Timba Cubana (Apuntes Sobre Un Intergénero Contemporáneo)
Timba Cubana (Apuntes Sobre Un Intergénero Contemporáneo)
Timba Cubana (Apuntes Sobre Un Intergénero Contemporáneo)
LA JIRIBILLA
LA TIMBA CUBANA
APUNTES SOBRE UN INTERGÉNERO CONTEMPORÁNEO
La timba ha protagonizado los escenarios de la música popular en los últimos años. El tiempo podría dar fe de la
magnitud del hecho músico-bailable. Mientras tanto, sigue presente en el repertorio de una parte importante de las
agrupaciones emblemáticas de la música popular bailable cubana.
de otra índole, proviene del ámbito extramusical para emplear dicha nomenclatura
como concepto de marketing, que intenta diferenciar las composiciones nacionales
sonero-salseras de los últimos años, de las producidas fuera de la Isla. El hecho es
que tal fenómeno musical (y su vocablo) cristalizaron y se acuñaron como
estilo/género a principios de la década de los 90, cuando sus rasgos ya estaban
presentes en el repertorio de varias agrupaciones con los antecedentes referidos, y
de otras que habían surgido desde el lustro anterior, cuya creación era denominada
hasta entonces de otro modo, fundamentalmente como salsa, con todos los
apellidos que se le quisieron adjudicar.
Más tarde el término se comenzó a utilizar como una manera muy intuitiva de
nombrar a los nuevos efluvios del son cubano, en contacto con el movimiento
caribeño-newyorquino de la salsa. Se asumió para identificar el quehacer de la
gran mayoría de los proyectos que engrosaban el panorama bailable del momento,
que se manifestaban con rasgos de estilo modernizados, sin distinción de formatos
o estilos, y su uso alcanzó en poco tiempo una notable expansión en el entorno
cultural. Así, agrupaciones como Issac Delgado y su orquesta, Adalberto Álvarez y
su son, NG la Banda, Juan Formell y Los Van Van, La Charanga Habanera, Yumurí
y sus Hermanos, entre otros, optaron por adscribirse a la etiqueta publicitaria en
boga, pues encontraron en ella la única vía factible para lograr su inserción en el
mercado internacional, sin preocuparse, no obstante, por responder desde el
punto de vista musical a los preceptos que dictaba la manifestación.
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La década de los 90 fue testigo de una conjunción cada vez mayor de grupos de
artistas que accedieron gradualmente, por vías disímiles, a la práctica creativa e
interpretativa de lo popular bailable. En este sentido se hizo notable la afluencia
de músicos, en gran medida jóvenes, egresados de las escuelas de arte de todos
los niveles, hecho que propició su paulatina profesionalización en la dirección
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La realización del canto, por su parte, se vuelve mucho más declamada, como
influencia directa del rap, alterando ocasionalmente la clásica concepción de la
estructura solo-coro del rapeo original americano y de algunos sones y salsas. En
agrupaciones como Bamboleo, el cotorreo es desempeñado generalmente por el
coro mientras el solista lleva el protagonismo de la melodía. La Charanga
Habanera, por su parte, ha devenido un ejemplo representativo, en cuyo caso esta
impronta se hace presente con más fuerza y desde aristas diversas, tanto en la
imagen que proyectan en la escena como en la estructuración del texto, en la
interpretación tendiente a lo parlado de los coros, y en los estilos vocales de sus
cantantes solistas, entre parlado-rapeado, melodías sinuosas y quebradas, frases
melismáticas, en una especie de slang específico del marco timbero, tal y como se
aprecia en el estilo de Michel Maza, ex cantante de La Charanga Habanera.
De lo anterior sirve como ejemplo La bruja pieza del excelente músico José Luis
Cortés que refleja en su texto la filosofía timbera aunque desde el punto de vista
estrictamente musical se considere más bien una salsa de cruce con gérmenes de
timba. El análisis del texto-letra evidencia cómo en los estribillos e improvisaciones
los códigos lingüísticos se acercan intensamente a los registros vulgares de la
lengua, lo cual provocó un rechazo casi unánime en los medios oficiales.
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La década de los 90 ha sido una etapa muy convulsa para el contexto cubano y se
convirtió en un período de movilización lingüística (fundamentalmente lexical), en
tanto el lenguaje fue sufriendo modificaciones y surgieron, en consecuencia,
nuevas formas de decir. En este caso, la fuerza interactuante de la música bailable
y el habla popular resultó notoria, incluso exacerbada, durante el último decenio;
es decir, el autor crea determinada frase que la población asume,
independientemente de sus gustos musicales, y a la vez, los fraseologismos
populares son utilizados por los compositores con toda intención para atraer al
público y lograr la extrapolación de ese texto a situaciones no relacionadas
directamente con la música; de ahí que muchas de las expresiones popularizadas a
través de estas piezas, que se repiten actualmente en la cotidianidad, pierden, en
muchos casos, su tendencia marginalesca al socializarse. (9) Es precisamente la
pérdida de los límites contextuales en cuanto al uso de dichos registros populares
y vulgares un aspecto determinante en la subvaloración de la timba como
intergénero.
la Banda) o “esto te pone la cabeza mala” (Juan Formell y los Van Van) son
identificadas con gestos y movimientos específicos en un escenario.
