Paul May-¡Escapa, Chris!
Paul May-¡Escapa, Chris!
Paul May-¡Escapa, Chris!
Escapa, Chris!
Nacida inocente 3
ePub r1.0
Titivillus 22.11.16
Ttulo original: Run, Chris!
Paul May, 1980
Traduccin: M. R.
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Primera parte
Captulo 1
Chris Parker tena un rostro redondo y sensitivo, nariz respingona, labios carnosos y
una permanente expresin de asombro en los grandes y dulces ojos azules. Sus rasgos
aniados, de trazo suave y delicado, contrastaban con las rotundas lneas de su cuerpo en
sazn: senos altos, fino talle, caderas firmes que se columpiaban sobre un largo par de
piernas bien torneadas, enfundadas en unos sempiternos tejanos del mismo color sucio y
desteido que cobra el cielo en los das de lluvia.
Acababa de cumplir los diecisis aos y era ya una de las ms veteranas lderes de la
escuela-reformatorio del estado, ms conocida por el nombre de El Pesebre. En su
precoz expediente contaba con una agresin a una celadora, conato de motn y una fuga
con xito a travs de tres estados, que, finalmente, haba terminado mal.
Por eso estaba de nuevo all, en la galera de uno de los pabellones de El Pesebre,
contemplando el sonrosado atardecer que coloreaba los patios de tierra gris. Junto a ella,
acodadas tambin en la baranda de ladrillos ocres, sus amigas Moco y Josie la observaban
con expectacin ligeramente tensa.
Y bien, hermanita, te decides o qu? La voz gutural de Moco reson en el
silencio del crepsculo como un ladrido dentro de una catedral.
Ha de ser maana o nunca aadi Josie, atenazando con su mano morena el brazo
de Chris en un gesto de perentoria complicidad.
Chris no respondi ni hizo movimiento alguno. Tan slo entorn los prpados para
otear una vez ms el sitio elegido por sus compaeras. La mole irregular de los nuevos
pabellones en construccin se quebraba en un juego de luces y sombras bajo la dbil luz
del ocaso. En determinado lugar, una pila de sacos de cemento semiocultaba de la vista un
agujero abierto por los albailes en la alambrada que rodeaba El Pesebre con el fin de
excavar los cimientos.
El hueco era lo suficiente ancho como para que una persona pasara por l.
Explicadme el plan otra vez dijo Chris, sin dignarse mirar a sus compaeras.
Moco lanz un fuerte y elocuente resoplido. Su duro perfil de chiquillo rebelde y
maltratado por la vida se recortaba en la penumbra como una sombra chinesca.
Pues no es tan difcil de comprender gru. Se trata simplemente de escurrirse
por aquel agujero y luego echar a correr. Maana es domingo y no estarn los obreros.
Adems, todo el mundo andar muy ocupado por las visitas de los familiares.
Puedes imaginarte la escenita terci Josie, y luego imit con teatral afectacin el
tono y las palabras de una madre preocupada: Ay, seora directora, cree usted que si
mi hija se porta bien, la dejarn salir estas navidades? Es lo que ms deseamos en el
mundo!.
Chris dej escapar una risa spera y escupi con rabia.
Mi pobre vieja lo que ms desea en el mundo es una buena botella de whisky
coment framente. Y ni siquiera eso puede tener en ese cochino asilo para alcohlicos.
Madre no hay ms que una sentenci Moco sin el menor dejo de irona. Si te
unes a nosotras, podrs llevarle un cajn del mejor whisky escocs cuando estemos libres.
Libres! repiti Chris burlonamente, alzando los hombros. Tan libres como un
conejo perseguido por una jaura de perros. Gracias, nenas. Ya he pasado por eso.
Esta vez ser distinto! dijo Josie con vehemencia.
Chris se volvi hacia ella. El bello rostro de la mulata se hacia invisible en la
oscuridad, pero sus ojos destellaban como brasas bajo la ensortijada cabellera en sombras
que coronaba su menuda y cimbreante silueta.
Claro que ser distinto, ilusa. Esta vez, nuestro querido juez Turner ya no ser tan
benvolo contigo. No creo que haya olvidado tus enredos con aquel guapo mulato
traficante en drogas
Mortimer no era traficante! Protest Josie.
Tal vez no acept Chris. Pero ve a contrselo al juez. Ellos, los del otro lado de
la alambrada, son as, Josie. Puede que nos perdonen una vez, quiz dos, porque somos
menores y creen que van a reeducarnos en esta pocilga. Ya sabes A los contribuyentes
les tranquiliza saber que el estado se muestra benvolo con las jvenes descarriadas. De
vez en cuando hay quien gana alguna que otra eleccin prometiendo hacer esfuerzos para
convertirnos en buenas amas de casa americanas que hagan sus compras en los
supermercados y manden a los hijos que segn las estadsticas les corresponden, a que
sean despanzurrados en alguna guerra. Pero a la tercera vez advierten, con razn, que si
vas a los supermercados ser para robar, y que no tienes la menor intencin de casarte con
ningn graduado en administracin de empresas para engendrar infantes de marina. Y
entonces te encierran de por vida para que los contribuyentes no se enteren de cmo se ha
malgastado su dinero.
Un bonito discurso aplaudi Moco, pero no hace ms que darnos la razn en
nuestro plan.
Vuestro plan! Chris solt una risita sardnica, que interrumpi bruscamente.
Hasta a una mosca encerrada en una caja se le ocurre escapar, si encuentra un agujero. Ese
es todo el cerebro que se necesita para vuestro plan.
Qu quieres decir? pregunt Josie con inquietud.
Que el verdadero plan comienza una vez has atravesado el maldito hueco y burlado
a los dos vigilantes octogenarios del portal. Chris aferr en la oscuridad el hombro de su
amiga. Yo escap una vez, Josie. Y puedo decirte que no es nada agradable andar todo
el tiempo jadeando, con una dolorosa tortcolis de tanto volver la cabeza para ver si an te
persiguen. No seor dijo, elevando sus ojos al cielo ya oscuro; la cosa no es tan
fcil una vez fuera
Acabemos ya rugi Moco, dejando que las slabas reptaran entre sus dientes,
impulsadas por un largo bufido. Si no tienes agallas para hacerlo, dilo de una vez. Pero
no intentes convencer a Josie para que se quede contigo a practicar caligrafa y a recibir
medallas. Ella y yo huimos maana!
All vosotras. Chris sacudi su larga cabellera. Cuando seamos mayores de
edad y vosotras an estis en chirona, yo ir a llevaros cigarrillos.
Yo no fumo dijo Josie, aturdida por la discusin.
Moco se separ del ventanal y se plant con su tpico aire desafiante, all en medio: los
brazos en jarra, las piernas separadas y el mentn afilado y altivo en actitud agresiva.
Bien, Chris Parker, slo quiero que me digas una cosa. Hizo una corta pausa.
Vendrs o no con nosotras?
La pregunta era terminante. Chris baj la cabeza y cavil unos segundos. Haba
considerado seriamente sus argumentos, ya que tan slo unos meses atrs haba recorrido
temerosa los caminos, pedido ayuda a desconocidos, buscado la solidaridad de los
dems sin otro resultado que verse de nuevo encerrada all dentro, con un expediente
personal bastante ms negro del que tena antes de iniciar su aventura. Pero tambin a
causa precisamente de aquella experiencia, senta mayores ansias de libertad, cualesquiera
que fueran sus condicionamientos; ansias de poder elegir uno u otro camino; de ver el sol
asomando tras un nuevo horizonte de promesas; de mantener viva la esperanza de
encontrar, al fin, un refugio clido y seguro. Y, adems, estaba su madre, la seora Parker,
alcohlica empedernida, pudrindose en un asilo; y Tom, su hermano del alma, que haba
huido a Mxico en busca de un futuro digno para su mujer y su hijito, y tambin para
Chris. (No es cierto que tambin para ella?). Tom y su madre eran todo cuanto tena en el
mundo. Bueno, todo no. Tambin estaban Josie y Moco, tan distintas y tan iguales en la
forma de compartir desventuras y alegras. Tena algn sentido quedarse en El Pesebre
mientras ellas escapaban? Valdra la pena aplicarse en sacar buena letra, para acabar
obteniendo una libertad hueca tarda? Slo una vez se tienen diecisis aos
La silenciosa reflexin de Chris se vio interrumpida bruscamente por la aparicin de la
robusta figura de Lasko, la jefa de celadoras, cuya blanca blusa de uniforme relumbr
entre las sombras.
Qu estis tramando, chicas? Inquiri con voz de sargento. Acaso un plan
para fugaros?
Josie no pudo reprimir una risita nerviosa.
Moco acaba de proponrnoslo, Lasko dijo Chris con pasmosa naturalidad. Pero
decidimos que nuestra vida sin ti no tendra sentido.
Me vais a enternecer brome asimismo Lasko. Aunque ser mejor que me
declaris vuestro amor en el comedor. El resto de las chicas ya est terminando sus
hamburguesas con patatas.
Moco realiz una burlesca reverencia y enlaz el brazo de Josie, invitndola a cruzar
la puerta de la galera.
Adoro estas cenas de sbado noche dijo cursimente con ronca voz. Crees t
que afuera comeramos mejor?
Chris le hizo un gracioso mohn a Lasko, que se limit a menear la cabeza.
La habitacin que Chris comparta con la pequea Carrie Watts no era tan mala como
la literatura al uso supone que son las habitaciones de una escuela-reformatorio para
jovencitas descarriadas. En cierto sentido, algunas personas consideraban a El Pesebre
una institucin modlica en su gnero. Segn Moco, que conoca otros reformatorios, esto
no era del todo falso, contando con que los otros eran an peores. Los dormitorios eran
dobles y las puertas, dispuestas en hilera, daban a un corredor que cruzaba el pabelln de
un extremo al otro, desde el vestbulo de entrada hasta los aseos y el cuarto de duchas. En
la pared opuesta a la puerta, cada habitacin tena una ventana aislada del exterior por una
tela de alambre de forma romboidal. Las camas estaban adosadas a las paredes laterales,
de las que penda una pequea estantera. An quedaba espacio para un armario de dos
cuerpos y un lavabo sin espejo. Quien mand pintar las paredes debi considerar el gris
como el color ms adecuado. Con posterioridad, la nueva directora decidi colocar unas
cursis cortinillas floreadas, verdes y amarillas, que las muchachas utilizaban para secarse
las manos o para limpiar sus zapatos.
Una nica clavija, al final del pasillo, permita apagar simultneamente las luces de
todas las habitaciones. Aquella noche, Betty Ramos, la celadora de turno, accion el
interruptor diez minutos antes de la hora habitual. La Ramos era aficionada a esas
pequeas mezquindades, en compensacin a los raptos de mal humor que tena que
soportar por parte de su jefa, la eficiente y veterana Lasko, a quien todas las internas
teman y respetaban. Josie aseguraba que cuando Lasko naci el mdico le haba dicho a
la madre: La felicito, seora; acaba usted de dar a luz una sana y rolliza celadora de
reformatorio.
Betty Ramos carraspe en la oscuridad, por encima del murmullo de apagada protesta
que brotaba de los dormitorios. Recorri el corredor con pausados y firmes pasos de
centinela y se detuvo frente a la puerta de entrada. All, bajo la mortecina luz naranja de la
lmpara de seguridad, dio un giro completo.
Buenas noches, nias grazn. Que tengis felices sueos.
Vete a la mierda, Betty! respondieron al unsono varias voces annimas, desde la
penumbra.
Y que te den por el culo apuntill con acritud la inconfundible voz de Moco.
La Ramos apret las mandbulas, esforzndose por no responder. Luego atraves la
puerta de cristales opacos y se dirigi a su habitacin, situada a un lado del vestbulo. Se
desvisti malhumorada y se acost con la luz encendida. Durante un largo tiempo
permaneci mirando las sombras del techo, sin lograr conciliar el sueo.
Tambin Chris estaba despierta. Arrebujada entre las sbanas, espiaba la respiracin de
Carrie, hasta que su ritmo acompasado le indic que su compaera de cuarto se haba
dormido. Entonces cogi un puado de cerillas que guardaba debajo del colchn envueltas
en un trozo de papel. Sentada al borde de la cama, se coloc un cigarrillo entre los labios.
Apareca pensativa. Luego rasp la cerilla contra el suelo de baldosas. Al tercer intento,
una minscula llama centelle en la oscuridad del cuarto. Chris la protegi con el hueco
de la mano y encendi el pitillo. Dio dos chupadas ansiosas, se puso de pie y sali con
sigilo a la luz tamizada del corredor.
Moco dispona de una habitacin para ella sola. Tal situacin no responda a ningn
privilegio, sino a un castigo impuesto por Lasko ante las inclinaciones ostentosamente
lesbianas de la muchacha. Y aunque ahora Moco seduca a las internas en los baos y en
los rincones, senta no poder gozarlas en la intimidad de su cuarto, como haba hecho
durante el primer ao del internado con su aorada Susan. Cuando Susan fue puesta en
libertad, nadie ms ocup su cama vaca. La celadora-jefe decidi no aceptar ms
matrimonios en su pabelln.
La puerta se abri con un suave crujido y la mortecina luz del corredor se desliz al
interior de la habitacin.
Pasa y cierra la puerta susurr Moco desde la cama.
No saba que me estuvieras esperando dijo Chris, con irona.
Moco lanz un resoplido.
Ah, eres t! mascull, decepcionada.
Y quin diablos tena que ser?
Por un instante dese que fueras Lorena, esa fenomenal rubia que trajeron del
pabelln B la semana pasada. Le estuve lanzando miradas incendiarias en el comedor, y
me pareci que haba picado
No cambiars suspir Chris, sentndose en la cama vaca.
Es mi forma de ser dijo Moco, como si hablara de otra persona. A cada cual lo
suyo. Cmo conseguiste lumbre?
Josie pring unas cerillas de la cocina y me dio unas cuantas. Las escondo debajo
del colchn.
Las encontrarn dijo Moco saliendo de la cama. Siempre buscan debajo del
colchn.
Ya no importa dijo Chris. He decidido que maana me escapar con vosotras.
La noticia no pareci sorprender a su amiga. Moco fue hasta el armario y regres con
un cigarrillo. Cogi la colilla de entre los dedos de Chris y tom fuego de la brasa.
Puedes apagar el mo le indic Chris.
La otra asinti, se acerc al lavabo e hizo correr el agua del grifo. La brasa se apag
con un leve chisporroteo.
Luego Moco desmenuz los restos del cigarrillo a trocitos y los fue echando al
sumidero. Cuando la ltima partcula de tabaco desapareci arrastrada por el agua, cerr el
grifo y regres a su cama. Se meti en ella, acomod las dos almohadas bajo su nuca, y
aspir el humo con voluptuosidad.
Deca que maana ir con Josie y contigo repiti Chris.
Ya te o dijo Moco. Ahora cambiemos de conversacin. No quiero pasarme la
noche en vela, pensando en ese agujero.
Chris se incorpor y se fue hacia la ventana. En la noche sin luna, el patio era tan slo
un negro abismo. Pero en algn lugar de la oscuridad se hallaba la zanja de los cimientos y
aquel hueco en la alambrada, perfectamente camuflado con sacos de cemento. Todo
pareca demasiado fcil.
Qu haremos despus? pregunt sin volverse. Si logramos escabullirnos,
tendremos que permanecer escondidas durante un tiempo prudencial.
No te preocupes por eso se anim Moco. Yo me encargar de todo. Slo
tendremos que llegar hasta una ciudad situada a unas doscientas millas de la carretera del
Este. Tengo buenos amigos all.
Qu clase de amigos?
La lumbre del cigarrillo de Moco describi una fugaz curva en la penumbra.
Gente del ambiente explic. La que da las rdenes es una gorda carroza que se
hace llamar Menfis. Una tortillera viciosa y cruel pero que sabe ser leal con los amigos.
Eres amiga suya?
Amiga de una amiga.
Qu maravilla! suspir Chris. Y cmo sabes que tu amiga convencer a su
amiga para que proteja a tres evadidas del reformatorio?
Moco se revolvi con una risa bronca.
Me lo he montado as de sencillo declar con nfasis. Mi amiga sabe que
iremos y Menfis tambin est de acuerdo. Nos tendr en su club el tiempo necesario. Se
pirra por las tiernas jovencitas desvalidas
T sabes que no estoy dispuesta a protest Chris.
Slo tendrs que ser amable con ella la interrumpi Moco. Y nada de
escandalizarte por lo que all veas. Del resto me encargo yo.
Chris atraves la penumbra hacia la tenue luz que entraba por la puerta.
Me vuelvo a mi habitacin dijo en un susurro. La Ramos tiene el sueo ligero y
si me encuentra aqu, arruinar mi reputacin.
Moco dio una ltima y larga chupada a su cigarrillo.
Sigues siendo de la pandilla? pregunt.
S afirm Chris con un guio. Aunque lamentar perderme la expresin de
Lasko al conocer la noticia.
Captulo 2
Pese a ser domingo por la tarde, Barbara Clark haba decidido quedarse a corregir unas
pruebas de Ingls en la inconfortable sala de profesores de El pesebre. Se hallaba en esa
edad crucial, entre los treinta y cinco y los cuarenta aos, en la que las mujeres se
desmoronan en forma brusca hacia la madurez y otras parecen alcanzar un perfecto punto
de sazn. Por suerte para ella, Barbara perteneca a este ltimo grupo. Su esbelta silueta se
iba redondeando sin prisas. Su agraciado moreno rostro se vea enmarcado por una corta
melena de pelo grueso y liso, cuyo color bronce oscuro chispeaba con las primeras canas.
Por un instante, las risas y parloteos de las internas y sus familiares reunidos en la
planta baja, la abstrajeron de su tarea. Era el primer domingo soleado de aquella incipiente
primavera, y la mayora de los visitantes se ocupaba en pasear por los jardines, visitar el
nuevo campo de deportes o bien sentarse en los verdes bancos de madera de la galera
principal. Barbara oa su murmullo constante, pero no poda verlos, ya que las ventanas de
la sala de profesores daban al patio posterior, donde se estaban construyendo los nuevos
pabellones.
Dej el lapicero junto a un montn de papeles y alz los brazos para distender los
entumecidos msculos de su espalda. Distradamente, se puso a leer la pgina que tena
ante s. Era la letra aguzada y concisa de Chris Parker; una excelente alumna, pero de
carcter complicado. Barbara record los hechos de unos meses atrs, cuando ella haba
cometido el error de actuar de intermediaria del retorno de Chris, que llevaba huida tres
das. La chica la haba engaado con una sarta tal de mentiras tras mentiras que el propio
juez Turner no dud en afirmar que Barbara se haba comportado como una ingenua. Por
su parte, Chris la acus duramente de haberla traicionado. La Clark era demasiado buena
maestra como para perder su puesto por aquel traspis, pero no tan fuerte como para poder
superarlo. A partir de entonces, sus relaciones con Chris Parker fueron distantes. Y,
globalmente, evit personalizar sus relaciones con las alumnas. Para eso estaban las
celadoras y el personal directivo; ella slo deba ocuparse de ensearles algo til mientras
estuvieran en El Pesebre. Esa haba sido su actitud en los ltimos meses. Y si bien le
haba ahorrado nuevos problemas, le acarreaba tambin un latente estado de
insatisfaccin.
En esto estaba pensando, mientras se oa el distante rumor de las muchachas y sus
visitantes en el jardn. Un moscardn se estrellaba una y otra vez, obcecadamente, contra
los cristales de la ventana. Barbara dio un profundo suspiro. Apart los papeles y estir
sus bien torneados brazos sobre la mesa. Tuvo la tentacin de sepultar la cabeza entre ellos
y dormitar. Pero no lo hizo. Se quit las gafas y se puso de pie, sintindose las piernas
pesadas y lejanas. El moscardn zumb junto a su oreja izquierda y luego se lanz de
nuevo hacia la luz. Choc, perdi altitud, se recuper un tanto y trastabille sobre la peana
de la ventana. Barbara decidi abrir y liberarlo. A ella tampoco le vendra nada mal un
poco de aire.
Vio entonces aquellas tres siluetas que andaban, cogidas del brazo, por el solitario
rectngulo de tierra gris del patio trasero.
Demasiado susurr Moco con impaciencia. Se me est cansando la cara de
tanto sonrer como una estpida.
Hay que disimular, por si alguien nos observa respondi Chris. An no estamos
lo bastante cerca. Marchemos displicentemente, en diagonal, hacia la hilera de cipreses
Hagmoslo de una vez, Chris! gimi Josie. Creo que mis nervios van a
estallar.
Tranquila, andemos con lentitud. Y no dejes de sonrer.
Qu diablos traman esas tres, dando vueltas como caballitos de tiovivo?, se
preguntaba Barbara Clark desde su ventana. Pens que quiz fuera demasiado duro para
ellas asistir al espectculo de ver a las dems recibiendo sus visitas, y por eso se haban
refugiado en los patios. Pero su argumento no la convenci del todo. Las chicas no
parecan estar deprimidas; por el contrario, movan de un lado al otro la cabeza,
animadamente, e incluso se las vea sonrer. La profesora tendi una mano sobre los ojos,
para protegerlos del sol. S, sin duda sonrean. Eran unas sonrisas hierticas, como
pintadas sobre el rostro. Algo estn tramando, pens recelosa Barbara. Pero no pudo
imaginar qu clase de infraccin iban a cometer en aquel patio trasero. All slo haba un
descampado ceniciento, una esmirriada fila de cipreses retoos, algunas zanjas para los
cimientos de los nuevos pabellones, una pila de sacos de cemento
Barbara Clark abri la boca para gritar, pero su garganta slo emiti un soplo de aire
quebradizo. Acababa de descubrir el agujero abierto en la alambrada, de encima de una de
las zanjas. Y ahora las tres internas se encaminaban hacia all directamente. Como maestra
saba cul era su obligacin: hacer sonar la alarma general, cuya clavija estaba en el
pasillo contiguo, y luego correr escaleras abajo para advertir a las celadoras de lo que
estaba ocurriendo. Pero no hizo nada de eso. Sus zapatos parecan pegarse en las tablas del
suelo y su cuerpo estaba tan rgido e inerte como los oscuros muebles de la sala de
profesores. Slo los ojos conservaban su vivacidad, siguiendo los movimientos de las
muchachas.
Vio a Chris hacer una seal a Moco, que ech a correr hacia el agujero. Josie fue tras
ella. Moco se dej caer en la zanja y pas la cabeza por debajo de la alambrada. Su cuerpo
huesudo se escurri con alguna dificultad por el estrecho orificio, logrando pasar al otro
lado. Luego Josie inici la misma operacin. Chris, agazapada an junto a los sacos, ech
un ltimo vistazo a los edificios de El Pesebre. Entonces advirti, pegada en una
ventana del segundo piso, la silueta inconfundible de Barbara Clark, que la miraba
fijamente.
De prisa! grit, saltando dentro de la zanja. La Clark nos ha visto!
Barbara? Y por qu no ha dado la alarma? dijo con asombro Moco.
Slo Dios lo sabe respondi Chris, arrastrndose sobre los codos y las rodillas.
Venga, hacedme sitio!
Es un mal comienzo refunfu Moco, mientras tenda la mano a Chris desde el
otro lado de la alambrada.
Como hechizada, Barbara vio a tres siluetas empequeecerse mientras corran, hasta
perderse de vista entre las malezas que bordeaban el ro. De pronto sinti temblar su
espina dorsal, como si despertase. Todo su cuerpo se vio agitado por un estremecimiento,
se llev las manos a las sienes y clav en ellas sus uas hasta hacerse dao. Entonces se
puso a gritar. Ms que un grito pareca un gemido.
Luego despacio, muy despacio, cruz la sala y sali al corredor.
El estallido del timbre de alarma rasg el ambiente buclico de aquel domingo de
visitas en El Pesebre. Los padres y dems parientes interrumpieron su consabida
chchara domstica, molestos y asustados por aquella brusca interrupcin. Las internas
estiraron las cabezas como cervatillos, intercambiando miradas de complicidad. Lasko
dej caer el libro de Frank Slaughter que lea sentada en uno de los bancos verdes, a la
sombra de la galera, y salt con las piernas abiertas, lista para entrar en accin. No lejos
de all, la cocinera se pinch un dedo con el cuchillo de pelar patatas. En la caseta de
entrada, los dos guardianes interrumpieron la partida de ajedrez y uno de ellos volte el
tablero mientras corra a atrancar la puerta de rejas. El otro solt una maldicin.
Cuando Barbara Clark baj las escaleras, reinaba un agitado ambiente de confusin, de
gritero y precipitadas corridas en el vestbulo. Cynthia Porter, la directora adjunta, se
restregaba las manos con nerviosismo, mientras aconsejaba a los dems no perder la
calma.
Quin hizo sonar la alarma? pregunt, con voz atiplada por la excitacin.
Fue usted, Lasko?
No, seorita Cynthia respondi Lasko. Yo estaba leyendo en la galera.
He sido yo dijo Barbara Clark, desde el rellano de la escalera.
Todos los rostros se volvieron hacia ella, que a duras penas lograba controlar sus
nervios. Se mordi el labio inferior, y se agarr con fuerza a la barandilla.
T? exclam Cynthia, incrdula. Espero que hayas tenido un buen motivo
para hacerlo. Hoy es da de visitas y
La tensa voz de la directora se vio interrumpida por la llegada precipitada de Betty
Ramos, medio jadeante y con el rostro desencajado. Haba dejado la puerta entornada y
all, en el patio, se vea a las muchachas que las celadoras haban hecho formar para pasar
revista.
Fa faltan tres internas farfull Betty. Chris, Moco y Josie
Los tres nombres planearon unos instantes en la cargada atmsfera del recinto. Slo se
oa la respiracin entrecortada de la celadora y un vago rumor de rdenes emanadas desde
el patio. Barbara Clark suspir. De repente se seren y comenz a descender los escalones.
S, las he visto fugarse con mis propios ojos dijo con calma. Por eso hice sonar
la alarma.
Fugadas? bram Lasko. Eso es imposible!
Barbara avanz unos pasos hacia la celadora-jefe, que la miraba con atnito estupor.
La profesora se apart un mechn de pelo que le caa sobre la frente y sonri, como si
disfrutara de la situacin.
Hay un agujero en la cerca, junto a las obras de los nuevos pabellones declar.
Las chicas se escabulleron por all, con toda tranquilidad.
Cynthia Porter expeli una especie de resoplido. Su cuerpo tenso se inclinaba hacia
delante, y sus acerados y pequeos ojos de ave de rapia taladraban la serena expresin de
Barbara.
Y no hiciste nada por impedirlo? le recrimin.
Barbara le sostuvo la mirada, sin abandonar su ambigua sonrisa.
Nada poda yo hacer, salvo dar la alarma replic sin alterarse. Estaba en la
ventana de la sala de profesores del segundo piso cuando las vi.
Vamos a por ellas! orden Lasko, aferrando el brazo de la Ramos en un gesto
elocuente.
No pierda la cabeza, Lasko dijo Cynthia con frialdad. No servira de nada
correr ahora tras ellas. Encrguese de despedir a los visitantes y procure que todas las
internas permanezcan en sus pabellones. Yo me ocupar de esas pequeas fugitivas.
S, seorita acat Lasko, con sumisin.
Y no se olvide de hacer tapiar el hueco de la alambrada.
No, seorita, no lo olvidar.
La celadora-jefe se retir con paso vivo, con Betty Ramos pisndole los talones. La
subdirectora cerr la puerta, acallando las voces de mando que llegaban del exterior.
Luego se volvi hacia Barbara Clark. Sus finos labios se fruncieron bajo los ojos helados.
Acompame, Barbara orden, sin ms.
Tras recorrer en silencio el corto pasillo lateral, las dos mujeres entraron en el
despacho de Cynthia. La subdirectora abri las persianas. El sol se col por entre las
tablillas, formando una enramada de luz y sombras sobre el suelo y las paredes de color
verde oliva. Cynthia Porter se sent en su escritorio. Apoy una mano en el telfono y con
la otra seal a la profesora una pequea silla de madera.
Sintate, Barbara dijo, y aguard a que ella lo hiciera; luego prosigui: T eres
la nica testigo de lo que ha ocurrido. Tendr que pedirte que permanezcas aqu hasta que
acabe la investigacin.
De acuerdo dijo Barbara con tono de indiferencia.
Cynthia baj la mirada y empez a juguetear torpemente con un escalpelo de abrir
cartas de madera tallada.
Te harn preguntas murmur. Y tambin me las harn a m. Hay algo ms que
quieras decirme?
No. Ya te he dicho cuanto saba.
Entonces prosigamos pues dijo la subdirectora.
Su mano volvi al telfono y cogi el auricular. Marc slo tres nmeros, y esper.
Alguien respondi al otro lado de la lnea, y Cynthia tom una bocanada de aire antes de
hablar:
Soy la seorita Porter, del reformatorio. Deseo hablar con el sheriff Carrington Se
trata de algo muy urgente.
Captulo 3
Haca un calor infernal. Moco recobr nuevo aliento y, a rastras, se intern unos
metros ms por el matorral, chapoteando manos y rodillas por el fango maloliente. De
nuevo alcanz a Chris que, tumbada de bruces, contemplaba el lento discurrir del
riachuelo. El agua era un sucio caldo turbio y denso.
Dnde anda Josie? pregunt Chris.
La dejamos ligeramente atrs. Se qued tiesa al or esa condenada alarma, pero con
una patada en el culo logr que se moviera.
Nos buscan?
No. Y es extrao, no crees?
Si yo fuera ellos reflexion Chris, tampoco lo hara. Desde El Pesebre
mismo, avisara al sheriff del condado para que nos tendiera un cerco. Es ms sencillo y
ms seguro.
Supongo que eso es lo que harn acept Moco, malhumorada.
Una nube de mosquitos zumbaba sobre sus cabezas.
Permanecieron en silencio, atentas al menor ruido que llegara de fuera de all y al
intenso bullir de los minsculos habitantes del matorral. Un par de escarabajos avanzaba
lentamente, rodeando los charcos. Chris volte a uno de ellos dejndolo patas arriba. El
otro giraba en torno a su compaero, dndole de vez en cuando con las antenas.
Pobre bicho dijo Moco condolida. Y cuidadosamente, cogi el insecto con sus
dedos y lo enderez de nuevo.
Un rumor a sus espaldas hizo que las dos chicas dieran un salto. Se trataba de Josie
que, agachada, avanzaba entre la maleza.
Baja la cabeza! le orden Chris.
Me he torcido un pie se doli la mulata, y se dej caer junto a sus compaeras, sin
aliento.
Te felicito, Josie gru Moco. Ahora slo nos falta andar unas cuarenta millas
para salir de este condado.
Nadie va a salir del condado vaticin Chris. Todos los caminos y senderos
deben estar vigilados.
Moco arranc una brizna de hierba y la mastic con rabia.
Bonita situacin dijo con su grave y pesada voz. An estamos a tiempo de
regresar a El Pesebre, decir que todo fue una broma y asearnos para la cena. Os parece
un buen plan?
Josie se puso a temblar y sus ojos se humedecieron.
Qu qu haremos, Chris? pregunt en un hilo de voz.
Quedarnos aqu dijo Chris con firmeza. Existe una posibilidad entre mil de que
no se les ocurra buscarnos tan cerca.
Moco emiti una insonora carcajada, cabeceando hacia un lado y otro.
Oye, guapa espet de repente, a esa gente se la paga por hacer bien su trabajo.
Se supone que saben hacerlo. Y si el sheriff funciona con ms de dos neuronas, lo primero
que har ser dar una batida por este apestoso matorral, cogernos de una oreja,
devolvernos al regazo amoroso de Lasko y luego de vuelta a su casa para ver la serie
policaca de turno.
Tal vez asinti Chris. Acaso tienes t una idea mejor?
No dijo Moco. Maldita sea!
Josie hundi la cabeza entre sus brazos y se puso a sollozar calladamente, el rostro
pegado a la tierra fangosa.
El sheriff Carrington amaba su trabajo, y tena un nico problema: estaba a punto de
alcanzar los sesenta y seis aos y, probablemente, la mayora de ciudadanos del condado
pensaron que le haba llegado la hora del retiro. El verano siguiente habra elecciones y
dos candidatos jvenes haban anunciado disputarle el puesto. Uno de ellos haba sido
ayudante suyo tiempo atrs, cargo al que luego renunci para terminar sus estudios de
leyes. Los tiempos estaban cambiando, y un tipo que se saba las leyes al dedillo resultara
un competidor harto difcil. Para alejar de s aquellos funestos pensamientos, Carrington,
tras despojarse de su gorra, se rasc la coronilla y lanz furtivas miradas hacia las bien
formadas piernas de la profesora sentada frente a l.
Bien, seorita Clark le dijo en tono suave, cuanto tiempo cree que pudo
transcurrir desde que vio evadirse a las reclusas hasta el instante en que hizo sonar la
alarma?
Barbara se alis instintivamente la falda.
Pues uno o dos minutos, o tal vez tres. Qued prcticamente paralizada por la
sorpresa No atinaba a moverme.
Eso suele ocurrir admiti el sheriff. De todos modos, habra sido ya demasiado
tarde para evitar su huida.
Ms tarde es ahora dijo Cynthia acremente. No es ya hora de salir a buscarlas,
seor Carrington?
El sheriff parpade sorprendido, y sus pupilas grises brillaron intermitentemente.
Entrelaz bajo la barbilla sus gruesas manos tostadas por el sol.
Tenemos controlados los principales caminos y senderos, seorita. Tarde o temprano
caern, supongo.
Slo supone? Las cejas de la seorita Porter se arquearon inquisitivamente.
Sugiero que se d una batida por los alrededores. Es posible que no estn demasiado lejos.
A mi modesto entender intervino Lasko, jurara que deben andar por los
matorrales, esperando a que oscurezca.
Es posible asinti cabeceando Carrington.
Entonces, a qu espera? inquiri Cynthia.
El sheriff lanz un bufido. Se quit la gorra de un brusco manotazo y la estuvo
mirando largamente, como si algo en ella lo fascinara. En realidad, era el truco que usaba
para dominarse cada vez que se impacientaba.
Seorita Porter dijo entre dientes, despus de meditar un rato; quisiera
recordarle que no se trata de criminales peligrosas, sino de inexpertas quinceaeras que
probablemente estn muy asustadas.
Asustadas! ri Lasko sin poder contenerse. No las conoce usted bien, seor.
Esas tres no temen ni al diablo!
Mejor para ellas. Pero son menores de edad y hay un ro por medio puntualiz
Carrington. No sera la primera vez que a una persecucin as empuja al fugitivo hacia
un accidente fatal. O incluso al suicidio! Carrington colg las manos del cinturn y se
pase por la estancia, saboreando el efecto que sus palabras haban causado en las tres
mujeres. Si estn all, seoras, ya saldrn. Y las estaremos esperando. Pero no vamos a
presionar a esas chicas con una batida. No, mientras yo sea el sheriff de este condado.
Se hizo un pesado silencio, durante el cual Lasko y la subdirectora se intercambiaron
miradas de interrogacin. Cynthia se removi nerviosa tras su escritorio y retom la
palabra.
Es su problema, sheriff dijo framente. El mo es informar a mis superiores
sobre lo ocurrido. Por supuesto deber informar sobre su particular modo de resolver el
asunto.
Carrington frunci los labios. La junta directiva del reformatorio era una parte
influyente del electorado, pues la integraban gentes notables de la regin. Si aquella
solterona engreda y tonta decida que l haba actuado con negligencia, poda irse
despidiendo de su estrella de sheriff. Sinti, simultneamente, lstima y odio hacia s
mismo, pero su respuesta fue tajante:
Puede usted decir lo que le d la gana bram. Pero yo soy un polica, no un
perro de presa!
Le toc a Cynthia el turno para parpadear, permaneciendo con la boca muy abierta.
Carrington recogi la gorra de la mesa, se la coloc de cualquier manera en la cabeza y
abri la puerta. Antes de cerrarla tras s, lanz con desenfado un cordial guio a Barbara
Clark. Ella se lo devolvi, con una sonrisa de aprobacin.
