. 1968. Citado por E. Porge J. Lacan. Pg. 321.
(18) Cf con seccin 3 ad finen: Los opuestos
(19) J. Lacan. El saber del psicoanalista. (indito) 1972 citado por E. Porge Pg. 324.
(20) J. Lacan. El reverso del psicoanlisis. Pg. 158. Bs. As. 2006 Paids.
(21) Ibid Pg. 158-159
(22) Cf con seccin 3
(23) Ibid Pg. 206
36
LAZOS SOCIALES Y LEY. UN APORTE DESDE LA
EVALUACIN CON EL PSICODIAGNSTICO DE
RORSCHACH
Filiacin Institucional:
Alpern, Irene Carolina: Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del
Estero
Castro, Fernando Julio: Docente e Investigador. Univ. Catlica de Sgo. del Es-
tero.
Alderete, Ana Luca. Univ. Catlica de Sgo. del Estero
Resumen: Tomando como antecedente el estudio realizado sobre La Eficacia del Psicodiag-
nstico de Rorschach en el diagnstico diferencial, el cual nos brind la posibilidad de ubi-
car a los sujetos evaluados en alguna de las estructuras psicopatolgicas de la triada Neuro-
sis, Psicosis y Perversin a partir del anlisis de los puntajes obtenidos en la Escala de Funcio-
nes Yoicas de la Realidad. (E.F.Y.R.), nos proponemos complementarla con una investigacin
en curso sobre la validacin de respuestas Populares al Rorschach para la ciudad de Santia-
go del Estero, ya que dichas respuestas permiten indagar acerca de la adaptacin a la realidad
y lazo social, por cuanto son una medida de participacin en el modo colectivo de ver el mundo.
Partimos de la premisa de que tanto la adaptacin como el lazo social van estar determina-
dos en funcin de la dialctica del Complejo de Edipo y la posicin de los sujetos frente a la ley.
Palabras Clave: Rorschach Respuestas Populares Ley Lazo social
Introduccin
En un estudio anterior denominado La eficacia del Psicodiagnstico
de Rorschach en el diagnstico diferencial, nos propusimos explorar si los
puntajes obtenidos con la escala E.F.Y.R. (Evaluacin de las funciones yoi-
cas de realidad) nos permitan establecer la pertenencia de los sujetos a
una de las estructuras diagnsticas de la triada Neurosis, Psicosis y Per-
versin y, adems, si era posible el diagnstico de perversin a partir
del Rorschach, en base a los casos de perversin que componen la mues-
tra estudiada.
En esta comunicacin deseamos tomar ese trabajo como punto de
partida y comentar lo que estamos explorando en lo relativo a la Ley y a
la cuestin de los lazos sociales, entendidas al igual que en el estudio men-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Alpern, Irene - Castro, Fernando - Alderete, Ana
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
del complejo en la constitucin psquica del sujeto. Agrega Joel Dor que:
La puesta en acto de una estructura psquica la eleccin de la propia
neurosis, se constituye para cada uno en funcin de los amores edpicos
(J. Dor. Estructuras clnicas y psicoanlisis, 2000. pp. 31). Y haciendo un inteligente resumen del
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Alpern, Irene - Castro, Fernando - Alderete, Ana
mar: el primer tiempo del Edipo es una relacin dual, imaginaria, especu-
lar... dos personajes estn presos de la misma ilusin y cada uno de ellos posi-
bilita que el otro se mantenga en la misma. Los ejes tericos alrededor de los
que gira la relacin primordial son el deseo, el del narcisismo y el concepto de
Ley (H. Bleichmar. Introduccin al estudio de las perversiones. La teora del Edipo en Freud y Lacan. pp. 42-3).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Metodologa
La muestra con la que se analizaron las estructuras psicopatolgicas
estuvo compuesta por 120 sujetos adultos (edades entre 18 y 59 aos,
media 31,98 aos), de ambos sexos, residentes en la Ciudad Autnoma
de Bs. As. o alrededores. A su vez, la muestra con la que se estn anali-
zando las respuestas populares, que dan cuenta acerca de la adaptacin a
la realidad, y el lazo social de los sujetos, por cuanto son una medida de
participacin en el modo colectivo de ver el mundo, est compuesta por
72 sujetos adultos todos residentes en la ciudad de Santiago del Estero.
Para ambas investigaciones se siguen los mismos procedimientos me-
42
Alpern, Irene - Castro, Fernando - Alderete, Ana
Discusin
El psicodiagnstico de Rorschach, a travs de la escala EFYR, sera
efectivo para ubicar los sujetos entre las estructuras ms diferenciadas,
esto es, neurosis y psicosis.
Desde el anlisis cualitativo, el recorrido realizado por el discurso de
los sujetos en sus respuestas a la tcnica, nos permite identificar la cues-
tin de la Ley y la castracin, al investigar ms profundamente la produc-
cin de los sujetos en las lminas I, IV, VII y IX (de la identidad, paterna,
materna y de la madre arcaica).
El anlisis de las respuestas populares (tambin incluidas en la Escala
EFYR) nos otorga la posibilidad de bucear el psiquismo del paciente y des-
cubrir posibles anomalas en lo que respecta a la adaptacin a la realidad.
Las mismas, son una medida de contacto, de participacin en el modo co-
lectivo de ver el mundo, siendo la presencia de un nmero esperable un in-
dicador de buen contacto con la realidad, de capacidad para compartir for-
mas de percibir y de pensar en comn, de adaptacin al medio social, todo
lo cual pone de manifiesto la presencia de un Yo bien estructurado con ca-
pacidad para discriminar y percibir objetivamente los estmulos del medio.
La cuestin del lazo social, entonces, se encuentra intrnsecamente re-
lacionada con la Ley, puesto que los individuos que acceden a la Ley o que
juegan con ella (al modo perverso), logran vincularse con los dems y cons-
truir lazos sociales que, a pesar de la culpa y la violencia, los subjetiviza.
Y el Psicodiagnstico de Rorschach nos puede ayudar a evaluar ello.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Alessandro De Colombo, Marta y otros. El Psicodiagnstico de Rorschach. Interpretacin.
Bs. As.: Klex, 2da edicin (1993).
Bleichmar, Hugo. Introduccin al estudio de las perversiones. La teora del Edipo en Freud
y Lacan. Bs. As.: Nueva Visin (2003)
Castro, Fernando, Alderete, Ana L., Alperin, Irene, et al. Validacin de respuestas popula-
res en el Psicodiagnstico de Rorschach para la ciudad de Santiago del Estero, comunica-
cin libre en Segundo Encuentro Nacional de Intercambio Cientfico de Psicologa de Uni-
versidades de Gestin Privada, UVAPSI, septiembre 2008.
Castro, Fernando J. Funciones yoicas de realidad y diagnstico diferencial con Rorschach.
En XIII Jornadas de Investigacin. Fac. de Psicologa-UBA, agosto de 2006.
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lgicas a partir de las funciones yoicas de realidad; en Revista Nuevas Propuestas, Edicio-
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44
LA ORGANIZACIN LABORAL COMO
REPRODUCTORA DEL PATRIARCADO
Filiacin Institucional:
Seminario de Psicoanalisis Implicado (Buenos Aires)
Resumen: La autora incluye una vieta clinica. Estamos atravesados por la cultura represora somos
herederos de los mandatos de nuestros ancestros, por lo prohibido y lo no prohibido. Lo no prohibi-
do no es igual a lo permitido, la prohibicin es un campo ambiguo porque cambia histricamente, lo
que hoy est prohibido maana puede estar permitido.
La prohibicin es ms apta para desarrollar ansiedades paranoides que angustia seal, ese es su
valor y funciona como organizador de la subjetividad.
Hay que tener en cuenta que los lmites provienen del exterior en tanto la limitacin es interna. No
se prohbe porque hay exceso, hay exceso porque se prohbe.
Desde el punto de vista individual, voy a repetir unas palabras de Freud. Si las exigencias sobrepa-
san a los individuos, se produce en el individuo la rebelin, o una neurosis, o se lo hace infeliz. Len
Rozitchner lo define de esta manera: Estn claras las salidas. Para los que no se rinden a la repre-
sin: 1) salida subjetiva: la neurosis; 2) salida objetiva: la rebelin. nica salida subjetiva y objetiva:
el acomodamiento, la infelicidad. La rebelin individual que pasa a la revolucin colectiva es la ni-
ca que enfrenta la realidad represora a nivel del sistema objetivo, es la nica que enfrenta el funda-
mento del superyo colectivo oficial. Y cabra agregar: ese superyo colectivo oficial, prolongado en
las masas artificiales, es el que incluye LA CULPA, LA VIOLENCIA y EL PODER
1.-
Llega a la sesin a tiempo, se la ve entusiasmada y comienza a relatar
las oportunidades que el nuevo gerente de la sucursal de un banco inter-
nacional donde ella trabaja le ha prometido. Comenta que a la semana si-
guiente ir a la Casa Matriz para realizar un curso para asistentes de ge-
rentes, que si bien todava no se habl de un incremento en sus ingresos,
era una oportunidad ya que la gente seleccionada ejercan el puesto de
oficiales de crditos. Nora se desempea como empleada administrati-
va, esto le acarrea ciertas diferencias con una compaera que ejerca ese
puesto desde haca diez aos, sintindose desplazada por Nora, que tra-
45
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
taba de explicarle que era una decisin tomada por el gerente. Segn re-
lata los dichos del gerente este curso significaba un reconocimiento y un
incentivo para que pudiera hacer la carrera bancaria. Nora es una mu-
chacha joven, soltera, tena una relacin estable hasta que por trabajo su
novio viaja a Suiza, producindose as un distanciamiento. Comienza una
relacin con otra persona dice que no se siente segura.
2.-
A la sesin siguiente vuelve, muy contenta con el curso donde le die-
ron un certificado que acreditaba su aprobacin. Comenta que el geren-
te le dio unas cuantas carpetas de algunos clientes importantes para que
siguiera el preparado de la documentacin requerida as evaluaban jun-
tos los crditos, pero que ahora no solo se ocupaba de su trabajo como
empleada administrativa sino que se le sumaba esta nueva tarea. Debi-
do a esto comienza a retrasarse para llegar a las sesiones. Tiene menos
tiempo para encontrarse con su nueva relacin lo cual lleva a un distan-
ciamiento en sus encuentros sexuales.
3.-
Al cabo de un tiempo llega indignada a la sesin y comenta lo siguien-
te: El otro da el gerente no estuvo en el banco, por que fue a ver a algu-
nos clientes, esto es habitual ya que son activadores de cuentas. Estoy pa-
rada esperando el colectivo a la salida de mi trabajo, se detiene un auto
y me invita a subir, por su puesto lo ignor pero baj la ventanilla y era el
gerente que me dice: sub que te acerco. Sub por que le tena confian-
za, una vez que arranca me empieza a preguntar por el trabajo, cuando
nos detiene un semforo apoya su mano sobre mi pierna, se la retiro y le
digo que pare en la esquina que me bajo, su respuesta fue solo te quie-
ro acariciar, pero si no quers no te puedo obligar eso s no lo comentes
con nadie, por vos, acordate del puesto que tengo.
4.-
Al tiempo Nora es trasladada a la sucursal de Quilmes viviendo en ba-
rrio Norte.
Hasta aqu la vieta clnica.
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Antinori, Irene Sofa - Pinus, Alberto
Vemos aqu como este gerente esta atravesado por la cultura patriar-
cal reinante del capitalismo donde instala la violencia de gnero, pensa-
da la sexualidad como una mercanca de cambio, donde las mujeres son
una propiedad privada y pasan a constituir aquello que l mismo ejerce:
el deseo como propiedad privada del otro.
Ahora bien, como ha decir de Antonio Porchia en su libro Voces: hay
dolores que han perdido la memoria y no saben que son dolores.
Estamos atravesados por la cultura represora somos herederos de los
mandatos de nuestros ancestros, por lo prohibido y lo no prohibido.
Lo no prohibido no es igual a lo permitido, la prohibicin es un campo
ambiguo porque cambia histricamente, lo que hoy est prohibido ma-
ana puede estar permitido.
La prohibicin es ms apta para desarrollar ansiedades paranoides que
angustia seal, ese es su valor y funciona como organizador de la subje-
tividad.
Hay que tener en cuenta que los lmites provienen del exterior en tan-
to la limitacin es interna.
No se prohbe porque hay exceso, hay exceso porque se prohbe.
El exceso o sea, el excedente, se lo puede pensar desde el proceso
productivo y la produccin de subjetividad.
Cuando hay exceso hay produccin de demanda. Dicho en otros tr-
minos: sin oferta no hay demanda posible.
Freud nos dice que la renuncia a los deseos edpicos amorosos y hos-
tiles se encuentran en el origen de la formacin del superyo el cual se en-
riquece por las aportaciones ulteriores de las exigencias sociales y cultu-
rales: Educacin, Religin Moralidad.
La interiorizacin de las prohibiciones nos antecede y son transmiti-
das a travs de la cultura, somos producto del atravesamiento de nues-
tros ancestros y repetimos los mandatos. Para esto se organiza la maqui-
naria superyoica.
Prohibiendo el exceso pulsional, transformndolo en lo contrario, la
culpa, que es el cultivo de la pulsin de muerte.
La religin, la educacin siempre fueron las herramientas utilizadas por
el poder, al servicio de la clase dominante. En estos casos la culpa siem-
pre est en la superficie.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Antinori, Irene Sofa - Pinus, Alberto
49
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Grande Alfredo: La Sexualidad Represora. Editorial Topia
Grande Alfredo: Psicoanlisis Implicado 3: del divn al piquete. Topia Editorial.
Laplanche-Pontalis: Diccionario de Psicoanlisis. Labor Editorial
Rozitchner, Len: Freud y los lmites del individualismo burgus. Siglo XXI.
50
GOCE, CUERPO Y TRANSFERENCIA O
DEL GOCE DEL CUERPO A
LA TRANSFERENCIA
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Este texto se referir al trabajo clnico efectuado con una paciente en una institucin m-
dica de la provincia de Tucumn, a partir del pedido de interconsulta dirigido al servicio de Salud
Mental de la misma. En l abordar cuestiones referidas a las dificultades en relacin a la construc-
cin de la transferencia, el trabajo con un sujeto en el cual el cuerpo y la enfermedad aparecen en
primer plano, obturando la subjetivacin de lo que a l le sucede. All donde un concepto central en
la teora, como el goce, debe ser pensado.
Palabras Clave: Cuerpo- goce- transferencia- subjetivacin-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Apud, Vernica Beatriz
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Apud, Vernica Beatriz
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Apud, Vernica Beatriz
Bibliografa
A.A.V.V Psicoanlisis y el hospital. El cuerpo en la Clnica.N 18. 2000
Braunstein, N. Goce. Siglo XXI. 2003
Lacan, J.: Intervenciones y Textos. Manantial.1999
Soler, C.: Estudios sobre las psicosis. Manantial. 2007
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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CIUDAD DE DIOS: CDIGOS ESPECTRALES
DEL SOMETIMIENTO
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Resumen: La pelcula Ciudad de Dios, del cineasta brasileo Meirelles, nos escenifica el anlisis
que convoca la versin de un Padre terrible; desde nuestra mirada, el psicoanlisis y su entrecruza-
miento con el derecho, nos revelan sistemas que encarnan una ley absoluta, consistente, infalible
y omnipotente, gobiernos que pueden, valindose de decretos y excepciones a la ley, determinar el
destino y anular el deseo de los sujetos. Estos amos expulsan a sus herederos de su lugar, historia,
derechos y genealoga. Este ambiente se recrea en la favela de ciudad de dios y sostiene a todo un
pueblo en la marginalidad, legal y territorial.
Consecuentemente aparece la respuesta de los personajes ante tremendo destino, eligiendo dis-
tintos caminos. Algunos ofrecen y someten su cuerpo y subjetividad como ofrenda sacrificial, des-
de el lugar de hijos que buscan sostener al padre a toda costa. Exponindose en el filme los jve-
nes que pertenecen a pandillas criminales, describiendo su lugar social desde la violencia, devi-
niendo efectos del desamparo y ausencia de la ley, perdiendo as la legitimidad de sus pactos, en-
tre ellos y con la sociedad. Pero tambin vemos a aquellos que intentan apelar a otra versin del pa-
dre, que les posibilite establecer pactos simblicos desde el saber y la creatividad, tomando como
ejemplo al personaje que narra la pelcula y que, en la bsqueda de otros referentes, pudo mediante
la exogamia salirse de la marginalidad de estos sistemas, apelando a un posicionamiento desean-
te y de intercambio social.
Palabras claves: Ciudad de Dios-Meirelles-marginalidad-codigos-sometimiento-sacrificio-psicoan-
lisis-Z-pequeo-ttem-pacto social-padre simblico-espectral-pandillas-Ben-Seu Jorge-pandilla de
los enanos-Buscape-pacto de sangre- alianza-lazo social-endogamia-exogamia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
por Fernando Meirelles y Ktia Lund. Fue adaptada de una novela del mis-
mo nombre de Paulo Lins, basada en una historia real. El libro data del ao
1997 y el guin fue adaptado por Braulio Mantovani. A travs de la narra-
cin de uno de los personajes, el fotgrafo y periodista Buscape, el filme se
enfoca en la vida de Z Pequeo, nio pandillero que deviene joven jerarca
del crimen organizado y el narcotrfico, desarrollado en la favela Cidade
de Deus. La frase que identific a la pelcula fue: Si corres te matan si
te quedas tambin... Muchos de los actores fueron residentes de favelas
como Vidigal y la misma Cidade de Deus. El filme es relatado de una for-
ma alineal, utilizando diferentes tcnicas de edicin y tomas de cmaras.
Despus de haber visto esta obra, los pensamientos que suscit en m
me llevan a plantear a partir de su trama dos ejes de reflexin:
Primero, la existencia de un Estado que se encarna en el lugar del Pa-
dre consistente, infalible y omnipotente, que puede en nombre de decre-
tos que hacen alusin a intereses caprichosos, determinar el rumbo cvi-
co de sus representados. Este golpe de timn a su destino se lleva a cabo
ofrecindoles el lugar del destierro y la marginalidad, al trasladar pueblos
enteros a asentamientos llamados favelas, encontrndose estas a impor-
tante distancia de las grandes ciudades, desprovistas de los aportes del es-
tado en cuanto al acceso a los servicios pblicos, que conforman los de-
rechos de todo ciudadano.
Como segunda coordenada a considerar aprecio que, estas decisio-
nes, son acatadas por los beneficiarios y, como respuesta, se someten
u ofrecen ante un tremendo destino poniendo el cuerpo y la subjetividad
como ofrenda sacrificial desde el lugar de hijos que deben sostener al pa-
dre a toda costa. Sern en esta pelcula los sujetos pertenecientes a pan-
dillas criminales, que describen su lugar social desde la violencia, quienes
devienen efecto del desamparo y la ausencia de la ley, perdiendo as la le-
gitimidad de sus pactos entre ellos y con la sociedad.
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Arias, Mara Soledad
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
del Padre, quien surgir como Ley a partir de las prohibiciones de incesto
y parricidio, posibilitando el amparo y proteccin de los hijos.
Las diferentes versiones de esta Ley se constituyen a travs de rituales
religiosos, prohibiciones morales, instituciones, juridicidad, poltica, fami-
lias, entre otros; representan a este padre, marco estructural que a tra-
vs de sus prohibiciones y leyes regula el vnculo entre los sujetos, quie-
nes buscarn en su vida formar parte de ese sistema, apropindose de un
lugar, un nombre, una genealoga, una filiacin. Esta inscripcin en la Ley,
posibilita a los sujetos circular por las vas del amor, el deseo, el intercam-
bio, la reciprocidad y el lazo social. Inscripcin que permite a los sujetos
sostener su deseo en pactos simblicos que produzcan actos creativos.
Pero de esta inscripcin de la ley tambin quedan restos no regulados,
un envs espectral del padre muerto que amenaza retornar por que no
fue sacralizado en el pacto. No todo el padre devino Ley. Aqu surge lo
paradojal de la Ley y sus efectos, no todo lo legisla, no todo lo regula. Los
sujetos se hallan tentados a la transgresin, atendiendo el llamado del es-
pectro que se presenta como un otro consistente que exige nuevos pac-
tos de sangre, actos de destruccin.
Esta falta intrnseca del amparo legislante, tiende a ser negada por los
sujetos pero se subtiende como culpa no enunciada, haciendo que en su
transitar por la vida sean conducidos a buscar sistemas y leyes que brinden
la certeza aorada, an a costa de volver al acto parricida, como retoos
de la violencia inscripta en el comienzo de la ley. Al decir de Marta Gerez
Ambertn en su reciente libro En 1938 Moiss y la religin monotesta
las paradojas de la Ley del Padre conducen a Freud, nuevamente, a las del sa-
crificio: es el padre el que vehiculiza la ley de la palabra, pero es la inconsis-
tencia de esa misma ley la que convoca al sometimiento cruel del hijo(3).
Ahora bien, retomando con lo expuesto el texto extrado del filme,
puedo decir que, cuando la omnipotencia de algunos en nombre de ex-
cepciones y agregados a la ley, como decretos polticos y alianzas entre
sistemas capitalistas perversos, expulsan a los sujetos de sus leyes, nom-
bres, lugares, orgenes, genealogas e instituciones, se va construyendo el
devenir social bajo el imperio de una ley selvtica, donde todo se puede
y nada importa, donde se regulan los vnculos desde el sometimiento sos-
tenido por jefes de pandillas que configuran nuevos cdigos.
Al decir de uno de los personajes (un nio de 9 aos), quien al pre-
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Arias, Mara Soledad
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Arias, Mara Soledad
Conclusin
Puedo afirmar que Meirelles logra sintetizar con sus argucias cinema-
togrficas, una suerte de tragedia posmoderna y contempornea, que mo-
viliza profundamente al espectador, por su carcter real e imbricado en
el tejido social latinoamericano. En estos tiempos Ciudad de dios nos re-
fleja el empobrecimiento de nuestra sociedad, de la subjetividad, al sos-
tener desde la pasividad o complicidad la suspensin de la ley, colocndo-
nos en posicin de victimas, objetos de la voracidad de amos que se nu-
tren de la destruccin. Ms an, con jvenes que estn hurfanos, perdi-
dos, sin un Padre deseante que posibilite la construccin de lazos socia-
les. Ciudad de Dios tambin muestra la contraposicin de esta realidad, la
de jvenes como el fotgrafo Buscape, que a pesar de su entorno poco
legislante crea y recrea alternativas desde lo simblico, cimentando alian-
zas y pactos sociales.
Como analistas y sujetos atravesados por leyes, cabe interrogarnos
acerca del Padre que deseamos en nuestra ciudad as como el respon-
der por nuestras palabras y actos, apelando a la singularidad, el amor y el
deseo como hijos de la ley.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
[1]. S. Freud (1913). Ttem y Tab . O. C. XIII Bs. As.: Amorrortu. 1980.(pgs.1-162)
[2]. S. Freud (1913). Ttem y Tab. O. C. XIII Bs. As.: Amorrortu. 1980.(pg.145)
[3]. Gerez Ambertin, Marta (2008). Entre Deudas y Culpas: Sacrificios. Crtica de la Ra-
zn Sacrificial. Bs. As.: Letra Viva.(pg. 28)
[4]. Gerez Ambertin, Marta (2008). Entre Deudas y Culpas: Sacrificios. Crtica de la Ra-
zn Sacrificial. Bs. As.: Letra Viva.(pg. 85)
Bibliografa
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66
EMMA ZUNZ (DE BORGES):
DE LA COBARDA MORAL AL AMOR HEREJE
MS ALL DEL PADRE
Filiacin Institucional:
Arsac, Silvia E.: Maestra en Psicoanlisis. Fac. de Psicologa. Univ. del Aconca-
gua (Mendoza)
Prez Iglesias, Sergio F.: Docente de la Fac. de Psicologa. Univ. del Aconcagua
(Mendoza)
Resumen: A partir de un cuento de Borges, Emma Zunz, se reflexiona sobre las consecuencias que
acarrea para la subjetividad quedar atrapado en las fisuras de la ley. Cmo las deudas impagas de
los padres pasan a los hijos, cmo cuando alguien queda aprisionado en las trampas del amor com-
pasivo, no puede asumir sus faltas ni las del Otro. Sostenerlo idealizado, sin fallas, se paga con infe-
licidad, falta de logros, fracaso. En casos ms graves y a medida que nos alejamos de lo simblico,
la deuda, que siempre pretende ser honrada, se paga con el cuerpo, con sangre, con la vida.
Con la excusa del relato, planteamos la omnipotencia homicida de una mujer que carga sobre s las
fallas del padre y las vela piadosamente. Sosteniendo la ilusin del amparo de un Otro inmaculado,
revive lo peor del padre. Los ardides que culminan en el asesinato le permiten acercarse a lo prohi-
bido como vctima sacrificial, velando el incesto y el parricidio que la animan.
Salir de la coaccin de repeticin y construir una va menos sufriente implicara afrontar otro costo:
no apartar los ojos de las miserias paternas y las propias; pasar de la cobarda masoquista del so-
metimiento superyoico al coraje de transitar en soledad el camino que la acerque al deseo y posi-
bilite un nuevo lazo (amoroso) con el Otro que la sostenga.
Palabras Clave: Ley, parricidio, sacrificio, culpa, deseo.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Hay un padre muerto y hay malestar fsico, luego ciega culpa, irrealidad,
temor (1). La muerte de su padre era lo nico que haba sucedido en el mun-
do, y seguira sucediendo sin fin (2). Esa muerte muere? La temporalidad est
trastocada. Emma quera estar en el da siguiente: ya era la que sera (3).
Emma llor el suicidio de Manuel Maier o Emanuel Zunz, como efecto
del impacto unheimlich, en que se constata las faltas del padre, porque el
error es suicidio para ella. Llor y record sus das anteriores, su madre,
su infancia, la juventud, Tambin la casa rematada, el dictado de prisin,
el oprobio. Sobre todo record el juramento que nunca olvida. La pala-
bra del padre: el ladrn era Aarn Loewenthal, gerente y ahora dueo de
la fbrica. Ese juramento es un secreto que Emma guard por 6 aos. Un
secreto conservado como tal, que no circula. Desde los 12 aos, Emma es
su heredera, lo conserva. Recurre a la piedad y con ella vela las manchas
del padre. Ese juramento es un vnculo, una complicidad con su padre y
tambin un poder, el poder de saber de una falta de Loewenthal.
Tambin es un mandato; as, un plan es procurado en esa noche de insomnio.
En palabras de Marta Gerez: La piedad por el padre, reverso del ms all del pa-
dre, impide el xito del deseo (nica cosa a la que se puede llamar xito) y reflota
las formas ms terribles del destino cruel que impulsa al fracaso y al sacrificio. (4)
Ese da haba rumores de huelga en la fbrica y Emma se declar, como
siempre, contra toda violencia (5). Trabaj, fue con amigas a un club de mu-
jeres, se habl de novios, pero por los hombres senta un temor patolgico.
Es sbado. Es aquel da. Ley que un buque sueco partira esa noche.
Busc a alguien con quien no pudiera hablar, todos los hechos vinculados
con esto se despliegan en el silencio: la carta bajo una foto de un actor de
cine mudo; a nadie cuenta su secreto; rompe la carta que trae la noticia de la
muerte del padre. La falsificacin del padre y del pasado perturba al hijo (6).
Llam a Loewenthal, delatara algo sobre la huelga. Hay un sabor de
victoria y justicia. Emma ingresa en lo infernal, en la irrealidad, casi no cree
en la accin que ejecuta. Es un caos que hoy repudia y confunde. (7)
El personaje borgeano de Emma nos presenta algunas de las razones
para no ir ms all del padre: la culpa, la piedad filial y la fascinacin sacri-
ficial. Da cuenta tambin del fantasma parricida.
Err por cerca del puerto. Err de errar. De deambular y de equivocar?
Busc a los marineros suecos. Con uno fue a una habitacin con losanges idnti-
cos a los de su casa de infancia, la rematada. Los hechos estn fuera del tiempo.
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Arsac, Silvia Elsa - Prez Iglesias, Sergio Fernando
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
to. Ella pasa a la accin. Su crimen parece vinculado a uno anterior. Emma
busca vengar al padre injustamente acusado, mediante un ardid que pue-
da ser su coartada. Se presenta como vctima aunque es ella quien ma-
neja los hilos de toda la puesta en escena, pero, en otra escena, los hilos
son manejados a su vez y la condenan al sometimiento superyoico: ms
all de su ficcin, la ficcin es verdadera: es vctima sacrificial.
Hay hombres en la historia, el primer hombre, Emanuel, padre de Emma Zunz,
nombre que trae ecos del nombre paterno. El padre comete un delito, una es-
tafa, pero su juramento la conmina a la complicidad de un secreto. Eso permite
a Emma mantener al Otro sin falta, Otro que compele a vengarlo. Ms adelan-
te, ese Otro se estremece. El padre hizo a la madre aquella cosa horrible que un
marinero le hace a ella. Punto en que el Otro deja entrever algo de su falta, vacila
el lugar de garante omnipotente en el que la idealizacin lo haba ubicado.
Ser miembro de una comunidad implica una torsin de la accin a la palabra. El
padre de Emma no acepta responder ante Otro y huye. Tampoco Emma se somete,
ella es instrumento de la justicia, pero no de la humana, sino de otra, superior.
Dice Lacan en Introduccin terica a las funciones del psicoanlisis en crimi-
nologa que el asentimiento subjetivo es necesario para la significacin misma del
castigo y luego agrega el recurso a la confesin del sujeto, [] es una de las
claves de la verdad criminolgica, y la reintegracin a la comunidad social (10)
Todos los sujetos estn amarrados a una prohibicin universal que funda a un
tiempo la cultura y el deseo inconsciente: la ley universal que prohbe incesto y
parricidio. Ante ellos, Emma no se detiene, sigue su camino hacia lo prohibido.
Hay un juego de lugares, el padre acusado en lugar de Loewenthal, el padre en
el lugar del marinero haciendo esa cosa, ella en el lugar del padre.
Desde Freud sabemos del deseo (prohibido) de todo hijo, el fantas-
ma parricida de sobrepasar al padre, que es la contracara de la sobreva-
loracin que se le prodigaba en la primera infancia y que consigue soste-
ner un padre impecable, pagando el costo de la subyugacin superyoica.
En psicoanlisis, el padre y la ley son un lugar, un lugar idealizado crea-
do por el hijo, garanta de proteccin. En este sentido el rechazo de la ley
implica un parricidio (padre y ley son equivalentes en psicoanlisis), tam-
bin un filicidio porque produce la desubjetivizacin del hablante que queda
atrapado en las fisuras de la ley. Por esas hendiduras, Emma se ubica ante
una disyuntiva subjetiva, seguir los caminos del deseo o internarse en el in-
fierno, en la irrealidad a la que alude el relator, o sea, la vertiente del goce.
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Arsac, Silvia Elsa - Prez Iglesias, Sergio Fernando
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1), (2) y (3) Borges, Jorge Luis; Emma Zunz; Barcelona: Alianza, 1998, p. 69.
(4) Gerez Ambertn, Marta; Entre deudas y culpas: sacrificios. Crtica de la razn sacrifi-
cial; Bs. As., Letra Viva, 2009, p. 100.
(5) Borges, Jorge Luis; op. cit., p. 70.
(6) Gerez Ambertn, Marta; op. cit., p.105.
(7) Borges, Jorge Luis; op. cit., p. 72.
(8) Borges, Jorge Luis; op. cit., p. 73.
(9) Borges, Jorge Luis; op. cit., p. 76.
(10) Lacan; Jacques; Introduccin terica a las funciones del psicoanlisis en crimino- lo-
ga; en Escritos 1; Siglo XXI Editores, Bs. As., 1988, p. 119.
(11) Gerez Ambertn, Marta; op. cit., p. 102.
(12) Gerez Ambertin; Marta; op. cit., p. 101.
(13) Gerez Ambertn, Marta; op. cit., p. 103.
Bibliografa
Borges, Jorge Luis; Emma Zunz. Barcelona: Alianza, 1998.
Freud, Sigmund; Ttem y tab (1913). O. C. XIII, Bs. As., Amorrortu Editores, 1986.
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castigo, Volumen II, Letra Viva, Bs. As., 2006.
Gerez Ambertin, Marta; Entre deudas y culpas: sacrificios; Letra Viva, Bs. As., 2008.
Gerez Ambertin, M.: La sancin penal: entre el acto y el sujeto del acto; en Culpa, res-
ponsabilidad y castigo, Volumen II, Letra Viva, Bs. As., 2006.
Gerez Ambertin; Ley, prohibicin y culpabilidad; en Culpa, responsabilidad y castigo, Volu-
men I, Letra Viva, Bs. As., 2006.
Lacan, Jacques; Introduccin terica a las funciones del psicoanlisis en criminologa; en Escri-
tos 1; Siglo XXI Editores.
72
La responsabilidad subjetiva ante las
nuevas demandas sociales
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: A partir del fenmeno violencia, plantearemos como posible solucin a la misma la cues-
tin de la responsabilidad subjetiva. Para ello descifraremos que es la responsabilidad para el Psi-
coanlisis y los efectos que la misma producira en el lazo social y en subjetividad. Un efecto po-
sible es la descomplicitacin con el sostenimiento de lazos que atenten contra la transmisin de la
Ley No matars. Planteamos la hiptesis que la violencia sera efecto de no mirar las faltas del Pa-
dre (o sustitutos) y la consecuente desresponsabilizacin del sujeto y del Padre; finalmente diremos
que sin responsabilidad se sostienen y transmiten complicidades y canallada.
Palabras clave: Ley Sujeto Responsabilidad -- Violencia
Introduccin
Si las palabras se gastaran, si la funcin que cumplen
como garanta de un encuentro entre los hombres que
no sea solo choque de los cuerpos se agotara, nos que-
daramos hurfanos de ideas
(Bleichmar, S. 2006:11)
73
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Desde este marco introductorio nos proponemos decir a que nos re-
ferimos cuando hablamos de responsabilidad desde el Psicoanlisis.
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Barros, Daniel Francisco
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
76
Barros, Daniel Francisco
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusin
Comenzamos planteando nuestra preocupacin por los nuevos fen-
menos sociales y particulares que lo sociedad padece, tomamos a la vio-
lencia como uno de ellos para plantear que la posible solucin a los males
de nuestra sociedad enferma sera la responsabilidad subjetiva. Propusi-
mos pensar que la causa de la misma estara en la responsabilidad social,
entendida sta como pacto simblico que funda la Ley No matars; as
tambin tomamos lo que Marta Gerez Ambertn trabaja como respeto y
transmisin de dicha Ley. Nosotros entendemos que la responsabilidad
subjetiva es; por un lado resistencia al Otro ( legados culturales y marcas
de la filiacin y genealoga particulares) como as tambin propuesta del
sujeto ante las inconsistencias del Otro. Creemos que la violencia actual
es efecto del no respeto por la Ley que prohbe matar, dejando as un le-
gado de complicidades y canalladas. Sostenemos un legado de orfandad de
leyes cuando no miramos ni hablamos de leyes que dejan impune a quie-
nes violaron los pactos simblicos que preservan vida. Solo mirando los
legados que tenemos e interrogndonos por los mismos es posible ir cu-
rando a nuestra sociedad de su propia orfandad; ya que es el sujeto quien
decide complicitarse o no con lo que atenta contra la Ley.
Bibliografa
Barros, D.: (2006) Investigacin en Psicoanlisis y Ciencias Sociales. Congreso Interna-
cional. Letra Viva.
Bleichmar, S.: (2006) No me hubiera gustado morir en los Noventa. Taurus.
Freud, S.: (1912-13) Ttem y Tab. O.C., TII. Biblioteca Nueva, (1981).
Freud, S.: (1925) La responsabilidad moral por el contenido de los sueos. O.C. XIX.
Bs. As. Amorrortu (1923)
Gerez Ambertn, M.: (2004) Culpa, responsabilidad y castigo en el Discurso Psicoanalti-
co y Jurdico. Vol. II. Letra Viva.
Gerez Ambertn, M.: (2008) Entre deudas y culpas: sacrificios. Letra Viva. Cap. VII.
78
SOFRIMENTO PSQUICO E BIOPODER NA ERA
DE PRISIONEIROS EM CAMPO ABERTO
Filiacin Institucional:
Batista Dos Santos, Mrcia
(Aluna do Mestrado em Psicologia da Unifor/ Lbio/ bolsista Capes)
Fortaleza-Cear- Brasil.
Guimares Rodrigues, Arminda
(Aluna do Mestrado em Psicologia da Unifor/Labio/ bolsista CNPq)
Fortaleza Cear Brasil
Figueiredo Carneiro, Henrique
(Coordenador do Mestrado de Psicologia Universidade de Fortaleza-UNIFOR)
Fortaleza Cear- Brasil.
79
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
80
Batista Dos Santos, Mrcia - Guimares Rodrigues, Arminda - Figueiredo Carneiro, Henrique
O que resulta disso que cada vez mais se vive a partir de uma sub-
misso aos saberes tcnicos que esto intimamente relacionados com po-
sies de poder e consequentemente associados ao poder do Estado que
passa a controlar a existncia dos corpos. Desta forma, o controle do Es-
tado baseada no biopoder se estabelece como dispositivo de segurana.
Na poca clssica o poder estava relacionado posse, apreenso das
coisas e ao apoderamento da vida do outro. O pai de famlia dispunha do
direito de se desfazer da vida do filho (Foucault, 1997), porm tal poder
foi deslocado como tambm o do soberano, o direito de vida e morte
81
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
82
Batista Dos Santos, Mrcia - Guimares Rodrigues, Arminda - Figueiredo Carneiro, Henrique
mites (Lebrun, 2004), onde impera a lgica do gozo que traz a marca da
destruio. O gozo na sua condio de excesso interfere na ordem sim-
blica. No lida com a alteridade, com o outro, com a ordem (Brauns-
tein, 2007).
Danziato (2006) a partir da referncia ao gozo prope uma relao
poltica paradoxal entre o gozo e o poder em que implicaria uma tentati-
va de reinscrever o que sempre escapa ou resiste s totalizaes do po-
der, o que Foucault (1997) coloca como uma politizao dos prazeres.
As manifestaes de gozo corresponderiam assim a determinadas for-
mas de poder.
O excesso do uso dos objetos de consumo com vista satisfao se
confronta com um mal estar que no mais o produto do carter re-
pressivo e moral do final do sculo XIX, mas a resultante de um estmu-
lo contnuo a esse gozo saturado diante de um poder permissivo que
torna cada vez mais difcil a constituio de singularidades.
Assim, o capitalismo tecnolgico parece definir uma tica baseada na
capacidade/incapacidade, eficincia/deficincia fazendo emergir o indiv-
duo-produto, o que parece se aproximar do novo sujeito hbrido de que
fala Carneiro (2007). Realizou-se a emancipao da obedincia da po-
ca de Freud e nos lanamos num mundo que no tolera o conceito de li-
mite - numa espcie de tudo possvel para alcanar os parmetros de
adaptabilidade que o tecnocentrismo exige (Galimberti, 2006).
No final do sc. XIX, Nietzsche j anunciava o advento do indiv-
duo soberano, declarando-nos livre do peso da tradio e do esprito
de obedincia (Galimberti, 2006). Sobre esse super-homem o filso-
fo alemo tem uma frase que nos parece emblemtica a respeito desse
novo indivduo/produto- tirnico comandado pelas leis do mercado: o
homem uma corda atada entre o animal e o alm- do- homem, uma
corda sobre um abismo (Nietzsche, 1998). Estaremos beira do abis-
mo ou dentro dele?
A condio humana que inclui o reconhecimento da falta, do limite,
do sofrimento e da frustrao como parte do percurso do viver est sen-
do includa num projeto burocratizante do neoliberalismo num pretenso
projeto imperialista e totalitrio de ampliar suas leis para conter a insu-
rreio do sujeito do inconsciente que vez ou outra consegue romper a
matrix e suportar a dor que inevitavelmente faz parte do viver.
83
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Referncias Bibliogrficas
Agamben, G. (2002). Homo sacer: o poder soberano e a vida nua. (H. Burigo, Trad.). Belo
Horizonte: UFMG.
Agamben, G. (2004). Estado de exceo (Coleo Estado de Stio). (I. Poleti Trad.). So
Paulo: Boitempo.
Arendt, H. (2003). Entre o passado e o futuro. (M. W. Barbosa, Trad.) 5.ed., So Paulo:
Perspectiva. (Originalmente publicado em 1954).
Braunstein, N. (2007). Gozo. (M. Seincman Trad.). So Paulo: Escuta.
Carneiro, H. F. (2008). O sujeito nas armadilhas da tecnociencia: desafios para o mal-estar
da poca. Rev. Polmica, 7 (4), out.-dez. 16-31. Disponvel em http://www.polemica.uerj.
br/7(4)/lipis_1.htm Acessado em 20 de junho de 2009.
Carneiro, H. F. (2007). Que Narciso esse?: mal-estar e resto [DVD-book]. Fortaleza:
Autor.
Danziato, L. J. B. (2006). O gozo e o poder: sobre a dimenso genealgica do gozo. For-
taleza: tese,
Dufour, (2001) DUFOUR, D. R., Os extravios do indivduo-sujeito. Recuperado em 17 de
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Foucault, M. (1997). Histria da sexualidade I: a vontade de aber. 12.ed., Rio de Janeiro:
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Foucault, M. (2004). Microfsica do poder. 20.ed., Rio de Janeiro: Graal
Foucault, M. (2008). Vigiar e punir: nascimento da priso. 35.ed., Petrpoli, RJ: Vozes.
Galimberti, U. (2006). Psiche e tecne: o homem na idade da tcnica. So Paulo: Paulus.
Lacan, J. (1998). Introduo terica s funes da psicanlise em criminologia (Escritos) (V.
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Lacan J. (1992). O avesso da psicanlise (O Seminrio livro 17). Rio de Janeiro: Jorge Za-
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Lebrun, J-P. (2004). Um mundo sem limite: ensaio para uma clnica psicanaltica do social.
Rio de Janeiro: Companhia de Freud.
Nietzsche, F. (1998). Assim falava Zaratustra. (J. M. de Souza, Trad.). Rio de Janeiro:
Edies de Ouro.
84
NI EL DELITO ES UNA PATOLOGIA NI
LA PENA SU TRATAMIENTO
Filiacin Institucional:
Bielsa, Alba: Mdica. Psicoanalista
Gabbi, Ana Mara: Mdica. Psicoanalista
Direccin Provincial de Salud Mental - Ministerio de Salud de la Provincia de
Santa Fe.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
86
Bielsa, Alba - Gabbi, Ana Mara
87
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Alternancia macabra
La madre resalta, sin decirlo expresamente, su agradecimiento y ad-
miracin de que esto saliera a la luz en la escuela. En efecto, al terminar
una clase de ciencias naturales en la que les enseaban a los nios sobre
los cuidados y derechos que es necesario hacer respetar del cuerpo, una
de las hijas de Ema le cuenta a la maestra lo que vena ocurriendo. A par-
tir de entonces es la escuela primero junto al gobierno comunal quienes
sacan esto del aprisionado silencio, resistiendo a la complicidad, aunque
con vacilaciones que pueden interpretarse como resistenciales o de de-
fensa al modo de esto no puede ser cierto!, pero que no detienen un
posicionamiento institucional tiempo atrs impensable.
Pero ms contundentemente es la madre de las nenas la que denun-
ciara el abuso, exigiendo justicia y sobre todo que la palabra de las peque-
as sea escuchada y respetada.
Reconoce que su cuado est enfermo y que por tanto la aplicacin
de la norma de justicia puede ser la realizacin de tratamiento psicolgi-
co-psiquitrico o algo, pero se niega al ac no ha pasado nada con que
toda la familia la presiona con el argumento de que se trata del pobre
Juan. Sabe adems que hechos parecidos haban ocurrido 15 o 20 aos
atrs (lo que consta en el expediente), cuando Juan abusara sexualmen-
te de una jovencita, ocasin en la que estuvo detenido un breve tiempo
y por su enfermedad fue liberado bajo la indicacin de realizar un trata-
miento, que nunca se cumpli.
El argumento central e inamovible que sostiene a Ema es el valor de
verdad supuesto a la palabra de sus hijas, su discurso antes que cualquier
prueba. Le da contundencia a esta creencia el que, como nos confiesa,
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Bielsa, Alba - Gabbi, Ana Mara
ella fue violada por un vecino cuando tena 12 aos, trauma que en s mis-
mo se vio agravado por la indiferencia y el silencio de su madre a quien le
contara lo ocurrido y que nunca hizo nada con eso.
Ahora la historia no va a ser la misma.
Esta repeticin ser no sin diferencia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
90
Bielsa, Alba - Gabbi, Ana Mara
dad es lo que permite a una persona ser reconocida como sujeto y que
su debilidad no lo dispende de responder.
A la vez, debemos traer a la palestra la nocin de culpabilidad como la
de presencia interior de la institucin, habla de un sujeto instituido. Po-
demos arriesgar una declaracin tal para Juan? Hijo no deseado, de pa-
dre que su madre no eligi, de madre que no pudo sostenerlo para ama-
mantarlo.
Es nuestra preocupacin detenernos a considerar la medida de segu-
ridad que nada asegura- que probablemente el juez dictar sobre Juan.
Sera lamentable que se convirtiera en un mero parntesis puesto sobre
el delito, luego de lo cual todo continuara como si nada hubiera pasado.
En este punto se vuelve necesario aclarar la situacin particular en la
que se encuentra la provincia de Santa Fe al contar con una ley provincial
de Salud Mental que contempla las internaciones psiquitricas de pacien-
tes judicializados en cumplimiento de medidas de seguridad, como fun-
cin del equipo teraputico a cargo de la asistencia y el evaluar los tiem-
pos de internacin as como la conduccin del tratamiento.
Podr convertirse una internacin psiquitrica en una posibilidad que
incluya a Juan en un orden genealgico controvertido, en una filiacin que
lo habilite?
Apostamos por un tratamiento que ayude a inscribir lo acontecido,
que le permita involucrarlo, establecer otra relacin con lo prohibido,
en suma que pese a su eventual inimputabilidad lo trate como un suje-
to pleno de derecho.
Bibliografa
Althusser, Louis: (1992) El porvenir es largo. Bs. As.: Espasa Calpe Argentina, Ediciones
Destino, 1993.
Lacan, Jacques: (1966) Introduccin terica a las funciones del psicoanalisis en criminolo-
ga. Escritos 1. Bs. As.: Siglo XXI Editores.
Lacan, Jacques: (1975-76) Seminario 23. El Sinthome. Bs. As.: Paidos 2006
Gerez Ambertn, Marta: Seminario virtual El sujeto ante la Ley: culpabilidad y sancin.
www.edupsi.com/culpabilidad. Psicomundo. Gerez Ambertn, Marta: Culpa, responsabili-
dad y castigo en el discurso jurdico y psicoanaltico. Vol I, II y III. Bs. As.: Letra Viva, 2006,
2004 y 2009 respec.
Foucault, Michel: (1978) La verdad y las formas jurdicas. Gedisa, Bs. As.:, 2008.
Foucault, Michel: (1974-75) Los anormales. Curso en el Collge de France. Bs. As.: Fon-
do de Cultura Econmica, 2000.
91
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Legendre, Pierre: Lecciones VIII. El crimen del Cabo Lortie. Tratado sobre el Padre. Siglo
XXI, Mxico, 1994.
Fritz, Guillermo; Southwell, Eduardo; Varela, Fernando: La sociedad criminal. Una crimino-
loga de los criminales y de los no tanto. Espacio, Bs. As., Argentina, 2004.
92
Funcionamiento de los Juzgados
de Familia en Santiago del Estero
Filiacin Institucional:
Billaud, Sebastin
Juez de Familia de 1 Nominacin, Poder Judicial de Santiago del Estero.
Sal, Mara Teresa
Empleada Poder Judicial Santiago del Estero
Resumen: El objetivo del presente trabajo tiene por finalidad brindar a los Congresistas una visin ge-
neral de lo que ocurre en los Juzgados de Familia, haciendo incapi que para un buen funcionamien-
to de los mismos resulta necesaria la intervencin de otras disciplinas, en especial la Psicologa.
Dicha visin se formular desde la experiencia adquirida como Juez de Familia, con carrera judicial
de 15 aos, por una parte, y por la otra, el humilde aporte de una empelada del Poder Judicial, es-
tudiante de la Carrera de Psicologa y prxima a recibirse. (Trabajo Final)
Se intentar realizar un anlisis sobre el impacto que tuvo en la Justicia y en la Sociedad la crea-
cin y puesta en funcionamiento de los Juzgados de Familia en la Provincia de Santiago del Estero,
partiendo de la premisa que en los mismos y en forma diaria se observan situaciones donde se vis-
lumbra violencia, culpa, responsabilidad y poder. Siendo importante, a los fines de una mayor cla-
ridad y comprensin de lo que sucede en un Juzgado de Familia inclur: datos generales estadsti-
cos, concretos y reales, extrados del Juzgado de Familia de la ciudad de La Banda; las condicio-
nes necesarias que un juez de familia debe tener para realizar entre otras, un buen gerenciamiento
de su Juzgado y la intervencin de equipos tcnicos interdisciplinarios- Se concluye con un humil-
de aporte de ideas a la problemtica planteada, con el propsito de concretar soluciones de fon-
do que beneficien al individuo y a su familia, esto es, lograr eliminar el conflicto ayudando a la fami-
lia en crisis a encontrar un nuevo orden en su estructura familiar (Kemelmajer de Carlucci, Ada, Principios Pro-
cesales y Tribunales de familia, J. A. 1993-IV-676).
Desarrollo
Tal cual se expres en la introduccin del presente trabajo, se estima
que en general, la visin misin que un Juez de Familia debe tener en su
funcin, es la de ayudar a la familia en crisis a encontrar un nuevo orden en
su estructura; as, para casos de conflictos de pareja -divorcio por ejem-
plo-, a ensear, a hacer conocer los cambios que el mismo produce en
la figura, rol y funcin de los padres, la reaccin de los hijos, etc.; para ca-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
94
Billaud, Sebastin - Sal, Mara Teresa
en juego, por ello con razn se ha dicho que ms que un juez de senten-
cia, el Juez de Familia es un Juez de Audiencia.
Para esto es de gran valor la contribucin de los Equipos Interdisci-
plinarios y en especial la colaboracin del Psiclogo. El juez necesita el
asesoramiento del Psiclogo que le aporte datos para su decisin, para
su sentencia. Por parte de la Familia no existe un pedido de ayuda psico-
lgica, en forma directa, sino de resolucin legal a sus conflictos familia-
res, con la esperanza de que esta resolucin ponga fin a los mismos pero
esto no se alcanzar si no se dan cambios profundos y positivos en el gru-
po familiar y por lo cual resulta imprescindible la intervencin de profe-
sionales que traten de fondo sus problemas e intenten calmar el pade-
cimiento emocional resultado de cualquier conflicto, durante el litigio y
despus del mismo.
Los actuales Juzgados de Familia, (tres en la ciudad Capital y uno en la ciudad
de La Banda) cuentan cada uno con una secretara, una prosecretara, empleados
-decretadores, atencin a mesa de entradas, uno o dos abogados relatores; y
como parte del equipo interdisciplinario: tres Asistentes Sociales; una Psicloga
y; nicamente para los Juzgados de la ciudad capital, una Psicopedadoga.-
Se informa que en la ciudad de La Banda, se cuenta con un solo Psic-
logo que atiende todos los casos que se presenten en toda la jurisdiccin,
es decir: atiende a los dos Juzgados de Crimen, al Juzgado Civil, al Juzga-
do de Familia y las dos defensoras, lo que demuestra a las claras las difi-
cultades que ello acarrea, puesto que es imposible brindar al Justiciable la
ayuda que requiere, en especial, en casos de violencia Familiar en la forma
y con los fines previstos en la ley 6.308 y sus leyes modificatorias.-
95
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Por ello, y usando las palabras del Dr. Silvio Lamberti abogado especializa-
do en derecho de familia y violencia familiar para los casos de violencia familiar.
La justicia debe ser la ultima instancia posible por parte del Justiciable, es
decir, que el Estado a travs de sus dependencias debe actuar ANTES y cum-
plir con la normas constitucionales vigentes en la Provincia y/o Nacin.-
Como Titular de un Juzgado de Familia se puede decir que da a da
se recibe en el Despacho al Justiciable, al hombre afligido por la falta de
empleo, con ingresos insuficientes, con problemas de alcoholismo, o de
drogas por parte de sus hijos; o aquella madre y/o esposa que necesita
ser escuchada, que necesita AYUDA por parte de un Estado que ha sido
indiferente, ha estado ausente por largos aos.-
Estas personas, desean que el Juez personalmente las escuche, las
ayude y las contenga, y si es posible, les busque una solucin a su proble-
ma (mujer golpeada, analfabeta, con hijos con desercin escolar, con hi-
jos, esposos o concubinos que trabajan haciendo changas o mendigando,
enfermos por el alcohol o por las drogas, violentos, abusadores, cansa-
dos de ser usados por los polticos de turno, etc.)-
El Estado debe tomar cartas en el asunto y ponerse a trabajar en for-
ma conjunta para que lo normado en la Constitucin, los Tratados Inter-
nacionales y leyes especiales no sean letra muerta o un mero anhelo.
