Revolución Francesa. Debate Historiográfico
Revolución Francesa. Debate Historiográfico
Revolución Francesa. Debate Historiográfico
ISSN: 1130-2402
DOI: 10.1387/hc.14722
Abstract: After two centuries of debate, the French Revolution remains one
of the most passionately contested and intellectually creative areas of histori-
cal enquiry. The history of the French Revolution is still very much alive and
projects its complex path up till now as history of sociopolitical conflicts and
challenges to democracy. A half way between structures, ideas and mentalities,
510 Mercedes Vzquez de Prada
Introduccin
French Revolution, en American Historical Review, 108, n.1, febrero 2003, pp.119-147;
y William Duiker y Jackson Spielvogel, World History, 2. ed., Belmont, California, 1998.
of the Past and a Rebirth of History? en French Historical Studies, 32, 2009, p.653.
4 Vase Aulard, Franois-Alphonse, The French Revolution, a Political History, 1789-
ponible sobre un evento histrico con nuevos datos o anlisis ms precisos de los ya
conocidos. La dcada que precede al bicentenario de la Revolucin registr una de las
grandes polmicas revisionistas de la historia. A partir de esta gran querelle, ha sido
habitual en algunos mbitos acadmicos denominar revisionismo a las explicaciones his-
tricas en trminos de cultura poltica, ideologa y decisin frente a estructuras sociales
y econmicas.
6 Michael Scott Christofferson, An Antitotalitarian History of the French Revolu-
tion: Franois Furets Penser la Rvolution franaise in the Intellectual Politics of the Late
1970s en French Historical Studies, 22, 1999, pp.557-611.
Marc Bloch, sucede la la escuela metdica de la Revue Historique creada en 1876 por Ga-
briel Monod. Gracias a su evolucin y apertura a las ciencias sociales, esta corriente do-
mina prcticamente toda la historiografa francesa del sigloxx.
8 Para una versin ms amplia desde el punto de vista anglosajn, vase Geoffrey
Ellis, The Marxist interpretation of the French Revolution, en The English Historical
Review, vol. 93, n.367, abril 1978, pp.353-76; Sanford Elwitt, Sobouls Marxism, en
Proceedings of the Consortium on Revolutionary Europe, XIII, 1984, p. 316-24; Jack
Amariglio, Bruce Norton, Marxist Historians and the Question of Class in the French
Revolution, History and Theory, vol. 30, n.1. febrero, 1991, pp.37-55.
9 The Age of the Democratic Revolution, Princeton, 1959.
era tachada de vulgata populista y leninista. Para una exposicin ms detallada del enfren-
tamiento poltico vase Michael Scott Christofferson, French Intellectuals against the Left:
The Antitotalitarian Moment of the 1970s, Berghan Books, 2004.
14 Paris, Gallimard.
lors du congrs mondial pour le Bicentenaire de la Rvolution: Sorbonne, Paris, 6-12 jui-
llet 1989, Pars, Pergamon Press, 1990.
18 Un recorrido general en Georg Iggers, Historiography in the Twentieth Century,
3, 1981, pp.313-323.
timos aos. En esta lnea se posiciona, por ejemplo, Carla Hesse, en The
Other Enlightenment: How French Women Became Modern31. Trata de
dar una visin positiva del legado revolucionario recogiendo rasgos alter-
nativos del discurso ilustrado que ella denomina la otra Ilustacin. sta
estara formada por mujeres que defendan su autonoma moral a pesar de
la subordinacin poltica y legal existente. Hesse documenta una partici-
pacin sorprendentemente activa de las mujeres en la esfera pblica mo-
derna a travs de las publicaciones de la dcada de 1790. Unas publica-
ciones que demuestran su contribucin a la la historia de las nuevas ideas
y la formacin de una nueva sensibilidad.
110.
