Patologias Del Cuerpo Humano

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PATOLOGIAS DEL SISTEMA DIGESTIVO

1. ACIDEZ DE ESTÓMAGO
Qué es
La acidez de estómago es una especie de quemazón o ardor que sube hasta la laringe. Lo normal es que el cardias
(la parte del estómago más cercana al esófago) permanezca cerrado mientras se hace la digestión. Sin embargo, en
ocasiones, esta válvula se relaja y deja pasar los ácidos gástricos al esófago. Este proceso se denomina reflujo
gastroesofágico.
Hay que tener en cuenta que los tejidos del esófago se resienten con la acción del ácido y esto puede dar lugar a una
enfermedad llamada esófago de BarrettS, el paso previo al cáncer de esófago.
La acidez de estómago es muy frecuente y casi todo el mundo la ha padecido en alguna ocasión, aunque hay
personas que la sufren permanentemente.
Su aparición está asociada a la edad, al sobrepeso y la obesidad y a los malos hábitos alimenticios por la ingesta de
alimentos muy sazonados, o de difícil digestión y a otras acciones inadecuadas, como tumbarse tras las comidas.
Causas
La llamada acidez de estómago, ardor o pirosis ocurre al pasar parte del contenido ácido del estómago al esófago y
producir la sensación quemante característica.
“Las causas son todas aquellas que favorezcan dicho "reflujo" bajo la denominación de enfermedad por reflujo
gastroesofágico (ERGE)”, explica Baos. “Podemos encontrar pacientes con hernia de hiato o pacientes con una
incompetencia parcial del esfínter gastroesofágico que bajo ciertas circunstancias permiten temporalmente el retorno
del contenido ácido del estómago hacia el esófago, por ejemplo, tras una comida copiosa o con abundante gas”.
Síntomas
La manifestación cínica más común de la acidez de estómago es la sensación de ardor esofágico o quemazón
detrás del esternón.
Además, los pacientes que tienen esta patología suelen presentar plenitud gástrica (sensación de estar muy lleno)
o regurgitación (la comida se sube a la boca).
Si la acidez es muy grave puede provocar complicaciones a largo plazo por la exposición al ácido, como el
incremento de lesiones pre tumoral en el esófago.
Prevención
Según Baos las principales medidas que deben tomar los pacientes para evitar que se produzca la acidez de
estómago son evitar el sobrepeso, masticar bien y despacio, reducir las bebidas carbonatadas y las comidas muy
especiadas.
“Cada persona sabe qué alimentos le son especialmente indigestos y debe evitarlos”, apostilla el especialista, quien
insiste en que las personas que suelen presentar ardor deben evitar ponerse tumbados antes de dos horas después
de una comida. “Esto también ayuda a evitar el reflujo”.
La acidez de estómago es muy frecuente y casi todo el mundo la ha tenido en alguna ocasión.
Diagnóstico
El primer paso para diagnosticar la enfermedad es la entrevista clínica con el paciente. Esto permitirá al médico
conocer las manifestaciones clínicas.
Si los síntomas son severos y frecuentes o aparecen en personas mayores de 50 años por primera vez, Baos
recomienda realizar una endoscopia para evaluar la amplitud y severidad de las lesiones y los factores
predisponentes.
A partir de estos datos los especialistas podrán planificar un tratamiento.
Tratamientos
Las medidas preventivas y la inhibición de la acidez mediante el uso de inhibidores de la bomba de protones
(omeprazol y otros del mismo grupo) son la base del tratamiento farmacológico.
La duración y dosis del tratamiento varía según las circunstancias.
Otros datos
Recomendaciones para evitar la acidez
 Coma con prudencia.
 Vigile los excesos.
 Evite los alimentos más indigestos.
 Procure no consumir bebidas alcohólicas y gaseosas.
2. APENDICITIS
Qué es
El apéndice se encuentra situado cerca del punto donde se unen el intestino delgado y el colon y, en ocasiones,
puede llegar a infectarse. La sociedad española ya se encuentra familiarizada con esta enfermedad: no es una
afección común pero requiere de un tratamiento quirúrgico denominado apendicetomía para la extirpación del
apéndice. Por lo general, la intervención va seguida de un periodo breve de recuperación.
La apendicitis viene causada por una inflamación del apéndice.
Causas
El apéndice produce constantemente mucosidad que se mezcla con las heces. El problema que se plantea es que es
el único órgano del tracto intestinal que no tiene salida, por lo que cualquier obstrucción en el drenaje de la
mucosidad hace que ésta se acumule y, por tanto, se produzca una dilatación en el apéndice.
A medida que se va ampliando el tamaño del apéndice, se va produciendo la compresión de los vasos sanguíneos y
la necrosis de sus paredes. Este proceso puede evolucionar hasta que se produce la rotura del apéndice.
Las causas de esta obstrucción pueden ser:
 Aumento de los tejidos linfáticos por infección viral o bacteriana.
 Obstrucción por otras circunstancias más complejas: tumores o lombrices intestinales.
Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad pueden ser muy variados aunque difíciles de detectar en niños pequeños o
mujeres en edad fértil.
El primer síntoma y más notable es el dolor abdominal. Este dolor comienza siendo vago para pasar
progresivamente a agudo y grave. Normalmente, a medida que va aumentando la inflamación del apéndice, el dolor
tiende a desplazarse hacia la parte inferior derecha del abdomen a un lugar concreto del apéndice denominado punto
de McBurney.
Este dolor abdominal tiende a empeorar al realizar actividades como caminar o toser por lo que el paciente deberá
intentar estar en reposo para evitar así los repentinos brotes de dolor.
En cuanto a los síntomas tardíos, estos pueden ser:
 Escalofríos.
 Vómitos.
 Temblores.
 Estreñimiento o diarrea.
 Náuseas.
 Falta de apetito.
 Fiebre.
Prevención
Los pasos principales para prevenir la apendicitis se basan en:
 Llevar una dieta rica en fibra, que facilitan un mayor movimiento en el proceso digestivo. Entre los alimentos
recomendables se encuentran la mayoría de las frutas y verduras y, sobre todo, los cereales integrales.
 Durante el proceso de tratamiento y, sobre todo en las fases iniciales, es importante la ingesta de antibióticos que
prevengan la proliferación de microorganismos en el aparato digestivo que sean responsables de infecciones y de
esta manera evitar que la enfermedad se agrave.
 Evitar el estrés y mantener un descanso adecuado.
Tipos
Dentro de la patología, el paciente puede pasar por los siguientes estadios:
 Apendicitis catarral: Cuando ocurre la obstrucción de la luz apendicular se acumula la secreción mucosa y
agudamente distiende el apéndice. El aumento de la presión intraluminal produce una obstrucción venosa, el
acúmulo de bacterias y la reacción del tejido linfoide.
 Apendicitis flemonosa: La mucosa comienza a presentar pequeñas ulceraciones o es completamente destruida
siendo invadida por entero bacterias.
 Apendicitis necrótica: Cuando el proceso flemonoso se vuelve intenso y se produce una distensión del tejido.
 Apendicitis perforada: En este caso, las perforaciones pequeñas pasan a ser grandes.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la clínica: en los síntomas y los signos que describe el paciente. El dolor abdominal es el
más característico pero también existen otros síntomas que dan pistas sobre una posible apendicitis: náuseas o
vómitos que acompañan al cuadro de apendicitis aguda en más de la mitad de los casos. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que estos cuadros también se observan en otras enfermedades como la pancreatitis.
El cambio del hábito intestinal que puede causar, por ejemplo, la diarrea no es un elemento clínico a favor o en contra
del diagnóstico de apendicitis aguda.
Tratamientos
En primer lugar, si el caso resulta complicado o se han agravado los síntomas, el especialista procederá a
la extirpación del apéndice, poco tiempo después de haberse detectado la enfermedad.
En el caso de que una tomografía computarizada muestre la presencia de un absceso (acumulación de pus en
cualquier parte del cuerpo que, en la mayoría de los casos, causa hinchazón e inflamación a su alrededor), se puede
tratar en primera instancia con antibióticos. Esto puede estar causado porque el paciente ha tardado en ir al
especialista. En este caso se esperará a que se produzca la desinfección y la reducción de la inflamación, y se
procederá a la extirpación del apéndice para evitar repeticiones del problema en el futuro.
La vía laparoscópica es preferible en personas obesas y longevos y cuando el diagnóstico aún no es un cien por cien
confirmado a la hora de realizar una cirugía.
Otros datos
La mayor parte de las personas se recuperan de la intervención en un plazo corto de tiempo, siempre que el
apéndice no se rompa durante la intervención. En este caso podría causar una peritonitis y tardar más tiempo.
Los exámenes que se realizan para detectar apendicitis no son infalibles por lo que en algunos casos la operación
puede mostrar que el apéndice se encuentra en perfecto estado. En este tipo de casos, el especialista extraerá el
apéndice y buscará otro foco del dolor.

3. CÓLICO DEL LACTANTE


Qué es
Los recién nacidos suelen llorar y mostrar inquietud varias veces a lo largo del día. Sin embargo, cuando un bebé
sano llora, en muchas ocasiones de forma inconsolable, durante más de tres horas al día, tres o más días a la
semana durante un tiempo aproximado de tres semanas se produce un cólico del lactante. El llanto suele comenzar
al atardecer hasta entrada la madrugada.
Esta afección no suele ser grave y tiende a desaparecer por sí sola. Según la Sociedad Española de Pediatría,
suelen sufrirlo tres de cada diez bebés. Éstos comienzan entre la tercera y la sexta semana de vida y pueden
alargarse hasta los tres o cuatro meses. Si los llantos se extienden más de ese tiempo, la causa del malestar no será
el cólico del lactante.
Causas
Las causas de los cólicos del lactante son desconocidas. Muchos expertos apuntan a la alimentación, aunque no hay
evidencias científicas que lo confirmen.
Aunque algunos especialistas apuntaban que el origen de los cólicos se debe a una posible intolerancia a la leche de
vaca, también se ha observado que los cólicos también aparecen en niños con lactancia materna (en estas
circunstancias la variación de la dieta de la madre suele ayudar a mitigar el llanto).
Otras teorías apoyan que los cólicos aparecen como consecuencia de los gases, pero no se sabe si son la causa o
más bien una consecuencia de que los bebés traguen aire al llorar. Por otro lado, también algunos profesionales
destacan que, si el alimento se mueve con mucha rapidez por el aparato digestivo del infante o no está bien digerido,
podría provocar su aparición.
Por último, los niños de madres fumadoras tienen más posibilidades de tener cólicos.
Síntomas
La manifestación principal de los cólicos del lactante es el llanto del bebé. La llorera provocada por un cólico se
caracteriza por:
 El niño suele llevarse las rodillas cerca del abdomen y su piel adquiere un color rojo, casi morado.
 El llanto suele ir acompañado de gases y flatulencias.
Estos síntomas no son comunes a todos los niños ya que las causas del cólico no están bien definidas.
Prevención
Para evitar que se produzcan estos cólicos los expertos aconsejan que los niños eructen después de las comidas.
Dado que no se sabe con exactitud los motivos que provocan la aparición de los cólicos es complicado establecer
unas medidas preventivas. No obstante, los especialistas recomiendan hacer eructar al niño después de las comidas.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza a través de la observación clínica. Si el llanto es prolongado, aparece a partir de la tercera
semana del nacimiento, perdura al menos tres horas al día, tres días a la semana, durante tres semanas,
posiblemente el recién nacido tenga un cólico.
Si los llantos perduran más de cuatro meses es fundamental que acuda al pediatra porque el niño podría llorar como
consecuencia de otra patología.
Tratamientos
El primer paso que recomiendan los especialistas es establecer unas rutinas diarias en las que queden definidos los
patrones de sueño. Además, es importante que el bebé no trague aire, o al menos intentar que sea el menos posible,
con el biberón (para ello los padres deben fijarse en que la tetina siempre contenga leche y que el agujero se adapte
a las necesidades de cada bebé) y que eructe después de cada toma de comida.
Por otro lado, puede ayudar que la madre elimine de su alimentación excitantes como el café o el té y excluya de su
dieta alérgenos alimentarios como los huevos y el pescado, aunque esto dependerá de cada caso específico y es
recomendable acudir a un experto para que valore las circunstancias específicas de cada situación.
Otros datos
Calmar al bebé
Los llantos de los cólicos son muchas veces inconsolables y provocan la frustración de los padres. Es fundamental
que los padres asuman la situación y sigan estos pasos para intentar mejorar la situación:
 Coger al bebé en brazos y mecerlo suavemente suele ayudar a que el recién nacido se calme.
 Pasearlo en el cochecito también favorece que los síntomas se alivien.
 Utilizar chupete. Esto contribuye a que los niños aprendan a succionar; sin embargo, no función con todos los bebés.
 Acariciar suavemente el abdomen del niño.

4. CORTE DE DIGESTIÓN O HIDROCUCIÓN


Qué es
El corte de digestión son los síntomas digestivos que tienen lugar al producirse un choque térmico. No obstante, el
nombre correcto es hidrocución, ya que cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría, se producen unos cambios
en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca.
El riesgo de padecer náuseas, debilidad, pérdida de conocimiento e incluso un infarto ante un cambio brusco de
temperatura tras la ingesta de una comida es mayor en personas mayores o que toman alguna medicación. Sin
embargo, puede ocurrirle a cualquiera.
Causas
Tomar el sol, hacer ejercicio, ingerir una abundante cantidad de alcohol o bañarse después de una comida puede
provocar un corte de digestión. Lo más probable es que se produzca cuando el agua esté muy fría o si la temperatura
corporal es más elevada de lo normal debido a pasar mucho tiempo al sol o por haber realizado ejercicio intenso. En
estos casos, el contraste de temperaturas es más fuerte y la reacción del organismo más exagerada.
Asimismo, una comida pesada puede provocar un corte de digestión, ya que después de comer la sangre se
acumula en el aparato digestivo y llega en menor cantidad al resto del cuerpo. Por ello, se recomienda esperar dos
horas tras la comida antes de meterse al agua.
Síntomas
Los expertos recomiendan salir del agua o parar de hacer ejercicio si una persona presenta estos síntomas:
 Dolor de estómago.
 Mareos y náuseas.
 Un descenso de la presión arterial.
 Escalofríos.
 Visión borrosa.
 Piel pálida.
 Pitidos en los oídos.
Prevención
Miles de casos por ahogamiento se producen al año, aunque según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no
hay ninguno causado directamente por corte de digestión. No obstante, esto puede resultar de extrema gravedad,
por ello los expertos recomiendan seguir una serie de recomendaciones básicas para evitarlo:
 Entrar al agua de forma progresiva, mojando el cuerpo poco a poco para adaptarse gradualmente al cambio de
temperatura.
 No ingerir comidas abundantes antes de un baño.
 Esperar dos horas para volver a mojarse.
 Hidratarse correctamente.
 No beber líquidos fríos después de haber realizado ejercicio físico intenso.
 Evitar los cambios bruscos de temperatura.
Diagnóstico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico según los síntomas y signos descritos.
Tratamientos
Si una persona sufre un corte de digestión en el agua, los expertos señalan que es muy importante sacarlo, colocarlo
con las piernas en alto para prevenir una lipotimia, vestirle o taparle con una manta para mantener su calor corporal y
comprobar si respira o no. Además, se tiene que alertar a los socorristas y llamar al 112.
Asimismo, pueden aparecer vómitos o diarreas, por ello se debe rehidratar a la víctima con agua o suero, ya que el
objetivo principal es que la presión arterial de la persona se estabilice. Si el corte de digestión no es grave, el afectado
se va a recuperar en un periodo de dos horas.
En el caso extremo de parada cardiorrespiratoria, los expertos señalan que se deben comenzar con las maniobras
de reanimación cardiopulmonar básica tras haber llamado al servicio de emergencias.
Otros datos
Los especialistas advierten que un corte de digestión puede suceder en la bañera de casa tomando un baño muy
caliente. En este caso, la víctima pasa de una temperatura más moderada a una más caliente.

5. DISPEPSIA
Qué es
La dispepsia o indigestión se refiere a las molestias y/o dolor que se produce en la parte alta del abdomen. Algunos
pacientes se quejan de dolor, hinchazón, acidez o náuseas, mientras que otros presentan indigestión, pero, en
términos generales, todos sufren malestar en esa zona.
La dispepsia se define como un conjunto de síntomas que se originan en el tractogastrointestinal superior, en
ausencia de cualquier causa estructural o enfermedad metabólica que pueda explicarlos.
En los pacientes con dispepsia, el estómago no se relaja en respuesta a una comida, observándose también
alteraciones de las contracciones y del vaciamiento gástrico.
En algunos casos, se puede presentar, también, una mayor percepción de la actividad gástrica, lo que se
denomina hipersensibilidad visceral.
La dispepsia o indigestión se refiere a las molestias y/o dolor que se produce en la parte alta del abdomen.
Causas
Las causas de esta afección son desconocidas en la mayoría de los pacientes. En algunos casos, los síntomas
pueden presentarse después de una comida excesiva o por haber ingerido determinados medicamentos que
producen lesiones en la mucosa gástrica, como pueden ser la aspirina o los antiinflamatorios.
Es posible, también, que la causa se deba a problemas psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad o la depresión.
Algunos pacientes con dispepsia pueden tener una herida o erosión, denominada úlcera, en el estómago o en la
zona del duodeno, causadas, en su mayoría, por una bacteria denominada Helicobacter pylori.
Las causas por las que se producen la mayoría de los casos de dispepsia son el consumo excesivo de alcohol, la
ingesta de alimentos picantes, o muy grasientos, e ingerir grandes cantidades de comida en poco tiempo.
Otras razones pueden ser el tabaquismo, los alimentos con mucha fibra o consumir demasiada cafeína.
Síntomas
El principal síntoma de la dispepsia en el malestar producido en la parte superior del abdomen, que sucede durante o
después de las comidas.
Este dolor se describe como calor o ardor en la zona que se encuentra entre el ombligo y la parte inferior del
esternón, y la sensación de hinchazón molesta al empezar a comer o después.
Otros síntomas que también pueden producirse, aunque en menor medida, son la distensión abdominal o las
náuseas.
Esta afección no es lo mismo que la acidez gástrica ya que los síntomas de ésta suelen originarse en el pecho y
pueden irradiarse hacia el cuello o la garganta.
Prevención
Las medidas que pueden llevarse a cabo para prevenir esta afección son:
 Relajarse y descansar después de las comidas si el estrés puede ocasionar al paciente una indigestión. Por lo tanto,
los especialistas recomiendan evitar realizar ejercicio inmediatamente después de la ingesta.
 Es importante destinar tiempo suficiente para las comidas, masticando los alimentos cuidadosamente y no tragar
precipitadamente.
Si el paciente es propenso a sufrir dispepsia, se suele aconsejar que evite tomar medicamentos como el ácido
acetilsalicílico y algunos antinflamatorios con el estómago vacío.
Tipos
Existen dos tipos de dispepsia:
 Dispepsia funcional: Aquella que se produce sin causa aparente y que no está provocada por un problema orgánico.
 Dispepsia orgánica: En este tipo, la dispepsia está causada por un daño orgánico.
Diagnóstico
La dispepsia se puede detectar a través de los siguientes procedimientos:
 Ecografía abdominal.

 Esofagogastroduodenoscopia: También denominada endoscopia gastrointestinal. Es un examen que visualiza el


esófago, el estómago y el duodeno para detectar si existen lesiones.
Tratamientos
Si las molestias no se producen con frecuencia, en principio, no es necesario acudir al especialista. Los síntomas
desaparecerán solos, pero si no es así, el tratamiento concentra las siguientes pautas:
 Dieta: En la mayoría de los casos, los pacientes tienen síntomas asociados con la ingesta de alimentos. Por ello, se
recomienda que realicen comidas bajas en grasas y calorías, y en pequeñas cantidades.
 Erradicar el Helicobacter pylori a través de antibióticos en los casos en los que esta bacteria sea la causante.
 Administrar medicamentos que reduzca el ácido (un ejemplo es el omeprazol).
Otros datos
La dispepsia, por lo general, no es un problema grave de salud, a menos que esté acompañado de otros síntomas,
como pérdida de peso o molestias a la hora de tragar.
Se recomienda que el paciente asista al especialista si los síntomas persisten durante varios días seguidos, se
produce una pérdida de peso considerable o se presentan problemas a la hora de tragar los alimentos.
La afección se considera grave si presenta otros síntomas como: coloración amarilla de la piel y de los ojos
denominada ictericia o bien sangre en las heces o en el vómito.

6. ESOFAGITIS
Qué es
Se denomina esofagitis a la inflamación de la mucosa que se encuentra en el esófago, es decir, de la capa interna
que reviste el esófago y es una afección que puede deberse a diversas causas.
El esófago es la parte del aparato digestivo que se encarga de comunicar la boca con el estómago y se encuentra
separado de dicho órgano por una válvula o esfínter esofágico inferior, también denominado cardias, y que tiene
como función evitar que los alimentos y los jugos gástricos refluyan desde el estómago.
Causas
En la mayoría de los casos, esta patología está causada por el reflujo de líquido del estómago (denominado reflujo
gastroesofágico) hacia el esófago, que, al contener ácido, puede irritar el tejido.
Ya que la causa más frecuente de esta afección producida por el reflujo gastroesofágico, los factores que suponen
un riesgo en el desarrollo de esta patología son:
 Obesidad.
 Fumar.
 Tomar determinados medicamentos sin beber mucha agua.
 Vómitos de repetición.
 Cirugía o radiación del tórax, en tratamientos como el empleado para curar el cáncer pulmonar.
 Hernia de hiato, una patología en la que el estómago empuja a través de la abertura en el diafragma, punto en el cuál
el esófago se une al estómago.
Existen una serie de alimentos que pueden empeorar los síntomas de la afección, tales como el tomate, las frutas
cítricas, la cafeína, el alcohol, los alimentos picantes, el ajo, la cebolla y el chocolate.
Aquellas personas que tienen sistemas inmunitarios débiles también pueden presentar infecciones que las lleven a
padecer esofagitis. Estas infecciones pueden producirse por hongos u hongos levaduriformes (en un gran número de
casos de cándida) o por virus, tales como el herpes o el citomegalovirus.
Síntomas
El síntoma más frecuente de esta afección es el ardor o pirosis ya que, en la mayoría de los casos, la causa es el
reflujo.
Esta manifestación se suele describir como una sensación de quemazón que sube desde el estómago hasta la
garganta. También es posible que se produzca regurgitación, es decir, el paciente tiene la sensación de que el
contenido gástrico vuelve a la boca.
Otros síntomas incluyen:
 Dolor o molestias retroesternales (en la zona del pecho) o en la zona abdominal (con más incidencia en la boca del
estómago).
 Tos, náuseas, vómitos o eructos repetidos.
 Pérdida de peso y apetito, sobre todo, en los casos de enfermedad crónica avanzada.
 Dificultad a la hora de tragar (disfagia).
 El reflujo también puede motivar la aparición de úlceras en el esófago, que pueden sangrar y provocar pérdidas
de hierro que lleven a una anemia.
Prevención
Reducir el consumo de café es una medida de prevención recomendada.
Dentro de las medidas de prevención recomendadas para evitar padecer esta patología, la más importante es
eliminar o disminuir el consumo de determinados productos en nuestra dieta e incluir otros que pueden resultar
beneficiosos.
 Es importante evitar las comidas abundantes y ricas en grasas, sobre todo, dos o tres horas antes de acostarse, ya
que la grasa implica una digestión lenta y genera más reflujo.
 Reducir el consumo de alimentos como el café o las bebidas alcohólicas, incluyendo las de baja graduación, como el
vino, la cerveza o la sidra.
 Llevar un horario de comidas y no dejar pasar muchas horas entre comida y comida.
 No tumbarse justo después de comer para evitar que aumente el reflujo. Es recomendable andar para facilitar la
digestión.
 Tomar alimentos ricos en fibra para suavizar la mucosa, como la calabaza, el calabacín o la borraja.
Tipos
Dentro de esta afección existen diferentes tipos de presentación de la misma que se diferencian por las causas que
las provocan:
 Esofagitis cáustica: según la Asociación Española de Gastroenterología, este tipo de esofagitis se produce por el
consumo de productos cáusticos, que suelen ser los empleados para la limpieza doméstica, tales como la lejía o el
amoniaco.
 Esofagitis eosinofílica: es una enfermedad crónica que resulta de la inflamación selectiva del esófago producida por
alérgenos que se encuentran en los alimentos o en el mismo aire.
 Esofagitis postradioterapia: provocada por la radiación que se produce en la radioterapia empleada como
tratamiento de otras patologías como es, por ejemplo, el cáncer de pulmón.
 Esofagitis medicamentosa: provocada por la ingesta de determinados fármacos, como es el caso de la tetraciclina,
que puede provocar úlceras en el esófago.
 Esofagitis infecciosa: debido a hongos u hongos levaduriformes o virus.
Diagnóstico
Para llevar a cabo la detección de esta patología, se realizan las siguientes técnicas:
 Gastroscopia: es la prueba que se realiza en la mayoría de los casos y permite ver el esófago directamente y las
lesiones de la mucosa, así como detectar otros problemas que se pueden dar en esta zona, tales como la hernia de
hiato o la úlcera gástrica.
 pH-metría: sirve para cuantificar la cantidad de ácido que existe en el esófago mediante la colocación de una sonda
en el mismo.
 Biopsia: donde el especialista extrae un trozo de tejido del esófago para su análisis.
 Manometría esofágica: mide las presiones dentro del esófago ya que, por ejemplo, en los casos de reflujo, la
presión de cierre del esfínter esofágico inferior está disminuida. No es una prueba que se realice de forma habitual.
Tratamientos
El tratamiento a aplicar en el caso de padecer esta afección dependerá de la causa que lo haya provocado y, por
tanto, del tipo.
Para el reflujo, en muchas ocasiones, se puede necesitar la ingesta de medicamentos que ayuden a reducir el ácido
estomacal, mientras que las infecciones precisarán de antibióticos.
Para el tratamiento, en términos generales, de esta patología es necesario que se receten determinados
medicamentos, para lo cual, en algunos casos, se requerirá que el paciente prescinda de algunos alimentos en su
dieta.
Otros datos
Siempre que el paciente aplique la terapia que le ha sido recomendada por el especialista, tanto los síntomas como
la patología remitirán en la mayoría de los casos.
En el caso de que no se aplique un tratamiento para curar la esofagitis, se pueden producir complicaciones que
modifiquen la estructura y la funcionalidad del esófago. Estas pueden ser:
 El estrechamiento del esófago, denominada estenosis esofágica.
 Formación de anillos en el tejido anormal, en el revestimiento del esófago o anillos esofágicos.
 Desarrollo de otra patología denominada esófago de Barret en la cual las células que recubre el esófago cambian, lo
que a su vez supone un factor de riesgo para el cáncer de esófago.

7. GASES Y FLATULENCIA
Qué es
Las flatulencias aparecen cuando se produce la distensión del estómago o de los intestinos debido a la acumulación
de gases. Éstos pueden tener origen gástrico o intestinal.
Los gases pueden hacer que las personas se sientan hinchadas y puede causar cólicos o retortijones en el vientre.
Causas
Algunos alimentos ricos en fibra, carbohidratos, celulosa, proteínas y grasas, junto con las bebidas gaseosas, pueden
provocar la acumulación de gases en el estómago y el intestino. También pueden tener su origen en el consumo de
ciertos fármacos o en padecer patologías digestivas moderadas o severas, como las úlceras gástrica y duodenal y la
dispepsia intestinal.
Sin embargo, ciertos factores relacionados con la calidad de vida, como el estrés, la ansiedad o el nerviosismo,
favorecen la aceleración el ritmo intestinal y una mayor deglución de aire.
El estreñimiento también influye en la acumulación de gases, ya que las heces acumuladas los generan.
Síntomas
La expulsión de flatulencias no constituye en sí una enfermedad, pero se recomienda que la persona acuda al
especialista si se dan los siguientes síntomas:
 Si se producen molestias en la zona abdominal en personas que tienen más de 65 años.
 Cuando las molestias son frecuentes y no desaparecen.
 En el momento en el que se produce una pérdida de peso significativa, vómitos, siente dolor al tragar los alimentos o
aparece de forma intensa en el estómago.
 Cuando el color de las heces cambia a negro.
 En el caso de que se presente un bulto en el abdomen y no haya desaparecido en el plazo de un día.
 Si el paciente recibe algún tratamiento a base de medicamentos que le causan molestias.
Prevención
Los especialistas recomiendan modificar determinados aspectos de la dieta para poder prevenir el exceso de gases y
flatulencias. Estos consejos son:
 Reducir el consumo de carbohidratos, legumbres (garbanzos, alubias y lentejas) y bebidas con gas.
 Eliminar de la dieta algunas verduras, como la coliflor o la col, que aumentan las flatulencias.
 Evitar en la medida de lo posible la ingesta de frituras.
 Comer verduras de hojas cocidas, como acelgas o espinacas.
 Sustituir el café por infusiones digestivas.
 Es preferible consumir el pescado hervido o asado; en cuanto a la carne, se recomienda consumirla asada y con
poca grasa.
 Se aconseja comer despacio y masticando bien los alimentos, además de practicar técnicas de relajación que
permitan eliminar la tensión y el estrés.
 Es importante también caminar entre 10 y 15 minutos después de comer para mejorar el proceso digestivo.
Tipos
Pueden dividirse en gases que tienen su origen en el estómago o aquellos que lo tienen en los intestinos.
Pero, en ambos casos, la única diferencia se encuentra en el momento de la expulsión: en el primer caso se suelen
eliminar en forma de eructos por la boca y en el segundo por vía anal.
Diagnóstico
Al no resultar una enfermedad, en principio es suficiente con una buena historia clínica y exploración abdominal es
suficiente. En ocasiones con una radiografía simple de abdomen se puede apreciar bien y excluir otras causas.
Tratamientos
En la mayoría de los casos, el especialista no recomienda al paciente someterse a ningún tratamiento ya que es una
sintomatología que puede aparecer o desaparecer por sí sola.
Siempre que la acumulación de gases no tenga su origen en una patología concreta o en la administración de ciertos
fármacos, la mejor manera de combatirla es la dieta.
Los medicamentos destinados a paliar los casos graves de flatulencia como la metoclopramida o la dimeticona,
deben emplearse bajo supervisión médica siempre y cuando la modificación de los hábitos alimenticios no haya
aliviado los síntomas.
Otros datos
Muchas veces, las flatulencias pueden ser causa de afecciones que revisten una mayor gravedad en determinados
pacientes, como puede ser el síndrome del intestino irritable, que lleva a dolor abdominal y cambios en el ritmo
intestinal, o incapacidad para absorber los nutrientes. En estos casos es recomendable que el paciente acuda a
revisión para poder recibir tratamiento.
8. HEMORROIDES
Qué es
Las hemorroides, también llamadas almorranas, son venas inflamadas de forma excesiva en el ano o en la zona baja
del recto. Generalmente no son trastornos graves y, tal y como explica José María Enríquez-Navascués, jefe de
Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario Donostia, “son un componente normal de la
anatomía humana”, aunque cuando aumentan patológicamente de tamaño o se deslizan hacia el exterior, provocan
molestias como picor, dolor o ardor, e incluso, en ocasiones, pueden venir acompañadas de un tumor rectal, por lo
que requieren un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Las hemorroides son patológicas cuando el flujo sanguíneo de la zona se interrumpe. Se considera que existe
enfermedad hemorroidal cuando se detectan dilataciones varicosas en las venas hemorroidales.
Causas
Según Gonzalo Guerra Azcona, director médico del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, en
Madrid, “no se sabe la causa exacta que produce la inflamación de las hemorroides, pero se han identificado factores
de riesgo que predisponen a padecerla”. Las principales causas son:
 Estreñimiento: Las heces duras y secas propias del estreñimiento oprimen las venas hemorroidales y provocan su
inflamación.
 Diarrea: Una diarrea intensa puede provocar hemorroides a causa de la irritación.
 Embarazo: La presión que ejerce el feto sobre la zona rectal, además de los esfuerzos realizados durante el parto,
puede provocar la aparición de hemorroides.
 Malos hábitos alimentarios: Una dieta escasa en fibra, así como el abuso de picantes, alcohol o café, se asocian a la
aparición de hemorroides.
 Mala hidratación: Beber poca agua o líquidos en general incrementa el riesgo de padecer hemorroides.
 Postura inadecuada: Permanecer de pie o sentado durante periodos de tiempo resulta perjudicial para esta
patología.
 Grandes esfuerzos durante la realización de ejercicio físico.
 Esfuerzo durante las deposiciones: La opresión de las venas hemorroidales debida al esfuerzo durante las
deposiciones provoca esta inflamación.
 Represión del deseo de ir al baño: Posponer la evacuación, puede hacer que, posteriormente, la defecación sea más
dificultosa y sea necesario realizar más esfuerzos de los aconsejables.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas más frecuentes de las hemorroides son:
 Sangrado (sangre roja viva): Generalmente no produce dolor y es escaso. Normalmente se origina tras la
defecación.
 Prolapso: Consiste en un bulto que aparece cuando las hemorroides salen del interior del ano y resulta difícil
introducirlas de nuevo.
 Secreción: La secreción de moco propia de la mucosa anal es usual en las hemorroides internas. Causa irritación de
la piel, picor o quemazón, sobre todo durante la defecación.
 Dolor: Las hemorroides internas no suelen doler, pero las externas son especialmente molestas cuando éstas salen
fuera del ano dada la presión del anillo anal.
Prevención
Para evitar la aparición de hemorroides es aconsejable corregir las causas que las originan. Algunas
recomendaciones son:
 Beber dos litros de agua al día para prevenir el estreñimiento.
 Evitar la ingesta de alcohol, ya que perjudica la circulación sanguínea dificultando la digestión.
 Reducir el consumo de sal, dado que favorece la retención de líquidos.
 Consumir una dieta rica en fibra, frutas, verduras y productos integrales.
 Evitar el esfuerzo defecatorio: En caso de estreñimiento crónico, Guerra recomienda consultar al especialista, ya que
“le dará las pautas farmacológicas y de hábitos alimentarios que le permitirán tratar el estreñimiento a la vez que
evitar la aparición de hemorroides”.
 Practicar deporte de forma regular para activar la circulación sanguínea y ayudar a mejorar el tránsito intestinal.
 Evitar hacer grandes esfuerzos en los que tenga especial importancia la zona abdominal.
Tipos
Según Marcos Rodríguez Martín, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital Universitario
Gregorio Marañón, en Madrid, hay dos tipos de hemorroides.
Hemorroides internas
Son las hemorroides que sangran con la deposición y las que se prolapsan a través del ano. No son dolorosas a no
ser que se acompañen de trombosis hemorroidal. Existen cuatro grados para clasificarlas:
 Grado I: Son las hemorroides normales.
 Grado II: Son las hemorroides que salen por el ano con la deposición y se introducen solas.
 Grado II: Son las almorranas que salen por el ano con la deposición y hay que ayudar a reintroducirlas.
 Grado IV: Son las hemorroides internas que salen a través del ano y siempre se encuentran en el exterior. Se
diferencian de las hemorroides externas en que estas últimas están cubiertas por piel normal.
Hemorroides externas
Las hemorroides externas son las que se producen alrededor del ano y que, con frecuencia, acompañan a las
hemorroides internas o a otros procesos como la fisura anal. Las hemorroides externas no sangran, aunque pueden
producir sensación de pesadez y dolor anal cuando se trombosan.
Diagnóstico
Guerra sostiene que “para hacer un diagnóstico adecuado, lo principal es acudir a un especialista en aparato
digestivo, porque muchas veces el único síntoma que puede presentarse es el sangrado, que no sólo es indicativo de
la presencia de hemorroides, sino también de otras enfermedades digestivas más graves como puede ser el cáncer
de colon”.
Una vez en la consulta, el diagnóstico consiste primeramente en la realización de una historia clínica con los
antecedentes médicos del paciente y los síntomas que presenta, para una posterior exploración manual por parte del
médico.
En los casos en los que las hemorroides no son externas, sino internas, el especialista le prescribirá
una colonoscopia para la confirmación de la enfermedad.
Tratamientos
El tratamiento de las hemorroides depende del grado de inflamación o trombosis de la vena afectada de la zona
rectal.
En los casos leves, “el tratamiento más habitual suele consistir en la aplicación de pomadas con anestésicos y
antiinflamatorios locales y los denominados baños de asiento. Esta práctica consiste en realizar baños de la zona
afectada varias veces al día con agua templada y sal, lo que ayuda a desinflamar la hemorroide y, por lo tanto, a
aliviar los síntomas”, afirma Guerra.
Del mismo modo, el experto explica que “en los casos graves, cuando la inflamación o estrangulación de la vena
rectal es muy grande, se suele recurrir a una intervención quirúrgica denominada hemorroidectomía, una intervención
sencilla y, normalmente, de carácter ambulatorio, en la que se extirpan los paquetes hemorroidales”. En caso de
padecer sangrado, Enríquez-Navascués señala que “lo primero es comprobar si se debe únicamente a las
hemorroides; después, lo más frecuente es realizar una ligadura o banding, un procedimiento no quirúrgico que se
efectúa en la propia consulta”.
“Cuando una hemorroide externa está muy estrangulada”, afirma Guerra, “se realiza, en la propia consulta y bajo
anestesia local, una mínima incisión en la hemorroide, permitiendo la expulsión de sangre y extirpando la piel
sobrante. Este tratamiento consiste en un proceso prácticamente indoloro que no requiere alta hospitalaria y el
paciente puede incorporarse inmediatamente a su rutina diaria”.
“Cuando se produce el prolapso de forma frecuente o provoca malestar, se debe tratar quirúrgicamente”, explica
Enríquez-Navascués. Asimismo, el especialista sostiene que “en caso de producirse una trombosis en las
hemorroides externas de forma repetida, deben extirparse”.
Otras terapias utilizadas por los especialistas son:
 Coagulación con luz infrarroja: Es un tratamiento con calor que coagula las venas y reduce el tamaño de las
hemorroides.
 Crioterapia: La utilización de nitrógeno líquido congela la hemorroide y la elimina.
 Inyecciones esclerosantes: Se inyectan sustancias cicatrizantes en las inflamaciones aliviando los síntomas.
 Anopexia Mucosa Circular (AMC): Es un tratamiento que utiliza una grapadora circular que impide el flujo sanguíneo
y reduce el prolapso.
Otros datos
Posibles complicaciones
El sangrado causado por las inflaciones hemorroidales puede producir coágulos de sangre que, en
ocasiones, provocan que el tejido circundante muera. Esporádicamente, el sangrado puede ser muy intenso debido a
una anemia ferropénica, que sería la desencadenante de una pérdida prolongada de sangre.
Es aconsejable acudir al médico cuando los síntomas de las hemorroides no mejoran con los remedios caseros, se
produce un sangrado excesivo y se padecen vértigos, mareos o desmayos.