El color ocre del ro fue oscurecindose lentamente, a medida que el sol se iba
ocultando tras las suaves colinas que cerraban el horizonte. En el matorral, los sapos y los
grillos iniciaban su habitual concierto nocturno. Tambin los mosquitos, a su manera,
celebraban el fin del da, lanzando oleadas sucesivas de ataque sobre el rostro y brazos de
las tres fugitivas. Yacan de bruces sobre el barro, ocultas por el espeso herbazal que
cubra la ribera.
Moco inici una tanda de palmotadas por todo el cuerpo.
Ya s por qu la poli no nos busca dijo de repente. Saben que estos condenados
mosquitos nos harn salir volando de aqu.
Ya casi es de noche anunci Josie. Si vamos a movernos, ser mejor que
empecemos ya.
De acuerdo. Nos desplazaremos hacia la derecha, siguiendo la orilla del ro indic
Chris. Si no me equivoco, a milla y media de aqu hay un viejo camino vecinal.
S, lo conozco confirm Moco. Pero qu te hace suponer que no estar
vigilado?
No s, Moco, pero habr que intentarlo de todos modos. No tenemos otra
alternativa.
Es verdad acept resignada Josie, y se dispuso a seguir a sus amigas.
Caminaron algo ms de un cuarto de hora camufladas entre arbustos. Sus pies
resbalaban en el fango y las tupidas enramadas las golpeaban en la oscuridad. Moco, ms
gil y resistente, iba delante. La segua Chris, asida al faldn de su camisa, mientras con la
otra mano conduca a Josie. La noche haba cado bruscamente, como una compuerta.
Todo estaba oscuro. Inopinadamente, Moco salt a un lado y se arroj al suelo.
Hay algo all delante dijo en un susurro. He visto un brillo metlico.
Metlico? Tembl la voz de Josie.
A callar! dijo Chris. Esperadme aqu y no os movis pase lo que pase.
Tras arrastrarse unos metros, lleg al borde del camino vecinal. Poco a poco su vista
fue acostumbrndose a las formas de la penumbra. El camino describa en ese sitio una
curva muy abierta. Con slo alargar el brazo, la chica hubiera podido tocar el margen
desconchado del pavimento. Unos veinte metros hacia la izquierda, podan distinguirse los
pilares de un viejo puente de piedra que cruzaba sobre el ro pantanoso. Ms ac del
puente, a un lado del camino, haba algo que sobrecogi el corazn de Chris: dos ojos
rojos y rectangulares que flameaban en la noche.
Eran, sin duda, las luces de posicin de algn vehculo estacionado en el arcn.
La polica. Estos hijos de perra estn acechndonos dijo con voz tensa Moco a
Chris.
La muchacha se volvi sobresaltada. Sus dos amigas estaban all, a sus espaldas,
jadeando nerviosamente. Pens recriminarlas pero no tena sentido iniciar all una
discusin.
No es la polica concluy tras echar un breve vistazo. Esas no son las luces de
un coche patrulla. Estn demasiado altas. Debe tratarse de una camioneta.
Ir a echar una ojeada dijo Moco.
No salt Josie. Ir yo.
T?
Soy la ms bajita dijo Josie en tono firme. Y mi piel se simula mejor en la
oscuridad.
De acuerdo acept al final Chris. Acrcate y mira el tipo de vehculo que es, y
si hay alguien dentro. Sea lo que sea, vuelve ac de inmediato.
La felina mulata cruz el pavimento con sigilo y se perdi en la oscuridad. Moco roz
con su rostro al de Chris.
Necesito un cigarrillo dijo suspirando.
Y yo. Si salimos de sta, juro dejar el tabaco para siempre.
Qu crees que debera dejar yo? brome Moco. Las dos chicas rieron
quedamente.
Josie regres junto a ellas. Sus ojos de gata brillaban en la noche.
Es un furgn anunci. Tiene un letrero en la portezuela: Lavandera de
Bertie. No hay nadie en la cabina, pero he odo voces debajo del puente.
Quiz Bertie ha venido a pescar con los amigos sugiri Chris. No olvidemos
que hoy es domingo.
Pescar en esa cloaca? dijo incrdula Moco. Como no sean sardinas en
conserva La polica suele usar vehculos de camuflaje civiles. Nos han tendido una
trampa, amigas!
Seguro ironiz Chris. El sheriff y sus hombres han aparcado el furgn a un lado
del camino, y se han puesto a jugar a las cartas bajo el puente. No tenemos escapatoria.
Te burlas de m refunfu Moco. Tal vez tengas razn; esto no parece una
emboscada.
Chris sinti un ligero calambre recorrer su cuerpo y se puso de pie. Su silueta se
perfil sobre el fondo azul prusia del cielo.
Vamos all dijo resolutiva. Y que sea lo que Dios quiera.
Las tres muchachas estuvieron merodeando en torno al furgn vaco y luego se
asomaron a la baranda del puente en ruinas. Abajo slo se vean sombras, siquiera
interrumpidas por fugaces destellos del agua que se deslizaba pesadamente ro abajo.
Oyeron unos sofocados quejidos de mujer y luego una voz masculina que deca:
Me quieres, cario? Di que me quieres
Oh, s, amor mo!
Los suaves quejidos tornronse en explosiones de jbilo.
Bertie ha cobrado buena pesca coment Josie, jocosa.
Vamos rpido! Ocultmonos en el furgn! orden tajante Chris.
Corrieron por entre la oscuridad de la noche. La puerta trasera no estaba cerrada con
llave; les fue fcil introducirse en el interior. Despeda un penetrante olor a leja y
almidn. El vehculo estaba vaco, a excepcin de unas perchas de alambre que colgaban a
un lado.
Si tenemos suerte dijo Chris, cerrando nuevamente la puerta con cuidado,
Bertie nos sacar del condado.
Esperemos que no vuelva a echarse de nuevo un polvo buf Moco, atisbando por
la mirilla acristalada que daba a la cabina.
Al poco rato, oyeron las voces de la pareja que regresaba. Por suerte para las fugitivas
de El Pesebre, Bertie se encontraba demasiado absorto con su acompaante como para
que se le ocurriera echar un vistazo al compartimento de carga del vehculo.
Tras recorrer unos kilmetros con buena marcha, el furgn redujo la velocidad. Moco,
siempre alerta, volvi a su puesto de vigilancia pegada a la mirilla, y lanz una queja de
maldicin.
Qu ocurre? pregunt Chris.
La bofia mascull Moco. Han montado un verdadero show ah delante. Hay
luces, barreras y polis con metralletas. Ni que furamos la pandilla de Al Capone.
Chris se arrastr hacia el ventanuco y peg la nariz al cristal. Moco no haba
exagerado nada.
Nos tienen atrapadas gimi.
Bien, chicas sonri Moco, resignada, encogindose de hombros; nadie podr
decir que no lo hayamos intentado.
S, y fue muy emocionante, mientras dur se consol Josie.
En la cabina, Bertie hundi el pedal del freno y se inclin del lado donde estaba su
compaera.
Cbrete el rostro, cario le dijo con quebrada voz. Es un control policial.
Buena la hemos hecho se pla ella, alzndose las solapas del abrigo.
Balancendose sobre sus curvadas piernas, el sheriff Carrington se les fue
aproximando lentamente. Tena el rostro sooliento y la mano derecha apoyada como por
casualidad sobre la pistolera.
Hola, Bertie Solomon! gorje, rascndose bajo la gorra como era su costumbre
. Qu haces t por ah, a estas horas?
Es que ya ni puede uno salir a dar un paseo en domingo, sheriff? protest Bertie,
con falso aplomo.
Por toda respuesta, Carrington enfoc con su linterna el interior de la cabina.
Quin es la chica que te acompaa, Bertie?
Es una amiga. Ya le dije que salimos a dar un paseo.
Tendr que identificarse, seorita indic el sheriff, impasible, dando un tono de
oficialidad a sus palabras.
Quin diablos se ha credo que es usted, Carrington? bram Bertie, sin poder
contenerse ya ms. Uno de esos malditos agentes de la moralidad? No somos Bonnie
y Clide, y ninguna ley de este estado me impide llevar en mi coche a quien me plazca!
Carrington hizo un gesto de impaciencia y apoy las manos en el borde de la
ventanilla. Sus ojos se achicaron y cobraron igual tamao al de los ojales de su camisa.
Te lo dir ms claro, Bertie palabre con calma. Esta tarde se han fugado tres
muchachas de El Pesebre.
Bertie abri la boca de par en par, como si le faltara aire. Luego volte la cabeza a un
lado, y se qued mirando al sheriff con incrdula expresin.
Y piensa usted que mi acompaante es una de esas chicas?
S dijo Carrington, sin pestaear. Y las otras dos podran haberse escondido en
el compartimiento de atrs.
En el compartimiento de atrs, Chris, Josie y Moco escuchaban asustadas. El corazn
de Chris saltaba dentro de su pecho, como si alguien estuviera jugando con l una partida
de ping-pong. La pequea mano de Josie le atenazaba el brazo con desesperacin.
Mierda! resopl Moco, con la mirada puesta en la acompaante de Bertie.
Mustrale de una vez tu jodida jeta, maldita zorra!
Como hacindose eco de las palabras de Moco, la muchacha de la cabina se baj de
repente las solapas del abrigo. La luz de la linterna alumbr su rostro plido y serio. El
labio inferior le temblaba visiblemente.
Soy Linda Powell, sheriff dijo.
Ya lo veo refunfu Carrington, apagando la linterna. Lo siento, Linda. En mi
trabajo a veces ocurren estas cosas.
Slo le pedimos que mantenga la boca cerrada gru Bertie.
Descuida. Tambin la discrecin forma parte de mi trabajo. Y ahora decidme,
habis notado algo raro por el camino? Alguna luz, algn movimiento extrao entre los
matorrales?
Nada, sheriff. Todo estaba tranquilo asever Bertie. Aunque, a decir verdad, no
prestamos demasiada atencin. Ya sabe
Bertie Solomon lanz un guio de complicidad. Pero el sheriff Carrington, haciendo
honor a su bien ganada fama de hombre duro, no le acus recibo.
De acuerdo dijo. Podis seguir vuestro camino.
No quiere echar una ojeada al furgn? le propuso Bertie, en tono amistoso.
Confiar en tu palabra. Mejor ser que Linda no vuelva demasiado tarde a su casa.
El furgn se puso en marcha, sorte la barrera y aceler al enfilar la carretera nacional.
Los tres suspiros de alivio que estallaron en el compartimiento trasero hubieran alertado a
Bertie, de no encontrarse ste acariciando con una mano los rotundos pechos de Linda
Powell. Como fondo musical, silbaba con rara habilidad la sintona de Encuentros en la
tercera fase.
Amos Morris haba regresado de Vietnam con un brazo de menos y un pertinaz
insomnio que atormentaba sus noches. Pudo haber sido peor deca a quien quera orlo
. Por suerte se trata del brazo izquierdo, y la falta de sueo es una ventaja en este
negocio. Morris, con el dinero que le dio el gobierno, se haba comprado un modesto
snack-bar en la carretera. Unas amustiadas luces amarillas eran el nico reclamo para
los camioneros sedientos a lo largo de cincuenta kilmetros. Pese a carecer de personal, l
solo se las arreglaba para mantener el negocio abierto las veinticuatro horas del da. Haba
instalado un catre tras el mostrador, donde descabezaba de vez en cuando un corto y frgil
sueo de no ms de media hora. La campanilla de la puerta lo despertaba cada vez que
entraba alguien, o cuando alguien pretenda escabullirse sin pagar la cuenta. Los
conductores que frecuentaban aquellas rutas saban que, a cualquier hora, podan parar en
el bar de Morris y tomarse una copa o comer un plato caliente. Amos, por su parte,
esperaba juntar en pocos aos suficiente dinero como para retirarse. De vez en cuando,
peda a su primo Jess que atendiera su negocio por unos das, para poder asistir a las
reuniones de los Vietvets (veteranos de Vietnam). Era bueno recordar los viejos tiempos
de Saign y salir de juerga con los viejos camaradas.
Aquella noche no haba sido muy movida, pues los domingos escasea el trnsito de
camiones por la carretera nacional. Cerca de la medianoche, Amos decidi echarse una
siesta. Su nico cliente, el camionero Burt Winfield de Transportes Consolidados, se haba
dormido pegado a una botella de whisky despus que ambos cenaran un guiso de repollo.
Sobre la una, el campanilleo de la puerta anunci la llegada de un nuevo parroquiano. Era
Ted el Negro, que transitaba por vez primera en esa ruta, conduciendo un enorme camin
cisterna de inflamables. Ted era abstemio, de manera que Morris, tras desperezarse,
prepar una gran cafetera humeante. El caf no ira mal a su permanente duermevela, y tal
vez ayudara a Burt a salir de su trompa.
Lo sirvi en grandes tazas de loza; encendieron el televisor y escucharon, sin
demasiado inters, las opiniones de un comentarista deportivo sobre los ltimos
encuentros de la Gran Liga de Baseball. Al mismo tiempo, sostenan una deshilvanada
conversacin sobre la crisis de combustibles y su incidencia en el negocio de los
camiones.
Si les confiscaran el coche a los malditos domingueros refunfu Burt,
habra gasolina de sobra.
La gasolina es estratgica asinti Ted el Negro, cabeceando su oscura y cuadrada
tez. Es como si permitieran a alguien cazar con escopetas de uranio o de cobalto.
Aj Amos Morris tendi un gesto de aprobacin con su nica mano. Lo has
expresado muy bien, Ted.
Entonces son de nuevo la campanilla de la puerta.
Las tres muchachas sucias y harapientas entraron en el local con expresin huidiza en
los ojos y se sentaron en la mesa del rincn, apretndose entre ellas. Los hombres las
miraron con solemne expectacin. Amos Morris agach la cabeza, hasta ocultarla detrs
de su taza.
No lo creera si no lo estuviera viendo dijo. Tres inocentes palomitas
extraviadas cadas del cielo en medio de la noche. Tal vez Dios haya pensado en ti, Ted; la
morenita no est nada mal.
Puerco racista gru Ted. Para que te enteres, a m me gusta la rubia alta.
Y t qu opinas, Burt? pregunt Morris.
Winfield se pase el pulgar a lo largo del grueso bigote y achic los ojos para
escudriar mejor la mesa del fondo.
Son tres cras, Amos declar al fin. Mi hija menor podra ser la madre de
cualquiera de ellas. Trtalas bien y averigua quines son, si no quieres verte metido en
los.
Morris mir al negro, que sancion aprobatoriamente las palabras de Burt con un
suave aleteo de prpados.
El abuelo tiene razn dijo convencido. Esas criaturas no son zorras del camino.
Srveles los helados y acabemos la fiesta en paz.
Ya no quedan hombres en Amrica refunfu Morris por lo bajo, levantndose de
su silla con ademn compungido.
Se arregl la manga que colgaba vaca de su hombro izquierdo y se dirigi con toda
parsimonia a la mesa de las muchachas.
Qu desean tomar las seoritas? pregunt, con un tono de voz amanerado, al
estilo de un matre del Ritz.
Moco lo mir con sus azules ojos convertidos en inexpresivas bolas de vidrio.
Algo para comer dijo.
Su voz rezongante rompi el breve encantamiento de atmsfera de Ritz. Todo el
mundo volvi a la cruda realidad del modesto bar del camino.
La cocina est cerrada dijo Morris. Pero puedo hacerles unos huevos con
jamn.
Eso estar bueno asinti Moco, sin consultar para nada a sus silenciosas amigas
. Y mientras tanto, srvanos tres cervezas dobles.
Dobles?
Eso dije.
Morris se retir de all, dando media vuelta. No haba mucho ms de qu hablar.
Detrs del mostrador, prendi fuego al hornillo de butano y escanci tres jarras de cerveza.
Durante esta operacin, no vio a los dos camioneros que contemplaban absortos un
programa de televisin sobre la matanza indiscriminada de focas en Alaska. Amos dispuso
las jarras sobre una bandeja y regres junto a las chicas.
Son la una y cuarenta y seis minutos dijo, con el mismo tono de voz que el que da
la hora por telfono. No es comn ver a tres muchachitas como vosotras andar solas, a
esa hora de la noche, por la carretera, y adems a pie.
Por qu supone que vamos a pie? pregunt Moco.
Amos coloc la cerveza frente a ella. La espuma rebos la jarra de cristal y se desliz
sobre la mesa.
Porque ningn ruido de motor se oy antes de que vosotras entrarais sonri
malvolamente Morris. Este negocio afina el odo.
Pues ya es una ventaja dijo Moco.
Nuestro colegio ha organizado un campamento cerca de aqu improvis Chris con
esforzada naturalidad. Salimos a dar un paseo y llegamos tarde para la cena. Entonces
pedimos permiso a la profesora para venir a comer algo aqu.
Morris coloc la ltima jarra de cerveza ante Josie y puso la bandeja sobre la mesa
contigua. Despus se rasc la nariz con parsimonia.
Ningn colegio suele hacer campamentos por estas zonas dijo, como dolindose
de ello.
Por eso elegimos este lugar afirm Chris en actitud desafiante.
Nos inculcan el contacto con la naturaleza agreg Moco, entre sorbo y sorbo de
cerveza.
Eso est bien suspir Amos, momentneamente convencido. Y regres a preparar
los huevos con jamn.
Las tres chicas devoraron sus platos mientras los hombres contemplaban con ojos
vidriosos la cruel matanza de focas de la televisin. Una vez todas acuchilladas, un
atildado congresista cont que eso estaba muy mal y que l se ocupara de que no volviera
a suceder, y con tal fin recababa de todos los sonmbulos que estaban viendo el programa,
que enviasen cartas de apoyo a su oficina electoral.
Burt Winfield aplaudi con alcohlica sinceridad.
Entonces se emiti un espacio informativo de la cadena regional, ledo por un blanco y
pegajoso joven cuyo peluquero sin duda debera tener veleidades artsticas:
Repetimos nuestra informacin de esta tarde. Tres jvenes reclusas se han fugado de
la escuela-reformatorio del estado. Las fugitivas son menores de edad. Dos de ellas son
blancas y la otra es mestiza de raza negra. El juzgado de Menores encarece a quienes
puedan facilitar informacin
Captulo 4
Josie, al or las palabras del noticiero, mir alucinada a Chris. Esta baj con lentitud el
vaso de cerveza y se limpi la espuma de los labios con el dorso de la mano. Luego mir a
Moco. Moco le rehuy la mirada. Inmvil en su silla, con las piernas levemente encogidas
como aprestndose a saltar, mantena clavados sus ojos en el televisor.
Burt Winfield parpade incrdulo, mirando a las muchachas con expresin de
desangelada sorpresa en sus ojillos de un azul casi blanco. Ted el Negro apag el televisor.
Amos Morris solt una risita remedo de gruido. Rode el mostrador y, con deliberada
lentitud, se dirigi hacia ellas.
Moco mir hacia la puerta. Estaba demasiado lejos para ver algo.
Conque acampando en una colonia estudiantil, eh?
La voz de Morris se haba dilatado en el silencio con una cierta musicalidad, y pareci
quedar suspendida sobre las cabezas de las tres muchachas. Chris advirti que al levantar
la vista poda ver an las siete palabras balancendose junto a la lmpara de luz de nen.
No haba forma de contestar a esa pregunta.
Qu hacemos con ellas, muchachos? prosigui Amos, en tono irnico.
Avisamos ahora a la polica o antes nos divertimos un poco con ellas?
Su nica mano se pos, paternalmente, sobre el pecho de Chris.
Entonces comenz la pelea. Chris atrajo hacia s los dedos de Morris y clav en ellos
los dientes hasta sentir brotar la sangre. Moco tumb la mesa de un puntapi; rompi una
de las copas contra un canto y salt hacia atrs, empujando el cortante filo de aquel trozo
de cristal. Josie fue a caer lejos del alcance de Amos, y al incorporarse, alz una silla
sobre su cabeza, en actitud de amenaza. Morris emiti un fuerte alarido y se restreg la
herida de la mano con la camisa, dejando festoneados trazos rojizos sobre la tela.
Mascullando palabras ininteligibles, se dirigi a la puerta y la cerr con llave.
Esto os costar caro, malditas zorras! Ladr lleno de ira.
Dio la vuelta al mostrador y cogi el telfono.
Ted el Negro extendi amigablemente su gran brazo oscuro e inmoviliz la mano de
Morris. Sonri, mostrando una sana hilera de dientes blancos.
Tranquilzate, Amos le dijo en tono suave.
Tranquilizarme? No ves lo que me ha hecho esa putita?
T te lo buscaste declar Burt, sin moverse.
Morris apart con lentitud su mano herida del negro telfono y la negra mano de Ted.
Sus ojos inquietos y enrojecidos, saltaban del rostro sereno de Ted al de Burt, que con un
pie sobre la mesa se balanceaba retrepado en su silla.
Comprendo dijo recalcando las palabras. Queris haceros los hroes conmigo,
para luciros ante estas putillas y revolcaros luego con ellas en vuestros sucios camiones.
Slo queremos que las dejes en paz dijo el negro. No es as, Burt?
As es asinti Burt. Si se han escapado del reformatorio, el problema es de
ellas. Los camioneros no somos chivatos, Morris.
No seor aadi Ted, como un eco.
Morris frunci la boca dispuesto a hablar, pero nada dijo. Burt se incorpor de repente.
Camin gansamente hacia el rincn donde se hallaban las chicas y arrebat el vaso roto de
la mano de Moco. Fue un suave gesto, casi galante. Luego enfoc su mirada en Josie. Slo
de hacerlo, la muchacha baj la silla y la solt en el suelo. Aquel hombre fornido, casi
viejo, de grandes bigotes color t con leche, impona respeto y confianza en las exhaustas
fugitivas. Se encar con Chris y hundi su dedo ndice en el hoyuelo de su mentn.
Eres t la cabecilla? pregunt.
Slo cuando mi idea resulta ser la mejor respondi la chica.
El camionero asinti, con una especie de sonrisa que le eriz el bigote.
Por ahora el que tendr las ideas ser yo dijo, si es que queris salir de aqu
Chris consult a Moco con un fugaz intercambio de miradas.
De acuerdo dijo Chris, aceptando el trato. Pero no esperis recibir nada nuestro
a cambio.
Brill una chispa de lujuria en los ojillos de Burt, mientras sonrea abiertamente.
Est bien. Os ayudaremos slo por fastidiar a Amos.
Ted el Negro asenta exhibiendo una amplia y rotunda visin de su fenomenal
dentadura. Burt se volvi hacia Morris, que permaneca detrs del mostrador, algo
encogido, con la mano derecha apoyada en el mun del brazo perdido. Su expresin no
era nada amistosa.
Nos llevaremos a las chicas, Amos. T te quedars ah, quietecito y con la boca
cerrada. Nadie ha venido por aqu esta noche, entiendes?
Estis cometiendo un grave delito dijo Morris. Os denunciar una vez hayis
cruzado la puerta.
Burt mene la cabeza hacia los lados, como lamentndose de lo que acababa de or.
Los camioneros estamos muy unidos dijo, en tono amenazante.
As es confirm Ted el Negro. En la ruta que haca yo antes, el encargado de
una gasolinera denunci una vez a uno de nuestros muchachos que llevaba contrabando a
Mxico. No es que aprobemos el contrabando, pero aquel tipo necesitaba dinero y saba lo
que con ello se jugaba. Dio con sus huesos en la crcel.
Qu pas con el bastardo de la gasolinera? pregunt Burt, socarrn.
No tuvo suerte Ted carraspeo sonoramente y solt un salivazo en la escupidera
que haba junto a la puerta. Unos das despus apareci su automvil incendiado, en un
camino vecinal. l estaba adentro, completamente calcinado. Un extrao accidente,
verdad?
Esas cosas suelen ocurrir de vez en cuando sentenci Burt.
Amos Morris se dej caer abatido hacia atrs, sobre el catre. Tena el rostro lvido. En
el fondo de sus pupilas, el terror y el odio libraban una incruenta batalla.
Salid de aqu todos! grit desaforado. Tipos como vosotros han convertido a
este pas en una autntica mierda.
Puede admiti Burt. No nos dieron ninguna medalla por ametrallar a nios y a
mujeres en nombre del To Sam. Vamos, Ted; t te llevars a la morenita hacia el Norte, y
yo tratar de sacar a las otras dos de este estado. Y, dirigindose a Chris, aadi: No
podris seguir las tres juntas, mueca. Es demasiado peligroso.
El primer rayo de sol que surgi de detrs de las colinas puso reflejos naranja en los
cromados del camin de Burt Winfield. En la carretera, el lechoso resplandor de las luces
de cruce se dilua en la tenue luz de la aurora. El resto del paisaje eran apariencias grises
que empezaban a consolidarse entre la bruma. Chris contempl su propio rostro en el
espejo retrovisor acoplado a la cabina. El rostro no le era nada agradable. Los ojos
enrojecidos e hinchados de sueo, el pelo en el ms completo desorden y los labios
resecos y despellejados. Una perfecta ruina que acababa de cumplir los diecisis aos. Lo
primero que har cuando me baje de este dinosaurio con ruedas pens, ser lavarme
la cabeza.
Burt conduca con los brazos apoyados al volante, canturreando una antigua cancin
de vaqueros. Moco dormitaba recostada sobre su hombro. All delante, una vez ms, se
tenda el camino. Chris se emocion al comprobar que era libre, que haban logrado huir
de El Pesebre sin excesivas dificultades, pese al cerco obstinado de aquel anciano y a
los morbosos instintos del deleznable Amos Morris. Todo eso quedaba atrs, junto a la
noche que iba feneciendo lentamente. Lamentaba slo el haber tenido que separarse de
Josie, pero no haba otra alternativa y Ted el Negro pareca un buen tipo; sin duda se
ocupara de encontrarle un lugar seguro. Los suburbios de una de esas tiznadas ciudades
del medio Oeste comenzaron a perfilarse en el horizonte. El viaje se acercaba a su fin.
Ahora, la cuestin era permanecer escondidas unas semanas; aunque difcilmente las
buscaran por all. Despus comenzaran a ponerse en marcha los verdaderos planes de
Chris: visitar a su madre en el asilo de alcohlicos, procurar sacarla de all y dirigirse
ambas hacia Mxico en busca de Tom. Tendra que pensar cmo cruzar la frontera, pero
ya se las ingeniara. Lo ms importante era poner el mximo de tierra entre ella y El
Pesebre, y, por supuesto, poder estar junto a su adorado hermano Tom.
Las imgenes de la infancia bailoteaban por su mente con colores pastel: Tom, con
slo nueve aos, interponindose entre ella y el padre, y recibiendo la mayor parte de los
golpes que el irascible seor Parker diriga a su hija; Tom trayndole una mueca de
regalo, la nica que haba tenido, y que l gan al tiro al blanco en un parque de
atracciones; ella y Tom arrastrando a la cama a la seora Parker, ebria perdida, y
procurando que el viejo no se despertara. S, seor, haba sido una niez srdida y difcil.
Y la nica luz en muchos aos fue la sonrisa clida de Tom, all extendida bajo un
penacho de cabellos rojizos. Ver de nuevo aquel rostro risueo era todo cuanto Chris
necesitaba para dormir en paz.
Burt Winfield gir el volante con suavidad y el pesado camin enfil una de las
avenidas de acceso a la ciudad, flanqueada por altas luces que se destean en el amanecer.
Tendr que buscarme un trabajo en Mxico pens Chris, cualquier medio de
ganarme la vida, sin resultar una carga para Tom. Tal vez podra hacer de camarera, o dar
clases de Ingls. Barbara Clark me considera una buena alumna; podra ensear a los
nios mexicanos. Pero para eso tendra que saber algo de Espaol.
En qu piensas, hija? No has pegado ojo en todo el viaje.
El camionero hizo esta pregunta en tono cordial, sin quitar la vista de la carretera.
Oh, nunca tengo sueo cuando me fugo respondi la chica con una sonrisa.
Sabe usted Espaol, Burt?
Burt Winfield arrug su rostro curtido, y mir a su joven pasajera de soslayo.
Espaol? Algo aprend hace tiempo, cuando construimos la carretera de El Paso
carraspeo y luego trag saliva: Buenos das, seniourrita, has dormidou bueno?
Chris se ri y mene la cabeza.
Suena como Marlon Brando en Viva Zapata dijo.
Algo parecido a ello acept Burt de buen humor. Por aquel entonces daba el
pego con las chavalas de Durango.
Moco despert sobresaltada. Con sus cinco sentidos alertados, se asom tras la
ventanilla.
ste es el sitio previsto dijo, despierta del todo. Conoce usted la calle
Montreal, Burt?
Quiz la encontrase dijo el camionero. Pero no podr llevaros all en este
armatoste. Tendris que bajar en el prximo cruce.
Unos minutos despus, Burt acerc su vehculo al arcn y lo detuvo con un agnico
resoplido de los frenos hidrulicos. El lugar estaba casi desierto y los escasos peatones que
se dirigan apresurados al trabajo ni siquiera volvieron la cabeza cuando el gran camin de
Transportes Consolidados se detuvo en la esquina.
Aqu termina nuestra sociedad, muecas declar. Es un buen lugar y una buena
hora para que os escabullis hacia el centro de la ciudad. Por su parte, el viejo Winfield ya
ha cumplido.
Y muy bien, por cierto dijo Moco, estrechando con fuerza la gruesa mano del
camionero. Gracias de veras, Burt; de no haber sido por usted
Dejemos eso la interrumpi.
Chris se apoy en Moco para besar los tupidos bigotes manchados de tabaco de Burt
Winfield.
Gracias, Burt dijo. Los tipos como usted hacen que la vida merezca la pena
vivirse.
Dejaos de bobadas y bajad de una vez protest Burt, intentado disimular su
emocin. Estoy mal aparcado y nadie quiere ahora un guardia haciendo preguntas
indiscretas.
Las dos chicas saltaron al asfalto, una tras otra. Dirigieron sus manos y sus sonrisas
hacia la elevada cabina del camin. Burt Winfield encendi su primer cigarrillo de la
maana.
Bueno suerte, senourritas! balbuce en Espaol, con un guio. Luego solt
lentamente el pie del embrague y el enorme camin de transporte reinici su camino.
El club nocturno Narcisus no presentaba un animado aspecto a las ocho de la
maana. Pese a estar situado en la zona elegante del centro de la ciudad y contar con una
lujosa marquesina y un moderno cartel luminoso, la intensa luz de aquella soleada maana
le daba el aspecto de algo derruido y comatoso, como si padeciera la resaca de sus ltimos
clientes de la noche anterior. Andando con paso decidido, Moco cruz bajo el toldo a
rayas doradas y rojas y empuj la puerta de doble hoja. Sorprendentemente, se abri sin
rechinar. Chris entr detrs de su amiga. Cruzaron un vestbulo y un corredor, y
descendieron por una amplia escalera enmoquetada. Al final de la escalera haba un
amplio saln, del que slo se entrevean unas sillas patas arriba sobre las mesas, y un
escenario lleno de instrumentos musicales perfilados por la tamizada luz de una lamparilla
envuelta en celofn rojo.
T debes de ser Moco dijo una voz desde alguna parte.
Moco escudri infructuosamente la penumbra.
Suelen llamarme con este nombre dijo con decisin. Vengo a ver a Bonnie.
Lo s, Bonnie tuvo que largarse. Yo soy del comit de bienvenida.
Hola, quien seas respondi Moco. Esta es mi amiga Chris.
Hola, extrao dijo Chris.
Hola, amor. Se supone que deberais ser tres dijo la voz.
Nuestra amiga tom otro camino aclar Moco.
La cogieron?
No creo dijo Chris. Slo sabemos que tom otro camino.
Infinitos son los caminos del Seor recit solemne la voz. Nos resultar ms
fcil alojaros slo a vosotras dos.
T eres Menfis? pregunt Moco, titubeante.
Son una sonrisa aguda y metlica.
No, por Dios! Menfis nunca se levanta antes del medioda. Yo tampoco,
habitualmente, pero Bonnie se empe en que yo viniera a recibiros
La voz permaneci callada mientras se encendan algunas luces aisladas por la sala y
el escenario. Chris y Moco se pegaron la una a la otra. Tras breves minutos, un tipo alto y
delgado surgi de entre las bambalinas. Llevaba un holgado jersey de color indefinible y
su largo cabello castao le caa desaliadamente sobre la prominente nariz y los estrechos
hombros.
Hola salud. Su voz resultaba ms modesta sin las resonancias de los
amplificadores. Me llamo Jimmy. Perdonadme que haya usado los amplificadores, pero
es que mi timidez me impeda presentarme de otra forma ante dos bellas muchachas como
vosotras.
Antes de responder, Moco le observ minuciosamente.
Ests perdonado, Jimmy murmur con su voz de bartono. Pero creo adivinar
que no son precisamente las chicas hermosas tu problema.
No pretendo ocultar mis inclinaciones respondi el muchacho con un coqueto
pestaeo. Creo en la libertad sexual.
Yo tambin creo en la libertad y en el sexo aadi Moco. Y me importa un
huevo de qu lado de la calle te paseas, siempre que te portes bien conmigo.
Eso me gusta aprob Jimmy. A ti tampoco parece importarte demasiado, por el
aire de Kirk Douglas con que te lo montas.
Oh, crea parecerme a Robert Redford suspir Moco. Bien, Jimmy, criatura,
dinos cmo funciona el tinglado.
Lo har con mucho gusto dijo el chico haciendo una reverencia. Puedo
invitaros a desayunar?
Salieron del Narcisus y se instalaron en una mesa del bar del otro lado de la calle.
Jimmy pidi leche con chocolate y huevos al plato. Procur no inmutarse cuando las nias
pidieron bocadillos picantes y dos cervezas cada una.
Eso desayunabais en el reformatorio?
Y nos lavbamos los dientes con vodka dijo rindose Moco. O es que te has
credo esos cuentos de la reeducacin?
Me dejis alucinado dijo Jimmy. Pero quiero que sepas algo, Bob. No dudo de
que fuerais muy machas all dentro, pero el Narcisus es otra historia. Aqu se hace con
municin de verdad y os conviene tomar las cosas con calma.
De acuerdo, forastero brome Chris. No es la primera vez que salimos a la
calle solas.
Jimmy le dedic un florido aleteo de pestaas. Despus volvi a dirigirse a Moco.
Oye, Bob, tu amiga parece saber hablar dijo con fingido asombro. Y dira que
es hetero, verdad?
Lo es. O al menos lo intenta. An no tiene demasiada prctica.
Eso no le faltar por aqu resopl Jimmy, revolviendo los huevos con un gran
trozo de pan tostado.
Captulo 5
Era el gato siams ms grueso que Chris haba visto en su vida. Dormitaba arrebujado
en un escabel forrado en seda, y la chica tuvo la corazonada de que sus lquidos ojos
amarillos la contemplaban con un odio distante. El lomo del animal se estremeca de vez
en cuando en sedosos onduleos, al tiempo que una mano enjoyada lo acariciaba. Esta
mano perteneca a Menfis.
Chris logr apartar sus ojos de la fija mirada del gato, no sin esfuerzo, y contempl a
la poderosa propietaria del Narcisus en persona. Era una mujer inmensa, vestida toda de
negro, con un pequeo prendedor de diamantes que haca equilibrios entre dos robustos
pechos. All resida toda su sobriedad. El resto era algo impresionante y grotesco. El
rostro, blando y redondeado como la luna, pareca carecer de nariz. Los labios, gruesos y
rectos, iban pintados de rojo chilln, y los vivarachos pequeos ojos se hundan en una
aura de cosmtico negro-humo que alcanzaba hasta ms all de las cejas. Y todo aquello lo
remataba una imposible peluca de rizos escarlata, que le quedaba algo ladeada, como
castiza gorra de marino. Pese a lo extravagante del detalle, el conjunto irradiaba cierta
ambigua dignidad, basada en el tamao y la mezcla de colores.
Menfis permaneca esttica y silenciosa aposentada en su silln-trono de patas de
madera figurando garras de animal. Todo en aquella habitacin era oscuro, salvo la
pintarrajeada cabeza de la propia Menfis, que pareca flotar entre penumbras como una
flor azteca. Chris sinti rechinar a su lado los dientes de Moco. Dese que Jimmy
hubiera estado all, pero el chico se haba limitado a acompaarlas hasta la puerta del
recinto, y tras golpear con los nudillos desapareci. Esa cochina gorda pretende hacernos
el numerito de La Mujer Misteriosa pens Chris. Pero no lograr sacarme de mis
casillas ni que se quede ah sentada durante un siglo.
