Neuroeducacion Neurociencia Educac Cuantica
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Neuroeducacion Neurociencia Educac Cuantica
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La neuroeciencia y neurodidáctica cada vez tienen más peso en las escuelas que
quieren optimizar sus procesos de enseñanza. La tecnología educativa de CogniFit,
basada en la neuroeducación, se lleva aplicando en diferentes centros escolares en
todo el mundo resultando altamente efectiva para todos los alumnos, pero sobre
todo, para aquellos que tienen necesidades específicas o dificultades del
aprendizaje.
CogniFit Neuroeducación en el aula, es una herramienta científica para educadores,
diseñada para ayudar a identificar alguna de las causas neurológicas que pueden
estar relacionadas con el fracaso escolar y rehabilitar las principales funciones
cognitivas de los niños.
¿Cómo funciona? Lo primero que deben hacer los estudiantes es completar
la evaluación cognitiva. Todos los juegos mentales de CogniFit Neuroeducación, han
sido diseñados y validados clínicamente para identificar las debilidades y fortalezas
cognitivas implicadas aprendizaje: Atención, memoria, percepción y razonamiento.
Utilizando los resultados de esta evaluación inicial, CogniFit programa
automáticamente una dinámica de entrenamiento cerebral personalizado, diseñado
específicamente para mejorar las necesidades cognitivas de cada estudiante.
El fracaso escolar es una de las preocupaciones más destacadas en el sistema
educativo. Por eso es importante aplicar los conocimientos sobre el cerebro a la
educación. Contar en los centros escolares con herramientas e iniciativas
neuroeducativas que permitan integrar procedimientos para que todos los alumnos
puedan desarrollar adecuadamente su potencial de aprendizaje.
6. Da feedback
El feedback, o retroalimentación es esencial para la neuroeducación y el proceso de
aprendizaje. Dar retroalimentación, decir qué se ha hecho bien y qué se puede
mejorar es básico para orientar el aprendizaje. No sólo vale con poner una nota
numérica en los exámenes o remarcar los errores en rojo. Hay que señalar los
errores de forma concreta, pero también señalar lo que se ha hecho bien. Así
motivamos al alumnos y damos pautas concretas para que mejore.
2. No frenes su creatividad
¿Qué es la creatividad? No nos damos cuenta, pero sin querer a veces frenamos la
creatividad de nuestros hijos. No le interrumpas cuando esté jugando solos o estén
muy atentos y motivados en algo. Permite que juegue con otros niños, que hagan
actividades al aire libre. Tampoco es adecuado vigilarles, ya que cuando se sienten
observado desaparece el impulso creativo y se les coarta la libertad de experimentar.
Importancia del pensamiento creativo.
Mitos en neurociencia
Uno de los objetivos de la aplicación de los conocimientos neurocientíficos en la
educación es romper una serie de mitos y creencias que los profesores y maestros
tienen acerca del desarrollo del cerebro de los niños. Algunos de esos mitos son los
siguientes:
Hay periodos críticos en los que DEBEMOS aprender ciertas cosas.
Sólo usamos el 10% del cerebro. Incluso se suele pensar que si usarámos
el 100% de nuestro cerebro tendríamos superpoderes. Esta creencia tan
extendida es totalmente falsa. Usamos todo nuestro cerebro.
Yo uso el cerebro derecho, tú el izquierdo. Aunque tenemos
dos hemisferios cerebrales, eso no quiere decir que se use más uno u otro. Se
sabe que cada uno tiene algunas funciones diferenciadas, pero todos
nosotros usamos ambos por igual.
Escuchar a Mozart va a volver a tu hijo inteligente. Muchos estudios,
como este, demuestran que es falso.
La multitarea es una buena forma de realizar el trabajo. Esto sabemos que
no siempre es así y depende mucho de cada persona y sus
características.
http://yaq.es/breves/neurociencia-y-aprendizaje
¿Sabes cómo funciona tu cerebro cuando estudias?, ¿cuál crees que es el mejor momento
para estudiar?