Conclusin
Luego de estas breves consideraciones y anlisis de la realidad provincial,
se puede concluir que, si bien es cierto la creacin de los Juzgados de Familia
signific un gran avance, las estadsticas, la prensa y la experiencia personal
nos muestran las evidentes dificultades que se presentan en los mismos.-
Muchas de esas dificultades, se deben en parte, a la gran cantidad de
causas en trmite, la complejidad de las mismas, la importancia que cada
96
Billaud, Sebastin - Sal, Mara Teresa
97
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
gio o contienda judicial, vuelve a manifestarse ante los Estrados del Juz-
gado cada dos o tres meses.-
Se considera que debera analizar la posibilidad de instaurar en los
procesos de familia, la mediacin prejudicial obligatoria; la creacin del
Consejero de Familia; como ocurre en otras provincias.- De ser as, dis-
minuiran sensiblemente las causas judiciales en los Juzgados de Familia li-
mitando el Juez a dictar resoluciones o intervenir cuando se viole o con-
travenga una norma de derecho. Con esa finalidad y a los fines de apor-
tar un pequeo grano de arena a la difcil tarea de un Juez de Familia, se
agrega al presente, ideas que tienden a concretar, a hacer efectiva la pre-
sencia del Estado en la problemtica Familiar.-
1) Descentralizar el Poder Judicial.
2) Crear en cada Barrio de la Ciudad Centros de Asistencia Familiar, Aten-
cin Judicial y Social.
3) Etapa prejudicial obligatoria (Mediacin)
4) Crear la figura de Consejero Familiar, quien contar con un equipo in-
terdisciplinario formado por: un Psiclogo; un Socilogo o Antroplogo;
un Asistente Social. que intervengan en toda demanda de alimentos, te-
nencia, rgimen de visitas, divorcios contenciosos, etc-
Los objetivos sern AYUDAR y Asistir al grupo familiar a solucionar
cualquier tipo de problemtica que afecte al mismo y/o a su la familia.-
Difundir programas que tiendan a Disminuir los casos de Violencia Fa-
miliar a travs de polticas claras y masivas de prevencin.-
Realizar campaas masivas en todos los medios de comunicacin a fin
de instalar el tema en la sociedad.-
Procurar una asistencia integral y multidisciplinaria a las vctimas y al
victimario y su entorno familiar tanto mdica, jurdica como psicolgi-
ca y otros.-
Bibliografa
Mendez Costa, Maria Josefa , Derecho de Familia T.II, Ed. Rubianzal Culzoni, 1991
Zannoni , Eduardo, Derecho Civil, Derecho de Familia T.2. Ed. Astrea 1989
Apuntes extrados de las Jornadas de Violencia Familiar Un abordaje Institucional, realiza-
das en el Poder Judicial de Santiago del Estero Jornadas das 20,21 y 22 de Abril del 2006,
a cargo de el Dr. Silvio Lamberti y el Lic. Raul Mattiozzi.-
Manual de Doctrina y Jurisprudencia de Derecho de Familia del Dr. Ricardo Dutto.-
Datos Estadsticos del Juzgado de Familia, Departamento Banda y Robles de la Provincia
de Santiago del Estero.-
98
NIETZSCHE Y LACAN. EN TORNO DE LA
CUESTIN DE LA TEMPORALIDAD Y DEL ACTO
Bistu, Nilda
Filiacin Institucional:
Docente. Univ. Nac. de Cuyo Univ. del Aconcagua (Mendoza)
Resumen: La interrogacin por la temporalidad y el acto pretende en esta ocasin, enlazar dos
campos heterogneos, el de la Filosofa y el del Psicoanlisis, a travs de una hiptesis interpretati-
va que propone una escucha particular de textos de Nietzsche y de Lacan. No se trata de homoge-
neizar discursos, es en torno a los silencios y a inquietudes en vecindad, donde es posible hallar un
horizonte frtil para el pensar. Filosofa nietzscheana y psicoanlisis otorgan una particular impor-
tancia al horizonte tico y es posible pensar una tica afn y hasta cierto punto compartida que sub-
vierte las ticas existentes, en la medida en que promueven un desfondamiento respecto del funda-
mento que convoca a los sujeto a responder desde su singularidad. Bajo la hiptesis de que el con-
cepto nietzscheano de eterno retorno es solidario del de acto psicoanaltico, se ha buscado estable-
cer lneas de afinidad que potencien nuevas interpretaciones.
tica del psicoanlisis y tica nietzscheana nos incitan a ser dignos de lo que nos acontece, esto
significa quererlo para desprender de all, la verdad que nos concierne. Porque hay lo imposible,
lo que no cesa de no escribirse, porque hay eterno retorno de lo mismo, lo no escrito, hay tam-
bin eterno retorno del instante que abre la posibilidad de una nueva escritura, escritura que es con-
tingente en tanto no est garantizada, y es fruto de una decisin que ser una creacin de la que
emerja un sujeto singular.
Palabras clave: Filosofa, Psicoanlisis, Temporalidad, Acto, tica, Singularidad.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
cheana sobre la moral en la tica del Psicoanlisis, la que se volvi una ver-
dadera provocacin para interrogar.
Los hallazgos de la labor investigativa se fueron ordenando en torno a
la cuestin del actuar humano: Filosofa nietzscheana y Psicoanlisis otor-
gan una particular importancia al horizonte tico y es posible pensar una
tica afn y hasta cierto punto compartida que subvierte las ticas exis-
tentes, en la medida en que promueven un desfondamiento respecto del
fundamento que convoca a los sujeto a responder desde su singularidad.
Bajo la hiptesis de que el concepto nietzscheano de eterno retorno es
solidario del de acto psicoanaltico, se ha buscado establecer lneas de afi-
nidad que potencien nuevas interpretaciones.
Escuchemos dos citas: Quieres esto una vez ms e innumerables ve-
ces ms? pregunta Nietzsche. Has actuado en conformidad con el deseo
que te habita? pregunta Lacan. Ambos autores nos reenvan al horizonte
tico. Lacan dice que hay una tica del psicoanlisis. Nietzsche propone
un principio selectivo para el actuar. Sin embargo, ninguno de ellos busca
la normalizacin como fin, nada ms lejos de sus propuestas que la insta-
lacin de valores o ideales, no se trata de postular nuevas y ms nobles
tablas que obliguen. Ambos, otorgan importancia al horizonte del actuar
humano y proponen una orientacin, por cierto provocativa desde un
punto de vista de las ticas tradicionales.
Escuchemos a Nietzsche en la Ciencia Jovial cuando aparece por vez
primera su pensamiento abismal:
Qu te sucedera si un da o una noche se introdujera furtivamen-
te un demonio en tu ms solitaria soledad y te dijera: Esta vida, as como
la vives ahora y la has vivido, tendrs que vivirla una vez ms e innumera-
bles veces ms; y nada nuevo habr all, () Si aquel pensamiento llega-
ra a tener poder sobre ti, as como eres, te transformara y tal vez te tri-
turara; frente a todo y en cada caso, la pregunta: Quieres esto una vez
ms e innumerables veces ms?, recaera sobre tu accin como la ma-
yor gravedad! O cmo tendras que ser bueno contigo mismo y con la
vida, como para no anhelar nada ms sino esta ltima y eterna confirma-
cin y sello? (Nietzsche, F.,La Ciencia Jovial La Gaya scienza, Caracas, Monte Avila, 1985, p. 200).
Nietzsche propone una hiptesis extrema y peligrosa. Se trata de una
hiptesis que introduce una pregunta que nos confronta con nuestra vida,
con nuestros actos, con nuestros deseos. Una especie de juicio final en-
100
Bistu, Nilda
el contrario el de la ley ms particular (Lacan, J., Seminario 7: La tica del psicoanlisis, Bs. As.,
Paids, 1995, p. 12). No hay orientaciones universales para la realizacin del de-
seo del sujeto. Lo que no implica que no hayan orientaciones. Lacan nos
da una pista: La orientacin de lo real, en mi ternario, forcluye el senti-
101
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
do. (Lacan, J., Seminario 23: El sntoma (1975-1976), texto establecido por J. A. Miller en Ornicar? n 9, Pedazos-de-real
-traduccin y notas de Ricardo E. Rodrguez Ponte-, indito, p. 77).
Rodrguez Ponte-, indito, p. 21) . La tarea del analista consistir en conducir al analizan-
te hacia ese punto donde el sujeto debe elegir. Se trata de una decisin
y su sostenimiento, es decir que hay una decisin y adems una afirma-
cin de esta decisin que perseverar. El anlisis busca propiciar el acto.
Lo que distingue al acto de cualquier otro actuar es que el acto produce
modificacin. El acto implica un cambio y de l resulta un nuevo sujeto.
Lacan dice: La dimensin constitutiva de todo acto es la dimensin sig-
nificante. El acto es por su propia dimensin un decir... El acto dice algo
(Lacan, J., Seminario 15: El acto psicoanaltico (1967-1968), Indito, p. 18). Se trata de un decir que tie-
tes para admitir buena parte de azar y sinsentido pero adems, hace falta
un redoblamiento de la afirmacin, es preciso amarlos. El hombre tiende
a rechazar lo escurridizo, lo perecedero, el dinamismo, que finalmente,
son caracteres de la vida misma. El amor fati, frmula suprema de afirma-
cin, supone aceptar la vida con todo lo que ella trae, pero no se trata de
una aceptacin resignada.
Es por ello que la decisin, la dimensin del acto, implica siempre la
conmocin de las coordenadas vitales en las que se encuentra el hombre
habitualmente. El mundo inventado para eliminar el azar, lo incierto, lo
repentino, lo que no cesa de no escribirse, impide que el hombre tome
102
Bistu, Nilda
contacto con su causa, con su peligro y con las posibilidades que abre su
peligro para la creacin. El acto supone atender al ms all que presio-
na. Porque hay azar en tanto que no todo est escrito, porque hay impo-
sible como lo que no cesa de no escribirse, hay posibilidades de nue-
vas escrituras que, no obstante, siempre fallan en nombrar lo imposible
de nombrar...
El instante de la decisin es ese momento en que se produce el acto,
acto que introduce algo nuevo, una nueva escritura que abre un nuevo
camino que se busca perpetuar. Lo eterno deja de alojarse en el ms
all, puede acontecer en la espesura de un acto transformador. Acto que
une devenir y tiempo. Acontecimiento fundamental que marca y abre
una nueva serie.
El acto, dir Lacan, es un decir singular que no se separa de un hacer,
es un decir-acontecimiento que responde a la falta de un Garante, preci-
samente da una respuesta creativa y singular ante el silencio y la doloro-
sa inconsistencia del Otro.
Nietzsche dice que slo quien atraviesa por la experiencia desoladora
del Dios ha muerto puede iniciar la transformacin para transitar el ca-
mino del creador. La idea metafsica de Dios establece un ms all ante
el cual nuestro mundo resulta algo banal. El tiempo queda entonces des-
valorizado, excluido de la realidad autntica. Lo valioso se encuentra en
el mundo del ms all. Para qu actuar si el tiempo mundano no vale? El
ms all, la eternidad, nos espera. Pero Nietzsche denuncia esa coarta-
da y exige valenta para crear.
El inconsciente, cada vez que aparece, denuncia al sujeto en su divisin,
su modo de revelarse es la sorpresa y la discontinuidad. Desde un punto
de vista estructural podemos comprender la discontinuidad como la grieta
en la estructura que permite lo intempestivo, la irrupcin de aquello que
no est sujetado, que se cuela en la cadena y que insiste.
En el apartado el inconsciente freudiano y el nuestro del Seminario
11, Lacan liga el inconsciente a la nocin de deseo y a la idea de lo no reali-
zado; es decir, pensndolo en trminos de futuro. El inconsciente es tam-
bin aspiracin, posibilidad y empuje hacia una realizacin de lo no realiza-
do (Lacan, J., Seminario 11, Bs. As., Paids, 1995, p. 30). Esa aspiracin que es una aoranza de
algo perdido, es tambin la posibilidad de construccin de algo nuevo.
Hay entonces una temporalidad del inconsciente, que es lo que Lacan
103
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
104
Bistu, Nilda
105
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Lacan, Jacques, Seminario 7: La tica del psicoanlisis, Bs. As., Paids, 1995.
Lacan, Jacques, Escritos I, Bs. As., Siglos XXI, 1992.
Lacan, Jacques, Seminario 23 : El sntoma (1975-1976) ,texto establecido por J. A. Mi-
ller en Ornicar? n 9, Pedazos-de-real (traduccin y notas de Ricardo E. Rodrguez Pon-
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Nietzsche, Friedrich, As habl Zaratustra, Madrid, Alianza, 1999.
Nietzsche, Friedrich, Fragmentos pstumos, Bogot, Norma, 1992.
106
ADOLESCNCIA E SUA RELAO COM A AU-
TORIDADE: ENTRE O ESTADO-LIMITE
E O ESTADO DE EXCEO
Filiacin Institucional:
Braga de Souza, Carla Renata: Maestra en Psicologa. Univ. de Fortaleza /
Funcap.
Batista dos Santos, Mrcia: Maestra en Psicologa. Univ. de Fortaleza / Ca-
pes)
Figueiredo Carneiro, Henrique: Coordinador de la Maestra en Psicologa.
Univ. de Fortaleza. Brasil.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
108
Braga De Souza, Carla Renata - Batista Dos Santos, Mrcia - Figueiredo Carneiro, Henrique
te, dado pela me, sofrer uma mudana que se completar com o en-
contro da operao posterior.
Na segunda operao, com o deslocamento do desejo materno e com
a introduo da metfora paterna, o que passa a prevalecer o Nome-do-
Pai, que vem inscrever a funo simblica do pai e a referncia flica vem
dar uma nova significao s identificaes do sujeito (Lima, 2008:261).
A terceira operao se caracteriza pela sua extrema relevncia para
o sujeito, visto que posta como um perodo em que ser testada a vali-
dao da inscrio do Nome-do-Pai. Tanto o representante paterno como
materno perdem seus valores iniciais de representantes imaginariamen-
te do Outro, o que traz tona as renncias do momento edpico da in-
fncia. Esse momento em que os pais so desqualificados se apresen-
ta como uma ocasio importante para o adolescente, j que se apresen-
tar como o perodo em que deve acontecer uma reorganizao de seus
referenciais simblicos. nesse momento que o sujeito passa por eta-
pas difceis nomeadas de patologias transitrias. E, parece-me, o reme-
ter, o adiamento dessa validao que organiza os estados-limites (Ras-
sial, 1997:40).
O adolescente em pane demanda no somente a lei, como tambm
sua confirmao, mesmo indo de encontro ao que se difunde no senso-
comum e to rapidamente acatado: o adolescente sem lei. Ao contr-
rio, ele clama por uma lei (Carneiro, 2008a).
O sujeito aparece costurado por uma linha que esconde sua fenda que
antes deflagrava a diviso subjetiva. Da surge o grande desafio para a es-
cuta clnica: a posio que o sujeito exibe atravs de uma demanda de
amo, transmutada em clamor (Carneiro, 2008b).
, portanto, na adolescncia que o sujeito procura nomes que pos-
sam se inscrever como Nome-do-Pai, sendo esta uma referncia de au-
toridade para ele. Assim, de uma posio perante a lei que o adoles-
cente vai ter que dar conta. Contudo, na atualidade constata-se um de-
clnio na referncia ao Nome-do-Pai. Esta falta de referncia reflete-se
em relaes baseadas no gozo onde a interdio negada propondo-se
um ideal de igualdade.
Agamben (2004) escreve que na contemporaneidade a lei no apre-
senta mais fora de lei, ou seja, ela aparece despotencializada, em estado
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
110
Braga De Souza, Carla Renata - Batista Dos Santos, Mrcia - Figueiredo Carneiro, Henrique
uma forma de autoridade, ou ainda, os pais sem moral, precisa dar esse
limite, o pai no faz nada. Contudo, o adolescente precisa de uma figu-
ra de referncia para se reconhecer, ou seja, para que possa ocupar uma
posio demarcando sua singularidade.
A inconsistncia dos referenciais simblicos tem resultado na revolta
contra os que tentam ocupar o lugar de autoridade. a partir deste con-
texto que se tem na atualidade uma violncia em ascenso chegando s
vezes barbrie.
, portanto, na falncia da funo paterna, quando da ausncia do Um
que se coloque como exceo, que tudo vai cair numa zona de indife-
renciao, onde tudo se faz exceo e que vem propiciar um quadro de
pane agora no s do adolescente, mas do lcus social como um todo.
O estado limite vivido pelo adolescente reflete, desta forma, o estado de
exceo que vigora nas relaes sociais vigentes.
Referncias
Agamben, G. (2004). Estado de exceo. So Paulo: Boitempo.
Arendt, H. (2005). Entre o passado e o futuro. So Paulo: Perspectiva. (Originalmente pul-
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uerj.br/7(4)/lipis_1.htm Acessado em 20 de junho de 2009
Carneiro, H. F. (2008c). A imagem da violncia: causas e efeitos traumticos em vtimas da
violncia em espaos pblicos (Projeto submetido ao Edital MCT/CNPQ 070/2008). For-
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(Originalmente publicado em 1962-1963)
Lacan, J. (1995). A relao de objeto (Seminrio livro 4). Rio de Janeiro, Jorge Zahar. (Ori-
ginalmente publicado em 1956-57)
Lima, M. C. P. (2008). O sujeito adolescente e a escrita. In Teixeira, L. C. & Bucher-Ma-
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tes e Ofcios Ed.
Rassial, Jean-J. (2000). O sujeito em estado limite. Rio de Janeiro: Companhia de Freud.
111
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
112
Lo nuevo y lo viejo en la
clnica actual
Cabral, Alberto C.
Filiacin Institucional:
Asociacin Psicoanaltica Argentina
RESUMEN: En el trabajo me ocupo del debate en torno al impacto que las particularidades de nues-
tro contexto cultural imprimen a las formas de estructuracin subjetiva y a las modalidades de pre-
sentacin del malestar. Se sugiere que la clnica psicoanaltica contempornea opera tensada por la
vigencia (ya no excluyente) de las categoras nosogrficas introducidas por Freud (formalizadas lue-
go por Lacan) y la irrupcin cada vez ms marcada de las as llamadas nuevas formas de presen-
tacin del malestar. Estas ltimas suelen denunciar su presencia por impasses clnicos, determina-
dos por la inadecuacin del abordaje clsico para permitir el ingreso al dispositivo analtico de esta
nueva clnica. Se sostiene que las elaboraciones de Lacan en torno al discurso universitario y el dis-
curso capitalista pueden brindar herramientas tericas y clnicas tiles al respecto.
113
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Este modelo permite, hasta cierto punto, dar cuenta de algunas de las
llamadas nuevas modalidades. Y a la vez preserva su inscripcin en las
dos grandes categoras (histeria y obsesin) que distingui Freud para la
neurosis. Queda preservado tambin, en este abordaje, el marco ms am-
plio que hace de la neurosis, junto a la psicosis y a la perversin, uno de los
rdenes del sujeto [Lacan,1958]. Esto es, una de las formas alternativas
en que le estara dado al ser-parlante habitar el universo del lenguaje.
Lo que en cambio constituye una novedad, es que esta perspectiva
-que podramos llamar clsica- de abordaje de los fenmenos clnicos,
ha comenzado a ser discutida en su condicin de modelo excluyente, en
los ltimos aos, por analistas de distinta orientacin terica y clnica. En-
tre ellos, tambin, por algunos analistas de orientacin lacaniana. Es el de-
bate en el que estamos inmersos: se trata de dilucidar si asistimos a un
giro cultural [F. Jameson,1998] lo suficientemente pronunciado como
para promover formas novedosas de estructuracin de la subjetividad.
De ser as, se mostraran refractarias a un abordaje orientado por la refe-
rencia excluyente a las estructuras psicopatolgicas clsicas, y se anun-
ciaran mediante impasses y resistencias en la clnica.
Como vemos, no es un debate menor. Haramos mal en considerarlo
ajeno, aun cuando es abordado tambin por otras disciplinas. Su impacto
sobre nuestra prctica permite verificar la pertinencia de una exhortacin
temprana de Lacan [1953]: Mejor pues que renuncie [a la prctica anal-
tica] quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su poca.
Una nota reciente del New York Times nos permitir palpar la actuali-
dad de este debate, y a la vez introducir uno de sus ejes. El texto, de D.
Carvajal [2008], se ocupa de un tema en apariencia distante: las inquie-
tudes y objeciones que genera el uso creciente de celulares entre los ni-
os. Estas objeciones -nos dice la cronista- se basan en la falta de datos
sobre los efectos a largo plazo de su uso.
Mi impresin es que esta falta de datos tiene un alcance estructu-
ral: evoca la ignorancia sobre los efectos que acompaan a toda innova-
cin. Esta ignorancia erosiona el respaldo simblico con que las genera-
ciones adultas afrontan la tarea de regulacin de los nuevos goces intro-
ducidos en forma incesante en el mercado por el discurso de la ciencia. Y
promueve una crisis de los saberes atesorados, transmisibles de genera-
cin en generacin, al estilo de los usos y costumbres que durante si-
114
Cabral, Alberto C.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
116
Cabral, Alberto C.
izquierda del discurso del Amo, por la cual el S1 cae bajo la barra. El uni-
versitario, porque adems genera una disyuncin (en la parte inferior de
su escritura) entre los lugares de S1 y de , que desarticula el fundamen-
to subjetivo de la vergenza.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
118
Cabral, Alberto C.
mtico con paciencia: En Escocia hay al menos un campo que tiene al me-
nos una oveja cuyo nico lado visible desde el tren es negro.
Parecera que no estamos solos en la dificultad para tolerar la condicin
solitaria de las singularidades con que nos confronta la experiencia...
Referencias Bibliogrficas
Carvajal, D. (2008): Telfonos en manos chicas. En The New York Times. Edicin semanal
de Clarn, 15/3/2008.
Indart, J. C. (2005-7): Seminario Clnica del discurso universitario. Indito (hay versin des-
grabada).
Jameson, F. (1998): El giro cultural. Manantial, Bs.As, 1999.
Miller, J. A. (1996-7): Seminario: El Otro que no existe. Clase del 20/11/1996. Paids, Bs.
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Lacan,J. (1938): La familia. Bs. As., Argonauta, 1978.
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Lacan,J. (1970): Seminario XVII: El envs del psicoanlisis. A) Clase del 18/2/1970, p.92/3;
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Martnez, G. (1999): La frmula de la inmortalidad. En Cultura y Nacin, diario Clarn,
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Sacks, O. (1985): El hombre que confundi a su mujer con un sombrero. Muchnik, Bar-
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Soler, C. (2007): Qu se espera del psicoanlisis y del psicoanalista? Letra Viva, Bs. As.,
2007, pp. 34/9.
119
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
120
Tiempos actuales y
padecimiento subjetivo
Filiacin Institucional:
Margara, Susana Teresa: Lic. en Trabajo Social. Instituto de Investigaciones
en Familias y Trabajo Social. IFATS Fac. de Filosofa y Letras de la Univ. Nac. de
Tucumn.
Cabrera, Ins Cecilia: Mdica Psiquiatra. Fac. de Medicina de la Univ. Nac. de
Tucumn.
Resumen: La realidad hoy, se presenta como una crisis de los modelos anteriores. Realidad donde
la poblacin en general no termina de articularse en una cosmovisin postmoderna,
Este proceso se invisibiliza en las configuraciones de la vida cotidiana de los sujetos o actores, y
se entrama en un fondo comn de significados, influenciado y determinado por mltiples variables,
produciendo representaciones sociales e imaginario social, en una compleja red de relaciones en-
tre discurso y prcticas sociales.
Precariedad, inestabilidad, vulnerabilidad son las caractersticas ms extendidasy las ms dolo-
rosas, de las condiciones de vida contemporneas.
Fallan simultneamente las instituciones que hacen funcionar el vinculo social y la solidaridad, las
polticas sociales y de salud mental que debieran contener las mltiples problemticas, se muestran
insuficientes. La subjetividad se inscribe en las condiciones sociales y culturales de la poca
En sntesis, los problemas sociales se expresan en padecimientos que afectan la salud mental, y
que desde lo singular articulan las esferas de lo macro social y lo micro en el contexto de la inter-
vencin profesional interdisciplinaria.
Es as que la globalizacin marca las caractersticas de la sociedad actual, que han fragilizado los
lazos sociales y la solidaridad, la relacin con el otro, llevando a la precariedad y el empobrecimiento
de nuestras comunidades. Nos hace repensar la intervencin de los agentes de salud mental desde
una perspectiva contempornea, basada en la creatividad y en una comprensin compleja
Palabras claves: Globalizacin. Vulnerabilidad. Padecimiento subjetivo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
122
Cabrera, Ins Cecilia - Margara, Susana Teresa
les que elevan los ndices ficticios del nivel ocupacional, que para Argen-
tina, a partir de la crisis del ao 2001, signific la acentuacin de la po-
breza extrema, y desde all a pobres estructurales, y mientras tanto un
sector de los trabajadores permanentes, con cierta solvencia econmica
pasaron a ser los nuevos pobres (ex clase media de la dcada del 1990),
como categoras de anlisis a ser estudiadas.
En esas zonas de grises y claroscuros, los sectores periurbanos y del
interior de la provincia, que de ser poblaciones en riesgos se tornaron vul-
nerables, con manifestaciones de problemas acuciantes tales como: des-
nutricin infantil en nios, adolescentes, jvenes y ancianos; violencia do-
mstica en todas sus expresiones; suicidios en nios, adolescentes y jve-
nes, sin seguimiento, tratados solamente como casos policacos. A estos
problemas acuciantes se manifiesta una sociedad desenfrenada por actos
de violencia, atravesada por la delincuencia, las transgresiones, la autome-
dicacin, la bsqueda de respuestas y alivio Express a travs de psicofr-
macos, las adicciones que ponen en peligro la vida de los jvenes.
Rosanvallon (1995) [La nueva cuestin social. Repensar el Estado providencia. Bs. As.: Manantial], agre-
ga que fallan simultneamente las instituciones que hacen funcionar el vin-
culo social y la solidaridad, las polticas sociales y de salud mental que de-
bieran contener las mltiples problemticas, se muestran insuficientes.
El quiebre de ese Estado asegurador, se dio por la crisis financiera que
aument el gasto social. El mencionado autor habla de un Estado Provi-
dencia pasivo, el cual destruye la solidaridad, tratando de indemnizar la
exclusin del mercado de empleo, de una gran parte de la poblacin, me-
diante planes de ayuda que cosifican al sujeto tapndole el deseo, el clien-
telismo cosifica al sujeto.
El Estado providencia activo, es el que busca el enriquecimiento del
derecho social, como derecho a la insercin. Propone (desde el punto
de vista del deber ser) retomar en su raz la cuestin de los derechos, re-
considerando el contrato social, redefiniendo los conceptos de lo justo y
lo equitativo, refundando la solidaridad social.
La realidad econmico social en Argentina se tradujo en la cada del
empleo, aumento del subempleo, el incremento del trabajo precario e
inestable, la informalidad laboral y las ocupaciones refugios, el aumento
de la pobreza extrema, la disminucin del poder adquisitivo.
Nuestro Estado tambin a cado en la tentacin de la asalarizacin de
123
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
124
Cabrera, Ins Cecilia - Margara, Susana Teresa
bren, convoquen a los sujetos, les asignen un lugar en la trama social y los
habiliten para la construccin de sus propios discursos [Max Agero E. y otros. Suici-
dio en Jujuy. Nios y Adolescentes Tomo I. Proyectos de investigacin UCSE. 2004. Ed. DASS. 2007.S. S. de Jujuy]
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
contacto con el medio, tienen acceso a visualizar esos cambios, los me-
dios de comunicacin adems de actualizarlos permanentemente trans-
miten el valor del xito personal, individual, a obtener rpidamente. Cuan-
do estos hijos regresan de la escuela al hogar se encuentran con una rea-
lidad contrastante.
El padecimiento subjetivo se profundiza, en los padres, por sus estruc-
turas mentales tradicionales, y en los hijos porque no avizoran futuro de
bonanzas, presionados por lo nuevo e inalcanzable, creciendo en un me-
dio material y simblico cultural limitado en los sectores populares, no les
permite individuarse y construir su propia identidad, su subjetividad.
126
Adolescencia y transgresin
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Docente de la Ctedra de Psicoanlisis. Fac. de Psicologa. Uni-
versidad Nacional de Crdoba.
Resumen: Si bien la bibliografa de recorte sociolgico nos brinda importantes consideraciones res-
pecto de las caractersticas que adquieren hoy la adolescencia y la transgresin, se propone indagar
la relacin adulto joven desde una perspectiva psicoanaltica. Partiendo de dos vietas que tienen
como centro el relato que hacen los adolescentes de su relacin con los adultos, se analiza la impor-
tancia y el modo en que se imbrican los conceptos de asimetra y transferencia. Con este planteo si-
tuado en el plano clnico se consideran las posibilidades de emplazar un principio de causalidad com-
partido como condicin para instalar un anlisis, en tanto colabora con producir la implicancia subje-
tiva del sujeto. En la misma perspectiva encuentran lugar las conceptualizaciones de autoridad, res-
ponsabilidad y herencia, al tiempo que se marcan las posibilidades de revertir una lgica que pone
en primer plano al acto y opaca el lugar del sujeto, sobre todo cuando se interviene desde institucio-
nes destinadas al trabajo con adolescentes en conflicto con la ley penal. El trabajo procura estable-
cer los ejes de articulacin entre la produccin de subjetividad y la constitucin del psiquismo.
Palabras Claves: Adolescencia Transgresin - Causalidad Psquica Asimetra - Transfrencia
Introduccin
Cuando se repasa la bibliografa que actualmente aborda los puntos
ms conflictivos de fenmenos con fuerte impacto social, nos encontra-
mos con autores y textos que coinciden (salvando algunos matices en
cuanto a la forma en que se nomina) en poner de relieve la importancia
que adquieren hoy las nuevas formas de produccin de la subjetividad. En
trminos generales estas conceptualizaciones presentan ciertos isomor-
fismos que podran resumirse, sucintamente, en el hecho de que a par-
tir del replegamiento del estado de la arena pblica (sobre todo a partir
de los 90), se produjeron profundas modificaciones en la produccin de
subjetividad, con marcados efectos en la familia y escuela. Este planteo,
que a su vez vino a imbricarse en otro de mayor alcance (el de los efec-
tos del pasaje de la modernidad a la posmodernidad), postula la prdida
de confianza en las instituciones, la degradacin de las figuras de autori-
dad, la disolucin de la esperanza en un futuro mejor, la consideracin de
que tanto el adulto como el nio pueden ser pensados desde la fragilidad
127
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
, entre
[Corea, C., Lewkowicz, I. (2004) Pedagoga del aburrido. Escuelas destituidas, familias perplejas. Bs. As.: Paidos]
Respecto de la transgresin
Proveniente del latn, transgredi significa pasar a travs. Se vincula
con la idea de quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto. Se define en
relacin a la norma [Corea y Duschatzki (2006) Chicos en banda. Bs. As.: Paidos. Urresti, M. Jvenes excluidos
totales. El cuerpo propio como ltima frontera. Exposicin en las 2das. sobre problemticas juveniles: Violencia-lenguaje y
128
Caminos, Mariano Danilo
Respecto de la adolescencia
En consonancia con las conceptualizaciones que citramos, se ha pro-
puesto tambin, comenzar a hablar de adolescencias y ya no de ado-
lescencia [Sternbach, S. (2006) Adolescencias: tiempo y cuerpo en la cultura actual. En Hornstein Rother, C. (comp.)
(2006). Adolescencias: trayectorias turbulentas. Bs. As.: Paidos. Nuez, V. (2004) Polticas pblicas y adolescencias: adoles-
centes y ciudades. En Frigerio, G (comp.) La transmisin en las sociedades, las instituciones y los sujetos. Un concepto de la
La relacin
En un instituto que alberga jvenes en conflicto con la ley, un adolecente
(Pablo) intenta explicar las razones de un motn. Entonces dice: sabe qu
pasa Mariano?, cuando los grandes (en alusin a los adultos encargados del
instituto) comienzan a hacer los mismos chistes y las mismas cosas que no-
sotros, ah todo se va a la mierda.
Si tomamos a la frase como un diagnstico, la causa / origen de un mo-
tn (cuya principal caracterstica es la violencia que pone en juego), est
en que los adultos se volvieron iguales, armaron la relacin por el lado de
la especularidad. Esto nos pone en alerta respecto de la importancia de
la asimetra de lugares. La disparidad subjetiva necesaria para sostener la
relacin se disuelve cuando los adultos la horizontalizan. Del diagnstico
de Pablo se infiere una demanda: hace falta otro distinto, otro que brin-
dando un soporte identificatorio lo rescate de la propia imagen. Ahora
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Caminos, Mariano Danilo
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Caminos, Mariano Danilo
Bibliografa complementaria
Caminos, Mariano (2008) Tres apartados sobre Violencia. Crdoba: Revista Nuestra Cien-
cia, N 13. (Colegio de Psiclogos de la Provincia de Crdoba).
Caminos, Mariano. (2004) Del acto al sujeto. Revista Psicoanlisis contemporneo. Bs.
As.: Asociacin Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.
Foucault, M. (1996) La vida de los hombres infames. La Plata: Altamira.
Goffman, E. (1970) Internados. Bs. As.: Amorrortu.
133
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
134
La perversin y el incesto
Capacete, Laura
Filiacin Institucional:
Docente de Posgrado. Fac. de Psicologa. Univ. de Bs. As.
Resumen: El trabajo desarrolla la posible estructura perversa de los hombres que incestan a sus
hijos o hijas. Dicho diagnstico no se deriva de la realizacin del acto, sino del discurso, del fantas-
ma, y del singular lazo que entablan con la vctima signado por la destitucin subjetiva-. Las in-
ferencias se realizan a partir de los enunciados que constan en causas judiciales tramitadas en la
Pcia. de Bs. As., Argentina.
Palabras clave: perversin-incesto paterno filial
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Capacete, Laura
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
deca que no tenga miedo, que me iba a ensear una cosa que solamente el me
la poda ensear. Yo le deca que no quera aprender nada, que se fuera, pero
siempre a la madrugada quera ensearme. A los dos meses me dijo que no le
importaba si quera aprender o no, que me lo iba a ensear igual y me viol.
- Una joven de trece aos era violada por el padre desde los once,
dos o tres veces por semana, mientras le explicaba hago esto para que te
acostumbres, para cuando tengas relaciones con otros chicos.
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Capacete, Laura
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
verso entabla se funda en un contrato que solo los interesados deben co-
nocer, tanto en sus trminos como en su prctica, esto no significa que el
tercero est ausente. El tercero debe estar excluido, pero a la vez pre-
sente, en una posicin tal que est necesariamente ciego, que sea impo-
tente o cmplice. Desde aqu se puede pensar la particular participacin
de las madres u otros familiares en el abuso intrafamiliar: quedan mirando
renegatoriamente la escena en impotente y ciega complicidad.
En sexto lugar, estos padres logran la divisin subjetiva de los hijos vcti-
mas. No buscan simplemente hacer dao, quieren dejar al otro dividido
y en una angustia insoportable. Esto probablemente est asociado a un
rasgo que cita recurrentemente la bibliografa sobre los nios abusados:
la disociacin. Son colocados en una posicin imposible de tramitar: si ha-
blan se sienten culpables por daar a una figura a quien tambin aman, o
aterrorizados porque se pueden cumplir las previas amenazas; si callan ,
quedan en posicin de objeto para la satisfaccin de un Otro, meros cuer-
pos, sin derecho, sin deseo y sin palabras.
Cabe mencionar a Elizabeth, hija encerrada e incestuada durante 24
aos por el Ingeniero austriaco, Fritz, quien declara haberse sentido slo
un pedazo de carne.
140
FRIDA, EDITH, MARILYN.
EN EL NOMBRE DEL PADRE
Crdenas, Eva
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn.
Resumen: El punto de encuentro entre Frida Kahlo, Edith Piaf y Marilyn Monroe, es haberse destaca-
do en el mundo de las artes y haber alcanzado la fama y admiracin del mundo a travs de sus pro-
ducciones. Lo que las diferencia, es cmo se ubican ellas ante el mundo. Esto se vincula con ciertos
sucesos que fueron marcando la subjetividad de cada una, en los cuales sus padres (o quienes cum-
plan dicha funcin) adquieren una importancia relevante. La hiptesis que intento exponer es cmo
ese posicionamiento del padre tuvo en los casos mencionados determinadas consecuencias, rela-
cionadas a los modos de vnculo con sus parejas, su relacin con la fama y en la subjetividad entera,
puesto que sta carretera principal es la que posiciona al sujeto no slo en determinados aspectos
de la personalidad sino en una estructura subjetiva, siguiendo los conceptos de Lacan.
El desfallecimiento de la Funcin paterna puede ser entendida como una manifestacin de violencia
contra s mismo. Tal quiebre da respuesta en los casos de Edith y Marilyn al abuso de drogas, alco-
hol y frmacos como puentes hacia la autodestruccin. En contraposicin la interdiccin que anuda
el deseo a la ley, encarnada por el padre de Frida le permite a sta mostrarse al mundo pese a la
debilidad de su cuerpo como una mujer hermosa y fuerte.
Palabras clave: Funcin del nombre del padre- subjetividad- violencia contra si mismo- desfalleci-
miento del nombre del padre.
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el significante Ser Padre (Lacan, J. El Seminario de Jaques Lacan: Libro 3: Las psicosis.- 16 reimpre-
sin.- Bs.As: Paids. 2008. p. 407) . La Carretera principal es algo que existe en s, es un
.
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Crdenas, Eva
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Crdenas, Eva
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be una llamada del psiquiatra de Marilyn y fue l quien le dice que la actriz
ha muerto en su casa. Su fallecimiento se cubri de un halo de misterio, ya
que muchas preguntas quedaron sin responder. La primera hiptesis que
se baraj fue la de una sobredosis de barbitricos con intento de suicidio,
otra fue un posible asesinato al que vincularon a John y Robert Kennedy.
El historial de matrimonios contrados por Monroe es extenso, entre
sus desafortunados amoros se destacan James Dougherty, Joe Di Maggio
y Arthur Miller, con quien queda embarazada dos veces, pero en ambos ca-
sos se producen abortos espontneos. A stos casos, se suman sus roman-
ces con los hermanos Kennedy, amores intensos y teidos de misterios.
Todas sus historias amorosas se caracterizan por altibajos, por maltra-
tos, denigracin, vnculos con hombres poderosos que realmente no la
estiman. Marilyn, icono de belleza para muchos, sueo de todo hombre,
no logra establecer lazo con ninguno de los hombres con quienes se rela-
ciona, pero esto es porque tampoco tuvo una mirada amorosa de un pa-
dre. Cmo podra pensarse en una Marilyn que se valorara a s misma si
las leyes de la cultura y del lazo social no la respaldaron otorgndole una
historia, una referencia genealgica? Cmo podra Marilyn discernir en-
tre un buen amor y un mal amor si aquellos que se ubicaron en la funcin
del Nombre del Padre, encargados de inscribir la ley de prohibicin del
incesto, abusaron de ella y la maltrataron? Esos sujetos no permitieron en
Marilyn la circulacin por el campo del deseo, la privaron de su historia y,
sobre todo, de la posibilidad de sustituir, que le permitiera formar una pa-
reja de pares, de iguales, una relacin no destructiva ni marcada por la
violencia, que le permitiera correrse del lugar de objeto de goce del otro.
Qu pasa cuando quien tiene que cumplir la funcin de inscribir la ley
no alberga al sujeto en su deseo, no le da un lugar en filiacin y genealo-
ga? Edith y Marilyn quedan entrampadas en el goce, la autodestruccin
y la violencia, y por ello no logran circular por el deseo quedando sujeta-
das en el goce y la autodestruccin.
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La subjetividad:
entre no creencia y exceso
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn. Miembro del Consejo de
Administracin de la Fundacin. Docente de la Fac. de Psicologa (UNT).
Resumen: Se intenta dar cuenta de los lazos entre subjetividad y legalidad enmarcndolos en las
situaciones contemporneas: entre no creencia en el Otro y ciertos excesos. Apela al film El nio
(LEnfant Blgica-Francia, 2005) de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne para ilustrar algu-
nos aspectos referidos al tema.
Palabras claves: Subjetividad. Legalidad. Lazo social.
Introduccin
El presente trabajo supone una continuidad de anteriores reflexio-
nes al continuar interrogando el entrecruzamiento de los discursos jur-
dico y psicoanaltico.
Este vasto panorama en que nos centramos supone acentuar algunos
aspectos que conciernen a la subjetividad contempornea. Intentado, en
este acercamiento, develar su implicacin en los campos jurdicos, nor-
mativos y genealgicos que la definen como tambin permiten dar cuen-
ta de su inscripcin en los lazos sociales de los que forma parte.
Es necesario precisar que todo sujeto se confronta al campo de la legalidad, que esta legali-
dad, a ms de ser referente y ordenadora de los lazos sociales, impone su presencia en tanto Otro
de la ley que obliga al cada sujeto a situarse con relacin a ella.
Es decir, que el Otro de la ley que rige como universal en los lazos socia-
les supone tambin que el modo de situarse y subjetivarla o no es particular
a cada sujeto. El Psicoanlisis no puede desconocer las determinaciones de
las subjetividades por la regulacin de los lazos sociales pero debe dar cuenta
de cmo cada sujeto se sita frente a los rdenes normativos y legales.
Esto supone que la posicin de cada sujeto frente a la ley y los mo-
dos y las dificultades para subjetivarla no son annimos. Son respuestas
de cada sujeto frente al Otro de la ley.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Carol, Alfredo Orlando
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
momento en que Bruno tiene que inscribir al nio como su hijo y darle
una filiacin y un apellido, se le ocurre que ese nio puede ser vendido.
As el beb Jimmy es vendido por Bruno a desconocidos para, a su
vez, ser entregado para una adopcin fraudulenta.
La venta se realiza sin el consentimiento de Sonia. Ante la noticia de
la misma se desmaya y es internada en un hospital desde el cual realiza
la denuncia, por la venta del nio, ante la justicia.
Comenzando as un camino de distanciamiento de Bruno a pesar de
que l logra reintegrarle a Jimmy.
Bruno, por la presin de los compradores del nio que le reclaman dinero
por el negocio frustrado, comienza a preparar un robo con uno de los nios de la
banda. Robo frustrado y que culmina con este otro nio herido y apresado.
Ambos episodios lo lleva al intento de hacerse responsable de sus ac-
tos y se entrega a la polica.
Uno de los tantos mritos de los hermanos Dardenne en esta pelcula es no
intentar hacer comprensibles los actos delictivos de Bruno o las elecciones de
Sonia apelando a la explicacin de la vida de los protagonistas recurriendo a los
aspectos familiares como pinceladas de vida que los expliquen de alguna manera
y que, muchas veces, encaminan a intentar desresponsabilizarlos de sus actos.
Pero tambin ilustran la ausencia de alguna legalidad (familiar, social,
etc,) que establezca el lmite del que nos habla Legendre.
Para Bruno el hijo es inicialmente un objeto a ser cambiado por dinero, en cambio, para
Sonia la presencia del nio la hace transitar por los caminos del amor y de la proteccin.
El lmite que separe al hijo de ser objeto-mercanca ser convocado
por Sonia al recurrir a la justicia en salvaguarda del nio. Es decir, llaman-
do a la intervencin de Otro, la justicia, que establece el lmite.
Conclusin
El recurso al film El nio permite revelar algunas de las encrucijadas de la subjetividad
contempornea con relacin a los montajes genealgicos y los riesgos con los que se en-
cuentra la transmisin del lmite humanizador ante el abono de la no creencia y el camino
de los excesos. La subjetividad y los lazos sociales estn asediados por esos extravos.
Bibliografa
Hobsbawm, E. : (1994) Historia del siglo XX. Paids-Crtica. 10 Ed., 2008.
Legendre, P.: La fbrica del hombre occidental. Seguido de El hombre homicida. Amorrortu. Bs. As., 2008.
150
ABUSO SEXUAL INCESTUOSO A NIAS INDGE-
NAS DE QUERTARO. UNA MIRADA ANALTICA
Coln, Araceli
Filiacin Institucional:
Dra. en Psicologa, Psicoanalista. Docente e investigadora de la Facultad de Psi-
cologa de la Universidad Autnoma de Quertaro (Mxico).
Introduccin
El objetivo de esta comunicacin es compartir con ustedes reflexiones
entre el orden social contemporneo afectado por la globalizacin y los
efectos subjetivos que ese orden o des-orden tiene sobre la infancia in-
dgena y especficamente sobre aquellas nias afectadas por el incesto de
alguno de sus familiares. Me referir particularmente a tres testimonios
de incesto de nias de secundaria de contexto rural en una comunidad in-
dgena ho o llamada por los mestizos otom. La comunidad es de alta
marginalidad y se encuentra al sur del Estado en la provincia de Querta-
ro en el centro de la Rep. Mexicana a 3 horas de la ciudad capital.
151
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
son las comunidades del pas que se encuentran privadas de bienes y servi-
cios (CONAPO 2000). El Estado, por sus antecedentes histricos, su po-
sicin estratgica y su ideologa conservadora se ha considerado altamen-
te atractivo para la inversin extranjera. De modo que hoy se cuentan con
18 parques industriales, (INEGI, 2009a). Existe inversin directa de sumas
importantes de ms de 10 pases. Sobresalen por su monto los capitales
estadounidenses (Secretara de Economa, 2006). Ese mismo Estado que
ha despuntado para un sector en su avance tecnolgico, en otros secto-
res padece alta marginalidad en 12 municipios de 18 (CONAPO 2006).
152
Coln, Araceli
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Coln, Araceli
gresor, tampoco en la ley pues es muy fcil evadirla. Los sistemas legales,
como institucin pierden todo su peso y se aprecia su declinacin en pi-
cada. No habra un lugar que permita dar garanta a la palabra. La dimen-
sin del pacto social est sostenida con alfileres. Cuando la ley se mani-
fiesta es para acentuar su carcter punitivo siempre que se lesionen gran-
des intereses y para perder casi toda eficacia siempre que se trate de de-
rechos humanos o de ecologa. De tal suerte que hemos pasado del Es-
tado benefactor al estado de desamparo, precisamente por la desapari-
cin del Estado figura pblica-como dice Dufour- que se encargara de
velar porque ningn ciudadano se someta a otro.
La Investigacin
Los otomes son un grupo tnico que se designa a s mismo como
ho. La mayor parte de ellos habita en un municipio que se encuentra
al sur del Estado de Quertaro (Prieto y Utrilla, 2006: 20). Los nios ha-
blan la lengua materna hasta que ingresan a la primaria. Muchas de las ma-
dres no son hablantes del castellano. La mayor parte de ellos se encuen-
tran concentrados en el municipio de Amealco que est organizado por
barrios. Entre los diversos recursos metodolgicos y tcnicos empleados,
recurrimos a las entrevistas. stas fueron de carcter clnico. El referente
terico de la escucha fue el psicoanlisis lacaniano.
Las entrevistas se realizaron a alumnos voluntarios que queran opinar
acerca de nuestra pregunta por lo que produca depresin en los jvenes
(en el contexto de una investigacin sobre el suicidio) o bien las que soli-
citaban los estudiantes para hablar de sus propios malestares subjetivos.
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Coln, Araceli
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Coln, Araceli
Conclusin
Lacan subray que cuando la palabra dimite comienza la violencia y
que reina ya ah incluso sin que se la provoque. La posibilidad de reunirnos
a hablar de eso que hace que la palabra dimita, es en s misma una posi-
bilidad que abre caminos aunque, hoy por hoy como sociedad, no tenga-
mos claridad de hacia dnde vamos. Celebro que los organizadores nos
convoquen a hablar de estos temas.
Referencias Bibliogrficas
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31 de octubre. [En lnea]. Disponible en: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/no-
ticia.html?id_nota=59090&tabla=estados [2008, 12 de julio].
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cional de Psicologa, Morelia (Mxico)
Coln, A. (indito). El sentido de la vida en la infancia indgena. En Vidas Breves, Manuscrito
en coautora con Macas, Jurez, Rivera. En prensa.
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Stiglitz, J. (2002) El malestar en la globalizacin, Mxico: Taurus.
Zapote, L. (2007) Entrevista. Manuscrito no publicado. Septiembre. Amealco, Qro.
160
EL NIO INFRACTOR. CUAL ES SU LUGAR
EN LA LEY?
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa (UNT)
Resumen: El eje del trabajo habla sobre el nio en la infraccin y las respuestas que la ley mantie-
ne al respecto, como interrogantes que hasta la actualidad mantienen importantes discusiones, to-
mando en cuenta las opiniones de las polticas de estado.
Se propone tambin hacer hincapi en los conceptos del psicoanlisis ya que aporta respuestas en
lo que compete a los actos de los nios, y en su articulacin con el derecho.
Se plantea en el trabajo pensar el concepto de nio porque ayuda a disponer de elementos signifi-
cantes, de repensar el nio en el lazo social
Se hace un anlisis critico de la responsabilidad del nio como un sujeto que tiene obligaciones y
como as tambin derecho.
Palabras claves: Nio, ley, delito, responsabilidad.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Coronel, Fernanda Eugenia
jeto con la ley (Izaguirre Mara Antonieta. El nio y el lazo social. Edito-
rial Atuel. pag. 28)
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Coronel, Fernanda Eugenia
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como comprometido con su palabra, aun cuando a veces ella puede ha-
cer acto. Entonces se puede apostar al concepto de nio como suje-
to responsable para imposibilitar dos posiciones, la que defienden que
los derechos del nio no tienen limites, o la que hacen del nio una vic-
tima de la sociedad.
Bibliografa
- II jornadas del instituto del campo freudiano: El nio y el lazo social (compilacin). Cen-
tro Pequeo Hans.
- Alicia Hartmann: Aun los nios. Psicoanlisis y Subjetividad del Nio en Nuestra po-
ca.
- Rodulfo Ricardo: El nio y el Significante. Un estudio sobre las funciones del jugar en la
constitucin temprana. Editorial Paids
-Raffo Iglesias: Programa de Libertad Asistida.
- Degano Jorge: El sujeto y la Ley.
-Quehacer del Psicoanalista: Nios en Psicoanlisis (compilacin) Ediciones Manantial.
-Constitucin Nacional de 1994.
166
DROGADIO, AMOR e PODER:
UMA PROPOSTA DE INTERVENO
Filiacin Institucional:
Maestra en Psicologa. Universidad de Fortaleza. Fortaleza-CE / Brasil.
Integrante de CLIO -Institucin Psicoanaltica y del Laboratorio Nuevas formas
de Inscripcin de Objeto (LABIO). Universidad de Fortaleza
Resumo: Como lanar uma nova viso em relao a um tema to recorrente em nossa poca como a
drogadio? Essa foi a pergunta de partida para este trabalho. Nada surgiu com tanta nfase do que apre-
sentar uma proposta de atendimento de grupo no tratamento da drogadio a adolescentes, que est sen-
do discutida e implementada por uma comisso de profissionais responsveis pela rea de tratamento a
drogadio no Centro de Ateno Psicossocial Infantil (CAPSi) de Fortaleza.
Porm, a drogadio nos indica uma fixao pulsional e ensaia um retorno a fase auto-ertica. Falha da
ao empreendida pela castrao em limitar o gozo. Assim, somos direcionados a questo flica e sua
importncia na construo simblica das sadas empreendidas pelo sujeito ao seu sofrimento. Construo
inviabilizada no sujeito drogadito devido a sua relao com o objeto droga. O desejo permanece afetado
e o que transparece a passagem praticamente direta da satisfao pulsional ao desejo, sem a interme-
diao do amor. Deste modo, esse trabalho constitui uma nova proposta de tratamento na drogadio,
apresentando uma forma de atendimento de grupo com o drogadito e a sua famlia, no a partir de uma
resposta a demanda de amor, mas a partir da referncia a frustrao do amor e de suas implicaes com
o falo, atravs da sustentao narcsica do sujeito em estado de drogadio, permitindo a abertura de por-
tas para a constituio do sintoma e, posteriormente, possibilidade de sua entrada em anlise.
Palavras-chave: Drogadio; Amor; Poder; Atendimento de Grupo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Costa Matos Carneiro Da Cunha, Thiago
Porqu o meu filho continua a usar, se ele mesmo me disse que quer
parar de usar?
Enquanto psicanalistas, se estamos aqui discutindo estes impasses, isso
se deve ao fato de termos f. Acreditamos no sujeito. Ou seja, acredita-
mos que exista alguma lgica na constituio desses sintomas. Podemos
identific-la na histria de vida relatada por cada paciente e sua famlia que
passam em nossos consultrios. Porm, temos o compromisso de ir alm.
De analisarmos a dinmica familiar e social, seus entraves, que serviram
de matria-prima para a produo dos sintomas trazidos pelo paciente e
nos posicionarmos diante do drogadito, estabelecendo as condies ne-
cessrias transferncia e possibilitando a sua entrada em anlise. Pois, s
podemos caminhar onde encontramos um cho firme para pisar.
Questes como essas so importantes de serem abordadas porque discu-
timos sobre o desafio que a drogadio nos impe. Que seria o de situar a po-
sio do analista em relao ao drogadito, na possibilidade de lhe causar dese-
jo, e possibilitar-lhe a constituio de uma posio frente ao objeto a, a partir
de sua prpria falta. Direo do tratamento em psicanlise (Lacan, 1958).
Porm, a adio ao objeto droga nos indica uma fixao pulsional, que
traz grandes prejuzos subjetivos ao sujeito. Ensaia um retorno a fase auto-
ertica, pela tentativa de se adicionar a droga. Falha da ao empreendida
pela castrao em limitar o gozo, onde temos o desfecho da odissia do su-
jeito em relao ao Outro, com o desprendimento do objeto a como con-
seqncia. Sem o resultado desta ao, temos a representao do Outro em
sua completude (A). Numa espcie de Outro pleno ou todo-poderoso. En-
carnado, literalmente, pelo objeto droga. Tal proposio nos indica uma de-
flao da dimenso simblica do sujeito, ocasionando seu preposicionamen-
to (Carneiro, 2004) em relao ao objeto a. Caracterizando-se pela incerte-
za do seu desprendimento do Outro, o que impede o sujeito de se posicio-
nar frente ao mesmo. Assim, a linguagem, e sua capacidade de simbolizao,
encontra-se aprisionada entre a passagem da necessidade para a demanda.
Preposicionamento ocupado pelo drogadito no incio do tratamento.
Nesse momento, identificamos, nesta preposio, uma forte relao
de dependncia com a figura materna. Podemos pensar no termo depen-
dncia qumica, correlato drogadio. Nada melhor do que nos guiar-
mos pelo poder das palavras. Dependncia a uma substncia qumica, fa-
bricada e vendida para tal fim: o vcio. E h, em nossa poca atual, em
169
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Tudo isso permite inferir que: ser um drogadito no para quem quer,
mas para quem pode. Para quem pode ou seria para quem acredita no po-
der? Ressalta-se novamente a experincia de atendimento com as mes de
drogaditos, a maioria delas (seno todas) nos chega com o discurso: No sei
por que ele assim, porque eu fao tudo por ele?! Ora se se faz tudo o que
um sujeito quer, para qu fazer algo por si mesmo? E como constituir uma
referncia a uma potncia (ao falo), j que quem pode o outro? Onde h a
articulao com uma responsabilidade dos atos empreendidos pelo sujeito?
Quando ela (a me), no responde mais, quando, de certa forma,
s responde a seu critrio, ela sai da estruturao, e torna-se real, isto
, torna-se uma potncia. [...] Estes objetos que eram at ento, pura e
simplesmente, objetos de satisfao, tornam-se, por parte dessa potn-
cia, objetos de dom (Lacan, 1956-1957, p. 69)
Toda essa questo expe o lugar do drogadito, ainda na dialtica da
frustrao, em meio aos caminhos percorridos por ele a construir sua sa-
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Costa Matos Carneiro Da Cunha, Thiago
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Costa Matos Carneiro Da Cunha, Thiago
Bibliografia
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Pichon-Rivire, E. O processo grupal. So Paulo: Martins Fontes, 1988.
173
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
174
LA EDAD DE LA PENA
Filiacin Institucional:
Dr. en Psicologa. Centro de Estudios en Psicologa y Legalidad - Facultad de Psi-
cologa - Universidad Nacional de Rosario (Argentina).
Resumen: El reclamo por una modificacin al Sistema Penal Juvenil se articula con la promocin
de los derechos de la infancia que la Ley 26061 ha instalado con el significante de la Niez en Ar-
gentina. Pero es necesario reconocer que en la densidad de ese reclamo no slo se puede identifi-
car el de los derechos del Sujeto en coincidencia con nuestra mirada sino tambin aquel vinculado
con la gestin penal del objeto Infancia. Los supuestos de tratamiento de la cuestin permiten iden-
tificar su orientacin en trminos de biopolticas, alejado de las polticas de la subjetividad que orien-
taran a la condicin de sujetos de la niez y juventud.
Palabras Clave: Sistema Penal Juvenil Derechos del sujeto - Biopolticas Polticas de la Sub-
jetividad
I. El Reclamo
El reclamo por una modificacin al Sistema Penal Juvenil que se ar-
ticula estructuralmente con la promocin de los derechos de la infancia
que la Ley 26.061 ha instalado institucionalmente con el significante de la
Niez en Argentina, aparece en nuestros das vinculado con otros recla-
mos, aquellos que acentan la seguridad de la poblacin frente a hechos
puntuales que la afectan diariamente.
No hace mucho tiempo 15 de abril de 2009 y a consecuencia de
un crimen que protagonizara un chico de 14 aos en la localidad de Va-
lentn Alsina (Bs. As.) Caso Capristo se desat a nivel nacional y lle-
vado adelante por el gobierno, un debate o movimiento de opinin so-
bre el sistema de castigo a los jvenes, denominados jurdicamente me-
nores, que actualmente se rige por la ley 22.278 llamada Rgimen Penal
de la Minoridad.
Rpidamente surgieron apoyos y disidencias sobre el tema de modo
que se actualiz el escenario que se haba montado en 2004 cuando el Mi-
nistro Bliz lanz el Plan Nacional de Seguridad proponiendo, entre otros
aspectos de endurecimiento de las leyes penales, el descenso del lmi-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Degano, Jorge Alejandro
177
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
III. La edad
En lo relativo al intervalo etario los proyectos van desde un lmite no
fijado en la escala inferior hasta los 18 aos como lmite superior, redun-
dando alrededor de los 14 aos la mayora, 12 en algunos, 16 en otros y
la mencin de un proyecto que no establece punto inferior dejando a la
comprobacin judicial las condiciones del sujeto en el momento del he-
cho reclamado, aspecto que es central en algunos sistemas penales juve-
niles europeos basados en la concepcin del discernimiento como su ra-
zn fundante (Para consultar los proyectos y un cuadro comparativo ver: http://www.observatoriojovenes.com.ar/
almacen/file/cuadro proyectos de ley 2009 (1).pdf ltima visita 28 de junio de 2009).
178
Degano, Jorge Alejandro
sobre si es
de reforma legislativa II. Acerca de los proyectos de ley penal juvenil y las decisiones de poltica criminal)
V. La gestin de vida
La posicin que Legendre seala respecto de la tachadura de los sa-
beres sobre el Sujeto en la construccin de la ciencia en Occidente (Afirma-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
180
Degano, Jorge Alejandro
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Legendre, Pierre, (2008), El Tajo, Amorrortu, Bs As
181
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
182
ALTERNATIVA a la Divina
Filiacin Institucional:
Psicoanalista.
Me voy a ahogar!
Me voy a pique! Glu-glu!
Me est por hundir mi fiel fantasma Bu-Buuu!
Si no me protege el empleado mayor
(que proyecta todo el tiempo mi televisor)
ser promovido para Navidad
Divina TV Fhrer
Los redonditos de ricota
(Del album Oktubre, autor Indio Solari,1986)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Del Giorgio, Andrea
lugar del resto, a partir de las palabras o actos desde otro o desde el es-
tado. El individuo no tiene un discurso para hacer lazo social, los sujetos
se agrupan segn la identificacin, tanto al Ideal como la del deseo, o bien
por una comunidad de las condiciones de goce. Todo esto puede verse
agravado por un Estado de Excepcin que se sirve de la suspensin de
los derechos y garantas Institucionales para imponer terror, los ideales
sociales tambalean y el deseo se desdibuja. El hermano mayor, esta ocul-
to y se vanagloria de su propia desaparicin, subrepticiamente uno pue-
de pescar esa mirada, entonces, tiene miedo, se aquieta, se defiende, se
encierra, se separa de lo peligroso. El hermano mayor con fuerza de ley
(Agamben, G.: Estado de excepcion, Bs. As.: Adriana Hidalgo, 2004), se
impone. La desubjetivacion va haciendo su proceso, el sujeto (an) se in-
terna en un estado de emergencia permanente. La nuda vida sin nin-
gn ropaje, sin nombre, deja al sujeto en posicin de resto, a merced del
goce del Otro.
Los peligros nos invaden, y parecen venir de la mano de los jvenes,
desde la antigedad ellos son los que van a la guerra, hacen las revolucio-
nes, y mueren, casi con la misma pasin con la que crecen.
Existe un plan o el azar determina la aniquilacin sistemtica de los
jvenes? ellos prueban, y son los elegidos para probar: su juventud los in-
muniza ellos pueden probar lo nuevo, y tambin lo peor. Al planteo de
bajar la edad de imputabilidad de los menores, a la necesidad de mano
dura, a las marchas por la inseguridad; qu terrible olvido lo ensombre-
ce?: La vida humana esta por fuera del derecho y en manos de los dio-
ses del infierno, en manos de la crueldad desenfrenada (Agamben, G.:
Estado de excepcion, Bs. As.: Adriana Hidalgo, 2004).
Tanto hablar de la inseguridad, que no nos detenemos a pensar en
el verdadero peligro que nos acecha. Debemos cuidarnos de todo, po-
cos lugares son seguros, la tensin es constante. En nuestro medio rige la
exigencia de ser cuidados (por otro), menos cuidarse, y casi desestima-
do el cuidar del otro.
El vendaval meditico nos orienta con toda su fuerza hacia proteger-
nos, armarnos, hacer vallas, y llenarnos con miedo y paranoia. Es tiempo
de encontrar significantes, que se aproximen ms a la verdad. De qu nos
protegemos? Es la inseguridad un estado natural o circunstancial?
Si bien es cierto que el amparo del otro es condicin de vida para el
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
186
Del Giorgio, Andrea
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
188
La literatura para nios en la
construccin de la subjetividad
Filiacin Institucional:
Universidad Nacional de Santiago del Estero
Resumen: Nos proponemos, en el presente trabajo, recorrer uno de los caminos posibles en la ar-
ticulacin de las diferentes ciencias sociales con el objetivo de encontrar puntos de inflexin en el
cruce de los campos epistemolgicos especficos.
Entendemos que el acercamiento a textos de ficcin posibilita, desde muy temprana edad, un aporte
insustituible para la construccin de la subjetividad. Por un lado, desde su materia, el lenguaje, y, por
otro, desde su concepcin como hecho artstico, donde el sujeto puede encontrarse a s mismo y a
sus otros, mirar el mundo desde diferentes puntos de vista, vivir otras vidas, encontrar esperanza o
identificarse con alguno de los personajes que se le ofrecen en esta re-presentacin de la realidad.
Hasta mediados del siglo pasado, la literatura destinada a los nios estaba centrada en los valo-
res que podan desagregarse de ella, con una intencin claramente pedagogizante, por su ligazn
con el campo escolar, y contribua al afianzamiento del supery, la ley, el bien, el mal, lo permiti-
do, lo prohibido.
Desde 1983, con el regreso de la democracia, la oferta de obras destinadas a los nios ha sufrido un
corrimiento desde esa exaltacin de un supery estructurante hasta llegar a textos que podramos
identificar, siguiendo a Fanuel Hann Daz (Hann Daz, Fanuel. Libros perturbadores para nios: una categora a la som-
bra. Conferencia pronunciada en el seminario Placer de leer. Oc tub re, 2008. Bs. As.. Publicada en la web del seminario: www.placerdeleer.
org) , como perturbadores ms cercanos a la realidad en la que nuestros nios estn inmersos.
Consideramos enriquecedor el conocimiento de los textos que circulan, muchos de ellos dentro de
la institucin escolar, tanto como la inclusin de nuevas miradas y abordajes en articulacin con
otras ciencias sociales.
Palabras clave: Literatura, infancia, hroes, subjetividad.
Literatura e infancia
El arte acontece en la vida de cualquier sujeto ligado al deseo, es de-
cir, a una experiencia original de libertad y creatividad. Por ello nos parece
importante reconsiderar la importancia del encuentro del nio con la lite-
ratura desde su concepcin, a travs de la voz de los padres, los tos, los
abuelos, los maestros, quienes se erigen en los transmisores de la memo-
ria familiar, comunitaria, de los mitos compartidos, del viaje a la fantasa.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
travs del tiempo. Por ejemplo, en la Edad Media no constitua una etapa
diferenciada de la vida, el nio era como una semilla que haba que regar
y esperar a que creciera para convertirse en un ser humano, es decir, en
un adulto maduro. Por ello no se lo enterraba, ya que se crea que no te-
na alma, y las representaciones pictricas de la poca lo muestran como
un adulto en miniatura. En la modernidad, la mirada cambi y el nio fue
considerado un ser especial, que deba ser cuidado y protegido para lo-
grar que se transformara en un adulto adecuado a la sociedad en la que
habra de insertarse. El pequeo era concebido como un ser inocente,
cuyas maldades y defectos estaban relacionados con la influencia de los
adultos que lo circundaban. Por ello, la Iglesia y el Estado se encargaban,
a travs de la familia, de que no fuera desviado a la perversin que ace-
chaba su alma virgen y pura.
Rousseau, con Emilio (1762) (Rousseau, Jean Jacques. Emilio (fragmentos escogidos). Alianza Edito-
, marca un hito al insistir en la necesidad de la atencin de los
rial. Madrid, 1990)
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Del Vitto, Adriana
tauraron las diferencias que exhibe el mundo de los adultos. Para Lloyd
DeMause (DeMause, Lloyd. Historia de la Infancia. Alianza Editoral. Madrid, 1994), fundador de la psi-
cohistoria (Esta disciplina estudia las motivaciones psicolgicas de hechos histricos. Combina mtodos de la Psicote-
rapia y de las Ciencias Sociales para la comprensin del origen emocional de las conductas sociales. Son tres las reas de in-
vestigacin que abarca: 1. La historia de la infancia (que analiza cmo cada sociedad cra a sus nios, qu valor se les da a los
nios en determinada poca y lugar, cmo se modifica este valor a lo largo del tiempo, etc.); 2. La psicobiografa (que apunta a
la comprensin de personajes histricos determinados, sus motivaciones y su influencia); 3. Psicohistoria de grupos -que tien-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
192
Del Vitto, Adriana
Necesidad de hroes
El hroe de los cuentos maravillosos, tal como lo destaca Bruno Bette-
lheim (2001) (Op. Cit.), tiene condiciones humanas esenciales y por ms que
deba vivir innumerables aventuras, no se convertir en un ser sobrenatu-
ral. Al hablar de las relaciones entre los cuentos de hadas y el mito, seala
el carcter optimista de los primeros y el pesimista del segundo, signado
por un destino preconcebido por los dioses, del que es intil escapar.
Bettelheim marca tambin otras diferencias: los hechos que se narran
en los cuentos de hadas le pueden ocurrir a cualquiera, por ello las deno-
minaciones genricas (Los tres chanchitos) o relacionados con un epte-
to (Cenicienta, Blancanieves); en cambio en el mito son privativos de los
hroes con nombre propio (Ulises, Prometeo, etc.). Los personajes de
los cuentos maravillosos viven felices para siempre en la tierra, mientras
que los mticos encuentran esa felicidad slo despus de la muerte.
En el plano psicoanaltico, desde donde plantea sus cuestiones el in-
vestigador mencionado, los cuentos de hadas buscan el desarrollo de la
personalidad integral, al proveer satisfaccin a los deseos del ello, por eso
son optimistas, mientras que el mito slo se dirige al super-yo y de all de-
viene su carcter pesimista.
Para Bettelheim, la imagen que ms les interesa al nio y al adolescen-
te es la de s mismos, su identidad. Y los cuentos les permiten entender
qu es, quin es, quines son los otros, as como captar las apariencias,
las falsas apariencias, aprender de sus hroes, comprender que el camino
estar sembrado de pruebas que debern sortear hasta lograr su identi-
dad. El nio necesita exteriorizar sus conflictos, poner orden en el caos
(externo e interno), separar sus impulsos destructivos del amor, lo que
quiere y lo que odia, y todo ello lo puede proyectar a travs de las histo-
rias y de los personajes que le brinda la literatura.
Muchos de los adultos de hoy han convivido con esos paradigmas de
comportamiento y solidaridad, como los de la saga homrica o los que
pueblan la mitologa judeocristiana; tambin se han nutrido de los cuentos
maravillosos y han conocido a esos personajes que respetaban el orden
establecido. Provenan de un contexto social perfectamente jerarquizado,
cuya nica oportunidad de torcer un destino de campesino sometido al
rgimen feudal era la superacin de innumerables pruebas, con ingenio o
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Del Vitto, Adriana
vez, por la verosimilitud que existe entre los hechos y su semejanza con
la vida. Aun cuando es posible afirmar que la coherencia tiene relacin
con el pensamiento lgico, el relato permite que el nio acepte la trans-
gresin como una regla de juego ms de la ficcin, lo que acerca a la na-
rrativa al mundo social, a lo subjetivo y a la interaccin con otros sujetos,
donde tienen tambin un papel importante los sentimientos, las creen-
cias, la imaginacin y el permanente desafo del lenguaje.
El hroe de papel es el protagonista de un periplo, busca su propio
destino y, muchas veces, deber afrontar una serie de pruebas que, al ser
superadas, le permitirn alcanzar su destino. Cada una de estas peripe-
cias provocar un desequilibrio en el continuum del relato, que le dar fi-
nalmente sentido y posibilitar su continuidad.
Marc Soriano ( Soriano, Marc. La literatura para nios y jvenes. Gua de exploracin de sus grandes temas.
Traduccin, adaptacin y notas de Graciela Montes. Colihue. Bs. As., 1995) sostiene que hay que tomar
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
196
articulaciones posibles entre el orden
jurdico y el orden psicoanaltico
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: El programa de libertad asistida es una medida tutelar alternativa dispuesta por el discur-
so jurdico tomada desde el lugar de la autoridad que el juez tiene, pero distinta, pues con ella par-
ticipa al discurso psicoanaltico inaugurando la trama que recorreremos.
Creemos que es fundamental para introducirnos en esta problemtica, tomar la metfora de la fun-
cin del Nombre Del Padre como enunciador de la ley y posibilitador de la circulacin del sujeto en
el tejido social. El discurso jurdico regula evaluando y juzgando la conducta manifiesta del sujeto:
el sujeto sabe de la ley, es un sujeto que sabe del acto cometido
Para el Psicoanlisis es necesario reconocer el lugar que ocupa la subjetividad en tal acto y por eso es
importante que quien incurre en una falta, no solo de cumplimiento a una sancin penal, sino tambin
que pueda dar significado a esa sancin que le permita dimensionar el eso como Otra Escena con
la cual se haya comprometido a pesar suyo. El discurso jurdico y psicoanaltico pueden tener algn
encuentro, la cuestin de la culpa y lo prohibido concentran la atencin en ambos lados pero es pre-
ciso que logren crear un espacio de operacin conjunta (la reserva a la que obliga el caso por caso).
El psicoanlisis no aboga por una responsabilidad decida a ciegas ya que el acontecimiento como
tal esta perdido y lo que queda para trabajar es la versin singular que cada sujeto tiene de el.
Palabras claves. Libertad asistida Ley - Trasgresin Castigo Responsabilidad.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
198
Daz, Blanca Rosa - Albertus, Fernanda Elizabeth
cino, es decir, respetar los bienes materiales del otro, que no son objetos de
su goce, hasta los homicidios donde el otro es solo un objeto aniquilable.
No hay ley jurdica sin sancin (4), el discurso jurdico al sostener un sujeto
conciente y controlador de sus actos, recurre a la sancin para evitar el delito.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
tomatismo, sino acto en el que interviene algo del deseo. El padre hace don de un pedazo de su
deseo. El deseo paterno efecta entonces una vuelta ms con respecto al deseo materno (5)
Tomando a Lacan en su Seminario IV: Mas all de lo que el padre real au-
toriza. Mas all de esta eleccin hay siempre en el amor lo que esta apun-
tado, es decir no objeto legal, ni objeto de satisfaccin sino ser, es decir objeto
aprehendido precisamente en lo que le falta (6). El don activo del amor apunta
hacia el Otro no en su especificidad sino en su ser (Lacan)
La intervencin del Juez viene a cubrir supletoriamente la falla de una
autoridad como funcin. El Juez dicta sentencia, es representante de la
ley y tambin en su autoridad, de una figura paterna. Desde ese lugar de-
cide por y para el menor lo mejor para l.
Esta asistencia en libertad es una ayuda al menor transgresor, pero no en la
internacion sino en libertad ya que la internacion lo aliena mas aun, cuando pre-
tende reformarlo, logrando de esta manera que al quedar libre el menor reinicie
con ms fuerza el circuito de acting interrumpido por la intervencin judicial.
Desde Libertad Asistida el discurso psicoanaltico es convocado hacerse un espacio
all donde queda imposibilitado el efecto del discurso jurdico para operar con aquello
que por ser sujetos menores (para el discurso jurdico) estn en un lugar marginal.
Conclusin
A partir de lo desarrollado pensamos que la posibilidad para que el menor se
responsabilice y acepte la pena justa sin sentimientos de venganza y poder reinte-
grarse en la sociedad, ser necesario crear un espacio donde sea escuchada la pa-
labra del sujeto, escuchar no solo lo enunciado, si no su enunciacin inconsciente,
teniendo la posibilidad el sujeto de implicarse en ese acto que cometi. Lacan (7) es
contundente al respecto, cuando dice: De nuestra posicin como sujetos, somos
siempre responsables. Es aqu donde el psicoanlisis hace su aparicin, a travs del
concepto de responsabilidad, para lograr el anudamiento entre acto y autor.
Notas
(1) Mara Elena Elmiger (Cont. del Psicoanlisis- Esc. Francesa: Ficha de Ctedra).
(2) M. Gerez Anbertn. Culpa, Responsabilidad y Castigo en el discurso jurdico y psicoanaltico. Vol. 1 (1999).
(3) M. Gerez Ambertn. El sujeto de la pena: culpa y ley. Actualidad Psicolgica. Agosto 2001.
(4) Raffo Iglesias, Gamas, Snchez: Menores infractores y Libertad Asistida. (cap V).
(5) Claude Rabant: Inventar lo Real. Ed Nueva Visin.
(6) Jacques, lacan. Seminario IV. Las Relaciones de Objeto. Clase del 6 de marzo de 1957.
(7) Jacques, Lacan. La ciencia y la verdad. Escritos II, Siglo XXI, Espaa, 1984.
200
Lo Especular y sus Resquebrajamiento:
Un ms all del Significante
Filiacin Institucional:
Estudiante de Psicologa. Fac. de Psicologa-U.N.T.
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Este trabajo toma como marco terico los fundamentos de la clnica de Jacques Lacan y
consideraciones tericas de psicoanalistas y filsofos contemporneos para explicar los efectos de
ruptura que el significante genera en el tejido social y sus efectos en la subjetividad que fragmenta
la humanidad e imposibilita nombrar lo innombrable, lo que no puede ser puesto en palabras ni re-
presentado. En el mismo explicito el mal de nuestro siglo, el padecimiento del sujeto portador de un
virus en la sangre conocido como virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) enlazado con el horror
que genera en una sociedad que inconscientemente se exilia de la responsabilidad de responder. El
sujeto que enferma paga con su cuerpo no solo su culpa sino tambin la que hereda y esto porque
el sistema tiene fallas. Planteo la clnica de un sujeto violentado por el peso de la verdad discursiva,
por el poder del significante que encierra connotaciones sociales coercitivas para la subjetividad y
por ende para el lazo social, lo que conlleva de modo inevitable la ruptura con los referentes Nom-
bres-del-Padre que lo sostienen en lo especular. En definitiva, mi inters est dirigido al sujeto que
est ms all del significante, un sujeto que padece como en el silencio, como en lo prohibido.
Palabras Claves: Verdad, HIV, responsabilidad, culpa, poder del discurso, cuerpo, sacrificios, iden-
tidad; violencia, sexualidad.
Introduccin
Quisiera compartir en este trabajo el mal del que es portador la huma-
nidad y del que no podr desarraigarse ni en los casos extremos de omni-
potencia: el crimen simblico y la culpa por el cometido.
Lacan nos ensea que poder significar es poder dar sentido a las cosas a partir de las pri-
meras marcas pulsinales; as el hombre significa lo que es bueno, lo verdadero, lo normal,
en definitiva lo que esta adentro del sistema y aquello que queda por fuera como resto.
Pero qu es lo normal y que es lo que queda como resto en nuestra
sociedad? me atrevera a sealar que lo normal es todo lo susceptible de
simbolizar y el resto es lo no representable aquello que si se toca inca en
lo mas profundo del ser. De manera que la muerte simblica deja saldos,
201
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
restos sociales portadores de una realidad que para algunos es una reali-
dad ausente. Mejor pues que renuncie quien no puede unir su horizonte a
la subjetividad de su poca J. Lacan.
mente lo que los otros significantes no son. Es por esta diferenciacin que el
sujeto asume una identidad; toma un rasgo de ese Otro y en la medida que lo
incorpora y lo hace propio logra reconocerse asimismo. El uno como tal es
el Otro [J. Lacan , seminario La Identificacin 1961-62 indito] pero diferente de ese otro.
La identidad se constituye en virtud de un otro referente. La institu-
cin aparece como esa instancia tercera que le hace de sostn simblico
en tanto la vida humana implica la transformacin de la carne, de la pura
biologa en palabra, en smbolos. La representacin que el sujeto tiene
de s mismo es una metfora sostenido en el discursos de los otros. So-
mos hijos de las instituciones que nos engendran, nos legalizan, nos dan
una historia un nombre y una identidad.
Existir en Sociedad es estar inscripto en ella en relacin con el nom-
bre de los antepasados [N. Braunstein. Pg. 7 ,1994].
Parto de consideraciones sobre lo que se entiende por identidad para
poder engarzar de qu manera la lengua dura golpea la subjetividad e in-
202
Daz, Marbel De Los ngeles
203
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
han encontrado cura eficaz; que puede sentir o desear? Deber tomar
otra forma de comportarse con su cuerpo. Su cuerpo parece desarmar-
se ante una sociedad que le devuelve la misma fragmentacin y si deca-
mos que la identidad se consolidad a razn de otro entonces la imagen
construida en lo especular cae.
Son muchas las personas que trabajan con el afn de concientizar la po-
blacin a fin de vencer los temores a saber, pero lo cierto es que para
algunos dar la mano, compartir un vaso, acariciar, conversar de cerca y
hasta emplear laboralmente son medios de contagio y un sujeto que est
excluido del Otro es un sujeto excluido de la posibilidad de desear.
Su vida social est afectada y con ello su sexualidad. La imagen que le
devuelve el espejo es la de un agente excluido como resto entre las pe-
nurias sombras del anonimato, en el silencio del discurso que arremete
contra los derechos a una vida en igualdad de condiciones y ejercicios de
practicas sociales como ser la insercin laboral. Si hay falla en el sistema
es porque hay un otro barrado inconsistente.
El nacimiento fsico es un efecto de la ley que en nombre de la pala-
bra del padre permite acceder a una filiacin y genealoga y marca la ruta
principal de la identidad. Pero un nuevo significante cambia el curso de
la historia SIDA- infeccin en la sangre a este significante se le asocian
promiscuidad, prostitucin, infectados, drogas en fin significante que
pasan a representar al sujeto. Los emblemas identificatorios tambalean y
con ello su herencia simblica en tanto descalifica mi sistema identifica-
torios y en consecuencia injuria mi identidad [M. Gerez Ambertin La identidad robada...
injuriada Pg. 123] (muchas personas son victima de la enfermedad por perso-
nas que contagian sin saber que son portadores del virus)
Una nueva lengua arremete contra el sistema simblico. Nuevos tex-
tos, mitos, una verdad psquica no fcil de tramitar, para poder repren-
tarse como portador de la enfermedad. Si queremos comprender un cri-
terio de verdad debemos conocer en que conjunto de relaciones Socia-
les emerge: Por verdad, no quiero decir el conjunto de casos verdade-
ros que hay que descubrir o hacer aceptar, sino el conjunto de reglas se-
gn las cuales se discrimina lo verdadero de lo falso y se ligan a lo verda-
dero efectos polticos de poder [M. Foucault Verdad y Poder Pg. 187-88]
El poder es un tipo particular de relacin entre individuos, por ende
est en todos las cosas, est en el discurso y si el poder est en un aden-
204
Daz, Marbel De Los ngeles
el ombligo de la subjetividad.
En una sociedad, la violencia encubierta en el acto de excluir y enaje-
nar deja sin efecto la posibilidad de representar la enfermedad y respon-
der ante aquello que no puede ser nombrado, porque angustia, ya que
toca algo de la pulsin no susceptible de simbolizar.
Los Otros que estn habitados por el Nombre del padre que puede
regular pero no siempre regulan.
El che vuoi? Le otorga un lugar en la estructura pero al no haber otro
social que responda a su padecimiento, acenta la ruptura con la ley y la
escena fantasma tica se desestructura, los tres registros se desanudan y el
imperativo superyoico se cuela en el lugar en donde fracasa la ley permi-
205
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
tiendo al objeto (a) funcionar como causa del deseo. Eco de castigo que
impele al goce y que al franquear el borde de lo prohibido deja como cos-
to a saldar: la culpa.
La culpa es la resultante observable que con la Ley y el crimen comen-
zaba el hombre [J. Lacan. Pg. 122,1950] esa falta de la que somos responsables
y nos ubica bajo la mirada juiciosa del otro. El sujeto con su enfermedad
rezagado por la institucin paga la deuda de sangre propia y la del seme-
jante una forma de matar en la inocencia[Guyomard, P..El deseo de tica Pg.17 .Paidos
1999 ] muerte lenta y silenciosa. Una sangre se paga con otra sangre, ruptu-
En conclusin
La significacin jams deja de producirse, se presenta bajo diversas caras
metafricas y el sujeto es testimonio fiel de dicha creacin, la lengua fundadora
tiene diversas coartadas y conlleva claves de una verdad que es susceptible de
conocer. La clnica viene a escuchar algo ms, aquello que no se puede decir y
se manifiesta en diversos fenmenos que constituyen sntomas sociales.
Cules son las fuerzas que coaccionan el deseo a Saber, y cules las
verdades que infundan realmente el horror.
La falta de responsabilidad ante una patologa que afecta sin discrimi-
nacin subjetiva implica el rechazo a la ley, el asesinato al padre; donde
el otro es el responsable, el otro portador del virus que desde un cuerpo
sexuado refleja los males se la sociedad. Metafricamente el cuerpo apa-
rece como lo ms intimo, como lo ms publico.
Qu es la verdad sino el develamiento del ser autentico y originario de
las cosas a travs de la palabra (concepcin clsica que viene de Arist-
teles).
206
EL SIN LUGAR DE LA VIOLENCIA
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Universidad del Aconcagua (Mendoza)
Resumen: Se intenta con este trabajo una aproximacin al fenmeno de la violencia partiendo de
la idea que la misma ha existido siempre en la historia de la humanidad, asumiendo diferentes par-
ticularidades de acuerdo a los cambios histricos socioculturales de la poca.
La violencia borra lmites y diferencias: invade el cuerpo del otro, la mente, los derechos, los espa-
cios, los vnculos en tanto intento de anulacin de la alteridad.
Se sostiene que la cada de los grandes relatos legitimantes, de las grandes explicaciones abarcati-
vas de la sociedad y de la cultura marcan las singularidades de nuestra poca.
El nombre del Padre es aquel que posibilita la transmisin al nio de su lugar en el orden simbli-
co y esto implica establecer prohibiciones.
Por lo prohibido cada sujeto renuncia a la omnipotencia, a ser todo, y esto se da por efecto del len-
guaje, el sujeto se reproduce por la palabra.
A partir de El malestar en la cultura Freud constata que el ordenamiento basado en el Padre, es
decir la cultura, no es garanta, que la soberana del Padre no es sin un ms all, independientemen-
te de las particularidades que tome esto en cada poca y en cada sociedad.
Denunciar las fallas paternas no debe quedar en el enunciado, se trata de la bsqueda de respues-
tas que se acerquen a verdades no absolutas pero posibles. Respuestas que requieren ser inventa-
das o reinventadas cada vez tolerando la inconsistencia pero dando crdito al sostenimiento de la
ley ya que posibilita la produccin de sujetos deseantes.
Palabras claves: violencia orden simblico cultura - ley limites - prohibicin - nombre del Pa-
dre inconsistencia
207
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
208
Echave, Mara Nieves
209
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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XXI editores, 1994.
210
Nacer y Morir
Filiacin Institucional:
Doctoranda en Psicologa (UNT). Integrante del Proyecto de Investigacin 26K408
del Consejo de Investigaciones de la Univ. Nac. de Tucumn. Docente de Posgrado
en la Fac. de Psicologa (UBA). Docente de la Fac. de Psicologa (UNT).
Presidenta de la Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud.
Resumen: El trabajo plantea el nacimiento y la muerte humana como productos del lenguaje.
A partir de ello, la insercin del sujeto en la vida o en la muerte. stas requieren del montaje institu-
cional que inscribe en la subjetividad estructuralmente una deuda que podr ser subjetivada o no.
El anudamiento de la deuda con el deber genealgico, con el sentimiento inconciente de culpa o el
desanudamiento de la deuda en los autorreproches. Vctimas y victimarios son all el destino.
Palabras Claves: Duelo. Culpa. Deuda. Deudo
I. Nacer y Morir
Damos un rostro humano al abismo, llamndolo
nacer y morir. (Legendre, P.:1996:15)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Morir: del latn vulgar: morire. Del indoeuropeo mr-yo, de mer: morir. (G-
mez Silva:1996:475.468).
212
Elmiger, Mara Elena
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
214
Elmiger, Mara Elena
El sueo del hijo luego del entierro del padre anuda deuda genealgi-
ca, culpa por el anhelo parricida y angustia traumtica.
Deuda genealgica, sentimiento inconsciente de culpa por un crimen
que no haba cometido pero hubiera deseado ejecutar, trauma y desam-
paro. Rostros de la culpa que pueden hacer del culpable un deudo (plido
delincuente que declara sus culpas) o un criminal (sea por la ostentacin
impdica de sus autorreproches o por sus silencios inmisericordes)
El deudo Freud se sostiene en la demanda al Otro, an a costa de car-
gar con las faltas del muerto. Anuda demanda, amor y falta con lo que en-
vuelve y a la vez muestra lo real del trauma y del desamparo. Reconoce
el anhelo parricida, pinta con el brillo del amor la extrema oquedad del
padre, y sostiene un lazo an con el muerto (a quien disculpa dis-culpn-
dose-) y con el prjimo a quien dirige la demanda: Fliess. Sin embargo, no
oculta su completo desarraigo
As, la articulacin Simblica (Falta) Imaginaria (Demanda) y Real (An-
gustia) de la culpa hacen del suprstite un deudo que porta una deuda
subjetivada.
Si el deudo logra envolver este vaco, este abismo, va el pago de su
deuda simblico-imaginaria, podr hablar de ella, llorar por ella, pero tam-
bin, como Freud, cerrar los ojos al muerto soportando el desarraigo y
a la vez ser su deudo y ubicarse all en un lazo filiatorio y genealgico con
el muerto. Pero para no soportar el necesario desamparo al que la muer-
te lo confronta, esos ojos podrn quedar vivos repitiendo el horror del
trauma y del autorreproche, tentando al sobreviviente a una deuda insal-
dable: la culpa en lo real, dejndolo no como deudo (plido delincuente)
sino como vctima o victimario, merced al goce del Otro.
Por eso sostenemos que, por la estructural ambivalencia de los sen-
timientos hacia el muerto, el deudo siempre tiene las ms de las veces,
inconscientemente que ver con la muerte va el sentimiento inconcien-
te de culpa.
Segn lo planteado antes, estamos en condiciones de afirmar: la muer-
te, que siempre toma por asalto pone a descubierto lo insondable del
abismo, confronta al sujeto a su vulnerabilidad, a su indefensin. De all
que el duelante precisa del armado de sistemas para dibujar bordes sim-
blico imaginarios del mismo va los ritos, cnticos, oraciones, palabras.
Precisa de coordenadas que marquen lo permitido y lo prohibido y un
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
V. Conclusiones
Planteamos ya el necesario engarce entre duelo y culpa lo que permi-
tira el re-conocimiento del suprstite al muerto y a su deuda. Gerez Am-
bertn propone hablar de la culpa en tres registros: simblico, imaginario
y real, hilo en el que me asiento para pensar el duelo.
La muerte confronta a los sujetos, como dijimos, con la brutal inexis-
tencia del Otro, lo que necesariamente dar una estocada en el fantasma
del sujeto. Fantasma que no es sino el montaje subjetivo de la escena del
mundo. De qu manera, el deudo logra restablecer su lazo con la esce-
na, con las creencias y con el muerto?
El deudo vacila ante el vaco al confrontarse a lo real de la inexistencia
del Otro. Va el duelo, encubre y muestra el vaco. Sus minuciosos relatos
intentan cubrir el abismo y las mculas del muerto, (lo real) va la deman-
da (articulacin simblico-imaginaria), va, por este camino, reconociendo
su deuda, y las deudas del muerto (Perdnanos nuestras deudas como nosotros te hemos perdona-
do- Oracin Cristiana), no sin el difcil trnsito por la angustia y sus bordes: inhibi-
216
Elmiger, Mara Elena
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217
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
218
CULPA O CASTIGO.
RESPONSABILIZAR MEDIANTE UNA SANCIN
EN LA DIRECCIN DE LA CURA
Falfani, Liliana B.
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Fac. de Psicologa. Univ. Nac. de Mar del Plata
Resumen: Se puntan algunos hitos en la obra de Freud y de Lacan que permiten ir construyendo
un recorrido posible en la conceptualizacin de la culpa en la estructura del sujeto.Se relacionan los
efectos de sancin como inscripcin que pueda responsabilizar al sujeto, tanto en la clnica psicoa-
naltica como en el sistema jurdico.
Palabras clave: Culpa, Goce, Sancin, Inscripcin de la ley.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
capaces de sentir culpa, de este modo las leyes penales cumplen una fun-
cin que otorgara a la pena un fundamento psicolgico.
En el texto El Yo y el Ello, Freud avanza esta hiptesis sosteniendo que
para el sujeto la comisin del delito es un alivio porque enlaza el sentimiento
inconsciente de culpabilidad con algo real y actual (1923). Es decir encuen-
tra un motivo actualizado por el cual sentirse culpable y ser castigado.
Freud aclara, a continuacin del recorrido que vamos siguiendo en cuanto a
Las servidumbres del yo, que estas circunstancias derivan del supery y del ello con
independencia del yo consciente. En este prrafo se encuentran interesantes afir-
maciones en el sentido de la posibilidad de determinar la cara de goce del snto-
ma, del supery y de aquello que Lacan vincular con las voces en relacin al su-
pery. Freud establece una sutil pero franca diferenciacin entre los restos verba-
les preconscientes integrados en el yo y las impresiones auditivas que no toman su
energa de carga de la percepcin auditiva o sea que no provienen de las ensean-
zas o de la lectura sino que la energa es aportada por fuentes situadas en el ello.
Gerez Ambertn dir a propsito de esto Ya en 1923 en El yo y el ello vinculaba
a la wieder-holung-zwang con las resistencias del Ello y el Supery; ese Ello incons-
ciente donde reina el silencio de las pulsiones y ese Supery atroz que impele con
su voz fona. Tal la conclusin en 1925 en Inhibicin, sntoma y angustia.
La pregunta por el silencio de las pulsiones y por la voz fona del Supery, insiste
contina en su enigmtica formulacin. Si reconocemos en el inconsciente la estructura
del lenguaje donde se cumplen las leyes de la retrica: metfora y metonimia, frente a
la pregunta Quin habla?, Lacan responde en la Subversin del sujeto Si la lingstica nos
promueve el significante, al ver en l el determinante del significado, el anlisis revela la verdad
de esta relacin, al hacer de los huecos del sentido los determinantes de su discurso. Es la
va donde se cumple el imperativo de Freud, Wo Es war soll Ich werden (1960). Al decir
de Lacan es en los huecos del sentido donde deben buscarse esos determinantes.
En Pegan a un nio Freud trabaja la fantasa de flagelacin a la cual acom-
paa una satisfaccin onanista y observa que la vergenza y el sentimiento
de culpabilidad actan con mayor energa que en otras confesiones de la
vida sexual infantil, estas fantasas toman su energa de factores libidinosos
del Complejo de Edipo, la persona que se encuentra enlazada a la fanta-
sa es inequvocamente el padre. Las fantasas de flagelacin tienen una
historia evolutiva complicada . Freud en este texto se refiere al fantasma
en trminos de una frase gramatical y sus reversiones en cuanto al sujeto
y al objeto de la misma. Aqu encontramos los huecos del sentido re-
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Falfani, Liliana B.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Falfani, Liliana B.
223
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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ma. Indito.
224
LA INSTITUCION QUE NOS HABITA
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Docente de la Fac. de Fil. y Letras de la Univ. Nac. de Tucumn.
Las instituciones tienen ojos, sus ojos son los grupos. A travs
de ellos es posible entender a los que son objeto de ella y a los
que son sujetos de la misma. G. Kaminsky
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Fares, Virginia Amalia
Los analizadores pueden ser naturales. Estos son todos los que la institucin
ofrece por s misma para analizar por ejemplo los espacios. Segn Lapassade (6) el
analizador natural irrumpe y es considerado un saber. Los analizadores naturales
son aquellos que se encuentran presentes en la institucin y son parte instituidas
en la misma. Su anlisis permite un trabajo y accin de deconstruccin de las for-
mas de funcionamiento ya establecidas y naturalizadas e integradas a la institucin.
El analizador no es un emergente (P. Riviere). El analizador nos remite a la emer-
gencia de estructuras latentes de un grupo. El emergente nos remite a la trans-
versalidad institucional del grupo. El emergente tiene que ver con las estructuras
imaginarias del grupo. El analizador devela la relacin de poder al interior del mis-
mo o entre el grupo y su medio institucional(7). En el momento en que se pro-
duce la disolucin del grupo el emergente se constituye en analizador.
Subjetividad tomada
Hablar de sujetos es hablar de seres anudados/ligados a una trama so-
cial, por lo tanto involucra a grupos pequeos. Esta trama que es interna-
lizada, se repite y renueva en cada nueva relacin. Lo que a primera vis-
ta parece novedoso porque nos relacionamos con seres grupos e institu-
ciones que en principio no conocemos, en realidad es una modalidad de
relacin que se repite y subyace a la manera de una matriz. Esta modali-
dad de relacin es la que como participes de una comunidad universitaria
interesa develar al menos en parte. Apoyada por un lado en los concep-
227
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
228
Fares, Virginia Amalia
por sujetos. Las personas que transitan por este espacio-escena son par-
te de la misma no pueden aducir inocencia en la construccin de la misma.
Hay una subjetividad colectiva. Esta se refiere a los procesos de creacin
de sentido instituidos y sostenidos por formaciones colectivas que apuntan
al como vamos siendo sujetos en un devenir histrico surcados por aconte-
ceres grupales e institucionales. Kaminsky dice que las formaciones colec-
tivas, grupos e instituciones no son nicamente espacios concretos que apare-
cen en la vida social sino son tambin lo que creen ser, la dimensin imagina-
ria plano de los consensos, de los pactos implcitos, ilusiones y desilusiones, es
sustento clave en la creacin de vnculos y del sentido de lo colectivo (13).
En la institucin universidad hay un modelo de relaciones que no es
evidente y que tampoco proviene del exterior de un sujeto. Las personas
no son extraas a la institucin en la que desarrollan su vida y su trabajo.
Son arte y parte. Y si estn sumergidos en un orden que les provoca des-
gaste fsico y mental, de manera cotidiana y muy natural. Este es un or-
den instalado como consecuencia de la llamada violencia institucional (14)
pero se soporta como un pago necesario. Es esa cuota de malestar extra
que nos vemos obligados a pagar ms all de las necesarias pero impres-
cindibles renuncias que toda vida social impone.
Las instituciones que habitamos nos habitan. Y la relacin que se entabla
est mucho antes que nosotros, la llevamos y representamos todos los das.
Notas
(I) Representaciones: Moscovici (1981, p.181) las define como un "conjunto de conceptos,
declaraciones y explicaciones originadas en la vida cotidiana, en el curso de las comunicacio-
nes interindividuales. Equivalen, en nuestra sociedad, a los mitos y sistemas de creencias de
las sociedades tradicionales; puede, incluso, afirmarse que son la versin contempornea del
sentido comn". Su finalidad es la de transformar lo desconocido en algo familiar.
(1) La vida cotidiana nos muestra un mundo subjetivo que se experimenta pero es un
mundo intersubjetivo, social y compartido con otros. Y este modo de vivir se transfor-
ma en un mecanismo no consciente. Se vive sin cuestionamientos. Cmo es posible? lo es
desde el mecanismo de naturalizacin de las cosas que es ideologa dominante, parece un
orden preestablecido e inmodificable, que no puede ser interrogado. Lo obvio es lo ms
desconocido.Que es la critica a la vida cotidiana?: es un anlisis objetivo de un hecho, exa-
minarlo, lo que seria opuesto a lo ingenuo, hay que plantearse interpelar el hecho, proble-
matizarlo es desmitificarlo, se supera los mitos, las ilusiones con relacin a los hechos. Se
busca las leyes internas de su esencia. En Quiroga Ana. Clase 1981. La Psicologa Social
como Crtica de la Vida cotidiana. Cap.1 Pag 12
(2) Ib. (1) Institucin: entendidas como un conjunto de prcticas, normas y valores que regulan
el intercambio entre los hombres en una sociedad dada. Estas instituciones en las cules el sujeto se
funda y se sostiene son el (grupo) familiar el (grupo) escolar, el (grupo) social. Pichon Riviere
(3) Nocin que pasa del anlisis al analizador. Tambin pasa por la descomposicin del a
229
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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230
LAS REPRESENTACIONES DEL ESPACIO
VIVIDO, ESPACIO SUFRIDO
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Docente de la Fac. de Fil. y Letras de la Univ. Nac. de Tucumn.
Resumen: Este texto nace como una conversacin conmigo misma y a partir del malestar que pro-
voca el espacio con mayscula por falta o por inadecuacin que es lo mismo y la sensacin de as-
fixia y desorientacin que provoca. Mentalmente tambin. Los espacios deben ser aireados, con luz
y temperatura agradables para facilitar la enseanza -aprendizaje . No es un detalle menor el en-
torno, a la hora de plantear un dilogo entre cerebros.
El espacio tambin es un determinante en la formacin de la identidad. La historia y el tiempo se
marcan en el espacio como en el cuerpo. El espacio, el lugar, da sostn y sentido de pertenen-
cia. Se desarrolla las complejas relaciones de los sujetos con grupos y de estos con las institucio-
nes -caso universidad- . El espacio hace o no posible el desarrollo saludable del ser humano. Pue-
de provocar bienestar o ahogarlo como persona.
Palabras Claves: - espacio- institucin-lugar poder- historicidad- ser en el mundo- identidad.
Introduccin
Espacio que contiene. Espacio que tenemos, espacio pedido, espacio
cedido. Espacio nuestro. Espacio lleno, espacio vaco. Espacio ocupado,
espacio expropiado, espacio peleado, espacio adquirido, espacio toma-
do, espacio donado. Espacio controlado, espacio liberado. Espacio per-
dido, espacio buscado, espacio, espacio, espacio El espacio puede as-
fixiarnos?
231
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
que permite que cada uno de sus habitantes se identifique con l y esta-
blezca un vnculo afectivo, de pertenencia, con su lugar, all donde preci-
samente se construye su identidad.
Los espacios son mbitos fsicos, las personas nos acostumbramos
a ellos.
Las Instituciones, son espacios que forman parte de nuestra cotidia-
neidad, nos guste o no, transitamos por ellas todos los das.
En este trabajo se analiza ese espacio particular donde transcurre gran
parte de la vida de un docente. En la Facultad de Filosofa y Letras de la
Universidad Nacional de Tucumn hay 7000 alumnos de las distintas ca-
rreras. Con este dato es interesante ver cmo sobreviven los docen-
tes y los alumnos, en los pequeos espacios asignados para el funciona-
miento de las aulas, ctedras y oficinas. Tratando siempre de encontrar
el propio.
El espacio en la experiencia como docentes universitarios de esta uni-
dad acadmica, tiene significaciones que nos remiten siempre al sufrimien-
to por la falta del mismo.
El conocimiento, el aprender a pensar, esta relacionado con el espa-
cio y con el tiempo (2). Se necesita tiempo para leer, para elaborar, para
analizar, para relacionar, para sintetizar, para reelaborar, para confirmar,
para memorizar... y tambin espacio. Son dos conceptos ligados. El co-
nocimiento s ocupa espacio (I).
232
Fares, Virginia Amalia
233
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
las sillas por filas. Esto complica el uso del espacio, impide la normal cir-
culacin (pues si alguien entra no sale), e imposibilita la modificacin de
la tradicional distribucin, pizarrn-escritorio-docente al frente, ni al
costado ni atrs. Cmo se hace para trabajar en grupo en donde las si-
llas estn soldadas y abarcan todo el ancho del aula? No se puede. Pen-
semos adems que se trata de carreras de ciencias sociales en donde en-
sear a trabajar grupalmente es una estrategia y un instrumento de for-
macin esencial. No hay posibilidad de dinamizar la clase usando estra-
tegias grupales. Las autoridades justifican el hecho de soldar las sillas
diciendo que de otra manera los alumnos las sacan del lugar y se las lle-
van. Y ni qu hablar de los alumnos que por dificultades fsicas no pue-
den trasladarse fcilmente. Intentar sortear las sillas para llegar a la puer-
ta es una tarea casi imposible.
Tal vez a las autoridades responsables de esta idea no les importe que
no se trabaje grupalmente. Como dice D. Milstein: trabajar grupalmente
se puede suponer como no enseanza.
El aprendizaje en un lugar que no es continente, es muy difcil pero
parece posible, porque los alumnos continan haciendo el esfuerzo para
asistir a clases y contener sus necesidades fisiolgicas a fin de no tener
que salir de las aulas.
Los no lugares
Pertenecemos a ctedras, que no existen fsicamente, la atencin de alum-
nos se realiza en lugares como el jardn, que por suerte existe, y el bar.
Aula Bar
El lugar donde funcionaba el bar de la facultad ahora se usa como aula.
Este es un espacio amplio, con dos baos, mesadas de la cocina y una gran
heladera. Y algo ms, un desnivel de aproximadamente 70 cm. En la par-
te ms baja se ubica el pizarrn... y el docente.
234
Fares, Virginia Amalia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
236
Fares, Virginia Amalia
Notas
(I) El saber ocupa espacio por eso se lo compacta y adems se lo vende en combo. La fuen-
te de conocimiento ya no est en los libros que se encuentran en las bibliotecas no, est en
la fotocopiadora. La biblioteca ya no es lugar de bsqueda ni de desarrollo de conocimien-
to. Algunos alumnos no la conocen.
(II) Se llama aula cromagnon por la falta de seguridad y el peligro que posee este espacio.
Es un bloque cuadrado, con techo en donde se observa un bolseado de donde cuelgan los
ventiladores sin un punto seguro. Tiene ventanas y una puerta pequea.
(III) Es una placa de cobre es una chapa fina sin relieve por lo que no se puede leer ni dis-
tinguir los nombres de los desaparecidos de la facultad. Si bien est en un lugar privilegia-
do, no se ve, pocos alumnos saben de su existencia y pasan por al lado.
(1) Espacio: Dimensin, capacidad o continente de cada cosa. Extensin. Territorio: trmi-
no o circuito que comprende una jurisdiccin. Circunscripcin, demarcacin. Lugar: regin
o porcin delimitada de espacio. Sitio, zona. (Readers Digest. Diccionario Inverso Ilustra-
do. De la idea aproximada a la palabra precisa. Espaa, 1997)
(2) Espacio: mbito que contienen los cuerpos, intervalo entre dos o ms objetos, el aire o
el cielo. Porcin de tiempo. Lexis 22. Edit. Crculo de Lectores . Barcelona. 1987.
(3) Lugar: porcin determinada del espacio, ocasin, puesto, empleo, dignidad. Ibidem 1.