9. PANCREATITIS
Qué es
El páncreas es una glándula que se encuentra detrás del estómago y cerca de la primera parte del intestino delgado
que se encarga de la segregación de los jugos digestivos en el intestino delgado a través del conducto pancreático.
El páncreas también se encarga de la liberación de otras hormonas como la insulina.
La pancreatitis aguda es una enfermedad frecuente en la que se produce una inflamación aguda del páncreas que
se resuelve de dos maneras: por un lado, en los casos más frecuentes, la inflamación cesa y va seguida de un
proceso de reparación y cicatrización, o bien, en los casos menos frecuentes, la inflamación comienza a afectar a
otros sistemas (circulatorio, respiratorio o excretor renal), dando lugar a un fallo orgánico o incluso el fallecimiento del
paciente.
Causas
Las causas de la pancreatitis aguda son variadas. Las dos más frecuentes son los cálculos en la vesícula biliar
(colelitiasis) y el consumo excesivo de alcohol. Los cálculos en la vesícula provocan pancreatitis al moverse hacia el
conducto biliar y obstruir la salida del conducto pancreático hacia el intestino.
El alcohol tiene un efecto tóxico directo y también puede producir pancreatitis crónica. Otras causas más raras son
ciertos medicamentos, el aumento importante de los niveles de grasa en sangre (hipertrigliceridemia), el aumento
mantenido de calcio en sangre (hipercalcemia), las obstrucciones de la salida del conducto del páncreas, los golpes
en el abdomen, algunas intervenciones quirúrgicas y la realización de una prueba llamada colangiopancreatografía
retrógrada endoscópica (CPRE).
En aproximadamente un 20 por ciento de los pacientes no se descubre la causa (pancreatitis aguda idiopática). De
ese 20 por ciento, sólo sufren nuevos episodios de pancreatitis un pequeño porcentaje del 5 por ciento.
En cuanto a las causas de la pancreatitis crónica, se encuentra el consumo desmesurado de alcohol o bien,
los episodios repetitivos de pancreatitis aguda. Pero además de estas, existen otras afecciones que se encuentran
asociadas:
 Patologías de carácter autoinmune: Cuando el sistema inmunitario ataca al cuerpo.
 Obstrucción del conducto pancreático o del conducto colédoco, conductos que drenan las enzimas del páncreas y la
bilis.
 Complicaciones de una fibrosis quística: Provoca acumulación de moco espeso y adherente en los pulmones, el tubo
digestivo y otras áreas del cuerpo.
 Altos niveles de grasa (triglicéridos) en la sangre.
 Hipertiroidismo: es un trastorno en el cual las glándulas paratiroides del cuello producen demasiada hormona
paratiroidea.
 Uso de ciertos medicamentos como: sulfaminas, diuréticos tiazídicos o azatioprina.
Síntomas
El síntoma principal de la pancreatitis es un dolor en el cuadrante superior izquierdo o medio del abdomen.
Respecto a este dolor los especialistas señalan que:
 Puede empeorar en cuestión de minutos después de comer o beber al principio, especialmente si los alimentos
tienen un alto contenido de grasa.
 Se vuelve constante o más intenso y dura varios días.
 Puede empeorar al acostarse boca arriba.
 Puede propagarse (irradiarse) a la espalda o por debajo del omóplato izquierdo.
 Las personas con pancreatitis aguda a menudo tienen fiebre, náuseas, vómitos y sudoración.
Otros síntomas que pueden estar relacionadas con esta enfermedad abarcan:
 Abdomen lleno de gases.
 Hipo.
 Indigestión.
 Leve coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos (ictericia).
 Distensión abdominal.
Síntomas de la pancreatitis crónica:
 Dolor abdominal: Se produce en mayor proporción en el abdomen superior y puede durar horas e incluso días y se
puede incluso convertir en continuo. Este dolor puede empeorar al comer o al beber y al consumir alcohol y se puede
manifestar también en la espalda.
 Problemas digestivos: Pérdida de peso, incluso cuando el consumo de alimentos es normal. Se puede producir
además diarrea, náuseas o vómitos y deposiciones blandas con gasas.
El dolor abdominal es uno de los principales síntomas de la pancreatitis.
Prevención
Para prevenir esta enfermedad es importante tener en cuenta cuales son los posibles factores de riesgo. Los
pacientes que deben tener un cuidado especial son:
 Las personas con sobrepeso y obesidad.
 Aquellas que consumen excesivo de alcohol y alimentos ricos en grasas.
 Las personas que padecen de cálculos en la vesícula y vías biliares que deben ser detectados precozmente para
poder ser tratados.
 Aquellos que tienen niveles de triglicéridos muy elevados.
Tipos
Existen dos tipos de pancreatitis:
La pancreatitis aguda
Se produce generalmente por los cálculos biliares o a un consumo excesivo de alcohol, fenómenos que pueden
provocar una autodigestión (proceso en el que las enzimas pancreáticas destruyen su propio tejido y causan la
inflamación del mismo) del páncreas por las enzimas que produce.
Esta afección también puede originarse como consecuencia de los efectos secundarios de ciertos medicamentos y,
en muy raras ocasiones, es idiopática, es decir, que no tiene una causa justificada.
Pancreatitis crónica
Se debe generalmente a una repetición de la pancreatitis aguda. La ingesta prolongada y excesiva de alcohol
también puede ser la causa de la pancreatitis crónica.
Entre otras posibles causas de la pancreatitis crónica están tener una enfermedad genética o hereditaria (aunque se
consideran casos inusuales), padece cálculos de la vesícula biliar o una hipercalcemia (aumento de nivel de calcio en
la sangre).
El tabaquismo se considera un factor de riesgo de una pancreatitis crónica.
Diagnóstico
El pilar más importante para la detección de esta enfermedad es que los síntomas coincidan con los descritos, por lo
que la experiencia del especialista en este punto es imprescindible para elaborar un diagnóstico certero.
Por otro lado, es importante que se realicen las pruebas convenientes para detectar un aumento en la sangre de
determinadas enzimas que el páncreas se encarga de segregar, como son la amilasa o la lipasa.
Por último, resulta fundamental que el especialista lleve a cabo alguna técnica de imagen, ecografía o escáner (TC),
para demostrar que existen cambios en la forma y/o tamaño del páncreas o alteraciones en las regiones cercanas.
Tratamientos
La infección suele aparecer en la primera semana, pero habitualmente se manifiesta en la segunda o siguientes,
provocado por una infección de la necrosis pancreática.
El tratamiento de la pancreatitis aguda es el régimen de hospitalización, ajustando el mismo a cada caso, intentando
adelantarse a los acontecimientos que se puedan producir en el desarrollo de la afección.
Los puntos principales sobre los que se aplica el tratamiento son:
 Un estrecho control del paciente al que se le realizarán controles habituales de sus constantes vitales y analíticas de
carácter múltiple o seriado.
 El tratamiento del dolor con analgésicos.
 Mantener al paciente hidratado de forma constante y nutrición por vía intravenosa, evitando la ingesta de los
alimentos por la boca.
 Tratamiento específico de las náuseas y los vómitos.
 Bloqueo de la secreción gástrica de ácido con fármacos.
 Administración de antibióticos para evitar infecciones que entorpezcan la evolución.
 En los casos de pancreatitis aguda que se produzca por piedras en la vía biliar, es preciso extraer la piedra mediante
procedimientos endoscópicos.
Otros datos
La pancreatitis crónica se presenta con más frecuencia en hombres que en mujeres y, a menudo, se presenta en
personas de edades entre 30 y 40 años.
Este tipo de pancreatitis no se cura o mejora. Empeora con el tiempo y lleva a daño permanente.

10. AEROFAGIA
Qué es
La aerofagia es un fenómeno fisiológico producido por la ingesta excesiva de aire en el tracto
digestivo, especialmente durante las comidas. El término, derivado del griego, significa literalmente "comer del aire",
un trastorno digestivo menor, pero que implica molestias y situaciones embarazosas.
A menudo, es responsable de ascensos de aire comúnmente conocidos como eructos, que no deben confundirse
con el reflujo gastroesofágico, que tiene síntomas similares. Se puede agravar en presencia de patologías
rinofaríngeas o de hinchazón abdominal, como en el caso de la dispepsia.
Causas
Normalmente, la aerofagia se deriva de un régimen alimenticio inadecuado, relacionado con el consumo excesivo de
bebidas gaseosas y azucaradas o de ciertos alimentos, como dulces, pan rallado o goma de mascar. Incluso, puede
causarse por algunos malos hábitos durante la comida, como comer demasiado rápido, favoreciendo la ingesta de
una gran cantidad de aire. También puede producirse debido a problemas de ansiedad como el estrés.
Desde una perspectiva patológica, es frecuente en aquellas personas que no coordinan adecuadamente las
funciones de tragar y respirar, lo que se produce frecuentemente en pacientes con problemas mentales.
Síntomas
La aerofagia se manifiesta por una sensación de pesadez estomacal, sensación de hinchazón y problemas
digestivos, los cuales llevan al eructo, que, junto con la flatulencia, busca aliviar las molestias en la digestión.
Ciertamente, cabe destacar que los síntomas de la aerofagia son muy similares a los de reflujo gastroesofágico. Los
síntomas son:
 Distensión abdominal: causada por la presión de los gases.
 Dolor abdominal: En ocasiones el dolor se traslada a la zona baja del esternón al presionar el aire tanto al estómago
como al corazón. El dolor puede llegar a confundirse con el que ocasiona una angina de pecho.
 Ruidos intestinales.
 Eructos (sin olor).
 Meteorismo (sin olor).
Prevención
Es recomendable mantener una dieta adecuada, masticar despacio y evitar ciertos alimentos que promuevan la
inflamación, como refrescos, dulces o goma de mascar, entre otros.
Si la hinchazón se debe al estrés, hay que tener en cuenta los trastornos de ansiedad, afrontarlos con el tratamiento
apropiado o reducirlos con la práctica regular de deporte y la relajación. Los síntomas de la aerofagia suelen
desaparecer espontáneamente, una vez aisladas y tratadas las causas responsables del trastorno.
Diagnóstico
Se establece el diagnóstico cuando los eructos son repetitivos y molestos, al menos varias veces por semana y se
comprueba la ingesta de aire. El diagnóstico es básicamente clínico, objetivando la ingesta de aire.
Lo fundamental en el diagnóstico es descartar patologías orgánicas subyacentes que pueden ser muy variadas:
enfermedades del tracto digestivo superior, malabsorción de hidratos de carbono, sobrecrecimiento bacteriano o
alteraciones de la motilidad, entre otros.
Tratamientos
El tratamiento se basa en terapias conductuales para conseguir que el paciente controle la deglución compulsiva de
aire. Un masaje abdominal puede aliviar el trastorno del sistema digestivo y mezclar carminativas como el hinojo en
infusión, también puede evitar una crisis, además de que facilita la expulsión de los gases.
Algunos medicamentos reducen la cantidad de contenido en el tubo digestivo. Para las personas más afectadas, es
mejor buscar el origen de la causa, mejorar la calidad de la alimentación y tratar los problemas de ansiedad y estrés.
Otros datos
La aerofagia puede considerarse en principio como un trastorno de la conducta alimentaria, si bien en algunos
sujetos, un estado de hipersensibilidad gástrica también puede contribuir a los síntomas.
La aerofagia empeora de manera significativa cuando los pacientes se saben observados, mientras que esta mejora
claramente cuando el paciente se encuentra solo y no se sabe observado. En niños la aerofagia es relativamente
común y se ha relacionado con el cólico del lactante.
11. CELIAQUÍA
Qué es
La enfermedad celiaca, también conocida como celiaquía o enteropatía sensible al gluten, se caracteriza por una
inflamación de la mucosa del intestino delgado como consecuencia de una intolerancia inmunológica y permanente
al gluten ingerido de la cebada, del trigo, el centeno y, en aquellos que tienen predisposición genética a sufrir la
enfermedad, también a la avena.
"La enfermedad afecta tanto a niños como adultos de todas las edades. La relación mujer/varón es de dos
diagnósticos en mujeres por cada diagnóstico en hombres", explica a CuidatePlus Julia Álvarez, coordinadora
del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). "Está presente no sólo en
Europa y en los países poblados por personas de ascendencia europea, sino también en Oriente Medio, Asia,
Sudamérica y norte de África. Puede llegar a afectar al 1 por ciento de la población de los países occidentales".
Esta enfermedad digestiva y genética causa lesiones en el intestino delgado y provoca que se altere la absorción de
las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos. Las personas que la padecen suelen
presentar una reacción inflamatoria en la mucosa del intestino que ocasiona la dificultad de absorber los
micronutrientes.
Incidencia
Las cifras de prevalencia de la enfermedad celiaca han variado a lo largo de las últimas décadas, pasando de cifras
menores a un caso por cada 10.000 habitantes, principalmente durante la infancia, a las actuales estimaciones,
según las cuales la enfermedad celiaca afecta a entre el 1 y el 2 por ciento de la población a lo largo de su vida, tal y
como afirma Álvarez.
La coordinadora del área de nutrición de la SEEN, señala que en diferentes estudios la prevalencia mundial de la
enfermedad celiaca se estima en uno por cada 266 casos. "En España oscila entre uno por cada 11.827 y uno por
cada 7.528 casos en la población infantil y uno por cada 38.927 casos en la población adulta. Más de dos millones de
personas en los Estados Unidos tienen la enfermedad, aproximadamente 1 por cada 13.329 personas, en familiares
de pacientes afectados esta cifra se reduce a tan sólo 1 de cada 22, y aquellos de primer grado constituyen un grupo
de riesgo elevado, estimando su prevalencia entre un 5 y un 15 por ciento", explica.
Algunos trabajos sugieren cifras más elevadas debido a que en los últimos años, y gracias a las nuevas técnicas
diagnósticas disponibles, están siendo diagnosticados nuevos casos, en especial en pacientes adultos, por lo que la
enfermedad celiaca ha dejado de ser considerada como un trastorno típicamente infantil. En el momento actual, entre
el 20 y más del 50 por ciento de los nuevos diagnósticos se realizan en sujetos mayores de 50 años. La máxima
incidencia se registra en mujeres de entre 30 y 40 años de edad, aunque el 20 por ciento de los pacientes superan
los 60 años en el momento del diagnóstico.
Causas
La enfermedad celiaca es el resultado final de tres procesos que culminan en el daño de la mucosa intestinal: por un
lado la predisposición genética, el sistema inmunológico del individuo y los factores medioambientales. "En este
último caso me refiero al gluten, que se define como la fracción proteica que se encuentra exclusivamente en el trigo,
cebada, centeno y avena. El gluten tiene cuatro componentes proteicos (gliadinas, gluteninas, albúminas y
globulinas), de las cuales las gliadinas (alfa, beta, gama y omega) y las gluteninas son las proteínas más abundantes
del grano de trigo. Estas gluteninas son las responsables del daño intestinal en el enfermo celiaco", especifica Julia
Álvarez, coordinadora del área de nutrición de la SEEN.
El trigo se encuentra en la mayoría de alimentos que se consumen diariamente de forma masiva.
Síntomas
La celiaquía puede tener síntomas muy diferentes. Sin embargo, los más comunes son la pérdida de apetito y, por
tanto, de peso, fatiga, vómitos, diarrea, distensión abdominal, retraso del crecimiento, pérdida de masa muscular,
anemia o alteraciones del estado de ánimo que pueden llevar a que en distintos momentos el celiaco está apático,
irascible, triste o entre en periodos de introversión.
La evolución de los síntomas está supeditada a un factor: la edad.
Durante la infancia los síntomas más comunes suelen ser:
 Pelo frágil.
 Vómitos.
 Hipotrofia muscular en muslos, nalgas y brazos.
 Diarreas.
 Anorexia.
 Distensión abdominal.
 Astenia.
 Irritabilidad.
 Introversión.
 Retraso en el crecimiento.
 Leucopenia
En la adolescencia muchos de estos síntomas evolucionan. Los celiacos adolescentes pueden tener:
 Hepatitis.
 Cefaleas.
 Anemia ferropénica.
 Estreñimiento.
 Diarrea.
 Dermatitis atópica.
 Estomatitis aftosa.
 Retraso puberal
 Dolor abdominal.
 Artritis crónica juvenil.
 Menarquía tardía.
Por último, en la edad adulta se recuperan algunos de los síntomas que pueden aparecer en la infancia:
 Estreñimiento.
 Diarrea.
 Astenia.
 Irritabilidad.
 Inapetencia.
 Apatía.
 Depresión.
 Cáncer digestivo.
 Hipertransaninemia.
 Osteoporosis.
 Anemia ferropénica.
 Menopausia precoz.
 Aborto.
 Infertilidad.
 Pérdida de peso.
 Colon irritable.
Prevención
La prevención de la expresión clínica hoy por hoy pasa por la no exposición al gluten.
Tipos
La enfermedad celiaca tiene distintas formas de presentación clínica:
Enfermedad celiaca clásica
La forma clásica de la enfermedad se caracteriza por síntomas graves de malabsorción (diarrea, esteatorrea, déficit
de vitaminas liposolubles, hierro, calcio y ácido fólico), cambios de carácter, falta de apetito, retraso del crecimiento),
títulos positivos de anticuerpos séricos y atrofia grave de las vellosidades en las biopsias del intestino delgado. Esta
forma constituye la presentación característica de los niños entre 9 y 24 meses, que además, de las manifestaciones
expuestas pueden asociar náuseas, vómitos, distensión y dolor abdominal recurrente, pérdida de masa muscular
(nalgas y piernas) y de peso, que le confieren una apariencia de laxitud, con abdomen prominente y nalgas
aplanadas.
El carácter del niño cambia hacia la irritabilidad, apatía, introversión y incluso la depresión. Después de los tres años
son frecuentes las deposiciones blandas, talla baja, anemias ferropénicas resistentes a tratamiento y alteraciones del
carácter. Cuando la enfermedad evoluciona sin tratamiento, particularmente en los niños entre el año y los dos años,
pueden aparecer formas graves (crisis celíaca), con presencia de hemorragias cutáneas o digestivas graves (por
defectos de síntesis de vitamina K y otros factores de coagulación vitamina-K dependientes), tetania hipocalcémica y
edemas por hipoalbuminemia. A partir de la adolescencia y en los adultos la clínica de la EC es más larvada y los
síntomas digestivos están ausentes o bien ocupan un segundo plano. La clínica más característica a esta edad es el
dolor abdominal, generalmente de tipo cólico y recurrente, acompañado de hinchazón abdominal fluctuante,
dispepsia o malas digestiones, síntomas de reflujo gastroesofágico (como pirosis y regurgitación) y alteración del
hábito intestinal, frecuentemente hacia estreñimiento.
La enfermedad ha sido ilustrativamente definida como un trastorno camaleónico, que supone que habitualmente
pueda presentarse como una inexplicable deficiencia de hierro, lesiones predominantemente cutáneas
(dermatitis herpetiforme), alteraciones óseas (osteopenia y osteoporosis), neurológicas (ataxia cerebelosa,
polineuropatías, esclerosis múltiple, epilepsia, migrañas, etc) o un aumento de transaminasas séricas, estando a
menudo ausentes los trastornos digestivos. "Creo que es importante relacionar en la sospecha diagnóstica, los
síntomas derivados los déficits de micronutrientes asociados como vitaminas liposolubles (A, D, E y K), B6,
B12, ácido fólico, cobre, zinc, además del hierro comentado anteriormente. Sin embargo, tanto en el niño como en el
adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico", apostilla Álvarez.
Enfermedad celicaca pauci o monosintomática
Actualmente es la forma más frecuente de enfermedad celiaca tanto de la edad adulta, como de la pediátrica, y
puede cursar con síntomas intestinales y/o extraintestinales. El espectro histológico es variable, desde enteritis
linfocítica a la atrofia total y el porcentaje de positividad de autoanticuerpos séricos es variable (15 al cien por cien) y
dependiente de la gravedad histológica.
Enfermedad celiaca silente
No hay manifestaciones clínicas, pero sí lesiones histológicas características (incluso atrofia de vellosidades). Estos
casos suelen descubrirse bien por una determinación de marcadores séricos indicada por sospecha clínica o bien por
pertenecer a alguno de los grupos de riesgo.
Enfermedad celiaca latente
Se caracteriza por la existencia de una mucosa duodenoyeyunal normal en individuos que toman gluten en la dieta
en el momento de ser evaluados, con o sin anticuerpos positivos, pero que en algún momento de su vida han
presentado o van a presentar características típicas de la celiaquía.
Enfermedad celiaca potencial
Se refiere a aquellos pacientes que no han presentado alteraciones histológicas características de la enfermedad
pero dadas las características inmunológicas y genéticas tienen riesgo de desarrollarla.
Enfermedad celiaca refractaria
Se refiere a los pacientes que después de retirar el gluten de la dieta siguen presentando síntomas hasta seis meses
después.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad celiaca es complicado ya que muchos de sus síntomas son comunes a otras
enfermedades relacionadas con el aparato digestivo.
La gran variabilidad de sintomatología dificulta la precocidad diagnóstica. El diagnóstico se basa en la presencia de
alguno o varios de los síntomas relacionados con la afectación intestinal o de cualquiera de los órganos o sistemas
asociados, así como en la determinación de los marcadores serológicos, genéticos, los hallazgos en la biopsia
intestinal y la respuesta a la dieta sin gluten.
Pruebas a realizar
Entre los marcadores serológicos el más utilizado es la determinación de los anticuerpos anti-transglutaminasa
tisular, que resultan positivos en presencia de atrofia de las vellosidades intestinales, pero que son frecuentemente
negativos en ausencia de la misma, por lo que su valor diagnóstico disminuye notablemente en formas leves o
moderadas, como habitualmente ocurre en los adultos. Según las recomendaciones del Área de Nutrición de la
Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, entre los genéticos hay que destacar:
 Como más utilizados destacan los relacionados con el sistema HLA-II, entre los que se encuentran el DQ2 y DQ8. El
primero de ellos es muy frecuente, siendo positivo en el 90 por ciento de los casos. Tienen ambos un elevado valor
predictivo negativo y se consideran como condición necesaria, pero no suficiente para el diagnóstico, ya que también
se presentan en población general no celiaca, en un porcentaje entre el 20 y el 30 por ciento. La biopsia intestinal que
sigue siendo considerado como el patrón oro para el diagnóstico de la celiaquía
En presencia de casos dudosos con serología negativa es recomendable la instauración de una dieta sin gluten (DSG)
durante al menos 6 meses y hacer un seguimiento clínico y analítico, para observar la respuesta y poder así ayudar al
diagnóstico.
"En nuestra opinión merece la pena identificar al menos los grupos de riesgo en los que deberemos tener una
especial sensibilidad para el despistaje de EC considerando las posibilidades de formas clínicas no clásicas que
tienen en ocasiones importantes repercusiones en estado nutriconal e los pacientes y su calidad de vida", afirma
Álvarez.
Estos grupos de riesgo son:
 Familiares de primer grado.
 Dermatitis herpetiforme.
 Tiroiditis autoinmune.
 Déficit selectivo de IgA.
 Otras enfermedades autoinmunes: enfermedad inflamatoria intestinal, Síndrome de Sjögren, lupus eritematoso
sistémico, Enfermedad de Addison, artritis reumatoide, psoriasis, vitíligo, alopecia areata, hepatitis crónica
autoinmune, cirrosis biliar primaria, colitis microscópica.
 Síndrome de Down.
 Enfermedad hepática.
"Algunos autores estiman que el retraso medio entre el comienzo de los síntomas y el momento del diagnóstico es,
por término medio de unos veinte años, período en el que los pacientes deambulan por repetidas consultas con
distintos especialistas, los cuales por lo general, no piensan que la celiaquía pueda ser la enfermedad que causa sus
diversas molestias", añade Álvarez. "En un periplo interminable, costoso y muy penoso".
Tratamientos
El único tratamiento que hay para la celiaquía consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda
la vida. Esto conlleva la normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria.
"La dieta sin gluten se basa en dos premisas fundamentales: eliminar todo producto que tenga como ingredientes
trigo, espelta, cebada, centeno y avena, y excluir cualquier producto derivado de estos cereales (almidón, harina,
sémola, pan, pasta, bollería y repostería)", explica Julia Álvarez, coordinadora del área de nutrición de la SEEN.
Álvarez señala que el celiaco debe basar su dieta en alimentos naturales como legumbres, carnes, pescados,
huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten (arroz y maíz). Además, incide en que deben evitarse, en la
medida de lo posible, los alimentos elaborados y/o envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia
de gluten.
En el caso de los pacientes con anemia, la especialista expone que deberán recibir preparados de hierro, folato y
vitamina B12 según las necesidades, a pesar de que los diferentes estudios muestran que una dieta sin gluten por sí
sola es capaz de revertir la anemia entre un 78 y un 94 por ciento de los pacientes.
"En el momento actual, el único tratamiento disponible para la enfermedad celiaca sigue siendo la dieta sin gluten.
Sin embargo, el conocimiento del mecanismo molecular ha llevado al estudio y ensayo de varios fármacos y a cuatro
líneas de acción abiertas de investigación".
Otros datos
Riesgos
Los pacientes que sufren celiaquía tienen a su vez más riesgo de padecer diabetes, enfermedad de tiroides,
intolerancia a la lactosa, Síndrome de Down o dermatitis, entre otras.
Además, mantener el gluten en la dieta puede propiciar la aparición de la osteoporosis, problemas de malnutrición o
linfoma en los casos más graves.
Pronóstico
Hoy por hoy la celiaquía no se puede curar. Sin embargo, desde el área de nutrición de la SEEN señalana que seguir
una dieta sin gluten repara el daño de las vellosidades intestinales y previene uno mayor. "Esta curación ocurre con
mayor frecuencia al cabo de 3 a 6 meses en los niños. En el caso de los adultos, la recuperación puede tardar de 2 a
3 años", indica Julia Álvarez, la coordinadora del grupo.
Los especialistas señalan que en muy pocas ocasiones se presentará daño a largo plazo en el revestimiento de los
intestinos antes de que se haga el diagnóstico. "Algunos problemas causados por la celiaquía pueden no mejorar,
como la talla baja si se ha tardado mucho en hacer el diagnóstico y esta ha tenido un impacto negativo en el
desarrollo del niño. En casos de persistir la ingesta de gluten el paciente presentará una lesión grave con
aplanamiento de las vellosidades intestinales lo que le producirá malabsorción que condicionará una desnutrición
energético proteica asociada a déficit de micronutientes que pueden manifestarse como diferentes tipos de anemia
por déficit de hierro, cobre y zinc o bien B12 y ácido fólico", afirma Álvarez, quien señala que también puede provocar
trastornos de coagulación relacionados con el déficit de vitamina K, o la osteopenia y osteoporosis.
"Es importante recordar que las diferentes formas de enfermedad celiaca son trastornos evolutivos de la enfermedad
ante la falta de diagnóstico precoz, o en pacientes con escasa adherencia a la dieta sin gluten", recalca.
¿Cuándo es recomendable que el paciente acuda al especialista?
Cuando el paciente presenta síntomas digestivos claros de sospecha deberá acudir al médico para confirmar el
diagnóstico e iniciar el aprendizaje de su terapia nutricional. Este aspecto es muy importante en el caso de los adultos
ya que para este grupo es más difícil adaptarse a la nueva dieta.
Desde el área de nutrición de la SEEN señalan que los es importante que los médicos inviertan tiempo en esa
educación, en los aspectos nutricionales da los pacientes y en tratar la desnutrición relacionada a la malabsorción
que puedan presentar.
Los estudios demuestran que los pacientes celiacos ven afectada su calidad de vida relacionada con la salud, en
función de los síntomas presentes y del impacto que sobre ellos tiene la realización de una dieta sin gluten.
12. COLITIS ULCEROSA
Qué es
La colitis ulcerosa es una enfermedad que se asocia a una respuesta autoinmune desmesurada, inflamatoria y
crónica (el paciente la padece durante toda la vida) del intestino grueso (colon) y puede afectar a cualquier parte del
intestino, desde la boca hasta el ano.
Dicha afección, que evoluciona por brotes donde alternan fases activas con fases inactivas de duración variable,
pertenece, junto con la enfermedad de Crohn, a las enfermedades inflamatorias intestinales y ambas se diferencian
por la zona de afectación.
Este tipo de enfermedades inflamatorias no tienen una sola causa que las justifique y, según la Confederación de
Asociaciones de enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa en España, existe una conjunción de múltiples factores que
las provocan.
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la colitis ulcerosa puede aparecer a cualquier edad
y afecta tanto a hombres como a mujeres aunque, aun así, los estudios epidemiológicos recogen dos picos de edad:
entre los 25-35 años y entre los 65-75 años.
No es una enfermedad contagiosa ni hereditaria, aunque existen determinados genes que predisponen a los
familiares directos del paciente a padecerla. Según la FEAD, el riesgo de que los hijos de personas con colitis
ulcerosa padezcan la enfermedad es de un 6 por ciento.
Causas
Dentro de las causas que pueden provocar la aparición de la afección se encuentran:
 Factores genéticos: los genes que intervienen son los denominados de susceptibilidad, es decir, aquellos que, si
están presentes, determinan un riesgo mayor de tener una enfermedad.
Con respecto a la genética, en la actualidad no se puede determinar que un solo gen alterado sea la causa de la
enfermedad ya que los factores genéticos son múltiples y actúan a diferentes niveles.
 Factores inmunológicos: según la Confederación de Asociaciones, el proceso a este respecto comenzaría con un
posible agresor microbiano que activaría las células inmunes del intestino y, a su vez, estas células desencadenarían
una respuesta defensiva.
En el caso de los pacientes con colitis, las células eliminan al agresor, pero mantienen un estado de defensa
perpetuo, por lo que la inflamación se mantiene de forma permanente.
En el caso concreto de la colitis ulcerosa, los factores inmunológicos pueden ser la causa más probable pero, aun
así, las razones por las que se contrae la enfermedad continúan siendo casi desconocidas.
Como factor de riesgo se incluyen tener antecedentes familiares de colitis o cualquier enfermedad de carácter
autoinmune y, en el caso del estrés y la alimentación, éstos pueden desencadenar los síntomas, pero no causar la
enfermedad.
Síntomas
Esta afección puede presentarse de forma gradual, o bien, de forma brusca y, en algunas ocasiones, aparece de
forma tan súbita que solo pueden erradicarse los síntomas con cirugía. Sus manifestaciones son muy variables pero
las más comunes son:
 Diarrea: aumento del agua en las heces y del número de deposiciones. Es uno de los síntomas más frecuentes,
aunque no es exclusivo de esta afección. En este tipo de pacientes la inflamación del recto dificulta las evacuaciones,
por lo que resultan poco consistentes. En los casos de mayor gravedad puede verse acompañada de sangre o
esputo rectal, que se presenta de forma aislada o conjuntamente con incontinencia y deposiciones incompletas.
 Dolor abdominal: no suele ser uno de los síntomas característicos pero puede estar presente en algunos pacientes,
dependiendo de la extensión y lo grave que sea la inflamación.
 Hemorragia rectal o rectorragia: es otro de los síntomas más frecuentes provocado por la rotura de los vasos
sanguíneos que se localizan en la mucosa del intestino.
 Otros síntomas pueden ser fiebre en la colitis moderada y grave provocada por la inflamación, anemia producida por
la pérdida de sangre rectal o intestinal, fatiga, pérdida de peso y alteraciones psicológicas, entre otras.
Prevención
Es importante mantener los buenos hábitos alimentacios.
En cuanto a las medidas de prevención, al no conocerse cuales son las causas exactas de esta afección, es difícil
para los especialistas establecer medidas preventivas.
Aun así, éstas pueden ser el mantenimiento de buenos hábitos alimenticios o una rutina de ejercicios.
Tipos
Los tipos de colitis ulcerosa se dividen según la gravedad con la que se presenta:
 Proctitis: en este caso, la inflamación se localiza en la mucosa rectal que corresponde a los últimos 15 centímetros
del intestino grueso y ésta puede ser aguda (de corta duración) o crónica (de larga duración).
 Colitis izquierda: también denominada colitis ulcerosa distal, incluye a todos los pacientes con afectación distal al
ángulo esplénico (ángulo que forma el colon descendente con el colon transverso).
 Pancolitis: es el tipo de colitis ulcerosa más infrecuente, afectando solo a entre un 9 y un 17 por ciento de los
pacientes con esta enfermedad. En este caso, el colon se ve afectado en su mayor parte o por completo.
Diagnóstico
Según la Fundación Española del Aparato digestivo, los métodos de diagnóstico se resumen en la colonoscopia y
otras técnicas de imagen.
 Colonoscopia: permite visualizar toda la mucosa del colon, así como la toma de muestras de tejido. De esta
manera, puede establecerse cuál es la gravedad de la enfermedad y posibles complicaciones que se puedan
producir, tales como las infecciones.
 Otras técnicas de imagen: incluye la radiografía simple (solo sirve para detectar la colitis ulcerosa en los casos en los
que se sospecha que puede ser severa) o la enteroscopia con cápsula (para determinar qué tipo de colitis sufre el
paciente).
Tratamientos
Actualmente, no existe un medicamento que sea capaz de curar la enfermedad por completo, pero si puede controlar
los síntomas.
Dentro de estos tratamientos que pueden emplearse para reducir la inflamación se encuentran:
 Los salicilatos: que se encargan de reducir la inflamación intestinal y suelen ser el primer escalón de tratamiento en
los brotes leves o moderados de la enfermedad y pueden usarse por vía oral, cápsulas o por vía rectal.
 Antibióticos: en aquellos casos en los que existen complicaciones, tales como las fistulas y los abscesos, además
de la inflamación que pueden producirse después de una cirugía para extirpar el colon.
 Corticoides: son aquellos que se encargan de reducir la inflamación en los periodos en los que la enfermedad
permanece en brote activo.
 Inmunodepresores: intentan regular el sistema inmune para controlar de forma duradera la actividad de la colitis
ulcerosa.
Además de estos tratamientos existen también terapias biológicas donde se introducen fármacos elaborados a partir
de cultivos celulares para el tratamiento de la inflamación intestinal o la granulocitoaferesis que consiste en un filtrado
de la sangre para eliminar las células que componen el sistema inmune.
Otros datos
En los pacientes que padecen esta enfermedad, es posible que se produzcan complicaciones, tales como el
desarrollo de cáncer en el intestino delgado y de colon.
Además, los episodios más graves de esta afección pueden provocar el bloqueo del colon, sangrado intenso o
infecciones graves que produzcan roturas o perforaciones en dicho órgano.
Otros problemas que se pueden producir pero que resultan poco frecuentes pueden ser una enfermedad hepática,
llagas o hinchazón en los ojos, nódulos debajo de la piel o espondilitis anquilosante.
Aproximadamente, la mitad de las personas que padecen esta enfermedad tienen síntomas leves, mientras que los
casos más graves pueden no responder bien a los medicamentos.

13. DIABETES
Qué es
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el
cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores
adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las
células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las
células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) ya que no se distribuye de la
forma adecuada. Los especialistas advierten que, si los pacientes no siguen el tratamiento adecuado los tejidos
pueden acabar dañados y se pueden producir complicaciones muy graves en el organismo.
Incidencia
El estudio di@bet.es publicado en 2012 situó la prevalencia de la diabetes en España en torno al 13,8 por ciento de
la población.
“Los resultados del estudio también confirman la asociación entre diabetes, obesidad e hipertensión arterial y la
importancia de la actividad física como método de prevención”, explica a CuidatePlus, Rebeca Reyes, de la Unidad
de Endocrinología del Hospital General Universitario Rafael Méndez, en Lorca (Murcia) y coordinadora del Grupo de
trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Además, el estudio
señala que un 6 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 desconoce que sufre esta enfermedad”.
Por otro lado, Reyes señala que la prevalencia es mayor conforme aumenta la edad del paciente. De hecho, se
estima que puede llegar a afectar hasta el 25-30 por ciento de la población anciana. “También se incrementa
conforme aumenta la prevalencia de obesidad”, destaca.
Causas
El momento de aparición de la enfermedad, así como las causas y síntomas que presentan los pacientes, dependen
del tipo de diabetes:
Diabetes tipo 1
Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia y los primeros años de la vida adulta.
Acostumbra a presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que existan antecedentes
familiares.
Las causas de la diabetes tipo 1 son principalmente la destrucción progresiva de las células del páncreas, que
producen insulina. Ésta tiene que administrarse artificialmente desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas
particulares son el aumento de la necesidad de beber y aumento de la cantidad de orina, la sensación de cansancio y
la pérdida de peso a pesar del incremento de las ganas de comer.
Diabetes tipo 2
Surge generalmente en edades más avanzadas y es unas diez veces más frecuente que la anterior. Por regla
general, la diabetes tipo 2 también está diagnosticada o la han padecido otras personas de la familia.
Se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el aprovechamiento insuficiente de dicha sustancia
por parte de las células. Según qué defecto de los dos predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas
antidiabéticas o con insulina (o con una combinación de ambas). En estos casos el paciente no suele presentar
ningún tipo de molestia, ni síntoma específico, por lo que puede pasar desapercibida para la persona afectada
durante mucho tiempo.
Diabetes gestacional
Se considera una diabetes ocasional que se puede controlar igual que los otros tipos de diabetes. Durante el
embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este aumento no se produce y
puede originar una diabetes durante embarazo. Tampoco tiene síntomas y la detección se realiza casi siempre tras el
análisis rutinario a que se someten todas las embarazadas a partir de las 24 semanas de gestación. Lo que
si aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar diabetes al cabo de algunos años.
Síntomas
Entre los principales síntomas de la diabetes se incluyen:
 Frecuencia en orinar (fenómeno de la cama mojada en los niños).
 Sensación de hambre inusual.
 Sed excesiva.
 Debilidad y cansancio.
 Pérdida de peso.
 Irritabilidad y cambios del estado de ánimo.
 Sensación de malestar en el estómago y vómitos.
 Vista nublada.
 Cortaduras y rasguños que no se curan, o se curan lentamente.
 Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.
 Infecciones recurrentes en la piel, la encía o la vejiga (cistitis).
 Elevados niveles de glucosa en la sangre y en la orina.
Prevención
Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz de prevención por el momento. En cambio, está comprobado
que la de tipo 2, que es la que aparece con más frecuencia, al estar relacionada con la obesidad se puede tratar
de evitar en gran medida adoptando unos hábitos de vida saludables.
“Diferentes estudios han demostrado que la actividad física y la pérdida de peso previenen el desarrollo de diabetes
en personas con predisposición a ésta, incluso en aquellas que ya presenten algún grado de alteración de la
tolerancia a la glucosa (o prediabetes)”, afirma Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes
Mellitus de la SEEN. “Además, en el recientemente publicado estudio Predimed se demuestra que la dieta
mediterráneapreviene la enfermedad cardiovascular por lo que debería ser la dieta de elección”.
Consejos para prevenir las hipoglucemias en diabéticos
 Ajustar las dosis de los medicamentos a las necesidades reales.
 Mantener un horario de comidas regular en la medida de lo posible.
 Tomar cantidades moderadas de hidratos de carbono antes de realizar ejercicio.
 Llevar siempre azúcar.
En cuanto aparezcan los primeros signos de hipoglucemia hay que tomar azúcar (2 o 3 terrones), galletas (de 3 a 5
unidades) o beber un vaso (150 ml) de alguna bebida que contenga hidratos de carbono de absorción rápida (zumos
de frutas, cola, etc.).
Los síntomas suelen pasar en 5 ó 10 minutos. Si la hipoglucemia es grave o la persona podría perder la conciencia,
es necesario inyectarle una ampolla de glucagón por vía subcutánea (igual que la insulina) o intramuscular (en la
nalga). El glucagón moviliza las reservas de glucosa del organismo y hace efecto en unos 10 minutos. Si no hay
recuperación, el afectado debe recibir asistencia médica inmediata.
Tipos
Diabetes Mellitus tipo 1 mediada por procesos autoinmunes:
 Está causada por la destrucción autoinmune de las células del páncreas.
 Representa la mayoría de los casos de diabetes mellitus tipo 1.
 Lo normal es que aparezca en niños o adultos jóvenes, pero también puede darse en otras edades.
 Suele comenzar de forma brusca.
 Los factores de riesgo no están bien definidos, pero se sabe que están implicados en su aparición factores genéticos,
autoinmunes y ambientales.
 Habitualmente el peso es normal o por debajo de lo normal, aunque la presencia de obesidad no es incompatible con
el diagnóstico.
 Los pacientes son propensos a sufrir otras alteraciones del sistema inmunitario.
Una minoría de los pacientes con diabetes tipo 1 desarrollan diabetes mellitus tipo 1 idiopática, de la cual se
desconoce la causa que desencadena este subtipo que afecta principalmente a personas de origen africano y
asiático.
En la idiopática, el factor hereditario tiene mucha importancia y no existen alteraciones del sistema inmunitario.
Además, la necesidad de insulina puede aparecer o desaparecer.
Según la Federación Internacional de Diabetes, cada año se incrementa el número de personas que tienen diabetes
tipo 1. Aunque las causas de este aumento no están claras, estiman que puede deberse a los cambios de los
factores de riesgo medioambiental, a circunstancias durante el desarrollo en el útero, a la alimentación durante las
primeras etapas de la vida o a infecciones virales.
Además, desde la Federación insisten en que estos pacientes pueden tener una vida normal si siguen el tratamiento
combinando la administración diaria de la insulina con un seguimiento estrecho, ejercicio regular y dieta sana.
Diabetes Mellitus tipo 2:
 Aunque puede aparecer a cualquier edad, es habitual que comience en la edad adulta, después de los 40 años
aunque hoy en día se está produciendo un aumento en jóvenes y niños.
 Se caracteriza por la resistencia a la insulina y usualmente se asocia a un déficit relativo de producción de
esta hormona por el páncreas.
 La obesidad está presente en el 80 por ciento de los pacientes.
 El riesgo de desarrollar esta forma de diabetes aumenta con la edad, el peso y la falta de actividad física. Es más
frecuente en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional y en individuos con hipertensión o trastornos en el
metabolismo de la grasas.
 Representa el 90-95 por ciento del total de casos de diabetes mellitus.
 Los pacientes no precisan insulina, aunque pueden requerirla para conseguir controlar el nivel de glucosa.
 Está frecuentemente asociada con una fuerte predisposición genética, aunque este factor es complejo y no está
claramente definido.
A diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, las personas con diabetes tipo 2 no suelen necesitar dosis diarias
de insulina para sobrevivir. Sin embargo, en algunos casos se podría precisar insulina unida a una medicación oral,
una dieta sana y el aumento de la actividad física.
Al igual que en la diabetes tipo 1, los casos de diabetes tipo 2 se están incrementando en todo el mundo. Las causas
están relacionadas con los cambios de estilo de vida como consecuencia del desarrollo económico. Otras causas
podrían ser el envejecimiento de la población, el incremento de la urbanización, los cambios de dieta y la disminución
de la actividad.
Diabetes gestacional:
 Comienza o se diagnostica por vez primera durante el embarazo.
 Aparece en entre un 2 y un 5 por ciento de los procesos de gestación.
 Habitualmente, la paciente recobra el estado de normalidad tras el parto.
 Las mujeres con diabetes gestacional tienen, a corto, medio o largo plazo, mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo
2.
 Los factores de riesgo para la diabetes gestacional son la obesidad y los antecedentes familiares.
Otros tipos de diabetes:
Existen otros tipos de diabetes originados por un mal funcionamiento de las células del páncreas o de la insulina que
éstas producen, por problemas de metabolismo, etcétera. Muchas veces estas disfunciones están causadas por
defectos genéticos, drogas, infecciones u otras enfermedades.
Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes se produce cuando el paciente tiene valores anormalmente
elevados de glucosa en la sangre. Este análisis se suele controlar y medir durante un examen anual de rutina o en
una exploración clínica que se realiza antes de la incorporación a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte.
También pueden realizarse análisis para determinar la posible causa de síntomas como el aumento de la sed, la
micción, el hambre, o si existen factores de riesgo característicos, como antecedentes familiares de diabetes,
obesidad, infecciones frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la diabetes.
Tal y como señala Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes Mellitus de la SEEN, el diagnóstico
de la diabetes se realiza a través de una analítica de sangre. “Los criterios diagnósticos actuales, según la Sociedad
Americana de Diabetes en sus recomendaciones de año 2015, son los siguientes:
 Hemoglobina glicosilada mayor o igual de 6,5 por ciento.
 Glucemia basal en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl o glucemia a las 2 horas de una prueba de tolerancia oral a la
glucosa con 75 gr de glucosa mayor o igual a 200 mg/dl.
Todas ellas deben repetirse en dos ocasiones, salvo cuando existan signos inequívocos de diabetes, en cuyo caso
una glucemia al azar de >= 200 mg/dl es suficiente”, especifica.
Pruebas
Para medir la concentración de glucosa en la sangre se obtiene una muestra de sangre del paciente, quien deberá
estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de la prueba.
Es normal que exista cierto grado de elevación de los valores de glucosa en la sangre después de comer, pero
incluso entonces, los valores no deberían ser muy elevados. En las personas mayores de 65 años es mejor realizar
la prueba en ayunas dado que los ancianos tienen un mayor incremento de las concentraciones de glucosa en la
sangre después de comer.
Hay otra clase de análisis de sangre, llamado prueba de tolerancia oral a la glucosa, que se realiza en ciertos casos,
como cuando se sospecha que una mujer embarazada tiene diabetes gestacional.
En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de la glucosa y se suministra a la
paciente una solución especial para beber, la cual contiene una cantidad estándar de glucosa. Durante las dos o
tres horas siguientes se obtienen varias muestras de sangre.
Tratamientos
El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico ymedicación. Tiene como objetivo
mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones
asociadas a la enfermedad. En muchos pacientes con diabetes tipo 2 no sería necesaria la medicación si se
controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un programa de ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es
necesario con frecuencia una terapia sustitutiva con insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía oral.
 Fármacos hipoglucemiantes orales: Se prescriben a personas con diabetes tipo 2 que no consiguen descender la
glucemia a través de la dieta y la actividad física, pero no son eficaces en personas con diabetes tipo 1.
 Tratamiento con insulina: En pacientes con diabetes tipo 1 es necesario la administración exógena de insulina ya que
el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es requerida en diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y la
medicación oral no consiguen controlar los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra a través de
inyecciones en la grasa existente debajo de la piel del brazo, ya que si se tomase por vía oral sería destruida en
aparato digestivo antes de pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en función de los alimentos
que se ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que siguen una dieta estable y una actividad
física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de
algún deporte exigen modificaciones de las pautas de insulina. La insulina puede inyectarse a través de distintos
dispositivos:
 Jeringuillas tradicionales: Son de un solo uso, graduadas en unidades internacionales (de 0 a 40).
 Plumas para inyección de insulina: Son aparatos con forma de pluma que tienen en su interior un cartucho que
contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la pluma se sigue utilizando.
 Jeringas precargadas: Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente cargados de insulina. Una vez que
se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel de glucosa en sangre depende de la zona del cuerpo en que se
inyecta la insulina. Es aconsejable que se introduzca en el abdomen, los brazos o muslos. Penetra más rápidamente
si se inyecta en el abdomen. Se recomienda inyectar siempre en la misma zona, aunque desplazando unos dos
centímetros el punto de inyección de una vez a otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel, la línea
media del abdomen y el área de la ingle y el ombligo.
Otros datos
Complicaciones
“Existe una relación directa entre el cumplimiento y un adecuado control glucémico, que a su vez se relaciona con el
riesgo de desarrollar complicaciones crónicas asociadas a la diabetes. Por tanto, un cumplimiento inadecuado
aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones”, advierte, Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de
Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Desde la Federación Internacional de Diabetes destacan que las principales complicaciones son las enfermedades
cardiovasculares, renales, oculares, nerviosas, así como que se produzca el pie diabético. Además, la diabetes
puede ser una amenaza para la salud bucodental y aumentar la probabilidad de que se desencadene la apnea del
sueño.
¿En qué momento debe acudir el paciente al especialista?
Según Reyes, cuando los pacientes tengan síntomas como necesidad constante de orinar, sed inusual, hambre
extrema, pérdida inusual de peso, fatiga e irritabilidad extremas, infecciones frecuentes y/o visión borrosa, es
necesario que acudan a la consulta del médico para que les realicen una determinación de glucemia.
Pronóstico
Tal y como especifica la coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de
Endocrinología y Nutrición, la investigación en diabetes sigue actualmente varias líneas. “La primera de ellas es
la investigación en sistemas de páncreas artificial y células madre para el reemplazo de las células productoras de
insulina”, señala Reyes. “Esta terapia sería aplicable a los pacientes con diabetes tipo 1”.
La segunda está orientada al desarrollo de insulinas cada vez mejores, de mayor duración y con un menor riesgo de
hipoglucemia. “Por último, los tratamientos que actualmente están disponibles para la terapia de la diabetes tipo 2
cada vez tienen menos efectos secundarios y además ayudan a reducir el peso, que es un problema que con
frecuencia coexiste con la diabetes tipo 2”, concluye Reyes.

14. ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA


 Qué es
La encefalopatía hepática también conocida como encefalopatía de hígado o coma hepático, es la disfunción
cerebral ocasionada por la incapacidad del hígado para eliminar toxinas del torrente sanguíneo. En algunos
pacientes esta enfermedad puede ser puntual y corregirse, en otros casos se detecta como un problema crónico que
suele empeorar.
Causas
Se desconocen las causas específicas, pero esta patología está asociada a trastornos que afectan al hígado, como
las enfermedades que provocan insuficiencia hepática, como la hepatitis fulminante o la cirrosis hepática y por Shunt
portosistémicos (que es un vaso anómalo que no deja circular la sangre al hígado para que pueda filtrarse y se pueda
depurar) y obstrucciones que impiden que la sangre pase por el hígado.
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), una de las causas es la exposición del cerebro a
sustancias tóxicas por una disfunción hepática que impide filtrarlas. Cuando el hígado deja de filtrar las toxinas de la
sangre, estas se acumulan en los vasos sanguíneos provocando problemas al organismo. Una de las sustancias
neurotóxicas que el hígado depura y transforma en inofensiva es el amoniaco, pero en caso de no modificarse puede
generar problemas. Los pacientes que padecen esta patología suelen tener antes una enfermedad hepática crónica.
La encefalopatía hepática puede ser ocasionada también por: la ingesta de cantidades elevadas de proteínas, la
deshidratación, anomalías en los electrolitos en la sangre (puede ocasionarse por los vómitos o por tratamientos
diuréticos). Los sangrados en el sistema digestivo, las infecciones, bajos niveles de oxígeno en el cuerpo, los
problemas de riñón y fármacos que inhiben el sistema nervioso central pueden ser causas también del coma
hepático.
Síntomas
Los síntomas de la encefalopatía hepática pueden presentarse poco a poco y gradualmente ir empeorando, o
pueden aparecer repentinamente y con elevada gravedad. Se presenta como alteración de la conducta, alteraciones
neurológicas y de comportamiento. La sintomatología la podemos clasificar según su gravedad:
Síntomas leves
 Halitosis o presencia de mal olor en el aliento de los pacientes.
 Modificación de los patrones habituales de sueño.
 Confusiones leves y olvidos.
 Cambios de personalidad o de estado anímico.
 Deficiencia en la concentración y en la capacidad de discernimiento.
 Empeoramiento de la escritura.
Síntomas graves
 Temblor en manos y brazos, y movimientos extraños.
 Agitación, excitación y, en raras ocasiones, convulsiones.
 Desorientación, confusión o somnolencia.
 Graves trastornos de personalidad.
 Movimientos pausados y dificultad importante para pronunciar.
Los pacientes que padecen esta patología pueden resultar inconscientes e incluso llegar a entrar en coma. Muchas
veces se vuelven dependientes a causa de la sintomatología.
El paciente debe consultar con el especialista cuando note que su sistema nervioso o estado mental está siendo
afectado. El diagnóstico es muy importante, en especial para los pacientes que ya sufren alguna alteración hepática,
porque esta encefalopatía puede volverse una enfermedad grave y urgente muy rápido.
Prevención
Una de las medidas preventivas principales es evitar el consumo de alcohol o drogas.
Evitar el consumo de alcohol u otras drogas, especialmente si afectan al hígado. Conviene evitar la absorción de
amoniaco u otras sustancias neurotóxicas, y se recomienda prevenir el estreñimiento, el sangrado digestivo, las
alteraciones hidroelectrolíticas y huir de los sedantes como las benzodiacepinas. Además, la FEAD insta a los
pacientes a que mantengan una dieta equilibrada que garantice un correcto estado nutricional acompañado de una
correcta hidratación y ejercicio físico.
Tipos
La encefalopatía hepática, según María Luisa García Buey, especialista en medicina Digestiva y responsable de la
Unidad de Hepatología del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, se clasifica en tres tipos según su origen:
 Causada por fallo hepático.
 Causado por shunt portosistémico (es un vaso anómalo que no permite el paso de la sangre por el hígado para ser
filtrada).
 Causada por cirrosis.
El coma hepático también puede presentar cuatro grados:
 Alteración del comportamiento.
 Confusión moderada y bradipsiquia (lentitud de los procesos psíquicos y del pensamiento).
 Estupor y gran confusión.
 Coma.
Diagnóstico
Para el correcto diagnóstico de esta enfermedad y evitar la confusión con otras causas de afectación mental suelen
llevarse a cabo estudios de neuroimagen, acompañados por la exploración física y la consulta del historial del
paciente. Hay varias pruebas recomendadas:
 Un análisis de sangre para llevar a cabo un conteo sanguíneo completo o hematocrito para descartar la anemia.
 Resonancia magnética cerebral.
 Electroencefalograma o examen de las ondas cerebrales para medir la actividad del cerebro.
 Pruebas para medir la función del hígado.
 Tiempo de protrombina, que mide cuánto tarda el plasma sanguíneo en coagularse.
 Medida de componentes como amoniaco en suero, sodio y potasio.
 Nivel de sodio y potasio en el torrente sanguíneo.
 BUN o examen de nitrógeno ureico en sangre, para valorar el funcionamiento renal del paciente.
 Tomografía Computerizada (TC).
 Test psicométricos.
Tratamientos
Esta enfermedad precisa la hospitalización del enfermo. Primero los médicos valoran cuál ha sido la causa que ha
originado la encefalopatía hepática y en base al diagnóstico, deciden la terapia más adecuada.
Uno de los tratamientos consiste en evitar la absorción de amoniaco con laxantes osmóticos, como la lactulosa
y antibióticos, como la rifaximina o neomicina. Es necesario detener la hemorragia gastrointestinal y drenar la sangre
localizada en los intestinos. Después se procede, si es necesario, a curar las posibles infecciones, la insuficiencia
renal y anomalías electrolíticas. Es vital que el paciente esté bien nutrido y provisto del oxígeno suficiente, para evitar
más daños al encéfalo. En algunos casos no se puede suministrar sedantes y tranquilizantes porque no se asimilan
bien por el hígado.
15. ESÓFAGO DE BARRET
Qué es
El esófago de Barret es la consecuencia de una irritación en el revestimiento interior del esófago causada por el
reflujo crónico de los contenidos del estómago y del intestino delgado al esófago. La irritación hace que el
revestimiento interior del esófago cambie y se vuelva similar al revestimiento interior del estómago e intestino.
Causas
Cuando comemos, los alimentos pasan desde la garganta al estómago a través del esófago, ahí, un anillo de fibras
musculares situado en la parte interior del esófago impide que los contenidos estomacales vayan hacia el esófago. Si
estos músculos no se cierran adecuadamente, se filtra el ácido áspero el esófago, lo que denominamos reflujo
gastroesofágico (ERGE, enfermedad de reflujo gastroesofágico). Si esto sucede de forma prolongada en el tiempo
puede ocasionarse el esófago de Barrett.
Hay algunos factores de riesgo para el desarrollo del esófago de Barrett, que incluyen:
 Obesidad.
 Aumento de la edad.
 Etnia caucásica.
 Género masculino.
 Historial familiar de esófago de Barrett.
Síntomas
Los síntomas de esófago de Barrett son similares a los de la enfermedad de reflujo gastroesofágico y pueden ser:
 Sensación de quemazón por debajo del pecho.
 Regurgitación de los ácidos estomacales.
 Dificultad para tragar.
Prevención
El diagnóstico y tratamiento del reflujo gastroesofágico puede prevenir el esófago de Barrett. Es recomendable que
consulte a su especialista si tiene o padece alguno de estos síntomas:
 Cuando la acidez gástrica persista por unos días o si tiene dolor o dificultad para deglutir.
 Se presenten síntomas de pérdida de peso o problemas para deglutir.
El esófago de Barret es dos veces más común en hombres que en mujeres.
Tipos
No existen tipos.
Diagnóstico
El diagnóstico de esófago de Barrett se puede realizar mediante una endoscopia y la detección de modificaciones en
el revestimiento esofágico, a confirmarse por una biopsia del tejido. Esto consiste en insertar un tuvo pequeño
iluminado (endoscopio) por la garganta y hasta el esófago para ver si hay un cambio en el recubrimiento interior del
esófago.
Otra forma de evaluarlo sería por cápsulas endoscópicas, en este caso, el paciente debe tragar una cápsula de vídeo
del tamaño de una píldora que circula naturalmente a través de su tracto digestivo mientras transmite imágenes de
vídeo a un grabador de datos sujeto al cinturón del paciente durante ocho horas aproximadamente. Sin embargo,
bajo este método, el médico no puede tomar muestras de tejidos (biopsia).
Ambas técnicas permitirán al médico observar el extremo del esófago y determinar si se ha modificado el
revestimiento celular de las paredes.
Únicamente una endoscopia superior permitirá al médico tomar muestras de tejido esofágico para confirmar este
diagnóstico, así como también observar las modificaciones de una displasia que no pueden determinarse por el
aspecto endoscópico solamente.
Tratamientos
El tratamiento del esófago de Barrett es parecido al tratamiento del reflujo gastroesofágico y puede empezar con
cambios en el estilo de vida, incluyendo:
 No comer ciertos alimentos.
 No cenar demasiado.
 No fumar.
 Antiácidos después de las comidas y a la hora de acostarse.
 Bloqueadores de los receptores H2 de la histamina.
Es probable que el tratamiento incluya el uso de medicamentos que disminuirán la producción de ácido del
estómago. Todos los pacientes con esófago de Barrett que tengan buen estado de salud deberán estar bajo
vigilancia endoscópica en intervalos de tiempo apropiados.
El tratamiento más habitual del esófago de Barrett se trata con medicamentos que se llaman inhibidores de la bomba
de protones. Estos medicamentos reducen la cantidad de ácido en el estómago. Tratamiento en determinados casos
puede llevarse a cabo la cirugía para evitar que el ácido estomacal entre en el esófago.
Aquellos pacientes que se realicen dos endoscopias seguidas y no muestren células anormales deben hacerse una
endoscopia cada 3 a 5 años, sin embargo, aquellos que tienen células algo alteradas deben hacerse una endoscopia
cada año.
Otros datos
¿Qué pacientes tienen más riesgo?
Actualmente no existe consenso entre los expertos respecto a qué tipo de pacientes deben ser examinados para
detectar esta enfermedad. Aún así, el esófago de Barrett es dos veces más común en los hombres que en las
mujeres. Suele presentarse en hombres de mediana edad que hayan padecido acidez durante muchos años, por ello
se recomienda examinar a pacientes mayores de 50 años.
¿Qué complicaciones se asocian con al esófago de Barrett?
El esófago de Barrett es una enfermedad premaligna (precancerosa) que puede llevar al desarrollo del cáncer de
esófago en un pequeño porcentaje de pacientes. Este tipo de cáncer se llama adenocarcinoma esofágico.
El cáncer de esófago se desarrolla por medio de una secuencia de cambios en las células del esófago conocidos
como displasia, ésta sólo se puede detectar mediante biopsias endoscópicas. Los pacientes con esófago de Barret
deben realizarse pruebas regularmente para poder detectar el cáncer en una fase temprana y potencialmente
curable.
¿Qué es la displasia?
La displasia es una afección precancesora que los médicos solamente pueden diagnosticar examinando muestras de
tejido bajo el microscopio.
Cuando la displasia puede observarse en una muestra de tejido, generalmente se describe como de “alto grado” o
“indefinido para displasia”.
En la displasia del alto grado, se observan modificaciones anormales en muchas células y puede existir un patrón de
crecimiento anormal de las mismas. La displasia de bajo grado indica que se observan algunas modificaciones
anormales en la muestra de tejido pero éstas no involucran a la mayoría de las células y el patrón de crecimiento
celular aún es normal. “Indefinido para displasia” simplemente significa que el patólogo no está seguro si las
modificaciones observadas en el tejido son causadas o no por una displasia.
¿Con qué frecuencia debo realizarme una endoscopia para verificar la existencia de displasia?
La probabilidad de que un paciente con esófago de Barret pueda padecer cáncer de esófago es bastante baja,
aproximadamente de un 0,5 por ciento. Por tanto, el diagnóstico de esófago de Barrett no debería ser razón para
alarmarse. Sin embargo, es aconsejable someterse a exámenes periódicos de endoscopia superior con biopsia de
tejido de Barrett.
16. GASTRITIS
Qué es
La gastritis es la inflamación de la mucosa que recubre las paredes del estómago. El revestimiento del estómago
contiene células que segregan enzimas y ácido que ayudan en la digestión y que cuando se inflama ocasiona
molestias.
Causas
Las causas que pueden provocar la inflamación del revestimiento del estómago son:
 Algunos fármacos, como ácido acetilsalicílico, naproxeno o ibuprofeno.
 Infección del estómago con la bacteria Helicobacter pylori.
 Abuso de alcohol o ingesta de sustancias corrosivas, como algún tipo de veneno.
 Ingesta de alimentos picantes.
 Consumo de cocaína.
 Fumar.
 Reflujo de bilis hacia el estómago o reflujo biliar.
 Trastornos autoinmunes.
 Infección viral, sobre todo en personas con déficits en el sistema inmunológico.
 Estrés excesivo.
Otras causas menos comunes que pueden causar gastritis son el hecho de haberse sometido a una cirugía mayor o
sufrir alguna enfermedad gástrica que pueda inflamar la mucosa del estómago.
Síntomas
Aunque en algunas ocasiones esta patología no presenta síntomas, las personas que la sufren pueden experimentar
las siguientes molestias:
 Dolor abdominal.
 Náuseas y vómitos.
 Acidez de estómago.
 Aerofagia.
 Ausencia de hambre o inapetencia, que en ocasiones puede producir pérdida de peso.
 Heces de color negro y vómitos con sangre, en el caso de que la gastritis cause sangrado en el revestimiento del
estómago.
Prevención
La prevención de la gastritis pasa por evitar el uso de las sustancias que pueden inflamar la mucosa del
estómago. Evitar el uso prolongado de medicamentos como el naproxeno, el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, así
como reducir o suprimir la ingesta de alcohol y de comidas que puedan irritar el revestimiento estomacal, evitará que
se desarrolle una gastritis causada por este tipo de agentes.
La mucosa del estómago puede deteroriorarse por el consumo prolongado de fármacos.
Tipos
La gastritis se puede clasificar según la duración de la patología y según sus síntomas y consecuencias. Según la
duración, la gastritis puede ser:
 Gastritis aguda: Una gastritis es aguda cuando dura algunos días y desaparece cuando lo hace el agente causante.
La gastritis aguda suele estar causada por el consumo prolongado de algunos fármacos, como el ibuprofeno, la
ingesta excesiva de alcohol o el estrés.
 Gastritis crónica: Se produce cuando la enfermedad dura meses o incluso años. La principal causa de la gastritis
crónica es la infección por la bacteria Helicobacter pylori.También puede deberse a una alcalinización del pH del
estómago que se origina por el reflujo biliar.
Según la sintomatología y las consecuencias que pueda acarrear, la gastritis también se puede clasificar en:
 Gastritis erosiva: Se produce cuando se origina una ulceración en la mucosa del estómago, debido a la debilidad de
las mucosas que las protegen, que dejan pasar los ácidos. Tiene una gran relación con el abuso de tabaco y alcohol.
Las erosiones pueden llegar a producir sangrado.
 Gastritis atrófica: En este caso la capa protectora del estómago resulta afectada, incrementando el riesgo de
sufrir cáncer de estómago. La causa más común de afectación de esta capa es la presencia de la
bacteria Helicobacter pylori. La gastritis atrófica presenta otro tipo de síntomas, además de los comunes, como
anemia, déficit de alguna vitamina o mala absorción de los nutrientes durante la digestión.
Diagnóstico
La gravedad de la enfermedad y su duración dependen del agente causante, por lo que en la mayoría de las
ocasiones la gastritis se cura cuando desaparece la sustancia, enfermedad o afección que la provoca. Las principales
complicaciones que se pueden presentar son el sangrado y el aumento del riesgo de sufrir cáncer de estómago. En
ocasiones, si la mucosa que recubre el estómago permanece demasiado tiempo alterada, los ácidos pueden llegar a
causar úlceras.
Entre las pruebas y exámenes que se pueden realizar para detectar una gastritis está el análisis de sangre, con el
objetivo de analizar el nivel de glóbulos rojos y detectar una posible anemia que puede derivar en un debilitamiento
del revestimiento del estómago; una gastroscopia para comprobar el interior del estómago y el estado de las
mucosas; un análisis de heces para verificar si hay sangrado, que puede ser un signo de hemorragia digestiva
causada por gastritis y también para detectar la presencia de la bacteria Helicobacter pylori.
Tratamientos
La sustancia o afección que causa la inflamación de la mucosa del estómago será el factor del que dependa el
tratamiento. Aunque lo normal es que la gastritis se cure cuando desaparezca el agente causante, en ocasiones,
dependiendo de la incidencia de los síntomas y de la gravedad de la enfermedad, se utilizan algunos medicamentos,
como antiácidos e inhibidores de la bomba de protones, que reducen la cantidad de ácido gástrico producido por las
glándulas que cubren las paredes del estómago, como omeprazol, pantoprazol o esomeprazol, entre otros. En la
mayoría de los casos el tratamiento con fármacos sólo es necesario cuando hay infección bacteriana.
Otros datos
¿Cuándo acudir al médico?
Si el dolor abdominal es muy fuerte y no desaparece, las heces son negras o en el vómito aparece sangre o una
sustancia parecida al poso del café, se debe acudir a un especialista.
Alimentos prohibidos para la gastritis
En el caso de sufrir gastritis, es recomendable evitar una serie de alimentos que pueden agravar la enfermedad y sus
síntomas. Los alimentos prohibidos en estos casos son:
 Algunas verduras y hortalizas: En especial aquellas consideradas flatulentas, es decir, que pueden provocar gases,
como el brócoli, la coliflor o los pimientos.
 Frutas ácidas o poco maduras: Sobre todo los cítricos, como el limón o el pomelo.
 Lácteos enteros: Hay que tratar de evitar en lo posible la leche entera, la nata y el queso curado.
 Carnes ricas en grasas: Principalmente los embutidos, como el chorizo o el salchichón.
 Bebidas con gas: Las bebidas carbonatadas no están recomendadas en estos casos.
 Bebidas con cafeína: Como el café o el té.
 Salsas y condimentos picantes: La ingesta de alimentos y condimentos picantes es una de las causas que puede
producir gastritis, por lo que su consumo agrava los síntomas de la enfermedad y puede hacer daño al estómago.
Alimentos recomendados para la gastritis
Los alimentos que no causan ningún perjuicio en el estómago en el caso de sufrir gastritis son:
 Pasta y arroces.
 Pan blanco.
 Verduras cocidas.
 Pescados.
 Productos lácteos desnatados.
 Bebidas sin cafeína.
 Carnes magras, como pollo, pavo o conejo.

17. HIPOTIROIDISMO
Qué es
Es un trastorno de la tiroides que afecta a la glándula tiroides y provoca que se produzca una menor cantidad
de hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina) de lo habitual. Las hormonas tiroideas son las encargadas de
estimular distintos tejidos del cuerpo para que produzcan proteínas, y de aumentar la cantidad de oxígeno que usan
las células.
Debido a ello, el hipotiroidismo puede provocar un descenso del ritmo cardiaco, intestinal, un aumento de peso e
incluso depresión. También puede afectar a la fertilidad.
Las mujeres tienen diez veces más posibilidades de contraer hipotiroidismo que los hombres, apareciendo en el
cinco por ciento de las embarazadas y en el siete por ciento una vez han dado a luz. Además, si no se trata durante
el embarazo, los hijos pueden heredar esta condición y desarrollar problemas físicos y mentales. Durante
la menopausia, la mujer también tiene más posibilidades de contraer esta enfermedad.
El hipotiroidismo puede aparecer y no detectarse hasta años después, por lo que es importante acudir al médico en
cuanto se detecten algunos de sus síntomas.
Causas
La causa más común es la tiroiditis o enfermedad de Hashimoto, una inflamación de la glándula tiroides. La
hinchazón se produce a causa de un ataque del sistema inmunitario, por infecciones virales como un resfriado
común, infecciones respiratorias o un embarazo. Esta hinchazón daña a las células de la glándula, lo que provoca
alteraciones en la producción de hormonas.
La segunda causa responde a la tiroiditis posparto, que es asintomática. Esta tiroiditis provoca hipertiroidismo
seguido de hipotiroidismo, y en el 80 por ciento de los casos se superan al cabo de un año.
La hipotensión también puede ser heredada de manera congénita, o adquirida poco después de haber nacido.
Existen factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrir hipotiroidismo:
 Que algún familiar haya tenido problemas endocrinos o bocio.
 Tener más de 50 años.
 Padecer una enfermedad autoinmune que ataque a las células tiroideas y sus enzimas.
 Haberse sometido a una radiación en el cuello o cabeza a la hora de tratar un cáncer o hipertiroidismo.
 Algunos tratamientos como el litio o la amiodarona.
 Dieta baja o en exceso de yodo: el yodo es necesario para sintetizar las hormonas tiroideas. En exceso puede dañar
a la glándula.
 Haber extirpado parte o toda la glándula tiroidea a causa de un cáncer o la enfermedad de Graves.
 El síndrome de Sheehan, una afección del embarazo en la que la mujer sangra mucho durante el embarazo a causa
de haber dañado la hipófisis, una glándula endocrina.
Síntomas
 Depresión.
 Reducción del ritmo cardiaco, latido irregular o arritmia. Esto podría provocar una bradicardia que en casos extremos
puede acabar con un paro cardiaco.
 Alta presión arterial baja y colesterol.
 Fatiga y somnolencia.
 Dolor muscular y articular.
 Aumento de peso independientemente del tipo de dieta que se lleve a cabo.
 Estreñimiento o heces duras.
 Periodos mensuales anormales y problemas de fertilidad.
 Piel, cabello y uñas débiles.
 Rostro, manos y pies hinchados.
 Disminución de libido.
Prevención
No existe una forma conocida de evitar el hipotiroidismo en su totalidad. La única prevención que se puede llevar a
cabo es controlar el nivel de yodo de nuestra dieta, y adecuarlo a la cantidad recomendada.
Tipos
Hipotiroidismo primario
La glándula no funciona correctamente y puede aparecer bocio, que es el aumento anormal de la glándula. Es el
hipotiroidismo más habitual.
Hipotiroidismo secundario
La glándula no presenta problemas, pero la hipófisis no produce la hormona estimuladora de tiroides, lo que supone
que la glándula no produzca hormonas.
Hipotiroidismo terciario
Afecta al hipotálamo, una región del cerebro encargada de la conducta, que deja de producir una hormona
llamada tirotropina. Esta hormona es la que estimula la hipófisis, por lo que al no producirse provoca una reacción en
cadena que anula tanto la hipófisis como a la glándula tiroidea.
Diagnóstico
Se realiza un análisis de sangre para medir el nivel de la hormona estimuladora del tiroides, llamada TSH, y de
tiroxina. Igualmente, se hacen exámenes para comprobar los niveles de colesterol, del conteo sanguíneo
(hemograma), de enzimas hepáticas, de prolactina y de sodio.
En los casos en que se produzca el hipotiroidismo a causa del bocio, se lleva a cabo una ecografía tiroidea.
Tratamientos
El tratamiento depende de la gravedad con la que se detecte el hipotiroides, así como la edad del paciente y la
existencia de otras enfermedades. De forma general se usa un tratamiento con levotiroxina, que se administra por vía
oral en forma de pastilla. La levotiroxina repone el nivel de hormonas que el paciente debería tener, por lo que la
dosis variara entre diferentes personas afectadas.
Posteriormente, el paciente tendrá que someterse a revisiones cada dos o tres meses durante el comienzo del
tratamiento para comprobar su nivel de hormonas. Tendrá que seguir tomando levotiroxina durante el resto de su
vida, así como acudir a revisiones periódicas.
Otros datos
El hipotiroidismo se conoce alrededor del año 1850, desde que se realizó un estudio completo sobre la tiroides
basado en la extirpación de esta glándula en personas con bocio.
En la actualidad, más de 300 millones de personas, de las cuales 1.600 se encuentran en riesgo, sufren algún tipo de
patología tiroidea, pero debido a la dificultad de distinguir sus síntomas de otras enfermedades comunes muchas
personas desconocen que la tienen.
Pronóstico
La mayoría de los pacientes a los que se les detecta hipotiroidismo consiguen superar la enfermedad y llevar una
vida normal.

18. RECTOCELE
Qué es
El rectocele o prolapso vaginal es una herniación del recto hacia la vagina. Una hernia se produce por un descenso o
caída de un órgano hacia otro orificio y, en este caso concreto la caída del recto hacia la vagina.
Es una afección fundamentalmente de carácter femenino causada por una pérdida de la calidad de los tejidos
vaginales y del soporte pélvico, lo que puede dar lugar a un debilitamiento y desgarro de los tejidos que soportan el
recto y la vagina.
Causas
La causa principal por la que se produce esta afección es porque los músculos y los ligamentos se debilitan y no
pueden dar el apoyo suficiente a la vagina y el recto.
Concretamente, esto sucede en el tabique rectovaginal, que es el que separa el recto de la vagina y es el que puede
llegar a debilitarse causando un rectocele. Esta debilidad puede deberse a diferentes razones, tales como
la edad (sobre todo después de la menopausia), la genética, la obesidad o como efecto secundario de una cirugía
pélvica.
Además, el parto, el estreñimiento crónico o levantar objetos muy pesados puede aumentar el riesgo de padecer esta
afección.
Normalmente, esta patología suele desarrollarse en mujeres de edad avanzada pero, ocasionalmente, puede
presentarse en mujeres jóvenes que no han tenido partos.
Síntomas
En la mayoría de las ocasiones, el rectocele supone una afección de carácter leve y, por lo tanto, no presenta
síntomas.
En los casos en los que sí se presentan manifestaciones, éstas incluyen alteración en la defecación, presión en la
zona pélvica o disfunción sexual.
Otros síntomas son la presencia de un bulto blando de tejido que puede sobresalir por la abertura vaginal,
estreñimiento, pérdida de evacuaciones intestinales por el recto, dolor en la parte inferior de la espalda que
desaparece al acostarse, presión en la vagina al orinar y mantener relaciones sexuales o la sensación de que el recto
no se ha vaciado por completo tras defecar.
Prevención
Se recomienda beber mucho líquido para evitar el estreñimiento
Dentro de las medidas preventivas que recomiendan los especialistas para evitar padecer esta afección se
encuentra:
 Evitar la presión en el abdomen reduciendo la fuerza con la que se evacua el intestino.
Además, también se recomienda evitar levantar objetos muy pesados con excesiva continuidad.
 Hacer ejercicios para fortalecer el suelo pélvico con, por ejemplo, la realización de los ejercicios de Kegel.
 Beber una mayor cantidad de líquido de la habitual para ayudar a evitar el estreñimiento.
 Mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y una rutina de ejercicios.
 Ingerir más alimentos ricos en fibra, como las frutas frescas o las verduras, que pueden ayudar a ablandar las
evacuaciones intestinales.
Tipos
Actualmente, no existe una clasificación de esta patología.
Diagnóstico
El primer paso para el diagnóstico de esta afección es que el especialista pregunte a la paciente sobre su estilo de
vida, embarazos anteriores o qué enfermedades ha padecido.
En segundo lugar, se realiza un examen manual en el que se introduce un espéculo en la vagina de la paciente.
Después, el especialista solicita que la mujer haga fuerza o empuje hacia abajo lo que hará que, en el caso de
padecer un rectocele, éste sobresalga por la vagina y pueda ser detectado por el médico.
Por otro lado, el especialista llevará a cabo una defecografía, técnica que se define como la expresión en imágenes
del acto de la defecación. Puede detectar varias afecciones además del rectocele, tales como la evacuación
incompleta del contenido del recto y la incontinencia fecal.
Otras formas de diagnóstico incluyen las imágenes por resonancia magnética (mediante el uso de imanes y un
ordenador que toma imágenes del abdomen y la pelvis), una fluoroscopia del suelo pélvico (radiografía que muestra
el movimiento de los intestinos) o una manometría anorectal en la cual se inserta un tubo flexible del ano al recto para
medir la presión de los músculos.
Tratamientos
En lo que respecta al tratamiento, la primera terapia que aplican los especialistas es una dieta alta en fibra y beber
entre seis y ocho vasos de líquidos al día o suplementos para ablandar las heces, evitando la ingesta de laxantes.
Otra recomendación es la incorporación de más estrógenos a nuestro organismo a través de cremas que se aplican
directamente en la vagina o de pastillas para fortalecer los músculos pélvicos y evitar que el rectocele empeore.
Además, en algunas ocasiones el tratamiento puede conllevar la aplicación de un pesario o supositorio vaginal que
proporcionará un mayor soporte a las áreas que sobresalen de la vagina y el recto.
Por último, podría ser necesaria una intervención quirúrgica para curar la afección. Ésta solo se realizará si la
paciente presenta síntomas y, por lo tanto, el rectocele se presenta como grave.
Otros datos
Normalmente, los especialistas recomiendan solicitar atención medica si la paciente observa que tiene una masa que
cuelga de la vagina y no puede volver a colocarla en su lugar, ha vomitado varias veces seguidas o tiene
evacuaciones anormales de color rojo o negras.
Además, debe comunicarse con el especialista en el caso de que el tratamiento no haga que el dolor desaparezca,
sangre en exceso por la vagina o no pueda realizar sus deposiciones con normalidad, de manera que pueda
modificarse el tratamiento o llevar a cabo una intervención quirúrgica.

19. AFTAS BUCALES


Qué es
Las aftas bucales son úlceras que se producen en la mucosa de la boca y constituyen una de las enfermedades
bucales que más frecuencia tiene junto con las caries. Son de tamaño pequeño (unos 5 milímetros), el color suele
ser blanquecino y aparecen rodeadas por un área roja. Además, no son contagiosas.
Causas
Las causas principales son las siguientes:
 Debido al roce de la dentadura y las automoderduras.
 También pueden ser causadas por productos químicos, sustancias muy calientes, pastas de dientes o
medicamentos.
 A veces se deben a alergias alimentarias.
 Pueden tener relación con una infección o con tener sistema inmunitario deprimido.
 El estrés emocional también desempeña un importante papel en el origen de las aftas bucales.
 Pueden estar causadas por trastornos hormonales.
 También guardan relación con fumar tabaco.
 En muy pocos casos son manifestaciones de afecciones como la Enfermedad de Behçet, tal y como indica el experto
en Gastroenterología, Luis Bujanda.
Síntomas
Las aftas bucales suelen presentarse en la parte interior de las mejillas y los labios. Los síntomas principales son:
 Heridas de color blanco.
 Suelen causar dolor.
 Son de tamaño pequeño casi siempre.
 En casos más extremos pueden producir fiebre y malestar general.
Prevención
Para evitar la aparición de las aftas bucales es recomendable llevar una higiene bucal adecuada.
Hay ciertos factores que aumentan la propensión de aparición de las aftas bucales, como el tabaco o el estrés.
Para prevenir la enfermedad, Luis Bujanda, Presidente de la Asociación Española de Gastroenterología, recomienda:
 Llevar una higiene bucal adecuada.
 Tener una dieta variada, rica en frutas y verduras.
 Consumir alimentos ricos en vitamina C y omega-3.
 Evitar comidas muy calientes.
Tipos
Podemos distinguir tres tipos:
 El primero está caracterizado por presentar heridas con un tamaño menor a 1 cm, superficiales y poco numerosas.
Este tipo es el más frecuente, representando el 80 por ciento de los casos.
 El segundo tipo se compone por heridas con un tamaño mayor a 1 cm y profundas.
 Por último, en el tercer tipo podemos encontrar muchas heridas muy pequeñas (entre 1 y 2 mm) que se agrupan
entre ellas.
Diagnóstico
Se diagnostican cuando aparecen heridas con la apariencia que se ha explicado anteriormente (heridas de tamaño
pequeño y color blanquecino rodeado por un área rojo) en la mucosa oral.
Tratamientos
Aunque no hay una terapia específica para esta afección, “se suelen aplicar tratamientos tópicos locales o enjuagues
con antinflamatorios (como la carbenoxolona, dexametasona, triamcinolona) o antibióticos (tetraciclina, minociclina) y
en casos excepcionales tratamientos con inmunomoduladores orales o locales”, indica Bujanda.
Es recomendable no utilizar enjuagues bucales que incluyan alcohol puesto que la herida puede empeorar. En su
defecto se puede utilizar agua con sal. Las heridas suelen cicatrizar en períodos de tiempo entre 7 y 14 días.
Otros datos
¿Qué factores de riesgo tienen?
Esta enfermedad en principio no presenta riesgos para la salud. No obstante, si las heridas tienden a reaparecer,
presentan un gran tamaño y son profundas, es importante que se consulte con un médico para que valore si hay
posibilidad de que haya relación con otro tipo de enfermedad.

20. COLELITIASIS
Qué es
La colelitiasis, o cálculos biliares, es una acumulación de depósitos endurecidos de fluido digestivo en la vesícula
biliar.
Esta vesícula es un órgano pequeño que se sitúa en el lado derecho del abdomen, justo debajo del hígado.
Contiene, además, un líquido digestivo denominado bilis, que se libera en el intestino delgado y que se encarga de
ayudar a la digestión y las enzimas del organismo cuya función es la de descomponer las grasas ácidos grasos.
Los cálculos biliares varían en tamaño y número, ya que una persona puede desarrollar sólo uno o varios al mismo
tiempo.
Es una enfermedad metabólica y se desarrolla en tres etapas:
 Se inicia con un defecto en la secreción de lípidos biliares que da lugar a una sobresaturación biliar de colesterol.
 La segunda fase da comienzo cuando se produce una precipitación de cristales de colesterol.
 Por último, estos cristales se asocian con otros que constituyen la bilis, como el calcio o la bilirrubina y, debido a la
agregación y el posterior crecimiento, se produce la formación de los cálculos.
Causas
Existen varias circunstancias que dan lugar a la generación de cálculos biliares:
 Si la bilis contiene un exceso de colesterol que se va acumulando, ya que las circunstancias químicas que tiene
nuestro organismo no son capaces de disolver dicho excedente.
Esta causa es la más común entre los pacientes que padecerán cálculos biliares, pero se ha de tener en cuenta que
esta causa no está relacionada con los niveles de colesterol en sangre.