Esto y mucho más intenta desvelar una nueva disciplina llamada Neurociencia Aplicada a la
Educación que analiza los procesos neuronales que se llevan a cabo cuando uno está
memorizando contenidos.
Aprender es un proceso por el cual adquirimos una determinada información y la
almacenamos para poder usarla cuando nos haga falta. La Neurociencia Aplicada a la
Educación nos dice que hay dos tipos de aprendizajes: uno de corta y otro de larga duración.
El primer modelo se usa para cosas como la lista de la compra, tareas para hoy y cosas que
no necesitan estar recordándose continuamente. El segundo modelo nos sirve
para memorizar conocimientos que vayamos a utilizar habitualmente.
¿Dónde está el problema entonces? Pues en que muchas veces se estudia y se almacenan las
cosas en la memoria a corto plazo arriesgándonos a olvidarlo todo en el peor momento. ¿Por
qué retenemos muchas veces lo estudiado en la memoria a corto plazo? Pues porque lo
dejamos todo para el último instante; de esta forma le estamos mandando una orden errónea
a nuestro cerebro haciéndole creer que lo que se almacena no tiene la importancia que
realmente tiene. Ponemos a la misma altura la lista de la compra y un examen de Historia.
Sin embargo, cuando estudiamos de forma continuada las conexiones neuronales se
fortalecen y el estrés mental es menor. Lo que se consolida poco a poco es más duradero y
así el cuerpo está más relajado a la hora de asimilar nuevos contenidos. Por eso las horas de
sueño también son fundamentales para empollar y no exponerse a olvidarlo todo el día del
examen, o en otras palabras, que la cama es para descansar.
Igual de importancia le dan los científicos a otros factores como: estudiar en un sitio
adecuado (si es lejos de la televisión mejor), comprender es mejor que aprender de memoria
(nuestro cerebro funciona por asociación y lo que se comprende es más sencillo de retener),
estudiar durante el día (en la noche el cansancio es mayor), empezar por lo más fácil para
coger confianza, comer bien y no hacer megasesiones de estudio sin descansar.
Tampoco te fies de los compañeros que lo dejan todo para el día anterior al examen y
aprueban, pues no todo el mundo es igual y algunas personas tienen más facilidad para
asimilar conceptos en menos tiempo. La inteligencia no se mide por los records de
memorización in extremis sino por conocer los propios límites y saber usarlos en nuestro
propio beneficio.
Descubrimientos fundamentales de la neurociencia
La neurología –tradicionalmente ocupada en resolver problemas de salud clínicos- está
aportando datos relevantes para la educación y el aprendizaje. Mediante pruebas como la
Resonancia Magnética Nuclear (RMN), la Tomografía Axial Computerizada (TAC) y sobre todo
la Tomografía con Emisión de Positrones (TEP), los científicos están fotografiando nuestros
pensamientos, emociones, conductas y la forma en que recordamos muchas cosas.
De este modo se observa como el aprendizaje cambia la estructura física del cerebro, es
decir, que se fortalece con el ejercicio mental. Aún más, estudiar organiza y reorganiza la
mente, o mejor dicho, que el ejercicio mental cambia nuestro modo de percibir y comprender
la realidad.
También se observa que los genes, el desarrollo particular de cada uno y la experiencia
adquirida modifican nuestra capacidad neuronal. Además, los neurólogos hacen hincapié en
la necesidad de que los profesores conozcan cómo funciona nuestro cerebro para hacer que
sus clases sean más efectivas y que el alumno aproveche al máximo sus capacidades.