(4) Quiroga Ana - (2003). Encuentro Identidad y Patrimonio Cultural- pg.1. ... La iden-
tidad consiste en una relacin interna del sujeto consigo mismo, que integra la diversidad de
vivencia y auto percepcin que le plantea su carcter de ser temporal...que pueda reconocer
la articulacin entre su acontecer pasado, del que es situacional punto de llegada, que se da
en su presente y que pueda visualizarse y anticiparse en su futuro. Futuro que en interjuego
con el pasado y el presente d direccionalidad a su vida en trminos de proyecto
(5) Ibidem 4 .pg. 2. La identidad est en riesgo... porque el desarraigo trae consigo la
desintegracin, la perdida del sentimiento de pertenencia, de continuidad de s,... y el
aislamiento... La historicidad es un rasgo de identidad. La historia social es el entramado
en donde se da la construccin y sostn de la identidad. La identidad del sujeto en tanto ser
esencialmente social encuentra su condicin de existencia y autenticidad en la inscripcin
activa en un proceso histrico. Esta inscripcin responde a necesidades primarias como lo
son la de sostn, y pertenencia que tienen dimensiones materiales y emocionales .
(6) Carrizo J. H. (2000). identidad e historia en los tiempos de la globalizacin. en traba-
jo e identidad ante la invasin globalizadora. edic. cinco. Bs. As.
(7) Catullo M.R.(1987) Identidad comunitaria e identidad barrial. Edic. Bsqueda. Bs. As.
Pg. 115
(8) Bartolom, Leopoldo (1984). Citado por Catullo M.R. (1987). Pg. 115.
(9) Foucault M. (1970). Vigilar y castigar. Cap 2 pag. 145. Edic. Siglo XXI.
Bibliografa
Carrizo J. H. (2000). identidad e historia en los tiempos de la globalizacin. en trabajo e
identidad ante la invasin globalizadora. edic. cinco. bs. as.
237
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
238
LA pasin que mata:
Estudio psicoanaltico
de un proceso penal
Filiacin Institucional:
Psicoanalista. Doctoranda de la Fac. de Psicologa de la Univ. de Bs. As.
Resumen: Desde el inicio de las primeras civilizaciones, al acuar la ley, estuvieron presentes los
objetivos primordiales de una sociedad para mantener el orden y la justicia, cmo limitar y regla-
mentar el procedimiento de las personas frente a conductas ampliamente consideradas como noci-
vas y/o reprobables. En la actualidad no hay sociedad que no cumpla una ley y, al no cumplirla, sta
exige una punicin. Lacan se refiere a esto como un asentamiento subjetivo necesario para la pro-
pia significacin de la punicin. En los crmenes, la estructura patolgica no est en la situacin cri-
minal que ellos expresan, sino en la forma irreal de esa expresin, o sea, en lo que el criminal cree
en el momento de cometer un crimen, esto se manifiesta a travs de conductas simblicas. El psi-
coanlisis puede dar la informacin y documentacin necesaria de un crimen para, as, auxiliar en
su solucin y su prctica re-introduce el acto de juzgar. El analisis del caso en s busca estudiar la
estructura del sujeto a travs de la compulsin de repeticin y de la subjetivacin de la falta en rela-
cin con la culpa y as poder ampliar los estudios de este proceso jurdico.
Palabras clave: culpa, falta, repeticin, psicoanlisis, derecho, subjetividad
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Fedrizzi , Maevi Zatti
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
que lo une con la significacin, opera de tal forma que deja la repeticin
sin nexo. La culpabilidad es la primera intencin que tenemos de reapro-
piarnos de lo que escapa al sentimiento de la repeticin.
En sus escritos Lacan (1988) dice que el sentimiento de culpabilidad
produce el odio, que produce el tema el cual produce la culpa y as suce-
sivamente segn esto, el sentimiento de culpa es el afecto y de esta forma
puede ser polimorfo, pasando por sentimiento de angustia, depresin y
melancola (Freud 1915), puede convertirse en delirio o alucinacin, pero
el otro estar siempre presente. Es siempre invitado a participar, a inter-
venir sobre esta culpa. En este caso podemos percibir una fijacin exage-
rada y exaltada en el objeto. Cuando pensamos en la estructuracin del
sujeto sabemos que el narcisismo va desde el auto-erotismo al reconoci-
miento de lo que le pertenece pasando a reconocer el otro, reconocin-
dolo diferente, y sin embargo es su semejante.
Durante este camino de estructuracin pueden suceder distorsiones y
el proceso no se concretiza, la propia personalidad est a favor de una ca-
texia objetal, donde el objeto pasa a tener total preponderancia. Podemos
pensar que el padre falt en el momento de la institucin de la imagen, de
modo que la pasin sera una fijacin de la crianza en su imposibilidad de
ser, fall en la instalacin de la ley, de los lmites, de lo prohibido.
El padre no puede cumplir el papel interdicto entre la madre y el hijo
y la separacin no puede ser inscrita en este nio. El sujeto no sale del
nacimiento y no llega al Edipo, en verdad esta elaboracin jams ocurre,
no puede ser simbolizada. Entonces el objeto de pasin coincide con el
objeto prohibido, y se queda unido a l queriendo alcanzar la plenitud.
No existe la posibilidad de dislocamiento. El acusado solamente acepta la
condicin de su ex-mujer que sea suya incondicionalmente, este incondi-
cional que se encuentra unido al objeto prohibido madre es la ilusin
de una fusin con el otro, un ideal que torna al objeto vctima cuando no
cumple con el papel esperado.
Enamorada por el otro, esta pasin est en lo real algo impo-
sible de simbolizar para el sujeto lo real est ms all del autmata, en
el retorno, de la vuelta de la insistencia, de los signos a los cuales son co-
mandados por el principio del placer. Es el encuentro con la falta. El senti-
miento de culpa es el registro de la falta en la subjetividad, existe el lmite.
El sujeto de la falta, o el sujeto afectado por la culpa, est en condiciones
242
Fedrizzi , Maevi Zatti
243
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Freud, S.(1910) Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. XI. O. C. Bs. As.: Amorror-
tu. 2003.
Freud, S. (1914) Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la tcnica del psi-
coanlisis, III) Vol XII, O. C. Bs. As.: Amorrortu. 2003.
Freud, S. (1934/38) Moiss y la religin monotesta. XXIII, O. C. Bs. As.: Amorrortu.
2003.
Freud, S. (1920) Ms all del principio de prazer. XVIII, O. C. Bs. As.: Amorrortu. 2003.
Freud, S. (1907) Acciones obsesivas y praticas religiosas. IX, O. C. Bs. As.: Amorrortu
Ed.2003.
Freud, S. (1912) Sobre la dinmica de la transferencia. XII O. C. Bs. As.: Amorrortu.2003.
Freud, S. (1917[1915]) Duelo y melancola. XIV, O. C. Bs. As.: Amorrortu Ed.2003.
Lacan,J. (1954/55) Seminrio 2 O eu na teoria de Freud e na tcnica da psicanlise. Rio de
Janeiro, Jorge Zahar Ed. 1985.
Lacan, J. (1959/60) Seminrio 7 A tica da psicanlise.Rio de Janeiro, Jorge Zahar
Ed.1997.
Lacan, J. (1964) Seminrio 11 Os quatro conceitos fundamentais de psicanlise. Rio de Ja-
neiro, Jorge Zahar Ed.
Lacan, J. (1960) Subverso do sujeito e dialtica do desejo no inconsciente freudiano.In: Es-
critos. Rio de Janeiro, Jorge Zahar. 1998.
244
La subjetividad detrs del
poder y la dominacin
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa
Introduccin
Es por todos sabido, que de la calidad de un marco terico referen-
cial depende la mirada que proyectamos a la sociedad de la cual forma-
mos parte. De la imaginacin, inters, inventiva, investigacin, creatividad
y contraccin al trabajo, por mas simple que parezca, salen los proyectos
necesarios que lleguen a dar luz a los problemas existentes, cada vez mas
complejos en las sociedades donde vivimos. En la medida que estas solu-
ciones lleguen a sus destinatarios es que crece la valoracin de la institu-
cin a la cual pertenecemos. Es as que tratare de intentar explorar con
los instrumentos que nos proporciona el psicoanlisis, fenmenos Inter.-
subjetivos que se encuentran atravesados por la dimensin social.
La clnica nos lleva por caminos enigmticos y hasta sentires que a ve-
ces van ms all de nuestras expectativas, de vivencias subjetivas, pero
tambin est la posibilidad de hacer algo por, estos estados alienantes a
fin de prevenir, en lo que se pueda, la destruccin subjetiva.
Una posible lnea de investigacin es develar y tratar de que emer-
jan fenmenos que se encuentran en lugares intra-psiquicos, donde sa-
bemos por conceptos y definiciones cientficas que conviven lo sublime
y lo ominoso, apareciendo esto de diferentes maneras y segn la reali-
dad subjetiva en forma de sntomas, lapsus, chistes, sueos, todo lo que
entendemos por psicopatologa de la vida cotidiana como as tambin el
arte y la cultura.
Mi punto de partida son algunas conflictivas que se presentan en la
consulta muchas veces bajo formas de: crisis vitales, trastornos de ansie-
dad, estrs ocupacional, psicosomticas que sirven como una pantalla al
fenmeno de la violencia conceptualizada en mbitos cientficos como
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Fernndez, Teresa Mirta
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Fernndez, Teresa Mirta
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
teraccin del sujeto consigo mismo, con los otros y con el mundo que
lo circunda.
Freud considero el mito como el sueo de la humanidad y a igual que
la fantasa inconsciente, la vigencia de este (el mito) no es ndice de en-
fermedad, estando adems siempre presente.
Lo que determinara el grado de salud es la naturaleza y la fluidez de
esta fantasa y mitos, en relacin con la realidad que lo circunda, su cons-
tante procesamiento y la posibilidad de modificarse.
Con la exigencia de internalizar pautas y cdigos de una sociedad po-
bre en mitos, rituales y smbolos que le sirvan de continente a sus necesi-
dades de expresin emocional, tenemos como resultado un ser humano
aislado con carencias que son tapadas desde mitologas individuales y fa-
miliares inconscientes, como si fueran racionalizaciones que circulan con
el mismo valor de una historia oficial. Este elemento caracterizado por
una fuerte carga emocional, no puede ser historizado y persiste como un
mito atemporal. Provocando solo el drama en quienes lo protagonizan,
quienes por mandato y por pasividad y dependencia con respecto a otros
no puede ni esta en condiciones de rechazar la depositacion. Esta histo-
ria-mtica cristalizada lo coloniza impidiendo su evolucin aunque a veces
mediante los beneficios secundarios de la enfermedad compensan su
alienacion aunque esto contribuya a perpetuar la repeticin.
Solo una resignificacin de la historia familiar ms all de esa versin
oficial puede hacer caer este pacto perverso. Esto es debido a que en la
familia se sostiene los mitos y la historia de la misma y solo aquellos que
ejercen el poder distribuyen los roles de cada miembro. Las formas pue-
den ser verbales o no aunque siempre efectivas.
Bibliografa
Bleichmar, H. (1983): Estudio sobre la enunciacin y la gramtica inconsciente, Bs. As, nue-
va visin
Burin, M, (1990): El malestar de las mujeres. La tranquilidad recetada, Bs. As., Paids.
Castoriadis, C. (1983): la institucin imaginaria de la sociedad, Barcelona, Tusquets. I y II.
Freud, S. (1914a): Introduccin al narcisismo y Ibd., t. XIV.
(1914b): Recuerdo, repeticin y elaboracin, Ibd., t. XIV.
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Pichon, Rivire, E. (1971): Del psicoanlisis a la psicologa social, Bs. As., Galerna.
(1984): Teora del vnculo, Bs. As.
250
VIOLENCIA Y SU REPERCUSIN
EN LA INFANCIA
Filiacin Institucional:
Hospital del Nio Jess de la ciudad de San Miguel de Tucumn (Argentina)
Resumen: Desde el trabajo como profesionales en formacin en psicologa clnica infantil en una
institucin Pblica se intentar dar cuenta de las estrategias puestas en juego para construir un tra-
bajo psicoanaltico en los casos de nios violentados que llegan a nuestra consulta, sus obstculos
y posibilidades. Se aborda el significante violencia como quiebre en los lazos sociales. Asimismo se
presentan algunas caractersticas de la sociedad contempornea en la cual se asiste a la cada de
la Ley simblica y su consecuencia en la ruptura de los lazos sociales solidarios.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Ferreyra, Marcela Fabiana - Nattero, Maria Emilia
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Ferreyra, Marcela Fabiana - Nattero, Maria Emilia
Conclusin
Pensamos que no se puede pensar los padecimientos subjetivos fuera
del contexto histrico, poltico y social. En esta poca, llamada posmo-
derna, estamos asistiendo a la declinacin de la ley simblica. La ausencia
de una ley clara, justa y para todos ocasiona problemas de convivencia,
traducidos en violencia fsica y verbal, se produce entonces lo que llama-
mos modos de destitucin de la subjetividad que adquieren caracters-
ticas particulares, all la singularidad marcar su impronta en el modo en
que cada sujeto inscribir la historia que lo atraviesa.
El saber sobre el maltrato infantil es necesario pero debe estar acom-
paado de una toma de posicin que conlleve la implicacin poltico-social
y subjetiva de la cual ningn profesional puede sustraerse. Como Psiclo-
gos debemos responder a una tica que no ignore ni olvide los efectos que
la historia, tanto social como singular, produce en las subjetividades.
El desafo nuestro ser orientar para reencontrar al sujeto del deseo,
desalojarlo del lugar de vctima, de objeto de otro temible, amenazante y
agresor que goza de l. En este punto un interrogante resuena: Cmo
operar de modo que dicha accin no redoble en ese nio su posicin de
sometimiento? (Silvina Gamsie) Y Cmo operar de modo tal que no se
violente la subjetividad del paciente? Interrogantes estos que quedan abier-
tos para seguir re-pensndolos desde nuestra prctica cotidiana.
Trabajar con el malestar no es sencillo, las representaciones y precon-
ceptos de una realidad catica y casi inmodificable, debe llevarnos a un
corrimiento de lugar, trabajar en pro del bienestar nos abre mltiples po-
sibilidades a intervenciones creativas y peculiares.
El camino de la experiencia no es sin angustia y sin dificultades, y en
este punto se hace necesario sostener el espacio de supervisin de ca-
sos, el cual forma parte de la dimensin tica que debe acompaarnos en
cada momento de nuestra experiencia.
Slo la denuncia, el relato de los sujetos y la condena para el victimario
inscriben una huella sobre la que puede reconstruirse la memoria.
Bibliografa
Naveau, L. Qu autoridad hoy? Ms all de los complejos familiares, el malestar en la
cultura. Silvia Salman, compiladora. Psicoanlisis con nios: los fundamentos de la prctica.
1 ed. Bs. As. Grama. 2004
La Infancia Amenazada. Psicoanlisis y el Hospital N25. Ao 2004.
255
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
256
La lgica distributiva de la biopoltica
y el sufrimiento psquico
Filiacin Institucional:
Psicoanalista. Mster en Ciencias de la Religin (UPCO Madrid). Doctor en Fun-
damentos y Desarrollos Psicoanalticos (UPCO Madrid). Prof. Titular de la Uni-
versidad de Fortaleza UNIFOR -. Coordinador de la Maestra en Psicologa. Univ.
de Fortaleza. Coordinador del Laboratorio Nuevas formas de inscripciones de obje-
to LABIO. Investigador de la Asociacin Latinoamericana de Psicopatologa Fun-
damental. Editor de la Revista Mal-estar e Subjetividade (Fortaleza/Cear/Brasil).
Miembro de los Consejos Editoriales de las Revistas: Latinoamerica de Psicopato-
loga Fundamental (AUPPF) y Dilogos (Conselho Federal de Psicologa). Direc-
tor de la Revista Latin American Journal of Psicopathology
257
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
tiente asumida por el discurso del Amo en la actualidad. Existe, sin em-
bargo, el cuerpo subjetivo, materia por excelencia de las prcticas de los
que tratan de la subjetividad. Y este es el problema que nos interesa en
las prcticas discursivas actuales, sobre todo por la devaluacin de la sub-
jetividad que prolifera en el campo social y la importancia que asume en
lo imaginario social las prcticas compartidas entre la biologa, la fisiolo-
ga y la neurologa, teniendo en cuenta los efectos de supresin del snto-
ma aplicados en el cuerpo. Tenemos que investigar entonces, quien au-
toriza a estos profesionales promocionar una prctica en el campo de sa-
ber que no es suyo? Qu es lo que le autoriza migrar del campo de for-
macin sobre la subjetividad para la esfera de un conocimiento objetiva-
do de la ciencia, materia de dominio de la biopoltica moderna?
A los que sostienen una prctica de trabajo sobre el cuerpo biolgi-
co enfermizo, los lmites de las intervenciones cumplen con la lgica de-
terminada por el campo discursivo de la ciencia y la tcnica. Las lecturas
proceden de una concepcin del bienestar fsico, por un reparo fisiol-
gico del cuerpo en funcin de los productos y servicios ofertados por la
biotecnociencia.
Este es el campo de accin que sigue los imperativos que se funda
con la biotecnologa y se actualizan operantemente en los discursos m-
dicos que las cumplen con perfeccin. Este no es el campo de la Psico-
loga, pues estos profesionales no reciben una formacin centrada en el
conocimiento del cuerpo biolgico. Tratan y estudian el cuerpo hablado
y ubicado en el nivel de la representacin. Es este el sufrimiento psqui-
co que concierne una posicin de escucha a los que trabajan con el psi-
quismo y la subjetividad.
Los que actan bajo la ptica del discurso del cuerpo biolgico son
adeptos de la intervencin orgnica ante el sufrimiento psquico del su-
jeto. Creen que la base conceptiva de la salud consigue vislumbrar una
subjetividad relativa a la existencia, aunque que invierta fuertemente en
la posibilidad de que un da esta subjetividad pueda ser mapeada, defini-
da y controlada por la primaca del conocimiento sobre el cuerpo biol-
gico. Para esta concepcin, la vil e irreductible constatacin es la muer-
te. Es esta que conjuga todo el esfuerzo para combatir la enfermedad, es
decir, con la finalidad de garantizar un saber que es puro conocimiento,
y, como tal no produce verdad subjetiva.
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Figueiredo Carneiro, Henrique
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Figueiredo Carneiro, Henrique
dad. Eso no es otra cosa sino que el clamor del sujeto por conseguir otra
vez su reestructuracin en el lazo, de formas que sostenga su demanda
de amor. Lo que resulta de esta operacin es que el dispositivo montado
por la biopoltica de muerte presupone la desaparicin de la culpa del su-
jeto y la carga sobre la dimensin discursiva de la sociedad.
El riesgo que asistimos con la lgica distributiva de la biopoltica es que
la poltica del inconsciente balizada por el deseo queda confundida con la
necesidad biolgica y por tanto como una autorizacin al goce que el su-
jeto paga con su sufrimiento psquico.
Referencias Bibliogrficas
Agamben, G. Homo Sacer. O poder soberano e a vida nua I. Belo Horizonte. Editora
UFMG, 2002.
Agamben, G. Estado de excepcin. Buenos Aires. Adriana Hidalgo Editora, 2007.
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Schnaith, N. (2005). La muerte sin escena. Buenos Aires. Leviatn, 2005.
265
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
266
EL SUJETO ADOLESCENTE Y LAS
MANIFESTACIONES DE LA ANGUSTIA
Ganem, Emiliana
Filiacin Institucional:
Ctedra Psicologa del Desarrollo II, Fac. de Psicologa, Univ. del Aconcagua, Men-
doza.
Resumen: El sujeto adolescente atraviesa cambios radicales que le producen sensaciones de des-
amparo, de vaco, de prdida del sostn. Sensaciones que remiten al estado de desvalimiento inicial
con el que nace el sujeto humano. Desvalimiento debido al cual, sin el sostn del Otro, el sujeto cae,
muere; pero que, a la vez, es la semilla de la constitucin y complejizacin del inconsciente.
Para el sujeto adolescente, es el cuerpo, tan ntimo y familiar, lo que se convierte en extrao, en aje-
no, dejndolo frente a la vivencia de lo siniestro, lo unheimlich. Hay aqu lugar para la angustia.
El sujeto adolescente asume como propio el cuerpo con cambios en un proceso en que las identi-
ficaciones tienen un papel central.
Freud postula a la angustia como seal. En este sentido, la angustia funciona como un recurso del
sujeto. Qu pasa cuando la angustia est obturada? Diversas patologas se hacen presente: las
patologas del acto.
Palabras Clave: Adolescencia Angustia Lo siniestro - Patologas del acto
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Ganem, Emiliana
Notas
[1] Freud, S. (1919) Lo siniestro. O.C. XVII. Bs. As.: Amorrortu. 2003. Pg. 219.
[2] Lacan, J. (1962-63) El Seminario, Libro X. La angustia. Bs. As.: Paids. 2006. Pg. 113.
[3] Freud, S. (1926) Inhibicin, sntoma y angustia. O.C. XX. Bs. As.: Amorrortu. 2004.
Pg. 156.
[4] Rabinovich, D. (1985) Una clnica de la pulsin: las impulsiones. Bs. As.: Manantial.
2006. Pg. 19-20.
Bibliografa
Bauab de Dreizzen, A. (2008) De la angustia al deseo. Bs. As.: Letra Viva.
Freud, S. (1905) Tres ensayos de teora sexual. O.C. VII. Bs. As.: Amorrortu. 2003.
Freud, S. (1919) Lo siniestro. O.C. XVII. Bs. As.: Amorrortu. 2003.
Freud, S. (1926) Inhibicin, sntoma y angustia. O.C. XX. Bs. As.: Amorrortu. 2004.
Lacan, J. (1962-63) El Seminario, Libro X. La angustia. Bs. As.: Paids. 2006.
Rabinovich, D. (1985) Una clnica de la pulsin: las impulsiones. Bs. As.: Manantial.
2006.
269
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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ATENTADOS CONTRA LA
SUBJETIVIDAD
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Innumerables son los fenmenos que dan cuenta que la problemtica de la Violencia est
instalada en nuestra sociedad; innumerables las respuestas que intentan dar cuenta de ella.
Las reflexiones de este trabajo, son el resultado de un recorrido como analista en un Centro de
Atencin Primaria de la Salud y los interrogantes planteados tienen que ver con Cul es el lugar
de un analista trabajando desde un CAPS, en una comunidad en cuyas Instituciones se juegan po-
lticas de salud educacin, que intentan borrar al Sujeto y cul es la relacin de ello con el fen-
meno de la Violencia?
Cul la respuesta de un analista all? Quedarnos encerrados en los consultorios (privados) y de-
jar vacos y vacantes los lugares pblicos para quienes de un modo cmplice acatan pasivamen-
te estas polticas, ponemos a trabajar aquellos goces?
Cul es el lugar de aquellas polticas, cules son y qu de sus efectos consecuencias? Podra-
mos pensar que aquellas polticas que intentan borrar al Sujeto son las que arrojan a una comuni-
dad a circuitos pulsionales en el que quedan atrapados? Por qu esta tentacin de quedar como
objetos del goce del Otro? Cules son los lmites y posibilidades de la intervencin de un analis-
ta? Somos testigos silenciosos de su Goce apostamos al Sujeto del Icc? Qu hacer para que
nuestra intervencin no les confirme ese lugar de pasividad?
Entiendo a la abstinencia del analista como la no complicidad con el goce del Otro (paciente-co-
munidad).
Palabras Claves: Sujeto - Ley Polticas de Salud y Educacin- Lazo social - Violencia - Goce-
Responsabilidad.
Innumerables son las aristas desde las que se puede abordar el eje de
trabajo propuesto en este 2 Congreso Internacional: Culpa, Violencia y
Poder. Innumerables son los fenmenos que dan cuenta que la problem-
tica de la Violencia est instalada en nuestra sociedad; innumerables las
respuestas que intentan dar cuenta de ella.
Las reflexiones vertidas en este trabajo, son el resultado de un reco-
rrido como analista en un CAPS (1) y los interrogantes planteados tienen
que ver con Cul es el lugar de un analista trabajando desde un CAPS,
en una comunidad en cuyas Instituciones se juegan polticas de salud y/
educacin, que intentan borrar al Sujeto y cul es la relacin de ello con
el fenmeno de la Violencia?
Cul la respuesta de un analista all? Quedarnos encerrados en los
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Garca Bercellini, Mara Albana
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Garca Bercellini, Mara Albana
ya varios aos. (El padre tiene 30 aos, se lo observa saludable y est me-
dicado para la epilepsia).
De qu da cuenta esto? Cul es el lugar que ocupa la oferta de estas
pensiones y becas en la sociedad? Cul el lugar de los padres en recibir
estos planes?Cul el de los directivos de las Instituciones que los vehicu-
lizan? Cul el de los profesionales que firman los certificados de discapa-
cidad para que estas pensionen se otorguen?
Qu sucede cuando lo que falta es la falta Qu sucede cuando se im-
pone el goce del Otro como lugar para el Sujeto? Cul la responsabilidad
de ste all? Considero que el poder mismo de este tipo de polticas y la
modalidad de implementacin en algunos establecimientos educativos y
de salud, anula toda posibilidad de lazo social, apareciendo en su lugar,
fenmenos como la violencia social.
En un contexto as caracterizado, urge reflexionar desde otro lugar que
el sentido comn, las buenas intenciones y los soberanos ideales.
Roudinesco en su libro Por qu el psicoanlisis? cita a un investigador
norteamericano quien planteaba que la causa exclusiva del Suicidio resi-
da en una produccin anormal de serotonina (21). Me pregunto excluir un
acto como tal de un contexto histrico, de una historia subjetiva, no bo-
rra al Sujeto responsable del acto, en nombre de una pura lgica qumi-
co-biolgica? No asistimos tambin en este sentido, a un increble auge
de terapias alternativas, breves, de soluciones rpidas, que atacan pro-
blemas concretos y trabajan sobre el aqu y ahora ubicando a la seroto-
nina como la responsable de los actos de un Sujeto? Quin responde
por actos semejantes, por actos de violencia? La serotonina? A quin le
cabe la imputabilidad inimputabilidad de estos actos? a la serotonina?
Podemos ingenuamente pensar, que ubicar la causa de fenmenos como
la violencia social, el suicidio, etc. en la serotonina, se trata simplemente
de teoras que sustituyen a otras? Qu lugar ocupan estas prcticas? Qu
est amenazado sino el Sujeto mismo, sus determinaciones Icc, su deseo?
y por lo tanto la posibilidad de responsabilizarse por sus actos?
Cuando decimos desaparicin del psicoanlisis tenemos que escuchar,
desaparicin del sujeto Hay mayor riesgo que se?! De qu nos tene-
mos que cuidar? Cul es el mal que tenemos que evitar: la violen-
cia como enemigo externo ubicada en la serotonina? O de la desapa-
ricin del Sujeto como consecuencia de un capitalismo signado por inte-
275
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
276
Garca Bercellini, Mara Albana
Notas
(1) CAPS: Centro de Atencin Primaria de la Salud
(2) Freud, Sigmund, El Malestar en la Cultura 1930. Biblioteca Nueva.
(3) Diario La Gaceta, 14 de Mayo de 2008 (www.lagaceta.com)
(4) Diario La Gaceta, 15 de Noviembre de 2007(www.lagaceta.com)
(5) Diario La Gaceta, 8 de Mayo de 2008; Los chicos se quejan del desinters paterno.
Investigacin realizada en la FAC. de Psic. (www.lagaceta.com)
(6) Diario La Gaceta, 8 de Mayo de 2008. El 90% de los escolares sufri castigos fsicos
en su hogar (www.lagaceta.com)
(7) Diario La Gaceta, 11 de abril de 2008; La Violencia Escolar tambin se percibe en los
recreos. (www.lagaceta.com)
(8) Diario La Gaceta, 13 de abril de 2008; Ideas para frenar la violencia en la escuela.
(www.lagaceta.com)
(9) Diario La Gaceta, 8 de mayo de 2008; Cmo mermar la violencia escolar. (www.la-
gaceta.com)
277
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
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Zygmunt Bauman.: (2007) Amor Lquido. Acerca de la fragilidad de los vnculos humanos
278
el deseo de la mujer de no ser madre
Fiiacin Institucional:
Magister en Teoria Psicoanaltica. Docente e Investigadora en la Universidad Au-
tnoma Metropolitana-Xochimilco. Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades
Departamento de Educacin y Comunicacin. Mxico, D.F.
Introduccin
El siguiente trabajo es producto de la tesis de maestra: Matices sobre el pai-
saje. Sobre el deseo de no ser madre [Para abundar sobre el tema vase: Garca Colom, Nora Cecilia.: Matices
sobre el Paisaje. Sobre el deseo de no ser madre, tesis de maestra en Teora Psicoanaltica, Mxico, Centro de Investigaciones y Estu-
dios Psicoanalticos, 2004, y Garca Colom, N.: El deseo de no ser madre. Una mirada diferente acerca de la maternidad, en Coexisten-
base el encuentro entre el psicoanlisis y las ciencias sociales. A lo largo del tra-
bajo, se investig el amplio mundo de significaciones culturales, sociales e ideol-
gicas alrededor de ser mujer como equivalente a ser madre, premisa que ha sido
un imperativo para las mujeres a travs de los siglos, y cmo, desde el psicoanli-
sis, el deseo de serlo est inmerso en el llamado Complejo de Edipo. La atencin
279
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
cin, que no est mediada y es brutal; primera identificacin que ayuda a la cons-
titucin del yo.
Al igual, Lacan hace importantes aportes en relacin con el primer momento
del Edipo en el cual, considero, se implantarn en la nia las primeras huellas para
identificarse o no con su ser mujer. Se refiere a este primer tiempo, como el esta-
dio del espejo. En l, seala, se da una experiencia de identificacin, tan fundan-
te, que el nio realiza la aprehensin de la imagen de su propio cuerpo; se trata,
en otras palabras, de una incorporacin. Esta identificacin con su imagen da pie
a la estructuracin de su propio Yo [Vase: J. Lacan: Escritos I, 1990, p. 87].
Quizs, la nia podr desde esta etapa percibir y sentir qu tanto la madre inviste, libidiniza
o no, el deseo de ser madre, y en particular madre de ella, o si, por el contrario, se vive de una
manera dolorosa; si para ella es un atributo de la feminidad; o bien, maternidad y feminidad se
excluyen. Asimismo, desde Lacan es posible preguntarse si la nia, con tal de ser y seguir siendo
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Garca Colom, Nora Cecilia
el falo de la madre, tratar de seguir sus deseos para ser su objeto ms preciado. En este sen-
tido, qu sucede con el deseo de la madre vinculado con una cultura que la reenva una y otra
vez hacia ser madre? Por qu hay mujeres que a pesar de todo dicen no a este ser madre?
De aqu que el nio o la nia se vayan apropiando, desde estas eta-
pas, de enunciados identificatorios, que les van diciendo quines son y
qu desean. Podemos concebir la idea segn la cual, desde el momento
en que la nia nace, esta infans es puro cuerpo, matriz auditiva que re-
cibir palabras, discursos, con lo que fue, es y ser. Que ir incorporan-
do el deseo de los padres por ese cuerpo sexuado desde antes de na-
cer para despus resignificarlo tanto en la etapa edpica como en toda su
vida. Se trata, no obstante, de un cuerpo que, al encontrarse en el de-
seo de unos padres inmersos en una determinada cultura, empieza a es-
tar socializado, culturalizado.
La madre inviste a la nia o al nio con su deseo. A la par de este deseo, sin embargo, en
ella est ya constituido todo un orden simblico que marca los cuerpos guiando su percepcin
del mundo. Dicho a la manera de Bourdieu [Vase P. Bourdieu: La dominacin masculina, Anagrama, Barcelona, 2000], es un
cuerpo culturalmente sexuado: hombres y mujeres son el resultado de una produccin histrica
y cultural que ha creado, destruido y recreado un mundo de significaciones culturales en forma
comn. La madre y el padre transmitirn lo que es ser hombre o mujer, masculino o femenino.
Categoras que no corresponden necesariamente al cuerpo biolgico. Desde Lacan, son po-
siciones frente al deseo y frente a la obtencin del falo, cargadas culturalmente. Bao de pala-
bras que ayudan a la conformacin de subjetividades siempre diferentes. El sujeto forma as una
imagen y representacin inconsciente del cuerpo sexuado psquica y culturalmente. Freud nos
dice que el psicoanlisis no se dedicar a decir qu es ser mujer, sino cmo se deviene mujer u
hombre. De ah que para el anlisis de la constitucin de la psique sea imprescindible tomar en
cuenta los estudios de gnero [Marta Lamas desde una perspectiva psicoanaltica plantea una novedosa definicin sobre el nocin de gne-
ro: La nueva acepcin de gnero se refiere al conjunto de prcticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes, de un
grupo humano en funcin de una simbolizacin de la diferencia anatmica entre hombres y mujeres (Lamas, Rev. Cuicuilco, enero, 20, p. 97)].
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Garca Colom, Nora Cecilia
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285
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286
LAS MUJERES Y LA CULPA SEGN
EL MITO DE LOS ORGENES
Filiacin Institucional:
Profesoras-Investigadoras de la Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco-
Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades. Proyecto de Investigacin del Dpto.
de Poltica y Cultura y Dpto. de Educacin y Comunicacin. Mxico, D.F.
Resumen: El presente trabajo tendr como objetivo presentar un anlisis sobre el mito de los or-
genes de la cultura propuesto por Freud, en su clebre obra Ttem y Tab, en la que se plantean el
asesinato del padre primordial y la alianza fraterna, que culmina en las leyes de prohibicin del in-
cesto y del parricidio, en ellas, juegan un papel central el sentimiento de culpa y la instauracin del
pacto social que constituyen la moral y la exogamia. En este pacto, las mujeres quedan colocadas
en el lugar pasivo de meros objetos del deseo de los hombres, constituyen lo pactado pero no tienen
participacin en l. En este contexto una de las posibles hiptesis implica ver cmo se relacionan las
mujeres con el sentimiento y la conciencia de culpa y los posibles efectos que su posicionamiento en
los orgenes del pacto social ha podido tener sobre las subjetividades femeninas.
Palabras Clave: Mito originario, ley simblica, sentimiento y conciencia de culpa, subjetividades fe-
meninas.
Introduccin
El psicoanlisis, como campo del saber sobre la constitucin del su-
jeto de deseo, intenta dar cuenta de los avatares y vicisitudes a travs de
los cuales devenimos seres sociales. Pensar, como lo plante Freud, que
la cultura es productora de malestar, es reconocer que para los miem-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Garca Colom, Nora Cecilia - Shimada Seki, Mchiko - Vargas Isla, Lilia Esther
saliza son, a nuestro entender, tanto los deseos edpicos como las vicisi-
tudes a las cuales conlleva.
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Garca Colom, Nora Cecilia - Shimada Seki, Mchiko - Vargas Isla, Lilia Esther
del pacto sino que constituyen lo pactado. Son los bienes prohibidos que
han de circular de acuerdo a la ley masculina. Si la moral surge de la cul-
pa por el asesinato, y ste es cometido por los hombres, si la conciencia
moral es resultado de la renuncia pulsional, cul es la culpa femenina? Si
Freud sita al sentimiento de culpa como el problema ms importante
del desarrollo cultural, y mostrar que el precio del progreso cultural debe
pagarse con el dficit de dicha provocado por la elevacin del sentimien-
to de culpa [5], cmo pueden asumir las mujeres el sentimiento de cul-
pa? Puestas en el lugar de objetos del deseo masculino, no habra moti-
vo por parte de ellas de renuncia pulsional alguna y, por lo tanto, carece-
ran de fundamento para asumir una conciencia moral, constituyendo as
el rostro negado de la cultura.
Para Paul-Laurent Assoun (2003) [6] parecera que las mujeres no par-
ticiparon de facto en el asesinato del padre, lo que determinara para ellas
un vnculo diferente con la culpabilidad y con los efectos producidos por
esta aparente no responsabilidad sobre el hecho mismo. Consecuencias
que, suponemos, tendrn que reflejarse en su constitucin psquica, en la
formacin de su supery y en el sentimiento y conciencia de culpa.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Garca Colom, Nora Cecilia - Shimada Seki, Mchiko - Vargas Isla, Lilia Esther
Recapitulando lo analizado por Assoun, nos lleva a pensar que las mu-
jeres tendran que haber vivido el sentimiento y la conciencia de culpa
desde este acto, por ser sta estructural del aparato psquico y por estar
en el origen de la cultura. Sin embargo, parece que es en el cmo que-
damos colocadas frente a este hecho criminal, que para Freud tenemos
otra constitucin psquica y por lo tanto, quedamos excludas e incluidas
en la cultura.
Assoun al revisar el texto de Freud sobre La moral sexual cultural y la
nerviosidad moderna propone una serie de consideraciones que nos pa-
recen muy importantes sobre la condicin de las mujeres en la moder-
nidad. En este texto Freud analiza los efectos de la moral sexual cultural,
en hombres y mujeres, sealando como las mujeres deben soportar una
carga especialmente pesada como si ellas tuvieran que pagar ms fac-
293
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
turas pulsionales por la renuncia cultural. Seala tambin que las muje-
res son el objeto de una presin social constante y sobre todo contradic-
toria, que son solicitadas para responder a las pulsiones y simultnea-
mente inhibidas en nombre de la convencin social, y que resulta fcil
entender que su estatuto ilustra de manera ejemplar la hipocresa cultu-
ral, colocndolas en un callejn sin salida por culpa de la mentira so-
cial. En este texto Freud atribuye al orden social y no a una inferiori-
dad congnita, la colocacin de las mujeres en ese callejn sin salida,
en un insostenible y contradictorio lugar, dado que representan los in-
tereses de la familia y de la vida sexual. No podemos dejar de subrayar
la contradiccin. Freud plantea que las mujeres carecen de capacidad de
sublimacin, es decir, de aquello que constituye el motor de la cultura, y
a la vez seala que pagan ms facturas pulsionales por la renuncia cultu-
ral [11]. Si se asume que las mujeres no pagan factura pulsional alguna, si
responden a lo pulsional sin freno ni desviacin, si contra tal impulso que
ellas representan han de luchar los hombres para lograr dirigir el suyo ha-
cia la obra y fines de la cultura cules seran esas renuncias pulsionales
que habran de pagar para estar en la cultura?, qu las colocara en un lu-
gar contradictorio e insostenible?
A partir de Nuevas lecciones introductorias al psicoanlisis, Assoun se-
ala que la feminidad debe de ser pensada como el reverso de la Kultur,
y que ah donde interviene la sublimacin, la feminidad remitira al Eros;
pero ah donde se manifiesta el trabajo de la pulsin de muerte y sus efec-
tos de agresividad social, lo femenino parece contener unas posibilidades
de reparacin [12]. Sin embargo, rescata que la obra civilizadora ha sido
cosa de hombres y las mujeres han tenido una relacin de hostilidad
hacia ella. En ese sentido, la idea de reverso de la cultura es perfecta-
mente compatible con la idea de que las mujeres han representado el
inconsciente de la Kultur [13].
Creemos que retomar el anlisis sobre los lugares posibles atribuidos
a las mujeres en el mito de los orgenes frente al asesinato del padre, la
culpa y la moral, aunado al de las diversas revisiones tericas desarrolla-
das en torno al proceso edpico femenino, aportara elementos para com-
prender cmo viven actualmente las mujeres el sentimiento y la concien-
cia de culpa, y entender porqu Freud atribuye a las mujeres un supery
dbil, con mayor propensin que los hombres a transgredir la ley y con
294
Garca Colom, Nora Cecilia - Shimada Seki, Mchiko - Vargas Isla, Lilia Esther
Notas
[1] Vase Elisabeth Roudinesco, La familia en desorden, Bs. As.: FCE, 2003.
[2] Vase Sigmund Freud, Totem y Tab y otras obras, (1913-194), O.C. XIII. Bs. As.: Amo-
rrortu, 1988. p. 122
[3] Freud, Ibid, (1913-1914)
[4] Freud, Ibid., p. 145
[5] Sigmund Freud, El malestar en la cultura (1929-1930) , O.C. XXI. Bs. As.: Amorror-
tu, 1988. p. 130
[6] Vase Paul-Laurent Assoun, Freud y las Ciencias Sociales, Barcelona: Del Serval, 2003
[7] Freud, Op. Cit. (1929-1930)
[8] Assoun, Op. Cit., p.178
[9] Ibid; p. 178
[10] Ibid; p.178
[11] Ibid; Los entrecomillados de este prrafo son del autor, p. 176-177
[12] Ibid; p. 176
[13] Ibid; p.175
Bibliografa
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Assoun, Paul-Laurent, Freud y las ciencias sociales. Barcelona: Del Serval, 2003, pp. 210
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Freud, S.: (1929-1930) El malestar en la cultura y otras obras. O.C., XXI, Bs. As.:
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Vargas, Lilia E. Lo femenino o de la fragilidad del pacto social, en L. E. Vargas
(Comp.),Territorios de la tica. Mxico: Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimil-
co, 2004.
295
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
296
EL LUGAR DE LOS CELOS EN LA INFANCIA
Filiacin Institucional:
Auxiliar Docente Graduada de la Ctedra Contribuciones del Psicoanlisis Es-
cuela Francesa-de la Facultad de Psicologa. Univ. Nac. de Tucumn.
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn.
Resumen: El presente trabajo intentara abordar a partir de un recorte clnico de un nio de 6 aos
los siguientes interrogantes Qu lugar ocupan los celos infantiles en la vida anmica? Qu se es-
conde tras las manifestaciones agresivas del nio? Existe un anudamiento posible entre celos, an-
gustia, odio y duelo? Es un elemento estructural, y por ende, fundamental para la constitucin del
deseo del sujeto?
Palabras claves: infancia, celos, culpa, odio, duelo.
Introduccin
Las exigencias de amor de los nios no tienen medi-
da, exigen exclusividad, no admiten ser compartidas.
Freud (1925:114)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Garca Sir, Carina Beatriz
Freud va ha decir que los celos se encuentran entre los estados afec-
tivos, como el duelo, que es lcito llamar normales. Toda vez que parecen
faltar en el carcter y la conducta de un hombre, est justificado concluir
que han sufrido una fuerte represin y por eso cumplen un papel tanto ma-
yor dentro de la vida anmica inconsciente. (Freud, 1922 [1021]: 217)
Con esto Freud, relaciona a los celos por un lado, con los duelos, y por el otro, a
que todo sujeto neurtico ha pasado alguna vez en su infancia por este estado afectivo.
Pero, da una vuelta ms a esta cuestin diciendo: Los casos de celos
reforzados hasta lo anormal, que dan intervencin al anlisis, se presen-
tan como de estratificacin triple. Los tres estratos o niveles de los celos
merecen los nombres de: 1) de competencia o normales; 2) proyectados,
y 3) delirantes (Freud, 1922 [1021]: 217).
Los dos ltimos, es decir, los proyectados y delirantes, refieren a la
edad adulta por lo que no sern abordados en esta presentacin. Pero los
primeros, aquellos que Freud llama de competencia o normales son los
celos infantiles propiamente dicho.
Siguiendo en esta lnea, Freud expresa: estn compuestos por el duelo, el dolor por el ob-
jeto de amor que se cree perdido, y por la afrenta narcisista; adems, por sentimientos de hos-
tilidad hacia los rivales que han sido preferidos, y por un monto mayor o menor de autocrtica,
que quiere hacer responsable al yo propio por la prdida del amor. (Freud, 1922 [1021]: 217)
De este modo, puede establecerse distintas relaciones entre los ce-
los, la angustia, el duelo y el odio.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
300
Garca Sir, Carina Beatriz
Por lo tanto, se podra decir, que en este caso particular, las pesadillas
que presentaba Manuel reflejaban esa separacin, esa prdida de amor.
l comenz contando las pesadillas, y en un intento de ir recubrien-
do ese real, le ofrezco ir dibujando sus relatos.
Esto lo apacigu, ya que toda vez que vena, entraba diciendo: sabs?
Tuve una pesadilla anoche traa hojas, lpices y me deca: tom dibjalas Sus
relatos eran floridos, como personajes apareca siempre l junto a su herma-
no mayor y un monstruo que los atacaba o a veces un extraterrestre que los
invada, siempre remarcaba no lo mato al monstruo lo corro a su casa, le
muestro la espada lser y se va corriendo le tira un cido y se hace chiquito le
tira gas paralizante y salimos corriendo. Como hroe, aparece l. Es l el que
hace todas estas cosas, para volver inofensivo al atacante, al invasor.
301
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
les del siguiente modo: Yo mismo he visto y observado de cerca los ce-
los de un nio de pecho. No hablaba todava y contemplaba a su herma-
no de leche con semblante plido y mirada amarga ().
Lacan vuelve una y otra vez sobre este ejemplo de los celos infantiles
dndole categora de paradigma de experiencia crucial.
En 1966 dir: Hay en esta experiencia un nudo entre el polo destruc-
tor, aniquilador del sujeto, ligado a su pasin celosa y el de la constitucin
del objeto del deseo, nudo constitutivo del objeto del deseo, nudo cons-
titutivo del deseo del sujeto (Lacan, 1966:185).
Vale decir, que puede ser planteada la cuestin de los celos infantiles
como constitutiva de la subjetividad, y por lo tanto del deseo del sujeto.
Conclusin
En esta presentacin se intent abordar la cuestin de los celos en la
infancia como constitutiva de la estructuracin subjetividad, y por conse-
cuencia, del deseo del sujeto.
A travs de un recorte de un caso clnico de un nio de 6 aos, se pudo
entrelazar la cuestin de los celos con la angustia, el odio y el duelo.
Para finalizar, slo dir que el dejar lugares para ocupar otros, implica
tramitarlos a travs de cierto monto de angustia y de sufrimiento para el
sujeto. Pero, Cmo se puede recubrir algo de lo real que angustia?
Una forma, puede ser a travs de la palabra, y porqu no de los nom-
bres: dice Manuel: estuvimos pensando algunos nombres para el beb,
y elegimos Tiago, pero buscamos en Internet y significa el que ocupa el
lugar de otro as que no le pondremos ese nombre, todava no sabe-
mos cmo llamarlo.
Le pregunto: y el lugar de quin ocupar? Se re y sigue jugando.
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302
LAZOS DE TRAMA PERVERSA: PROPUESTOS
PARA NO DECIR.
(SOBRE UN CASO DE INCESTO/ABUSO SEXUAL INFANTIL)
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: En este trabajo pretendo dar cuenta de cmo una situacin de incesto/abuso sexual in-
fantil es sostenida por un entramado de lazos perversos en el que participan adems del abusa-
dor y el abusado, la madre de la vctima y una institucin escolar. Por otro lado enunciar los efectos
subjetivos y sociales, consecuencias de la trama.
Tomando como referente a la Teora Psicoanaltica defino algunos conceptos como lazos perver-
sos, incesto/abuso sexual infantil, subjetivacin, inconsistencia del Otro/institucin, articulados a un
caso que llamo Caso Mariana.
Palabras Claves: incesto/abuso sexual infantil, lazos perversos, desubjetivacin, inconsistencia
del Otro/institucin.
303
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
2. Desarrollo
El caso desnuda una escena cuyos actores son: Mariana, Rosandra,
Martn y el cuarto personaje que llamo la escuela. Planteada as la tra-
ma grupal, cmo se tejen los lazos entre los personajes?
Con la nia conviviendo con su madre y su padrastro, en el escenario
montado el tringulo edpico sufre una catstrofe. Martn ha transgredido
el orden legal, subjetivo y jurdico. Su acto incestuoso ha atentado contra
el orden genealgico, ha violado una legalidad tanto familiar como social,
ha roto el contrato significante donde el sujeto es ubicado dentro de las
categoras Padre- Madre- Hijo (categoras tambin jurdicas).
Las figuras del incesto y del abuso sexual aqu se equiparan en tanto
determinantes por sus efectos de la ruptura de la legalidad subjetiva.
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Gasep, Marisa Ftima
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Gasep, Marisa Ftima
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
3. Conclusin
En la tragedia del caso, Mariana recibe como legado de sus Otros, la estocada mortfera que
hace sangrar su subjetividad. Arrojada al lugar de los desechos, amordazada por las amenazas y la
complicidad de su madre y la escuela. Mariana en la escena. Personaje en la desubjetivacin, deja
de ser sujeto para ser entregada a las variedades del goce en el solitario circuito pulsional de lo
mal-dito, mal-dicho para no decir. Lazos perversos propuestos para no decir. Lugar que otor-
ga el Otro, Nombre del Padre en su peor versin que por su estructural inconsistencia no puede
poner orden a los nombres que el incesto, en su nominacin, confunde y desordena.
Ya abuse de l, lo descuide, le pegue, lo odie, lo abandone o lo seduzca un
adulto que le es allegado, el nio siempre sufre un asesinato del alma (8).
Notas
(1) Roudinesco, E. Nuestro Lado Oscuro. Una historia de los perversos, Barcelona, Anagrama, 2009.
(2) Capacete, L. La Intervencin Jurdica en los Casos de Incesto, en Culpa, Responsabi-
lidad y Castigo en el Discurso Jurdico y Psicoanaltico, Vol II, Bs. As., Letra Viva, 2004.
(3) Lacan, Jacques(1962/639) El Seminario, Libro X, La Angustia, Bs. As., Paids, 2007.
(4) Freud, Sigmund. El Malestar en la Cultura, en Obras Completas, Tomo XXI, Amo-
rrortu, Bs. As., 1994.
(5) Lacan, Jacques. El Seminario, Libro XI, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psi-
coanlisis, Bs. As., Paids, 2007.
(6) Lacan, Jacques (1975/76), El Seminario, Libro XXIII, El Sinthome, Bs.As., Paids, 2006.
(7) Lacan, Jacques (1975/76), El Seminario, Libro XXIII, El Sinthome, Bs.As., Paids, 2006.
(8) Roudinesco, E. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos, Barcelona, Anagrama, 2009.
Referencias Bibliogrficas
Freud, Sigmund: Lo ominoso, O.C. T. XVII, Amorrortu, Bs. As., 2003.
Freud, S.: Ttem y Tab, O.C. T. XIII, Amorrortu, Bs. As., 2003.
Freud, S. El Malestar en la Cultura, O.C. T. XXI, Amorrortu, 1994.
Lacan, Jacques: -(1956/57) El Seminario, Libro IV, La relacin de objeto, Bs. As., Paids, 2007.
Lacan, J. (1962/63) El seminario, Libro X, La Angustia, Bs. As., Paids, 2007.
Lacan, J. (1964) El Seminario, Libro XI, Los Cuatro Conceptos Fundamentales, Bs.As., Paids, 2007.
Lacan, J. (1975/76) El Seminario, Libro XXIII, El Sinthome, Bs. As., Paids, 2006.
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tar en la Cultura, Bs As., Letra Viva, 2007.
Gerez Ambertn, Marta: Entre Deudas y Culpas: Sacrificios. Crtica de la Razn Sacrifi-
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coanaltico, Vol I (2006), Vol II (2004), Bs. As., Letra Viva.
Safouan, Moustapha: Lacaniana I, Los Seminarios de Jacques Lacan, (1953/56), Bs.As., Pai-
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Lacaniana II, Los Seminarios de Jacques Lacan (1964/79), Bs. As., Paids, 2009.
Rabinovich, Diana: La Angustia y el Deseo del Otro, Bs. As., Manantial, 2006.
308
Variantes de la soledad y la culpa en
la clnica contempornea
Filiacin Institucional:
Posdoctora en Psicologa Clnica. Directora del Doctorado en Psicologa-UNT.
Directora del Proyecto de Investigacin 26K408-Consejo de Investigaciones- Univ.
Nac. de Tucumn. Docente del Doctorado en Psicologa-Univ. de Bs. As.
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Trato las modalidades de soledad y culpa que anidan en quienes consultan al psicoanalista.
Es preciso un trabajo diferente con cada una de las siguientes variantes: a) soledad pulsional y culpa
muda; b) soledad de la inhibicin y la culpa consciente; c) soledad del sntoma y la culpa inconsciente
y d) la soledad del acto de fin de anlisis. La inhabitable soledad pulsional que desubjetiviza y descul-
pabiliza precisa de un trabajo de resubjetivacin. Se trata de saber cmo abordar al individuo al que el
Mercado manipul segn sus prioridades. Conviene no confundir estas modalidades a riesgo de caer
en la trampa de ubicar como psicticos a muchos de los pacientes que consultan dado el predominio
del fuera de discurso que invade a individuos arrasados por el discurso estilo capitalista.
Palabras claves: desubjetivacin, soledad, culpa,poder.
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Gerez Ambertn, Marta
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Gerez Ambertn, Marta
La soledad pulsional est atrozmente fijada al Goce del Otro. Por eso
es importante tomarnos el trabajo de reconocer qu modalidad de sole-
dad traen los que hoy acuden al psicoanalista: la soledad pulsional inhabi-
table, o la soledad habitable de la inhibicin, del sntoma o del acto?
Diferencio la inhabitable soledad pulsional en la que no hay registro ni po-
sibilidad de subjetivacin de las modalidades de en las que hay registro y
queja por la soledad. Por eso la llamo soledad habitable, porque no desaloja
la subjetividad ni al lazo social, est acompaada de reconocimiento de culpa
y, a veces, de responsabilidad. Quien la padece puede subjetivizarla, hacerse
cargo de invocarla o provocarla lo cual es ya una brjula para salir de ella.
