Amparo Indirecto

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EL AMPARO INDIRECTO O BIINSTANCIAL.

Denominación
Conforme a la terminología legal y a la que se utiliza en la jurisprudencia, se da el
nombre de amparo indirecto al que se inicia ante un juez de Distrito, pero que puede
llegar al conocimiento de quien en definitiva y por jerarquía institucional debe decir la
última palabra, es decir, la Suprema Corte o un Tribunal Colegiado de Circuito, de
manera mediata o indirecta, a través del recurso de revisión que haga valer cualquiera
de las partes en contra de la resolución dictada en primera instancia por el juez de Distrito.

El llamado amparo indirecto es el opuesto al denominado amparo directo, que


ordinariamente se tramita en una sola instancia ante los Tribunales Colegiados de
Circuito, o sea, directamente y sin desarrollo de otra instancia anterior.

En cuanto a esta denominación amparo indirecto, el insigne jurista don Ignacio BURGOA
la estima inadecuada y propone amparo biinstancial por considerar que resulta más lógica y
jurídica, ya que, sostiene el maestro, la tramitación total de este tipo de juicios se
desarrolla normalmente en dos instancias; la primera ante el juez de Distrito, y la
segunda ante la Suprema Corte o un Tribunal Colegiado, según corresponda, de acuerdo
con las reglas competenciales respectivas.

Supuestos de procedencia
En términos generales y por exclusión puede afirmarse que los amparos indirectos son los
que se interponen contra actos de autoridad que no son sentencias definitivas, laudos o
resoluciones que ponen fin al juicio.
Al respecto, cabe agregar que la procedencia de estos juicios indirectos tiene su
fundamento constitucional en la fracc. VII del art. 107 de nuestra Carta Magna;
esta procedencia se contempla de manera específica en el numeral 114 de la ley de
la materia, que expresamente señala que el Amparo se pedirá ante el juez de
Distrito, cuando la acción constitucional respectiva se haga valer:
I. Contra leyes federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el
Presidente de la República de acuerdo con la fracc. del art. 89 Constitucional, reglamentos
de leyes locales expedidos por los gobernadores de los Estados, u otros reglamentos,
decretos o acuerdos de observancia general, que por su sola entrada en vigor o con motivo
del primer acto de aplicación, causen perjuicios al quejoso:
II. Contra actos que no provengan de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo.
En estos casos, cuando el acto reclamado emane de un procedimiento seguido en forma de
juicio, el amparo sólo podrá promoverse contra la resolución definitiva por violaciones
cometidas en la misma resolución o durante el procedimiento, si por virtud de estas últimas
hubiere quedado sin defensa el quejoso o privado de los derechos que la ley de la materia le
conceda, a no ser que el Amparo sea promovido por persona extraña a la controversia.
III. Contra actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo ejecutados fuera de
juicio o después de concluido. Si se trata de actos de ejecución de sentencia, sólo podrá
promoverse el amparo contra la última resolución dictada en el procedimiento respectivo,
pudiendo reclamarse en la misma demanda las demás violaciones cometidas durante ese
procedimiento, que hubieren dejado sin defensa al quejoso. Tratándose de remates, sólo
podrá promoverse el juicio contra la resolución definitiva en que se aprueben o
desaprueben:
IV Contra actos en el juicio que tengan sobre las personas o las cosas una ejecución que sea
de imposible reparación.
V Contra actos ejecutados dentro o fuera de juicio, que afecten a personas extrañas a él,
cuando la ley no establezca a favor del afectado algún recurso ordinario o medio de defensa
que pueda tener por efecto modificarlos o revocarlos, siempre que no se trate del juicio de
tercería.
VI. Contra leyes o actos de la autoridad federal o de los Estados, en los casos de las fracs. tl
y ru del art. 2o. de esta ley.

Para una mejor comprensión de los supuestos de procedencia a que se refieren las
fracciones transcritas, analizaremos y comentaremos cada una de ellas.

