La Economía Romana en Tiempo de Augusto
La Economía Romana en Tiempo de Augusto
La Economía Romana en Tiempo de Augusto
INTRODUCCIÓN
El alto imperio romano, que comienza con el principado de Augusto, todavía nos lanza su
fulgor a través de los siglos. La pax romana es un espejo en el que tratarían de refejarse, a través
de los siglos, personajes tan dispares como Carlomagno, Carlos I, Napoleón, Hitler o instituciones
como la actual Unión Europea.
Las legiones fueron el instrumento militar de la conquista; los motivos, ofcialmente, guerras
curiosamente defensivas que siempre llevaban el territorio, los pactos y la infuencia o el dominio
un poco más allá. Pero, como creo haber demostrado en mi trabajo “¿Qué costaba mantener el
Ejército Romano?” publicado generosamente por D. José Ignacio Lago (y comentado tan
acertadamente por él mismo) en su excelente sitio web “Las Legiones de Julio César”, la base que
lo posibilitó es, obviamente, económica.
En efecto, sin unas fnanzas que permitieron reclutar, equipar, entrenar y mantener los
hombres, construir naves para las fotas, adquirir el material para trazar y desarrollar la mejor red de
calzadas de la que dispuso Europa hasta la época contemporánea, sostener un servicio postal
regular…; sin todo eso, Roma no habría pasado de ser una ciudad-estado más en un Mediterráneo
luminoso y caótico.
Sin embargo, carecemos de una idea general, cuantifcada, de lo que podríamos llamar
(aunque suene pretencioso) “Los Presupuestos Generales del Estado” de Roma. Conocemos
bastante de las bases económicas de la antigua Roma, sus rutas comerciales, el nivel de vida de sus
ciudadanos o el coste de la vida en diversos instantes.
Sin embargo, las cifras disponibles no permiten asumir demasiados valores concretos; tan sólo una
aproximación a la realidad, que en este trabajo se intentará lo más razonable que se pueda.
Yo estoy seguro de que los gobernantes romanos debían tener una idea muy exacta de sus
necesidades fnancieras y, también, de que con sus conocimientos económicos tratarían de
adelantarse, en lo posible, a los acontecimientos y necesidades. Simplemente, tales registros no han
llegado hasta nosotros más que de un modo muy fragmentario.
Y llegamos al propósito del presente trabajo. Tratar de precisar, año tras año, los
presupuestos de la Roma imperial es tarea imposible. No me lo parece, empero, el crear un cuadro
general de estructura administrativa, fuentes de ingresos regulares o extraordinarios, gastos
comprometidos…; en fn, estructurar una imagen que nos permita visualizar el Imperio tal y como
lo debían ver sus administradores en un año “tipo” o “básico”. Trataré, en lo posible, de aportar
datos monetarios sobre el valor asignado a los conceptos; Al fnal del trabajo se remite al lector a la
bibliografía y variados enlaces de Internet que ha consultado el autor.
La primera justifcación que se debe explicar es la elección temporal para el desarrollo del
trabajo. ¿Por qué la época de Augusto?: Cuarenta y dos años de gobierno proporcionaron una
estabilidad casi desconocida a un territorio tan extenso, habitado por unos cincuenta millones de
personas y pienso que las informaciones económicas de un año podrían extrapolarse con cierta
facilidad a otros anteriores o posteriores dentro del mismo periodo.
Además, no se trata de un Estado que pueda permitirse el lujo de desviar recursos desde las
fuerzas armadas a otros sectores. La paz interior era exactamente eso: interior. En Hispania, en
Germania, en África o en Oriente…, las legiones debían seguir manteniendo sus músculos y sus
gladios bien aflados. Las fotas debían asegurar que el comercio marítimo fuía al amparo de
pillajes y piratas.
No debemos perder de vista un aspecto capital: La formación del nuevo Estado, ejecutada
por Augusto, consumió tanto recursos públicos como la fortuna privada del Princeps, así como
cuatro mil millones de sestercios procedentes de testamentos de sus amigos. Octavio tuvo grandes
difcultades para mantener el equilibrio entre los recursos del Estado y los intereses de los distintos
sectores sociales (Véase la Bibliografía: trabajo del Dr. José Remesal Rodríguez). Triunfó en la
creación y mantenimiento del Estado ideado por Cayo Julio César, manteniendo la fcción
republicana, tan cara al pueblo romano, y acabando sus días solicitando una, a nuestro juicio,
merecida ovación por haber desempeñado con éxito su papel en la farsa del mundo.
Pese a ello, no dejaré de insistir en el valor exclusivamente orientativo de este trabajo. Las
esquematizaciones no podrán sustituir la complejidad de un entorno económico que no era ni
uniforme ni inmóvil, al contrario, resultó cambiante y sufrió innovaciones.
El autor.
Cronología de Augusto.
Fuente: Universidad de Navarra. Departamento de Historia – Historia Antigua.
58 Muere su padre
33 Segundo consulado
4 Muere Herodes
10 Panonia, provincia.
13 Tiberio, corregente
UNIDADES DE PESO
1 libra 324 gramos
1 Talento romano (100 libras) 32.400 gramos
1 Talento griego (60 minas) 26.178 gramos
1 Mina 436 gramos
1 Modio 7,6 Kilos de trigo
UNIDADES DE SUPERFICIE
1 Yugada 0,25 Hectáreas.
UNIDADES DE CAPACIDAD
1 Modio 8,73 litros
1 Medimno 6 Modios
1 Ánfora 26,2 litros
1 culleus (odre): 20 ánforas 524 litros
1 Metreta 1,5 ánforas
1 cuadrantal 1 ánfora
ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA DEL ESTADO.
Población del Imperio: ± 50.000.000 personas.
Ciudadanos Romanos: 4.063.000 (censo del 28 adC)
4.233.000 (censo del 8 adC)
4.937.000 (censo del 14 dC)
Esclavos: Algunos cálculos cifran hasta un 30% de esclavos: unos 15
millones de personas.
Resto Ciudadanos Libres: 30 millones de personas, aproximadamente.
PRINCEPS SENADO
Dirección de la Annona. Legislación de gobierno interior.
Mando supremo de los Ejércitos.
Acuñación moneda de oro y plata. Administración de Justicia (sobre todo en
casos de lesa majestad y concusión)
Nombramiento altos mandos del ejército (a Elección de altos cargos del ejército (con el
propuesta del Senado) visto bueno del Princeps)
Policía de Roma. Elaboración y votación senadoconsultos.
Vigiles (bomberos) de Roma. Superintendencia general de las provincias
senatoriales.
Comisión sobre las aguas. Acuñación de monedas de bronce.
Comisión sobre Trabajos Públicos.
Postas Imperiales.
Control de pesos y medidas.
Administración de Justicia criminal.
Censos (elaboración listas de senadores)
Administración directa de Italia, provincias
Imperiales y Roma.
Propone al Senado los gobernadores de
provincias senatoriales.
Dirección de la política exterior.
Propone leyes al Senado o las dicta como
dictador o tribuno de la plebe.
Fiscalidad General. Sobre todas las
provincias, con particular responsabilidad
en las imperiales; aunque administra
también los ingresos procedentes de las
senatoriales.
CARGOS DE LA ADMINISTRACION IMPERIAL (la abreviatura Dn.: Denario – la abreviatura Est.:
cantidad estimada).-
Augusto, en su “Res Gestae” nos da noticia de los siguientes reparos de dinero y/o
tierras a soldados y ciudadanos:
- ANNONA.
Augusto fjó, teóricamente, el número de los ciudadanos con derecho a percibir la annona en
200.000 pero, como se puede leer en la Res Gestae, casi nunca bajaron de 250.000 los
ciudadanos que percibieron sus ayudas. Creemos que la annona (o reparto gratuito de trigo,
principalmente, aunque también de otros alimentos) no bajó de ese cuarto de millón de
perceptores.
Perceptores: 250.000 ciudadanos.
Cantidad: 5 modios/mes/ciudadano (38 kgs. Trigo)
Necesidades anuales: 15.000.000 modios (114.000.000 kilos)
Valoración: Puesto que la annona provenía de un tributo, sólo hay que contabilizar
el coste de transporte que Francesco de Martino calcula en el 16,6%
del precio del trigo. En fn: 15.000.000 modios x 3 HS el modio x
16,6 %: 7.200.000 HS. O sea:
1.800.000 Dn ó 7002 kg. De plata/año.
Decía Octavio: “Hallé una ciudad de ladrillo y la dejo de mármol”. En su Res Gestae deja
constancia de, al menos, 115 intervenciones de construcción o restauración de edifcios
públicos, vías y puentes (que, al fn y a la postre, es lo que hace un “pontifex”: construye
puentes). También declara haber ofrecido juegos y espectáculos (incluyendo una naumaquia)
en 66 ocasiones. Lamentablemente, no proporciona las cantidades gastadas por lo que sólo nos
queda conjeturar.
Tenemos noticia de que, en el 144, la restauración de los viejos acueductos que surtían de agua
la ciudad y la construcción de uno nuevo importó 180 millones de sestercios que, contemplada
la devaluación sufrida por la moneda desde tiempos de Augusto (un 12 % para el denario), nos
permiten fjar una cantidad de 158.400.000 HS (39.600.000 Dn ó 154.053,64 kg. Plata/año) para
tal obra.
Naturalmente, los trabajos abarcarían más de un año; sin embargo, dada la “febre constructora”
del Princeps, no nos parecen inconcebibles unas cifras de gasto medio de unos cincuenta
millones de sestercios al año, lo que supondrían unos 12.500.000 Dn ó 48.625 kg. De
Plata/año.
GASTOS MILITARES.-
En este aspecto me he basado, casi por completo, en mi trabajo “¿Qué costaba mantener el
ejército romano?”. He tomado como base el ejército de 25 legiones que perduró tras la derrota
del bosque de Teutoburgo. En cuanto a la marina de guerra, he planteado 3 posibles hipótesis
de alistamiento para una fota de 700 buques. Pero antes, haré una salvedad para quien advierta
alguna diferencia entre los datos del presente trabajo y los del anterior. Esa diferencia está
justifcada por la reforma monetaria de Augusto quien disminuyó el peso del denario de plata
republicamo desde los 4,55 gramos hasta los 3,89 gramos en que lo estableció.
En el primer caso, las fuerzas navales suponen un total de 140.525 hombres (el equivalente a
26 legiones), todos libres. En la segunda hipótesis, los soldados que llevaban las naves como
fuerza combatiente se consideran cedidos por las fuerzas de tierra legionarias y esto hace
descender el total de hombres a 120.750 (22 legiones).
La última hipótesis, que me parece más ajustada a la realidad y se ha elegido para el
cómputo final, considera que los soldados eran cedidos por fuerzas legionarias y que
los remeros tenían la condición de esclavos. Esto hace que sólo se contabilicen como
libres asalariados a los marineros, con una cifra de 14.875 hombres. No obstante, se
han asignado 14 ases diarios (3,5 sestercios) para la manutención de los 105.875
esclavos que actuaban como remeros.
Como se observa en la tabla precedente, quedan 5 conceptos (del 2 al 6) para los que carezco
de cifras que no sean estimativas. Considerando la paz interior que incentivó las relaciones
comerciales, las necesiades diarias de la población e, incluso, las campañas militares, creo
razonable asignar, al conjunto de esos cinco conceptos, una valoración equivalente al 10% de la
suma de los restantes conceptos para los que sí disponemos de datos. En la edición anterior
del presente trabajo había asignado para estos conceptos indocumentados un valor del 35% de la
suma del resto; diversas conversaciones con economistas e historiadores amigos y sus fundadas
aseveraciones sobre la realidad del comercio me han persuadido de rebajar ese porcentaje hasta
el que ahora consigno para los cálculos.
Así pues, el capítulo de ingresos queda como se refleja en la tabla siguiente:
RESUMEN GASTOS
RESUMEN INGRESOS
Antes de dar por terminada esta aproximación, desearía resaltar precisamente este extremo: se trata
de una aproximación. A través de las fuentes clásicas y de las indicadas en la bibliografía y enlaces
web que se adjuntan creo haber demostrado con cifras realistas (aunque no necesariamente reales)
la extendida afrmación historiográfca referente a la buena (aunque compleja) administración de
Octavio. Cualquier crítica fundamentada a este trabajo resultará (de hecho, ya lo ha resultado, por
ser ésta la primera revisión del mismo) tan necesaria como deseada por el autor. Hay cálculos de
prestigiosos historiadores que coinciden en poco con las conclusiones aquí mostradas (Tenney
Frank calcula un presupuesto anual de 450 millones de sestercios –112.500.000 Dn.-), otros
aumentan el número de esclavos anuales necesarios a 500.000. Los estudios de la misma población
del extenso territorio imperial en tiempos de Augusto oscilan entre los 40 y los 100 millones de
personas. En fn…, confío que el lector sepa apreciar la intención aproximativa de este ensayo y
tenga, tras su lectura, una idea más clara de cómo estaba estructurado el Estado Romano y con qué
herramientas se enfrentaba a sus necesidades.
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