Mucho antes de que transcurriera un siglo, Menfis apart la mano del lomo del gato,
que protest con quedo maullido. Los dedos forrados de anillos planearon en el aire, y
seal a las chicas con un gesto vago. Moco dio un respingo y Chris, para tranquilizarla, la
roz con el codo. La otra logr controlarse.
De modo que habis burlado al gobierno de los Estados Unidos dijo la mujer, con
grave e inexpresiva voz.
Al gobierno de uno de los estados unidos se permiti rectificar Moco.
Si Menfis hubiera tenido cejas, las habra fruncido en ese instante. Pero todo cuanto
sucedi fue que sus labios se hicieron ms finos.
Supongo que os habris asegurado de que nadie os siguiera hasta aqu dijo con un
monocorde tono de voz.
As lo hicimos. Despistamos primero a la polica, y al llegar a la ciudad cumplimos
al pie de la letra las instrucciones de Bonnie.
Menfis emiti un ruido que poda tratarse de un suspiro.
La pobre Bonnie
Le ha ocurrido algo malo? pregunt interrumpindola Moco.
Ya no trabaja con nosotros dijo aquella cabeza parlante, sin dar ms detalles.
Pero le promet ocuparme de vosotras, y os tendr el tiempo que haga falta en el club si
sois buenas chicas conmigo. Qu sabis hacer?
Moco mir a Chris, y ambas cruzaron miradas de desconcierto, como si las hubieran
atrapado en alguna falta.
Sabemos fugarnos y que no nos cojan dijo Chris, desafiante.
Es graciosa esta pequea coment Menfis, como si se dirigiera a una cuarta
persona oculta tras las bambalinas. Luego sus pupilas, ocultas entre espesas capas de
maquillaje, se clavaron en la muchacha. Tengo ya contratado un cmico por doscientos
dlares a la semana. l es el nico que hace los chistes en el Narcisus. Os dar
alojamiento y comida, pero tendris que hacer algo a cambio. El Ejrcito de Salvacin
queda en el otro extremo de la ciudad.
Hemos pasado la mayor parte del tiempo en el reformatorio y no tenemos
demasiada experiencia fuera explic Moco, que haba recobrado su aplomo. Pero
estamos dispuestas a hacer lo que t digas.
Eso suena mejor dijo Menfis, volviendo a acariciar con su mano el lomo del gato
. T, la doble de Kirk Douglas Moco maldijo para s, creo que tendrs aptitudes
para atender a algunas de nuestras clientes. Jimmy te dar ropa apropiada y las
recomendaciones necesarias. Debers ser amable y cariosa, pero no quiero romances
pasionales entre el personal y la clientela. Limtate a que esas cerdas estn cmodas,
beban bastante y gasten su pasta en las salas de juego.
Creo que no me ser difcil alarde Moco.
Todas piensan igual al principio. Trata de ser humilde y fjate cmo lo hacen las
otras.
As lo har acept sumisa Moco.
Los ojos de Menfis se volvieron a Chris.
En cuanto a ti, pequea, podras causar verdaderos estragos entre ciertas amigas que
frecuentan la casa. Pero supongo que no es esa tu cuerda, verdad?
Acert usted, seora dijo la chica. Hay ciertos lmites que no estoy dispuesta a
pasar.
Qu conmovedora! Menfis ri con cloqueos de mujer gorda. Te sientes suma
de virtudes morales, eh? Una extraa flor en tierra estril, no es as?
No as exactamente protest Chris.
Est bien, dejmoslo ya la cort autoritaria Menfis. No tengo intencin de
forzarte a nada, nunca da resultado. Hablars con Jimmy para que te d algo que hacer.
Su dedo ndice, el nico sin anillos, se agit ante Chris. Y ser mejor que hagas algo
til, o de lo contrario te har violar para ponerte al da.
Ya he pasado por eso respondi Chris, con orgullosa altivez.
Menfis parpade, y por primera vez se mostr algo desconcertada. El gato siams
cerr los ojos, un tanto adormecido por las caricias de su duea. La entrevista haba
terminado.
Una semana despus, las dos fugitivas trabajaban intensamente en las ajetreadas
noches del Narcisus. Moco, vestida con un modelo que inclua una corbata de lazo al
estilo George Sand, se haba convertido en una eficaz alternadora lesbo, que hablaba,
beba, entrelazaba manos y bailaba anacrnicos boleros con las mejores clientes, tratando
de atraerlas hacia las salas de juego. Jimmy consider que el nico trabajo que poda hacer
Chris era como ayudante suyo en las distintas tareas que l tena encomendadas en el
Narcisus. Unas veces acomodaban las mesas y sillas antes de abrir el club; otras
ayudaban a los cajeros y croupiers de las salas de juego, o tenan que armarse de infinita
paciencia para expulsar del saln a un gay pendenciero. Pero la consagracin de Chris
tuvo lugar una noche en que uno de los cantantes travestis del show estaba acatarrado, y
ella y Jimmy improvisaron un gracioso nmero de relleno en torno a un play-back de
Frank Sinatra y Ella Fitzgerald, en el que obviamente Chris haca de Frank y Jimmy de
Ella. A partir de aquel da, Menfis tuvo que aceptar que haba sido una buena inversin
cumplir con la palabra dada a Bonnie.
Menfis, junto a una media docena de sus ms fieles empleados, se hospedaba en las
habitaciones del segundo piso del Narcisus. En la actualidad, el club slo ofreca a sus
clientes bebidas y un espectculo deliberadamente equvoco con acompaantes de la casa
homosexuales tanto para hombres como para mujeres. En el saln principal, la separacin
de ambos sexos resultaba tan evidente como en los bailes de provincias, si bien por
razones bien distintas. Las jovencitas acompaaban a las seoras y los mozalbetes a los
seores, con amabilidad razonable y sin excesos. Para los clientes nuevos o que estaban de
paso, bastaba con hacerles beber y consumir, como vena siendo costumbre. Para los
iniciados y veteranos, haba que estimularlos a que pasaran a las semiclandestinas salas de
juego, donde deberan dejar su dinero. Pero Menfis tena una regla inflexible: los
dormitorios del segundo piso eran slo para dormir, y nicamente en casos excepcionales
toleraba que alguno de sus empleados se citase con un cliente fuera del club. Los
negocios son los negocios, sola decir, como buena mujer de empresa conservadora que
era.
Chris y Moco compartan un mismo dormitorio en el segundo piso del Narcisus.
Paradjicamente, apenas difera de los dormitorios dobles de El Pesebre. Y las chicas
comenzaban ya a preguntarse cunto tiempo ms deberan aguantar en aquel antro, y si les
sera fcil liberarse en un futuro de las garras enjoyadas de Menfis.
Quiero confesarte algo dijo una noche Moco, mientras fumaban con la luz
apagada. Pero promteme no rerte.
No te creo capaz de contar algo muy gracioso dijo incrdula Chris.
Promtemelo, de todos modos.
Est bien, lo prometo.
Moco dio una fuerte chupada al cigarrillo, se coloc la almohada tras la nuca y suspir
profundamente en la oscuridad.
Estoy terriblemente enamorada dijo con serena placidez.
Chris chasque ruidosamente los labios.
Te ests burlando de m? dijo Moco, alterndose.
No, no Slo expulsaba el humo se disculp Chris. Y dime, quin es la
afortunada?
La chica ms maravillosa que te puedas imaginar, Chris. Nunca haba conocido a
alguien as. Atractiva, sensual, inteligente, muy humana
No sigas cort Chris. Me doy perfecta cuenta de que ests enamorada. Slo
empleas lugares comunes
Pero ella es realmente as, Chris!
Moco encendi la luz, salt de la cama y anduvo hurgando un rato entre sus ropas.
Luego alarg a Chris una pequea fotografa rectangular. Se trataba de una joven triguea,
de largos cabellos y hermoso rostro firme y ovalado.
La verdad reconoci Chris es que parece una muchacha muy atractiva.
Y tendras que ver su figura! se anim repentinamente Moco. Las mejores
piernas que he visto en mi vida!
Cul es su nombre?
Solana. No crees que suena muy enigmtico y musical?
S, muy musical Chris devolvi la fotografa a su amiga y la mir fijo a los ojos.
Dime, Moco, se trata de alguna cliente del Narcisus?
Moco apret los labios y encogi los hombros.
En qu otro lugar podra haber sido si nunca salimos a la calle?
Por Dios! Se dispar Chris. Te das cuenta de lo que puede sucederte si
Menfis se entera?
No hay nada que temer de momento dijo Moco a la defensiva. Solana y yo aun
no hemos pasado del primer set. Slo la veo aqu y en plan profesional. Conversamos,
tomamos unas copas, nos acariciamos un poco y nos susurramos dulces palabras. Ni
siquiera la he besado en los labios!
Es lo ms sensato que podas hacer dijo Chris aconsejndola.
Sensato pero insoportable! refunfu Moco. Cuando se quiere a alguien se
desea estar a solas con la persona amada. Poder acostarse con ella o ir al cine juntas. No
puedes pasarte la vida hablando a escondidas y rozando sus rodillas debajo de la mesa!
Supongo que tienes razn suspir Chris. Y qu piensas hacer ahora?
No lo s dijo dubitativa Moco. Pero no te preocupes, no entra dentro de mis
planes violar a Solana en los lavabos del club.
Me consuela saberlo declar Chris, con aire grave.
Luego se sent en la cama, con los pies plegados bajo las nalgas. Moco segua
pasendose nerviosamente por la habitacin. De pronto se detuvo y coloc los brazos en
jarra.
Quiero que sepas que no voy a soportar mucho ms tiempo esta pocilga dijo.
Cualquier da se lo plantear con toda seriedad a Solana y nos largaremos a California.
Por qu a California precisamente?
Los enamorados suelen hacerlo siempre as. Ser por el sol?
Est lejos de El Pesebre y cerca de Mxico. Es posible que yo os acompae, si no
os molesto.
No molestars dijo Moco con tono sincero. Pero pinsatelo bien. Hace slo
apenas tres semanas de nuestra fuga, y el Narcisus es un refugio seguro.
No tanto como supones dijo Chris, encendiendo otro cigarrillo. Sintate, que
yo tambin tengo algo que revelarte.
Llena de curiosidad, Moco se sent dcilmente al pie de la cama de su amiga.
Pero ve directo al grano le suplic. Mi sistema nervioso no aguantara
demasiado rato.
No es nada capaz de alterar los nervios, pero conviene que lo sepas dijo Chris.
Adivina, dulce enamorada, cul crees t que es el negocio de nuestra buena amiga
Menfis?
Est a la vista respondi Moco con un amplio gesto indefinido de brazos. Un
club nocturno para homosexuales y una sala de juego clandestina. Es una buena
combinacin, debe darle buena pasta. No caer de culo sorprendida si me dices que las
ruletas estn trucadas.
No s si lo estn o no, pero yo, personalmente, no lo creo dijo Chris, como
restndole importancia. Todo esto no es ms que una tapadera.
Moco lanz una risa desconcertada.
Tapadera dices? En este Estado la perversin sexual y los casinos ilegales son dos
de los delitos ms perseguidos. Nada hay, por lo tanto, que puedas tapar con ellos, como
no sea trata de blancas.
Drogas dijo Chris, con acento melodramtico.
Oh, vamos, Chris, no seas ingenua! se burl Moco. No negar que no huela a
porros el saln, o que tal vez algunas clientes se den el pinchazo embriagador en los
reservados. Pero en estos tiempos, eso es ya habitual hasta en los colegios primarios.
No se trata slo de consumidores dijo Chris poniendo rostro serio y aplastando la
colilla contra el cenicero. Sino trfico de drogas. Y a gran escala, adems. Moco,
estupefacta, abri los ojos azul Kirk Douglas. Chris prosigui: Fue Jimmy quien me lo
cont. Menfis tiene sobornada a toda la polica local con la excusa del juego clandestino, y
as no meten sus narices en otros asuntos peores. As es como cubre su verdadero negocio:
una de las mayores redes de distribucin de drogas del pas.
Moco permaneci largo rato meditando, y de vez en cuando mova su hendido y
prominente mentn. Finalmente se puso de pie.
De acuerdo dijo analticamente. Supongamos que sea verdad. No veo qu
relacin puede haber con nosotras.
Si no lo ves, es que eres ciega dijo Chris con impaciencia. El trfico de drogas
es el peor delito federal, baby. Y a los estupas del FBI les regalan una condecoracin
cada vez que pescan a un pez gordo. Y una vez ms permteme recordarte que Menfis es
un pez gordo.
Bien dijo Moco rascndose la cabeza. Ese es su problema.
Y el nuestro. Importa poco que el propio gobernador del estado sea accionista del
Narcisus. Si caen aqu los de la brigada antidroga vamos todos derechito a la crcel. Y
t tendrs que inventarte mil y una excusas para convencer al juez federal que no estabas
en el negocio. Personalmente, prefiero que me cacen en una carretera y regatear
nuevamente con Turner los aos de mi condena.
Moco agach la cabeza convencida y entrelaz las manos sobre las rodillas.
Comprendo dijo al fin. Visto as, el Narcisus ms que un refugio seguro, es
una bomba de tiempo capaz de estallar en cualquier momento.
Eso mismo opina Jimmy corrobor Chris. Incluso se sabe de buenas tintas que
el FBI est intentando infiltrar chivatos en el club. Por si te interesa saberlo, uno de los
maricas ms asiduos del club muri en un extrao y oscuro accidente el mes pasado. Los
gorilas de Menfis casualmente no estuvieron por el club esa noche.
Hasta qu punto se ha comprometido Jimmy?
No est involucrado ni con el asunto de las drogas ni con las sanguinarias ausencias
de los gorilas. Pero es el tipo de confianza de Menfis y slo por ello el jurado ms
benvolo del Estado le dara como mnimo veinte aos a la sombra, si es que tiene un
buen abogado.
Moco emiti un silbido de exclamacin.
Y qu piensa hacer l? pregunt.
Largarse cuanto antes. Me ha propuesto hacerlo juntos.
Vaya! exclam sorprendida Moco. No hay como las charlas nocturnas para
enterarse una de lo que pasa en el mundo. Y yo que pensaba en mi historia de amor como
la noticia del ao!
Y lo es, Moco, si en verdad sientes lo que dijiste. Jimmy y yo slo somos amigos.
Nadie espera milagros. A ese chico se le ven las plumas a una milla de distancia.
l se ha portado muy bien conmigo asever Chris.
Lo s. Y eso es algo a tener muy en cuenta Moco se sent en su propia cama; su
suspiro se mezcl con el chirriar del colchn. Bueno, espero que Solana y yo
disfrutemos de una feliz luna de miel en compaa. Que Dios nos proteja a los cuatro!
Al da siguiente, por la maana, Chris se sent en una de las mesas cercanas a la
puerta, fingiendo que vigilaba a las dos mujeres que hacan la limpieza. Esa era una de las
tareas que Jimmy ms detestaba, y ella lo reemplazaba gustosa para poder disponer de un
poco de tiempo para s misma.
Record entonces su conversacin de la noche anterior con Moco, con cierta desazn.
Le resultaba extrao y a la vez sobrecogedor que aquella muchacha varonil y desgarbada,
que ocultaba su inseguridad tras fuertes arrebatos de clera y frases agresivas, se hubiera
enamorado como una colegiala. Ese pensamiento la haca sentirse ms solitaria. Dej a
Josie en el camino y ahora era Moco quien la abandonaba por los dulces y atractivos ojos
de Solana. Slo quedaba Jimmy, el muchacho feo y afeminado que le haba ofrecido todo
su apoyo desde su llegada al Narcisus. Pero hasta qu punto poda confiar en l? El
chico haba demostrado tenerle mucho afecto, pero era dbil y estaba asustado. Chris
sinti como un soplo de angustiosa desolacin pasearse por el pecho. Cuando hubiera que
echar a correr, tendra que hacerlo probablemente sola. Y, tal como estaban las cosas, la
carrera podra iniciarse en cualquier instante. Alivi parte de sus inquietudes en un
profundo suspiro, y se dijo a s misma que debera conocer a Solana y hablar luego con
Jimmy sobre su plan de fuga.
Cuando iba a pedir a las mujeres de limpieza que le sacaran unos trastos viejos y
polvorientos de detrs del escenario, vio a Fat Fassio venir directamente hacia ella.
Fat Fassio era el jefe de seguridad del Narcisus, puro eufemismo para justificar en
las listas de plantilla del club su autntico cargo de cappo de gorilas de Menfis y especie
de brazo ejecutor suyo en los ms pesados y sucios trabajos. Como salido de un film de
gangsters del tipo B, todos sus ademanes encajaban a la perfeccin con los trabajos que le
encomendaba la organizacin. Era algo obeso, y vesta siempre trajes holgados de
americana cruzada y tena el tpico rostro magullado de un boxeador retirado. Al tratrsele
ms a fondo, tambin su cerebro mostraba huellas de haber recibido excesivos K. O. en su
larga carrera.
Una llamada para ti, preciosa dijo con acento nasal, detenindose a unos metros
de la muchacha.
Para m? El corazn de Chris brinc hasta su garganta. Imposible, Fat; nadie
sabe que estoy aqu.
Te llamas Chris Parker, no es as? Gru el hombre. Pues alguien al otro lado
del hilo pregunta por ti.
Es una trampa, sin duda es una trampa, se repeta a s misma Chris obsesivamente,
mientras cruzaba la pista de baile vaca, rumbo a la cabina telefnica. Aunque es del todo
descabellado pensar que Cynthia Porter o el sheriff Carrington puedan llamarme para
anunciar que vendrn a por m dentro de un rato para ingresarme de nuevo en El
Pesebre. Me habr denunciado Menfis a cambio de algn favor recibido de la polica?
Esa vieja momia lesbiana es capaz de peores felonas.
Abri la puerta de la cabina, y titube un instante. Luego, con gesto decidido, cogi el
auricular y lo peg a su oreja.
Una jovial voz femenina son all dentro:
Chris? Eres t, Chris? Soy yo Josie
Chris no saba si llorar, rer, o caerse desmayada all mismo. Record ntidamente
entonces la escena de la despedida de las tres amigas frente al bar de Amos y junto al
camin de Burt Winfield. Entre sollozos y abrazos, Moco proporcion a Josie el telfono
del Narcisus, para que las llamara tan pronto remitiera la tormenta. Luego el camin
cisterna de Ted el Negro desapareci en la oscuridad de la carretera, como nave espacial
con Josie catapultada hacia otros planetas.
Cualquiera que fuese aquel planeta, por lo menos tena telfono, pues all estaba la
animosa voz de Josie riendo y hablando atropelladamente:
En todo momento Ted se port como un amigo excepcional, Chris. Es un tipo
fuera de serie! Al principio me escondi en su propia casa, y ms tarde consigui un
trabajo para m en el parque de atracciones. Me divierto mucho! Atiendo un puesto de
tiro al blanco, pero an estoy entera, no te preocupes. Ted viene a verme siempre que
puede y yo
No te habrs enamorado de l, verdad?
De Ted? Josie ri divertida. Oh, no, Chris! Lo nuestro es slo amistoso.
Significa algo as como tener un hermano mayor, sabes?
Un hermano mayor repiti Chris, y un viejo presentimiento se resolvi en su
interior.
As es Josie ri de nuevo. Y vosotras, Moco y t, cmo estis?
Enteras tambin.
Os lo pasis bien?
Adivino que no tan bien como t.
Oh Un breve suspiro surgi del otro lado de la lnea. Tenis problemas?
Todava no. Pero podr haberlos.
De veras lo siento chica Josie pareca estar sinceramente afligida. Por qu no
os vens conmigo? Ahora mismo hay un puesto de taquillera para cubrir en la Montaa
Rusa Sera tan bonito estar de nuevo las tres juntas!
Chris sonrea interiormente, y sus ojos se humedecieron. Dese fervientemente que
aquella mulatilla generosa y llena de vida se encontrase all, junto a ella, para estrecharla
entre sus brazos.
Gracias, Josie murmur, con los labios pegados materialmente al auricular.
Quizs aparezcamos por ah ms pronto de lo que crees.
Maana mismo, os espero. Con una llamada de aviso, basta.
Lo har, si me dices dnde.
Josie expres su contrariedad con un gracioso gemido.
Qu tonta soy! Si no te lo haba dicho. El lugar se llama Colton, y est muy cerca
del Lago Geroe. Lo conoces?
No, pero s por dnde queda.
En el lago se organizan peridicamente unos famosos festivales de rock, lo sabas?
S, Josie, lo s. Tambin yo vea la televisin en El Pesebre.
Pues justo all es!
Josie ri frescamente una vez ms. Luego emple dos o tres minutos ms en facilitar a
Chris el telfono del parque de atracciones y en describirle someramente las bellezas del
parque y los muchos paseos que podran hacer juntas. Despus se despidi alegremente
deseando un venturoso futuro, como si ninguna de las dos hubiera pisado jams un
reformatorio.
Cuando Chris colg el telfono, Moco se hallaba a sus espaldas, silenciosa e inmvil.
Era Josie, verdad? dijo.
Acertaste, chica. La pequea Josie se encuentra de maravillas inform Chris.
Al parecer, la palabra Pesebre slo le sugiere el nacimiento de Jess Moco ri
espasmdicamente. Por qu no me dijiste que estabas aqu? Te hubiera alegrado hablar
con ella.
No tena ganas respondi Moco.
Haba una extraa modulacin en su voz. Chris accion con impaciencia la llave de la
toma elctrica del pasillo. La luz tamizada de la lamparilla alumbr el demudado y plido
rostro de su amiga, cuyos labios temblaban dbilmente.
Diablo, Moco! Qu te pasa? Parece que hayas visto algn fantasma!
Lo ver dentro de poco. Menfis ha mandado llamarme. Dice que desea hablar
conmigo.
Moco hablaba en un apagado y monocorde tono. Chris silb fuerte entre los dientes y
puso su mano en el hombro de Moco.
Coo! Crees que habr descubierto tu relacin amorosa con Solana?
No s dijo Moco. Pero apostara a que s.
Pese a su sonrisa y a haberse encogido de hombros, Chris advirti una chispa de
desesperacin en su mirada.
Captulo 6
Pasa, muchacha, pasa son la voz de Menfis tras la puerta en un tono
extraamente dulce en ella, como si hablara con la boca repleta de acaramelada miel.
Moco hizo girar lentamente el pomo con mano temblorosa. Si al llegar all tena
infundados temores, ahora aquella melindrosa voz vena a confirmrselos.
La entrevista tuvo lugar en la gran sala de baos que Menfis haba hecho construir
para su uso exclusivo, y con tal fin haban sido derribados los tabiques de tres habitaciones
consecutivas y se emple cerca de una tonelada de placas de mrmol y unos cien metros
de cortinados sintticos para su revestimiento. Moco no pudo apreciar los decorados, pues
toda la estancia se hallaba sumida en densos vapores, que al contacto con las paredes
chorreaban hacia el suelo.
Ven, acrcate orden la edulcorada voz desde un rincn del cuarto.
Moco avanz entre la bruma, tanteando con los pies para no resbalar en el humedecido
suelo. Descubri al fin algo parecido a una pequea piscina circular llena hasta los bordes
de espuma de algas. La indecible cabeza de Menfis vagaba all entre nubes de burbujas,
mientras que partes de su cuerpo asomaban su desnudez aqu y all, parodiando una
escena cualquiera del picante Hollywood de los aos cuarenta. En esta ocasin, Menfis se
haba despojado de su eterna peluca prpura y unos lacios mechones grises colgaban del
chorreante crneo. Resoplaba emocionada en el agua como una muchacha y mova
provocativamente los hombros con gestos que, prescindiendo de las voluminosas grasas
que acarreaban, podan calificarse como sensuales.
Coo! maldijo Moco. La cosa es peor de lo que imaginaba. Esta ballena en
decadencia trata de ligarme.
Pero se equivocaba. Cuando la tuvo delante suyo, Menfis se recost sobre el borde de
la espumosa baera y su rostro adquiri esa digna expresin de hombre de negocios que
aun en situaciones tan absurdas como aquella gustaba exhibir.
Bien, guapito dijo, en su tono habitual de director de empresa. Sabes por
qu te he hecho llamar?
Lo supongo, seora dijo temerosa Moco. Pero preferira que fuera usted quien
lo dijera.
Te lo dir ahora mismo. Menfis chapote el agua con la mano, en busca de la
pastilla de jabn, le ech un vistazo y luego la dej en el suelo de mrmol, cerca de los
mocasines gastados de Moco. Durante estas ltimas semanas, me he formado una buena
opinin de ti, profesionalmente hablando. Eres leal y trabajadora, y algunas de nuestras
mejores clientes te prefieren y te alaban ante m. Personalmente, sigo creyendo que eres
un gamberro sin escrpulos, pero eso no hace ms que potenciar tus posibilidades ante lo
que voy a proponerte.
Moco se esforz en mantener la serenidad.
Pro ponerme? balbuce.
S, querida sopl la mujer, desprendindose de la espuma de sus labios.
Alcnzame esa toalla verde de tu izquierda y vulvete unos instantes, por favor. No es
bueno presentarse en pelotas cuando se pretende hablar de negocios, y mucho menos con
mi tipo.
Moco se volvi hacia el espejo empaado de vaho y se qued mirando la opaca
superficie con absoluto desconcierto. Al poco rato Menfis le anunci que podan seguir
hablando. Haba sumergido sus grandes posaderas en un lujoso bid de porcelana
esmaltada. All, envuelta en la inmensa toalla y con aquellas plateadas matas de pelo
cayndole en tirabuzn sobre la frente, semejaba un senador romano departiendo
instrucciones con su centurin.
Sintate a mi lado orden, palmoteando sobre la pulida y hmeda tapa de un
excusado de laca roja. Moco hizo lo que se le peda como una autmata. Lo que quera
decirte es que superaste satisfactoriamente el perodo de prueba, y ests en situacin
ptima para conocer el secreto de nuestros negocios, si es que ya no lo sabes.
Si se refiere al juego clandestino
No me tomes el poco pelo que me queda refunfu Menfis. Me refiero al
trfico de drogas.
Moco trag saliva, y sofocada por el denso vapor all reinante, dese que alguien
abriera una ventana.
Bueno balbuce torpemente, algo de ello o una vez, pero no acababa de
crermelo.
Pues acaba ya. Y no vuelvas a mencionarlo nunca ms espet agriamente Menfis
. Nuestra organizacin es una de las mayores y ms secretas del pas, y no nos sobra
gente de confianza. Te apetecera trabajar para m?
La chica imagin a los federales irrumpiendo en el club a punta de metralletas y
rompiendo todo a diestra y siniestra, como en las series de televisin que viera en los
morosos atardeceres de El Pesebre.
La verdad es que no s si servira dijo. Desconozco casi todo sobre estas
cosas
Mejor as convino Menfis, abriendo el grifo del bid. Los que demasiado saben
mal acaban.
Mientras Lemon Candy, el travesti australiano, interpretaba su imitacin de Margaret
Thatcher en plan desnudo integral, Chris y Jimmy, en lo alto de la cabina de luces, estaban
muy atareados. Jimmy enfocaba al artista sobre el escenario con un reflector mvil de haz
circular, y Chris haca girar el disco que proyectaba los colores, con creciente rapidez
conforme llegaba al punto culminante: cuando Lemon se desprenda de la ltima prenda,
dejando a las claras que, pese a todo, l haba nacido varn. Lo ms gracioso del
espectculo era cuando los altavoces difundan la voz de la primer ministro britnica,
grabada de un discurso en vivo, en el que afirmaba: Como todo el mundo puede
comprobar, mi gobierno nada extrao oculta. Fuera el slip, tenso redoble de tambores y
apagn total de luces, entre risas estruendosas y fuertes aplausos del pblico. Lemon
Candy era un excelente profesional, demasiado bueno para el Narcisus. Pero resultaba
que todava no haba legalizado su condicin de inmigrante, y la generosa Menfis haca la
vista gorda y le tena empleado all, dndole comida gratis y pagndole los gastos ms
esenciales.
Cuando Lemon, tras corresponder con un saludo a los aplausos del pblico, regres a
su camarn, los altavoces iniciaban una seleccin de blues y boleros. Un puado de
parejas sali a la pista, de las cuales slo tres o cuatro eran de distinto sexo. Jimmy hizo
voltear la bola de cristales mltiples que colgaba del techo del saln, y las tamizadas luces
del lugar se descompusieron en multitud de fragmentos.
Bien! dijo Jimmy, satisfecho. Y ahora a gozar de la tranquilidad que queda
hasta iniciarse el siguiente nmero.
Ignoraba que supieras manejar estos chismes de luz dijo Chris, con cierta
admiracin.
Yo tampoco lo saba jur Jimmy. Pero el encargado de hacerlo est con anginas
y alguien tena que hacerlo.
Eres maoso en todo, t. El eficaz Jimmy Brown al servicio del Narcisus!
No te burles. Es mi trabajo y Menfis me paga por ello Jimmy se frot su narizota
. Un sueldo de hambre, pero pasta al cabo. Y para que te enteres, otros tuvieron que
hacer cosas peores por menos dinero. La calle es la jungla, amiguita
Chris pos su mano sobre la de l y le sonri avergonzada.
Lamento haberlo dicho, Jimmy; no quise lastimarte.
Lo s. Pero el haber estado en un reformatorio, vestido y alimentado por cuenta del
estado, no es lo peor que a gentes como a ti y a m les puede ocurrir. Ah fuera es la
jungla, Chris. En el reformatorio, sientes que alguien se preocupa por ti y que tendrs tu
desayuno caliente cada maana.
Chris call. Prefera no iniciar una discusin, porque senta que buena parte de lo que
Jimmy deca era verdad. Y vaya si lo era! En El Pesebre vives oprimida por el
reglamento y las alambradas; fuera de l, por la pura necesidad de supervivencia. Lasko
no era peor que Menfis, siendo las dos como eran distintas caras de una sola verdad: una
vez que te sometes, te marcan como al ganado. Algo eterno. La llevars grabada a fuego
toda la vida. Mientras unos te encierran, los otros te explotan, pero no esperes que te den
ninguna oportunidad. Narcisus era la contrapartida grotesca y delictiva de El Pesebre,
pero cada uno a su modo servan a un mismo fin. Un fin en el que no contaba ni la paz ni
la libertad que precisaba Chris Parker.
Mira! exclam de repente Jimmy, devolviendo a Chris a la realidad. All estn
Moco y su amante.
Pero t sabas?
Y quin no? dijo l. sas no se paran en disimulos.
En efecto, all estaban las dos bailando estrechamente enlazadas en el centro de la pista
y mirndose a los ojos. Al trmino del disco, sus labios se rozaron furtivamente antes de
separarse. Cogidas de la mano, fueron hasta una de las mesas ms apartadas.
Por qu nos sentamos tan lejos? pregunt Solana. Desde aqu veremos mal el
show.
Ya lo has visto diez veces, cario dijo quejosa Moco. Y, adems, hoy quiero
hablar de algunas cosas.
De acuerdo, como quieras Solana arregl solcita la eduardiana corbata de su
amiga. Qu es eso tan importante que quieres decirme?
Moco entreabri los labios para contestar, pero sus vivarachos ojos advirtieron la
discreta presencia de un camarero detrs de Solana. Pidi una cerveza doble para ella y un
gin-tonic para su amiga. Las dos se mantuvieron en silencio hasta regresar de nuevo el
camarero. Solana sorbi la bebida, sin dejar de mirar a Moco.
Y bien? dijo Solana premiosa.
Se trata de Menfis. Moco hablaba con la boca besando la espuma. Me ha
propuesto participar en su negocio
Solana arque sus finas cejas.
No ests ya participando?
Me refiero al verdadero negocio. Al trfico de drogas. Todo esto es una cortina de
humo de tapadera.
Conque drogas, eh? Solana no pareca estar demasiado sorprendida. Eso es
peligroso, cario.
Vaya si lo es! recalc Moco. Por lo menos, para m. Con mis antecedentes,
que me cazasen en un negocio as sera el fin.
Solana, palideciendo levemente, termin de un trago su bebida.
Qu decidiste hacer? pregunt.
Moco rept una mano por la mesa, y apret con fuerza los dedos de su amiga.
Largarme contigo dijo. No hablamos demasiado de nuestras cosas. Eres la
primera persona a la que realmente amo de verdad. El afilado mentn de Moco
temblaba ligeramente. Y pienso que t sientes algo parecido
Solana agach la vista y su mano libre se puso a juguetear con los bordes del mantel.
Moco cobr aliento y prosigui:
En otras condiciones hubiera esperado ms, puedes creerlo. Pero ahora debo escapar
de este agujero cuanto antes, Solana. Moco pleg su mano sobre la de la amiga.
Jimmy asegura que los del FBI estn rondando el Narcisus desde hace tiempo
Solana alz los prpados y la mir a los ojos, e instintivamente le alcanz la mano
llevndola a su regazo.
Qu te dijo Menfis que haras? inquiri, tensa.
Moco tuvo un momento de duda, como un instante de vago desconcierto. Pero all
estaban los ojos profundos de Solana, su sonrisa adorable. La nica opcin era jugarse el
tipo a tope.
Me remiti a una especie de prueba dijo Moco. Pasado maana he de ir a un
sitio determinado, donde alguien me dar un bolso de viaje. Ya puedes imaginarte su
contenido.
No parece muy difcil insinu Solana.
No, si no aparecen por all los chicos de Narcticos.
Sera demasiada mala suerte
Tal vez. Pero pueden aparecer una prxima vez, u otras tantas. Una vez dentro del
baile no podr volverme atrs, y tarde o temprano caeremos todos. Basta leer los
peridicos de cuando en cuando para saber que los federales slo necesitan tiempo para
atraparte. Quizs Menfis podra salvarse, pero yo no; ni Fat Fassio, ni el pobre Jimmy
Tienes razn asever Solana. As parecen estar las cosas.
Moco la mir como si de pronto fuera una extraa.
Qu puedes t saber de esas cosas?
Solana contempl su copa nostlgicamente, como lamentando el que estuviera vaca.
Despus con su mano aferr la de Moco, presionndosela fuertemente hasta hacerle dao.
Respecto a eso que dijiste del FBI Titube, luego recobr su firmeza. Yo soy
una de ellos. Moco, sorprendida, intent desasirse por instinto. Prstame atencin, te
lo ruego. Llevamos dos aos vigilando a Menfis y a su organizacin. Sabes cul es su
principal mercado de distribucin? Los colegios secundarios de todo el Medio Oeste. Y
trafican droga dura, Moco, es como una accin criminal Chicos de catorce aos que ya
no son capaces de vivir sin su pinchazo diario y que sern trapos inservibles antes de
alcanzar los veinte aos
Moco, lvida y con los dientes fuertemente atrapados, mova mecnicamente la cabeza
de un lado al otro. Alguien haba roto de un golpe su castillo de cristal, y se encontraba
demasiado crispada para poder asimilarlo.
T se dirigi de repente a Solana. T eres Todo cuanto hiciste lo fingas
No!
La exclamacin de Solana fue terminante y apasionada a un mismo tiempo. Sus manos
subieron por los brazos de Moco y atraparon su rostro.
No fing en mis sentimientos hacia ti dijo. Te quiero, y estoy dispuesta a que
nos vayamos juntas donde y cuando quieras. Pero antes tenemos un trabajo que hacer.
Moco mantena los ojos muy abiertos, con la mirada extraviada en las luces
restallantes de la pista de baile.
Dios mo! sigui murmurando. Por qu tenas que ser precisamente t,
Solana?
En la semioscuridad del despacho de Menfis, Fat Fassio accion el interruptor del
micrfono conectado a la mesa donde estaban an Moco y Solana. Menfis movi a un
lado la cabeza rematada por la increble peluca de rizos rojos con siniestra sonrisa.
Conmovedor! suspir. Me recuerdan los personajes novelados de los seriales
radiofnicos que escuchaba mi madre.
Fat se rasc detrs de la oreja izquierda, tendiendo una expresin de triunfo sobre su
rostro de torta de pascuas.
Qu haremos ahora con ellas, Menfis?
Dejarlas volar, y eliminarlas en el preciso instante. Pero procura evitar que sufran,
Fat. El amor es algo maravilloso.
Fassio hizo un sobreesfuerzo al poner a trabajar a la par sus dos nicas neuronas
hbiles que le quedaban.
Nadie tiene tiempo de sufrir excesivamente cuando recibe una rfaga de metralla en
los sesos sentenci.
Algo as aprob Menfis, soadora. Algo as Una muerte rpida y
romntica.
Vamos a dar un paseo, Chris anunci Jimmy, asomando como un espectro por los
bastidores del escenario del Narcisus. La muchacha, que contemplaba el espectculo
entre bastidores, se volvi con un gesto de asombro.
Un paseo? A estas horas? T ests loco, Jimmy. El club est ms lleno que nunca
y dentro de diez minutos he de ir a ayudar a Lemon Candy a cambiarse de vestido.
Lemon? Que se apae solo! Insisti nervioso. Es importante que salgamos
ahora mismo.
Por Dios, Jimmy! Si Fat nota nuestra ausencia, ir con el chivatazo a Menfis. Y yo
no quisiera tener problemas.
Con un gesto de impaciencia, Jimmy prendi a Chris de la mueca y la arrastr unos
metros.
Tendrs problemas slo si te quedas aqu. Todo se est yendo a la mierda.
Ahora era ella la que tena prisa por alcanzar el corredor que llevaba a la salida de
emergencia.
Todo? Qu quieres decir?
Jimmy forcejeaba con la puerta corrediza de metal, apretando la lengua contra los
dientes.
Debiste confiar en m murmur, y contarme lo de Solana
La puerta se desliz chirriante y Chris baj la cabeza.
Yo no poda decrtelo balbuce. Era un secreto de Moco y
Pues ahora ya no es un secreto para nadie dijo l adentrndose por el estrecho
callejn con paso decidido. Chris le alcanz y se plant ante l. Sus ojos aparecan
desorbitados por el miedo.
Tratas acaso de decirme que Menfis sabe que Solana es una confidente del FBI?
Veo que ests empezando a comprender aprob Jimmy. Y tambin sabe que
esta noche Moco llevar a Solana a presenciar la entrega de la mercanca. Menfis y Fat lo
escucharon todo a travs de una red de micrfonos ocultos que conectan cada una de las
mesas con el despacho. Y ahora deja de temblar y dime el sitio donde Moco deba
conectar con el camello portador de la droga.
Aterrorizada, Chris no lograba ordenar sus ideas. Jimmy, con veloz gesto, extrajo un
llavero y abri la portezuela de un viejo Ford, sentndose frente al volante.
Sube orden a Chris. Quizs an estemos a tiempo.
Ella dio un rodeo al coche y se acurruc en el asiento junto a Jimmy. Un frreo nudo le
atenazaba la garganta. El arranque del motor la sobresalt. Trag saliva unas cuantas veces
y por fin pudo hablar:
Creo recordar que era en un desguazadero de automviles Pero no recuerdo el
nombre se pla ella.
Jackson Park tal vez? sugiri Jimmy, conduciendo el coche fuera del callejn.
Eso es! dijo Chris exultante. El desguazadero de Jackson Park! Cae muy
lejos?
No mucho respondi l, apretando a tope el acelerador. Pero Fat Fassio nos
lleva algo de ventaja.
Chris vio bailotear las luces de la avenida ante sus ojos; algunas parecan meterse en
su cabeza, mezclndolo todo.
Fat Fassio? repiti con dificultad. Qu tiene l que ver?
Jimmy se salt un semforo rojo y dobl por una calle lateral, derrapando con un
espectacular chirrido de neumticos.
Demonios, Chris! Empiezo a dudar de que quieras saber la verdad de lo que est
ocurriendo gru con gesto malhumorado.
Cuntamelo, Jimmy dijo ella con aplicada compostura retrepndose sobre el
asiento.
Jimmy esquiv por poco un enorme camin que surgi de repente en una travesa. El
Ford recorri un largo trecho con dos ruedas al estribo por la acera y luego descendi
bruscamente a la calzada. Por suerte, no era un barrio muy transitado.
Les han tendido una trampa, Chris dijo silabeando. Moco y Solana no van a
encontrarse con el portador del bolso repleto de morfina, sino con Fat y sus muchachos
dispuestos a darles un escarmiento.
Cmo lo sabes? Chris titiritaba de miedo y de rabia.
El propio Fat me lo cont. Ese energmeno descerebrado suele atiborrarse de
alcohol antes de ejecutar su sucio trabajo. Consegu una botella de whisky, y solt todo lo
que saba. Por la avidez con que beba, seguro que Menfis orden que matara a esas
chicas.
Chris sinti deseos de llorar y vomitar a un tiempo. Pero no logr hacer ni lo uno ni lo
otro. Slo pudo emitir un ronco gemido. Cabeza y estmago andaban revueltos y agitados
en ella.
Hay algo que podamos hacer?
Para qu te piensas que estoy reventando mi nico y modesto automvil?
inquiri Jimmy. Estamos intentando llegar a tiempo y advertirles que pongan pies en
polvorosa.
La muchacha medit unos instantes, sorbindose sus mocos.
No les ser tan fcil a esos gorilas dijo esperanzada. Solana no es tonta, y
deber traerse algunos compaeros del FBI.
El Ford cruz por un parque oscuro y desierto. El motor zumbaba como si estuviera a
punto de estallar.
Ni lo pienses proclam Jimmy. Solana deber reunir pruebas muy convincentes
antes de que intervengan los verdaderos agentes. El FBI no suele arriesgarse a cometer un
desliz slo por salvar el honor de sus informantes autnomos.
La polica local, entonces dijo ella, anhelosa. Bastar detener este cacharro en
la primera cabina telefnica.
Jimmy cabece hacia los lados negativamente, al tiempo que enfilaba por una carretera
sin asfaltar que haba en la parte trasera del parque.
No dijo. La propia Menfis les habr ya avisado. No olvides que tiene a casi
todos a sueldo. Ellos llegarn diez minutos despus, para recoger lo que quede y borrar
huellas. Por Dios, Chris! Ya lo han hecho otras veces.
Tras lanzar aquel juramento, Jimmy detuvo el Ford dando un brusco pisotn al pedal
del freno. Aparc el coche cerca de una fbrica de ladrillos que pareca estar abandonada.
A unos cien metros ms all haba un descampado con montones de coches jubilados. Las
agresivas formas de una mquina de triturar coches se recortaban en el cielo estrellado.
No corras aconsej quedamente Jimmy a Chris. El taconeo de tus zapatos
sonara aqu como un concierto de clarinete.
Caminaron junto a la pared polvorienta y luego medio agazapados tras las matas que
cubran el terreno baldo. Jimmy iba delante, conduciendo a Chris de la mano. Ella sinti
los dedos de l hmedos y algo temblorosos.
De sbito, en el calmo silencio de la noche urbana, estall, seca y breve una cerrada
rfaga de metralleta. Las estrellas parecieron parpadear.
Moco!
Chris pronunci el nombre de su amiga ahogado entre sollozos y se precipit
corriendo hacia los desguaces. En un brinco felino, Jimmy se arroj hacia ella y se abraz
a sus piernas. Ambos rodaron sobre los pastos.
Estate quieta y mantn la boca cerrada orden Jimmy, tapndole la boca con una
mano. Creo que llegamos demasiado tarde.
Se oyeron voces lejanas y el motor de un coche que arrancaba. Pas a unos dos metros
de ellos a toda velocidad. Alcanzaron a ver el rostro de Fat Fassio, ms blanco que de
costumbre, y con el perfil de la metralleta entre sus manos. Despus, durante un largo rato,
no sucedi absolutamente nada.
Chris pugnaba por deshacerse del abrazo protector de Jimmy, y l la solt. Chris,
incorporndose a duras penas, dirigise hacia la gigantesca pinza trituradora. Sus pies
pesaban como plomo y senta las rodillas como si fueran de algodn. Su corazn lanzaba
breves e irregulares latidos desde alguna parte de su cuerpo. Jimmy la segua con pasos
bruscos que parecan patear inexistentes guijarros. Finalmente llegaron a un espacio vaco
y grande que haba en el centro del desguazadero. Pareca un gran corral vallado por
desvencijados cacharros amontonados en altas pilas; algunos panza arriba, con las cuatro
ruedas apuntando al cielo quieto.
Casi en el mismo centro de aquel espacio irreal, haba dos cuerpos tirados en el suelo.
Pese a haber una buena distancia entre ambos, permanecan unidos por un mismo charco
de sangre. Chris reconoci el jersey verde y el pelo lacio y amarillo de Moco. Ech a
correr hacia ella.
Hola nena balbuce Moco. Creo que no han podido conmigo
Clmate. Jimmy y yo nos ocuparemos de todo dijo Chris, con las ltimas reservas
de su aliento. Le apart de la frente los cabellos y pos en ella su mano.
Luego, sacando fuerzas de flaqueza, inspecciono el cuerpo de su amiga. El jersey
verde estaba agujereado en el hombro izquierdo y haba recibido varios impactos en las
piernas, que se abran sobre el piso en posicin absurda. Chris hizo un bollo con el
pauelo y tapon con l la herida del hombro, que era la que manaba ms sangre.
Gracias mueca. C Cmo est Solana?
Chris mir a Jimmy, que permaneca acuclillado junto al otro cuerpo. Dio un par de
cabeceos a uno y otro lado y tendi la mano al frente, con el pulgar hacia abajo. Chris
trag saliva y sus prpados y pestaas apenas podan contener las lgrimas que pugnaban
por saltar.
Ella est bien, Moco dijo con voz sorprendentemente firme. Slo tiene algunos
rasguos. Pero ha perdido el conocimiento.
Mejor as suspir Moco, y cerr los ojos.
En ese preciso instante, al otro lado del parque se oy ulular la sirena de un coche
patrulla.
Que vienen los cuervos! exclam Jimmy, levantndose de un salto. Vmonos,
Chris.
Ve t, si quieres dijo ella secamente. Yo no voy a abandonar a Moco.
La sirena se oa cada vez ms cerca. Chris no hizo caso y ajust el pauelo en la herida
de su amiga. Su mirada se cruz con los azules y vidriosos ojos de Moco, de nuevo
abiertos.
Jimmy tena razn tartaje. Debis escapar. Solana y yo nos apaamos
solas
Se vean ya los faros de tres coches patrulla serpentear por los senderos ms bajos del
parque.
Chris! grit Jimmy desde el borde del descampado. Vienes o no?
Indecisa, Chris volvi a mirar a su amiga yacente, que le sonri con labios prpura.
Vete con l farfulle Moco. Escapa, Chris! Corre
Segunda parte
Captulo 7
De nuevo la interminable cinta de la carretera, delante del amanecer. Mientras Jimmy
conduca el viejo Ford, con los ojos muy abiertos, y la puntiaguda nariz pegada
materialmente al parabrisas, Chris dormitaba a su lado, vencida por el sueo y el
cansancio. Haban recorrido varios cientos de kilmetros durante toda la noche,
detenindose slo para repostar en una solitaria gasolinera, donde un negro sooliento
llen el depsito del Ford sin siquiera mirarlos a la cara. Y siguieron adelante, silenciosos
y sobrecogidos an por la crudeza de las imgenes del desguazadero. Con las primeras
luces del alba, Jimmy advirti que Chris se haba quedado dormida en su asiento con la
cabeza abatida sobre el pecho y las manos entrelazadas entre los apretados muslos. Sus
labios temblaban ligeramente. Jimmy, sin dejar de vigilar la carretera, cogi su cazadora
del asiento trasero y la despleg desmaadamente, con una mano, para cubrir el cuerpo de
Chris. Ella no lo advirti, sumida en sueos.
Flotaban las tres, Moco, Josie y ella, en un cielo luminoso y alto. Abajo, en el patio
gris de El Pesebre, Lasko y Betty Ramos corran de un lado a otro, gritando y alzando
los brazos en vanos intentos de atrapar por los pies a las fugitivas voladoras. La escena
resultaba cmica, pues las dos celadoras corran en crculos y se atropellaban mutuamente,
con ademanes de pelcula muda. De pronto, sobre el horizonte, apareci la siniestra figura
de Menfis. Cabalgaba sobre su gigantesco gato siams, cuyos ojos chispeaban haces de luz
restallantes. La vieja, riendo con su grotesca boca de ttere, seal a Moco con su mano
enjoyada. Un enorme boquete tundi el hombro de la muchacha, manando caos de sangre
como el puo de la mano. Moco comenz a perder altura; sus piernas, inermes y
desarticuladas, ondeaban al viento como la cola de un barrilete a la deriva. Finalmente
cay tendida, plido el rostro, en el suelo del desguazadero. Chris avanz hacia ella, pero
ya no era Moco, sino la seora Parker, su propia madre, sentada en una mecedora,
canturreando y marcando el comps de la msica con la cabeza. Desde lo alto de su
elevada talla, Chris le ofreci una botella de whisky que, sin saber cmo, apareci entre
sus manos. La seora Parker asenta, complaciente, mirando alternativamente los destellos
ambarinos de la botella y los ojos de su hija
El ronroneo del coche se apag de pronto y Chris despert de un sobresalto. El Ford
estaba aparcado a un lado del camino rodeado de casas silenciosas e indiferentes. Era una
maana soleada, de limpio aire fro. Jimmy, con la cabeza apoyada atrs, se frotaba los
prpados con las yemas de los dedos.
He dormido mucho? pregunt Chris, tras un amplio bostezo.
Jimmy dej de masajearse los ojos y dio un leve giro de cabeza para mirarla.
Algo ms de dos horas. Te sientes mejor?
No dijo ella. He tenido un mal sueo.
Jimmy le dedic una mueca de solidaridad, pero no hizo ningn comentario. Chris se
arrebuj en la cazadora y mir por la ventanilla. Un perro negro la estaba mirando
solemnemente desde el jardn de una modesta casa de una sola planta.
Dnde estamos? pregunt.
Jimmy separ las palmas de las manos frente a s.
En un pueblo del camino dijo. Necesitamos comer algo y el sitio parece
tranquilo.
Demasiado tranquilo aadi Chris. No se ve un alma en toda la calle. Es raro,
no crees?
Quizs en este estado hoy sea fiesta dijo Jimmy, bromeando. O tal vez estn
todos celebrando un partido de ftbol en el pueblo vecino. Me basta con que encontremos
un bar abierto aadi, entrando la primera marcha. Me muero por dos huevos fritos
con jamn y una cerveza.
Mejor dos que una apuntill Chris, risuea.
La primera vez que recorrieron la calle mayor y un bulevar llamado Jefferson, la
situacin les result intrigante y hasta cierto punto divertida. Pero a la tercera vuelta con el
Ford por las tiendas vacas, los estticos coches y las altas casas deshabitadas, Chris sinti
ese peculiar escalofro que provoca el miedo a lo inexplicable. Daba la impresin de
haberse evaporado todo el mundo de repente en aquel instante. Podra jurarse que las
mecedoras de los prticos an se balanceaban suavemente y que en la sartn todava
crepitaban los huevos del desayuno.
Jimmy par el coche ante el supermercado. Suspir y dedic a Chris una animosa
sonrisa. Pero las comisuras de los labios le temblaban un poco.
Hace tiempo vi una pelcula en la que sala un pueblo como este
Yo tambin la he visto le cort Chris. Pero eso pasaba en el Oeste y en el siglo
pasado. Demudada, apret con fuerza el brazo de su amigo. yeme, Jimmy, no hay
ninguna explicacin lgica al hecho de que en esta poca, en los Estados Unidos de
Amrica, exista un pueblo fantasma.
No asinti Jimmy. No la hay.
Esto slo puede ser cosa de brujera afirm Chris, ahuecando la voz a pesar suyo.
Jimmy consider aquella posibilidad con espritu crtico.
O cosa de extraterrestres apunt.
Sea lo que sea tembl la chica, se trata de algo extrao en lo que no nos
interesa vernos envueltos, verdad?
Cierto asinti l, ecunimemente.
Chris, rayana ya al histerismo, agit sus dedos crispados amenazadoramente frente al
rostro de Jimmy.
Entonces, scame de aqu de una vez! grit. Pon en marcha este maldito
trasto y devulveme en seguida al siglo veinte!
l le dirigi una mirada reprobatoria y accion con desgana la llave de arranque. El
Ford primero carraspeo, despus lanz dos ruidosos bufidos, y finalmente arranc en
primera, acunando mansamente a sus ocupantes.
Est bien dijo Jimmy, si an no tienes apetito
La sola mencin de la palabra apetito, produjo ruidosas manifestaciones de jbilo en
el estmago de Chris, mientras su boca se le deshaca en agua.
Podemos comer en el prximo pueblo propuso ella.
Oh, s, claro! Slo que all habr policas y seoras impertinentes, y camareros que
pueden hacerte preguntas Demonios, Chris! estall desaforado Jimmy. El destino
nos depara una oportunidad de oro y t la rechazas inventndote toda esta tonta historia de
brujas, como si nos sobraran las oportunidades. No s dnde diablos andarn metidos los
habitantes de este pueblo, pero de lo que no cabe duda es de que est vaco y nadie podr
molestarnos. Mira, all tienes un supermercado con las puertas abiertas, surtido de
fiambres, latas de conserva y frutas frescas! De veras quieres an proseguir el viaje sin
parar aqu?
Chris trag saliva y se acurruc parpadeante en su asiento. Luego avanz la mano y
desconect el motor.
De acuerdo, Jimmy acab ella complacindole. Pienso que podemos tomarnos
unos minutos para reponer nuevas fuerzas
Y bebida! grit l, abriendo la portezuela.
Ella le apunt acusadoramente con el dedo.
Pero te advierto que como aparezcan los marcianos, slo t te las entenders con
ellos, eh?
No te preocupes ri Jimmy, bailoteando por la acera. He visto tres veces La
guerra de las galaxias.
Entonces que La Fuerza te acompae conjur Chris, bajando del coche.
El muchacho asinti e hizo una floreada reverencia al pasar ante la puerta acristalada
del supermercado.
Entrad, princesa Leia recit, burlescamente. Obi-Wan Kenobi os invita a un
almuerzo espacial.
Elegir por elegir, se decidieron por lo mejor: queso ahumado francs, esprragos de
lata, pat a la pimienta, pan fresco y una botella de vino italiano. Se sirvieron la comida
all mismo, apartando a un lado la caja registradora. Luego, mientras Chris abra una lata
de pia de Martinica, Jimmy recorri los escaparates con una bolsa de plstico en la que
atesoraba provisiones para el futuro. Ella sirvi ms vino en los vasos de papel.
Bueno, Jimmy, cuntame algo de tu vida propuso Chris de repente.
El chico cogi con dos dedos una jugosa rodaja de pia y se la desliz boca abajo con
un gesto breve y eficaz.
De mi vida? pregunt sorprendido.
Apenas s nada de ti. Ni s dnde naciste, ni por qu trabajabas con Menfis, ni por
qu te atraen bueno, esos ambientes.
Ya, ya se hizo el entendido. T eres la tpica muchacha normal que est
recogiendo material para escribir un artculo sobre la homosexualidad, eh?
Chris suspir y lami sus dedos untados de jugo de pia.
Si sigues por ese camino estars siempre solo declar. Quiero saber de ti
porque te tengo afecto. Y djame decirte que me importa un bledo que te acuestes con
hombres o con perros chihuahuas.
Caramba, pues nunca lo haba considerado.
El qu?
Lo de los perros chihuahua.
Los dos rompieron a rer e hicieron chocar sus vasos. Despus Jimmy se puso
repentinamente serio.
Es una historia larga y triste, como suele decirse anunci con un hipo de vino.
Pero tratar de hacerla breve y alegre: fui uno de esos chicos sensibles e indecisos,
pegados a las faldas de mam, tal como lo describen los libros de psicologa sexual. Mi
padre era una rplica de John Wayne; criaba caballos de raza en Arkansas, masticaba
tabaco y cazaba jabales como puedas t cazar moscas cualquier domingo de verano.
Haba que ser tan hombre para estar a su altura, que creo que hice bien al pasarme al otro
bando.
Chris emiti una risita y masaje la barbilla de Jimmy.
Qu rabieta se habr llevado el viejo apunt.
No lleg a enterarse suspir Jimmy. Su ataque de corazn coincidi con la
llegada al colegio de un profesor suplente de Literatura. Hasta ese momento, yo an no
tena muy claro si era rosa o clavel, pese a estar rondando los quince aos. La misma
noche que muri mi padre pas del velorio a la cama del profesor sin el menor reparo, lo
cual es ms frecuente de lo que puedas imaginar. Caray, amiguita! Yo estaba tan
perdidamente enamorado de aquel pobre diablo, que se lo cont todo a mi madre y a punto
estuve de quedarme hurfano de padre y madre. Ella, que saba lo que se haca, denunci
el hecho al rector del colegio como un caso de corrupcin de menores. El profesor se salv
por los pelos de ir a la crcel, poniendo los pies en polvorosa, y all termin aquel primer
romance.
Qu ocurri despus? pregunt Chris, impaciente.
Pues lo de siempre. Estuve en cama ms de un mes y al primer da de salir a la calle
me enamor de otro sujeto. Era un artista de variedades de mediana edad, que no vala ni
la quinta parte de mi gallardo profesor, pero era experto y se ofreci a llevarme con l a
recorrer mundo. El tipo era en realidad un tratante de blancos y traficaba en droga. A la
semana de conocerme me entreg a los amorosos brazos de Menfis. Esto lo digo en
sentido figurado, por supuesto aclar Jimmy.
Figuras son lo que estoy yo viendo ahora murmur Chris, plida y desencajada,
mirando a la puerta.
Tres siluetas totalmente de blanco, con cascos cubrindoles las cabezas y gruesas botas
de astronauta, avanzaban hacia ellos desde la puerta del supermercado.
Captulo 8
Eh, vosotros dos! Qu estis haciendo aqu?
La pregunta brot bajo la capucha con mirilla de cristal del ms alto de los seres
espaciales, que al mismo tiempo apuntaba a los chicos con el extremo de su grueso guante
de astronauta.
Por lo menos hablan Ingls musit Chris al odo de Jimmy.
Y con acento de Texas aadi l.
Los hombres se mantenan a unos pasos de distancia, obstaculizados slo por sus
pesadas vestimentas. Pero se haban distribuido de forma tal que interceptaban cualquier
intento de fuga de Chris o Jimmy. Uno de ellos llevaba un instrumento alargado, que
balanceaba entre sus manos. Chris procur detener el castaeo de sus dientes.
Vamos, Obi-Wan Kenobi, diles algo balbuce.
Jimmy extendi las manos ante s, con las palmas hacia adelante.
No hacemos nada malo, amigos dijo. Somos pacficos terrestres
Los hombres blancos se miraron, y el ms grueso de ellos sacudi la cabeza, como
rindose dentro de la escafandra. El tipo alto que haba hablado antes y que pareca el jefe,
adelant un paso hacia ellos.
No os hagis los graciosos gru. Este lugar ha sido declarado zona de
emergencia nuclear y ser mejor que tengis una buena excusa para justificar vuestra
presencia aqu y por el festn que os estabais dando.
Jimmy semientorn los ojos, comenzando a entender de que iba la cosa. Aquellos
hombres no eran extraterrestres. Aunque empezaba a sospechar que hubiera sido
preferible que lo fueran.
Emergencia nuclear? pregunt asombrado.
El hombre ms grueso volvi a menear su cabeza pesadamente. A Chris le pareci ver
que llevaba gafas detrs de su mirilla de cristal.
Hubo un grave accidente en una planta nuclear de cerca de aqu explic.
Tuvimos que desalojar casi la totalidad del condado como medida preventiva. Es extrao
que no os hayan interceptado los controles de la carretera.
Vinimos por un camino vecinal aclar Jimmy, con voz de ultratumba.
Los hombres volvieron a mirarse entre ellos.
La orden era cerrar todos los accesos manifest el alto, disgustado.
La regin es una maraa de vas secundarias se defendi uno que hasta entonces
no haba hablado. Prcticamente cada granja tiene una salida hacia la ruta nacional. Es
imposible controlarlas todas.
Pero es necesario orden el alto autoritariamente. No quiero ver ms
vagabundos saqueando supermercados.
Chris se puso de pie de un salto.
Hey, Fantomas exclam ofendida, ni Jimmy ni yo somos ningunos
vagabundos!
El codo de Jimmy se incrust en las costillas de Chris, que se interrumpi para tomar
aire. Momento que l aprovech para tomar la palabra:
Habamos viajado toda la noche, seor explic, y decidimos parar en algn
pueblo para desayunar. No podamos saber lo que ocurra y le aseguro que estbamos
dispuestos a pagar, de haber quin cobrara
Eso no nos atae a nosotros le interrumpi el jefe de los enmascarados. No
somos policas, sino agentes sanitarios. Hizo un gesto con su mano que implic la
botella de vino y las latas de pia. Quiz ms adelante deberis responder ante la ley por
esto. Lo que ahora nos preocupa es que probablemente seis fuentes radiactivas
contaminantes. Y deberemos comprobarlo.
Chris se asombr de no caer desmayada en ese mismo instante. Por su mente
desfilaron los reportajes sobre el museo de Hiroshima y la paranoia de Harrisburg. Ya
nada importaba. Ella convertida en vctima nuclear. Sus pulmones estaran hechos polvo y
la piel se le caera a tiras de un momento a otro. Jams tendra hijos ni volvera a conocer
el amor. Lo ms probable era que aquellos hombres blancos les confinaran a los dos en
alguna isla perdida de la Polinesia, hasta que la radiactividad acabara devorndolos. No es
que antes hubiera tenido mucha suerte, pero aquello ya era demasiado
Vamos, chicos dijo el hombre gordo casi con ternura. Tenemos un camin-
laboratorio esperando all fuera.
Los hicieron desnudar de pies a cabeza. Luego pasaron por diversos aparatos que
encendan luces verdes y amarillas. Finalmente el hombre grueso, que sin la escafandra
tena el aspecto bonachn de un mdico de pueblo, les hizo un completo examen clnico al
viejo estilo: termmetro en la boca, perilla para la presin y tamborileos de los dedos aqu
y all.
Es un milagro concluy al fin. Ni el menor indicio de radiactividad ni de
desarreglos orgnicos.
Devulvanos nuestras ropas pidi Chris, sintiendo rencor y vergenza ante su
forzada desnudez.
El hombre alto emergi de detrs del biombo del camin-laboratorio con la mscara
puesta.
Las hemos quemado como medida preventiva dijo. Os daremos otras, hasta
tanto la polica decida qu hacer con vosotros.
El silencioso tercer hombre les alcanz un par de tejanos y camisas que haba cogido
de la tienda vecina. Se vistieron lentamente, sin hablar ni mirarse. Ya no haba una aislada
soledad en su futuro, pero s, en cambio, una celda inconfortable y un irascible juez de
menores, harto de la facilidad con que Chris se meta en las situaciones ms complicadas.
Nos vamos, cario anunci Jimmy, ajustndose los elsticos zapatos que
formaban parte de su nuevo atuendo. El Ford est a menos de veinte metros. Estos tipos
no van armados y no podrn alcanzarnos con sus disfraces de media tonelada. Corre,
Chris!
De acuerdo ri ella, lanzndose a travs de las puertas sueltas del camin-
laboratorio. El ltimo es un gilipollas!
Unos minutos despus, el viejo Ford de Jimmy atravesaba velozmente el deshabitado
pueblo. Por alguna poderosa razn, los hombres de blanco ni siquiera haban intentado
detenerles. Quiz por humanitarismo o porque saban que los chicos no podran ir muy
lejos.
En efecto, a pocos kilmetros del pueblo, una barrera de tablas rojas y blancas cerraba
totalmente el paso. Los del control de vigilancia an no haban visto el Ford, pues tenan
la atencin puesta en el otro lado, ya que consideraban a aquella zona despoblada y nadie
podra lograr salir de all.
Mierda! Una barrera policial bram Jimmy al avistarla.
Es la historia de mi vida suspir Chris. Cada vez que salgo a un camino
tropiezo con una de ellas, podrs creerlo?
Con razn los astronautas nos dejaron escapar sin mover un dedo habl l,
hundiendo a fondo el acelerador. Agrrate fuerte, nena dijo excitado. Ahora vers
lo que es capaz de hacer tu amigo Jimmy, el marica.
En ese instante, uno de los vigilantes vio el Ford que avanzaba directo hacia ellos y
comenz a hacer seas agitando ambos brazos. El que lo acompaaba calse la metralleta.
Jimmy pis el embrague, cambi la marcha y rod el volante a la izquierda. El coche salt
a un lado. Chris tuvo la impresin de que se precipitaban hacia la zanja lateral y cerr los
ojos. Pero Jimmy volvi a enderezar el volante, mientras sus pies bailoteaban en los
pedales. El Ford, totalmente escorado, cruz sobre sus dos ruedas el arcn, rozando el
extremo de la barrera. Estaban al otro lado, con la mirada atnita de los guardias fija en
ellos. Jimmy lanz un grito de triunfo, movi nuevamente los pies y embrag la directa.
Vuelta sobre el respaldo del asiento, Chris vio por el cristal trasero cmo los hombrecillos
empequeecan hasta desaparecer en una curva.
Eres maravilloso, Jimmy! Aplaudi. Dnde diablos aprendiste ese truco? En
Indianpolis?
Cerca de all respondi el chico, muy ufano. Los automviles son mi debilidad,
mueca. El propio Joe Pistn me recicl este Ford.
Quin es Joe Pistn?
El mecnico nmero uno de Amrica. Trabaja con su pandilla en un garaje
abandonado de Tonneville, en Indiana. He pasado buenos ratos con ellos, cubrindonos de
grasa y organizando las ms alucinantes carreras. Jimmy apart por un instante su mano
derecha del volante y agit un dedo ante la nariz de Chris. Joe es el nmero uno,
sabes? Algn da llegars a conocerlo.
Me gustara afirm ella. Eso est cerca de Lago Geroe, no?
Ms o menos. Solamos ir al festival de rock. La voz de Jimmy cobr matices de
nostalgia. Si quieres, podemos tomar ese camino.
Chris record las palabras de Josie por telfono: Por qu no os vens aqu conmigo?
Sera tan hermoso estar de nuevo las tres juntas!. Ya no sera posible. Moco haba
quedado tendida en el desguazadero, junto al cadver de su extrao amor del FBI, Solana.
La chica inhal aire y parpade para evitar que la humedad de sus ojos se derramara.
Crees? balbuce. Crees que Moco se encontrar bien?
Jimmy le ech una fugaz mirada y volvi de nuevo su atencin sobre la ruta.
Todo lo bien que se puede estar en una crcel federal dijo con voz neutra. Si te
refieres a sus heridas, ninguna era lo bastante grave como para acabar con ella.
No podras asegurarlo dijo Chris, sombra. T no eres mdico.
No acept l. Pero he visto otros tiroteos. Y, quieres que te diga una cosa? Por
la posicin de los cuerpos y la direccin de los disparos, podra jurar que Solana cubri a
Moco con su cuerpo, recibiendo en l la mayor parte de los tiros. Deberas haber visto su
aspecto, amiguita. Tena por lo menos diez agujeros en el pecho y la cabeza.
Cllate! solloz Chris. No puedo soportarlo.
Despus de todo concluy Jimmy, es una bonita historia de amor.
Y de muerte.
Estoy empezando a creer que amor y muerte son dos trminos inseparables; por lo
menos para nosotros.
Jimmy resping su narizota con aire reflexivo. Sus manos se movieron suaves sobre el
volante, para sobrepasar parsimoniosamente a un lujoso Pontiac ltimo modelo. Chris
atisb la aguja del velocmetro, pero sta estaba atascada en el cero. Jimmy se orientaba
slo por el cuentakilmetros. Lo cierto es que iban muy deprisa. A ella le hubiera gustado
saber hacia dnde iban, pens antes de dormirse.
Despert cerca del anochecer, con la lengua pegajosa y los hombros ateridos de fro.
Las borrosas imgenes de un sueo se perdan en las profundidades del cerebro, sin que
pudiera apresarlas. A su lado, Jimmy conduca con aire sooliento, de un modo casi
instintivo.
Dnde estamos?
An no lo bastante lejos respondi l.
Cruzaban una ciudad que, afortunadamente, no estaba deshabitada. El trnsito era
denso y ajetreado y mareas humanas circulaban por las aceras, recortndose sobre las
luces rutilantes de los escaparates. Jimmy conduca el Ford con gran cuidado, utilizando
las luces de giro y atento al menor cambio de luz de los semforos.
Ests cansado, Jimmy?
Estoy muerto exclam. Nos acercaremos al suburbio y buscaremos un sitio
para dormir.
Es esto Tonneville?
No, es una sorpresa.
Detenido ante el semforo que le permitira girar a la izquierda desde la avenida, el
muchacho alarg una mano para acariciar suavemente el lacio cabello de su amiga.
Es una ciudad que deberas ya conocer dijo. Tiene un asilo para alcohlicos
crnicos.
Jimmy! exclam alegre Chris. Cmo pudiste recordarlo?
Recuerdo todo lo que tiene que ver contigo respondi l, circunspecto. Soy tu
buen amigo Jimmy, no lo olvides.
No lo olvidar nunca dijo la chica, emocionada.
De todas formas, hoy no podrs ver a tu madre. Pas la hora de visitas dijo l.
Nos alojaremos en algn motel apartado, y maana la ir a ver.
T? inquiri Chris. Pero si se trata de mi madre.
Jimmy asinti, y sonri satisfecho.
Por eso mismo dijo. No sera extrao que la gente de tu Pesebre hubiera
alertado a los del asilo, por si aparecas por all. De esta forma, mientras t charlaras con
mam de los buenos tiempos, el director llamara a la polica y caeras atrapada como un
pajarito. Qu me dices?
La chica trag saliva y frunci los labios hacia un lado.
Que tienes toda la maldita razn! resopl. Mierda, Jimmy! Qu diablos
podemos hacer?
Se me ha ocurrido un pequeo plan dijo l, vigilando los letreros luminosos del
camino. Haban atravesado la ciudad de punta a punta y circulaban a marcha lenta por una
carretera interurbana. Pero tienes que confiar en m y dejar que maana vaya solo al
asilo.
No te permitirn verla le previno Chris. Slo permiten visitas de los familiares
ms directos.
No te preocupes, ya inventar algo fanfarrone Jimmy, y fue reduciendo la
velocidad del Ford. Mira! All podremos pasar la noche!
Chris mir donde indicaba su amigo. Era una cabaa de madera que tiempo atrs haba
sido de color blanco. Frente a ella colgaba una guirnalda de luces de colores. La mitad de
las lamparillas estaban fundidas, pero el resto permita deletrear un cochambroso anuncio:
Motel Luxor Alojamiento para viajeros. Jimmy detuvo el coche debajo de la
guirnalda. Luego mir a Chris con ceo interrogativo. Una lamparilla verde filtraba luz
por el parabrisas y se combinaba con los reflejos metlicos de las guarniciones, dando a su
rostro un aspecto grotesco, irreal, como un maquillaje de Lemon Candy.
Si no te importa carraspe tmidamente, pedir una sola habitacin. Resultar
ms barato.
De acuerdo asinti Chris, con el mismo tono serio. No creo que eso altere mi
reputacin.
Lo que se supona debera ser la recepcin del Motel Luxor era un cuartucho
miserable apestando a tabaco y sin apenas muebles: dos sillas tapizadas de plstico rojo y
pegadas a la pared, un perchero de pie, destartalado, y un viejo mostrador. Detrs de este
ltimo haba una figura humana leyendo un ejemplar pasado del Readers Digest. O,
mejor dicho, lo estaba leyendo hasta que entraron Chris y Jimmy. La mujer, pues eso
pareca ser, los mir distrada. Escudri rostro y ropas de los forasteros y pareci
ampararse tras la silla, al tiempo que por sus pupilas prendi una chispa de alerta. Solt la
revista y sus manos se movieron con disimulada lentitud. Abri con cada una de ellas
sendos cajones de debajo del tablero del mostrador.
Os aconsejo que retrocedis por donde habis venido murmur con acre voz.
Hay slo veinte dlares en el cajn de la izquierda y una pistola de 9 mm en el de la
derecha.
Chris, desconcertada, mir a Jimmy. Este reaccion y se arregl el cabello de la frente.
No somos delincuentes dijo sin apartar sus ojos de la mujer. Slo queremos
alojarnos por unos das.
La mujer alz las cejas y el agudo mentn, como asombrada por algo. Su rostro
huesudo y sombro le haca aparentar una edad indefinida. Pareca pasar de los cuarenta y
tampoco era una anciana.
Alojaros, eh? refunfu por lo bajo. Es un truco muy viejo. Alzad los brazos!
Su cuerpo alto y desgarbado emergi de detrs del mostrador y se acerc a ellos,
apuntndoles con el ndice derecho y cerrando un ojo, como si verdaderamente empuara
una pistola.
Haz lo que dice susurr Jimmy, separando los brazos del cuerpo. Chris lo imit,
vacilante.
La mujer los cache concienzudamente, en el torso y las piernas, sin descuidar las
zonas genitales.
Algunos llevan la navaja en los calzoncillos dijo. Pero vosotros estis limpios.
Con un suspiro de contrariedad regres a su puesto de detrs del mueble y se sent, al
parecer no muy convencida. Son cinco dlares al da.
Dicho esto los mir, como esperando que la noticia les tumbara de espaldas.
Parece un precio razonable concluy Jimmy, sacando un arrugado billete de
veinte dlares. Cbrese dos das por adelantado y denos la llave. Hemos viajado mucho
y deseamos descansar.
El arrugado papel verde pareci iluminar el rostro de aquella mujer. Su expresin se
torn ms joven y ms dulce, casi servil. Despleg cuidadosamente el billete y lo alis con
el borde de la mano. Luego lo guard en el cajn izquierdo, sac dos de cinco, y con
habilidad de cajero de banco, los extendi hacia Jimmy.
Tenga, el cambio, joven. Y perdonen si he estado algo brusca. Hay mucha
delincuencia juvenil por ah.
La prxima vez no amenace sin tener un arma aconsej Jimmy. Se arriesga a
que le vuelen la cabeza.
Pens que era un buen truco se defendi la mujer, algo avergonzada. Luego se
volvi hacia el tablero de llaves. Les dar el bungalow nmero ocho. Es el nico en que
los grifos del lavabo no gotean.
Es usted muy amable dijo Chris, por decir algo.
Es mejor aparcar el auto frente a la puerta aconsej la mujer. Hay muchos
robos de coches ltimamente.
Ya no se puede vivir tranquilo en Amrica dijo Jimmy con un guio, cogiendo la
llave.
El llamado Bungalow nmero ocho era la ltima puerta de una destartalada barraca
que se extenda frente al alto muro de una fbrica de pinturas. Una cosa era cierta: los
grifos no goteaban. Y si uno estaba lo bastante cansado poda llegar a ser una bendicin
arrojarse boca arriba en cada una de las chirriantes camas, mirando la lamparilla de techo,
con su pantalla de cartn llena de cagadas de mosca. Eso fue lo que hicieron Chris y
Jimmy. Durante un rato, dejaron que sus msculos se fueran relajando, sin hablar ni pensar
en nada. Despus Chris arm una ristra de palabras y las dej desgranar entre sus labios.
Hoy has estado muy sensacional, Jimmy dijo. Humphrey Bogart se hubiera
muerto de envidia.
He tenido un da bueno dijo disculpndose. Pero espera a verme en uno de los
malos.
Jimmy Brown dej su desvencijado pero an brioso Ford en un espacioso
aparcamiento municipal. Camin un largo trecho bajo el sol de la maana, hasta llegar
frente al asilo para alcohlicos. Era un edificio cuadrado, antiguo y de paredes ocres,
rodeado por un jardn descuidado y una verja de rejas color aluminio. Un cartel indicaba
que el lugar se hallaba bajo el tutelaje de la Liga Antialcohlica del Estado. El portal
estaba abierto y Jimmy recorri el sendero sembrado de hayas que llevaba a la puerta
principal. Un enfermero de pocas palabras y aspecto mormn lo llev ante el mdico de
guardia.
Vengo a visitar a la seora Parker dijo Jimmy, tras un expectante silencio.
El hombre no apart la vista del libro de poesas de Keats que estaba leyendo.
Caramba pens Jimmy, un tipo as leyendo las poesas de Keats. Era un hombre
calvo y algo grueso.
Es usted pariente directo? pregunt.
No, pero es como si lo fuera
Slo se admiten visitas de los familiares directos declar el hombre, mirndolo
torvamente por encima de las gafas. La ua de su dedo ndice fijaba la lnea del poema
que estaba leyendo.
Lo s. Vengo de parte de Tom Parker, el hijo de la enferma, que vive en Mxico. Me
pidi que transmitiera saludos a su madre.
Yo se los dar replic el hombre. Cierra la puerta al salir, quieres?
Jimmy no se movi.
Pens que a la pobre mujer le hara bien conversar un rato sobre su hijo ausente.
No contempla eso el reglamento?
El hombre lanz un bufido y cerr el libro. A travs de los gruesos cristales, sus ojos
parecan dos charcos de agua enlodada y quieta.
Eres lo que se dice un tipo obcecado, eh? resopl, cansado.
La mejor sonrisa inocente de Jimmy Brown resplandeca bajo su larga nariz.
No quisiera defraudar a mi amigo dijo.
El mdico de guardia que lea poesas asinti con absoluta indiferencia y se dirigi
hacia un archivo metlico que haba en un rincn
Parker, dijiste? Sus dedos caminaron sobre varias carpetas apiladas en un cajn
y finalmente extrajeron una. Aqu est Tu amigo se llama Thomas Lee Parker?
Eso es
Y qu sabes de su hermana, Christine Parker?
Oh, sa Jimmy procur que su voz sonara tan neutra como la de un jugador de
pker. Tom me ha hablado algo de ella. El chico mir hacia ambos lados, y agreg
ms bajo: Est encerrada en un reformatorio, sabe?
Estaba refunfu el hombre. De modo que t no la conoces?
He vivido tres aos en Mxico explic el chico. Tom y yo trabamos amistad
all.
El mdico lo mir, rascndose la barbilla con el dedo pulgar.
Est bien resolvi al fin. Supongo que no hay nada malo en que hables un poco
con la vieja. Pero no la canses, no est muy bien de salud.
Se lo agradezco en nombre de Tom Jimmy hizo un guio e indic el libro cerrado
sobre la mesa. Le gusta la poesa?
No. Me gusta Keats.
Mientras caminaba detrs del enfermero mormn por un largo corredor, Jimmy tuvo la
inquietante certeza de que aquel singular mdico de guardia no haba credo una palabra
de su historia.
Captulo 9
Haba niebla en torno a aquellas imgenes de color sepia de un viejo lbum
fotogrfico. Estaba all el robusto colrico Ben Parker, maldiciendo y agitando sus largos
brazos. El joven Tom procuraba esquivar los golpes mientras sonrea a la cmara; la
seora Parker sollozaba en un rincn del comedor, abrazada a una botella de brandy
barato. Y ella, Chris, que cuando naci era un inocente montoncito de sonrosadas carnes
abierto a la vida como un capullo, a los siete aos ya tena los mismos ojos huidizos y
asustados. Esos ojos, bien adiestrados, encontraban siempre el escondrijo de debajo de la
mesa o el de la puerta entreabierta all detrs de las piernas de su padre, por donde echar a
correr. Eso es lo que haba hecho siempre: correr, huir de los gritos, los golpes y los
gemidos del ambiente opresivo de la modesta casa de los Parker, donde nunca haba
abundado el dinero, ni el afecto. Permaneca oculta en algn portal o entre los arbustos del
parque, hasta que algn vecino enternecido la devolva al hogar; o bien Tom sala a
buscarla en la noche, cuando el padre se haba ido ya y la madre dorma la borrachera. Los
dos hermanos regresaban abrazados bajo las estrellas, y Tom sola acunarla hasta que
lograba conciliar el sueo. A veces, la seora Parker le llevaba el desayuno a la cama, con
una sonrisa de circunstancias y los ojos hinchados por la resaca.
Esa haba sido su vida hasta los catorce aos. Luego Tom se cas y poco despus ella
comenz a fugarse de veras. Cuando la encontraron, dos das despus, el propio Ben
Parker, su padre, pidi que la recluyeran en El Pesebre. No se lo perdon nunca, ni
siquiera cuando un ao despus le permitieron visitarlo, inmvil y moribundo en una silla,
a causa de una apopleja. Ella supo que siempre lo haba amado, de manera extraa y
oscura. Pero que no lo perdonaba.
La imagen del padre agonizante se esfum en el humo ocre que envolva su mente. No
haba estado soando y lo saba. Simplemente haba capitulado esos pasajes de su vida, en
la blanda duermevela de la maana, como disparando un proyector interno que enfocase a
voluntad. Ahora estaba demasiado despierta para continuar. El sabor agrio en la boca y el
rayo de sol que pegaba en la pantalla desteida del bungalow nmero ocho del Motel
Luxor, eran excesivamente reales. Cerr el lbum imaginario y encendi un cigarrillo. Si
Jimmy haba tenido suerte, quiz viera a su madre dentro de unas horas. La sola idea la
alter visiblemente.
Poco despus de medioda, Jimmy entr a la habitacin y fue directo a abrir la
ventana. La luz blanca y el rumor de los camiones en la carretera entraron all como una
horda de invasores. Chris se arrebuj con las mantas.
Diantre, nena dijo l, parecas un cadver meditando en su sarcfago.
Lograste verla? pregunt ella a su vez.
l se volvi.
S. Habl todo el rato de Tom y de ti. Si la oyes, no ha habido en el mundo mejor
madre que ella.
Chris cerr los ojos. Una bola de rabia y angustia germin en su pecho. Quizs hubiera
debido llorar o gritar, pero sinti slo deseos de volverse a dormir.
Cmo, como se encuentra? balbuce.
Jimmy se sent a los pies de la cama y apoy una mano sobre sus rodillas.
Mal dijo con voz gutural. Es una mujer enferma y asustada. Todo lo que quiere
es un cajn de whisky para reventar en paz, y es lo nico que nadie le dar.
Eres cruel murmur ella, temblando a su pesar.
Te equivocas. Soy generoso.
Crees que debo verla?
Mejor no el perfil afilado de Jimmy se endureci en el contraluz. Pero si tanto
lo deseas, creo que hay una forma de arreglarlo.
Chris dej caer la cabeza pesadamente sobre la almohada. Por un momento, las radas
imgenes de color sepia volvieron a bailotear una y otra vez sobre sus prpados cerrados.
Es una lejana cuenta que tengo pendiente conmigo misma murmur. No podra
seguir adelante si no lo hago
A veces las cosas son as reconoci el chico. Te explicar mi plan: la seora
Parker me ha dicho que la dejan pasear los domingos por la tarde. Un enfermero la
acompaa hasta un parque cercano, permanece cerca de media hora sentada en un banco
mirando las palomas, y luego se la llevan de vuelta.
No parece fcil dijo Chris, con voz ausente.
Tal vez lo sea aadi Jimmy. El que da los permisos es un mdico que lee a
Keats y no parece importarle mucho lo que ocurre a su alrededor. Creo que podr
convencerlo de reemplazar al enfermero el prximo domingo.
De acuerdo bostez Chris. Hazlo a tu modo.
Y se qued dormida. Jimmy suspir, se puso de pie, y fue a cerrar de nuevo las
persianas.
Haba algunos nios junto al estanque, haciendo navegar sus barquitos de vela. Un
sargento de paracaidistas y su novia paseaban con las manos entrelazadas, mientras l le
contaba una y otra vez las hazaas del vuelo seco. Ella pareca fascinada. Una anciana y
su nieta jugaban con un cachorro negro como la noche, que apenas levantaba un palmo del
suelo y ya persegua a las palomas que se posaban en el csped. La tarde era clida, para
ser otoo, y aquel rincn del parque pareca flotar en el tiempo y el espacio como un
cromo animado por el sol que se filtraba entre las encinas.
Apostada en su sitio, junto a la fuente de agua aspergente, Chris vigilaba un apartado
banco situado en un sendero lateral, donde Jimmy debera llevar a la seora Parker.
Notaba sus sentimientos agitados y contradictorios. La alegra y el miedo se
entremezclaban dentro de ella en una danza ambigua y paralizadora. Deseaba por
momentos correr y estrechar a su madre entre sus brazos; otras veces soaba que todo
haba pasado y ella y Jimmy abandonaban para siempre el Motel Luxor y aquella
ciudad nefasta, rumbo a las sorpresas de Tonneville y el Lago Geroe.
Lo que en la realidad sucedi fue que no ech a correr cuando vio la silueta de la
seora Parker avanzando achacosamente por el sendero, del brazo de Jimmy Brown.
Chris, agazapada en su escondite, observ la espalda encorvada de su madre, sus cabellos
prematuramente encanecidos y sus gestos temblorosos. Nunca haba sido una mujer muy
lozana, pero aqulla era apenas una sombra suya. La muchacha se acerc con tiento, casi
sin enterarse, buscando una chispa de vida en sus ojos o un rictus de sonrisa, que le
devolvieran a la madre de su infancia. Cuando la seora Parker la vio, todo su rostro se
mud en una grotesca mueca de emocin.
Chrissie sise, tendindole los brazos.
La chica, agachndose, amag el rostro en su regazo. La falda ola a leja y a recluido.
Procurad no llamar demasiado la atencin aconsej Jimmy, con voz velada.
La seora Parker atrajo hacia s la cabeza de Chris con un gesto casi brusco.
Jimmy tiene razn dijo con senil complicidad. Es un chico muy bueno, Chris.
l y yo hemos hablado mucho de ti y de Tom.
Chris, con movimientos torpes, se sent junto a su madre.
Qu sabes de Tom? pregunt.
El mentn de la seora Parker comenz a estremecerse, como si necesitara reafirmar
cada partcula de su pensamiento.
l vendr a buscarme asegur. Est muy bien en Mxico. Gana mucho dinero y
vendr a buscarme cuando mi salud est mejor. Baj la voz y acerc los labios al odo
de Chris. Ahora me duele un poco el hgado, sabes? Es por la comida que nos dan
aqu, en el asilo. La comida mexicana tambin es pesada, pero Tom ha prometido que me
conseguir filetes de buey sin grasa, y tambin pollo
Te ha escrito?
No, qu va. No tiene tiempo. Pero he hablado con l.
Por telfono?
La seora Parker la mir, consternada y distante.
No. Pero yo hablo con l.
Chris alz los ojos hacia Jimmy, que se encogi de hombros con ademn pesaroso.
Comprendo dijo la chica, acariciando por primera vez el cabello blanco y
desaliado de su madre. Te he trado un regalo, mam.
Un regalo?
Chris escudri en su bolsa y extrajo una petaca de viaje llena de whisky. Con manos
vacilantes, la mujer desenrosc la tapa y oli el contenido con una profunda inspiracin.
Dios! exclam. Es puro escocs!
Tal vez no deba hacerlo dijo Chris con lgrimas en los ojos. Pero durante
muchas noches de encierro en El Pesebre me promet que alguna vez te traera una
botella de whisky. Puedes guardarla como recuerdo mo. La chica trag saliva. Hasta
que Tom venga a buscarte.
La seora Brown volvi a oler el contenido de la petaca.
Crees que me har dao, Jimmy?
Un trago no mata a nadie, seora Brown terci Jimmy, desviando la mirada hacia
los reflejos del sol en el estanque.
Mientras la anciana beba con los ojos muy abiertos, Chris la bes en la mejilla y
abraz su cuerpo enjuto. Luego se puso de pie.
Llvatela, Jimmy pidi, son ya casi las cinco.
La seora Parker no se enter de que ella se marchaba. Cerca de la fuente de agua, se
cruz con el paracaidista, que explicaba a su novia cul era el momento justo que se deba
tirar de la cuerda.
Si no lo haces a tiempo, te estrellas ri, como si fuera algo gracioso.
Aquella noche, Chris no durmi nada bien. Se revolva en la cama, fumando un
cigarrillo tras otro y oyendo los suaves ronquidos de Jimmy, que dorma plcidamente en
la cama contigua. El maldito bastardo ha realizado tantas buenas acciones en estos dos
das pens ella, que podr dormir con la conciencia tranquila durante todo un ao.
Luego se dedic a madurar un fantstico plan de accin: telefoneara a Tom a Mxico y le
pedira que viniera a ver a la seora Parker. Una vez que l estuviera aqu, le convencera
de que regresaran los tres a Mxico. No podra negarse cuando viera el estado de su
madre. Estaba casi segura de que no podra negarse.
A la maana siguiente, tuvo que discutir casi media hora con la encargada del Motel
Luxor, cuyo carcter resultaba an ms spero a la luz del da. Finalmente logr
convencerla de que le dejase hacer una llamada, con el compromiso de pagar
inmediatamente el coste.
De acuerdo gru la mujer, pero llame desde aqu. Puede utilizar el telfono de
la centralita.
Chris asinti con un suspiro y cogi el telfono. Poda sentir la respiracin de la
encargada sobre su cuello.
Es una conversacin privada le dijo, lanzando una elocuente mirada hacia la
puerta.
La mujer se tom un tiempo en asimilar la indirecta.
Comprendo refunfu al fin. Esperar aqu afuera.
Pidi la comunicacin con Mxico, con indicacin de que luego le dijeran su importe.
Un instante despus oa sonar el timbre al otro lado de la lnea. Haba llegado el momento
de obligar a su hermano a que se enfrentara con la realidad. Su madre estaba enferma y
quiz no viviera demasiado, y adems, ella tambin lo necesitaba. Tom sabra comprender,
estaba segura.
Dgame? Era su voz. Chris la hubiera reconocido entre un milln de voces.
Diga? Quin es?
Chris abri la boca sin poder hablar. Apret los dientes contra el auricular y un sollozo
ahog su garganta.
Eres t, Chris? Qu diablos pasa! Conteste!
Pero algo dentro de ella ya haba decidido que aquella llamada no tena sentido. El
ciego terror a que Tom se negara con cualquier excusa, haba paralizado sus cuerdas
vocales. En ese instante, Tom lanz un taco y cort la comunicacin.
Quiz sea mejor as concluy ella.
La encargada del motel abri bruscamente la puerta y asom su tosca cabeza.
Ha terminado? pregunt. Su amigo tiene visitas en el bungalow.
Visitas? Chris se esforz para que su mente saliera del hechizo telefnico. Eso
no es posible, nadie sabe
Ha preguntado el precio de la llamada? La acos la mujer.
Hgalo usted misma respondi la muchacha, tendindole bruscamente el
auricular.
Y ech a correr hacia las barracas, con el corazn en la boca. Frente al bungalow haba
un gran automvil negro aparcado junto al Ford. Al menos, no se trata de ningn coche
policial. Chris redujo su carrera y decidi atisbar por la ventana antes de entrar. Lo que vio
le hel la sangre en las venas: Jimmy estaba sentado en una silla de espaldas a la ventana y
un hombre le aferraba los brazos por detrs del respaldo, mientras otro le destrozaba el
rostro a bofetadas. Haba sangre en su camisa y en el suelo. Chris reconoci
inmediatamente a los tipos: eran dos de los matones de Menfis.
Su mente comenz a trabajar a velocidad de vrtigo, buscando una forma de ayudar a
su amigo. De repente sinti algo fro y metlico que se apoyaba en sus riones.
Tranquila, mueca dijo una voz detrs de ella. T tambin tendrs tu parte.
Era la inconfundible voz de Fat Fassio.
Captulo 10
Nada ms cruzar la puerta, Fat Fassio lanz una feroz patada en el trasero de Chris. La
muchacha rod por el suelo, encogida de dolor. El hombre se acerc a ella con las piernas
abiertas y, cogindola del cabello, le oblig a levantar la cabeza.
Maldita zorra! resopl. Esto te ensear a no traicionar a Menfis.
Buena caza, Fat! dijo otro de los hombres, el que haba estado golpeando a
Jimmy. El chico est ya para el arrastre.
Chris, sin moverse del suelo, mir por el rabillo del ojo hacia el centro de la
habitacin. Jimmy era un guiapo sanguinoso que respiraba con dificultad. Tena un ojo
cerrado por los golpes, manaba sangre por la nariz y una baba viscosa se le escurra por
sus labios abiertos. Ya no era necesario que el tercer gorila lo sujetara en la silla. Era
evidente que no estaba en condiciones de incorporarse.
Termina con l de una vez orden Fat. No nos queda mucho tiempo.
Se haba sentado en una de las camas, con aire displicente, pero mantena el can de
su pistola apuntando a la nariz de la chica. Ella se arm de valor e intent un ltimo
recurso desesperado.
Eres un gorila tonto y sin cerebro, Fat Fassio y le escupi.
El otro la mir ligeramente sorprendido. Chris le sostuvo la mirada y apret la
mandbula.
Supongo que t te consideras muy lista dijo Fat. No pensars lo mismo cuando
os meta a ti y a tu amigo un par de balas en el seso.
Acabarn nuestros problemas, pero no los tuyos.
Fassio miraba alternativamente a Chris y a su compinche, que ahora se dedicaba a
sacudir puetazos en el estmago de Jimmy.
Me ests amenazando? pregunt a la chica con una aviesa sonrisa.
Slo te estoy contando cmo funcionan las cosas. El largo brazo de Menfis no llega
a este estado. La mujer del motel ha visto vuestras caras y la matrcula del coche. Y nadie
te proteger si la polica te echa el guante antes de cruzar la frontera.
Estoy temblando de miedo se burl Fat. Luego se incorpor e hizo una indicacin
al otro. Deja ya de golpearle, Rocky. No ves que ha perdido el conocimiento?
El gorila detuvo su puo contra el cuerpo y lo frot con la palma de la otra mano. La
cabeza de Jimmy, tumefacta, colgaba sobre el pecho como la de un mueco roto. El tercer
gnster se haba sentado en el reborde de la ventana, y miraba la escena con una sonrisa
boba.
Levntate, putita orden Fat a Chris, y no trates de enrollarme.
La chica se puso de pie, seguida siempre por el ojo oscuro de la pistola.
No es ningn rollo, Fat. Slo intento evitar que os metis en un lo.
Todo lo que quieres es salvar tu rooso pellejo afirm Fat con desprecio.
Tambin eso es verdad asever Chris. No he llevado una guapa vida hasta
ahora, pero prefiero conservarla. Estoy dispuesta a ofreceros un trato
Yo no trato con los soplones del FBI.
Djala hablar, Fat pidi Rocky, mientras levantaba un prpado de Jimmy para
comprobar que no estaba muerto. Quizs ella y este marica tengan algo de pasta en
alguna parte.
Jurara que no tienen ni para pagar este agujero asegur Fat.
Se trata de algo ms importante que de dinero dijo Chris, animndose.
Explcate de una vez, maldita sea! Gru el tercer hombre, desde su sitio en la
ventana.
Chris advirti que Fat Fassio estaba incmodo con la incorporacin de sus compinches
en el dilogo. Y decidi aprovechar esa ventaja.
Me refiero a vuestra seguridad, muchachos declar. Hay un largo camino desde
aqu hasta el Narcisus, y nadie puede recorrerlo impunemente, y menos an con el
rastro de dos cadveres a la espalda. Rocky segua sus palabras con inters, abriendo y
cerrando los dedos de su mano dolorida. La polica de este estado no est a sueldo de
Menfis, como ya sabis. Y tiene fama de ser eficaz.
No se trata slo de Menfis intervino Fat. Nosotros os dimos trabajo y refugio, y
vosotros ibais a denunciarnos a los federales.
Eso era asunto exclusivo de Moco y Solana dijo Chris. Jimmy y yo nos
enteramos porque t se lo dijiste a l en la barra del bar.
Fat abri la boca y volvi a cerrarla, desconcertado.
Y entonces fue cuando corristeis al desguazadero para advertirles intervino
Rocky, sombro.
Exacto confirm Chris. Pero slo porque Moco era nuestra amiga. Ahora todo
eso pas. Si nos matis, corris un riesgo bastante grande. Si nos dejis en paz, os prometo
que cerraremos la boca y jams regresaremos al Narcisus, y ni siquiera a ese estado.
Hablas por ti dijo Fat. Porque tu amigo duerme.
Creo que los puos de Rocky han sido lo bastante convincentes para l afirm la
chica, con desazn en el estmago.
Fat y Rocky se miraron.
T qu opinas? pregunt Fat Fassio a su compinche.
Su historia est bien montada respondi Rocky. Pero lo ms seguro es
liquidarlos a los dos. No es sta la primera vez que trabajamos fuera del estado.
Por primera vez, Chris sinti que el terror a la muerte cierta le inundaba las venas,
oprimindole el corazn. Ya no le quedaban argumentos. Ni tiempo, porque Fat, con una
sonrisa lgubre, haba amartillado su arma.
Atencin, muchachos! dijo de repente el hombre que estaba en la ventana. Esa
mujer de la recepcin est cruzando el patio y viene hacia aqu. Liquidadlos si queris,
pero de prisa, que hay que ahuecar el ala.
Fat Fassio mir a Chris a los ojos. Por un instante, las dos miradas formaron una tensa
lnea de combate entre los dos. Luego el gnster desarm cuidadosamente su pistola y
volvi a colocarle el seguro.
Tenis suerte murmur. Pero, si alguna vez volvis a aparecer por all, juro que
no saldris con vida.
Lo s dijo Chris con sinceridad, a punto de desvanecerse de felicidad.
La encargada del Motel Luxor tuvo que dar un salto a un lado para no ser arrollada
por el oscuro automvil que arranc violentamente marcha atrs. Hizo una maniobra
chirriante y luego aceler bruscamente hacia el portal que daba a la carretera. La mujer le
lanz una inaudible maldicin y luego abri la puerta del bungalow. Chris haba llevado a
Jimmy hasta la cama y le enjugaba el rostro con una toalla empapada en agua fra.
Vlgame Dios! exclam la mujer. Qu le ha pasado a ese chico?
Fue slo una discusin entre amigos explic Chris. Podr conseguir un poco
de hielo?
Ahora mismo traer dos cubetas que tengo en el refrigerador. Le costar slo
veinticinco centavos.
Pngalo a mi cuenta dijo la chica.
La mujer asom sobre su hombro, para espiar el rostro tumefacto de Jimmy Brown.
No quiero meterme en sus asuntos murmuro con voz tensa, pero su amigo
necesita un mdico. Y quizs habra que advertir a la polica. No me gustara que se
muriera aqu
Nadie va a morirse asegur Chris, aparentando confianza. Con compresas de
hielo y bastante reposo, maana estar como nuevo.
Depende de lo que usted considere como nuevo cuestion la mujer.
A propsito dijo la chica, procurando cambiar de tema, debo agradecerle su
inesperada visita. Nuestros amigos se estaban poniendo un tanto pesados
Eso me pareci declar la mujer, envanecida. Pero yo nunca intervengo en
estas cosas. Vine porque hubo una llamada para el seor Brown.
Una llamada?
S, del asilo de alcohlicos. Tiene una pariente all, verdad? Telefonearon para
avisar que haba sufrido una crisis.
Era demasiado para los nervios de Chris. Pero logr conservar la calma suficiente para
arrojarse sobre Jimmy y sacudir su cabeza sanguinolenta.
Despierta, Jimmy! gimi. Debemos ir ahora mismo al asilo! Mam ha tenido
una crisis!
Yo que usted lo dejara en paz opin la mujer. Ese muchacho no puede ir ni al
lavabo, si no es en camilla.
Chris no tena mucha prctica en conducir coches, pero se las arregl para llevar el
Ford hasta las puertas mismas del asilo para alcohlicos crnicos. La encargada del motel
le haba prometido ocuparse de Jimmy por la modesta suma de un dlar. Tres policas de
trfico haban apuntado su matrcula por saltarse varios semforos en rojo y girar a la
izquierda en esquinas prohibidas. Pese a todo estaba all, slo veinte minutos despus de
enterarse que la seora Parker haba sufrido una crisis.
Aquel da el grueso y calvo mdico de guardia no lea a Keats, sino a Mike Spillane.
Lo cual demuestra que era un hombre eclctico en sus lecturas. Chris se abalanz sobre l
y estuvo a punto de sacudirlo por las solapas de la bata, para arrancarlo de las pginas del
libro que sostena entre sus manos de dedos romos y cortos.
Mi ma La seora Parker ha sufrido una crisis jade la chica. Acaban de
avisarnos por telfono.
Puede ser repuso el hombre, sin abandonar del todo su novela. Quin eres t?
Soy amiga de Jimmy Brown, el muchacho que vena a visitarla. l ha sufrido un
pequeo accidente, y me pidi que viniera en su lugar.
El mdico luca un espeso bigote gris, que le colgaba sobre las comisuras de los labios.
Se alis los pelos de las puntas, meditabundo, procurando disimular la sonrisa escptica
que le brillaba en los ojos.
Esto parece una carrera de relevos musit. Jimmy viene en nombre de Tom, t
vienes en nombre de Jimmy Al parecer, sois una generacin muy solidaria. Ech una
nostlgica mirada a su libro de Spillane. Bien, la seora Parker est en el primer piso,
habitacin dieciocho. Dile al enfermero que el doctor Evergreen te ha autorizado a verla.
Es usted un ngel, doctor Evergreen dijo Chris, corriendo hacia las escaleras.
En la penumbra de la habitacin, el perfil chupado de la seora Parker respiraba con
dificultad. Sus ojos estaban absortos, clavados en el vrtice que formaban la pared y el
techo, ambos de color ocre. No se movieron cuando Chris entr a la estancia y se acerc a
la cama.
Mam Soy yo, Chris Cmo te encuentras?
La mujer no dio seas de haberla reconocido. Probablemente, ni siquiera haba
advertido su presencia. Sus labios resecos se movan de vez en cuando, como si procurara
recitar una oracin olvidada. Chris se sent en una blanca silla metlica y le tom la mano
que descansaba sobre la manta. Estaba laxa y fra, el pulso lata con lentitud. La chica
permaneci all, sin nada que decir, ligeramente desconcertada.
Record los buenos momentos pasados junto a su madre, que por cierto no haban sido
muchos. Especialmente, aquellas semanas en que haban compartido la vieja casa familiar,
luego de la muerte del viejo Ben Parker. Chris haba obtenido un permiso condicional del
juez de menores, y ambas se dedicaron a una tenaz cura antialcohlica de la seora Parker,
basada en el afecto filial y las ocupaciones domsticas. Durante un tiempo, las cosas
haban ido realmente bien. Quiz, demasiado bien. Era la primera vez que madre e hija
estaban solas y juntas, y parecan disfrutar una de la otra. Se llevaban mutuamente el
desayuno a la cama y compartan pequeos planes para el futuro. La seora Parker ya ni
siquiera se acordaba de la bebida. Haba ganado unos kilos, su tez haba rejuvenecido, y su
carcter usualmente hurao iba adquiriendo matices joviales. Chris estaba orgullosa del
cambio operado en su madre. Y era evidente que tena motivos para ello.
Todo iba bien, hasta el da en que Chris acept una invitacin para un paseo
campestre, y debi dejar a su madre varias horas sola. Cuando la chica regres, todo se
haba derrumbado: la seora Parker, totalmente borracha, sollozaba en un rincn con los
brazos llagados hasta el codo. Haba provocado un incendio en la cocina, al ir a hacerse
caf para mitigar su borrachera. Tom, que haba seguido el experimento antialcohlico con
poca confianza, fue implacable con ambas ante su fracaso. Envi a Chris de regreso a El
Pesebre y recluy a la seora Parker en un asilo. Poco despus l mismo march a
Mxico y los tres Parker nunca volvieron a verse.
Ahora, Chris reencontraba a su madre, o lo que quedaba de ella, en aquella inhspita
habitacin solitaria que ola a formol. Y tuvo la certeza de que era demasiado tarde para
casi todo.
Cmo est la enferma? dijo una voz a sus espaldas.
El doctor Evergreen haba entrado silenciosamente en algn momento de las
reflexiones de Chris. Se balanceaba ligeramente sobre los pies y conservaba su libro en la
mano, apretado contra el pecho.
Creo que bastante mal musit la muchacha.
El mdico inclin su redonda cabeza hacia la cama.
Saldr bien de sta asegur, como si de pronto hubiera recordado cul era su
profesin. Pero tiene el hgado hecho pur. No puedo garantizar lo que ocurrir la
prxima vez que alguien le deje beber medio litro de whisky.
Chris baj la cabeza. Un confuso sentimiento de culpa y de impotencia le bulla en el
pecho. Evergreen se le acerc y le puso una mano en el hombro.
Deja en paz a tu madre, Christine Parker murmur. Tal como estn las cosas,
slo conseguirs hacerle ms dao.
Ella alz la mirada y apret los pies contra el suelo, instintivamente, dispuesta a echar
a correr.
Yo, usted balbuce.
Evergreen retir la mano e hizo un gesto de abatimiento. Su papada tembl sobre el
cuello de la bata.
Leo demasiados libros para creerme esa historia de la amiga del amigo de Tom
Parker declar. No me importa las cuentas que puedas tener pendientes con la
justicia Pero djame decirte algo: mi trabajo es cuidar de estos pobres seres. No es una
tarea brillante ni agradable, pero procuro hacerla a conciencia. T y ese otro chico, llenos
de buenos sentimientos, habis estado a punto de matar a esta mujer. De modo que tengo
que pedirte que sigas tu camino. Suspir, y aadi con tristeza: Ser lo mejor para
todos.
Pero ella es mi madre implor Chris.
En cierto sentido, ya no lo es. Esta mujer vive ahora en el pasado, quizs en un
pasado irreal. A su manera, probablemente es feliz. Y eso le permite apartarse de la
bebida. Lo que no conviene es que vengas t a darle un sacudn de realidad, porque
entonces se las arreglar para reventar de alcohol
El hombre camin hasta el armarlo de la habitacin y abri una de las puertas. Haba
una botella en el estante superior.
Es coac explic el doctor Evergreen. Hace ms de tres meses que lo puse all,
y ella ni ha intentado probarlo.
Comprendo dijo Chris. Yo quisiera poder hacer algo
Entonces, vete dijo el mdico con rudeza. Y mtete esto en la cabeza: tu madre
no sobrevivira una semana fuera de aqu. Nosotros nos ocuparemos de ella. Y en cuanto a
ti, tendrs tus buenos problemas, creo.
Los tengo admiti Chris.
Se puso de pie y bes la frente seca y fra de la enferma. Luego tendi la mano al
mdico. Sus piernas apenas podan sostenerla.
Gracias, doctor, es usted un buen hombre. Su voz son dbil, y tuvo que tomar
aire antes de continuar. Le dir a ella que he venido a verla?
Se lo dir prometi el mdico. Y t me hars un favor.
Cul?
Si llegas a encontrarte con tu hermano Tom, dile que no ponga los pies por aqu.
Captulo 11
Jimmy Brown, con la cabeza vendada y la cara cubierta de esparadrapo, coma
lentamente una papilla de patatas y zanahorias. Cada vez que elevaba el brazo con la
cucharilla, un fuerte tirn le estremeca la espalda. Pero tena apetito, de modo que sigui
adelante. Slo se interrumpi cuando Chris entr en el bungalow, con el rostro plido y
demudado.
Hola, socia salud con voz cavernosa. Cmo est la seora Parker?
Descansa respondi Chris. Y tu amigo el mdico intelectual asegura que
sobrevivir. Quin te ha puesto esas vendas?
El chico cabece con una mueca de dolor y apart el plato de papilla.
La bruja de la recepcin crey que yo estaba a punto de estirar la pata.
No la culpo declar Chris, sentndose a los pies de la cama. Si hubieras visto tu
aspecto
Hum asinti Jimmy procurando guiarle su ojo semicerrado. Lo cierto es
que la mujer se llev un susto maysculo, y llam a su mdico de confianza. Demonios,
Chris, deberas haber asistido a la funcin! Me hizo sufrir como un condenado y ola a
ginebra a una milla de distancia. Derram tres veces el frasco de alcohol y casi me corta
una oreja al recortar el vendaje. Me orden tres das de reposo y papilla, y se llev mis
ltimos veinte dlares como honorarios.
