Clasificación de Shock Hemorrágico y No Hemorrágico
Clasificación de Shock Hemorrágico y No Hemorrágico
Clasificación de Shock Hemorrágico y No Hemorrágico
Shock Hemorrágico:
Shock no Hemorrágico:
Hipovolemia leve (grado I). Corresponde a una pérdida menor de 20% del
volumen circulatorio; los fenómenos compensatorios mantienen la PA, pero hay
hipotensión postural. La hipoperfusión afecta sólo a ciertos órganos que la toleran
bien, como piel, grasa, y músculo esquelético.
Hipovolemia severa (grado III). El déficit del volumen circulatorio es 40%, las
manifestaciones de shock son claras y hay hipoperfusión del corazón y del
cerebro. Se observan hipotensión, marcada taquicardia alteraciones mentales,
respiración profunda y rápida, oliguria franca y acidosis metabólica. Si el estado de
franco colapso cardiovascular no es atendido, el cuadro evoluciona hacia la
muerte
Tratamiento médico en la atención del sujeto de atención en riesgo de shock.
Por ser el shock un proceso crítico que amenaza la vida del paciente, la actuación
terapéutica debe ser inmediata, lo que supone en la mayoría de las ocasiones
iniciar un tratamiento empírico tras formular una hipótesis etiológica inicial y
mientras se continúa el proceso diagnóstico. La resucitación precoz de los
pacientes en shock es fundamental dado que el retraso en su corrección
disminuye las posibilidades de recuperación y favorece la aparición de fallo
multiorgánico. Existen determinadas situaciones que requieren un tratamiento
específico urgente, sin el que es imposible revertir la situación de shock, como
ocurre en caso de un taponamiento cardiaco, un neumotórax a tensión o un TEP
masivo, entre otros. Vía aérea, Oxígeno. Respiración. Evaluar intubación
endotraqueal. Circulación, Control de la hemorragia. Colocar acceso vascular,
Monitor. Evitar la hipotermia.
Objetivos Clínicos
Soporte Circulatorio:
Una vez asegurada la función respiratoria hay que establecer un acceso venoso
para la administración de fluidos y fármacos. Los angiocatéteres de grueso calibre
(14G ó 16G) colocados en una vena periférica son más adecuados para una
rápida reposición de la volemia. Si se administran fármacos vasoconstrictores es
preciso utilizar siempre una vía central, para facilitar su manejo y evitar
complicaciones locales.
Reposición de volemia: