Zabala Teoria Del Cine en Latinoamerica
Zabala Teoria Del Cine en Latinoamerica
Zabala Teoria Del Cine en Latinoamerica
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Torben Grodal: Embodied Visions. Evolution, Emotion, Culture and Film. New York, Oxford University Press,
2009
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Thomas Elsaesser y Warren Buckland: Studying Contemporary American Film. A Guide to Movie Analysis.
Arnold, London, 2002
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Un espléndido recuento sobre los presupuestos teóricos de este cine se encuentra en el estudio de Isaac
León Frías: El nuevo cine latinoamericano de los años sesenta. Entre el mito político y la modernidad fílmica.
Lima, Universidad de Lima, 2013, 473 p.
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En lo que sigue haré un recorrido panorámico por la producción teórica de cada uno
de los 11 países latinoamericanos en los que he encontrado libros de teoría del cine:
Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, México, Perú, República Dominicana,
Uruguay y Venezuela. Los países de la región con la mayor producción teórica son
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Argentina y México. Aquí estoy incorporando no sólo los producidos por los autores que
residen en cada país, sino también aquellos que han sido traducidos en estos países.
Probablemente toda la producción teórica producida en estos 11 países equivale a la
producción teórica producida en España, cuyas principales editoriales comerciales en los
estudios sobre cine (Paidós y Cátedra) dominan el mercado bibliográfico
hispanoamericano. Y esto último, a su vez, puede explicar la notable francofilia que existe
en gran parte de la región, es decir, como una consecuencia indirecta de la francofilia
peninsular.
Argentina
Este recorrido se inicia en 1978 con la publicación del libro de estudios analíticos
del investigador argentino Raúl Beceyro, Ensayos sobre fotografía, cuya edición mexicana
fue publicada por la editorial independiente Arte y Libros. En este trabajo y su secuela de
1983, Henri Cartier-Bresson, publicado en México por la Universidad Nacional Autónoma
de México, Beceyro pone en práctica el método de lectura connotativa propuesto por
Roland Barthes.
En el primero de estos volúmenes se analizan seis fotografías, respectivamente, de
Alfred Stieglitz (El entrepuente, 1907), Lewis Hine (Pequeña tejedora de algodón en una
fábrica de Carolina, 1909), Henri Cartier-Bresson (París, las provisiones el domingo por la
mañana, calle Mouffetard, 1950), Paul Strand (Familia, 1953), Robert Capa (Francia,
1944) y Julia Margaret Cameron (Julia Jackson, 1867). En cada uno de estos ensayos se
efectúa un cuidadoso examen de los componentes específicos de cada una de estas
fotografías. De esta manera se logra mostrar la importancia significativa de elementos
formales como la altura del encuadre, la profundidad de campo, la composición visual, el
emplazamiento de la cámara, la textura del blanco y negro, incluso los aparentes errores
deliberados del fotógrafo. Este trabajo estableció una forma de examinar los materiales
fotográficos que se ha seguido aplicando en el estudio de fotogramas cinematográficos.
En el año 2003 se publicó una segunda edición de Ensayos sobre fotografía, con un
capítulo nuevo sobre la semiología fotográfica de Roland Barthes. Este volumen ha tenido
un efecto importante en la tradición académica española, como puede observarse, por
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ejemplo, en el monumental trabajo de Javier Marzal Felici, Cómo se lee una fotografía
(Cátedra, 2007).
En 1992 la editorial Catálogos publicó en Buenos Aires la traducción de las actas
del congreso organizado por Michel Marie, en el que se hizo un balance del trabajo pionero
que realizó el semiólogo francés Christian Metz en la década de 1960. Este volumen
colectivo, cuya traducción fue coordinada por la investigadora uruguaya Lisa Block de
Behar, es importante porque marca una distancia teórica frente a los primeros estudios de
semiología del cine, todavía muy influidos por la lingüística saussureana, y en los que se
buscaba una equivalencia con la lengua natural. Ya a mediados de la década de 1980, en
Francia se hicieron propuestas en las que se demuestra la necesidad de sostener la
autonomía del llamado lenguaje cinematográfico, y el hecho de que esta expresión debe ser
tomada más en sentido metafórico que en sentido literal. Desafortunadamente, este libro no
tuvo la difusión que hubiera sido necesaria, pues muchos colegas latinoamericanos están
descubriendo los trabajos de Metz, en reediciones recientes de gran difusión, pero sin estar
acompañados por las reflexiones críticas producidas en el clima intelectual europeo durante
las siguientes dos décadas.
En 1966 la Universidad de Buenos Aires publicó, en su serie bibliográfica llamada
Enciclopedia Semiológica, el volumen escrito por Jorge Alessandria, Imagen y
metaimagen, donde se muestran los alcances del concepto de metaficción y la
autorreferencialidad en el terreno de las imágenes visuales, desde el punto de vista de la
teoría de la enunciación, lo que permite discutir el problema del iconismo, que hoy en día
podemos asociar con los efectos de la hipotiposis.
En el año 2000 se publicó el trabajo de David Oubiña, Filmología. Ensayos con el
cine, donde se hace un intento general de construir una semiología del cine, si bien todavía
influida por las búsquedas de un lenguaje similar al de las lenguas naturales. Por su parte,
en 2001 Mabel Tassara propone, en El castillo de Borgonio, una periodización general para
estudiar la evolución del lenguaje cinematográfico. Ese mismo año se publicó en la
Universidad de Córdoba el cuaderno de Mario Bomheker, El cine y sus teorías, donde se
propone distinguir las teorías formalistas y las realistas, que dominó la discusión teórica
entre 1950 y mediados de la década de 1990. Este breve pero estratégico trabajo tampoco
tuvo suficiente difusión, a pesar de que sus referentes son útiles para reconstruir la
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evolución de las teorías europeas del cine, al menos hasta antes del surgimiento (en 1996)
de lo que los cognitivistas han llamado las teorías de nivel medio, en particular las
propuestas de David Bordwell y otros (D. Bordwell y N. Carrol, eds., 1996) y la propuesta
de integración del mismo cognitivismo con la tradición semiótica, que hasta ese momento
se habían presentado como mutuamente excluyentes, como es el caso de la semiótica
cognitiva de Warren Buckland (2000).
También en 2001 se publicó el muy apreciado trabajo de Sergio Wolf, Cine/
Literatura. Ritos de pasaje, donde la reflexión sobre la diversidad de posibilidades en el
pasaje de la literatura al cine se estudia a través del análisis de casos paradigmáticos y de
acceso universal, como Ladrón de bicicletas, Lola Montes y El desprecio. Este libro fue
publicado por la editorial Paidós, lo mismo en Buenos Aires que en Barcelona, pero no
llegó a ser traducido a ninguna otra lengua, a pesar de que muy bien podría haber
representado las posibilidades de la reflexión teórica sobre el cine producida en la región
iberoamericana.
El siguiente paso en esta tradición fue la traducción en 2002 del libro de Francois
Jost, El ojo-cámara. Entre film y novela, ligado al trabajo que el mismo autor elaboró más
tarde en colaboración con el franco-canadiense André Gaudreault para la construcción de
una narratología fílmica, derivada en gran parte del trabajo de Gérard Genette. Esto último
sí ha tenido difusión, gracias a su traducción en la serie barcelonesa sobre cine (ya
desaparecida) de la editorial Paidós (en Cine y narratología). Al año siguiente se tradujo en
Buenos Aires el libro de la investigadora italiana Paola Marrati, Gilles Deleuze. Cine y
filosofía, lo que permitió incorporar a los investigadores argentinos en la discusión de la
propuesta deleuziana para la construcción de una relectura fenomenológica de Peirce.
En 2005 se publicó el primer libro importante del crítico argentino Ángel Faretta, El
concepto del cine, que fue seguido en 2009 por La pasión manda. De la condición y la
representación melodramáticas. En ambos libros se presenta un sistema de pensamiento
original que, sin embargo, todavía no parece haber producido una escuela propia en
Argentina o más allá de sus fronteras.
En cambio, la traducción en 2006 del Diccionario teórico y crítico del cine, de
Jacques Aumont y Michel Marie (publicado originalmente en francés en 2001), por su
carácter didáctico y panorámico, ha sido empleado por varios investigadores y tesistas, no
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sólo en Argentina sino también en otros países donde este volumen ha empezado a circular,
gracias a su distribución en varias bibliotecas de la región.
Otras traducciones de teoría del cine producidas en Argentina en los años recientes
son las de Pascal Bonitzer (El campo ciego. Ensayos sobre el realismo en el cine, 2007);
Dominique Chateau (Cine y filosofía, 2009, y Estética del cine, 2010); Clément Rosset
(Reflexiones sobre cine, 2010); Matías Martínez y Michel Scheffel (Introducción a la
narratología, 2011) y Jacques Ranciere (Las distancias del cine, 2012). Es todavía muy
pronto para saber qué efecto tienen estas y otras traducciones argentinas más recientes de
los libros de Pierre Sorlin, Raymond Bellour y Alain Badiou. Este hecho ubica a Argentina
a una gran distancia del resto de los países hispanohablantes de la región latinoamericana,
pues ninguno otro ha traducido ningún libro de teoría del cine hasta el momento de escribir
estas líneas (2014). Pero estos libros circulan muy escasamente fuera de sus fronteras, y es
muy evidente que en Argentina existe un notable interés por traducir exclusivamente
materiales producidos en Francia (o acerca de autores franceses, como Deleuze), dejando
de lado la discusión teórica producida en otras lenguas (inglés, alemán, italiano).
Tal vez para contrarrestar esta tendencia dominante, en 2008 se publicó un
voluminoso número monográfico de la revista Kilómetro 111. Ensayos sobre Cine,
dedicado a la Teoría Contemporánea, donde además de incluir artículos de y sobre Gilles
Deleuze se encuentran también varios trabajos dedicados a Stanley Cavell, Fredric Jameson
y David Bordwell, y un importante artículo sobre las fronteras del documental
contemporáneo, de Emilio Bernini.
Por último es muy importante señalar la reciente creación, en 2008, de la
Asociación Argentina de Estudios sobre Cine y Audiovisual (ASAECA) y su
correspondiente revista digital de investigación, Imagofagia, al año siguiente, lo cual sin
duda es una crucial contribución a la profesionalización y la internacionalización del
gremio de los investigadores de cine en Argentina, y será una influencia determinante en la
expansión de los estudios cinematográficos en la región.
En el año 2012 la Cátedra de Estética del Cine y Teorías Cinematográficas de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires publicó el volumen
colectivo Fuera de campo. Fragmentos de estética y teoría contemporánea, compilado por
Mónica Sataráin. En este volumen se cuenta con materiales provenientes de Argentina,
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Austria, España, Inglaterra y México sobre terrenos como la teoría de los géneros
cinematográficos, la teoría de la puesta en escena y la teoría del punto de vista
cinematográfico. Esta Cátedra tiene contemplada la posibilidad de dar continuidad a esta
publicación en los sucesivos encuentros internacionales organizados por sus integrantes, lo
cual puede contribuir a dar mayor visibilidad a los trabajos de los investigadores de la
región con sus pares de otras regiones.
Brasil
Aunque estoy dejando de lado a Brasil en este recuento, por ser un país
completamente desconocido para los investigadores de la región hispanohablante (con
excepción de Argentina), conviene detenerse precisamente a mencionar al menos algunos
de los materiales provenientes de este país que se han traducido al español.
La diferencia idiomática con el resto de la región latinoamericana ha significado un
aislamiento académico de Brasil en relación con los demás países de la región, con
excepción de su vecino inmediato, Argentina, con el que comparte el aprecio por la
tradición teórica francesa. En Brasil se cuenta con traducciones de libros de Michel Marie,
Francois Vanoye, Jacques Aumont y otros. Pero en Brasil también se ha invitado a dar
cursos y conferencias a investigadores estadounidenses, como Robert Stam y Bill Nichols.
Adelantándose al resto de los países de la región, Brasil cuenta con una asociación
de investigadores de cine desde principios de la década de 1990, es decir, casi 20 años antes
de la creación de Asaeca en Argentina y Sepancine en México (ambas asociacones fueron
creadas en 2008). Socine (la Asociación Brasileña de Estudios sobre Cine) fue creada en
Brasil en 1992, y desde entonces cada año organiza un congreso nacional del cual se
publica una voluminosa selección de ponencias.