 En segundo lugar, se puede producir por un exceso de bilirrubina en la bilis. Esta sustancia se produce cuando el
cuerpo descompone los glóbulos rojos pero, afecciones como la cirrosis hepática determinadas infecciones en el
tracto biliar o ciertos trastornos de la sangre, pueden dar lugar a un exceso en la producción de bilirrubina.
 Un fallo en el vaciamiento de la vesícula biliar puede producir una concentración de la bilis que aumenta la
propensión a que se formen cálculos biliares y representan la causa más común durante el embarazo.
Otras razones por las que se puede producir una colelitiasis son la diabetes, un trasplante de médula ósea u otros
órganos o desviaciones en la dieta, como pérdidas rápidas de peso por consumir pocas calorías o la alimentación
intravenosa durante un tiempo prolongado.
Síntomas
Muchos pacientes que padecen esta afección no presentan síntomas, ya que estos cálculos, normalmente, suelen
detectarse en una radiografía, una cirugía abdominal u otro procedimiento médico similar.
Sin embargo, existen casos en los que el cálculo bloquea un tubo o conducto que se encarga el drenaje de la
vesícula y provoca un dolor de tipo cólico conocido como cálculo biliar. Este desaparece cuando dichos depósitos
pasan a la primera parte del intestino delgado.
Además de esta manifestación, el paciente puede presentar fiebre, color amarillento en la piel y en los ojos
denominados ictericia y náuseas y vómitos.
Prevención
En los pacientes con obesidad se recomienda evitar las bajadas de peso drásticas.
En la mayoría de las personas, los cálculos no pueden prevenirse, pero en el caso de los pacientes que
presentan obesidad, los especialistas recomiendan evitar bajadas drásticas de peso.
Del mismo modo, se aconseja disminuir el consumo de grasas y llevar a cabo una rutina de ejercicios que
disminuyan el riesgo de obesidad.
Tipos
Los tipos de cálculos biliares se dividen en dos, dependiendo de cuales sean las causas de su formación:
 Cálculos biliares de colesterol: normalmente se componen de colesterol no disuelto, pero que también pueden
concentrar otros componentes. Son los más comunes.
 Cálculos biliares de pigmento: producidos por un exceso de bilirrubina compuesto entre un 40 y un 60 por ciento de
dicha sustancia y en un 30 por ciento de colesterol.
Se suelen asociar a estasis biliar, que conlleva un crecimiento bacteriano descontrolado y una degradación de la bilis
por las mismas bacterias, o bien, por una infección.
Diagnóstico
Los exámenes que se llevan a cabo para detectar la presencia de cálculos biliares o inflamación de la vesícula biliar
son los siguientes:
 Exámenes de sangre para determinar los niveles de colesterol, bilirrubina y enzimas pancreáticas.
 Ecografía abdominal y endoscópica como prueba visual de la presencia de cálculos.
 Tomografía computarizada del abdomen que emplea rayos x para crear imágenes transversales del área abdominal.
Tratamientos
En primer lugar, la cirugía no es necesaria si no se presentan síntomas. Sin embargo, las personas que tengan
planeado someterse a una operación para reducir su peso, sí que deberán eliminarse los cálculos antes de llevarla a
cabo.
La técnica de cirugía más comúnmente empleada es la colecistectomía laparoscópica, en la que se aplican unas
incisiones pequeñas que permiten una recuperación más rápida.
Anteriormente era común extirpar toda la vesícula, pero hoy en día, las nuevas técnicas quirúrgicas permiten una
extracción de los cálculos menos invasiva.
Por otro lado, en lo que respecta a los medicamentos, existen algunos fármacos que pueden ser administrados para
disolver los cálculos, pero este método puede tardar mucho tiempo en hacer efecto o no hacerlo directamente.
Otra forma de tratamiento es la litotricia por ondas de choque de la vesícula biliar, sobre todo en los pacientes que no
pueden someterse a una cirugía. Es un método que a veces no obtiene resultados positivos ya que los cálculos
tienden a reaparecer.
Otros datos
Dentro de los factores de riesgo que puedan aumentar las probabilidades de padecer cálculos biliares se encuentran:
 Ser mujer incrementa el riesgo de padecer colelitiasis, ya que existe una mayor saturación biliar que se relaciona
directamente con el efecto de los estrógenos sobre el metabolismo del colesterol.
 La obesidad es otro factor que predispone al paciente a sufrir estos cálculos biliares, ya que se produce un aumento
de la secreción de colesterol biliar que, a su vez, vuelve a la normalidad cuando la persona recupera un peso ideal.
Aunque es cierto que padecer una colelitiasis biliar causada por cálculos compuestos de colesterol no implica un
exceso de colesterol en sangre, si existe una relación directa entre los cálculos biliares y un aumento en la síntesis
corporal total del colesterol.
 Una dieta rica en grasas y colesterol pueden aumentar las probabilidades de sufrir obesidad y, por ende, también
cálculos biliares.
 Determinados fármacos hipolipemiantes (empleados para disminuir los niveles de lípidos en el organismo), como el
clofibrato que reduce los niveles plasmáticos del colesterol aumentando la secreción biliar, pueden dar lugar a
condiciones de riesgo para el desarrollo de la patología.
 Algunas enfermedades como la de Crohn, puede producir una mala absorción de sales biliares que implica un fallo
en la síntesis hepática.

21. COLON IRRITABLE


Qué es
El colon irritable, cuya denominación más exacta es Síndrome del Intestino Irritable (SII), es un cuadro crónico y
recidivante caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal, acompañados o no
de una sensación de distensión abdominal, sin que se demuestre una alteración en la morfología o en el
metabolismo intestinales, ni causas infecciosas que lo justifiquen. También se ha denominado colitis nerviosa, colitis
espástica ó colon espástico. Todas estas denominaciones se consideran hoy erróneas e incompletas.
Causas
Hasta hoy, no se conoce ningún mecanismo único que explique por qué los pacientes con colon irritable sufren estos
síntomas de forma crónica y recidivante. Desde un punto de vista general, lo más aceptado y demostrado es
que existen alteraciones de la motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos.
Además, se han propuesto otras diferentes alteraciones que también podrían influir en esta
enfermedad: gastroenteritis, intolerancias alimentarias, alteraciones hormonales y factores genéticos.
Síntomas
Los síntomas digestivos propios son el dolor y la distensión abdominales, y la alteración del ritmo intestinal.
 El dolor abdominal suele ser difuso o localizado en hemiabdomen inferior, habitualmente no irradiado, de tipo cólico,
opresivo o punzante, en general leve o de moderada intensidad, con una duración inferior a las dos horas, que alivia
tras la defecación y que suele respetar el sueño. El inicio o la presencia del dolor abdominal se asocia habitualmente
con deseos de defecar o con cambios en la frecuencia o consistencia de las deposiciones y frecuentemente, el
paciente relaciona su comienzo con la ingesta de algún alimento.
 Las alteraciones del ritmo intestinal pueden manifestarse con predominio del estreñimiento o de la diarrea, o de forma
alterna diarrea-estreñimiento. La distensión abdominal y el meteorismo se desarrollan progresivamente a lo largo del
día y son referidas como "exceso de gases". Son frecuentes la saciedad precoz tras la ingesta, las nauseas, los
vómitos y el ardor torácico (pirosis).
 Otros síntomas son la sensación de evacuación incompleta y la presencia de moco en las deposiciones.
Prevención

Las personas con colon irritable suelen presentar dolor difuso y localizado.
Una alimentación adecuada puede ayudar a prevenir futuros problemas de colon irritable. Se aconseja que las
comidas sean pobres en grasas y ricas en proteínas y fibras (un buen ejemplo para cumplir estas recomendaciones
sería seguir el patrón alimentario de la dieta mediterránea). Hay alimentos que además pueden provocar una mayor
cantidad de gasescomo la col, las legumbres, los frutos secos o las bebidas alcohólicas, que estos pacientes deben
evitar para paliar dolores o molestias.
El agua también puede ayudar a reducir la irritación si se bebe entre un litro y medio y dos litros al día, ya que
además previene el estreñimiento y facilita el movimiento del bolo alimenticio. Se recomienda también intentar comer
todos los días a la misma hora, así como regularizar las horas de deposiciones preferiblemente después del
desayuno, según indica la Clínica de la Universidad de Navarra.
Hacer ejercicio de forma regular también es recomendable, al producir una mejora de la movilidad intestinal. Intentar
evitar situaciones que generen estrés o ansiedad también puede ayudar a evitar una irritación.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en una minuciosa historia clínica junto a una completa exploración física, las cuales nos
orientarán hacia la posibilidad de tratarse de un colon irritable. Entonces, para completar el diagnóstico de sospecha,
deberemos realizar diversas pruebas complementarias que nos descarten la existencia de patología orgánica
(diagnóstico por exclusión). Entre estas pruebas complementarias podemos incluir análisis generales y específicos
de sangre, orina y heces, estudios radiológicos de abdomen con y sin contraste, ecografía abdominal y
sigmoidoscopia o colonoscopia. Dependiendo de los síntomas y de la edad del paciente, determinaremos en cada
caso las pruebas más adecuadas para llegar al diagnóstico.
Tratamientos
Es preciso proporcionar al paciente una información adecuada y comprensible sobre las características de su
enfermedad, especialmente de su cronicidad y del pronóstico benigno de la misma. Establecer una buena relación
paciente-médico favorecerá la evolución y disminuirá el número de consultas. No hay que minusvalorar las molestias
del enfermo, ya que sus síntomas son reales. Una vez que el paciente haya entendido su patología y haya podido
resolver todas sus dudas, se pueden iniciar diversos tratamientos dependiendo de la naturaleza e intensidad de los
síntomas. Las posibilidades actualmente disponibles incluyen:
Medidas higiénico-dietéticas:
Evitar temporalmente aquellos alimentos y bebidas que desencadenen o empeoren sus síntomas (tóxicos como el
tabaco, estimulantes como el alcohol y el café, los que produzcan gases en exceso, etcétera). Aconsejar la
realización de ejercicio físico adecuado a su edad y evitar el sedentarismo. Si predomina el estreñimiento habrá que
aconsejar el aumento en la ingesta de fibra: frutas, verduras, cereales, ensaladas, etcétera. En este sentido, la dieta
mediterránea puede ser un patrón de referencia.
Fármacos:
Sólo cuando la intensidad de los síntomas así lo aconseje, se puede recurrir a la toma de medicamentos dirigidos a
controlar el síntoma predominante y durante un periodo limitado de tiempo. Pueden ser inhibidores de los espasmos
(espasmolíticos), estimulantes de la motilidad (procinéticos), antidiarreicos, laxantes, antidepresivos y ansiolíticos.
Otras:
Técnicas como psicoterapia, la acupuntura o la hipnoterapia pueden ayudar a algunos pacientes a sobrellevar mejor
los síntomas del colon irrititable.
Otros datos
Muestra una clara predilección por las mujeres (14-24 por ciento frente al 5-19 por ciento en los varones). Suele
aparecer antes de los 35 años, disminuyendo su incidencia a partir de los 60 años. Es más frecuente en pacientes
con otras patologías digestivas funcionales (sobre todo dispepsia -molestias inespecíficas de estómago- no ulcerosa),
en mujeres con alteraciones ginecológicas (dismenorrea) y en pacientes con enfermedades psiquiátricas
(bulimia,depresión, esquizofrenia).

22. DIARREA
Qué es
Se denomina diarrea al aumento en la frecuencia de las deposiciones (más de tres veces al día) acompañada de
una disminución de la consistencia de éstas. A veces la diarrea puede contener sangre, moco, pus y alimentos no
digeridos.
Dependiendo de la persona, esta patología puede ser leve y desaparecer en pocos días o durar más tiempo.
En algunos grupos de riesgo, como los niños y los bebés conviene vigilar al enfermo puesto que en ellos puede
derivar a una enfermedad grave.
Causas
Existen muchas causas que originan la diarrea. Sin embargo, la más común es la gastroenteritisvírica epidémica,
muy frecuente en niños.
Otras situaciones que pueden propiciar la enfermedad son la ingesta de determinados alimentos o agua que
contienen determinados tipos de bacterias que provocan la diarrea y así como intoxicaciones alimentarias.
Además, algunos medicamentos, como antibióticos, fármacos quimioterápicos o laxantes con magnesio pueden
causar diarrea como efecto secundario.
Por último, está vinculada a una serie de patologías como las enfermedades inflamatorias del intestino,
principalmente como son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn; la insuficiencia del páncreas o el síndrome del
intestino irritable o la ansiedad y situaciones estresantes, entre otras.
Síntomas
Aunque el hecho fundamental es el aumento en el número de deposiciones y la disminución de la consistencia, no es
infrecuente que se asocien otros síntomas como la presencia defiebre, intolerancia a la comida acompañada
de náuseas y vómitos y dolor abdominal. Si la diarrea es muy cuantiosa puede aparecer deshidratación por pérdida
excesiva de líquidos.
Prevención
Hay dos tipos de diarrea que se pueden prevenir:
Diarrea por rotavirus
Este virus común provoca diarrea en niños y adultos y se puede prevenir mediante la administración de dos
recientes vacunas: RotaTeq y Rotarix. Estas vacunas sólo protegen al niño del rotavirus y no de la diarrea que
aparece por otras causas.
Diarrea del viajero
Las personas que viajan a países en vías de desarrollo como África, Latinoamérica o Asia pueden tener diarrea del
viajero debido al consumo de agua o alimentos que contienen virus, parásitos o bacterias nocivas. En este caso se
pueden tomar una serie de precauciones:
 No consumir agua del grifo ni hielo hecho con agua del grifo.
 Evitar cepillarse los dientes con agua no embotellada.
 No beber leche ni tomar lácteos sin pasteurizar.
 Comer verduras y frutas que se puedan pelar. Además, conviene que esos productos los pele usted mismo.
 Evitar el consumo de pescado y carne crudos.
 Beber agua embotellada.
Tipos
Existen diferentes tipos de diarrea dependiendo de las causas que la originan. Se pueden clasificar en:
 Diarrea por toxiinfección alimentaria: Se produce por el consumo de alimentos que no están en buen estado.
 Diarrea vírica: Causada por el virus del rotavirus y otros.
 Diarrea del viajero: Surge como consecuencia del consumo de comida y bebida en países en vías de desarrollo que
contienen virus nocivos.
Diagnóstico
En la mayoría de los casos de diarrea infecciosa, si la situación del paciente no es grave, los síntomas son tan claros
que no es necesario realizar ninguna otra exploración para confirmar el diagnóstico.
El antecedente de consumo de alimentos que pudieran estar en mal estado o la afectación de varias personas que
han participado en una misma comida es un hecho frecuente que ayuda al diagnóstico.
Otras veces, si existe mucha repercusión general y el paciente está postrado y con signos de deshidratación será
conveniente estudiar las heces para descubrir el germen responsable y valorar la necesidad de iniciar un tratamiento
específico.
Cuando la causa más probable no es la infecciosa es necesario realizar estudios más completos del intestino y del
páncreas para conocer el origen de la diarrea.
Tratamientos
El tratamiento depende del diagnóstico y de la gravedad de la diarrea.
Si es leve basta con administrar abundantes líquidos en el propio domicilio del paciente. Si la diarrea es grave y se
acompaña de deshidratación es necesario tratar al paciente en el hospital para administrar líquidos por vía venosa.
Las diarreas de causa no infecciosa habitualmente requieren tratamientos específicos según el tipo de enfermedad.
Como norma general no es aconsejable utilizar sin indicación del médico fármacos antidiarréicos ya que pueden
complicar la evolución de la diarrea.
Otros datos
La diarrea puede afectar a cualquier persona. Es frecuente que aparezcan brotes de diarrea aguda en instituciones
como guarderías, residencias de ancianos, cuarteles etc.
Como la mayor parte de las diarreas infecciosas se deben al consumo de agua y alimentos en mal estado o
contaminados es muy importante conocer las medidas de higiene básicas para intentar prevenirlas.
Dieta y nutrición
La deshidratación es una de las complicaciones que vienen vinculadas con la diarrea. Para evitarlas conviene beber
mucha agua y líquidos que contengan sodio, cloruro o potasio:
En el caso de los niños, los especialistas recomiendan ingerir soluciones de rehidratación oral, como bebidas que
contienen salen y minerales para prevenir la deshidratación. Éstas se pueden encontrar en farmacias.
Los adultos pueden tomar zumo de frutas, bebidas isotónicas, caldos caseros, etc.
Respecto a las comidas, los expertos recomiendan comer arroz blanco, patatas hervidas, zanahorias cocidas, pollo al
horno sin piel ni grasa o jamón cocido, entre otros.
Además, aconsejan evitar alimentos que puedan empeorarla como los ricos en grasa, especialmente fritos; con
mucha fibra (frutas cítricas), pasteles, galletas, café, etc.
Cuando la diarrea se detenga, el paciente podrá volver a llevar su alimentación habitual.

23. ENFERMEDAD DE CROHN


Qué es
La enfermedad de Crohn es una patología que causa la inflamación de diferentes localizaciones del tubo digestivo.
Pertenece al grupo de enfermedades inflamatorias intestinales (EII). Normalmente la inflamación se produce en
el íleon, que es el extremo inferior del intestino delgado que se comunica con el principio del intestino grueso, aunque
también puede afectar a cualquier otra parte del tubo digestivo, incluidos la boca o el ano.
La enfermedad de Crohn es crónica y no tiene cura. La patología no sigue una línea de evolución determinada, sino
que los síntomas pueden aparecer de forma aguda, causar graves molestias y remitir en cualquier momento; en
algunas ocasiones, pueden pasar largos periodos de tiempo sin que los síntomas se manifiesten. Aunque la
enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida, es más común entre las personas de 15 a 35 años.
Causas
La causa exacta de aparición de la enfermedad de Crohn se desconoce, aunque sí se sabe que la afección se
presenta debido a un trastorno autoinmunitario que se produce cuando el propio sistema ataca al tejido corporal sano
del tubo digestivo. Cuando estas partes son atacadas, las paredes intestinales se inflaman.
Aunque se desconozca el porqué de este trastorno del sistema inmunitario, existen una serie de factores de
riesgo que podrían condicionar su aparición:
 Factores genéticos: En la actualidad se cree que uno de los factores que pueden determinar el desarrollo de la
enfermedad de Crohn están en la genética, es decir, que tiene un componente hereditario.
 Problemas del sistema inmunológico: En algunas ocasiones, el sistema inmunitario puede reaccionar de forma
exagerada contra bacterias cuya presencia en el intestino es normal; esto provocaría que el sistema inmune atacara
el tubo digestivo.
 Factores ambientales: Como la alimentación, la higiene, agentes infecciosos, tabaquismo o, incluso, la alimentación
materna durante el embarazo y algunas infecciones desarrolladas en la infancia.
Síntomas
Los síntomas que se presentan dependen de la parte a la que afecte la enfermedad; además, pueden presentarse a
lo largo del tiempo con mayor o menor gravedad. Las afecciones más comunes causadas por la enfermedad de
Crohn son:
 Dolor y cólicos abdominales.
 Diarrea, que puede estar acompañada de sangre.
 Fiebre.
 Falta de apetito.
 Hinchazón.
 Pérdida de peso.
 Sensación frecuente de necesidad de defecar, aunque ya se haya evacuado, lo que acarrea cólicos, dolor y
esfuerzo.
 Estreñimiento.
 Aparición de fístulas (conducto anormal que comunica órganos con el exterior o con otros órganos).
 Dolor articular.
 Úlceras bucales y/o cutáneas.
¿Cuándo se debe acudir al médico?
Existen varios síntomas que, en su conjunto, pueden indicar la presencia de la enfermedad. Se debe acudir a un
especialista en caso de:
 Persistencia de un dolor abdominal fuerte.
 Sangrado en las heces.
 Fiebre superior a 38 grados que dura más de tres días, cuando no se tiene una enfermedad que la pueda producir,
como una gripe.
 Náuseas y vómitos durante más de un día.
 Dolor de las articulaciones.
 Presencia de úlceras en la piel que no se curan.
Prevención
La prevención de la enfermedad de Crohn es imposible dado que no se conocen exactamente las causas de su
aparición, aunque sí que se pueden reducir ciertos factores de riesgo que influyen en el desarrollo y gravedad de la
patología, como evitar fumar y llevar una buena alimentación.
Tipos
La enfermedad de Crohn puede afectar a varias localizaciones del tubo digestivo, presentando una sintomatología
diferente:
 Ileítis: Cuando la patología afecta al íleon o parte final del intestino delgado. Causa dolor en la zona abdominal
inferior derecha, que puede agravarse tras la ingesta de alimentos o la evacuación (sobre todo si se presenta en
forma de diarrea). Puede causar la aparición de fístulas y estenosis.
 Colitis: Se produce cuando la enfermedad afecta al intestino grueso y no al delgado. Puede afectar a una o varias
partes del mismo. Sus principales síntomas son pérdida de peso, fiebre, inflamación articular, manifestaciones
oculares y cutáneas, y desarrollo de enfermedad perianal.
 Íleo-colitis: En este caso, la enfermedad de Crohn afecta al íleon del intestino delgado y a las zonas del intestino
grueso más próximas. Es la localización más frecuente de la patología. Suele provocar dolor abdominal, diarrea,
fiebre, obstrucción intestinal y fístulas.
 Gastrointestinal alta: Afecta a partes del intestino delgado próximas al íleon, como el duodeno y el yeyuno, y al
estómago. Es la localización menos frecuente y suele presentarse de forma conjunta con alguno de los tipos o zonas
anteriores. Sus manifestaciones más frecuentes comprenden dispepsia y vómitos.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa se agravan con la enfermedad de Crohn, por lo que es aconsejable
reducir su consumo.
Diagnóstico
Se puede diagnosticar la enfermedad de Crohn a través de diferentes pruebas para analizar los trastornos que puede
causar la patología:
 Examen físico: Para explorar y detectar posibles signos, como la detección de una masa abdominal, inflamación de
las articulaciones, úlceras bucales, etcétera.
 Enema opaco.
 Endoscopia por cápsula.
 Colonoscopia.
 Resonancia magnética del abdomen.
 Análisis de sangre y de heces: Para detectar alteraciones como: grasa fecal, elevación de la cifra de glóbulos
blancos, bajos niveles de albúmina o sedimentación eritrocítica elevada.
Tratamientos
No existe un tratamiento específico para curar la enfermedad de Crohn, sino que lo más habitual es tomar fármacos
que ayuden a aliviar los síntomas. Los medicamentos que se suelen utilizar en estos casos
son corticoesteroides y antiinflamatorios; en personas que sufren una enfermedad anal se recomiendan fármacos
con efectos en el sistema inmunitario. En algunas ocasiones, las consecuencias de esta patología pueden forzar
una intervención quirúrgica, como sucede en casos de fístulas, obstrucción o perforación del intestino, o hemorragia
excesiva. La cirugía tiene el objetivo de extirpar la parte dañada del intestino grueso o delgado, aunque en casos
determinados es necesario extirpar la totalidad del intestino grueso. En otras ocasiones también es necesario
practicar una ileostomía (desvío de las heces fecales hacia el exterior a través de una abertura del íleon). Aunque el
tratamiento inicial siempre pasa por el uso de fármacos, la Sociedad Americana de Cirujanos de Colon y
Recto destaca que la cirugía acaba siendo necesaria en el 75 por ciento de los casos.
Alimentación
Aunque los fármacos son necesarios para poder mantener la calidad de vida, una parte del tratamiento de la
enfermedad de Crohn pasa por el autocuidado, en concreto por seguir una alimentación adecuada. No existen
estudios que recojan dietas específicas para esta patología, sin embargo, algunos alimentos y hábitos alimenticios
pueden servir a la hora de paliar sus síntomas:
 Evitar el consumo de alimentos que pueden producir gases: Eliminar de la dieta productos como las legumbres y
otros alimentos que tienen tendencia a provocar gases y flatulencias mejora el pronóstico de la enfermedad.
 Realizar pequeñas ingestas a lo largo del día: En estos casos, lo recomendable es hacer más comidas al día con
pocas cantidades de alimento, con el objetivo de evitar digestiones pesadas.
 Beber mucha agua: También se recomienda hacerlo en pequeñas cantidades.
 Restringir o evitar alimentos ricos en fibra: Intentar evitar la ingesta de nueces, semillas, salvado de trigo, avena y
otros productos que contengan fibra.
 Evitar la ingesta de grasas: Los alimentos ricos en grasas, como algunas salsas, los fritos, la mantequilla, etcétera, no
son recomendables en casos de enfermedad de Crohn.
 Reducir el consumo de productos lácteos: Algunas personas tienen problemas para digerir los productos lácteos,
como la leche o el queso, relacionados con la tolerancia a la lactosa; sufrir enfermedad de Crohn agravaría sus
síntomas.
El estrés es otro de los factores que tienden a empeorar los problemas digestivos, por lo que es recomendable
manejarlo y reducirlo en el caso de sufrir enfemedad de Crohn.
Otros datos
Enfermedad de Crohn y cáncer de colon
La enfermedad de Crohn y el resto de enfermedades inflamatorias intestinales son un factor de riesgo a la hora de
desarrollar cáncer de colon o de intestino; esto se debe al daño que sufren los órganos del tubo digestivo a causa de
estas patologías. Además del riesgo de padecer cáncer de colon, la enfermedad de Crohn puede implicar otras
complicaciones:
 Infecciones intestinales y/u obstrucción intestinal.
 Fístulas en la vejiga, la vagina o la piel.
 Hinchazón de las articulaciones.
Anemia y carencia de nutrientes importantes, como el hierro o la vitamina B12.

24. ESTREÑIMIENTO
Qué es
El término estreñimiento, más que una enfermedad en sí misma, hace referencia a la apreciación de cada individuo
sobre su hábito intestinal. Dado el amplio margen de hábitos intestinales normales, resulta muy difícil definir el
estreñimiento con exactitud.
En la práctica se utiliza como criterio más objetivo la frecuencia de la defecación, considerándose estreñido
al individuo que realiza menos de tres deposiciones semanales. Sin embargo, este criterio no es suficiente por sí
mismo, ya que muchos pacientes con estreñimiento refieren una frecuencia normal pero con otras molestias
subjetivas, como un esfuerzo excesivo, heces muy duras o una sensación de evacuación incompleta.
Causas
La causa más frecuente de estreñimiento hoy en día son los factores dietéticos, especialmente la falta de fibra en la
dieta. Otras veces, el estreñimiento está relacionado con diferentes enfermedades que padece la persona y es un
síntoma frecuente en pacientes con diabetes y enfermedades del tiroides.
También pueden producir estreñimiento algunos medicamentos que se utilizan para tratar el dolor, la depresión y
algunas enfermedades del corazón.
En el caso de que junto con el estreñimiento haya dolor, aparezca sangre en la deposición o el paciente haya perdido
peso, la causa puede ser un tumor en el intestino.
Causas fisiológicas
Entre las causas fisiológicas destacan:
 Hipomotilidad intestinal: Los músculos del intestino no tienen fuerza suficiente como para realizar las contracciones
necesarias para expulsar las heces.
 Hipermotilidad intestinal: Aparecen espasmos o contracciones involuntarias en una parte del intestino que retienen
las heces, impidiendo una correcta evacuación.
 Problemas rectales: Los músculos del recto no producen el reflejo suficiente para una defecación normal o bien hay
lesiones locales que provocan dolor.
 Debilidad de los músculos de la pared abdominal: No hay presión suficiente para evacuar.
 Obstrucción mecánica del colon o del recto: Cuando hay lesiones intrínsecas o extrínsecas del intestino grueso o del
ano.
Síntomas
Los síntomas varían dependiendo de cada paciente ya que en cada persona el estreñimiento presenta unas
características diferentes.
Los síntomas más comunes son deposiciones menos de tres veces a la semana, dificultad para ir al baño, heces
duras, presencia de gases o dolor al defecar.
Prevención
La mejor forma de prevenir el estreñimiento es llevar un estilo de vida saludable con una dieta rica en fibra, como
la mediterránea.
Además, conviene beber muchos líquidos, aproximadamente dos litros de agua al día, realizar ejercicio de forma
regular y acostumbrar al cuerpo a ir al baño cuando tenga ganas de defecar en lugar de esperar.
Una dieta con fibra es fundamental para prevenir la aparición del estreñimiento.
Tipos
Podemos clasificar el estreñimiento en:
 Estreñimiento pasajero: Surge de forma temporal por una causa externa relacionada con un cambio de dieta, de
ritmo de vida, vacaciones, estrés, falta de ejercicio, toma de un medicamento… Cuando desaparece esta causa, se
retoma el ritmo normal.
 Estreñimiento crónico o habitual: Se produce durante largos periodos de tiempo. En estos casos hay que
establecer un diagnóstico para descartar que lo provoque una enfermedad y adoptar hábitos saludables que
restablezcan el ritmo normal de la defecación.
Diagnóstico
Dada la cantidad de circunstancias que pueden estar relacionadas con la aparición del estreñimiento, debe ser el
médico, después de conocer los hábitos dietéticos, la toma de fármacos y la existencia de otras enfermedades, quien
determine qué estudios son necesarios hacer.
En el caso de que parezca que la causa más probable puede ser un tumor, hay que estudiar el intestino por dentro.
Para ello se utiliza un colonoscopio, que consiste en un tubo con una cámara incorporada que permite ver las
paredes del intestino y descubrir la presencia de tumores u otras lesiones.
Tratamientos
El tratamiento del estreñimiento depende fundamentalmente de la causa que lo produce. La mayoría de las veces
será suficiente con añadir fibra a la dieta.
Si se relaciona con la toma de fármacos, y estos se pueden cambiar por otros, será aconsejable hacerlo. En otras
ocasiones puede ser necesario recurrir a la cirugía.
Otros datos
El estreñimiento representa un motivo de consulta muy frecuente a cualquier edad. De hecho, cualquier persona
puede tener temporadas de estreñimiento, sobre todo coincidiendo con cambios de dieta o viajes.
Las personas de edad avanzada o con poca actividad presentan este trastorno con más frecuencia.
25. GASTROENTERITIS
Qué es
La gastroenteritis es una infección o inflamación de la mucosa del estómago y el intestino que puede estar causada
por virus, alimentos contaminados o medicamentos, aunque algunas enfermedades también pueden ocasionar un
cuadro sintomático similar.
Causas
La gastroenteritis se puede producir por tres tipos de microorganismos: virus, parásitos y bacterias. Estos
organismos, presentes en las heces de un infectado, pueden contaminar alimentos y bebidas, así como otros objetos
(cubiertos, platos y otros utensilios), y se transmiten cuando una persona entra en contacto con ellos. También se
pueden transmitir de una persona a otra por contacto directo. Los grupos de riesgo más vulnerables ante esta
enfermedad son los niños, los ancianos y las personas que tengan un sistema inmunológico débil.
Los virus más comunes que causan gastroenteritis son:
 Rotavirus: El rotavirus es la principal causa de gastroenteritis aguda en niños, aunque también puede infectar a
personas adultas.
 Norovirus: Afecta a personas de todas las edades, pero su contagio es muy frecuente entre los niños en edad
escolar.
 Adenovirus entérico: Los adenovirus son la causa de una buena parte de los casos de gastroenteritis en niños
pequeños y representan el segundo agente viral más común causante de diarrea después del rotavirus.
 Astrovirus: Son reconocidos como otro de los agentes virales más comunes de la gastroenteritis infantil en todo el
mundo. Inicialmente fueron asociados con brotes de diarrea en niños en unidades de maternidad.
Síntomas
Se caracteriza por dolores abdominales, vómitos, náuseas, diarrea y, en ocasiones, fiebre y dolor de cabeza. Cuando
el cuadro es grave, el paciente debe ser ingresado, pero habitualmente no es necesario.
Prevención
Los especialistas recomiendan tomar precauciones con los productos elaborados con salsas que contengan huevo.
Este alimento puede tener salmonella, que se reproduce rápidamente si pasa mucho tiempo desde el momento de la
elaboración hasta su consumo. Esto es lo que ocurre muchas veces en banquetes o celebraciones en las que
participa mucha gente. Los alimentos están preparados con tiempo y pueden darse casos
de intoxicaciones aparatosas. Este mismo fenómeno se produce con los pescados y mariscos que se ingieren
crudos.
También hay que tener especial cuidado con los helados que se venden en quioscos ambulantes y se preparan de
forma artesanal, ya que en ocasiones no existe una garantía de que estén en buenas condiciones. Muchos de ellos
están hechos con leche y este alimento también se estropea con mayor facilidad en verano.
Gran parte de las gastroenteritis estivales, el periodo por excelencia de la enfermedad, se deben a la ingestión de
agua no tratada. Cuando se viaje a sitios en los que se bebe agua extraída de pozos o fuentes, es recomendable que
el agua que se emplee para beber o limpiar alimentos que no vayan a ser cocinados sea hervida o esterilizada con
lejía (una gota de lejía por cada litro de agua)".
Diagnóstico
Para diagnosticar la posible presencia y la tipología de los virus que pueden estar causando una gastroenteritis se
realiza un examen de heces, aunque no suele ser lo común. Si bien esta patología no es mortal por sí misma,
la deshidratación que produce, si no se ingiere la cantidad de líquido suficiente, puede causar la muerte; es por esto
que normalmente el especialista buscará signos de deshidratación, como:
 Sequedad bucal.
 Orina de color amarillo oscuro.
 Ojos hundidos.
 Hipotensión arterial.
 Puntos hundidos en la cabeza (en el caso de bebés).
 Confusión.
 Vértigo.
Lo normal es que la gastroenteritis desaparezca en unos pocos días sin la necesidad de seguir ningún tratamiento.
Sin embargo, es muy importante acudir al especialista si se presentan síntomas de deshidratación.
Tratamientos
La gastroenteritis requiere un reposo alimenticio y reposición de agua con electrolitos con sueros orales. En caso de
no poder acudir a la farmacia o al centro de salud, puede recurrirse a las bebidas carbonatadas o agua con
bicarbonato y sal para recuperar todo el líquido perdido con los vómitos y las diarreas.
Otros datos
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la gastroenteritis y las enfermedades diarreicas:
 Representan la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años.
 Son causa de muerte de 760.000 niños menores de cinco años cada año.
 Una proporción significativa de las enfermedades diarreicas se puede prevenir mediante el acceso al agua potable y
a servicios adecuados de saneamiento e higiene.
 En todo el mundo se producen unos 1.700 millones de casos de enfermedades diarreicas cada año.
La diarrea es una de las principales causas de malnutrición de niños menores de cinco años.

26. OBESIDAD
Qué es
La obesidad es una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en
el cuerpo.
Los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que acentúa y
agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las
complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer, como
los gastrointestinales.
Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el
punto medio de la escala de peso según el índice de masa corporal (IMC), son consideradas obesas.
Causas
Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Además de una mala alimentación o la falta de ejercicio
físico, también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición.
También pueden influir los factores socioeconómicos. En algunos países desarrollados, la frecuencia de la obesidad
es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto.
El motivo por el cual los factores socioeconómicos tienen una influencia tan poderosa sobre el peso de las mujeres
no se entiende por completo, pero se sabe que las medidas contra la obesidad aumentan con el incremento del nivel
social.
Las mujeres que pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto tienen más tiempo y recursos para hacer
dietas y ejercicios que les permiten adaptarse a estas exigencias sociales.
Y, por último, están los factores psicológicos, que durante un tiempo fueron considerados como una importante
causa de la obesidad. Se consideran actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación
contra las personas obesas.
Uno de los tipos de trastorno emocional, la imagen negativa del cuerpo, es un problema grave para muchas mujeres
jóvenes obesas. Ello conduce a una inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales.
Síntomas
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los
pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.
La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la
respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda
(lumbalgia) y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.
Los trastornos cutáneos son también frecuentes. Dado que las personas obesas tienen una superficie corporal
escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que
las personas delgadas.
Del mismo modo, es frecuente la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de
pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).
La obesidad es una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en
el cuerpo.
Prevención
Llevar una dieta sana y equilibrada, junto con la práctica regular de ejercicio físico son claves para la prevención de la
obesidad.
Los expertos aconsejan realizar un mínimo de cinco ingestas de alimentos al día en raciones reducidas, así como
seguir un patrón alimentario cercano a la dieta mediterránea, es decir, bajo en grasas y rico en frutas y verduras.
En cuanto al deporte, la constancia es fundamental. La recomendación es practicarlo de forma habitual al menos tres
veces por semana durante 45 minutos. La intensidad debe adecuarse a las necesidades y al estado físico de la
persona.
Tipos
La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y puede
conllevar importantes complicaciones patológicas.
La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas (especialmente
la diabetes tipo 2 y las dislipemias). La obesidad periféricaacumula el depósito de grasa de cintura para abajo y
produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.
Obesidad mórbida
La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro tiempo, sobre todo por el número
de complicaciones que tiene asociadas.
Para tratarla es necesario el empleo de cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las técnicas para
reducirla son de dos tipos: reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o restrictivas.
Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño del estómago
para que el paciente no pueda comer grandes cantidades. La cirugía reseccionista es la única forma de que el
enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida.
Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad.
Existen tres técnicas quirúrgicas principales para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la
gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.
Obesidad infantil
Entraña alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascularen la edad adulta.
Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución.
Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o se extiende durante un tiempo prolongado, el riesgo de
presentar problemas cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado.
Los médicos aconsejan que, para prevenir la obesidad en los niños, es bueno que la dieta sea variada y elástica,
reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial, en general. También es fundamental que hagan
ejercicio y que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana.
Diagnóstico
La forma más común de determinar si un paciente padece obesidad es calcular su índice de masa corporal, por el
cual se obtiene la cantidad de grasa corporal y, dependiendo de los resultados, cuáles son los posibles riesgos para
la salud.
A partir de esto, el especialista podrá determinar si se ha producido algún daño colateral en el resto del organismo y
diagnosticarlo para su tratamiento.
Tratamientos
La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola y para ello, debe detectarse precozmente en
los pacientes en los que a partir de los 20-25 años comienza a cambiar el peso.
Los médicos consideran que una persona obesa debe ser considerada como un enfermo crónico que requiere un
tratamiento a largo plazo, con normas alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico y terapia
farmacológica.
Los nuevos enfoques terapéuticos están basados en promover una pérdida de peso con programas de control de las
enfermedades y problemas asociados, que dan lugar a problemas vasculares, cardiacos y metabólicos.
El obeso no debe perder kilos sino masa grasa, con pérdidas pequeñas y duraderas que impliquen una rentabilidad
metabólica. Es necesario consolidar la pérdida de peso a largo plazo, y además, reducir el riesgo de muerte
prematura, de enfermedad cardiaca, metabólica y vascular.
En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario
completar el tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y
equilibrada.
Otros datos
La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 por ciento de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por
cien de sobrepeso) o grave (más del cien por cien de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por
ciento de las personas obesas.
Algunos investigadores sugieren que, por término medio, la influencia genética contribuye en un 33 por ciento
aproximadamente al peso del cuerpo, pero esta influencia puede ser mayor o menor dependiendo de la persona.