La neurociencia está empezando a iluminar el camino de la educación y el aprendizaje, y en
el futuro se aplicarán técnicas cada vez más eficientes no sólo para estudiar sino tambiénpara
enseñar. Si te atrae este tema no te pierdas nuestro número Especial sobre Neurociencia y Aprendizaje.
https://www.isep.es/actualidad-neurociencias/que-aporta-la-neurociencia-al-mundo-del-aprendizaje/
Aprendizaje y Neurociencia
Aprender es, en esencia, ser capaz de sobrevivir. El hombre aprendió cómo hacer fuego para calentarse y
cocinar la carne y, así, enfermar menos. Aprendió a cultivar la tierra para asegurar alimento
independientemente de la suerte en la caza y construyó viviendas que resistieran a la lluvia y el frío.
Aprendiendo el hombre se forjó un futuro y solo así aseguró la continuidad de la especie.
El cerebro sigue siendo un gran desconocido, pero hace 30 años aún lo era más. Los avances
en neurociencias han permitido comprender cómo funciona el cerebro y ver el importante papel que la
curiosidad y la emoción tienen en la adquisición de nuevos conocimientos. En la actualidad se ha
demostrado científicamente que, ya sea en las aulas o en la vida, no se consigue un conocimiento al
memorizar, ni al repetirlo una y otra vez, sino al hacer, experimentar y, sobre todo, emocionarnos.
Las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente relacionadas. Desde el punto de vista de
la neurociencia educativa, cabe destacar que la inteligencia es un concepto multidimensional, por eso un
mismo ambiente de aprendizaje debe llevar a los niños a explorar, pensar y expresar sus ideas a través de una
variedad de diferentes códigos.
La Neurociencia y la educación
Por lo que concierne a la neurociencia en la educación, hoy día hay diversas pruebas de cómo un ambiente
de aprendizaje equilibrado y motivador requiere a los niños de un mejor aprendizaje. Es por ello que los niños
aprenden “socialmente”, construyendo activamente la comprensión y los significados a través de la
interacción activa y dinámica con el entorno físico, social y emocional con los cuales entran en contacto.
La neuroeducación recomienda que durante los primeros años de vida los niños estén en contacto con la
naturaleza y no se les fuerce a permanecer sentados y quietos mucho tiempo, pues a esas edades es cuando
se construyen las formas, los colores, el movimiento, la profundidad… con los que luego se tejerán los
conceptos. Para poder madurar, es decir, crear nuevas redes de neuronas, el cerebro necesita experiencias
nuevas. De los 10 a los 12 años, en cambio, el cerebro está específicamente receptivo a aprender aptitudes,
por lo que es el momento de potenciar la comprensión de un texto y de que aprendan a razonar de forma
matemática. Y, en la adolescencia, el cerebro es plenamente emocional y choca con el actual modelo
educativo que en esta etapa les obliga a aprender biología, física, química… materias totalmente racionales.
Por poner un ejemplo, muchas personas han olvidado el nombre de los Reyes Godos o la fórmula para
calcular la velocidad de caída de un cuerpo pero, en cambio, recuerdan lo divertidas que eran las clases de
ese profesor en especial (puede que de mates, lengua, historia… cada uno tendrá el suyo) que despertaba su
interés con ejercicios prácticos e historias sobre cada tema. Fue él quien consiguió despertar tu atención e
interés, y por el que decidiste estudiar lo que después estudiaste… La emoción es fundamental en
el aprendizaje, para quien enseña y para quien aprende. Ese profesor hizo que la información en clase la
captásemos por medio de nuestros sentidos y para que después pasara por el sistema límbico o cerebro
emocional antes de ser enviada a la corteza cerebral, encargada de los procesos cognitivos. Dentro del
sistema límbico, la amígdala tiene una función esencial: es una de las partes más primitivas del cerebro y se
activa ante eventos que considera importantes para la supervivencia, lo que consolida un recuerdo de
manera más eficiente.
Otro factor a tener en cuenta es la sorpresa, puesto que activa la amígdala. El cerebro es un órgano al que le
gusta procesar patrones (entender cosas que se repiten siempre de la misma forma); es la manera como se
enfrenta al mundo que lo rodea. Ahora bien, todo aquello que no forma parte de esos patrones se guarda de
manera más profunda en el cerebro. De ahí que usar en la clase elementos que rompan con la monotonía
benefician su aprendizaje.