35 Inventing the French Revolution: Essays on French Political Culture in the Eigh-
teenth Century, Cambridge University Press, 1991, recoge su obra publicada en los
diez aos anteriores. Obras ms recientes en esa lnea son Political Languages of the
French Revolution, en Mark Goldie y Robert Wokler (eds.), The Cambridge History of
Eighteenth-Century Political Thought, Cambridge, Cambridge University Press, 2006,
pp.626-59 y The Idea of a Declaration of Rights, en Dale Van Kley (ed.), The French
Idea of Freedom: Origins of the Declaration of the Rights of Man and of the Citizen, Stan-
ford, California, Stanford University Press, 1994, pp.154-196.
36 A Revolution in Language, Stanford, Stanford University Press, 2001.
37 The Forbidden Best-sellers of Pre-Revolutionary France, New York, 1995.
38 Vanse las reflexiones tericas para una reformulacin de los social que incluya las
aportaciones del giro lingstico en William Sewell, Jr., Para una reformulacin de lo so-
cial, en Ayer, 62, 2006, 2, pp.51-72 y Victoria Bonnell y Lynn Hunt (eds.), Beyond the
Cultural Turn: New Directions in the Study of Society and Culture, Berkeley- Londres, Ca-
lifornia Press, 1999 sobre las limitaciones del anlisis cultural.
39 Vase Gary Kates, The French Revolution. Recent Debates and New Controversies,
phy a Decade after the Bicentennial, en French Historical Studies, vol. 22, n. 1, 1999,
pp.162 y ss.
42 The Family on Trial in Revolutionary France, Los Angeles, University of California
Press, 2004.
43 The Abolition of Feudalism: Peasants, Lords, and Legislators in the French Revolu-
nuevas tendencias en historia tras el giro lingstico, Ayer, 62, 2006, 2, pp.19-50.
45 Becoming a Revolutionary. The Deputies of the French National Assembly and the
Experiencias y emociones
Estudios postcoloniales
pp.671-67.
52 Sobre esta postura de Hunt vase la discusin en Rebecca Spang, Self, Field, Myth:
What We Will Have Been, en H-France Salon, vol 1, 1, n.3, 2009, p-29.
53 Por ejemplo, Sophia Rosenfeld, Thinking about Feeling, en French Historical
David Geggus, (ed.), The Impact of the Haitian Revolution in the Atlantic World, Charles-
ton, University of South Carolina Press, 2002; Laurent Dubois, A Colony of Citizens: Rev-
olution and Slave Emancipation in the French Caribbean, 1787-1804, Chapel Hill, Uni-
versity of North Carolina Press, 2004; Jeremy Popkin, You Are All Free: The Haitian
Revolution and the Abolition of Slavery, Cambridge University Press, 2010.
58 Vase la reflexin y sus profundas implicaciones en lvaro Santana, op.cit. pp.179-
80.
59 Subversive Archipelagos: Colonial Discourse and the Break-up of Continental The-
Domingue at the End of the Eighteenth Century and The Haitian Turn en Jana Gohrisch
y Ellen Grnkemeier (eds.), Postcolonial Studies Across the Disciplines, Amsterdam-New
York, Ansel, 2013, pp.185-192.
61 Laurent Dubois, Avengers of the New World: The Story of the Haitian Revolution,
de los estados. Pero es en los ltimos aos cuando diversos estudios han
abierto nuevas perspectivas al poner el acento sobre las interconexiones
globales de la Revolucin.
La monografa, The French Revolution in Global Perspective, edi-
tada por Suzanne Desan y Lynn Hunt,65 formula nuevos retos importan-
tes en la lnea del giro global. Lynn Hunt critica el argumento exterior
de Christopher Bayly e insiste recogiendo la nueva sensibilidad hacia
la cuestin colonial que aporta el giro haitiano en la interaccin de las
fuerzas locales, nacionales y globales. Se trata por tanto de analizar las
repercusiones de los acontecimientos de cualquier parte del mundo, es-
pecialmente de las colonias francesas sobre la revolucin en la metr-
pli. As, por ejemplo, Popkin defiende que las colonias y especialmente
Santo Domingo (se refiere a los derechos coloniales y la esclavitud) fue-
ron una presencia permanente en cada fase de la Revolucin francesa66.