Un caso muy sintomático de la situación de los estudios teóricos producidos en
Brasil en el contexto de la región iberoamericana es la traducción del libro más importante
de Ismail Xavier, sin duda el teórico más prestigioso en ese país. Su libro O discurso
cinematográfico, publicado originalmente en 1977, ha tenido que esperar más de 30 años
para ser traducido al español, precisamente en Argentina. Este libro, cuyo subtítulo es La
opacidad y la transparencia, contiene en su traducción un nuevo capítulo donde el autor
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reflexiona sobre la pertinencia de esta categoría teórica (la transparencia ideológica del cine
clásico), producida por la teoría europea en la década de 1960, para entender el cine
contemporáneo, y en particular el cine producido en la región latinoamericana que se
encuentra al margen de la tradición clásica. Por su parte, en la Universidad Fluminense se
produjo bajo la coordinación de Tunico Amancio un DVD dedicado al estudio de la
película vanguardista Límite, lo cual tiene interés para la discusión teórica sobre el cine
vanguardista en la región.
Un par de años después se tradujo en la importante editorial española Gedisa, de
Barcelona, el libro de Arlindo Machado, El sujeto en la pantalla, que contiene su trabajo
“El sujeto en el cine”, que puede leerse como un recorrido teórico, a partir de casos
canónicos, sobre los estudios recientes acerca del espectador implícito en la teoría europea
del cine. Este trabajo es importante por la notable difusión que ha tenido más allá del
ámbito brasileño, en todos los países de habla hispana.
Sin duda, la tradición académica brasileña sigue siendo un misterio para el resto de
los países latinoamericanos. Menciono un par de trabajos que conozco por razones
azarosas. En 1999 se publicó el trabajo de Héitor Capuzzo, Lágrimas de luz. O drama
romántico no cinema, donde se propone un modelo general para el estudio del melodrama
clásico. Y al año siguiente se publicó el trabajo de Tunico Amancio, dedicado al estudio de
la imagen de Brasil en el cine internacional, O Brasil dos gringos, que es una contribución
al estudio de la identidad nacional de los países latinoamericanos a través del cine. Los
países hispanohablantes de la región latinoamericana están aislados entre ellos, y a su vez,
la cortina del idioma crea una barrera aún más dramática en el caso de Brasil, cuyos
interlocutores parecen encontrarse más allá de esta región, con excepción de sus vecinos
arentinos.
Colombia
Los estudios teóricos en Colombia son muy limitados, porque las bibliotecas
universitarias carecen de materiales actualizados o publicados en lenguas distintas del
español, limitación que es frecuente en otros países de la región. Y eso se refleja en la
ausencia de materiales teóricos de carácter sustantivo. Sin embargo, en 2003 se publicó un
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Chile
volumen lo ubica en un lugar específico en el contexto de los trabajos de teoría del cine en
lengua española.
Diez años después, en 2007, un grupo de investigadores coordinado por Pablo Corro
publicó un estudio sobre la naturaleza genérica del cine documental producido antes y
durante la presidencia socialista de Salvador Allende, Teorías del cine documental chileno,
1957 – 1973. Cinco años más tarde, el mismo Pablo Corro publicó un original estudio sobre
los rasgos formales e ideológicos que distinguen al cine chileno en sus películas canónicas
y en su cine experimental, universitario y de vanguardia, Retóricas del cine chileno.
Ensayos con el realismo. Ambos trabajos han sido publicados por el Instituto de Estética de
la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde la investigación teórica ha recibido un
decidido apoyo.
Cuba
Ecuador
México
publicara la primera edición original en inglés del libro de texto para el análisis del lenguaje
cinematográfico de David Bordwell y Kristin Thompson.
En 1985 se publicó Cine y lenguaje, del investigador michoacano Ramón Gil Olivo,
donde el autor se pregunta por la pertinencia del modelo de Noam Chomsky para estudiar
el lenguaje cinematográfico, para llegar a la conclusión natural de que esta relación es
improcedente.
En 1989 se publica el primer libro de Lauro Zavala, Material inflamable, en el que
se reseñan varios libros sobre teoría del cine. Poco después, en 1991, Teresa Olabuenaga
publica El discurso cinematográfico. Un acercamiento semiótico, en el que se expone el
modelo de la tercera articulación, que fue formulado por Umberto Eco en la década
anterior, y que él mismo desecharía pocos años después. En 1992 la Universidad Nacional
publicó la traducción del portugués del libro de Silvia Oroz, El cine de lágrimas de
América Latina. Y en 1994 se publica Permanencia voluntaria, de Lauro Zavala, dedicado
al estudio teórico del espectador implícito en el cine clásico.