A m me quedan tres declar la chica. Qu podemos hacer?
Jimmy intent nuevamente guiar el ojo, y slo logr lanzar un gemido, seguido de un
esbozo de sonrisa.
Mis manos y mis pies estn intactos inform con picarda. Puedo conducir
hasta Tonneville, si me ayudas a llegar al Ford y nos alcanza la gasolina.
Chris consider la propuesta con gesto dubitativo.
Qu haremos con la encargada del motel? Le debemos ms de quince dlares.
Crees que ella pueda competir con un Ford preparado por Joe Pistn?
Los dos se echaron a rer y a Jimmy se le desprendi el esparadrapo que llevaba en la
mejilla.
Joe Pistn era un hombre robusto y jovial, con grandes mostachos negros cuyas puntas
se unan a las largas patillas. Hubiera podido ganar buen dinero y hacer una brillante
carrera en el departamento tcnico de una gran fbrica de automviles, si a l le hubieran
interesado el dinero o las carreras brillantes. Pero la pasin de Joe era la mecnica llevada
a la categora de arte. Haba nacido en un taller y aprendido a gatear entre los motores
desarmados y carburadores en reparacin. La primera cosa que se haba llevado a la boca
fue una buja. Acostumbraba jurar a quien quera orlo que su apodo se deba a que
pistn era la primera palabra que haba pronunciado, de tanto orla en labios de su
padre. Mecnico como l y como su abuelo, el padre, ya casi octogenario, an rondaba el
destartalado y catico taller de su hijo haciendo trabajos menores y dando su opinin
cuando nadie se la peda. Tambin formaban el clan de Joe una media docena de
muchachos y chicas aficionados a los coches y las motos, que hacan el papel de
ayudantes y pilotos de pruebas. No reciban sueldo, pero a menudo disfrutaban de
alojamiento en las habitaciones superiores del viejo garaje, y siempre compartan las
sabrosas comidas de Mamie Johns. Ella era la mujer de Joe, y la nica persona a quien l
permita no saber una palabra de mecnica.
Aquella maana, Joe llevaba media hora en el foso luchando con la suspensin de un
Datsun, mientras su padre, Viejo Joe, y uno de los chicos, tensaban y retensaban los
pedales de mando de un Plymouth 1962. Aferrado a sus alicates, Joe oy un sonido
familiar que vena del exterior.
Asmate a la calle, Pa pidi, haciendo bocina con la mano grasienta. Jurara
que ese es uno de nuestros motores.
Viejo Joe levant la cabeza y escuch el ronronear con los ojos semicerrados, como un
melmano oyendo a Beethoven interpretado por Von Karajan.
Es nuestro confirm. Y te apuesto a que es un Ford.
El anciano se limpi las manos en los fondillos del mono y renque hasta el portn.
Jimmy Brown cerr la llave de contacto y se dej caer en el respaldo.
Haz sonar la bocina, Chris dijo. A m no me quedan fuerzas.
Creo que no es necesario declar ella. Alguien viene hacia aqu.
En efecto, Viejo Joe coje los dos o tres metros que le separaban del coche y se detuvo
ante l, con los brazos en jarras, aspirando el aroma que an despeda el motor caliente.
Uno de nuestros Fords, por supuesto se regocij. Luego atisb a travs del
parabrisas. Eres t, Jimmy Brown?
l mismo, abuelo. Aunque no podr reconocerme hasta dentro de dos o tres das.
Jimmy salt del coche con sorprendente agilidad y bes al anciano en ambas mejillas.
Tu cacharro suena muy bien, muchacho afirm Viejo Joe, pero t no tienes
buen aspecto.
Joe Pistn se asom al portn de su taller y se puso a saltar y bailar en medio de la
calle, como un gran gorila estimulado.
Jimmy, maldito bastardo! bram. De modo que an sobrevives?
Y esta vez de puro milagro dijo Jimmy.
Joe trot hacia l y le cogi efusivamente ambos brazos. Luego mir los vendajes que
cubran la cara del muchacho.
Por Dios, hijo! suspir. En qu guerra has estado?
En varias contest Jimmy. Pero no han podido conmigo. De modo que me dije:
Muchacho, vamos a restaar tus heridas en el sucio garaje de Joe Pistn, si es que an no
ha volado por los aires.
Estupendo! aprob Joe. Has tenido una idea excelente. Luego se volvi
hacia su padre. Pa, ve a decirle a Mamie Johns que ponga un plato ms en la mesa
Se detuvo, al advertir la silueta de Chris en el interior del Ford. O debern ser dos
platos?
He trado a una amiga explic Jimmy. Ella no tiene dnde parar y
Vale, vale, sern dos platos musit Viejo Joe, yendo hacia la parte trasera del
edificio.
Joe Pistn volvi a rer y ensortij con su mano el pelo de Jimmy por sobre las vendas,
dejndole retazos de grasa.
Anda, chico dijo. Presntame a la damita.
Chris haba bajado del coche y el mecnico recorri su figura sin disimulo. Ella le
tendi la mano abiertamente.
Hola, Joe, soy Chris Parker. Me alegro de conocerlo, Jimmy me ha hablado mucho
de usted.
Y t me has dejado sin habla, chiquita silb Joe. Luego se volvi hacia Jimmy,
jovial. He de comprobar esas habladuras sobre ti, mueco declar. Los mejores
galanes de estos contornos te envidiaran esta mercanca.
Slo somos amigos musit Jimmy, fiel a sus principios.
De acuerdo resopl Joe. Pero igualmente te envidiaran.
Luego pas uno de sus brazos sobre los hombros de Jimmy y con otro enlaz con
naturalidad la cintura de Chris.
Vamos! propuso. Os mostrar mi laboratorio y echaron a caminar hacia el
taller. Sabes, Jimmy? Estamos preparando un Plymouth para correrlo el domingo en
Colton.
Colton? dijo Chris. Me gustara conocer esa ciudad.
Durante media hora, Chris permaneci con las piernas colgando sobre el foso,
mientras all abajo Joe le explicaba a Jimmy sus problemas con la suspensin del Datsun.
La chica no entenda una palabra y su estmago comenzaba a sentir hambre. Entonces vio
un par de zapatos y las perneras de un mono ante ella. El joven ayudante de Joe se
inclinaba hacia el foso, como si ella no existiera.
Oye, Joe. No hay forma de ajustar el recorrido de los frenos del Plymouth. Cuando
parece que lo tengo a punto, vuelve a desmadejarse.
El rostro sonriente de Joe Pistn asom por debajo del eje delantero.
Djalo ya, Derek. Lo revisaremos por la tarde. Joe cogi a Jimmy por el cuello y
lo condujo a la luz. Esta montaa de esparadrapo es Jimmy Brown, un conductor casi
tan bueno como t. Se volvi hacia Jimmy. Derek correr el Plymouth el domingo
inform. Es un poco quisquilloso, pero tiene manos de seda y ms cojones que todos los
fantoches esos de Indianpolis.
Chris decidi no ruborizarse por el rudo lenguaje del personal, y esper a que alguien
se acordara de su existencia.
Hola, Derek dijo Jimmy.
Hola dijo Derek.
sta es Chris Parker, una amiga dijo Jimmy.
Ella pens que era el momento indicado para alzar la mirada y sonrer.
Hola dijo, imitando el estilo de la casa.
Derek retrocedi un paso y amag tras la espalda sus manos manchadas de grasa.
Bienvenida, Chris farfull con timidez.
Chris abri la boca, pero su cerebro haba cesado la transmisin, ante el par de ojos
negros ms impactantes de la ltima dcada. Con grasa y todo, aquello era un hombre de
pies a cabeza. Un nuevo y antiguo sentimiento aceler su corazn, que saltaba del
estmago a la garganta a golpes enloquecidos.
Gracias, Derek se oy por fin, desde su rbita en el espacio sideral.
Baj los prpados con esfuerzo, como si se colgara de ellos, logrando apartar la mirada
de los ojos del muchacho. Por un instante, el taller permaneci en un respetuoso silencio
ante lo desconocido. Luego Joe Pistn salt gilmente fuera del foso.
Hala, chicos! clam. Vamos a comer! A Mamie Johns no le gusta esperar.
La cocina de Mamie pareca un sitio tan desordenado y creativo como el taller de Joe.
Era lo bastante espaciosa como para que todos comieran all juntos, en torno a una gran
mesa rectangular. De modo que la sopa de cebollas y el guisado de ternera pasaron
directamente de las ollas a los platos, sin la inoportuna intervencin de fuentes o platos de
servir. El propio aroma de la coccin impregnaba el recinto y envolva amorosamente a los
comensales. A los que Chris ya conoca, se aadieron otros dos ayudantes, recin
llegados de probar sendas motos en la carretera: un chico gordezuelo llamado Pinkie y una
muchacha opulenta de ojos verdes que se apodaba Tormenta. Ni ms ni menos. Pese al
hechizo embriagador del guisado de Mamie Johns, Cris pudo advertir que Tormenta
atenda al impasible Derek con una clida y pertinaz solicitud. No se puede estar celosa
de lo que no existe, se dijo, muerta de celos.
Por la tarde, Joe pidi a todos que subieran al Datsun, a fin de poner a prueba la
bendita suspensin. El mecnico sac el coche del garaje, y Mamie se sent muy
satisfecha a su lado. Pese a la profesin de su esposo, no tena muchas oportunidades de
dar paseos en auto. Los cuatro chicos se apretujaron en el asiento trasero. Jimmy, pese a
sus heridas y su cansancio, pareca inmensamente feliz de estar all e intercambiaba
comentarios tcnicos con Joe mientras el Datsun rodaba hacia las afueras de la ciudad.
Tomaremos el viejo camino del lago anunci Joe Pistn. No hay otro peor en
todo el distrito. Veremos qu tal se portan esos nuevos muelles helicoidales.
Iremos a Lago Geroe? pregunt Chris.
Es un lugar muy bonito dijo plcidamente Mamie Johns. Te gustar el paisaje,
Chris, ya lo vers.
He odo hablar de l explic la chica.
Aqu est el antiguo camino anunci Joe, tomando una senda a la derecha de la
carretera. Hace unos aos slo algunos pescadores de truchas se acercaban al lago, pero
cuando comenzaron a hacerse los festivales de rock, la Cmara de Comercio de Colton
consigui que el estado construyera una nueva carretera.
Eso perjudic a Tonneville? pregunt Chris, con razonable inters.
Joe emiti una risa sorda.
Depende de lo que pienses del pblico que asiste al festival dijo, haciendo un
guio a la chica por el espejo retrovisor.
Oh, vamos, Joe protest Pinkie con su voz aniada, no te hagas el caverncola.
T mismo has asistido a casi todos los festivales.
Es verdad admiti el mecnico, slo estaba bromeando.
Chris contempl fascinada el panorama que de pronto se presentaba ante ellos. El
Datsun recorra un inmenso prado en forma de anfiteatro que descenda suavemente hacia
las orillas de un lago quieto y azul. Del otro lado, una cadena de altas montaas reflejaba
sus picos sobre la superficie del agua.
Jimmy Brown se inclin hacia ella:
Te imaginas este sitio cubierto de miles y miles de chicos y chicas, con Linda
Ronstad cantando al borde del lago?
Debe ser impresionante suspir Chris.
Lo es dijo Tormenta, apretndose an ms contra Derek. Y por la noche
duermes bajo las estrellas, abrazada a algn chico guapo, mientras algn guitarrista
alucinado le pone magia al asunto
Vamos, Tormenta refunfu Joe, no hables de ese modo delante de Mamie
Johns.
Djala, Joe sonri la mujer. O te olvidas que de jvenes me has trado a este
prado ms de una vez?
Los chicos se sumaron a las risotadas de Mamie, que se golpeaba jovialmente los
gruesos muslos. Joe resopl y decidi sumarse a la fiesta:
En aquellos tiempos dijo, mordindose el bigote, nosotros no necesitbamos
tanta musiquera para pasarlo bien.
Vaya con el oso lleno de grasa! susurr Tormenta. De modo que te las traas
al lago, eh?
Joe volvi a resoplar, con los ojillos encendidos de picarda, al tiempo que detena el
coche junto a un bosquecillo de conferas.
Descansaremos un rato anunci. Cmo has notado la suspensin trasera,
Jimmy?
Como si viajara en un avin declar l.
Hum Mejor as dijo Joe, halagado. De todas formas, esta noche revisaremos
el amortiguador izquierdo.
Bajaron del auto, y Mamie Johns extrajo una gran cesta del maletero. Luego distribuy
bocadillos de jamn y latas de Coca-Cola. Chris no senta apetito. Una indefinible desazn
haba anidado dentro de ella, desde que haba advertido la forma en que Tormenta
actuaba con Derek. Te ests comportando como una tonta sentimental se dijo. Esos
chicos tienen aqu su vida, y t slo ests de paso. Te gusta Derek, es cierto, pero no tienes
derecho a inmiscuirte en sus asuntos. Has pasado demasiado tiempo entre las chicas de El
Pesebre y luego entre los homosexuales del Narcisus. Es posible que cualquier chico
bien parecido te hubiera causado el mismo efecto; y encontrars otros en cada curva del
camino.
Mientras se haca estos reproches, Chris se haba internado en el bosquecillo,
envolvindose en su ambiente hmedo y dulzn, que ola a resina y a tierra mojada. Junto
a la orilla, haba un inmenso tronco cado, cubierto de musgo. La parte superior se
sumerga en el lago de aguas traslcidas, y semejaba el mstil arbolado de un antiguo
naufragio. Un cardumen de minsculos peces olisqueaba la corteza. Chris se sent en el
tronco y roz la lmpida superficie con los dedos. Los pececillos, alertas y huidizos,
desaparecieron en todas direcciones. Un cangrejo curioso asom prudentemente sus pinzas
entre las piedras del fondo. Luego volvi a esconderse.
Has descubierto mi refugio dijo alguien. Chris se sobresalt.
La silueta alta y magra de Derek se recortaba entre los pinos. Chris pens que ese era
el momento adecuado para que ella dijera algo agradable e ingenioso. Pero sus labios se
negaban a separarse. Todo lo que consigui fue no caerse de espaldas en el lago y
recomponer sus msculos faciales en una sonrisa trmula. El chico se acerc y cogi una
piedra de la orilla. La sopes un instante y luego la arroj con fuerza hacia el centro del
lago. Su mirada qued fija en las suaves ondas concntricas.
Suelo venir a menudo a este sitio, y sentarme en ese mismo tronco explic.
Cuando estoy triste, o confundido, me refugio en la paz de este lugar y converso un poco
conmigo mismo, para aclararme.
Comprendo dijo Chris, recuperando con dificultad el don del habla. Todos
necesitaramos tener un rincn escondido a la orilla de un lago.
Es un buen consuelo para solitarios murmur Derek.
Chris lo mir de frente, por primera vez. Senta que era un momento especial y frgil,
como si los dos flotaran envueltos en una burbuja de jabn.
Y esta vez balbuce. Has venido porque estabas triste?
El chico ri y baj la cabeza. El mechn de pelo oscuro cay sobre su frente, dndole
un aire infantil.
No, Chris, nada de eso dijo con gravedad. Llegu hasta aqu siguiendo tus
pasos.
Una msica de violines comenz a sonar en alguna parte de dentro de ella, mientras un
ballet de lucecitas de colores danzaba en su cabeza. Se dijo que si lograba mantener el
corazn en su sitio y no perder el conocimiento, podra seguir disfrutando del momento
ms delicioso que haba vivido en muchos aos. Para eso necesitaba oxgeno, y tom una
buena bocanada de aire antes de preguntar:
Me has seguido? Pero por qu? musit, y remat la pregunta con ingenuo y
ansioso parpadeo.
Porque me interesas. Chris declar l sin rodeos.
Eso fue lo que se llama un buen directo a la mandbula. Chris baj la guardia,
atontada, y l acort distancia sentndose a su lado. Con un gesto casual, tom una mano
de ella entre las suyas. Eran manos clidas y firmes.
Hay algo en tu forma de ser prosigui. Algo desprotegido y misterioso al
mismo tiempo, como si lo mejor de ti permaneciera oculto a los dems. Algo que atrae
y tambin da miedo.
yelo bien, amiguita se program Chris, entre nubes, el fascinante Derek est
hablando de ti y abrindote su corazn. Disfrtalo, y nunca vuelvas a preguntarte si has
hecho bien huyendo de El Pesebre.
Movi lentamente los dedos prisioneros, rozando con las yemas la palma de la mano
de Derek. l respondi con una suave presin.
Los rostros estaban muy cerca, y ella tuvo la certeza de que si levantaba el suyo, el
chico la besara. Decidi demorar un poco ese instante.
An no logro recuperarme de la sorpresa confes, con la mirada fija en la gruta
del cangrejo. Yo pens que Tormenta y t En fin, que preferas estar junto a ella.
Derek separ una de las manos y le tom la barbilla, obligndola a levantar la cabeza.
Los ojos de ella quedaron a escasos centmetros de las dulces e hipnticas pupilas del
chico.
Tormenta es una buena chica dijo l. Somos amigos, pero ella no significa
nada para m. Ni yo para ella, salvo por el hecho de llevar pantalones. Contigo es
distinto
Los labios del chico se posaron levemente sobre su mejilla, muy cerca de la oreja.
Chris se estremeci y un cosquilleo eriz todo su cuerpo, hasta la punta de los pies.
Derek
Entonces la burbuja que los cobijaba estall en mil pedazos, a causa de unos gritos que
llegaban del bosquecillo:
Derek, muchacho! Dnde diablos te has metido? Hace horas que te busco!
Joe Pistn emergi entre los pinos y se acerc a ellos, chapoteando en los charcos de la
orilla. El chico se apart de Chris, pero mantuvo su mano sobre la de ella.
Estamos aqu, Joe. Qu ocurre?
Tengo una idea para los frenos del Plymouth anunci. Modificaremos el
mando hidrulico!
Derek se puso de pie, abandonando la mano de Chris.
Modificar el mando? repiti con voz anhelante. Cmo lo haras?
Dio una zancada sobre el tronco cado y se acerc a Joe. ste lanz en el aire los dedos
eternamente manchados de grasa, para ilustrar sus ideas:
Has visto esas dos cnulas que se cruzan? Pues bien
Se alejaron los dos, discutiendo y agitando los brazos, como si no hubiera nada ms
importante en el mundo que el sistema de frenos del Plymouth.
Chris, furiosa, dio una patada a la piedra del cangrejo, empapndose el zapato y la
pernera del pantaln. Haba descubierto que tena un rival mucho ms peligroso que
aquella chica a la que llamaban Tormenta.
Captulo 12
El circuito de la explanada de Colton era una de las pistas favoritas para las carreras
irregulares de automviles que se celebraban a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
Estas competiciones no tenan homologacin oficial, ni siquiera permiso municipal, pero
reunan un buen nmero de pblico en torno a los viejos coches preparados por
excelentes mecnicos al estilo de Joe Pistn y conducidos por jvenes marginales que
arriesgaban su vida por el simple atractivo de la velocidad y el triunfo. Se trataba de algo
as como una contra-Indianpolis, donde cacharros rodantes de aspecto absurdo
desarrollaban velocidades increbles sobre viejos caminos de tierra, sin la ms mnima
medida de seguridad.
Lo nico que Colton tena en comn con el gran circo automovilstico de Indiana eran
los vendedores ambulantes de frankfurts y Coca-Cola. Desde las primeras horas de aquel
domingo, los carritos humeantes y los triciclos frigorficos con el emblema rojo y blanco
de la gaseosa de Amrica, recorran la explanada entre aquel pblico que poco a poco iba
acomodndose en los bordes del circuito.
Quieres un frankfurt, Chris? ofreci Jimmy Brown.
No, por Dios! implor la chica. Acabamos de tomar uno de esos
pantagrulicos desayunos de Mamie Johns. An tengo los huevos con tocino en la boca
del estmago.
Yo tomar uno pequeo, sin mostaza dijo Jimmy, acercndose al carrito. Estas
competiciones me despiertan el apetito.
Y que lo digas! ri Chis. Celebro que no seas t quien deba conducir el
Plymouth de Joe. Derek slo ha tomado un t y tostadas con miel.
Derek, Derek, Derek! estall Jimmy. Puedo conducir tan bien como l, con los
pies atados y un frankfurt en cada mano.
Ella se detuvo y lo mir. Se haba quitado los esparadrapos, pero en su rostro an
quedaban huellas de la paliza que le propinaron los gorilas de Menfis. Tena un ojo algo
ms cerrado que el otro, lo cual le otorgaba una expresin de cachorro desvalido. La chica
le ech los brazos al cuello, aplastando el frankfurt contra su camisa.
Mi querido Jimmy murmur. Ests celoso?
El muchacho inclin la cabeza hacia atrs, y consider por un momento la pregunta.
No solt por fin. Ya sabes cmo soy. T seguirs siendo siempre mi amiga, por
ms que un chico bonito de ojos tristes te caliente el seso, por no decirlo con equis.
Y entonces?
Jimmy hinc un nuevo mordisco al frankfurt y arroj el resto a la papelera. Luego se
dedic a una masticacin reflexiva, al estilo rumiante.
Es Joe dijo para s mismo. Nunca confi del todo en m, y ahora ha encontrado
en Derek a alguien con quien reemplazarme. Ya lo ves, es Derek quien estar sentado hoy
en el Plymouth.
Eres absurdo! dijo Chris. Derek ha estado trabajando en ese coche con Joe
mientras t estabas en el Narcisus. No puedes pretender que al da siguiente de llegar te
ceda el sitio!
Es l quien usurp mi sitio! grit desaforado Jimmy. Joe jams hubiera debido
dar su coche a otro en una carrera importante, estando yo disponible.
Pues lo ha hecho resopl Chris. Sus razones tendr.
Claro que las tiene dijo Jimmy, descontrolado. Djame decirte cules son sus
razones: l es un maldito oso prejuicioso y se le caa la cara de vergenza por presentar un
piloto homosexual. As de simple! Ahora est feliz porque puede sentar un machito en su
auto, aunque no sepa distinguir el freno del embrague.
Ella gir sobre s misma y se enfrent a Jimmy, cortndole el paso.
Ests loco y eres injusto, Jimmy pronunci silabeando y mirndole a los ojos.
Joe Pistn es un tipo abierto que no da importancia a esas cosas. Y te estima ms de lo que
t ests dispuesto a reconocer.
S, claro se revolvi l, es un tipo muy abierto en todo lo que no tenga que ver
con l mismo, sus autos o su mujer. T misma oste cmo ri a Tormenta porque hizo
alusiones sexuales delante de Mamie Johns.
S. Y tambin o cmo l rea con todos nosotros cuando Mamie record sus
revolcones prematrimoniales en el prado de Lago Geroe. Llamas t a eso un to con
prejuicios? Es machista un hombre que te recibe con besos y abrazos cuando llegas a
casa? Te desprecia como piloto, y presenta a Derek como a un conductor casi tan bueno
como t? Los ojos de Chris lanzaban chispas y sus manos aferraban las solapas de
Jimmy. Qu pretendas, pedazo de egocntrico? bram. Que diera una patada a
Derek porque t te habas presentado al ltimo momento, cojeando y con la cara cubierta
de vendas? Ha habido otras carreras mientras t estabas en el Narcisus, y no te molest
que otros pilotaran los coches de Joe. Si ahora quieres tu antiguo puesto, todo lo que tienes
que hacer es esforzarte por recuperarlo. Pero por este camino, no conseguirs siquiera que
l te preste una bicicleta para hacer las compras en el mercado.
Jimmy hizo un ruido que se pareca a un quejido y se sent en una caja de latas de
carburantes.
Has hecho todo un seor discurso, mueca murmur. Y quiz tengas razn. A
veces confundo las cosas. Sabes por qu? Porque lo nico que s hacer bien en la vida es
conducir automviles, y para eso dependo de Joe.
Y l depende de ti, porque sabe que eres el mejor asegur Chris, acaricindole la
frente. Qu tal si vamos a echarle una mano a ese principiante de Derek? Le har bien
saber que t ests cerca. Y, por Dios, Jimmy, que te vea sonrer.
Ambos se dirigieron, abrazados, hacia los boxes improvisados en un viejo corral de
ordear vacas. El Plymouth 62 de Joe Pistn refulga al sol, junto a un Mercury, un
Pontiac, y un autntico Alfa-Romeo llegado de California, que era el favorito de los
apostadores clandestinos. El lmite de la competicin estaba en la cilindrada, y en que los
coches tuvieran por lo menos quince aos de edad.
Joe conversaba con un joven ingeniero mecnico de Detroit, que buscaba talentos
para su empresa, mientras Pinkie revisaba el circuito elctrico del Plymouth, y
Tormenta coqueteaba con un periodista de Nueva York, que estaba escribiendo un libro
sobre el ambiente de las carreras irregulares. Un viejo casco protector abollado en la frente
era lo nico que distingua a Derek del resto de las personas que pululaban en torno a los
autos, hablando en voz alta y saludndose como viejos amigos. El chico estaba apoyado
en el maletero de su coche, con aire ausente y reconcentrado.
Jimmy! exclam Joe, abandonando con alivio al cazador de mecnicos. Los
del Mercury han trado esos nuevos neumticos de la Dunlop. Me gustara conocer tu
opinin.
Los nuestros irn bien en este circuito, Joe declar el chico. Dan mejor
resultado en las curvas de tierra.
Eso es lo que yo pensaba declar Joe, dndole palmadas al hombro. Quieres
echarle una ojeada al distribuidor? Apenas quedan quince minutos para la largada.
Chris hizo un guio de solidaridad a Jimmy y se desprendi de su abrazo. Rodeando
lentamente el Plymouth, se aproxim al sitio donde Derek se aprestaba en silencio a su
prueba de fuego.
Hola, forastera murmur l.
Hola, piloto dijo ella. Cmo te encuentras?
Deseando que todo hubiera terminado ya.
Ganars predijo Chris. Estoy segura de ello.
No es eso lo que me preocupa
Por un instante, ella intuy la mezcla de miedo, impotencia y tensin que precede a los
momentos decisivos.
Quieres estar solo? pregunt.
S admiti Derek. Pero me gustar verte en la lnea de llegada.
Ella lo bes impulsivamente en la nariz, que era lo nico que el casco protector dejaba
al descubierto. Despus ech una mirada a su alrededor. Todos tenan algo que hacer en
esos minutos iniciales. Incluso Tormenta, que comprobaba la presin de los neumticos.
Aquel mundo querido pero ajeno haba entrado en ebullicin, y nadie tena tiempo para
Chris Parker. Decidi guardar distancias, dar un paseo entre la gente, para calmar su
intranquilidad.
Aquello no era, por cierto, Indianpolis, pero una considerable cantidad de pblico se
haba congregado en la explanada, derramndose en los bordes de las curvas y junto a la
lnea de salida. No haba altavoces ni carteles indicadores, lo cual obligaba a la gente a
una mayor atencin para detectar el momento de la partida. Sumergida entre rostros
expectantes y oyendo retazos de comentarios, Chris se dirigi hacia una pequea colina,
que Jimmy le haba recomendado como el mejor sitio para ver la carrera.
Se sent all arriba, acuclillada sobre la hierba, junto a un grupo de jvenes expertos
que discutan a viva voz las virtudes de uno u otro de los competidores. Alguien, en
alguna parte, tocaba un blues en el clarinete y el aire estaba poblado de jirones de risas y
palabras, sobre el fondo sordo del ronronear de los motores. Los coches comenzaron a
desplazarse lentamente hacia la parrilla de salida, produciendo un rumor expectativo entre
la multitud y luego un vasto silencio ceremonial. Chris sinti el corazn oprimido y un
escozor en torno a los ojos. Aprovechando el clima ritual, envi una breve oracin hacia el
cielo plido y sin nubes, pidiendo que Derek no sufriera dao alguno y, si Alguien se
senta benvolo, le ayudara a ganar la carrera.
Chris Parker! Eres realmente t?
No poda ser que se tratara de aquella voz en aquel momento. O tal vez s, despus de
todo el sitio era Colton. Chris volvi la cabeza, incrdula.
En efecto, la inconfundible figura de Josie trepaba por la colina, enfundada en un
ceido mono color plata. Chris dio un salto y corri hacia su amiga. Se abrazaron y
chillaron girando en redondo, besndose, revolvindose el pelo, apretndose para mirarse
y volvindose a abrazar.
Saba que vendras, Chris!
Ests estupenda, Josie!
Un gordo con visera de la Shell, tumbado en el suelo, les hizo seas de que se
apartaran.
El espectculo es all abajo, ricuras gru.
Las chicas rieron y se dejaron caer sobre la hierba, cogidas de las manos. Los
expresivos ojos de Josie brillaban de alegra y Chris haca visibles esfuerzos para no
echarse a llorar de emocin.
Cuntamelo todo pidi la mulata. Lo que pas con Menfis, cmo has llegado
hasta aqu, qu proyectos tienes Absolutamente todo!
Chris se tom un instante para recuperar el aliento y luego hizo a su amiga un guio de
complicidad.
Ves aquel Plymouth azul en medio de la pista? El chico que lo conduce me ha
sorbido el seso.
A ti? Josie lanz una risa cristalina. Eso s que resulta increble!
Pues es verdad buf Chris. Cada vez que me mira me tiemblan las piernas.
Es un sntoma infalible declar la otra. Ya habis probado el fruto prohibido?
Chris baj los ojos y mene la cabeza.
An no confes, con un escalofro. No olvides que soy puritana y romntica,
necesito un poco de tiempo.
Josie, conmovida, le acarici la mejilla.
No esperes demasiado aconsej. Estos chicos viven a doscientos por hora, y es
muy probable que tengan razn. Cmo lo conociste?
En Tonneville, con otros amigos. De algn modo, formo parte de la pandilla de Joe
Pistn. Sabes quin es?
Todo el mundo sabe quin es Joe Pistn declar Josie.
Pues estoy viviendo en un piso anexo a su taller.
Josie lanz un silbido admirativo.
Has progresado mucho, cario afirm. Ya no necesitas de mi tutela. Y qu ha
sido de Moco?
Despus hablaremos de eso musit Chris, desviando la mirada hacia el circuito.
En ese momento, el hombrecillo vestido de verde que haca las veces de juez baj su
colorida bandera a cuadros. El pblico emiti una exclamacin ahogada y plural, al tiempo
que los cuatro coches saltaban hacia adelante rugiendo y quemando gasolina en un
denodado sprint. El Alfa Romeo tom fcilmente la delantera en la recta, seguido del
Mercury que levantaba un tornado de polvo con sus nuevos neumticos. Ms atrs, Derek
y el gran Pontiac blanco disputaban por milmetros el tercer puesto.
Ante la primera curva, muy cerrada, el Alfa Romeo hizo una mala maniobra y el
Mercury pas al primer puesto, con el coche italiano pisndole los talones en la breve
recta en diagonal. Los otros dos autos seguan emparejados, a buena distancia de los
punteros. En la siguiente curva, el Mercury gan un poco ms de distancia y pas
claramente a comandar el grupo. Se hizo evidente que el Alfa Romeo era demasiado coche
para ese circuito y que su conductor no lograba dominarlo. En la larga recta siguiente, el
Plymouth de Joe Pistn adelant al pesado Pontiac y ocup el tercer puesto. Los
entendidos se dijeron que eso era todo lo que Derek podra hacer con la mquina que
conduca. El duelo pareca definido entre el gil Mercury conducido por un sagaz y
veterano piloto de Chicago, y el veloz Alfa Romeo, que pese a no estar en buenas manos
era el ms rpido en las rectas.
No entiendo mucho de esto susurr Josie al odo de Chris, pero creo que tu
amor no tiene grandes probabilidades de llevarse el premio.
Me basta con que termine sano y salvo dijo Chris, con el corazn acelerado. Ya
sabr yo cmo consolarlo.
Te desconozco, nena declar la mulata. Y debo reconocer que has adelantado.
Chris alz la vista. Un hombre vestido con un terno gis claro y una notoria corbata de
colores vivos se haba plantado frente a ellas. Tendra unos treinta aos y era muy bien
parecido, aunque haba algo huidizo y procaz en su mirada. Traa en las manos dos latas
de Coca-Cola.
Me has dejado plantado, cario murmur, dirigindose a Josie. Y eso no me
hace gracia.
Disculpa, Sonny dijo ella, sumisa. Es que acabo de encontrar a una vieja amiga
hizo un gesto hacia Chris. Chris Parker, Sonny Clemente.
Hola mascull Sonny. Hacedme un poco de sitio.
Chris prefiri no contestar. Josie siempre se las arreglaba para liarse con tipos guapos e
imbciles, pero ste pareca pasar de la raya en ambos aspectos.
Cmo han ido tus apuestas? pregunt Josie, con forzada naturalidad.
Estupendo fanfarrone el hombre. Estos campesinos me tomaron mil dlares
tres a uno. Ellos por el Plymouth y yo por el Mercury. Esta noche cenaremos a lo grande,
pequea!
Lo veremos refunfu Chris, con ms rabia que conviccin.
Los coches entraron en la ltima parte del circuito, un recorrido en zig-zag con varios
cambios de rasante. El hbil conductor del Mercury hizo una buena demostracin de sus
aptitudes, pero sus neumticos patinaban peligrosamente en las zonas donde la tierra de la
pista estaba hmeda. El Alfa Romeo redujo la velocidad, maniobrando con cuidado en ese
difcil tramo. Derek, por su parte, dio una clase magistral: sin pisar el freno, condujo al
Plymouth con impresionante suavidad, trabajando con los cambios en el momento exacto
y dando precisos y leves golpes de volante. Un aplauso espontneo brot entre el pblico
cuando al entrar en la ltima curva logr lamer la cola del Alfa Romeo.
Las cinco vueltas siguientes parecieron copiadas matemticamente: el Mercury
mantuvo la punta, el Alfa Romeo se forzaba en las rectas sin conseguir alcanzarlo, Derek
luca su pericia en la zona de zig-zag, sin llegar a pasar al italiano, y el Pontiac vena
detrs, haciendo buena letra y procurando terminar la carrera dignamente. Las novedades
se produjeron en la sexta vuelta: el Alfa Romeo comenz a largar humo en la diagonal, y
el Plymouth de Joe lo pas limpiamente en la curva siguiente. Chris dio un salto y lanz
un alarido. Derek pareca un ngel iluminado. En la prolongada recta opuesta a la colina,
se aproxim al lder centmetro a centmetro. Los dos coches entraron al zig-zag casi
igualados, trepando una leve cuesta. Chris atisb el rostro de Sonny Clemente. l, como
los otros miles de espectadores, observaba la pista alelado. Hubo una distraccin cuando el
Pontiac blanco super con digno esfuerzo al Alfa Romeo reventado, produciendo un
tmido clamor en sus escasos partidarios. Adelante, Derek y el Mercury disputaban el
tramo ms difcil, en un alarde de conduccin casi sinfnico.
De pronto, los gruesos neumticos del Mercury patinaron al entrar en una zona
fangosa. El coche se bambole y el conductor logr enderezarlo cruzndolo sobre la pista,
en busca de la parte interna, donde no haba pblico. El Plymouth que vena detrs hizo un
trompo espectacular, roz el costado de su antagonista y salt por el aire. Dio una vuelta
de campana y cay pesadamente en medio del circuito, con las ruedas hacia arriba.
Todo lo que pens Chris fue que Derek estaba dentro.
Captulo 13
Joe Pistn y Jimmy fueron los primeros en llegar junto al coche accidentado, aun a
riesgo de ser atropellados por el Pontiac, cuyo conductor an no haba atinado a detenerse.
El chico llevaba un extintor y cubri con chorros de espuma el depsito de gasolina,
mientras Joe se inclinaba hacia el interior de la cabina invertida del Plymouth. Derek
colgaba cabeza abajo en su asiento, sostenido por los cinturones de seguridad. Tena el
rostro gris y los ojos cerrados.
El juez vestido de verde y el piloto del Mercury, que haba salido ileso, se afanaban
por contener al pblico que pugnaba por acercarse.