Como destacan las editoras de este conjunto de ensayos, el giro global
abre nuevos horizontes en los estudios revolucionarios. Evidentemente,
la cuestin plantea muchsimos interrogantes y ms all de lo colonial,
la vuelta bastante ms matizada a las revoluciones atlnticas. Si ya en
los aos sesenta, Robert Palmer destacaba que la era de las revoluciones
no fueron nicamente levantamientos franceses o europeos, nuevas histo-
rias demuestran cmo los conflictos revolucionarios afectan tambin a so-
ciedades muy alejadas del mundo del Atlntico Norte67. En particular se
empieza a desentraar el cmo en la primitiva globalizacin, las relacio-
nes con los pueblos indgenas y la cuestin esclavista han contribuido a la
concepcin revolucionaria del comercio, los derechos humanos, el univer-
salismo y la regeneracin.
Las editoras aseguran que el anlisis global permitir enlazar facto-
res socioeconmicos con los polticos y culturales. Un enfoque que ten-
dera puentes entre los dos modelos historiogrficos que se bifurcan desde
65 Suzanne Desan, Lynn Hunt y William Max Nelson (eds.), The French Revolution in
muestra que la Sociedad de Amigos de los Negros se convierte en el primer club revolu-
cionario y sirve de modelo de la poltica revolucionaria. En segundo lugar, recalca que los
agitadores antiesclavistas ayudan a crear el lenguaje de los derechos naturales ya antes de
la Revolucin.
67 Vase una aportacin reciente en el contexto general Atlntico, en David Armitage
68 Questioning the Global Turn: The Case of The French Revolution, en French
71 Pars, Gallimard. Traducido al ingls en 1988 como Festivals and the French Revo-
franaise, Paris, Perrin, coll. Pour lhistoire, 2004 (rd. Alina, 1988)
Regionalizacin y contrarrevolucin
France, 1961.
77 France, 1789-1815: Revolution and Counterrevolution, Oxford, U. P., 1986.
78 Sutherland destacaba a fines de siglo, cmo en una historia comparada de las revo-
luciones, los estudios rusos y soviticos abordaban con mucha mayor hondura las polticas
de resistencia: Revolution and Authenticity: Reflections from France on the Russian and
Soviet Experience, en Kritika: Explorations in Russian and Eurasian History, vol 1, 2000,
pp.153-160.
79 Vase Michel Denis, Rennes, berceau de la libert. Revolution et democratie: una
ville lavantgarde, Rennes, ouest France, 1989; o Joseph Gobry, La Terreur dans le Nord
de la France, Pars, Mercure de France, 1991.
80 Gail Bossenga, The Politics of Privilege: Old Regime and Revolution in Lille, Cam-
bridge U.P. 1991; Alan Forrest, The Revolution in Provincial France: Aquitaine, 1789-
1799, New York, Oxfrod U. Press., 1996.
Historiografa antirrevolucionaria
81 Roger Dupuy, Les Chouans, Hachette Littrature ,1997 y La Bretagne sous la Rvo-
canique dun crime lgal, en Annales historiques de la Rvolution franaise, 368, 2012,
pp. 194-196. Martin excluye significativamente a Secher del diccionario de la contrarre-
volucin (Jean-Clment Martin (dir.), Dictionnaire de la Contre-Rvolution, Paris, Perrin,
2011).
88 Pars, ditions du Cerf, 2008.
89 Dichos historiadores han llegado a tachar la obra de manipulacin integrista. Vase
necessaire dbat, en Cahiers dhistoire. Revue d histoire critique, 94-95, 2005, pp.19-25.