27. ÚLCERA GASTRODUODENAL


Qué es
La úlcera gastroduodenal, o enfermedad ulcerosa péptica, es una patología bastante frecuente que consiste en
una lesión en la mucosa que protege el estómago y el duodeno (primera parte del intestino delgado).
Esta lesión está provocada por un aumento de las secreciones ácidas que alteran las paredes de estas zonas.
Causas
La causa principal que se había establecido hasta hace unos años era que existía una producción excesiva de ácido
clorhídrico (tipo de ácido que produce el estómago para ayudar a hacer la digestión).
Actualmente, aunque se sigue considerando que éste es uno de los factores de riesgo, hoy en día, según
la Fundación Española del Aparato Digestivo, existe un agente infeccioso bacteriano denominado Helicobacter
pylori que representa una de las causas directas de esta patología.
La infección a causa de esta bacteria no implica que la persona contagiada sufra molestias digestivas o que vaya a
padecer una úlcera gastroduodenal. En estos casos, sólo una media de entre el 10 y el 20 por ciento de las personas
infectadas puede llegar a desarrollar la afección.
Actualmente, no se conoce con exactitud cuál es la forma de transmisión de la enfermedad, por lo que los
especialistas recomiendan que las personas a las que se les haya diagnosticado tomen medidas extraordinarias para
evitar el contagio a otras.
Otra de las causas principales de esta patología es el consumo de determinados fármacos, tales como
los antiinflamatorios no esteroideos, el ácido acetilsalicílico por ejemplo.
Estos medicamentos se emplean, generalmente, para tratar el dolor, la inflamación o la fiebre, pero un uso excesivo
o la predisposición a sufrir afecciones del estómago o del duodeno pueden generar efectos secundarios en las
personas que los utilizan.
Con respecto a esta causa concreta, las personas mayores de 60 años que hayan padecido antes una úlcera
péptica, que padecen actualmente alguna enfermedad grave de corazón, riñón o hígado o que
emplean medicamentos anticoagulantes y/o corticoides en dosis altas son más propensas a padecer la afección.
Por último, el tabaco y el alcohol pueden provocar la aparición de este tipo de úlceras o generar complicaciones en
las ya existentes.
Síntomas
La úlcera gastroduodenal viene asociada a un dolor que se concentra en la parte alta del abdomen y suele aparecer
entre los 30 y los 60 minutos posteriores a las comidas.
Es frecuente que esta molestia también se observe durante la noche y suele mantenerse durante varias semanas,
aunque luego pueden transcurrir meses sin que se repitan los síntomas. El dolor está acompañado, a menudo,
de náuseas y/o acidez.
Las personas que padecen esta afección tienen un alto riesgo de que ésta se complique. Estas complicaciones son:
 Hemorragias digestivas que se producen cuando la úlcera es profunda y llega a erosionar un vaso sanguíneo, lo que
provoca pérdida de sangre.
 Perforaciones cuando la lesión llega a ser tan importante que atraviesa la pared del estómago y/o duodeno.
 La estenosis también se puede producir si existen úlceras antiguas que han cicatrizado, lo que provoca un
estrechamiento del intestino y, por ende, mayor dificultad a la hora de digerir los alimentos.
Prevención
Como medida de prevención, los especialistas aconsejan no abusar de medicamentos tales como el ácido
acetilsalicílico y sustituirlo por otros antiinflamatorios. Es necesario que el paciente no se automedique y contacte con
su médico antes de llevar a cabo un tratamiento.
Por otro lado, el resto de recomendaciones comprenden pautas básicas de una vida saludable, como es el no
fumar o limitar el consumo de alcohol.
Tipos
Actualmente, no existe ninguna clasificación de la úlcera gastroduodenal.
Diagnóstico
Para diagnosticar una úlcera gastroduodenal es importante que el especialista estudie cuáles son los síntomas que
refiere el paciente.
A partir de aquí, la afección se confirmará con la ayuda de una endoscopia digestiva oral. Este examen revisa el
revestimiento del estómago, el esófago y la primera parte del intestino delgado, para poder advertir la existencia de
úlceras.
La prueba se realiza a través de una cámara pequeña o endoscopia flexible que se introduce por la garganta y
requiere de sedantes intravenosos en la mayoría de los casos.
Como alternativa a este procedimiento también puede realizarse una radiografía de contraste con bario del estómago
y el duodeno, aunque es menos fiable que la endoscopia y no permite llevar a cabo biopsias que, a veces, son
necesarias.
Tratamientos
El tratamiento de las úlceras suele combinar los fármacos antiulcerosos, que alivian los síntomas y facilitan la
cicatrización de la lesión, con antibióticos (en los casos en que se haya detectado la presencia de Helicobacter
pylori).
Los especialistas recomiendan modificar determinados hábitos alimenticios que pueden alterar la mucosa de la
región gastroduodenal.
Hoy en día, según la Fundación Española del Aparato Digestivo, se conoce que la dieta no es causa ni agravante de
esta enfermedad. Pero sí se recomienda a los pacientes que tomen alimentos que puedan digerir bien.
Entre estas medidas que pueden ayudar en el tratamiento también se encuentra:
 Evitar el consumo de tabaco, alcohol, café, té y los refrescos que contienen cafeína.
 No realizar comidas excesivamente copiosas ni usar condimentos picantes
 No tomar antiinflamatorios, si éstos son la causa de la afección.
En el caso de que el paciente deba comenzar un tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos, debe proteger la
mucosa gástrica y duodenal mientras dure el tratamiento con fármacos, como es el caso del omeprazol.
Otros datos
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la úlcera gastroduodenal es una enfermedad frecuente
que en Europa Occidental afecta a aproximadamente entre un cinco y un diez por ciento de la población en algún
momento de su vida.
Es recomendable que el paciente acuda al especialista en el caso de que presente dolor abdominal agudo y rigidez
en esta zona. Además, otras señales son los desmayos, la sudoración excesiva y vómitos o heces con sangre.
Las úlceras pépticas suelen aparecer continuamente si no se las trata de forma adecuada. Si el paciente sigue el
tratamiento, las probabilidades de que surja otra úlcera son más escasas.

PATOLOGIAS DEL SISTEMA RESPIRATORIO


1. APNEA DEL SUEÑO
Qué es
La apnea obstructiva del sueño es una patología respiratoria que se caracteriza porque las personas que lo
padecen roncan habitualmente, tienen paradas de la respiración (apneas) de forma repetida y somnolencia durante
el día. Como consecuencia, los pacientes que la padecen no pueden descansar bien durante las horas de sueño.
“Lo que ocurre con las personas que tienen apnea del sueño es que durante la noche tienen un colapso de la faringe.
Este colapso es periódico, especialmente en algunas fases del sueño (como el REM)”, explica a CuidatePlus Eusebi
Chiner, neumólogo y coordinador de SeparPacientes, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía
Torácica (Separ). “Cuando el número de apneas excede determinado número por hora se da el síndrome conocido
como apnea obstructiva del sueño”.
Causas
En condiciones normales, cuando las personas duermen, la vía aérea está permeable, es decir, pueden respirar con
tranquilidad. Sin embargo, en algunas fases del sueño los tejidos se cierran y bloquean la vía respiratoria causando la
apnea.
Además de esta causa existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de tener apnea:
 Tener el maxilar inferior más corto que el maxilar superior.
 Determinadas formas del paladar o de la vía respiratoria que originan el colapso de la vía.
 Tener un cuello grande.
 Poseer una lengua que puede retrotraerse hasta bloquear la vía respiratoria.
 La obesidad.
 Tener unas amígdalas o vegetaciones grandes que pueden taponar la vía respiratoria.
Síntomas
Los ronquidos son la manifestación más visible que puede alertar al paciente sobre la posibilidad de tener apnea del
sueño. Las personas que padecen la enfermedad normalmente empiezan a roncar muy fuerte después de quedarse
dormidos. Además, éste se interrumpe durante un periodo de silencio mientras el paciente sufre una apnea. Ese
periodo de silencio va seguido de un resoplido con jadeo mientras el paciente intenta volver a respirar.
Como consecuencia de los episodios, el sueño del paciente no es reparador y aparece somnolencia diurna,
presencia de fatiga crónica e incluso alteraciones respiratorias y cardiovasculares. La persona con apnea suele
levantarse con frecuencia para ir al baño, se despierta frecuentemente con la boca seca y al día siguiente nota
cansancio, dolor de cabeza y se queja de la alta probabilidad de dormirse en situaciones inapropiadas, mientras
conduce, lee o asiste a reuniones de trabajo.
Además, los pacientes con apnea pueden tener depresión, hinchazón de piernas o ser hiperactivos.
Prevención
La apnea del sueño va ligada a ciertos factores como el aumento del tejido de las amígdalas en niños y la obesidad
en los adultos. De hecho, según apuntan desde Separ Pacientes, el 80 por ciento de los pacientes con apnea del
sueño son obesos.
Por este motivo, la principal medida que puede ayudar a prevenir la apnea es perder peso, así como aplicar
determinadas medidas higiénico-dietéticas, el ejercicio físico, etc.
Por otro lado, dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol también ayudan a prevenir la aparición de la
enfermedad.
Cuando ya hay síntomas (ronquidos y apneas referidas por la pareja) el paciente debe acudir al médico para
confirmar el diagnóstico.
Tipos
El índice de apnea e hipopnea, es decir, cuántas veces tenemos cada hora, a lo largo de la noche, paradas
respiratorias de un tiempo superior a 10 segundos, marcará los tipos de apneadel sueño que pueden dividirse en:
 Leve: cuando hay entre 5 y 15 apneas por hora.
 Moderado: el paciente tiene entre 15 y 30 apneas por hora.
 Grave o severo: cuando pasa de 30 apneas por hora.
Perder peso, dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol puede mejorar el pronóstico del paciente con apnea del
sueño.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace realizando una prueba de sueño que puede ser completa, incluye variables neurológicas y
respiratorias, denominada polisomnografía o también puede diagnosticarse con pruebas más abreviadas, como la
poligrafía respiratoria, que incluye sólo variables respiratorias y puede realizarse en el hospital o en el domicilio.
Con estas pruebas los médicos establecerán el índice de apnea e hipopnea que indicará la gravedad del síndrome.
Hay un grupo de pacientes donde el diagnóstico es más complicado debido a que, aunque presentan muchas
apneas referidas y ronquidos, no tienen somnolencia diurna. Este caso se suele dar en pacientes jóvenes y los
últimos estudios españoles que se han realizado avalan que en estos pacientes el tratamiento es importante porque
si no, a la larga podrían desarrollar patologías como hipertensión u otras patologías cardiovasculares. “Estos son los
casos más complicados de diagnosticar porque vienen alertados por el acompañante, no por la sintomatología
durante el día. A veces debutan por una patología como cardiopatía isquémica, infarto agudo de miocardio o incluso
un ictus cerebral y lo que traduce es que en el fondo había una apnea que no estaba previamente diagnosticada”,
apostilla Chiner.
Tratamientos
La terapia para la apnea del sueño no es curativa. Está dirigida a aliviar lo síntomas. Existen varios tipos de
tratamientos que se aplican en función de la gravedad:
 Conservador: el médico recomendará la pérdida de peso, la abstención del tabaco, la higiene del sueño, realizar
deporte, una buena alimentación, etc.
 Tratamiento habitual: el más aceptado y de elección es la CPAP, recomendado en casi la totalidad de los pacientes.
Este consiste en un generador de presión que transmite a través de una mascarilla nasal una presión continua a la
vía aérea superior impidiendo que ésta se colapse. Según los especialistas, esta mascarilla suele tener un efecto
rápido haciendo desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día. Este tratamiento no suele
tener efectos secundarios graves y en el caso de que éstos aparezcan son transitorios y desaparecen tras las
primeras semanas.
 Tratamiento quirúrgico: está recomendado cuando existen algunas lesiones como pólipos o hipertrofia de las
amígdalas, o bien cuando la mascarilla no es bien tolerada por la existencia de algún daño en la vía aérea superior.
Otros datos
Epidemiología
Globalmente es más frecuente en hombres que en mujeres. Sin embargo, Chiner apunta que a partir de una cierta
edad, especialmente durante la menopausia la frecuencia de esta patología en mujeres tiende a igualarse con la de
los hombres.
En los adultos la frecuencia se encuentra en torno al 25 por ciento en edades avanzadas (60 a 80 años). En edades
medias, la franja más frecuente en varones, tendríamos alrededor de un 10 por ciento de personas que podrían
padecer apnea del sueño.
La apnea obstructiva del sueño también es frecuente en niños. De hecho, desde SeparPacientes estiman que
alrededor del 3 por ciento de los niños padecen una apnea del sueño. En estos casos, la mayoría de las veces
está relacionada con tener amígdalas hipertróficas, es decir, con un aumento de las anginas.
En el caso de los niños hay factores que pueden predisponer a tener apnea del sueño: algunas alteraciones de los
maxilares, determinadas enfermedades y la obesidad infantil.
Por último, esta patología también puede afectar a bebés, aunque es menos frecuente que los recién nacidos tengan
amígdalas hipertróficas. En estos infantes el cuadro clínico que se da es de atresia de coanas, que puede ser que
sea muy estrecha de nacimiento y cause la apnea del sueño.
Complicaciones
El síndrome de apnea obstructiva del sueño puede ocasionar diversas complicaciones entre las personas que lo
sufren. La hipertensión arterial está presente en el 50 por ciento de los pacientes y es frecuente la aparición
de arritmias durante el sueño. También aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, como
el ictus y el infarto de miocardio. Asimismo, la somnolencia diurna está involucrada en un mayor riesgo de sufrir
accidentes de tráfico o laborales, y también es común la impotencia y disminución de la libido entre estos pacientes.

2. BRONQUIECTASIAS
Qué es
La bronquiectasia es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que implica la dilatación de los
bronquios. Como afirma Araceli Caballero, miembro de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, “es un daño
irreversible que no vamos a poder resolver, lo único que podemos hacer es tratar de paliar las posibles
complicaciones para prevenir que progresen”. Afecta a las vías respiratorias mayores y ocasiona su ensanchamiento.
Puede ser congénita, si el bebé nace con ella, o bronquiectasia adquirida, si se contrae después de nacer. Se suele
producir primero gracias a una agresión del sistema respiratorio, que suele ser una infección que ataca al árbol
bronquial de los pulmones.
Causas
Una de las causas más frecuentes es la infección o inflamación recurrente de las vías respiratorias y de la mucosa
bronquial. Los casos de bronquiectasias por infección suponen un 35 por ciento, dentro de los cuales la mayoría son
por tuberculosis. Se puede padecer tras pasar una infección respiratoria grave o si se ha introducido un cuerpo
extraño en las vías respiratorias del paciente. Otras posibles causas son la fibrosis quística y algunas afecciones
genéticas.
Las inmunodeficiencias, algunas patologías sistémicas, alteraciones congénitas y otras enfermedades aumentan el
riesgo de padecer bronquiectasias. El VIH debilita el sistema inmune del paciente y ayuda a las infecciones a
instalarse en el organismo y sufrir la enfermedad.
Síntomas
La sintomatología en el paciente se va presentando progresivamente. El tiempo depende del caso. Puede pasar
desde unas semanas, hasta años tras el suceso que provoca la bronquiectasia. Los síntomas son variados y pueden
incluir:
 Piel con color azul.
 Halitosis o mal aliento bucal.
 Tos crónica con esputo fétido (flema originada en el pulmón con mal olor): viene acompañada de expectoración
(expulsión por la boca de sustancias que provienen de los pulmones) y es más fuerte por las mañanas a causa de las
secreciones que acumula el paciente por la noche.
 Infecciones bronquiales repetidas.
 Dedos de la mano hinchados en la parte más distal (en palillo de tambor).
 Expectoración con sangre originada en los bronquios o los pulmones.
 Fiebre.
 Tos cuando el paciente se tumba, especialmente de lado. La tos suele producir expectoración con pus.
 Fatiga.
 Dolor torácico.
 Palidez.
 Disnea o problemas respiratorios y descenso progresivo de la función pulmonar, en especial cuando se hace
deporte.
 Reducción del peso.
 Sibilancias o sonido que hace el aire que se genera en las vías respiratorias cuando están obstruidas o
congestionadas.
Prevención
La contaminación aumenta el riesgo de sufrir bronquiectasias.
Una de las medidas de prevención de la bronquiectasia es evitar las infecciones pulmonares como
la neumonía (infección del parénquima pulmonar). Para esquivar infecciones como la tosferina o el sarampión, lo
mejor es vacunarse frente a ellas.
Otra de las recomendaciones es poner a los pacientes de cualquier edad la vacuna anual antigripal y la
antineumocócica, para tratar de disminuir las agudizaciones.
El tabaco y la contaminación son factores que incrementan la posibilidad de padecer una infección y por
consiguiente, bronquiectasias. Se recomienda huir de estos hábitos y mantener un control ambiental de la zona
donde se habita fundamentalmente.
Tipos
Cuando los casos de bronquiectasias presentan otras características dominantes distintas, la enfermedad se
considera como un componente más en el cuadro clínico de la otra patología (como por ejemplo, en los pacientes
con alveolitis alérgica extrínseca o fibrosis quística). Las bronquiectasias se pueden clasificar de varias formas:
 Congénitas: en el caso de los enfermos que nacen con bronquiectasias.
 Adquiridas: puede ser gracias a infecciones, obstrucciones bronquiales localizadas (tanto extrínseca u originadas en
el pulmón, como intraluminal provocado por un objeto externo) o por daño bronquial debido a factores químicos.
Caballero clasifica las bronquiectasias en dos tipos dependiendo de su localización:
 Localizadas: situadas en una zona concreta del pulmón, aparecen por tener una infección localizada.
 Difusas: en pacientes con fibrosis quística o inmunodeficiencias.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), podemos clasificar las bronquiectasias en dos tipologías en
pacientes de edad temprana:
 Primarias: instalada en pacientes sin otra patología previa. Las bronquiectasias surgen a raíz de una infección
respiratoria que se cronifica. Una de las infecciones que sobresale es causada por el VIH, pero pueden ser de
orígenes diversos como provocados por virus, bacterias o tuberculosis entre otros motivos.
 Secundarios: las bronquiectasias es una complicación de otra enfermedad previa como la fibrosis quística, los
defectos inmunológicos, síndromes aspirativos, el asma, la aspergilosis broncopulmonar, la displasia de los cartílagos
bronquiales o por alteraciones del aclaramiento mucociliar.
Diagnóstico
El médico ausculta los sonidos que provienen del tórax del enfermo para ver si localiza alguna anomalía. También se
realizarán otras pruebas de imagen y diagnóstico, como son:
 Prueba de precipitina para asperglosis.
 Análisis de sangre.
 Radiografía de tórax.
 Cultivo de esputo: examen de laboratorio en el que se buscan las causas que originan una determinada infección.
 Análisis sanguíneo completo (Hemograma).
 Prueba de sudor para la fibrosis quística.
 Pruebas cutáneas para averiguar si el paciente sufrió tuberculosis en el pasado (tuberculina).
 Electroforesis de inmunoglobulinas en suero: prueba que mide los anticuerpos a partir de un análisis de sangre.
 Tomografía Computerizada de tórax.
 Broncoscopia es una prueba que explora la vía aérea y permite obtener muestras biológicas.
 Gammagrafía de ventilación-perfusión: es una técnica que consiste en la introducción de un radiofármaco en el
organismo que facilita la localización de zonas afectadas por las bronquiectasias.
Tratamientos
“La principal vía de tratamiento consiste en mantener libres las vías respiratorias y evitar posibles obstrucciones y
complicaciones derivadas de las bronquiectasias. A lo largo de la historia natural de la enfermedad se van
produciendo una serie de agudizaciones de perfil infeccioso que, en muchas ocasiones, requieren la hospitalización
del paciente con el uso de antibióticos por vía intravenosa”, afirma Miguel Ángel Martínez García, neumólogo y
director del programa de investigación de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
El objetivo de la terapia es controlar las infecciones y el esputo (secreción o flema que puede provenir de cualquier
zona del aparato respiratorio). Para mejorar la salud de los pacientes de bronquiectasia y curar la patología, según
Martínez García, se pueden emplear varios tratamientos:
 Medicamentos: como expectorantes destinados a fluidificar las secrecciones. También se pueden suministrar
broncodilatadores, antiinflamatorios o antibióticos.
 Drenaje diario: para eliminar el esputo que se va acumulando en las vías respiratorias. Se realiza mediante
fisioterapia respiratoria y favorecer el tratamiento postural.
 Ejercicios: los tiene que hacer el paciente para la expectoración o la eliminación de la mucosidad.
 Cirugía: para extirpar parte del pulmón si presenta sangrado en el órgano y los medicamentos no dan resultado.
Solo se escoge esta forma de tratamiento para pacientes cuya patología está localizada y para casos de hemoptisis
grave.
 Antibióticos: para el tratamiento de las colonizaciones bacterianas y disminuir el esputo, aunque no es la forma
habitual. También se puede combatir gracias a antibióticos inhalados.
Los antibióticos y los antiinflamatorios se suministran al paciente por vía oral, inhalada o intravenosa. Se usan en
caso de agudización o infección bronquial crónica, provocada por el microorganismo pseudomonas aeruginosa, el
más virulento para pacientes con bronquiectasias.
En el caso del tratamiento con antiinflamatorios, los más habituales son los macrolidos, gracias a su efecto
inmunomodulador. Las bronquiectasias, afirma Martínez García, es multidimensional desde el punto de vista
terapéutico, porque se tienen que tratar otros factores, como la hipersecreción mucosa (mediante rehabilitación y
fisioterapia respiratoria y mucolíticos), la hiperreactividad bronquial (con broncodilatadores y esteroides inhalados), los
aspectos nutricionales y el tratamiento etiológico.
Otros datos
Pronóstico
Depende del paciente y la causa de la patología, el pronóstico de las bronquiectasias han mejorado en los últimos
años, gracias a los avances en medicina y en los métodos diagnósticos.
Un factor que ha influido en la reducción de los casos de bronquiectasias, sobre todo en niños, es la disminución de
infecciones infantiles que afectan al sistema respiratorio, como por ejemplo, la tosferina o el sarampión y la mejora en
el tratamiento de las infecciones bacterianas, como la tuberculosis.

3. EDEMA PULMONAR
Qué es
Un edema pulmonar es una acumulación anormal de líquido en los pulmones que provoca dificultad respiratoria.
Desde el punto de vista fisiopatológico.
Causas
La causa más común del edema pulmonar es la insuficiencia cardíaca. La progresiva disminución de la actividad
cardíaca provoca que la presión de las venas más cercanas al pulmón se eleve considerablemente. Según se
incrementa la presión de estos vasos sanguíneos, el líquido se infiltra en los espacios de aire o alvéolos de los
pulmones. La inundación parcial del tejido pulmonar interrumpe el movimiento habitual del oxígeno a través de los
pulmones y provoca la dificultad respiratoria.
Otras causas de que producen un edema pulmonar son:
 Miocarditis.
 Arritmias.
 Embolismo pulmonar.
 Daño al pulmón causado por gas tóxico o infección grave.
 Hacer ejercicio a grandes alturas.
 Ciertos fármacos usados con asiduidad.
 Administración excesiva de líquido.
 Insuficiencia ventricular izquierda.
 Infarto del miocardio.
 Insuficiencia renal.
Síntomas
El síntoma principal del edema pulmonar es la disnea (dificultad para respirar), ésta puede aparecer cuando el
afectado está realizando ejercicio físico o, en los casos más graves, también puede aparecer en reposo. En esas
ocasiones el paciente no soportará permanecer tumbado (ortopnea). Otros de los síntomas derivados del edema
pulmonar pueden ser:
 Expectoración de sangre o espuma con sangre.
 Incapacidad para pronunciar oraciones largas completas debido a la falta de aire.
 Ansiedad e inquietud.
 Sudoración excesiva.
 Sonidos roncus o de gorgoteo al respirar al auscultar el pulmón.
 Hinchazón de piernas y abdomen.
 Piel pálida.
 Disminución de la cantidad de orina.
 Aumento de la frecuencia cardíaca.
 Disminución de la lucidez mental.
Prevención
En el caso de padecer alguna enfermedad que pueda provocar un edema pulmonar o debilidad del miocardio, tomar
siempre los medicamentos recetados teniendo en cuenta las instrucciones sobre los mismos.
Seguir una dieta saludable, baja en grasas y sal también disminuye considerablemente el riesgo de padecer esta
enfermedad.
Tipos
Existen dos tipos:
 Cardiogénico o edema hemodinámico: es el más frecuente y es la consecuencia de una disfunción del corazón.
 No cardiogénico o lesión pulmonar.
Diagnóstico
El diagnóstico fundamentalmente se basa en la exploración física del paciente y una radiografía de tórax. El médico
realiza el chequeo básicamente mediante la auscultación de pulmones y corazón con el estetoscopio. Si existe la
afección se escucharán sonidos crepitantes en las bases pulmonares, también respiración rápida, en el caso del
corazón notará aumento de la frecuencia cardíaca y ruidos cardíacos anormales.
La prueba que mejor determinará la enfermedad será la radiografía de tórax que mostrará la presencia de líquido en
la zona pulmonar y a veces también el aumento del tamaño del corazón. El diagnóstico se completa con una analítica
de sangre y orina y con un electrocardiograma que ayuda a identificar si ha sido una cardiopatía de base la
responsable de la afección.
Tratamientos
El tratamiento de esta patología tiene tres objetivos principales:
 Disminuir la presión venocapilar buscando reducir la congestión pulmonar. Esto se consigue con la administración
de fármacos diuréticos, que ayudan a eliminar líquidos a través de la orina, y medicamentos de acción dilatadora de
las venas para bajar la presión y la cantidad de sangre que llega al corazón.
 Mejorar la ventilación pulmonar administrando oxígeno y fármacos broncodilatadores.
 Y tratar la enfermedad que ha causado el desencadenamiento del edema pulmonar
Otros datos
El edema pulmonar también es conocido como congestión pulmonar, agua en el pulmón e insuficiencia cardíaca-
edema pulmonar
Pronóstico
Dependiendo de la causa que haya propiciado el edema pulmonar, el pronóstico será más o menos favorable.
También en función de la gravedad de la misma, la evolución puede ser más rápida o más
lenta. Sin el tratamiento adecuado esta enfermedad puede ser mortal.

4. EPOC
Qué es
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida con las siglas EPOC, consiste en la obstrucción persistente
de las vías respiratorias.
“Esta enfermedad de los bronquios está producida por la exposición a humo de tabaco principalmente y ocasiona
una pérdida de la función pulmonar acelerada”, explica Bernardino Alcázar, neumólogo en el Hospital de Alta
Resolución de Loja (Granada) y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien
señala que en España afecta al 10,2 por ciento de la población adulta española mayor de 40 años. “Principalmente
se da en personas expuestas al humo del tabaco, ya sea de forma activa o pasiva”.
La EPOC puede aparecer en forma de dos trastornos diferentes: el enfisema y la bronquitiscrónica.
 El enfisema consiste en un ensanchamiento de los alvéolos (pequeños sacos de aire de los pulmones) y la
destrucción de sus paredes.
 La bronquitis crónica se manifiesta en forma de tos crónica persistente, que produce esputo y que no se debe a una
causa clínica perceptible, como el cáncer de pulmón, sino que las glándulas bronquiales se dilatan, provocando una
secreción excesiva de mucosidad.
Ambas enfermedades van muy ligadas y suelen presentarse simultáneamente, o bien una acaba provocando la otra.
Este es el motivo de que enfisema y bronquitis crónica se agrupen bajo la denominación enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, de la que podrían considerarse como dos formas de presentación distintas. Generalmente los
racimos de alvéolos conectados a las pequeñas vías aéreas (bronquiolos) tienen una estructura relativamente rígida
y mantienen abiertas esas vías.
En el caso de enfisema, las paredes alveolares están destruidas y los bronquiolos pierden su apoyo estructural y se
colapsan al respirar. En el enfisema, la reducción del flujo de aire es permanente. En la bronquitis crónica,
contribuyen a la obstrucción del flujo de aire la inflamación de las pequeñas vías aéreas, la cicatrización de sus
paredes, la hinchazón de su revestimiento, la mucosidad y el espasmo del músculo liso.
Así, en esta enfermedad la obstrucción del flujo de aire es parcialmente reversible si se usan fármacos
broncodilatadores. Los afectados por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica están más expuestos al riesgo de
desarrollar un cáncer de pulmón que cualquier otra persona. También puede influir en el desarrollo de problemas
cardiacos.
Causas
La EPOC es la más común de las enfermedades crónicas de pulmón en todo el mundo. Millones de personas
padecen EPOC, que es la segunda causa de incapacitación laboral después de las enfermedades cardiacas.
Los principales afectados por la enfermedad son las personas expuestas a los dos factores externos que contribuyen
en mayor medida a su desarrollo: fumar y trabajar en ambientes contaminados. Por eso la enfermedad incide
especialmente entre los mineros de carbón, los que trabajan con cereales, en la metalurgia y
otros trabajadores expuestos al polvo.
La enfermedad es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres y tiene mayor mortalidad entre los
varones. La mortalidad entre las personas que padecen la enfermedad es también mayor en pacientes de raza
blanca y obrera, que entre los trabajadores administrativos.
La EPOC también aparece muy frecuentemente en algunas familias, hecho que hace pensa que podría existir
una tendencia hereditaria.
Fumar
La causa más importante de la EPOC es, sin duda alguna, el tabaco. Con el paso de los años, la función pulmonar
se pierde más rápidamente entre los fumadores. Un dato relevante es que entre el 10 por ciento y el 15 por ciento de
las personas que fuman desarrollan la enfermedad. Los fumadores de cigarrillos son los que más posibilidades
tienen de contraerla, seguidas de los fumadores de pipa y cigarros.
Dado que el riesgo que entraña el tabaco es muy grande, la mejor manera de prevenir la enfermedad es no fumar.
También se ha demostrado que los hijos de padres fumadores padecen muchas más enfermedades
respiratorias que los de padres no fumadores; estos niños se convierten en fumadores pasivos y están predispuestos
a padecer bronquitis crónica de adultos.
El tabaquismo es la primera causa de EPOC.
La polución atmosférica
La polución atmosférica, es decir, el incremento de partículas y gases anómalos en la atmósfera también entraña
riesgos. El monóxido de carbono y el óxido de sulfuro procedentes de la combustión de gasolina, los hidrocarburos
de los automóviles o el ozono, por citar unos ejemplos, producen irritación de las vías respiratorias y dificultan el
transporte del oxígeno por el cuerpo.
La bronquitis crónica, de hecho, es dos veces más frecuente en las zonas industriales y en las grandes ciudades que
en el campo. Este factor combinado con el anterior, el tabaco, es la causa principal de la mayor parte de casos de
enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Infecciones
Aunque está fuera de dudas que raras veces una infección es la causa inicial de la EPOC, sí que puede afirmarse
que una infección puede ser la responsable de que se agrave una irritación previa desencadenada por los dos
factores anteriores.
Una infección también puede desencadenar brotes posteriores de la enfermedad. Si durante la infancia se han
sufrido repetidas infecciones pulmonares, el adulto estará más predispuesto a la EPOC.
Síntomas
“Los síntomas iniciales son insidiosos y consisten principalmente en tos y expectoración”, afirma Alcázar. “Cuando la
enfermedad va progresando aparecen otros síntomas de alarma, como la dificultad para respirar o las crisis
(conocidas como exacerbaciones)”.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiene, principalmente, dos estadios:
En las primeras fases de la enfermedad, la concentración de oxígeno en la sangre está disminuida, pero los valores
del anhídrido carbónico permanecen normales.
En las fases avanzadas, cuando la enfermedad es más grave, los valores del anhídrido carbónico se elevan mientras
que los del oxígeno siguen disminuyendo.
La EPOC se manifiesta de distintas formas, tanto en el caso de la bronquitis crónica como del enfisema, y
los síntomas iniciales pueden aparecer al cabo de 5 ó 10 años de fumar o de estar expuesto a gases contaminantes.
Algunos síntomas pueden ser:
 Tos y aumento de la mucosidad, normalmente al levantarse por la mañana.
 Tendencia a sufrir resfriados de pecho.
 El esputo que se produce durante estos resfriados con frecuencia se vuelve amarillo o verde debido a la presencia de
pus.
 A medida que pasan los años, estos catarros de pecho se vuelven más frecuentes.
 Respiración sibilante.
 Sensación de ahogo cuando se hace un esfuerzo y, más adelante, ahogo en actividades diarias, como lavarse,
vestirse y preparar la comida.
 Un tercio de los pacientes experimenta pérdida de peso importante.
 Hinchazón en las piernas, debida a la insuficiencia cardiaca.
Prevención
La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la originan. Como se ha
dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso, para prevenir la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica es fundamental no fumar. También es muy importante mantener un buen estado de salud
general, realizar ejercicios y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones. La
importancia de los ejercicios, ya sea en el hospital o en casa, radica en que contribuyen a aumentar la independencia
y la calidad de vida del afectado. Además, disminuyen la frecuencia y el tiempo de hospitalización del enfermo.
Hacer ejercicio
La filosofía de la práctica del ejercicio es la siguiente: los pacientes que sufren la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica necesitan energía extra para poder respirar. Si se usa esa energía de manera más efectiva para respirar, el
paciente tendrá más energía restante para llevar a cabo sus acciones diarias y para participar en nuevas actividades.
Las mejorías en la respiración pueden conseguirse, en gran medida, haciendo deporte, pero es muy importante que
los ejercicios se hagan bajo supervisión médica y con el asesoramiento de especialistas.
El ejercicio, a todos los niveles, mejora la utilización del oxígeno, la capacidad de trabajo y la mentalidad de los
pacientes que sufren la enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más fáciles de practicar, para estos
enfermos, que las actividades de alta intensidad. Entre otros, se pueden hacer los siguientes ejercicios:
 Parte inferior del cuerpo: bicicleta fija, subir escaleras, caminar, etcétera. Estos ejercicios fortalecen las piernas y
aumentan el tono muscular y la flexibilidad. Ayudan a moverse mejor.
 Parte superior del cuerpo: ejercicios diseñados para mejorar la fuerza de los músculos respiratorios, los músculos del
brazo y los hombros. Fortalecerlos es importante porque aguantan la caja torácica, mejoran la respiración y hacen
más fácil llevar a cabo actividades cotidianas, como transportar bolsas, hacer la cama o levantar objetos. Un ejercicio
útil es, por ejemplo, el levantamiento de pesas.
Consejos a la hora de hacer ejercicio
Teniendo en cuenta que la forma física se pierde rápidamente cuando la persona interrumpe el programa de
ejercicios, es básico que el paciente se marque unos objetivos que pueda alcanzar y que los vaya aumentando
progresivamente. Además de los ejercicios, es recomendable que la persona siga algunos otros consejos:
 Acompañar los ejercicios de una alimentación saludable.
 Hacer calentamiento antes de los ejercicios.
 Cambiar de ejercicios y hacerlos variados para que el paciente no se aburra y desista: nadar, andar, hacer pesas,
practicar aeróbic de baja intensidad.
 Practicar ejercicio con amigos para hacer la actividad más amena.
 Seguir con el ritmo habitual y no intentar realizar esfuerzos excesivos.
 Detener las actividades ante cualquier molestia y consultar al médico.
Tipos
La enfermedad se clasifica en la actualidad en fenotipos o formas de presentación clínica. “Consisten en el enfisema
(destrucción del tejido pulmonar por el tabaco), la bronquitis crónica (definida como tos con expectoración durante
varios meses al año) y el fenotipo mixto EPOC-Asma (pacientes que presentan rasgos de estas dos enfermedades
tan comunes)”, especifica el especialista de Separ.
Diagnóstico
Cuando se hace una exploración física el médico puede no hallar nada anormal, aparte de la respiración sibilante
que escucha con el fonendoscopio. Las radiografías de tórax también pueden dar resultados normales. Además, a
medida que evoluciona la enfermedad, los movimientos del tórax disminuyen durante la respiración y se hace más
difícil escuchar los ruidos de la respiración con el fonendoscopio. Por este motivo, para hacer un diagnóstico
correcto se requiere un aparato denominado espirómetro, que mide el volumen espiratorio máximo por segundo y
otros flujos y volúmenes respiratorios. Sólo con esta prueba se puede demostrar la obstrucción o reducción del flujo
de aire que presenta una persona que tenga la enfermedad.
Esta prueba es inmediata y no produce dolor.
Tratamientos
El tratamiento debe ir enfocado en primer lugar a que el paciente abandone el tabaco. “Una vez que lo ha hecho
utilizamos los broncodilatadores para mejorar los síntomas de los pacientes y los fármacos antiinflamatorios para
disminuir el número de crisis”, explica Alcázar. “Como medidas generales no farmacológicas recomendamos la
práctica de ejercicio físico de forma habitual y las vacunaciones”.
En líneas generales las recomendaciones que deben seguir los pacientes son:
 Dejar de fumar. Abandonar el tabaco es útil en cualquier fase de la enfermedad.
 Tratar de evitar la exposición a partículas irritantes en el aire.
 La EPOC puede empeorar si la persona tiene gripe o neumonía. Por eso quienes padecen esta enfermedad deben
vacunarse contra la gripe cada año, además de recibir una vacuna antineumónica cada seis.
 Usar broncodilatadores para reducir el espasmo muscular. La inflamación en las vías aéreas puede disminuir
mediante el uso de corticosteroides, pero sólo un 20 por ciento de pacientes responden a ellos.
 Para expulsar las secreciones no hay ninguna terapia válida, pero evitar la deshidratación bebiendo suficiente líquido
puede prevenir las secreciones espesas y ayuda a mantener la orina clara.
 La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los enfermos cuando realizan actividades
diarias. A largo plazo, además, prolonga la vida de las personas que padecen esta enfermedad con una
concentración de oxígeno en la sangre extremadamente baja; el oxígeno reduce el exceso de los glóbulos rojos,
mejora la función mental y reduce la insuficiencia cardiaca.
 En pacientes con un déficit grave de la proteína alfa1-antitripsina se puede sustituir la proteína que falta mediante
infusiones intravenosas semanales.
 En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía conocida como reducción del volumen pulmonar. Esta
opción sólo es viable en las primeras etapas de la enfermedad. En esta cirugía se extirpan las partes más afectadas
del pulmón para permitir que éste y los músculos respiratorios restantes funcionen mejor.
 En casos extremos se puede llegar a transplantar el pulmón. Esta opción sólo se lleva a cabo con determinados
pacientes menores de 50 años.
 Hacer ejercicio, ya sea en casa o mientras se está ingresado en el hospital.
Otros datos
Profesionales con mayor riesgo de sufrir EPOC
Desarrollar la actividad laboral o pasar mucho tiempo en ambientes contaminados por vapores químicos o polvo no
tóxico puede llegar a causar la enfermedad. Las emanaciones de gases en industrias también pueden influir.
Por este motivo, hay un grupo de profesionales entre los cuales hay mayor tendencia a desarrollar la EPOC,
especialmente la bronquitis. Entre ellos están los mineros y aquellos que trabajan con granos de cereales.
Las sustancias irritantes causan la inflamación de los alvéolos. Si dicha inflamación se padece durante un tiempo
prolongado, puede evolucionar hacia un daño permanente. Los glóbulos blancos se acumulan en los alvéolos
inflamados y liberan enzimas que dañan el tejido conectivo de las paredes de los alvéolos. La incidencia de este
factor, sin embargo, es mucho menor que la del tabaco.
Pronóstico
Según Alcázar, si se deja el tabaco y se realiza el tratamiento recomendado, la enfermedad puede controlarse en un
gran número de pacientes permitiendo una vida con pocos síntomas y sin tener episodios de crisis des
compensatorias.
Tos de larga duración
La tos de larga evolución va estrechamente ligada a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y, de hecho, es uno
de los síntomas que presenta este tipo de enfermedad. Se dice que se produce tos de larga evolución cuando la tos
persiste más de tres semanas y las causas concretas se desconocen. Las causas generales de la tos de larga
evolución pueden deberse a agentes físicos, como los gases, al tabaco o distintas enfermedades.
Los tipos de enfermedad que pueden desencadenar en este tipo de tos son las otorrinolaringológicas ("tapón de
cera" -un cuerpo extraño en el conducto auditivo externo-, rinitis, sinusitis, amigdalitis), las tráqueobronquiales (entre
las cuales se encuentra la bronquitis crónica y el asma), las pulmonares (entre ellas el enfisema y la fibrosis quística),
las pleurales y las cardíacas. En los fumadores, el tabaco y las enfermedades que se derivan de este hábito suelen
ser el principal causante de la tos. En los no fumadores, las causas más importantes son el asma,
la bronquitis crónica y el reflujo gastoesofágico. La tos de larga duración en los niños suele deberse al asma, a las
infecciones respiratorias víricas o la tos psicógena (la que aparece por motivos psicológicos).
Los antecedentes familiares o personales también pueden provocar este tipo de tos.Establecer el diagnóstico de este
tipo de tos de larga duración requiere una serie de pasos. En primer lugar se recurre a la anamnesis; es decir, se
indaga en los antecedentes familiares, fisiológicos o patológicos del enfermo. Más adelante se hace una exploración
física para valorar el estado general del paciente, tomarle la temperatura y comprobar la frecuencia cardíaca y
respiratoria. Después se hacen otras pruebas: se realiza una exploración otorrinolaringológica, por si la tos pudiera
deberse a problemas de este tipo; se palpan lastiroides y otras estructuras del cuello; y se miden los diámetros
torácicos, que pueden indicar una patología obstructiva o restrictiva.
Es imprescindible descartar también la existencia de problemas cardiovasculares si se escuchan soplos o ritmos
anormales. En caso necesario se hacen otras exploraciones complementarias: pruebas de función pulmonar,
radiografías del tórax, una espirometría con prueba broncodilatadora, una prueba de tuberculina, un hemograma o un
estudio citológico y microbiológico del esputo, entre otras.
Tratar la tos de larga evolución no es sencillo, ya que, según diversos estudios, aproximadamente en un 18 por
ciento de los casos esta tos puede deberse a dos o tres causas simultáneas. Se dice que el tratamiento ha surtido
efecto cuando se ha eliminado por completo la tos. Los fármacos que pueden administrarse para tratarla, por vía oral
o por medicación inhalada, dependerán del tipo de tos y del origen de la misma.
La tos crónica puede ser de varios tipos y cada uno de ellos va asociado a un tipo de enfermedad, normalmente
pulmonar. Así, por ejemplo, la tos matutina se relaciona con la bronquitis crónica; la tos nocturna se asocia a la
sinupatía o al asma; la tos con expectoración maloliente se relaciona con el absceso pulmonar; y la tos espumosa
tiene que ver, normalmente, con el edema pulmonar, entre otros muchos tipos de tos de larga duración.
Alimentación saludable para pacientes con EPOC
Aunque el aire y los alimentos son los dos elementos básicos que necesita todo ser humano para vivir, los pacientes
que presentan enfermedad pulmonar obstructiva los necesitan de forma especial: de la misma manera que deben
adoptar medidas específicas para mejorar la calidad del aire que inhalan y tratar de abandonar hábitos y condiciones
perjudiciales, también tienen que alimentarse según las reglas de lo que se conoce como dieta saludable y
equilibrada. La razón principal de una correcta nutrición, en este caso, es que un cuerpo bien alimentado contribuye
a fortalecer a la persona ante posibles infecciones, además de prevenir enfermedades que no harían sino complicar
la enfermedad obstructiva, favoreciendo el aumento de hospitalizaciones.
Por otra parte, los alimentos aportan, entre otras cosas, la energía necesaria para llevar a cabo incluso el sencillo
acto de respirar; una persona enferma de EPOC precisa diez veces más calorías para hacerlo que una que esté
sana. A continuación aparecen algunas normas y consejos sobre nutrición apropiada para enfermos de EPOC, sin
olvidar que el más adecuado para dar las indicaciones correctas para cada individuo en concreto es el médico
especialista.
 Hay que comer alimentos de todos los grupos: frutas, vegetales, lácteos, cereales, fibra, proteínas.
 Limitar la ingesta de sal y de bebidas con cafeína.
 Evitar alimentos que provoquen gases o sensación de pesadez.
 La comida principal del día debe hacerse a primera hora para aportar energías al organismo.
 Opte por comidas fáciles de preparar.
 No ingiera productos de escaso valor nutritivo.
 Si utiliza oxígeno, no deje de hacerlo mientras come ni inmediatamente después: supone un aporte de energía para
realizar el proceso digestivo.
 Es importante que el acto de comer se realice en un entorno relajado.
Convivir con la enfermedad
Muchos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica presentan, a veces, ansiedad, depresión y
aislamiento social debido a las limitaciones que la patología les impone. La percepción de su cuerpo cambia, se
sienten más solos, se crea un concepto negativo de la persona y aparece, en muchos casos, la disminución de la
autoestima. Muchas veces incluso cambia la relación del enfermo con la familia y los amigos.
La rehabilitación pulmonar pretende combatir, en la medida de lo posible, los efectos negativos que se derivan de la
EPOC, combinando ejercicios de entrenamiento con programas educativos y de comportamiento para mejorar la vida
del paciente día a día. Además de mejorar la actividad diaria, la rehabilitación pretende que el enfermo
sea independiente.
Un buen plan de salud para cualquier persona con bronquitis crónica debe incluir, además del ejercicio físico, las
siguientes reglas básicas:
 Visitar al médico ante cualquier principio de resfriado o de infección de las vías respiratorias.
 El paciente debe preguntar al médico si se debe vacunar contra la gripe y la neumoníaneumocócica.
 Seguir unos hábitos saludables: mantener una dieta nutritiva y equilibrada, intentar mantenerse en el peso correcto,
no fumar, hacer ejercicio.
 Participar en programas educativos, que consisten en aprender los detalles sobre la enfermedad, las posibilidades de
tratamiento, sus consecuencias, etcétera, para poder enfrentarse mejor a ellas. Estas clases incluyen también
información varia: cómo funciona el pulmón, qué medicamentos se utilizan para tratar la EPOC, en qué consiste la
terapia de oxígeno, cómo funcionan los inhaladores, entre otros aspectos.
 Recibir soporte psicológico por parte de profesionales de la salud, ya sea mediante programas educativos
individuales o tratamientos en grupo.

