Las Entrevistas Con Los Padres
Las Entrevistas Con Los Padres
Las Entrevistas Con Los Padres
1
Carlos Cardona. Ética del quehacer educativo, pág. 37. Ed. Rialp, 1990. Cfr. Vaticano II.
Gravissimum educationis, n. 3 y Juan Pablo II, Ex. Ap. Familiaris consortio, n. 36.
2
Vázquez, A. (1991): Educación familiar y sensatez, Madrid, Epalsa, pág. 42.
Los padres también los alumnos acudirán gustosos a las entrevistas con el
preceptor y aceptarán sus consejos cuando notan su competencia profesional y
que conoce a sus hijos, les acepta, comprende y ayuda. Esto se trasluce siempre
del respeto y del afecto con que el alumno habla en casa de su preceptor.
Quienes de ordinario conocen muy bien a su hijo, con todos los anteceden-
tes, son los padres. Por eso el preceptor ha de ponderar muy bien su juicio cuando
no es coincidente, viviendo la elemental prudencia de escuchar primero a los
padres, antes de hablar, y abstenerse de opinar cuando no cuenta con datos
seguros. La conversación ha de estar presidida por la profesionalidad, delicadeza
y la sinceridad, sin dar nunca la impresión de que se quiere dar lecciones. En
cualquier caso, el diálogo con los padres debe tener un enfoque positivo: hablar
de lo que va bien y de lo que se debe cambiar, pero con esperanza, porque la
persona siempre tiene la posibilidad de mejorar, aunque algunas situaciones sean
muy complicadas.
La entrevista con los padres –con el padre y la madre, conviene insistir con
delicadeza para que estén los dos presentes– ha de tenerse con cierta
frecuencia: por ejemplo, de tres a cinco ocasiones a lo largo del curso escolar.
Además, si el preceptor está presente en las reuniones informativas y en los
demás medios de formación que el colegio organiza para los padres, podrá
aprovechar estas ocasiones para comentar con algunos padres, brevemente,
algún punto de interés.
Una buena entrevista exige preparación tanto por parte del preceptor como
de los padres, y debe comenzar por la evaluación de los objetivos acordados en
la conversación anterior. Los temas que se pueden tratar en cada ocasión son
muy variados, ya que los padres y el preceptor, que comparten un interés común
por la formación completa de sus hijos o alumnos, no pueden limitarse a comentar
los resultados académicos, aunque sea importante tratar este punto con
profundidad y aunque aparentemente sea el asunto que más preocupa a los
padres. En efecto, el trabajo es el medio fundamental para la propia realización
personal y medio educativo por excelencia, pero en las entrevistas con los padres
se han de tratar otros muchos asuntos y, en especial, cuanto se refiere a la vida
familiar, la formación del alumno y su capacidad de relación: su comportamiento
en casa y en el colegio, su carácter, sus relaciones de amistad y uso del tiempo
libre, para poder ayudarle a desarrollar las virtudes y a corregir sus defectos.
Las relaciones entre los colegios y los padres son tenidas cada vez por más
importantes, pero los profesores no se sienten, en muchos casos, preparados para
desarrollar esta tarea. Según un reciente estudio publicado en Gran Bretaña, el 56
por 100 de los estudiantes de Magisterio apenas recibieron preparación en este
campo.
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