En 1998 se crea la Asociación Mexicana de Teoría y Análisis Cinematográfico. Su
acrónimo (Sepancine) corresponde a las siglas de su actividad central, el Seminario
Permanente de Análisis Cinematográfico, actualmente convertido en un Diplomado, un
Congreso Internacional y un Verano de la Investigación, todos ellos dedicados a la teoría y
el análisis cinematográfico.
Más adelante se han creado otros espacios académicos similares, también dedicados
a la teoría y el análisis cinematográfico. En 2010 se creó (en el Instituto de Investigaciones
Estéticas de la Universidad Nacional) el Seminario Universitario de Análisis
Cinematográfico (SUAC), que realiza cada año un congreso internacional. En 2011 se creó
el Foro de Análisis Cinematográfico (FACINE) en Tijuana, que tiene lugar cada año en esa
ciudad, orientado al análisis de cine y al estudio del cine fronterizo y del cine como
herramienta de enseñanza. Ese mismo año se creó en la Universidad de Guadalajara la
Redic (Red de Investigadores de Cine), en la que participan investigadores de España,
Francia, Estados Unidos y México, y en cuyo congreso anual se estudian problemas de
teoría e historia del cine iberoamericano. En 2012 se crea el Seminario de Narratología
Fílmica de la Universidad Autónoma de Puebla, y ese mismo año se crea el Coloquio de
Análisis Cinematográfico de la Universidad de Baja California, en Mexicali. Todos estos
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del documental) y Francois Niney (sobre las fronteras del documental), además de tener en
prensa el más reciente trabajo de Robert Stam (sobre teoría y práctica de la adaptación).
Además, también se han empezado a publicar valiosos trabajos de investigadores
mexicanos, como Samuel Larson Guerra y Reyes Bercini.
En el año 2012, Ester Bautista y Araceli Rodríguez coordinaron el volumen
colectivo dedicado a la reflexión teórica Entrecruces: cine y literatura. Y ese mismo año se
publica el trabajo de Sonia Torres Ornelas, (Montajes). Entre filosofía y cine, de orientación
deleuziana. Al año siguiente se publicó el volumen colectivo de Sepancine, Posibilidades
del análisis cinematográfico, y el estudio de Annemarie Meier, El cortometraje: el arte de
narrar, emocionar y significar, además del trabajo de Karla Paniagua, El documental como
crisol. Análisis de tres clásicos para una antropología de la imagen, donde se elabora un
cuidadoso découpage de planos a partir del análisis de secuencias clave en la obra
documental de Robert Flaherty, Jean Rouch y Dziga Vertov.
Así, con la publicación de investigadores del país y con una política de traducciones
de una notable diversidad teórica y analítica, el espacio editorial en México se ha
enriquecido y diversificado durante los últimos cuatro años, ubicando a este país en un
lugar destacado en la discusión teórica en el contexto de la región.
Perú
República Dominicana
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Uruguay
Venezuela
Comentarios finales
En estas notas se ha propuesto una cartografía metateórica para los estudios sobre
teoría del cine, lo que permite ubicar el lugar que ocupan los estudios producidos en la
región. A partir de este reconocimiento cartográfico, en estas notas se ha podido mostrar:
(1) la existencia de un corpus considerable en la región; (2) la ausencia de una tradición
teórica latinoamericana; (3) la asimilación de determinadas teorías producidas en el
extranjero, especialmente de origen europeo; (4) el aislamiento de los investigadores de la
región, y (5) la total ignorancia de esta producción en otras lenguas y regiones del mundo.
Por otra parte, es necesario distinguir entre las poéticas de los directores, los
recuentos del estado del arte, los trabajos historiográficos y las propuestas originales para la
teoría del cine y para los métodos de análisis cinematográfico. Pero la falta de distribución
y traducción de los materiales entre los países de la región ha hecho difícil la existencia de
una tradición académica en la región.
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Bibliografía
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Oubiña, David: Filmología. Ensayos con el cine. Manantial, Buenos Aires, 2000
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Peleshyán, Artavazd: Teoría del montaje a distancia. México, CUEC, 2011
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Tassara, Mabel: El castillo de Borgonio. La producción de sentido en el cine.
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Zavala, Lauro: Material inflamable. Reseñas de teoría cinematográfica. México, UAM
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