5. FIBROSIS QUÍSTICA
Qué es
La fibrosis quística de páncreaso mucovicidosis es una enfermedad genética autosómica recesiva, no contagiosa,
que se manifiesta desde el momento del nacimiento.
Según Rosa María Girón, neumóloga en la Unidad de Fibrosis Quística-Bronquiectasias, del Servicio de Neumología
del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía
Torácica (Separ), esta enfermedad causa graves morbilidades, como invalidez crónica, y tiene una alta mortalidad.
La fibrosis quística es la enfermedad genética e incurable más frecuente en la raza blanca. Se trata de una patología
compleja, que afecta a muchos órganos del cuerpo, aunque en cada paciente se puede manifestar de distintos
modos y en distintos grados. La afectación pulmonar es la más grave y determina el pronóstico, pues las continuas
infecciones deterioran el tejido pulmonar y en ocasiones llega a ser necesario realizar un trasplante.
“Afecta a aproximadamente 70.000 personas en Norteamérica, Europa y Australia. En España se estima que afecta
a unos 3.500 - 4.000 pacientes”, señala Girón.
Esta patología presenta un cuadro grave. Sin embargo, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado pueden
aminorar sus efectos.
Respecto a la incidencia en España, la especialista indica que es variable según las regiones. “Los datos que se
manejan con la implantación del cribado neonatal oscilan entre 1/4.500 a 1/6.500 nacidos vivos”, apostilla.
Causas
Tal y como explica Girón, el gen regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística (CFTR), en
condiciones normales, codifica la proteína CFTR del canal epitelial de cloruro, encargado de contribuir a regular la
absorción y secreción de sal y agua en varios sistemas orgánicos, entre los que se incluyen los pulmones, el
páncreas, el tracto intestinal, el tracto biliar, las glándulas sudoríparas y el tracto reproductivo.
“En la fibrosis quística, la falta de regulación del transporte de cloruro en estos órganos da lugar a la patología
multisistémica asociada a esta enfermedad”, explica la neumóloga de Separ. “Por tanto, la fibrosis quística es un
trastorno sistémico, no sólo una patología pulmonar”.
Síntomas
Existen signos indicativos que, a edad temprana, pueden inducir a pensar que nos encontramos frente a una
afectación de fibrosis quística, según indica Girón. Estos signos pueden ser:
 Sudor salado: por la afectación de las glándulas sudoríparas. “Esto puede originar cuadro de deshidratción
hiponatrémica e hipoclorémica en las épocas calurosas”, afirma.
 Síntomas pulmonares: Consistentes en tos con expectoración, con infecciones respiratorias frecuentes que
deterioran la capacidad respiratoria.
 Síntomas nasales: Con rinitis, sinusitis y poliposis nasal.
 Síntomas digestivos en un alto porcentaje de pacientes: “Esto se produce con la presencia de insuficiencia
pancreática y mala absorción de las grasas, que llevan a un deterioro del estado nutricional”, especifica Girón. “Con la
progresión de la afectación pancreática se origina la diabetes, que complica la evolución de la enfermedad”.
 Infertilidad en los hombres por azoospemia obstructiva y disminución de la fertilidad en las mujeres.
Prevención
La fibrosis quística es una enfermedad genética, es decir, las personas nacen con ella. Por este motivo no se puede
prevenir, salvo que se conozca que los padres son portadores y se haga una selección del embrión en los casos en
los que los pacientes deseen tener descendencia.
“En cuanto a la prevención de síntomas, con los tratamientos actuales se llega a enlentecer un poco el deterioro
pulmonar”, aclara Girón. “En la actualidad hay algunos tratamientos aprobados en un tipo de mutación que llaman
mutaciones ‘de apertura del canal’ ante las que existe un tratamiento específico que parece que podría prevenir los
síntomas”.
Tipos
Existen varias clasificaciones de la fibrosis quística:
 Según la gravedad pulmonar se clasifica en leve, moderada y grave.
 Según afectación pancreática se clasifican en suficiencia e insuficiencia pancreática.
 Según las mutaciones. En función de la alteración que originen en la proteína CFTR, se clasifican en 6 clases. Esta
clasificación en la actualidad es importante dado el desarrollo de terapias dirigidas a la proteína CFTR, principalmente
potenciadores y correctores.
Diagnóstico
El diagnóstico temprano es fundamental para asignar el tratamiento adecuado lo antes posible.
Está demostrada la relación directa entre un diagnóstico temprano y el desarrollo de una mejor calidad de vida en los
enfermos. El sistema ideal para la detección de la patología es la realización de un cribado neonatal, un sencillo
análisis de sangre que puede indicar la posibilidad de tener fibrosis quística. Desgraciadamente, este sistema no está
implantado por todas las Administraciones sanitarias, principalmente por los costes y la posibilidad de falsos
positivos.
“Antes de la instauración del cribado neonatal, los pacientes se diagnosticaban por los síntomas clínicos: una prueba
del sudor positiva (> 60mEq/l) y por la identificación de mutaciones compatibles con fibrosis quística. En la actualidad,
con el cribado neonatal y un diagnóstico muy precoz la clínica no es necesaria”, explica Girón.
La especialista señala que, una vez establecido el diagnóstico, es importante realizar pruebas para el seguimiento
respiratorio (muestras microbiológicas de las vías respiratorias, estudios de función pulmonar y estudios de imagen),
el seguimiento digestivo (pruebas de absorción intestinal), el cribado de la diabetes, de las alteraciones óseas
y nutricionales.
Tratamientos
Partimos de la base de que la fibrosis quística es, hoy por hoy, una enfermedad incurable. Los tratamientos que
actualmente se aplican están destinados a paliar los efectos de la afección y a lograr una mejora integral de la salud
del afectado. Paralelamente se están desarrollando investigaciones que mejoran estos tratamientos y buscan nuevas
técnicas.
La fibrosis quística es una enfermedad compleja, multisistémica y por ello su tratamiento es también complejo, pues
ha de incidir sobre cada uno de los aspectos en que la enfermedad se ponga de manifiesto en cada persona. La
experiencia demuestra que el paciente debe recibir una atención integral, idealmente en Unidades de Fibrosis
Quística especializadas con experiencia en numerosos casos.
También está demostrado que el tratamiento temprano favorece que el paciente tenga una mejor calidad y
esperanza de vida. Para conseguirlo las personas tienen que realizarse revisiones periódicas que incluyan controles
de capacidad pulmonar, balances de grasa, cultivos, etcétera.
El tratamiento requiere que, por lo tanto, el paciente sea constante y disciplinado. Por ello, el afectado y sus familiares
frecuentemente deben adaptan sus esfuerzos, horarios y ritmos al los tiempos que marca el tratamiento.
Debido a que en cada afectado la enfermedad puede manifestarse en grado y de modo diferente, no existe un
tratamiento estandarizado sino que, más bien, es el especialista quien determina en cada momento cuál es el
tratamiento más adecuado.
Según Girón, los tratamientos sintomáticos que hoy se aplican son:
 Respiratorio: fisioterapia respiratoria, ejercicio físico, sustancias mucolíticas e hipertónicas, y antibióticos (por vía
oral, inhalada e intravenosa,) según se precise.
 Digestivo-Nutricional: enzimas pancreáticas, suplementos vitamínicos, e insulina.
 Terapia protéica: Dirigida a proteína CFTR: potenciadores y correctores. En la actualidad está comercializado para
nueve mutaciones de apertura del canal.
 Terapia génica: Esta línea de tratamiento está pendiente de que se realicen estudios que demuestren su eficacia.
Otros datos
Pronóstico
“Aunque ha mejorado en las últimas décadas, situándose hoy día una supervivencia alrededor de los 40 años, el
pronóstico sigue siendo malo”, afirma Rosa María Girón, neumóloga especializada en fibrosis quística. “Esperamos
que con el desarrollo de la terapia proteíca dirigida a distintas clases de mutaciones, o la terapia génica, se pueda
cambiar el pronóstico de esta enfermedad”.
¿Cuándo debe acudir el paciente al especialista?
Desde el diagnóstico, dada la complejidad de esta enfermedad multisistémica es necesario el seguimiento en
Unidades de Fibrosis Quística multidisciplinares con experiencia en el manejo de estos enfermos.
Operación de transplante pulmonar
Es un hecho probado que actualmente el trasplante pulmonar es una nueva esperanza para alargar la vida de los
pacientes de fibrosis quística a los que la enfermedad ha deteriorado irreversiblemente su tejido pulmonar. No sólo
ofrece una oportunidad de sobrevivir sino también, en la mayoría de los casos, una vida más activa y con mejor
calidad que la que tenía antes de la operación. Pero, por otra parte, el proceso de trasplante es una etapa dura para
el afectado desde el punto de vista emocional y requiere el constante apoyo de sus familiares para superarla. El
trasplante es un proceso largo que requiere hospitalización continua en varias etapas:
 La primera valoración, en la que se realizan pruebas médicas para evaluar la viabilidad del trasplante, tiene una
duración aproximada de 15 días.
 La intervención quirúrgica en sí misma y el postoperatorio inmediato cuya duración es variable (supone 2-3 meses)
en función de las complicaciones que pueden surgir (infecciones oportunistas, rechazo del trasplante). Durante este
tiempo de hospitalización, el paciente se prepara para afrontar el alta hospitalaria y progresa en un programa de
rehabilitación física y respiratoria.
 Seguimiento ambulatorio. Al alta hospitalaria se inicia un régimen muy severo y estricto de visitas a la clínica, muy
próximas en el periodo inicial que impide que el paciente y sus familiares puedan regresar a su ciudad de origen
durante los primeros meses postrasplante. Un seguimiento estricto es clave para detectar y tratar las complicaciones
a largo plazo que se presenten.
Fibrosis en edades tempranas
La aparición de fibrosis quística en un niño implica un desajuste emocional en la familia y todos los miembros de la
misma tienen que adaptarse a la nueva situación. Como en la mayoría de las enfermedades crónicas y graves, suele
dar lugar a problemas sociales, emocionales y psicológicos de diferente grado de gravedad, tanto en los pacientes
como en sus familias y en su entorno social. La problemática socio-familiar más destacable es la siguiente:
 Falta de información de la enfermedad, su proceso, consecuencias, tratamiento, etcétera.
 Desconocimiento de los recursos sociales a los que tienen derecho.
 Dificultades en la interacción familiar, por sentimientos de culpabilidad y angustia de los padres, debido a la presencia
de la fibrosis quística y exceso de sobreprotección hacia el hijo que la padece.
 Absentismo escolar, como consecuencia de los frecuentes ingresos hospitalarios.
 Dificultades añadidas en los procesos evolutivos del adolescente con fibrosis quística, por sus limitaciones no
aceptadas, ni asumidas.
 Desorientación e incertidumbre en la proyección de vida laboral y socio-familiar de los adultos con fibrosis quística.
 Cuando son menores y adolescentes, los afectados tienen que realizar ejercicios de fisioterapia diariamente, esto
supone una limitación en sus actividades cotidianas y una dependencia excesiva hacia sus padres que se ven
sometidos a una falta de respiro familiar. Ya de adultos, necesitan de la revisión constante de su técnica por un
profesional para evitar la degradación de la técnica. Para intentar mejorar esta situación es necesario contratar los
servicios de fisioterapeutas a domicilio.

6. SARCOIDOSIS
Qué es
La sarcoidosis es una enfermedad de causa desconocida que se caracteriza por la inflamación de los ganglios
linfáticos, los pulmones, el hígado, los ojos, la piel y otros tejidos.
En condiciones normales, el sistema inmunitario defiende al organismo de sustancias extrañas o nocivas, enviando,
por ejemplo, células especiales.
Estas células liberan sustancias químicas que atraen a su vez a otras células, las cuales tratan de aislar y destruir la
sustancia que causa el daño. Normalmente, en este proceso se produce cierta inflamación que suele disminuir a los
días junto con el elemento nocivo, desinflamación que no se produce en las personas con sarcoidosis, debido a una
agrupación de células del sistema inmunitario, que forman masas llamadas granulomas en distintos órganos del
cuerpo.
Desarrollo de la enfermedad
Por lo general, suele comenzar en los pulmones, la piel o los ganglios linfáticos, especialmente los del tórax.
A menudo, esta enfermedad afecta posteriormente a los ojos y al hígado y, en menor grado, al corazón y al cerebro
causando complicaciones graves.
Causas
Las causas de la sarcoidosis son desconocidas. Algunos especialistas sostienen que un paciente con determinados
genes puede ser más propenso a desarrollar sarcoidosis. Los factores que pueden alimentar esta enfermedad
incluyen infecciones por bacterias o virus, además del contacto con polvo u otras sustancias.
En cuanto a la incidencia, es más común en personas afroamericanas que en personas caucásicas de ascendencia
escandinava. En lo que respecta a las diferenciaciones por sexos, las mujeres son más propensas a sufrir esta
afección que los hombres.
El inicio de la enfermedad normalmente se produce entre los 20 y los 40 años de edad y es muy poco frecuente entre
los niños pequeños.
Por último, una persona con un pariente consanguíneo cercano que tenga sarcoidosis tiene una probabilidad 5 veces
mayor de sufrir la enfermedad.
Síntomas
Es posible que no existan síntomas manifiestos, pero en el caso de que se produzcan pueden involucrar casi
cualquier parte del cuerpo o sistema.
La mayor parte de los pacientes sufren síntomas en el pulmón o en el tórax. Los más frecuentes son:
 Dolor torácico: casi siempre en la zona posterior del esternón.
 Tos seca.
 Dificultad al respirar.
 Tos con sangre: es poco frecuente pero indica un agravamiento de la enfermedad.
Síntomas de malestar o indisposición en general
 Fatiga.
 Fiebre.
 Dolores articulares: artralgias.
 Pérdida de peso.
Síntomas en la piel
 Pérdida del pelo.
 Ulceras cutáneas, rojas y prominentes, que casi siempre se manifiestan en la parte baja de las piernas.
 Erupciones cutáneas.
 Cicatrices que ya se tenían y que se manifiestan inflamadas.
Síntomas neurológicos
 Dolor de cabeza persistente.
 Convulsiones.
 Debilidad o parálisis en un lado de la cara.
Síntomas oculares
 Ardor.
 Secreción del ojo.
 Ojos secos.
 Picazón.
 Dolor, o en los casos más graves, pérdida de la visión.
Otros posibles síntomas
 Boca seca.
 Episodios de desmayos si se padecen cardiopatías.
 Hemorragia nasal.
 Hinchazón en la parte superior del abdomen o enfermedad hepática.
Prevención
No se puede prevenir la sarcoidosis, ya que en la actualidad se desconoce el desencadenante de la enfermedad. Si
tiene familiares que padecen sarcoidosis, el riesgo de desarrollarla es mayor y ligeramente superior en comparación
con el resto de la población. En el caso de gemelos monocigóticos, alcanza del 30 al 50 por ciento.
Tipos
Los tipos de esta enfermedad se diferencian por la forma que tienen de manifestarse:
 Síndrome de Löfgren: Conjunto clásico de signos y síntomas que es característico de ciertas personas con
sarcoidosis. Puede causar fiebre, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, artritis (generalmente en los tobillos)
y eritema nudoso.
 Sarcoidosis tipo Darier-Roussy: Nódulos subcutáneos (formación anormal de forma generalmente redondeada) en
tronco y extremidades.
 Síndrome de Heerfordt-Waldenstrom: Fiebre, agrandamiento parotídeo (la parótida es una glándula salival muy
voluminosa que se encuentra situada a ambos lados del cuello debajo de la mandíbula, uveítis anterior (la uveítis es
una inflamación de la úvea, la capa intermedia del ojo entre la retina y la esclerótica, es decir, la parte blanca del ojo)
y parálisis facial.
 Síndrome de Mikuliczs: Fiebre, aumento del tamaño de las parótidas, sublingual, submandibular y lagrimales,
uveítis anterior y parálisis del nervio facial.
Diagnóstico
Para determinar si el paciente padece o no sarcoidosis se deberá realizar un examen físico, así como una radiografía
de tórax y una biopsia.
Una vez hecho esto, se suelen detectar alteraciones en la radiografía de tórax en el 90 por ciento de los casos con
sarcoidosis. Normalmente este procedimiento se utiliza en los pacientes que no muestran síntoma alguno.
También se puede realizar una espirometría para averiguar si hay algún tipo de obstrucción en las vías respiratorias
causada por la inflamación en los pulmones. Se debe realizar un diagnóstico de la sarcoidosis para excluir otras
enfermedades en donde también se forman granulomas, sobre todo las que se refieren a algunas patologías
infecciosas y neumoconiosis.
Tratamientos
Los pacientes que no manifiesten síntomas o que tengan muy pocos no deben recibir tratamiento alguno. Se estima
que entre el 30 y el 50 por ciento de los pacientes no requieren tratamiento alguno, ya que se mantiene estable a lo
largo del tiempo.
Para disminuir los efectos de esta enfermedad, se recetan corticoides o corticoesterioides que presentan un gran
poder antiinflamatorio. En ciertas ocasiones, por distintos estímulos, algunas células del organismo liberan sustancias
que provocan la inflamación y los corticoides ayudan a reducir esta liberación de sustancias ante, por ejemplo,
respuestas alérgicas o inmunes.
Respecto a los corticoides inhalados, los especialistas los recomiendan en:
 Tos con o sin hiperreactividad bronquial.
 Estadio temprano de la enfermedad con mínimos síntomas pulmonares o alteraciones en la función pulmonar.
También en ocasiones se pueden administrar otros fármacos de tipo inmunosupresor, pero sólo para los pacientes
más graves.
Otros datos
 Esta enfermedad crónica multisistémica de causa desconocida, afecta en España a 1,36 de cada 100 mil habitantes.
 Sólo se diagnostican un 10 por ciento de los casos.
 En los exámenes médicos que se realizan con el objeto de detectar la enfermedad, es importante excluir granulomas
de causa desconocida y las reacciones sarcoídicas locales.

7. VEGETACIONES
Qué es
El adenoides o vegetaciones son un tejido linfoide esponjoso que se sitúan en la parte superior de la garganta, al
fondo de las fosas nasales (justo detrás de la nariz, en el interior de la cara).
La función principal es la retención y captación de sustancias que pueden ser nocivas para el cuerpo humano, como
las bacterias, los virus o el polvo, entre otros. Una vez que los captan intervienen procesándolos y activando la
respuesta inmune, las defensas.
En los niños, las vegetaciones tienen mayor tamaño debido a que el sistema inmunológico está continuamente
trabajando, ya que los infantes se exponen por primera vez a un gran número de agentes extraños.
Todos los niños pequeños (que son los que suelen sufrir esta patología) tienen adenoides, pero cuando comienzan a
experimentar síntomas es cuando se producen los problemas.
En la mayoría de los casos la inflamación de las vegetaciones suele estar acompañado de la inflamación de las
amígdalas, ya que ambas estructuras tienen la misma función.
Causas
El aumento excesivo de las vegetaciones puede surgir de forma natural, comenzando normalmente en el desarrollo
fetal, o puede desarrollarse en el periodo escolar debido a infecciones repetidas de las vías respiratorias a causa de
enfermedades como los catarros o los resfriados.
Síntomas
Las manifestaciones de las vegetaciones comienzan cuando se obstruye la vía área superior. A partir de ese
momento los síntomas que pueden aparecer en el paciente son:
 Cambio de la respiración: La nariz del niño estará taponada por lo que la respiración cambiará y se verá obligado a
respirar sólo por la boca.
 Mucosidad nasal.
 Ronquidos y apneas: Los niños con vegetaciones roncan siempre por la noche. Además, dependiendo del caso
puede llegar a tener pausas en la respiración (apnea del sueño). Los infantes que tienen estos síntomas suelen
dormir mal y estar inquietos y cansados durante el día.
 Dificultades para tragar.
 Aumento de las infecciones: La acumulación de las secreciones, la dificultad para drenarlas y para que el aire
circule con normalidad por las vías aéreas pueden provocar que aparezca la tos e infecciones como la sinusitis, la
faringitis y la otitis.
Prevención
En la actualidad no existe ningún método que ayude a prevenir la aparición de las vegetaciones. No obstante, sí se
puede evitar las consecuencias negativas que puede tener sobre el niño. Los especialistas recomiendan acudir al
otorrinolaringólogo cuando presente los primero síntomas de dificultades para respirar o ronque por las noches.
Tipos
El adenoides no está clasificadas por tipos.
Diagnóstico
Debido al lugar donde están situadas, las vegetaciones no pueden visualizarse de manera directa mirando la
garganta.
Para diagnosticarlas el especialista deberá realizar un examen físico para verificar que el tamaño de éstas ha
aumentado. También se puede realizar una radiografía lateral de la faringepara evaluar el tamaño.
En los casos más graves es conveniente realizar una prueba apnea del sueño para estimar la intensidad de los
episodios de apnea.
Tratamientos
El primer paso que suele dar el médico es administrar antibióticos al paciente para tratar la infección en
las amígdalas, adenoides y senos paranasales.
Sin embargo, y por lo general, lo recomendable suele ser la extirpación quirúrgica de las glándulas adenoides junto
con la extracción de las amígdalas. Esto evita complicaciones futuras. La operación se produce cuando el paciente
está totalmente dormido, con anestesia general.
Algunos profesionales prefieren cauterizar las vegetaciones en vez de extirparlas, controlando el sangrado con
apósitos.
Otros datos
La hipertrofia adenoidea o vegetaciones es característica de los niños entre 3 y 6 años de edad. Si se toma como
opción extirpar las adenoides, la operación consiste más en “rebajar” el tamaño de éstas que en extraerlas
completamente. Por ello a veces se debe realizar una segunda intervención al cabo de meses o años. Aunque se
requiere anestesia general, normalmente el paciente puede volver a casa el mismo día de la intervención.
El papel que desempeñan las vegetaciones durante la infancia pierde protagonismo cuando el niño va creciendo, ya
que el cuerpo desarrolla otras formas de luchar contra los gérmenes.

8. ASBESTOSIS
Qué es
Es una enfermedad respiratoria que se produce por inhalación de fibras de asbesto. El asbesto es el nombre que se
le da a un grupo de minerales de origen natural que se encuentran en el medio ambiente, también, tiene fibras largas
que se pueden separar y son resistentes a las altas temperaturas.
Causas
La inhalación de fibras de asbesto puede provocar fibrosis pulmonar, cuanto mayor es el tiempo de exposición al
asbesto y la cantidad aspirada, mayor es el riesgo de enfermedad. Además, puede causar cáncer, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) afirma que, “todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano”. El
consumo de tabaco junto con las fibras de asbesto puede aumentar las posibilidades de sufrir cáncer de pulmón.
El asbesto lo podemos encontrar en:
 Los niveles más altos de asbesto se encuentran en ciudades o áreas industriales.
 Materiales de construcción como, las baldosas, los azulejos, los productos de cemento o las tejas.
 Minerías.
 Envases o revestimientos.
 Materiales textiles.
 Productos de fricción como, los frenos y el embrague de los automóviles.
 El agua potable puede contener asbesto de fuentes naturales o cañerías de cemento.
 Las demoliciones, la reparación o renovación de edificios o viviendas.
 Las familias de las personas que trabajan con el asbesto pueden estar expuestas por las partículas que ellos
transportan en su ropa.
Síntomas
Por lo general, los síntomas no suelen aparecer hasta 20 años después de la exposición al asbesto. Las
manifestaciones que pueden tener los pacientes son:
 Dificultad respiratoria y una disminución de la capacidad de hacer ejercicio.
 Tos.
 Dolor torácico.
 Dedos en palillo de tambor: aumento de tamaño de la punta de los dedos y una pérdida del ángulo que forma la uña
a su salida.
 Anomalías ungueales: problemas en el color, forma, textura o el grosor de las uñas.
Prevención
Para impedir que aparezca la asbestosis, las personas que han estado expuestas al asbesto deben seguir unas
pautas.
Realizar una radiografía de tórax puede ayudar a prevenir la asbestosis. Además, reducir el contacto con el asbesto
lo máximo posible también ayudaría a reducir el riesgo de tener la enfermedad. Los trabajadores deben llevar
equipos de protección apropiados como, traje o mascarillas y es preferible que eviten el tabaco.
Tipos
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, existen dos tipos principales de asbesto, ambas han sido asociadas
al cáncer, sobretodo el mesotelioma pleural y el pulmonar:
 El crisotilo: es el más común en las industrias. Las fibras de crisotilo se encuentran envueltas entre sí en un espiral.
 Anfíbolas: estas fibras tienen forma de aguja recta. Sus tipos son amosita, crocidolita, tremolita, actinolita y antofilita.
Diagnóstico
Las personas que padecen asbestosis suelen tener sonidos anormales a la auscultación pulmonar llamados
estertores o crepitaciones.
Estas pruebas pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad:
 Radiografía torácica, se utiliza para evaluar los pulmones, el corazón y la pleura.
 Pruebas funcionales pulmonares: son un grupo de exámenes qué miden lo bien que funcionan los pulmones. La más
simple es la espirometría.
 Tomografía computarizada de alta resolución pulmonar: utiliza los rayos X para crear imágenes de cortes del tórax y
los pulmones.
 Gammagrafía pulmonar con galio: se utiliza un galio radiactivo para identificar la inflamación en los pulmones.
 Biopsia pleural o pulmonar.
Tratamientos
No existe cura, por lo que es muy importante evitar el contacto con el asbesto. La mayoría de los tratamientos para la
asbestosis suelen aliviar los síntomas pero no son curativos:
 Rehabilitación pulmonar: ayuda a la persona afectada a llevar mejor los síntomas pulmonares.
 Recibir oxígeno, mediante máscaras o gafas nasales.
 Si los síntomas son severos, el trasplante de pulmón puede tener éxito.
 Si hay tumores, la cirugía sería un primera paso, luego quimioterapia.
Otros datos
La mitad de las muertes por cáncer de origen laboral son causadas por el asbesto, según la Organización Mundial de
la Salud.
La exposición al asbesto es causa de cáncer de pulmón, laringe, ovario y mesotelioma, (el mesotelio es un tejido que
recubre los pulmones, el estómago, el corazón y otros órganos, el mesotelioma es un tumor de esos tejidos).
Además, puede causar otras enfermedades como, placas, engrosamientos y derrames pleurales.

9. BRONQUITIS
Qué es
La bronquitis es una inflamación del recubrimiento de los bronquios, que conectan la tráquea a los pulmones.
Cuando los bronquios están inflamados o infectados, entra menos aire a los pulmones y también sale menos. Como
consecuencia de esto, se tose mucho expulsando esputo o flema. Se dice que la bronquitis es crónica cuando este
tipo de tos es persistente y cuando no hay otra enfermedad subyacente que pueda explicar su origen.
Causas
La bronquitis crónica no aparece de manera repentina. El primer síntoma puede ser la tos persistente con flema
después de un resfriado mal curado. Si esto no se vigila, con el paso del tiempo los resfriados cada vez causan más
daño y la tos posterior dura cada vez más tiempo hasta convertirse, incluso, en algo habitual.
Se manifiesta con mayor frecuencia durante el invierno. Puede ser causada por virus, bacterias y, especialmente, por
gérmenes similares a las bacterias, como Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia.
Síntomas
Los síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones de dióxido sulfúrico y de otros
contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los afectados fuman. A menudo las personas no prestan
atención a la bronquitis crónica hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada, porque creen erróneamente
que la bronquitis no supone un riesgo importante. Cuando el paciente finalmente va al médico, muchas veces sus
pulmones ya están gravemente lesionados y el riesgo de padecer problemas respiratorios graves o de sufrir un fallo
cardiaco es elevado.
Diagnóstico
Un cultivo de esputo puede indicar la necesidad de otro tipo de antibióticos cuando los síntomas son persistentes o
recurrentes o cuando la bronquitis es muy grave.
Tratamientos
El objetivo principal del tratamiento de la bronquitis crónica es reducir la irritación de los tubos bronquiales. Para ello
pueden ser útiles los antibióticos y los fármacos broncodilatadores, que contribuyen a relajar y abrir las vías aéreas
en los pulmones.
En los niños, la amoxicilina es el fármaco de elección habitual. Los antibióticos no son útiles en infecciones víricas.

10. EMBOLIA PULMONAR


Qué es
La embolia pulmonar o tromboembolismo pulmonar (TEP) es una enfermedad potencialmente mortal que se produce
cuando partes de un trombo se desprenden desde alguna parte del territorio venoso, migra y se enclava en las
arterias pulmonares. En la mayoría de las ocasiones, los émbolos proceden de una trombosis venosa profunda de
las extremidades inferiores.
“Entre los factores predisponentes relacionados con el paciente se incluye la edad, los antecedentes de enfermedad
trombo embolica previa, el cáncer activo, las enfermedades neurológicas con parálisis de extremidades, los
trastornos médicos que requieren reposo prolongado en cama, como la insuficiencia cardiaca o respiratoria, la
trombofilia congénita o adquirida, la terapia hormonal sustitutiva y el empleo de anticonceptivos orales”, explica a
CuidatePlus Javier de Miguel Díez, coordinador del Área de Circulación Pulmonar de la Sociedad Española de
Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Aproximadamente en un 20 por ciento de los casos no se logra identificar
ningún factor desencadenante”, añade.
Incidencia
Se estima que la incidencia de embolia pulmonar es de un caso por cada 1.000 habitantes al año, aunque es
probable que la cifra real sea mayor. Según datos del Ministerio de Sanidad, en España, durante el año 2010 se
diagnosticaron 22.250 casos de TEP, con una mortalidad durante el ingreso del 8-9 por ciento. “No obstante, en los
últimos años se ha observado un aumento en la tasa de hospitalizaciones por embolia pulmonar, con un incremento
en el número de enfermedades asociadas, es decir, en la complejidad de los pacientes”, añade De Miguel.
Causas
El especialista de Separ indica que en la mayor parte de los casos, la embolia pulmonar se asocia a factores de
riesgo desencadenantes, calificándose como provocada o secundaria. Cuando no se identifican factores
predisponentes se denomina no provocada, espontánea o idiopática.
“Los traumatismos graves, la cirugía mayor, las lesiones de miembros inferiores y el daño espinal son factores de
riesgo mayores para desarrollar esta enfermedad. Otro factor predisponente bien conocido es el cáncer aunque el
riesgo varía según el tipo de tumor”, matiza. “Así, por ejemplo, las neoplasias hematológicas, el cáncer de pulmón,
los tumores gastrointestinales, el cáncer de páncreas y los tumores del sistema nervioso central se asocian a un
riesgo mayor de complicaciones trombóticas”.
Por otra parte, De Miguel, indica que la trombofilia hereditaria aumenta el riesgo de embolia pulmonar “Las dos
mutaciones autosómicas dominantes más frecuentes son el factor V Leiden (que produce resistencia a la proteína C
activada) y la mutación del gen de la protrombina (que aumenta la concentración plasmática de protrombina). Las
deficiencias de antitrombina III, proteína C y proteína S son mucho más infrecuentes. Además, el síndrome
antifosfolípido es la causa más frecuente de trombofilia adquirida y aumenta el riesgo de trombosis arterial y venosa”.
En las mujeres fértiles, el empleo de anticonceptivos orales es el factor predisponente más frecuente. Para las
pacientes embarazadas el riesgo mayor se produce durante el tercer trimestre y en las 6 semanas posteriores al
parto. La fecundación in vitro también aumenta el riesgo de enfermedad tromboembólica venosa. Por último, en
las mujeres postmenopáusicasque reciben terapia hormonal sustitutiva, el riesgo es variable en función de la
composición hormonal del medicamento utilizado.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas de la embolia pulmonar son inespecíficas, lo que muchas veces dificulta establecer un
diagnóstico.
Algunos síntomas que podrían aparecer son:
 Es posible que los pequeños émbolos no causen síntomas, pero la mayoría provocan ahogo. Éste puede ser la única
manifestación, especialmente cuando no se produce el infarto pulmonar.
 Con frecuencia, la respiración es muy rápida y puede provocar ansiedad y agitación pronunciadas. En ocasiones el
paciente puede manifestar los síntomas de un ataque de ansiedad.
 Dolor torácico agudo, especialmente cuando la persona respira profundamente (dolor torácico pleurítico).
 Los primeros síntomas también pueden ser mareos, desvanecimientos o convulsiones.
 Las personas con oclusión de uno o más de los grandes vasos pulmonares pueden tener la piel de color
azulada (cianosis) y fallecer de forma repentina.
 El infarto pulmonar produce tos, esputo teñido de sangre, dolor torácico agudo al respirar y fiebre.
En las personas con episodios recurrentes de pequeños émbolos pulmonares, los síntomas como ahogo crónico,
hinchazón de los tobillos o de las piernas y debilidad, tienden a desarrollarse de forma progresiva a lo largo de
semanas, meses o años.
Prevención
Entre las medidas más importantes para prevenir la embolia pulmonar De Miguel recomienda evitar factores de
riesgo, como la obesidad, realizar ejercicio físico frecuente, no fumar, no tomar anticonceptivos sin prescripción
médica y prevenir la trombosis en situaciones de riesgo con tratamiento anticoagulante (cirugía, traumatismos, parto,
inmovilización prolongada, etcétera).
Tipos
“El enfoque actualmente utilizado ante un paciente en el que se sospecha una embolia pulmonar se basa en realizar
una estratificación pronostica inicial de los pacientes en un grupo de riesgo alto y otro en el que no hay un riesgo alto
de muerte temprana relacionada con la embolia pulmonar”, explica De Miguel. “Esta estratificación se sustenta por
completo en la evaluación clínica, es decir, en una búsqueda de la posible presencia de shock o hipotensión arterial”.
La embolia pulmonar de alto riesgo (antiguamente denominada masiva) se caracteriza por la presencia de
hipotensión arterial o shock y se asocia a una mortalidad precoz de al menos el 15 por ciento. En general, se
recomienda el tratamiento trombo lítico para estos pacientes.
Entre los pacientes normo tensos con embolia pulmonar pueden identificarse además dos subgrupos:
 Un subgrupo de bajo riesgo de mortalidad por todas las causas, que se podrían beneficiar de alta precoz o incluso de
tratamiento ambulatorio de su enfermedad.
 Un subgrupo de pacientes de mayor riesgo de complicaciones asociadas a la propia embolia pulmonar (embolia
pulmonar de riesgo intermedio, antiguamente denominada submasiva), que podrían beneficiarse de tratamientos de
recanalización precoz (fibrinolisis, embolectomía).
Las herramientas más útiles para seleccionar pacientes de bajo riesgo con embolia pulmonar aguda sintomática son
las escalas clínicas pronósticas, que tienen en cuenta la edad, la comorbilidad y la repercusión cardiovascular de la
embolia pulmonar.
La identificación de los pacientes con embolia pulmonar de riesgo intermedio requiere la combinación de variables
clínicas (frecuencia cardiaca, tensión arterial sistólica), marcadores de disfunción de ventrículo derecho y marcadores
de isquemia miocárdica.
Diagnóstico
Según De Miguel, ninguna prueba aislada es lo suficientemente sensible y específica como para confirmar o
descartar la presencia de una embolia pulmonar aguda sintomática. Por ese motivo, el diagnóstico de la embolia
pulmonar debe combinar la sospecha clínica, los resultados de la determinación del dímero D en sangre y los
hallazgos encontrados en las pruebas de imagen.
“Debe considerarse este diagnóstico en todo paciente que presenta disnea de nueva aparición, empeoramiento de
su disnea habitual, dolor torácico, síncope o hipotensión sin una explicación alternativa”, afirma el especialista, quien
señala que la sospecha debe revisarse particularmente cuando las pruebas complementarias básicas (radiografía de
tórax, electrocardiograma y gasometría arterial) descartan otros diagnósticos.
Pruebas diagnósticas
En el proceso diagnóstico de la embolia pulmonar existen exámenes generales, como la radiografía de tórax, los
gases arteriales y el electrocardiograma, que tienen como finalidad ayudar en el diagnóstico diferencial o sugerir la
gravedad del evento. También el médico puede realizar exámenes específicos para confirmar el diagnóstico.
“En el momento actual la angiografía torácica por tomografía computarizada (angio-TC) es la prueba de imagen de
elección para el diagnóstico de embolia pulmonar”, confirma el especialista de Separ. “La gammagrafía de
ventilación/perfusión ha sido reemplazada por la angio-TC como prueba diagnóstica de elección. Suele reservarse
para pacientes con alergia a contrastes yodados, para algunos casos con insuficiencia renal o para mujeres
embarazadas con sospecha de embolia pulmonar en las que la ecografía Doppler de miembros inferiores ha sido
negativa y siempre que la radiografía de tórax sea normal”.
Tratamientos
El tratamiento de la fase aguda de esta enfermedad consiste en el empleo de anticoagulantes, primero por vía
parenteral (heparina no fraccionada, heparina de bajo peso molecular o fondaparinux), y después por vía oral,
aunque en la actualidad existen nuevos anticoagulantes orales que permiten su administración oral desde el inicio.
“En una minoría de pacientes, habitualmente aquellos que se presentan con una mayor gravedad o que tienen
contraindicación para la anticoagulación, pueden requerirse otros tratamientos farmacológicos (trombolíticos) o
medidas mecánicas (filtros de vena cava) para acelerar la eliminación del coágulo o prevenir su embolización a los
pulmones”, destaca De Miguel.
Otros datos
Pronóstico
El pronóstico de la embolia pulmonar es bueno si se efectúa el diagnóstico de forma oportuna y el tratamiento es
adecuado.
La incidencia de hipertensión pulmonar trombo embolica crónica sintomática en pacientes que han sufrido un
episodio de embolia pulmonar oscila según las series y el periodo de seguimiento y ha llegado hasta un 3,8 por
ciento, tal y como especifica el coordinador del Área de Circulación Pulmonar de Separ, quien señala que algunas
características del episodio inicial de embolia aumentan el riesgo de desarrollar hipertensión pulmonar trombo
embolica crónica.
Estas características son superar los 70 años o ser muy joven, ser mujer, presentar una presión sistólica en la arteria
pulmonar mayor de 50 mmHg, tener embolia pulmonar masiva o submasiva, así como embolia pulmonar recurrente
o idiopática.
“Con respecto a la mortalidad, en los últimos años se ha objetivado un descenso en el porcentaje de pacientes
hospitalizados por embolia pulmonar que fallece durante el ingreso, desde el 12,93 por ciento en el año 2002, hasta
el 8,32 por ciento en el año 2011”, apostilla.
¿Cuándo es recomendable que el paciente acuda al especialista?
En los pacientes con antecedentes de embolia pulmonar que presentan disnea persistente se recomienda acudir al
especialista para valorar la existencia de hipertensión pulmonar trombo embolica crónica.