Por último, la empatía (el acercamiento emocional) es la puerta que abre el conocimiento y con él la
construcción del ser humano. Además se ha descubierto que, al contrario de lo que se creyó durante mucho
tiempo, el cerebro no es estático, sino que existen periodos críticos en los que un aprendizaje se ve más
favorecido que otro. Por ejemplo para aprender a hablar el cerebro está más receptivo desde que uno nace
hasta los siete años. Pero esto no quiere decir que después no pueda adquirir el lenguaje: la plasticidad del
cerebro permitirá hacerlo aunque cueste más. Este descubrimiento de la existencia de periodos de
aprendizaje abre nuevos debates sobre el sistema educativo y la necesidad de replantearse un nuevo modelo
acorde con esta predisposición cerebral a adquirir nuevos contenidos concretos por etapas.
La cantidad de jóvenes desmotivados que no quieren continuar sus estudios o creen que lo que están
aprendiendo no sirve para nada es alarmante. Y la única forma de combatirla es a través de maestros que
enseñen a los niños a afrontar nuevos retos, que transformen el cerebro de sus alumnos aprovechando todas
las herramientas que ofrece la neuroeducación para enseñar mejor. Algunos expertos afirman que si las
clases fueran más vivenciales podrían impartirse más conocimiento en menos tiempo. Los docentes deberían
aprovechar lo que se conoce del funcionamiento del cerebro para enseñar mejor. Los niños deben
entusiasmarse por lo que están aprendiendo.
Con este objetivo ISEP presentó en 2015 el programa de Neuroeducación, un máster que proporciona
conocimientos neuropsicológicos sobre cómo aprovechar mejor el desarrollo neurobiológico para adquirir
aprendizajes y los diferentes trastornos o alteraciones neurológicas que afectan a la cognición y emociones
en los niños y adolescentes, aportando herramientas para aprovechar el máximo sus posibilidades. Al mismo
tiempo, y en función de la propia maduración del SNC, también se pretende desarrollar las habilidades que
este posea. Se sabe que los seres humanos solo aprovechamos de media un 10% de nuestro potencial
intelectual.
La conferencia ¿Matan las escuelas la creatividad? es una de las charlas TED más descargadas. En ella Ken
Robinson desglosó en 2006 algunas de sus ideas sobre el sistema educativo y sus principales fallos. Cuatro
años después, este escritor y profesor británico, experto en creatividad e innovación, continuó su
disertación en ¡A iniciar la revolución del aprendizaje!. Hemos resumido en diez puntos las ideas principales
de ambas intervenciones para dibujar cómo ve Robinson el presente y el futuro de la educación en el
mundo.
1 - La creatividad debe ser tan importante en la educación como la alfabetización. En las escuelas se
desprecia la creatividad y solo se premia la habilidad en matemáticas, lengua o historia, cuando deberían
estar al mismo nivel. Los niños tienen una capacidad para innovar y unos talentos extraordinarios que están
desperdiciados.
2 - Estigmatizar el error mata la creatividad. Para crear, para innovar, no hay que temer equivocarse porque,
si los niños tienen miedo a equivocarse, dejarán de probar y de experimentar. Sin embargo, el sistema de
educación actual establece que los errores son negativos y va aniquilando la creatividad inherente al ser
humano.
3 - En las escuelas se educa solo el cerebro y, especialmente, el hemisferio izquierdo. Todos los sistemas
educativos tienen una jerarquía que sitúa en lo más alto las matemáticas y los idiomas, seguidos de las
humanidades y, en el nivel más bajo, las artes. Y, dentro de las artes, incluso se da más importancia a la
plástica y la música que al teatro o el baile. No se educa el uso de nuestro propio cuerpo, ni la capacidad de
crear e imaginar, porque el sistema educativo se diseñó con la revolución industrial, para enseñar a trabajar,
y da más importancia a los temas o aspectos útiles para el trabajo.