Otro fenómeno que se produce, propio del discurrir del uso lingüístico, es la
resemantización o especialización de términos. En el caso de “La especulación de
La Habana” (11) se eliminó totalmente su significado de base, y hoy
día especular se utiliza como sinónimo de ostentar en ciertas franjas del habla
popular, lo que no tiene relación con su sentido académico. Sin embargo, en la
medida en que su empleo se haga más extensivo podrá ser asentado o no, en
tanto es el uso del lenguaje el que determina las normas.
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BIBLIOGRAFÍA
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- Casanella, Liliana: Textos para bailar:¿una polémica actual?, en Salsa cubana, no. 7-8,
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- García Meralla, Emir y T. Henry: Somos lo que hay, en Salsa Cubana, año 2, no.- 5, 1998,
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- Gómez, Zoila y Victoria Eli: Música latinoamericana y caribeña. Editorial Pueblo y
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- González Bello, Neris y Liliana Casanella Cué: Gozando y a lo cubano con la Charanga
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- Lam, Rafael: El caballero del son, enSalsa Cubana, año 2, no.- 6, 1998, p. 23
- Orovio, Helio: Rumba en la salsa, pop, folk y timba, en Salsa Cubana, año 2, no.- 5, 1998,
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- Orozco, Danilo Échale salsita a la cachimba, en La gaceta de Cuba, no.-3, mayo-junio, 1995,
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- Pagano, César: La timba: ¿un nuevo ritmo?, en 91.9 La revista que suena..., no.-14,
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- Pérez, Jorge Ignacio: Adalberto sigue montado en el coche, en Salsa Cubana, año 2, no.-
6, 1998, p. 18-21
- T. Henry: !Timba, timberos!, en Salsa Cubana, año 2, no.- 5, 1998, p.22-23
- Villaurrutia, Raimundo, Mirna Guerra y Ada Oviedo: Caracterización sociodemográfica y
musicológica de una agrupación de proyección internacional: Issac delgado y su orquesta.
Impresión ligera, CIDMUC, 1997.
1 La timba cristaliza en Cuba en un preciso momento, catalizada por elementos extramusicales. El período especial por
el que transita el país y los cambios económicos severos que ello trajo consigo, el incremento del turismo y la
afectación de valores en ciertos sectores de la población, entre otros factores, incidieron en la conformación de rasgos
que la caracterizaron, y entre ellos, la agresividad y crudeza en muchas de las letras (aunque esto tiene importantes
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antecedentes históricos).
2 El musicológo Danilo Orozco ha expuesto su definición y aplicación del intergénero en conferencias convocadas por el
Ministerio de Cultura y en numerosos eventos teóricos sobre música realizados en la capital de nuestro país. Así mismo,
sus enfoques sobre el tema están recogidos parcialmente en Separatas del Seminario de Musicología Contemporánea
en la Universidad de Chile (1996), en la Separata realizada por Fun Music de Bogotá, Colombia (1996), en el folleto
“Nexos globales desde la música cubana con rejuegos de Son y No son”, editado por Ojalá de forma limitada, y con
mayores ampliaciones en el capítulo II de su libro Trama global desde la música cubana, en preparación para la SGAE.
3 Uno de ellos fue la presentación de orquestas de música popular bailable -no solo representativas de la timba- en
espacios abiertos de la capital, a lo que se denominó «gira por los barrios». Parques y plazas de diferentes municipios
sirvieron de escenario, a partir de los últimos años de la década del 80, a múltiples encuentros entre agrupaciones
diversas, de antigua y reciente formación. Dicho proyecto cultural logró la inserción de tales orquestas en la vida de las
comunidades suburbanas de la Ciudad de La Habana, propició su vínculo con la población que no tenía acceso a los
centros turísticos de mayor demanda en esa época, así como el reconocimiento y popularidad de las propuestas más
jóvenes en el contexto musical cubano.
5 Capas o niveles instrumentales que se distinguen a partir de las funciones desempeñadas por los componentes
organológicos dentro del formato. Las mismas pueden ser melódicas, armónicas, rítmicas, melo-armónicas, melo-
armonico-rítmicas, etc.
7 Obra registrada en el disco Pa´ que se entere La Habana; Magic Music, 1996.
9 Este fenómeno no es nuevo en la música popular bailable; tradicionalmente esta relación se ha hecho evidente
aunque con otras connotaciones.
10 Este hecho no es privativo de la música, en tanto ha permeado diferentes manifestaciones de la creación artística
en los últimos años del siglo y no solo en Cuba.
11 Obra que integra el CD Con la conciencia tranquila, de Paulo F.G. y su Elite; Nueva Fania, 1997.
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