11. FIBROSIS PULMONAR


Qué es
La fibrosis pulmonar es una afección en la cual el tejido de los pulmones cicatriza y, por lo tanto, se vuelve grueso y
duro. Esto produce dificultades a la hora respirar y es posible que la sangre no reciba el oxígeno suficiente.
Cuando los expertos realizan los análisis de la función pulmonar, mediante espirometría,pueden encontrar
limitaciones pulmonares y modificaciones en el intercambio habitual de gases que lleva a cabo el pulmón.
La fibrosis pulmonar es una afección en la cual el tejido de los pulmones cicatriza y, por lo tanto, se vuelve grueso y
duro.
Causas
Sus causas aún son desconocidas y los expertos continúan estudiándolas. Sin embargo, hay ciertos riesgos que
ayudan a fomentar esta enfermedad, por ejemplo, el tabaco. Según el número de cigarros que se fumen al día, y los
años de fumador, varía el riesgo de padecer fibrosis pulmonar.
También se ha encontrado relación con algunos medicamentos comunes, como los antidepresivos, aunque los
expertos desconocen el porqué.
Otra motivo puede ser cuando el reflujo del ácido gástrico va hacia la vía respiratoria de forma crónica. Asimismo,
existen causas ambientales, tanto en el medio rural como urbano.
La exposición a ciertas sustancias como el serrín, el acero, el plomo, el latón o la madera de pino, se asocia, también,
con el desarrollo de esta enfermedad.
Síntomas
Los síntomas son muy variables. Puede que el paciente no tenga ningún tipo de indicio o que note sensación de
ahogo al realizar cualquier esfuerzo.
Generalmente, el primer síntoma es la disnea al llevar a cabo ejercicios básicos que no requieren un gran trabajo
como, por ejemplo, caminar.
A esto suele unirse la tos (habitualmente en horas nocturnas) que puede ser seca o con flemas. Otros signos que
determinan que se puede padecer esta afección son el cansancio, la pérdida de peso o los dolores musculares y en
las articulaciones.
Prevención
Dado que no se conocen las causas exactas de esta afección, no se disponen de protocolos para prevenir su
aparición.
No obstante, se pueden tomar medidas generales para mejorar la condición física y manejar los síntomas que se
produzcan, como dejar de fumar o realizar ejercicio regularmente.
Tipos
La fibrosis pulmonar se incluye dentro de las enfermedades intersticiales de pulmón. En la actualidad, gracias a
las biopsias pulmonares, se han podido diferenciar cuatro tipos de neumonías intersticiales.
 Neumonitis intersticial usual: Ocurre más frecuentemente en varones. Su pronóstico es malo y la mortalidad a los
5 y 10 años de su diagnóstico es del 43 por ciento y 15 por ciento, respectivamente.
 Neumonitis intersticial descamativa: El 90 por ciento de los pacientes que la padecen son fumadores. A diferencia
de las otras, las personas que la sufren suelen ser más jóvenes y tiene una buena evolución clínica.
 Neumonitis intersticial aguda: Es una afección que evoluciona rápidamente, llegando incluso a
provocar disnea o hipoxia (falta de oxígeno).
 Neumonitis intersticial no específica: Puede estar causada por una reacción a determinados fármacos, asociado a
enfermedades pulmonares o tener una causa desconocida.
Diagnóstico
El diagnóstico se lleva a cabo mediante un examen clínico completo, radiografías torácicas, tomografía y, para
completar, una biopsia que permita descartar otras enfermedades.
Tratamientos
Debido a que todavía se trata de una enfermedad cuyas causas son desconocidas, no se ha podido establecer un
protocolo común para su tratamiento.
Entre los fármacos recetados se encuentran los corticoides. Entre el 10 y el 30 por ciento de los pacientes muestran
mejorías tras seguir este tratamiento.
Es poco probable que la enfermedad desaparezca a base de estos medicamentos, pero sí puede producir mejorías
en los pacientes.
Otras formas de tratamiento que los expertos suelen recetar son la pirfenidona (se emplea para tratar
específicamente la fibrosis pulmonar y se toma por vía oral) o nintedanib, utilizado en el tratamiento de la misma
enfermedad y que pertenece al grupo de los inhibidores de la quinasa.
Otros datos
La fibrosis pulmonar es una enfermedad que suele afectar a personas de mediana y avanzada edad y tiene una
evolución variable según el paciente: algunos casos no progresan prácticamente en años mientras que otros
evolucionan rápidamente, siendo los casos más peligrosos, por lo que el diagnóstico precoz es fundamental.

12. NEUMONÍA
Qué es
Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo
que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos
que puede visualizarse en una radiografía de tórax.
“La neumonía es una infección del parénquima pulmonar que puede afectar a todas las personas, si bien es más
frecuente en los extremos de la vida: niños y ancianos”, explica a CuidatePlus Rosario Menéndez, neumóloga y
directora del Programa de Investigación en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Neumología y
Cirugía Torácica (Separ). “Además, son más proclives a esta infección las personas con enfermedades crónicas, los
inmunodeprimidos, como los trasplantados, los que reciben quimioterapia y los pacientes con VIH”.
Incidencia
En la actualidad, la incidencia de la neumonía en España en adultos tiene un promedio de entre 3 y 5 casos por cada
1.000 adultos, según especifican desde Separ. Esta cifra puede aumentar hasta más de 30 casos por cada 1.000
personas en pacientes mayores de 65 años.
Causas
Las neumonías se desarrollan cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden
llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.
“La neumonía está causada por bacterias y por virus u otros microorganismos, como hongos o parásitos. La bacteria
más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más
frecuente es el de la gripe”, señala Menéndez, quien indica que otras bacterias que intervienen con frecuencia
causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma. “Respecto a los gérmenes que provocan la neumonía, la
incidencia depende del lugar de adquisición de la patología y de las enfermedades del propio paciente”.
Desarrollo de la enfermedad
Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la
presencia de células con cilios y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad: los linfocitos,
neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar
así que los gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones.
Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son elconsumo de tabaco, las
enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, ladiabetes los problemas crónicos renales o
hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de lainmunidad.
Finalmente, algunos gérmenes pueden provenir de otra región del organismo y alcanzar el pulmón a través de la
circulación sanguínea.
Síntomas
Los síntomas de las neumonías son variables. Además, esta variabilidad no siempre tiene relación con el tipo de
germen que causa la neumonía.
Algunos casos debutan como una neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de
tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas más graduales que consisten en décimas de fiebre, malestar
general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor
torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad
pulmonar o cardiaca previa puede que el paciente tenga también dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes
pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para
la vida.
“En personas con edad avanzada los síntomas pueden ser más inespecíficos y aparecer como cuadros con menos
manifestaciones”, añade la especialista. “En estos casos puede cursar como confusión, malestar general y
disminución del nivel de conciencia”.
Prevención
Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio de
otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias. Puesto que
muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la vacunación anual antigripal es recomendable
en las personas que pertenecen a grupos de riesgo. Asimismo, la vacuna antineumocócica evita la aparición de
neumonías con bacteriemia causadas por neumococo.
Las personas que padecen asma, bronquitis crónica o bronquiectasias, deben iniciar tratamiento antibiótico
precoz cuando aparecen síntomas de infección respiratoria. Sin embargo, esto no justifica la utilización de antibióticos
de manera indiscriminada porque la mayoría de las infecciones respiratorias de vías altas son causadas por virus que
no precisan, ni mejoran con tratamiento antibiótico.
Otras recomendaciones que pueden ayudar a prevenir la aparición de una neumonía son la abstención de fumar,
reducir el consumo de alcohol y mejorar los hábitos higiénicos de limpieza oral y dental.
Para diagnosticar la neumonía el médico tiene que realizar una radiografía de tórax.
Tipos
Existen diferentes tipos de neumonía:
1. Neumonía neumocócica
Es la causa identificable más frecuente de neumonía bacteriana y causa dos terceras partes de las neumonías
bacteriémicas extrahospitalarias. Esta neumonía suele ser esporádica y se produce sobre todo en invierno. Afecta
con más frecuencia a pacientes de mayor edad.
 Síntomas:
Suele venir precedida por una infección de las vías respiratorias altas. Su comienzo suele ser abrupto, con un único
escalofrío; la presencia de escalofríos persistentes debe sugerir otro diagnóstico. Los hallazgos de la exploración
física varían en función del carácter del proceso y del estadio en el que se evalúa al paciente.
Entre las complicaciones graves y potencialmente mortales destaca la neumonía progresiva, en ocasiones asociada
con un síndrome de distrés respiratorio del adulto y/o shock séptico.
 Diagnóstico:
Se debe sospechar de una neumonía neumocócica en cualquier paciente con unaenfermedad febril asociada con
dolor torácico, disnea y tos. El diagnóstico de presunción se basa en la historia, la radiografía de tórax, el cultivo y el
Gram de las muestras apropiadas o la reacción de impregnación.
 Tratamiento:
Un 25 por ciento de las cepas S. pneumoniae son resistentes a la penicilina. Los fármacos alternativos con eficacia
demostrada incluyen las cefalosporinas, la eritromicina y la clindamicina.
En los pacientes con empiema, el tratamiento debe incluir el drenaje adecuado y la antibioterapia. Las medidas de
sostén incluyen el reposo en cama, ingesta de líquidos y los analgésicos para el dolor pleurítico. La radiología de
control se suele aconsejar en pacientes mayores de 35 años, pero la resolución del infiltrado radiológico puede tardar
varias semanas, sobre todo cuando la enfermedad es grave, existe bacteriemia o una neumopatía crónica previa.
2. Neumonía estafilocócica
 Síntomas:
Las manifestaciones suelen ser parecidas a las de la neumonía neumocócica. Los rasgos diferenciales son
escalofríos recidivantes, necrosis tisular con formación de abscesos, neumatoceles y un curso fulminante con
postración marcada. El empiema se produce con relativa frecuencia.
 Diagnóstico:
El diagnóstico se realiza mediante el análisis del esputo y se establece mediante la detección de S. aureus en los
hemocultivos, el líquido de empiema o los aspirados transtraqueales o transtorácicos. Son poco frecuentes los
cultivos falsos negativos para estafilococos. El patrón radiológico más frecuente es una bronconeumonía con
formación de abscesos o derrame pleural, o sin él, siendo poco frecuente la consolidación lobar.
 Tratamiento:
La mayoría de las cepas de S. aureus producen penicilinasa y cada vez aumenta más la resistencia a meticilina.
El tratamiento recomendado es una penicilina resistente a penicilinasa. La alternativa principal es
una cefalosporina, a ser posible cefalotina o cefamandol. La clindamicina es activa contra el 90 por ciento de las
cepas.
 El Staphylococcus aureus es una bacteria que se encuentra en la piel y en las fosas nasales de las personas sanas.
Causa gran variedad de infecciones menores de la piel (forúnculos, ampollas, vesículas, abscesos) o procesos más
graves, como neumonía, meningitis, endocarditis,síndrome del shock tóxico (SST) y sepsis.
3. Neumonía causada por bacilos gramnegativos
Son poco frecuentes en los huéspedes sanos y se suelen producir en lactantes, ancianos, alcohólicos y pacientes
inmunosuprimidos o debilitados, sobre todo los que tienen neutropenia. El mecanismo fisiopatológico habitual es la
colonización de la orofaringe, seguida de la microaspiración de las secreciones de la vía aérea alta. Los bacilos
gramnegativos colonizan las vías respiratorias altas en los pacientes con enfermedades graves y con frecuencia
existe una correlación directa con la gravedad de la misma.
 Síntomas:
La mayoría de los pacientes muestran una bronconeumonía similar a otras infecciones bacterianas, salvo por su
mayor mortalidad.
 Diagnóstico:
Se debe sospechar que existe una infección por bacilos gramnegativos cuando exista neutropenia o la infección sea
hospitalaria. La tinción de Gram en esputo suele mostrar numerosos bacilos gramnegativos; sin embargo, resulta
imposible distinguir las distintas especies y géneros en función de sus características morfológicas. Los cultivos de
esputo suelen demostrar el patógeno; el principal problema lo representan los falsos positivos en cultivo debido al
crecimiento de los gérmenes que colonizan las vías aéreas altas.
 Tratamiento:
La mayor parte de las infecciones producidas por P. aeruginosa se tratran con un aminoglucósido combinado con
una penicilina antipseudómona, ceftazidima o cefoperazona, elegidas en función de las pruebas de sensibilidad in
vitro. Estas pautas de tratamiento exigen modificaciones cuando se sospechan múltiples gérmenes. Los regímenes
óptimos de tratamiento también exigen estudios de sinergia in vitro.
4. Neumonía causada por Haemophilus influenzae
Este germen es causa frecuente de la neumonía bacteriana. Las cepas que contiene la cápsula de polisacáridos tipo
b son las más virulentas y las que con más probabilidad producen enfermedades graves, incluidas
la meningitis, la epiglotitis y la neumonía bacteriana.
 Síntomas:
La mayor parte de los casos están precedidos por una coriza y se observan derramespleurales precoces hasta en un
50 por ciento. No se producen con frecuencia bacteriemia, ni empiema. Un gran porcentaje de los adultos desarrollan
infecciones por cepas no encapsuladas, en forma de una bronconeumonía parecida a otras infecciones bacterianas.
 Diagnóstico:
La tinción de Gram del esputo muestra numerosos cocobacilos pequeños y gamnegativos. Este germen resulta
relativamente exigente y coloniza con frecuencia las vías aéreas altas, por lo que son frecuentes los falsos positivos y
los falsos negativos en cultivo.
 Tratamiento:
La profilaxis con la vacuna conjugada de H. influenzae tipo b se aconseja en todos los niños y se administra en tres
dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad. El tratamiento antibiótico preferido es trimetoprima-sulfametoxazol. Los
alternativos son amoxicilina, fluoroquinolonas y la azitromicina.
5. Legionelosis
La neumonía por legionella se puede producir en cualquier etapa de la vida, aunque la mayor parte de los pacientes
son varones de mediana edad. Entre los factores de riesgo destacan el tabaco, el abuso de alcohol y la
inmunosupresión, sobre todo por corticoides.
 Síntomas:
La mayor parte de los pacientes tienen una fase prodrómica parecida a una gripe, con malestar, fiebre, cefalea y
mialgias.
Además, desarrollan una tos no productiva en fases iniciales, que posteriormente produce un esputo mucoide. Una
característica típica es la fiebre alta, en ocasiones con una bradicardia relativa y diarrea. En menos casos se
producen alteraciones del estado mental con confusión, letargo o delirio.
 Diagnóstico:
Existen cuatro métodos diagnósticos para detectar las especies de legionella: el cultivo del microorganismo, la tinción
directa con anticuerpos fluorescentes en el exudado, la serología con estudio de anticuerpos con fluorescencia
indirecta y los estudios de antígenos urinarios. Todos son bastante específicos, pero ninguno resulta especialmente
sensible.
 Tratamiento:
La eritromicina es el fármaco habitual. Algunos especialistas prefieren el ciprofloxacino o la azitromicina. Los
pacientes muy graves deben recibir eritromicina con rifampicina. Se debe mantener el tratamiento al menos durante
tres semanas para evitar recaídas.
6. Neumonía por mycoplasma
La neumonía por mycoplasma pneumoniae se propaga de forma lenta y por el contacto íntimo en escuelas, en
cuarteles y en las familias.
 Síntomas:
Los iniciales recuerdan a una gripe: malestar, dolor de garganta y tos seca, cuya gravedad aumenta cuando progresa
la enfermedad.
Los síntomas agudos suelen persistir entre una o dos semanas y después se produce una recuperación gradual. Sin
embargo, algunos pacientes presentan una neumonía grave que en ocasiones determina un síndrome de
distrés respiratorio del adulto. Las complicaciones extrapulmonares son frecuentes e influyen la anemia hemolítica,
las complicaciones tromboembólicas, la poliartritis o los síndromes neurológicos, como meningoencefalitis, mielitis
transversa, neuropatías periféricas o ataxia cerebelosa.
 Diagnósticos:
La tinción de Gram del esputo demuestra presencia de escasas bacterias, una mezcla depolinucleares neutrófilos y
células mononucleares, y acúmulos de células epiteliales respiratorias descamadas. Los cambios radiológicos varían,
pero el más frecuente es una bronconeumonía parcheada en los lóbulos inferiores. El método más práctico para
confirmar el diagnóstico son las pruebas serológicas.
 Tratamiento:
Casi todos los pacientes se recuperan con tratamiento o sin él. Los fármacos de elección son la tetraciclina, la
eritromicina, la claritromicina y la azitromicina. La antibioterapia reduce la duración de la fiebre y los infiltrados
pulmonares aceleran la recuperación de los síntomas. Sin embargo, los antibióticos no producen la
destrucción bacteriana, de forma que los pacientes siguen portando la bacteria varias semanas.
7. Neumonía por clamidia
En aproximadamente el 10 por ciento de los adultos mayores con neumonía extrahospitalaria se ha detectado
la chlamydia pneumoniae. Ésta suele producir una enfermedad lo bastante grave como para requerir
la hospitalización del paciente. La chlamydia pneumoniae también está implicada en entre el 5 y el 10 por ciento de
los casos de neumonía nosocomial, pero se sabe relativamente poco acerca de su epidemiología.
 Síntomas:
Los síntomas de la neumonía por clamidia se parecen a los causados por la mycoplasma, incluida
la faringitis, la bronquitis y la neumonitis, principalmente en niños mayores y adultos jóvenes.
La mayor parte de los pacientes presentan tos, fiebre y esputo. No es posible distinguir clínicamente la neumonía por
clamidia de las debidas a otros microorganismos en pacientes ancianos, salvo porque casi todos tienen síntomas en
la vía respiratoria alta, como laringitis o faringitis.
 Diagnósticos:
Este tipo de neumonía se puede detectar mediante cultivos en embriones de huevo utilizando tinciones directas con
inmunofluorescencia, una reacción en cadena de la polimerasa o realizar pruebas serológicas seriadas para detectar
la seroconversión (anticuerpos). Sin embargo, estas pruebas no suelen realizarse en la mayor parte de los
laboratorios clínicos.
 Tratamiento:
Los fármacos de elección son la tetraciclina o la eritromicina administrada de 10 a 21 días.
8. Psitacosis
Suele transmitirse mediante la inhalación de polvo de las plumas o excrementos de los pájaros infectados o al ser
mordido. La transmisión de hombre a hombre se puede asociar con cepas altamente virulentas.
 Síntomas:
Tras un periodo de incubación de 1 a 3 semanas, el inicio puede ser insidioso o abrupto, con fiebre, escalofríos,
malestar general y anorexia. La temperatura va aumentando de forma gradual y aparece tos seca al principio,
aunque a veces puede derivar a una tos mucopurulenta.
Durante la segunda semana se puede producir una neumonía con consolidación franca y una infección pulmonar
purulenta secundaria. El curso puede ser leve o grave, en función de la edad del paciente y de la extensión de la
neumonía.
La mortalidad alcanza el 30 por ciento en los casos graves no tratados y las tasas pueden ser incluso superiores
cuando las cepas son virulentas.
 Diagnóstico:
Inicialmente se puede confundir con la gripe, la fiebre tifoidea, la neumonía por mycoplasma o la legionelosis. Se
debe sospechar de este tipo si existen antecedentes de contacto con pájaros y se confirma mediante la identificación
del agente, o por pruebas serológicas de fijación del complemento.
 Tratamiento:
Son eficaces la tetracilina o la doxiciclina. La fiebre y otros síntomas se suelen controlar en un periodo entre 48 y 72
horas, pero es preciso mantener el tratamiento antibiótico al menos durante 10 días.
9. Neumonía vírica
En este tipo los virus invaden el epitelio bronquiolar, produciendo una bronquitis. La infección se puede extender
hacia el intersticio pulmonar y los alvéolos originando una neumonía.
 Síntomas:
Las infecciones víricas de las vías aéreas inferiores producen bronquitis, bronquiolitis y neumonía. La mayoría de los
pacientes refieren cefalea, fiebre, mialgias y tos que suelen asociarse con la producción de esputo mucopurulento.
 Diagnóstico:
El diagnóstico se apoya en la identificación de escasas bacterias con predominio de losmonocitos en el esputo y por
la imposibilidad de detectar un patógeno bacterianoresponsable. Las neumonías que complican las infecciones
víricas exantemáticas pueden ser diagnosticadas mediante hallazgos clínicos acompañantes, incluidos los
exantemas.
 Tratamiento:
Se recomienda administrar aciclovir para las infecciones pulmonares por virus herpes simple, herpes zóster
o varicela. La neumonía por citomegalovirus (CMV) se puede tratar con ganciclovir en receptores de trasplantes de
órganos, aunque no se ha demostrado la eficacia de este tratamiento en los pacientes con sida. Algunos pacientes
desarrollan posteriormente infecciones bacterianas que obligan al tratamiento antibiótico.
10. Neumonía causada por Pneumocystis carinii
El P. carinii causa la enfermedad sólo cuando las defensas del paciente están alteradas, sobre todo la inmunidad
mediada por células, como en los tumores hematológicos, los procesos linfoproliferativos, el VIH y en tratamientos
con quimioterapia.
 Síntomas:
La mayor parte de los pacientes tienen fiebre, disnea y una tos seca que puede evolucionar de forma subaguda en
semanas, o agudamente en días.
 Diagnósticos:
La radiografía de tórax muestra de forma característica infiltrados difusos bilaterales, aunque en el 20 por ciento de
los casos es normal. La gasometría muestra hipoxemia, con un aumento del gradiente alvéolo-arterial de oxígeno y
las pruebas de función pulmonar muestran alteraciones en la capacidad de difusión.
El diagnóstico exige la demostración histológica del organismo con tinción demetenamina argéntica, Giemsa, Wright-
Giemsa, Grocott modificada, Weigert-Gram o con anticuerpos monoclonales.
 Tratamiento:
El fármaco de elección es trimetoprima-sulfametoxazol. No hay que retrasar el comienzo del tratamiento por miedo a
dificultar el diagnóstico, ya que los quistes persisten durante semanas.
Los principales efectos secundarios son exantemas cutáneos, neutropenia y fiebre. Los regímenes alternativos
incluyen pentamidina, atovacuona o clindamicina. Todos los tratamientos deben durar al menos 21 días.
Diagnóstico
Tal y como especifica la directora del programa de Investigación en Enfermedades Infecciosas de Separ, Rosario
Menéndez, el diagnóstico de sospecha se realiza con los síntomas y por los hallazgos que se obtienen
mediante un auscultación pulmonar.
“El diagnóstico de confirmación requiere una radiografía simple de tórax”, afirma Menéndez. “Una analítica nos
proporciona datos generales de la repercusión sobre el paciente y los análisis microbiológicos nos determinan el
germen causal”.
Respecto a las pruebas que se deben realizar, la especialista explica que la radiografía de tórax además de confirmar
el hallazgo de neumonía en el pulmón determinará su extensión. “Con la analítica de sangre observamos la
existencia de complicaciones y/o la respuesta inflamatoria. Además, los análisis de orina nos proporcionan un
diagnóstico microbiológico rápido. Es muy aconsejable en las neumonías determinar la saturación de oxígeno en
sangre que puede realizarse de forma no invasiva con un saturímetro”, añade.
Una vez diagnosticada, el tratamiento debe comenzar con la mayor brevedad posible.
Tratamientos
El tratamiento básico y fundamental de la neumonía es el uso de antibióticos y, en caso de neumonía originada por
una gripe grave, antivirales. ”Las medidas generales requieren atender además las enfermedades concomitantes del
paciente”, indica Menéndez.
En neumonías más graves podría ser necesario que los especialistas recomienden añadir al tratamiento
oxigenoterapia. Si hay complicaciones el paciente puede necesitar medicación broncodilatadora.
Otros datos
Pronóstico
La mortalidad de la neumonía en la actualidad en el ámbito extrahospitalario es del 1 por ciento y en el hospital la
cifra oscila entre el 5 y el 7 por ciento. “Únicamente en los casos graves cuando se requiere un ingreso en cuidados
intensivos, lo que ocurre en un 5 por ciento de todas las hospitalizaciones, es del 25 por ciento”, apostilla Menéndez.
¿Cuándo es recomendable que el paciente acuda al especialista?
La neumonía en el ámbito extrahospitalario es tratada y manejada por el médico de atención primaria. Cuando no
hay una respuesta adecuada al tratamiento inicial, cuando el paciente sufre enfermedades crónicas, o bien la
neumonía cursa con complicaciones debe remitirse a un especialista para su tratamiento o al hospital para su
ingreso.

13. SILICOSIS
Qué es
La silicosis es una enfermedad que no tiene cura y que afecta al sistema respiratorio por inhalar polvo sílice. Este
material penetra en las partes más pequeñas del pulmón como los bronquiolos y alveolos, generando los siguientes
efectos:
 Inflamación de las paredes alveolares.
 Aparición de fibrosis o cicatrización en los tejidos localizados entre los alveolos y los capilares.
 Esta fibrosis se caracteriza por ser granulomatosa (que contiene nódulos de carácter inflamatorio), hializante (forma
un tejido cristalino dentro de las estructuras pulmonares) y progresiva.
 Esta patología también se puede contraer por respirar otros materiales como los silicatos.
Causas
Las causas de la silicosis son fundamentalmente laborales: surge por trabajar en zonas donde se está expuesto a la
sílice. Estos empleos incluyen:
 Fabricación de abrasivos (chorro de arena, pulido, etc.).
 Fabricación de vidrio.
 Minería.
 Trabajo en las canteras, galerías y túneles.
 Construcción de carreteras y edificios.
 Fabricación de cementos.
 Mediante el polvo que proviene de la limpieza, como los polvos detergentes.
 Por pigmentos.
 Por realizar trabajos en piedra, como el granito, la pizarra o la arenisca, entre otros.
 Corte de piedra.
Los síntomas de la silicosis se suelen presentar tras diez o quince años de exposición a este material, aunque se ha
establecido un límite de la cantidad de sílice que los trabajadores pueden inhalar, cuando lo superan pueden llegar a
poner en riesgo su salud.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes de silicosis, según la Asociación Gallega de Afectados por la Silicosis son:
 Dificultad respiratoria.
 Fiebre.
 Debilidad general.
 Tos fuerte.
 Pérdida de peso.
 Sudores nocturnos.
 Dolores en el pecho.
 Insuficiencia respiratoria.
Los síntomas con el tiempo empeoran pudiendo llevar a la muerte al afectado si no los trata a tiempo.
Prevención
Las medidas deben ser suficientes para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Para tratar de prevenir la silicosis existe un protocolo de vigilancia específica, donde se muestran las medidas que se
deben tomar en función del riesgo que conlleve la zona donde trabaja y el riesgo que tiene. El trabajo que hay en
cada uno de los lugares lo determinarán los expertos mediante mediciones periódicas para determinar la peligrosidad
de la zona. Se clasifican fundamentalmente en dos:
Minería subterránea
Dependiendo de la peligrosidad de las laborales que desempeñan los trabajadores se pueden clasificar en tres
clases:
 Clase I: esta clasificación se considera que apenas tiene riesgos y no se usan medidas para reducir la cantidad de
polvo generado.
 Clase II: en esta clase si se toman medidas para disminuir la cantidad de polvo que inhalan los trabajadores.
 Clase III: se informará a la autoridad competente que decidirá las medidas a tomar y el plazo que tienen para
cumplirlas.
Minería a campo abierto
Se aplican las medidas anteriores y si no se consideran suficientes para garantizar la seguridad de los trabajadores
se complementarán con las siguientes:
 Aislamiento de las cabinas y los puestos de mando de las máquinas empleadas.
 Separación correcta de la fuente de emisión de polvo y el uso de mandos a distancia.
 Uso de unas mascarillas de protección individual, de eficacia comprobada y autorizadas por la institución competente
que reduzca la cantidad de polvo respirado por los trabajadores en riesgo potencial.
Tipos
Según la Asociación Nacional de Afectados y Enfermos de Silicosis (Anaes) se distinguen tres tipos de silicosis:
 Silicosis crónica: es la forma más frecuente de silicosis y suele aparecer tras una exposición continuada durante
años a la sílice. A su vez, este tipo de silicosis se subdivide en dos, la simple y la complicada.
La silicosis crónica simple se caracteriza por presentar en las radiografías de tórax un patrón común nodular, por otro
lado la silicosis complicada muestra en la radiografía unas masas denominadas fibrosis masiva progresiva. Las
personas que tienen este tipo de silicosis suelen tener problemas para respirar correctamente.
 Silicosis acelerada: los síntomas que presentan los pacientes y la inflamación que sufre el pulmón se muestran más
rápido que en la silicosis simple.
 Silicosis aguda: este tipo de silicosis aparece en un breve periodo de tiempo y genera una grave dificultad
respiratoria que lleva a una fuerte inflamación pulmonar y una reducción del oxígeno en sangre.
Diagnóstico
Para el diagnóstico de la silicosis el experto realizará un examen físico del paciente y le someterá a un cuestionario
para ver algunos aspectos que pueden estar relacionados con la silicosis, como por ejemplo, el lugar en el que
trabaja o ha trabajado y otras actividades que puedan haberle expuesto al sílice. Las más frecuentes son:
 Radiografía de tórax.
 Tomografía Computerizada (TC).
 Pruebas para ver la función pulmonar.
 Exámenes para la tuberculosis, ya que es más frecuente en personas con silicosis.
 Análisis de sangre para ver enfermedades del tejido conectivo.
Tratamientos
No hay un tratamiento concreto para la silicosis. Lo primero que debe hacer el afectado es alejarse de la fuente que
emite sílice para evitar que ésta empeore. Para tratar de mejorar su calidad de vida es recomendable que sigan un
tratamiento complementario que comprende antitusivos (fármacos para reducir la tos), broncodilatadores, y, en casos
necesarios, se le administrará oxígeno.
Es necesario que los afectados por la silicosis eviten fumar y las sustancias irritantes. Esta patología aumenta el
riesgo de contraer tuberculosis porque el sistema autoinmune del organismo puede verse afectado y no actuar con
eficacia frente a la bacteria que ocasiona la tuberculosis.
En los casos más complicados de silicosis, puede ser necesario que el paciente sea sometido a un trasplante de
pulmón para que pueda mantener una correcta función respiratoria.
Otros datos
Sílice
Se denomina así al óxido de silicio o dióxido de silicio. Es un elemento duro y resistente presente en la mayoría de los
materiales rocosos y areniscas. Podemos encontrar sílice en más de la mitad de la corteza terrestre. En la naturaleza
está presente en tres formas:
 Cristalizada: cuando un material adquiere la forma y la estructura cristalina.
 Criptocristalina: es la textura que muestran algunas rocas, tienen cristales muy pequeños que apenas se distinguen.
 Amorfa: no tiene una forma definida.
Primero este material se muele y después se somete a mecanismos de trituración y perforación. El aglomerado de
sílice, como explica la Asociación de Pacientes Afectados y Enfermos por la Silicosis, tiene un alto contenido en sílice
cristalizada junto con otros componentes como el vidrio o los feldespatos. La sílice cristalina está formada por granito,
mármol, pizarra y compactos de cuarzo (es su principal componente y está considerada como cancerígeno). El
resultado de este proceso es un polvo blanco con puntas y bordes afilados que puede provocar silicosis.

14. ASMA
Qué es
El asma es una enfermedad cada vez más frecuente entre los niños y los jóvenes. Se calcula que la padece el 5 por
ciento de la población adulta y el 10 por ciento de los niños y adolescentes en países industrializados, y en muchos
casos la enfermedad aparece como respuesta a determinados estímulos que producen alergia: polen, ácaros del
polvo, partículas de la piel de gato y perro, humo, aire frío, ciertos alimentos o aditivos alimenticios. Se caracteriza por
la aparición de episodios de dificultad respiratoria (crisis o ataques), generalmente asociados a otros síntomas como
tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo. Los síntomas varían según la edad.
De esta manera, en los niños prevalece principalmente la tos, en especial durante la noche, mientras que en los
adultos los tres principales síntomas son rigidez en el pecho, silbidos y fatiga en la noche. En los últimos años se ha
registrado una mayor prevalencia y un aumento progresivo de casos en niños y adolescentes, lo cual pone de
manifiesto la necesidad de tomar medidas preventivas. La curación del asma solamente puede alcanzarse en
algunos casos de asma alérgica o relacionada con el lugar de trabajo del paciente, siempre que se pueda evitar el
agente causal.
Causas
Pólenes: Aunque la polinización se produce durante la primavera, existen variaciones según los climas y tipos de
plantas. Los síntomas de la alergia al polen suelen detectarse con concentraciones superiores a 50 granos de polen
por metro cúbico de aire. El pequeño tamaño del polen favorece que quede suspendido en el aire durante largo
tiempo y recorra grandes distancias hasta penetrar en los conductos respiratorios.
En España prevalece el polen de las gramíneas, el olivo en la zona sur y la parietaria en la zona mediterránea.
Ácaros del polvo: Son parásitos microscópicos que viven en el polvo de las casas y se alimentan de escamas
dérmicas y otros residuos. Necesitan unas condiciones precisas para desarrollarse: 25º C de temperatura y 85 por
ciento de humedad.
En España los más importantes son los Dermatophagoides pteronyssinus y Dermatophagoides Farinae.
Alimentos: Los episodios de asma relacionados con alimentos son frecuentes durante la infancia y van acompañados
de otros síntomas como urticaria y vómitos, por lo que tienden a confundirse con intoxicaciones alimentarias. Los
productos que mayores reacciones provocan son la leche, los huevos y el pescado. En la edad adulta este tipo de
asma es menos frecuente.
Hongos: Algunos hongos producen alergenos que se depositan en sus esporas, y la liberación de éstas depende de
la humedad, la temperatura y la existencia de materia orgánica en su entorno, como basuras o cortinas de baño. Las
épocas más favorables para su desarrollo son la primavera y el otoño, y entre los más comunes destacan la
alternaria, el cladosporium, el penicillium, el aspergillus y el mucor.
Síntomas
Durante las crisis asmáticas la mucosa bronquial que recubre los conductos respiratorios se inflama y se produce un
moco espeso que obstruye los conductos de las vías aéreas. Como consecuencia, los músculos que rodean estos
conductos se contraen y estrechan disminuyendo su diámetro, impiden el paso del aire y complican la respiración.
Las características básicas de la enfermedad son las siguientes:
 Inflamación: Aumenta la sensibilidad bronquial y la obstrucción. En ocasiones su origen es alérgico. Produce un
incremento de las secreciones y la contracción de la musculatura bronquial.
 Aumento de la sensibilidad bronquial: Tras la exposición a diversos estímulos (humos, gases, olores, aire frío o
ejercicio), los bronquios de los asmáticos se contraen produciendo el estrechamiento de la vía aérea.
 Obstrucción bronquial: Es variable y reversible de manera espontánea o con tratamiento. Durante las crisis el aire
circula con dificultad produciendo pitidos y sensación de fatiga o ahogo. En el momento en el que la crisis se resuelve
el aire puede moverse normalmente por los bronquios y desaparecen los síntomas.
Prevención
Aunque el asma no tiene cura, sí se pueden tomar una serie de medidas para prevenir una crisis. Estos son algunos
consejos:
 Cuando la causa del asma es extrínseca como por ejemplo una alergia, es recomendable evitar la exposición a los
agentes que la originan. Los principales en España son el polen (las gramíneas, el olivo, las cupresáceas, las
arizónicas, el plátano de sombra y la parietaria), los hongos ambientales, los ácaros de polvo y los epitelios de
algunos animales (perros, gatos, caballos y roedores comúnmente). Los síntomas más frecuentes de la alergia al
polen son picor en los ojos, estornudos y goteo nasal. En el caso de que una persona no esté diagnosticada pero
presente alguno de estos síntomas, debe acudir al alergólogo.
 Otra precaución que deben tener en consideración los alérgicos es evitar realizar ejercicios intensos en época de
polinización, ya que esto puede generar dificultades respiratorias que deriven en un ataque de asma.
 Los enfermos de rinitis deben tener especial cuidado ya que esta enfermedad con frecuencia precede al asma. Es
recomendable que el paciente se observe para detectar cualquier indicio de principio asmático.
 Por sus limitaciones a la hora de detectar y explicar los síntomas que presentan, los niños son un colectivo vulnerable
(cabe recordar que el asma afecta a un 10 por ciento de la población infantil y adolescente). Los padres
deben controlar a los niños en especial cuando atraviesen un proceso viral o si padecen obesidad, poniendo especial
cuidado a la aparición de pitidos, fatiga y otros signos de obstrucción bronquial.
 Los asmáticos ya diagnosticados deben hacer un seguimiento estricto del tratamiento, incluso cuando experimenten
fases de mejoría. Según los datos facilitados por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica en el Día
Mundial del Asma (5 de mayo) solamente un 30 por ciento de los pacientes realizan una adherencia correcta al
tratamiento, lo que dificulta el control de la enfermedad y de las crisis.
 Las personas con asma deben abstenerse completamente de fumar, puesto que el humo del tabaco es un irritante
que produce inflamación de los bronquios.
 En los casos en los que el asma esté generado por la exposición de harinas, maderas u otros productos presentes
en el entorno de trabajo (asma ocupacional), es necesario evitar el contacto mediante un sistema de ventilación
adecuado y el uso de mascarillas de protección. Si el cuadro es severo, es recomendable cambiar de trabajo.
 Siempre es conveniente que la persona asmática permanezca alerta ante cualquier indicio de agravamiento de los
síntomas. Es importante que el especialista facilite al paciente un plan de tratamiento por escrito con las instrucciones
precisas sobre la administración de los medicamentos que necesita. Estas instrucciones pueden modificarse en
función de la gravedad de los síntomas, por lo que es aconsejable que el enfermo sea capaz de percibir cualquier
cambio en el cuadro clínico, por ejemplo, mayor necesidad de recurrir a un broncodilatador, malestar inusual por las
noches, pitidos al hacer ejercicio, etcétera.
Tipos
Existen diferentes clasificaciones del asma. En cuanto a su origen se puede dividir en asma intrínseca y asma
extrínseca o alérgica. El origen del asma intrínseca es desconocido y se detecta con mayor frecuencia en la edad
adulta. Tiene un peor pronóstico que el de carácter alérgico y tiende a cronificarse. El asma extrínseca, por su parte,
consiste en una reacción antígeno-anticuerpo que desencadena el proceso. Afecta principalmente a niños y adultos
jóvenes, se caracteriza por ataques reversibles y breves de broncoespasmos con silbidos y dificultad respiratoria, y
se controla con un tratamiento adecuado.
La alergia es una alteración del mecanismo de defensa del organismo que consiste en una reacción exagerada, por
medio de un anticuerpo especial (inmunoglobulina E), contra sustancias que, en principio, no son nocivas (pólenes,
ácaros, epitelios, alimentos o medicamentos). Cuando estos anticuerpos, que se encuentran fijados en determinadas
células, se unen a los alergenos, se produce la liberación de ciertas sustancias que, directamente o a través de otras
células, provocan la inflamación del órgano donde se asientan (bronquios, nariz, ojos o piel). Existe una
predisposición heredada para padecer alergia, pero la exposición a los alergenos es necesaria para desarrollar la
enfermedad.
El asma también se puede clasificar como leve, moderada o grave, según la frecuencia e intensidad de los síntomas,
la manera en la que repercute en la actividad cotidiana y el grado de obstrucción bronquial. El asma leve se puede
controlar mediante tratamiento farmacológico y no suele alterar la vida cotidiana de los enfermos; el asma moderada
requiere tratamientos más severos e interfiere con las actividades diarias de los pacientes; y el asma grave exige un
control continuo y puede poner en peligro la vida de las personas que la sufren.
Diagnóstico
En primer lugar hay que hacer el diagnóstico clínico, basado en la historia clínica donde se ponen de manifiesto los
síntomas descritos con anterioridad. Además hay que indagar en las características de las crisis, forma de
presentación, intervalo entre las crisis, desencadentes, periodo estacional, evolución de la enfermedad y una
anamnesis pedíatrica general al objeto de poder hacer un diagnóstico diferencial de otras patologías respiratorias que
pueden cursar con los mismos síntomas que el asma. Con el fin de poder objetivar la obstrucción al flujo aéreo, se
hace el diagnóstico funcional, que consiste en una prueba de función respiratoria (espirometría). Tiene el
inconveniente que requiere la colaboración del niño y por tanto se realiza en niños por encima de los 6 años.
En todo niño en el que se sospeche un asma bronquial hay que realizar la espirometría basal y con broncodilatador
(dar al niño a inhalar un fármaco) con el fin de demostrar que la obstrucción de la vía aérea es reversible
(característica del asma). Por último, un diagnóstico etiológico, dirigido a buscar la causa que desencadena los
síntomas; el identificar la causa es el paso más importante para poder controlar la enfermedad.
Tratamientos
El tratamiento del asma debe cubrir varios frentes:inflamación de la mucosa bronquial, broncoespasmo y alergias:
1. Inflamación de la mucosa bronquial:
En los últimos años se ha demostrado que el tratamiento de la inflamación es la parte más importante del tratamiento
del asma. Hasta ahora se ponía demasiado énfasis en la broncodilatación, pero si no se trata la inflamación, los
efectos de los broncodilatadores son efímeros. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en
la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Por vía inhalatoria las
dosis de corticoides empleadas son muy bajas y producen un efecto tópico sin los efectos secundarios de la
administración por vía oral, endovenosa o intramuscular. Los corticoides inhalados han pasado a ser el medicamento
más importante en el tratamiento del asma. Comienzan a prescribirse en pacientes con asma persistente, es decir,
aquellos en los que se producen síntomas varios días a la semana, y en aquellos en los que se producen síntomas
nocturnos. Para los que los síntomas ocurren de forma esporádica, por ejemplo una o dos veces cada 15 días, no es
necesario comenzar con corticoides y puede bastar con broncodilatadores.
2. Broncoespasmo:
Los corticoides inhalados no actúan de forma inmediata, aunque cuando hacen efecto tras unos días de tratamiento,
el broncoespasmo remite. Pero para el tratamiento inmediato del mismo se utilizan broncodilatadores que
normalmente se administran por vía inhalatoria. Existen dos tipos fundamentales según la duración de su acción: los
broncodilatadores de acción prolongada se toman por la mañana y por la noche todos los días, se tengan o no
síntomas, mientras que los de acción corta se suelen reservar para tomar en caso de necesidad (sensación de
ahogo, tos, etc). El objetivo primordial es que los pacientes recurran a los broncodilatadores de acción corta en muy
contadas ocasiones. Si no es así, es necesario potenciar el tratamiento antiinflamatorio. Obviamente, hay pacientes
con asma severo que, a pesar de recibir tratamiento antiinflamatorio máximo, requieren broncodilatadores con
frecuencia.
3. Alergias:
En pacientes en los que se demuestra un componente alérgico, el tratamiento con antihistamínicos puede ser
beneficioso. Por otro lado, con ciertas alergias existen tratamientos inmunológicos eficaces (vacunas) que pueden
ayudar notablemente en el control del asma. No obstante, lo más eficaz en el tratamiento de las alergias es evitar o
reducir en lo posible la exposición a alergenos. Por ejemplo, en el caso de la alergia a los ácaros del polvo, con
medidas higiénicas de la casa sencillas se puede disminuir considerablemente la presencia de los mismos.
Enfermedades asociadas con el asma:
El reflujo gastroesofágico y la sinusitis crónica pueden agravar o causar asma, por lo que es importante descartarlos
en casos de asma que no responden al tratamiento usual.
Otros datos
Esta enfermedad es un problema de salud pública que afecta a un 10 por ciento de los niños y jóvenes, y a un 5 por
ciento de la población adulta en los países industrializados. En España dos millones de individuos padecen asma, y
en el mundo superan los 150 millones. En cuanto a la tasa de mortalidad por esta patología, en nuestro país fallecen
por esta causa 2 x 100.000 h/a, y en el mundo se producen 100.000 muertes por año. Los fallecimientos son
provocados por ataques agudos que no pueden controlarse, aunque existen otros factores que impiden el abordaje
de las crisis mortales.
Un estudio multicéntrico patrocinado por la Sociedad Española de Patologías Respiratorias(Separ) ha demostrado
que existe una relación entre fallecer o sufrir una crisis casi mortal por asma y la alexitimia, un trastorno psicológico
que afecta al 10 por ciento de la población sana y que impide percibir y expresar bien las emociones y sensaciones
físicas. El trabajo constata que los asmáticos con alexitimia, alrededor del 38 por ciento de los pacientes que tomaron
parte en la investigación, sufren con más frecuencia crisis casi mortales, ya que al no percibir correctamente los
síntomas del asma no son capaces de actuar en consecuencia.
"La alexitimia también podría ser una de las causas del bajo cumplimiento del tratamiento que se registra entre los
pacientes asmáticos", ha señalado Vicente Plaza, del Servicio de Neumología del Hospital San Pablo, de Barcelona.
El asma es la causa más frecuente de visita a urgencias en edad pediátrica y la quinta causa de consulta en atención
primaria. Un 60 por ciento de las urgencias atendidas en los servicios de neumología son agudizaciones de asma
provocadas, la mayoría de las veces, por falta de cumplimiento del tratamiento prescrito.
Esto confirma que la enfermedad no está bien controlada, ya que más de la mitad de los asmáticos diagnosticados,
pese a estar bajo tratamiento, tiene que utilizar medicación de rescate para aliviar la exacerbación de sus síntomas.
La falta de cumplimiento podría resolverse con fármacos más cómodos, una mejor comunicación entre médico y
paciente y la educación del enfermo. "Se debe informar al paciente acerca de todo lo relativo a su enfermedad y
entrenarle para la correcta utilización de la medicación, creando una relación activa y continuada entre el facultativo,
el paciente y su entorno.
Así, a través de la aceptación y comprensión de la enfermedad el paciente se corresponsabiliza de su tratamiento, y
no necesita mentir al médico ni sentirse culpable por no seguir el tratamiento", señala Santiago Nevot, jefe del
Servicio de Pediatría del Hospital General de Manresa. Hasta el momento se ha comprobado que el cumplimiento es
mejor con fármacos orales que inhalados, y aumenta si se trata de una sola dosis diaria.