94 Michel Biard et Pascal Dupuy, La Rvolution franaise. Dynamiques, influences,
en La Rvolution Franaise au miroir des recherches actuelles, Paris, Socit des tudes
robespierristes, 2011, p.9-11.
98 Jean-Marc Schiappa (dir.), Pour la dfense de la Rvolution franaise 1789-2009,
104 Para una sntesis sobre estos debates vase Hugh Gough, The Terror in the French
or Death in the French Revolution, Verso Books, London- New York, 2012.
107 Jean Clment Martin, Violence et rvolution. Essai sur la naissance dun mythe na-
pular de los jacobinos, por otro estima que esas motivaciones de clase no
son sus causas fundamentales. Igualmente, Martin se separa tambin de
la interpretacin discursiva basada en el giro lingstico y defendida
principlamente por Keith M. Baker108. Si bien acepta algunos logros del
anlisis del lenguaje, como el hecho de considerar la dialctica revolu-
cionario/contrarrevolucionario una construccin discursiva, destaca en
cambio la importancia de las relaciones sociales, fundamentalmente con-
flictivas, que provocaron la revolucin109. La violencia, referencia omni-
presente en la construccin de un mito alentado tanto por los herederos
de la revolucin como por sus oponentes, no sera lo esencial del proceso
revolucionario, sino su dramaturgia. Adems, Martin busca sus races en
las formas de violencia utilizadas por las elites durante el Antiguo Rgi-
men y resalta la importancia de las luchas locales que tuvieron un amplio
margen de autonoma frente a la capital francesa. Esto no le induce a ig-
norar los episodios sangrientos de la realidad del terror, pero los entiende
como resultado de una inmensa transformacin y de lo que procede de
una realidad ocasional. En su amplio argumentario, explica tambin el
fenmeno de la violencia por la ausencia o debilidad del Estado, la ri-
validad y el conflicto de intereses llevaron a una espiral de persecucin
irracional en la que ms que la ideologa, prim la necesidad de dar una
respuesta urgente a cuestiones que anteriormente ni siquiera se habran
podido imaginar110.
El norteamericano Micah Alpaugh ha aadido una nueva dimensin al
debate, al enmarcar la violencia revolucionaria en un contexto de protesta
popular largamente ignorada y caracterizada por la no violencia. Alpaugh
otorga un papel central a los sans-culottes en el desarrollo de las formas
democrticas de protesta111.
108 Vase Keith Michael Baker, El concepto de cultura poltica en la reciente historio-
de 2006, ditions Universitaires, Dijon, 2009; Michel Biard (ed.), Les politiques de la
Terreur, 1793-1794: Actes du Colloque international de Rouen, 11-13 de enero de 2007,
organizado por el GRHis-Universit de Rouen y la Socit des tudes robespierristes,
Rennes, 2008.
111 Micah Alpaugh, Non-Violence and the French Revolution: Political Demonstra-
112 Marc Belissa y Julien Louvrier, Robespierre dans les publications franaises et
Conclusin
diente efecto sobre el mbito interno de Francia. En tercer lugar, una re-
vitalizacin de la herencia clsica, que reivindica el papel central de la re-
volucin en la creacin del republicanismo y la democracia moderna, as
como una reconceptualizacin del terror. El determinismo ideolgico y el
galocentrismo quedan as apartados.
La historiografa sobre la Revolucin se encuentra, sin duda, en una
etapa de prometedora renovacin, en la que se precisan estudios empri-
cos ms detallados para responder a las interesantes cuestiones que plan-
tean las nuevas re-conceptualizaciones.
En sntesis, un intenso desarrollo de la investigacin histrica que ha
proyectado nuevas luces para el anlisis, pero que lejos de conclusiones
totalizantes aporta una argumentacin menos pretenciosa sobre el sig-
nificado de la Revolucin privilegiado laboratorio de anlisis que, al
fin y al cabo, contina siendo un enigma.