Atrs, atrs! gritaba el juez. Ese coche puede estallar y no queremos ms
vctimas!
El piloto y algunos voluntarios haban formado una barrera humana, tomndose de los
brazos, para contener a los espectadores ms exaltados. Chris lleg hasta all, jadeante,
con expresin aterrada y el rostro cubierto de lgrimas.
Djenme pasar! chill. Soy amiga de Derek! Debo verlo!
Todos somos amigos de Derek, nena dijo el otro piloto con gravedad. Si de
veras quieres ayudarlo, qudate aqu y no armes ms alboroto.
Chris lanz un bufido desesperado y se dej caer de rodillas. Antes de que el hombre
advirtiera su intencin, haba pasado a gatas entre sus piernas y corra a travs de la pista.
En varios saltos estuvo junto a Joe Pistn, que permaneca acuclillado ante la ventanilla
del Plymouth. Al ver el rostro lvido e inerte de Derek, la chica se ovill contra el cuerpo
del mecnico, encogida de espanto.
Derek musit. Est?
Respira respondi Joe. Lo he comprobado.
Y piensas dejarlo ah?
Hasta que llegue la ambulancia. Sera arriesgado moverlo.
En ese instante, el chico abri un ojo y lo fij en el hombre. Luego parpade y se pas
la lengua por los labios.
Maldito bastardo dijo en voz alta y clara. Tu condenada idea de modificar el
mando hidrulico. Los frenos no funcionaron.
Joe abri la boca, se rasc la cabeza y mir a Chris, que comenzaba a sonrer entre las
lgrimas.
La idea era buena, Derek se justific titubeante. Quiz necesite un poco ms
de tiempo
Derek produjo un chasquido de decepcin.
Hubiramos ganado esta carrera, Joe afirm.
Ganaremos la prxima prometi Joe, echndose hacia atrs y golpendose las
rodillas con las manos abiertas.
Chris aprovech para asomarse a la ventanilla.
Hola, piloto dijo con voz quebrada.
Hola, forastera.
Ests bien?
Todo lo bien que se puede estar colgado como un cerdo en el matadero. Diles a esos
patosos que me saquen de aqu.
Joe Pistn ri torvamente y se puso de pie.
Eh, Jimmy! llam. Ven a echarme una mano!
La chica se hizo a un lado, mientras sus amigos desataban el cinturn de seguridad y
luego, con extremo cuidado, sacaban a Derek a travs de la ventanilla. El pblico
contemplaba la operacin silencioso e inmvil, sin que fuera ya necesaria la barrera
humana. Joe Pistn pas sus brazos por debajo de las axilas de Derek y lo iz como si se
tratara de un nio. Luego, suavemente, lo recost de pie contra la carrocera volcada del
Plymouth. Derek cerr los ojos y por un instante pareci que iba a caer desvanecido. Pero
se repuso y comenz a palparse el torso y las piernas. Se separ del coche y dio dos o tres
pasos. La gente prorrumpi en gritos y aplausos. Derek levant un brazo para saludar,
sonriente. Chris corri hacia l, y detrs de ella lo hicieron Joe, Jimmy, y todos los dems.
Lo felicitaban, lo tocaban, hacan comentarios entre s, arremolinndose en torno al joven
piloto redivivo.
Derek se acerc al conductor del Mercury, un muchacho rubio y desgarbado, y ambos
se confundieron en un estrecho abrazo.
Siento lo ocurrido, Derek dijo el otro. Deb abandonar la carrera al ver que los
nuevos neumticos resbalaban en el fango.
Todos corremos para ganar, Leo contest Derek. T actuaste correctamente, al
maniobrar para no lanzarte sobre los espectadores. La culpa ha sido ma; comet un error
de clculo.
Leo asinti.
Lo importante es que has salido entero afirm.
Nos veremos en la prxima augur Derek, entre aplausos para ambos.
Chris, conmovida y orgullosa, dio un codazo en las costillas de Joe, que se encontraba
a su lado.
No puedes negar que Derek es todo un caballero le dijo. Ni siquiera mencion
tu fallo con los frenos.
Joe la mir pensativo y se pellizc el labio inferior con los dientes.
No hubo tal fallo en los frenos murmur. Luego le dio la espalda y se alej con
sus graves pasos de pato.
Entre varios hombres volvieron el Plymouth a la posicin normal, sobre sus cuatro
ruedas. Derek insisti en sentarse al volante y puso en marcha el motor. Entonces se oy
en los bordes de la explanada el aullido agudo de una sirena. Una blanca ambulancia
avanzaba raudamente, seguida por dos brillantes coches patrulla de la polica.
Hay que irse, amigos! bram Joe Pistn. Esos chicos de azul pueden
arruinarnos el da.
Antes de que terminara de hablar, ya los pilotos clandestinos y sus mecnicos corran
hacia sus autos. El propio Joe se zambull en el Plymouth y Derek arranc describiendo
una curva cerrada. Jimmy cogi el brazo de Chris y lo sacudi con fuerza.
Ven, mueca, corramos! orden. Tengo el Datsun all atrs.
Protegidos por los espectadores, que obstaculizaban el paso de la polica haciendo
como que paseaban, los protagonistas de la carrera huyeron en distintas direcciones.
Jimmy hizo trepar el Datsun a la colina y sigui un largo trecho a campo traviesa, hasta
tomar una huella lodosa que se perda en el horizonte.
Por aqu llegaremos a Tonneville anunci. No te importa dar un pequeo
rodeo?
Chris no respondi. Una idea daba vueltas y vueltas en su cabeza. Haba algo que no
encajaba en lo que haba ocurrido aquella tarde.
Jimmy dijo por fin. Crees que hubo un fallo en los frenos del Plymouth?
El chico le ech una mirada fugaz y volvi su atencin al camino.
Un fallo en los frenos? repiti con cierto asombro. No, no lo creo. Ms bien al
contrario.
Qu quieres decir?
La nuez de Jimmy baj y subi dos veces. Despus su atencin se distrajo para hacer
entrar al Datsun en la carretera pavimentada que llevaba a Tonneville.
Mira, linda, un accidente es un accidente. Y no tiene sentido darle ms vueltas.
Slo te pido que me expliques eso de los frenos lo acos ella.
De acuerdo, te lo explicar: los frenos funcionaron y ese fue el problema. Derek
tena espacio suficiente para esquivar al Mercury utilizando la palanca de cambios y el
volante. Pero por alguna razn se atolondr y pis el pedal del freno. Eso trab las ruedas
y le hizo entrar en trompo.
De modo que t crees que la culpa fue suya.
Creo que, tericamente, debi actuar de otra manera. Pero estas cosas pasan con
frecuencia, aun a los mejores, y nadie puede saber lo que hubiera hecho de estar en su
lugar. Derek es un excelente piloto.
Casi tan bueno como t silabe Chris, con evidente rencor.
Jimmy, sin mirarla, lanz un sonoro suspiro.
Saba que te lo tomaras as refunfu. Pero fuiste t la que pregunt. No s a
qu viene tanto inters por indagar la causa del accidente
Te lo dir dijo la chica: En el primer momento, cuando Derek recobr el
conocimiento dentro del Plymouth volcado, acus a Joe de que los frenos haban fallado.
Y Joe lo acept, con una excusa tonta. No lo comprendo.
Yo s lo comprendo declar Jimmy. Sabes lo que siempre dice Joe? Que l
prepara un coche y entrena a un piloto durante meses, y luego los echa a rodar a ms de
doscientos kilmetros por hora. Si el coche o el piloto fallan, el nico responsable es l,
Joe Pistn. Lo entiendes?
Creo que s reflexion Chris. Pero eso no explica por qu Derek urdi esa
mentira.
Por Dios, mueca! estall el chico. Se ve que nunca has volado por el aire en
uno de esos trastos y luego cado de cabeza. Si sales con vida, tu cerebro es un flan y todo
lo que quieres es no sentirte culpable.
Por toda respuesta, Chris se inclin para besar la mejilla de su amigo. Luego guard
silencio, conmovida, hasta que llegaron al garaje de Joe Pistn.
Esa noche, despus de devorar el suculento guisado preparado por Mamie Johns, la
pandilla permaneci en la cocina bebiendo caf y luchando entre la excitacin y el
cansancio producidos por la intensa jornada. Ya haban comentado y repasado unas cinco
veces todos los incidentes, pero volvan a ellos una y otra vez, sin que nadie se decidiera a
irse a la cama. Derek era, por supuesto, el centro de la reunin y hacia l se dirigan los
mimos culinarios de Mamie y las preguntas incansables de Pinkie. El hroe del da no
tena un aspecto muy rozagante a esas alturas, pero sus pupilas brillaban intensamente y, al
parecer, tena todos los huesos en su sitio.
Ser mejor que vayas a descansar, Derek aconsej Joe Pistn. La semana
prxima es el festival y luego debers correr el Datsun en Iowa.
Derek entorn los ojos. Sus manos juguetearon nerviosas con la taza vaca. Luego
mir frontalmente al mecnico.
Iowa es la carrera ms importante del ao, Joe, y a m an me falta experiencia
dijo con calma. Estando Jimmy Brown aqu, es l quien debe llevar el Datsun.
Un oneroso silencio sigui a estas palabras. Chris, sobrecogida, vio que los ojos de
Jimmy estaban hmedos.
Joe levant un brazo, como si pidiera la palabra, y luego lo dej caer sin ruido sobre la
mesa.
No s qu decirte, Derek mascull. Tu propuesta te honra, pero por supuesto
ser yo quien tome la decisin.
Si no te gusta Jimmy dijo Derek puedes buscarte otro. Pero yo no correr en
Iowa. No estoy dispuesto a cometer otro error como el de hoy.
El rostro de Joe pareci plegarse sobre s mismo. Su mandbula estaba a punto de
estallar y los ojillos vivaces y encendidos saltaban de uno a otro de sus jvenes pilotos.
De acuerdo! decidi de pronto. Ser Jimmy en Iowa y t en las tres carreras
del verano.
An no me has preguntado si acepto dijo Jimmy, con voz apagada.
Ni pienso hacerlo gru Joe. Ya ests enterado.
Derek, cansado y satisfecho, apoy con naturalidad la cabeza en el hombro de Chris.
Acepta, Jimmy murmur. Es tu ltima oportunidad. El ao prximo te quitar
el puesto.
Claro que lo hars dijo Chris, acaricindole las sienes. Ya eres casi tan bueno
como l.
Tormenta no regresara en dos o tres das, pues se las haba arreglado para que Leo, el
conductor del Mercury, se fascinara ante sus encantos y la invitara a acompaarle a otra
carrera que se celebrara en Milwaukee. De modo que Chris dispona para ella sola la
habitacin que hasta entonces haban compartido ambas muchachas, en los altos del
garaje. No era una estancia demasiado amplia, pero tena un encanto especial, con sus
paredes de madera, su techo inclinado siguiendo la lnea del tejado y su antigua y panzona
estufa de hierro, que Mamie Johns encenda a la hora del crepsculo. Era algo as como
una mezcla entre atelier bohemio y cabaa de pioneros del lejano Oeste, confortable y
romntica. Chris haba amado aquel cuarto desde el primer momento. Ahora que no
tendra compaa, sinti ms que nunca que era su pequeo hogar, su refugio secreto
despus de las vicisitudes de cada da. Y por cierto, aquel da haba tenido vicisitudes. La
chica se desvisti lentamente, sin encender la luz. Dej por un instante que su piel tersa y
clara se entibiara junto al resplandor rojo que brotaba de la puertecilla de la estufa. Luego
se meti en la cama de un salto, arrebujndose en el edredn.
Su cuerpo estaba agotado, y los msculos se relajaban uno a uno, con leves
estremecimientos. Pero su mente continuaba en difusa e incesante actividad, repasando
imgenes y palabras en un torbellino insomne: la risa de Josie, envuelta en su traje de
plata, mientras trepaba la colina; el torpe resentimiento de Jimmy contra Joe Pistn; la
tensin casi insoportable de la carrera; la terrible visin del Plymouth girando en el aire
con Derek en su interior Y despus, antes de terminar el da, todo se haba solucionado,
como en los cuentos infantiles. Derek, molido pero ileso, ofreciendo generosamente a
Jimmy su gran oportunidad, ante las satisfechas protestas de Joe. Todos eran grandes
tipos. Mamie Johns los alimentaba con alegra, Pinkie, absorto y admirado, se prometa ser
como ellos, y Tormenta se evaporaba detrs de Leo, dejando libre el campo. Como gran
fin de fiesta, Derek haba descansado dulcemente la cabeza en el hombro de ella. Quin
diablos poda dormir despus de semejante jornada? Chris ri para sus adentros,
burlndose un poco de s misma. Ests muerta de miedo, hermanita se dijo porque
nunca has sido tan feliz desde que asomaste del tero de la seora Parker. Tienes a tu
primer gran amor al alcance de la mano, y vives en medio de una gran familia cariosa y
jovial, donde todos te quieren y te protegen. Incluso has recuperado a tu entraable amiga
Josie. Las sombras de la infancia y el reformatorio han quedado atrs como un mal
sueo. Ni siquiera te has acordado de Tom, tu famoso hermano, que era hasta hace poco la
razn de tu existencia Pero quiz has comenzado a comprender por qu l reclamaba
poder vivir su propia vida, sin fantasmas del pasado. Eso es exactamente lo que t quieres
ahora, encanto, y vas a luchar por ello.
Se durmi plcidamente, soando que Derek entraba de pronto en la habitacin,
sigiloso, se inclinaba sobre ella y le besaba los labios. Pero era slo un sueo.
El Paradise Park abra sus puertas desde las diez de la maana hasta medianoche, en
las afueras de la ciudad de Colton. En ese lapso, y a medida que el sol recorra su elipse, la
clientela del parque de atracciones presentaba gamas diversas y contrastantes. Por la
maana, grupos de escolares y sus maestras disfrutaban de los juegos mecnicos y los
tiovivos, en bandadas bulliciosas e inocentes. Al medioda, era la hora de los ancianos
retirados que venan a tomar el sol y a comer palomitas de maz. La media tarde era el
momento ms tranquilo, cuando slo algunas familias aisladas o forasteros despistados
deambulaban por las instalaciones. Muchos de los empleados del parque aprovechaban esa
hora para tomarse un descanso y comer algo en el bar, reponiendo fuerzas para las horas
ms intensas del Paradise Park. Estas comenzaban a las seis de la tarde, con la invasin
de grupos de adolescentes que llenaban las pistas de karting y las salas de mquinas
tragamonedas, hasta que entraba la noche. Entonces, el parque mostraba su rostro ms
variopinto. La escoria de la ciudad se daba cita all para traficar con la soledad y el vicio,
bajo las circenses luces de colores. Drogadictos, prostitutas, borrachos, navajeros,
gnsteres aficionados y timadores profesionales rondaban a los numerosos y solitarios
clientes noctmbulos de ese torpe mundo de fantasa.
Chris Parker descendi en la segunda parada del autobs que la haba trado de
Tonneville, y camin con paso rpido los trescientos metros que le separaban de la entrada
del Paradise Park. Eran las cuatro de la tarde, el cielo amenazaba lluvia y la clientela de
los juegos era muy escasa por ambos motivos. La chica pas junto a la inmvil estructura
del Gusano del Amor y se detuvo a mirar cmo en el kiosko de Fotos Fantsticas el
encargado inmortalizaba a una pareja de turistas canadienses, que asomaban sus cabezas
en un decorado selvtico. El hombre encarnaba a un robusto Tarzn y la mujer a su
compaera, Jane. Si hubieran tenido un hijo, exista el agujero correspondiente sobre el
cuerpo pintado de la mona Chita. Chris se dispona a preguntarle al fotgrafo por su amiga
Josie, cuando oy una voz inconfundible que llegaba del lado opuesto del parque, en las
cercanas del Tren Fantasma:
Seis tiros a un dlar, amigos! Esto es una ganga! Cualquiera que haya estado en
Vietnam puede ganar con los ojos cerrados!
No caba duda, era Josie ofreciendo su mercanca.
Y con los ojos bien abiertos, acierta hasta un nio de pecho! Vamos, amigos! Seis
tiros por un dlar y fabulosos premios! Quin se anima?
La muchacha se ocupaba de uno de los seis kioskos de tiro al blanco que se alineaban
frente al Palacio de los Espejos. En cada uno se ofrecan armas distintas para disparar
sobre blancos fijos o mviles, segn el caso. Un tro de adolescentes y un hombre entrado
en aos miraban a cierta distancia. Finalmente, uno de los chicos se acerc al kiosko,
prcticamente empujado por sus amigos.
Hola, guapo! salud Josie. Quieres probar suerte? Aunque creo que t no has
estado en Vietnam, verdad?
Ir la prxima vez gru el chico.
Josie, algo cortada, le entreg el fusil de aire comprimido.
Haces bien en prepararte declar. Aunque habr que soportar una nueva
derrota.
Cllate! dijo el chico, echndose el arma a la cara.
La muchacha asinti y accion el dispositivo que haca circular una hilera de patitos
de lata sobre un riel sin fin. El chico abati seis patos con sus seis disparos, ante las
triunfantes exclamaciones de sus amigos.
Me alegro de que John Wayne haya muerto dijo Josie. No hubiera soportado tu
reto.
Alguien te ha dicho que hablas demasiado, negra? mascull el jovencito.
Dime lo que he ganado.
Josie se volvi hacia el estante de los trofeos.
Pues bien Puede ser una muec No, eso no es para ti. Tampoco un oso de
peluche Quiz un juego de tazas imitacin porcelana para tu madre?
Me quedar con el oso anunci el chico, tengo un hermanito pequeo.
Se alej cargando el oso entre sus brazos, acompaado de los otros dos. El hombre de
edad mene la cabeza y se dirigi renqueando hacia el puesto de helados. Josie lanz un
profundo resoplido. Chris asom su cabeza por la esquina del kiosko.
Hola, morena! salud. Siempre haces tan buenos negocios? Si es as, es un
milagro que an conserves tu empleo.
Chris, cario!
Josie dio un salto por sobre el mostrador y abraz a su amiga efusivamente.
Estaba terriblemente preocupada por ti, Chris. Cuando tu amigo sufri aquel
accidente en la carrera, no pude volver a encontrarte. Hubo un revuelo con la llegada de
los patrulleros y Sonny me sac de all en volandas relat Josie sin respirar. Cmo
est l? Y t?
Ambos estamos bien ri Chris. Personalmente yo estoy mejor que nunca.
Eso suena a msica celestial en mis odos dijo Josie. Ven, tomaremos algo en el
bar. Se volvi hacia la rubia opulenta que atenda al kiosko contiguo. Quieres vigilar
mi negocio por un momento, Sandy? Volver en un instante.
Tmate tu tiempo dijo la rubia. Esto est tan concurrido como el Polo Norte en
invierno.
El bar de Paradise Park era ms acogedor de lo que caba suponer. Tena mesas de
madera, cortinillas de tela escocesa y cornamentas de ciervo en las paredes. Dada la hora,
sus nicos parroquianos eran una media docena de empleados del parque, con sus
uniformes color naranja. Josie pidi dos cervezas en la barra y las llev ella misma hasta
el reservado donde la aguardaba Chris.
Siempre que bebo cerveza helada, recuerdo aquella noche en el bar de Amos Morris
dijo.
El maldito manco rememor Josie. Los muchachos le dieron una buena
leccin.
Volviste a saber algo de Ted el Negro?
Una sombra vel por un instante el rostro de Josie.
No dijo. No desde que ando enredada con Sonny Clemente. Ted no aprobaba
nuestra relacin.
Chris, detrs de su vaso, hizo una muda interrogacin alzando las cejas. Josie se
encogi de hombros.
Ya sabes cmo es Ted dijo, un tipo que se precia de ser derecho. Es discpulo
de Luther King y todas esas monsergas de negros
A m no me parecen monsergas apunt Chris.
Quiz no lo sean reconoci la otra. Pero de algn modo se sienten jueces
morales de los dems, y eso es cabreante. Aunque yo sea una muchacha negra puedo
andar con quien quiera, no crees?
Chris dej la cerveza sobre la mesa. Se ech atrs y frunci los labios, pensativa.
Luego lanz, despacio, su pregunta:
Ted no aprueba tu relacin con Sonny porque se trata de un blanco?
Josie baj la cabeza. Sus manos temblaban, y las ocult en el regazo.
No, Chris. Porque se trata de Sonny murmur. Ted sabe que l anda en
negocios sucios. sta es una ciudad pequea, pero tiene su importancia para los mafiosos
que controlan la parte Noroeste. Sonny y sus muchachos trabajan para ellos.
Y a ti no te importa?
No tanto como a Ted. l y los suyos quieren redimir a esta nacin, en base a una
nueva moral. Josie alz la mirada. A m me ensearon a golpes que estoy del otro
lado de la alambrada, y que all seguir quienquiera sea el que mande. Chris trag saliva
e hizo un esfuerzo para no asentir. Sonny se porta bien conmigo, Chris, y es hermoso
como un sol. Ha prometido sacarme de esa sucia barraca de tiro al blanco y yo
La voz de Josie se quebr en un sollozo. Chris le tom las manos y las apret con
fuerza.
Comprendo, Josie balbuce. Y no sabemos cundo nos pescarn y nos
llevarn de vuelta a El Pesebre, no es eso? Yo siento lo mismo con respecto a Derek.
Lo quiero ahora, conmigo. Tambin hago planes sobre el futuro, que si todo sale muy bien
no son imposibles. Pero s que cada da es cada da y quiero vivirlos minuto a minuto.
Josie parpade asombrada, sobre sus ojos hmedos.
Chris de veras lo amas afirm.
Mucho admiti Chris. Eso solo justifica todo lo que hemos hecho. Quizs
aquel viejo sheriff Carrington ande sobre nuestra pista Lo nico que le pido es que me
permita ir con Derek al festival de Lago Geroe y dormir con l bajo la luna
El rostro de Josie se demud. Sus dedos se crisparon sobre las manos de Chris, hasta
hacerle dao.
No, no tartamude. No debis ir a ese festival. Por el amor de Dios, no
vayis
Captulo 14
Creo que has perdido la cabeza, Chris Parker! Gru Joe Pistn, asomando por
debajo del coche que estaba revisando.
Tena el pelo cubierto de polvo y los bigotes manchados de grasa, lo cual le daba un
aire mtico de dios antiguo.
Slo te he contado lo que me dijo mi amiga insisti la chica, a horcajadas sobre
un neumtico. Que alguien piensa crear problemas serios durante el festival de rock.
Tan serios como poner una bomba o disparar sobre la gente.
Es absurdo! refunfu el mecnico. Esos chicos no hacen dao a nadie.
Jimmy Brown se acerc desde el fondo del taller, limpindose las manos con un trapo
humedecido en keroseno. Viejo Joe vena detrs de l.
Quin es ese alguien que menciona tu amiga? pregunt Jimmy.
Es su novio, o algo parecido respondi Chris. Se llama Sonny Clemente.
Joe y Jimmy cruzaron una mirada alerta. Viejo Joe hizo chasquear sus labios
desdentados.
Sonny Clemente mascull el viejo, jams estuvo metido en nada que no fuera
sucio
Lo conoces? pregunt Chris.
Ya lo creo contest Joe Pistn, emergiendo de cuerpo entero por debajo del auto
. Es uno de los matones a sueldo de los poderosos de Colton. Alguna vez intent
meterse conmigo, y perdi varios dientes.
Dile a tu amiga que se aparte de l aconsej Viejo Joe. Ese hombre slo le
traer problemas.
Nos traer problemas a todos arguy Jimmy, si es cierto que se propone armar
lo en el festival.
Joe puso los brazos en jarra y mene la cabeza.
Es absurdo afirm. Quizs esa amiga tuya exagera, Chris. No veo el motivo
para que un gnster profesional como Sonny se meta con los chicos del rock.
Yo os dir el motivo anunci una vocecilla aguda, desde el asiento trasero del
Datsun.
El redondo y rojizo rostro de Pinkie asom por la ventanilla, con vaivenes de
marioneta.
Qu haces t aqu, muchacho? bram Joe.
Dorma la siesta, y no pude evitar escucharos explic el chico. Yo que t
tomara muy en serio lo que dice la amiga de Chris, Joe. Todo encaja perfectamente.
Qu diablos es lo que encaja perfectamente?
Pinkie emergi del Datsun.
Os lo explicar, si alguien me da un cigarrillo.
Jimmy le pas el suyo, que acababa de encender.
Mi to, el seor Cornell Mitchell, es uno de los hombres ms ricos e influyentes de
Colton explic el chico. Ha hecho todo su dinero con negocios sucios en el ramo de
la construccin. Ahora dirige una sociedad inmobiliaria, y hace tiempo que le han echado
el ojo al prado de Lago Geroe.
El prado? salt Jimmy. Eso es terreno municipal.
Exactamente acord Pinkie. El actual alcalde estara dispuesto a vender esas
tierras a la compaa, para hacer all una gran urbanizacin, pero
Pero est de por medio el asunto de los festivales acot Chris comenzando a
comprender.
Eso es, nena. Los festivales de Lago Geroe tienen ya dimensin nacional, y toda la
prensa del pas se lanzara sobre el alcalde de Colton para saber por qu, a quin y para
qu vendan esos terrenos dijo Pinkie. Aparte de la oposicin de ciertos sectores de la
ciudad, como los comerciantes y los hoteleros, que obtienen buenos beneficios del
festival. Lo que mi to y sus socios necesitan es que el festival se destruya a s mismo, para
poder luego entrar a saco sobre el prado.
Joe Pistn se pas el pulgar por los bigotes, meditabundo. Conservaba en la mano una
llave inglesa de acero, y la contempl como si en ella pudiera hallar la respuesta a sus
dudas.
He odo historias parecidas, Pinkie murmur. Y el mes pasado dieron una serie
de televisin que mostraba este tipo de asuntos. Te creo cuando dices que tu to se sentira
muy feliz de disponer de los terrenos del prado; pero de ah a tener que utilizar a ese
delincuente de Sonny Clemente No s qu pensar.
Te dar ms datos, Joe apunt Pinkie. Ya el ao pasado la compaa intent
impedir la realizacin del festival, recurriendo a argucias legales: que no haba suficientes
servicios sanitarios o que se venda alcohol a menores de edad. Los diarios conservadores
apoyaron esa campaa, todos vosotros debis recordarlo.
S, y ya han comenzado de nuevo reconoci Jimmy. El Colton Guardian de
ayer abri el fuego con un editorial sobre el tema.
Joe se alz de hombros.
Eso no prueba nada. Lo hacen desde siempre, y todos los aos tienen que aguantarse
el festival.
Pero ahora tiene menos tiempo seal Pinkie. Al alcalde corrupto le queda
menos de un ao en el ayuntamiento. Y es casi seguro que perder las elecciones, si es que
se atreve a presentarse.
Joe Pistn se palme las rodillas ruidosamente.
Mira, Pinkie resoll. Conozco a Cornell Mitchell desde antes que t nacieras.
No es que tenga una gran opinin de l, pero es un tipo respetado y me resisto a aceptar
que utilice a alguien de la calaa de Sonny slo por conseguir un negocio.
Lo ha hecho antes suspir Pinkie con aire fnebre. Hace tres aos Sonny y su
pandilla aterrorizaron los suburbios negros del Sur de Colton. La compaa de Mitchell
compr los terrenos por cuatro monedas y levant all un barrio residencial. El plan de
ahora es ms ambicioso. Todos sabemos que al festival vienen pandillas rivales, y que los
chicos a veces se lan a golpes para echarle salsa al asunto. La cosa no pasa de ah, pero ya
los diarios lo han exagerado bastante. Si Sonny se las arregla para que esta vez haya
muertos y heridos, el alcalde o el gobernador del estado tendrn una excelente excusa para
prohibir el festival de rock de Lago Geroe para siempre.
Muertos y heridos? Chris se estremeci. Dios mo! Tenemos que hacer algo
para impedirlo. Josie est de por medio!
Y varios miles de chicas y chicos agreg Jimmy. T qu opinas, Joe?
Podra decirte que no es asunto nuestro dijo el mecnico. Pero tengo que
mirarme al espejo todas las maanas para afeitarme. De modo que organizaremos un
pequeo plan de accin: T, Pinkie, te dejars caer por casa de tu to Mitchell, a ver si
hueles algo en el aire. Chris, t volvers a Colton, para tratar de sacarle datos ms
concretos a tu amiga Jimmy o Derek pueden llevarte.
Derek mencion que deseaba probar cmo ha quedado el Plymouth dijo Jimmy,
haciendo un imperceptible guio a su amiga. Quizs un viaje a Colton sera una buena
oportunidad.
De acuerdo aprob Joe. Derek te llevar. T, Jimmy, cogers el Datsun e irs
hasta Lago Geroe para hablar con los chicos que estn en la organizacin del festival. No
les digas nada, de momento, pero atiende a cualquier detalle que pueda servirnos de
pista
Y t qu hars, Joe? pregunt Chris, amoscada. Joe le sonri mostrando todos
los dientes, como si acabara de recibir un cumplido.
Esperar aqu dijo, con sencillez. Hay un teniente en la polica de Colton que
ha sido condiscpulo mo en la escuela. Me consta que es un tipo decente. Si los datos que
trais confirman las suposiciones de Pinkie, hablar con l y le mostrar nuestras cartas.
Qu ocurrir si tu amigo de la bofia no te cree, o decide que no tiene ganas de
meterse en problemas?
Joe Pistn se llev ambas manos a la cara y lanz una gran risotada.
Entonces actuaremos por nuestra cuenta anunci, regodendose. A ese tipo,
Sonny Clemente, an le quedan varias muelas enteras.
Eran las diez de la noche, y el Paradise Park estaba en su apogeo. Los juegos
mecnicos trabajaban a tope, haba largas filas de noctmbulos frente a la entrada de las
atracciones y la gigantesca noria giraba con sus barquillas oscilantes y su mirada de luces
de colores. Una msica circense sonaba en los parlantes, confundindose con el murmullo
incesante de la gente y los chillidos de las muchachas que volaban cabeza abajo en la
coctelera espacial.
Chris sinti la mano firme de Derek en su brazo, mientras avanzaban en busca de
Josie. En la estacin del Tren Fantasma, el esqueleto articulado agitaba sus huesos y
guiaba un ojo rojo invitando a los indecisos. Una mujer sorprendentemente bella, vestida
de odalisca, se contoneaba en el tablado del profesor Zarkoff, que en contados segundos
iniciara su espectculo de Biodinmica Oriental. Crase o no, el enano de traje amarillo
que apretaba en sus pequeas manos la tralla de un enorme perro ciego, slo formaba
parte del pblico. Haba olor a salchichas, a sudor y al aceite caliente de los mecanismos.
Haba bastante pblico en los kioskos de tiro al blanco, pero Josie no estaba all. La rubia
opulenta llamada Sandy ocupaba su lugar.
Josie ya no trabaja aqu explic Sandy con desgana. Esta tarde present su
renuncia.
Sabes dnde puedo encontrarla? pregunt Chris.
La muchacha carg de balines uno de los rifles y lo cerr con un chasquido seco.
Yo no soy persona muy habladora dijo, mirando al vaco.
Derek puso sobre el mostrador un billete de cinco dlares. La mano libre de Sandy
aferr el dinero y lo sumergi en sus bolsillos.
Soy sensible al dinero reconoci. Sabis cunto me pagan aqu?
No es eso lo que queremos saber dijo Derek.
De acuerdo suspir la rubia. Creo recordar que ese tipo Cmo se llama?
Sonny algo, vino a buscarla y le orden que arreglara sus cuentas con el Paradise.
Tambin podra recordar lo que Josie me dijo al despedirse, pero mi memoria necesita un
estmulo
Derek le pas otro billete de cinco.
Acabo de acordarme! exclam Sandy, con otro veloz gesto hacia su bolsillo.
Me dijo que Sonny tena un trabajito que hacer y luego se la llevara a Miami por una
temporada. Ella no pareca muy entusiasmada y me pidi que si venan por aqu un par de
tontos, les dijera que tratara de verlos en el festival. Si los veis, no dejis de pasarles el
mensaje.
Lo haremos prometi Derek.
Sabes dnde est Josie ahora? inquiri Chris, ansiosa.
No, cario sonri la rubia. Y parodiando la frase de telefilme, si lo supiera no
te lo dira.
Eres una chica lista adul Derek.
Slo s cmo ganarme diez dlares de vez en cuando respondi Sandy, dndole la
espalda para atender a sus clientes.
Necesitaba reflexionar y discutir la situacin antes de regresar a Tonneville. De modo
que cogieron una de las barcas del Tnel del Amor y se dejaron conducir por el sombro
canal de aguas quietas. El lugar estaba en penumbras, pero de vez en cuando una lmpara
indirecta iluminaba una escena o un paisaje que el decorador del parque haba considerado
estimulante del romanticismo. Como una versin a pincel grueso de las cataratas de
Nigara o un primario cromo de Romeo y Julieta, en relieve y del tamao natural.
Romeo se te parece dijo Chris con una risita. Tiene tus mismos ojos
desconcertados.
Djate de tonteras protest l. Este asunto no me gusta nada. Creo que Sonny
est metido en algo gordo y ha quitado a Josie de en medio premeditadamente
Es posible acept ella. Pero nada podemos hacer antes de maana. Joe hablar
con su amigo polica, cogern a ese mafioso con las manos en la masa y traeremos a Josie
a vivir en el taller.
No crees una palabra de lo que dices dijo l.
Tal vez no musit Chris, reclinando la cabeza en el asiento de la barca. Has
visto lo que hace esa pareja que va delante nuestro?
Se estn besando dijo Derek, con autntica sorpresa.
Eso es murmur Chris.
Derek volvi la cabeza hacia ella. Vio la dulce invitacin de un par de ojos azules en la
penumbra y un brillo hmedo en los labios entreabiertos. Sonny Clemente y el festival de
Lago Geroe se esfumaron de su mente, dejando paso a sensaciones ms naturales y
urgentes. Se inclin conteniendo la respiracin, y apoy su boca junto a la de Chris.
Luego, muy despacio, los labios se buscaron; con timidez primero, despus con ansiedad.
Ella enlaz con las manos la nuca de Derek y lo atrajo hacia s. La barca se lade
peligrosamente, provocando risas y cuchicheos de la pareja que vena detrs.
Derek se apart, para recuperar el equilibrio. Su rostro segua muy cerca del de Chris.
Qu ocurrira si nos caemos al canal? pregunt el chico, sonriendo.
El agua entrara en ebullicin respondi ella, con un toque sensual.
Y se besaron otra vez, largamente, ya bajo las luces de la salida del tnel, hasta que el
encargado de las barcas palme con discrecin el hombro de Derek.
Haced una pausa para respirar, chicos canturre el hombre. Y dejadme la barca,
que hay otros trtolos haciendo cola.
La lea crepitaba y gema dentro de la estufa panzona. El resplandor suave del fuego
reptaba hasta los pies de la cama y se detena en los bordes de las sbanas, sin atreverse a
iluminar los dos cuerpos entrelazados, temblorosos an, que se acariciaban con lasitud.
Chris senta el aliento de Derek en su cuello y la mano de l que se deslizaba, errtil, sobre
la curva de su vientre. Aquello haba ocurrido, por fin, y de la forma ms deliciosa. No iba
a negarse que haba sentido un poco de miedo, y que se haba comportado con cierta
torpeza en los primeros momentos. Pero luego, cuando el deseo y la ternura ahuyentaron
los viejos fantasmas, su cabeza qued fresca y vaca como una nfora en la arena y bajo el
sol. El cuerpo pudo actuar con libertad, siguiendo sus propios ritmos, respondiendo a
estmulos dormidos, ejercitando una ancestral sabidura que brot de pronto en el fluir de
la sangre, en los gestos aparentemente ciegos, en los ms oscuros repliegues de la piel.
Hasta que todo l, por dentro y por fuera, vibraba y se estremeca incansable, gozoso,
junto al otro cuerpo reencontrado, que haba esperado desde siempre y slo ahora lo saba,
qu tonta
Levant con pesadez el brazo y revolvi con los dedos el cabello de Derek, cobijado
en su hombro.
Puedo decir una tontera? susurr. l cabece afirmativamente. Te amo.