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Gerez Ambertn, Marta
ferencia psictica ensea que, cuando logra una estabilizacin y arma una
prtesis del fantasma, el psictico s registra la experiencia de la soledad.
Puede testimoniar sobre su temor a la soledad y buscar compaeros de
ruta. Seguramente que se trata de un testimonio distinto al que dara el
neurtico, pero puede llegar a hacerlo.
Asimismo, no podemos desconocer que la psicosis, efectivamente, est
fuera de discurso y, cuando no media una estabilizacin o un sinhtome,
el psictico es inundado por la soledad gocera y muda.
Si el ms propenso a la soledad pulsional desculpabilizada y gocera es el psictico,
admitamos que el Mercado logr performatear como psicticos a muchos neurticos
que navegan en el mar del goce global, fuera de discurso, sin ser psicticos.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
7. Para concluir
Hemos recorrido diferentes modalidades de la soledad y la culpa que moran en algu-
nos que hoy acuden a la clnica psicoanaltica. La soledad pulsional acompaada de culpa
muda es la que ms obstculos presenta pues arrastra a la violencia y a la desubjetivacin,
es refractaria a la transferencia (al lazo social) y, a la vez, el resultado ms captado del dis-
curso estilo capitalista que fuerza al imperativo del goce consumista. Los individuos inun-
dados por este tipo de soledad estn, de alguna manera, fuera de discurso sin ser psi-
cticos y es preciso, por eso, realizar todo un trabajo de re-subjetivacin con ellos.
Diferenci la soledad pulsional inhabitable de la habitable soledad de la inhibicin,
del sntoma y del acto psicoanaltico. En la primera no hay registro ni posibilidad de sub-
jetivacin, por eso el sujeto aparentemente no la padece. Pero es hoy la ms frecuente:
soledades que no computan la soledad ni la falta. En cambio, en las modalidades de so-
ledad inhibida y sintomtica, hay registro de su padecimiento. Por eso la llamo soledad
habitable, porque no desaloja subjetividad ni lazo social y est acompaada por recono-
cimiento de culpa y, a veces, de responsabilidad. Quienes la padecen puede subjetivizar-
la, hacerse cargo de invocarla o provocarla, lo cual es ya parte del camino de salida.
Finalmente, abord la grata soledad del fin de anlisis, soledad que no
desubjetiviza, pero que, al mismo tiempo, desculpabiliza ya que en ella el
sujeto se hace responsable de su deseo, de los partenaires que tiene, y
del nuevo lazo que puede establecer con ellos.
Consider importante ocuparme de la soledad y la culpa que anida en
quienes consultan al psicoanalista pues es preciso un trabajo diferente en
cada una de las modalidades sin desconocer el caso por caso y porque
entiendo que la inhabitable soledad pulsional que desubjetiviza y desculpa-
biliza requiere de una ardua tarea de resubjetivacin que los analistas no
podemos dejar de intentar. La experiencia psicoanaltica as lo demanda.
Por lo dems, no conviene confundir estas modalidades dado el riesgo de
caer en la trampa mortal de ubicar como psicticos a la mayora de los pa-
cientes que nos consultan en virtud del predominio del fuera de discurso
que hoy invade a individuos sitiados por el discurso estilo capitalista.-
Ref. Bibliogrficas
Freud, S. (1926) Inhibicin, sntoma y angustia. O. C. XX. Bs. As.: Amorrortu. 1979.
Gerez Ambertn, M. (1999) Imperativos del supery. Bs. As.: Lugar Editorial.
Gerez Ambertn, M. (2007) Las voces del supery. Bs. As.: Letra Viva, 3r. ed.
Lacan, J. (1962/63) El Seminario, Libro X, La Angustia. Bs. As.: Paids. 2006.
318
La casa tomada
Filiacin Institucional:
Lic. Godoy, Andrea
Gral. Acha (La Pampa)
Ps. Narvez, Elizabeth
Direccin de Servicio Social del Poder Judicial de la Pcia. del Chaco
El ttulo del trabajo hace referencia al cuento de Julio Cortzar La casa tomada.
Cuento recordado al momento de trabajar el caso. La casa tomada es uno de los
seis cuentos que forman parte de la obra Bestiario, primer libro de relatos de Cor-
tazar donde presenta un mundo penetrado de elementos irracionales. La caracte-
rstica de estos cuentos es que hablan de objetos y hechos cotidianos que pasan a la
dimensin de pesadillas o de revelacin.
Decir que las filiaciones tienen que ver con el lenguaje es una l-
tote. Las filiaciones se sumergen en los llantos y en la sangre, fa-
brican las escrituras monumentales, movilizan la msica, las dan-
zas, los relatos memorables de la sociedad, las ceremonias del
saber. Esta factura pattica no la olvidemos nunca.
Pierre Legendre. El inestimable objeto de la transmisin.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
que hay ley. All se encuentra el fundamento mismo de la lgica que insti-
tuye el para todos de la ley, su principio de equidad, su carcter de ter-
ceridad instituyente. Es por ello que decimos que no puede construirse
la subjetividad por fuera de la ley, pues es sta la que le brinda su andamia-
je y su sustento (Gerez Ambertin, 2006. Culpa, Responsabilidad y Castigo. Vol II. Ed. Letra Viva).
Por lo tanto sostenemos que la inscripcin de la ley hace posible la
conformacin de la sociedad y las formas de la subjetividad, es decir que
a cada perodo histrico y a cada sociedad le corresponde una subjetivi-
dad predominante. Esta es una forma de la psique ligada a modelos iden-
tificatorios prevalentes, a modos de establecer lazos sociales, a objetos
obligados para la sublimacin y a significaciones imaginarias sociales. As,
al formar a la psique, la sociedad incide en las formaciones clnicas, por
ello el padecimiento psquico muestra las marcas de la pertenencia a de-
terminado contexto histrico social. No debemos pensar como casuales
configuraciones psquicas asociados a la violencia.
Los actos de un sujeto no son sin consecuencias, sea tanto para ellos
mismos como para otros, y es prioritario situar la posicin de quien lo rea-
liza en relacin a lo acontecido. El acto delictivo marca un antes y un des-
pus, representa un punto de discontinuidad, por el cual cambia la posi-
cin del sujeto. Tanto para el que comete el delito como para la vctima,
la vida cambia, no es la misma
Es en este punto nos parece importante la articulacin de dos discur-
sos, el jurdico y el psicoanaltico. El sistema jurdico se propone obje-
tivar todo acto que instaure lo prohibido dando cuenta de su antijurici-
dad, la tarea del Psicoanlisis, ser dar cuenta de cmo se subjetiviza lo
prohibido y cules son las causa que llevan a los hombres a precipitarse
en ese cono de sombras de lo ilcito, cono de sombras ntimamente liga-
do al amor, a la culpa y al inconsciente (Gerez Ambertn, 2006. Culpa, Responsabilidad y Cas-
tigo. Vol II. Ed. Letra Viva).
320
Godoy, Andrea - Narvez, Elizabeth
Vieta clnica
Es muy cierto que la violencia es lo que no habla, lo que ha-
bla poco, y la sexualidad, aquello de lo que se habla poco, en
principio (Deleuze, Gilles. 2001. Presentacin de Sacher-Masoch. Amorrortu )
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Godoy, Andrea - Narvez, Elizabeth
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Godoy, Andrea - Narvez, Elizabeth
pus de la intervencin en el Juzgado. Refiere que padeca dificultades en la visin que le imposibilitaban continuar estudian-
do. En ese momento ello es avalado por su madre quien deca es mejor que no salga).
La casa tomada
Entramos en los cuarenta aos con la inexpresada idea de que el
nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesa-
ria clausura de la genealoga asentada por los bisabuelos en nues-
tra casa Julio Cortzar, Bestiario, 1951
Es, era (es?) una familia cuya modalidad est teida, atravesada por
lo incestuoso, pero al modo del cuento de Cortzar La casa tomada, don-
de la vida de todos era limitada fundamentalmente a las paredes mar-
cos murallas porque lo de afuera apareca como persecutorio.
El acto incestuoso aparece en un momento puntual, significativo para
el sujeto que lo produce, significativo para el sujeto del actonadie deba
salirse de all, nadie deba quedar fuera de su mirada fuera de su con-
trol todos como objetos de su goce, objetos de goce cuerpos indi-
ferenciados si uno de los aspectos sobresalientes de la ley del inces-
to es hacer circular a un sujeto en la cadena generacional (abuelo, padre,
hijo), en suma, hacerlo parte de un linaje, podemos decir que el incesto
rompe con la posibilidad de esa circulacin, deja un agujero, porque ese
hijo queda impedido de circular en la cadena generacional. De alguna ma-
nera, algo de l se desubjetiviza, se deshumaniza: queda sacrificado algo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de concluir
mi estudio se sita en esa incmoda encrucijada de dos caminos:
el Derecho y el Psicoanlisis (Legendre, 1996:28).
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Godoy, Andrea - Narvez, Elizabeth
Cada casa, cada hogar tiene sus propios sonidos, sus propios ritmos
sonidos, ritmos que uno conoce, es tranquilizador conocer los sonidos de
la casa porque esos sonidos son, a la vez, convertidos en palabras, res-
ponden a lo simblico. Pero no en este cuento, donde los sonidos presa-
giaban, anticipaban algo del orden de lo siniestro, temible. No en esta fa-
milia, donde la endogamia que produce el encierro conlleva a una ausen-
cia de lugares, ausencia de palabras, es mejor no pensar. A falta de pa-
labras que nominen, que signen (sabemos que la Ley de Prohibicin del
Incesto nomina, otorga lugares); aqu quedan slo los aterradores sonidos
presagiando el encuentro de cuerpos cuerpos in-discriminados
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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ADIOS A LAS ARMAS.
VIOLENCIA Y ALTERIDAD EN GRAN TORINO
Filiacin Institucional:
Grupo de Estudios 5 Fac. de Filosofa y Letras. Univ. Nac. de Tucumn
Pedro Arturo Gmez (Coord. Docente); Agustn Conde De Boeck, Ana Daneri, Pa-
blo Giori. Mximo Mena (Estudiantes)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
gneros que precipitaron las obras de Francis Ford Coppola, Martin Scor-
sese, Steven Spielberg, George Lucas y Brian De Palma tuvo como uno
de sus ejes la explicitud de la violencia en su exhibicin ms cruda y cruel.
La violencia comenzaba a perfilarse as, no solo como recurso narrativo,
sino como instrumento de indagacin que operaba mediante la densifica-
cin de la puesta en escena de los mundos de vida violentos (la mafia, la
guerra, la vida bandida, el universo callejero urbano, la aventura desafo-
rada). Esta tendencia conducira, a travs de la saturacin del significante
y la transtextualidad, a la deconstruccin de los gneros por referencia
ostensiva a su condicin de repertorio de convenciones.
Paralelamente, otras producciones de Hollywood apelaron a la vio-
lencia extrema como estrategia de un realismo de explotacin, con h-
roes puestos a resolver armas en mano los dilemas sociales e individua-
les. La figura de trazo grueso ms representativa del volumen fascistoide
de esta modalidad es el vengador callejero encarnado por Charles Bron-
son en Death Wish (1974) y sus secuelas. Pero el hroe ms emblemti-
co de esta galera de duros y solitarios justicieros es el inspector de la po-
lica de San Francisco Harry Callaham, Harry el sucio, personaje que
Clint Eastwood encarnaba recortndolo sobre el molde del cowboy taci-
turno y errante trasladado ahora al western urbano, un molde que el mis-
mo Eastwood contribuy a fortalecer desde sus pasos (o cabalgatas) por
el western spaghetti hasta su incorporacin a la extensa fase crepuscular
del gnero con Pale Rider (El jinete plido, 1985).
En la base de estas representaciones subyace el imaginario de la violen-
cia redimible y redentora: acorralado por la violencia que va estrechando
su cerco, el hroe (en principio, un ser pacfico) es empujado a la violen-
cia, venciendo su resistencia a hacer lo que debe ser hecho, con lo cual
se libera (tanto de la opresin exterior como de las voces interiores que
claman por venganza). Al mismo tiempo, la violencia se redime a s mis-
ma como va legtima para traer la paz y la armona a una familia, grupo,
comunidad o sociedad: la violencia es el medio para hacer lo que debe ser
hecho. Pero es un medio que debe obrar en una escala que responda o
supere la magnitud de los actos violentos que forzaron al hroe a actuar:
los malos sern aplastados con toda la intensidad de la violencia desatada
y legitimada. Este imaginario se corporiza en recurrentes narrativas irra-
diadas masivamente por los medios de comunicacin, relatos en los que
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Gmez, Pedro A. - Conde De Boeck, Agustn - Daneri, Ana - Giori, Pablo - Mena, Mximo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
los hmong responde a un amable exotismo estereotpico. Los hmong son ple-
namente tradicionales, segn son representados en el film, slo se comunican
dando signos de su tradicionalidad. Ellos son plenamente el estereotipo cultu-
ral que se les adjudica. El imaginario del bon sauvage respira de fondo en esta
representacin de la alteridad: los hmong estn entrampados histricamente en
su propia tradicionalidad; son buenos salvajes, pero brbaros, se matan entre s,
en todo buen salvaje late la potencialidad de un brote de barbarie.
Es Taho el representante de un primitivismo an no contaminado con
la barbarizacin de los jvenes de su mismo grupo tnico el nico capaz
de absorber los valores del universalismo occidental vertidos en los mol-
des de los valores de la Norteamrica tradicional, transmitidos por un an-
tiguo americano arquetpico, que puede salvarlos de su propia condicin
de ser otros. Walt transmite las herramientas, la educacin en los valores
del trabajo en contraste o reaccin con respecto a la cultura de la espe-
culacin financiera neoliberal, como smbolo de un nexo entre la antigua
Amrica que tiende su mano a los inmigrantes para integrarlos a la bs-
queda de una salvacin, mientras las armas representan el otro legado, la
violencia. Kowalski ensea al joven hmong el juego del lenguaje del ame-
ricano (incluso ensea el comportamiento lingstico del hombre america-
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Gmez, Pedro A. - Conde De Boeck, Agustn - Daneri, Ana - Giori, Pablo - Mena, Mximo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
vez de la alteridad. Los tpicos del western se repliegan sobre s mismos para
producir una nueva mirada sobre la violencia: un reverso de la conciencia
socio-histrica de una comunidad, reverso que se manifiesta como snto-
ma, destitucin y restauracin de lo simblico a travs de la fetichizacin
de ciertos objetos; el auto, las herramientas, no en cuanto mercanca.
La mirada crtica sobre la guerra no slo se representa mediante el dis-
curso de Kowalski acerca de la bancarrota de la heroicidad blica, sino tam-
bin a travs de la interiorizacin de lo externo: Kowalski se enfrenta de nue-
vo con los orientales, vueltos a ver (y a vivir) en los hmong, ya no el extico
enemigo sino esos vecinos igualmente exticos pero ahora inmediatos. Ya
no se trata de repelerlos sino de abrigarlos con un manto de violencia, pero
una violencia sacrificial que aspira a cortar el espiral de violencia. William Ja-
mes sostena que la violencia norteamericana es consecuencia del espritu
pragmtico del pueblo norteamericano, consecuencia del intento de dar
respuestas inmediatas a los obstculos que sufren las naciones. Puede que
Gran Torino pretenda mostrar que la violencia es el gran obstculo.
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VIOLENCIA Y CRUELDAD EN
A HISTORY OF VIOLENCE
Filiacin Institucional:
Grupo de Estudios 5 Fac. de Filosofa y Letras. Univ. Nac. de Tucumn
Pedro Arturo Gmez (Coord. Docente); Agustn Conde De Boeck, Ana Daneri, Pa-
blo Giori. Mximo Mena (Estudiantes)
1. Exteriores e interiores
El cine de David Cronemberg suele ser un cine de metamorfosis e invasiones.
Transformaciones que son ms bien desdoblamientos, mutaciones que convier-
ten al cuerpo en una casa tomada, un territorio invadido por un Otro que no es
sino el uno mismo convertido en una salvaje otredad, un habitante monstruoso
agazapado en el rincn ms oscuro de la morada que de pronto se convierte en
un agente extrao que toma el mando. En A History of Violence el cuerpo invadi-
do es el ncleo de la sociedad y el mito norteamericano elemental: la familia y el
gran sueo americano. El invasor no es un agresor externo, sino el fantasma que
larva el interior del american way of life: la violencia, algo que no viene del afuera
sino que emerge del adentro.
En este film el hroe se esfuerza por parecer un hombre de paz: su pa-
cifismo es demasiado esforzado para no ser algo elaborado. Cuando se con-
vierte en hroe lo es no porque la violencia exterior lo haya contaminado,
sino porque despierta en el monstruo reprimido. Ese exterior de idlica paz,
de postal del sueo americano, siempre es la fachada detrs de la cual rep-
ta el espectro de la violencia, como queda claro desde la primera secuencia
del film: un exterior plcido y luminoso, un interior regado de sangre donde
el coronamiento de la sangre derramada sobreviene con el asesinato de una
nia. En la secuencia inmediata posterior, otra nia, en la calma de su habita-
cin en el interior de la paz domstica se despierta gritando de una pesadi-
lla. El padre lo calma asegurndole que no existen los monstruos.
Pero el film se encarga muy pronto de demostrarnos que no creer en
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Gmez, Pedro A. - Conde De Boeck, Agustn - Daneri, Ana - Giori, Pablo - Mena, Mximo
los problemas pegndole a la gente (dice Tom) No, en sta familia les dispara-
mos! (contesta Jack), y finalmente Tom le pega un cachetazo a su hijo.
Cronenberg parece querer advertirnos que la verdad sobre la identidad de
la sociedad norteamericana es la envoltura que la recubre y lo que esa envoltura
oculta: la verdad de un asesino y no cualquier asesino ni cualquier violencia, sino
un asesino a sueldo, alguien que hace de la muerte un valor de cambio, y una vio-
lencia que es la estrategia de una forma institucional del mal: la mafia, otro orden
familiar, ncleo patolgico del sistema capitalista. Un panorama que se ve refleja-
do en la figura del hijo que representa la herencia de la violencia reprimida, pero
como pulsin hecha presente que sigue actuando bajo las apariencias: las armas
terminan transfirindose al hijo.
Cronemberg recurre a la iconografa y esquemas del western (el pueblo, la
cantina, el tiroteo en la cantina), pero pervirtindolos mediante una puesta en es-
cena de la violencia que la empuja hacia la crueldad. Podra decirse que Una histo-
ria de violencia es una versin ms oscura y corrosiva de Shane (George Stevens,
1953) y El jinete plido (Clint Eastwood, 1985) que a su vez es una remake no de-
clarada de Shane: un hombre pacfico con un pasado oculto de pistolero. Cron-
emberg hace ms evidente la fractura esquizofrnica, apuntando hacia esa grieta
por la que asoma lo siniestro en la duplicidad del hroe.
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Gmez, Pedro A. - Conde De Boeck, Agustn - Daneri, Ana - Giori, Pablo - Mena, Mximo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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TRATA DE PERSONAS Con FINES
DE EXPLOTACION SEXUAL:
VICTIMAS INVISIBLES Y SILENCIADAS.
EL ROL DEL ESTADO Y DE LA SOCIEDAD CIVIL
Filiacin Institucional:
Abogada. Escribana. Maestranda en Relaciones Internacionales. Univ. Nac. de
Sgo. del Estero.
Resumen: El trfico de personas con fines de explotacin sexual constituye a nivel mundial el ter-
cer delito ms redituable, luego del trfico de drogas y de armas. Representa un flagelo para miles
de mujeres, nios, nias y adolescentes sometidos a una realidad econmica que constituye el cal-
do de cultivo para las redes delictivas que hacen de esta forma de esclavitud, una fuente de ingre-
sos donde los riesgos y las prdidas son mnimos, y en donde el respeto por el cuerpo y la digni-
dad humanos, es inexistente.
La Violencia fsica y psicolgica ejercida sobre las vctimas genera daos irreparables. La impuni-
dad de sus verdugos resulta inadmisible. Frente a ello, el rol del Estado y de la Sociedad Civil ad-
quiere gran protagonismo, en la medida en que la concientizacin ciudadana y el mayor compro-
miso de las instituciones estatales, condenen no slo la oferta sino tambin la demanda de la es-
clavitud sexual.
Palabras Clave: esclavitud sexual, violencia fsica y psicolgica, abuso de poder, concientizacin
ciudadana, polticas de estado eficientes.
Introduccin
Aunque nos cueste entender, sociedades tan civilizadas del mundo an-
tiguo como la ateniense o la romana, a pesar de su esplendida vida en de-
mocracia, entendan como natural que una parte significativa de la pobla-
cin estuviera compuesta por esclavos.
En nuestra sociedad, la existencia de esclavos es inaceptable. La injusticia
social, an dentro de la legalidad imperante, nos indigna, sobre todo cuan-
do dicha injusticia supera lo imaginable; cuando sabemos que hoy mismo
existen personas sujetas a esclavitud, cautivas por la trata de personas.
La Violencia contra las mujeres adquiere una multiplicidad de formas y
expresiones: golpes, malos tratos, violaciones, muertes por abortos clan-
destinos, secuestro por redes de prostitucin, etc.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
como un deli-
cosas de los negocios de un lugar a otro. Si bien, trata y trfico no son lo mismo, coadyuvan entre s)
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Gmez Castaeda, Eugenia Cecilia
Explica incluso que hay proxenetas que trabajan con mtodos simila-
res a los de la venta en consignacin (La consignacin es una entrega en depsito, y las relaciones
que se establecen entre el consignador y el consignatario corresponden a las que en derecho mercantil se estudian como de-
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bra derivada del latn que significa alcahuetear a una mujer, en conexin con la expresin rufus es decir pelirrojo, o ca-
bellos rojos, por cuanto las prostitutas romanas usaban pelucas rojas y rubias).
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Gmez Castaeda, Eugenia Cecilia
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Gmez Castaeda, Eugenia Cecilia
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Encuentro-s
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: El escrito dara cuenta de una nueva disciplina en la medicina llamada cuidados palia-
tivos, los objetivos que estos proponen, los cambios que se introducen en la figura del medico, los
posibles intervenciones de un profesional psi y la viabilidad existente de que los padres realicen
el trabajo de duelo luego de haber perdido un hijo. Encuentro-s intenta mostrar formas de encon-
trarse con la subjetividad.
Palabras claves: medicina, cuidados paliativos, muerte, perdida, duelo.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Gramajo, Laura Liliana
sente, ya que de todas las prdidas esta es la nica que no tiene nombre.
Solo hay vaco.
Los ritos parecieran no alcanzar para que los paps puedan decir acer-
ca de su dolor, dada al magnitud de la perdida.
Y la palabra cada, desfallecida, da lugar al cuerpo, siervo de esta im-
posibilidad de tramitacin de la prdida, habla mediante las fobias, las fal-
tas de aire, etc.
La manifestacin de querer irse con el muerto siempre presente: es-
prame!! quiero irme contigo! Grito y entonces l enciende la luz y tra-
ta de recogerme en sus brazos Relata Isabel Allende en su libro: Pau-
la, dedicado a su hija que muere de porfiria.
El duelo es de los padres sin nombre.
El modelo de atencin propuesto por los cuidados paliativos estable-
ce estrategias e intervenciones de manera tal que el duelo cumpla su fun-
cin subjetivante: lograr establecer un nuevo modo de relacin con aque-
llo que se ha perdido. Lugar donde los padres, tiempos lgicos mediante,
puedan poner un coto a esta sensacin de querer irse con el hijo. A pro-
psito escribe una mam: La muerte no es algo malo, peor es una vida
miserable sin ser capaz de jugarse por nada, por algo que realmente im-
porte que sea verdadero. Dispositivos que posibilitan que el trabajo
de duelo sea posible.
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NO SONRaS: EL SUPERYO TE AMA
Grande, Alfredo
Filiacin Institucional:
ATICO Cooperativa de Trabajo en Salud Mental (Buenos Aires)
Resumen: La culpa, la violencia y el poder corren por autopistas. Tan rpido pasan, que es casi im-
posible semantizarlas de otra forma. Pero intentemos: necesidad de castigo, o sea: el castigo mas
ac del deseo. El pasaje de pegar a un nio a triturar un pueblo. Porque te quiero te invado, te hago
golpes de estado, te bombardeo, te contamino los suelos, te destrozo hospitales. Pero te quiero. Vio-
lencia que ha dejado de ser partera de la historia. En los laboratorios polticos de las masas artificia-
les, ha clonado en pura crueldad, que es la abortera de todas las historias. No es lo mismo resistir el
deseo que resistir al represor. Sin embargo, el atribulado sujeto que deambula en el nomadismo de
la in-significancia, est mas enojado consigo mismo (a este enojo se lo conoce como depresin) que
con los responsables directos de su situacin. En las pocas del retiro efectivo y afectivo de ciertas
categoras, ni siquiera visibiliza a quien lo somete y lo aniquila. La dilucin del complejo de Edipo,
logra que la guardia imperial que Freud describiera para maniatar al Yo, devenga annima. Y sobre
todo, al mimetizarse con el Yo, ostente una cualidad que lo hace invencible: es sangre de su sangre
y carne de su carne. De la misma forma que las corporaciones multinacionales se comieron a los
estados nacionales, la maquinaria superyoica multi pulsional se come al Yo. Capturada por la ma-
quinaria superyoica, la violencia se transforma en crueldad, al dislocarla de su par complementario,
el amor. Adems, transforma lo contrario y vuelve contra el propio sujeto, logrando la mxima aspi-
racin del poder absoluto: someterse por amor y no por terror. Las trampas superyoicas de la com-
pletud y de la falta, necesitan ser desarmadas desde una lgica de la saciedad y la plenitud.
Una nueva instancia debe ser conceptualizada: el Ideal del Superyo.
Palabras claves: Ideal del Superyo. Crueldad. Maquinaria Superyoica. Saciedad. Plenitud.
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Grande, Alfredo
de, parafraseando a Rosa Luxemburgo, puedo decir que las ideas de los
dems prolongan las mas hasta el infinito.
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Grande, Alfredo
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Lei para que e para quem:
sobre a violncia das crianas
O que elas fazem com o que fizeram
com elas?
Filiacin Institucional:
Guedes Moreira, Ana Cleide: Psicanalista. Dr em Psicologia PUC-SP.Coorde-
nadora do Programa de Ps-Graduao em Psicologia da Universidade Federal do
Par; Diretora do Laboratrio de Psicanlise e Psicopatologia Fundamental. Mem-
bro da Associao Universitria de Pesquisa em Psicopatologia Fundamental. Bol-
sista da PROCAD-CAPES. Pesquisadora Associada do LIPIS/PUC-Rio.
De Vilhena, Junia: Psicanalista. Professora do Dept. de Psicologia da PUC-Rio.
Coordenadora do Laboratrio Interdisciplinar de Pesquisa e Interveno Social
LIPIS da PUC-Rio. Bolsista da CAPES. Membro da Associao Universitria de
Pesquisa em Psicopatologia Fundamental. Pesquisadora correspondente do Cen-
tre de Recherches Psychanalyse et Mdecine- CRPM-Pandora.Universit Denis-
Diderot Paris 7
De Almeida Cruz, Alexandre Theo : Mestre em Psicologia (UFPA). Psiclogo
do Ministrio Pblico do Par. Professor de Psicologia Juridica e Diretor do Cen-
tro de Cincias Biolgicas e da Sade da Universidade da Amaznia (UNAMA)
Pesquisador Associado do LIPIS/PUC-Rio.
De Vilhena Novaes, Joana: Psicanalista. Ps-Doutora em Psicologia Social
(UERJ). Doutora em Psicologia Clnica (PUC-Rio).Pesquisadora da UERJ. Coor-
denadora do Ncleo de Doenas da Beleza do Laboratrio Interdisciplinar de Pes-
quisa e Interveno Social, LIPIS da PUC-Rio. Pesquisadora correspondente do
Centre de Recherches Psychanalyse et Mdecine - CRPM-Pandora. Universit De-
nis-Diderot, Paris VII.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
ver nos sinais das ruas ao trancarmos as escuras janelas de nossos auto-
mveis? Delinqentes, traficantes e marginais , quem so estes jovens
assim nomeados, que tanto medo nos causam e que, freqentemente, fe-
chamos os olhos, quando no justificamos suas mortes to violentas?
Neste trabalho buscamos discutir a dinmica da agressividade e da
violncia, posto que fazemos uma distino entre ambas e, o papel que a
cultura brasileira desempenha no tocante nossa juventude. Para tal, re-
corremos, inicialmente a Freud e suas postulaes sobre a violncia e a
agressividade, em suas origens pulsionais, psquicas, mas tambm supe-
regicas, ou seja, histricas e culturais. Da poltica, a trama dos concei-
tos de violncia e poder de Estado, brevemente revisitada, para situar
o conceito freudiano de pulso de morte no pensamento ocidental so-
bre o mal-estar na cultura.
Em meados do sculo passado Einstein escreveu a Freud, pedindo-
lhe que se pronunciasse a respeito da atitude agressiva do homem. Freud
respondeu-lhe com o artigo Por que a guerra fazendo a seguinte refern-
cia questo da violncia: [...] pois um princpio geral que os conflitos de
interesses entre os homens so resolvidos pelo uso da violncia. isto que
se passa em todo o reino animal, do qual o homem no tem motivos para se
excluir (1932:198).
No decorrer de sua carta, Freud apresenta as razes porque afirma
que os conflitos de interesses, em geral, so resolvidos pelo uso da vio-
lncia. Relembrando Totem e Tabu (1913), Freud assinala que inicialmen-
te um indivduo dominava o grupo pela fora muscular, depois por instru-
mentos. Mesmo com a superioridade intelectual o objetivo final de toda
a luta era que o adversrio fosse subjugado ou destrudo. Com o trans-
curso da histria, o uso do poder pelo indivduo mais forte pde ser feito
atravs das leis, no sem atravessar a violncia da horda primitiva contra
o pai o Urvater cuja conseqncia instalar a interdio nas pulses
sexuais e de morte, marcando o sujeito com a proibio do incesto e do
parricdio, assim gerando, conseqentemente, a cultura e a civilizao. A
unio de grupos de pessoas podia garantir a manuteno de uma comu-
nidade, mas mesmo assim, a violncia sempre seria o pano de fundo des-
ta manuteno (cf. FREUD, 1933).
A contradio bsica que Freud apresenta e que justifica o mal-estar na
civilizao que o princpio do prazer domina o funcionamento do apare-
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Guedes Moreira, Ana C. - De Vilhena, Junia - De Almeida Cruz, Alexandre T. - De Vilhena Novaes, Joana
lho psquico desde o incio de sua construo de modo eficaz, mesmo es-
tando em desacordo com a cultura e, por essa razo, permanentemente
sendo contido pelos efeitos da represso. Entre a busca do prazer e a re-
presso, eis como se constitui sujeito o pequeno beb humano. Ou dito
de outra forma, como se sujeita, no sentido etimolgico do termo.
Se a violncia sempre esteve presente na histria das civilizaes ne-
cessrio distinguir o que nela especfico da contemporaneidade e, mais
precisamente, na sociedade brasileira. Qual o papel da cultura em seu in-
terjogo com a dinmica pulsional, se cremos, com Freud, que a civilizao
deve envidar esforos supremos a fim de estabelecer limites para os ins-
tintos agressivos do homem (1930: 117).
Ningum melhor do que Freud(1913,1915,1927,1930,1932) descre-
veu o que seria uma sociedade sem leis, sem pactos e sem renncias: p-
nico, terror, mortes e destruies. Se a lei tem de ser dura e temida para
ser respeitada, para ser incorporada simbolicamente, esta tem que es-
tar submetida primeiro ao amor e justia. Nenhuma tirania capaz de
anular completamente o desejo, mas nesse lugar onde o horror ocupa o
lugar da Lei difcil falar de cidadania.
Vemos assim, que a lei a fora de uma comunidade. Ainda violncia,
pronta a se voltar contra qualquer indivduo que se lhe oponha; funciona pe-
los mesmos mtodos e persegue os mesmos objetivos. A nica diferena real
reside no fato de que aquilo que prevalece no mais a violncia de um indi-
vduo mas a violncia de uma comunidade... (Freud,1932 pg.247)
Neste momento, a violncia posta servio da preservao da co-
munidade e da vida cultural e no do desejo instintivo de matar ou fazer
sofrer o semelhante.
No reino da pura fora o que talvez possa ser apreendido como um
lao social o medo da morte, a pura luta para sobreviver - no viver,
pois existe uma diferena fundamental. Viver diz respeito ao desejo en-
quanto que sobreviver restringe-se necessidade. Daquele que apenas
sobrevive s podemos dizer como Hanna Arendt (1973, 1991) que le
muito triste, pois os homens embora devam morrer, no nascem para
morrer mas para comear.
O argumento que faz da agressividade instintiva, do componente ani-
mal no homem, a causa da violncia baseia-se numa redundncia do tipo
o homem comporta-se como um animal porque um animal. Como
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
bem diz Hanna Arendt (1973) para saber que o povo lutar por sua ptria
no precisamos descobrir instintos de territorialismo nas formigas, peixes e
macacos; para aprender que a superpopulao resulta em irritao e agres-
sividade, no temos que fazer experincias com ratos. Basta passar um dia
nos cortios das grandes cidades... (pg.139).
O argumento biolgico sobre a natureza da violncia inconsistente
porque baseia-se na questionvel premissa de que a violncia produto
da conduta humana movida pelo instinto e no pela razo - da o lugar-
comum de que a violncia irracional ou emocional. Mas como en-
to justificar a violncia premeditada? Nestes casos no s impossvel
creditar a violncia ao excesso de emotividade como impossvel dis-
soci-la da razo. O ato calculado de violncia no dispensa a razo - ao
contrrio, solicita-a.
A irracionalidade do comportamento violento deve-se ao fato de que
a razo desconhece os mveis verdadeiros de suas intenes e finalida-
des. Ela irracional quando e porque se dirige a objetos substitutivos, na
acepo psicanaltica. Ao contrrio do animal que no deseja - necessi-
ta, a violncia humana porta a marca de um desejo.
porque o sujeito violentado (ou o observador externo) percebe no
sujeito violentador o desejo de destruio (desejo de morte, de fazer so-
frer) que a ao agressiva ganha o significado de ao violenta. No existe
violncia sem desejo de destruio. A violncia definida como agressivida-
de e equiparada a um impulso instintivo termina por ser trivializada.
Esta banalizao da violncia , talvez, um dos aliados mais fortes de
sua perpetuao A resignao de que somos instintivamente violentos
faz com que o homem se curve a uma inexorabilidade igual da morte.
Faz dela seu destino biolgico ou o princpio e o fim de seu destino ps-
quico, social ou cultural.
Maquiavel j nos apontava o terror desta situao: onde no se cria
um novo territrio para a existncia humana, onde o homem comum no
mais se reconhece e se v reconhecido em sua cidadania, a grande maio-
ria continua a conviver e a agir normalmente demonstrando pelo siln-
cio, pelo medo, pela violncia ou pelo cinismo a incapacidade da tica em
evitar a irrupo da barbrie.
Em 1651 Thomas Hobbes, um dos pais da concepo moderna de Es-
tado, escreveu, no Leviat Covenants without the sword are but words. Ou
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Guedes Moreira, Ana C. - De Vilhena, Junia - De Almeida Cruz, Alexandre T. - De Vilhena Novaes, Joana
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Guedes Moreira, Ana C. - De Vilhena, Junia - De Almeida Cruz, Alexandre T. - De Vilhena Novaes, Joana
Referncia:
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Benjamin,W. (1978) "Critique of Violence", em Dmetz,P. WALTER BENJAMIN REFLEC-
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Freud,S. (1913) "Totem e Tabu", Editora Standard das Obras Psicolgicas Completas. Rio
de Janeiro, Imago. 1980. Vol. XIII
Freud,S. (1927"Reflexes para os tempos de guerra e morte" vol.XIV, Editora Standard das
Obras Psicolgicas Completas. Rio de Janeiro, Imago. 1980.
Freud,S. "O Futuro de uma Iluso"; (1930) Editora Standard das Obras Psicolgicas Com-
pletas. Rio de Janeiro, Imago. 1980. Vol.XXI .
Freud,S. "O Mal-Estar na Civilizao"(1930) Editora Standard das Obras Psicolgicas Com-
pletas. Rio de Janeiro, Imago. 1980. vol.XXI.
Freud,S. "Por que a guerra?" (1932) Editora Standard das Obras Psicolgicas Completas.
Rio de Janeiro, Imago. 1980. vol.XXI.
/Machiavelle,N. (1950) THE PRINCE AND THE DISCOURSES. N.Y. Random House.
Pinheiro,P.S.(1992) Estado e Terror. TICA. SP. Cia das Letras
Poulantzas,N.(1981) O ESTADO, O PODER, O SOCIALISMO. RJ. Ed. Paz e Terra
Weber, M. (2008) A tica protestante e o esprito do capitalismo. So Paulo. Cia. Das Le-
tras.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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La pasin del odio y su relacin al ser
Filiacin Institucional:
Licdas. en Psicologa.
Docentes e investigadoras de la Univ. Nac. de San Luis.
Proyecto de Investigacin N 22-H-507 El extravo del acto: actos violentos en la
cultura actual. Univ. Nac. de San Luis.
I. Introduccin
Ya sea en el mbito de la clnica como en la lectura de la realidad, se
pone en escena la agresividad, la agresin, la violencia. La experiencia cl-
nica nos genera preguntas que renuevan, actualizan una temtica que
lejos de agotarse en la conceptualizacin de la agresividad, nos desafan a
una prctica clnica atenta a los trazos de la poca.
Estos temas no han permanecido ajenos al Psicoanlisis; Freud se pre-
ocup por ellos, y realiz diversas elaboraciones, considerando que mien-
tras la agresin sin lmites fue propia de las pocas, la agresividad se en-
cuentra en el ser humano como trasfondo de todas las relaciones que es-
tablece hasta en aquellas insospechadas de amor o de ternura.
En trminos de lo que en ese momento llam inclinacin agresiva, pudo
afirmar que en la relacin con el otro ser humano, ste constituya una
tentacin para satisfacer en l la agresin, explotar su fuerza de trabajo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
368
Guiaz, Laura Amelia - Cuello, Mnica Emilia
Las pasiones del ser, amor odio e ignorancia, pueden ser inscriptas en
el nudo borromeo. As se puede ubicar el amor en la unin entre lo sim-
blico y lo imaginario, el odio en la unin de lo imaginario y lo Real y fi-
nalmente entre lo Real y lo simblico la ignorancia.
Lacan al comienzo de su enseanza nos ensea a distinguir, diferenciar
el amor como don activo de la pasin del amor. En el primero donde amar
es amar a un ser ms all de lo que parece ser (LACAN J. Seminario 1 Los escritos Tcnicos de
Freud. Cap 22. Paidos, Bs. As. 1981), el amor apunta al ser, ms all del cautiverio imagina-
rio, al ser del sujeto en su singularidad. Amar ms all de lo que parece ser,
que Zulema Lagrotta nos invita a pensar ms all del semblante- de- ser. Es
por ello que puede aceptar sus debilidades, sus errores, sus fallas. El amor
cuando se realiza simblicamente en la palabra- se dirige hacia el ser del otro
(Op. cit.). El amor entendido de ste modo se inscribe en un plano simblico.
Mientras que, sin la palabra, en tanto ella afirma el ser, slo hay Verlie-
btheit, fascinacin imaginaria.
Cuando es una pasin el amor de quien desea ser amado, constituye
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Guiaz, Laura Amelia - Cuello, Mnica Emilia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
sible. Desde ella, los partenaires se hallan ubicados en una posicin ima-
ginaria de la castracin, eludiendo la angustia en dicho goce narcsico.
En sta relacin donde la agresividad es constante, la irrupcin imprevisi-
ble de un tercero, como punta de lo Real, provoca en Guido perplejidad, de-
sazn. Lo simblico se demuestra impotente ante lo Real. Se rompe lo que
pareca ser y en lugar del amor por su mujer se instala un odio feroz.
Este odio, pasin, tensin agresivizante que impera y rige el ser de ste
hombre en su totalidad, deja lo simblico por fuera, y es lo que permite
con irrevocable exigencia violentar con cada interrogatorio. Nos da pis-
tas para pensar cmo las preguntas inquisidoras, insidiosas, recurrentes
para saber detalles de la infidelidad en ste caso apuntan a querer arran-
carle al Otro su esencia. Aquel que odia cree en el Ser del Otro, le atri-
buye algo que a l le falta, de all que perforar a preguntas, atravesar la
piel a insultos o querer hacer el amor vehemente e insistentemente, con
un apetito apremiante es un modo de apoderarse del Otro, de despren-
der de l, la esencia del Ser que le supone (El odio al dirigirse al ser y por lo tanto a la ex -sis-
tencia, intenta desprender de ste la esencia que supuso al ser. LACAN, J. en Seminario 20, Aun).
Bibliografa
Freud, S.: Algunos mecanismos neurticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad,
(1922 [1921]), T. XVIII, Bs. As. Amorrortu, 997 (7 reimpresin).
Freud, S.: El malestar en la cultura (1930 [1929]) T. XXI, Bs. As.: Amorrortu, 1997.
Freud, S.: Introduccin al narcisismo (1914), T. XIV. Bs. As. Amorrortu, 1979
Freud, S.: Las pulsiones y sus destinos (1915), T. XIV Bs. As. Amorrortu. 1997.
Freud, S.: Ms all del principio del placer (1920) T. XVIII, Bs. As. Amorrortu, 1997.
Lacan J.: La agresividad en Psicoanlisis, Escritos 1, Editorial Siglo XXI, Bs. As., 1988.
Lacan J.: El estadio del espejo como formador de la funcin del yo[je] tal como se nos re-
vela en la experiencia psicoanaltica, Escritos 1, Bs. As. Siglo XXI, 1988.
Lacan J.: Seminario 1, Los Escritos Tcnicos de Freud. Bs. As.: Paids, 981.
Lacan J.: Seminario 10, La Angustia. Versin Indita- Traduccin EFBA
Lacan J.: Seminario 7, La Etica del Psicoanlisis, Editorial Paidos., Bs. As., 1988
Lacan J.: Seminario 20, Aun, Bs. As.: Paidos, 998
Lacan J.: Seminario 23. RSI. Versin Indita
Lagrotta, Z.: Ser-Odiante, sujeto de la pasin. Revista Actualidad Psicolgica. Bs As. 1997
Lagrotta, Z.: Qu entender por lo Real del amor? Revista Redtrica Versiones sobre el
amor. Mayutica Institucin Psicoanaltica, Bs. As., 2005.
Lagrotta, Z; Feinsilber. Finales de Anlisis. Letra Viva; Bs. As. 2008.
Lagrotta, Z.: Lo Real en los fundamentos del Psicoanlisis. Letra Viva, Bs. As., 2009. Versin Indita.
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ADOLESCENCIA: CAUTIVADA POR EL
FENOMENO DE INTERNET
El porqu y los efectos que ocasiona este medio masivo de
comunicacin
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Abstract: El inters por el estudio de este tema, surgi de la prctica analtica y de la observacin
constante de adolescentes cautivados por el fenmeno de Internet. Frecuentemente advertimos las
largas horas consumidas frente a la pantalla, produciendo una fractura del lazo social, el incremen-
to de la angustia, el alejamiento de la realidad, la escisin con el entorno familiar y con amistades,
para inmiscuirse en un mundo fantasmtico y maravilloso que es el universo virtual, ese universo de
perfeccin inexistente. Esta cotidianidad que caracteriza la prctica adolescente, genera en el espa-
cio clnico una serie de interrogantes: Ser la adolescencia la etapa en donde ms fervientemente
se trata de no perder a ese otro idealizado, que se avizora endeble a la hora de deslizarse a la adul-
tez? Internet brinda la imagen artificial de la identidad deseada? La adolescencia es una de las
etapas ms vulnerables a la adiccin al ciber espacio?
Las caractersticas de la adolescencia, como el encuentro del objeto genital exogmico, la recom-
posicin de los vnculos sociales, la resignificacin retroactiva, la confrontacin generacional, llevan
a considerar este perodo uno de los ms conflictivos, vulnerables y contradictorios, donde se debe
tramitar la elaboracin de intensas angustias de despersonalizacin. Necesita el joven transitar por
los duelos narcisistas, y este momento trgico da pie a la ilusin de encontrar en Internet un calman-
te a tanta pena, ser todo lo que en la realidad no se puede, liberarse de inhibiciones y comprar una
personalidad ficticia, a cambio del derroche de tantas horas concedidas a la virtualidad.
Internet y adolescencia
Sabemos que Internet es definido como: un conjunto descentraliza-
do de redes de comunicacin interconectadas (es.wikipedia.org/wiki/Internet), no me
detendr en explicar detenidamente porque ya todos lo sabemos, solo
me centrar en los jvenes y su relacin con este fenmeno. Aun as no
puedo dejar de acotar que tiene efectos positivos, pero de lo que aqu se
trata es del reverso.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Marta Gerz Ambertn dice Deudas y culpas que emanan de las pa-
radojas intrnsecas de la ley de los nombres del padre, los sacrificios no
son sino el empeo de restituir esa ley, darle la consistencia de que ca-
rece. Intento de restaurar la inconsistencia del otro que tanto malestar y
sufrimiento ocasiona (Entre deudas y culpas: sacrificios. Bs. As.: Letra Viva. 2005).
Pensando en su hiptesis surgi la primera pregunta Ser este mo-
mento, el de la adolescencia, la etapa en donde ms fervientemente se
trata de restaurar (o de no perder) a ese otro que se avizora inconsisten-
te, a la hora de deslizarse a la adultez? Tratando de evitar el malestar y
el sufrimiento por esos ideales perdidos? la respuesta es positiva, por eso
el adolescente siente tanta angustia y dolor, al ver desmoronarse la ima-
gen de los padres perfectos, es ah donde cobra protagonismo Internet,
lo vuelve un ser que se sacrifica en la red para obtener una realidad men-
tida, pasa a convertirlo en un cordero ms del capitalismo.
En esta etapa el penar por el que transita el adolescente en su paso
de la infancia a la adultez, se da entre luchas internas y constantes de un
proceso psicolgico en donde cuesta dejar la primera infancia, renunciar
a los deseos arcaicos, a los padres heroicos que brindaron su ms gran-
de inspiracin, su proteccin y su fuente al narcisismo, que le concedan
la idea de ser todo poderoso. Esos padres ideales, sin mculas, perfec-
tos, comienzan a caer del pedestal en donde estaban. Los cambios de de-
seos arcaicos, deseos incestuosos, puestos en sus padres son transporta-
dos hacia objetos de deseo exgenos, fuera del crculo familiar. Siguien-
do a Kaplan, en este momento se presentan conductas dirigidas a debili-
tar el apasionado apego del nio hacia sus padres consiste en transfe-
374
Gutierrez Urbani, Silvia Alejandra
Sostiene Silvia Bleichmar (La subjetividad en riesgo. Bs. As.: Topa. 2005) que los mode-
los identificatorios de la sexualidad circulan, ya no alrededor de las figu-
ras del entorno inmediato sino de personajes virtuales devenidos familia-
res, que se vuelven parte del entretejido cotidiano. Y en ese querer so-
lucionar los conflictos intersubjetivos, la virtualidad ofrecida por Internet
se vuelve importante, porque constituyen un modo de ensayo virtual en
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Gutierrez Urbani, Silvia Alejandra
tres clases, poderosas distracciones que nos hagan valuar un poco nues-
tra miseria, satisfacciones sustitutivas, que las reduzcan y sustancias em-
briagadoras que nos vuelvan insensibles a ella (FREUD, Sigmund. (1929) El malestar en la
cultura. Bs. As.: Amorrortu. 1979, p. 75)..
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La historia de la destruccin natural
Hartmann, Alicia
Filiacin Institucional:
Dra. en Psicologa. Docente de la Maestra en Psicoanlisis (UBA)
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Hartmann, Alicia
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Hartmann, Alicia
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JUVENTUD DIVINO TESORO
Hazaki, Csar
Filiacin Institucional:
Coordinador Institucional y Editor de Revista Topa
Resumen: Este artculo pone su atencin en el mundo juvenil, en especial en la moda del tatuaje
y sus mltiples significaciones en la genealoga de los rituales de pasaje. Vincula las marcas en el
cuerpo de los prisioneros con el cmo las grandes empresas fueron llevando, a travs marketing,
la publicidad hacia el cuerpo de los ciudadanos y cmo ste proceso influye en los jvenes.
Palabras clave: adolescencia- tatuaje- cuerpo-
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De la Yakuza y al Lager
La humanidad sali de la Segunda Guerra Mundial horrorizada por los
efectos de la bomba nuclear y los Lager. En los campos de concentracin
nazis un nmero marcado a fuego, en la mueca del prisionero, borraba
de cuajo la identidad personal. Un siniestro tatuaje que expresaba la pr-
dida de la condicin humana.
Hay otros antecedentes, por ejemplo, en Roma los esclavos eran mar-
cados en la sien y los legionarios grababan en su mano su pertenencia al
ejrcito. En Japn, en 1720, el gobierno orden tatuar a los prisioneros
en el brazo. Al recobrar la libertad el detenido, el visible grabado lograba
atemorizar y espantar a las personas. El rechazo social era una nueva con-
dena para quien haba sido liberado. El cuerpo anunciaba lo peligroso del
marcado. Este proceso dio origen a la unin de los excluidos y tatuados
convirtindose en uno de los paradigmas de la Yakuza, la mafia japonesa.
Hoy da, los que pertenecen a sus filas, graban sus espaldas con grandes
dragones y coloridos peces. Como se trata de un ritual de pertenencia.
386
Hazaki, Csar
occidental brinda. Una posible respuesta a los vacos de sentido que pro-
mueve el capitalismo: desinters por la poltica, por la solidaridad, apolo-
ga del consumo, etc. No se nos escapa que el sentido metafsico no ter-
mina de resolver las comprensiones que los jvenes necesitan para reali-
zar una adaptacin crtica en la sociedad en que viven. Claro que no toda
aparente expresin de rebelda lo es, lo demuestra una observacin de
Marilu Pelento: la joven que me atendi () hizo un movimiento que
me permiti observar que tena en su espalda un pequeo tatuaje () se
trataba de un cdigo de barras, como el que se adosa a las mercaderas...
(Pelento, Maril, Los tatuajes como marcas, en Revista de Psicoanlisis, Tomo LVI, N 2, Bs. As.).
Imposible es nothing
Pretendemos ahora relacionar el proceso de concentracin monop-
lico y el surgimiento de los tatuajes en los jvenes. El marketing fue la he-
rramienta tcnica que usaron las empresas para cambiar la comercializa-
cin de bienes en el mundo. Las grandes marcas pasaron a ser el imagina-
387
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Tatuajes
El cuerpo contemporneo, entonces, est atravesado por los logos em-
presarios, las transformaciones corporales (lifting, cirugas plsticas, pier-
cing, cambios de sexos, etc.) y la moda juvenil, que ha decidido ponerle a
la carne distintas seales de identidad. Es interesante observar que el fe-
nmeno juvenil es unisex y que ya no hay en los cuerpos un solo tatuaje,
por el contrario se presentan de a tres o cuatro en distintas zonas. Hay
algunos que son para la esfera pblica (cuello, tobillo, hombro) y otros,
cercanos a la zona genital, que sus portadores muestran slo en la inti-
midad de un lecho. La mayora de ellos dan cuenta de un momento de
388
Hazaki, Csar
389
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
390
POLTICAS DE IDENTIDAD Y
PROCESO DE SUBJETIVACIN.
La paternidad huida
Filiacin Institucional:
Profesora en Ciencias de la Educacin (Univ. Catlica de Sgo. del Estero). Espe-
cialista en Gestin de la Educacin Superior (Univ. Nac. de Sgo. del Estero) y cur-
sante del Doctorado en Psicologa (Univ. Nac. de Tucumn). Docente Asociada en
la ctedra de Psicologa Educacional y de Psicopedagoga Institucional en la Li-
cenciatura en Psicopedagoga de la Univ. Catlica de Sgo. del Estero. Asesora Pe-
daggica en la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la
Univ. Nac. de Sgo. del Estero.
Abstract: En el campo confuso del malestar cultural se hace un recorte, intentamos despejar y dejar
algunos mojones referidos a las polticas de identidad, como eje que lo atraviesa. Se analiza la ten-
sin intergeneracional en la que creemos ver una paternidad debilitada y la escuela como ltimo ba-
luarte. Para ello se usa el concepto de representacin, de discurso, como conjunto diverso de repre-
sentaciones que forjan identidades; como construccin de la realidad y en ese sentido como objeto
de anlisis cultural; como juegos de verdad y por tanto como estrategias de poder.
Palabras claves: Produccin subjetiva /identidad/ discurso/ representacin.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Hernndez De Snchez, Elsa Josefina
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Hernndez De Snchez, Elsa Josefina
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
hace muchos, muchos aos, en esta desierta y vaca ciudad de Hameln, don-
de, por ms que busquis, nunca encontraris ni un ratn ni un nio.