15. DERRAME PLEURAL


Qué es
El derrame pleural consiste en la ocupación del espacio pleural, que está comprendido entre los pulmones y el tórax,
por un exceso de líquido. De forma natural suele haber una pequeña cantidad de fluido en la región, pero esta
patología se produce porque hay más de lo normal.
La mayoría de los casos con exceso de líquido en el tórax suele tener afectación de los dos pulmones y la etiología
más frecuente es la insuficiencia cardiaca.
Causas
Las causas del acúmulo de líquido en la pleura, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
(Separ), pueden ser:
 Insuficiencia cardiaca: según la Fundación Española del Corazón, esta enfermedad consiste en un desequilibrio
entre las necesidades del cuerpo y la capacidad del corazón para bombear la sangre.
 Enfermedades sistémicas como la hipertensión.
 Enfermedades ginecológicas y digestivas benignas: las patologías ginecológicas, como la endometriosis o la
hiperestimulación ovárica pueden ocasionar derrames pulmonares. Por otro lado, las digestivas, como los
pseudoquistes pancreáticos (saco lleno de líquido) pueden ser una de las causas de esa afección.
 Cáncer de diversa índole.
 Enfermedades del hígado, como la cirrosis.
 Algunos medicamentos pueden causar derrame pleural. Los más frecuentes, según la Separ, son “los secundarios a
amiodarona, nitrofurantonía, metisergida y bromocriptina”.
 Tuberculosis: es una enfermedad bacteriana que afecta principalmente al pulmón y es muy contagiosa.
 Enfermedades inflamatorias e infecciosas pulmonares, como la neumonía.
 Las cirugías abdominales o torácicas, en algunas ocasiones, provocan esta enfermedad. Puede afectar a uno de los
pulmones o a los dos. Los derrames suelen ser pequeños, asintomáticos y se curan al mes espontáneamente.
Síntomas
Algunas veces las personas con derrame pleural no muestran signos. A pesar de ello, los síntomas más frecuentes
son:
 Dolor torácico: éste empeora con la tos o cuando el paciente afectado respira en profundidad.
 Tos.
 Dificultad respiratoria o disnea.
 Fiebre.
 Hipo: se ocasiona por un movimiento involuntario del diafragma (músculo que se encuentra en la base de los
pulmones).
Prevención
Según Carmen Marrón Fernández, del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Doce de Octubre de Madrid, “el
tratamiento de la causa que lo produce puede prevenir su aparición”. Además, el diagnóstico acertado y temprano del
origen del derrame pleural es muy importante para prevenirlo.
Cuando se confirma el diagnóstico de líquido en el pulmón, se pueden preveer las consecuencias colocando un
drenaje de este líquido de forma precoz, afirma Marrón.
Tipos
Esta patología se divide en dos tipos según la etiología o el origen de la misma:
 Transudado: está causado por el líquido que se filtra debido a la presión elevada de la sangre. En estos casos, la
pleura está sana. El trasudado suele estar originado en su mayoría por insuficiencia cardiaca y, en menor medida,
por cirrosis hepática.
 Exudado: en éste la procedencia puede variar, las más frecuentes son: el bloqueo de los vasos, tuberculosis,
neumonías, lesiones pulmonares o tumores.
También hay situaciones de derrame maligno. La mayoría de éstas, según la Separ, son ocasionadas por tumores
en el pulmón.
Diagnóstico
Para la correcta visualización de esta enfermedad, las pruebas diagnósticas indicadas son:
 Radiografía de tórax: permite ver en dónde se localiza la enfermedad.
 Ecografía torácica: es la prueba más sensible para localizar a qué profundidad se encuentra el derrame.
 Videotoracoscopia para la biopsia pleural: se hace una incisión para acceder al tórax con una cámara pequeña.
 Análisis de líquido pleural: se usa para analizar las bacterias, células cancerosas y el nivel de proteínas en sangre
del paciente.
 Tomografía Computarizada (TC).
Tratamientos
Cuando se ve que hay líquido en la pleura, el objetivo principal del médico es drenarlo, evitar que éste se acumule
otra vez e intentar averiguar la causa por la que se ha almacenado. La técnica más empleada para sacar el líquido es
la toracocentesis, así deja de hacer presión en el tórax y permite que éste se expanda. Después, el tratamiento que
se administra al paciente depende de si el derrame es trasudado o exudado.
Los diuréticos, según Marrón, son la base del tratamiento para el derrame pleural si es de tipo trasudado porque son
eficaces para tratar la insuficiencia cardiaca. Por el contrario, si es exudado, lo importante será tratar el origen de la
enfermedad, por ejemplo si ha sido causada por una infección. Los antibióticos son la opción más efectiva.
En pacientes con cáncer se suele utilizar una sonda pleural durante varios días para sacar el líquido que se acumula
en el pulmón. El tratamiento se combina con los propios para curar el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia,
y en casos más complicados, se utiliza la cirugía para sacarlo.
Otros datos
Complicaciones
Esta enfermedad puede originar una insuficiencia respiratoria que se trata poniéndole al paciente oxígeno y un
drenaje para el exceso de líquido.
Si el derrame pleural se infecta, puede aparecer paquipleuritis e insuficiencia respiratoria. Si la enfermedad tiene
como origen un traumatismo, se puede llegar a generar un neumotórax (aire en la pleura). También puede
acumularse el aire por la toracocentesis necesaria para drenar el líquido.
Incidencia
Al menos 400/100.00 habitantes pueden llegar a padecer esta patología, afirma Marrón. Las personas más
propensas son las mayores de 70 años, porque la principal causa del derrame es la insuficiencia cardiaca, que se da
sobre todo en estas personas.

16. ENFISEMA
Qué es
El enfisema es un tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) por la que se produce la destrucción del
tejido pulmonar, principalmente por fumar.
En este trastorno los alvéolos o sacos aéreos se inflan de manera excesiva provocando la desaparición de las
paredes alveolares, lo que causa una disminución de la función respiratoria, la falta de aire en los pacientes o la
dificultad para recuperar el aliento.
Los estudios han demostrado que el desequilibrio de los agentes químicos presentes en los pulmones causados por
el enfisema destruyen poco a poco las fibras elásticas que permiten la contracción y la expansión de los pulmones, lo
que provoca que las vías aéreas se colapsen al exhalar.
Causas
En los alvéolos pulmonares tiene lugar el intercambio del oxígeno del aire por el dióxido de carbono de la sangre. Las
paredes de los sacos aéreos son delgadas y frágiles, por lo que las lesiones que se producen en dichos sacos son
irreversibles.
El principal motivo que provoca el enfisema es el humo del tabaco, por lo que los expertos insisten en la importancia
de que los fumadores abandonen este hábito. Otras causas son los humos procedentes de la contaminación.
En general, el enfisema avanza gradualmente y normalmente aparece después de años de exposición a humos y al
tabaco. En muchos casos el paciente va al médico porque ha comenzado a sentir que le falta el aire cuando está
activo o hace ejercicio físico. Este síntoma puede ser por sí mismo indicativo de que se padece enfisema. A medida
que la enfermedad progresa, una caminata corta puede ser suficiente para que al paciente le cueste respirar.
Síntomas
Las principales manifestaciones clínicas del enfisema son la dificultad para respirar que puede ir acompañada de tos
crónica (con o sin esputo), la disminución de la capacidad pulmonar a la hora de realizar alguna actividad física o la
presencia de sibilancias.
Además, los pacientes pueden experimentar fatiga, ansiedad, hinchazón en piernas y tobillos y pérdida de peso
involuntaria.
Prevención
La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la originan: el tabaco y los
ambientes contaminados.
Por eso, es fundamental no fumar. También es muy importante mantener un buen estado de salud general, realizar
ejercicio y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones. La importancia de los
ejercicios, ya sea en el hospital o en casa, radica en que contribuyen a aumentar la independencia y la calidad de
vida del afectado. Además, disminuyen la frecuencia y el tiempo de hospitalización del enfermo.
La filosofía de la práctica del ejercicio es la siguiente: los pacientes que sufren enfisema necesitan energía extra para
poder respirar. Si se usa esa energía de manera más efectiva para respirar, el paciente tendrá más energía restante
para llevar a cabo sus acciones diarias y para participar en nuevas actividades.
Las mejorías en la respiración pueden conseguirse, en gran medida, haciendo deporte, pero es muy importante que
los ejercicios se hagan bajo supervisión médica y con el asesoramiento de especialistas. El ejercicio, a todos los
niveles, mejora la utilización del oxígeno, la capacidad de trabajo y la mentalidad de los pacientes que sufren la
enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más fáciles de practicar, para estos pacientes, que las de alta
intensidad.
Entre otros, los especialistas recomiendan las actividades que refuercen:
 Parte inferior del cuerpo: Actividades como la bicicleta estática, subir escaleras, caminar, etcétera. Estos ejercicios
fortalecen las piernas y aumentan el tono muscular y la flexibilidad, favoreciendo la capacidad de movimiento del
paciente.

 Parte superior del cuerpo: Los ejercicios que implican la utilización del tronco superior del cuerpo están diseñados
para mejorar la fuerza de los músculos respiratorios, los músculos del brazo y los hombros.
Fortalecerlos es importante porque son los que se encargan de sostener la caja torácica, mejorar la respiración y
hacen más fácil la ejecución de las actividades cotidianas, como transportar bolsas, hacer la cama o levantar objetos.
Un ejercicio útil es, por ejemplo, el levantamiento de pesas. Teniendo en cuenta que la forma física se pierde
rápidamente cuando la persona interrumpe el programa de ejercicios, es básico que el paciente se marque unos
objetivos que pueda alcanzar y que los vaya aumentando progresivamente.
Además de los ejercicios, es recomendable que el paciente:
 Acompañe los ejercicios con una alimentación saludable, como la dieta mediterránea.
 Haga un calentamiento antes de los ejercicios.
 Elija deportes variados para evitar el aburrimiento y que desista, como nadar, andar, hacer pesas,
practicar aeróbic de baja intensidad.
 Practique actividades deportivas colectivas para hacerlo más ameno.
 No intente realizar esfuerzos excesivos.
 Detenga las actividades ante cualquier molestia y consulte al médico.
Tipos
El enfisema puede clasificarse en dos tipos:
 Enfisema centroacinar: La causa que origina el enfisema centroacinar es el tabaco. En este caso, la destrucción del
tejido se produce principalmente en los bronquiolos, por lo que el enfisema se ubica en la mayoría de los casos en la
parte superior del pulmón.
 Enfisema panacinar: La destrucción del tejido se produce en todos los lugares donde hay un intercambio de gases.
El enfisema está localizado principalmente en la parte inferior de los pulmones. En este caso, la causa del enfisema
es un nivel bajo de alfa-1 antitripsina, una sustancia que está presente en los pulmones que se encarga de proteger a
los alveolos.
Diagnóstico
Cuando el paciente empieza a detectar que tiene dificultades para respirar suele acudir al especialista. El primer paso
para establecer el diagnóstico es la realización de un examen físicodonde el médico podrá comprobar si hay
sibilancias o si han descendido los sonidos respiratorios.
A continuación el especialista puede solicitar la realización de pruebas que terminen de confirmar el diagnóstico,
como una espirometría, una radiografía de tórax, la gasometría arterial o una TC.
Tratamientos
El tratamiento incluye ayuda para dejar de fumar, fármacos broncodilatadores, antibióticos y ejercicios de
rehabilitación pulmonar.
El tratamiento variará en función de si el paciente tiene obstrucción respiratoria leve, moderada o grave. Por eso, es
obligatorio consultar al especialista.
Algunas de las pautas que suelen recomendar son:
 Dejar de fumar.
 Tratar de evitar la exposición a partículas irritantes en el aire.
 El enfisema puede empeorar si la persona tiene gripe o neumonía. Por eso, quienes padecen esta enfermedad
deben vacunarse contra la gripe cada año, además de recibir la vacuna antineucócica periódicamente.
 Utilizar broncodilatadores para reducir el espasmo muscular.
 La inflamación en las vías aéreas puede disminuir mediante el uso de corticosteroides, pero sólo un 20 por ciento de
pacientes responden a ellos.
Para expulsar las secreciones no hay ninguna terapia válida, pero evitar la deshidratación bebiendo suficiente
líquido puede prevenir las secreciones espesas y evitar sobreinfecciones.
En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía, denominada reducción del volumen pulmonar. Esta
opción sólo es viable en las primeras etapas de la enfermedad. En esta cirugía se extirpan las partes más afectadas
del pulmón para permitir que éste y los músculos respiratorios restantes funcionen mejor.
En casos extremos se puede llegar a trasplantar el pulmón. Esta opción sólo se lleva a cabo con determinados
pacientes menores de 50 años.
Oxigenoterapia
La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los enfermos cuando realizan actividades
diarias. A largo plazo, además, prolonga la vida de las personas que padecen esta enfermedad con una
concentración de oxígeno en la sangre extremadamente baja; el oxígeno reduce el exceso de los glóbulos rojos,
mejora la función mental y reduce la insuficiencia cardiaca. En pacientes con un déficit grave de la proteína alfa-1
antitripsina se puede sustituir la proteína que falta mediante infusiones intravenosas semanales.
El suministro de oxígeno (oxigenoterapia), ya sea hospitalario o a domicilio, lo realizan empresas especializadas, que
lo instalan y dan las oportunas instrucciones de uso. Si el médico autoriza al paciente a recibir oxigenoterapia
domiciliaria, aconsejará en cada caso a dónde acudir o cómo tramitar el servicio.
Las preguntas que la persona afectada se plantea más frecuentemente sobre el proceso de suministro de oxígeno
suelen ser cómo se lleva a cabo, qué componentes integran el equipo o cómo se utiliza.
En cuanto a la estructura de los dispositivos que se utilizan para suministrar el oxígeno, suelen constar de tres
elementos principales: cánula, cilindros de oxígeno y mascarilla (aparte de los cilindros, el oxígeno también puede
suministrarse en otro tipo de contenedor, denominado concentrador de oxígeno, o en una botella si se halla en
estado líquido).
La cánula es un tubo que se conecta al contenedor de suministro o cilindro y que, en determinado punto, se bifurca
para poder introducirlo en ambas fosas nasales. La mascarilla, por su parte, es a la vez una alternativa y un
complemento: al suministrar el oxígeno de forma indirecta, irradiándolo a la zona nasobucal, las fosas nasales no se
irritan tanto, por lo que muchos pacientes emplean la cánula durante el día y la mascarilla durante la noche.
Otra modalidad de aplicación del oxígeno es la terapia transtraqueal, que requiere la inserción permanente de un
catéter en la tráquea. Este sistema puede necesitar, además, de la instalación de un humidificador (sobre todo si el
flujo de oxígeno es superior a 4 l/min).
Como medidas de seguridad, las más importantes son no fumar en la habitación dónde esté instalado el equipo de
oxigenoterapia ni, por supuesto, instalarlo en un lugar donde hayan fuentes de calor u objetos inflamables; los
contenedores de oxígeno o la botella de líquido deben estar correctamente fijados (en el primer caso) y boca abajo,
colgada del soporte (en el segundo).
Otros datos
Los enfermos con enfisema pueden encontrar alivio a sus problemas respiratorios usando un inhalador. Para
utilizarlo se deben seguir los siguientes pasos:
 Agitar el inhalador.
 Exhalar durante 1 o 2 segundos.
 Poner el inhalador en la boca y aspirar lentamente.
 Presionar el extremo del inhalador al tiempo que se comienza a inhalar.
 Inhalar lentamente hasta sentir los pulmones llenos (toda la operación debe durar entre 5 y 6 segundos).
Alimentación saludable para pacientes con enfisema
La razón principal de una correcta nutrición, en este caso, es que un cuerpo bien alimentado contribuye a fortalecer a
la persona ante posibles infecciones, además de prevenir enfermedades que no harían sino complicar el enfisema,
favoreciendo el aumento de hospitalizaciones.
Por otra parte, los alimentos aportan la energía necesaria para llevar a cabo, incluso el sencillo acto de respirar, de
hecho, una persona con enfisema precisa diez veces más calorías para hacerlo que una que esté sana.
Algunas normas y consejos sobre nutrición apropiada para enfermos con enfisema, sin olvidar que el más adecuado
para dar las indicaciones correctas para cada individuo en concreto es el médico especialista, son:
 Comer alimentos de todos los grupos: frutas, vegetales, lácteos, cereales, fibra, proteínas.
 Limitar la ingesta de sal y de bebidas con cafeína
 Evitar alimentos que provoquen gases o sensación de pesadez.
 La comida principal del día debe hacerse a primera hora para aportar energías al organismo.
 Opte por comidas fáciles de preparar.
 No ingiera productos de escaso valor nutritivo.
 Si utiliza oxígeno, no deje de hacerlo mientras come ni inmediatamente después: supone un aporte de energía para
realizar el proceso digestivo.
 Es importante que las comidas se realicen en un entorno relajado.
Convivir con la enfermedad
Muchos pacientes con enfisema presentan ansiedad, depresión y aislamiento social debido a las limitaciones que la
patología les impone.
La percepción de su cuerpo cambia, se sienten más solos, se crea un concepto negativo de la persona y, en muchos
casos, disminuye la autoestima. Muchas veces incluso cambia la relación del enfermo con la familia y los amigos.
La rehabilitación pulmonar pretende combatir, en la medida de lo posible, los efectos negativos que se derivan de la
EPOC, combinando ejercicios de entrenamiento con programas educativos y de comportamiento para mejorar la vida
del paciente día a día. Además de mejorar la actividad diaria, la rehabilitación pretende que el enfermo sea
independiente. Un buen plan de salud para cualquier persona con enfisema debe incluir, además del ejercicio físico,
las siguientes reglas básicas:
 Acudir al médico ante cualquier principio de resfriado o de infección de las vías respiratorias.
 El paciente debe preguntar al especialista por las posibles vacunas que podría necesitar.
 Seguir unos hábitos saludables: mantener una dieta nutritiva y equilibrada, intentar mantenerse en el peso correcto,
no fumar, hacer ejercicio.
 Participar en programas educativos, que consisten en aprender los detalles sobre la enfermedad, las posibilidades de
tratamiento o sus consecuencias, para poder enfrentarse mejor a ellas. Estas clases incluyen también información
variada sobre cómo funciona el pulmón, qué medicamentos se utilizan para tratar la enfermedad, en qué consiste la
terapia de oxígeno o cómo funcionan los inhaladores, entre otros aspectos.
 Recibir soporte psicológico, ya sea mediante programas educativos individuales o tratamientos de grupo.

17. FIBROSIS PULMONAR IDIOPÁTICA


Qué es
La fibrosis pulmonar idiopática se define como la cicatrización progresiva (fibrosis) o engrosamiento de los pulmones
sin ninguna causa conocida y que hace que estos órganos pierdan flexibilidad.
Esta enfermedad, que tiene una alta tasa de mortalidad, provoca una fibrosis pulmonar permanente, que tiene como
consecuencia dificultades para respirar y, por tanto, una disminución de la cantidad de oxígeno que reciben los
pulmones y que envían al resto de los órganos y tejidos.
La fibrosis pulmonar idiopática es gradual e irreversible y sus exacerbaciones, es decir, episodios de agravamiento
respiratorio agudo, suelen provocar la muerte del paciente en pocos meses.
La fibrosis pulmonar idiopática se define como la cicatrización progresiva (fibrosis) o engrosamiento de los pulmones
sin ninguna causa conocida.
Causas
Tal y como indica el término “idiopático”, o desconocido, las causas de esta enfermedad son, aun en la actualidad, un
misterio para los especialistas.
La afección puede deberse a que los pulmones actúan en respuesta a una lesión o elemento desconocido en el
organismo, o a factores genéticos, hipótesis que aún no está comprobada por los especialistas.
Síntomas
La fibrosis pulmonar idiopática puede variar desde no presentar ningún síntoma a provocar el agotamiento del
paciente por un esfuerzo mínimo.
Los signos más frecuentes son:
 El paciente padece una restricción del aire que entra en sus pulmones y al mismo tiempo se dificulta la salida del
dióxido de carbono, lo que provoca dificultades para respirar más patente al realizar algún esfuerzo, con cansancio y
tos.
En algunos casos, la falta de oxígeno genera una insuficiencia respiratoria que requiere de oxigenoterapia.
 Aumenta el riesgo de padecer resfriados e infecciones pulmonares.
 Desde el punto de vista estético, se produce una coloración azulada de la piel denominada cianosis y deformación de
las uñas de las manos o acropaquia.
Prevención
Se desconoce cuál es la forma exacta de prevenir esta afección, pero dejar de fumar es una de las recomendaciones
que suelen hacer los especialistas.
Tipos
Actualmente, no existe una clasificación en tipos de esta enfermedad.
Diagnóstico
Para detectar esta enfermedad, el especialista realiza un examen físico, preguntas sobre la historia clínica del
paciente y, dependiendo de los resultados, procederá a practicar otras pruebas como una radiografía del tórax que
incluye los pulmones, el corazón, las arterias, las costillas el diafragma.
El diagnóstico de esta patología se realiza, además, a través de técnicas específicas, como la TC de alta resolución.
También, a través de la auscultación pulmonar se detecta si existen ruidos respiratorios anormales (crepitaciones) u
otros signos que determinen que el paciente padece este tipo de fibrosis.
En la actualidad, el tiempo medio entre la aparición de los primeros síntomas y la detección de la misma oscila entre
uno y dos años.
Otro método de detección puede ser la broncoscopia, para visualizar las vías aéreas.
Tratamientos
No existe una cura para esta patología, pero su diagnóstico precoz es crucial para aplicar tratamientos con fármacos,
con oxígeno o la rehabilitación pulmonar.
En cuanto a los medicamentos que se administran se encuentran pirfenidona y nintedanib, que pueden estar
acompañados del uso de oxígeno si el paciente cuenta con niveles bajos del mismo.
En lo que respecta a la rehabilitación pulmonar, ésta no curará la enfermedad, pero puede ayudar al paciente en sus
dificultades para respirar e, incluso, una menor progresión de la enfermedad
Otras medidas a tener en cuenta son los cambios en el estilo de vida (como dejar de fumar) y en el hogar de la
persona enferma, lo que ayudará a manejar los síntomas respiratorios.
Para poder curar la afección por completo, es necesario un trasplante de pulmón. Sin embargo, esta opción solo está
disponible para un número limitado de personas.
Otros datos
La probabilidad de muerte por fibrosis pulmonar idiopática es alta: en el transcurso de un año, aproximadamente
entre un 5 y un 10 por ciento de los pacientes con esta afección sufren una exacerbación de la misma, lo que puede
ser sinónimo de fallecimiento.
En términos generales, el pronóstico de los pacientes con esta afección es variable aunque, incluso sin presentar
exacerbaciones, la enfermedad causa la muerte en un plazo de dos a tres años después del diagnóstico, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS).

18. NEUMOTÓRAX
Qué es
Los pulmones poseen unos recubrimientos membranosos denominados pleuras. Estas pleuras son de dos tipos:
la pleura parietal, que está en contacto directo con el tórax; y la pleura visceral, que envuelve directamente a los
pulmones.
Cuando entre ambas membranas se introduce una cantidad de aire, ambas pleuras se alejan, provocando así el
neumotórax.
Este tipo de enfermedad suele afectar más a los varones de entre 20 y 40 años. El riesgo aumenta si el paciente es
fumador habitual.
Causas
Entre las causas del neumotórax podríamos encontrar dos tipos: las intratorácicas y las extratorácicas.
Las primeras tienen su origen en el propio pulmón, como la rotura de una burbuja de aire, fibrosis quística, etcétera.
En el caso de las causas del segundo grupo, son aquellas que se originan por lesiones externas, como fracturas en
las costillas.
Síntomas
Como consecuencia del colapso del pulmón afectado, los primeros síntomas que suelen aparecer en el 80-90 por
ciento de los casos suelen ser dificultad respiratoria acompañada dedolor en el área torácica.
Este dolor, que se ubica en el costado del pulmón que está sufriendo el neumotórax, suele ser de tipo repentino e
intenso.
La aceleración del ritmo cardiaco, sudoración excesiva, palidez y tos fuerte, en ocasiones con sangre, son síntomas
secundarios que se presentan en un número de pacientes más reducido.
También hay entre un 5 y un 10 por ciento de los pacientes que no perciben ningún síntoma propio del neumotórax.
El neumotórax puede confundirse con otras patologías, como un infarto agudo de miocardio, pericarditis, perforación
gástrica o una crisis asmática.
Prevención
No se conoce ninguna manera de poder impedir la aparición del neumotórax; sin embargo, se puede evitar dejando
de fumar en el caso de pacientes con esta adicción.
A las personas con antecedentes de esta enfermedad se les recomienda no realizar determinadas actividades como
el buceo u otras similares que puedan comprometer a los pulmones.
Tipos
Según la causa que provoque el neumotórax, podrá ser de tipo:
 Traumático: Es un tipo de neumotórax que se produce por causas externas al propio organismo, ya sean accidentes
de tráfico, ataques por arma blanca, etc. La fisura o fisuras que éstas condiciones provocan que entre aire al espacio
pleural y éste colapse el pulmón.
Este tipo de neumotórax suele ir acompañado por hemotórax o acumulación de sangre entre el pulmón y la pared
torácica.
 Yatrógeno: Es el provocado por una complicación durante una intervención médica para tratar al paciente.
Las principales intervenciones médicas asociadas al neumotórax yatrógeno son la punción
transparietal (una biopsia de la pleura), la toracoscopia (exploración en el interior del pulmón) o pacientes con
respirador artificial.
 Espontáneo: Es donde no se da ningún motivo aparente para que aparezca el neumotórax.
Dentro de este tipo, existen dos categorías: el neumotórax espontáneo primario, que se da en pacientes que
anteriormente no han sufrido ninguna enfermedad pulmonar; y el espontáneo secundario, que afecta a los pacientes
con una enfermedad pulmonar preexistente.
Diagnóstico
Para determinar si en el paciente existe o no neumotórax, habría que realizar un diagnóstico clínico; es decir, un
diagnóstico en el que se incluyan exploraciones adicionales a las físicas.
En primer lugar hay que contrastar si los síntomas que se presentan son los propios del neumotórax (dolor torácico,
respiración dificultosa). Pero, para obtener la certeza, lo conveniente es realizar una radiografía en espiración y con
determinadas proyecciones.
Sin embargo, el neumotórax puede confundirse con otras patologías, como un infarto agudo de
miocardio, pericarditis, perforación gástrica o una crisis asmática.
En las radiografías, si existe alguna otra enfermedad pulmonar, ésta también se puede confundir con el neumotórax,
por lo que sería conveniente elaborar un diagnóstico diferencial.
Tratamientos
La finalidad del tratamiento consiste en que el pulmón se expanda, y se vuelvan a unir los dos
recubrimientos membranosos o pleuras.
El procedimiento varía en función del tipo de neumotórax. Si se padece por primera vez, y no es muy extenso,
bastará con un reposo de cinco días; si no hay reabsorción en este periodo de tiempo habrá que recurrir a algún tipo
de drenaje.
Si el neumotórax es más intenso, se podrá tratar evacuando el aire de la hendidura por aspiración con aguja. En las
situaciones de carácter grave, se recomienda someterse a cirugía.
Una de estas circunstancias puede ser el colapso de ambos pulmones, por ejemplo.
Algunos especialistas han comprobado que el tratamiento con drenajes de pequeño tamaño aportan resultados
excelentes.
Otros datos
Si un paciente sufre un colapso pulmonar es posible que sea más propenso a sufrir otro en el futuro si continúa
fumando, comienza a hacerlo o ha tenido dos colapsos de este tipo en el pasado.
Normalmente, el pronóstico para esta afección dependerá de las causas que lo provocaron.
Se pueden producir, además, otras complicaciones del neumotórax, como, por ejemplo, el shock. Esto se produce si
existen lesiones o infecciones graves, una inflamación que se haya agravado o existe líquido en los pulmones.

19. TOS FERINA


Qué es
La tos ferina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio. Su principal síntoma es
tos violenta en accesos o paroxismos que puede dificultar la respiración. El contagio se realiza directamente desde la
persona enferma a la sana por el aire, al hablar y toser, fundamentalmente, por las gotas de Pflügge.
Una de las características de esta enfermedad es que con frecuencia se puede escuchar un sonido convulsivo
profundo cuando el paciente trata de inspirar.
Según la Asociación Española de Pediatría, la tos ferina es una de las enfermedades infecciosas más contagiosas,
que afectan principalmente a los lactantes menores de seis meses, a adolescentes y adultos, si bien es el primer
grupo el más vulnerable.
Causas
La tos ferina o tos convulsiva es una infección bacteriana aguda que afecta a las vías respiratorias altas. Esta
enfermedad la causan la bacteria Bordetella pertussis o Bordetella parapertussis, patógenos exclusivamente
humanos que pueden afectar a individuos de todas las edades y provocar discapacidad permanente en los bebés e
incluso la muerte.
Cuando una persona con el virus estornuda o tose, pequeñas gotas que contienen la bacteria se mueven a través del
aire favoreciendo la propagación de una persona a otra.
El tiempo medio de la enfermedad suelen ser seis semanas aunque puede durar hasta diez.
Síntomas
Inicialmente las manifestaciones clínicas de la tos ferina son semejantes a los que aparecen con un resfriado común.
Estos síntomas suelen aparecer cuando ha transcurrido una semana desde la exposición a la bacteria.
Entre 10 y 12 días más tarde pueden comenzar los episodios más graves de tos. En el caso de los niños, todo
termina en la mayoría de los casos en un estertor, un sonido que se produce cuando el paciente trata de tomar aire.
Es raro que éste aparezca en menores de 6 meses y en personas adultas.
La tos puede provocar que los pacientes tengan vómitos e incluso que los pacientes lleguen a perder el
conocimiento. De hecho, es frecuente que los episodios de asfixia y las pausas largas de la enfermedad al respirar
aparezcan en los bebés.
Otros síntomas comunes son:
 Diarrea.
 Fiebre leve.
 Rinorrea.
Etapas de la enfermedad
 Periodo de incubación: Dura entre 1-2 semanas. En este periodo el paciente no suele presentar síntomas.
 Periodo catarral o de inicio: Dura 2 semanas con síntomas catarrales inespecíficos: rinitis, estornudos, febrícula (si la
hay), lagrimeo, tos leve, seca e irritativa, que se va haciendo cada vez más intensa, de predominio nocturno y que
puede provocar vómitos. La tos comienza a ser en accesos provocados por el mínimo estímulo.
 Periodo de estado convulsivo o asfíctico: Dura unas 4-6 semanas. La tos se vuelve paroxística o convulsiva en
accesos o “quintas”. El enfermo, encontrándose bien, nota que va a tener un acceso, realiza una inspiración profunda
y comienza con una tos a golpes, ininterrumpida, atropellada, que dificulta la respiración, por lo que el niño estira la
cara y el pecho hacia delante, saca la lengua, se va poniendo colorado, cianótico y con ojos llorosos y tiene una gran
sensación de angustia.
Al terminar la crisis aparece una inspiración ruidosa (al pasar el aire por una faringe muy estrecha) que es lo que se
llama “gallo” de la tos ferina. En este momento la tos va cediendo y al final de acceso se expulsa un esputo mucoso
blanquecino y con mucha frecuencia vómitos. El enfermo está agotado. El número de “quintas” diarias y su
intensidad varían dependiendo de la agresividad del germen, así como del carácter del paciente (más frecuente en
nerviosos e irritables).
Tras unos días la cara está abotargada, edematosa y con los párpados hinchados. Debido a las “quintas” de tos
pueden aparecer pequeñas hemorragias subconjuntivales, petequias en cara, epistaxis, pérdida de conciencia (si la
apnea o falta de respiración es prolongada, ulceración en el frenillo de la lengua (al golpearse con los
dientes), incontinencia de orina, prolapso rectal, etc.
 Periodo de convalecencia o remisión: Dura entre 1-3 semanas. Las “quintas” se van haciendo menos frecuentes
hasta desaparecer. Pueden aparecer nuevas crisis de tos convulsiva después de varios meses, ante la presencia de
un catarro banal.
La tos ferina puede llegar a producir la muerte en los lactantes menores de seis meses.
Prevención
La vacuna contra la tos ferina es la opción más eficaz para controlar la transmisión de la enfermedad en la población.
Aun así, ni la inmunidad que ofrece la vacuna ni la inmunidad natural aportan una protección duradera.
Según la AEP, en los últimos años se ha producido una reemergencia de la tos ferina en los países con altas tasas
de vacunación. El aumento de la incidencia se ha producido en bebés menores de seis meses y en adolescentes y
en adultos. En los primeros, el motivo es que por su edad todavía no han sido vacunados; en los segundos, la razón
es porque ha disminuido su inmunidad debido al tiempo que ha transcurrido desde que recibieron la vacuna o porque
han padecido alguna enfermedad que les ha debilitado.
Debido al brote que se ha producido en los lactantes menores de seis meses, desde la AEP recomiendan vacunarse
a cualquier adolescente o adulto que esté o vaya a estar en contacto con el bebé:
 Padres.
 Abuelos.
 Contactos domiciliarios.
 Personal sanitario.
 Cuidadores de guarderías.
Desde la sociedad explican que la vacunación de todos los futuros contactos domiciliarios de los bebés que vayan a
ser amamantados hasta los seis o doce meses de edad debe realizarse, al menos, dos semanas antes del
nacimiento del bebé.
Para proteger a un bebé desde el momento de su nacimiento, se recomienda la vacunación de todas las mujeres
gestantes a partir de la semana 27 de embarazo, con el fin de transferirle anticuerpos a través de la placenta. Esta
vacuna no afecta a la lactancia materna ni tampoco a la madre, ya que es una vacuna inactivada.
Tipos
En la actualidad no hay subtipos descritos para esta patología.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tos ferina se basa en analizar el cuadro clínico de los síntomas. No obstante, si las
manifestaciones no son obvias puede ser complicado establecerlo. De hecho, en bebés pueden confundirse los
síntomas con los de la neumonía.
El diagnóstico definitivo puede obtenerse al analizar las secreciones nasales en el laboratorio.
Tratamientos
En los primeros días de la enfermedad los antibióticos pueden reducir los síntomas. Sin embargo, si el diagnóstico se
realiza tarde, los antibióticos no serán tan efectivos.
En bebés menores de 18 meses la enfermedad puede llegar a ser mortal, por lo que es muy importante que estén
constantemente bajo supervisión ya que en algunos casos pueden requerir ser hospitalizados.
Si al paciente le cuesta beber líquidos, se le puede administrar estos por vía intravenosa.
Los expectorantes, los antitusígenos y los jarabes para la tos no suelen ser eficaces y los especialistas desaconsejan
su utilización.
Otros datos
Según los datos del Ministerio de Sanidad, en España se registran algo más de 3.000 nuevos casos al año. La
incidencia más alta se da en menores de un año y, en especial, en bebés de menos de dos meses, edad a la que se
administra la primera dosis de la vacuna.
Pronóstico
En adolescentes y adultos el pronóstico suele ser muy bueno. Los bebés tienen mayor riesgo de complicaciones y de
fallecer a consecuencia de la tos ferina, como ha ocurrido recientemente en Andalucía y en Cuenca, donde tres
bebés menores de dos meses perdieron la vida a causa de esta enfermedad y un cuarto está ingresado en la Unidad
de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de la Salud de Toledo.

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