De los términos de la fracc. I se advierte que el amparo indirecto es procedente tanto contra
las leyes autoaplicativas como contra las heteroaplicativas, ya sean federales o locales, así
como contra todos los ordenamientos o decretos de observancia general, incluidos los
tratados internacionales y los reglamentos expedidos por el Presidente de la República o
por los gobernadores de los estados.

En el capítulo 25 abordaremos el estudio del amparo contra leyes y demás disposiciones de


carácter general, por lo que nos remitimos a lo que ahí se expondrá sobre el particular.

En la fracc. II se alude a la procedencia del amparo indirecto con base en la naturaleza


formal de las autoridades de donde provienen los actos reclamados, se refiere a las
autoridades propiamente administrativas, es decir, a las que sin funcionar como Tribunales
Administrativos pertenecen o forman parte del Poder Ejecutivo Federal, de los poderes
ejecutivos estatales, o bien de los ayuntamientos o municipios del país.

Del texto literal de los dos párrafos que conforman la fracc. 11 se advierte que cuando el
amparo se interpone contra actos de este tipo de autoridades pueden darse tres variantes:

a) Si el acto reclamado emana de un procedimiento seguido en forma de juicio, en la que el


quejoso ha sido oído en defensa de sus derechos y ha tenido la oportunidad de ofrecer las
pruebas conducentes, la petición del Amparo debe hacerse hasta que se dicte la resolución
definitiva, pudiendo reclamarse tanto las violaciones cometidas en dicha resolución como
en las que incurrió la autoridad responsable durante este procedimiento, si por virtud de
estas últimas hubiere quedado sin defensa el aludido agraviado, o se hubiese visto privado
de los derechos que la ley de la materia le concede.

b) Si el acto que se estima violatorio de garantías afecta a una persona extraña a esa
controversia seguida en forma de juicio, el Amparo puede promoverse sin tener que esperar
a que se pronuncie resolución definitiva.

c) Si el mandamiento de autoridad administrativa se realiza aisladamente, es decir, si no se


origina o no es producto de un procedimiento seguido en forma de juicio, el agraviado
podrá reclamarlo dentro del término legal, a no ser que el mismo sea revisable de oficio o
proceda en su contra algún recurso que previamente tenga que hacer valer en cumplimiento
a lo prevenido por la fracs, XV del art. 73 de la Ley de Amparo.
Finalmente, cabe advertir que algunos autores estiman que esta fracción sirve de
fundamento a la procedencia de este tipo de amparos contra actos de las autoridades
legislativas, por no ser éstas Tribunales judiciales, Administrativos o del Trabajo; sin
embargo, consideramos que tal fundamento se concibe mejor a la luz de lo preceptuado en
la fracs. I antes comentada o de lo que establece la fracs.
VI que más adelante analizaremos.
De la fracs. III se concluye que la procedencia del amparo indirecto o biinstancial, en estos
casos, se apoya en que los actos que van a reclamarse provengan de
Tribunales judiciales, Administrativos o del Trabajo. siempre que sean ejecutados "fuera de
juicio después de concluido éste".
Del examen de los tres párrafos que conforman esta. fracción debe concluirse que el
concepto de juicio utilizado por el legislador en el primer apartado es en el sentido de
conceptuar en el mismo, para los efectos del amparo, los actos que se relacionan con el
procedimiento contencioso, desde que éste se inicia y hasta que concluye con la sentencia
definitiva.
Los actos de ejecución de Sentencia constituyen actos realizados después de
concluido el "juicio"; y en tal virtud pueden reclamarse por medio del amparo
indirecto o biinstancial, corno se deduce de los párrafos segundo y tercero de la
fracción en estudio, con la particularidad de que el juicio constitucional respectivo
sólo podrá interponerse contra la última resolución dictada en ese procedimiento
de ejecución, o de la resolución definitiva en que se aprueben o desaprueben los
remates, a no ser que el afectado si sea un tercero extraño al Juicio o al
procedimiento de ejecución o remate, pues en este caso el tercero -puede
-promover el amparo sin tener que esperar a que se pronuncie la resolución

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