Bibliografa
- Arendt, H. (1996) Entre el pasado y el futuro: ocho ejercicios sobre la reflexin poltica-
Editorial Pennsula.
- Barthes, R. ([1991]2003) El placer del texto - Leccin inaugural Siglo XXI Editores 6ta.
Edic.
- Bourdieu, Pierre (l997) Capital Cultural, Escuela y Espacio Social - Edit. Siglo XXI
- Castoriadis, C. (1997) El Avance de la Insignificancia- Edit. Eudeba
- Corea, C. y Lewkowicz, I., (2004) Pedagoga del aburrido Escuelas destituidas, familias
perplejas Edit. Paids Educador.
- Da Silva, Tomaz Tadeu, (1998) La potica y la poltica del curriculum como representa-
cin Cuaderno de Pedagoga Rosario Ao II N4 Noviembre/ 98.
- Duschatzky, S. y Birgin, A., (2001) Dnde est la escuela? Edic. FLACSO Manantia-
les
- Gerez Ambertn, M. (2003) Introduccin a los Fundamentos de Semiosis Social UNT
- Morin, Edgar (1999) La cabeza bien puesta - Repensar la reforma, reformar el pensa-
miento Edit. Nueva Visin.
396
NOTAS EN TORNO A LA
SERVIDUMBRE VOLUNTARIA.
Sobre el Texto de E. de La Botie: Discurso
sobre la servidumbre voluntaria
Huergo, Claudia
Filiacin Institucional:
Profesora de la Ctedra Psicoanlisis- Fac. de Psicologa Universidad Nacional
de Crdoba
Resumen: La actualidad del Discurso sobre la servidumbre voluntaria de E. de la Boeti nos propor-
ciona algunas claves para interrogar la escasa resistencia colectiva a las condiciones de servidum-
bre y sujecin que propone el actual modelo poltico y social hegemnico. Entre esas claves, intere-
sa resaltar la solidaridad que encuentra el autor entre las posiciones del tirano y el esclavo, conside-
rndolas como parte de un continuo con fuerte capacidad de irradiar corrupcin y tirana, generan-
do efectos de propagacin en la trama social. Sus desarrollos nos permiten pensar al sometimien-
to como una mquina montada sobre la subjetividad, brindando tambin elementos para pensar su
desmontaje. La estrategia que propone el autor, de dejar de sostener al tirano, es puesta en dilogo
a su vez con consideraciones sobre la tirana y el sometimiento en Spinoza.
Palabras claves: sometimiento - subjetividad- tirana- servidumbre
Un poco de historia
El Discurso sobre la servidumbre voluntaria, o el contra Uno, de E.
De La Boetie, es ms que un texto, es un acto de escritura cometido hace
mas de cuatro siglos en tiempos del rey Francisco I, por un joven estu-
diante proveniente de una familia acomodada, situacin que le permiti
escapar al analfabetismo, la miseria, el hambre y la enfermedad que aso-
laban a la mayora del pueblo. Tanto Francia como las naciones-estado
397
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
398
Huergo, Claudia
mancha de aceite. El 1er. impacto que nos produce esta sencilla consta-
tacin es casi tan certero como un tiro en la frente. El siervo o esclavo se
vuelve a su vez tirano de otros. Por lo tanto, son posiciones complemen-
tarias. Deleuze en sus clases sobre Spinoza afirma que un esclavo es un
tirano en potencia. Estn unidos por afectos similares. Por pasiones tris-
tes. qu tienen en comn un tirano que detenta el poder, un esclavo que no
tiene ningn poder y un sacerdote que no parece tener ms poder que el es-
piritual?... ellos tendrn que hacer reinar a la tristeza puesto que el poder que
tienen no puede ser fundado ms que sobre ella...el tirano es aquel que ne-
cesita... la tristeza de los sujetos... no hay terror que no tenga una especie de
tristeza colectiva como base... (G. Deleuze: En medio de Spinoza. Ed. Cactus. 2003).
Esta sujecin sostenida en el tiempo produce efectos de naturalizacin
Dicen que siempre han estado sujetos, que sus padres han vivido as. Creen
que estn obligados a tolerar el mal, se engaan con el ejemplo y ellos mis-
mos fundan sobre la longitud del tiempo el derecho de posesin sobre quie-
nes lo tiranizan; pero en verdad los aos no dan nunca el derecho de obrar
mal, sino que hacen ms grande la injusticia (E. de la Botie. Discurso sobre la servidumbre
voluntaria. Ed. Libros de la Araucaria. 2006).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Huergo, Claudia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Huergo, Claudia
403
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa de referencia
E. Carpintero: La alegra de lo necesario. Las pasiones y el poder en Freud y Spinoza. Ed.
Topa. 2003.
J. C. Volnovich: Destryete a ti mismo www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-81020
-2007-03-05.html
Andr May: La servidumbre voluntaria. Un estudio sobre las interpretaciones del Discur-
so de La Botie. mx.geocities.com/cblba/may.pdf
404
SUJETO, DISCURSO Y HOMICIDIO
Filiacin Institucional:
Dra. en Psicologa. Decana del Dpto. de Psicoanlisis y Directora del Grupo de in-
vestigacin: Delito y menor. El nio homicida, una mirada psicoanaltica. Uni-
versidad Kennedy (Buenos Aires).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Imbriano, Amelia Hayde
407
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Imbriano, Amelia Hayde
4.- La mayor peligrosidad social depende de los crmenes del ello (Ibd. Pg.
274).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Nos hemos servido de estos antecedentes como marco para una lec-
tura de la poblacin testigo, en donde en un primer anlisis discernimos
tres variables en la causacin de los homicidios: 1.- la resolucin de ten-
siones por rivalidad con el semejante; 2.- la resolucin del malestar del
kakn como los observados por Guiraud sobre los esquizofrnicos en
1931 (Guiraud, P. Los homicidios inmotivados (1931) en Revista Malentendido N 5. Mayo 1989. Pg. 91) los
sujetos salen del malestar de la vida o del tedio y la falta de sentido, co-
metiendo un acto homicida; 3.- una llamada al orden pblico, buscando
410
Imbriano, Amelia Hayde
Bibliografa general
Agamben, G. Estado de excepcin. AH Editora. Bs.As. 2007.
David, P. Globalizacin, prevencin del delito y justicia penal. Zavala. Bs.As. 1999.
David, P. Criminologa y Sociedad, Instituto Nacional de Ciencias Penales, Mxico, 2005
Emilger, M. E. El sujeto efecto de la ley en Culpa, responsabilidad y castigo, Letra Viva.
Bs.As. 2006
Freud, S. Ttem y tab (1912), De guerra y muerte (1915), Ms all del principio del
placer (1920), Psicologa de las masas y anlisis del yo (1921), El porvenir de una ilusin
(1927), El malestar de la cultura (1930), Por qu la guerra (1933), Moiss y la religin
monotesta (1939) en Obras completas. Amorrortu. Bs.As. 1976.
Gerez de Ambertn, M. Las voces del supery. Letra Viva. Bs. As. 2007
Imbriano, A. La odisea del siglo XXI. Letra Viva. Bs.As.2006., Pg. 89-91.
Jozami, M.E. Culpa, crimen y castigo. En Psico-logos N 6. Univ. Nac. De Tucumn. Tu-
cumn. 1996.
Lacan, J. El seminario XVII. El reverso del Psicoanlisis. Paids. Bs.As. 1992, Pg. 188.
Lacan, J. Acerca de la causalidad psquica. Homo Sapiens. Bs.As. 1978. Pg. 86-88
Lacan, J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. Siglo veintiuno edi-
tores. 5ta. Ed. Mxico.1987.
Lacan, J. Introduccin a las funciones del psicoanlisis en la criminologa. Argot. Barcelo-
na. 1984, Pg. 45.
Lacan, J. El seminario XI. Los conceptos fundamentales del Psicoanlisis. Paids. Bs. As.
1986, Pg.176.
411
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Legendre, Pierre. El crimen del cabo Lortie Tratado sobre el Padre. Siglo XXI. Mxi-
co. 1994
412
LOCUMENTOS
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa UNT; Magster en Salud Mental UNER.
Hospital Psiquitrico Dr. Nstor Sequeiros (Jujuy).
Introduccin
Locumentos no es una conjuncin de palabras o un aporte al diccio-
nario tucumano, sencillamente es la media lengua de una nia jugando
con su hermana y algunos amigos el juego de estos nios resulta til
a dos intenciones consecuentes entre s, por un lado generar una pausa
temporal y por otro, hacer algunos aportes a la dialctica metdica de la
clnica y la teora.
Cuerpo
Locumentos! Locumentos! Levanta la voz el polica, est en un colec-
tivo y le pide a cada uno de los viajeros su DNI, el rostro de impaciencia
y el ceo fruncido son parte del uniforme, dejan claro su enojo y la pre-
mura que deben tener todos ante el requerimiento. Despus de un rato
el juego cambia, ya no es un colectivo sino una plaza, una calle, etc. Lo-
cumentos era un juego infantil del Tucumn en los 70 y seguramente de
muchos nios a lo largo del pas.
Hablar o escuchar sobre la dcada de los 70, la Dictadura militar o el
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Iturburu, Martn Ignacio
seala: Terrorismo
tra el terrorismo de Estado. Min. de Justicia, Seguridad y DD.HH. Presidencia de la Nacin)
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Iturburu, Martn Ignacio
Final
He propuesto Locumentos como reencuentro con el pasado desde
lo ameno del juego infantil, como una pausa en el tiempo para provocar
el error en el delirio oficial de verdad, como la nia que no crece en las
alucinaciones del Profesor Nash (Una mente brillante). Desde all, desde la
sospecha que hemos credo en una realidad que no era cierta, dejar inte-
rrogantes para que no crean en quien escribe, sino que al irse caminando
417
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Nosotros?
Bibliografa
- Instituto Interamericano de Derechos Humanos Atencin integral a vctimas de tortura
en procesos de litigio 2007.
- Mini. de Justicia, Seguridad y DD. HH., Presidencia de la Nacin: Consecuencias actuales
del terrorismo de Estado en la salud mental 2006. Y Acompaamiento a testigos y que-
rellantes en el marco de los juicios contra el terrorismo de Estado 2008.
- Lo Gidice, Alicia Comp. Centro de atencin por el Derecho a la Identidad de Abuelas de
Plaza de Mayo Psicoanlisis: Identidad y Transmisin. Abuelas de Plaza de Mayo 2008.
- Waisbrot, D.; Wikinski, C.; Slucki, D.; Toporosi, S. Compiladores: Clnica psicoanaltica ante
las catstrofes sociales, La experiencia Argentina. Paidos, Psicologa profunda, 2003.
418
NIOS ANORMALES O
EPIDEMIOLOGIA NEOLIBERAL?
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa.
Fundacion Psicoanalitica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: El trabajo intenta poner en cuestin algunos de los andamiajes tericos sobre los cuales
transita una nueva clnica con nios en nuestra poca.
Especficamente delimitar los estragos que produce el discurso psiquitrico en la infancia de nues-
tros das.
Introduccin
La Epidemiologa Neoliberal. Con este ttulo el matutino Pgina 12
presenta una investigacin del Instituto de Ciencias Antropolgicas de la
UBA de Junio de 2004 sobre cmo los laboratorios manipularon los efec-
tos de la crisis econmica argentina del ao 2001 para vender mas anti-
depresivos.
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420
Jaime Van Thienen, Mariana Andrea
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Jaime Van Thienen, Mariana Andrea
Conclusin
Pensamos, entonces, que el camino hacia las adicciones comienza con
estas recetas precoces, indicaciones que obturan posibilidades de escuchar
al sujeto proponiendo anestesiarlo, distraerlo ms an, alienarlo.
Los grandes laboratorios y sus polticas de venta proponen, discur-
so mdico-psiquitrico mediante, como remedio a lo que luego se con-
vertir en enfermedad, pero que de una u otra manera sostendrn a sus
drogas en el mercado.
Notas
(1) Pagina 12, matutino de la Ciudad de Bs.As., Seccin Sociedad 6 de Junio de
2004.
(2) DSM IV
(3) Acerca de los Frmacos y de los nios por Daniel De Greef publicado en el
diario El Litoral de Santa Fe, Junio 2006.
(4) En Food and Drug Administration FDA, USA.www.fda.gov
(5) Foucault Michel, El Poder Psiquitrico, clase del 23 de Enero de 1974, Pgs.
265-268
(6) Marcia Angell, editora en jefe de la publicacin cientfica New England Jour-
nal of Medicine, en www.nejm.org., 2006
423
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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EL PERFUME: CRIMINALIDAD Y
METFORA DE LA LEY
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Este trabajo aborda desde la literatura un caso de serialidad homicida para indagar los
contextos de significacin en los que se halla situada la criminalidad desde el marco disciplinar psi-
coanlisis- derecho-semiosis social. Har referencia al texto de Patrick Sskind: El perfume. His-
toria de un asesino (1985) Situado en Francia durante el siglo XVIII narra la vida de Jean Baptiste
Grenouille quien, a partir de los 15 aos se convertir en el autor de veinticinco crmenes, perpetra-
dos metdica y limpiamente para consolidar la intencin de crear el perfume que concite amor. Sus
vctimas sern doncellas elegidas por la capacidad de inspirarlo. La intencin de sus actos es corre-
lativa a la singular rareza de Jean Baptiste: no huele a humano.
Palabras Clave: Contextos de Significacin- Criminalidad- Psicoanlisis- Derecho- Semiosis So-
cial.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
la hoja que dibuja el mundo y no logra tejer un lugar para sus productos;
la confesin del intento de homicidio revela qu, subjetivamente, la fun-
cin materna es impracticable. Sin embargo, sus transgresiones estn re-
feridas a ese mundo, a su poltica, a lo social y a lo ideolgico que con sus
crmenes, devela.
Los hechos literarios articulan el advenimiento a la vida de Grenoui-
lle con un antepasado criminal: Qu peso o gravitacin adjudicar a es-
tos hechos en la vida de quien, sabemos devendr asesino? El del me-
dico psiquitrico y las teoras genticas, hereditarias que inclinan el peso
hacia un gen homicida? El que huele a peligroso? Cul el lugar de la ac-
tuacin del orden penal que a los fines de la trasmisin de lo prohibido
anuda el crimen a la accin de una ley que opera solicitando ms sangre?
El de la condena moral a quien cuestiona la naturalidad del instinto ma-
ternal por la va del crimen?
Jean Baptiste Grenouille, el bastardo producto de la matriz de una in-
fanticida ostentar la falta de olor a humano y ser repudiado por las no-
drizas que lo alimentan Cul de los dos estigmas motivar que sea ubica-
do y expulsado de instituciones sustitutas que hacen saber del miedo y el
asco que produce en quienes lo albergan? No despierta amor o cario al-
guno y estos efectos son llamativos en cuanto no existe una relacin que
objetive los motivos que provocan el rechazo:Sera el portador de un vi-
cio hereditario transmitido genticamente por la criminal? sufrir el signo
de peligroso por la serie que liga madre asesina-hijo delincuente?.Sera
un vulnerado por la sociedad? Personificara la incongruencia con los in-
dicios que anticipan el germen de la criminalidad?
Paradojicamente, desde su infancia establece una marcada relacin con
el mundo de los olores: Todas estas grotescas desproporciones entre la
riqueza del mundo percibido por el olfato y la pobreza del lenguaje hacan
dudar al joven Grenouille del sentido de la lengua y slo se adaptaba a su
uso cuando el contacto con otras personas lo haca imprescindible (1).
A travs de ella conoce la realidad y los conceptos abstractos (carentes
de olor) de ndole tica y moral le presentaban serias dificultades. Sera
esto dato o producto de una enfermedad mental? Sin el sentido que apor-
ta la lengua como sistema y con la pobreza de su uso va tornndose cada
vez ms introvertido y su existencia transitar marcada por la soledad y
el desamparo. Jean Baptiste es un nio por el cual, en caso de desgracia
426
Jaimez, Sandra Graciela Elizabeth
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
picado de pecas, los labios rojos, los grandes ojos verdes y centelleantes,
por que mantuvo bien cerrados los propios mientras la estrangulaba, do-
minado por una nica preocupacin: no perderse absolutamente nada de
su fragancia (3). Y, con la comisin del crimen adquiri la impresin de ha-
ber nacido, hallado la brjula de su vida futura: ser el perfumista ms
grande de todos los tiempos (4). La brjula de su vida marcara como
norte la creacin del perfume que concite amor. Es una creacin deliran-
te? Sera hoy, un crimen cometido bajo un estado de emocin violenta?
Una fragancia lo impulsa a transgredir lo prohibido? Es un crimen inmo-
tivado? Y, s el acto le resulta indiferente:No sabe de lo prohibido Cul
es su posicin en la estructura de la falta perversa, psictica, neurtica? Y
la culpa y la falta de sancin sobre el primer crimen?
El ansia de su posesin se tramitar por las vas del exceso y la reite-
racin de crmenes.
Son crmenes pasionales? S, desde la lectura psicoanaltica que actua-
lizamos en una cita de la psicoanalista Susana Medina, entendemos que:
La pretensin del pasional es fusionarse con el objeto de su pasin,
para insertrselo y as obtener el lugar que le fue negado (5). El perfu-
me es el objeto a insertar para obtener un lugar amoroso que le fue ne-
gado al paria? Cual es la posicin que alimenta y motiva el teatro anmi-
co de Grenouille? Matar ser la clave tcnica para concretar sus prop-
sitos y arrebatar lo que codicia: el objeto a ser extrado del pellejo de las
vctimas a puro acto, inmediato y repetitivo a destajo de la ley y el lazo
social. Bajo el imperio de los motivos del asesino, los cuerpos de las vc-
timas son objetos y material necesario. Los mismos que, ubicados desde
la ptica de la maquinaria penal sern material para orientar las averigua-
ciones, la bsqueda de rastros del asesino y de los mviles.
La maquinaria judicial toma en sus redes el acto criminal. Busca la
causa, el mvil del crimen y la verdad del hecho. Pone en movimiento
el andamiaje institucional que va a investigar primero, juzgar y condenar,
despus (6).
La edad y el sexo de las vctimas (doncellas de catorce o quince aos)
orientan las averiguaciones hacia una violacin:Es un psicpata sexual?
Los datos sobre el estado virginal intacto, arrojados por la pericia mdi-
ca incrementa el horror al romper el convencimiento popular de la inje-
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Jaimez, Sandra Graciela Elizabeth
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Sskind, Patrick (1985): El Perfume. Historia de un asesino, Bs. As.: Seix Barral, 2006.
ps. 30,31
(2) Gerez Ambertn, Marta (Comp.) (2008) Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso
jurdico y psicoanaltico .Vol. II, 2 Ed, Bs. As.: Letra Viva. 2008. p. 20
(3) Sskind, Patrick (1985): Op. Cit. p.47
(4) Sskind, Patrick (1985): Op. Cit. p.48
(5) Medina, Susana (1999) En Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurdico y psicoa-
naltico. Vol. I Gerez Ambertn, M. (Comp.). Tucumn: UNT. p. 79
(6) Elmiger, M. E. (2008) En Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurdico y psicoa-
naltico. Vol. II, 2 Ed Gerez Ambertn, M. (Comp.). Bs. As.: Letra Viva. p. 166
(7) Sskind, Patrick (1985): Op. Cit. p.197
(8) Sskind, Patrick (1985): Op. Cit. p. 227
430
A la Juventud deseosa de las leyes (1)
Filiacin Institucional:
Dra. en Psicologa. Docente de la Univ. de Bs. As. Fundacin Psicoanaltica Sig-
mund Freud de Sgo. del Estero. Miembro del Consejo de Administracin de la
Fundacin
431
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
432
Jozami, Mara Ester
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Y por qu el Sacrificio
Qu de las prcticas sacrificiales en Occidente... cada vez ms vacia-
das de mitos y rituales y por eso mismo desacralizadas y envilecidas?...
Pobres intentos, crueles intentos de consagrar al padre ideal(4).
Infortunios y sacrificios. Las torpezas, el suplicio sacrificial y el ahorro
sacrificial continan la ruta de lo que M. Gerez, en su ltimo libro: Entre
culpas y deudas: sacrificios (5) instala como marca propia: una Lgica de
la razn sacrificial.
En razn de que todos los pueblos del mundo forman parte de esta
planetarizacin los jvenes de todos los paises comparten una expe-
riencia que ninguno de sus mayores tendr jams.
434
Jozami, Mara Ester
435
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Y naufragando en la oscuridad,
los nios y la juventud.
En la zona hay aguante,
por eso estoy
resistindole al Imperio
de la devastacin.
Devastacin
(Vctimas del vaciamiento, Hermtica)
436
Jozami, Mara Ester
Notas
(1) Legendre P.: La fbrica del hombre occidental. Bs. As.: Amorrortu. 2008.
(2) ob.cit.
(3) ob.cit
(4) Gerez Ambertin M.: Entre culpas y deudas: sacrificios. Bs. As.: Letra Viva. 2009.
(5) Ob.Cit.
(6) Bleichmar S.: La subjetividad en riesgo. Bs. As.: Topa. 2007.
(7) Morin, E.: La violencia en el mundo. Bs. As.: Libros del Zorzal. 2003.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
438
RESPONSABILIDADES EN PSICOANLISIS
Filiacin Institucional:
Profesora e Investigadora en la Maestra en Psicoanlisis Fac. de Psicologa. Uni-
versidad del Aconcagua (Mendoza). Doctoranda en Psicologa (UBA)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
miento hipntico no era posible y por los casos en que no produca una
eficacia duradera.
440
Karlen Zbrun, Hilda
Freud marca la diferencia con el placer y explica que el goce es una ga-
nancia de placer directa, que viene de otra fuente. Lacan rescata el trmi-
no de goce de Freud y contina su desarrollo. Nombra al objeto a en su
cara de plus o recuperacin de goce y explica la economa del goce. Esto
es la prdida inaugural del goce todo y la recuperacin siempre parcial.
Las resistencias se ponen en juego en el trabajo analtico y se refieren a
la economa del goce y es el goce el que resiste al saber inconsciente. Este
no querer saber de la castracin, del lmite, del deseo que est detrs de la
demanda. Este saber se construye en la experiencia de anlisis, en el mar-
co de la transferencia. Freud utiliza el trmino Durcharbeiten, elaborar.
Durcharbeiten es un trmino difcil de traducir. Lacan en sus textos
utiliza la palabra en alemn Durcharbeiten y adhiere al trmino en ingls
de James Strachey working through. La diferencia principal entre estos
dos trminos es que en el primero el verbo est en infinitivo y en el se-
gundo el verbo es activo. La activacin del verbo se piensa que se debe
a que hay un tiempo en el que se desarrolla la accin y hay un sujeto que
realiza el proceso. La palabra working through est en relacin a traba-
jo a travs de o mediante algo. Este algo en relacin con las resistencias
es la transferencia.
La traduccin que se propone para la utilizacin del trmino Durchar-
441
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
442
Karlen Zbrun, Hilda
Notas
[1] Freud, S.(1925) La responsabilidad moral por el contenido de los sueos.(1986).
Bs. As.: Amorrortu. Tomo XIX. Pag.13.
[2] Lacan, J. (1953) Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis.
(1985). Bs. As.. Siglo XXI. Pag.293.
[3] Freud, S. (1910) La perspectiva futura de la terapia psicoanaltica. (1986) Bs.
As.: Amorrortu. Tomo XI. Pag.133
[4] Lacan, J. (1967) Del psicoanlisis en sus relaciones con la realidad. (1988). Bs.
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Bibliografa:
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Amorrortu. Tomo XIX. Pag.13
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-Lacan, J. (1967) Intervenciones y textos 2. Del psicoanlisis en sus relaciones con la reali-
dad. (1988). Bs. As.: Manantial. Pag.45.
443
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
444
Incesto: Trama de silencios
y complicidades
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Cuerpo Mdico Forense de la Provincia de Sgo. del Estero.
Introduccin
Me desempeo profesionalmente en el Cuerpo Mdico Forense de la
Provincia de Santiago del Estero. La jurisdiccin en la cual trabajo se de-
nomina Aatuya y comprende los siete departamentos pertenecientes
al sudeste de la provincia. Desde mis comienzos he participado en todas
las causas de abuso sexual que han ingresado en estos estrados, centrando
mi atencin de manera particular en aquellas que datan de abuso sexual
de tipo intrafamiliar, deviniendo en testigo recurrente ya que son situa-
ciones denunciadas con frecuencia. (Dato que puede llevarnos a supo-
ner cuntas circunstancias de un tenor similar, nunca son denunciadas.
Esto suele cristalizarse en nuestra prctica clnica).
Esta temtica preocupa y seduce a la vez, presentndose como una
realidad a la cual dar respuesta en su urgencia: El incesto es la transgre-
sin del sujeto a la Ley en y desde el cuerpo social en su fibra ms nti-
ma: los lazos familiares. El sujeto de la transgresin acta en un cuerpo
singular el del nio objeto de abuso- quebrantando lo constitutivo de
la ley misma.
445
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Marco Terico
El espacio psi-jurdico en tanto interdisciplina se constituye en el mar-
co terico especfico: Psicoanlisis y Derecho estn intrnsecamente com-
prometidos con la Ley desde su misma esencia, ocupndose en sus que-
haceres tanto de la instauracin de la Ley y su operar como de las posi-
bles transgresiones a ella.
La mirada psi-jurdica es actualmente enriquecida por referentes ta-
les como Pierre Legendre y Nestor Braunstein, a nivel internacional. En
nuestro pas se destacan como representantes: Marta Gerez Ambertn (y
cols.), Jorge Degano, Luis Camargo y Oscar Sarrulle entre otros.
Se plantea entonces un acuerdo inicial con los postulados de estos
autores respecto de la necesaria responsabilizacin sobre los delitos de
aquellos que quebrantaran la ley. Consideramos oportuno destacar aqu
nuestra profunda discrepancia con las corrientes que consideran al abu-
sador como un enfermo, cuya patologa opera convirtiendo al victima-
rio en vctima de su propia enfermedad. As el nio objeto de abuso lle-
ga en su grado extremo- a ser postulado como cuasi-causante del abuso
por haber potenciado aquella patologa que parecera poseer vida pro-
pia. Reiteramos entonces que coincidimos con esta corriente que apun-
ta a la responsabilizacin del sujeto de la transgresin por su acto, y por
tanto en contra de la moda por la inimputabilidad.
Retomando nuestro recorrido se explicita que los autores menciona-
dos conforman el marco conceptual o entramado general en el que tiene
lugar el desarrollo de la presente investigacin, pero en una suerte de di-
logo con un grupo de especialistas-referentes que han abordado de mane-
ra especfica la cuestin del Abuso Sexual Intrafamiliar, como ser Eva Gi-
berti, Irene Intevi, Jorge Volnovich y Carlos Rozansky, Juan E. Tesone en-
tre otros que, destacamos son representantes, unos del psicoanlisis y de
diferentes corrientes psicolgicas y otros provienen del campo del dere-
cho ( bibliografa contempornea y especfica que pone de relieve que el
Incesto sigue abriendo interrogantes y necesitando respuestas).
446
Kelly, Ana Mara Valeria
447
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
448
Kelly, Ana Mara Valeria
tro de expedientes de estos estrados del ltimo ao, cuyas cartulas reza-
ran Abuso sexual con acceso carnal, de todas ellas en un segundo mo-
mento se seleccionaron las que se titulaban adems como agravado por
el vnculo con lo cual solo quedaron 16 nenas con las cuales trabajar.
En un segundo paso de nuestro proceso de seleccin y guindonos
por la intencin de trabajar con situaciones de incesto tipo- se descar-
taron dos causas por tratarse de la figura del abuelo paterno como abu-
sador y otras cuatro porque los adultos denunciados como abusadores
no eran padres biolgicos si bien haban reconocido a sus hijastras en
cuestin dndoles nada menos que el apellido. Se reitera que esta ltima
determinacin fue tomada en pos de trabajar con casos homogneos, si
es que esto es posible tratndose de experiencias de sujetos sociales.
Queda explicitado que solo nos fue til como elemento de selec-
cin de nuestros diez casos que poseen en comn ciertas caractersti-
cas que conforman el siguiente perfil: Las diez nias (sexo femenino) han
sido objeto de abuso sexual con acceso carnal por parte de su progeni-
tor del sexo opuesto (el padre). Todas han sostenido este hecho recu-
rrente en silencio cmplice por lapsos prolongados de tiempo, ms de
un ao y medio/-dos aos, lo cual constituye en s nuestro objeto de an-
lisis. Los casos particulares no sern abordados de un modo pormenori-
zado aqu en pos de la acotacin del presente recorrido.
449
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusiones
Si bien han surgido en nuestro recorrido nuevos interrogantes sobre la
temtica del incesto, se destaca que en base a lo indagado sobre el Abuso
Sexual Intrafamiliar, en una de sus posibles expresiones (acceso carnal: pa-
dre-hija) parece pertinente plantear tal vez a manera de hiptesis- que
su sostenimiento en el tiempo pende de una combinacin de al menos-
dos elementos propios de esta dinmica familiar particular. Dichos facto-
res interjuegan en un mutuo feedback intrnseco que sostiene la homeos-
tasis o equilibrio propios de los grupos familiares incestuosos.
Por un lado un primer factor se cristaliza en una figura materna que
ha devenido testigo que no ve, testigo negador que en su dinmica de no
450
Kelly, Ana Mara Valeria
Consultas Bibliogrficas
Braunstein, Nestor (1994) La culpa en Derecho y Psicoanlisis Artculo en Revista El Psi-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Yuni, Jos Urbano, Claudio (2006) Tcnicas para investigar I y II Crdoba: Brujas,
2006.
452
DE ENCUENTROS Y AMARRES:
UNA MIRADA HOY SOBRE LA
INSTITUCIN EDUCATIVA
Filiacin Institucional:
Licdas. en Psicopedagoga. Doctorandas en Psicologa de la Univ. Nac. de Tucu-
mn
Abstract: La escuela constituye un lugar de encuentro intergeneracional que, ms all de los avata-
res epocales que la condicionan para llevar a cabo su funcin, contina siendo el espacio social que
con mayor preminencia, por la mediacin de un adulto deseante y con autoridad epistmica, permite
mantener anudados a los recin llegados a las apuestas y sentidos prospectivos de la sociedad,
posibilitando la transmisin cultural y la constitucin subjetiva para el ejercicio de la ciudadana.
Palabras Clave: Institucin Educativa- Encuentro Intergeneracional- Transmisin Cultural Filiacin
Simblica-Produccion de Sujetos
453
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
A los fines, de dar cuenta ahora s, de los matices de este hbitat inter-
generacional, apelamos nuevamente a aquella representacin que nues-
tra imaginacin produjo sobre la escena escolar. Seguramente, unos, ha-
bremos imaginado un acto escolar con nios, otros con jvenes, quizs
algunos habrn pintado la escena en contextos rurales, otros en contex-
tos urbano marginales, o simplemente habr pincelado la escuela a la
que asisti.
Todas estas imgenes conjugan y configuran las posibles versiones que
asume la institucin escolar para la produccin subjetiva de todos aque-
llos, que de una u otra manera y en uno u otro tiempo, pueblan esta par-
cela diferenciada del terreno social al que la sociedad le deleg la conser-
vacin y reinvencin del capital cultural.
Al democratizarse el saber, la educacin se constituye en una expe-
riencia que atraviesa y se ofrece a todos y cada uno de los recin llegados.
Es el espacio tiempo de la simultaneidad de las presencias, de los que ya
no estn y de los que aun no llegaron.
A esta altura nos preguntamos cul es la particularidad de esta institu-
cin si la entendemos como lugar de encuentro inter-generacional y los
efectos de subjetividad que produce en estos tiempos.
Las instituciones educativas son la primera institucin exogmica en la
que un nio queda inscripto; rito de iniciacin que propicia la ruptura con
el mundo familiar, privado, conocido, hacia un universo que le dona una
variedad de significantes que constituyen una oportunidad para que el
sujeto se encuentre, posicione y se apropie del mundo. Estos ingresos no
son sin efecto, con la ruptura del orden familiar y el tropiezo con un ma-
tiz de significantes y sentidos, el sujeto no queda inalterado, sino que con
ello se inaugura un tiempo de re escritura de la propia historia, y en su re-
lacin con los otros, reedita marcas de identificacin.
Si bien, hablamos de la escuela como lugar de encuentro inter-genera-
cional, debemos decir que la produccin de subjetividades que habilita a
454
Lazzarone, Evelia - Alcaide, Josefina
transitar por las diversas esferas del mundo ciudadano, no se efecta por
s mismo; sino que requiere de la intencionalidad del acto educativo en
el que un docente deseante, en situacin de transferencia mutua (la que
slo puede pensarse a partir de un sujeto a quien se le supone un saber)
con el alumnos y con el objeto de saber, arrastra y enlaza al educando al
orden cultural, siempre y cuando ste consienta esta ligadura.
Acto educativo signado por un enigma que captura al docente, en vir-
tud de no poseer un saber completo sobre el otro; y al alumno, en tanto
que ms all del legado recibido puede encontrar algo distinto en la ofer-
ta cultural por su propio camino.
455
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Lazzarone, Evelia - Alcaide, Josefina
457
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
vera e insiste en que las cosas pueden ser de otro modo, y que algo nue-
vo puede introducirse en el mundo.
Bibliografa
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A
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Hoy. Una introduccin a la Educacin en tiempos de crisis. Fondo de Cultura Econmica,
Bs. As. 2003.
458
La palabra inequvoca
Lowenstein, Alicia
Filiacin Institucional:
Docente y Doctoranda en Psicologa. Fac. de Psicologa de la Univ. de Bs. As.
Resumen: Partiremos de tres afirmaciones, las cuales sern nuestros articuladores para pensar la
disyuncin entre el fbico y el religioso respecto de la palabra del Otro.
1- Freud organiza la neurosis en torno del sntoma. 2- Los no neurticos de los que habla en Ms
all son estructuras subjetivas en relacin con el fantasma. 3 - Al Otro lo introduce con la concep-
tualizacin de la castracin a partir de la segunda tpica.
Por qu no pudo formular la castracin antes si ya tena en La interpretacin de los sueos un
campo agujereado?
La palabra inequvoca
Partiremos de tres afirmaciones, las cuales sern nuestros articulado-
res para pensar la disyuncin entre el fbico y el religioso respecto de la
palabra del Otro.
1- Freud organiza la neurosis en torno del sntoma. 2- Los no neur-
ticos de los que habla en Ms all son estructuras subjetivas en rela-
cin con el fantasma. 3- Al Otro lo introduce con la conceptualizacin de
la castracin a partir de la segunda tpica.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Lowenstein, Alicia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
,a
many, 1975. Der Zwang, der sich dabei aert, ist vom Wiederholungszwang der Neurotiker nicht verschieden)
pesar que tales personas nunca han presentado los signos de un conflicto
neurtico tramitado mediante la formacin de sntoma.
A qu llama no neurticos? A las personas que no tienen conflicto ps-
quico tramitado mediante la formacin de sntoma, o sea no hay males-
tar, en tanto sintomtico. Los no neurticos de Freud son tipos clnicos,
personajes de comedia, podramos ponerles nombres genricos como
lo que describe Bergson en La risa (Henri Bergson, La risa Ensayo sobre el significado de lo cmi-
co, Losada, Bs. As., 1991. Publicado originalmente en 1899) aludiendo a las comedias: El avaro, El
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Lowenstein, Alicia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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El saber no poderoso hace
a la responsabilidad
Una aproximacin a la problemtica cuestin del saber
como intento de una subjetividad responsable
Filiacin Institucional:
Licenciada y Profesora en Psicologa. Psicoanalista. Especialista en Gestin para
la Educacin Superior. Doctoranda en Psicologa (UNT). Coordinadora de la Ca-
rrera de Psicologa. UCSE. Prof. Titular de Clnica Psicolgica II (Licenciatura en
Psicologa). Prof. Titular de Clnica Psicopedaggica II (Licenciatura en Psicopeda-
gogia). Dictante de Seminarios Clnicos en la Fundacin Psicoanaltica Sigmund
Freud de Sgo. del Estero.
Abstract: Nuestro encuentro con el poder que resiste a la pulsin devela nuestra divisin subjeti-
va, por que es instituyente de la condicin humana. Si el poder es tan fuerte como la pulsin, ambas
fuerzas intentan quebrar su resistencia. Lo que tenemos claro es que no se puede andar en los dos
campos, las inconsistencias discursivas nos empujan al amo absoluto y con l al apoderamiento
de nuestra subjetividad por voces que nos deslumbran. Solo el saber sobre la causa de la ley podr
fundar la responsabilidad que permite la no dependencia del amo, la posibilidad de su revocacin y
la autorizacin para una subjetividad sin avales pero asumida en su palabra.
Palabras claves: poder, pulsin, amo, saber.
Introduccin
Este trabajo intenta dar cuenta de la dbil lnea que separa dos posi-
ciones subjetivas, que como dos caras de la misma moneda, se enlazan y
desenlazan en un movimiento constante. Ambas promisorias de satisfac-
cin, palabra mtica que como una sombra narcisista, se nos queda pe-
gada y con eterna nostalgia pretendemos lograr. Sin embargo una se en-
cuentra dominada por el poder de la pulsin y la otra por el poder regu-
lador de la ley que es decir no-todo porque Una relaciona el saber, la
otro se apodera de la ignorancia.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Madas De Barrio, Estela
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Madas De Barrio, Estela
Bibliografa
Braunstein, Nstor y otros. La re-flexin de los conceptos de Freud en la obra de Lacan.
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Osorio, Manual Diccionario de Cs. Jurdicas, polticas y sociales. Bs. As.: Heliasta . 1995.
469
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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MATAR O MORIR. ATRAVESAMIENTOS DE LOS
NOMBRES-DEL-PADRE EN LA CONFORMA-
CIN DE PANDILLAS JUVENILES
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Anlisis de cmo cuando los Nombres-del-Padre fallan surgen formas alternativas de or-
ganizacin social como ser las pandillas juveniles.
Palabras claves: Nombre-del-Padre- pandilla- mara- exclusin- pre-versiones.
Introduccin
Plantearse acerca de la funcin del Nombre del Padre en la confor-
macin y funcionamiento de las pandillas juveniles supone interrogarse
de qu manera se produce el establecimiento de la filiacin, genealoga y
la funcin de la Ley en cuanto prohibicin de incesto y parricidio. Cmo
se desvirta esta funcin que destierra a un grupo de sujetos del discur-
so del Otro que deja de contenerlos en su red?
Nuestra hiptesis es que el Nombre del Padre no tanto en su funcin
como en sus fallas opera excluyendo a los sujetos de la sociedad, abismn-
dolos a una conformacin paralela a sta que los aglutina en las pandillas;
siendo stas una versin del Padre ms cercana a su faceta de espectro,
de saldo traumtico y pulsional, y alejndolos de la cara en tanto donante
de nombre y linaje; ambas son las dos caras de una misma moneda.
Partiremos tomando como modelo el caso de las Maras.
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Maldonado, Mara Paulina - Danielsen Lpez, Juan Sebastin
473
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Maldonado, Mara Paulina - Danielsen Lpez, Juan Sebastin
Conclusin
Esto nos permite ensayar una respuesta a nuestra inquietud; si en-
tonces la funcin Nombre del Padre tiene dos caras y adems delimi-
ta lo permitido de lo prohibido es necesario tener presente que la omni-
potencia tambin estar del lado del Estado (no slo de los maras) desde
el momento en que no reconoce que su sistema tiene fallas, que obsta-
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MOTIVOS DEL CRIMEN PASIONAL.
Distancias con la emocin violenta
Manasseri, Adelmo R.
Filiacin Institucional:
Dr. en Psicologa. Docente de la Fac. de Psicologa de la Univ. Nac. de Rosario.
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TRABAJO AL LIMITE : ADOLESCENTES EN
EMERGENCIA SUBJETIVA
Parte I:
Marangio, Estela
Filiacin Institucional:
Directora del Centro de Admisin y Derivacin (CAD) dependiente de la Direccin
Nacional de Adolescentes Infractores a la Ley Penal (Secretara de Niez, Adoles-
cencia y Familia - Ministerio de Desarrollo Social de la Nacin.
Resumen: El titulo del trabajo alude a la tarea, realizada al limite con jvenes al limite de la desub-
jetivacin. El dispositivo donde se atiende a los adolescentes de ambos sexos, es el Centro de Ad-
misin y Derivacin de Jvenes Infractores de la Ley Penal, que funciona en el Palacio de Tribuna-
les de la Nacin. All llegan los adolescentes, directamente de las Comisaras de la Ciudad de Bue-
nos Aires. El Juzgado de Menores de Turno, solicita un informe psicolgico y social. Segn indica-
dores sumamente especficos se entrevista a los jvenes y su familia, (si se presenta), a los efec-
tos de construir un diagnstico psicosocial y una sugerencia tcnica. El trabajo describe los objeti-
vos generales y especficos, los ordenadores tericos, as como la peculiar intervencin en el diag-
nstico y la derivacin, del equipo de Trabajadores Sociales y Psiclogos.
Palabras clave: Adolescencia - Ley - transgresin-
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Marangio, Estela
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Marangio, Estela
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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484
TRABAJO AL LIMITE: ADOLESCENTES EN
EMERGENCIA SUBJETIVA
Parte II:
La intervencin social
Filiacin Institucional:
Palacio de Justicia. Tribunales. Ciudad Autnoma de Buenos Aires.
485
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Metodologa de intervencin
Entrevista Individual: Se realiza el abordaje social del joven o la joven a
travs de entrevista individual semiestructurada.
Entrevista Familiar: Cuando se encuentran presentes integrantes de su
familia o referentes afectivos en la sede judicial se realiza una entrevista
familiar abierta, guiada por los indicadores sociales a investigar.
Entrevistas vinculares: Se realiza como segunda entrevista en aque-
llos casos en los que amerite aclarar o ampliar informacin de la proble-
mtica. Tambin se utiliza para dar orientaciones o indicaciones necesa-
rias para favorecer el egreso o la derivacin del joven. Es con la presen-
cia del mismo y su familia.
Lectura del legajo del joven.
En el caso que no concurra ningn miembro de la familia o referentes
afectivos se realizan comunicaciones telefnicas travs de las cuales se in-
tenta obtener datos que permitan la elaboracin del diagnstico social.
Contactos institucionales: se consideran a los referentes de otras ins-
tituciones por las que haya transitado el o la joven como otra fuente de
informacin.
Gestin de Recursos:
- Se detectan recursos institucionales a fin de favorecer el egreso o una
derivacin ptima.
- Se actualiza de manera permanente la gua de recursos institucionales.
- Se realizan gestiones ante otros organismos o instituciones: subsidios, so-
licitando turnos para los tratamientos que se indiquen. Asimismo se reali-
zan ante la SENNAF gestiones telefnicas y derivacin a la familia para la
tramitacin de distintos tipos de subsidios y/o becas de estudio, as como
tambin para la gestin de documentos.
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Baamonde, Paula K. - Forti, Liliana - Gmez, Silvia - Sturla, Ana Mara
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Baamonde, Paula K. - Forti, Liliana - Gmez, Silvia - Sturla, Ana Mara
Bibliografia
- La Intervencin Socio Educativa. Trilla, C.-Edit. Paidos. Ao 2003
- Manual Terico Prctico de Metodologa de Intervencin. Gloria, Mendicoa compilado-
ra-. Edit. Espacio. Ao 1994.
- Familia y Unidad Domstica. Mundo Pblico y Vida Privada. Elizabeth, Jelin. Edit. CEDE.
Ao 1994.
- Vigilar y Castigar. Foucault M. Edit Paidos. Ao 1976.
489
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
490
TRABAJO AL LIMITE : ADOLESCENTES EN
EMERGENCIA SUBJETIVA.
Parte III:
La intervencin psicolgica
Filiacin Institucional:
Palacio de Justicia. Tribunales. Ciudad Autnoma de Buenos Aires.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Battistina, Karina Andrea - Castro, Alejandra - Garcs, Liliana - Novara, Graciela - Urcola, Mara Cecilia
Indicadores psicolgicos:
Estos indicadores los pensamos en el Eje diagnstico entre la subjeti-
vacin y desubjetivacin, y las consecuencias psquicas que se ponen de
manifiesto en las conductas de los adolescentes atendidos. Como posi-
cionamiento tico de buscar lo ms propio, frente a la mirada clasificato-
ria, que tiende al encasillamiento.
Indicadores que dan cuenta de dficit en la constitucin subjetiva: dis-
cursos de escasa coherencia, disgregados, por momentos confusos, res-
pecto de su situacin actual y familiar. Vacos en el armado de su genea-
loga familiar. Efectos en la capacidad de historizacin y en las categoras
espacio-temporales. Escasa tonalidad afectiva. Carencia de inscripciones
parentales de diferenciacin y las consecuencias en los procesos de sim-
bolizacin. Sometimiento a traumas tempranos por abandono, falta de
sostn y maltrato y o abuso sexual.
Indicadores en los procesos identitarios: Dificultades en la inscripcin
de un nombre propio, falta de reconocimiento en sentido pleno y de un lu-
gar en la genealoga. Vicisitudes de las versiones del padre: ausente, abusa-
dor, desregulante, regulador, autoritario, violento. Simbiosis con la madre,
ocupar el lugar del padre, paternidad precoz como defensa fallida frente
al proceso al padre, como reparacin imaginaria de su historia como hijo.
La paternidad precoz adems acompaada de una fantasa de salvacin:
basta, ahora hay alguien que me necesita, alguien para quien ser impres-
cindible. Se trata de ser en definitiva, sujeto causa de deseo.
Indicadores manifiestos de funcionamiento al modo de la compul-
sin repetitiva: Se observan en un importante nmero de jvenes, la pre-
eminencia de la descarga, como una modalidad de funcionamiento primi-
tivo psquico: sin una verdadera inscripcin de huella y pasando directa-
mente al polo motor de la accin. En todos los casos la actuacin, la vio-
lencia o la coaccin a la repeticin, son intentos de restaurar esos aguje-
ros en la subjetividad desgarrada, por los traumas, el abandono y las dis-
tintas cadas de las funciones paternas. Lo que el adolescente intenta va-
namente en la repeticin, por va de un desplazamiento sin lmites, es de-
volver la fuerza y la dignidad de la ley paterna. El adolescente circula as
por los bordes de la ley, por el duelo inacabado de su versin paterna.
Toda esta situacin no es sin consecuencias en la subjetividad: la angus-
tia bordear los acting out (transgresin como llamado a otro a interve-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
494
Battistina, Karina Andrea - Castro, Alejandra - Garcs, Liliana - Novara, Graciela - Urcola, Mara Cecilia
Bibliografa
Giorgio Agamben, Estado de excepcin, Adriana Hidalgo Editora, 2005.
Jacques Lacan, De los nombres del padre, Editorial Piados, 2005.
M.Gerez Ambertn (compiladora), Culpa, responsabilidad y castigo, Volumen I, II y III,
Letra Viva, 2004 y 2009.
M.Gerez Ambertn, Imperativos del supery, Lugar Editorial, 1999.
M.Gerez Ambern, "Las voces del supery", Ediciones Manantial, 1993.
M.Gerez Ambertn, "Entre Deudas y Culpas: Sacrificios, Letra Viva, 2008.
S. Bleichmar, "" El desmantelamiento de la subjetividad, Estallido del yo", Topia Editorial,
2009.
S.Freud, "El yo y el ello", O.C., Vol. XIX, Amorrortu, Buenos Aires, 1979.
S. Feud, "Neurosis y Psicosis", O.C., Vol. XIX, Amorrortu, Buenos Aires, 1979.
S.Freud, "El problema econmico del masoquismo", O.C., Vol. XIX, Amorrortu, Buenos
Aires, 1979.
S. Freud, "Nuevos caminos de la terapia psicoanaltica", O.C., Vol. XVII, Amorrortu, Bue-
nos Aires, 1979.
S. Freud,"Ms all del principio del placer", O.C., Vol., XVIII, Amorrortu, Buenos Aires,
1979.
S. Freud, "El malestar en la cultura", O.C., Vol., XXI, Amorrortu, Buenos Aires, 1979.
S. Freud, "La escisin del yo en el proceso defensivo", O.C., Vol., XXIII, Amorrortu, Bue-
nos Aires, 1979.
S. Freud, "Algunos Tipos de carcter dilucidados por el trabajo psicoanaltico", O.C., Vol.
XIV, Amorrortu, Buenos aires, 1979.
495
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
496
APROXIMACIONES A UN CONCEPTO
PSICOLGICO DE LA INTIMIDAD
Filiacin Institucional:
Docente de la Facultad de Psicologa. Universidad Nacional de Mar del Plata
Introduccin
La intimidad se encuentra hoy cuestionada, tanto sea producto de la
video-vigilancia policial del Estado (que con el objetivo de reducir la cri-
minalidad criminaliza la sociedad toda), como por parte de los poderes
econmicos que requieren de toda la informacin disponible (Wacjman,
2006), tanto como efecto del agotamiento de la sociedad disciplinaria
del siglo XIX y XX que cultivaba rgidas separaciones entre el mbito p-
blico y la esfera privada de la existencia (Sibilia, 2008)
Este cuestionamiento de la intimidad merece un anlisis en varias di-
recciones: por un lado merece analizarse el lugar de la intimidad en la
constitucin psquica de un individuo. En esta direccin comentaremos
como la preservacin de lo ntimo que realiza el derecho tiene su funda-
mentacin en esta necesidad psquica de este espacio. Por otro lado, el
cuestionamiento de la intimidad merece una lectura poltica: cuales son
las consecuencias en relacin a la libertad de los sujetos de la prdida, di-
solucin o cuestionamiento de esta zona.
Por otro lado, dentro del campo deontolgico, una normativa que se
considera esencial en todo cdigo deontolgico de la prctica psicolgi-
ca es la del secreto profesional. Esta normativa resguarda un principio:
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
El surgimiento de la intimidad
Wacjman ubica el surgimiento de ese espacio que se denomina inti-
midad con Len Battista Alberti, en 1435, en el Renacimiento, por ser el
primer artista que crea el cuadro moderno, en tanto pensar un cuadro
como una ventana abierta, como lo hace Alberti, lleva a cabo una doble
revolucin. Por un lado, cumple con la idea moderna de que el hombre
tiene desde entonces derecho de mirada sobre el mundo, que se ha vuel-
to (como lo dir Descartes dos siglos ms tarde) amo y poseedor de la
naturaleza junto con Dios, y por otro lado, al mismo tiempo, viene a cir-
cunscribir un nuevo territorio, un lugar interior, desde donde se puede
mirar al mundo y en donde se puede no estar, uno mismo, sometido a la
mirada. Se dibuja as el territorio de lo ntimo. (Wacjman, 2006) (Es in-
teresante sealar, tal como lo seala L. Jalfen el privilegio de lo visual, de
la ptica y con ello de los lentes, en el proyecto de la modernidad. Por-
que ser moderno significa ser universal y objetivo, esto es ser verdadero.
Y la verdad, es en la modernidad, no aparecer, ni presentarse, ni revelar-
se, sino la evidencia -Jalfen, 2001-). Esta lnea nos permite reconstruir el
privilegio de lo visual en la modernidad y lo ntimo ligado a lo que debe
protegerse de ser visto. Lo que nace con Alberti y el cuadro, es un hom-
bre que goza en lo sucesivo de un atributo que estaba hasta entonces re-
servado exclusivamente a Dios, ver sin ser visto. Ver sin ser visto, es an,
en principio, lo que hace nuestro privilegio como ciudadanos.
Segn H. Arendt el primer explorador claro y en cierto grado incluso
terico de la intimidad fue Jean-Jacques Rousseau, a quin debemos ade-
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Martnez lvarez, Hugo
ms su teora del contrato social. Como seala Carlos Quiroga (Ritvo, J. y Kuri, C.
El ensayo de las razones), Rousseau inaugura con sus Confesiones, en el intento
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
rior. En efecto, lo que hace al nudo de nuestro ser es lo que nos viene de afue-
ra, son los significantes que nos han hablado antes de que hablramos. Las pa-
labras que nos han dado lugar en el mundo, empezando por nuestro nombre
propio (Chaumon, 2004;12) (Este punto lo comentaremos ms adelan-
te guiados por el neologismo xtimo planteado por J. Lacan).
Para aproximarnos al anlisis de la intimidad vamos a definir lo ntimo
no por la naturaleza del acto o informacin que se preserve, sino por la
implicacin del sujeto en dicho acto o dato. Lugar que, como ha seala-
do Calo, va tomando forma a travs de los intercambios del sujeto con
el Otro en un sucederse de identificaciones con el lugar asignado (marca,
trazo, nombre) que, a la vez, se consolida por la va de posicionamientos
subjetivos que resultan de los modos particulares en que pudo operar en
relacin al par alienacin separacin (Calo, O. Confidencias. El secreto profesional en la psico-
loga). Como hemos sealado, la intimidad es condicin de la subjetividad, y
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Martnez lvarez, Hugo
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Martnez lvarez, Hugo
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Sociedad civil sin violencia?