Esa no es ninguna tontera protest; y se incorpor a medias, apoyando su codo
en la almohada. Lo que ha ocurrido esta noche no es ninguna tontera, Chris insisti
de nuevo. La primera luz del amanecer brill en sus pupilas. Yo tambin te amo.
Chris se sinti flotar entre nubes tiernas y rosadas. Era feliz y estaba muy cansada.
Deberamos tratar de descansar, amor murmur.
Se haba quedado dormida.
Al da siguiente, antes de medioda, Joe Pistn reuni a su pequeo estado mayor en el
taller e hizo un resumen de la situacin: la desaparicin de Josie y lo que haba podido
decirle a su compaera Sandy, podan considerarse de por s sntomas graves. Pero el
cuadro se complicaba con una llamada que acaba de hacerle Pinkie desde Colton. Durante
todo el da anterior haba vigilado a su to Cornell Mitchell, hasta que ste lo sorprendi
atisbando una reunin con sus secuaces. Sonny Clemente no estaba en aquella reunin,
pero su nombre haba sido mencionado varias veces. El tema que se discuta era la
urbanizacin de Lago Geroe y el impedimento que significaba para ello el festival de rock.
Segn Pinkie, no caba duda de que Mitchell haba contratado a Sonny para hacer algn
estropicio en el festival. Y Joe estaba de acuerdo con aquella opinin.
Cuando Joe termin su exposicin, Jimmy Brown fue el primero en hablar.
Todo parece muy claro, pero es posible que estemos exagerando. Quiz todo cuanto
se propone la compaa de Mitchell es incordiar a los chicos o a los msicos, provocar un
clima de desorden para que luego sus peridicos se lancen sobre eso, propiciando la
prohibicin.
Me gustara creerlo suspir Joe. Pero para eso no utilizaran a Sonny Clemente.
Es un especialista en trabajos pesados y adems es demasiado cobarde para provocar
una ria con los muchachos, en la que pudiera salir mal parado. Lo suyo son las armas y
los explosivos.
Estoy de acuerdo dijo Derek. Esa es su especialidad. Y si l est de por medio,
tendremos que pensar en lo peor.
Chris, algo obnubilada an por el mucho amor y el poco sueo, abandon su sitio y se
acerc a Derek y Joe.
Queris decir que Sonny es capaz de disparar indiscriminadamente sobre el pblico
o poner una bomba en el escenario? pregunt, incrdula.
Eso es precisamente de lo que es ms capaz mascull Joe. Y quedan menos de
tres horas para que empiece el festival.
Qu hacemos? inquiri Jimmy, con un hilo de voz.
Joe Pistn se puso de pie y comenz a pasearse en torno a los tres chicos, obligndolos
a torcer la cabeza para seguirlo.
He urdido un pequeo plan anunci. Yo ir ahora mismo hacia Colton, y le
expondr lo que pensamos al teniente ODonnell, en la jefatura. No tenemos pruebas, pero
es posible que logre convencerle para que retenga a Sonny con cualquier excusa.
No servir declar Derek. Si Sonny acept este trabajo, es porque sabe que la
polica no intervendr. Es otra de sus caractersticas: quien lo compra a l, debe haber
comprado tambin al sheriff. Y Mitchell lo sabe.
Joe hizo un gesto de impotencia.
Es probable resopl. Quizs algunos policas estn en el asunto, pero no creo
que toda la polica de Colton, y menos ODonnell. Esto no es el Oeste, Derek.
Pues se le parece bastante afirm Chris. Y quiero decirles lo que pienso: hace
unos meses tres amigas nos fugamos del reformatorio. Una de ellas qued en el camino
envuelta en un charco de sangre. De algn modo me siento culpable, pues tal vez pude
haberlo evitado; Jimmy sabe de lo que hablo. Ahora la tercera de nosotras, Josie, est liada
en un serio altercado y me ha dejado un mensaje para que la busque en el festival. Y eso es
lo que pienso hacer: buscarla y llevrmela de all.
Piensas slo en ella acus Joe.
Te equivocas replic Chris. Pienso slo en m. Anoche descubr que la vida
merece ser vivida lanz una fugaz mirada a Derek, siempre que puedas compartirla
con quienes quieras y no arrastrar fantasmas Quiero mucho a Josie, y no deseo
convertirla en un nuevo espectro sobre mis espaldas. T, Joe, puedes ir a hablar con tu
honrado teniente. Yo he aprendido a no confiar en esos tos. De modo que me voy ahora
mismo a Lago Geroe. Si nadie puede llevarme, coger el autobs.
Yo te llevar dijo Derek, conmovido.
Y yo os acompaar terci Jimmy. Me da miedo quedarme solo.
Chris, con un nudo en la garganta, mir a uno y a otro, procurando que su firmeza no
se quebrara.
No s si debis, chicos tartamude. Sabemos que habr peligro
Oh, vaya! ri Jimmy. Estamos acostumbrados. No ser ms arriesgado que
conducir un coche con el motor preparado por Joe!
Captulo 15
El verde prado inclinado de Lago Geroe pareca haber florecido de pronto. Las ropas
de colores de miles y miles de adolescentes formaban un manto variopinto que se extenda
sobre el inmenso terreno, invadiendo los bosquecillos cercanos y las orillas del lago. En el
borde mismo del agua se levantaba un gran escenario, donde tcnicos y msicos se
afanaban en preparar los ltimos detalles.
Muchos de los chicos haban llevado sus tiendas de campaa, bolsas de dormir y
trastos de todo tipo, que se apiaban en el espacio que cada grupo haba conseguido y
privatizado para s. Haban llegado hasta all en los ms diversos medios de transporte:
motos, viejos automviles, autocares y bicicletas, que se dispersaban por todas partes. Los
ricos llegaron en sus propias caravanas y los ms modestos lo haban hecho andando o en
ferrocarril, con la mochila al hombro. Pero todos compartan fraternalmente la emocin y
el bullicio, los bocadillos y la cerveza, la guitarra y el porro. Lago Geroe sera durante
tres das una isla de msica y libertad, sin otra ley que las normas no escritas de
convivencia y fraternidad esenciales que todos respetaban, sin otra autoridad que el ritmo
intenso que los grandes del rock conjuraran sin cesar sobre el escenario.
Chris, Jimmy y Derek dejaron el Datsun a un lado de la carretera, y descendieron
andando el suave desmonte del prado, atiborrado de muchachos y chicas que acomodaban
sus brtulos y comentaban entre s las peripecias del viaje y las ltimas novedades de la
msica no comercial. Por los altavoces, alguien daba unas recomendaciones que nadie
atenda. Un grupo numeroso rodeaba a un conjunto de espontneos que interpretaban un
rock duro sobre la plataforma de un destartalado camin.
Mirad, all est la pandilla de Tonneville exclam Derek.
En efecto, una veintena de jvenes haban acampado al borde del bosque. El sitio era
privilegiado, pues dispona de sombra y estaba prximo al escenario. Chris reconoci la
incendiaria cabellera de Tormenta y el infantil rostro de Pinkie, atribulado por encender
un hornillo de gas.
Hola, amigos salud el chico. Bienvenidos al club. Buscaos un sitio.
Se sentaron en el suelo y participaron de las conversaciones del grupo, hasta que
Pinkie termin de preparar el caf. Acerc unos humeantes jarros de latn, y aprovech
para cuchichear sin que lo oyeran los dems.
Os ha dicho Joe lo que descubr en casa de mi to?
Nos ha dicho lo que crees haber descubierto brome Derek. No tienes pruebas,
Pinkie.
Pruebas? se asombr el chico. No somos una maldita corte de justicia. Pero
quiz podamos evitar que ocurra algo terrible.
Ves demasiadas series de televisin dijo Jimmy Brown.
Joe vendr por aqu con su amigo el polica explic Chris. Hasta entonces, no
haremos nada, salvo estar alerta.
Alerta? repiti Pinkie, sin comprender.
Ese es el plan confirm Derek. Recorreremos el lugar por si vemos algo
sospechoso, que pueda servirle al teniente ODonnell.
O por si encontramos a mi amiga Josie agreg Chris.
Ella puede ser una testigo excepcional dijo Jimmy.
Pinkie pareca algo desilusionado.
Hablis como si fuerais de la bofia declar. Pens que bamos a arreglar las
cosas por nuestra cuenta.
Esto no es una pelea entre pandillas, Pinkie dijo Derek con gravedad. Si
realmente hay una conspiracin contra el festival, como t dices, no es algo que podamos
solucionar nosotros solos. Sonny Clemente es un gnster, no hay que olvidarlo.
Comprendo suspir Pinkie. Qu haremos?
Nos dividiremos en dos grupos y vigilaremos los dos sectores del prado. Derek
consult su reloj. Joe y ODonnell estarn aqu en una hora. Entonces nos reuniremos
todos en este mismo sitio.
En ese momento, el enorme hemiciclo se eriz de gritos, pitidos y hurras. El
presentador haba pronunciado el nombre de Linda Ronstad. Un instante despus, ungida
por la multitud ululante, la cantante emergi en el escenario, saludando con ambos brazos.
Chris, cogida de la mano de Derek, lo segua como poda a travs de la abigarrada
masa de jvenes que saltaban y gritaban, clamando a su dolo. All arriba, la artista
saludaba una y otra vez. Los msicos daban fondo al ambiente con acordes de guitarra
elctrica y repiques de batera. Cuando Linda cogi el micrfono y todo su cuerpo se tens
indicando que iba a comenzar, miles de gargantas callaron bruscamente. Se iniciaba una
impagable experiencia, una de las ceremonias secretas del siglo. Incluso Derek se detuvo,
absorto. Chris se sinti sbitamente transportada por la personalidad avasalladora de
aquella voz.
Linda Ronstad cantaba en el festival de Lago Geroe; el resto del mundo se haba
detenido.
Chris! Esprame, Chris, aqu estoy!
Josie, desgreada y con el rostro demudado, corra hacia ella tropezando con la marea
humana que la chistaba y empujaba para hacerla callar.
Josie!
Chris olvid la magia del rock e intent reunirse con su amiga. Pero un muro de
fanticos enfadados las separaba. Derek procur abrirse paso y una gorda de gafas
comenz a insultarlo y abofetearle: Qu pretenda? Interrumpir la actuacin de
Linda?. Cinco metros ms all, Josie se vea envuelta en una escena similar. Dos
muchachos la aferraron de los brazos y uno le tap directamente la boca con la mano.
A callar, hermanita farfull. Me ha llevado cinco das llegar hasta aqu, y t no
vas a arruinarnos el espectculo.
La morena se debata, dando una explicacin ininteligible.
Yo me ocupar de ella, amigo dijo una voz susurrante. Es mi hermana menor y
est un poco nerviosa.
Entonces, llvesela gru el muchacho, soltando a Josie.
Sonny Clemente la levant en vilo, ayudado por uno de sus secuaces. Ella chillaba y se
debata.
Su hermana menor? pregunt el otro muchacho. No has visto que ella es
negra y l es blanco?
Nunca has odo hablar de los matrimonios mixtos? respondi el primero
encogindose de hombros. Ahora djame escuchar a Linda.
Pero fue otra cosa lo que tuvo que escuchar. Arrastrada por Sonny y su compinche,
Josie logr levantar la cabeza y chill con todas sus fuerzas:
Cuidado, Chris! La camioneta de Coca-Cola! Est repleta de explosivos!
El xtasis del rock dej paso al ciego terror de una multitud en estampida. Todos
corran en cualquier direccin, atropellndose y arrastrndose, en un caos que se iba
contagiando a todo el prado. Incluso los que no haban alcanzado a or el grito de Josie,
huan y se empujaban dominados por el ancestral instinto de la manada en estampida.
Busca a Jimmy orden Derek, estrechando la mano de Chris. Yo tratar de
llegar al escenario.
No musitaron los labios de Chris, pero ni ella misma pudo orse.
La blanca camioneta con el crculo rojo de Coca-Cola estaba estacionada a pocos
metros del escenario. Hacia all se diriga Derek, abrindose paso a codazos y empujones.
Sigue cantando, Linda propuso el presentador, es slo un poco de histeria
colectiva. Tu voz los calmar.
La cantante asinti. Hizo un gesto a los msicos y retom el hilo de su cancin, pese a
que nadie pareca prestarle atencin.
Derek trep al tablado de un salto y se encar al presentador.
Ests loco o qu? le grit sacudindole por los hombros. Quita
inmediatamente a todo el mundo de aqu! Esto volar por los aires de un momento a otro!
Tranquilo, Derek replic el otro, ofuscado. Qutame las manos de encima y
clmate. He estado antes en situaciones como sta
Maldito estpido! buf Derek.
Linda trastabill en su canto, echando ansiosas miradas hacia la discusin de los dos
jvenes.
Abajo, Chris intentaba dirigirse hacia el bosquecillo. Estaba aturdida y asustada.
Muchos jvenes haban cado en el suelo y los otros los pisaban y aplastaban. Los gritos
de dolor se mezclaban con los chillidos de miedo y la confusin era total. Estaba a punto
de caer ella misma desfallecida, cuando se encontr sostenida por los brazos de Jimmy.
Chris! Qu demonios ha ocurrido?
Ella se recost en su hombro, agotada.
Encontramos a Josie balbuce. So Sonny se la llev. Pero alcanz a
decirnos
En el escenario, Derek decidi recurrir a la accin: con un limpio gancho de derecha
puso fuera de combate al presentador, que se derrumb sobre los tambores del batera. El
chico corri hacia Linda Ronstad. Ella ya no cantaba, pero conservaba el micrfono en la
mano, mirando alelada el dantesco espectculo que se desarrollaba a su alrededor. Derek
le arrebat el micro.
Vete, Linda! orden. Y llvate a los msicos. Tratad de refugiaros entre los
pinos.
La Ronstad le mir, como una sonmbula. Pero los muchachos de su conjunto haban
odo bien. Abandonaron sus instrumentos, cargaron a Linda en volandas y huyeron por
detrs del escenario.
La voz tensa de Derek reson a travs de los altavoces:
Escuchadme, amigos, por favor! Escuchadme todos! Estaba solo en el
proscenio, aferrando el micro con ambas manos. Tratad de recobrar la calma y alejaros
en orden de esta zona! Agrupaos atrs, y a los lados! Caminad con calma! Y, por amor
de Dios, no os acerquis a la camioneta de Coca-Cola. Es posible que contenga
explosivos!
Esta informacin provoc nuevos gritos y corridas. Llevado por su propia confusin,
el pblico corra en crculos. El azar de la irracionalidad haca que fueran cada vez ms los
que se apretujaban en torno a la camioneta, como deslumbrados por una atraccin
irrefrenable.
Chris sollozaba, apretada contra el pecho de Jimmy.
l sabe lo que hace dijo el chico. Pero los dems, no. Esto ser una verdadera
masacre. Se deshizo del abrazo de ella y abri la boca para tragar aire. Voy a quitar
esa camioneta de all.
Antes de que Chris se diera cuenta de lo que ocurra, Jimmy haba desaparecido.
Durante un lapso de tiempo, la chica deambul entre la multitud. Derek ya no estaba
en el escenario y todo era desorden y descontrol. Instintivamente, se fue acercando hacia
el campamento de la pandilla de Tonneville, en el bosquecillo de pinos. Estaba sucia,
magullada, y su mente haba cado en una especie de vaco. Tanto que le cost reconocer
la nerviosa voz de Pinkie:
Te he estado buscando, Chris. Estbamos preocupados por ti.
Tormenta estaba a su lado, con el rostro plido.
Dnde est Derek? pregunt Chris.
Con Joe y el teniente ODonnell, que acaban de llegar. Han tendido una barrera para
evitar que la gente vuelva a la zona de peligro inform Pinkie. Pero an son miles los
que estn all. Si esa camioneta llega a estallar
Mirad! grit Tormenta. La camioneta se est moviendo!
En efecto, el blanco vehculo fantasmal comenz a avanzar sorteando los grupos de
espectadores desconcertados, hacia la orilla del lago. Una vez all, entr en el agua con
decisin, chapoteando hasta detenerse con un quejido ahogado. Estaba ahora lo bastante
lejos como para que nadie corriera peligro.
Es un milagro! murmur Pinkie.
No dijo Chris, con un nudo en la garganta. Es ese loco maravilloso de Jimmy
Brown.
Un brutal estallido apag sus palabras. La camioneta vol en pedazos por el aire, en
medio de un resplandor enceguecedor. Despus, un estupefacto silencio rein en el amplio
prado del Lago Geroe.
Captulo 16
El teniente ODonnell y sus hombres haban hecho un buen trabajo. Al caer la tarde, el
infierno de confusin que haba sido horas antes el prado de Lago Geroe iba retornando a
la normalidad. Un autobs sanitario de la Cruz Roja atenda a los heridos y contusos por
las corridas y aplastamientos. Ninguno de ellos estaba grave. El resto del pblico se
acomodaba lo mejor que poda para comer y pasar la noche. Se haba anunciado que el
festival continuara al da siguiente con una nueva presentacin de Linda Ronstad, que
ahora descansaba de sus ajetreos en un hotel de Colton.
Despus de la fuerte explosin, un par de chicos decididos haban rescatado de las
aguas a Jimmy Brown, o lo que quedaba de l. Su cuerpo era un guiapo sanguinolento,
pero palpitaba an y conservaba el sentido. Cuando lo tendieron en la orilla, abri los ojos
y parpade.
Buscad a una chica llamada Chris balbuce. Y decidle que estoy
bien.
Le prometieron que lo haran. l sonri y se desvaneci con un gemido.
Es un milagro el que est con vida coment uno de los chicos.
Le vi arrojarse de la cabina, un instante antes del estallido dijo una muchacha.
Quizs eso lo salv
Hay que tener agallas para hacer lo que l hizo declar otro de los muchachos.
La ambulancia que se llevaba a Jimmy hacia el hospital, se cruz en la carretera con
dos coches patrulla que traan a Josie, Sonny Clemente y tres de sus secuaces. Los haban
interceptado en la ruta del Este. Pese a las protestas de Sonny, el sargento se los llev sin
contemplaciones.
La luz mortecina del atardecer se colaba horizontalmente en el bosquecillo de los
pinos, donde el teniente ODonnell haba establecido su centro de operaciones. Estaban
all, aparte de otros policas y los organizadores del festival, Joe Pistn y su gente: Chris,
Derek, Pinkie y Tormenta. A la llegada de los coches patrulla, Josie corri a abrazarse
con Chris. Ambas lloraron en silencio, entre estremecimientos, estrechndose con fuerza.
Sonny Clemente salt del auto policial tan gilmente como se lo permitan sus manos
esposadas. Con los ojos inyectados de furia se encar al teniente.
Est cometiendo un gran error, ODonnell! bram. Esto le costar su puesto,
se lo prometo.
El teniente era un hombre delgado y tranquilo, que no tena aspecto de polica.
Es posible, Sonny replic, no creas que no lo he pensado. Pero ese chico que
va para el hospital perder mucho ms, y l no haba jurado defender la ley y la justicia.
El teniente escupi en el suelo, a dos centmetros de los zapatos de Sonny.
Llvenselo a la jefatura orden.
El sargento puso una mano sobre el hombro de Clemente, que se debati enardecido.
No puede hacer esto, teniente! chill. No tiene cargos contra m!
ODonnell frunci el ceo y se rasc debajo de la nariz. Con la mano libre, busc un
cigarrillo en el bolsillo de su camisa. Antes de encenderlo, lo mir reflexivamente.
Dile cules son sus cargos, Rod indic al sargento.
Este infl el pecho y recit con aires de colegial aplicado:
Exceso de velocidad, posesin de armas Sonny resopl con un gesto de desdn
, y secuestro por la fuerza de una menor de edad termin el sargento, jovial.
Sonny abri la boca y volvi a cerrarla. Estaba repentinamente plido.
Secuestro repiti, incrdulo.
De una menor de edad complet ODonnell, indicando a Josie. Ella est
dispuesta a refrendar su denuncia por escrito.
Maldita zorra! farfull Sonny.
Amn de que eres sospechoso de haber trado esa camioneta llena de explosivos
remat el teniente. No hay pruebas todava, pero estamos investigando y tengo varios
testigos.
Ser mejor que no se meta en eso, ODonnell amenaz Sonny, con voz
temblorosa. Cornell Mitchell le har papilla. Usted lo sabe, maldito polizonte!
Te dije que te lo llevaras, Rod dijo el teniente, encendiendo con calma su
cigarrillo.
El sargento empuj con placer a Sonny Clemente hacia el auto patrulla, que un minuto
despus parta haciendo sonar su sirena. El teniente ODonnell sorbi una larga bocanada
de humo, con gesto preocupado. Luego apag el cigarrillo y se volvi hacia Joe Pistn.
T y tus chicos tambin deberis venir a la jefatura, Joe anunci. No es que
estis detenidos, pero necesitar vuestros testimonios.
De acuerdo, socio dijo Joe, con voz cansada. Ser un placer ayudarte.
Pasaron casi toda la noche haciendo declaraciones individuales, por turno, ante el
oficial escribiente que llevaba el sumario de lo ocurrido en Lago Geroe. Luego el teniente
ODonnell les cedi una habitacin cuadrangular, con una mesa redonda y varias sillas y
sillones, que sola utilizarse para las entrevistas de los detenidos con sus abogados. Una de
esas lmparas con un globo de opalina que slo existen en las jefaturas de polica colgaba
del techo, como para que no olvidaran dnde se encontraban. Un agente casi anciano con
el rostro demacrado trajo varios vasos de caf y una bolsa de rosquillas con azcar.
La cena dijo con voz desabrida. Invita la administracin.
Joe le dio las gracias y se recost cuan largo era en el nico silln doble,
mordisqueando una rosquilla.
Procurad descansar, pequeos aconsej. Ha sido una dura jornada.
Le has avisado a Mamie? pregunt Tormenta. Ella debe estar preocupada.
ODonnell le telefone respondi Joe con un bostezo. Le ha dicho que nos
espera maana con una comida especial. El teniente tambin est invitado
Pronunci las ltimas palabras con los ojos cerrados. Un instante ms tarde, su vientre
suba y bajaba acompasadamente, al son de sonoros ronquidos. Pinkie se arroll en el
suelo, apoyando la cabeza sobre las rodillas. Tormenta se arrebuj en una de las sillas,
con los pies en el asiento de otra. Con gestos fatigados encendi un porro y aspir con
fruicin una amplia bocanada. Emiti una breve risita, al recordar que estaban en la
Jefatura.
Derek estaba de pie junto a la ventana, que daba a la calle desierta. Chris le trajo una
taza de caf.
Te har bien beber algo caliente dijo.
El muchacho asinti y bebi un sorbo. Luego dej el caf en el alfizar de la ventana y
rode a Chris con los brazos. La bes suavemente en la frente y los prpados.
Ha sido un da duro para ti, cario murmur, pero todo se arreglar. Iremos
juntos a la carrera de Iowa
Ella se recost en su pecho.
Derek Qu ocurrir con Jimmy?
El chico no contest inmediatamente. Sus manos cayeron, laxas, a lo largo del cuerpo.
No lo s admiti. Quiz maana tengamos noticias
Se sentaron ambos en el banco de madera que corra a lo largo de la pared. Chris
coloc su cabeza sobre el regazo de Derek. l le acarici las sienes y la nuca, una y otra
vez, hasta que ella sinti que su cuerpo se distenda y su mente flotaba en un frgil
semisueo.
La tenue luz del amanecer asom por los cristales, al mismo tiempo que la cuadrada
cabeza del sargento Rod asomaba por la puerta.
Quin es Chris Parker? pregunt.
Chris abri los ojos somnolientos y contempl al polica desde el regazo de los tejanos
de Derek.
Yo dijo. Qu ocurre?
Ese chico herido, Jimmy Brown, ha pedido hablar contigo explic el sargento.
Jimmy? La chica se incorpor, parpadeante. Cmo se encuentra?
Rod se encogi de hombros.
Slo tengo orden de escoltarte hasta el hospital explic. Si quiere verte es
porque no est muerto.
No haba mucho pblico a aquellas horas en el Hospital Central de Colton. Chris y el
sargento cruzaron el amplio vestbulo sembrado de columnatas cuadradas, y se detuvieron
a esperar el ascensor. Poco despus lleg un nio de unos ocho aos, acompaado de su
madre. Mientras la luz indicadora bajaba lentamente desde el ltimo piso, la mujer y su
hijo no quitaron los ojos de la muchacha, contemplndola con algo as como compasivo
desprecio. Cuando por fin lleg el ascensor, salieron de l dos enfermeras cuchicheantes.
Los dos pares de visitantes entraron en el blanco cubculo, la puerta se cerr con un
chasquido y el aparato reinici el ascenso. El chico, embobado, saltaba su mirada de la
pistolera de Rod al rostro de Chris.
Qu delito ha cometido sta, sargento? pregunt con una sonrisa torva, sin
poderse contener.
Oh, nada demasiado grave contest Rod. Acostumbra estrangular a los nios
entrometidos.
La habitacin de Jimmy estaba en el cuarto piso. El mdico les esperaba en el
vestbulo. Aconsej a Chris que permaneciera slo cinco minutos y que no hiciera hablar
mucho a Jimmy. El sargento decidi que la esperara afuera, y el mdico lo acompa
hacia la mquina de caf. Chris se arm de valor e hizo girar la falleba de la puerta.
Jimmy yaca de espaldas, con un tubo en el brazo y otro en las ventanas de la nariz.
Respiraba con dificultad, pero su cara y su cabeza no presentaban ni un rasguo. Tampoco
sus manos, cruzadas inmviles sobre las mantas.
Hola, hermanita salud con voz casi inaudible. Saba que vendras.
Hola respondi Chris. Fue una magnfica maniobra, la que hiciste en el Lago
Geroe.
El chico hizo una mueca con los labios por debajo del tubo. Sus ojos brillaron
conmovidos.
Verdad que s? musit. Y eso que el motor estaba fro
Movi un poco la cabeza, con un rictus extrao.
Sientes dolor, Jimmy?
En absoluto. Me han atiborrado de calmantes. Slo intentaba verte mejor.
Me acercar a la luz dijo Chris, colocndose bajo la lmpara. Cmo? Qu
han dicho los mdicos?
Tengo algunos golpes internos, pero todo se arreglar en pocas semanas explic
el chico. Salvo lo de la pierna.
El corazn de Chris salt hacia arriba, apretndole la garganta.
La pierna?
La izquierda corrobor Jimmy con serenidad. De la rodilla para abajo, no
pudieron encontrarla.
Oh, Jimmy, yo no saba dijo Chris, ahogando un sollozo. Es terrible!
No dramatices, hermanita jade l. Joe podr arreglarme un auto con embrague
manual Y yo siempre he opinado que los cojos tienen un extrao atractivo ertico
Chris apart con lentitud la cabeza del cono de luz. Las lgrimas corran libremente
por sus mejillas.
No hables tanto, Jimmy pidi. El mdico ha dicho que no debes fatigarte.
l asinti, moviendo su gran nariz entubada.
De acuerdo, mueca. Cuntame de la pandilla.
Al entrar en el despacho del jefe de polica, el teniente ODonnell se llev una
desagradable sorpresa. Con su cabello gris cuidadosamente peinado y el impecable traje
beige de chaqueta cruzada, el fiscal del distrito lo recibi con una sonrisa de hielo. Estaba
sentado sobre la mesa, con un pie oscilando lnguidamente en el aire. Detrs de l, en su
silln, el jefe afilaba un lpiz, con aspecto de no tenerlas todas consigo.
El seor Steve Lovell, fiscal del distrito. El teniente ODonnell, de la brigada social
farfull haciendo las presentaciones.
Ya nos conocemos, verdad, teniente? dijo Lovell sin alterar su sonrisa.
S, seor. De cuando el caso Patson, en la corte.
Celebro que lo recuerde aprob el fiscal. Con un gesto casual, arrebat el lpiz de
manos del jefe y comprob el filo de la punta. Claro que entonces yo era slo un
abogado defensor. Por cierto agreg, hablando hacia la ventana. Su testimonio
aplast a mi defendido.
El juzgado lo encontr culpable reconoci ODonnell, con voz neutra.
El fiscal quit las nalgas del escritorio y comenz a pasearse, ajustando sus pasos a los
bordes de la alfombra. Ya no sonrea y en sus ojos grises haba una chispa manaca.
Son cosas de mi profesin y de la suya declar. Ahora que los dos estamos
del mismo lado, no quiero que piense que guardo algn resentimiento por aquel incidente.
Tampoco yo, seor murmur ODonnell.
Perfecto! se regocij Lovell, frotndose las manos y mirndolas luego con
detenimiento. De modo que estoy dispuesto a escuchar imparcialmente, aqu, frente a
nuestro honrado jefe de polica, las abrumadoras razones legales que tendr usted para
haber detenido al ciudadano Sonny Clemente, implicndole en ese sucio asunto de las
pandillas rockeras de Lago Geroe.
El fiscal haba mostrado, a la vez, sus cartas y sus prejuicios. El teniente ODonnell
supo entonces que tendra que librar una batalla perdida de antemano. Lovell no slo
acunaba un antiguo rencor personal hacia l, sino que sin duda representaba los intereses
del intocable seor Mitchell. En lo que haca al jefe de polica, era slo un viejo
funcionario acomodaticio, que le lanzaba miradas perrunas, como pidiendo disculpas. Pero
si las cosas haban llegado hasta all, no poda menos que enfrentarlas, aunque fuera a
fondo perdido.
De momento, seor fiscal, no implicamos a Sonny en lo ocurrido en el Lago Geroe.
Lo ha metido usted en el calabozo declar Lovell, con estudiado asombro.
Por posesin ilegal de armas. l y sus amigos llevaban un arsenal en el coche
inform el teniente.
Estn autorizados dijo el fiscal. Ellos forman parte de la custodia personal del
seor Cornell Mitchell.
Estaba esperando que lo mencionara espet ODonnell, mordaz.
El fiscal dio un respingo y acomod con la mano el mechn de pelo que le caa sobre
la sien.
A qu se refiere? inquiri, tenso.
Esa autorizacin no consta en nuestros registros, seor.
Es fue una autorizacin personal ma tartaje Lovell. Les di una nota
provisoria.
No la llevaban consigo declar el teniente, impasible.
De acuerdo, maldito polizonte! estall el fiscal. Le dar una certificacin de
que estaban autorizados. Ahora djelos en libertad!
ODonnell busc la mirada del jefe, que le rehuy, fijando su atencin en el
pisapapeles que utilizaba desde haca veinte aos. Cualquiera hubiera dicho que era la
primera vez que vea aquel objeto fascinante. El teniente suspir y trag saliva.
Tengo un cargo ms grave contra el seor Clemente inform. Llevaba en su
coche a una chica menor de edad, contra su voluntad. Puedo demostrar que se apoder de
ella por medio de la violencia. Puede considerarse un intento de secuestro.
El fiscal tom una carpeta del escritorio y se sent a hojearla en uno de los sillones.
Haba en sus pupilas un irnico brillo de victoria.
Sabe usted quin es esa chica? pregunt dulcemente.
No, seor
Lovell ley uno de sus papeles, sostenindolo entre el pulgar y el ndice, como si le
produjera cierta aprensin:
Josie Landau, diecisis aos, recluida desde los trece en una escuela reformatorio
por prostitucin, hurtos reiterados y drogadicta Actualmente se encuentra prfuga, con
peticin de captura por el juzgado de Menores del Estado de Cerr bruscamente la
carpeta y apunt con el pulido dedo ndice al pecho del teniente ODonnell. Puedo
demostrar, teniente, que al retener a esa putita negra el ciudadano Sonny Clemente tena
intencin de colaborar con la justicia.
El jefe de polica emiti un soplido y se llev las manos a la cabeza.
Debiste investigar los antecedentes de esa chica, ODonnell se lament.
Ordenar que pongan en libertad a Sonny y te sugiero que pidas disculpas al seor fiscal.
A m, no dijo Lovell, al seor Mitchell.
No pienso hacerlo estall el teniente ODonnell, fuera de s. Si quiere guerra,
tendr guerra, Lovell. Tengo testigos de que Sonny es responsable de la explosin de
Lago Geroe, y de que cumpla rdenes de Cornell Mitchell! Su propio sobrino declarar
contra l! Se dirigi hacia la puerta y se detuvo antes de salir, con gesto encendido.
Y si me pide la renuncia, ir a contarlo todo a la prensa!
Cuando ODonnell se hubo ido con un portazo, el jefe de polica mir compungido al
fiscal del distrito.
Qu haremos, seor Lovell? pregunt, servil.
Mantener la calma, mi querido amigo respondi el fiscal, volviendo a revisar sus
papeles. Y actuar dentro de la ley: los testigos de su teniente son pura bazofia. Joe
(Pistn) Johns y Derek Finn tienen cuentas pendientes por organizar carreras de autos
clandestinas; podemos pegarles un buen susto para que cierren la boca. Pinkie Mitchell
y la chica llamada Tormenta son menores de edad. Advertiremos a sus padres para que
los mantengan a buen recaudo. En lo que hace a Josie Landau y su amiga Chris Parker, las
tiene usted en la Jefatura y bastar con devolverlas al juez de menores que las reclama.
Qu haremos con ODonnell? pregunt el jefe, nervioso.
Licenciarlo por un tiempo con gastos pagados declar el fiscal. Est algo
ofuscado, pero es demasiado buen polica para no comprender de qu lado debe estar.
Jimmy, agotado por la breve conversacin, se haba quedado dormido. Chris lo bes
levemente en los labios. Luego sali de la habitacin. Sola, bajo la luz blanquecina del
corredor, tuvo la ntida sensacin de que una etapa de su vida acababa de terminar. En el
captulo siguiente, la esperaban el amor de Derek, la amistad de Josie y Jimmy, la calidez
jovial de Joe y Mamie Johns, la proteccin del teniente ODonnell, era su oportunidad
para saltar al otro lado de la vieja alambrada, para olvidar a su madre corroda por la
cirrosis y a su hermano Tom, inalcanzable en Mxico Slo tena que buscar al sargento
Rod y pedirle que la llevara de vuelta a la Jefatura. Todos, entonces, se ocuparan de
ella
Pero algo, en el fondo de su corazn, le deca que deba haber un error, una trgica
trampa en tanta placidez. La justicia estaba para perseguirla, no para protegerla. El amor,
como haba dicho Jimmy alguna vez, estaba para ellos ligado a la muerte; los seres como
ellos no negociaban la libertad. Un extrao sentimiento de loca rebelda, de torturante
lucidez, comenz a formarse dentro de su mente: No te engaes, ests para siempre al
otro lado de la alambrada.
El sargento conversaba, distrado, con la enfermera de guardia. Chris pas de puntillas
detrs de ellos y alcanz las escaleras. Un minuto despus estaba en la calle, bajo el sol
hiriente de la maana, entre los peatones apresurados de la avenida y los coches que
hacan sonar sus bocinas impacientes. Record el inteligente consejo de Moco,
desangrndose en el desguazadero:
Escapa, Chris! Corre
Y apret el paso, sin mirar hacia atrs.
PAUL MAY es un seudnimo utilizado por el escritor Ernesto Frers (Argentina, 1936).
Ernesto Frers es un periodista y escritor argentino, afincado en Barcelona desde 1977. Ha
publicado una gran cantidad de libros, con su nombre real o bajo seudnimos (Paul May,
Rick Solaris, Jonathan Gibb, Bill Ford, Mario Valentino).
Ha destacado por sus investigaciones sobre historia y ocultismo, adems de un buen
nmero de novelas, participando en varias colecciones juveniles y de ciencia ficcin.
Ha trabajado en diversos medios de su pas, Amrica Latina y Espaa como comunicador
especializado en temas poltico-sociales y de historia contempornea.
Bibliografa como Paul May
1978 La novicia
1978 Chris
1980 Escapa, Chris!
1982 Frenes en verano
1982 El corazn de Chris
1982 Una chica como t
1983 El regreso de Chris
1983 Amores en el internado
1983 Un amor para Chris
1984 Amor en las sombras
1984 Chris y su destino
1985 Los caminos de Chris
1986 La esperanza de Chris
1987 La tragedia de Chris
1987 La granja de Chris
1988 Chris vuelve a la granja