4 - El sistema de valoración escolar no es justo. En contra de lo que muchos piensan, la habilidad académica
no es sinónimo de inteligencia. Nos hemos acostumbrado a creer que un niño al que no le va bien en el
colegio no es inteligente, cuando en realidad puede tener mucho talento y ser brillante y creativo. El
problema es que en las escuelas no se valora la inteligencia, sino la capacidad de destacar en ciertas
asignaturas o materias.
5 - El sistema educativo actual aleja a muchas personas de sus habilidades naturales. Los talentos de una
persona no siempre están a la vista, a veces se esconden bajo la superficie y hay que buscarlos,
descubrirlos. La educación debería ser el entorno donde se creen las circunstancias adecuadas para que
esos talentos emerjan, pero no es así.
6 - La educación no debe sufrir una evolución, sino una revolución. Para solucionar los problemas de los
sistemas actuales, no bastan los cambios superficiales: la educación tiene que transformarse en algo
diferente a lo que es ahora. Para ello, debemos desprendernos de las ideas preconcebidas, como el hecho
de que todo el mundo deba ir a la Universidad, lo que deriva en una concepción lineal de la educación que
no es adecuada. Lo importante no es superar cursos sino desarrollar al máximo las capacidades de la
persona.
7 - Hay que cambiar el concepto de inteligencia. Las comunidades humanas dependen de un amplio
abanico de habilidades y no pueden apoyarse sobre una única definición de talento. Ese es uno de los
mayores retos en el ámbito educativo: cambiar esa definición, cambiar el concepto de inteligencia. La
inteligencia es diversa, dinámica e interactiva y, sobre todo, única. El objetivo, por lo tanto, es que la
persona encuentre su talento y tenga una dedicación extraordinaria para desarrollarlo.
8 - La educación debe personalizarse y volverse orgánica. El sistema educativo actual sigue un modelo
industrial, estandarizado y conformista. Educamos a los niños con las premisas de la comida basura, sin
importarnos las características de cada uno, cuando en realidad los talentos y las capacidades son tan
diversos como los alumnos. Debemos optar por un modelo agrícola, orgánico: como el granjero, la labor de
la educación debe centrarse en crear las condiciones más adecuadas para que el niño crezca y desarrolle
sus talentos.
9 - Debemos replantearnos los principios fundamentales en los que educamos a nuestros hijos. Igual que
explotamos la Tierra para extraer los recursos que nos interesan, el sistema educativo explota nuestro
cerebro para que ejecute unas tareas y desarrolle unas habilidades concretas. La educación del futuro no
puede seguir estas premisas, sino que debe valorar a los niños por todo lo que son, también por su
imaginación y la riqueza que supone su capacidad creativa.
10 - Para educar hay que alentar la pasión y conmover el espíritu. Hay que crear un movimiento en
educación en el cual la gente desarrolle sus propias soluciones con el apoyo de un currículo personalizado.
Pero debe hacerse apelando a la pasión, porque cuando hacemos lo que nos apasiona, sea lo que sea,
somos felices y nos sentimos plenos.
http://oceano.mx/ficha-libro.aspx?id=12826
http://www.santillana.com.co/rutamaestra/edicion-17/pdf/10.pdf
La arquitectura escolar ha sido un campo apasionante para muchos arquitectos durante los siglos XIX y
XX, actualmente, en el siglo XXI la relación entre arquitectura y pedagogía comienza a ser un asunto
de interés general. Sin embargo, la reflexión entre espacio y aprendizaje no es un asunto novedoso y ya
desde el siglo XIX aparecen escritos sobre cómo puede afectar el contexto físico al ambiente educativo.
El pedagogo suizo Henri Pestalozzi (1746-1827), impulsor de la enseñanza pública en Europa, abrió un
camino nuevo como punto de partida para desarrollar la unión entre arquitectura y educación. Ya hace
dos siglos el espacio donde el niño aprendía empezó a considerarse como un elemento fundamental
para su educación.