Filiacin Institucional:
Docente. Univ. Nac. de Jujuy - Univ. Nac. de Tucumn
Resumen: La creencia actual de que la sociedad civil puede restablecer lazos sociales fraternos no
violentos es una ilusin surgida a partir de la crisis de las grandes instituciones sociales.
En este trabajo se intenta demostrar que el proceso civilizatorio que pretenda controlar y disminuir
la violencia en la sociedades modernas, termin ocultndola y desarrollndola. Para ello se anali-
zar el contenido semntico original de sociedad civil comparando las reflexiones sobre la violen-
cia de Keane y de los filsofos de la modernidad.
Palabras clave: violencia, civilizacin, sociedad civil, estado nacin, contractualismo
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Medina, Celia Georgina
de turno. La sociedad civil y sus organizaciones son vistas como una pa-
nacea contra la corrupcin poltica, el clientelismo, etc. La sociedad civil
sera el mbito de restablecimiento de los lazos sociales en un espritu de
fraternidad entre todos.
Junto con la teora poltica, estas posiciones ilusorias, sostienen que
el mundo est dividido en dos: una zona de paz democrtica, que con-
tiene las democracias parlamentarias comparativamente abiertas y prs-
peras, que forman una comunidad de seguridad... dentro de la cual... la
paz civil es la norma; y el resto del mundo, una zona de anarqua violen-
ta,... hambre y falta de legalidad... (Idem, pg. 4). Esto implica la creencia de
que en la zona de paz democrtica la sociedad civil se impuso sobre el
autoritarismo y la anarqua.
Sin embargo, la zona democrtica con su sociedad civil, sostiene Kea-
ne con razn, es violenta. En el sentido original de sociedad civil, pro-
veniente del liberal Locke, ya se reconoca su violencia: era la parte de la
sociedad que funda el estado como rbitro entre los individuos en con-
flicto y, gracias a ello, productora de riqueza. Es decir, un mbito donde la
amenaza permanente de violencia hace necesaria una fuerza impersonal
que impida que nos matemos unos a otros. En su sentido original, adems,
el trmino civil connotaba el ser educado, no rudo y atento.
As, la sociedad civil implicaba un trasfondo violento de enfrentamien-
to que necesita de una fuerza superior: el estado. Segn la distincin con-
tractualista entre sociedad civil y poltica o militar, el ejercicio de la
violencia pasa de manos de la poblacin a un grupo designado con tal fin.
El contrato establece un pacto destinado, no principalmente a establecer
un gobierno, sino a establecer relaciones no violentas entre los individuos
que dirimirn sus conflictos con la mediacin del estado. Ahora bien, en
este sentido original, lo civil y lo poltico no son ajenos, lo poltico es fun-
dado por lo social para constituir una comunidad desprovista de violen-
cia y bien regulada polticamente (Idem, pg. 15).
La visin actual de sociedad civil desconoce que ya desde su origen
no se trataba de un mbito autnomo de fraternal convivencia, ni era el
bastin contra el despotismo poltico. Por el contrario, la definicin ori-
ginal tena en cuenta el problema de la incivilidad y las tendencias socia-
les negativas, tales como el desempleo crnico, la discriminacin y la des-
igualdad (Keane, pg. 14. Adems de Edmund Burke y Jonathan Swift, se puede citar tambin a Kant con su expre-
sin insociable sociabilidad).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Medina, Celia Georgina
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
pos puede ser usado para hacer la guerra... La guerra y los rumores de
guerra son condiciones omnipresentes del proceso de civilizacin (Idem,
pg. 27). De modo que, despus del contrato social, los estados pasaron a
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LA COTIDIANA DESMESURA
(o lo real en cada da)
Filiacin Institucional:
Docente de la Fac. de Psicologa e Integrante del Proyecto de Investiga-
cin 26K408 Consejo de Investigaciones de la Univ. Nac. de Tucumn.
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn.
Introduccin
Casi siempre cuando hablamos de violencia recordamos las grandes
violencias de nuestra poca, las catstrofes, guerras, homicidios, atenta-
dos, etc. y olvidamos la violencia de cada da, o peor, ya no la percibimos.
Sentimos una presin, agotamiento y pesadumbre, pero ya no distingui-
mos de dnde, ni de quin viene, o quienes son los responsables. Es ms,
posiblemente dudamos si es realmente violencia.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Vivir en el lmite
Algunos socilogos que analizan estas condiciones son Alain Touraine
La Sociedad postindustrial y U. Beck La Sociedad del riesgo, ambos, acen-
tan la globalizacin. En la sociedad postindustrial llama la atencin, en-
tre otras cosas, el trabajo excesivo y simultneo en tareas diversas, para
anular el tiempo muerto (tiempo sin ocupacin) porqueen el mundo ac-
tual ya no se trata de pagar a alguien para no hacer nada, para esperar al
cliente en la caja o en algn otro lugar (D. Cohen, 2007:37). Por ejem-
plo, en Europa, comenta este autor, un empleado bancario, cambia los
cheques al cliente, atiende el telfono y lleva el control de entradas y sa-
lidas en una PC, todo casi simultneamente. La nueva organizacin del
trabajo ha llevado el aumento los accidentes laborales hasta un 30% re-
lacionados con fatiga fsica, y tensiones psquicas (D. Cohen, 2007:39).
Si agregamos a este exceso la flexibilizacin y precariedad laboral, la car-
ga horaria y, sobre todo, la imposibilidad de ascensos, la vida laboral se
vuelve asfixiante, igual que la angustia, quita el aire. Como dijimos al co-
mienzo es muy probable que esta realidad que angustia nos lleve a des-
bordes por el desvalimiento similar al de vivencias primarias. Algo se pre-
senta sorpresivamente y el sujeto, sin defensas, es tomado masivamente
por eso que horroriza, reducindolo a puro cuerpo pulsional.
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Medina, Marta Susana
mercio y ese gran vaco poblado por los clamores y gritos confusos de
los desarraigados (Legendre 2008:36).
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
no hace demasiado tiempo eran espordicas, pero que las actuales con-
diciones de vida las han vuelto frecuentes.
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Medina, Marta Susana
Conclusin
Cuando los excesos de lo real han sustituido a la medida, la imgenes
diseadas a las ficciones, el clculo a las creencias, la efficiency al deseo,
el counseling al psicoanlisis, y la pulsin a la creacin liberadora; cuan-
do la falta de pudor amenaza con su violencia al mundo entero, se resig-
na la completa humanidad al sometimiento para existir como puro cuer-
po, pura vida al desnudo.
Referencias biblogrficas:
Cohen, David: (2007) Tres lecciones sobre la sociedad postindustriall. Bs. As.: Katz. 2007.
Freud S.: (1920) Ms alla del principio del placer O.C. Madrdid: Biblioteca Nueva.1996.
Gerez Ambertn, Marta: (2008) Entre deudas y culpas sacrificios. Bs. As.: Letra Viva.
Lacan, J: (1966) La tercera Intervenciones y textos 2. Bs. as.: Manantial, 1993.
Legendre,Pierre: (2008) Dominium Mundi. El imperio del management. Bs. As.: Amo-
rrortu.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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LA TORTURA. GOCE, VIOLENCIA Y PODER
Filiacin Institucional:
Psicoanalista y Catedrtica de la Univ. Nac. Autnoma de Mxico (UNAM)
Resumen: Se trata de una reflexin alrededor del fenmeno de la tortura, ste como una estrate-
gia de represin poltico-policiaco-militar de todos los tiempos, aunque en la actualidad, se presen-
ta en muchos regmenes ms de los que podamos imaginar; y tambin como una respuesta de
goce frente a un modo particular de la subjetividad; esto es, como una manifestacin de la perver-
sin dura. Podemos decir que el desbibujamiento generalizado de la subjetividad, algo tiene que
ver la destitucin de lo imposible promovida por el discurso capitalista, y por el resquebrajamien-
to del lugar del gran Otro, por eso quiz no sea un azar que la sintomatologa que abruma a la ci-
vilizacin dominante, est tan cercana a los lazos y prcticas perversas. De lo que se trata espec-
ficamente en la tortura es de traspasar el lmite del fantasma para que el torturado se presentifique
en lo real, con su cuerpo cosificado, adems de como un objeto para el goce, ste nunca es visto
como sujeto, sino como un resto que cae, o como un despojo que puede desaparecer. Por otro lado
el torturador podra pretender ocupar el lugar del objeto a, para completar en exceso al Otro y ha-
cer como si no le faltara nada.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
dos a un goce cada vez ms feroz y devastador que hace tambalear la es-
tructuracin subjetiva y nos hace encontrarnos frecuentemente con posi-
ciones de borde en la clnica, que no es que stas sean alarmantes por su
mayor grado de patologa, cuestin que de todas maneras no es mesu-
rable desde el psicoanlisis; sino por el riesgo de que la subjetividad que-
de cada vez ms desdibujada.
Ahora bien, la realidad de los sujetos se construye de ficciones, que
nos remiten permanentemente al encuentro con lo imposible, porque en
tanto el deseo circula metonmicamente, ste no logra su concrecin total;
ah, el padre y su ley tienen la funcin de regular el deseo y el goce entre
los sujetos. Y ms all de los ideales que se han hecho del padre a lo lar-
go de la historia, y de los que Freud desconfiaba abiertamente, ese lugar
del No, o de la prohibicin, es necesario; ese golpe, palabra o azote ero-
tizado del padre que al mismo tiempo le da un lugar de reconocimiento
al hijo, no puede suplantarse, no sin consecuencias. Pero cuando ese lu-
gar del padre est completamente desdibujado, o se produce un desaco-
modo de la ley con sus respectivos avatares, sabremos entonces que ha-
br repercusiones, hasta con prcticas perversas en el campo social y en
el ejercicio de las diferentes relaciones de poder.
Quiero mencionar que en relacin a la neutralidad de la prctica cl-
nica, yo creo que cuando un analista, est ofertando un espacio de escu-
cha para que un anlisis se produzca, no est en ese lugar para desple-
gar en el espacio del analizante, sus propios compromisos ideolgicos, y
aunque de entrada un analista tampoco escoge a los analizantes que lle-
gan al consultorio, pues a stos se los toma en anlisis en tanto formulan
una demanda; tambin pienso que uno s podra llegar a negarse a tomar
un caso en anlisis, si es que esa decisin sobre nuestra oferta de escucha,
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Meja Iturriaga, Anna Berenice
a cambio de esa escritura, la vida. Por eso como dice Raymundo Mier (Cit.
en Calveiro, Pilar. Desapariciones. Memoria y desmemoria de los campos de concentracin argentinos. Ed. Taurus. La huella
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Meja Iturriaga, Anna Berenice
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa adicional
Freud, Sigmund. Pegan a un nio. Contribucin al conocimiento de la gnesis de las per-
versiones sexuales. O. C. Ed. Amorrortu. Bs. As. 1979. Pg. 173-200
Gopsychanalyse and the rest of the world Conferencia pronunciada en la inaguracin
del Reencuentro franco-latino-americano. Paris feb. 1981.
Les Souterrains de linstitution. En Confrontation Collection Vert et Noir Paris Pg. 327-
352
524
SUBJETIVIDAD Y PODER EN EL MARCO DE LA
GUERRA DE BAJA INTENSIDAD
Filiacin Institucional:
Psicoanalista y Catedrtica de la Univ. Nac. Autnoma de Mxico (UNAM)
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
ble, pero que al asumir nuestra realidad con su tope, lo que s podemos,
es hacernos cargo de nuestro sufrimiento, nuestras fallas, nuestras incon-
sistencias, creando algo indito con ello. Nada nos tendr completamen-
te satisfechos, pues el bienestar es relativo y es subjetivo. Y en todo caso,
cada quien tendra que inventar un camino propio, y ensayar por s mismo
la manera en que podra acercarse a l, sabiendo de antemano que nunca
alcanzar totalmente el ideal en tanto lugar imposible. As, el alcance de
la mirada del psicoanlisis en el trabajo de investigacin, que llevo a cabo
en un escenario de guerra de baja intensidad, en las comunidades indge-
nas en resistencia de Chiapas, Mxico, estara encaminado a construir un
dispositivo indito, de atencin psquica posible para atender los estragos
subjetivos y del lazo social comunitario. Se trata de acompaar al sujeto
en este recorrido, adems de ser testigo de sus trazos, que no tienen de
antemano un referente comparativo de normalidad cultural y por lo tan-
to, que sus parmetros no estn incluidos en una ideologa determinada
de alienacin. A travs de su discurso plasmado tanto en sus comunica-
dos a lo largo de 15 aos, como en sus actos polticos que han tenido el
reconocimiento de la izquierda de abajo nacional e internacional; estos
sujetos que han enarbolado la resistencia indgena de ms de 500 aos,
tambin han podido dar cuenta de su posicin frente a su deseo, sosteni-
do tanto por su cosmovisin como por su proyecto poltico. Y a otros nos
ha permitido pensar las relaciones de poder, desde otro lugar; pues cabe
mencionar que este movimiento, se levant en armas en 1994, para que
otra forma de organizacin social fuera posible. Hasta ahora han mostra-
do logros de resistencia y de autonoma muy importantes en la vida pol-
tica, econmica y social de sus comunidades, y sigue insistiendo el reto a
nivel nacional, con la sociedad civil organizada desde abajo.
Por otro lado, y siguiendo a Len Rozitchner, que considera que la
teora psicoanaltica, tendra que incluir en la liberacin individual (del su-
jeto), la posibilidad de recuperar su poder colectivo (2); yo creo que ms
bien habra que constituir ese poder a partir del anlisis del posiciona-
miento del sujeto frente al discurso del poder poltico, entre otras de las
estructuras de poder, que lo que hace con l es anularlo como sujeto his-
trico y social. Pero ese anlisis tambin estara dirigido a interrogar su
posicin frente a la estructura del poder institucional, o hasta la de la es-
tructura familiar.
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Notas
(1) Freud. S. El malestar en la cultura. O. C. 21. Bs. As.: Amorrortu. 1976.
(2) Rozitchner, L. Freud y los lmites del individualismo burgus. Mxico. Siglo XXI. 1988.
(3) Foucault M. Microfsica del poder. Madrid. La Piqueta. .1992. p.86.
Una parte muy importante de la obra de Michael Foucault refleja su mirada aguda, profun-
da y polmica, sobre reas de la vida social y poltica que estn atravesadas por el funciona-
miento del poder, por ejemplo a travs de las instituciones, del discurso y del saber.
(4) Guattari, F. Psicoanlisis y Poltica. Mxico: Terra Nova. 1980. p. 21.
(5) Foucault Ibid. p. 79.
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Infancias sin Juego
Minnicelli, Mercedes
Filiacin Institucional:
Dra. en Psicologa. Directora de la Carrera de Especializacin en Infancia e
Institucin(es). Fac. de Psicologa, Universidad Nacional de Mar del Plata
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Minnicelli, Mercedes
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Minnicelli, Mercedes
te al psicoanlisis. Giorgio Agamben, nos condujo hacia textos de la Filosofa del Derecho y de la Lingstica; Philippe Aris a
los debates que su Historia de la vida privada y sus consideraciones sobre la infancia como produccin moderna produjo in-
cluso- en el propio campo del psicoanlisis, a partir del contrapunto ofrecido por Lloy de Mause, llevndolo a rectificarse es-
pecialmente en la benevolencia que inicialmente le asign a la Modernidad en la produccin de infancia, admitiendo la tole-
rancia al infanticidio que los propios dispositivos modernos contemplaran).
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Minnicelli, Mercedes
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nos convocan por los efectos de sus actos, precipitados a lo real de inces-
to y muerte. Para que una infancia se instituya, es preciso que pueda es-
cribirse en el discurso -y de manera clara- la diferencia irreductible entre
lenguaje infantil y lenguaje adulto; es decir que el lenguaje de la ternura y
el lenguaje de la pasin (Ferenczci, ibid) sean diferenciados sin confusin
alguna por los mayores. El nio requiere ser ubicado, alojado como obje-
to de deseo de Otro para subsistir y configurarse; lugar a distinguir cuan-
do son objetos de goce adulto. Ello cobra mayor relevancia por las con-
secuencias devastadoras, en lo singular y en lo colectivo, resultando im-
prescindible que la diferencia se inscriba, especialmente, en el orden ju-
rdico como marco de referencia simblica social.
Diversas culturas nos ofrecen elementos para pensar en el valor del
sostn colectivo de estas diferencias. Variantes segn regiones y costum-
bres, fueron dando marco a operatorias simblico-imaginarias en sus tiem-
pos lgicos: mistificacin desmitificacin del Otro por el pasaje ritual de
la iniciacin. Dichas operatorias sern diferentes segn la singularidad del
caso, ocupando un lugar de relevancia los correlatos colectivos que dan
soporte a lo real del sexo, de dios, del nacimiento y de la muerte.
Seguramente el tema ser objeto de debate, por nuestra parte nos
interesa distinguir a) cmo es posible clausurar los interrogantes que la
clnica en estos casos promueve; b) cmo podemos reubicar el anlisis
terico-clnico de la cuestin permitindonos mrgenes para operacio-
nes clnicas, es decir operaciones de lenguaje posibles, all donde los l-
mites de lo real se nos presentan sin velo, creando posibilidades de ins-
titucin de infancia.
Slo parece posible alguna forma de interferencia en estos casos cuan-
do cada analista est dispuesto al trabajo con otros, particularmente en
lo que hace a las dificultades propias al sostn transferencial y, a las cere-
monias mnimas para un tratamiento posible que incluya escenarios para
la circulacin y produccin de bienes simblicos. Es decir, es necesario
prepara un escenario, montar una escena para que la dramtica subjeti-
va presentada por actos y al modo de la tragedia- pueda encontrar al-
ternativas de despliegue e interferencia, que se abra el juego para otras
escrituras posibles.
538
Minnicelli, Mercedes
Bibliografa citada
Agamben, G. Infancia e Historia Edit. Adriana Hidalgo, 1997 y 2001, Bs. As. 2003
Agamben, G. Estado de excepcin Edit. Adriana Hidalgo, Bs. As. 2004
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2008b.
539
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
540
VIOLENCIA DE GENERO: DE LA RUTA CRTICA
A LA CONSTRUCCION DE POSIBILIDADES
Filiacin Institucional:
Observatorio de la Mujer Hosp. Centro de Salud J. Z. Santilln (Tucumn)
Proyecto de Investigacin Familia, Colectividades y Cuestin Social Consejo de
Investigaciones de la Univ. Nac. de Tucumn.
Resumen: Este trabajo intenta dar cuenta de una mirada integral acerca del abordaje de la
Violencia Contra la Mujer. Durante mucho tiempo se intent justificar, tratar o rehabilitar, tambin se
consideraba que quien ejerca violencia se encontraba enfermo Los movimientos de mujeres, los
aportes de los Estudios de Gnero y las actualizaciones disciplinares de las Ciencias Sociales con-
tribuyeron a que haya consensos en sostener que la Violencia de Gnero es una Violacin a l
los DDHH, es Abuso de Poder, es un problema de salud pblica y es un Problema Psico Social.
Esta nueva mirada nos llev a descubrir de las propias Voces, la Ruta Crtica que siguen las Mu-
jeres afectadas por las Violencias. Este Trmino acuado por la OMS (Organizacin Mundial de la
Salud) indica cuales son los obstculos con los que se encuentra cada mujer cuando decide visibi-
lizar lo que le pasa, cuando intenta salir del crculo perverso.
Esta ponencia, que surge de la prctica interdisciplinaria del Equipo Tcnico del Observatorio de la
Mujer, se propone a partir de los trabajos realizados con quienes viven y sufren la violencia como
as tambin de las redes que pudimos activar y potenciar, compartir con Uds. las puntos crticos de
esa ruta y las Problemticas Asociadas a la Violencia contra la Mujer.
Cabe sealar que la Ruta crtica ha sido investigada en pases latinoamericanos como Mxico, Per
Guatemala y de Argentina aun no se han realizado investigaciones, de all nuestro pequeo apor-
te a la temtica
Palabras claves: Violencia contra la Mujer, Ruta Critica- Abordaje Integral- Problemticas Asocia-
das.
541
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
542
Noe De Teitelbaum, Susana - Ale, Vernica - Sampayo Guillaume, Ma. Cecilia - Hurtado, Claudia
543
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
sultante un Plan de Trabajo con las diferentes acciones a seguir para la re-
solucin de la situacin planteada, contemplando las distintas problem-
ticas asociadas a la violencia. Ante estas situaciones, el abordaje es inter-
disciplinario, entre los diferentes profesionales del Servicio, Psiclogos,
Trabajadores Sociales, Abogados, Mdicos, etc.
Esto refleja que toda persona que consulta en el Servicio recibe apo-
yo, contencin, acompaamiento, y se realiza un seguimiento de la situa-
cin de modo de evaluar los logros obtenidos y los resultados a los que
se llega.
544
Noe De Teitelbaum, Susana - Ale, Vernica - Sampayo Guillaume, Ma. Cecilia - Hurtado, Claudia
545
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de Reflexin
Los testimonios y voces de las mujeres en situacin de violencia
con las que trabajamos, nos muestran que los factores que ms las inhi-
ben y frenan en la bsqueda de soluciones a su problemtica son, princi-
palmente, la dependencia econmica del agresor y el miedo a las repre-
546
Noe De Teitelbaum, Susana - Ale, Vernica - Sampayo Guillaume, Ma. Cecilia - Hurtado, Claudia
Bibliografa
Entel Rosa. Mujeres en situacin de Violencia Familiar.ED. Espacio. Bs As. Ao 2002
OPS/OMS Programa Mujer, Salud y Desarrollo. La Ruta Critica de las Mujeres afecta-
das por la Violencia intrafamiliar en Amrica Latina. Estudios de casos en diez pases. Ao
2000
Informe Anual, Ao 2006; 2007, 2008. Programa Observatorio de Violencia contra la
Mujer.
547
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
548
LA FUNCIN DE LA LEY EN LA
ESTRUCTURACIN DE LA SUBJETIVIDAD
Pasteris, Estefana
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Introduccin
Me convoca a realizar este trabajo, interrogantes que giran en torno
a la importancia y responsabilidad que tienen el aparato jurdico y las di-
versas instituciones que conforman una sociedad en la formacin de su-
jetos, es decir, no slo de sujetos como ciudadanos de un pas determi-
nado, que gozan de derechos, deberes y contraen obligaciones, que son
responsables por sus actos sino tambin, el papel fundamental que estas
instituciones cumplen con relacin a la constitucin de la subjetividad, al
posicionamiento del sujeto frente a la mirada del Otro.
Desde este lugar es entonces que me pregunto, Cul es la respuesta
del sistema jurdico frente a las violaciones de la ley?, puede la interven-
cin de la ley favorecer al anudamiento del sujeto a la misma y evitar que
se desborde?, qu pasa si la ley no responde?
Para tratar de encontrar algunas respuestas posibles a estos interro-
gantes, tomo una entrevista que le hicieron a un ex lder del PCC (Primer
Comando Capital), que actualmente se encuentra en prisin. El PCC es
una organizacin considerada ilegal por el Estado brasileo, compuesta
549
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
550
Pasteris, Estefana
tidos, y si esto no esta marcado por la ley que permite nuestra estructura-
cin subjetiva es necesario posibilitarlo mediante las leyes que posibilitan la
existencia de la sociedad [2].
Punto de entrecruzamiento entre ambos discursos en el proceso de
formacin y sostenimiento del sujeto, en tanto que se puede ubicar al
sistema jurdico, como un gran Otro, que delimita lo prohibido y lo per-
mitido, es decir que instaura una falta, un no todo es posible, es as que
pone medidas perimetrando los excesos, acotando el goce, y por ende
es un pilar de importancia, para nada menor, en la constitucin de la sub-
jetividad.
Esta interdiccin es justamente la que me lleva a interrogar qu efec-
tos suscita en la subjetividad el accionar del derecho frente al accionar
delictivo del sujeto?
La entrevista
- Usted es del PCC?
-Ms que eso, yo soy una seal de estos tiempos. Yo era pobre e in-
visible. Ustedes nunca me miraron durante dcadas y antiguamente era
fcil resolver el problema de la miseria. El diagnostico era obvio: migra-
cin rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la
solucin nunca apareca. Qu hicieron? Nada. El Gobierno Federal al-
guna vez reserv algn presupuesto para nosotros? Nosotros slo ra-
mos noticia en los derrumbes de las villas en las montaas o en la msi-
ca romntica sobre 'la belleza de esas montaas al amanecer', esas cosas.
Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se estn
muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardo de vuestra concien-
cia social Vi? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisin.
- Pero la solucin sera?...
-Solucin? No hay solucin, hermano. La propia idea de 'solucin' ya
es un error. Ya vio el tamao de las 560 villas miseria de Ro? Ya anduvo
en helicptero por sobre la periferia de San Pablo? Solucin, cmo? Slo
la habra con muchos millones de dlares gastados organizadamente, con
un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad poltica, crecimiento
econmico, revolucin en la educacin, urbanizacin general y todo ten-
dra que ser bajo la batuta casi de una 'tirana esclarecida' que saltase por
sobre la parlisis burocrtica secular, que pasase por encima del Legisla-
551
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Pasteris, Estefana
553
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Pasteris, Estefana
Conclusin
El recorrido que decid hacer en sta oportunidad, me permite co-
nocer la importancia del entrecruzamiento del campo jurdico y el psi-
coanaltico, y a la vez cuestionar ms all de lo que los hechos muestran
como obvio, y cerrando el sentido de los actos, para poder arrojar luz a
todos esos actos que no se explican desde las lecturas tradicionales y por
ende dificulta su abordaje y la posibilidad de vislumbrar la direccin de
respuestas posibles
Notas
[1] Sarrulle, Oscar Emilio. En Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurdico y psicoa-
naltico. Vol II. Gerez Ambertn, M. (comp). Bs. As.: Letra Viva 2004. 1 ed.
[2] Medina, Marta Susana. En Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurdico y psicoa-
naltico. Vol II. Gerez Ambertn, M. (comp). Bs. As.: Letra Viva 2004. 1 ed.
[3] El 23 de mayo del 2006, diario O Globo de Brasil, en su Editorial Segundo Cuaderno.
[4] Gerez Ambertn, Marta. En Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurdico y psi-
coanaltico. Vol II. Gerez Ambertn, M. (comp). Bs. As.: Letra Viva 2004. 1 ed.
555
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
556
UNA EXPERIENCIA DE FORMACIN
Filiacin Institucional:
Hospital del Nio Jess San Miguel de Tucumn
Resumen: A partir de la inclusin en un sistema de formacin se intenta dar cuenta de uno de sus
momentos, llamado rotacin, en que un analista en formacin reflexiona acerca de su prctica en
general y de la rotacin en particular.
Cules son los intereses y expectativas que uno pone en juego cuan-
do piensa y elige una determinada rotacin en el marco de un sistema de
formacin? Sin duda, por lo menos en mi caso, son muchos. Pero algo de
lo que esperaba, era ir encontrando algunas respuestas: en esta oportu-
nidad respecto de la clnica con pacientes adultos con patologas graves,
del encuentro con otros profesionales y especialidades, del trabajo en una
institucin psiquitrica, etc. Sin embargo, lejos uno esta de acercarse a lo
que busca, ya que en ese acercamiento mayores preguntas, en enverga-
dura y numerosidad, continan surgiendo y modificando.
Antes de continuar har mencin brevemente de la historia, a partir
de datos recogidos de libros y artculos consultados, de los antecedentes
de la salud mental en nuestra provincia.
Historia, que en tanto constituya tarea subjetivada, apele a un reco-
nocimiento de nuestra prctica.
Antes de ser erigidos los Hospitales psiquitricos en Tucumn, los en-
fermos mentales eran recluidos en comisaras y en el cuartel de bombe-
ros para ser trasladados en grupos al establecimiento existente en Oliva,
provincia de Crdoba, reconocida como una verdadera ciudad de locos
desterrados, caracterizada por el encierro y la reclusin. Por la distancia
que separaba Tucumn de Crdoba, los propios familiares de los pacientes
all internados solicitan al gobierno la apertura de una institucin local.
La vigencia del manicomio en Tucumn llega hasta los aos 70, y ha-
ba de dos tipos: los asilos cerrados, manicomios instalados en las ciuda-
des importantes, como la creacin del Hospital de Alineados en 1938 en
557
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Avenida Mitre al 300 (luego trasladado al predio que hoy ocupa el Centro
de Salud Mental Ntra. Sra. Del Carmen en Muecas al 2.500), y los esta-
blecimientos Open Door localizados en zonas rurales o suburbanas, con
modalidad de colonias de Laborterapia como fue, en la dcada del 50, el
Hospital Nacional Juan M. Obarrio de calle San Miguel al 1800.
Durante la dcada del 60, las crticas dirigidas a los hospitales psiqui-
tricos por su ineficacia teraputica y su accin iatrognica impulsaron al-
gunos cambios institucionales.
A principios de los 70 aparece el hospital psiquitrico como comu-
nidad teraputica.
En la comunidad teraputica del Hospital Obarrio, implementada
por el mdico psiquiatra psicoanalista, Dr. Csar Zimmerman, durante
su gestin como director, se realiz en base a un proceso de autodesa-
rrollo sustentado en la labor interdisciplinaria de un grupo de profesio-
nales con desempeo ad-honorem cuyo objetivo fue la utilizacin de re-
cursos grupales y el trabajo del paciente para su resocializacin. La estra-
tegia para posibilitar el cambio fue la integracin de los sectores (tcni-
cos administrativos, enfermera y paciente) en grupos de trabajo tendien-
do a una estructura horizontal. La experiencia de comunidad teraputi-
ca no tuvo la continuidad esperada debido a los recambios en la Direc-
cin del Hospital Obarrio.
Es durante su gestin que se crea la Residencia de Psiquiatra en el
ao 70.
Entre 1972 y 1975 se elabora el proyecto de la primera experiencia
en estrategia de prevencin de salud mental comunitaria en la provincia,
denominada Equipo Mvil del Obarrio. Entre las prioridades de su Di-
rector, Dr. Jos B. Toledo, estaban las tareas preventivas en la Comuni-
dad, llevadas a cabo por un equipo mvil interdisciplinario entre cuyos in-
tegrantes haba mdicos, psiclogos, asistente social y enfermeros.
Se trabaj con poblaciones en situaciones de riegos, de instituciones
pblicas y de asentamientos precarios, eligiendo escuelas, dispensarios
barriales, parroquias, etc. como sede de sus acciones.
Como consecuencia de la violencia poltica imperante el 1975, la in-
terrupcin de las instituciones democrticas y la imposicin de polticas
regresivas en el subsector salud mental, cesaron las acciones del equi-
po mvil.
558
Pereira Posse, Luca Ins - Margulis, Julia
559
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
560
Pereira Posse, Luca Ins - Margulis, Julia
Bibliografia de Consulta
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Freud, Sigmund. Psicologa de las masas y anlisis del yo. 1920. Tomo III.Edit. Biblioteca
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Lebrun, Jean Pierre. De la maladie medicale. Ed. De Boeck Universite Blgica 1993
Margulis, Julia. Responsabilidad y Niez. Revista Psicoanlisis y Hospital.
561
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
562
RECURSOS ANTE LA RUPTURA
DEL LAZO SOCIAL
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Este trabajo tiene como propsito, a partir de la experiencia por una institucin psiqui-
trica, reflexionar sobre las relaciones existentes entre Institucin, Ley y Lazo social. Se abordar
dicha relacin a partir de un caso clnico y como se fue intentando a partir del trabajo con el mismo,
propiciar restablecer los lazos sociales fracturados por aos de institucionalizacin.
Palabras Claves: Institucin Ley Lazo Social
Uno de los ejes invita a escribir sobre los lazos sociales y la ley: socie-
dad, instituciones y grupos. En esta ocasin se abordar la relacin exis-
tente entre institucin, Ley y lazo social, a partir del trabajo con un pa-
ciente que se lleva a cabo en un hospital psiquitrico de la Provincia de
Tucumn, y cmo se fue intentando propiciar restablecer los lazos socia-
les fracturados por aos de institucionalizacin.
Quisiera recortar o que considero constituyen dos ejes en el traba-
jo con el paciente. Uno es el alta, el otro eje est en relacin al trabajo
de la escritura que fue desplegando el paciente. La posibilidad de poder
abordar los mismos, esta vehiculizado en un trabajo contino que el pa-
ciente sostena con su terapeuta anterior.
En primer lugar mencionar, brevemente, lo que constituyeron las
primeras entrevistas con el paciente, en las mismas se trabajo la deriva-
cin, para ello acordamos una serie de entrevistas, tantas como fueran
necesarias. En ellas el paciente solicitaba que quedara detallado por es-
crito todo lo que haba trabajado con la Lic. Apud. Adems como yo era
una persona de absoluta confianza de la Lic. se me hizo entrega de car-
tas, grficos y cuadernos del paciente.
Elida Fernndez plantea en un tratamiento posible tenemos que pro-
ponerle al sujeto una tarea que vamos realizar juntos, tenemos que ofre-
563
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
cerle un motivo que lo implique para volver, aunque tengamos que cam-
biarlo muchas veces (Fernndez.2005:25). Era preciso armar un proyec-
to de trabajo, Marcelo tena algunos. Manifestaba, que necesitaba des-
pegar del hospital, Lic este no es un lugar para quedarse a vivir, sino
para curarse!.El otro proyecto de Marcelo, consista en escribir su his-
toria. De a poco mientras interrogaba si yo quera atenderlo, va trayen-
do algunos poemas escritos por l, segn me cuenta; solicita que los pase
en mi cuaderno de anotaciones, sostengo esta iniciativa en tanto l plan-
tea que cuando esta mal escribe y que tiene tres formas de expresarse:
la primera es gritar en el medio del patio del hospital, la segunda escri-
bir las cosas que le pasan y la tercera pelearse. Marcelo haba transcurri-
do por algunas de ellas.
Abordar el alta de Marcelo no fue posible sin tener en cuenta su his-
toria personal, en la misma sobresale el abandono por parte de su fami-
lia biolgica y su familia adoptiva. Transcurri muchos aos de su vida
en instituciones socio asistenciales y de salud mental. A los dos aos es
internado en la Sala Cuna ya que a su madre biolgica se le quita la te-
nencia. A los 4 aos es adoptado por un matrimonio de Bs. As., luego a
los 11 aos es alojado en un internado y posteriormente en instituciones
privadas de Salud Mental. Ellos hicieron borrn y cuenta nueva, hicie-
ron abandono de persona, plantea Marcelo. Refiere que algo suceda en
l que no poda frenar su impulsividad, relata que una vez agredi a su
mam y que eso hizo que lo llevaran a un nosocomio. Su padre adoptivo
abusa de l a los 5 y a 10 aos, segn relata Marcelo, episodios que fue-
ron tapados, por la familia.
A partir de ah Marcelo paso a estar bajo tutela judicial comenzado un
recorrido por distintas instituciones, tanto de Bs. As. como de esta pro-
vincia, al decir de Marcelo 17 instituciones: hospitales psiquitricos, ins-
tituciones de medio camino, hospital de da, proyectos para chicos en si-
tuacin de calle, hogares de menores, Institutos de menores en conflic-
to con la ley. Hasta el momento que ingresa al hospital, cumpliendo all
los 21 aos. As llega Marcelo al hospital en febrero de 2007, trado por
la polica ya que segn se consigna en HC, se encontraba gritando y con
conductas desordenadas en la Secretaria de Minoridad y Familia. Los mo-
tivos por el cual Marcelo sala de cada institucin fue que no se trataba de
564
Quessa, Judith Abigail
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
566
Quessa, Judith Abigail
Conclusin
A partir de un caso clnico se intento dar cuenta de la relacin entre
institucin, Ley y lazo social. Ley insensata, que redobla la exclusin, el
rechazo, la ruptura con el lazo social. Considero que en el caso de Marce-
lo, este pudo, a partir de la escritura y del trabajo realizado, ir preparando
el desembarco para hacerse un lugar posible en el lazo social.
Ref. Bibliogrfica
ernndez, E. (2005). Algo es posible. Clnica psicoanaltica de locuras y psicosis. Bs. As.:
F
Letra Viva..
567
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
568
Eficienciera o la psicologa capitalista
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
569
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
570
Ramos, Juan Leopoldo Lujn
571
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
572
Ramos, Juan Leopoldo Lujn
573
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
574
Ramos, Juan Leopoldo Lujn
all de los diferentes significantes del campo psi para este viraje y su pro-
yecto, el significado ha sido en todos los casos el mismo: el doble manda-
to de producir/consumir sin lmites.
La cuestin de la psicologa desde los albores del siglo XX ha sido
cmo funcionar exitosamente como sistema de control del sujeto; cmo
lograr extender la voz idiota del amo hasta la intimidad del sujeto, cmo
mejorar la funcionalidad del sujeto antes que escuchar su sufrimiento. Ese
puente, esa ingeniera, esa eficienciera.
Notas
[1] Watson, John. El conductismo, Bs. As., Paids, 1961, pp. 25-26.
[2] Watson, John. El conductismo, p. 23.
[3] Watson, John. El conductismo, p. 30
[4] Braunstein, Nstor. Psicologa: ideologa y ciencia (1975), Mxico, Siglo XXI, 2000,
pp. 331.
[5] Canguilhem, Georges. Qu es la psicologa? (1956), en www.psicosocial.geomun-
dos.com.
[6] Lacan, Jacques. El Seminario. Libro III. Las psicosis, 1955-1956, Bs. As., Paids, 1984.
[7] Watson, John. El conductismo, p. 31.
[8] Watson, John. El conductismo, p. 28.
[9] REAL ACADEMIA ESPAOLA. Diccionario de la lengua espaola, 22 ed., Ed elec-
trnica, Madrid, 2003.
[10] MERRIAM-WEBSTER, Merriam-Webster Online Dictionary. En internet.
[11] dem.
[12] Braunstein, Nstor. El goce. Un concepto lacaniano, Bs. As., Siglo XXI, 2006, p.
250.
[13] ESPASA CALPE. Diccionario Espasa, Ed. Electrnica en CD-ROM.
[14] Braunstein, Nstor. El goce. Un concepto lacaniano, Bs. As., Siglo XXI, 2006, p.
250.
[15] AA. VV. Diccionario de Latn-Espaol, Barcelona, VOX, 1987.
[16] REAL ACADEMIA ESPAOLA. Diccionario de la lengua espaola.
[17] Althusser, Louis. Ideologa y aparatos ideolgicos de Estado (1970). Freud y Lacan
(1964), Bs. As., Nueva Visin, 2005.
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576
ENCARNAR LA AUTORIDAD
Filiacin Institucional:
Ctedra de Psicologa del Desarrollo II (Prof. Hilda Karlen Zbrun). Facultad de
Psicologa. Universidad del Aconcagua.
Encarnar la autoridad
En la provincia de Mendoza, especficamente en la Legislatura pro-
vincial se encuentran en tratamiento tres proyectos de Ley, presentados
por el Diputado Puga. La ley de Convivencia Escolar apunta a abordar
los casos de alumnos problemticos, que se manifiestan en forma violen-
ta en la relacin con sus compaeros y las autoridades escolares. La ley
de Paternidad Responsable apunta a proteger el derecho de los nios a
estudiar, as como tambin obliga a los padres a asistir a la escuela cuan-
do sean llamados y a informar sobre cualquier situacin vivida por el nio
que requiriera un tratamiento especial. El tercer proyecto tiene por ob-
jetivo nombrar al docente como autoridad pblica, y debido a esto exi-
gir que el maestro sea respetado. Toda agresin a la persona del docen-
577
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
578
Reta, Mara Eugenia - Alcalde, Mara Constanza
579
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Legendre, Pierre. (1996). El inestimable objeto de la transmisin. Siglo XXI Editores, Mxi-
co.
580
Psicoanlisis situado: Dispositivo
colectivo como eje de intervenciones
institucionales
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa. Bs. As.
Resumen: Desde el mes de septiembre del 2007 un grupo de profesionales contratados por el Mi-
nisterio de Justicia de La Nacin realiza una intervencin en Salud Mental en el Hospital Psiquitri-
co Central de varones (Unidad 20) que apunta a restituir juricidad e implantar un nuevo paradigma
que se caracteriza como Interdisciplinario, Interinstitucional e intersectorial.
El espacio interdisciplinario posibilita una operacin transversal, no como sumatoria de acciones,
actuando en un territorio en donde conviven diferentes actores sociales: los pacientes- internos, los
miembros del equipo de Salud, y como actores externos muy presentes: los fueros judiciales.
Como estrategia de intervencin se encuentra la puesta en forma de un espacio comunitario deno-
minado Asamblea, territorio de localizacin subjetiva, que permite una tica capaz de de posibilitar
que el discurso siempre en relacin a la verdad- se dialectice y se relance.
En la Asamblea se intenta la salida de la extraterritorialidad propia de esta institucin total, en el que
se alojan sujetos en condiciones de extrema marginalidad: pacientes-reclusos con padecimientos
mentales, condicin que los colocan en situacin de vulnerabilidad extrema.
La presencia del psicoanlisis como discurso invitado a la convivencia, en un sitio de extensin,
aporta su lgica e intencin produciendo mediaciones que humanizan estas instituciones en don-
de imperan condiciones extremas de vida.
Palabras Clave: Institucin Total Dispositivo Colectivo-Asamblea- Psicoanlisis Situado Dere-
cho Penal.
581
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Riccombene, Norberto Salvador
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Riccombene, Norberto Salvador
587
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
[1] CELS y MDRI. 2006, El encierro dentro del encierro Vertex: Revista Argentina de
Psiquiatra: Vol.XVII: pp.72-77
[2] Muoz Conde Francisco. 2003. Edmund Mezger y el derecho penal de su tiempo. Es-
tudios sobre el derecho penal en el nacionalsocialismo. Valencia. Ed. Tirant Lo Blanch.
[3] Jakobs Gnther. 2003. Derecho penal del enemigo. Madrid .Cuadernos Civitas.
[4] Zaffaroni Eugenio Ral. 2004. Es posible un derecho penal del enemigo no autorita-
rio? ficha Ctedra Derecho Penal. Bs. As. UBA. Pp. 19-20
[5] Lacan Jacques. (s.f.)El saber del psicoanalista. Bs. As. Edicin mimeogrfica.pp.63
[6] Ulloa Fernando. (s.f.) Una perspectiva metapsicolgica de la crueldad. Bs. As. Versin
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Goffman Erving. 1994. Internados. Bs. As.: Amorrortu.
Ulloa Fernando. 1995. Novela clnica psicoanaltica. Bs. As.: Paids.
588
Adolescencia in-pacto o adolescentes
impactados?
Filiacin Institucional:
Lic. en Psicologa
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Santiago del Estero.
Resumen: En este trabajo remarcamos la importancia que radica en considerar cada adolescencia
para poder escuchar el malestar que tiene lugar en el marco de su subjetividad, evitando as caer en
falsos ilusionismos que deparan otros discursos que intentan abordarla, recurriendo para ello, a da-
tos informativos basados en indicadores estadsticos. Evitan de este modo interpelar al adolescen-
te, y recurren defensivamente a expedir informacin de sus caractersticas, enmascarando la ver-
dadera demanda del adolescente. Ellos solicitan que se los escuche. De otro modo el sntoma hace
estragos en el lazo social y la violencia se instala. Los discursos que bordean la cuestin descono-
cen muchas veces su sobredeterminacin. Por ello, invitamos a Foucault para respaldar nuestra in-
terpretacin sobre el siglo que nos aloja.
Palabras clave: adolescencia- lazo social- perversin- in-pacto/impacto-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Ros, Mara Victoria
, exista.
instala la diferencia en cuento al goce/deseo de uno y otro sexo]
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Ros, Mara Victoria
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Hoy no hay ms garantas. Nuestra realidad nos impacta con Otro inconsis-
tente que nos veda la posibilidad de crear simblicamente una respuesta, de ha-
cer pacto, de estar In-pacto; puesto que la garanta juega de local para el Otro
del poder, ese lugar excntrico que ofrece alojamiento al significante amo.
Al estar en jaque la intersubjetividad, la sociedad podra ser definida como una
coleccin de individuos que al no poder sostener el lazo amoroso se conducen
montando una escena tan perversa como puede, tan masoquista como ella.
Es nuestra responsabilidad denunciar aquello que escuchamos y que hace rui-
do en nuestros odos cual interferencia, a fin de no quedar como sociedad, mio-
pes de la realidad, soportando la esquizia que otros discursos padecen.
Debemos atisbar el modo otro, autntico y por ello responsable de
asumir una postura que reflexiona sobre las condiciones que la preexis-
ten. De otro modo, nos veremos reducidos a ser objetos jugados por el
gran titiritero. Con ello me estoy refiriendo al mercado, gozoso ordena-
dor de prcticas sociales, donde a los sujetos se los cuenta pero nadie
los toma en cuenta [Braunstein, Nstor. Goce. Un concepto lacaniano, Bs. As.: Siglo XXI, 2006, Pg. 283].
Para concluir diremos que la adolescencia, la adultez, la sociedad, el lazo
social, los diferentes discursos, la violencia, la sexualidad, entre otros obje-
tos que aqu abordamos, son productos construidos desde lugares de po-
der que se forman y transforman de acuerdo al momento histrico, puesto
que la verdad no existe per se, sino que es consecuencia de un implante en
las prcticas sociales, para fabricar la realidad del siglo XXI. Desconocer la
sobredeterminacin que padecen significa reducir nuestro anlisis y perder-
nos en los laberintos de la comprensin como ya nos advirtiera Lacan.
Acaso no es la prdida del lazo social el nuevo dispositivo de satura-
cin que labora conforme a los intereses del poder, y que vuelve perver-
sa a la sociedad del siglo XXI que pretende colmar la falta del Otro con-
ducindose para ello, de modo ilegal?
Bibliografa
Dor, Joel Introduccin a la lectura de Lacan. Barcelona. Gedisa. 1998.
Foucault, Michel. Historia de la sexualidad: La voluntad de saber. Bs. As. Siglo XXI. 1990.
Lacan, Jacques. Escritos 2. Bs. As.: Siglo XXI. 2003.
Lacan, J.. El Seminario. Libro I. Los escritos tcnicos de Freud, 1953-1954. Bs. As.: Pai-
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Lacan, J. El Seminario. Libro III. Las psicosis, 1955-1956. Bs. As.: Paids. 2002.
Lacan, J. El Seminario. Libro V. Las formaciones del inconsciente, 1957-1958. Bs. As. Paids. 2003.
Nancy, Jean. El hay de la relacin sexual. Madrid. Sntesis. 2001.
594
PROBLEMTICAS INFANTO-JUVENILES:
El SUJETO PUEDE ADVENIR?
Filiacin Institucional:
Docente de la Universidad del Aconcagua y de la Universidad Nacional de Cuyo.
595
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Rodrguez Yurcic, Ana Laura
597
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Ausencia de sujeto
Por un lado, nios y jvenes estupidizados: demandantes, cibernti-
cos, caprichosos consumistas a quienes se dedican ejrcitos de diseado-
res de lo ultimo que muestra la televisin.
Por otro lado, nios y jvenes perdidos en su problemticas: embara-
zo, adicciones, trastornos alimenticios, violencia, delito, suicidio.
De uno y de otro lado, ausencia de sujeto, en tanto parece no ha-
ber pregunta, parece no haber lugar para el deseo que mueve al sujeto.
Son planteados como objetos: objetos arrastrados por el consumo, y/o
objetos desechados del consumo y tomados por sus satisfacciones pul-
sionales.
Se trata entonces de volver la mirada a las subjetividades.
Los nios y adolescentes narcotizados (por el consumismo, por la
computadora o por las sustancias psicoactivas) se presentan como nios
y adolescentes desubjetivados.
La subjetividad plantea nuevas modalidades; no ha desaparecido. Hay
otros modos de hacer lazo social, de vivir el cuerpo, de hacerse escuchar
598
Rodrguez Yurcic, Ana Laura
Notas Bibliogrficas
(1) Bleichmar, Silvia. La subjetividad en riesgo, Bs. As.: Topia, 2004. Pg 79.
(2) Fernandez, Ana Mara. La invencin de la nia. Bs. As.: UNICEF, 1993.Pg. 16.
(3) Negativizados: tomo este trmino en el sentido en que lo hace Mariana Chvez,
cuando expresa: ---tomando la propuesta foucoultiana sostengo que la juventud est sig-
nada por el gran NO, es negada (modelo jurdico) o negativizada (modelo represivo), se
le niega existencia como sujeto total (en transicin, incompleto, ni nio ni adulto) o se ne-
gativizan sus prcticas (juventud problema, juventud gris, joven desviado, tribu juvenil, ser
rebelde, delincuente, etc.) En: Chavez, Mariana. Juventud negada y negativizada. Repre-
sentaciones y formaciones discursivas vigentes en las Argentina contempornea. Disponi-
ble en: httpwww.scielo.cl-pdf-udecada-va3n23-art02-pdf-url.
599
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
(4) Los varios mitos comunes sobre la juventud que desarrolla Cecilia Braslavsky son:
1) la manifestacin dorada: por la cual se identifica a todos los jvenes con los privilegia-
dos militantes en defensa de sus privilegios, con los individuos que poseen tiempo libre,
que disfrutan del ocio y de la moratoria social; 2) la interpretacin de la juventud gris, por
la cual los jvenes aparecen como los depositarios de todos los males, el segmento de la
poblacin ms afectado por la crisis, por la sociedad autoritaria, que sera mayora entre
los desocupados, los delincuentes, los pobres, los apticos la desgracia y resaca de la so-
ciedad y 3) la juventud blanca, o los personajes maravillosos y puros que salvaran a la hu-
manidad, que haran lo que no pudieron hacer su padres, participativos, ticos, etc. Bras-
lavsky, Cecilia, citada por Margulis, Mario en: La juventud es ms que una palabra. Bs. As.:
Biblos, 2000. Pg. 14.
(5) Parafraseando a Jean Claude Milner, quien sostiene que A las obras no totalizantes les
convienen lecturas no totalizantes. Milner, Jean Claude. La obra clara. Lacan, la ciencia, la
filosofa. Bs. As.: Manantial, 1996. Pg. 10.
Bibliografa
Chavez, Mariana. Juventud negada y negativizada. Representaciones y formaciones discur-
sivas vigentes en las Argentina contempornea. Disponible en: httpwww.scielo.cl-pdf-
udecada-va3n23-art02-pdf-url.
Freud, Sigmund (1900). La interpretacin de los sueos, O. C. V, Bs. As.: Amorrortu,
1986.
Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 5. Las formaciones del inconsciente. Clase XIV. El de-
seo y el goce. Bs. As.: Paids, 1999.
Lacan, Jacques. El deseo y su interpretacin. Seminario 6. 1958-1959. Clases 1 y 2. Indi-
to.
Margulis, Mario (ed). La juventud es ms que una palabra, Bs. As.: Biblos, 2000.
600
DE LA COACCIN A LA CREACIN
Filiacin Institucional:
Psicoanalistas. Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Resumen En este trabajo nuestro propsito fue plantear las intervenciones posibles en la clnica
psicoanaltica cuando lo que aparece en primer plano no es el sujeto y las formaciones del incons-
ciente sino la pulsin.
Intentamos dar cuenta de las mismas a partir de recortes clnicos de un caso.
Se evidencia la presentacin de Elena no ubicada del lado del deseo sino del de la pulsin, desde
una coaccin de repeticin que se encuentra necesariamente mas all del principio del placer liga-
da a la pulsin de muerte. Se establece la diferencia entre sntoma y acto y se ubica al padecimien-
to de Elena en las patologas del acto.
En el recorrido clnico se marcan dos momentos que producen un viraje subjetivo. En el primero se
pone de relieve la presentacin de la paciente en acting. Se establecen las condiciones simblicas
para que el Otro de la Ley se instaure. En el segundo a travs de una maniobra analtica se posibi-
lita que el goce condescienda al deseo. Lo Real va cediendo terreno y en lugar de ofrecer el cuer-
po ofrecer una creacin simblica.
Palabras claves: Coaccin de repeticin Patologas del acto Pulsin de muerte Acting-out
Condiciones simblicas Goce Real
He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibuj el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.
Los trabajos y las noches
Alejandra Pizarnik
601
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Elena fuma, fuma todo el tiempo y cuando lo hace esta atenta a la re-
accin que produce, sabe que su imagen horroriza, angustia. En la sala de
Neumonologa se sacaba la bigotera de oxigeno y se paseaba con un ci-
garrillo en la mano. En el 87 me detectaron E.P.O.C. y me dijeron que te-
na que dejar de fumar y no lo hice, en el 99 me diagnosticaron enfisema y
sigo fumando, no puedo parar creo que no tengo el coraje de matarme y
por eso fumo, son pequeos intentos de suicidio.
El encuentro con Elena se produce a travs de un pedido de inter-
consulta realizado por el medico neumonlogo. En la primera entrevista
se muestra indiferente frente al ofrecimiento de hablar acerca de su pa-
decimiento, no haba nada que ella pudiera decir acerca de lo que le ocu-
rra, no poda reconocerse como siendo parte de ese producto, su cuer-
po apareca invadido por un real, tomado por el goce.
La sensacin de inermidad ante lo inevitable, que manifiesta ante la
repeticin de este acto, dara cuenta de algo que no fue primitivamente
simbolizado y aparece en lo real. Elena dice: estoy muy mal, muy nervio-
sa, porque quiero vencer y no voy a poder. Es ms fuerte que yo, pido que me
ayuden pero no puedo. Siento bronca conmigo por no poderlo dejar. Cmo
hago para no dejarlo?
El termino coaccin marca esa fuerza violenta y aparentemente ex-
terna a la subjetividad desde la cual el sujeto se siente ajeno a eso atroz
que se instala en el ncleo mas ntimo de su vida psquica para acicatear-
lo y gobernarlo, mas all de si (1).
Desde la elaboracin freudiana de la pulsin de muerte queda postu-
lado que no hay un bien soberano. Es el mas all del principio del placer
que hace que Elena no quiera su bienestar, algo se lo imposibilita y pade-
ce, es un mas all del deseo, pulsin de muerte que se opone a la trami-
tacin asociativa. As desde esa mostracin obscena y descarnada de su
cuerpo sufriente evidenciaba su presentacin no ubicada del lado del de-
seo sino del de la pulsin.
Estas elucidaciones nos permiten pensar la puesta en acto como es-
capando a la cadena significante, regida por una coaccin de repeticin.
Todo lo que atestiguara que no nos estamos refiriendo a un sntoma, al
menos en el sentido analtico.
Segn la definicin de Lacan un sntoma es una formacin del incons-
ciente que tiene estructura de lenguaje, donde un significante remite a
602
Roldn Surez, Mariana - Azar, Carolina
603
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Primer momento
El interrogante que surge entonces es sobre el trabajo analtico posible
en estos casos. La respuesta es ofertar una escucha para que algo pueda
ser puesto en cuestin, esperando que a travs del decir la dimensin del
deseo aparezca y a partir de all que algo del orden de la demanda surja.
Desde su ingreso en el servicio de Neumonologa concit la atencin
angustiada y horrorizada tanto de los pacientes que compartan con ella la
sala, como del equipo profesional y auxiliares. Apareca en la sala fuman-
do, pasendose desafiante, en clara provocacin a pesar de las secuelas
fsicas visibles en piel y faneras; delgadez extrema, dificultad para respi-
rar, disfona y frecuentes accesos de tos. Estaba prohibido fumar por lo
cual se le confiscaban los cigarrillos, los que eran conseguidos nuevamen-
te mendigando en los pasillos del Hospital.
Sobre el teln de fondo de su adiccin al tabaco y la coaccin a la re-
peticin, podramos interpretar al montaje escnico que Elena armaba
en la Sala, como un acting-out dirigido a convocar la mirada de los otros.
Interpretacin que se sustenta en el hecho de que era ste el nico mbi-
to en el que Elena abiertamente transgreda y fumaba sin esconderse, no
as en casa de su hija, en donde su adiccin era un acto solitario. Ella rea-
lizaba este acting all donde supona a otro que poda responder y efec-
tivamente su medico tratante se hizo eco de esta escena con su angustia
y pidi la interconsulta.
Podemos entender entonces que esta mostracin es un desesperado
pedido de socorro a travs del cual, Elena, procura la instalacin del Otro
en la medida en que este se presenta inconsistente. Lacan en el Seminario
X dice al respecto: esencialmente, el acting-out es algo, en la conducta
del sujeto, que se muestra. El acento demostrativo, la orientacin hacia
el Otro de todo acting-out deben ser destacados (5).
Para empezar a escuchar, siguiendo las coordenadas que seala Marta
Gerz Ambertn en Imperativos del Superyo respecto a las maniobras po-
sibles para dirigir una cura all donde el Otro falta, es necesario primero
instaurar al Otro de la ley, instalar condiciones simblicas que posibiliten
poner un freno al acto y dar lugar a la palabra.
En una entrevista pregunta si poda fumar a lo cual se le contesta que
no, que durante las mismas no poda hacerlo. Ante esta respuesta comien-
za a suplicar, a pedir por favor, a lo cual se le dice que el espectculo de
604
Roldn Surez, Mariana - Azar, Carolina
verla fumar seria insoportable, que causara mucho dolor. Prestando con
esta palabra vida a ese cuerpo maltratado, sufriente, transformando de
esta manera lo que era solo una mostracin en un llamado, legitimndolo
como tal e incorporndolo en la escena transferencial. Intervencin cal-
culada que apunta a conseguir que ese goce condescienda al deseo.
Elena puede llorar y dice: siento que nunca tuve amor, nadie me quiso,
no tiene sentido mi vida y no tengo coraje para matarme, por eso fumo.
A partir de esta intervencin algo de la transferencia comienza a esbo-
zarse y puede empezar a intercambiar cigarrillos por golosinas, recortan-
do la sesin un espacio diferente en el que puede ofrecer otra cosa (dice:
antes de venir ac no puedo fumar, en lugar del cigarrillo me compro un chu-
petn). Puede hacer equivaler cigarrillo- sumisin, cigarrillo-dependen-
cia, diciendo: es como con mi familia, siempre fui dependiente, sumisa, yo
hacia cualquier cosa para que mi mama me acepte, pero ella me aborreca
y de eso si se puede hablar, eso puede entrar en la cadena asociativa bajo
las leyes del inconsciente y acotar, limitar ese goce que la lleva a ofrecer-
se como objeto, a dejarse fumar por el Otro, a es-fumarse.
A la pregunta por el deseo del Otro Elena responda siendo el obje-
to que cubra la falta, completando al Otro, desde all lgicamente con-
sistente y no deseante. El Otro, en ese punto lmite de angustia le solici-
ta al sujeto su perdida, no en el sentido de la castracin, sino perderse en
el infinito, morirse, matarse, ser para el Otro.
Esta posicin como objeto de goce del Otro, se enlaza con un recuer-
do de Elena: cuando ella era nia fue abusada sexualmente por su padras-
tro, al enterarse la madre la exilio (segn sus palabras) en casa de una
ta, no permitindole volver a vivir con ella. Herida donde el Otro insti-
tuyente no dio cabida a su dolor.
Exilio: viene de exsilium compuesto de la preposicin ex y de so-
lum y hace referencia a destierro. Con solum se especifica el lugar, se
trata de lo que sostiene, base, soporte, apoyo (6). As exilio indicara la sa-
lida del lugar de origen, quedarse sin apoyo.
Elena fue desterrada de su ncleo familiar. Situacin que marca su im-
posibilidad de construir un lugar con sus otros significativos y que se re-
petir invariablemente. Elena dice: siempre viv en un lugar de prestado,
me siento una intrusa en todos lados.
Frente a la pregunta de Elena acerca del lugar que tenia en el deseo
605
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Segundo momento
Era necesario producir una operacin analtica, introducir un nuevo
elemento: el pago, que ubique a Elena en una nueva dimensin y tal vez
pueda promover una prdida de goce. Tratndose de una paciente de
Hospital era difcil construir un objeto simblico privilegiado, como es el
dinero. Se utiliza el bono hospitalario voluntario. Esta condicin suscita
en ella un intenso enojo. Desaparece tres semanas y con su vuelta pue-
de empezar a pensar en un espacio que le es propio y por el que algo de-
ber ofrecer a cambio, puede constituir y construir un objeto simblico
para pagar por su goce.
Algo de ese goce ilimitado se puede ir acotando, lo Real va cedien-
do terreno y el dinero no solo puede servir para comprar cigarrillos, sino
tambin para pagar por sus sesiones. Dice: el bono sale un peso, que es
un paquete de 10, como hoy no lo pude comprar, para la prxima le debo
uno de 20.
Este corrimiento produce en Elena la aparicin de fantasas diurnas a las
que les va dando forma de cuentos. En el decir un significante va llaman-
do a otro, la cadena avanza y enlaza estas producciones con el recuerdo
de su to, a quien le gustaba leer y escribir de quien dice l era como mi
padre, fue el nico que me quiso. Toma prestado un significante del lado
del amor con el que logra construir un espacio propio.
Comienza a escribir relatos breves, cuentos y poesas. Puede, median-
te la creacin, ir armando otras escenas, ser la guionista de otra historia
en la que puede encarnar un lugar diferente.
Se le ocurre la idea de vender en el Hospital estos cuentos, poesas
y acrsticos.
Otro momento subjetivo se inaugura desde el cual logra abandonar la
posicin de desecho, de mendiga, y en lugar de ofrecer su cuerpo, ofre-
cer palabras.
Como nos ensean Lacan y Freud es el paciente quien decide has-
ta donde quiere llegar, su pasaje por el anlisis le posibilit encontrar un
606
Roldn Surez, Mariana - Azar, Carolina
Notas
(1). Gerz Ambertn, Marta. Culpas, fallas de la Ley y coaccin. Culpa, responsabilidad
y castigo en el discurso jurdico y psicoanaltico. Volumen 2. Pg. 88. Editorial Letra Viva.
Ao 2004.
(2) Lacan, Jacques. Seminario 2. El yo en la teora de Freud en la tcnica psicoanaltica.
Pg. 106. Editorial Paidos.
(3) Lacan, Jacques. Seminario 2. El yo en la teora de Freud en la tcnica psicoanaltica.
Pg. 107. Editorial Paidos.
(4) Rabinovich, Diana. Una clnica de la pulsin: las impulsiones. Editorial Manantial.
Ano 1989.
(5) Lacan, Jacques. Seminario 10. La angustia. Pg. 116. Editorial Paidos.
(6) Tizio, Hebe. Exilio. El psicoanlisis en el Siglo. Edita El psicoanlisis en el Siglo.
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Vegh, Isidoro. Ao 1998. Hacia una clnica de lo Real. Bs. As., Paidos.
607
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
608
Locura y Peligrosidad:
Una introduccin al problema
Filiacin Institucional:
Psicoanalista. Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Este trabajo intenta reflexionar sobre las nociones de la locura en relacin a lo peligro-
so, y sus posibles efectos en el campo llamado de la Salud Mental. Para ello se realiza un recorri-
do histrico siguiendo las teorizaciones de Foucault y tambin tomando conceptos de la teora psi-
coanaltica.
609
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
610
Romero, Mara Constanza N.
y el lugar dejado por los leprosos fue ocupado por una masa indiferenciada
que Foucault llama la sinrazn: vagabundos, pobres, locos, libertinos, ho-
mosexuales, hechiceros, prostitutas. Ellos habitaron el espacio de la exclu-
sin social. El discurso del loco dejar de ser escuchado. Su palabra ser aca-
llada. La locura se perciba como lmite, el loco es alojado en los lmites, est
en el lmite de la ciudad y lo inhabitado, se debate entre el existir y la nada.
El encierro va a ser la prctica que corresponde a esta concepcin de
la locura. La locura aparece como lo peligroso.
Por su parte, la experiencia moderna estar marcada por la diferen-
ciacin entre pobreza y sinrazn que efecta el capitalismo. Es as que
los compaeros de encierro de la locura quedarn subsumidos en la r-
bita privada, y la locura asumir un estatuto pblico.
Gross, siguiendo el anlisis foucaultiano, seala que el Gran Encierro
que el siglo clsico justificaba como puesta en prctica de un proyecto de
reduccin de la miseria, donde se conjugaba asistencia y represin, ya no
resulta prctico a la nueva organizacin econmica.
El ocioso y el pobre se ven reintegrados a la comunidad como potencial
fuente de riqueza, y en esa reorganizacin del espacio social, el loco queda
excluido y discriminado al no poder ingresar en el sistema de produccin.
Sin embargo, no podr dejrselo libre, al constituir una potencial amenaza
para s mismo y para el resto de la comunidad. Al haber sido extrada la
locura del anterior conjunto heterogneo, en el cual se hallaba confundi-
da, se posibilitar la construccin de una reflexin mdica que se la apro-
piar como objeto de conocimiento. Es a partir de Pinel, que se estructura
una lgica teraputica que liga la constitucin de un conocimiento sobre la
locura, con la forma de organizacin de una institucin que le est destina-
da. As, confinada la locura dentro del mbito de la enfermedad mental, se
habilita un espacio cerrado conforme a su naturaleza. La enfermedad pasa
a ser positiva para la ciencia, el asilo va a ser un campo de fuerzas, un es-
pacio de poder a ser conquistado, en donde el loco debe ser dominado.
En nuestra poca las instituciones como prisin, psiquitrico, hospita-
les, ya no tienen la funcin de excluir, sino de fijar a los individuos. Pero la
exclusin, la nocin de individuo peligroso, no ha desaparecido, sino que
acta a niveles ms implcitos, acta a nivel de lo inconsciente, de lo ideo-
lgico, a partir de representaciones sociales de los profesionales de la sa-
lud, y estas representaciones sostienen diferentes prcticas.
611
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de conclusin
Desde los aportes del psicoanlisis se intenta sostener un discurso que
rompa con el sentido coagulado, que ponga en cuestin los saberes prees-
tablecidos sobre lo normal, la locura, la enfermedad, etc. Esto tiene impli-
cancias en el posicionamiento frente al paciente llamado enfermo mental.
Bibliografa
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co y psicoanaltico Vol II, Ed. Letra Viva, Bs As.
Roudinesco Elisabeth. (1999), Por qu el psicoanlisis?. Paids. Bs As. 2002
612
LA ESCRITURA DE LA MEMORIA COLECTIVA
PLURAL MEDIATIZADA POR UN DISPOSITIVO
HIPERMEDIAL DINAMICO
Filiacin Institucional:
Doctora en Humanidades y Artes. (Univ. Nac. de Rosario). Investigadora del CO-
NICET
Docente -Investigadora - Profesora Titular Fac. de Humanidades y Artes. Univ.
Nac. de Rosario. Directora del Programa de Investigacin, Desarrollo y Trans-
ferencia Dispositivos Hipermediales Dinmicos radicado en el Centro Interna-
cional Franco-Argentino en Ciencias de la Informacin y Sistemas: Convenio en-
tre la Univ. Nac. de Rosario, CONICET y la Universit Paul Czanne, Aix-Mar-
seille III (Francia)
1. Introduccin
Segn Tedesco, Existe una idea, universalmente difundida, segn la cual
vivimos una poca de crisis de autoridad [1], as inicia en marzo del 2009, la
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San Martn, Patricia
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San Martn, Patricia
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
3. A modo de cierre
Nuestro posicionamiento propone un espacio de encuentro y de pro-
duccin de conocimiento dinmico que abre las puertas de la institucin
escolar a la diversidad de voces y saberes: una dimensin de autoridad
construida desde un hoy que se entrama en el pasado como forma de
presente habilitando la continuidad de vida. Siguiendo a Candau adheri-
mos a que no puede haber identidad sin memoria (como recuerdos y ol-
vidos), pues nicamente esta facultad permite la conciencia de uno mis-
mo en la duracin, inversamente no puede haber memoria sin identidad,
pues la instauracin de relaciones entre estados sucesivos del sujeto es impo-
sible si ste no tiene a priori conciencia de que este encadenamiento de se-
cuencias temporales puede tener significado para l. Con las reservas usua-
les cuando se pasa de lo individual a lo colectivo, podemos plantear el mismo
razonamiento para un grupo a para toda una sociedad [12].
Finalmente, hemos propuesto un camino posible para las prcticas
educativas a travs de la modalidad de taller fsico-virtual donde no pri-
ma un nico sentido, el del maestro omnipotente como figura cerrada
sobre s misma, sino una pluralidad donde los diversos dilogos, navega-
ciones, exploraciones, combinaciones textuales y producciones son es-
trategias de todos los participantes como sujetos activos tejedores en
tensin del DHD. Sin embargo, an seguimos escuchando comentarios
resistentes de algunos docentes que les resulta difcil pensar-se desde su
nueva autoridad como coordinadores responsables del proyecto y conti-
nan preguntando sobre quin otorga objetividad a las historias, quin
ejerce el control y autorizacin de lo que se sube, etc. La interactivi-
dad participativa-intersubjetiva y la construccin grupal de una tica de la
responsabilidad, resulta obturada o poco creble para aquellos que toda-
va manifiestan una contradiccin evidente entre su adhesin terica a las
perspectivas constructivistas dialcticas y la realidad de sus actuales prc-
ticas, no siendo as para los alumnos que demuestran una amplia flexibili-
dad y motivacin hacia el proyecto de taller fsico-virtual presentado. Tra-
bajar desde esta complejidad es nuestro desafo, la comunidad educativa
en su conjunto coordinada por sus docentes, tendr la tarea de construir
autoridad dando juego a un pensamiento que evidencie todo aquello que
se ha configurado como barbarie cultural, intentando poner en evidencia
la variedad paradigmtica de discursos, a fin de iluminar las discusin del
618
San Martn, Patricia
Referencias
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20, marzo 2009, Argentina, Ministerio de Educacin de la Nacin.
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General Sarmiento.
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tuto de lingstica, Facultad de Filosofa y Letra, UBA, N 12, pp. 233-247. Agambem, G.
(2007): Quest-ce quun dispositif?, Paris, Rivages Poche. Meunier, J. P. (2007): Dispositif
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[9] Foucault, M. (1991): Saber y verdad, Madrid, La piqueta.
[10] Prototipo experimental en http://200.26.191.124:8080/portal/
[11] Profesionales en Ciencias de la Educacin/Integracin de TIC y Formacin Docente;
Arquitectura y Diseo de Interfaces, Ciencias de la Computacin y Desarrollo de Software;
Ingeniera y Sistemas Complejos Adaptativos, Trabajo Social, Antropologa y Polticas de Se-
guridad pblica; Comunicacin Social y Ciencias de la Informacin, Bibliotecas Digitales;
Educacin Artstica e Historia oral; Psicologa e Interactividad del DHD. Agentes guberna-
mentales: Responsable de la Secretara de Cultura, Educacin y Recreacin. Se cuenta ade-
ms con otros colaboradores como directivos escolares, docentes y ciudadanos.
[12] Candau, J. (2002): Antropologa de la memoria, Bs. As., Nueva Visin, pp. 116-117.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Poder y violencia:
El delicado equilibrio de la jurisdiccin
Filiacin Institucional:
Abogado. Profesor de Derecho Penal (Univ. Catlica de Tucumn). Ex Juez Fede-
ral en lo Criminal. Integrante del Proyecto de Investigacin 26K408 del Consejo
de Investigaciones de la Univ. Nac. de Tucumn.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Cmo hacer para que la expresin cultural del Derecho, que impli-
ca necesariamente un desorden de los mecanismos naturales del hom-
bre, opere en la restauracin del lazo social, sea la expresin de un lmi-
te concreto a las manifestaciones humanas ms disfuncionales a la convi-
vencia en libertad y, a su vez, acte en el inconciente del infractor (donde
no hay tiempo ni espacio) para que en un amarrarse a la conciencia, en-
cuentre el camino a la responsabilidad?
622
Sarrulle, Oscar Emilio Juan
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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EL SOBRETODO QUMICO
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero. Miembro del Conse-
jo de Administracin de la Fundacin.
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Sialle De Gauna, Marta
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Sialle De Gauna, Marta
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Sialle De Gauna, Marta
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Avatares del Sacrificio en
la Tramitacin de un Duelo
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: A partir de la obra El Fantasma de la Opera, me planteo las dificultades que tiene el
personaje femenino para tramitar el duelo por la muerte de su padre. De este padre recibe el pla-
cer por la msica y el canto.
El teatro Opera Garnier alberga a esta nia hurfana y como institucin adoptiva, le brinda un con-
texto instituyente precario para la joven bailarina. En l se conjugan y amalgaman ficcin y realidad,
complicidades, chantajes y crmenes.
Creo que la dificultad de la protagonista para tramitar el duelo o velar lo real es porque si bien este
padre est muerto, ella no puede subjetivar esta prdida. Es un muerto que no est perdido. Ade-
ms, el teatro como hogar y entorno social adoptivo, transmite leyes pero tambin sus fallas.
Tenemos por un lado que la protagonista no puede subjetivar la prdida del padre y un entorno so-
cial adoptivo que no transmite legalidades, mas bien se complicita con extorsiones, amenazas y
asesinatos no favorecen la tramitacin del duelo y abonan la veta sacrificial.
Palabras clave: Duelo-Impunidad-Sacrificio.
Introduccin
Valindome de una creacin artstica musical contempornea El Fan-
tasma de la Opera, me referir a las dificultades y obstculos por los que
atraviesa un sujeto para inscribir la muerte de un ser querido.
Para lo cual indicar primero que, para subjetivar una prdida es im-
portante tener en cuenta el momento subjetivo en el que la prdida acae-
ce y el entorno familiar y social que propicie o perturbe tramitar psqui-
camente esta ausencia.
Siguiendo las enseanzas de Freud y Lacan dir que un sujeto al reci-
bir el significante Nombre del Padre le adeuda al padre el nombre, len-
guaje, cultura y genealoga. Pero tambin se hace acreedor o deudor por
las faltas de su padre y de su linaje. En esta doble vertiente de la herencia
paterna se juega la subjetividad.
A este encuentro con el padre donador un sujeto ofrece distintas res-
puestas, tanto a la pregunta Qu me quiere el Otro? como tambin
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Personajes
El Fantasma de la pera es una novela escrita en 1910 por Gastn Le-
roux y tuvo diversas adaptaciones, tanto para las interpretaciones teatra-
les como las versiones flmicas.
La trama escnica se despliega en el lujoso edificio Opera Garnier cons-
truido sobre un gran lago subterrneo en 1874
Quin es el Fantasma? Cuenta la leyenda que siendo chico escap de
la casa de los padres, cansado de las burlas por su cara deforme. Es cap-
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Sigona, Silvia Ins
turado por los feriantes callejeros que lucraban con su fealdad, hasta que
un da mat a su verdugo y una jovencita bailarina que, casualmente pre-
sencia el crimen (luego ser Mme. Giry), lo ayuda a escapar de la ley y
lo esconde en el teatro Garnier.
El personaje fantasma se llama Eric y vive en el teatro escondido y
alejado del mundo. Desarrolla habilidades especiales como compositor
musical y tambin ha desarrollado habilidades como ingeniero y arquitec-
to. Es el que mejor conoce el teatro, y se desplaza por los tneles y pasa-
dizos subterrneos atemorizando a todos desde las sombras.
Como se crea dueo y seor del teatro no reconoca ninguna auto-
ridad por lo tanto, hacia saber sus exigencias a los regentes de turno a
travs de correspondencias escritas que muy diligentemente las cumpla
Mme. Giry. Entre esos antojos estaba la exigencia de una abultada renta
mensual y, cuando alguna autoridad intentaba poner orden a este abuso,
usaba la violencia para chantajearlos.
Con el terror mantena su reputacin y su poder. Salvo Mme. Giry
nadie lo conoca, los dems slo escuchan su voz de trueno que se haca
sentir en todo el teatro.
As se fue creando el mito del Fantasma de la Opera, que para la vida
teatral ordinaria de cualquier teatro, un fantasma dando vueltas por ah
les sorprende muy poco.
Solamente que este seor no era una ficcin alucinatoria colectiva,
sino alguien refugiado y aislado de la vida social que aprovechaba el mito
para manipular los hilos del teatro a su caprichosa y antojadiza voluntad,
y con su voz de trueno lograba ejercer un oscuro poder, que amena-
zaba y asesinaba, en total y absoluta impunidad.
Cristhine: es hija de un violinista virtuoso que desde pequea com-
parta con su padre el amor a la msica, el canto y la vida sobre las ta-
blas. Cuando este padre muere promete enviarle a cambio, un ngel de
la Msica que va a continuar su formacin artstica. A partir de su or-
fandad es llevada al teatro Opera Garnier y aparentemente se hace car-
go de ella una empleada llamada Mme. Giry
Entonces planteamos que el teatro representa su hogar, en donde se
sostiene un entramado de lazos sociales con personajes de ficcin, bam-
balinas y enmascarados donde se conjuga lo cotidiano entre la realidad
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Primer momento:
Cristhine en una jovencita hurfana que integra el cuerpo de baile del
teatro en papeles secundarios sin brillar demasiado. Cuando se produce
una vacante para interpretar un papel importante en una pera, Mme. Giry
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Sigona, Silvia Ins
la propone para que ella ocupe ese lugar. Para sorpresa de todos se des-
taca con una hermosa voz de la que nadie saba que estaba preparada.
Ella cuenta que una voz desde la oscuridad le ensea lecciones de
msica y canto y no se sorprende de escuchar una voz en su camarn, al
contrario, se entrega gustosa a este maestro, creyendo en la llegada del
tan ansiado ngel de la Msica enviado por su padre.
Como una buena alumna se somete y obedece todo lo que el ngel
le pide. Esta-voz-ngel, envolvente y seductora cual telaraa, atrapa a su
presa hablndole dulcemente al odo, y muy perturbada se deja arras-
trar por esta inexplicable e irrefrenable pasin.
Sealo este momento de desubjetivacin en el que ella no puede re-
sistir el influjo de esa voz que en una conjugacin atroz de ngel de
la msica y voz que preludian la imposibilidad de escapar al goce que
se avecina.
Malfica tentacin hacia un hombre, que con su media faz semblan-
tea un amante enamorado y enmascara un prfido manipulador.
Fantasma disfrazado de amante, usufructa el lugar de ngel de la M-
sica y cual titiritero maniobra, manipula, a una Cristhine frgil, deudora,
complaciente y duelante.
Diablico ngel en quien se conjuga dulzura con horror, cual dulce ve-
neno mortfero e irresistible se entrega Cristhine.
Semblante engaoso del amor, que ofrece mascaradas de dones como
las enseanzas musicales y es por esta va que se acerca al padre en tan-
to donador y legislante. Pero ocurre que esos regalos se transforman en
una trampa para la protagonista, porque debe pagarlos con obediencia
absoluta y quizs con la vida.efectivamente son dones?
(Cristhine) Mi padre me habl de un ngel
A quien soaba encontrar
En algn lugar oculto
ngel de msica, ngel y guardin
Segundo Momento:
Cuando se produce el reencuentro con un Ral enamorado y feliz,
Cristine pide ser rescatada del inminente e imparable desbarranque ha-
cia los brazos del Fantasma.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Le pide que la salve porque ella sola no puede escapar de l. Esta divi-
dida entre la fascinacin aniquilante del Fantasma y el amor de Ral.
(Cristhine )Nunca podr, no puedo escapar de l
En este laberinto en el que la noche es ciega
Tercer momento:
El Fantasma furioso incendia el teatro y rapta a la protagonista llevn-
dola al laberinto subterrneo donde l vive. Se escucha como fondo mu-
sical el canto del coro que, al mejor estilo de las tragedias griegas anun-
cian el sacrificio del cordero, profetizando que alguien va a pagar por los
crmenes cometidos.
Momento subjetivo de entrega a ser consumida por el fuego, como
impelida por la culpa muda, que solo ofrece la vida como moneda de in-
tercambio.
(Cristhine) Me has trado al instante en que no hay que hablar
Al instante en que hablar se convierte en silencio
Nuestros cuerpos se entregan callados
Ya no hay retorno. Cundo la sangre correr?
Conclusin
Desde el psicoanlisis decimos que la muerte de un ser querido pro-
duce un efecto de mostrar la inconsistencia del mundo simblico, que el
Otro es inexistente por lo tanto es fcil dejarse aspirar o arrastrar por el
objeto que queda al desnudo, por el cimbronazo en la estructura del fan-
tasma ante una prdida.
La hiptesis que sostengo en el caso que nos ocupa, y de acuerdo al
desmontaje que hice hay una imposibilidad de hacer un duelo por el pa-
dre muerto, ms bien parece un muerto que no se puede perder. Porque
si la muerte de un ser querido es un agujero en la existencia, es un real
que tendra que ir velndose y quedar reprimido, en este caso Cristhine
no puede darle alguna significacin a esa prdida. Darle una significacin
638
Sigona, Silvia Ins
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
Leroux, Gastn (1910) El Fantasma de la Opera Bureau Editor.
Whebbe (1974) El Fantasma de la Opera. Opera y Filme
Gerez Ambertn, M. (2008) Entre Deudas y Culpas: Sacrificios Letra Viva.
Elmiger, M. E. (2006) Investigacin en Psicoanlisis y Ciencias Sociales. Congreso Inter-
nacional. Letra Viva.
Lacan, J (1963)La Angustia Seminario X. Paidos.
640
MEMORIAS DEL SUBSUELO: RAZONES Y SIN
RAZONES DE UN ACTO PARRICIDA
Filiacin Institucional:
Psicoanalista. Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Tucumn
Resumen: Abordar la problemtica de los desbordes ante la ley: las impulsividades en el acto cri-
minal, a partir de un caso de parricidio y fratricidio ocurrido en el norte de Francia en 1835. Este pa-
rricidio fue hallado por el filsofo Michael Foucault, quien se encargar de recopilar, junto a un gru-
po de inves tigadores, todos los discursos.
Dentro de esta obra de Foucault me abocar para dar cuenta de las distintas versiones del hecho
segn quien las diga y desde donde las dice, en especial la batalla discursiva entre los juritas y los
peritos psiquitricos. Luego pasar a centrarme en las Memorias de Pierre Rivire donde trabaja-
r el concepto de crimen como ruptura del sujeto con la ley y el lazo social. Para acercarme a la im-
portancia de la realizacin de la liturgia judicial como un intento del re-anudamiento de este suje-
to a la ley, junto a la posibilidad de que pueda dar cuenta en ese ritual de sus faltas, primer inten-
to para aplacar esa culpa de sangre, despertada en l de forma horrorosa a partir de haber atra-
vesado los lmites de a Ley estructurante de la subjetividad. Abordar la liturgia jurdica-social como
el restablecimiento de los contratos sociales que el crimen fragment, como necesario para la rein-
sercin en el mundo simblico de lo humano. Necesidad tanto para el vctimario, la vctima y la so-
ciedad en su conjunto.
Palabras clave: Batalla discursiva - crimen - ley - liturgia jurdica
Introduccin
Fedor Dovtoievsky se pregunta en Memorias del Subsuelo: Qu es lo
que ocurre en los que son capaces de defenderse y en los que son capaces de
vengarse? Esta pregunta ser nuestra gua para desentraar lo que le su-
cede a un sujeto, Pierre Rivire, que traspasa la lnea de la Ley fundamen-
tal: Prohibicin de incesto y parricidio.
Abordar la problemtica de los desbordes ante la ley: las impulsivida-
des en el acto criminal, a partir de un caso de parricidio y fratricidio ocu-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
rrido en el norte de Francia en 1835. Este parricidio fue hallado por el ar-
chivista y filsofo Michael Foucault, quien se encargar de recopilar, jun-
to a un grupo de investigadores, los discursos hallados:
El expediente judicial; artculos cientficos de psiquiatras que fueron ha-
llados en publicaciones especializadas; lo que public la prensa de la po-
ca. Y especialmente el hallazgo dentro del expediente de una parte de las
Memorias que escribi el propio Pierre Rivire, que Foucault logr hallar
su versin completa, en una perdida librera de Francia. El texto asombra
tanto por la minuciosidad del relato y las causas de su descabellado acto,
como por su deferencia literaria para ser de un campesino poco instruido,
como rezan los peritos en sus informes.
Esta obra de Foucault y sus colaboradores es original, ya que en ella
no se podrn encontrar ni apreciaciones, ni anlisis discursivos: solo ex-
ponen los discursos. Foucault realizar nicamente una introduccin que
funcionar de tutor de lectura, posibilitando que escudriando el texto
los lectores intenten un anlisis, teniendo en cuenta su posicionamien-
to terico.
Dentro de esta obra de Foucault me abocar para dar cuenta de las
distintas versiones del hecho segn quien las diga y desde donde las dice,
en especial la batalla discursiva entre los juritas y los peritos psiquitricos.
Luego pasar a centrarme en las Memorias de Pierre Rivire donde tra-
bajar el concepto de crimen como ruptura del sujeto con la ley y el lazo
social. Para acercarme a la importancia de la realizacin de la liturgia judi-
cial como un intento del re-anudamiento de este sujeto a la ley, junto a la
posibilidad de que pueda dar cuenta en ese ritual de sus faltas, primer in-
tento para aplacar esa culpa de sangre, despertada en l de forma ho-
rrorosa a partir de haber atravesado los lmites de a Ley estructurante de
la subjetividad. Abordar la liturgia jurdica-social como el restablecimiento
de los contratos sociales que el crimen fragment, como necesario para
la reinsercin en el mundo simblico de lo humano. Necesidad tanto para
el vctimario, la vctima y la sociedad en su conjunto.
642
Soler, Federico Miguel
triple crimen inmotivado hay algo que Foucault resalta: siendo tan ho-
rroroso ha quedado en el olvido. Da cuenta que este olvido no fue por
haberse tratado de un parricidio, ya que en la misma poca se contabili-
zaron 15, algunos de los cuales adquirieron suma notoriedad.
Por qu razn, entonces, ste olvido? Quiz porque donde Pierre
tendra que haber callado habl, hizo hablar a su acto: un triple crimen -o
cudruple, ya que su madre se encontraba embarazada- dando, en esas
memorias escritas, motivos demasiado razonables. No sabemos si lleg
a responsabilizarse, si que se carg esas muertes, convirtindose en un
hombre muerto caminando, como un autocastigo tcito.
En este hablar Rivire dej desubicados los intereses de los dems ac-
tores sociales, en especial por la dificultad de categorizarlo como una bes-
tia desalmada que mata a su progenitora y sus hermanos sin motivo apa-
rente. Algunos psiquiatras rotulaban a estos criminales-locos de mono-
manacos homicidas, invento de la psiquiatra moderna del momento
que se abra paso a los codazos epistemolgicos dentro de la teora jurdi-
co penal, para hacerse de un lugar en el altar de la ciencia positiva.
Foucault quiere representar esta batalla de discursos, luchas de poder/
saber entre las diferentes instituciones, de la siguiente manera:
1. Entre los psiquiatras:
A favor de su locura: para unos era un monomanaco (crimen inmoti-
vado), para otros no lo era (habra varios motivos).
En contra de su locura.
2. Entre los juristas y los psiquiatras: era un loco o un criminal.
3. Entre la prensa y lo que deca la causa judicial: era un monstruo o un
alienado mental.
4. Entre lo que dijo Pierre Rivire contra lo que decan los juristas, los psiquia-
tras y la gente del pueblo: Podra alguien tener razones para asesinar a su
madre y sus hermanos?
5. Las diferentes versiones de los vecinos de Aunay: era un imbcil peligro-
so o inofensivo.
6. La versin que relata Rivire de su sufrimiento y la historia del sufrimien-
to de su padre.
Estas distintas versiones irn configurando un Rivire diferente y una
verdad del hecho distinta, de acuerdo a quien la diga y desde dnde lo
haga. As Rivire pasar de inofensivo imbcil a peligroso loco, de un cri-
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
644
Soler, Federico Miguel
pecial estos que atentan contra los lazos de sangre, nos colocan en esa
bisagra que Claude Lvi-Strauss conjetur como el pasaje de la natura-
leza a la cultura. El crimen parricida nos acerca a lo real, desde Lacan,
no solo para aquel que comete el acto, sino tambin para la sociedad, ya
que algo de su trama simblica queda desgarrada.
En cuanto al caso que analizamos podemos entrever como el crimen
de Rivire es una accin que se torna desmedida porque asesina a su
madre embarazada y a sus hermanos, lo que produce en el pueblo y en
toda Francia una conmocin horrenda. Construyen un Rivire monstruo-
so, porque los acerca no solo a la muerte, sino a la tentacin (goce) que
tenemos todos de poder realizar aquello que Rivire llev a cabo. Trans-
puso la lnea que demarca lo permitido de lo prohibido, la ley estructu-
rante-fundante de la subjetividad, que mantiene a los sujetos enlazados
a lo simblico.
Luego de cometido el acto criminal, huye a los bosques, a la naturale-
za: la ausencia de ley y pactos sociales. Vaga sin sentido rogando que al-
guien lo encuentre y pueda reconocerlo como el autor de esos crmenes.
Que lo arranque de esa soledad siniestra, catica, sin ley. Su estada en
los bosques nos muestra que despus de la violacin a la ley fundamental
sale de la escena del mundo, anda como si fuera un anacoreta, como si
no existieran los otros, intenta suicidarse, acting que deja inconcluso ro-
gando la aparicin del Otro que le ponga un tope a ese boyar sin rumbo,
nombrndolo como culpable.
Realizar este pasaje al crimen no es sin consecuencias, tanto para el
criminal, su familia, como para toda la sociedad, que reclamar la puesta
en escena judicial para que se determine al culpable y lo que ste tendr
que realizar para enmendar su falta. De lo contrario la sociedad queda-
r presa de un pedido de venganza de sangre, de pena de muerte. Solo a
travs de algn tipo de pago simblico el sujeto humano que cometi el
crimen podr comenzar a sanear la culpa, esa deuda horrorosa que con-
trajo con la sociedad al producir ese horrendo crimen, y la sociedad po-
dr enmarcar la angustia que despierta la labilidad de la Ley y vulnerabi-
lidad humana.
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
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Soler, Federico Miguel
Conclusin
El caso de Pierre Rivire nos permiti entrever la querella discursi-
va que se produce entre los diferentes actores en la escena de la justicia.
Nos introdujo en la problemtica del sujeto y la ley simblica. De las con-
secuencias que producen en un sujeto y la sociedad cuando alguien se co-
loca en un lugar de infraccin, con respecto a esa Ley fundante de la sub-
jetividad. Para finalmente dar cuenta de cmo es necesaria la liturgia del
juicio para que all el sujeto pueda tramitar su culpa e intentar un camino
de responsabilizacin que lo vuelva a sujetar a la ley: que lo reordene y
reorganice su mundo, en el mundo de lo simblico. En definitiva que res-
tablezca la escena del mundo al victimario y la sociedad toda.
Qu es lo que ocurre en los que son capaces de defenderse y en los que
son capaces de vengarse?, quizs sea esta la pregunta que ms inquiete
y angustie a aquellos que no sabemos qu hacer ante estos hechos. En-
tonces todo un sector de la sociedad reclama venganza e instaura la dis-
cusin sobre la necesidad de la pena de muerte para sanear a una socie-
dad enferma, rescatando la terminologa de J. Ingenieros, que en nuestro
pas siempre vuelve, con su sed de higienismo revitalizante. Solo ser po-
sible una reduccin de los niveles de violencia si desde la institucin jur-
dica hay un intento de restablecer la fuerza simblica de la ley a travs de
su liturgia refundante del derecho.
Para finalizar: Pierre Rivire, el parricida de los ojos rojizos, fue un sujeto
que dej su juventud conjeturando una versin siniestra de su madre y la
sumisin exagerada de un padre que lo soporta todo, usando a la muerte
como lmite real de su sufrimiento y el de su padre. No tuvo la posibili-
dad de Abraham: Dios no detuvo su mano con la hoz ciega de odio y do-
647
IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografa
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tini, 1985.
648
Indicios ticos en Sujetos del Encierro?
Filiacin Institucional:
Fundacin Psicoanaltica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
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IIdo. Congreso Internacional de Investigacin en Psicoanlisis, Derecho y Cs. Sociales
La construccin de la alteridad
La tica universal se fundamenta en grandes principios cuyo pilar es el
reconocimiento del otro como sujeto. Estos principios son definidos por
Kant como imperativos categricos se debe hacer las cosas de tal ma-
nera de que tu conducta pueda ser tomada como ejemplo universal , lo
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Tarchini, Natalia Cruz
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Tarchini, Natalia Cruz
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Notas
(1) Silvia Bleichmar; Entre la produccin de subjetividad y la Constitucin del psiquis-
mo.
(2) S. Freud Proyecto de Psicologa; Pg. 363.
(3) S. Bleichmar; No me hubiera gustado morir en los 90; Pg. 103.
Bibliografa
Alarcn, Cristian Cuando Me Muera Quiero Que Me Toquen Cumbia. Vida de Pibes
Chorros. Ed Norma; 2004.
Bleichmar, Silvia. En los Orgenes del Sujeto Psquico. Ed Amorrortu. 1.999.
Bleichmar, Silvia. Clases dictadas en el Postgrado sobre La Psicopatologa en su Relacin
con la tica y la Sexualidad; 2006.
Bleichmar, Silvia. Clnica Psicoanaltica y Neogenesis. Ed Amorrortu; Junio de 2001.
Bleichmar, Silvia. Dolor Pas y Despus. Ed. Del Zorzal; 2007.
Bleichmar, Silvia. La Fundacin de lo Inconsciente Ed Amorrortu; 2002.
Bleichmar, Silvia. No Me Hubiera Gustado Morir En Los 90 Ed Taurus; 2006.
Bleichmar, Silvia. Artculos y entrevistas en www.silviableichmar.com
Foucault, Michelle. Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisin. Ed Siglo XXI; 2001.
Freud, Sigmund. Obras Completas. Ed Amorrortu; 1988.
Laplanche y Pontalis. Diccionario de Psicoanlisis.Ed Labor; 1974.
Laplanche, Jean. La Prioridad del otro en Psicoanlisis; Ed Amorrortu; 1996
654
El ocaso del Otro y
la esclavitud epocal
Filiacin Institucional:
Dra. Felipa Triolo Moya: Psiquiatra especialista en Psicoanlisis
Lic. Lorena Bower: Licenciada en Psicologa
Docentes de la Fac. de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de San Luis
Resumen: La adolescencia remite a un momento de crisis donde habr de decidirse (una vez ms)
el futuro del sujeto. Implica una construccin simblica que reencauza las investiduras pulsionales
es por ello que ms que un tiempo cronolgico entraa un tiempo lgico. Se trata de un momento
estructural del psiquismo en el cual el sujeto se ve urgido a construir una nueva red significante con
la cual posicionarse en relacin a los otros.
En el contexto actual donde la cultura del narcisismo generalizado idealiza la satisfaccin inmedia-
ta y dificulta la postergacin, la espera, el pensamiento y la palabra el adolescente resulta con fre-
cuencia arrastrado hacia el des-borde pulsional en tanto no encuentra seguridad en el Otro que se
alza como un tirano que lo empuja en una bsqueda alocada de goce.
Palabras Claves: adolescencia- poca- Otro- goce-
Introduccin
La adolescencia remite, sin dudas, a un momento de crisis donde habr
de decidirse (una vez ms) el futuro del sujeto. Implica una construccin
simblica que reencauza las investiduras pulsionales; ms que un tiempo
cronolgico entraa un tiempo lgico, en este sentido, se trata al igual
que la infancia de un momento estructural del psiquismo.
Tal como seala Stevens (2001), la adolescencia viene a patentizar aque-
lla solucin (de compromiso y al modo del sntoma freudiano) que el in-
dividuo encuentra frente a la irrupcin del Real de la pubertad. Este Real
no slo da cuenta de las transformaciones a nivel corporal (hacerse de un
cuerpo) sino que es un Real marcado por el lenguaje; el adolescente se ve
urgido a construir una nueva red significante con la cual posicionarse en
relacin a los otros (hacerse de un nombre). La adolescencia se despliega
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Triolo Moya, Felipa - Bower, Lorena
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Triolo Moya, Felipa - Bower, Lorena
versal que los contenga, el sujeto queda librado a un goce precario caracte-
rizado por su errancia y extravo (Lacan, 1973).
En este contexto donde se impone el levantamiento de las prohibi-
ciones para dar paso a la impetuosidad de la pulsin y el Ideal se halla en
franca declinacin, se patrocina una bsqueda compulsiva de goce: el su-
jeto al consumir se consume compulsivamente, y aquello con lo que goza
le confiere un sostn identificatorio excesivamente endeble.
La versatilidad ligereza- de las identificaciones determina una sustan-
cial inestabilidad del sujeto, el cual se abraza parasitariamente a cual-
quier simulacro (engaoso y fascinante) que se promocione como pro-
veedor de ese goce buscado, con el aadido de que el mismo no est
regulado por el Ideal.
Des-enlace(s) y deriva
La realidad cotidiana del adolescente est colmada de vacos, vacos
que muestran los tropiezos del Ideal en su intento de operar como bor-
de al goce malogrando su cometido de encauzar al deseo. El joven se ve
arrastrado hacia el des-borde pulsional en tanto no encuentra seguridad
en el Otro que, reducido a un semblante, se alza como un tirano que lo
empuja en una bsqueda alocada de goce. Incapaz de hallar emblemas
identificatorios que lo orienten, desconcertado y como a la deriva acu-
de a los objetos que exhibe el mercado con la ilusin de que stos pue-
dan ofrecerle algn anclaje, an cuando deba abolir, sacrificialmente, la
diferencia entre objeto de consumo y objeto de deseo.
Cuando el exceso se hace presente (a travs de las toxicomanas, los
deportes de riesgos, los actos transgresores tales como la delincuencia
juvenil, bullyng, picadas, los actings, pasajes al acto etc.), a nuestro cri-
terio, se patentiza el actuar de un sujeto dispuesto a responder a la de-
manda tirnica del Otro con su propia vida.
Bibliografa
ssoun, P. L, Cervasco, R. Charraud, N. Aspectos del malestar en la cultura, Manantial
A
Serie Mayor, Bs. As., Argentina. 1984.
Freud, S., Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires. Argentina, 1979.
Lacan, J., Seminario VII: La tica del psicoanlisis, Paids, Bs. As., Argentina. 1988, Cla-
se del 27 de enero de 1961.
Lacan, J., Seminario XVII. El envs del Psicoanlisis. Paids, Bs. As., Argentina. 1990
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Hacia la reconstruccin
de lazos sociales:
Un nuevo desafo para la escuela
Filiacin Institucional:
Docentes de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Juan Bautista Alber-
di (Tucumn)
Resumen: En los nuevos escenarios socio-educativos, signados por aumento de pobreza, exclu-
sin, marginacin y por polticas publicas que no acompaan eficientemente la erradicacin de las
mismas, las instituciones educativas se ven irrumpidas en lo que fundacionalmente le fuera asigna-
do: eficacia en su cometido y en el bienestar de sus integrantes.
En la escuela repercuten las acciones de violencia social asumiendo caractersticas propias a tal
punto de hablar de una violencia escolar. Parece relevante trabajar esta temtica desde el aporte
de la Psicologa Social entendiendo que la violencia es una conducta que se aprende y que la vio-
lencia es un problema de Salud Publica con la consiguiente necesidad de control y prevencin que
hace a la calidad de vida de los seres humanos y que deben ser tenidas en cuenta en la construc-
cin de los Proyectos Educativos. Definir estrategias institucionales desde la Cultura de la paz po-
sibilitar apostar a un proceso democrtico, continuo y permanente que exige de la participacin,
del dialogo, del respeto de todos los que conforman la Institucin Educativa.
Palabras claves: Crisis. Subjetividad, Violencia, Prevencin, Educar para la Paz
Introduccin
Para abordar conceptualmente la violencia, se acude a los aportes del
especialista, Charles Tilly, que la define comoToda forma de interaccin
social como resultado de la cual hay personas u objetos que resultan daa-
dos fsicamente de manera intencionada o a los que se amenaza de manera
creble con padecer dicho quebranto y desde el marco normativo vigente
la Ley Nacional 24.247 y Ley Provincial de Tucumn 7264, que la define
como Toda accin, ausencia, omisin, abuso, que afecta la integridad ps-
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quica, emocional, sexual y/o libertad de una persona en el mbito del grupo
familiar, aunque NO CONFIGURE DELITO.
Crisis y subjetividad
El hombre es un ser de necesidades que slo se satisfacen socialmente,
en relaciones que lo determinan, sujeto situado en un orden social e hist-
ricamente determinado, producido por ese orden social y productor de su
propia existencia. Es un ser habitado y dinamizado por la imgenes de la
realidad externa que al ser incorporada y actuadas en el interior revisten en
nosotros una forma personal y se convierten en el signo de nuestra identi-
dad, de all que el punto de partida de toda ciencia social, y de toda reflexin
psicolgica en consecuencia, no puede ser otro que los hombres concretos.
La Psicologa Social analiza las condiciones concretas de existencia del
Sujeto reconocindolo como complejo y abordndolo en relacin con su
contexto, teniendo en cuenta su historia, la organizacin social en la que
se ha constituido y las exigencias adaptativas a las que ha sido sometido.
Los profundos cambios que se han planteado en el orden social, poltico y
econmico, tienen su impacto en la subjetividad. La globalizacin, esta dimen-
sin universal del modelo capitalista se da hoy en una profunda crisis del sistema.
La palabra crisis se asocia con ruptura, discontinuidad sbita, desestruc-
turacin de un orden previo y por lo imprevista, tiene un carcter violen-
to, explosivo. Crisis es desorden, movimiento mltiple, trnsito.
La crisis social es un proceso objetivo que se despliega en el plano de
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Vega Caro, Ana C. - Campos, Norma A. -mejas, Clara A. - Salas, Elena Del V.
Redibujando la escuela
La generalizacin y naturalizacin de la violencia social, podra deberse
a la ausencia de vnculos afectivos y/o emocionales y a desigualdades en
las interacciones entre las personas. Situacin que se ve favorecida por las
condiciones de vida y modelos de pensamientos vigentes, que han despla-
zado a los otros del lugar de semejantes o prjimo a posibles rivales.
En este marco, la escuela como institucin, refleja la fragmentacin
y anonimato con que se viven las relaciones sociales, como contracara del
desamparo y soledad en la se encuentra el nio, la nia o el adolescente
frente a una sociedad injusta y silenciosa o una familia no nutricia, en
la que permanentemente no se respeta el derecho a la vida ni la dignidad
del otro, entendindose por otro no slo a las personas sino tambin al
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Vega Caro, Ana C. - Campos, Norma A. -mejas, Clara A. - Salas, Elena Del V.
Uno, como parte de una institucin educativa, nunca debe olvidar que
ellos aprenden lo que ven, por lo tanto la conducta de los diferentes es-
tamentos directivos y docentes debe ser coherente con el mensaje que
se quiere inculcar a los estudiantes de la institucin.
La escuela, en el contexto sociopoltico y econmico actual, tie-
ne la oportunidad y la responsabilidad social de promover y fomen-
tar la Cultura de la Paz que involucra un conjunto de valores, actitu-
des y comportamientos basados en el respeto a la vida, en la preserva-
cin y proteccin del planeta, en la tolerancia a la diversidad social y cul-
tural como en el establecimientos de lazos de solidaridad e igualdad en-
tre las personas, en el desarrollo de la afectividad, la ternura y la sensi-
bilidad hacia quienes nos rodean (Manifiesto 2000 para una Cultura de la Paz y la No Violencia).
Si la OMS propone al hombre como un ser bio-psico-social, que para
estar saludable debe tener un equilibrio entre su parte fsica (biolgica), su
psiquismo y la sociedad que lo rodea, se podra plantear a la violencia social
como un agente etiolgico capaz de provocar grandes deterioros en la salud.
Por esta razn, es necesario diferenciar causas, sntomas, tratamien-
to y principalmente su prevencin.
En los apartados anteriores se ha hecho mencin a las causas. En cuan-
to a los sntomas, se puede mencionar la baja tolerancia a la frustracin,
falta de empata, el uso de la fuerza como forma legitimada de ejercicio
del abuso de poder que naturaliza la violencia, la bsqueda de control so-
bre el otro a travs de la manipulacin psicolgica, que se expresa en ac-
ciones como proteger, disciplinar, hacer entrar en razones o poner
lmites, el pnico que paraliza e impide dar una respuesta creativa al he-
cho de violencia, el aislamiento, la culpa que surge al disiparse la ira y que
invalida la percepcin de la realidad y por lo tanto la disminucin de la
autoestima hasta su anulacin y en algunos casos hasta llegar al suicidio,
como tambin la revictimizacin.
Respecto al tratamiento, si se detectan casos puntuales, es necesario
entrevistar a los actores de la situacin de violencia, en forma individual
para analizar y reflexionar sobre las conductas violentas. Crear espacios
en las escuelas a fin de desarrollar capacidades para controlar las emocio-
nes, tomar decisiones, resolver problemas en forma creativa y enmarcado
en la Cultura de la Paz, establecer y mantener relaciones interpersonales
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Bibliografa
Pampliega de Quiroga, Ana: Crisis, Procesos Sociales, Sujeto y Grupo. Bs. As.: Cinco. 1998
Pampliega de Quiroga, Ana, Racedo Josefina: Crtica de la Vida Cotidiana. Bs. As.: Cinco. 2003
Castro Santander, Alejandro: Violencia en la escuela. En Desaprender la Violencia. Un nue-
vo desafo educativo. Cap. II
Marcone, Rosa: Formas y sentido de la violencia social: violencia urbana, violencia estata
y violencia popular. Reflexiones sobre sus efectos subjetivos. En Temas de la Psicologa So-
cial. Bs. As. 2002.
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Letra Viva, Librera y Editorial
Av. Coronel Daz 1837, (1425) Bs. As., Argentina
www.letraviva.elsigma.com